Asociación Española de Psicología Sanitaria

11. ACTITUD DEL MEDIADOR QUE FACILITA CONSEGUIR EL LLEGAR A ACUERDOS

Como hemos estado valorando a lo largo del Manual, el mediador es el instrumento

ideal para facilitar el avance y los cambios en los contextos familiares. El mediador ha
de ser enérgico y eficaz en las dinámicas que surjan en las sesiones.

- LA IMPORTANCIA DE LAS PREGUNTAS CIRCULARES EN LAS ENTREVISTAS

En las sesiones de Mediación el profesional ha de ser capaz de conseguir la mayor

información posible que le permita realizar su hipótesis de trabajo y la resolución del
problema que plantea la familia. Una herramienta imprescindible en las entrevistas es
la utilización de las preguntas circulares. Esta forma de interactuar con los miembros
de la familia facilitará gran cantidad de respuestas.

A la pregunta circular el receptor responderá más allá del Si o del No. Las preguntas
circulares permiten contestaciones más largas y de mayor profundidad. El técnico ha
de entrenarse en esta técnica porque el trabajo y el diálogo con los adolescentes es
muy complejo. En muchas ocasiones puede pasar media sesión de intervención sin
conseguir que el adolescente responda nada, ni siquiera emita una palabra. De ahí la
importancia de ser habilidosos y empáticos para conseguir que el adolescente nos
exprese y nos cuente lo que le va sucediendo.
En la primera entrevista se ha de utilizar mucho la pregunta circular dado que los
miembros de la familia se encuentran preocupados o nerviosos ante la novedad del
proceso de la Mediación al que se presentan.
Veamos algunos ejemplos.

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LINEAL CIRCULAR

Med: Hola Julio, ¿estás bien hoy? Med: Hola Julio, ¿cómo te encuentras hoy?
@: No. @: Bien, mal, esto es un rollo, yo que sé...

Med: ¿Qué sentís del avance de vuestra hija?

Med: ¿Veis avance con la actitud de vuestra Padres: Lo vemos lento, no notamos nada
hija?
Padres: Pues no.

- LA IMPORTANCIA DE LA CONFIDENCIALIDAD Y DE LA NEUTRALIDAD

Aunque en apartados anteriores ya os expresé la importancia de la confidencialidad y

la neutralidad en el proceso de Mediación, insisto en que ambas actitudes son
necesarias para asegurar que los padres y los adolescentes sientan una complicidad y
un respeto en el espacio terapéutico que ayude al avance y a la consecución de
acuerdos hacia la resolución de conflictos.
Cuanta mayor seguridad y profesionalidad sientan los miembros de la familia por parte
del mediador, mayor información y mayor libertad aflorará en el proceso de Mediación
hacia el cambio.

- EL MANEJO DEL MEDIADOR EN SITUACIONES DE OPINIONES OPUESTAS

El profesional ha de estar preparado para manejar opiniones opuestas y muy rígidas

entre el padre y el adolescente, o entre la madre y el adolescente, o entre el padre y la
madre.
Cuando surge una cuestión en la que existe un enfrentamiento con opciones
contradictorias, el mediador ha de lograr que ambas partes entiendan la viabilidad de
las dos opiniones. Por otra parte, ofrecer el camino más adecuado a resolver el
conflicto que se plantee y ser efectivo para que la parte contraria no se sienta
infravalorada o atacada. Es importante obtener que ambas personas se respeten aun

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en la confrontación. Evitar los juegos de poder, de limitación o de sumisión ante la

toma de decisiones.

Suele ocurrir que los padres se muestran groseros si han conseguido hacer ver que
tenían razón y que los adolescentes se manifiesten excesivamente prepotentes y
altaneros. De ahí la importancia en que el mediador alcance estados de armonía, de
conformidad y de tolerancia entre los miembros de la familia.

- CÓMO RESPONDER ANTE UNA CRISIS DE LA FAMILIA EN LA SESIÓN

Hablemos ahora de cómo responderá el profesional cuando se produce una crisis

importante en la sesión familiar.
Puede ocurrir que los padres griten entre ellos, entre padres e hijos.
Puede ocurrir que los adolescentes den un puñetazo en la mesa, rompan una silla en
un estado de rabia, que se marchen de un portazo y que el padre vaya detrás de él...
Puede ocurrir que en la sesión se nos presenten situaciones verdaderamente agresivas,
incómodas y provocadoras entre ellos.

¿Cómo ha de manejar el mediador estas situaciones tan emocionales y viscerales?,

¿cómo ha de mostrarse el profesional ante estos momentos tan críticos?.

En realidad no es tan complicado. El mediador ha de permanecer seguro, claro, con

tranquilidad. Ha de evitar mostrarse sorprendido o impresionado.
Nada de quedarse boquiabierto, sobrecogido o extrañado. Es necesario que el
mediador se convierta en un astuto observador presenciando una escena desde la
butaca de un teatro. El mediador ha de trabajar con los ojos bien abiertos, los oídos en
alerta, la mente centrada y el corazón bien intuitivo. De esta forma podrá resolver el
conflicto y comprender el estado de la familia.

Es normal que surjan momentos de dolor, de tristeza, de rabia, de ira. Tanto los padres
como los adolescentes están sufriendo por una serie de sucesos y sentimientos que ni

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siquiera saben reconocer. El profesional ha de estar muy preparado en aceptar, en

comprender, en mostrar normalidad en lo que les está ocurriendo.
Estas explosiones tan viscerales son la punta de un iceberg de sentimientos que no han
sido ni explorados, ni descubiertos. El mediador ha de transmitir que es importante y
sanador lo que está ocurriendo entre ellos, lo que por fin se está mostrando en la
familia. Ha de manifestar que la crisis va a permitirles llegar a comprenderse
individualmente y en conjunto como familia.

El mediador ha de desmitificar los tópicos actitudinales, ha de "romper" con esa

tendencia a no discutir, a no gritar, a no insultarse.

En realidad es necesario romperse a pedazos, quebrar la dinámica relacional que ya no

sirve. La familia ha de ver y sentir en el mediador la tolerancia y la seguridad de que
todo es necesario, que es favorable llegar a la crisis, a enfrentarse a los miedos de no
ser "la familia perfecta".

El mediador ha de invitarles a sentir qué les ha sucedido, preguntarles qué están

apreciando en el momento en que la crisis ha brotado.
Es muy importante darles a cada uno de ellos ese espacio de profundización, puesto
que es la puerta a la respuesta de muchas cuestiones que les surgen.

Una vez valorado lo que ha ocurrido a cada uno de los miembros de la familia, es
importante que el mediador les felicite por la crisis, por la valentía de enfrentarse, de
soltar lo que sobraba. El mediador ha de tratar muy bien estos sentimientos personales
y estas crisis. De ahí la importancia de la preparación y el aprendizaje en técnicas y en
cuestiones de respuesta emocional.

- ¿CÓMO PUEDE EL MEDIADOR MANEJAR SUS PROPIOS SENTIMIENTOS?

En todos los procesos de Mediación, el profesional siente y le resuenan imágenes de la

familia que atiende, le remueven las situaciones con las que trabaja.

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El mediador ha de estar muy preparado y maduro para este trabajo de interacción con
conflictos familiares.

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