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UNIVERSIDAD AMERICANA

La pobreza y el género.

Estudiante: Andrea Patricia Farrach Mairena - 19014488

Docente: Yesbell Lisseth Talavera Galeano.

Fecha: 15 de noviembre del 2021.


La pobreza se puede manifestar de diferentes maneras según el grupo social al que se
pertenezca, por ejemplo, un factor es el género; aunque, hombres y mujeres sufren de
pobreza, las mujeres son afectadas más intensamente debido a distintas causas, como lo es la
ausencia de empleos dignos, los trabajos no remunerados, las jornadas largas y la brecha
salarial. En ningún país del mundo hay una existencia de igualdad económica entre
hombres y mujeres; a nivel mundial hay una brecha salarial del 24% y 700 millones
menos de mujeres que hombres con trabajos no remunerados.

La brecha salarial y la desigualdad salarial, son dos conceptos que van de la mano, siendo
causas de la pobreza con relación al género. Se puede definir a la brecha salarial como la
diferencia promedio entre los salarios de hombres y mujeres, mientras que la desigualdad
salarial se define como la remuneración de manera desigual, que se da cuando se les paga
menos a las mujeres que a los hombres por hacer exactamente el mismo oficio. Hay distintos
factores que influyen en la existencia tanto de la brecha salarial, como de la desigualdad
salarial. Mayormente la inexistencia de la igualdad económica se debe a la infravaloración y
la desigualdad al momento de la remuneración a las mujeres en empleos que requieren los
mismos esfuerzos o habilidades. Según la ONU, en todo el mundo las mujeres apenas ganan
77 centavos por cada dólar que gana un hombre, lo que termina provocando una desigualdad
de ingresos entre mujeres y hombres, ocasionando que más mujeres sean expuestas a la
pobreza.

Respecto a la brecha salarial, hay distintos factores, como lo son los empleos a tiempo
parcial, en el cual el porcentaje de mujeres con estos empleos es mayor al de los hombres.
Además, en muchas ocasiones las mujeres reducen sus jornadas laborales para poder hacer
frente al trabajo no remunerado, que es del cuidado de las familias. Como consecuencia, las
mujeres ingresan una menor cantidad de dinero que los hombres, al ocupar estos trabajos a
tiempo parcial en mayor porcentaje que los hombres. Se puede asociar al alto porcentaje de
mujeres en empleos a tiempo parcial, a la desigualdad de reporte de los trabajos no
remunerados de cuidados, que son realizados en su mayor parte por las mujeres, y termina
limitando su disponibilidad de horas para realizar un trabajo remunerado.

Otro factor, son los peores empleos, con esto me refiero, a los sectores y empleos peor
remunerados, siendo estos donde las mujeres están más presentes. Las mujeres tienen menos
posibilidades de obtener un empleo de mayor nivel y de progresar en sus carreras
profesionales, una circunstancia que produce esto, es la discriminación por maternidad, donde
no se dan las suficientes oportunidades y afecta los ingresos económicos, aportando a la
desigualdad económica. En este caso, se asocia este factor, con los estereotipos de género que
se muestran en las empresas y organizaciones, que asocian cargos de responsabilidad a los
hombres, conocido como techo de cristal, que es un término que se utiliza para hacer
referencia a las barreras que la mujer tiene para avanzar en la escala laboral.

Y, por último, está el desconocimiento del origen preciso de las diferencias salariales entre las
remuneraciones de trabajadoras y trabajadores, puesto que estas remuneraciones no son
analizadas en detalle. En las estadísticas globales, las diferencias salariales se pueden
manifestar de una manera confusa, donde no se dispone de un análisis para poder verificar los
orígenes precisos de dichas diferencias. El desconocimiento hace que no se adopten medidas,
y por lo tanto se perpetúan las diferencias salariales. Se puede asociar a este punto, a los
poderes públicos, que deben promover que los empleadores realicen mediciones
correspondientes, y también elaborar estadísticas con análisis precisos.

Como conclusión, podemos comprobar la existencia de la desigualdad salarial y de la brecha


salarial; junto con la mención de distintos factores que influyen de manera relevante con la
existencia de las mencionadas anteriormente, que son la desigualdad en las remuneraciones
de mujeres en los mismos empleos, los empleos a tiempo parcial, los peores empleos y el las
diferencias salariales injustificadas, que son reflejadas en estadísticas globales.

Para finalizar, confirmamos que hay una relación del género con la pobreza, dado que en
cada uno de los factores, ya mencionados, son consecuencia de, tanto formas de
discriminación (en el caso de la maternidad), como de la perpetuación de los estereotipos de
género, como el ejemplo del techo de cristal. Esto y más, confirma que la pobreza tiene rostro
de mujer.
Bibliografía

1. https://tec.mx/es/noticias/saltillo/educacion/la-brecha-salarial-existe-y-tambien-constit
uye-violencia-de-genero
2. https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/la-pobreza-tiene-ge
nero/
3. https://www.gob.mx/conavim/articulos/que-es-el-techo-de-cristal-y-que-pueden-hacer
-las-empresas-para-impulsar-la-igualdad-de-genero?idiom=es
4. https://lac.unwomen.org/es/que-hacemos/empoderamiento-economico/epic/causas-de-
la-brecha
5. https://www.ilo.org/infostories/es-ES/Stories/Employment/beyond-the-glass-ceiling#b
eyond

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