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Comida rápida, Delicatesen, restaurantes tipo bufé

La comida rápida o fast food nació en Estados Unidos como una forma de satisfacer las
necesidades alimentarias de una sociedad en la que la producción no dejaba tiempo al
ocio gastronómico. Sin embargo, la comida rápida siempre ha existido en nuestro
entorno en forma de bocadillos o tapas. En el presente trabajo se analizan los valores
nutricionales de este tipo de comida y se clarifican algunas concepciones erróneas al
respecto.
Nuestra sociedad, cada día con más prisas para todo, también ha integrado la comida
rápida en los hábitos alimentarios de la población. La comida rápida, importada de
Norteamérica, donde es ya un hábito cotidiano, se implanta en nuestra sociedad y gana
cada vez más adeptos, especialmente entre la juventud. Aunque existen muchos
detractores de este tipo de alimentación por causas dietéticas y de otros tipos, no
podemos decir que se trate de algo estrictamente desaconsejable, aunque sí lo es cuando
pasa a ser un hábito diario.

Características

A pesar de la recuperación en nuestro medio del prestigio de la dieta mediterránea,


existe una amplia implantación de establecimientos en los que se sigue un sistema de
preparación de comidas propias de la cultura norteamericana. Podemos englobar dentro
de este grupo de comida toda una serie de preparados que tienen características
comunes.

Gran diversidad de productos

Se preparan normalmente alimentos como hamburguesas, hot dogs, patatas fritas,


pizzas, bocadillos, ensaladas y, en general, platos que no demanden una gran
elaboración. Debido a la gran diversidad de productos no se puede hacer una valoración
en su conjunto.

Precio módico

La escasa elaboración de este tipo de comida, así como el hecho de que en estos
establecimientos no se sirve la comida a la mesa, comporta un ahorro importante de
personal, lo que permite abaratar los costes de la preparación resultante.
Su presentación también es indicativa: se sirven en bandejas, bolsas de papel o plástico,
de manera que puedan ser trasladados fácilmente. No hay que lavar los platos, por lo
que el personal puede ser también reducido. Además, muchos de estos alimentos pueden
ser preparados con antelación, lo que también abarata los costes.

Rapidez

El adjetivo que define a este tipo de comida es rápido. Ello ya dice mucho de la manera
en que son preparados y consumidos los alimentos, no siempre de acuerdo con lo que se
espera de una ingestión relajada y saludable.

Calidad de los alimentos empleados

También se puede cuestionar la calidad de los productos empleados para la elaboración


de una comida que no siempre gozan de unas características óptimas. Los detractores de
este tipo de alimentación la denominan a menudo como comida basura, aunque esto no
es siempre así.

La higiene alimentaria que se lleva a cabo por las grandes cadenas multinacionales
de fast food suele ser cuidada al máximo (mucho más que cuando la elaboración es
casera o en un pequeño restaurante), pues una contaminación que causara una
toxiinfección podría ser ruinosa para la empresa.

Hay que intentar ser críticos y objetivos al máximo desde el punto de vista nutricional,
pues no estamos hablando de un tipo de comida que pueda ser valorada globalmente, ya
que se incluyen en ella muchos tipos de alimentos y con preparaciones muy diversas.

Globalización y diversidad gastronómica

Muchos de los establecimientos que preparan este tipo de comida pertenecen a empresas
multinacionales que preparan un tipo de comida homogénea e implantada en todo el
mundo. El problema es que este tipo de comida globalizadora amenace la diversidad
gastronómica mundial. Existe incluso un movimiento denominado Slow Food (comida
lenta) que defiende la diversidad gastronómica de las tradiciones culinarias propias de
cada país y en contra de la fast food.

Homogeneidad

El sabor de un determinado producto es siempre predecible, así como su envoltorio y la


manera en que se presenta en todo el mundo. Ello implica que el producto ha sufrido un
tratamiento previo importante.

Tipos de comida rápida

Existen muchos tipos de platos que pueden ser incluidos dentro de la comida rápida. No
todos son desaconsejables o poco saludables. Es más, algunos de ellos pertenecen a la
gastronomía propia de cada país o están arraigados a tradiciones culturales o religiosas;
otros se enmarcan abiertamente dentro de la dieta mediterránea. Aunque pueda parecer
absurdo, la valoración nutricional que haremos de ellos no sólo depende del producto en
sí, sino de la manera en que se consume. No es lo mismo consumirlo en todas las
comidas principales de la semana o hacerlo tan sólo ocasionalmente, ingerirlo a alta
velocidad o en 5 minutos, comerlo sin cubiertos o sentado en una mesa.

A continuación haremos un breve repaso de los alimentos incluidos en esta categoría


que se consumen en nuestro país.

Tapas

La cultura de las tapas promueve la sociabilidad. Hace que la comida sea más variada y
divertida. Su inconveniente nutricional es que no son comidas muy saludables porque a
menudo se interrumpe el proceso digestivo debido a la ingestión intermitente.

A menudo se trata de comidas muy ricas en grasas y proteínas y bajas en fibra dietética.
Dado que se trata de comidas preparadas con antelación, es importante que sea tenida en
cuenta la higiene alimentaria, así como la manipulación de salsas, que son
probablemente contaminables.
Otro aspecto a destacar es el papel de la comida a base de tapas como hábito cotidiano
dentro de la ingestión diaria. Si las tapas sustituyen a una comida puede provocar un
déficit nutricional importante, mientras que si su papel es el de un añadido calórico
antes de la comida principal puede darse un exceso calórico acompañado también de
déficit nutricional.

Bocadillo

Es el tipo de alimentación rápida más habitual en nuestro medio. Podemos enmarcarlo


dentro de la dieta mediterránea por su composición nutricional.

Si el bocadillo, de forma ocasional, pasa a sustituir la comida principal debería


completarse con una ensalada y un postre

El bocadillo como preparación culinaria es ideal para desayunos y meriendas,


especialmente para niños y adolescentes en edad de crecimiento, porque aporta la
energía necesaria para el crecimiento así como un aporte importante de azúcares de
absorción lenta que proporcionan glucosa al cerebro (los escolares están en una etapa de
crecimiento y aprendizaje). Es muy aconsejable cuando se ingiere en sustitución de la
bollería, para evitar un aporte de grasas ocultas.

Si se toma como tentempié o sustituyendo una comida, tanto en niños como en adultos,
se debe de tener en cuenta que hay que equilibrar la dieta del resto del día, teniendo en
cuenta que la ingestión de hidratos de carbono ya ha sido elevada (un bocadillo de 125 g
de pan aporta un total de 70 g de glúcidos y de 320 kcal aproximadamente si tenemos
tan sólo en cuenta el pan, a lo que habrá que añadirle los ingredientes.

Si se sustituye una comida principal por un bocadillo no es


aconsejable hacerlo de forma diaria. Podríamos ocasionar
desequilibrios alimentarios y hábitos dietéticos poco
saludables; entre ellos, el hábito de ingerir comida rápida.
Es también aconsejable no comer con prisas. La ingestión
requiere una masticación correcta.

Por otro lado, si el bocadillo, de forma ocasional, pasa a


sustituir la comida principal debería completarse con una
ensalada y un postre. Con ello hacemos un aporte vegetal; el postre podría ser lácteo
(queso o, mejor, yogur) o una pieza de fruta. También es importante no olvidar la
bebida, mejor agua o zumo de frutas.

A ser posible sería adecuado que el bocadillo contenga elementos vegetales como
ensalada, tomate en rodajas o untado en el mismo pan, pimiento, cebolla, pepinillos...
Con ello aportaremos vitaminas y antioxidantes, así como algo de fibra dietética.

Existe una gran variedad de ingredientes utilizados para preparar un bocadillo. Podemos
untarlo con tomate y añadirle aceite y sal. Ésta es una costumbre habitual en Cataluña,
que mejora la esponjosidad del pan y la calidad vitamínica del producto final. Si le
untamos tomate de forma cruda se mantiene
todo su aporte de vitamina C y provitamina A.
El aceite es mejor que sea de oliva virgen y se
debe utilizar la sal en cantidades moderadas.

Los ingredientes que van a formar parte de


este bocadillo pueden ser muy variados: carne y derivados (embutidos), queso, pescado
(atún, sardinas, anchoas), huevos (tortillas). A título de ejemplo, en la tabla 2 se muestra
el valor nutricional de un bocadillo pequeño de queso manchego. Se puede calcular el
valor de cualquier otro bocadillo con las tablas que se proporcionan de los diferentes
tipos de pan y ingredientes diversos.

GOURMET DELI
Nuestra carta le presenta una exquisita selección de platos tradicionales e
internacionales de la mejor calidad. Además es un
orgullo para nosotros ofrecer el mejor y más
reconocido desayuno buffet de la ciudad.
Deleite su paladar con nuestros deliciosos platillos o si
lo prefiere ordene algo para llevar. Ofrecemos una
amplia variedad de sánduches, wraps, ceviches, tortas
y postres.
Nuestro Gourmet Deli es un lugar acogedor y punto
de encuentro de los vecinos de la zona.

https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-comida-rapida-una-alternativa-

alimentacion-13039716

https://www.cursosgastronomia.com.mx/blog/consejos/tipos-de-restaurante/

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