Como Hablar A Tus Hijos-DeFOK

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INDICE
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
7 estrategias para lograr una comunicación eficaz con los niños . . . . . 8
1. Escucha atenta y activa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2. Distingue los sentimientos de los comportamientos . . . . . . . . . . . . . . 11
3. Espontaneidad, sinceridad y autenticidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
4. Utiliza interjecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
5. Ponle nombre a los sentimientos y deduce el nivel de intensidad . . 16
6. Respétate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
7. Respeta los límites . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Apuntes finales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Lo que NO ayuda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Lo que SÍ ayuda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
El regalo más valioso que entregar a un niño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Otra comunicación es posible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
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El ciego y sordo mundo de los adultos
Antes de tener hijos era una madre fantástica. Me consideraba una experta
analizando los problemas que había en otras familias. Después, nacieron mis
hijos. Convivir con niños de carne y hueso te puede bajar mucho los humos. Cada
día por la mañana me decía a mí misma, “hoy será distinto”, pero al final no era
más que una variación de la víspera.
Adele y Elaine
Como madre, padre o profesional que trata habitualmente con niños,

seguro que estas situaciones las reconoces como cotidianas:
Sensaciones de impotencia, culpabilidad e incompetencia.

Frustración, impaciencia e intolerancia ante rabietas y quejas.
Situaciones que se van de las manos. Castigos y gritos.
Insatisfacción y deseo de saber cómo frenar las eternas disputas.
El pensamiento común se resume así:

“Es agotador. No lo soporto. Ya no sé qué más hacer”.
¿Quieres conocer el secreto para cultivar
relaciones de entendimiento con los niños?
Antes de seguir…
Me llamo Júlia Mateo, navarrica de nacimiento y catalana de adopción y

de corazón. También soy madre. Sé lo que es lidiar con esas eternas
batallas, discusiones y desencuentros con los hijos que te llevan a la
desesperación, a la exasperación y al enfado permanente.
Siempre he sido una persona comunicativa y abierta. Por eso, tras años
de compartir experiencias y vivencias con otras madres, docentes y
profesionales que trataban con niños y adolescentes, llegué a la
conclusión de que todos tropezábamos en la misma piedra: evaluar en
lugar de escuchar y aconsejar en lugar de comprender.
Una vez que fui consciente de ello, me propuse aprender a

comunicarme con ellos de una manera diferente para construir vínculos
fuertes y relaciones que nos hagan crecer a todos.
Fue así como establecí contacto y me convertí en partner de las
reconocidas psicólogas norteamericanas Faber y Mazlish, autoras del
método Cómo hablar para que los niños y adolescentes escuchen y
cómo escuchar para que hablen.
Además, me certifiqué como Master-Practicioner en PNL y en

Psicoterapia Centrada en la Persona, Gestalt y Focusing.
¿Sabes cuál fue mi primera conclusión?
Los adultos a menudo somos
ciegos y sordos.
Abordamos la crianza y la educación de los menores
desde una perspectiva de imposición, juicio y sesgo.
No escuchamos. No observamos. No empatizamos.
Lo peor es que ni siquiera lo intentamos.
Y no somos conscientes de ello.
Sin embargo, resulta que para tender puentes de
comunicación, entendimiento y conexión profunda
es necesario escuchar, intentar comprender, apoyar
y acompañar.
Eso es lo que hago desde hace más de 6 años,

primero con Com1nicat́ y ahora desde en
Comohablaratushijos, una web dedicada a la
formación y al acompañamiento de adultos (padres,
madres, educadores, profesores, pediatras,
psicólogos, trabajadores sociales…) para que
aprendan y practiquen algo que te sonará evidente:
Escuchar desde el Corazón
y Hablar sin Evaluar.

¿Sientes que tu capacidad de conexión con los niños está atrofiada?
En este ebook vas a descubrir cómo tender los puentes necesarios para
conseguir una comunicación real, sana y enriquecedora entre adultos y
niños y lograr:

Conectar a nivel profundo, emocional y personal.
Empatizar y transmitir la empatía.
Trabajar la comprensión y el acompañamiento responsable.
Los niños son personas; se merecen respeto, ser escuchados y sentirse

comprendidos.
Voy a mostrarte las 7 habilidades que necesitas para conseguirlo.
7 estrategias para lograr
una comunicación eficaz
con los niños
1. Escucha atenta y activa

La naturaleza nos ha dado dos oídos y una boca para enseñarnos que
vale más oír que hablar. Zenón (filósofo chipriota, 300 a. C.)
Sin embargo, a los adultos nos cuesta permanecer callados,

escuchando y procurando ponernos en la piel de quien habla.
¿Cuántas veces como madre o padre has tenido un día de estrés y tu

estado anímico ha hecho especialmente costoso soportar el enfado, el
llanto o las quejas de tus hijos?
¿Cuántas veces has tratado con niños o adolescentes como
profesional y has hablado con reproches, regañinas, sermones o
consejos?
Los adultos tendemos a dirigirnos a los menores con imposición,

juicios y evaluaciones.
Decidimos lo que está bien y lo que está mal, lo que es soportable y lo
que no (y cuándo), lo que se permite y lo que no, los motivos por los
que se puede llorar, enfadar o disgustar…
¡Juicios, juicios, juicios!
con los niños
¿Y si en su lugar empezamos a escuchar sus necesidades y sentimientos,

dejamos que se expresen y los acompañamos emocionalmente?
¿Y si intentamos comprender?
Por eso, la primera estrategia que te propongo es la de ESCUCHAR.

Un diálogo sano, útil y auténtico es el que está regido por la escucha de
las emociones, ya sean de alegría, de tristeza, de agobio o de enfado.
Para ello:
Inicia la conversación con frases que le indiquen que
te has puesto en su lugar: desde esa perspectiva,
puedes reflejar sus sentimientos.
Rechaza cualquier frase del tipo consejo, crítica o

instrucción: lo único que conseguirás es frenar la
conversación o que el sentimiento desagradable
recaiga sobre ti en lugar de sobre la situación.
con los niños
Veamos un ejemplo típico entre una madre y su hija.
Imagina que tu hija te cuenta que su mejor amiga se

ha reído de ella o la ha ignorado y la evitaba todo el
rato a la hora del recreo.
No te preocupes, mañana ya se te habrá olvidado.

Veo que esto te hace sentir muy triste.
La primera respuesta refleja la tendencia de cualquier padre/madre a

proteger a sus hijos de sus penas e intentar ahorrárselas. Sin embargo,
lo que se consigue es negar sus sentimientos.
Con la segunda respuesta intentamos comprender lo que siente,

reconocerlo y ponerle nombre. Intentamos escuchar desde el corazón,
permitiéndole expresar sus sentimientos con palabras y acompañarle en
su aprendizaje.
con los niños
2. Distingue los sentimientos

de los comportamientos
Otra labor fundamental, pero muy compleja.

Fíjate en la diferencia:
Veo que estás enfadada porque querrías quedarte

con tu amigo a jugar.
Eres una niña muy mala.
Vaya, ahora mismo darías lo que fuera por quedarte

a comer y a jugar en casa de Pedro. Te gustaría no
moverte de esta casa en unas cuantas horas.
No estás contenta con nada.
¿Ves cómo distinguimos emociones de comportamientos?
con los niños
De esta manera, nos resulta mucho más sencillo reconocer sus deseos,
necesidades y sentimientos, y diferenciarlos de sus conductas.

Cuando se consideran las peticiones solo como deseos a los que se
puede responder con un sí o un no, las cosas empiezan a cambiar y
pasa algo genial:
No entras en discusiones ni peleas.

Permites que el niño tenga su deseo sin tener TÚ la obligación
de concedérselo.
Aceptas los sentimientos y limitas el comportamiento.
Recuerda: es más importante para el niño sentirse reconocido y

comprendido que satisfacer un deseo.
con los niños
3. Espontaneidad, sinceridad
y autenticidad
¿Tienes la tendencia de repetir como un loro lo que tus hijos o los
niños con los que tratas a diario dicen en momentos de estrés o
conflicto?
No lo hagas.
Les dará la sensación de que estás representando un papel

antinatural o que te estás riendo de sus sentimientos.
En su lugar, actúa con espontaneidad y con el deseo sincero de
mostrar respeto.
Para ponerlo en práctica:
Usa sinónimos de los sentimientos que nombra o utiliza palabras

que se parezcan a lo que él está expresando.
Evita las preguntas del tipo “¿por qué?” para que no se sienta
amenazado por desconocer la respuesta.
con los niños
Por ejemplo, ante un “Estoy enfadado”, responde algo como “Hay algo
que te pone furioso”.
Oír sus pensamientos y sentimientos parafraseados y clarificados por

otra persona en voz alta le ayudará a escucharse a sí mismo y a
aclarar sus sentimientos contradictorios.
No olvides que, más importante que la herramienta en sí es la

actitud que ponemos al usarla.
con los niños
4. Utiliza interjecciones
La interjección te permite “escuchar por debajo de las palabras” y

conectar con el sentimiento que fluye, ponerle un nombre y lanzárselo
como si fueras un espejo en el que se estuviera mirando.
Unos simples “Oh”, “Ya veo”, “Mmmmm”, “Vaya”, “Ostras”, “Jolín” te

ayudará a detectar el verdadero sentimiento que siente y le transmite
al niño que:
Estás prestando atención a lo que dice.

La comunicación no se ha cortado.
Le sigues acompañando con tanto respeto que no lo quieres
interrumpir.
Le das espacio y tiempo para que busque sus propias soluciones.
Le ayudas a sentirse comprendido y normal.
con los niños
5. Ponle nombre a los sentimientos

y deduce el nivel de intensidad
Lamentablemente, muchas veces el enfado se convierte en un cabreo
de los buenos.
Tú, vas a poder detectar ese cambio en la intensidad del sentimiento,

reconocerlo y reflejarlo.
Esto quiere decir que si su enfado es monumental, en lugar de decir

“Veo que estás un poco molesto”, dile “Veo que estás muy cabreado” o
“Me da la impresión que estás rabioso”.
¿Por qué es importante esto? Porque cuanto mejor describas el nivel

de intensidad del sentimiento, el niño se identificará más con tu
descripción y, por tanto, se sentirá más entendido.
con los niños
Los niños no son tontos. Ante este cambio por tu parte, se percatarán
de tu deseo por establecer una relación afectiva en la que no hay
cabida para:
Sermones
Críticas
Sarcasmos
Preguntas
Órdenes
Ese cambio de actitud provocará una respuesta respetuosa,

colaborativa y comprensiva por parte del niño.
Ese es, precisamente, el tipo de cambio que buscamos.
con los niños
6. Respétate
Hemos hablado de la importancia de tratar con respeto a los niños.
Veamos ahora qué pasa con nosotros, los adultos.
Hay momentos que no estamos de humor para reconocer los

sentimientos de nadie.
Eso es absolutamente normal.
Pero si tú no aceptas, reconoces, expresas y satisfaces tus propias

necesidades ni sentimientos, te va a resultar imposible ofrecer
cualquier tipo de escucha empática a los menores.
Por eso, respeta tus propios sentimientos y emociones. Los niños

percibirán que no pasa nada, que eso está permitido y se “autorizarán”
para ser respetuosos con ellos mismos.
Además de mejorar las relaciones, evitarás descargar tus malos

momentos con ellos.
con los niños
7. Respeta los límites
El respeto no solo se demuestra en el habla, en el trato y en los

gestos. También se transmite con las actitudes y comportamientos.
Por eso, es importante que aprendas a respetar la intimidad de los

niños, sean o no tus hijos.
No pasa nada porque un niño no quiera hablar de algo determinado en

un momento concreto. Acéptalo, respétalo y sé paciente. Cuando lo
necesite, sabrá que estás ahí para escuchar y acompañar.
Eso es suficiente. Y está bien.
Apuntes finales
Tu objetivo es mejorar la relación con los niños, aprender a escuchar

para que hablar con ellos no sea una batalla diaria.
Si quieres conseguir resultados, recuerda estas recomendaciones, que

sirven a modo de resumen.
Lo que NO ayuda
Que quites importancia y niegues lo que está sintiendo en
momentos en que está alterado y con sentimientos
desagradables como enfado, tristeza, celos, miedo.
Que cuando está alterado, tú también te alteres y no reconozcas
ni aceptes sus sentimientos.
Que intentes eliminar la preocupación y el malestar de un
plumazo.
Por el contrario…
Apuntes finales
Lo que SÍ ayuda
Que le permitas que exprese sus sentimientos cuando esté
alterado, quejoso o preocupado.
Que reconozcas y valores sus sentimientos.
Que te relajes y detectes los sentimientos que fluyen por debajo
de sus palabras. Eso te servirá para poder ofrecerle los primeros
auxilios emocionales.
Que NO intentes resolver la situación de manera rápida. Las
heridas emocionales son como las físicas, necesitan un tiempo
para cicatrizar. Huye de las respuestas “no llores” o “no te
enfades”.
Permitir que resuelva sus problemas cotidianos por sí mismo.
Acompáñale para que exprese sus sentimientos, facilita la
resolución por su cuenta, pero no lo hagas tú. Puede que, a corto
plazo te parezca una buena idea, pero esa ayuda, a la larga, lo
hace más dependiente.
Que diferencies sentimientos de comportamientos. Los
sentimientos se reconocen y se aceptan. Los comportamientos
se toleran, se censuran o se limitan.
El regalo más valioso
que entregar a un niño
No. No voy a terminar este ebook diciéndote que le compres un

juguete. ;)
Quiero transmitirte esta idea fundamental: cuando aprendes a
escuchar, empatizar, aceptar y acompañar a un niño y se lo
demuestras, le estás ofreciendo 3 regalos muy importantes:
La fuerza para actuar según sus pensamientos.

La posibilidad de saber qué sienten los demás.
La capacidad de verse a sí mismo como una persona única.
Y todo empieza por el deseo de cambio de paradigma interno:

abandonar los prejuicios, las evaluaciones y las órdenes y sustituirlo
por empatía, comprensión y acompañamiento.
¿Quieres empezar a obsequiar con esos regalos tan valiosos?
La posibilidad de cambio está en tu mano. No será fácil, ni rápido. Sin
embargo, es posible conseguirlo.
¿Quién si no los niños merecen el esfuerzo de intentarlo?
Otra comunicación
es posible
Gracias por llegar hasta aquí y leer el contenido de este ebook.
Enhorabuena porque demuestras una firme intención de cambiar la

forma de relacionarte con los niños y con tus hijos.
¿Te apetece compartir impresiones y experiencias?
Escríbeme un email y cuéntame qué te han parecido las estrategias

que has descubierto en este ebook. Será un placer recibir tu mensaje.
¿Qué puedes esperar a partir de ahora?
En los próximos días te enviaré información útil para ayudarte a

resolver las situaciones de conflicto y acabar con las brechas de
comunicación con niños y adolescentes.
Otra comunicación es posible y juntos vamos a convertirla en realidad.
Un abrazo,
Júlia Mateo
www.comohablaratushijos.com
T el.: 673 332 98 7
E ma il : jul ia @comoha bl a r a t us hijos .com

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Como madre, padre o profesional que trata habitualmente con niños,

Sensaciones de impotencia, culpabilidad e incompetencia.

El pensamiento común se resume así:

Me llamo Júlia Mateo, navarrica de nacimiento y catalana de adopción y

Una vez que fui consciente de ello, me propuse aprender a

Además, me certifiqué como Master-Practicioner en PNL y en

¿Sabes cuál fue mi primera conclusión?

Los adultos a menudo somos

Eso es lo que hago desde hace más de 6 años,

Escuchar desde el Corazón

y Hablar sin Evaluar.

Los niños son personas; se merecen respeto, ser escuchados y sentirse

Voy a mostrarte las 7 habilidades que necesitas para conseguirlo.

1. Escucha atenta y activa

Sin embargo, a los adultos nos cuesta permanecer callados,

¿Cuántas veces como madre o padre has tenido un día de estrés y tu

Los adultos tendemos a dirigirnos a los menores con imposición,

¿Y si en su lugar empezamos a escuchar sus necesidades y sentimientos,

Por eso, la primera estrategia que te propongo es la de ESCUCHAR.

Rechaza cualquier frase del tipo consejo, crítica o

Veamos un ejemplo típico entre una madre y su hija.

Imagina que tu hija te cuenta que su mejor amiga se

No te preocupes, mañana ya se te habrá olvidado.

La primera respuesta refleja la tendencia de cualquier padre/madre a

Con la segunda respuesta intentamos comprender lo que siente,

2. Distingue los sentimientos

Otra labor fundamental, pero muy compleja.

Veo que estás enfadada porque querrías quedarte

Vaya, ahora mismo darías lo que fuera por quedarte

¿Ves cómo distinguimos emociones de comportamientos?

No entras en discusiones ni peleas.

Recuerda: es más importante para el niño sentirse reconocido y

Les dará la sensación de que estás representando un papel

Para ponerlo en práctica:

Usa sinónimos de los sentimientos que nombra o utiliza palabras

Oír sus pensamientos y sentimientos parafraseados y clarificados por

No olvides que, más importante que la herramienta en sí es la

La interjección te permite “escuchar por debajo de las palabras” y

Unos simples “Oh”, “Ya veo”, “Mmmmm”, “Vaya”, “Ostras”, “Jolín” te

Estás prestando atención a lo que dice.

5. Ponle nombre a los sentimientos

Tú, vas a poder detectar ese cambio en la intensidad del sentimiento,

Esto quiere decir que si su enfado es monumental, en lugar de decir

¿Por qué es importante esto? Porque cuanto mejor describas el nivel

Ese cambio de actitud provocará una respuesta respetuosa,

Ese es, precisamente, el tipo de cambio que buscamos.

Hay momentos que no estamos de humor para reconocer los

Eso es absolutamente normal.

Pero si tú no aceptas, reconoces, expresas y satisfaces tus propias

Por eso, respeta tus propios sentimientos y emociones. Los niños

Además de mejorar las relaciones, evitarás descargar tus malos

7. Respeta los límites

El respeto no solo se demuestra en el habla, en el trato y en los

Por eso, es importante que aprendas a respetar la intimidad de los

No pasa nada porque un niño no quiera hablar de algo determinado en

Eso es suficiente. Y está bien.

Tu objetivo es mejorar la relación con los niños, aprender a escuchar

Si quieres conseguir resultados, recuerda estas recomendaciones, que

No. No voy a terminar este ebook diciéndote que le compres un

La fuerza para actuar según sus pensamientos.

Y todo empieza por el deseo de cambio de paradigma interno: