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Con el pasar del tiempo se han construido ciertas expectativas con relación a
comportamientos, actitudes y actividades que se tienen hacia hombres y mujeres.
Esto es lo que hoy conocemos como “roles de género”. La mayoría de la población
nace con una identidad sexual y sexo definido que lo lleva a recibir mensajes de la
sociedad acerca de cómo debería actuar, las personas van construyendo su
comportamiento según la concepción que se nos ha impuesto de que tareas
realizan los hombres, o como se debe comportar una mujer, incluso, creamos
estereotipos de cómo se deben ver los cuerpos de una persona según su genero y
como deben ser sus relaciones interpersonales.
La relación entre genero y desigualdad se basa en estos roles y expectativas que
se han convertido en normas de genero en la sociedad, algunas tienen ciertas
diferencias, pero apuntan al mismo problema de “dominación” y “opresión”. Estas
normas pueden llevar a la discriminación, marginación, y limitación de
oportunidades para individuos que no se ajustan a las expectativas tradicionales
de género. Esto lo podemos asociar también con la sexualidad y los estereotipos y
estigmas que se tienen respecto a esto, ya que muchas personas relacionan los
comportamientos “fuera de las normas de género” con una sexualidad diferente a
la heterosexualidad y se ve desde una perspectiva negativa a quienes pertenecen
a estas comunidades, llevando ahombres y mujeres a actuar más varoniles,
fuertes o “machos” y a las mujeres mas femeninas y sumisas para encajar en
sociedad y no ser discriminados y segregados por salir de estos esquemas.
La desigualdad de genero puede afectar una amplia gama de ámbitos como la
economía, la educación, acceso a recursos como la salud, la política, la familia y el
cuidado e incluso surge un fenómeno llamado “violencia de género”.
En el ámbito económico las mujeres suelen enfrentar disparidades salariales y
limitaciones en el acceso a empleos de alta jerarquía o sectores específicos.
También pueden enfrentar obstáculos para acceder a créditos y recursos
financieros. Por otro lado, los hombres pueden enfrentar presiones para cumplir
con roles de proveedores principales en la familia, lo que puede generar estrés y
dificultades para aquellos que desean explorar opciones de carrera no
tradicionales o para aquellos que desean asumir roles más activos en la crianza
de los hijos.
En casos de acceso a recursos como educación y salud, Aunque la brecha de
género en la educación se ha reducido en muchos lugares, aún existen
desigualdades en el acceso y la calidad de la educación para niñas y mujeres en
algunas regiones y, aunque en algunos casos los hombres pueden disfrutar de
ciertas ventajas en términos de acceso a oportunidades educativas, también
pueden enfrentar estereotipos y expectativas de género que limitan su
participación en ciertas áreas académicas o extracurriculares. También Las
mujeres pueden enfrentar barreras en el acceso a la atención médica, incluyendo
la salud reproductiva, y pueden experimentar disparidades en el tratamiento
médico en comparación con los hombres, incluso aún hay vacíos en la
investigación de patologías en las mujeres y el funcionamiento y anatomía del
organismo femenino debido a la falta de interés, segregación y rechazo que se
“tenía” por las mujeres y los hombres pueden enfrentar estigmas en torno a la
búsqueda de ayuda y apoyo para problemas de salud mental, lo que puede llevar
a tasas más altas de suicidio y enfermedades relacionadas con el estrés. Además,
los estereotipos de género pueden influir en los comportamientos de riesgo en
términos de salud física.
Hablando también sobre política se encuentra que las mujeres están
subrepresentadas en los ámbitos políticos y de toma de decisiones en muchos
países, lo que limita su capacidad para influir en las políticas y programas que
afectan sus vidas y, aunque los hombres generalmente están mejor representados
en los ámbitos políticos y de toma de decisiones, también pueden enfrentar
presiones para adherirse a normas de masculinidad tradicionales que limiten su
expresión y participación en la política.
Las expectativas de género también pueden influir en la distribución del trabajo
doméstico y el cuidado de los hijos, lo que puede afectar la participación equitativa
de hombres y mujeres en la vida familiar y laboral.
Y en términos del concepto de violencia de género, que abarca todos los actos
dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su
género, las mujeres y las niñas son más susceptibles a experimentar violencia
física, sexual y emocional debido a desigualdades de poder arraigadas en las
normas de género y, aunque las tasas de violencia física y sexual son más altas
entre las mujeres, los hombres también pueden ser víctimas de violencia
doméstica, abuso sexual y otros tipos de violencia de género. Sin embargo, debido
a los estigmas sociales y las expectativas de género, es posible que los hombres
enfrenten barreras adicionales para buscar ayuda y apoyo.