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INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación se refiere al tema de Insuficiencia Renal Aguda
(IRA), que se define como un síndrome de etiología de múltiple, que aún en la actualidad
la morbilidad y mortalidad es elevada, ya que se caracteriza por la disminución brusca
de la capacidad de los riñones para eliminar productos nitrogenados de desecho, es
decir, existe una filtración glomerular deficiente instaurada de horas a días, dando como
resultado la incapacidad para mantener la homeostasis de líquidos y electrolitos en el
medio interno (1,2).
Esta alteración en la función renal ocurre posterior a la lesión renal en túbulos, vasos,
intersticio y glomérulos y excepcionalmente sin una lesión demostrable o puede ser
consecuencia de la agudización en un paciente con enfermedad renal previa, es decir,
su identificación oportuna depende en gran medida del grado en que es sospechada en
pacientes con alguno de los trastornos predisponentes (2).
Este síndrome se caracteriza por alteraciones del flujo urinario y las determinaciones
seriadas de urea y creatinina, lo que es relevante para el diagnóstico y seguimiento de
los pacientes. Entonces, el descenso en el funcionalismo renal puede acompañarse de
oliguria o anuria, denominándose estos cuadros IRA oligúrica u oligoanúrica; en la mitad
de los casos la diuresis de estos pacientes puede estar conservada, hablándose
entonces de IRA no oligúrica (2). En cuanto a la urea, conviene aclarar que su origen
diverso y su complicado metabolismo la hacen menos útil que la creatinina para el
manejo del paciente con IRA cuyos niveles dependen del metabolismo muscular y de la
eliminación renal (3).
Los pacientes con IRA no oligúrica tienen un mejor pronóstico que aquellos con IRA
oligúrica. La mortalidad del síndrome de la IRA como consecuencia única con las
terapéuticas dialíticas actuales debería de ser del cero por ciento y ésta aumenta a
medida que acompaña a la falla de otros órganos vitales, desarrollando lo que se conoce
como síndrome de falla orgánica múltiple (1,2).
3. EPIDEMIOLOGÍA
3.1. Datos estadísticos del mundo
El panorama mundial de la IRA describe que uno de cada cinco adultos y uno de cada
tres niños desarrollará IRA durante una hospitalización y se estima que el 29.6 % de los
pacientes hospitalizados desarrollaran IRA en la región” (4). Estimando que la IRA
ocurre en aproximadamente 13.3 millones de personas por año, de los cuales 85% viven
en países de bajo y medio ingreso, y contribuye a unos 1.7 millones de muertes anuales.
Es difícil estimar los costos asociados a la injuria renal aguda, pero de acuerdo con un
estudio realizado recientemente en Inglaterra, representaría el 1% del presupuesto del
Servicio Nacional de Salud (NHS).
Siendo así que las tasas de crecimiento poblacional estimadas para Latinoamérica
llegan a 680 millones para el año 2025 y a 779 millones para el año 2050. Algunas
organizaciones advierten de que para el año 2047 arribaremos a una inversión de la
relación entre los individuos mayores de 65 años y los niños menores de 5 años (5).
Además, Secchi et al. (6), manifiestan que, la definición de la IRA dada por el grupo
KDIGO, combinó elementos de las definiciones propuestas por diversos autores,
contemplándola con algunos de los siguientes criterios: un aumento brusco en la
creatinina sérica (SCr) de 0.3 mg/dL dentro de 48 h, un incremento en la SCr de 0.5 del
valor basal, del cual se sepa que haya ocurrido dentro de los siete días previos o un
volumen urinario de 0.5 mL/kg/h durante seis horas.
4.2. Fisiopatología
Las fases de daño renal agudo debido a la necrosis tubular aguda (NTA) y la disminución
asociada a la tasa de filtrado glomerular (TFG) se pueden dividir en fase de inicio, fase
de extensión, fase de mantenimiento y fase de recuperación (6).
Por lo tanto, la Dra. Marone et al, (9), considera que, la fisiopatología es debida a un
descenso rápido de la tasa de filtrado glomerular, ya sea por déficit de perfusión, por
lesiones glomerulotubulares, o dificultad para la excreción , es decir obstrucción de la
vía urinaria, además de llevar a una retención de catabolitos (urea/creatinina) y
frecuente agua con hiponatremia y ya cuando se trata de déficit de perfusión renal
solamente, la función renal se recupera al corregirse el trastorno hemodinámico.
4.3. Etiología
Los pacientes tiene una historia de depleción de volumen, ya sea en vómito, diarrea,
hemorragias, poco apetito, uso de diuréticos, quemaduras o reducción del volumen
circulante efectivo, como una falla cardíaca, síndrome nefrótico, cirrosis, sepsis y
choque, estos mecanismos de daño activan el sistema nerviosos simpático, el eje
renina-angiotensina-aldosterona y la secreción de la hormona antidiurética, lo cual
resulta de en vasoconstricción de la arteria renal, activándose el sistema de coagulación
a nivel local, con reclutamiento de leucocitos, expresión de moléculas de adhesión y
daño endotelial, liberación de citocinas proinflamatorias, como los antinflamatorios no
esteroideos y los que bloquean el eje renina-angiotensina-aldosterona (10).
Por ello, según Gaínza de los Ríos, (11) dentro de las causas prerrenales, también
encontramos:
Caracterizado por el daño ocurrido a nivel del parénquima renal secundario al resultado
de la actuación de diferentes procesos, el cual comprende la necrosis tubular aguda, las
enfermedades tubulointersticiales, las glomerulopatías, la necrosis cortical y las
alteraciones a nivel vascular (8), no obstante, la insuficiencia renal aguda intrínseca con
lesión parenquimatosa, puede ser oligúrica, anúrica o con diuresis conservada, en este
último caso, la orina es de mala calidad, poco concentrada en productos nitrogenados
(11).
Por otro lado, otras causas que no son directamente la hipoperfusión renal pueden ser
inmunológicas, sistémicas o locales, es decir vasculitis o nefritis intersticial aguda
inmunológica por fármacos; nefrotóxicos directos, aminoglucósidos o contrastes
yodados; problemas vasculares, enfermedad ateroembólica, embolismos o trombosis
en arteria o vena renales (11).
Por ello, según Gaínza de los Ríos, (11) dentro de las causas intrínsecas o
parenquimatosas, también encontramos:
Caracterizado por una afección obstructiva a nivel del trayecto urinario, que puede ser
por causas intrínsecas o extrínsecas, además, sólo presenta anuria cuando la
obstrucción es bilateral y completa, en cambio, si es parcial se puede acompañar de
oliguria, diuresis normal o en algunos casos poliuria (8).
Al existir la obstrucción aguda del flujo urinario, también aumenta la presión intratubular,
disminuye la TFG, además, conduce a un flujo sanguíneo renal deteriorado y a procesos
inflamatorios (6), cuya etiología se basa en una obstrucción intrínseca, que abarca la:
litiasis, ácido úrico, oxalato; tumores, del urotelio, mieloma; estenosis, tratamiento con
metrotexate, aciclovir, además de coágulos y en cuánto a una obstrucción extrínseca,
engloba: enfermedades prostáticas, cáncer de cuello uterino y fibrosis retroperitoneal
(9).
El grado de reversibilidad es alto y la función renal retorna con rapidez a sus valores
iniciales, al momento de corregir la causa o facilitar la salida de orina, ya sea por
sondaje, cateterización o nefrostomía (11).
Por ello, según Gaínza de los Ríos, (11) dentro de las causas postrenales, también
encontramos:
De igual manera La insuficiencia renal aguda casi siempre ocurre junto con otra
enfermedad o cuadro médico, otros de los ejemplos que se pueden citar como factor de
riesgo están (13):
- Estar hospitalizado, sobre todo por una enfermedad grave que requiere de
cuidados intensivos
- Edad avanzada
- Obstrucciones en los vasos sanguíneos de los brazos y las piernas (enfermedad
arterial periférica)
- Insuficiencia cardíaca
- Enfermedades renales
- Enfermedades hepáticas
- Algunos tipos de cáncer y sus tratamientos
Así mismo, es posible describir otros factores de riesgo que se asocian a la insuficiencia
renal aguda que se relacionan con su etiología, aquí encontramos tres clasificaciones
que engloban más factores de riesgo de esta patología (12,13).
La hipoperfusión renal prolongada, es la causa más frecuente de IRA, donde los facotres
de riesgo se reflejan en pacientes sometidos a cirugía mayor, trauma, hipovolemia
severa, sepsis y quemados (13).
- Anorexia
- Náuseas
- Vómitos
- Debilidad
- Sacudidas mioclónicas
- Convulsiones
- Confusión
- Coma
La fase prodrómica: por lo general se asocia con producción de orina normal y varía en
su duración dependiendo de las causas
La fase oligúrica se caracteriza por una diuresis típica de entre 50 y 500 mL/día. La
duración de la fase oligúrica es impredecible, dependiendo de la etiología de la lesión
renal aguda y el tiempo de tratamiento.
En la fase posoligúrica, la excreción de orina gradualmente regresa a su valor normal,
pero las concentraciones de creatinina y urea en suero pueden no disminuir durante
varios días más.
4.6. Diagnostico
Para el diagnóstico de la IRA es muy importante determinar la causa, las mismas que
clasificadas en (14, 15, 16):
Las causas prerrenales a menudo son clínicamente evidentes. En este caso, debe
intentarse la corrección de la anomalía hemodinámica subyacente.
Las causas postrenales deben investigarse en la mayoría de los casos de lesión renal
aguda. Inmediatamente después de la micción, se realiza una ecografía de la vejiga al
pie de la cama para determinar el volumen de orina residual en la vejiga.
Las causas renales a veces están sugeridas por los hallazgos clínicos. Los pacientes
con glomerulonefritis a menudo presentan edema, proteinuria marcada o signos de
arteritis en la piel y la retina, a veces sin antecedentes de enfermedad renal intrínseca.
IRA Características
Prerrenal • Se debe a una reducción de la filtración glomerular debida a
una hipoperfusión cortical renal.
• Tiene una recuperación rápida, inmediata y sin secuela de la
función renal.
• Depleción absoluta o relativa del volumen sanguíneo por
hemorragias, deshidrataciones de causa renal y extrarrenal, y
quemaduras extensas.
• Depleción relativa de volumen, como se observa en la
cirrosis hepática y síndrome nefrótico.
• Reducción del gasto cardiaco: insuficiencia cardiaca,
embolismo pulmonar extenso y en los síndromes de bajo
gasto.
• Vasodilatación periférica intensa: medicamentos
antihipertensivos, anestesia, sobredosis de drogas.
• Pérdida de autorregulación renal: ancianos que toman
inhibidores de la síntesis de prostaglandinas y en pacientes
con nefropatías previas.
Renal • Factor patogénico causal más común.
• Se desarrolla una lesión tubular abrupta llamada necrosis
tubular aguda (NTA) y se divide en tóxica e isquémica.
• Se desarrolla una lesión intersticial que configura las nefritis
tubulointersticiales agudas (NTIA).
• A nivel del intersticio renal, en las nefritis intersticiales agudas
causadas en forma directa o indirecta por estafilococos,
gérmenes gramnegativos, brucelosis, hongos, virus, etcétera.
• A nivel glomerular, en las glomerulonefritis rápidamente
progresivas (crescénticas), por glomerulonefritis aguda
posestreptocócicas y enfermedades sistémicas.
• A nivel de vasos finos intrarrenales: síndrome urémico-
hemolítico, toxemia del embarazo, coagulación intravascular
diseminada, etcétera.
• Necrosis tubular aguda, debida a isquemia medular o cortical,
o por tóxicos exógenos o endógenos.
• Los tóxicos exógenos son: antibióticos (aminoglucósidos,
sulfas, etc.), agentes anestésicos, medios de contraste
radiológicos, analgésicos, antiulcerosos, diuréticos,
quimioterápicos, inmunodepresores, solventes orgánicos,
metales pesados, insecticidas, herbicidas, anfetaminas.
• Los tóxicos endógenos que producen necrosis tubular aguda
son pigmentos como la mioglobina y la hemoglobina.
Postrenal • Es la menos frecuente.
• Existe una obstrucción de la vía urinaria y afecta el flujo de
orina de ambos riñones o de un riñón único funcionante.
• Obstrucción intrínseca (cálculos ureterales).
• Compresión extrínseca (tumor maligno, fibrosis
retroperitoneal, entre otros).
La IRA se puede diagnosticar de diferentes maneras, según (19) debe ser sistemático
es decir que vaya de lo más simple a lo más complejo partiendo desde una anamnesis
y un examen físico correctos, la realización de varias pruebas, exámenes y
procedimientos hasta el uso de un algoritmo (Figura 1), por otro lado (18) propone la
importancia de los análisis hematológicos y urinarios e (20) indica que se debe optar por
el control del volumen de excreción de orina, análisis de orina y de sangre, estudios
imagenológicos como un ultrasonido y tomografía y una biopsia en algunas ocasiones.
Todos los métodos y procedimientos son muy útiles tanto para descartar otras
patologías como para confirmarla, pero, entre los más importantes están los análisis de
sangre, los análisis de orina, un ionograma, una gasometría, un EKG, una ecografía
abdominal, una biopsia entre otras, que se explicaran a continuación:
Se considera como una prueba relativamente económica, de fácil acceso, con ausencia
de efectos adversos y nula exposición a radiación o medios de contraste, es importante
en el algoritmo del diagnóstico diferencial de la insuficiencia renal, puede presentar los
siguientes patrones ecográficos y se pueden visualizar en la Figura 2:
4.9. Tratamiento
TRR: los criterios para iniciar con este tratamiento a considerar son (21, 22):
Es importante reconocer que si existe un punto de los ocho se debe pensar en TRR, si
se presentan dos puntos es obligatoria la TRR y si hay tres es de urgencia la TRR.
4.9.1. Tratamiento médico (19)
5. CONCLUSIONES
La Insuficiencia Renal Aguda es una de las patologías que constituye el motivo de
consulta más frecuente en los servicios de nefrología, es un síndrome de etiología
múltiple y se caracteriza por la disminución brusca de la capacidad de los riñones para
eliminar productos nitrogenados de desecho.