A pesar de contar apenas con algo más de siglo y medio desde su descubrimiento en

Filipinas, el tayabak o Flor de Jade ha pasado bastante desapercibida salvo en algunos

círculos menores en Mesoamérica y Sudamérica hasta hace poco. Mientras algunos
achacan a esta flor la búsqueda de libertad debido a su forma lepidóptera,
especialmente de mariposa, su nombre esconde sus mejores propiedades.
El alquimista chino Ko-Hung observó que “si se ponen oro y jade en las aberturas de un
cadáver será preservado de la putrefacción”. Y haciendo referencia a este material, esta
flor hereda su energía sanadora y protectora. Si resuena en ti y te atrae esta planta
puede significar que estés en medio de un conflicto y busques huir de él, en estos casos,
la flor del Jade actúa sobre la voluntad y la resolución ya que se centra en recuperar la
armonía.
Resulta curioso como simboliza la libertad salvaje, algo ciertamente común entre
enredaderas pero que se ve potenciado por como esta extraña planta es polinizada por
murciélagos.
Lamentablemente, la deforestación de la zona ha hecho que el tayabak sea una especie
en peligro por lo que salvo que se tomen medidas, muy pronto no será una flor fácil de
encontrar.