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Universidad Veracruzana

Facultad de Estadística e Informática

Capítulo 4: Habilidades
interpersonales.

Ricardo Rafael Pajonares Sedas


Licenciatura en Tecnologías Computacionales
Habilidades Directivas
Prof. Aquiles Orduña González
Reporte del capítulo 4: Habilidades interpersonales.

Las habilidades interpersonales hacen referencia a todas aquellas habilidades que


tiene un director para permitir relacionarnos mejor con las personas y poder así
tener una mejor comunicación y por ende, un mejor desempeño. Pero lo
interpersonal no solo se refiere a un grupo de trabajo y/o subordinados; el director
siempre está en contacto con proveedores, clientes, inversionistas, etc. El director
está en una constantemente comunicación con su entorno, haciendo de está la
actividad con más recurrencia en su ambiente laboral.

La comunicación que se tenga entre el director y todos los involucrados en el


proyecto es muy dinámica, y esta depende de factores como el ambiente laboral o
la confianza que se tienen mutuamente, me explico: Si el director mantiene una
relación estrecha y amigable con sus subordinados, conoce al cliente y lo que
quiere, y le da un trato ameno a sus inversionistas, es probable que el proyecto
vaya por un buen camino; a esto se le llama dinámica positiva.
Su contra parte es la dinámica negativa, que es cuando todas las partes o gran
parte de todos los involucrados están en constante conflicto, se caen mal o no les
gusta interactuar entre sí.

Sin embargo, la mayor parte de las interacciones quedan en un punto medio, pues
cuando se trata de un proyecto chico/mediano/grande se mantiene un contacto
formal, tolerable y profesional. Al hacerlo, puede que sus interacciones mejores y
puede que su relación se torne más amigable y tenga repercusiones positivas para
todo los miembros del proyecto.

Las relaciones interpersonales afectan en efecto de domino, positivamente como


negativamente. Los afectados son tanto como el director como sus subordinados
(Si hablamos meramente del contexto de trabajo). La actividad interpersonal
representa una base sólida de apoyo social. El buen ambiente laboral es una
fuente de cooperación. Si todos se apoyan entre sí y trabajan juntos pueden hacer
incluso más de lo que ellos mismos habían previsto desde un principio.

Muchas maneras hay para intentar sentir empatía con los subordinados, tales
como el contrato psicológico, el engranaje persona-empleo y el reconocer las
diferencias que hay entre todos los involucrados.
Empecemos por el contrato psicológico que no es más que una serie de
pautas/convenios que se le prometen al trabajador respecto de lo que puede
contribuir a la organización y/o proyecto. Este tipo de contratos no están definidos
sobre papel y sus términos no son negociables; digamos que son los bonos que te
dan por hacer bien tu trabajo.

El trabajador tiene que aportar esfuerzo, capacidad, lealtad, habilidades, tiempo y


competencia para poder aspirar a un contrato psicológico. Esto es un motivante
para ellos, pues aspiran a tener una remuneración económica, seguridad de

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empleo, prestaciones, un mejor estatus y oportunidades para ascender o hacer
una carrera.
Si ambas partes, como el individuo como la organización acuerdan que el contrato
está equilibrado y justo, estarán satisfechos con el trabajo y muy probablemente
se sostengan por un largo rato. Por lo contrario, si estos caen en una dinámica
negativa, podría iniciar un declive en rendimiento o que simplemente busque
trabajo en otro lugar.
Para evitar caer en esto el director debe asegurarse de que todos los involucrados
están aportando algo de valor y al mismo tiempo que las cosas que se le ofrezcan
a cambio sean correctos.

Otro aspecto importante es el “engranaje persona-empleo” que en palabras


sencillas habla del equilibrio entre las aportaciones que nos proporcionará el
trabajador y las aportaciones que se le darán por cumplir las mismas. Caer en
armonía, pues.
Para ello hay que ser meticuloso, ya que cada individuo es diferente y no podemos
recompensarlos de la misma manera ni tampoco exigirles del mismo modo. Medir
las habilidades y el desempeño es difícil, y evaluar las necesidades, actitudes y
personalidad es aún más.

Para ello es importante saber las diferencias individuales y poder distinguirlas en


cada uno de nuestros colaboradores. Cómo citaba el maestro Aquiles en la clase
anterior:
El trabajo del rector de la facultad no sólo se limitada a estudiantes y maestros, si
no que él tiene que conocer a todos los involucrados en la facultad; tanto
maestros, conserjes, secretarias, jefes de carrera, pasantes etc etc. Si este los
conoce tanto laboralmente como psicológicamente, este puede sacar el máximo
provecho de ellos y así, colectivamente ser un módulo de trabajo consistente y
eficaz. Conocer los atributos personales de cada persona mejora la comunicación
y el desempeño grupal.

Motivar al trabajo siempre es importante, una función básica. Este proceso puede
resultar muy difícil, pues depende mucho de las habilidades interpersonales que
tenga el director. La motivación laboral es la capacidad que tienen los directores,
empresas y organizaciones para mantener el estímulo positivo de sus empleados
en relación a todas las actividades que realizan para llevar a cabo los objetivos de
la misma.

La meta es siempre tener motivados a tu grupo de trabajo, tenerlos en un alta


estima para que ellos puedan desempeñar al máximo sus capacidades laborales y
sociales. El desempeño individual está dividido en tres partes: La motivación, la
capacidad y el entorno laboral.
Si un trabajador no tiene las habilites necesarias para desempeñar su trabajo el
director puede remplazarlo o capacitarle.

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Pero eso es justamente lo que hay que hacer, motivarle.
Para ello tenemos la pirámide de Maslow. La pirámide de Maslow es una teoría de
motivación que trata de explicar qué impulsa la conducta humana. La pirámide
consta de cinco niveles que están ordenados jerárquicamente según las
necesidades humanas que atraviesan todas las personas.
En el nivel más bajo de la pirámide se encuentran nuestras necesidades más
básicas, como alimentarse o respirar. Cuando satisfacemos esas necesidades

básicas, estamos rellenando la base de la pirámide, y solo al cubrir esas


necesidades podemos subir al siguiente nivel, donde se encuentran
las necesidades superiores.

La teoría de la pirámide de las necesidades de Maslow explica de forma visual el


comportamiento humano según nuestras necesidades. En la base de la pirámide
aparecen nuestras necesidades fisiológicas, que todos los humanos necesitamos
cubrir en primera instancia. Una vez cubiertas estas necesidades, buscamos
satisfacer nuestras necesidades inmediatamente superiores, pero no se puede
llegar a un escalón superior si no hemos cubierto antes los inferiores, o lo que es
lo mismo, según vamos satisfaciendo nuestras necesidades más básicas,
desarrollamos necesidades y deseos más elevados.

1) Necesidades fisiológicas: Son las únicas inherentes en toda persona, básicas


para la supervivencia del individuo. Respirar, alimentarse, hidratarse, vestirse,
sexo, etc.
2) Necesidades de seguridad: Se busca crear y mantener una situación de orden
y seguridad en la vida. Una seguridad física (salud), económica (ingresos),
necesidad de vivienda, etc.
3) Necesidades sociales: Implican el sentimiento de pertenencia a un grupo
social, familia, amigos, pareja, compañeros del trabajo, etc.

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4) Necesidades de estima/reconocimiento: Son las necesidades de
reconocimiento como la confianza, la independencia personal, la reputación o
las metas financieras.
5) Autorrealización: Este quinto nivel y el más alto solo puede ser satisfecho una
vez todas las demás necesidades han sido suficientemente alcanzadas. Es la
sensación de haber llegado al éxito personal.

Trabajar con diversidad, equipos y conflictos es conocer la diversidad que existe


en la comunidad humana cuando la mayoría de sus miembros son diferentes a
grandes dimensiones de los demás. Puede sonar como un problema, pero no; me
explico: Si en una comunidad todos fuéramos iguales no habría diversidad y por
ende no habría competitividad ni ningún otro factor diferencial, y eso es lo que nos
hace humanos, que nadie es igual. La relación entre las habilidades
interpersonales y la diversidad son uña y mugre, son reciprocas.

Con una mayor diversidad, viene un aumento en las perspectivas. Personas de


diferentes orígenes religiosos, culturales, nacionales o raciales pueden tener
diferentes experiencias y ofrecer perspectivas únicas sobre la solución de
problemas, atrayendo clientes y la interacción con los compañeros de trabajo.
Estas nuevas perspectivas e ideas pueden ayudar a las empresas a crecer y
expandirse en emocionantes nuevas direcciones.

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