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A cada miembro de la familia le repartirá un rol para interpretar. De ese modo cada
miembro familiar tendrá la oportunidad de "introducirse en la piel del otro". El padre
puede representar a la hija adolescente, la madre al padre, el hijo a la madre...
Con esta técnica cada cual ha de de verse, ha de responder con ese papel y explorar
cómo se ha sentido. La representación se realiza en la sesión de Mediación, de manera
espontánea, se aconseja no pensar excesivamente lo que se va a expresar. Es
importante observar la naturalidad de lo que ocurrirá en escena por parte de cada de
uno de ellos.
Una vez terminado el Role-Playing el mediador dará turno de palabra a cada uno de
ellos y escuchará cómo se han sentido, qué han percibido. Si alguno de los personajes
no ha podido hablar, también será interesante, puesto que algo se está queriendo
indicar con el silencio.
Esta técnica es fácil de utilizar y nos da mucha información del contexto familiar. Es una
forma de "romper el hielo" en las familias, así que podéis utilizarla en cualquier
momento y las veces que se quiera.
lesiones en el ojo. El profesor convoca a la madre para reunirse esa misma tarde en el
instituto, solicita que los padres acudan con el hijo.
Para representar esta situación, necesitamos los siguientes personajes: el profesor, el
padre, la madre, el adolescente. El mediador repartirá los personajes a cada miembro
de la familia. Tras observar lo escenificado se compartirá lo sucedido y se advertirá el
motivo de cada acción.
Del mismo modo atender al joven en su sentir nos ayudará a calmar el ambiente, bajar
la tensión familiar y facilitar la escucha entre ellos.
Veamos unas técnicas que facilitan la expresión de sentimientos y que podemos utilizar
en cualquier momento del proceso de la Mediación:
-Técnica de las "emociones creadas". El mediador invita a ponerse de pie a todos los
miembros de la familia y les solicita sentir distintas emociones.
Ejemplo: "vamos a pensar en algo que nos entristece", "ahora vamos a pensar en algo
que nos entusiasma", "ahora vamos a pensar en algo que nos enfurece".
-Técnica del "papel de color". El mediador invita a escribir con un color cómo se han
sentido en ese instante de la crisis en la misma sesión. Una vez escrito, cada uno lee en
voz alta y lo rompe de inmediato, así uno por uno, todos ellos.
Esta información nos va a dar muchas pistas sobre lo que esperan los padres de sus
hijos, lo que quieren que logren sus hijos, lo que van a intentar evitar de sus propios
fracasos, en definitiva, lo que necesitan mejorar y sanar de ellos mismos desde la
historia de sus propios hijos.
Es reconfortante para los padres comprenderse ante esta situación que viven sus hijos
adolescentes desde su vivencia personal. Es una forma de acercarse más a la realidad
del conflicto familiar y poner orden, comprensión y estabilidad en la toma de
decisiones y de acuerdos. Desde la calma y el entendimiento llega la flexibilidad y la
tranquilidad, tan necesarias e importantes en la resolución de conflictos.
El mediador puede en sesión individual con cada uno de los padres, pasarles una
encuesta en la que podrán analizar y reflexionar sobre esta cuestión y facilitar el llegar
a acuerdos con sus hijos adolescentes. Ver Anexo 3.
En las familias no solo los padres biológicos son los únicos que influyen en los
muchachos, hemos de valorar si existen parejas, abuelos, tíos, primos que conviven en
el hogar del adolescente, que ejercen un papel relevante en su educación e incluso
mayor.
Hay adolescentes que han convivido más con los abuelos que con los padres. En este
sentido es importante pedir opinión y del mismo modo entrevistarnos con estos
adultos que son valiosos para los muchachos y las muchachas.
El papel de los abuelos puede ayudar muchísimo en la consecución de un acuerdo
familiar dada la flexibilidad y la capacidad que poseen en minimizar los problemas. El
mediador ha de conocer el contexto familiar en su totalidad y las relaciones que se
establecen entre ellos. Ahora bien, también es cierto que el profesional, sin
experiencia, ha de evitar irse al extremo de querer entrevistarse con todos los
familiares. Sería improcedente por la importancia que supone para el adolescente la
intimidad y el ser tratado como adulto.
Los padres autoritarios o permisivos han de aprender a gestionar las normas y los
castigos que proponen a sus hijos adolescentes. Los autoritarios se excederán en la
dureza de las reglas y sanciones y los permisivos tenderán a evitar marcar límites al
hijo, llegando de ambas formas al desorden y a la irresponsabilidad.
y el vínculo entre el padre y los hijos. Para ello es imprescindible investigar cómo se
relaciona el padre con su pareja y cómo anda la relación conyugal de los padres.
Puede suceder que la madre aleje al padre de la educación de los hijos. Es un aspecto
espinoso porque en este modelo desequilibrado de roles, se dará una cadena de
acontecimientos complementarios insatisfactorios. El padre no se implica por
comodidad o incapacidad, la madre se implica demasiado y se encarga del hijo en
exceso. Si aparta al padre de la educación de su hijo, el resultado es negativo, el padre
culpabilizará a la madre de querer ocuparse ella de todo y la madre acusará al padre
que él no ha participado. Evidentemente esta dinámica relacional es perjudicial para
todos y ha de modificarse. El mediador ha de saber que costará mucho tiempo
transmutar estos roles sobre aprendidos por parte de ambos.
Es muy común escuchar a los padres la siguiente expresión " es que ya ha perdido mi
confianza", "es muy difícil que pueda ganar mi confianza", "para ganar mi confianza me
lo ha de demostrar".
Ante este panorama el mediador ha de "ponerse en guardia" y realizar un trabajo
substancial de compasión hacia los padres. Los padres sienten miedo de perder lo que
ese niño o niña fueron. Por esto, el profesional ha de insistir en recordar cómo fue ese
muchacho de niño y recuperar todo lo verdadero que los padres vivieron con él. Por
más complejo y arduo que resulte, el mediador ha de investigar e introducirse de lleno
en las sesiones para rescatar ese "poco" de positivo que se encuentra en el
adolescente.
Como veis, en las sesiones de Mediación debemos estar preparados para escuchar
múltiples respuestas y descalificaciones entre los miembros de la familia,
acompañadas, al mismo tiempo, de muestras de ternura entremezcladas.