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JUZGADO ÚNICO PROMISCUO MUNICIPAL DE EL AGRADO HUILA

El Agrado, Huila, cinco (05) de mayo de dos mil veintidós (2022)

Radicación: 41013 40 89 001 2022 00028-00


Proceso: Acción de Tutela
Accionante: ALVARO SALINAS.
Accionado: COMFAMILIAR DEL HUILA EPS-S

Procede el Despacho a proferir sentencia de primera instancia dentro de la acción de


tutela interpuesta por ÁLVARO SALINAS, por intermedio del Personero Municipal de
El Agrado – Huila, contra COMFAMILIAR DEL HUILA EPS-S, por la presunta
vulneración de sus derechos fundamentales a la vida, a la salud, a la seguridad social
y a la dignidad humana.

ANTECEDENTES

Como fundamentos fácticos adujo el accionante que se encuentra afiliado a la EPS


COMFAMILIAR, en el régimen subsidiado y padece “insuficiencia renal crónica”.
Que su médico tratante le ordenó terapias tipo hemodiálisis, 3 veces por semana, 4
horas diarias, los días martes, jueves y sábados en el turno de 11:00 a.m., durante
el mes de noviembre de 2021, prolongadas durante el año 2022 y hasta que el
médico lo considere, las que son realizadas en el municipio de Garzón – Huila, a
donde debe trasladarse en compañía de un familiar y asumir los gastos de
desplazamiento y permanencia; para lo cual, a través de la personería, el 28 de julio
de 2021, radicó solicitud para el cubrimiento de gastos de transporte para él y un
acompañante.

Agregó que es una persona de escasos recursos económicos y no posee los medios
suficientes para sufragar las expensas que genera el desplazamiento.

PRETENSIONES

El accionante en procura de la protección de sus derechos fundamentales a la vida, a


la salud, a la seguridad social y a la dignidad humana, solicita se ordene a la accionada
asumir los costos de transporte, traslados intermunicipales y demás gastos en que
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Álvaro Salinas Vs. Comfamiliar del Huila EPS-S

incurra el señor Álvaro Salinas y un acompañante, para asistir a los tratamientos y


procedimientos requeridos para el manejo de la patología.

ACTUACIÓN PROCESAL

Recibida la acción el 25 de abril de 2022, se dispuso admitir la tutela, notificar y


correr traslado a la accionada COMFAMILIAR DEL HUILA EPS-S. Asimismo, se
dispuso vincular a la SECRETARÍA DE SALUD DEPARTAMENTAL DEL HUILA.

Una vez notificadas en debida forma, COMFAMILIAR DEL HUILA EPS-S dio
contestación, vía correo electrónico, aduciendo que el señor Álvaro Salinas es
usuario activo de la EPS-S COMFAMILIAR, por lo que tiene derecho a los beneficios
POS-S que la entidad garantiza por intermedio de su red de prestadores de baja,
media y alta complejidad y, que se encuentran definidos en la Resolución No. 2292
de 2021 emitida por el Ministerio de Salud.

Respecto al transporte, alojamiento y alimentación, refirió que estos se encuentran


excluidos del plan de beneficios en salud con cargo a la UPC según la resolución
5592 de 2015, que regula las prestaciones que están a cargo de las EPS, lo que
quiere decir que los servicios que no estén regulados en ella, no son obligación de
la EPS COMFAMILIAR. Indicó, que en caso de que el paciente no cuente con los
recursos para solventar los gastos de transporte necesarios, la Resolución 2381 de
2021, establece que solo serán financiados los municipios del departamento del
Huila que cuenten con recursos adicionales a los girados para cumplir con el plan
de beneficios en salud con cargo a la UPC, lo que les da la facultad de prestar el
servicio de transporte fuera de su jurisdicción para acceder a los servicios de salud,
sin detrimento de los recursos públicos de la EPS, situación en la que no se
encuentra el municipio de El Agrado. Agregó, que en virtud de lo anterior, esta
obligación recae directamente en el ADRES.

Por último, solicitó se declare improcedente la presente acción constitucional por


inexistencia de vulneración de derechos fundamentales; se desvincule del presente
trámite constitucional; y se niegue la solicitud de transporte con acompañante.

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Por su parte, la SECRETARÍA DE SALUD DEPARTAMENTAL DEL HUILA no dio


contestación a la acción de tutela.

Tramitado el asunto en estas condiciones, procede el Despacho a proferir la sentencia


respectiva, previas las siguientes

CONSIDERACIONES

La acción de tutela es un mecanismo judicial de carácter constitucional, subsidiario,


residual y autónomo, cuya finalidad consiste en garantizar el disfrute de los
derechos fundamentales en el evento en que estos hayan sido violados o amenacen
ser violados por la acción u omisión de las autoridades públicas o por los
particulares. La razón de ser de la tutela es procurar la protección de los derechos
fundamentales que cualquier persona puede invocar cuando considere que la
acción u omisión de las autoridades o de un particular se encuentre amenazando o
vulnerando su pleno goce, siempre que el ordenamiento jurídico no le ofrezca otro
medio idóneo y eficaz para lograr la protección de esos derechos, a no ser que
medie algún perjuicio irremediable, que hiciera posible su procedencia como
mecanismo transitorio.

En el asunto bajo estudio, pretende el accionante el amparo de sus derechos


fundamentales a la vida, a la salud, a la seguridad social y a la dignidad humana, los
cuales considera vulnerados por parte de COMFAMILIAR EPS-S, pues negó la
prestación del servicio de transporte o el pago de viáticos para asistir a las terapias
tipo hemodiálisis, requeridas para el tratamiento de su patología.

Sea lo primero precisar que el amparo del derecho a la salud ha sido entendido
como “la facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica
funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse
cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y funcional de su
ser. Implica, por tanto, una acción de conservación y otra de restablecimiento”1.

Así, no es necesario que esté comprometida la vida de una persona para que sea
viable el amparo constitucional, pues la vida del ser humano debe desenvolverse

1 Corte Constitucional. Sentencia T-597 de 15 de diciembre de 1993. M.P. Dr. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ

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en condiciones mínimas de dignidad. En cuanto a la protección del derecho a la vida


en condiciones dignas y justas, de antaño ha señalado la Corte Constitucional que:

“El ser humano, necesita mantener ciertos niveles de salud para sobrevivir y
desempeñarse, de modo que, cuando la presencia de ciertas anomalías en la salud,
aun cuando no tenga el carácter de enfermedad, afectan esos niveles, poniendo en
peligro la dignidad personal, resulta válido pensar que el paciente tiene derecho, a
abrigar esperanzas de recuperación, a procurar alivio a sus dolencias, a buscar, por
los medios posibles, la posibilidad de una vida, que no obstante las dolencias, pueda
llevarse con dignidad.” 2

El artículo 2º de la Ley 1751 de 16 de febrero de 2015, estableció que el derecho a


la salud es autónomo e irrenunciable en lo individual y en lo colectivo. Y en su inciso
2º señaló textualmente que: “…Comprende el acceso a los servicios de salud de
manera oportuna, eficaz y con calidad para la preservación, el mejoramiento y la
promoción de la salud…”.

Así, importante resulta recordar que, el artículo 8 de la referida Ley, estableció en


cuanto a la integralidad de los servicios de salud, que la misma es una obligación
de tipo legal, cuando preceptúa que:

“ARTÍCULO 8. LA INTEGRALIDAD. Los servicios y tecnologías de salud deberán


ser suministrados de manera completa para prevenir, paliar o curar la enfermedad,
con independencia del origen de la enfermedad o condición de salud, del sistema de
provisión, cubrimiento o financiación definido por el legislador. No podrá
fragmentarse la responsabilidad en la prestación de un servicio de salud específico
en desmedro de la salud del usuario.

En los casos en los que exista duda sobre el alcance de un servicio o tecnología de
salud cubierto por el Estado, se entenderá que este comprende todos los elementos
esenciales para lograr su objetivo médico respecto de la necesidad específica de
salud diagnosticada.”

Así mismo, la integralidad fue instituida por el artículo 10 de la ley en mención como
un derecho:

“Derechos y deberes de las personas, relacionados con la prestación del servicio de


salud. Las personas tienen los siguientes derechos relacionados con la prestación del
servicio de salud:

a) A acceder a los servicios y tecnologías de salud, que le garanticen una atención


integral, oportuna y de alta calidad;”

2 Corte Constitucional. Sentencia T-224 de 5 de mayo de 1997. M.P. Dr. CARLOS GAVIRIA DÍAZ

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Pues bien, en lo que concierne al suministro de transporte, alimentación y hospedaje


del accionante y un acompañante, la Ley 1751 de 2015, en su artículo 6º, literal c,
consagra que “los servicios y tecnologías de salud deben ser accesibles a todos, en
condiciones de igualdad, dentro del respeto a las especificidades de los diversos
grupos vulnerables y al pluralismo cultural. La accesibilidad comprende la no
discriminación, la accesibilidad física, la asequibilidad económica y el acceso a la
información”. Es por lo anterior que jurisprudencialmente se ha admitido que el
transporte y los viáticos requeridos para asistir a los servicios de salud prescritos
por los médicos tratantes, si bien no constituyen servicios médicos, lo cierto es que
sí constituyen elementos de acceso efectivo en condiciones dignas, por lo cual se
tiene que se encuentra incluido dentro del Plan de Beneficios en Salud, ligado de
manera directa al tratamiento integral de un servicio médico.

Debe traerse a colación, que en el artículo 11 de la Resolución Nº 005858 de 2018,


se establece que a la Unidad de Pago por Capitación de Régimen Subsidiado (UPC-
S) se le reconocerá una prima adicional para zonas especiales por dispersión
geográfica del 11.47% en los municipios y antiguos corregimientos departamentales
listados en el anexo de dicha resolución, dando como resultado un valor de Unidad
de Pago por Capitación — UPC-S. Así, las zonas que no cuentan con prima de
dispersión, se presume que cuentan con la totalidad de infraestructura y personal
humano para la atención en salud integral que requieran sus afiliados, por tanto,
estos últimos para el tratamiento de sus enfermedades, no necesitarían desplazarse
a otra ciudad.

Pero, en el caso en que un municipio no cuente con la prima de dispersión y no


exista capacidad para atender al usuario o paciente, se tendrá que dar la remisión
a una ciudad o municipio diferente al de su domicilio, quedando entonces a cargo
de la EPS a la que está afiliado el usuario, la responsabilidad de velar porque se
garantice la prestación del servicio de salud, siendo cubiertos los gastos con la
Unidad de Pago por Capitación General o Básica. Las mismas reglas deberán
aplicarse al alojamiento y alimentación debido a que su necesidad guarda relación
directa en las mismas condiciones que el traslado.

En cuanto al cubrimiento de los gastos de transporte y alojamiento para los


pacientes y sus acompañantes por parte de las Entidades Prestadoras de Salud, se

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hace necesario traer a colación lo explicado por la Corte Constitucional en sentencia


T-206 del 15 de abril de 2013, cuando al respecto indicó:

“Este tribunal ha considerado, a partir del principio de solidaridad sobre el que


descansa el derecho a la seguridad social, que cuando un usuario del Sistema de
Salud es remitido a un lugar diferente al de su residencia para recibir la atención
médica prescrita por su galeno tratante, debido a que su EPS no cuenta con
disponibilidad de servicios en el lugar de afiliación, los gastos que se originen por el
transporte y la estadía deben ser asumidos por el paciente o su familia.

No obstante, se ha establecido como excepción a la anterior regla el caso de los


usuarios que son remitidos a un municipio diferente al de su residencia, pero ni ellos
ni su familia cuentan con la capacidad económica para asumir el costo del
transporte. En tal sentido, se adoptaron los conceptos de accesibilidad económica y
física para analizar la protección constitucional en términos de gastos de traslado,
como se cita a renglón seguido:

“Este conflicto, que contraría la garantía de accesibilidad económica del


derecho a la salud, es recurrente y no en pocas ocasiones ha sido resuelto por
esta Corte en sede de tutela. Para ello, la corporación ha hecho referencia a
múltiples fuentes, como son los elementos derecho internacional público, a
propósito del contenido mínimo del derecho fundamental a la salud, y su
relación con las disposiciones legales y reglamentarias sobre el derecho al
transporte, como medio para acceder a los servicios de salud que se requieren
con necesidad.

3.2.1.1. Pues bien, esta corporación integró al desarrollo constitucional del


derecho fundamental a la salud, el elemento de accesibilidad y sus cuatro
dimensiones. Por tratarse de criterios generales sobre las condiciones
mínimas en que los usuarios deben acceder a los servicios que brinda el
Sistema de Salud, tales dimensiones son protegidas por vía de tutela.

Específicamente, cuando una persona requiere un servicio de salud en un


municipio diferente al de residencia, el cual supone gastos de transporte, para
todos los casos, y gasto de estadía, en algunos de ellos, estamos frente a dos
elementos esenciales del derecho a la salud: la accesibilidad física y la
accesibilidad económica.

3.2.1.2. La Corte ha adoptado la accesibilidad física para significar que no


en todos los casos de acceso a los servicios de salud, los usuarios van a poder
acceder a ellos en su lugar de afiliación. Por lo tanto, la entidad de salud
responsable, deberá remitir al usuario a una zona geográfica distinta en
donde haya disponibilidad de especialistas, equipos médicos, medicamentos,
etc.”

6.3. En consecuencia, la Corte ha establecido que procede su protección a través


de la acción de tutela cuando la falta de autorización del transporte afecte
gravemente el goce efectivo del derecho a la salud. Sobre el particular, la sentencia
T-760 de 2008 conceptuó:

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“La jurisprudencia constitucional, fundándose en la regulación, ha señalado


en varias ocasiones que toda persona tiene derecho a acceder a los servicios
de salud que requiera, lo cual puede implicar tener derecho a los medios de
transporte y gastos de estadía para poder recibir la atención requerida.

(…) Pero no sólo se ha garantizado el derecho al transporte y a otros costos


que supone el desplazamiento a otro lugar distinto a aquel de residencia, para
acceder a un servicio de salud requerido. También se ha garantizado la
posibilidad de que se brinden los medios de transporte y traslado a un
acompañante cuando este es necesario.” (Negrillas fuera de texto original)

Con posterioridad, en sentencia T-149 de 2011 se coligió:

“ (…) queda establecido que es obligación de todas las E.P.S. suministrar el


costo del servicio de transporte, cuando ellas mismas autorizan la práctica de
un determinado procedimiento médico en un lugar distinto al de la residencia
del paciente, por tratarse de una prestación que se encuentra comprendida en
los contenidos del POS. Esto dentro de la finalidad constitucional de que se
remuevan las barreras y obstáculos que les impiden a los afiliados acceder
oportuna y eficazmente a los servicios de salud que requieren con
necesidad.” (Negrilla fuera de texto original)

Así las cosas, se advirtió que el servicio de transporte se encuentra dentro del POS y
en consecuencia debía ser asumido por la EPS en aquellos eventos en los que:
i. Un paciente sea remitido en ambulancia por una IPS a otra, cuando la primera
no cuente con el servicio requerido. ii. Se necesite el traslado del paciente en
ambulancia para recibir atención domiciliaria bajo la responsabilidad de la EPS y
según el criterio del médico tratante. iii. Un paciente ambulatorio deba
acceder a un servicio que no esté disponible en el municipio de su residencia y
necesite ser transportado en un medio diferente a la ambulancia.

6.4. A partir de esta última situación, las subreglas jurisprudenciales


en materia de gastos de transporte intermunicipal se circunscriben a los siguientes
eventos:
i. El servicio fue autorizado directamente por la EPS, remitiendo a un
prestador de un municipio distinto de la residencia del paciente.

ii. Ni el paciente ni sus familiares cercanos tienen los recursos económicos


suficientes para pagar el valor del traslado.

iii. De no efectuarse la remisión se pone en riesgo la vida, la integridad física o


el estado de salud del usuario.

iv. Si la atención médica en el lugar de remisión exigiere más de un día de


duración se cubrirán los gastos de alojamiento.

6.5. En el mismo sentido, fueron establecidas 3 situaciones en las que procede el


amparo constitucional en relación con la financiación de un acompañante del
paciente, como se lee: i. el paciente sea totalmente dependiente de un
tercero para su desplazamiento, ii. requiera atención permanente para
garantizar su integridad física y el ejercicio adecuado de sus labores cotidianas y
iii. ni él ni su núcleo familiar cuenten con los recursos suficientes para financiar
el traslado.”

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En igual sentido, la Alta Corporación Constitucional, en sentencia T-039 de 2013,


indicó que hay lugar al cubrimiento de dichos costos cuando el usuario es de
escasos recursos económicos y requiere trasladarse a un lugar diferente al de su
residencia:

“…la identificación de los eventos en los cuales es viable autorizar el servicio de


transporte o suministrar ayuda económica depende del análisis fáctico en cada caso
concreto, donde el juez debe evaluar la pertinencia, necesidad y urgencia de la
medida, así como las condiciones económicas del actor y su núcleo familiar. Así
entonces, cuando deban prestarse servicios médicos en lugares diferentes al de la
sede del paciente, si éste ni su familia disponen de los recursos suficientes para tal
fin y se comprometen sus derechos fundamentales, procede la acción de tutela para
ordenar a la EPS-S que pague los costos pertinentes y, posteriormente, recobre a la
entidad estatal correspondiente, por los valores que no esté obligada a sufragar”.

Es decir que, como lo sostuvo más recientemente la Corte Constitucional en


sentencia T-122 de 2021, “de ninguna manera, la fuente de financiación de los
servicios o tecnologías puede convertirse en un obstáculo para que el usuario
acceda a ellos. Las EPS e IPS deben garantizar el acceso a los servicios y
tecnologías requeridos con independencia de sus reglas de financiación; una vez
suministrados, están autorizadas a efectuar los cobros y recobros que procedan de
acuerdo con la reglamentación vigente.”

En lo que respecta al suministro de alimentación y alojamiento, desde las sentencias


traídas a colación se ha establecido jurisprudencialmente que, si bien estos
elementos no constituyen servicios médicos y que en principio dichos gastos tienen
que ser asumidos por el paciente o por su familia, la honorable Corte Constitucional
ha indicado que no resulta posible imponer barreras insuperables para asistir a los
servicios de salud, por lo que excepcionalmente ha ordenado su financiamiento.
Para el efecto, en reciente sentencia reiteró:

“…se han retomado por analogía las subreglas construidas en relación con el
servicio de transporte. Esto es, (i) se debe constatar que ni los pacientes ni su familia
cercana cuentan con la capacidad económica suficiente para asumir los costos; (ii)
se tiene que evidenciar que negar la solicitud de financiamiento implica un peligro
para la vida, la integridad física o el estado de salud del paciente; y, (iii)
puntualmente en las solicitudes de alojamiento, se debe comprobar que la atención

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médica en el lugar de remisión exige “más de un día de duración se cubrirán los


gastos de alojamiento…”3.

Bajo las anteriores precisiones jurisprudenciales, resulta pertinente precisar que


deben analizarse las especiales circunstancias que rodean las situaciones fácticas
expuestas dentro del trámite de tutela en cada caso concreto para que el Juez
constitucional pueda ordenar a la EPS, o a quien haga sus veces, el suministro de
los medios de transporte, alimentación y hospedaje necesarios para que la
accionante y un acompañante puedan concurrir a las citas, tratamientos y demás
servicios médicos requeridos, a efectos de garantizar el tratamiento integral de la
enfermedad que padece.

En el caso en concreto, ÁLVARO SALINAS, presenta un diagnóstico de


“INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA, NO ESPECIFICADA”, según se observa en el
informe clínico allegado (folios 22 a 53). En dicho informe se deja constatado:
“PACIENTE MASCULINO DE 68 AÑOS CON ANTECEDENTE DE ENFERMEDAD RENAL
CÍNICA ESTADIO 5 EN HEMODIALISIS ASOCIADO A HIPERTENSIÓN ARTERIAL”.

De las pruebas allegadas al proceso se observa que el accionante padece de una


patología que le genera una disminución física, lo que lo hace un sujeto de especial
protección constitucional, siendo vital que el Estado, a través de sus agentes, le
garanticen un servicio médico integral, eficaz, de forma ininterrumpida y continua,
con el fin de aminorar o evitar la consumación de un perjuicio irremediable para su
vida.

Teniendo en cuenta el informe clínico aportado, así como la constancia del 3 de


noviembre de 2021, se observa que el señor ÁLVARO SALINAS es un paciente
diagnosticado con insuficiencia renal crónica y, requiere tratamiento dialítico
permanente, por tiempo indefinido, del cual depende su vida; encontrándose en el
programa de terapia tipo hemodiálisis, en la cual requiere asistir 3 veces por
semana, 4 horas diarias, los días martes, jueves y sábado.

De la documentación obrante en el expediente no se observa que la EPS accionada


no haya autorizado o programado los procedimientos requeridos por el accionante,

3 Corte Constitucional. Sentencia T-259 de 6 de junio de 2019. M.S. ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO

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pues éste centra su inconformidad en la no prestación del servicio de transporte o


pago de viáticos para poder desplazarse hacia el municipio donde se le realizarían
las terapias tipo HEMODIALIDIS.

Nótese que del informe clínico se desprende que el accionante ha tenido que
desplazarse al municipio de Garzón, para asistir a las terapias programadas por la
EPS-S COMFAMILIAR y así obtener un diagnóstico y posterior tratamiento de su
patología; aunado a que, según lo enunciado en el escrito de tutela, los
procedimientos ordenados deben ser realizados en dicho municipio, afirmación que
no fue desvirtuada por la accionada en su contestación, lo que permite deducir que
en el lugar donde vive el accionante no hay una Institución Prestadora del Servicio
de Salud donde se presten tales servicios; por lo que es evidente para este
Despacho que el señor ÁLVARO SALINAS necesita transportarse a otros
municipios en que la EPS le indique que le prestarán el servicio que requiere debido
a la patología que padece, situación que no puede pasar por inadvertida este
Despacho y, contrario a ello, debe brindársele alta relevancia, pues en el escrito de
acción de tutela se manifestó que carece de recursos para suplir los gastos que
demanda su movilización, lo que permite entrever que la ausencia de medios de
transporte o los recursos para financiarlos, puede conllevar a que la accionante no
acuda a las terapias, procedimientos o citas necesarias.

La Corte Constitucional, a través de su jurisprudencia, ha sido enfática en señalar:

“Una EPS vulnera el derecho a la salud de una persona afiliada a ella cuando se
abstiene de pagar los gastos de transporte intermunicipal y de estadía (incluidos su
alojamiento y alimentación) –estos últimos si la persona debe permanecer más de un
día en el lugar donde recibirá la atención que necesita– que el usuario debe cubrir
para acceder a un servicio o tecnología en salud ambulatorio (incluido en el plan de
beneficios vigente) que requiere y que es prestado por fuera del municipio o ciudad
donde está domiciliado.”4

En el mismo sentido, al padecer una enfermedad catalogada como catastrófica y


por el tratamiento al que debe ser sometido, aunado a que se trata de una persona
de la tercera edad, el señor Álvaro Salinas, se encuentra en una situación de
vulnerabilidad, por lo que es dable entender que requiere de la compañía
permanente de un tercero para que lo asista y le brinde el apoyo necesario, a efectos

4 Corte Constitucional. Sentencia T-221 de 2021. M.P. Diana Fajardo Rivera.

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de acudir a las citas, controles, terapias y demás que sean necesarias para su
tratamiento integral.

De conformidad con lo anterior, considera este Despacho que el accionante es un


sujeto de especial protección constitucional, por lo que resulta concluir que su
compleja situación clínica requiere de una intervención temprana y suficiente del
Estado, en procura de salvaguardar sus derechos y garantías constitucionales.

Sobre la ausencia de capacidad económica del núcleo familiar del accionante, dicha
situación no fue controvertida al interior del proceso, debiéndose resaltar que la
entidad tutelada no se opuso a lo dicho en cuanto a su estado de salud, la necesidad
del traslado hasta el municipio en donde se le deban prestar los correspondientes
servicios médicos, ni sobre su capacidad económica y la de su núcleo familiar, así
como tampoco desvirtuó los documentos allegados, razón por la cual, se tendrán
por ciertos estos hechos.

Recuérdese que, en torno a la capacidad económica del paciente y su familia, ha


indicado la máxima corporación constitucional que:

“(…) la identificación de los eventos en los cuales es viable autorizar el servicio de


transporte o suministrar ayuda económica depende del análisis fáctico en cada caso
concreto, donde el juez debe evaluar la pertinencia, necesidad y urgencia de la
medida, así como las condiciones económicas del actor y su núcleo familiar. Así
entonces, cuando deban prestarse servicios médicos en lugares diferentes al de la
sede del paciente, si éste ni su familia disponen de los recursos suficientes para tal
fin y se comprometen sus derechos fundamentales, procede la acción de tutela para
ordenar a la EPS que pague los costos pertinentes y, posteriormente, recobre a la
entidad estatal correspondiente, por los valores que no esté obligada a sufragar.

De allí, se genera la obligación del actor y su núcleo familiar de poner en


conocimiento de juez su precaria situación económica, invirtiéndose la carga de la
prueba hacia la EPS quien deberá probar que el afiliado cuenta con la capacidad
financiera requerida. En caso de guardar silencio, se tendrá por probada la
afirmación del accionante.” (Negrillas del juzgado.)

En el asunto bajo estudio, se cumplen los requisitos establecidos


jurisprudencialmente para acceder al servicio de transporte, alimentación y
hospedaje, toda vez que: (i) las terapias tratamiento que requiere el accionante
fueron ordenadas por sus médicos tratantes adscritos a la EPS, a modo de
tratamiento a su patología, servicios que se evidencia han sido prestados o se

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prestarán en un municipio diferente al de residencia del actor; (ii) ni el accionante o


su núcleo familiar cuentan con la capacidad económica para asumir los costos y,
(iii) de no efectuarse la remisión se pone en riesgo la salud y la vida del accionante.

Bajo las anteriores consideraciones, atendiendo las circunstancias fácticas


descritas en el presente asunto y los elementos de juicio plasmados, resulta
procedente tutelar los derechos fundamentales a la vida, a la salud, a la seguridad
social y a la dignidad humana del señor Álvaro Salinas. En consecuencia, se
ordenará a COMFAMILIAR DEL HUILA EPS-S, que proceda a financiar los gastos
de transporte y viáticos que el accionante requiera, junto con un acompañante,
desde el municipio de El Agrado – Huila, hasta el municipio de Garzón, y/o los
desplazamientos a otras ciudades diferentes de la que se encuentre residenciado y
viceversa, con el fin de que asista a los procedimientos ordenados por su médico
tratante para atender la patología “INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA ASOCIADA
A HIPERTENSIÓN ARTERIAL” que padece. La financiación de alojamiento,
dependerá de que la atención médica en el lugar de remisión exija más de un día
de duración y, respecto a los gastos de alimentación, se cubrirán aquellos que se
requieran para la manutención en el municipio donde se reciba la correspondiente
atención médica durante el tiempo de la estadía.

Finalmente, ante las resultas de esta acción, se advierte que por sustracción de
materia el Despacho se releva del estudio de cualquier otro derecho fundamental
alegado en el presente asunto por la parte actora.

En mérito de lo expuesto, el JUZGADO ÚNICO PROMISCUO MUNICIPAL DE EL


AGRADO (HUILA), administrando justicia en nombre de la República de Colombia
y por autoridad de la Ley,

RESUELVE:

PRIMERO.- TUTELAR los derechos fundamentales a la vida, a la salud, a la


seguridad social y a la dignidad humana del señor ÁLVARO SALINAS, de
conformidad con lo expuesto en la parte motiva de esta providencia.

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SEGUNDO.- ORDENAR a la Entidad Promotora de Salud COMFAMILIAR EPS-S,


por conducto del Jefe de División de la EPS-S Regional Huila, ISSI MARGARITA
QUINTO HERRERA, o por quien haga sus veces, financiar los gastos de transporte
y viáticos que el señor ÁLVARO SALINAS requiera, junto con un acompañante,
desde el municipio de El Agrado - Huila hasta el municipio de Garzón y/o los
desplazamientos a otras ciudades diferentes de la que se encuentre residenciado y
viceversa, con el fin de que asista a los procedimientos ordenados por su médico
tratante para atender la patología de “INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA
ASOCIADA A HIPERTENDIÓN ARTERIAL” que padece.

TERCERO.- ADVIÉRTASE a las partes que la financiación de alojamiento,


dependerá de que la atención médica en el lugar de remisión exija más de un día
de duración y, respecto a los gastos de alimentación, se cubrirán aquellos que se
requieran para la manutención en el municipio donde se reciba la correspondiente
atención médica durante el tiempo de la estadía.

CUARTO.- ENTÉRESE de esta determinación a los interesados por el medio más


expedito a disposición del Juzgado.

QUINTO.- ADVIÉRTASE que contra esta decisión procede la impugnación ante el


superior jerárquico, conforme los términos establecidos en el artículo 31 del Decreto
2591 de 1991.

SEXTO.- En el evento de no ser impugnada ésta decisión oportunamente, remítase


a la Corte Constitucional, para su eventual revisión.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

La Juez,

LILIANA PATRICIA MELO ZAMBRANO

Firmado Por:

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Liliana Patricia Melo Zambrano


Juez Municipal
Juzgado Municipal
Juzgado Promiscuo Municipal
Agrado - Huila

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