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CAFÉ ORGÁNICO

Si algo bueno ha traído el siglo XXI a los amantes del café es poder encontrar de forma más
fácil una calidad inigualable. Porque parece que fue hace mucho tiempo, pero hasta casi ayer
como quién dice era difícil encontrar un café de tueste natural, casi todo se trataban de café
mezcla o torrefacto completamente, y nadie quiere tomar azúcar quemado en su café.

Por suerte, los tiempos cambian. El torrefacto y mezcla perviven en estanterías de algunos
supermercados, pero parece que por fin los paladares se están afinando. Por eso hay que dar
un paso más allá, porque si uno quiere disfrutar de una taza, en realidad lo que busca es el
café orgánico.

¿Qué es el café orgánico?

Sí. Sí. Ya sabías lo del torrefacto y has comprado hasta ahora café de tueste natural. Y está
mejor, claro. Pero eso es comparar un triciclo con un coche, pero ¿Qué pasa si ahora hay que
comparar un Ferrari con un Ford Fiesta?

Suena a demasiado, pero es así. Porque, aunque se tueste de forma natural, el café al que
hemos estado acostumbrados es un café al que se le suman una barbaridad de pesticidas,
fertilizantes, fungicidas y, en general, un montón de químicos sintéticos. Estos, aunque han
servido para sacar adelante los productos afectan al sabor, y también pueden llegar a incidir
en la salud.

Así se produce la aparición estelar del café orgánico o ecológico. Un café desde que se planta
hasta que se envasa está producido de forma sostenible y sin añadirle ningún producto
químico. Esto significa que hay garantía de que la taza que tomes es única y exclusivamente de
esos granos plantados de forma artesanal y recogidos con mimo.

Las leyes para un café mejor.

Ahora bien, no se trata solo de no echarle fertilizantes. El café orgánico tiene que cumplir con
una serie de pautas para que se le considere como tal.

 Las tierras en las que se cultiva deben estar libres de pesticidas y otros químicos
durante al menos tres años.
 El café orgánico plantado debe estar correctamente protegido frente al resto de
cultivos del área.
 Debe de existir una rotación de cultivos que permita que la tierra se erosione y pierda
nutrientes.
 Las plagas y otras enfermedades se tratarán a través de los bionsumos (pesticidas y
abonos 100% naturales).
 La extracción de las malas hierba se hará de forma manual, sin utilizar herbicidas
químicos.
 Los cultivos de café ecológico estarán a la sombra (para producir humedad suficiente
ya que no se utilizan químicos sintéticos).

Todo esto lleva a que el café resultante sea un producto premium que hasta hace bien poco
estaba al alcance de los gourmets. Pero a pesar de que el proceso tan detallado y complejo de
este tipo de café encarezca el precio, hoy día se pueden encontrar muchos de estos cafés a un
precio asequible lo que ha disparado las ventas de estos.

La taza perfecta
Ahora que hemos aclarado porqué si te gusta el café, tienes que comprar uno orgánico, no
vamos a desaparecer antes de dejar claro algunos puntos que se necesitan seguir para no
destrozar esta bebida y que puedas ser el barista de entre tus amigos.

Todo se reduce a varios puntos:

¿Qué café compro?

No podemos saber tus gustos ni los de nadie, pero si podemos allanarte el camino:
principalmente existen dos subtipos que habrás visto en los botes: café arábica y café robusta.

El arábica es, generalmente, mejor: más notas y fragancia. Es un café más delicado frente al
robusta, que es más barato de producir y se tiene menos cuidado con él, además de poder
tener algunos defectos en el sabor. Pero como todo, hay cafés robusta muy buenos y cafés
arábica malos, pero como principio, compra arábica.

¿Molido o en grano?

Y sí, hemos descartado directamente cápsulas y soluble. Como chute de cafeína puede ser
aceptable, como café, no.

Lo ideal es comprar los granos y molerlo en casa. No es un proceso difícil ni se requiere


ningún instrumento aparatoso, aunque si tendrás que comprar algún molinillo de café. Un café
molido puede ser casi tan bueno como el grano completo, el problema es que una vez se ha
molido el café empieza a perder cuerpo, olor y sabor, por lo que hay que intentar buscar cafés
que no lleven mucho tiempo envasados, y puede ser difícil.

Es decir, mejor en grano, aunque no te tortures si quieres tener molido en casa, también te
puede dar buenos resultados – eso sí, no lo dejes mucho, que, aunque no caduque pierde su
encanto.

Errores usuales

Algunos ya los hemos ido viendo durante el artículo, pero otros son menos obvios:

 El agua: nada de utilizar la del grifo. El 97-98% del café es agua, si no utilizas un agua
buena, el café se va a resentir.
 Molerlo al momento: si compras en grano, como hemos dicho, lo ideal es tomarlo
recién molido.
 No preservar el café: puede coger olores de otros productos y el sol y el aire no le
sientan bien. Guárdalo en un lugar seco y a la sombra.
 Recalentar el café. No. Punto. Es una guarrada.

Estos son algunos de los pecados más gordos que se suelen cometer. Además, ten en cuenta
los diferentes tipos de cafeteras, cada una hace un café diferente. Pero no te preocupes,
experimentar es divertido y, además, te tendremos cubierto en un próximo post sobre estas.

Y recuerda, un café orgánico no solo sabe mejor. Es más saludable, tiene más vitaminas y
minerales y, además, estarás ayudando al medioambiente.

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