Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ALUMNOS(AS):
Manayay Correa Maria Isabel
DOCENTE:
MV. Montenegro Vidarte Segundo
CURSO:
Clínicas De Animales Menores
INSUFICIENCIA RENAL AGUDA(IRA)
4.- SINTOMATOLOGÍA
Deshidratación (vomitos)
anorexia Prerrenal
Orina concentrada
Estado de shock
Signos digestivos
Animal deprimido-comatoso
Anuria
Posrenal
Disuria, estranguria
Globo vesical
Hematuria (7)
5.- LESIONES
La lesión o enfermedad renal aguda que culmina en una IRA presenta cuatro fases:
1) Iniciación
Durante esta fase, se dañan túbulos individuales, pero el conjunto de la función renal
sigue siendo el adecuado (8)
En general no hay signos clínicos evidentes, y los biomarcadores convencionales son
demasiado insensibles como para revelar la lesión o para que se piense en la necesidad
de intervenir (9).
2) extensión
En este momento, la isquemia, la hipoxia, la inflamación y la lesión celular continúan
hasta causar apoptosis y/o necrosis celular. De esta forma, la TFG disminuye, se pierde
la capacidad de concentración de la orina y aparece oliguria culminándose esta etapa
(10)
3) Mantenimiento
Representa el periodo de lesión del parénquima renal. Usualmente, la lesión intrínseca
es una Necrosis tubular Aguda (NTA), cuya consecuencia directa es la reducción
persistente de la TFG y de todas las funciones de las células tubulares con aparición de
azotemia, falta de concentración urinaria y producción variable de orina (5).
4) Recuperación
Anamnesis
Mediante anamnesis se pueden obtener antecedentes de situaciones de estrés;
traumatismos o quemaduras; alteraciones en la ingesta de agua; enfermedades renales
preexistentes, cardíacas, hepáticas u otra enfermedad sistémica; una repentina
instauración de anorexia, indiferencia al medio, vómitos o diarrea con o sin sangre,
halitosis, ataxia, convulsiones; exposición a toxinas (ingestión accidental de tóxicos) o
nuevos ambientes; medicaciones recientes, suplementos o dietas nuevas; enfermedades
médicas o quirúrgicas recientes; oliguria, anuria o poliuria (11)
Examen físico
Debido al inicio súbito de la enfermedad, la mayoría de estos animales tiene un
adecuada condición física y un buen pelaje. Una mala condición corporal debe hacer
sospechar de la descompensación de alguna enfermedad renal preexistente (enfermedad
aguda relacionada con patología crónica) (12)
Las altas densidades, más allá de la causa por la cual se produjeron, están
indicando una buena integridad funcional de los riñones, ya que demuestra que
conservan la capacidad para concentrar orina. Si la enfermedad renal se instala
en el glomérulo la densidad se mantendrá conservada por un tiempo, en cambio
sí comienza en los túbulos los riñones directamente no concentran orina. De
todas formas, debemos tener en cuenta que cuando una enfermedad renal
evoluciona, a la larga el riñón perderá su capacidad para concentrar (13)
En los casos de IRA se presenta isostenuria o una orina mínimamente
concentrada, será inferior a 1030-1035 en felinos (12).
Estos valores, en presencia de deshidratación, demuestran que el riñón no es
capaz de compensar la condición, conservando agua y concentrando la orina.
Ante la deshidratación, los gatos deben concentrar la orina con una densidad
urinaria mayor a 1.040 (14).
Si se presenta superior a 1.040 junto con azotemia, esto es indicativo de una
insuficiencia hemodinámica (15).
Proteínas
La presencia de proteínas en la orina (proteinuria) es una constante en todos
los casos de IRA (12).
Su presencia indica alteración del aparato urinario, mientras que su ausencia
descarta toda patología presente en los riñones y en las vías urinarias. Su
origen puede ser prerrenal (deshidrataciones por obstrucción intestinal), renal
(en todas las patologías renales) o post renales (enfermedades de la vejiga y
próstata) (13).
El proceso de filtración glomerular opone una restricción mecánica y
eléctrica al paso de determinadas proteínas y ocurre en los glomérulos
renales. Dicho proceso consiste en la producción de un ultrafiltrado del
plasma (orina primitiva) obtenido por la filtración del plasma sanguíneo a
través de una barrera de filtración glomerular (BFG) altamente especializada
hacia el espacio de la cápsula de Bowman. En un animal sano, solo existe
una pequeña cantidad de proteínas en la orina (30-40 mg/dl). En diferentes
patologías renales y extra renales la producción de diferentes noxas como
radicales libres, toxinas, anticuerpos, entre otras, pueden dañar la BFG
afectando su estructura y/o función que conduce a la presencia de
proteinuria, signo cardinal de lesión o injuria glomerular (16).
De la misma forma la podemos encontrar como consecuencia de procesos
inflamatorios/infecciosos en los túbulos y/o intersticio (12)
pigmentos biliares
La presencia de pigmentos biliares en la orina de los gatos siempre es
patológica. Estarán presentes cuando la IRA curse como consecuencia o
acompañada de otra enfermedad concomitante como la enfermedad hepática
(12).
Otros orígenes pueden ser: hemólisis, obstrucción de las vías intra y extra
hepática, patologías pancreáticas y obstrucción intestinal (13).
Glucosa
La presencia de glucosa en orina (glucosuria), en ausencia de hiperglucemia,
indica una disfunción del túbulo proximal, que predice necrosis tubular y es
útil para diferenciar entre una IRAI y otros tipos de uremias aguda o crónica
(15).
El siguiente cuadro muestra la intensidad del color detectado por las tiras
según su origen; es importante reconocer que los pacientes con insuficiencia
renal crónica irreversible y terminal presentan glucosuria de una cruz (+)
(13).
Sangre
Señala un origen inflamatorio en los riñones (12)
leucocitos
Cuando estos se encuentran en gran cantidad y otros parámetros así lo
sugieren, es conveniente dirigir la atención hacia la infección (12)
De todas formas, la presencia de leucocitos en orina no siempre debe
asociarse con infección, ya que en general acompañan a los eritrocitos en
procesos inflamatorios (13)
sedimento urinario.
En todos los casos de IRA será activo. Puede revelar la presencia de glóbulos
rojos y blancos, cilindros, cristales, levaduras, hongos o bacterias, que
ayuden a identificar la etiología de la uremia (15).
La presencia de abundantes células tubulares renales o cilindros celulares,
indican una lesión renal aguda. La cristaluria de monohidrato y /o dihidrato
de oxalato cálcico sugiere fuertemente intoxicación con etilenglicol (15).
También se puede detectar piuria y bacteruria compatible con una infección
urinaria lo que demandaría la realización de un cultivo de orina (17).
Hemograma completo
Suele ser inespecífico. Generalmente, el hemograma revela valores de recuento de
glóbulos rojos, hematocrito y concentración de hemoglobina normales, a menos que se
vea afectado por una deshidratación concurrente o una perdida aguda de sangre (15).
El hematocrito y el recuento de glóbulos rojos, son parámetros que nos ayudan a la
diferenciación entre una IRA y IRC, ya que en la IRA suelen ser normales a menos que
exista otra causa simultanea que provoque anemia, mientras que en IRC son
generalmente bajos, presentándose como una anemia normocítica y normocrómica
(anemia arregenerativa). En cuadros infecciosos como causa de IRA puede verse
alterado el recuento de glóbulos blancos (10)
Bioquímica sérica
Urea
La urea se sintetiza en el hígado a partir del amoniaco procedente de fuentes
endógenas (catabolismo de proteínas, ácidos nucleicos y la urea que entra a
formar parte de la circulación entero-hepática), como de fuentes exógenas
procedentes del intestino (constituyentes nitrogenados, proteínas bacterianas,
detritus epiteliales exfoliados, etc.), y se elimina vía renal por filtración
glomerular (se reabsorbe hasta un 50% a nivel tubular). Sus concentraciones en
sangre son inversamente proporcionales a dicha capacidad de filtración. Rango
de normalidad del valor de urea en sangre en el gato es de 20-65 mg/dl (18).
Creatinina
La creatinina es un producto endógeno del metabolismo muscular que se filtra
completamente en el glomérulo y no se reabsorbe ni se secreta. Por esto la
determinación de la tasa de filtración glomerular (TFG), en situaciones clínicas,
se evalúa a través del clearence (cantidad de plasma depurado de una sustancia
determinada por el riñón en una unidad de tiempo) de la creatinina. Debe
tenerse en cuenta que, un pequeño incremento en las concentraciones séricas de
creatinina, se correlacionan con grandes reducciones en la TFG. Así, la
disminución de la TFG por causas pre-renales, renales o post-renales generan
un incremento en sangre de los desechos que normalmente son filtrados por el
glomérulo, principalmente creatinina y urea (15).
Rango de normalidad del valor de creatinina en sangre en el gato es de 0.5-1.9
mg/dl . Es una IRA ambos valores siempre se encuentran elevados en sangre
(17).
Esta azotemia suele ser de inicio súbito (menos de una semana). Es un error
corriente considerar que todo aumento de urea y creatinina sérica se debe a un
daño renal, sin considerar que puede tener otros orígenes (12)
Como describimos anteriormente, la azotemia puede tener origen: pre-renal,
renal primario o post-renal. Es muy importante una vez obtenido el dato de
azotemia aumentada, poder relacionarlo con los datos de anamnesis, examen
físico, hemograma y análisis de orina para determinar cuál su origen. La
creatinina sérica aumenta proporcionalmente con la gravedad de la lesión renal,
aunque debemos tener en cuenta que la reducción de la masa corporal y la
sobrehidratación pueden bajar la creatinemia y resultar en una sobreestimación
de la función renal. De todas formas en la actualidad es el mejor indicador y el
más usado en la clínica para detectar IRA, ya que la concentración de urea
sérica aumenta con la declinación de la función renal, pero a diferencia de la
creatinina, la urea se ve afectada por numerosos factores extra-renales, lo que
hace que este parámetro sea un marcador menos específico.
Existen otros parámetros sanguíneos que también suelen estar alterados y nos
ayudan en la diferenciación, como el fósforo, potasio, calcio, bicarbonato y
otros electrolitos. Más del 75% de los gatos con IRA se encuentran
hiperfosfatémicos en el momento de la consulta. Las concentraciones séricas de
calcio total suelen estar por debajo del rango de referencia y si la condición es
causada por intoxicación aguda con etilenglicol, la proporción llega al 50%. Los
niveles de potasio en sangre suelen estar aumentados (entre 5.5 y 9 mEq/L) en
forma marcada en casos de IRA y elevan su sospecha (19).
Usualmente se encuentra aumentado en forma proporcional al daño renal, y
tiende a ser más alta en los animales con formas oligoanúricas que en aquellos
con IRA no oligúrica. La concentración de bicarbonato por lo general esta
reducida, y este déficit es mayor a medida que avanza el cuadro. Los vómitos
profusos o la deshidratación pueden causar alcalosis metabólica atípica para la
gravedad de la enfermedad (15)
Otros métodos complementarios de diagnóstico
Urocultivo
El cultivo de orina se indica para confirmar una sospecha de pielonefritis ante un
paciente que presenta hipertermia o sedimento activo compatible con infección.
Permite identificar al germen y determinar su sensibilidad frente a los
antibióticos. La muestra debe ser tomada por cistocentesis para conservar su
esterilidad (12).
Diagnóstico por imágenes
Mediante el diagnóstico por imagen, los hallazgos clínicos y los resultados de
laboratorio es posible idear un plan terapéutico. La decisión de qué método de
diagnóstico por imagen es el más adecuado depende, entre otras cosas, de la
disponibilidad, los resultados clínicos y el diagnóstico que se sospecha. La
morfología de los riñones puede evaluarse utilizando radiología, ecografía y, si es
necesario, tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética (RM).
Describiremos la radiografía simple y la ecografía, ya que ambas se utilizan
inicialmente para fines diagnósticos al permitir la clasificación de la enfermedad
en parenquimatosa, de la corteza o del uréter, además de que actualmente siguen
siendo las técnicas utilizadas con más frecuencia por su mayor disponibilidad.
Luego de la clasificación anatómica, debe proponerse un diagnóstico diferencial
con secuencia lógica y debe considerarse la necesidad de pruebas diagnósticas
ulteriores (como TAC, RM y gammagrafía) (20) .
Radiografía simple
Los hallazgos patológicos que pueden determinarse radiográficamente incluyen la
diferencia en número, tamaño, forma, posición, densidad y simetría de los riñones (8)
Los cambios de tamaño y forma de los riñones suelen estar asociados a patologías, y
pueden ser bilaterales o unilaterales, presentándose más pequeños o más grandes, de
forma regular o irregular. Estos cambios pueden deberse a muchas enfermedades (por
ejemplo, PIF, pielonefritis, nefritis intersticial crónica, diversos tumores primarios o
secundarios, linfosarcoma, estrés, abscesos, trombosis, displasia, hipoplasia o
hiperplasia compensatoria). Sin embargo, si los riñones tienen parámetros normales y
hay presencia de azotemia en los análisis, no puede descartarse la enfermedad renal, y
es algo muy común en los casos de IRA (20) .
Los riñones están constituidos por tejido blando, por lo tanto su densidad radiográfica
suele ser similar a la del agua en su totalidad, tendiendo a ser más radiopacos o más
densos hacia la periferia (grasa perirrenal) (8)
Cualquier radiopacidad en el interior del riñón es anómala, y pueden deberse a
mineralización parenquimatosa difusa como consecuencia de nefrocalcinosis (en
especial en casos de hiperadrenocorticismo, insuficiencia renal crónica,
hipervitaminosis D o nefrotoxicidad) o pueden existir cambios focales por metaplasia o
calcificaciones neoplásicas distróficas, trombosis o abscesos (20).
Para el diagnóstico de obstrucción ureteral en gatos, una radiografía simple de buena
calidad puede ser más sensible y predictiva que la ecografía para revelar
radiodensidades discretas en el espacio retroperitoneal. En el 20-30 % de los pacientes
felinos con obstrucción ureteral, ni la radiografía ni la ecografía identifican material
calcificado, en estos casos, de deben utilizar otros métodos diagnósticos (8)
Ecografía
Además de evaluar tamaño, forma y posición de los riñones, nos permite examinar su
arquitectura por separado: cápsula, corteza, médula, hilio y pelvis renal. Este examen
será indicado cuando se han detectado anomalías renales en el examen físico, en los
hallazgos clínicos- patológicos o en radiografías de inspección que ameritan una
visualización más detallada del órgano (8)
En los felinos, la corteza renal suele ser hiperecogénica con respecto al hígado e
hipoecogénica con respecto al bazo, y la médula renal hipoecoica en comparación con la
corteza (8).
Particularmente ante una sospecha de intoxicación con etilenglicol, en la ecografía se
puede observar una médula hiperecogénica en comparación con la corteza y avanzar en
el diagnóstico. Pueden observarse cortezas relativamente hipoecogenicas en pacientes
que presentan necrosis tubular aguda, abscesos o edema renal asociado a insuficiencia
renal aguda. De forma inversa las cortezas relativamente hiperecogenicas se asocian a
enfermedades renales crónicas, nefrocalcinosis, amiloidosis, peritonitis infecciosa felina
o nefrosis. Además, la ecografía nos permite visualizar quistes o hematomas renales,
tumores, hidronefrosis y diferentes obstrucciones (20).
Biopsia Renal
La biopsia y la evaluación histopatológica del tejido renal constituyen una
valiosa herramienta diagnóstica y pronóstica (8)
En el gato, el procedimiento es relativamente fácil desde el punto de vista
técnico, debido a la ubicación caudal del riñón en el abdomen y a la posibilidad
de inmovilizar percutáneamente el riñón con la mano. No obstante la biopsia
supone riesgo de hemorragia, entre otras complicaciones relacionadas con la
propia biopsia o con el deterioro circulatorio durante la sedación y la anestesia
(20)
Por lo tanto, solo debe realizarse en situaciones clínicas donde el tratamiento
puede diferir en función de un diagnóstico preciso. Por ejemplo, ante cambios
ecográficos leves en el riñón de un paciente con resultados clínico-patológicos
graves, ante un riñón aumentado de tamaño o frente a alteraciones ecográficas
compatibles con intoxicación con etilenglicol. La biopsia puede definir con
precisión la gravedad de los cambios y las posibles etiologías, así como la
naturaleza de una enfermedad subyacente. Por los riesgos que esta supone, su
empleo puede ser valioso ante aquellos pacientes sin diagnóstico etiológico que
no responden a ninguna terapia conservadora (19).
7.- TRATAMIENTO
La recuperación con manejo medico puede llevar hasta meses. La diálisis expande la
ventana de recuperación renal, mientras no haya complicaciones fatales ni dificultades
económicas por parte del propietario. El objetivo más importante del tratamiento es
identificar y corregir las alteraciones amenazantes para la vida del animal (terapia de
sostén), al mismo tiempo que se intentará identificar la causa subyacente que generó la
insuficiencia (9).
En muchos casos el suceso que desencadenó la enfermedad ya ha pasado o no se puede
identificar en el momento de la consulta, haciéndose imposible el tratamiento etiológico
especifico. Este hecho es esperable es una enfermedad con etiologías múltiples y
estadios diversos (15).
Por ello, se comienza por reparar las alteraciones hemodinámicas renales y los
desequilibrios de agua y electrolitos con el fin de proporcionar a las nefronas el tiempo
suficiente para repararse e hipertrofiarse (21)
En consecuencia, los tratamientos específicos de IRA siguen siendo los de sostén y la
implantación de una terapia rápida, agresiva y sintomática optimizará la posibilidad de
recuperación de la funcionalidad renal (15).
Se podría sintetizar en cuatro puntos claves en el manejo de la ira: revertir la causa o
causas subyacentes y corregir factores de riesgo, corregir la uremia y los desequilibrios
hídricos, electrolíticos y ácido-básicos, establecer una diuresis adecuada y proporcionar
el soporte nutricional adecuado. (4)
Tratamiento Etiologico
Tratamiento Sintomatico
La hiperpotasemia usualmente ocurre durante la fase oligúrica del fallo renal agudo y en
obstrucciones del tracto urinario, viéndose agravada por la acidosis.
Los pacientes con una discreta o moderada hiperpotasemia (6-7.5 mEq/L) sin
compromiso cardiovascular, no necesitan tratamiento específico ya que responderán a la
administración de fluidos y restauración de la diuresis.
Aquellos pacientes con niveles de potasio altos (≥ 8 mEq/L) pueden padecer arritmias
fatales y requerirán tratamiento específico. Las alteraciones electrocardiográficas que se
pueden observar son onda T picuda y estrecha, intervalo QT acortado, prolongación del
intervalo PR, ausencia de onda P, ensanchamiento del complejo QRS y disminución de
la frecuencia cardiaca. (6)
Una acidosis metabólica moderada (bicarbonato > 16 mEq/L) se solucionará con una
correcta administración de fluidos. Solamente está indicado administrar bicarbonato si
la concentración plasmática del mismo es inferior a 12 mEq/L ó el pH<7.1.
La decisión de elegir uno u otro diurético depende de las preferencias del clínico y del
estado del paciente.
También se puede administrar en forma de bolos de 0.25-0.5 g/kg cada 4-6h durante
24-48 h. La dosis total no debe exceder los 2 g/kg. También se pueden administrar
soluciones hipertónicas de glucosa 20%. La dosis inicial es de 2-10 ml/min durante 10-
15 minutos, seguidos de 1-5 ml/min, dosis diaria total de 22-66 ml/kg.
También se puede administrar Glucosa 50 % a dosis de 0,5-1,0 g/kg a lo largo de 15-20
min. Cuando en el urianálisis se detecta glucosuria, quiere decir se han saturado los
mecanismos de transporte tubular renal y se debería haber iniciado la diuresis.
En los animales con ira, la administración de una dieta adecuada está limitada porque a
menudo requieren una prolongada hospitalización y suelen presentar náuseas, vómitos y
otras complicaciones gastrointestinales de la uremia. Para proporcionar una ingestión
calórica adecuada muchas veces hay que recurrir a la nutrición parenteral, a la vez que
se instauran tratamientos antieméticos. una vez resueltos vómitos y náuseas debería
iniciarse lo antes posible una alimentación enteral. Si el animal es incapaz de ingerir por
su cuenta las suficientes calorías, deberán colocarse sondas nasogástricas, esofágicas o
tubos de gastronomía a fin de garantizar el aporte calórico necesario (6).
ESPECIE: Canino
RAZA: Pitbull
SEXO: Hembra
EDAD: 3 años
TALLA Y/O PESO: 22 kg
COLOR DEL MANTO: marrón.
ESTADO REPRODUCTIVO: hembra entera
2. CONSTANTES FISIOLÓGICAS:
Temperatura: 41 °C.
Frecuencia respiratoria: 48/RPM
Frecuencia cardiaca: 120/LPM
Color de mucosas: ligeramente pálidas.
Tiempo de llenado capilar: 2 seg
3. SÍNTOMAS:
Depresion.
vómitos
Abdomen distendido
Letargia
Polidipsia poliuria
Deshidratación.
Diarrea
Postración
4.-DIAGNOSTICO:
4.1.- Diagnóstico Presuntivo
Tumor abdominal.
Piometra.
5.- TRATAMIENTO:
FLUIDOTERAPIA: Para corregir la azotemia antes del tratamiento quirúrgico
y por lo tanto el funcionamiento renal.
OVARIOHISTERECTOMIA.
Protocolo de Anestesia
Xilacina 0.1mg/kg PV
Diazepam 0.3mg/kg PV
Tramadol 4mg/kg PV
Ceftriazona 25ml/kg PV
Limpiar y desinfectar.
Después de la cirugía Lea continúo internada por siete días en la veterinaria, recibiendo
su tratamiento pos operatorio y por la persistencia de vomitos, cambiándose al cuarto
dia la metoclopramida por ondansentron y sucralfato.
Al séptimo día el paciente se da de alta, con su tratamiento para E.canis para tomar vía
oral, alimento específico para enfermos renales e indicación de regresar en tres semanas
a repetir los análisis de sangre y bioquímica sanguínea o solo perfil renal, y de ahora en
más hacer chequeos mensualmente con el fin de mantener controlada la enfermedad
renal crónica.
DEL CASO
La piometra canina es una patología del sistema reproductivo de la hembra, el cual puede
ocurrir de manera típica en cualquier hembra adulta sin esterilizar que se puede presentar
después del celo y que se define como “la acumulación de material purulento en el interior del
lumen uterino”. En esta patología por el efecto de hormonas como la progesterona y los
estrógenos se produce una hiperplasia del endometrio, el cual además de la apertura del
cuello uterino durante el celo permite la colonización del útero por bacterias que ascienden
desde la vagina. Esta infección al entrar en proceso crónico puede llevar a complicaciones
asociados a la migración bacteriana o endotoxinas al peritoneo o torrente sanguíneo.
En el estudio de caso clínico en este trabajo como pudimos ver en los exámenes que se
realizaron se encontró la relación que existe de esta patología con IRA, esto se puede
comprobar con la azotemia marcada en la bioquímica sanguínea. Actualmente la paciente se
mantiene estable en casa, asistiendo a sus controles periódicos.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
x
1. Serrano S. www.vetpraxis.net. [Online].; 2014. Available from:
https://www.vetpraxis.net/2014/09/18/insuficiencia-renal-aguda-prevencion-y-
tratamiento-inicial/.
9. Chew D. Canine and feline nephrology and urology Estados: Elsevier; 2011.
10. Ross L. Kirk terapéutica veterinaria actual XIV Barcelona: Elsevier; 2010.
12. Hutter E. Enfermedades de los riñones y de las vías urinarias Ciudad autónoma de
Buenos aires. Argentina: Graffo’s; 1995.
14. Elliott J. Como abordar el gato azotémico. Veterinary focus. 2008;: p. 8-15.
20. Seyrek C, Kramer M. Imagen renal en gatos. Veterinary Focus. 2008;: p. 23-30.