Está en la página 1de 320

Viaje

negocios
Lady J
Créditos
Traducido por Silvina

Corregido por Charisen

Revisado por Charisen

Diseño de portada y plantilla por LeiAusten

Diseño de documento por LeiAusten

Titulo original Business Trip


Editado por Xenite4Ever 2021
Índice
Créditos
Sinopsis
Renuncias
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12 A
Parte 12 B
Parte 13
Biografía de la Autora
Sinopsis
A Kara Marlow madre trabajadora a la que nunca le permitieron destacarse, dado
que, el miedo a perder el sustento de sus hijos hizo que siempre agachara la
cabeza, le dan por fin la oportunidad de manejar un gran proyecto.

Para poder realizar su trabajo debe contactar y trabajar con la mujer más temida
de su empresa Lady Dragón, ella es nada menos que Jacqueline Drakkkon.

Dos mujeres que se unen inicialmente para realizar un importante trabajo se van
acercando hasta sentir algo una por la otra sin saber muy bien cómo sucede, ya
que ambas se catalogan como heteros.

Antes de concluir el proyecto ocurre algo que afectara a Kara, ante eso
Jacqueline escupe fuego por la boca y hace honor a su conocido mote.

5
Renuncias
Renuncias: Bienvenidos a mi primer intento de ficción alternativa. Espero que
disfrutes de mi mente febril. Este es un trabajo totalmente original. © 2004

Amor y sexo: SI, SI, SI. Entonces, si no tienes 18 años o no te gustan ese tipo
de cosas, detente ahora.

Violencia: Ninguna. Soy una amante, no una luchadora.

Agradecimientos: A mis betas por toda la ayuda para hacerme lucir


alfabetizada. Un agradecimiento especial a mi esposa por todo el aliento y el
apoyo.

Puedes alimentar al bardo en: kaysladyj@hotmail.com

6
Parte 1
Cuando todo comenzó, no tenía idea de que algo había comenzado.

Bien, soy densa. Para poder captar una pista, necesitaría un guante del tamaño
de Nueva Jersey. Pero, en mi defensa, nunca hubiera creído que este tipo de
cosas le pasarían a una madre soltera canosa del cinturón bíblico1.

Un vicepresidente se convierte en amigo de un humilde obrero, deja de reír,


podría suceder. Después de todo, tengo algunas cualidades redentoras, ¿pero
cómo amante? Vamos, ese tipo de cosas solo sucede en esas novelas baratas
que siempre parecen residir en las cajas de los supermercados locales.

Te ves un poco confundida. Quizás sea mejor empezar desde el principio.

Soy gerente senior2 de proyectos para una importante empresa de fabricación


de robótica. No hay R2d2 o C3PO3, y definitivamente no hay “¡Peligro! ¡Peligro,
Will Robinson4!” Trabaja conmigo aquí, ¿de acuerdo?

Cómo llegué a tener este alto estrés, una posición moderadamente respetada
era como cualquier otra mujer altamente inteligente y razonablemente atractiva:
¡NO! No de esa manera: quita tu mente de lo sucio. Lo hice siendo 100 veces
mejor que mis homólogos masculinos y obteniendo el 10% del crédito, lo que
aún me coloca por delante del grupo.

Desafortunadamente, ser confiable y trabajadora puede volverse y morderte el


trasero. Para mí vino en forma de apodo. Por supuesto, no es algo misterioso o

1
Cinturón bíblico: Se refiere a los protestantes del sur de los Estados Unidos.
2
Gerente Senior: Altos ejecutivos responsables de las operaciones generales de una empresa u
organización, así como de su rentabilidad. Su objetivo principal es garantizar la eficiencia, productividad
y desempeño general de dicha empresa, asegurando el buen funcionamiento de la misma.
7

3
R2d2 o C3PO: Robots de la Guerra de galaxias.
4
Will Robinson: Robot B9 de Perdidos en el espacio
sensual como Wonder Woman o incluso la Tiger Lady. No, no puedo ir con algo
genial. No, me etiquetaron como el “La trabajadora milagrosa”.

BBB

—Trabajadora milagrosa, me estás tomando el pelo ¿verdad? —Me quejé.

Patty, el Tonto5 de mi Llanero Solitario, simplemente sonrió y se encogió de


hombros.

—¿Tenemos a Helen Keller6 escondida en algún lugar de la caja de


herramientas? —Continué con gran molestia—. ¿Por qué iba a ser la receptora
un honor tan dudoso?

Mi asistente rubia se encogió de hombros una vez más antes de hablar.

—Aparentemente por el proyecto Stillman. No solo lo completaste antes de la


fecha límite, sino que también le diste a la compañía una bonificación
considerable. Por supuesto, no vamos a ver un centavo de ello.

Asentí de acuerdo.

Patty rio disimuladamente mientras caminaba desde la puerta abierta de mi


oficina hasta el borde de mi escritorio. Colocando sus manos sobre la gran
superficie lisa, se inclinó en forma conspirativa antes de continuar.

—Sin mencionar el dinero que les has ahorrado al quedar por debajo del
presupuesto. He estado hablando con Brigitte de Corporación; ella me ha dicho
que todos los vicepresidentes están hablando acerca de ello. Los miembros de
la junta están caminando con grandes sonrisas tontas en sus caras y
golpeándose mutuamente en la espalda como si tuvieran algo que ver con eso.

No pude evitar sonreír a mi seguidora más ardiente. Le di unas palmaditas en la


mano bien cuidada.

—Está bien, Pat. Sabes que valoro mi capa de invisibilidad.

5
Tonto: compañero indígena del Llanero Solitario también llamado Toro.
8

6
Helen Keller: escritora, oradora y activista política sordociega estadounidense. Fue la niña a la que Anne
Sullivan enseñó a comunicarse.
La rubia resopló.

—Kara, te mereces algo mejor. En todo caso, al menos mereces un aumento.

Gruñí y coloqué mi cara entre mis palmas. Conocía a Patty y tratar de detenerla
cuando estaba en racha era como intentar detener un tren que se escapaba.
Ella, simplemente no entendía por qué me gustaba mantener un perfil bajo. ¿Qué
has dicho? ¿Qué pasa con los reconocimientos, las felicitaciones, el “esa es mi
chica”, sin mencionar el dinero que pides? Me he dado cuenta que la espada
corta de dos maneras. Me parece que cuando la mierda golpea al ventilador es
mucho mejor si eres un objetivo más pequeño en lugar de un gran ojo de buey.
Ahora era un gran blanco, lo que solo podía significar una cosa.

—¡Hola, Trabajadora Milagrosa! ¿Cómo está nuestra estrella hoy?

—Hola, Russ. —Levantando la vista de mis palmas hacia un grasiento,


resbaladizo, “tú haces el trabajo, yo me llevaré el crédito”, ejecutivo de ventas
parásito conocido como Russell Davies. Él es lo que sucede cuando una se
mueve de las sombras de la oscuridad al centro de atención—. ¿Qué puedo
hacer hoy por ti? —Intenté no sonar sarcástica, pero estaba fallando
miserablemente.

Patty me dio la espalda. Reflexivamente, apoyó sus muslos contra mi escritorio


cruzando los brazos y colocando efectivamente su cuerpo entre el invitado no
deseado y yo.

Russell pasó junto a ella para pararse directamente frente a mi escritorio


ignorando totalmente la advertencia silenciosa del lenguaje corporal de Patty.
Sus maliciosos ojos brillaron mientras me lanzaba un sobre grueso de papel
manila.

—Felicitaciones, te acabas de ganar el proyecto Jamestown.

Inmediatamente le devolví el sobre como si estuviéramos jugando un juego de


papa caliente.

—Gracias, pero no. Además, ¿Ian no estaba trabajando en esto?

La expresión de sorpresa en su cara engreída se transformó en una sonrisa


9

burlona cuando me devolvió el sobre.


—Sí, lo estaba, pero ahora eres la estrella y quiero que te encargues tú.

—Como dije antes, Russ, gracias, pero no. Tengo muchos otros proyectos a los
que estoy abocada en este momento. Este proyecto tomaría 24/77 solo para
terminar justo a tiempo. Simplemente no tengo ese tipo de tiempo —dije antes
de volver a poner la papa caliente otra vez en movimiento.

Patty observó el sobre cruzar de un lado a otro por el aire como si estuviera
viendo un partido de tenis en Wimbledon.

Rojo de ira, gruñó:

—Eso ya lo veremos. —Se dio la vuelta y salió de mi oficina.

—Bueno, qué agradable —comentó Patty mientras Russell marcaba su salida


cerrando la puerta de golpe.

—Es un imbécil —me quejé. Comencé a contar los segundos.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó mi asistente.

—Espera. Tres, dos, uno… —Mi teléfono sonó y Patty saltó.

—Sí, señor Kimbrough. ¿Cómo sabía que sería usted? Soy psíquica. —Me reí
nerviosamente—. Claro que ya voy.

—¿Russ?

—Sí. Fue llorando al señor Kimbrough. Ese pequeño imbécil. —Suspiro—.


Supongo que debo hacer frente.

Mi joven asistente rubia me dio unas palmaditas en el hombro cuando salí de la


oficina.

—¿Hay algo que quieras que haga mientras te vas?

—Sí, consigue una caja para guardar mis cosas.

Patty me miró confundida.

—Mira, me niego a trabajar con esa serpiente de Russ. Así que solo hay dos
escenarios que se adaptarán a esta situación. O intentan obligarme a trabajar
10

7
24/7: Se refiere 24 horas los 7 días de la semana.
con él y renuncio, o porque me niego a trabajar con él, me despiden. De cualquier
manera, creo que necesitaré una caja.

BBB

Caminé por el pasillo alfombrado hasta la oficina del señor Kimbrough. Mi


corazón latía con fuerza en mis oídos cuando el aroma de las paredes recién
pintadas asaltaba mis fosas nasales. Las oficinas y la planta de producción de
nuestra compañía, estaban ubicados en una fábrica de principio de siglo que
siempre parecía estar en medio de renovaciones. No era inusual desviarse de
los corredores familiares con letreros que decían: “Disculpe nuestro polvo” con
instrucciones sobre cómo llegar desde el punto de “Usted está aquí” hasta el
punto de “Aquí es donde quiere estar”. Mientras continuaba por el ala ejecutiva,
me impresionó la discreta opulencia.

Una ola de náuseas me golpeó cuando llegué a la puerta exterior de la oficina


del señor Kimbrough. No estaba segura de sí era el olor a pintura, alfombras
nuevas, trementina y una variedad de productos de limpieza o el hecho de que
odiaba cualquier tipo de confrontación. Nunca había sido una persona
beligerante. Siempre cedía como una casa hecha de papel de seda sólo para
evitar cualquier tipo de desavenencia. Pero no había manera en la tierra de Dios
que iba a trabajar con esa rata.

—Entra, Kara. Te están esperando, —me indicó Janice, la secretaria del señor
Kimbrough cuando entré en su lujosa antesala.

Asentí levemente hacia ella y me dirigí a la pesada puerta de caoba, aunque


intrincadamente tallada. Una placa de latón con el nombre “J. Kimbrough”
cuidadosamente grabado en la superficie de metal brillante estaba pegada a la
altura de los ojos en la puerta oscura. Cubriendo mi boca con mi mano, eructé
suavemente rezando para que mi almuerzo no saliera con la exhalación
silenciosa de gases estomacales.

—Kara, entra. Toma asiento. —El hombre delgado, distinguido, aunque un poco
grisáceo, se puso de pie cuando entré y me señaló el sillón desocupado frente a
11

su escritorio. Por supuesto, el “llorón” ocupaba el otro sillón.


—Gracias. —Sonreí ante lo que siempre pensé que parecía igual a Sean
Connery.

Jason Kimbrough era un viudo atractivo, que era la columna vertebral de nuestra
fábrica. Siempre había admirado a Jason. Era brillante de una manera discreta,
nunca hacía que nadie se sintiera pequeño o insignificante, y siempre estaba
dispuesto a orientar o ayudar a cualquiera si era necesario. Tenía control de cada
proyecto en el que la compañía estaba involucrada, sin embargo, no en controlar
cada detalle. Nos dejaba hacer nuestro trabajo y nos felicitaba por un trabajo
bien hecho. Creo que lo que más me impresionó de Jason fue el hecho de que
era un hombre justo. Ninguna política de oficina fue tolerada. Con él, lo que ves
es lo que obtienes, y él esperaba eso de todos los que trabajaban para él. Una
persona como él es difícil de encontrar en esta época, ¿pero ocupando puestos
corporativos? Eso sí que era muy raro.

Ok, así que tal vez estaba un poco enamorada de él, pero ¿quién no? Era
talentoso, encantador, guapo y SOLTERO. Y sí, estaba al acecho. Habían
pasado más de 5 años desde que yo... bueno, ya sabes. Pero seamos sinceros,
¿a quién intento engañar? Este tipo de hombre siempre tomaba copas en 'el club'
con una rubia escurridiza, no una madre de tres hijos ligeramente gruesa, pero
me estoy apartado del tema.

Jason tomó su sillón y apoyó los codos en su gran escritorio de roble delante de
él. Luego, lentamente entrelazó sus dedos antes de comenzar.

—Kara, en primer lugar, trabajo sobresaliente en el proyecto Stillman.

—Gracias señor.

—Jason. —Él sonrió brillantemente—. Cuando me llamas señor, busco a mi


padre.

—Sí, se… Jason, —tartamudeé. Simplemente no podía acostumbrarme a llamar


al presidente de nuestra pequeña compañía por su nombre de pila.

—Mejor. Ahora me entero que hay algún desacuerdo entre tú y Russ en el


proyecto de Jamestown, —continuó.
12
—Sí, s… Jason. Como le he dicho al señor Davies, mi plato está lleno y
simplemente no tengo el tiempo ni los recursos para dedicarlo a un proyecto de
esta magnitud. —Mentí, bueno solo en parte, estaba muy ocupada.

—¿Qué pasaría si te despejáramos ese plato? ¿Tendrías alguna objeción para


trabajar únicamente en este proyecto? —preguntó Jason con solemnidad,
aunque había un brillo fuera de lugar en esos ojos pálidos.

¿Qué debo hacer? ¿Qué debo decir? ¿Qué estoy demasiado comprometida en
estos proyectos para entregarlos a otra persona ahora? ¿O debería arriesgarlo
todo e ir con doble peligro y decir la verdad? La verdad es que Russ es un idiota
y por eso no tocaría este proyecto con un poste de tres metros. Este proyecto
era un factor decisivo en la carrera profesional, puro y simple, y no quería formar
parte de él.

Con mi visión periférica pude ver una sonrisa de mierda comiendo formándose
en la cara viscosa de Russ. De inmediato tomé la decisión.

—Lo siento, Jason, tendría la objeción de dejar a mis otros clientes para hacer
este trabajo. —Tratando poderosamente de no estremecerme, miré
directamente a los pálidos ojos azules de Jason.

—¿Y cuál sería esa objeción? —preguntó inclinándose ligeramente hacia mí.

Mi determinación fue aún más sólida cuando me di vuelta para ver la “sonrisa de
mierda” que previamente había cubierto la cara de Russ transformarse en una
expresión satisfecha de sí mismo.

Esta vez no vas a salirte con la tuya, gran bebé, pensé para mí. Miré hacia abajo
por un momento para juntar un poco más de coraje antes de continuar:

—No voy a trabajar con Russ. Jason, es tan simple como eso. —Mi corazón
estaba latiendo fuera de mi pecho. Mi estómago se rebelaba cuando las
imágenes de comedores populares y vivir bajo puentes con mis hijos nublaron
mi mente.

—Kara, ¿por qué crees que no puedes trabajar con Russ y darle el mismo 110%
13

que siempre das? —El brillo en esos ojos se hizo más pronunciado cuando una
leve sonrisa apareció en el hermoso rostro de Jason.
El comportamiento de Jason me confundió, pero me apresuré a lo que pensé
que sería mi desaparición.

—Con el debido respeto, señor, el señor Davies es un idiota egoísta que no


trabaja ni se relaciona bien con los demás. —Cerré los ojos preparándome para
el asalto verbal que seguramente seguiría.

Imagina mi sorpresa cuando el ejecutivo se reclinó en su sillón y rio a carcajadas.


Abrí los ojos y miré a Russ, que estaba tan enojado que todo su cuerpo estaba
temblando. Sus ojos oscuros estaban saliendo de una cara roja remolacha.
Parecía una rana toro con un problema de tiroides.

Los ojos de Russ se alzaron para encontrarse con los míos con un odio tan
profundo que era palpable. Estaba tan indignado que cualquier pensamiento
coherente huía de su mente enojada, dejándolo tartamudear y balbucear sonidos
totalmente ininteligibles.

—Russ, te das cuenta de que estás dando su argumento —comentó Jason


secándose las lágrimas de alegría de la cara.

Finalmente encontrando su lengua, el volcán Davies explotó.

—Jason, he sido muy insultado. ¿No vas a hacer algo?

Inclinándose en su sillón, miró de mí a Russ y viceversa. Una mirada pensativa


ahora reemplazó su expresión anteriormente jovial.

—Sí, sí, voy a hacer algo. Voy a…

AQUÍ VIENE, AQUÍ VIENE… Oficina de bienestar voy para allá.

»Promoverla. —La sonrisa del ejecutivo iluminó la habitación.

—¿QUÉ? JASON, ¿ESTÁS LOCO? —gritó Russ.

Ante este estallido, Jason adoptó una postura decididamente agitada, una vez
más inclinándose sobre su escritorio, con el ceño fruncido entrometiéndose en
sus rasgos normalmente plácidos.

—Ten cuidado, Russell. Personalmente no tengo la costumbre de castigar a las


14

personas por decir la verdad. —El tono vocal de Jason se volvió amenazante—.
Viniste aquí quejándote de que Kara no aceptaba este trabajo. Dejaste muy claro
que ella y solo ella podía volver a encaminar este proyecto. Según tú, corrígeme
si te estoy citando mal, “ella es la mejor”. —Russ se encontró con la mirada de
Jason con arrogante desprecio mientras Jason continuaba—. Obviamente, ella
es lo suficientemente inteligente como para saber qué quieres que salve tu culo
de una situación que tú mismo creaste por tu propia estupidez.

Ohhh, Muchachote, me estás dando demasiado crédito aquí. No soy tan


inteligente. Me retorcí ligeramente en mi asiento, odiando cada minuto de esto.

—Jason, ¿qué estás diciendo? —gruñó Russ.

—Lo que estoy diciendo es que si Kara puede hacer que esto suceda, no tengo
dudas de que una vez más tomarás todo el crédito. Y si ella no puede hacerlo,
no importa, todavía saldrías oliendo a rosas. ¿Me he perdido algo?

Russ se quedó en silencio, abriendo y cerrando la mandíbula.

Jason se detuvo por un momento leyendo la reacción de Russ antes de


continuar.

—Russ, este proyecto es un desmadre y creo que lo mejor que puedes hacer es
salir de él por completo.

—Jason, no puedes hacer esto. ¡Este es mi bebé! —gritó Russ pensando en la


atractiva comisión que podría perder si el proyecto fuera un éxito.

Jason se puso de pie, su paciencia en el punto de ruptura.

—Quiero que salgas de esta oficina, recopiles toda tu información sobre


Jamestown y se la des a Kara. También haz que ingeniería, I+D8 y adquisiciones
se pongan en contacto con ella de inmediato para ponerla al día. ¿Entiendes,
Russell? —siseó.

Russ asintió en silencio y se volvió para salir de la oficina, pero no sin antes
decirme “perra”.

Como he dicho antes, nunca he agarrado las cosas vuelo, por lo que me tomó
un tiempo comprender todos los matices del drama que acababa de
15

8
I+D: Símbolo de Investigación y Desarrollo.
desarrollarse ante mis ojos. Estoy segura de que parecía una carpa fuera del
agua. ¿Ya sabes, mi boca se abre y se cierra sin que salga nada? No tenía mi
mente el ello, así que no atrapé nada sobre todas los tramas encubiertas que
había hecho Russ. Todo lo que sabía era que no me gustaba el tipo y no quería
trabajar con él. No tenía idea de que estaba involucrado en algún tipo de intriga
horrible. Todo esto se desarrolló como una mala trama en Dinastía 9.

—Idiota —murmuró Jason mientras veía a Russ salir de su lujosa oficina. Soltó
un profundo suspiro mientras retomaba su asiento—. Kara, ¿estás bien?

Asentí en silencio, esa cosa de la carpa fuera del agua todavía estaba
sucediendo.

»Lamento que hayas sido testigo de esa exhibición, pero me alegro de que hayas
sido honesta —comentó Jason, una sonrisa sincera relajó sus rasgos
tensionados—. Créeme, sé que no te he hecho ningún favor aquí, pero realmente
te necesitamos en este proyecto.

—Jason, simplemente no sé sobre esto —tartamudeé—. La última vez que


escuché de los diseños de los eyectores ni siquiera habían sido probados.

—Tienes razón. El prototipo aún no ha salido de I+D. —Jason una vez más se
apoyó en su escritorio y juntó los dedos.

—¿Cuándo es la fecha límite para este proyecto?

—Seis semanas.

—¿Para cuántos? —pregunté comenzando a ver la gravedad de esta situación.

—Se instalarán setenta y cinco eyectores en sus equipos existentes. —Los


pálidos ojos de Jason penetraron los míos oscuros.

—Imposible. —Nunca dejé su mirada. Puede que no haya estado al tanto de las
últimas técnicas de puñaladas por la espalda, pero sabía que mi trabajo y un
proyecto de esta magnitud no podían hacerse en menos de catorce semanas. Ni
siquiera teníamos la mitad de ese tiempo, y no iba a ser el chivo expiatorio para
nadie, ni siquiera para Jason.
16

9
Dinastía: Serie de televisión estadounidense una de las más populares de los años 1980.
—Kara, realmente te necesitamos en este caso —reiteró Jason—. He querido
decir lo que he dicho sobre ascenderte. También vas a recibir la comisión por
este proyecto, así como el crédito si puedes conseguirlo, “Trabajadora
Milagrosa”. —Sonrió Jason con confianza.

—Jason, no necesitas una Trabajadora Milagrosa, necesitas un milagro, —me


quejé—. Con mi horario actual, no tengo tiempo para mis hijos. Este proyecto,
incluso por sí mismo, va a tomar cada momento de vigilia que tenga. Sin
mencionar la idea de terminarlo antes de la fecha límite

Jason interrumpió:

—Sé que esto va a ejercer tensión en tu vida familiar y haré todo lo posible para
compensarte por eso. Pero sabes cómo funcionan las cosas por aquí. Has
estado aquí el tiempo suficiente.

La misma mierda, todos los días.

Jason tenía razón. Había estado en este negocio el tiempo suficiente para saber
cómo se jugaba este juego. Después de todo, si no se trataba de vendedores
excesivamente entusiastas que vendían unidades que ni siquiera habían sido
diseñadas, y mucho menos probadas, era la ingeniería de diseño de máquinas
que usaban piezas que estaban en alta asignación o al borde de la obsolescencia
y luego no entendían por qué no podíamos cumplir con las cuotas o los plazos.
Sabía que este proyecto de Jamestown era producto de estos dos peores
escenarios.

—¿Voluntaria o Victima? —Suspiré sabiendo que mi destino estaba sellado.

—Kara, no habrá repercusiones si rechazas este proyecto. Lo entendería


completamente si lo hicieras. Te estoy pidiendo que lo tomes como un favor
personal para mí. Sabes que Russ no tiene razón en muchas cosas, pero lo que
acertó es que eres la mejor.

Oh, eso ha sido un golpe bajo, Muchachote. La culpa siempre funciona. Aunque
debo decir que la adulación ha sido un bonito toque.
17

Supongo que Jason podía verme luchando con la decisión.

—Antes de tomar una decisión, hay un giro inesperado más que debes conocer.
—¿Quieres decir que se pone peor?

Jason sonrió de lado.

—Debido a que esto ha sido una chapuza desde el primer momento, la Junta ha
decidido que el proyecto será manejado por alguien del nivel más alto. —Hizo
una pausa y dejé de respirar—. Vas a trabajar con la jefa de operaciones
corporativas, Jacqueline Drakkon.

Sé que volví a convertir en esa carpa.

—¿No es ella la Dra… C. O. O.10? —tartamudeé.

Buenos reflejos, estúpida. Preguntarle a Jason si ella es la Lady Dragón11


hubiera sido realmente suave.

Una sonrisa se curvó en los bordes de los labios del ejecutivo. Aparentemente él
sabía lo que estaba pensando. Jacqueline Drakkon era legendaria por ser la
Lady Dragón de la EMPRESA. También la había oído nombrar como Lady
Drakkula porque podía chuparle la vida a sus empleados a cien metros de
distancia. Dejando a un lado los insultos, era una mujer increíble. Jacqueline
Drakkon era altamente educada, muy motivada y muy posicionada en la
empresa.

—Sí, ella es la Lady Dragón. —Él sonrió de lado—. Bueno, Kara, ahora sabes
todo sobre este proyecto. ¿Cuál es tu decisión?

Mi decisión. Maldición, ¿no se había tomado ya por mí? Simplemente odiaba


una situación de “perder-perder” y esta era una de ellas. Estaba siendo
despedida por poder o delegación de: Lady Dragón que estaba buscando alguna
razón para despedirme.

Suspiré y me encogí de hombros antes de responder.

—Está bien, Jason, lo asumiré.

10
COO (Chief Operating Officer): Director de Operaciones, supervisa cómo está funcionando el sistema
de creación y distribución de los productos de la empresa para asegurarse de que todos los sistemas
18

funcionen bien.
11
Lady Dragón: el significado de esta expresión es la una mujer desagradable que hace un mal uso de su
poder. Una palabra con significado equivalente en castellano sería "harpía".
—¡Fantástico!

—Pero primero, —interrumpí su entusiasmo—. Quiero todo lo que se ha dicho


aquí por escrito.

La sonrisa de Jason no dejó sus rasgos.

—Hecho. El papeleo apropiado estará en Recursos Humanos esta tarde. Me


aseguraré de que Betty se ponga en contacto contigo cuando esté listo para tu
firma. ¿Algo más?

—Sí, quiero ser yo quien delegue los proyectos en los que he estado trabajando
a los demás. Sé dónde están todos y quién puede manejarlos mejor.

—Lo que quieras —respondió con una sonrisa fácil aún iluminando su rostro.

—Está bien, entonces tenemos un trato. Recuerda que no puedo hacer milagros,
pero lo haré lo mejor que pueda —dije con un temblor en mi voz.

Me he jodido bien.

—Eso es todo lo que podemos pedir. —Se puso de pie y extendió su mano—.
Sé qué harás un trabajo fabuloso. Por cierto, Kara… —Alcé la vista para
encontrarme con sus ojos sinceros y comprensivos—. Gracias.

Sonreí débilmente antes de salir de la oficina.

No recuerdo caminar de regreso a mi oficina. Creo que estaba en estado de


shock. Pasé por el escritorio de Patty sin decir una palabra. Entré en mi oficina y
me dejé caer sin ceremonias en mi sillón.

Patty se levantó lentamente de su silla y me siguió con cautela hasta la oficina.


Me senté detrás de mi escritorio, mi cabeza hacia atrás y mis ojos cerrados.

Patty se aclaró la garganta.

—¿Cómo te fue?

Sin cambiar mi posición, respondí:

—Me jodieron y ni siquiera me besaron.


19
—¿Entonces, eso significa que no necesitas la caja? —Patty comentó con una
sonrisa pícara en su rostro.

La miré y fruncí el ceño.

20
Parte 2
Y así comenzó todo.

Esas primeras semanas fueron un borrón de actividad. Tenía que hacer un


milagro y habían pasado años desde que había caminado sobre el agua. En
otras palabras, estaba fuera de práctica.

Me sentía capaz. Estaba concentrada. Estaba motivada. Estaba tan lejos de mi


cabeza que necesitaba un periscopio solo para ver el pavimento.

Patty me empujaba a esta reunión y me sacaba de esa reunión tanto que tenía
que desenroscarme las pantimedias todas las noches cuando llegaba a casa.
Asistía a reuniones tras reuniones, tras reuniones hasta el punto de que no sabía
si iba o venía.

Hubo reuniones para abordar los problemas de adquisición. Se celebraron otras


reuniones para abordar las imposibilidades de diseño e I+D. Juro que hubo una
reunión para discutir la diferencia entre Hanes y Fruit of the Loom12, pero no
puedo estar segura de eso.

Luego estaban Russ y Lady Dragón con quienes lidiar.

Para mi disgusto, Russell Davis estuvo presente en todas y cada una de las
reuniones que se celebraron. Había rezado para que me dejara en paz, pero eso
no era probable que sucediera. Tenía una cuenta pendiente y yo lo sabía.
Además, nunca había tenido tanta suerte.

Él estaba esperando. Estaba esperando con sus oscuros y furtivos ojos alerta
por cualquier signo de debilidad. Era un león hambriento que esperaba en las
sombras el momento adecuado para atacar a su presa. Lamentablemente esa
21

12
Hanes y Fruit of the Loom: Diferentes marcas de camisetas.
presa era yo. Me sentía como un antílope enfermizo parado solo en medio del
Kalahari con un gran cartel colgado alrededor de mi cuello que decía “Cómeme”.

Su actitud merodeadora, por no mencionar su comportamiento viperino, fue lo


único que consolidó mi resolución. Haría que esto funcionara. El Proyecto
Jamestown iba a ser un gran éxito, así me matara en el proceso.

Y esto puede matarme, pensé en más de una ocasión.

Ahora, la otra cara de la moneda era Jacqueline Drakkon. Que en lugar de ser el
dragón que respiraba fuego que me dejaría una ceniza de mi antiguo yo, se
convirtió en mi caballero con una brillante armadura, mi valiente San Jorge. Por
supuesto, en lugar de ir en mi rescate en un fogoso corcel blanco, condujo en
una elegante limusina negra brillante, pero para mí el efecto no disminuyó en lo
más mínimo. Quizás es por eso que finalmente me enamoré de ella, pero me
estoy adelantando.

En realidad, ahora que lo recuerdo, todo sobre la señora Jacqueline Drakkon fue
completamente inesperado.

Mira, en mi experiencia, cuanto más arriba estés en la cadena alimentaria,


menos posibilidades tienes de saber cómo atarte los zapatos y mucho menos
otras cosas. Y lo que había escuchado sobre Drakkon no había cambiado ni un
poco esa percepción. Sin embargo, la visión de Lady Drakkula chupándome la
vida se disipó por completo cuando se arremangó y de hecho colaboró.

La señora Drakkon fue una ayuda más que un obstáculo y esto me sorprendió
por completo. Finalmente, después de trabajar con ella durante algunas
semanas, tuve que admitir que la había juzgado sin ninguna prueba de que ella
sería la norma y no la excepción. Con su ayuda, el proyecto de Jamestown
avanzaba de forma mucho más suave de lo que podría haber imaginado en mis
sueños más salvajes.

Descubrí que ella y Jason compartían la misma filosofía de gestión corporativa.


Ambos pensaron que si te contrataban para hacer un trabajo, obviamente eras
capaz de hacerlo con una mínima cantidad de interferencia.
22
Trabajamos juntas a larga distancia y por eso estaba realmente agradecida. Al
principio de todos modos, los kilómetros entre la señora Drakkon y yo me
tranquilizaron. No se equivoquen, descubrí que nuestros intercambios no solo
muy profesionales, sino también bastante agradables. Pero aun así, me llevó
mucho tiempo sacudir el miedo a ser la principal candidata para el próximo
picadillo. Quiero decir, que ella podría despedirme por teléfono tan fácilmente
como podría en persona, ¿verdad?

Sin embargo, a pesar de mis inquietudes y preocupaciones, nunca hubo


derramamiento de sangre o picadillos. Ni siquiera un toque de azufre. Después
de un tiempo, el hecho de que no iba a ser despedida finalmente caló en mi dura
cabeza.

A nivel personal, descubrí que Drakkon era una mujer muy agradable y
carismática que, para mi sorpresa, tenía un ingenio rápido y muchas veces un
sentido del humor travieso.

Encontré ambas cosas durante nuestra primera conversación telefónica.

—Kara, haces un buen trabajo y no tengo dudas de que podrás manejar a


Jamestown —dijo la voz incorpórea a través del auricular del teléfono.

—Gr-gra, gracias —tartamudeé. No pude evitarlo. Era la primera vez que


hablaba con la vicepresidenta de operaciones.

Pude escuchar una pequeña risita desde el otro extremo del receptor antes de
que la señora Drakkon continuara.

—Kara, conozco mi reputación, pero no creas todo lo que escuches. Me refiero


a respirar fuego y tostar a ese pobre interno fue simplemente un error. Te lo
aseguro.

No pude contener mi risa. Con esas pocas palabras sentí que todos mis miedos
e inseguridades comenzaron a desaparecer.

—Mira ahora, eso está mucho mejor. Kara, este es tu bebé. Simplemente estoy
aquí para apoyarte a ti y a tu equipo.
23

Mi sonrisa fue amplia cuando comenté:


—Gracias, señora Drakkon. Agradecería toda la ayuda que pueda obtener para
esto. —No tartamudee esta vez.

—No hay problema. Entonces, ¿por dónde empezamos?

BBB

Así que ese fue el comienzo de nuestra relación profesional. Cuanto más
hablaba con ella, más me gustaba y pronto comenzó a florecer una relación
personal. Tal vez se estaba desarrollando algo más que una amistad, aunque en
ese momento estaba demasiado ocupada o demasiado estúpida para verlo.

Desde el principio se estableció una conversación relajada entre nosotras. Me


hizo sentir tan cómoda tan rápido que me olvidaba de que era la vicepresidenta
de operaciones y la trataba como a cualquier otra persona. Eso me asustó
cuando tuve la oportunidad de pensarlo. ¿Estaba siendo demasiado amigable?
¿No le estaba dando el respeto que le debía?

No sabía las respuestas a estas preguntas, pero lo que sí sabía era que el sonido
de su risa desde el otro extremo del teléfono me enviaba una calidez que nunca
había sentido antes. Para ser sincera, si no sabía nada de ella en unas pocas
horas, buscaba algún motivo, cualquier motivo, para llamarla. Patético lo sé, pero
el sonido de esa voz suave me daba energía, me confortaba. De acuerdo, esto
me confundió aún más, pero como he dicho, estaba demasiado ocupada en ese
momento para analizar mis sentimientos por la poderosa mujer.

—Entonces, ¿crees que los cabos sueltos estarán atados a tiempo para la
videoconferencia del jueves? —preguntó.

Reajustando mis lentes de lectura para poder leer los informes que había
dispersado frente a mí, respondí con cautela.

—Sí, creo que sí.

—No pareces demasiado segura —dijo pero pude escuchar la sonrisa en su


rostro.

—No lo estoy, pero es lo mejor que hay.


24
—Lo harás bien. Por cierto, ¿puedes llamarme Jac? Señora Drakkon suena tan
formal, por no mencionar estirado.

Me reí un poco mientras me quitaba las gafas de lectura.

—Ya tengo suficientes problemas para llamar al señor Kimbrough, Jason.


¿Ahora quieres que te llame Jac? No estoy segura de que pueda hacer eso.

—Oh, estoy segura de que puedes. Es fácil. J- A- C... Jac.

Suspiro.

—Jac.

—Creo que lo tienes —dijo con un acento simulado de Henry Wiggins13. Ambas
nos reímos por teléfono antes de regresar al trabajo en cuestión.

No mucho después de este intercambio descubrí que nuestra correspondencia


estaba cambiando sutilmente. ¿Cambiar cómo? ¿Puedes preguntar? Bueno,
como he dicho antes, me sentí lo suficientemente cómoda como para comenzar
una broma fácil con ella, pero en algún punto del camino esa broma se volvió
coqueta.

Sé lo que están pensando, así que DETÉNGANSE. No estaba haciendo cola


para otra promoción, ya les he dicho que no trabajo de esa manera. Además, no
era solo yo quien lo hacía. Entonces ¡JA! ¡JA! ¡JA!

Ahora ¿dónde estaba? Oh sí. Sentí un tipo diferente de conexión estaba


comenzando a desarrollarse. Un extraño y nuevo conjunto de emociones se
agitaba en mi corazón. Estaba fantaseando con la mujer. Lo que era aún más
impactante fue que estaba fantaseando con una mujer que nunca había conocido
cara a cara. Me estaba enamorando de una voz al otro lado de la línea. ¿Qué
tan patético era eso? Por otra parte, siempre tendí a ser patética.

Pero seamos sinceros, después de años sin que nada tocara algo profundo
dentro de mí, pensé que hacía mucho tiempo que estaba muerta. Pero no fue
solo mi falta de contacto sexual lo que alimentó estos sentimientos, aunque
25

13
Henry Wiggins: Personaje de la serie de animación Las aventuras de Henry.
intenté convencerme de que eso era todo. Había un incendio debajo y, con todos
mis esfuerzos por apagar las llamas, se negó a morir.

Luego esta llama estalló en un infierno la primera vez que puse mis ojos en Jac.
Quizás se pregunten cómo manejé la que sería una de las cascadas
emocionales más privadas y potencialmente devastadoras de mi vida. ¡En
público, por supuesto! Sí, tuve la oportunidad de compartir todas estas
sensaciones maravillosamente aterradoras no solo con una, sino con dos salas
de conferencias llenas de gente. Y en caso de que se lo pregunten... me
avergoncé completamente. Bueno, a fin de cuentas, ¿no es ese mi SOP
(procedimiento operativo estándar para aquellos de ustedes que se están
preguntando)?

Por supuesto, en mi imaginación tenía una idea de cómo la señora Drakkon


podría ser, bueno, cómo quería que se viera, pero no estaba preparada para la
realidad de su verdadera forma física. No era simplemente bonita, era
absolutamente IMPRESIONANTE. Su cabello oscuro, ojos azules, rasgos
cincelados, literalmente, me desequilibró completamente.

Ese fatídico día que acababa de entrar en la sala de conferencias y estaba


preparando mi presentación, aliviada de que la cámara de nuestra sala de
conferencias no funcionara. Sabía que habría sido muy tímida si Jac pudiera
verme, pero obtuve un respiro y estaba mirando la cámara rota como un buen
presagio.

Me sentía confiada, conocía el material y el trabajo estaba muy adelantado a lo


programado, así que esta debería haber sido una reunión de “esa es mi chica”.
¡¡NO!! El destino, siendo el perro retorcido que es, tenía algo más reservado para
mí.

Tranquila, le di un vistazo rápido a las conexiones de mi computadora portátil


cuando el televisor grande en la cabecera de la mesa de conferencias se
encendió. Miré hacia arriba para ver a varios hombres con trajes oscuros que se
acomodaban en sus lugares en la mesa de conferencias en el lugar remoto.
Después de darle un toque más a mi mouse inalámbrico, volví a levantar la vista
26
para ver a la mujer más bella y elegante que había visto en mi vida entrar a la
otra sala de conferencias y tomar su lugar con gracia.

Una vez que había saludado al hombre vestido de oscuro a su derecha y luego
al hombre a su izquierda, miró directamente a la cámara. Mi corazón literalmente
dio un vuelco. Me dolía el pecho cuando todo el aire escapó de mis pulmones.
Estaba segura de haber respirado por última vez cuando esos increíbles ojos
azules perforaron directamente mi alma. Podía sentir mi rostro pálido, mi piel se
volvió húmeda. Estaba absolutamente hipnotizada por ella. Quizás cautivada
sería un término más exacto, de cualquier manera sentí que mi corazón se
detenía mientras mi mundo y mi cabeza se descontrolaban.

Sentí a Patty a mi lado. Podía sentir el calor de su cuerpo antes de verla con mi
visión periférica mientras se inclinaba para susurrarme algo, pero no podía
escucharla. No podía romper el hechizo que me lanzaron esos orbes azules.

Cuando ella habló con sus suaves tonos altos, la calidez acarició mi espíritu. Fui
asesinada, destrozada, cambiada para siempre. Pude sentir el calor de un
sonrojo traidor llegar a mis mejillas. En algún lugar de esta neblina me sentí
enojada porque mi rostro revelaba mi confusión interna para que cualquiera lo
leyera. Sentí que estaba tratando de salir de un pozo negro, luchando por
recuperar la conciencia. De hecho, me sorprendió que aún aguantara el agua.

Lo que eran solo fracciones de segundos parecían siglos en la nebulosa por la


que estaba nadando actualmente. Finalmente sentí un dolor agudo a mi lado. El
dolor era Darren empujándome tratando no tan sutilmente de despertarme de mi
animación suspendida. Antes de estar segura de lo que la señora Drakkon había
preguntado, mis labios tartamudearon una respuesta a su pregunta.
Silenciosamente recé para que lo que dije respondiera a la pregunta que nunca
escuché en primer lugar. Con la excepción de un ligero fruncido de cejas
oscuras, ella asintió y luego continuó con el tema en cuestión.

Al final de la reunión, ese leve sonrojo en mis mejillas se había convertido en un


brillante carmesí alimentado por la humillación que sentí por mi chapucera
conferencia. Como una alumna de primer grado que acababa de terminar su
27

segunda clase de “Aprendiendo fonética”, tartamudeé y balbuceé todos mis


informes. Nunca miré a Russ, pero podía sentir todo el tiempo sus ojos fríos y
maliciosos sobre mí. Me imaginé esa sonrisa satisfacción en su rostro mientras
me veía estrellarme y quemarme.

Cuando terminó la reunión, reuní todas mis carpetas y papeles y salí de la sala
antes de que alguien más tuviera la oportunidad de pararme. Sentí que las
lágrimas no derramadas comenzaban a picarme los ojos mientras corría hacia el
santuario de mi oficina, pero antes de que pudiera esconderme sentí que mi
teléfono vibraba en mi bolsillo. Por reflejo más que pensando, puse el auricular
en mi oído y respondí.

Sentí que mis rodillas se debilitaban cuando escuché la voz de contralto


preocupada proveniente del teléfono.

—Kara, ¿estás bien?

Pasé el escritorio vacío de Patty y cerré mi puerta. Arrojando el contenido de mis


brazos a la mitad sobre el escritorio mientras la otra mitad revoloteaba hacia el
piso, me dejé caer sin ceremonias en mi sillón antes de responderle.

—Sí... uhhhh no... Bueno depende de cómo lo veas. Si estás hablando de mi


actuación como bufón de la corte en esa reunión, entonces supongo que estaba
bien. —Para mí disgusto, una lágrima atravesó la barrera de mis pestañas y se
deslizó por mi cara.

Jac se quedó callada por un momento.

—¿Qué ha pasado? Sé que podrías haber hecho esa reunión mientras dormías.
Sabes cómo hacer una presentación. Lo has hecho antes. Cariño, dime ¿qué
pasa?

Qué pasa. Esa era la pregunta del millón. ¿Qué estaba mal? ¿Qué iba a decirle?

Todos los pensamientos coherentes habían huido de mi mente al ver a esta


sorprendente mujer. Me sentía como si hubiera sido alcanzada por un rayo y
todos mis circuitos hubieran sido fritos. Podía oler el humo mientras mi ser
continuaba ardiendo. Estaba ardiendo, pero no por un fuego soplado sobre mí
28

por la Lady Drakkon, no, estaba siendo incinerada por llamas de pasión tan
intensas que estaba segura de que no sobreviviría.
¿Qué iba a decir? ¿Qué creo que me he enamorado totalmente de ti? ¿Qué
quiero conocerte en el sentido bíblico?

¿Me acaba de llamar cariño?

Con gran esfuerzo me recompuse un poco, bueno al menos partes de mí


parecían estar cayendo en su lugar. La mujer estaba esperando una respuesta.
Cerré mis ojos de nuevo y permití que esa suave voz me envolviera como un
cálido abrazo. Este acto silencioso de sumisión me fortaleció.

—Lo siento, Jac, supongo que estaba nerviosa y lo arruiné. Lo siento.

—Sin daño no hay falta —enunciaron los tonos suaves—, pero has hecho
conferencias telefónicas hasta la saciedad y nunca has tenido problemas.
Vamos, cariño, dime qué está pasando.

Cerré mis ojos aún más fuerte tratando de detener las lágrimas que ahora corrían
por mi cara. Tenía tantos sentimientos conflictivos que no podía empezar a
resolverlos. ¿Qué se suponía que debía decir?

Jac, ¿eres tan sexy y te quiero? Sí, eso pondría fin a mi carrera a toda prisa.
¿Me acaba de llamar cariño?

Sacudí la cabeza tratando en vano de sacudir las telarañas de mi mente.

—En serio, Jac, supongo que fue solo ver a todos mirándome. No lo sé. Supongo
que me asusté. —En realidad, eso era lo más parecido a la verdad que había
dicho hasta ahora—. Fue un caso grave de pánico escénico. —Me encogí de
hombros aunque sabía que ella no podía verme.

—Puedo entender eso, pero no tenías nada de qué estar nerviosa.

—¿Tengo algo por lo qué estar nerviosa ahora?

—No —respondió Jac enfáticamente.

—Gracias, Jac.

—No hay problema. ¿Por qué no vuelves a casa y descansas un poco? Has
estado bajo mucho estrés durante el último mes. Necesitas descomprimir antes
29

de que te dé una embolia.


—Gracias, Jac, creo que haré eso. Hablaré contigo mañana.

—¿Te importaría... —vaciló por un momento—, si te llamo más tarde esta


noche? Uh... ¿sólo para ver cómo te va?

Mi boca estaba recitando el número de teléfono de mi casa antes de que mi


cerebro tuviera la oportunidad de procesar la pregunta. Estaba en piloto
automático y por ahora eso funcionaba para mí.

BBB

Más tarde esa noche sonó el teléfono. Sentí fluir a través de mí una sensación
de vértigo mezclada con aprensión.

Jac y yo nos habíamos hecho muy buenas amigas. Había una fuerte conexión
que nos unía y que parecía fortalecerse a medida que pasaba el tiempo. Nos
reíamos, bromeamos, incluso coqueteamos en más de una ocasión. Incluso
habíamos compartido alguna información personal de vez en cuando, pero
debido a Big Brother no habíamos podido entrar en los detalles verdaderamente
íntimos de nuestras vidas.

Eso estaba a punto de cambiar.

Hablamos y hablamos esa noche como si nos hubiéramos conocido por años en
lugar de sólo semanas. Hablamos de todo y me sorprendió su franqueza.
Demonios, me sorprendió mi propia actitud abierta. Siendo una persona muy
privada, estaba en contra de mi naturaleza simplemente soltarlo todo a
cualquiera. Pero tal vez ella no era cualquiera.

Como he dicho antes, había estado sola por más de cinco años. Había salido de
vez en cuando, pero nunca salió nada de eso. Ella estaba divorciada con una
hija adulta y un nieto que vivían en su casa. Yo tenía dos hijos y una hija mucho
más joven que la de ella, así que fue una sorpresa descubrir que éramos de la
misma edad. Comenzaba a bromear acerca de ser una novia prenúbil.

Finalmente le pregunté cuánto tiempo había estado soltera.

—20 años, —fue la respuesta tranquila.


30
—¡Veinte años! ¿Por qué? —Estaba aturdida. Esta mujer era hermosa. ¿Cómo
podía estar todavía en juego?

—Bueno, los primeros cuatro años fueron un sube y baja. Mi ex entraba en mi


vida, removía las cosas y luego “el maricón” se marchaba de nuevo. En realidad
no puedo echarle toda la culpa, dejé la puerta abierta y entraba y salía a su
antojo.

Me sorprendió esta confesión.

—¿Por qué dejaste que eso pasara?

—No lo sé. Era mucho más idealista entonces. Estaba en negación, con la
esperanza de que esto tuviera el final del cuento de hadas. Bueno, así fue, un
final del cuento de hadas de Grimm. —Se rio amargamente—. Se hicieron tantas
promesas y se rompieron aún más. Finalmente no pude soportarlo más. Le dije
que se fuera de nuestras vidas. Cuando finalmente atravesó su grueso cráneo,
que ya no iba a volver con él se fue. —Otra risa fría llegó a través del teléfono—
. Supongo que finalmente encontró a alguien más.

Dudé sin saber si debía hacer más preguntas, pero antes de que mi mente
pudiera alcanzar mis labios, dije:

—¿No puedo creer que no hayas tenido otra relación en casi 20 años? Eres muy
atractiva... —Dejé que mis palabras se apagaran sin querer profundizar más y
me di cuenta de que podría haber expuesto mucho más de lo que pretendía. Metí
la pata hasta el fondo.

—Vaya, gracias. —Ronroneó en el teléfono.

¡HAY! Esa voz era mi ruina una y otra vez. Con todas y cada una de las sílabas
que caían de sus labios sensuales, todo mi cuerpo se ponía a punto. Un simple
rayo de excitación sexual se disparó por mi columna vertebral, a través de mis
extremidades, finalmente golpeó mi ingle con un rayo de necesidad y deseo que
era inconmensurable. Me sentí aliviada cuando continuó la conversación ya que
mis labios, por no mencionar mi mente, no funcionaban.
31

—No te equivoques —continuó—, salí con gente, pero tenía que pensar en mi
pequeña y en mi carrera. Después de Duane no podía verme tan vulnerable con
nadie más. Así que, cuando sentía que las relaciones se estaban volviendo
demasiado serias, retrocedería. Simplemente retrocedería. Supongo que las
relaciones me asustan.

Para variar, no dejé que mis labios hablaran. Pensé en lo que tenía que decir
antes de responder. Un hecho raro, lo sé.

—Sé a lo que te refieres, —comencé a asegurarme de pisar suavemente—. Me


sentí de la misma manera después de la muerte de Tim. Supongo que hasta
cierto punto todavía lo siento.

Silencio.

—¿Cómo murió? —Los suaves tonos dulces de Jackie calmaron el dolor sordo
en mi corazón.

—Accidente automovilístico. Un conductor ebrio lo golpeó de frente.

—¿Fue procesado el otro conductor?

Me di cuenta de que Jac estaba teniendo mucho cuidado de no dejar que su ira
coloreara los suaves tonos de su voz.

—No. Para variar, el conductor ebrio no se alejó. Esta vez no.

Silencio.

—Lo siento.

—Está bien. He aprendido a vivir con eso.

—¿Y qué me dices de ti? —Jac obviamente comenzó a tratar de cambiar de


tema.

—¿Qué hay de mí? —pregunté perdida por el repentino cambio de tema.

Ella se rio entre dientes.

—Sí. Tú. ¿Por qué sigues soltera?

—OH. —Me reí. —Bueno, supongo que tener tres hijos disuade a muchos
pretendientes. Cuando tenía una cita y pasaban a recogerme por casa y mis hijos
32
entraban en el modo “Inquisición española”. Deberías haberlos visto, actuaban
más como mis hermanos mayores que como mis hijos.

Entonces comencé a deleitarla con las payasadas de mis hijos y cómo


procedieron a atropellar a todos los tipos que se encontraban a menos de quince
metros de mí. Estaba en medio de la historia del momento en que Jarred le había
ordenado a la pequeña Ashley que arrancara el peluquín de la cabeza de Roger,
mi último pretendiente, cuando una voz risueña me detuvo.

—Detente —suplicó Jac. Más risas—. Debes detenerte antes que me orine en
los pantalones.

Recordar el incidente y escuchar las carcajadas provenientes del otro extremo


del teléfono también me puso histérica. Pasaron algunos minutos antes de que
nuestra risa hubiera disminuido lo suficiente como para que pudiéramos respirar
nuevamente.

—Oh, vamos —dijo—, los niños precoces no pueden ser la única razón por la
que sigues soltera. Así que canta.

—Bueno, ¿no ser atractiva puede tener algo que ver con eso? —Bromeé.

—Correcto. —Llegó la respuesta escéptica.

—No, en serio. Nunca he sido muy atractiva.

—Creo que voy a tener que juzgar eso por mí misma —dijo con un toque de
coqueteo coloreando su tono.

—¿Y cómo piensas hacer eso? —La reprendí.

—Me vas a enviar una foto tuya, —me informó de manera casual.

—Oh, yo lo haré, ¿verdad? —Coqueteé

—Sí, lo harás. Considéralo una orden.

—No es justo valerse del rango

—El rango tiene sus privilegios.


33

—Me estás tomando el pelo, ¿verdad? —Le pregunté cuando la comprensión de


lo que acababa de decir rebotó en mí.
—No. —Llegó la respuesta de una sola sílaba.

—No tengo una foto mía. —Fue un intento débil de salir de esto.

—Todo el mundo tiene una foto suya en alguna parte.

—Está bien, si tuviera una, no sabría cómo mandártela aparte del correo postal.
Para entonces, ya estarías aquí de todos modos para el comienzo del proyecto.
Puedes verme entonces.

Diez días... Eso podría ser tiempo suficiente para una renovación completa y tal
vez incluso una cirugía plástica.

—Haz que Patty lo haga por ti.

Caray, frustrada de nuevo.

—No salgo en las fotos, —bromeé tratando de salir de esta situación.

—Uh huh. —La siguiente voz que escuché no fue la voz de mi amiga sino la de
la señora Jacqueline Drakkon VP14—. Esta es una orden directa, espero que me
envíe esa foto tuya mañana C-O-B15.

—Sí, señora, —le respondí. Sabía cuándo me vencían.

—Oh, no suenes como si fuera una sentencia de muerte. —Se rio entre dientes—
. Te prometo que esto no será tan doloroso.

—Eso es lo que piensas, —me quejé por lo bajo.

—¿Qué fue eso? —preguntó.

—Oh, nada —le respondí.

—Maldición, ¿mira la hora? Mejor te dejo dormir un poco.

Miré el reloj y me sorprendió ver que ya eran la una y diez de la mañana.

14
VP: vicepresidenta
34

15
COB: abreviatura de “close of business.” Cierre de operaciones. Esto significa que la persona que realiza
la solicitud está pidiendo al destinatario del correo electrónico que responda al "cierre de operaciones"
del remitente en el día de la solicitud.
—Vaya, es tarde. Me he divertido tanto que no tenía idea de que habíamos
estado hablando tanto tiempo.

—Yo tampoco. ¿Te sientes mejor ahora?

—Sí, mucho. Así que hablaré contigo mañana.

—Sí, ciertamente lo harás. Y no olvides la foto.

—No lo haré, —me quejé.

Se rio entre dientes, supuse por mi gruñido.

—Vale, hasta mañana.

—Sí. Buenas noches.

—Buenas noches.

BBB

—¿Ella quiere que hagas qué? —preguntó Patty.

Suspiré.

—Quiere que le envíe mi foto.

—¿Por qué? —preguntó Patty sus cejas claras frunciendo el ceño en confusión.

—Pat, solo muéstrame cómo hacerlo, ¿de acuerdo? —Me quejé sin querer
responder a esa pregunta.

En realidad no quería enviar la foto en absoluto, pero ¿qué opción tenía?


Además de eso, soy una inculta en tecnología que tenía que depender de los
extraños para que me ayudaran cuando se trataba de cosas como escaneo y
archivos adjuntos para correos electrónicos. Para ser honesta, si no hubiera sido
por Patty, ni siquiera sabría cómo usar el altavoz de mi oficina.

Me enderecé de la posición en cuclillas en la que estaba al lado de su escritorio


y puse mala cara.

Patty puso los ojos en blanco.


35
—Oh, por el amor de Dios, ¿por qué no me das la foto y la enviaré por ti? Estás
muuuy indefensa —dijo Patty en un tono exasperado—. Bien —dijo extendiendo
su mano hacia mí—, ¿dónde está la foto?

Sentí un ligero sonrojo llegar a mis mejillas. Verás, yo siempre soy la que está
detrás de la cámara. Sé que no soy muy fotogénica, así que es muy raro que me
pillen en una película, un poco como Pie Grande16. Después de que colgué el
teléfono con Jac, busqué en mi casa de arriba a abajo durante horas hasta que
finalmente encontré lo que pensé que era una buena foto mía.

Patty tomó la foto de mi mano. Miró la foto durante mucho tiempo. Entonces me
miró. Miró la foto otra vez y luego otra vez a mí.

Lentamente, comenzó a sonreírse. La sonrisa se convirtió en una risa, y de una


risa se deslizó en una carcajada.

—¿¿Qué?? —dije en un tono exasperado mientras colocaba mis puños en mis


caderas—. No está tan mal.

Ahogando su risa, dijo:

—Oh, sí, lo está.

—NO, no lo está, —me quejé al sentir el sonrojo en mis mejillas profundizarse.

—Kara, por el amor de Dios, ¿por qué no le envías la foto de tu licencia de


conducir?

Me quedé allí sonrojándome y haciendo pucheros sin poder dar ningún tipo de
respuesta. Lo único que quedaba por hacer era salir de la escena.

—Oye vamos. —Me agarró del brazo para detener mi retirada.


Recomponiéndose, finalmente dijo—. Lo siento, Kara, espera... creo que tengo
una solución.

—Mi licencia de conducir está en mi oficina, ¿quieres que la traiga? —respondí


sarcásticamente.
36

16
Pie Grande: Bigfoot o Sasquatch, criatura legendaria con aspecto de primate que habitaba los bosque
según los indígenas norteamericanos.
—No. —Se levantó y fue a la estantería a la derecha de su escritorio. Allí revisó
varios pequeños volúmenes encuadernados en cuero. Al encontrar el libro que
estaba buscando, comenzó a hojear las páginas hasta llegar a la página que
había estado buscando.

Se volvió hacia mí y me mostró la foto.

—Esta es el que la voy a enviar.

Miré en silencio la foto. La había olvidado.

“Bonita” nunca fue una palabra que realmente había asociado conmigo, pero esa
noche fue exactamente como me sentí. Me había sentido bonita, y aquí ante mis
ojos estaba la prueba de que tenía razón.

Lentamente pasé el dedo por el costado de la página brillante. Tenía que admitir
que era una buena foto. Me veía sexy en ese vestido negro sin espalda. El
vestido estaba cortado por el costado desde el piso hasta la parte superior del
muslo.

—Maldición, no sabía que estaba mostrando tanta pierna —comenté.

—No escuché a nadie quejarse. Te veías genial esa noche.

—Entonces, ¿esta es la que vas a enviar?

—Sí —dijo obviamente orgullosa de su hallazgo.

—Vale —respondí antes de volver a mi oficina.

BBB

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, supongo que veremos cuántas
palabras puede pensar Jac una vez que vea mi foto.

Bueno, la primera palabra fue hermosa. No podía creer lo que oía cuando dijo
que era hermosa. Seguramente se había equivocado de persona.

—El vestido negro sin espalda se abría hasta el final mostrando tus grandes
piernas.
37
Grandes piernas, ¿acaba de decir que tenía buenas piernas? Piensa que soy
hermosa, ¿qué tan genial es eso?

A partir de ese momento, cada vez más conversaciones telefónicas comenzaron


con “hermosa”, “querida” o “Amor”. Definitivamente habíamos pasado al
siguiente nivel. ¿O mejor dicho estábamos?

Por un lado, pensaba que Jac sentía lo mismo por mí que yo por ella. Cada vez
que mi mente tocaba ese pensamiento, mi corazón saltaba de felicidad.

Pero entonces mi lado más lógico y práctico tomaba el control y le daba un nuevo
giro a todos los eventos envueltos perfectamente en los colores panorámicos de
mis inseguridades y defectos. Con el cambio de mi proceso de pensamiento,
pensaba que esas cosas como todo lo que hizo eran simplemente una diversión
afable. Quiero decir, que muchas mujeres son muy cariñosas y vivaces con su
propio sexo, ¿verdad? Y Jac era ese tipo de mujer cálida y amante de la
diversión. Ok, Lady Dragón, amante de la diversión, podría ser una contradicción
de términos, pero ella era todas esas cosas y más.

Bien, sé que algunas de ustedes están listas para gritar:

—¿Cómo puedes ser tan estúpida? ¿Necesitas un bate de béisbol para


golpearte? —Bueno, te alegrará saber que un bate de béisbol finalmente me
golpeará, pero eso es más adelante en la historia.

¿Ahora dónde estaba? Oh sí, la batalla de las voluntades y para mí fue una
batalla. Mis entrañas estaban en crisis.

Ella estaba en mi mente todo el tiempo. Cuanto más me veía inventando excusas
para llamarla, más fantaseaba, más me preocupaba lo que estaba haciendo. Ella
era un “ejecutiva”. ¿Hasta dónde llego mi ego, para pensar que un pensamiento
de mí se pasaría por su cabeza una vez que se completara este proyecto?
Sacudía mi cabeza y me prometía reducir las llamadas telefónicas desde el
trabajo y el hogar.

Pero esa resolución nunca duraba mucho. No importa cuánto intente sacudir
estas nociones peligrosas de mi cabeza, el teléfono volvía a sonar y la llamada
38

de la sirena me dejaba hechizada, y el barco de mi vida volvía a chocar contra


las rocas. Ella me dejaba sin aliento, impotente con cualquier simple cariño.
Había infectado mi alma. Yo estaba febril, delirante y perdidamente enamorada.
Desesperada era la palabra clave.

Otra palabra para describirme en este momento era distraída.

Patty notó el cambio en mí casi de inmediato. En más de una ocasión me


preguntó qué estaba mal. Por supuesto, la mantenía alejada con una excusa
poco convincente como si estuviera cansada u ocupada. Supongo que sabía en
el fondo de mi mente que Patty no se desanimaría para siempre. Era demasiado
inteligente para eso, pero realmente no quería discutir lo que sentía con nadie,
ni siquiera con mis amigos cercanos. Pero su conversación conmigo era
inevitable. No era cuestión de “si”, sino “cuándo”, y esperaba tener algunas
respuestas para ella cuando llegara el momento.

BBB

Un día, Patty entró en la oficina y cerró la puerta detrás de ella. Miré a mi


asistente por encima de mis lentes de lectura con una mirada inquisitiva en mi
rostro. La atractiva rubia se sentó en uno de los grandes sillones con respaldo
de ala que estaban ubicados frente a mi gran escritorio de roble.

—Kar, ¿estás bien?

Perpleja, respondí:

—Sí. ¿Por qué? —A propósito saqué la enunciación de por qué.

—Pareces tan distraída últimamente.

Pensé, no puedo tener esta conversación ahora. Las cosas son caóticas y solo
nos quedan cuatro días antes de la reunión inicial.

—Bueno, puede tener algo que ver con este proyecto y que solo tengamos cuatro
días para completarlo —comenté volviendo a leer el informe que estaba viendo
antes de que entrara.

La mirada de Patty me atrapó, pude sentirlo. Sabía que no iba a dejar ir esto.
39

—Nop. Eso no es o que estás cansada o que los ingenieros explotaron esa
estación de prueba en el laboratorio el otro día. Así que larga. Te conozco desde
hace demasiado tiempo para creer en cualquiera de las escusas imbéciles que
has estado tratando de darme.

Levanté la vista y abrí la boca para intentar una respuesta ingeniosa para desviar
a mi asistente pitbull cuando sonó el teléfono. Apreté el botón del teléfono con
altavoz. Sentí una sonrisa involuntaria en mi rostro al escuchar la voz de Jac.
Hablamos un par de minutos sobre los horarios y la pequeña explosión en el
laboratorio de tecnología. Finalmente, me pidió algunas cifras que debería
haberle enviado por correo electrónico hace horas.

Puse el teléfono con altavoz en espera y comencé a hurgar en mi escritorio en


busca de esas cifras esquivas. Olvidando que Patty estaba en la habitación,
permití que esa tonta sonrisa permaneciera en mi rostro.

Miré a Patty que tenía la sonrisa de gato de Cheshire más desagradable en su


rostro. La sonrisa que iluminaba mi rostro desapareció de inmediato.

Intentando recuperar la compostura, le pregunté:

—¿Quééé?

—Esa es la señora Drakkon, ¿no? —Esa sonrisa irritante todavía iluminaba sus
rasgos pálidos.

—Sí. —Nuevamente saqué la palabra de una sola sílaba sin levantar la vista.
Tenía miedo de que Patty pudiera leerme los ojos.

—Entonces eso es lo que te tiene tan distraída —dijo Patty con aire de
suficiencia.

Estaba buscando el papel esquivo mientras intentaba hacer que Patty


desapareciera con cada fibra de mí ser.

—¿Por qué dices eso? —Finalmente reconocí su pregunta aún sin levantar la
vista de mi escritorio.

—Ella te gusta. —Me cantaba las palabras mientras meneaba sus pálidas cejas
de arriba abajo.
40

Miré hacia arriba, mis ojos oscuros se entrecerraron.


—Me gusta ¿QUIÉN? —Gruñí profundamente en mi garganta, abandonando
temporalmente mi búsqueda golpeando las carpetas que estaban en mis manos
sobre el escritorio.

—La señora Drakkon. Te gusta, ¿no?

No quería tener esta conversación. Sí, me gusta la mujer. Sí, estaba enamorada
de ella, pero no tenía tiempo para estas emociones en este momento. Tenía un
trabajo que hacer, y no quedaba mucho tiempo para lograrlo. Mi propia confusión
comenzó a encender mi ira. El comportamiento presumido de Patty estaba
alimentando esa ira.

Respiré profundamente para calmar mi creciente frustración no solo por la actitud


irritante de Patty sino por mi incapacidad para encontrar ese estúpido papel.
Traté de ser indiferente cuando finalmente respondí.

—Claro. Ella está bien. Realmente ha sido de gran ayuda. Además, no me ha


pateado el trasero, lo considero una ventaja.

La sonrisa de complicidad nunca abandonó los labios de Patty.

—No solo te cae bien... te GUSTA.

Atrapada. Hubiera intentado escapar de la situación diciendo algo inteligente,


pero nunca he sido de agarrar las cosas al vuelo. Estaba segura de que en un
día o dos podría haber tenido la respuesta perfecta, pero eso no me iba ayudar
en este momento.

Me quité las gafas de lectura e intenté perder el tiempo. Puse mis ojos oscuros
en los ojos pálidos de Patty.

—¿Por qué lo dices así?

—¿Decir qué? —preguntó Patty, fingiendo inocencia.

—Decir que “ME GUSTA” ¿Drakkon? —dije imitando la inflexión que Patty puso
en la palabra.

Patty se inclinó hacia delante, con esa sonrisa irritante que nunca dejó sus labios.
41
—Para empezar, te he oído llamarla Jac o Jackie. He visto a gente despedida
por menos. Según Brigitte, nadie, quiero decir nadie, la llama de otra manera que
no sea Drakkon.

Brigitte, tienes una gran boca.

Me recliné en mi gran sillón de cuero, con un aspecto desconcertado en mis


rasgos bronceados.

—Entonces, la llamo Jac. Para tu información, me pidió que la llamara Jac.

—Oh, estoy segura de que lo hizo.

Decidí dejar pasar ese comentario.

—Entonces, ¿qué otra evidencia tienes, Sherlock?

—Bueno, mi querido Watson, cada vez que te escucho hablar con ella, tu voz
cambia.

—¿Mi voz cambia?

—Sí.

La miré esperando que continuara.

Ella se encogió de hombros.

—Cuando hablas conmigo, a tus hijos o a las otras personas con las que
trabajamos hay una... —asumí que se tomó un momento para encontrar las
palabras correctas—, cierta tonalidad en tu voz. Pero cuando hablas con la
señora Drakkon tú voz es más suave, sensual y profundiza al menos una octava.

Me senté en silencio sabiendo muy bien que Patty tenía razón. Me importaba
Jac. Me preocupaba mucho más de lo que incluso quería admitir.

No sabía qué decirle a mi amiga. No podía salir corriendo de la oficina, así que
hice lo mejor que pude. Giré el sillón grande y miré por la ventana. Observé a los
árboles balancearse suavemente en la brisa de la tarde tratando de poner mis
pensamientos fracturados en algún tipo de orden. La cordura hubiera sido
42

agradable, pero eso era demasiado esperar en este momento.


Escuché chirriando el sillón en el que Patty estaba sentada. Ella estaba inquieta.
No era de extrañar, el silencio que había entre nosotras era ensordecedor.

Me temo que asusté a Patty cuando de repente rompí el silencio. La escuché


chillar cuando comencé a hablar sin mover el sillón ni los ojos de la ventana.

—Tienes razón, Patty. Me gusta. Tal vez más que sólo como ella. Y sí, ha sido
una gran distracción. —Mirando por encima de mi hombro hacia Patty, continué
—Supongo que es hora de que el sueño termine y me concentre en el trabajo
que tenemos entre manos. De todos modos, no es como si algo fuera a salir de
eso. —Aparté la vista de mi amiga y volví a mirar por la ventana. Simplemente
no podía enfrentarla en este momento. Acababa de revelarle algo a Patty que
realmente ni siquiera había reconciliado en mi propia mente. Bueno, supongo
que era hora de dejar de flotar por el río de la negación.

—No sabía... quiero decir... —Patty tropezó con sus palabras.

Aquí viene, pensé. Así que gira tu sillón y tómalo como una mujer.

Giré mi sillón y me enfrenté directamente a mi amiga.

—¿No sabías que era gay? Bueno, no estoy realmente segura de serlo. Siempre
me han atraído las mujeres, pero nunca he actuado en consecuencia.

—¿Quieres actuar ahora? —preguntó suavemente Patty—. ¿Con Jackie?

Me encogí de hombros.

—No estoy segura de lo que quiero en este momento, Pat. Sólo sé que estoy
muy confundida, —confesé—. Es simplemente un enamoramiento adolescente.
Sobreviviré.

En ese preciso momento, un fuerte sonido resonó en la tranquila oficina. Patty y


yo saltamos. Estaba buscando por todas partes para encontrar de dónde venía
ese sonido desagradable. Luego, para mi horror, me di cuenta de que el sonido
emanaba del altavoz que inadvertidamente había enterrado debajo de una pila
de carpetas.

—¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! —Lloré mientras retiraba las carpetas del altavoz
43

de la llamada de conferencia para detener el ruido infernal—. Maldita sea, me he


olvidado que estaba esperando. ¡Maldita sea! ¿Crees que ella lo ha escuchado?
—le pregunté, el pánico se alzó en mi voz.

Patty sacudió la cabeza.

—No, generalmente cuando el teléfono está colgado en el otro extremo de la


línea, el teléfono con altavoz hace eso.

—¿De verdad? —dije esperando contra toda esperanza que tuviera razón.

—De verdad. —Sonrió—. Además, ¿sería tan malo si hubiera escuchado?

—¿Estás bromeando, verdad? —Podía sentir mi rostro palidecer ante el simple


pensamiento.

—No. Quiero decir, ¿sería realmente tan malo si ella supiera cómo te sientes?
—Patty respondió con una mirada comprensiva en su rostro.

—Bueno, si no consideras que perder mi carrera es algo malo, —le respondí.

—¿No es eso un poco dramático incluso para ti?

Gruñí

Patty continuó:

»No perderías tu carrera.

—¿No hay algo que necesites hacer en TU escritorio? —dije con los dientes
apretados.

—Sí, hay algo que hay que hacer, —comentó antes de levantarse de su asiento
y salir de mi oficina.

Solté un suspiro de alivio cuando salió. Esta intensa conversación con Patty me
había agotado por completo. Me alegré de que me hubiera dejado sola para
meditar en la privacidad de mi tranquila oficina.

Bueno, nada dura para siempre, incluido este breve intervalo de paz. No pasó
mucho tiempo antes de que la tenaz rubia volviera el bolso colgado sobre su
hombro.
44

Podía ver la mirada en blanco en mi rostro reflejada en sus ojos pálidos.


—Bien, todo hecho. He llamado a tu niñera para avisarle que llegarías tarde.
Pedirán pizza para la cena. He cancelado el resto de tus reuniones y les he dicho
a todos los demás que tenías una emergencia que atender, así que vamos —
dijo de manera casual.

La seguí como una oveja perdida.

Lo siguiente que supe fue que estaba sentada en nuestro bar y parrilla favorita
con una margarita doble frente a mí. Estaba contando mis secretos a mi amiga,
esperando que pudiera ayudarme a entenderlo todo.

—Pat, ella es una mujer. ¿No debería querer un esposo, un hombre amable y
cariñoso sea papá de mis hijos? —pregunté, casi rogándole a Patty que me
volviera a poner en el buen camino.

Patty se sentó agitando a su Margarita distraídamente antes de responder.

—No necesariamente.

Me sorprendió su respuesta. Estoy segura de que el shock se reflejó en mi rostro


y causó que mi amiga sonriera.

»Mira, creo que el amor es ciego. Ahora, si el amor ES ciego, eso significa que
no ve raza, religión o género. No creo que, hizo comillas en el aire con sus
delgados dedos, “la familia tradicional” es necesariamente la mejor o la única
forma de tener un hogar estable y amoroso. ¿Me entiendes?

Asentí con la cabeza todavía insegura de mí.

Patty puso una mano gentil sobre la mía y me miró profundamente a los ojos.

—Kara, la felicidad... —se detuvo—. El amor es difícil de encontrar. Si cierras los


ojos y el corazón ante estas posibilidades, podría pasarte de largo. —
Inclinándose y mirándome aún más intensamente, dijo—: Kara, cariño, no cierres
los ojos.

BBB

Después de ese día me desahogué. Me desahogué mucho. Patty escuchó.


45

Descubrí que cuanto más hablaba, más me ayudaba a salir del miasma donde
me había perdido por tanto tiempo.
Patty fue una buena amiga en todos mis altibajos. Nunca había confiado en nadie
con detalles tan íntimos de mi vida, pero sentía que podía confiar en Patty. Ella
era lo más parecido que tuve a una mejor amiga. Sin embargo, ser mi “mejor
amiga” recién descubierta no desvió su naturaleza naturalmente traviesa. En
otras palabras, se burló de mí sin piedad, sólo se detuvo cuando cambié el tono
particular de rosa por el que me había estado esforzando.

Había tanto que hacer y tan poco tiempo, pero confía en mí, Patty aprovechó al
máximo las oportunidades que tenía de la manera más ingeniosa. Un día fui
recibida por una revista Playboy situada en el asiento de mi sillón. Otra vez
encendí la videograbadora de la oficina esperando examinar el funcionamiento
del último eyector, solo para encontrar un episodio de Xena en fila en una escena
particularmente llena de subtexto. Luego estaba la vez que encendí mi
computadora y me sorprendió una imagen de Jac apareciendo en mi pantalla.
Se mantuvo como fondo de pantalla. Me la quede.

Patty me exasperaba con sus bromas interminables, y aunque era


extremadamente humillante para mí a veces, también era un pequeño precio a
pagar por el entretenimiento de Patty.

Ya ves que sus bromas me ayudaron en mi búsqueda de mí misma. Entre las


bromas y la charla, fui capaz de retirarme lo suficiente para poner mi amor en
perspectiva. Finalmente pude admitir que estaba enamorada de la señora
Drakkon y que estaba bien.

Con esa comprensión fui capaz de sacar la realidad de la fantasía. Parte de esta
realidad era la comprensión de que si Jac no compartiera sentimientos por mí
estaría bien, y si ella compartiera los mismos sentimientos por mí eso sería aún
mejor. Cualquiera de estos escenarios tenía pocas consecuencias. Lo que tenía
consecuencias era la profunda amistad que habíamos forjado. A la larga, eso es
todo lo que realmente importaba: nuestra amistad.

BBB

—Entonces, ¿tienes toda la información del vuelo? —preguntó Patty desde mi


46

puerta antes de irse esa tarde.


Revisé todos mis bolsillos hasta que encontré el trozo de papel que había escrito
toda la información sobre el vuelo de Jac. Lo saqué de mi bolsillo y lo agité en el
aire para que Patty pudiera verlo.

—Bien. Hasta mañana, y buena suerte esta noche.

—Gracias.

Sí, es cierto, chicos y chicas, Jac llegaría en unas pocas horas. ¿Estaba nerviosa
por verla cara a cara? ABSOLUTAMENTE. Me conocía y las probabilidades
estaban en mi contra de conocer a esta magnífica mujer sin hacer o decir algo
estúpido. Así que decidí traer un amortiguador conmigo, mis hijos. Después de
todo, eran la mejor parte de mí y, en muchos sentidos, más adultos que yo.

Apagué mi computadora, revisé mi bolsillo nuevamente para asegurarme de que


no había perdido ese papel importante, respiré hondo y luego salí de la oficina
para ir a recoger a los niños.

47
Parte 3
Me senté en silencio viendo a los niños explorar el interior de la lujosa limusina.
Sonreí cuando Mark encendió y apagó diferentes interruptores para ver qué
hacían. No tardó mucho en encontrar el minibar. Al abrirlo, jadeó ante la gran
cantidad de bebidas almacenadas en el pequeño espacio. Con una mirada
emocionada en sus ojos, preguntó.

—Mamá, ¿puedo tomar algo de beber?

—No. Tomaste refresco en casa. Sabes que ese es el límite hasta mañana, —le
respondí a mi ansioso hijo.

—Entonces, ¿qué tal un jugo de naranja? —preguntó. Sabía que todo lo que
quería era sacar algo del minibar porque era algo nuevo. Casi consentí cuando
miré más de cerca la pequeña lata que estaba sosteniendo.

—Hijo, eso no es jugo de naranja, así que no.

—Es jugo de naranja —respondió señalando la naranja en la etiqueta. Lo que no


entendía era que el tornillo atravesando la naranja indicaba que no era sólo jugo
de naranja.

—Cariño, es licor con jugo de naranja. Así que no, no puedes tomarlo.

Después de que dije que era alcohol, lo volvió a poner en el minibar tan rápido
que habrías pensado que el chico había sido escaldado.

—¡Puag! ¿Por qué alguien le haría eso al jugo de naranja? —se quejó.

Simplemente me encogí de hombros feliz de que hubiera salido del minibar y


estuviera buscando más dispositivos nuevos y maravillosos para jugar.

Ashley encontró el enorme vehículo intimidante y se subió a mi regazo en el


48

momento en que me senté. Jarrod estaba tumbado en el asiento frente a


nosotras con el ceño fruncido en sus rasgos. Realmente no tenía ganas de estar
aquí, me lo gritaba su lenguaje corporal.

Al parecer estaba enojado por venir conmigo al aeropuerto en lugar de jugar


baloncesto con sus amigos. Jarrod jugaba casi todas las noches y era bueno en
eso. Bueno, al menos esa era mi opinión. Supongo que eso no tendría mucho
peso en la NBA, ya que sabía poco o nada sobre el baloncesto y que cualquier
persona que tuviera la capacidad de atravesar el aro podría impresionarme tan
fácilmente mientras que otros grandes saltaban a su alrededor como frijoles
saltarines mexicanos en un plato caliente.

Pero esta noche había algo especial que yo, como su madre, no podía entender.
Odiaba cuando estaba decepcionado, pero como era simplemente mi hijo, no
podía entender cómo necesitaba tener a mi familia a mí alrededor en este
momento, así que pensé que eso nos hizo sentir igual.

Cerré los ojos por un momento pensando que él nunca podría entender la
increíble cantidad de presión a la que estaba expuesta. El grupo de técnicos e
ingenieros que había enviado al sitio me informaban casi cada hora. Estaba
ahora en el punto que mi corazón se saltaba cada vez que mi teléfono celular
sonaba. Cada vez que respondía a la llamada, esperaba que me dijeran que algo
había explotado, se había incendiado o ingresó cadáver. Pero, para mi sorpresa
y alivio, esa llamada nunca llegó. Tuvimos dos fallos menores, pero el resto de
los eyectores se habían instalado y funcionaban correctamente. Setenta y tres
de setenta y cinco fue un testimonio de la excelencia y la dedicación de mi equipo
y de mí. Estaba orgullosa de mi misma. Estaba orgullosa de mi equipo. La única
sombra de mi satisfacción era Russ.

Sí, mis amigos, el eminente y siempre repugnante Russ todavía estaba al acecho
buscando alguna oportunidad de mear en mis Cheerios17. Para ser sincera, la
mayoría de las veces estaba demasiado ocupada como para pensar en él.
Estaba tan ocupada con el negocio en cuestión que me arrullaba una falsa
sensación de seguridad, pero luego él tomaba un lugar en la mesa en reunión y
yo sentía esa sensación incómoda de náuseas en la boca del estómago.
49

17
Cheerios: Marca de cereales.
Conoces ese sentimiento, ¿no? Es un sentimiento grave de fatalidad inminente.
Realmente nunca puedes saber por qué te estremeces, pero solo sabes que algo
está sucediendo en algún lugar detrás de escena que podría destruirte o al
menos humillarte por completo. Esa es la sensación que tuve cada vez que lo vi.

Últimamente este sentimiento era exacerbado por su sonrisa insidiosa. Por


alguna razón, desconocida para cualquiera en mi pequeño círculo, él estaba
inusualmente feliz. No había visto esa sonrisa irritante y satisfecha desde que
tuvimos esa molesta falla de software cuando probamos los eyectores. Esa cara
grasienta de satisfacción me tenía tan enredada que quería arrastrarme por un
agujero para poder desaparecer para siempre o acercarme a él y simplemente
golpearle los dientes. Tampoco decidí que el honor fuera la mejor parte del valor.
Sufrí en silencio rezando para que este sentimiento simplemente desapareciera.
Desafortunadamente, para mí, nunca pasó.

Lo sé. Sé que solo estoy siendo paranoica. Bueno, soy paranoica y más que eso,
soy una persona lo suficientemente grande como para admitirlo, pero eso es solo
porque todos vienen a por mí. Bueno, no, en realidad no, pero sabía que Russ
estaba esperando que lo arruinara. Había corrido una buena carrera, ahora que
el final estaba a la vista, estaba esperando que él me pusiera la zancadilla antes
de cruzar la línea de meta. La conclusión era que Russ estaba feliz y esto no era
un buen augurio para mí.

Ashley, que se había aburrido rápidamente conmigo, se subió al regazo de su


hermano mayor. Jarrod se enderezó, levantó a la pequeña Ashley sobre su
regazo y luego la movió para que pudiera ver mejor por la ventana.

Jarrod adoraba a su hermanita. Me estremecí al pensar en lo que haría cuando


está linda niña comenzara a salir, especialmente recordando mis propias
experiencias con el precoz y siempre intimidante Jarrod Marlow.

Sonreí mientras las visiones cruzaban por mí mente de un hermano mayor con
un mono sucio respondería a la puerta cargando con una motosierra en una
mano y un machete en la otra. Me imaginé pequeñas charlas amistosas entre
Jarrod y los muchachos que vendrían a cortejar a su hermana pequeña. Estaba
50

segura de que comenzarían con algo cordial como “tócala y mueres”. Entonces
tal vez intensificar a algo un poco más práctico, como sujetar al joven
desprevenido a la pared por el cuello para enfatizar el diálogo mientras Mark
estaba cerca pelando una uva y diciéndole al joven. “Es mejor que lo escuches,
está loco”. Sentí la sonrisa en mi rostro ensancharse mientras miraba la flora y
la fauna que volaban más allá de la ventana mientras continuaba corriendo estas
fantasías por mi mente.

De repente, un pensamiento me golpeó. Él es como Patty.

Patty, tienes que amar a la mujer. Mientras yo estaba ocupada trabajando en el


proyecto y preguntándome qué tenía Russ bajo la manga, ella estaba en una
misión para descubrir todo lo que pudiera sobre la misteriosa señora Drakkon.
La joven rubia estaba en modo completo de James Bond. Bridgette era su
hermosa agente doble.

Mis reflexiones me llevaron a un momento después del incidente de la foto.


Supongo que fue entonces cuando Patty decidió que si iba a estar babeando por
alguien que aún no conocía, sería mejor que mirara más de cerca a esta mujer.

El exuberante interior de la limusina se desvaneció lentamente mientras me


llevaban de regreso a mi oficina. Patty entró justo cuando estaba metiendo un
pedazo de pizza en mi boca. Trabajábamos hasta tarde esa noche para evitar
tener que venir el fin de semana.

—¿Queres on pogo? —pregunté con la boca llena. Realmente atractivo, lo sé,


pero recuerda, fui criada por lobos.

Patty asintió y se dirigió a la caja de pizza que estaba en el aparador detrás de


mi escritorio.

—Gracias, me preguntaba si ibas a compartir, —bromeó la rubia mientras


colocaba un trozo de pizza en una servilleta, y luego se sentaba en uno de los
lujosos sillones frente a mi escritorio.

—¿Em cualto a ntinerar? —murmuré alrededor de la pizza en mi boca.

—Ummm. ¿Quieres decir eso otra vez? No he podido ver el pepperoni en el


51

fondo de tu boca —dijo Patty exasperada coloreando su tono. No es de extrañar,


tenía un pedazo de pizza en una mano mientras buscaba ciertos números
ocultos en los informes que estaban encima de mi escritorio. Luego transferiría
con gracia estos números a mi hoja de cálculo con un dedo. Debo haber sido
todo un espectáculo—. Kara, solo déjalo todo. Espera los cinco minutos para que
comas, confía en mí.

Tenía razón. Tenía que parar aunque solo fuese por cinco minutos. Pero, por
supuesto, no podía hacerle saber que tenía razón. Miré hacia arriba con una
mirada desorientada en mis ojos antes de abrir la boca para darle a la rubia
desprevenida una buena visión de lo que quedaba en mi boca.

—¡Uf! —gritó Patty cuando apartó su rostro de mí— ¡Eres una cerda!

—Y orgullosa de ello. —Sonreí.

—En cuanto al itinerario, si eso es lo que estabas preguntando, entonces sí, lo


tengo —respondió Patty llevándose la pizza a la boca.

—Está bien —dije esperando.

Patty estaba sentada contenta masticando su pizza.

Finalmente, al darme cuenta de que no iba a obtener el itinerario, le pregunté:

—¿Puedo verlo?

—¿Ver qué? —preguntó mientras rodeaba mi escritorio para tomar otro pedazo
de pizza.

—El ITINERARIO —le dije haciendo hincapié en la palabra 'I'.

—Sabes que esto está realmente bueno. ¿Dónde la has conseguido? —


preguntó mientras regresaba al asiento que acababa de desocupar.

—¿Pizza Hut? —Regresé sin entender lo que estaba pasando—. ¿Patty? —


Enfaticé su nombre haciendo gestos con las manos hacia su escritorio.

Patty me miró con los ojos muy abiertos como si le estuviera hablando en latín y
me hubiera crecido otra cabeza.

Podía sentir mis ojos entrecerrarse,


52

—Te estás demorando. ¿Por qué?


Con la boca llena de pizza no podía responderme verbalmente, así que sacudió
la cabeza. La miré atentamente, en realidad la estaba mirando a los ojos. Para
ser honesta, estaba mirando su ojo derecho. Patty es astuta escurridiza y si no
sabías qué buscar.

Esperé y fui recompensada por mi paciencia. En el borde mismo de su ojo


derecho, sus pálidas pestañas temblaron.

—¡Ah, ja! —Exclamé—. Confiesa amiga, ahora mismo. ¿Qué está pasando?
¿Por qué no me traes el itinerario?

La había descubierto y Patty lo sabía. Levantó un dedo delgado, su boca todavía


estaba llena de pizza, y entró en la ante sala. Una vez en su escritorio la vi mover
tres carpetas y agarrar un trozo de papel con su mano libre.

¿Por qué demonios lo está escondiendo?

La mujer rubia me lo entregó como si fuera una condena por un delito grave,
luego recuperó su asiento.

Comencé a mirar el papel que Patty me acababa de entregar cuando noté que
estaba inquieta.

—Pat, ¿por qué estás inquieta? —pregunté asegurándome de que mi voz fuera
suave.

Ella solo se encogió de hombros y señaló el papel frente a mí.

Miré hacia abajo primero leyendo la información del vuelo. Todo eso parecía
estar en orden. Entonces lo vi. Agarré mis lentes de lectura para asegurarme de
lo que estaba mirando. Volví a mirar la información del vuelo, todo parecía estar
en orden. El alojamiento del hotel, por otro lado, no era para el Hilton Grand View
sino para el Grand Floridian en Disney. Además de eso, no eran para una suite
sino para dos.

Miré a mi asistente en modo carpa completa antes de volver a leer los


documentos que tenía en mis manos. Sí, no había error. Allí estaba, en blanco y
negro, pero no entendía qué demonios estaba pasando.
53
—Pat, ¿por qué se queda en el Grand Floridian en lugar del Grand View y no en
una sino en dos suites? ¿Tiene tanto equipaje?

Patty se quedó quieta, tirando en silencio de su cabello rubio. Algo sucedía y


cuanto más tiempo permanecía tranquila Patty, más inquieta me ponía.

—¿Qué está pasando? ¿Quién viene con Jac?

—Su hija y su nieto.

Podía sentir mis ojos muy abiertos por la sorpresa. Supongo que esto le dio a
Patty permiso para continuar con su explicación.

—Según Bridgett, no han estado de vacaciones familiares en años. —Patty tomó


otro bocado de pizza.

Esperé con silenciosa irritación.

—Está bien, Paul Harvey18, ¿cuál es el resto de la historia?

Ella tragó antes de continuar.

—Creo que Bri le sugirió que este sería el momento y el lugar perfecto para
hacerlo, con Disney aquí y todo. Ya sabes, un poco mezclando negocios y placer.
Es una adicta al trabajo como tú, y después de todo esto, nosotras pensamos
que sería una buena idea que ambas se tomaran un tiempo libre.

—¿Nosotras? ¿A quién nos referimos exactamente?

Patty palideció un poco.

—Somos Bridgett y yo.

—Oh, en serio.

—Sí. —Patty inconscientemente bajaba la guardia. Me di cuenta porque su


lenguaje corporal comenzó a relajarse. Esperaba que explotara y, cuando no lo
hice, supe que comenzaría a balbucear. Era un plan cuidadosamente elaborado
y estaba funcionando.
54

18
Paul Harvey: era un locutor de radio estadounidense conservador para ABC News Radio. Transmitía
Noticias y Comentarios.
—Sé lo que sientes por ella. —Se encogió de hombros—. He pensado que tenías
una familia, ella tiene una familia, este sería un momento perfecto para que todos
se conocieran. Especialmente teniendo en cuenta toda la basura que pasó con
su ex y... —se detuvo de repente colocando su mano sobre su boca.

Podía sentir mis ojos oscuros entrecerrarse antes de preguntar:

—¿Qué sabes?

—Te dije lo que sé —respondió Patty—. Vienen aquí para ver a Disney.

Deje que mi mirada presionara a la rubia. La vi tratar de mezclarse con la


tapicería del gran sillón y supe que algo estaba pasando.

—Confiesa, —ordené tratando de ser lo más amenazante posible.

Patty suspiró cuando el color corrió por sus mejillas.

—Vale. Vale. Simplemente no te enojes.

—Sin promesas —gruñí.

Dio la vuelta al escritorio y me empujó hacia atrás en mi sillón.

—Mira, puedes guardar esa mirada, ¿de acuerdo? Estás tan intimidante como
un Chihuahua con un resfriado. —Hizo una pausa. Bajó la mirada hacia la
alfombra antes de volver a atraer mis ojos—. Kara, no hice nada para
avergonzarte. Drakkon no tiene idea de cómo te sientes acerca de ella. ¿De
acuerdo?

—Bien.

—Mira, me preocupo por ti, gran tonta. Sólo quería ver quién es esta mujer —
dijo. Patty tenía un corazón tan grande como al aire libre, sabía que nunca haría
nada para lastimarme. Me relajé en mi sillón para escuchar lo que mi amiga tenía
que decir.

Patty se sentó en el borde del escritorio y comenzó su narración.

»Bueno, parece que la señora Drakkon no siempre ha sido la Lady Dragón que
55

conocemos hoy. Aparentemente estaba casada con un verdadero perdedor.

—Sí, ella lo mencionó una o dos veces —le respondí.


—¿Pero sabías que él era abusivo?

—¿Qué? —respondí sorprendida por lo que estaba escuchando.

—Sí, parece que se conocieron en el trabajo y se casaron poco después. Él era


un pez gordo de la compañía y ella acababa de comenzar un trabajo de nivel
inicial cuando se juntaron. Trabajaban en la misma división que Bri y ella lo vio
todo. Aparentemente, este tipo era un verdadero cabrón que siempre arremetía
contra ella y la humillaba delante de todos en el trabajo. Sin mencionar que se
acostaba con todas las mujeres de la oficina, especialmente con las mujeres con
las que trabajaba. Fue entonces cuando Bridgett se hizo amiga de ella. Supongo
que fue la única que se negó a acostarse con él, lo que también la puso en su
lista de prescindibles. —Se detuvo para respirar—. Debido a que estaba muy
bien ubicado, tanto Bri como la señora Drakkon se mantuvieron relegadas a
pesar de que ambas tenían estudios y la inteligencia para ascender. Finalmente,
metió la pata y embarazó a una chica. Los de arriba estaban tan asustados de
que ella demandara por acoso sexual que lo trasladaron a otra división y
finalmente lo despidieron. Supongo que fue cuando la dejó.

Asentí. Patty continuó.

—Así que con él fuera, ambas finalmente obtuvieron en las revisiones el


“sobresaliente” que ambas merecían en lugar del “necesita mejorar”. Fue
entonces cuando finalmente pudo ascender y obtener el reconocimiento que
merecía.

—¿Fue entonces cuando se convirtió en la Lady Dragón?

—Sí, al menos eso es lo que dijo Bridgett. Hizo lo que tenía que hacer para salir
adelante. Pasó muchos años siendo una mierda para esta compañía por ese
imbécil, pero tengo que reconocerlo, ella lo superó y ahora está en la cima.
Obtuvo su Maestría, crio a su hija y se convirtió en VP por fuerza de voluntad.

—Guau. —Sabía que era un hueso duro de roer, pero no tenía idea de lo que
pasó. Si antes la amaba, ahora era solo una sombra de lo que sentía por ella. La
admiraba
56

—Vaya tiene razón, —estuvo de acuerdo Patty—. Es toda una mujer.


—Sí, lo es —respondí distraídamente.

Después de unos minutos de silencio mutuo, Patty finalmente preguntó:

—¿Qué estás pensando?

—Que es una mujer increíble —dije sin expresar las inseguridades que estaba
sintiendo.

—Kara, no vayas allí —dijo Patty con firmeza.

Levanté la vista para mirarla a los ojos. No pude evitar que la sonrisa se
extendiera por mi rostro cuando me encontré con su mirada severa. Ella me
conocía muy bien. Sabía que en un momento estaba adivinando todo lo que
había pensado sobre Jac; que dudaba de mí misma con respecto a ella. Patty
sabía que estaba pensando que no había manera de que ella se sintiera atraída
por mí. Sabía que estaba retrocediendo y no me iba a dejar ir allí.

—Vale, no iré allí.

—Bien. —Sonrió—. Porque te diré algo, eres una mujer increíble y ella sería muy
afortunada de tenerte.

Me reí.

—Correcto, —arrastré la palabra—, cualquier cosa que digas.

Sentí la sonrisa abandonar mi rostro mientras canalizaba a una tímida chica de


secundaria.

—¿Qué? —preguntó Patty con una mirada confundida en su rostro.

—¿Bridgette ha preguntado algo sobre mí?

—No, en realidad no. Bri y yo hemos sido amigas durante años, así que ya sabía
mucho sobre ti.

—¿Sabes si Jac le preguntó algo? ¿Sabes si ella dijo algo sobre mí? —Sentí un
sonrojo calentar mis mejillas.

Patty me dio una mirada compasiva antes de inclinarse para abrazarme.


57

—Deja de preocuparte, ella te va amar.


Lentamente volví a la tierra de los vivos. Miré a mis hijos dejando que una cálida
sensación de alivio me cubriera. Tenerlos conmigo de alguna manera me ancló
a tierra y ayudó a mantener mi ansiedad al mínimo.

Cuando las torres de control del aeropuerto aparecieron, la emoción mezclada


con el miedo asaltó mi sistema nervioso. Mi estómago estaba dando saltos
mortales como Nadia Comaneche19 yendo por el oro.

Demasiado rápido, la limusina se detuvo frente a un conjunto de puertas


corredizas de vidrio que conducían al amplio vestíbulo del aeropuerto. Reuní a
los niños y me dirigí a la pasarela donde Jac y su familia deberían aparecer en
cuestión de minutos.

—Mamá, ¿a quién estamos esperando? —preguntó Mark mientras nos


presentamos detrás de otros amigos y familiares que esperaban que otros
pasajeros desembarcaran.

—Estamos esperando que llegue mi jefa y su familia.

—¿Es por eso que vinimos en la limusina? —preguntó Mark.

—Sí.

—¿Por qué tanto alboroto por un vejestorio? —Jarrod se quejó mientras


levantaba a la pequeña Ashley para que ella pudiera montarse en su espalda.

Mi cabeza se levantó para mirar a mi hijo mayor. Mis pelos se levantaron al


instante, pero me detuve antes de arrancarle la cabeza y escupirle por el cuello.
Esperaba que para entonces él lo hubiera superado, pero obviamente estaba
equivocada.

Ahora no saques conclusiones. Jarrod es un buen chico, es un gran niño, pero a


los diecisiete años, bueno, creo que entiendes. Realmente ya no era un niño, me
di cuenta de eso, pero tampoco era un hombre. Aunque durante más de cinco
58

19
Nadia Comaneche: Nadia Elena Comăneci es una ex gimnasta rumana. A los 14 años conquistó nueve
medallas olímpicas de las cuales cinco fueron de oro.
años había sido el hombre de la casa. Tenía que ser confuso para él y no sabía
cómo ayudarlo.

—¡Oye! —dije mientras lo empujaba de buena gana con la esperanza de romper


el hechizo de la tristeza que lo cubría como una nube—. Quiero que sepas que
tiene mi edad.

—¿Tan vieja? Caramba, —bromeó. Me alegré de ver que una sonrisa finalmente
reemplazó el ceño fruncido en su rostro.

—Cuidado, chico. —Me detuve—. Mira, ella no es solo mi jefa, es una


vicepresidenta de la compañía, así que por favor no hagas comentarios sobre
“vejestorios”, ¿de acuerdo? —supliqué.

—¿Qué hay para mí? —Él sonrió de lado.

—Pequeño mercenario —dije tratando de actuar indignada pero fallando


miserablemente.

—Correcto. —Se rio entre dientes.

Justo en ese momento, una multitud de personas se bajó del transbordador y


entró en la pasarela que conducía directamente al lugar donde estábamos
parados. Todos estiramos el cuello por reflejo.

No pasó mucho tiempo hasta que la vi fluyendo por la terminal con su séquito
detrás. Aunque parecía cansada, era aún más atractiva en persona de lo que
podría haber imaginado. Junto a ella había otra mujer hermosa, que llevaba un
niño somnoliento de cabello oscuro. Asumí que esta era su hija y su nieto.

Guau, no es ilegal que una familia sea tan atractiva, pensé mientras la veía
caminar hacia nosotros.

Sentí una sonrisa formarse en mis labios, pero no cualquier sonrisa, era una
sonrisa tonta. Sabía que probablemente parecía una geek, pero por mucho que
lo intenté, no pude sacar esa estúpida mirada de mi cara. Cuando me vio, su
rostro se iluminó de inmediato con la sonrisa más bella. Agitó la mano para
asegurarse de que la vería. Asentí y le devolví el saludo.
59
—¿Quién es esa? —preguntó Jarrod. Noté la expresión de su rostro mientras
veía a las dos mujeres atractivas que se dirigían hacia nosotros.

Mi sonrisa se convirtió en una sonrisa de satisfacción, desviando mis ojos hacia


él por un momento, respondí:

—Esa es el “vejestorio”.

—Maldición. —Estaba hipnotizado por las mujeres altas y llamativas y


silenciosamente me felicité por haber criado a un niño que tenía tan buen gusto
con las mujeres. Observé divertida mientras trataba de alisarse el cabello
mientras hacía malabarismos con su hermanita, que todavía se aferraba a su
espalda.

Me volví una vez más para ver el progreso de Jac y su familia por la pasarela.
De repente nuestros ojos se encontraron. Me quedé clavada donde estaba. Todo
el aire fue aspirado de mis pulmones. Mi corazón latía salvajemente. Quería
desesperadamente apartar mis ojos de ella, pero no podía. Tenía tanto miedo de
que si me miraba demasiado de cerca a los ojos, pudiera ver el fuego de la pasión
que ardía dentro de mí.

Cálmate, pensé. Por el amor de Dios, es abuela.

Demonios, no es tu abuela. Tu abuela no se veía tan sexy en sus 20 años,


intervino otra voz interna. Creo que era mi libido fuera de control.

Pero el punto es que es abuela, no importa cuán caliente sea, mi lógica regresó.

¿Qué? ¿No crees que la abuelita tenga alguien a su lado?

Eso es enfermo, seguí discutiendo conmigo misma.

Mentalmente, me abofeteé. Tenía que hacerlo. Me conozco; Si no lo hubiera


hecho, nunca habría conseguido mi atención. Vaya, el momento “Alguien voló
sobre el nido del cuco”. ¿Miedo eh? Gente todavía estoy suelta. ¿Aún más
aterrador?

Ahora ¿dónde estaba? Oh sí, abofeteándome. Bueno, de repente me encontré


despegado del lugar donde había estado parada. Increíble lo que un buen golpe
60
puede hacer por ti. Finalmente fui capaz de caminar hacia Jac y saludarla
correctamente.

Vamos, puedes hacerlo. Puedes hacerlo. Mi batalla interna continuó enfurecida


sin que mi libido se entrometiera esta vez. ¡Solo mantén tus sentimientos PARA
TI MISMA! Ella es una buena amiga, NO LO ECHES A PERDER. ¿Dónde
diablos está mi guante de béisbol cuando lo necesito?

Un Jarrod de ojos vidriosos me siguió hasta el final de la pasarela, seguido por


Mark, que cerraba la marcha.

—Es genial finalmente verte en carne y hueso —dijo mientras lanzaba sus
brazos alrededor de mi cuello—. Eres aún más bonita en persona —me susurró
al oído.

Sentir su aliento caliente en mi cuello y escuchar esas palabras me aceleraron


el corazón. Todo mi cuerpo cobró vida. Mis pezones se endurecieron. Mis ojos
se dilataron. Mi ingle se unió gritando: “¡TÓCAME!”

Puse mis deseos corporales a un lado, lo cual no fue una tarea fácil, para tu
información, hubo una cosa que noté durante nuestro primer abrazo. Mi mente
estaba, al menos por una fracción de segundo, lo suficientemente clara como
para saber que nosotras, juntas, nos sentíamos bien. Me sentí como una persona
ahogada que lograba obtener su primer aliento revitalizante de aire. Resucité. El
polvo de la muerte se me cayó con la facilidad de las gotas de lluvia que se
deslizan de un poncho de plástico.

De repente, la comprensión de que ella podía sentir los latidos rápidos de mi


corazón me despertó de mis reflexiones. Me volví cohibida e incómoda con el
abrazo. Por mucho que odié hacerlo, rompí torpemente el abrazo con el pretexto
de presentar a mis hijos.

Cuando me alejé, noté que sus cejas se fruncieron por un momento, y luego su
rostro volvió a su sonrisa relajada.

Ashley estaba inquieta en la espalda de Jarrod, ansiosa por ser presentada para
poder conocer a los recién llegados. Jarrod se agachó y dejó que la niña se
61

deslizara. Inmediatamente se acercó a Jac y le ofreció su mano a modo de


saludo mientras miraba al niño de cabeza oscura, que todavía estaba
cómodamente acurrucado en los brazos de su madre.

—Mi nombre es Ashley. —Le ofreció la mano mientras miraba a Jac


directamente a los ojos—. Estos son mis hermanos. —Señaló a sus hermanos,
que estaban de pie, boquiabiertos por la valentía de su hermana—. Ese es Mark
y ese es Jarrod. —Ambos muchachos asintieron para reconocer su
presentación. Mirando al misterioso niño que todavía descansaba sobre el
hombro de su madre, agrego—: ¿Cómo se llama?

Jac se arrodilló cuando Ashley se acercó por primera vez y estrechó firmemente
la mano ofrecida. Jac me miró, su sonrisa brillante nunca se desvaneció.

—Precoz es decir poco, ¿no? —En silencio sacudí la cabeza. Estaba tan
sorprendida como los chicos por el comportamiento abierto de Ashley.

Jac volvió a mirar a Ashley.

—Se llama Joshua. Esa es su madre, Sherri, y yo soy Jac.

—Jack es un nombre de niño. —Arrugó la nariz para puntuar su disgusto ante la


elección de apodos por parte de la bella mujer.

—Bueno, es la abreviatura de Jacqueline —explicó Jac.

—Pero la llamarás señora Drakkon, ¿entendido? —Intervine.

En reconocimiento, Ashley me miró y asintió con la cabeza.

—Sí mamá.

Volviendo a mirar a los ojos azules de Jac, dijo:

—Mucho gusto, señora Drakkon. —Soltó la mano de la mujer mayor y caminó


hacia donde estaba Sherri. Levantando la mirada hacia los tímidos ojos color
avellana del niño que la estaba mirando, dijo—: Hemos venido en un automóvil
muy, muy grande. Tiene un televisor y todo lo que hay dentro. ¿Lo quieres ver?

El pequeño Josh asintió silenciosamente. Tomando la mano que Ashley le


ofreció, salió de los brazos de su madre y se fue con Ashley de la mano. Todos
62

se quedaron estupefactos.
Como si alguien hubiera accionado un interruptor, el ruido paró el tiempo
suficiente para que pudiéramos escuchar:

—¿Es tu coche?

—Naaaa, es de alquiler.

Por unos instantes nos miramos pasmadas por el pequeño cuadro que acababa
de ocurrir frente a nosotros. Como en la fila el ruido a nuestro alrededor comenzó
a crecer junto con el volumen de nuestra risa. Seguimos en la estela de los niños.
Obviamente Ashley tenía todo bajo control.

Mientras caminábamos, sentí dedos calientes envolver mi bíceps.


Instintivamente me giré mientras Jac se inclinaba y susurraba en mi oído:

—Vaya. Quizás deberías haber hecho que Ashley hiciera esa videoconferencia
por ti.

Me reí poniendo mi brazo alrededor de la cintura de Jac mientras seguíamos a


los niños. Sostener a esta mujer en mi contra se sintió tan bien que ni siquiera
pensé en estar nerviosa. Ella no se alejó, lo que conté como un plus.
Permanecimos medio abrazadas tratando de eludir a la multitud de personas
mientras caminábamos.

Mientras caminábamos detrás de Jarrod por el vestíbulo del aeropuerto, lo vi


coquetear con Sherri. Ella escuchaba atentamente todo lo que decía el joven y
le sonreía con una sonrisa cautivadora cada vez que decía algo ingenioso. Sherri
obviamente era consciente fogosidad del joven y le consintió su enamorado con
amabilidad y gentileza. Este comportamiento amable pronto se pondría a prueba.

Las puertas corredizas de vidrio se abrieron rápidamente donde esperaba la


limusina, el conductor se encontró con Sherri y los dos niños listo para liberarlos
de las grandes maletas con ruedas que Sherri y compañía habían llevado afuera.
Mi hijo mayor, que estaba ocupado tratando de impresionarla, con su fuerza
muscular, frustro al conductor en sus esfuerzos.

Jac y yo cruzamos por las puertas corredizas de vidrio justo a tiempo para el
63

primer acto de “101 maneras de humillar a tu hermano mayor”. Me detuve y crucé


los brazos. Los muchachos estaban parados a unos pocos metros delante de mí
con Sherri a un lado y un conductor aturdido al otro.

Sabes, siempre me ha encantado estar sentada en el centro de primera fila para


dramas. De esta manera no te pierdes de nada. Desde mi visión periférica vi a
Jac detenerse, mirarme y luego mirar al grupo reunido alrededor del maletero del
automóvil. Captó la escena y tomó su lugar junto a mí esperando que se
levantara el telón.

Mark miró a su hermano mayor confundido.

—¿Que estás haciendo?

—Voy a guardar su equipaje —dijo agregando un toque deportivo a su


comentario.

—¿No es ese su trabajo? —Mark señaló al conductor que se cernía junto al


maletero abierto de la limusina.

—Yo me encargo. —Gimió cuando levantaba la primera maleta, la mitad la


colocaba y la mitad la dejaba caer en el maletero.

—Sí. Claro que sí, si no te sale una hernia antes de terminar —agregó Mark con
aire de suficiencia mientras su hermano con la cara roja estaba levantando la
segunda maleta.

El conductor miró hacia otro lado obviamente tratando de reprimir su risa. Sherri
colocó su mano sobre su boca para ocultar su sonrisa, pero tuvo la gracia de
componer su rostro antes de que Jarrod pudiera verla. Jac le dio la espalda al
floreciente Hércules incapaz de ocultar su alegría. Solo apreté mis labios con
fuerza rezando para que no explotara y humillara a mi hijo.

Jarrod miró a su hermano mientras reorganizaba las maletas en el maletero


antes de levantar la última en su lugar. Mark simplemente se encogió de hombros
y entró en la limusina.

Jarrod le dijo a Sherri mientras levantaba la última maleta en su lugar:

—Adelante y entra, yo ya voy.


64
—Está bien —dijo Sherri y saludó al exhausto Jarrod, luego se volvió hacia la
puerta de la limusina. Antes de entrar nos miró con los ojos brillantes y divertidos.
Ella articuló “Hombrecito”. Sonreí ampliamente y asentí de acuerdo.

El conductor, que había visto este drama desarrollarse con el resto de nosotros,
trató de moverse frente al joven para asegurar el maletero, pero una vez más se
vio frustrado en sus esfuerzos.

—Está bien, lo tengo —dijo Jarrod un poco sin aliento.

El chofer me miró para aclararlo. Asentí levemente, a lo que el conductor


simplemente se encogió de hombros dejando el área de la cajuela y se dirigió a
la puerta abierta de pasajeros de la elegante limusina negra. Allí esperó, de pie
en atención con una sonrisa jugando en sus labios.

Jac entró en la limusina y estaba a punto de seguirla cuando busqué a Jarrod.


Había cerrado el maletero, pero todavía estaba en la parte trasera del automóvil.
Estaba inclinado sobre sus manos firmemente unidas a sus rodillas.

—Hijo, ¿estás bien? —le pregunté. Él asintió levantando un dedo para indicar
que estaría bien con nosotros. Entré en la limusina y me deslicé junto a Jac.

Jac se inclinó.

—¿Está bien?

—Sí, estará bien. El amor duele a veces. —Sonreí.

Finalmente nos fuimos. Mark y Ashley estaban conociendo mejor a Joshua,


mientras Jarrod pasaba su tiempo distrayendo a Sherri. Desafortunadamente, al
igual que su madre, realmente no tenía la capacidad de ser suave o sofisticado,
pero Sherri dejó que el joven divagara. Lo adulaba o se reía de todos los lugares
correctos. Dicen que la manzana no cae lejos del árbol, si eso es cierto, y Sherri
era una indicación de lo amable y cariñosa que era Jac, sentí que mi amor estaba
bien ubicado.

Jac y yo estábamos hablando como siempre, tocando el tema de los negocios


una o dos veces y lo que nos depararían los próximos días. Estaba nerviosa por
65

conocer a todos estos ejecutivos corporativos sin mencionar al cliente,


Jamestown Robotics, pero con Jac allí me sentí más a gusto con los días por
venir. Este había sido un largo trabajo y me alegré de que casi hubiera terminado.

Cuando me instalé en los suaves asientos de cuero de la limusina, me alegré de


que las mariposas que revoloteaban en mi estómago finalmente hubieran volado
del nido. Me relajé y pude disfrutar plenamente de estar en compañía de esta
hermosa mujer.

—¿A dónde queremos ir a cenar? —Le pregunté al grupo.

—Mc Donalds, —todos gritaron a decibelios ensordecedores.

Puse los ojos en blanco. Jac y Sherri se rieron entre dientes.

—¿Esperabas una respuesta diferente? —pregunto Jac.

—La esperanza es eterna. —Me encogí de hombros.

Una limusina en el servicio para autos Micky D es una aventura. El conductor


ordenó todas las comidas y se aseguró de que la comida en cada bolsa fuera
correcta antes de entregársela a Sherri, quien fue designada como repartidora
de comidas.

Le debo una gran propina a este tipo, pensé.

Todos los niños se sentaron en el piso para comer y comparar los juguetes de la
cajita feliz. Los adultos, que solo éramos Jac y yo en este momento, nos
sentamos en silencio comiendo nuestras hamburguesas y bebiendo nuestros
batidos. No pasó mucho tiempo antes de llegar al hotel, pero confiaba que todos
habríamos acabado para cuando llegásemos.

Cuando el último envoltorio cayó a la bolsa de basura designada, nos detuvimos


frente al complejo donde se alojarían durante la semana. Todos descendimos y
nos dirigimos al maletero. Cerré los ojos y recé para que Jarrod aprendiera su
lección y dejara que el conductor retirara las maletas.

El conductor colocó las llaves en el mecanismo de bloqueo y, con un ruido sordo,


el maletero se abrió. Disimuladamente miró a Jarrod, pero al ver al joven parado
de pie en su lugar, el conductor quitó fácilmente las maletas y las puso en la
66
acera al lado del automóvil. En unos instantes, un botones estaba cargando las
tres maletas pesadas en un carro y las llevaba al vestíbulo.

—Bien, ya estás todo listo —dije.

—Sí, ya me sé la rutina —comentó ella—, pero la limusina es algo inusitado.

—Nada más que lo mejor para ti, Jac. —No quería decir adiós, pero tampoco
quería lidiar con un silencio incómodo, así que me apresuré—. Entonces
supongo que te veré en la mañana.

—Sí, a primera hora. —Sonrió. Me alcanzó y una vez más me envolvió en un


fuerte abrazo—. Tienes una gran familia —dijo todavía enredándome en sus
brazos.

—Tú también. —Hablé en su cabello.

Rompimos nuestro abrazo, esta vez no había nada torpe al respecto. Casi le di
un beso de adiós, pero me detuve, gracias a Dios. Saludé a Sherri y Joshua.

—Que tengan una buena noche, muchachos.

—Igualmente. —Sherri le devolvió el saludo.

Jac caminó hacia donde estaba Ashley junto a Jarrod. Se arrodilló y susurró algo
al oído de la niña. Los ojos oscuros de Ashley brillaron mientras asentía de
acuerdo. Luego, para mi sorpresa, la niña ahuecó sus manos regordetas y
susurró algo al oído de Jac que rio a carcajadas. Antes de enderezarse, besó la
mejilla de Ashley, lo que hizo que la niña se riera a carcajadas antes de esconder
su rostro en los jeans de su hermano mayor.

Estreché mis ojos.

—¿A qué se debió todo eso?

—Oh, nada. —Jac sonrió mientras sus ojos azules brillaban.

—Buuuenoooo —le respondí—. Más tarde entonces.

—Más tarde.
67

Entramos en la limusina y tomamos nuestros lugares. Reprimí el impulso de decir


“A casa, James”, pero en ese momento eso era todo lo que quería. Quería ir a
casa. Había sido un día largo y estaba agotada. Todo lo que quería hacer era
arrastrarme a la cama y dejar que Jac me acariciara en mis sueños.

Recordando el paréntesis entre Ashley y Jac, miré para preguntarle a mi hija


menor de qué habían estado hablando, pero ya estaba dormida en los brazos de
su hermano. Solo tendría que recordar preguntarle por la mañana.

68
Parte 4
Me quedé despierta levantando mis manos detrás de mi cabeza para apaciguar
mi melón dando vueltas. No habría sueño para mí otra vez esta noche. Todo mi
cuerpo todavía estaba zumbando de emoción. Mi motor había estado acelerando
en los últimos días con tanta tensión sexual que me tomó toda mi determinación
de no vestirme y aparecer en la puerta de Jac sin avisar. La deseaba tanto que
me dolía el cuerpo.

La mujer de mis sueños estaba aquí, en la ciudad, sentada frente a mí en una


sala de conferencias día tras día... ¿Ahora a dónde iba con esto? Oh sí, lo
recuerdo

Ya sabes, “mujer de mis sueños”, suena extraño cuando lo pienso. Quiero decir
que no tenía idea de que mi caballero con una brillante armadura sería una Joan
en lugar de un John.

Pero ella no era un sueño, era real y no solo un fantasma que mi mente febril
había evocado. Podía tocarla, abrazarla y, con suerte, mucho más antes de que
se fuera de la ciudad.

Ante el pensamiento de “mucho más” pude sentirme sonrojar. Estaba caliente


tanto física como sexualmente. Traté de distraerme mirando las hermosas
estrellas centelleantes que salpicaban el cielo negro, pero fue inútil. Mi mente
siempre volvería al brillo de esos ojos azules que me habían hechizado.

Pasé noche tras noche girando y dando vueltas tratando de sacar su imagen de
mi mente, pero fue inútil gastar toda esa energía cuando en mi corazón era
donde quería que se quedara la imagen. ¿Qué estaba tratando de probar? ¿Qué
no la amaba? ¿Qué no tenía control sobre mí? En la oscuridad me reí de mi
propia estupidez. No sé a quién estaba tratando de engañar. Verla en la sala de
69

juntas día tras día durante la última semana confirmó lo que siempre había
sabido, aunque era demasiado gallina para admitirlo incluso para mí. Estaba
enamorada de ella y esa era la conclusión.

La batalla había terminado. Estaba lista para la rendición total. Mentalmente


había arrojado mis armas y me había entregado a Jac.

Ralentizando la respiración, me permití el maravilloso lujo de ver el hermoso


rostro de Jac ante mí una vez más. Me dejé llevar meditando sobre cada
sensación que experimenté mientras estaba con ella. Podía sentir su toque en
mi piel. Respirando profundamente, dejé que su colonia me intoxicara una vez
más. Cerrando los ojos, permití que las bellas imágenes de esta mujer se
reprodujeran ante mí como una película que podía ver una y otra vez.

Moví una de mis manos por debajo de mi cabeza y comencé a arrastrar las
yemas de mis dedos por el costado de mi garganta hacia el valle entre mis senos.
Mi mano comenzó a enviar un mensaje a la piel suave y sedosa alrededor de mi
pezón ahora endurecido. Luego pellizqué los pezones erectos con la punta de
mis dedos.

—¿Puedo ayudarte con eso? —Una voz suave y alta vino de la oscuridad y me
sorprendió.

Mi cuerpo se sacudió hacia arriba y me habría sentado derecha, salvo que una
mano fuerte en mi hombro me mantuvo recostada sobre mis almohadas.

—Lo siento mucho, Kara, si te he asustado, —la voz suave ronroneó cuando una
mano aún más suave reemplazó la mía en mi pecho—. No quería asustarte.

—Lo sé, —tartamudeé confundida sobre cómo Jac había entrado en mi


habitación.

Podía sentir la cama moverse mientras Jac ajustaba su posición para acostarse
a mi lado. Su perfume intoxicaba mi mente, haciendo inútil cualquier intento de
pensamiento lógico. Su toque me envió a alturas que nunca antes había
experimentado.

Me estremecí mientras ella arrastraba sus dedos debajo de mi camiseta


70

provocando la carne de mi torso mientras me susurraba al oído:


—Te amo. —Giré la cabeza para mirarla en la penumbra de la habitación. Pude
sentir una sonrisa aparecer en su rostro más que verla cuando se inclinó y tomó
mis labios con los suyos. Compartimos un beso profundo. Jadeé cuando
separaba mis labios con su lengua mientras simultáneamente pasaba la palma
de su mano sobre mi pezón endurecido.

Nunca detuvo sus atenciones. Mi cuerpo se retorció bajo sus manos expertas.
Los placeres sensuales que experimentaba mi cuerpo me llevaban al borde de
la cordura. Cuando dejó mis labios para envolver su lengua alrededor de mi
pezón, pensé que me llevaría al límite sin que ella se fuera al sur de la frontera.

—Por favor... —finalmente gruñí cuando encontré mi voz.

Se levantó para sonreírme. Todo mi cuerpo se sacudió con anticipación cuando


sus manos bajaron por mi cuerpo para tocar la humedad que la había estado
esperando. Ambas jadeamos cuando me tocó. Arqueé mi espalda presionando
en su mano mientras ella se inclinaba para chupar mi cuello.

Qué exquisito fue su toque, su beso. Era como un hombre sediento en el


desierto, casi muerto por deshidratación, ahora bebiendo profundamente del
oasis de amor. Mi corazón palpitaba fuerte con el ritmo de sus caricias. Estaba
gimiendo mi éxtasis mientras ella rugía el suyo en mi oído. Podía sentirme
elevarme más y más, cada nervio de mi cuerpo crecía con el placer que
Jacqueline me estaba dando.

—Oh cariño, me estoy corriendo —retumbó mi garganta.

—No, no lo estás, —fue la severa respuesta.

—¿Qué? —Mi mente no podía entender las palabras o el tono que me hablaban.

—No, no estás corriendo. Ni siquiera estás fuera de la cama. ¡Vamos, mamá,


despierta, vamos a llegar tarde!

Este no era el gruñido sensual de mi amante, sino de otra persona. Mi mente no


podía reconocer la voz que estaba perforando mi dicha. De repente sentí que la
cama se mecía y Jac, la oscuridad y mi primer clímax en años desaparecieron a
71

la luz deslumbrante del día.


—Vamos, mamá, Cristo, —llegó la voz ahora reconocible y altamente agitada de
Jarrod.

—Está bien. Está bien, —me quejé mientras me sentaba en el borde de la cama.

—¿Estás despierta? —preguntó inclinándose para mirarme a los ojos.

Fruncí el ceño a mi hijo mayor.

»Vale, supongo que mejor preparo el café. —Aun mirándome, continuó—: Mejor
que sea más fuerte.

Gruñí con mis colmillos.

Cuando llegó a la puerta de mi habitación, se volvió hacia mí con una sonrisa de


complicidad jugando en sus labios.

—¿Con qué estabas soñando? —preguntó.

—Nada —le respondí pasando los dedos por mis mechones enredados.

—No me lo pareció —dijo corriendo por la puerta seguido de una almohada


hábilmente arrojada.

¡UF! ¡NIÑOS! ¿QUÉ DEMONIOS ESTABA PENSANDO PARA TENER TRES?


Pensé cuando irrumpí en mi baño golpeando la puerta.

Después de una ducha larga y fría no me sentí más cerca de los humanos. No
importa cuánta agua helada me arroje, el sueño no quiso separarse de mí. Al
salir de la ducha, agarré una toalla y comencé a secarme. Mientras pasaba la
tela suave contra mi piel, casi podía sentir el toque de Jac otra vez.

Decidí probar otra ducha fría como medida preventiva. Esta vez tuve que admitir
que la ducha me ayudó, pero solo marginalmente. Vale, estaba esperando una
cura milagrosa de Jac en una ducha fría. Puedes reírte en cualquier momento.
Lo hice, pero no de inmediato.

Después de muchos cambios de opinión y muchos gritos de Jarrod, finalmente


me vestí. Caminé hacia la puerta de entrada donde me entregaron mi maletín,
las llaves del automóvil y una taza de viaje llena de café, y fui empujada por un
72
amenazador chico de diecisiete años que llevaba a su hermana sobre su cadera.
Subimos vehículo y salimos en una nube de humo.

Como era la rutina diaria, Mark fue el primero en salir del automóvil y salir al
mundo académico de la enseñanza secundaria elemental.

La siguiente parada el instituto.

—¿Cuándo voy a tener un automóvil? —se quejó Jarrod.

—Cuando puedas pagarlo —le respondí mientras daba vueltas alrededor del
estacionamiento tratando de encontrar el lugar menos visible para dejar a mí
humillado hijo. Últimamente, esta pregunta había surgido a diario, pero
realmente no tenía el tiempo ni la energía para emplear en la falta de un símbolo
de estatus de mi hijo.

Con todos los dignatarios y peces gordos que habían estado llegando en los
últimos días, estaba más que estresada y me preocupaba que en cualquier
momento me convertiría en un coche correo. Especialmente donde Russell
estaba involucrado, que parecía estar todo el tiempo. Cada vez que me daba la
vuelta, él estaba allí observando, esperando que la fastidiara. Por lo tanto, no fue
realmente inesperado que él estuviera feliz cuando mi sistema informático
misteriosamente cayó con un virus desconocido que había corrompido
efectivamente todos los archivos en mi disco duro, así como la desactivación mi
correo electrónico. Afortunadamente, en este punto, conocía este proyecto como
la palma de mi mano. Vale, no tienes que sorprenderte tanto, tengo una idea de
vez en cuando.

Jarrod murmuró algo entre dientes y fue todo lo que pude hacer para evitar
golpearlo. Antes de decir algo de lo que me arrepentiría, me detuve y me tomé
el tiempo para pensar por un momento. Estacioné el vehículo en un área
apartada del parking y suspiré profundamente.

Jarrod era un buen chico que se estaba convirtiendo en un joven excelente.


Cuando su padre falleció, él había cuidado el frente en casa mientras yo pasaba
largas horas en la oficina. A temprana edad asumió las responsabilidades del
73

hombre de la casa sin una palabra de mí o una duda en su mente y, sobre todo,
sin quejarse.
Hijo mío, te convertiste en hombre antes de que tuviera la oportunidad de
disfrutar de tu juventud. Siempre lo lamentaré, pero te has convertido en un
hombre del que estoy orgullosa de llamar a mi hijo.

Jarrod estaba agarrando su mochila y estaba a punto de saltar del vehículo


cuando lo agarré del brazo.

—Oye, hoy este gran proyecto termina y voy a recibir una gran bonificación.
Digamos que cuando obtenga la bonificación, vamos a comprar un automóvil.

Su rostro se iluminó como un árbol de Navidad.

—¿En serio, mamá? ¿Lo dices en serio?

—Sí, lo digo en serio. Ya es hora de que tengas tu propio automóvil, y además


solo piensa en los recados que podría enviarte, —bromeé.

—Correcto, —me dedicó una sonrisa brillante que casi me cegó. Saltó del
automóvil con un salto excitado. Inclinándose por la ventana abierta, dijo

—Oh mamá...

—Sí.

—¿Sabes, esta mañana cuando te desperté?

—Sí. —Saqué la palabra con miedo de lo que iba a decir a continuación.

—Ese tipo de cosas me pasan todo el tiempo. —Comenzó a reír mientras corría
lejos del automóvil. Él se reía y yo me sonrojaba. El sexo y los niños simplemente
no se mezclan.

—Vamos, cariño —dije sintiéndome más equilibrada después de la discusión con


Jarrod.

Mi bebé sonriente saltó del vehículo a mis brazos. La puse en el suelo, y


caminamos de la mano hacia el frente de la escuela, a través de las puertas de
vidrio y por el pasillo principal de la escuela. Me incliné y ella me abrazó con tanta
fuerza alrededor del cuello que pensé que me iba a aplastar la tráquea. Entonces
me dio un gran beso en la mejilla.
74

—Te amo, mamá —dijo antes de correr por el pasillo hacia su aula.
Sonreí al verla saltar a medias por el pasillo, sintiendo que mi mundo había vuelto
a la normalidad. Esto es de lo que se trataba la vida, niños felices y amorosos.
De repente, Ashley se detuvo, se volvió y corrió hacia mí. Levantando los brazos,
la levanté de nuevo a mis brazos.

—¿Qué pasa, bebé?

—Casi lo olvido, mamá. ¿Es este tu gran día? —preguntó.

Ladeé la cabeza hacia la derecha.

—¿Gran día?—respondí su pregunta con una pregunta.

—Ya sabes, mamá, tu gran día. ¿Cuándo terminas tu trabajo? —Ashley pidió
inocencia radiante en su rostro.

Estaba confundida y estoy segura de que eso se vio en mi cara. Ashley me miró
directamente a los ojos, parpadeando en ocasiones confiada de que
eventualmente descubriría lo que me estaba preguntando. Deseaba tener la
misma confianza. De repente capté la idea.

—Oh sí, cariño, supongo que este es mi gran día. ¿Por qué?

—Jac... uhhh... la señora Drakkon me dijo que te diera esto cuando fuera tu gran
día en el trabajo. —Ashley me dio un beso grande, largo y fuerte en la mejilla—.
Me dijo que te dijera “Buena suerte”.

A los pocos segundos de esta declaración, la niña se retiró de mis brazos. Una
vez que golpeó el piso altamente pulido, desapareció de mi vista, dejándome
totalmente estupefacta como una isla en medio del pasillo rodeada de mar de
niños que intentan llegar a sus clases sin ver a ninguno de ellos.

Hasta ahí llego la normalidad.

Me tomó un tiempo sacudirme el susto de las palabras de mi hija y recordar cómo


conducir. Finalmente, me recuperé, puse la llave en el contacto, giré el automóvil
y me dirigí a mi casa lejos de casa.

Llegué al trabajo más rápido de lo que esperaba. El tráfico, por cualquier razón,
75

iba en mi dirección lo que, por supuesto, significaba que algo más hoy no lo haría.
Oh, bueno, supongo que todo lo que iba a salir mal aún estaba por verse.
Los últimos días habían sido un torbellino de actividad con clientes y ejecutivos
corporativos que llegaron a las instalaciones en aviones, trenes y automóviles.
OH, DIOS. Verlos desfilar me recordó a una tormenta. Lloviznaban por un tiempo
y de repente había un diluvio de peces gordos soplando por las puertas. Luego
permaneció en silencio durante unas horas antes de que la nube comenzara de
nuevo hasta que la señal de las tormentas que pasaban llegó en la forma de la
última persona en ser retirada de la lista que cruzó el umbral.

Hablando de lluvia, los Dioses en su sabiduría infinita abrieron los cielos


enviando un verdadero diluvio de agua a la tierra justo cuando me estacioné en
mi lugar. Sí, tenía mi propio lugar de estacionamiento, pero no se dejen engañar
por creer que en realidad era un buen lugar de estacionamiento. Por supuesto
que estaba cerca de la puerta lateral, pero ¿crees que mi placa abriría esa
puerta? Por supuesto no. Recuerda que aún sigo siendo yo.

—Esto es simplemente genial, —me quejé. Este era uno de los días más
importantes de mi vida, y lo iba a pasar como una rata ahogada. Me desabroché
el cinturón de seguridad buscando un paraguas alrededor del vehículo—. Bien,
como si esto fuera a suceder.

Me recosté en el asiento del conductor rezando para que la lluvia disminuyera.


Sí, eso también iba a suceder. A medida que la lluvia golpeaba mi automóvil,
decidí que no importaba cuánto tiempo esperara, esta tormenta no disminuiría
hasta que no me hubiera empapado. Era mi destino.

Me sentí encogerme de hombros. No hay razón para esperar a que Noé


construya el arca para esto. Me quité los tacones y los escondí en la chaqueta
del traje. Salí del automóvil. Corrí lo más rápido que pude hacia la puerta principal
usando mi pequeño maletín como paraguas. Déjame decirte que Jackie Joyner-
Kersee20 no tiene nada de qué preocuparse.

Estaba acelerando mientras me dirigía hacia las gruesas puertas de vidrio.


Sabiendo que estas puertas fuertes estarían cerradas, estaba planeando usarlas
para detener mi aceleración. Pero la recepcionista, Renee, debe haberme visto
76

20
Jackie Joyner: es una ex atleta estadounidense especialista en pruebas combinadas y salto de longitud.
Ganadora de seis medallas olímpicas.
corriendo para salvar mi vida y abrió la puerta para ayudarme. Golpeé el cristal
a toda velocidad. La pesada puerta se abrió de golpe cuando mi peso la golpeó,
lo que me hizo resbalar y deslizarme por los lisos suelos de mármol como un
albatros aterrizando. Se podría pensar que golpear la puerta me habría frenado
un poco, pero no, no afectó mi aceleración ni un ápice.

Mis zapatos volaron en un sentido y mi maletín voló en el otro. Afortunadamente,


nadie en el vestíbulo fue dañado por los objetos voladores. Continué la marcha
por el piso a alta velocidad, mis brazos ahora libres de obstáculos se agitaban
en el aire con la esperanza de frenar mi progreso antes de chocar contra un
grupo de trajes oscuros frente al ascensor.

—¡Cuidado! —Finalmente grité. Todos los trajes se separaron como el Mar Rojo
con la excepción de una persona que me agarró antes de que me estrellara
contra las grandes puertas de acero inoxidable que me protegían del hueco del
ascensor. Sí, ya sabes quién era; no necesito decírtelo. Sí, con un ruido sordo y
un ligero impacto, me quedé descansando en los brazos de una Jacqueline
Drakkon muy sorprendida.

Los esfuerzos que había tomado durante toda la semana para asegurarme de
que mi maquillaje, mi cabello y mi conjunto estaban impecables fueron
eliminados en este momento increíblemente vergonzoso.

—¿Estás bien? —Me susurró Jacqueline al oído.

Ahora, en otras circunstancias, Jac susurrándome al oído sería un sueño hecho


realidad. En este momento era una pesadilla. Me tomó un momento responder
porque me tomó tiempo darme cuenta de lo que me habían preguntado.

—No, —finalmente le susurré.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? —preguntó Jacqueline qué estoy
segura de que estaba lastimada.

—No, a menos que tengas el poder de hacerme invisible —respondí.

Mi mente se movía mil kilómetros por minuto tratando de averiguar qué hacer a
77

continuación. Podía escuchar voces detrás de mí, pero no podía distinguir lo que
se decía.
—Jason, ¿me estás diciendo que pusiste esta... esta... mujer encargada de
actualizar la maquinaria de mi fábrica? —Una voz de barítono fuertemente
acentuada cortó mi niebla cerebral como un cuchillo. Esa voz solo podía
pertenecer a una persona. Darrell Bogs, el hombre más machista que salió de
Texas desde George Bush.

Tuve que pensar rápido para salvar esta situación. Deja de reírte, podría
suceder. Renee entregándome mis zapatos y mi maletín encendió un interruptor
en mi mente. Tenía un plan.

—Gracias —dije. Sin darme la vuelta, me liberé de los brazos de Jacqueline. Me


incliné hacia la derecha para ponerme mi zapato derecho y luego me incliné
hacia la izquierda para colocar mi zapato izquierdo sobre mi pie mojado.
Respirando profundamente, luego dejándolo salir lentamente, me puse derecha,
eché los hombros hacia atrás, me pasé la mano por el pelo que goteaba, le guiñé
un ojo a Jac antes de girar y extendí la mano hacia el gran zoquete.

Con el acento sureño más almibarado que pude reunir, saludé al imbécil
pretencioso.

—Por qué usted debe ser Darrell Boggs.

Sus ojos reflejaban sospecha y sin quitar su gran Stetson tomó mi mano.

—Eso es correcto señora y ¿usted es?

—Oh, cielos, ¿dónde están mis modales? Soy Kara Marlow. Sólo espero que me
deje disculparme por esa entrada. No me he deslizado tanto desde que Crazy
Taurus me lanzó durante el rodeo en la feria del condado.

Darrell sonrió por encima de mi mano ofrecida.

—¿Me estás diciendo, señorita, que montaste toros en los rodeos?

—Seguramente lo hice cuando era joven y estúpida. Incluso gané una vez.
Tengo la hebilla del cinturón y los huesos rotos para demostrarlo.

Vamos, estúpido pueblerino, muerde el anzuelo. Porrrr favooor.


78

Sus ojos oscuros penetraron los míos mientras seguía agarrando la mano que le
había ofrecido. Mi corazón latía con fuerza en mi garganta. Nunca dejé que nadie
me viera sudar, así que el hecho de que todavía estaba empapada estaba a mi
favor.

—¡Jajajajajaja! —Rugió Darrell. Me dio una palmada tan fuerte en la espalda que
casi me caigo de los tacones. Luego puso su brazo sobre mi hombro y me abrazó
con fuerza, y quiero decir muy fuerte a su lado.

—¿Por qué has estado manteniendo a esta valiente señorita en secreto? —Él
se rio—. Jason, sabía que no me dirigirías mal... lo entiendes... ¿dirigirme?

Jason solo asintió mirándome sin comprender. Era su única defensa.

Darrell volvió a reír a carcajadas ante la falta de palabras de Jason. Conmigo


todavía abrazada a su lado derecho, agarró a Jason y sostuvo al presidente
atónito a su izquierda, y nos exprimió el aliento.

Cuando finalmente nos liberaron, el grupo aturdido se movió al frente del


ascensor y presionó el botón. Cuando las puertas se abrieron, Jac entró primero,
seguido de Darrell y Jason. Russell y yo a la retaguardia.

—¿Qué intentas probar? —Russell gruñó suavemente en mi oído.

—Las leyes de la física —gruñí a cambio cuando las puertas se cerraron.

BBB

—¿Qué demonios te ha pasado? ¿Has tratado de venir a trabajar nadando? —


exclamó Patty.

—Me carcajeo. Ya te divertiste un rato, Pat. —Lance una mirada asesina a mi


asistente—. Entonces, ¿dónde está?

—¿Dónde está qué? —preguntó.

—Mírame, ¿qué estaría buscando?

—¿Qué te hace pensar que tengo otro conjunto de ropa escondido en algún lugar
de la oficina? —replicó Patty.

—Porque eres una Diosa que sabe lo que necesito antes de que lo necesite.
79

¿Por qué esto sería diferente? —Sabía que estaba siendo totalmente
irrazonable, pero estaba en racha y no podía parar.
Patty no dijo nada.

¡Maldición! Soy una idiota. Esto no ha sido su culpa. Demonios, si ella no hubiera
hecho toda esa investigación sobre Darrell “el vaquero quiere ser” Boggs, nunca
podría haberme librado de la situación en la que estaba abajo.

—Maldición, Patty, lo siento. Solo quería hoy estar… estar... —Las lágrimas
comenzaron a brotar en mis ojos.

—Especial.

Asentí en silencio, avergonzada de la forma en que estaba actuando.

Patty sonrió levemente antes de hablarme en un tono amable.

—Puedo ver qué has tenido una mañana difícil, así que acepto las disculpas. —
Me rodeó mirándome de arriba abajo—. Kara, ¿cómo demonios te has metido
en este lio?

Mis hombros cayeron.

—Patty, no tengo ni puta idea. ¿Qué voy a hacer ahora? ¡No puedo ir a las
reuniones en esto! —Lloré mirando mi ropa que estaba arrugada y encogida ante
mis ojos—. No tengo tiempo para irme a casa a cambiarme antes de mi primera
reunión. —Miré hacia arriba para ver a Patty mirándome con su dedo tocando
sus labios en contemplación.

Vi cómo se encendía la bombilla. Volvió a su escritorio agarrando su teléfono.


Marcó cuatro números.

—Hola, Tim, ¿qué llevas puesto? ¡No, no es una llamada telefónica obscena!
Sólo dime qué llevas puesto. —Su cabeza rubia asintió mientras escuchaba—.
Ok. ¡Genial! ¿Tienes equipo para hacer ejercicio en el gimnasio? Excelente,
ponte el chándal y ve aquí. —Patty escuchó en silencio— ¿Por qué? Confía en
mí, lo entenderás cuando llegues aquí. Bien. —Colgó el teléfono con una sonrisa
radiante y triunfante de su rostro atractivo.

—¿Qué acabas de hacer? —Le pregunté insegura sobre lo que mi amiga


acababa de hacer por mí.
80
—Ese era Tim de Servicios Informáticos, ¿lo conoces? —Mis ojos se
entrecerraron tratando de recordar de quién se trataba. Mis ojos deben haberse
iluminado con algún tipo de reconocimiento, porque fue en ese momento que
Patty continuó—: Tú y él son del mismo tamaño, así que pensé...

—Me estás tomando el pelo, ¿verdad? —Me quedé impactada. ¿Cómo podía
creer que podía llevar a cabo estas reuniones como algo fuera de GQ21?—. No
voy a estas reuniones como un dique.

—Nunca se sabe, Jac puede amarlo —dijo Patty riendo.

Simplemente hice una mueca.

—Kara, mira, no vas a parecer que asaltaste el armario de tu hermano, ¿de


acuerdo? —Mis ojos se entrecerraron con dudas, pero ella simplemente sonrió
en respuesta—. Tim es una reina ardiente que siempre parece que acaba de
salir de un reportaje. Un ajuste aquí, y meter allí, y vualá te verás fabulosa. —
Hizo una pausa y puso su mano suavemente sobre mi hombro antes de decir—
: Lo prometo.

—¡Ah! —Grité y me di la vuelta para entrar en mi oficina y esperar a que llegara


mi armario.

BBB

En el departamento de Servicios Informáticos lejos de mi estructura de pánico,


Tim se recostó después de colgar el teléfono con Patty. Él se rio un poco antes
de levantarse del gran sillón de cuero. Agarrando su chaqueta del gancho al lado
de la puerta, salió de su despacho. Tim se puso la chaqueta y se dirigió al
gimnasio preguntándose todo el tiempo qué estaba haciendo su buena amiga.

Mientras caminaba por el pasillo entre los cubículos que albergaban a todo el
personal del Servicios Informáticos, también conocido como el departamento de
“el chiflado de informática”, el hombre apuesto se detuvo a medio paso por una
voz familiar “alienígena” que flotaba sobre los tabiques a su izquierda. La voz
“alienígena” golpeó a Tim como una bofetada en la cara, siendo el jefe del
81

21
GQ: es una revista estadounidense mensual dedicada a la moda, el estilo y la cultura para hombres, a
través de artículos sobre comida, películas, fitness, sexo, música, viajes, deportes, tecnología y libros.
departamento de Servicios Informáticos, era muy quisquilloso sobre la seguridad
de esta sección. Él y cada uno de los técnicos eran muy conscientes de todo el
material sensible que pasaba por sus manos todos los días, por lo que la
seguridad de esta área era la máxima prioridad de Tim.

El único personal permitido en el santuario interior eran aquellas personas que


eran autorizadas por Tim. Temiendo que el acceso a la credencial no fuera lo
suficientemente seguro para esta área, Tim también instaló un control de retina.
Por lo tanto, todos los que trabajaban en el departamento primero tenían que
deslizar su placa y luego colocar su mentón para poder escanear sus ojos antes
de que la puerta se abriera. El hombre pequeño consideraba que estas
precauciones terminarían con cualquier posibilidad de que personal no
autorizado ingresara a estas oficinas o salas de servidores, aparentemente se
había equivocado.

¿Quién demonios podría estar aquí tan temprano en la mañana? Se preguntó


Tim.

Tim siempre era el primero en cruzar el umbral todas las mañanas para disgusto
de su compañero. Le encantaba la reconfortante soledad de las oficinas
silenciosas antes de que comenzara el ajetreo del día. Pero ahora había un
extraño en el paraíso y él iba a descubrir exactamente quién era y por qué se
había entrometido en su tiempo de meditación diaria.

Sigilosamente se acercó a donde las voces salían. Deslizándose


silenciosamente hacia la puerta de la sala de servidores y empujándola un poco
más entreabierta.

Para su sorpresa, la voz “alienígena” pertenecía a Russell Davies. Russell estaba


de espaldas a la puerta con las manos profundamente incrustadas en los
bolsillos de sus pantalones. Sentado en el monitor, también de espaldas a la
puerta, estaba Gary Mandel.

Tim frunció el ceño, no le sorprendió que Gary hubiera traído a Russell a la sala
de servidores, ya que Tim consideraba a Gary un holgazán furtivo e intrigante
del que había estado tratando de deshacerse durante años. Ahora era su
82
oportunidad y no podía reprimir la sonrisa de felicidad que el pensamiento ponía
en su rostro.

Tim estaba a punto de irse cuando algo en el monitor llamó su atención. Entornó
los ojos y acercó el texto en la pantalla para poder descifrarlo.

¿Qué tenemos aquí? Él pensó.

Diciendo que no podía despedir a Gary solo sobre la base de violar la seguridad,
pero estaba sucediendo algo más grande que simplemente llevar a Russell al
santuario interior del Servicios Informáticos. Disminuyó la respiración,
escuchando atentamente la conversación que se desarrollaba justo al otro lado
de la puerta.

—¿Estás seguro de que esto va a funcionar? —pregunto Russell.

—Sí, esto funcionará —respondió Gary, las teclas del teclado sonaron en el
fondo—. Unos pocos golpes de tecla más, y bing, bang, boom hemos terminado.

—¿Estás seguro de que nadie lo sabrá? —le preguntó Russell su voz tensa—.
No puedo permitir que nada de esto vuelva en mi contra.

Gary suspiró profundamente. La silla chirrió cuando él se echó hacia atrás.

—¿Quieres relajarte? Nadie lo sabrá, confía en mí.

Tim dio un paso atrás cuando vio a Russell moverse delante de Gary. En un
volumen amenazante, Tim escuchó a Russell decir:

—No creo que entiendas la gravedad de lo que está sucediendo aquí, mi joven
amigo. —Luego, con la voz más amenazante que Tim había escuchado, Russell
continuó—: Nadie puede saber lo que ha sucedido aquí. Nunca. Después de
esto, ni siquiera sabré tu nombre. ¿He sido perfectamente claro?

Silencio por unos minutos.

Luego Gary dijo, su voz temblorosa al principio.

—Oye hombre, no te preocupes. Yo te cubro la espalda. —Se aclaró la garganta


antes de continuar—. Mira, esto es estrictamente un negocio, hombre. Sólo
83

muéstrame el verde, hombre. Eso es todo lo que me importa. No es como si


esperara que estuviéramos tomando largas y cálidas duchas juntos después de
todo esto. No soy Tim.

Ante este último comentario, ambos hombres se rieron a carcajadas.

¿De verdad? No puedo esperar para borrar personalmente esa sonrisa de tu


cara cuando dispare tu culo sin valor. Voy a patear ese trasero hasta el maldito
estacionamiento. Tim miro enfadado con indignación.

Necesitó todo su autocontrol para no irrumpir y golpear a ambos idiotas, pero


necesitaba descubrir lo que Gary había hecho y deshacerlo antes de que se
arruinaran los nombres que vio en la pantalla.

Tan silenciosamente como había entrado, salió sigilosamente. Tenía que


completar otra misión antes de poder comenzar la siguiente.

BBB

—¡Hola, amiga! —Tim voló a través de la puerta con la bolsa de gimnasia en la


mano.

—¡Hola cariño! —saludó Patty. Se levantó de su silla y abrazó al recién llegado.


Soltándolo, deslizó sus manos por sus brazos y tomó sus manos entre las suyas.
Inclinándose hacia atrás, evaluó su vestimenta con un ojo crítico.

Estaba vestido con un traje de tres piezas de raya diplomática color carbón.
Debajo de la chaqueta había una camisa de algodón gris más claro. Una barra
de plata se asomaba por debajo de una corbata roja chillona. Sus ojos oscuros
brillaban con diversión, su cabello oscuro perfectamente peinado. Sus pies
estaban cubiertos con mocasines negros brillantes con barras plateadas en la
parte superior que combinaban con su barra de corbata.

Nada como tener un amigo gay que también sea pequeño. Siempre puedes
contar con él para estar vestida de punta en blanco. Esto funcionará. Tiene que
funcionar.

—Tim, te ves increíble, pero siempre lo haces —dijo Patty.


84

Tim besó a Patty en cada mejilla.


—Lo hago lo mejor que puedo. Entonces, ¿puedes decirme cuál es la gran
emergencia? —Patty abrió la boca cuando Tim levantó la mano—. No me digas.
Lo sé.

—¿Lo sabes? —Patty estaba sorprendida.

—Pero por supuesto, querida —dijo Tim con un toque de su mano—. Sé que
siempre has admirado mi cuerpo y esto es sólo un intento velado de verlo de
cerca y personalmente.

Patty comenzó a reírse.

»Pero debo decirte algo, puede que no sepas sobre mí, mi corazón pertenece a
Billy de nóminas.

Con estas últimas palabras, Patty se rio tan fuerte que las lágrimas corrieron por
su rostro. Tim no pudo evitar reírse junto con ella. Una vez que la oficina se volvió
a callar, Tim preguntó:

—Vale, niña, ¿por qué estoy aquí?

—Bueno, vamos a aclararlo de esta manera. ¿Kara? —llamó Pattie.

BBB

Estaba en mi oficina tratando de planchar las arrugas de mi chaqueta con un


peso de papel cuando escuché que Patty llamaba.

—¡QUÉ! —le grite irritada al llamarme cuando intentaba averiguar qué demonios
iba a hacer para estar presentable antes de mi reunión.

—¿Puedes salir un minuto? —La voz de Patty volvió a pasar por la puerta
cerrada.

—¡AAAAHHH! —Caminé hacia la puerta y la abrí. —Qué demonios puede ser


tan importante que... —Dejé caer mi diatriba allí cuando vi a Tim parado al lado
de Patty con una expresión de sorpresa en sus caras. Tartamudeando:

»Yo... yo... lo siento muchísimo.


85

—¡Dios Santo! —exclamó Tim—. ¿Qué te ha pasado? ¿Has tratado de sacar


una mancha de la chaqueta pasando por un lavado de autos?
Me quedé allí humillada, incapaz de siquiera hacer un comentario. Gracias a
Patty no tuve que hacerlo.

—Ahora ves por qué te llamé —comentó Patty.

—Y ni un momento antes. —Tim se dirigió hacia donde yo estaba. Luego me


rodeó mirándome de arriba abajo como antes lo había hecho Patty. Me sentí
como un perro de exhibición de premios, lo único que Tim no hizo fue acariciar
mis genitales.

Luego, apartándose de mí y colocando sus manos en sus caderas, dijo:

»Podemos reconstruirla. —Colocando sus manos sobre mis hombros, me giró


para enfrentar mi oficina y me empujó hacia la puerta por la que acababa de
salir—. Tenemos la tecnología22. Patty, cariño, no te preocupes por nada.

Mientras se aflojaba la corbata, se dirigió a mí directamente,

»Y tú, sin manipular la mercancía.

Podía escuchar a Patty riéndose cuando Tim cerró la puerta. Lo que no pude oír
fue a Patty levantando su teléfono y marcando otra extensión de cuatro dígitos.

—Hola, Cindy, mi pequeña reina Mary Kay23, ¿tienes contigo tu característico


estuche de maquillaje rosa? —Patty sonrió—. Excelente, ¿puedes estar en mi
oficina en cinco minutos? —Patty sonrió más brillante—. Genial, te estaré
esperando.

BBB

—Es demasiado grande —me quejé.

—¡No lo es! —Tim lloró exasperado—. Te ves divina, confía en mí.

—Pero es un traje de hombre... —me quejé.

—Cariño, no de la forma en que lo usas —gruñó Tim.

Lo agarré por su camiseta recién puesta.


86

22
Tecnología: La frase “podemos reconstruirla, tenemos la tecnología” es de la introducción de la serie
de televisión La mujer biónica.
23
Mary Kay: empresa estadounidense de venta de cosméticos.
—¡Timothy, esta reunión es tan importante! Por favor, POR FAVOR dime que no
me veo como una mierda.

Debo haber parecido realmente patética, porque su expresión irritada se derritió


en un cálido semblante simpático.

—Cariño, ¿cuándo te has vuelto tan Diva hmmmm? —No pudo evitar sonreír—.
Nunca te dejaría parecer ridícula. ¿Sabes qué no?

Sus amables palabras me hicieron sentir tonta. Asentí en silencio y acepté un


fuerte abrazo del hombre vestido con ropa deportiva. En ese momento, Patty
entró por la puerta con Cindy detrás. Ambas mujeres se detuvieron en seco.
Pude ver sus mentes tratando de descifrar lo que sus ojos les decían que
estaban viendo.

—Esto no es lo que parece —dije alejándome de Tim.

—Bueno, podría ser —dijo Tim con un estilo tan femenino que todos nos
echamos a reír.

La risa se sintió tan bien y por primera vez ese día parecía que todo iba a estar
bien. Por primera vez este día, gracias a buenos amigos, sabía que todo iba a
estar bien.

Mientras Cindy volvía a aplicar mi maquillaje, Tim seco el resto de la humedad


de mi cabello. Con el último toque de colocar el cinturón plateado que Cindy
llevaba en su cintura, llegó el momento de ver la transformación en el espejo. Me
sorprendió mi reflejo. Estaba preciosa.

Tim me había arreglado el cabello con el estilo más favorecedor en el que habían
visto mi cabello con mechas grises. Tenía volumen y lucía lujoso con mi onda
natural que resaltaba mi rostro. Hablando de rasgos faciales, Cindy había hecho
un trabajo realmente sorprendente al destacar todas mis mejores características
con aplicaciones perfectas de rubor, sombras de ojos y brillo de labios.

Aunque el traje era de Tim, la forma en que me lo colocó funcionó increíblemente


bien. Con los tacones puestos, me dio la altura adicional que necesitaba para
87

que los pantalones cayeran perfectamente. La camisa era un desafío mayor,


literalmente. Lo primero que hizo fue sujetarme el sujetador con tanta fuerza que
se transformó de un sujetador normal a un wonderbra.

—Amiga, si tienes alardea.

Luego, Timothy Vanderbilt alteró el ajuste de la camisa doblando los puños,


subiéndolos por mis brazos, dejando la cola de la camisa hacia afuera,
levantando el cuello y desabrochando el suave algodón hasta que mi escote
recién diseñado se asomó. Había usado un collar de plata con el otro traje que
Tim pronunció “perfección” debajo de la camisa medio abierta que hacía juego
con el cinturón plateado que Tim colocó sobre la camisa para crear una cintura
“más delgada”. Para terminar el conjunto, Tim colocó su chaleco sobre mis
hombros y apretó la correa en la espalda para que el chaleco permaneciera
abierto.

Me quedé mirando mi reflejo en el espejo durante mucho tiempo. No podía creer


lo maravillosa que me veía. Una lágrima se deslizó de mi ojo.

—Ahora, ahora, no más agua, por favor —dijo Tim en broma.

Me di vuelta y abrí mis brazos a mis amigos invitándolos a un abrazo grupal.


Nunca me había sentido tan rica como en este momento. En medio del abrazo
finalmente tartamudeé mis agradecimientos.

Patty fue la primera en salir de este momento de la “Pequeña casa en la pradera”.

—Vale, vale, ya es suficiente... tienen que volver a trabajar y tenemos una


reunión a la que llegar.

Todos rompieron el círculo con murmullos de agradecimiento y sin problemas


para llenar el aire. Cindy había cruzado la puerta conmigo y Patty justo detrás.
Me volví para preguntarle algo a Patty cuando noté que la rubia ya no estaba
detrás de mí. Al regresar a la puerta vi a Tim susurrando algo al oído de Patty.
Por la expresión de sus caras era grave, pero cuando me vieron interrumpieron
su conversación.

—¿Todo está bien? —pregunté mirando de uno a otro.


88

Las falsas sonrisas no decían nada, ambos no dijeron nada al mismo tiempo.
—BUEEENNNOO —dije—. Vamos, Pat, llegaremos tarde.

—Claro —dijo Patty siguiéndome esta vez.

—Hasta luego, amigas —dijo Tim mientras corría hacia la escalera. Con el golpe
de la puerta se había ido.

89
Parte 5
Salí de la sala de conferencias con una computadora portátil caliente presionada
contra mi pecho, y una sonrisa tonta pegada a mi cara. Debo haber estado
brillando con la satisfacción de un trabajo bien hecho. Lo había clavado y lo
sabía. Puedo decirte que no hay otro sentimiento en el mundo comparable con
tener éxito logrando lo imposible.

No pude evitar reírme al pensar en cómo esta digna salida difería


dramáticamente de la frenética entrada que Patty y yo habíamos hecho apenas
media hora antes. Hemos debido ser todo un espectáculo saliendo del ascensor
como si nuestros traseros estuvieran ardiendo. Corrí por el pasillo haciendo
malabarismos con la computadora portátil contra mi pecho con Patty
siguiéndome. Podía escuchar los pasos rápidos de mi Tonto detrás de mí. Sabía
sin mirar que ella estaba haciendo su propio acto de equilibrio con las diversas
carpetas y papeles que serían necesarios en esta reunión. Cuando llegamos a
la puerta, me detuve en seco, lo que hizo que Patty chocara conmigo.

—¡Ay! ¿Qué demonios? Ya llegamos tarde, ¿por qué te detienes? —preguntó


irritada.

—No puedo hacerlo —murmuré.

—Sí puedes.

La miré por un largo momento, respiré hondo y cuadré mis hombros antes de
entrar en la habitación. Tomó todo el control muscular que pude reunir para no
temblar notablemente. Noté que todos los ojos estaban atravesando mi carne.
Por irracional que parezca, parecía que todos en la sala me estaban midiendo,
evaluando y criticando cada movimiento que hacía. Estos sentimientos de
paranoia profunda fueron exasperados por las olas de repulsión que emanaban
90

del área general de Russell. Su abierta repugnancia hacia mí era palpable, lo


que me había desgastado sistemáticamente durante las últimas semanas.
Como he dicho antes, estos sentimientos eran totalmente infundados. Sabía que
tenía todo bajo control. Conocía cada detalle de este proyecto como la palma de
mi mano, así que incluso con mi computadora sin funcionar, estaba segura de
que podría manejar cualquier cosa que intentaran arrojarme. Entonces, ¿qué
poder tenía este idiota sobre mí para hacerme sentir tan pequeña y tan
golpeada? Cometí el error de mirar a sus ojos fríos y oscuros y en ese momento
todo lo que quería hacer era acurrucarme y morir.

Fue en este punto bajo que el eminente y bullicioso Darrell Boggs se puso de pie
y con gran garbo se quitó su Stetson blanco antes de repicar:

—Vaya, vaya... sin duda alguna eres muy bonita cuando te arreglas, ¿no? —El
hombre grande luego miró a Jason—. Tienes gente realmente guapa en tu
equipo, ¿no es cierto, Jay? Y todos tienen arranque inteligente. Eres un hombre
afortunado.

Sentado en la gran silla de cuero Jason sonrió.

—Supongo que sí.

Todos se rieron, lo que creó un tono alegre para el resto de la reunión, lo que me
hizo sentir mucho más cómoda. Una vez de vuelta en mi zona de confort, sabía
que no habría nada que me detuviera.

Había flotado hasta el ascensor en una nube de felicidad. Una vez que las
puertas de acero del ascensor se cerraron, Patty dejó caer sus carpetas en el
suelo, lo que me sacó de mis ensueños con un respingo.

La excitada rubia me agarró en un abrazo de oso rebotando de alegría antes de


decir.

—Lo has hecho... Lo has hecho. —Su grito resonó en el ascensor vacío—. Has
impresionado todos, especialmente a la señora Drakkon, aunque pienso que por
una razón diferente. ¿Has notado la forma en que te estaba mirando?

—¿Jac? ¿Qué? —pregunté. Había estado tan concentrada en las


presentaciones mientras intentaba vender a Darrell algunas actualizaciones más
91

que realmente no miraba a nadie.


—Te estaba mirando como si fueras la última pata de pavo en una cena de
Acción de Gracias.

No pude evitar reírme de la absurda analogía mientras Patty se inclinaba para


recoger las carpetas antes de que la puerta se abriera en nuestro piso.

—Patty, eres una idiota.

—¿Lo soy? —Anunció con escepticismo—. Estabas demasiado ocupada


haciendo brillar ese puntero láser en los ojos de Russell para notar algo.

Sonriendo, respondí:

—Eso fue un accidente.

—¿Un accidente? Cierto. Si lo hubieras hecho una vez, lo has hecho una docena
de veces —gritó Patty.

—Oye, me he disculpado —respondí—. Además se lo merecía por ser un


mierda.

—Sea como fuere, esa mujer está loca por ti —canto Patty haciendo sonar las
pocas sílabas de esta frase.

—Ackkkkk. —Entré en mi oficina, puse la computadora portátil de Patty en mi


escritorio y luego me giré para liberarla de las carpetas que había estado
cargando. Coloqué las carpetas en el escritorio y luego volví a mirar a mi amiga.
Miré mi conjunto prestado y lo alisé antes de comentar—. Supongo que me veo
linda.

—¿Linda? Te ves absolutamente comestible. Sé que la señora Drakkon también


lo piensa —respondió Patty.

—Sabes que no sabía que la ropa interior masculina podría ser tan cómoda —
dije con la esperanza de sabotear cualquier conversación más de Jac.

—¿Estás usando los calzones de Tim? Sé que he pedido prestada su ropa, pero
no sabía qué te iba a dar todo lo que llevaba puesto.

No pude evitar reírme de la mirada en el rostro de Patty.


92
—No me ha dado los que llevaba puestos. Me ha prestado el par de su bolso de
gimnasia. Me quedaban como un guante, bueno, excepto por la bolsa en el
frente. ¿Me pregunto qué podría hacer con eso?

—Pon tu teléfono celular en vibrar y guárdalo allí...

Me sonrojé y dije:

—¡Dios mío, no puedo creer que hayas dicho eso! Pero eso le da a “estira la
mano y tócalas” un significado completamente nuevo.

—Oye, he tenido que decirte algo para llamar tu atención. Sigues cambiando de
tema. Además, ¿he pensado qué estarías feliz de que Jac te estuviera mirando?
—preguntó Patty mientras pasaba junto a mí para dejarse caer en una de los dos
sillones que estaban frente a mi escritorio. Rodeé mi escritorio y me senté.

Una vez sentada, tomé las carpetas de la parte superior de mi escritorio y me


incliné para archivarlas en mi cajón.

—Patty, no estoy diciendo que no sería la mujer más feliz del mundo si pensara
que eso es cierto, pero personalmente creo que estás leyendo más en una
mirada de lo que realmente hay.

Justo cuando estas palabras salieron de mis labios, me senté de nuevo para ver
a Jac parada detrás del sillón de Patty. Yo tenía esa expresión de carpa de boca
abierta y cerrada cuando Patty se inclinó hacia delante con una expresión de
preocupación en su rostro.

—¡Santo Dios! Kara, ¿estás bien? Parece que has visto un fantasma.

—Bueno, no un fantasma exactamente. —Los suaves tonos altos de Jac llenaron


la habitación.

Patty, sobresaltada, se puso de pie de un salto.

—Señora Drakkon, no la escuché entrar.

—Lo siento, no quería entrometerme.


93
—Para nada, señora Drakkon, siéntese. —Patty pudo recuperar la compostura
en una fracción de segundo. Siempre admiré eso de ella, ya que estoy segura
de que todavía estaba haciendo lo de la carpa.

—Gracias, pero por favor llámame Jacqueline —dijo tomando el sillón al lado de
Patty.

—Sería un honor. Gracias.

Mirándome, Jac me sujetó al sillón con sus claros ojos azules.

—Solo quería venir y decirte que has hecho un trabajo maravilloso, no solo en
esa reunión sino también en este proyecto en su conjunto. Jason está sonriendo
tanto que me temo que su cara se va a quebrar. Quería bajar él mismo, pero le
pregunté si podría ser yo quien te diera las buenas noticias.

Clink… Clink…. Clink…. Thunk…. Thunk…. Thunk…. No había manera en el


infierno en que pudiera conseguir que mi mente dejara de girar. Creo que mi
batería estaba agotada. ¡Venga! Despierta, despierta.

—¿Está bien? —le preguntó Jac a Patty.

—Han sido unas largas semanas. Se ha debido quedar sin energía por un
momento. —Patty trató de explicar mientras apartaba la vista de Jac y me daba
su mirada de “alguien está llamado a la puerta, responde”.

Sacudí mi cabeza para recuperar algo de normalidad.

—Lo siento. Patty tiene razón, esto ha sido muy largo para mí y para todos los
demás involucrados. Gracias por las felicitaciones, pero no he sido solo yo.
Tengo un gran equipo.

—Entonces, felicitaciones para ti y tu equipo. Todos han hecho un trabajo


increíble lo que me lleva a la sorpresa. Darrell estaba tan contento con el trabajo,
que ha acordado contratar otra actualización multimillonaria con la condición de
que tú y tu equipo sean los que lo diseñen y lo implementen. Entonces, ¿estás
dispuesta o estás cansada de trabajar conmigo? —Jac me preguntó a su sonrisa
deslumbrante cegándome con su brillo.
94
Me tomó un momento digerir lo que estaba diciendo. Al menos la demora entre
su pregunta y mi respuesta fue mucho más corta.

—Vaya. Eso es mucho para asimilar de una vez. Antes de aceptar, ¿cuánto
tiempo tenemos?

Jac se echó a reír a carcajadas.

—Tendrás mucho tiempo en esto, lo prometo.

—No va a comenzar pronto, ¿verdad? —le pregunté. Quería volver a conocer a


mis hijos. Quería pasar tiempo con ellos y para mí recuperar energías y
reorganizarme.

—No, no lo hará. Hay que redactar los contratos. Los parámetros del trabajo aún
no se han definido y sabes que eso no sucede de la noche a la mañana —
aseguró Jac con naturalidad.

Me senté en silencio tratando de entender todo lo que estaba sucediendo. Otro


proyecto a este nivel era algo en lo que no estaba segura de querer participar
nuevamente. Había hecho esto como un favor a Jason, un favor renuente. No
tenía idea en ese momento de que este trabajo me exprimiría. Entonces,
¿realmente quería comprometerme en un proyecto aún más grande? No estaba
segura de poder hacer otro. Pero, por otro lado, era una oportunidad de pasar
más tiempo con Jac. Lo que Patty pensaba no obstante, no tenía idea de si
alguna vez volvería a hablar con Jac una vez que este trabajo estuviera
terminado. La idea de no volver a hablar con Jac me estaba volviendo loca.

¿Qué debo hacer? ¿Aceptar este trabajo porque quiero estar con Jac?

—Jac, no sé qué decir... —Comencé, pero Jac me interrumpió.

—Jason dijo que puedes estar reacia a aceptar otro trabajo de este tamaño, por
lo que quería que le dijera que este tendría el mismo trato que el anterior. —El
semblante de Jac cambió de felicidad a preocupación mientras continuaba—. Sé
que esto ha sido muy duro para ti y tu familia.

—Sí, ha sido muy difícil y no solo para mí. Fue mucha sangre, sudor y lágrimas
95

para todo el equipo —le expliqué.


—Bueno, si este es un ejemplo de lo que tú y tu equipo pueden hacer bajo
extrema presión, no puedo esperar para ver qué pueden hacer cuando tenga el
tiempo suficiente antes de la fecha límite. Kara, eres muy buena en lo que haces,
—Jac ronroneó la última oración de tal manera que mis rodillas se debilitaron.

—Lo hago lo mejor que puedo, no importa qué —comenté aún hipnotizada por
esos hermosos ojos azules—. ¿Puedo consultarlo con la almohada?

—Claro que puedes. Te diré qué, ¿por qué no te llevo a una buena cena? Tal
vez pueda convencerte de que aceptes nuestra oferta —ronroneó Jac.

—¿No vas a salir con el club de chicos multimillonarios esta noche? —pregunté.

—No, demasiada testosterona para mí. ¿Qué dices? Podemos salir a cenar y tal
vez consumir una botella de Dom mientras hablamos. —Mirando a Patty,
modificó su invitación—. Patty, tú también estás invitada. Puedo usar toda la
ayuda que pueda para convencerla de que tome este trabajo.

—Me encantaría —comenzó Patty.

—Lo siento, no puedo —dije sobre Patty.

—¿Por qué no? —preguntó Jac.

—Sí, ¿por qué no? —dijo Patty inclinándose hacia adelante agresivamente.

—Pat, Jarrod tiene práctica de baloncesto así que no hay nadie para cuidar a
Mark o Ashley. —Gruñí. ¿Por qué he tenido tantos hijos de todos modos?

—Kar, me ocuparé de los niños, no hay problema. —Patty sonrió y me guiñó un


ojo—. Creo que Jacqueline puede influenciarte sin mi ayuda.

—Pero necesito dejar a Jarrod en la escuela...

—No hay problema, sé dónde está la escuela.

—Tendrán que comer...

—¡Tienes Pizza Hut en marcación rápida! —gritó Patty molesta alzándose en su


voz.
96

—Patty, sería demasiado problema. —Intentando transmitirle a Patty mi pánico


ascendiendo por mis ojos. Quiero decir que ir a cenar con Pat y Jac funcionaría.
Patty estaría allí para mantenerme fuera de problemas. Pero cenar solo con Jac
podría ser desastroso.

Con los dientes apretados, Patty dijo:

—No hay problema en absoluto, te lo aseguro. ¿Para qué son las amigas si no
las molesta de vez en cuando?

Sabía por el tono de su voz y la expresión de su rostro que iba a perder esta
batalla.

Mirando a Jac y poniendo una sonrisa en mi rostro, dije:

—Entonces acepto. Me encantaría salir esta noche.

—Excelente. Como no conozco el área, te dejaré elegir el lugar. —Jac sonrió.

—Muy bien. ¿Hay algo que prefieras? ¿Algo que no te guste en absoluto? —
pregunté.

—No, realmente no tengo preferencias. Estoy bastante abierta cuando se trata


de comer —dijo Jac mientras se cruzaba de brazos.

—¿A qué hora quieres que te recoja? —pregunté con un temblor en mi voz.

—¿Qué tal las ocho?

—Estará allí —respondió Patty por mí.

—Bien nos veremos entonces. —Y con eso Jac se levantó y se fue.

Me desplomé en el sillón, poniendo la cabeza sobre el escritorio con un ruido


sordo. Pude ver la sombra de Patty moverse alrededor de mi escritorio y luego
sentí que me daba palmaditas en la espalda.

—¿Awww la primera cita de mi bebé en cuántos años?

Sacudí la cabeza y miré a mi jovial amiga.

—No puedo creer que hayas hecho eso. ¿Has perdido la cabeza por completo?

—¿De qué estás hablando? —Patty estaba horrorizada.


97

—No puedo salir con ella —me quejé.


—¿Y por qué no?

—Primero, está tan fuera de mi alcance que ni siquiera es gracioso. Dos, es una
mujer y no importa lo que digas, no hay garantía de que piense en mí mucho
menos si cree que estoy “caliente” o no —dije lágrimas brotando de mis ojos—.
Tercero y lo más importante, es vicepresidenta y mi jefa.

Sentí que mi sillón giraba y luego la colocación de una mano suave sobre cada
una de mis rodillas. Alcé la vista para encontrarme con unos bonitos ojos verdes.

—Kar... ¿tienes idea de lo que acaba de pasar aquí?

Sacudí mi cabeza “no”. Había sucedido tanto que no pude asimilarlo todo. Había
demasiada emoción. Estaba saturada. Estaba abrumada. Estaba frita.

Después de una pausa, Patty comenzó de nuevo.

—Tu promoción temporal se ha vuelto permanente. Después de esta misión, si


decide aceptarla, no solo tu promoción temporal se hará permanente sino que
estarás financieramente segura por el resto de tu vida. Solo piensa, no tendrás
que preocuparte por la educación universitaria, los pagos de la hipoteca o
cualquier otra cosa con la que haya tenido problemas durante los últimos años.
Esto es todo por lo que has trabajado tan duro. Esto es todo lo que soñaste para
ti y tu familia. Sé que da miedo, pero es hora de salir de las sombras. Es hora de
ser la estrella que eres, no solo aquí en el trabajo sino con Jac.

—Pat…

—No. Kar, todo en tu vida se está uniendo, ¿por qué no Jac? Sé que te
preocupas por ella. También sé que ella se preocupa por ti. —Abrí la boca para
protestar cuando Patty puso un dedo bien cuidado en mis labios para
silenciarme—. No, escúchame. Kara, la he estado observando mirarte. He visto
esa mirada antes y no se puede confundir la fuente. Dale una oportunidad. Dale
una oportunidad a todo esto. Por el amor de Dios, no estoy pidiéndole que saltes
sobre ella en el estacionamiento... es solo una cena.

—Va a llevar un tiempo asimilar todo esto. —Pensé “paren el mundo que me
98

quiero bajar”.
—Lo sé, cariño, lo sé. Así que vamos a ir poco a poco. ¿Vale? —Asentí con la
cabeza en silencio y Patty continuó—: Primero, atemos los últimos cabos sueltos
del proyecto, y terminarlo para siempre. Luego tienes algo de correspondencia
antes de que nos vayamos. Luego, ir a casa para prepararte para tu cita. —Patty
sonrió traviesamente.

—Ack. ¿A dónde debería llevarla? —Le pregunté totalmente perdida para tomar
una decisión más.

—Bueno, no elegiría italiano la primera noche. Demasiadas posibilidades de


tener un accidente... salsas y todo eso. —Patty se paró golpeándose el dedo
contra los labios en concentración—. Ella es de California, por lo que un pequeño
lugar japonés puede estar en orden. ¿Conoces un lugar que sirve sushi?

Hice una mueca.

—Haré muchas cosas por amor, pero no comeré carnada.

—Bueno, nadie te lo está pidiendo, gran tonta. Sólo he pensado que sería una
buena idea —replicó Patty.

—Lo siento, sí, es una buena idea y conozco el lugar —dije mientras pensaba
en este pequeño lugar pequeño y familiar que conocía en el bulevar llamado
“Changs”. La comida siempre fue excelente a pesar de que nunca participé en el
consumo de carnada. Sí, eso podría funcionar.

—Bueno, entonces está arreglado. Hagamos esto para que podamos salir de
aquí.

—Está bien, pero ¿has oído algo sobre mi computadora? Me estoy volviendo
loca sin ella —le pregunté. La computadora había estado sin funcionar durante
días y me estaba poniendo ansiosa por recuperar mi sistema.

—Puedo llamar a Tim y ver qué sabe al respecto. Oh, hablando de Tim, te dejó
un mensaje sobre el traje.

—¿Qué? —pregunté.

—Lávalo en seco antes de devolverlo. —Patty se rio mientras la seguía a su


99

escritorio para terminar el día, con suerte temprano.


BBB

Esta semana había sido un torbellino de actividad que había culminado no solo
con la oferta de una promoción, sino también con una cita con la jefa. Todavía
estaba tratando de dejar que todo se absorbiera mientras me vestía con cuidado.
Quiero decir que habían pasado décadas desde que salí, y no estaba realmente
segura de sí debía ir hasta el final como una mujer insinuante o simplemente
detenerme en provocativa. Tenía que reírme de mí misma... ¿cómo podría
provocativa cuando no tenía idea de cómo? Mirando a través de mi armario
abarrotado, pronuncié las palabras que nunca pensé que pasarían por mis labios

—No tengo nada que ponerme.

Mientras estaba allí, mirando fijamente mi ropa vestida con nada más que mi
sujetador y bragas, Patty entró y rebotó su cuerpo en mi cama.

—Bueno, con eso te ves bien —comentó.

La miré y debí haber parecido realmente patética.

—Pobre bebé, realmente no tienes idea, ¿verdad? —Patty se levantó y caminó


hacia donde yo estaba en las entrañas de mi vestidor—. Veamos con qué
tenemos que trabajar.

No pasó mucho tiempo antes de que Patty me hiciera vestirme con unos jeans
ajustados, una camisa desabotonada hasta el ombligo con un body de encaje y
seda debajo. Zapatos de tacón de siete centímetros y un cinturón a juego
completaron mi conjunto.

Sentí que mi maquillaje era casi perfecto. Mi cabello oscuro bien, seamos
sinceros, el cabello, nunca coopera cuando lo necesitas, pero no fue tan malo
como podría haber sido. Una vez arreglada, me acerqué al espejo de cuerpo
entero para echar una ojeada. Mi reflejo en el espejo fue agradable si lo digo yo
misma. Me volví hacia un lado mirando específicamente los jeans pensando que
tal vez estaban demasiado ajustados.

—¿Crees que son demasiado apretados? —le pregunté a Patty quién había
100

plantado en el centro de mi cama mientras me vestía.


—Naaa. Son sexys sin ser una putita. Estás creando un aura de sensualidad...
una red de lujuria de la que no escapará —ronroneó Patty.

—¿Aura de sensualidad... red de lujuria? Patty, apenas tengo pelusas de deseo


y mucho menos redes de lujuria —respondí sorprendida.

—Bueno, chica, es hora de desempolvar esa libido. Mírate a ti misma. Te ves


genial, ella no va a ser capaz de resistirte.

Le gruñí, pero el reflejo no mentía. Tenía que admitir incluso a mí que me veía
bien. Para mi sorpresa, los niños confirmaron que realmente me veía genial. Sin
embargo, cuando me puse al volante no estaba tan segura. Las mariposas más
grandes en la creación se agitaban libremente en mi estómago.

—Contrólate. Es solo una cena; no es como si tuvieras una habitación en el motel


de la esquina. Y reconócelo, lejos de lo que podría haber interpretado
erróneamente como un coqueteo de buen carácter, nada ha indicado que ella
tenga algún interés en mí además de una cálida amistad. No importa lo que
piense Patty —murmuré para mí—. Tengo que dejar de hablar sola. —Pensando
lo patética que parecía en ese momento.

El viaje transcurrió sin incidentes, aunque, para ser sincera, no recuerdo el viaje
en absoluto. Me detuve en un espacio en el estacionamiento del hotel y salí del
automóvil. Suspiré profundamente tratando de frenar los latidos de mi corazón
cuando entré al ascensor y apreté su número de piso. Las puertas se abrieron y
caminé vacilante. Al encontrar el número de su habitación, me paré frente a la
puerta durante largos momentos antes de llamar.

Me pregunto si es demasiado tarde para cancelar. Vamos, deja de ser un bebé


y solo GOLPEA.

Toqué suavemente. En cuestión de segundos, Jac apareció en la puerta.

—Vaya, te ves genial —dijo mientras me tomaba en sus brazos. Mi corazón dio
un vuelco cuando la presioné contra mí. Su perfume era intoxicarte y sentí que
me embriagaba. De nuevo, muy torpemente rompí nuestro abrazo.
101

—Uh, te ves fantástica. —Nunca antes la había visto en ropa casual. Durante
todas las reuniones y almuerzos siempre llevaba trajes de chaqueta. Se veía
increíble con sólo un par de jeans ajustados y una camisa blanca oxford, su
cabello oscuro enmarcaba su rostro ovalado y esos brillantes ojos azules que
siempre parecían parpadear.

Vi una mirada perpleja cruzar sus ojos mientras se encogió de hombros y


preguntó a dónde íbamos a cenar.

—Vamos a un pequeño y agradable lugar llamado Chang's. Espero que el


japonés esté bien —dije incapaz de controlar el temblor en mi voz.

—Suena genial. Vamos. —Me tomó del brazo y me condujo hacia los
ascensores. Charlamos alegremente mientras recorríamos el vestíbulo
palaciego. Tomando mi brazo nuevamente, pasamos la recepción y salimos al
estacionamiento. La acompañé al lado del pasajero del automóvil y abrí la puerta
para ella. Luego caminé hacia el lado del conductor, entré, algo torpemente
podría agregar, coloqué la llave en el encendido y salimos.

Me sentí aliviada de que mantuviera una conversación constante mientras yo


conducía. Sonreímos y reímos durante los quince minutos que me llevó llegar al
restaurante. Cuando descansaba mi mano en la palanca de cambios, ella ponía
su mano sobre la mía mientras hablaba. No puedo explicar las sensaciones que
recorrían mi cuerpo cada vez que me tocaba. Fue como la electricidad
atravesando mi cuerpo, un shock en cada terminación nerviosa. No quería que
se detuviera.

Afortunadamente no lo hizo. Cuando se lanzaba a una historia, gesticulaba y se


reía tan contagiosamente que tuve que hacer lo mismo. Incluso mejor que esa
sensación vertiginosa fue el hecho de que mientras la conversación continuaba,
ella movía su mano de la mía para acariciar mi hombro o brazo. Estaba sonriendo
tanto que pensé que mis labios se encogerían. Me encantaba cada toque, cada
gesto, pero al mismo tiempo mantenía un estricto control sobre mis propias
emociones y acciones. Estaba tan asustada de que simplemente perdería el
control y trataría de besarla. Oh hombre, sería una metedura de pata de gran
magnitud.
102
¿Por qué no te relajas? Muchas mujeres son cariñosas y les encanta tocar y ser
tocadas. ¿Cuál es el problema? Simplemente no leas más allá de lo que hay,
pensé para mí.

De hecho, pude llegar al restaurante sin incidentes lo que me alegró. Mantuve la


puerta abierta permitiendo que Jac entrara. Ella sonrió y guiñó un ojo mientras
entraba en el oscuro establecimiento. No pasó mucho tiempo antes de que nos
sentáramos en nuestra mesa.

Jac miró a su alrededor y dijo:

—Vaya, ¿no es romántico?

Sus suaves tonos altos resonaron en mi corazón. Pensé para mí, probablemente
por eso elegí este restaurante en primer lugar. Podía sentir el color subiendo a
mis mejillas, pero Jac fue lo suficientemente amable como para no comentarlo.

Para mi sorpresa, la cena fue muy bien. Estaba segura de que haría o diría algo
estúpido, pero para mí alivio no lo hice, y si sentía que lo había hecho, ella me
decía que era “lindo”. Me tenía inmediatamente a gusto.

Bebimos sake en exceso mientras compartíamos historias sobre nuestros


triunfos, nuestros fracasos y nuestros momentos más vergonzosos. Me reí hasta
que lloré y, en un momento, casi vuelco toda nuestra mesa, pero Jac tuvo reflejos
rápidos, así que todo se enderezó antes de que se derrumbara.

A medida que nos volvimos más relajadas o más borrachas, no estoy segura de
cuál, comenzamos a compartir las cenas.

—No, no, tienes que probar esto. —Decía antes de darme un bocado de su plato.
Esto nos dio la oportunidad de mirarnos a los ojos mientras ocasionalmente nos
tocamos las manos.

Sentí que la noche fue un éxito total ya que logré no derramar nada sobre mí o
la hermosa mujer con la que estaba. Mientras regresábamos a su hotel, las dos
todavía nos reíamos de las historias que habíamos contado o ¿era por el vino?
Me sentía embriagada en el camino de regreso, aunque sabía que no tenía nada
103

que ver con el sake y todo tenía que ver con la compañía que mantenía.
Me alegré de sentirla tocar mi mano, brazo y hombro nuevamente en el camino
de regreso. En un momento, cuando puso su mano sobre la mía, me sentí lo
suficientemente audaz como para acariciarla con el pulgar. Sé que soy tan
cobarde, pero denme un poco de crédito, finalmente la toqué.

Demasiado pronto estábamos paradas en el pasillo frente a la puerta de su suite.

—Lo pasé muy bien —dijo parándose más cerca de mí—. Te veré mañana por
la mañana, ¿verdad?

Ella estaba aún más cerca de mí. Estaba borracha... borracha por el sake...
embriagada por su toque... trastornada por su proximidad... intoxicada por su
aroma... paralizada por su belleza. Gruñí:

—Sí, estaré allí con el trasero24. —¿¿QUÉ ACABAS DE DECIR??— Ummmm lo


siento, quiero decir, sí, estaré allí a primera hora.

Jac se rio un poco.

—Está bien, he entendido lo que querías decir. Bueno, supongo que esto es
buenas noches.

—Sí, supongo que sí. Gracias de nuevo por invitarme a salir. Me lo he pasado
muy bien. —De repente me sentí como una niña de trece años esperando su
primer beso de buenas noches después de una cita. Sabes esa sensación
incómoda que tienes después de la primera cita, ¿debería o no debería hacerlo?
Esperando, no, rezando, que la otra persona haga el primer movimiento para
que tú no tengas que hacerlo.

—Bueno, ha sido tiempo dedicado a alguien muy especial, —se detuvo por un
momento—. ¿Espero haberte influenciado lo suficiente como para que te quedes
en el equipo?

—Bueno, ha sido un buen momento... pero no sé... —coqueteé.

Se deslizó tan cerca de mí que pude sentir el calor de su cuerpo.


104

24
Trasero: la expresión en inglés es butt crack que se traduce literalmente como raja del culo. En español
el término es bastante vulgar, mientras en inglés es un término familiar aceptable. Por lo que se ha optado
por poner un término menos vulgar, trasero.
—¿Hay algo más que pueda hacer para cerrar el trato?

Ahora podría haber sido suave y sofisticada tomándola en mis brazos y dándole
un beso que nunca olvidaría. Eso si fuera suave y sofisticada, pero como todos
sabemos, soy más torpe e ingenua que cualquier otra cosa. Tan fiel a mi
costumbre, quedé parada allí como una tonta, temblando y tartamudeando algún
tipo de galimatías que ni siquiera yo entendía.

Ella se rio antes de tomarme en sus brazos. Durante este abrazo, me permití
sentir todas las sensaciones nuevas, extrañas y maravillosas que me trajo esta
increíble mujer. Presioné su cuerpo contra el mío. Su cabello era tan suave en
mi mejilla. Su perfume me estaba intoxicando una vez más. Sus pechos
presionados contra los míos encendiendo un fuego dentro de mi ser más
profundo. Una llama que me di cuenta de que no podía controlar.

Justo en ese momento ella se apartó aun sosteniendo mis manos.

—Buenas noches, Kara. Conduce con cuidado y te veré en la mañana —dijo y


me besó en la mejilla. Entonces esta mujer que me había encantado se volvió y
desapareció detrás de la puerta.

Estaba tan aturdida que me llevó un momento mirar la puerta cerrada para
recuperarme. Estoy segura de que me quedé allí estupefacta durante un buen
rato antes de poder alejarme de ese puerto. Caminé lentamente hacia el
ascensor, pero no antes de colocar mi mano suavemente sobre la fría puerta de
madera.

Debo estar loca.


105
Parte 6
Conduje a casa en una neblina completa y total. Ni siquiera recordaba haber
subido al ascensor y mucho menos el viaje a casa. Una cosa que sí sabía era
que tenía una sonrisa tonta pegada en la cara todo el camino de regreso a la
casa. Jacqueline Drakkon es la mujer más asombrosa de la historia y creo que
le gusto. Vale, sé que suena muy escuela primaria, pero así es exactamente
como me sentía.

Me detuve lentamente en el camino de entrada y de alguna manera logré llevar


el automóvil al garaje sin dañar el automóvil ni nada más en el interior. Algo raro
cuando estoy en mi mejor momento. En realidad, me asombra que me acordara
de abrir la puerta del garaje antes de intentar entrar.

La casa estaba oscura y tranquila, lo cual fue una maravillosa sorpresa.


Realmente no quería todavía ver ni hablar con nadie. Quería que este
sentimiento durara el mayor tiempo posible.

Al pasar por la cocina, noté una nota pegada a la nevera. Encendí la luz del
extractor para poder leerla.

Hola amiga. Llámame cuando llegues a casa. Quiero saber cómo fue la
“gran cita”. No me importa lo tarde que llames, siempre y cuando llames.
Patty

Me reí entre dientes, pero no estaba lista para que esta noche encantada
terminara. Aún no. Así que Patty, siempre entrometida, tendría que esperar hasta
la mañana.

Crucé al otro lado de la casa para al menos controlar a los niños antes de
retirarme a mi habitación para tomar las cosas en mis propias manos. Sí, me
estoy sonrojando, pero el hecho es que estaba tan... tan… ¿Cuál es la palabra
106

que estoy buscando? “excitada”, sí, esa es la palabra que estoy buscando (no
quería decir cachonda, pero sabes que eso es lo que todos estaban pensando).
Estaba tan excitada que no habría forma de que pudiera dormir hasta que tuviera
un poco de alivio. ¡Oye, no lo hago tan a menudo! Deja de reírte, estoy diciendo
la verdad, pero esta noche estaba llegando a un punto crítico y podría eliminar
toda el área metropolitana si no obtenía algo de alivio.

Lenta y lo más silenciosamente posible, abrí la puerta de la habitación de Ashley.


Allí, mi hermosa niña de pelo rizado estaba acurrucada, con el pulgar en la boca
y al mismo tiempo agarrando su manta andrajosa. Lo sé, tal vez ella es un poco
mayor para una manta, pero demonios sé que no va a casarse con eso, ¿cuál
es el daño si la hace feliz? Además no es una manta ordinaria, es trozo de la
camisa favorita de su padre. Incluso después de todo este tiempo y lavados
todavía huele a él. De vez en cuando, cuando nadie está mirando, me lo llevo a
la cara, inhalo y recuerdo a un buen hombre que se fue demasiado pronto.

Él querría que fueras feliz. Pero creo que los pensamientos que tenía realmente
lo pondrían a prueba.

Lo siento, me he ido por las ramas.

En la habitación contigua donde vi a Mark. Como de costumbre, se había quitado


todas las mantas. Doble la sábana a su alrededor, bese su cabeza y me fui sin
que él me percibiera.

Para mi sorpresa, había una luz que brillaba debajo de la puerta de Jared. Toqué
ligeramente.

—Entra, mamá. —Vino una voz baja a través de la puerta.

—Oye, chico grande, ¿qué haces todavía despierto?

—Tenía que estudiar para una prueba en la clase del señor Brayner. Ya sabes
cómo es.

—Sí, ya me lo has dicho. ¿Crees que lo tienes todo controlado, porque se está
haciendo tarde? —Miro mi reloj y veo que son poco más de las once, pero
después de todo es una noche de escuela—. Todo este estudio no te servirá de
107

nada si te quedas dormido durante el examen.

—Sí, tienes razón, —estuvo de acuerdo.


—Pasa a veces.

Después de un momento de pausa.

—Te ves bien, mamá.

—Gracias. —Es bueno recibir un cumplido de tu hijo adolescente.

—Patty te vistió, ¿verdad? —Hasta aquí el cumplido.

—¡TTTÚÚÚÚÚÚ! —Corrí hacia su cama y me abalancé sobre él. Después de


luchar y reír juntos por unos momentos, me rendí a regañadientes. El chico ya
era demasiado fuerte para mí—. Vale, luces apagadas.

—Sí, señora. —Jared me sonrió con su hermosa sonrisa. Era un buen chico, los
tres lo eran. Tuve la suerte y la bendición de tener hijos geniales.

Crucé la casa en la oscuridad de regreso a mi habitación. Cerré la puerta y me


desnudé en la oscuridad. Ahora que lo mundano había terminado, volví a pensar
en Jac. No tarde mucho volver a ponerme toda caliente y mojada. Todavía podía
sentir su toque, sus brazos alrededor de mí y sus suaves labios contra mi mejilla.
Con cada recuerdo me excitaba cada vez más.

Me deslicé desnuda entre las sábanas frías de mi cama. El ligero escalofrío de


las sábanas no era rival para mi libido ardiente. Mi mente estaba llena de Jac
mientras mis manos estaban llenas de otras cosas. Todos lo hacemos, no voy a
dibujar un mapa. Pero lo que diré es que mi respiración era dificultosa, mi mano
y mis dedos se movían rápido, y estaba casi allí CUANDO...

<<<< BRRRRRIIIIINNNNNGGGG >>>>

—Oh, tienes que estar bromeando —gruñí en voz alta.

<<<<<BRRRRIIIIINNNNGG>>>>

¡¡IGNORALO!! Mi libido gritó. Estamos muy cerca

Pero si lo ignoro, uno de los niños se despertará y luego “cerca” será todo lo que
tendrás. Pensé en respuesta a mi hambre sexual voraz.
108

De mala gana me di la vuelta y tomé el molesto teléfono.

—Hola —gruñí, mi voz aún ronca por la necesidad.


—Kara, soy Jac. ¿Te desperté? —Llegaron los suaves tonos aterciopelados. Al
escuchar la voz de Jac casi me saltó por encima del borde por sí mismo. Casi.

Después de unos:

—duh du du da duhs —que sonaron estúpidos y unos— uhhhgruuuh gruuhhhs


—para aclararme la garganta, finalmente pude responder a la mujer—. No, solo
acabo de meterme en la cama.

—Oh, está bien. Solo quería asegurarme de que has llegado a casa sana y salva
—continuó Jac.

Aclarando mi garganta de nuevo.

—Sí, a casa sana y salva, gracias.

En un tono aún más aterciopelado, si eso era humanamente posible, ella


ronroneó:

—¿Sabes que nunca respondiste mi pregunta?

Confundida.

—¿Qué pregunta?

—¿Si había algo más que pudiera hacer para convencerte de que tomes este
nuevo puesto y proyecto? —preguntó todavía ronroneando.

Mi cerebro estaba tartamudeando y balbuceando hasta el punto que no podía


hacer que mi lengua funcionara.

Sí, puedes acostarte conmigo. Creo que eso lo aseguraría. Gritó mi libido.

Sí, adelante, díselo y ve si incluso tienes un trabajo mañana. Mi sentido común


respondió.

Oh, vamos, ella te quiere. Está más claro que el agua. Ha hecho de todo, salvo
tirarte físicamente a su cama. La mujer está haciendo todo lo posible para
seducirte. ¿No puedes ver eso? Mi libido señaló.

Tienes sentido. Mi sentido común no podía discutir con los puntos válidos de mi
109

libido.
Pero estás tan fuera de tu terreno. Mis inseguridades intervinieron. Si te
equivocas, sería muy humillante.

CÁLLATE. ¡Nadie te está hablando! Mi libido gritó a mis inseguridades.

Todos necesitan callarse. Me siento como la maldita Sybil25.

—Jac, prometo tener la respuesta para ti en la mañana, —finalmente respondí


después de una breve pausa. Ves ir a por “Sybil” no lleva tanto tiempo.

—Me parece bien. Sólo prométeme que me dejarás llevarte a una celebración
adecuada cuando aceptes. —Podía escuchar a Jac sonreír.

—En serio, ¿y qué implicaría una “celebración adecuada”? —Coqueteé

—Bueno, esa será mi pequeña sorpresa —respondió Jac.

—Oh, entonces crees que ya me has conquistado, ¿hmmm? —Bromeé

—Sí, lo creo. Eres una mujer inteligente, señora Kara Marlow, y sabes que
oportunidades como esta no se presentan todos los días.

Es cierto, este tipo de suerte es rara, especialmente en mi vida, pero ¿de qué
oportunidades estamos hablando ahora, dormir con Jac o el nuevo trabajo? En
este punto, realmente no me importaba cuál. Quería ambos y tendría ambos.
Suena fuerte y seguro, ¿no?

—Tienes razón, no vienen todos los días, y a veces puedo ser una mujer
inteligente. Sin embargo, no recibirás tu respuesta hasta mañana.

—Bueno, entonces supongo que debería dormirme para que mañana llegue más
rápido. Buenas noches, mi querida Kara.

—Buenas noches, Jac.

CLIC

OH MIERDA ¿QUÉ ACABA DE PASAR AQUÍ?

Coloqué el receptor en la base antes de dejarme caer de nuevo en mi cama. No


había duda de eso ahora. No importa lo que mis inseguridades intentaran
110

25
Sybil: es una película dramática de 1976 que narra la vida de una mujer con múltiples personalidades.
decirme, esta mujer me estaba persiguiendo y no solo por la “compañía”. Me
quería para ella. ¡Dios! Sabes que tienen razón cuando dicen “ten cuidado con
lo que deseas porque puedes obtenerlo”. Bueno, lo tengo y ahora no estoy tan
segura de qué hacer con ello.

Puse mis manos detrás de mi cabeza.

Si me involucrara con Jac no habría nada en mi vida que no se viera afectado.


Había mucho que considerar. ¿Cómo se sentirían los niños al respecto? Creo
que Ashley era lo suficientemente joven como para aceptarlo con poca o ninguna
resistencia, pero había que considerar a Mark y Jared. Ser un adolescente era
bastante difícil por sí solo sin arrojar a “mis dos mamás” a la mezcla.

Me sorprendió no haber abordado nunca el tema de la homosexualidad con los


niños. No es que alguna vez haya tenido prejuicios en su contra, sino
principalmente porque era algo muy extraño para nosotros. Excepto Tim en el
trabajo, realmente no conocía a ninguna otra persona gay. Ninguno de los chicos
había dicho nada sobre los homosexuales de una forma u otra, por lo que
realmente no tenía idea de cuáles eran sus puntos de vista al respecto.

Luego estaba la familia de Jac. ¿Qué pensaría Sherri? ¿O Jac había estado con
otras mujeres por lo que esto ni siquiera sería una sorpresa para ella?

—Mierda —dije en voz alta.

No podía creer que la idea de que Jac pudiera tener “experiencia” ni siquiera se
me había pasado por la cabeza hasta ahora. Maldición, odio ser tan lenta para
comprender.

Después de todo, ella había mencionado las citas de vez en cuando, pero nunca
fue específica con respecto al género. Si tiene experiencia, eso trae un nuevo
conjunto de problemas. Quiero decir, que yo nunca antes había estado con una
mujer, seguro que había fantaseado con eso de vez en cuando como hacen
todas las mujeres. Y ustedes, señoras, saben quiénes son, así que no sacudan
la cabeza tan rápido hacia lo negativo. Pero la fantasía es muy diferente de la
práctica real. Quiero decir, ¿y si no sé cómo complacerla? ¿Y si mi cuerpo no
111

reacciona? Vale, tienes razón, hay muy pocas dudas de que ella solo me mire y
tenga un orgasmo, pero me gustaría darle placer y en este momento no estoy
segura de saber cómo. Tal vez debería comprar un libro, Kama Sutra lésbico
para imbéciles. Pero bromas aparte esto es un problema.

Luego está el problema del trabajo. Pero si no preguntan, no me siento obligado


a decirlo. Bueno, Patty preguntará, pero sé que puedo confiar en ella. Es
Bridgette la que me preocupa.

Finalmente, pero no menos importante, es la distancia. Vivimos una en cada


punta de este gran país. Sé que no podía mudarse aquí lejos de la empresa,
pero ¿qué pasa si me pide que me mude allí? ¿Cuál sería mi respuesta? ¿Qué
pasa con los niños y mi posición aquí con la compañía?

—ARRRGGGGGGHHHHH —gruñí en la oscuridad—. Me duele la cabeza. ¿Por


qué preocuparme por todo esto cuando aún no nos hemos besado?

Me levanté de la cama y me dirigí al baño. No encendí la luz del techo, sino que
busqué mi Ibu en el tenue resplandor de la luz nocturna ofrecida. Encontré el
bote y lo abrí con un mínimo de problemas antes de meterme unas pastillas en
la boca. Cerré la tapa y coloqué bote en el mostrador al lado del lavabo. Ahuequé
mis manos con agua y la usé para tragarme las píldoras que se derretían en mi
boca. Después de eso, volví a la cama y me puse las mantas sobre la cabeza.

Demasiado para una noche encantada.

BBB

Me desperté brillante y temprano en la mañana por el sonido de las palomas


arrullando fuera de mi ventana. Lentamente entrecerré los ojos para abrir un ojo
y miré a mí alrededor antes de abrir lentamente el otro.

Nunca debo beber tanto sake en una noche de escuela. Pensé mientras sacaba
la lengua del paladar. Tomé nota de la hora en el reloj y gemí. Supongo que es
hora de levantarse y brillar.

Poco a poco me levanté lentamente de la cama y de repente me di cuenta de


que estaba desnuda. Sacudí la cabeza tratando de aclarar las ideas.
112

¿Qué pasó exactamente anoche?


Me senté en el borde de la cama, trayendo a los recuerdos de la noche antes de
volver a mi mente despierta. Poco a poco, las piezas del rompecabezas cayeron
en su lugar. Una vez más, me sentí abrumada con todas las cosas que se dijeron
y se quedaron sin decir. Mi cabeza daba vueltas de nuevo con toda la sobrecarga
emocional que estaba ocurriendo en mi mente.

A través de mi niebla, podía escuchar a los niños hablar mientras desayunaban.


Gracias a Dios por Jared y su habilidad innata para verter un tazón de cereal.

En un estado de zombi, finalmente salí de la cama y entré al baño. Mientras


esperaba que el agua de la ducha se calentara, me eché agua fría en la cara con
la esperanza de alejar al resto de las telarañas. Antes de darme cuenta, el espejo
se estaba empañado. Entré y dejé que el calor me cayera hasta que me sentí
algo humana otra vez.

Al salir de la cabina llena de vapor, me paré en la alfombra suave y sequé mi


cuerpo, mi mente todavía girando una y otra vez los acontecimientos de la última
noche.

Bueno, basta de tanta basura sentimental... De todos modos, nunca puedo


pensar con claridad antes de mi primera taza de café.

Envolviendo la toalla alrededor de mi cintura, salí del escenario por la izquierda.

BBB

—¡¡¡Así que dime todo!!! —Patty ordenó mientras me seguía a mi oficina.

—No hay nada que contar, —bromeé mientras rodeaba mi escritorio y me


sentaba en mi sillón.

—Oh, vamos, Kara, cuéntame todo desde el principio y no dejes ni un pequeño


detalle —dijo Patty mientras se sentaba en el sillón frente a mi escritorio.

Me reí y me recosté en el sillón.

—Vale, bueno. Te debo una por empujarme a esta “cita”.

Patty se deslizó hasta el borde de su sillón como una niña ansiosa esperando su
113

turno para jugar en un juego.


—Bueno, para resumirlo, lo pasaros muy bien juntas.

—¿Qué tan genial? —Patty gruñó con una sonrisa de gato de Cheshire pegada
en su rostro.

No pude evitar que una sonrisa tonta habitara mis rasgos.

—Vaya, eso es bueno ¿eh? Detalles que quiero detalles —dijo Patty.

—Bueno... —Mi teléfono me interrumpió. Levanto el dedo para indicar “ya


vuelvo”. Patty hizo un puchero dejándose caer en el sillón profundo.

—Kara, ¿tienes un momento para venir aquí? —preguntó Jason algo grave.

—Uh, claro. ¿Algo por lo que deba preocuparme? —chillé. Podía sentir mi
estómago caer. ¿Conoces esa sensación de hundimiento que te lleva al borde
del vómito y luego te permite languidecer allí? Sí, esa.

—Prefiero hablar cuando llegues aquí. —Con esas palabras sentí mi rostro
palidecer. El pánico comenzó a surgir dentro de mí. Algo estaba mal, muy mal...

—Voy para allá —dije y colgué el teléfono.

—Kara, ¿qué pasa? —preguntó Patty.

—No lo sé, pero voy a averiguarlo. Era Jason... eh, señor Kimbrough. Quiere
verme ahora —respondí luchando por mantener mi corazón fuera de mi
garganta.

—Él sólo quiere tu respuesta sobre el nuevo trabajo, ¿verdad? —comentó


débilmente Patty.

—No lo creo. Ya vuelvo. —Me puse de pie, rodeé mi escritorio y salí de la


habitación sin siquiera mirar a Patty.

Temblando, entré en el ascensor. Por el tono de la voz del señor Kimbrough


estaba hundida en la mierda, pero por mi vida, no podía entender lo que había
hecho o no. ¿Qué pudo haber sucedido en las últimas veinticuatro horas para
cambiar mi estado de “Trabajadora milagrosa” a “niña problemática”? Lo que
114

estaba sucediendo no era bueno y me estaba asustando.

Temblando de miedo en mis botas, llamé a la enorme puerta de caoba.


—Adelante.

Tentativamente abrí la puerta y eché un vistazo. Jason, muy severo, me indicó


que entrara.

—Cierra la puerta, por favor.

Mi corazón latía tan rápido y tan fuerte que estaba segura de que me desmayaría
en cualquier momento. Lo rechacé con la finalidad de tratar de recomponerme
mientras cerraba suavemente la pesada puerta. Sin intercambiar una palabra,
tomé el sillón del lado izquierdo del escritorio. Me miró con fríos ojos azules. Me
sentí encoger debajo de su mirada fría.

—Quería hablar contigo antes que con Recursos Humanos. —Comenzó Jason.

—¿Recursos Humanos? ¿Por qué los de Recursos Humanos quieren hablar


conmigo? —Le pregunté mi voz temblando.

—Quieren hablar contigo acerca de tu equipo y los cargos en los que se


incurrieron durante el proyecto de Jamestown. —Continuó—. Específicamente,
quieren hablar sobre algunas facturas sospechosas y sobre Steven C. Roberts y
Edward W. Underwood.

—¿Quién? —Le pregunté.

Jason volvió a mirar los papeles frente a él antes de reiterar:

—Steven Roberts y Edward Underwood.

—¿Por qué Recursos Humanos quiere hablar conmigo sobre ellos? No tengo
idea de quiénes son —dije. Ahora estaba más confundida que antes de entrar
en la oficina.

—Estaban en tu equipo...

Interrumpí:

—No, no lo estaban. No tengo idea de quiénes son.

—Entonces, ¿por qué autorizaste sus plantillas de horarios? —preguntó


115

empujando unos papeles frente a mí.

Miré por encima de los papeles y luego miré a Jason con incredulidad.
—No autoricé estos. Es la primera vez que los veo.

—¿No es ese el número de trabajo, el número de contabilidad y el código de


autorización? ¿Tú código de autorización? —preguntó Jason.

—Sí, pero Jason, no tengo idea de quiénes son estos tipos o qué está pasando
aquí. No puedo autorizar lo que no sé. —Estaba contrarrestando tan rápido como
podía, pero sentía que era una causa perdida. Estaba segura de que mis
explicaciones solo sonaban como excusas para el presidente de mi empresa.

—Entonces, ¿cómo explicas este correo electrónico? Fue enviado a Jamie


Vargas de nóminas un par de semanas después del comienzo del proyecto. —
Empujó otro trozo de papel frente a mí.

¿Email? ¿Están en mi correo electrónico? ¿Cuánto tiempo lleva esta pequeña


cacería de brujas?

Leí el correo cuidadosamente varias veces para asegurarme de que entendía lo


que estaba leyendo.

Querido Jamie

Acabo de agregar un par de nuevos técnicos a mi equipo en el proyecto


Jamestown. Autorizo sus plantillas de horarios en lugar de Patty. Como son
nuevos en la ciudad, solo envíenme sus cheques de nómina y los distribuiré.

Gracias,

Kara

Miré a Jason en modo carpa completa. Después de unos segundos me recuperé.

—Jason, no tengo idea de qué es esto. Nunca envié este correo electrónico,
nunca autoricé ninguna nómina y definitivamente no recibí ningún cheque para
estos tipos.

—Bueno, todo aquí dice que lo hiciste. Los auditores también han encontrado...

—¿Quieres decir que empeora?


116
—Me temo que sí. Existen discrepancias claras entre tus facturas de materiales
y los fondos asignados reales para los mismos materiales. ¿Puede explicar las
diferencias?

—No, por supuesto que no puedo, porque no tengo idea de qué están hablando.
No recibo sobornos de trabajos nunca lo he hecho.

Otra vez Jason empujó una pila diferente de papeles frente a mí. Había tanta
información puesta delante de mí que estaba saturada y no podía descifrar nada
de eso. Era como si todo estuviera escrito en latín, nada de eso tenía sentido y
debería haberlo tenido. Pero lo que sí entendí fue otro correo electrónico que
supuestamente le había escrito a Dennis Sharp en Jamestown.

Querido Dennis

Se bueno y envía al contratista y las facturas de materiales directamente a mí y


yo las remitiré a la asignación tan pronto como las apruebe. Sólo quiero estar
atenta a los resultados para asegurarme de no exceder el presupuesto.

Gracias,

Kara

Podía sentir las lágrimas picando mis ojos.

—Todo esto es mentira. Nunca hice nada de esto.

—Kara, dame algo, cualquier cosa, para llevar a Recursos Humanos, para que
pueda demostrar toda esta basura, —imploró.

—Jason, no sé cómo demostrar que esto es una basura. Todo lo que tengo es
mi palabra de que no hice nada de esto. Me están incriminando falsamente y lo
sabes. —Hice una pausa para mantener mis lágrimas bajo control—. Demonios,
ni siquiera puedo cuadrar mi propio talonario de cheques, ¿realmente crees que
podría diseñar todo esto? Jason, me conoces desde hace años y nunca podría
sacar nada de esta capa y daga. Conociéndome, tropezaría con la capa y me
apuñalaría con la daga.
117

—No sé, Kar, nada de esto tiene sentido para mí tampoco, pero las
computadoras no mienten. —Suspiró Jason desesperado.
—Me pagan bien por lo que hago, me encanta mi trabajo y la comisión de este
trabajo iba a ser considerable, ¿por qué arriesgaría todo por una estúpida estafa?
—Sollocé—. ¿Entonces estoy despedida? —Le pregunté mi voz temblando y
quebrándose.

—No, pero serás suspendida hasta el final de esta investigación —dijo Jason
rotundamente.

—Hasta el final de la investigación, ¿qué más esperan encontrar? —Le pregunté.


Simplemente no podía pensar en nada de esto. ¿Había tenido algún tipo de mal
funcionamiento cerebral de tal magnitud que realmente hice todo esto y no
recordaba nada? No, eso es estúpido. No tenía nada que ver con nada de esto,
pero por otro lado tampoco tenía forma de refutar nada de eso.

—Entonces, ¿qué pasa después de la suspensión?

—Dependiendo de los hallazgos, se te podría pedir que te vayas. Kar, odio decir
eso, pero quería que supieras el peor de los casos —respondió Jason.

—En el peor de los casos, ¿eh? Jason, no creo que pueda empeorar mucho.
Después de todos los años que le he dado a esta compañía, después de todo lo
que he hecho por ti y por todos los demás... —Hice una pausa para recuperar el
control—. Después de todo este tiempo... es más fácil para ustedes creer lo que
estos estúpidos correos les están diciendo sobre mí, entonces lo que saben es
verdad. Además de todo eso, en lugar de tener las bolas de venir y pregúntame
qué pasó, simplemente te escabulles a mis espaldas para reunir más evidencia
en mi contra. Sé que ya me han juzgado y no hay nada que pueda decir o hacer
en este momento para cambiar de opinión. —Me puse de pie y le devolví los
papeles a su cara mientras hablaba—. Bueno, se lo pondré fácil a todos.
Renuncio. Búscate otro chico que pueda salvar sus culos corporativos la próxima
vez que Russell los ponga en el fuego. —Irrumpí en la puerta antes de tener la
oportunidad de reconsiderar lo que acababa de hacer.

—¡Kara, espera! No hagas esto... —Jason rogó pero fue interrumpido cuando
cerré la puerta de un portazo.
118

Caminaba rápido, pero pronto comencé a trotar hasta el baño de mujeres más
cercano que pude encontrar. Corrí al puesto más cercano a la puerta y vomité
todo lo que tenía. Desgarrada y atragantada hasta que no me quedó nada en el
estómago para liberar. Luego vinieron las arcadas secas, para ese momento
estaba de rodillas apoyada contra la baldosa fría del puesto. Mi mente estaba
yendo en declive. No podía comprender lo que acababa de pasar. Estaba siendo
acusada de malversación de fondos. Estaba siendo acusada de inflar los gastos
de este trabajo para llenar mis propios bolsillos.

Esto tenía que ser algún tipo de broma enferma. O tal vez esto fue sólo una
horrible pesadilla y todo lo que necesitaba hacer es despertar y todo
desaparecería.

Pero no era una pesadilla, esto era real. Me habían acusado y tenían pruebas
irrefutables para respaldar cada cargo.

Demonios, me condenaría después de ver todo eso, pero NO LO HE HECHO.


Ni en mis fantasías más salvajes, nunca pensaría en hacer algo así mucho
menos planearlo y ejecutarlo. ¿Qué diablos está pasando aquí?

Salté cuando escuché una voz incorpórea preguntando si estaba bien. Era
Janice, la secretaria de Jason. Me tomó un tiempo, pero sé que murmuré algo
en el sentido de estar bien. Escuché la puerta abrirse y luego cerrarse
suavemente.

No sé cuánto tiempo estuve allí, mi cara presionada contra el azulejo frío antes
de escuchar otra voz familiar flotar por encima de la puerta.

—Kara, ¿estás bien? —preguntó Patty antes de tocar ligeramente la puerta—.


¿Kara?

—Sí, Patty. —Me puse de pie, descargué el inodoro y abrí la puerta. Sabía que
parecía una mierda cuando Patty jadeó cuando salí del puesto.

—Kara, ¿qué demonios te ha pasado? Janice me ha llamado y me ha dicho que


viniera aquí rápido. —Patty puso su brazo sobre mis hombros y me guio al
lavabo. Abrió el agua, regulándola para que se enfriara. Me incliné sobre el agua
que fluía y la ahuequé en mis manos antes de llevarla a mi cara. Lo hice varias
119

veces y luego tomé un trago del líquido, lo agité y lo escupí. Tomé las toallas de
papel que me ofreció Patty y me limpié el exceso de humedad de la cara. Sentí
que iba a morir, y el reflejo en el espejo confirmó esto.

Después de todo esto finalmente comencé a hablar.

—Bueno, parece que he estado malversando fondos de la empresa.

—¿De qué demonios estás hablando? ¿Es una broma de mal gusto, porque si
lo es, no es gracioso —respondió Patty.

—Ohhhh, nooo. No es broma. De eso quería hablarme el señor Kimbrough. Algo


acerca de cubrir los gastos del proyecto y poner dos técnicos fantasmas en la
nómina y tomar su cheque y cobrarlos, —le expliqué.

La cara preocupada de Patty se transformó en una máscara de confusión.

—Kara, no entiendo nada de esto.

—Yo tampoco, pero esto es lo que me acaban de decir.

—Pero no tiene sentido. Hago todo el libro de trabajo por ti, incluso equilibro tus
talonarios de cheques, si recibieras sobornos, creo que lo sabría —espetó Patty.

—Lo sé y tú lo sabes pero ellos no.

—¿Quiénes son “ellos”? —preguntó Patty.

—Recursos Humanos, la compañía, el señor Kimbrough, lo que sea, todos


piensan que soy culpable. —Me apoyé contra el mostrador con los brazos
cruzados y la cabeza baja.

—¿Quién te está acusando? —preguntó Patty.

—Nadie, aparentemente es lo que han encontrado los auditores cuando estaban


cerrado la contabilidad. Pat, tienen evidencia.

—¿Qué evidencia? —interrumpió Patty. Me di cuenta por su postura de que se


estaba enojando más.

—Diablos Patty, no lo sé. Tienen algunos correos electrónicos, algunas


autorizaciones de plantillas de horarios, pero no sé. —Estaba sacudiendo mi
120

cabeza.
—¿Qué fecha tienen esos “correos electrónicos”? Y las plantillas de horarios,
¿dónde están las copias impresas? ¿Cuáles son los nombres de estos técnicos
que supuestamente fabricaste de la nada? —preguntó Patty.

Sé que ella solo quería ayudar, pero en este momento se sintió como otro
interrogatorio y simplemente no estaba dispuesta. Levanté la cabeza y la miré
con lágrimas corriendo por mi cara.

—No puedo recordar ningún detalle. Todo lo que sé es que uno fue enviado a
Jamie de nóminas, otro fue enviado a Dennis en Jamestown, y los nombres de
los muchachos eran... —Me tomó unos segundos recordarlo—. Uno era Steve
algo y el otro era Edward Underwood.

—¿Entonces te han suspendido? —preguntó Patty su voz más tierna que antes.

—Sí, iban a hacerlo, pero les gané de mano. Renuncié.

—¡¿QUE HAS HECHO QUÉ?! ¿Has perdido la cabeza por completo? Tienes
que luchar contra esto. Estás siendo acusada erróneamente. Renunciar es como
admitir que eres culpable.

—Patty, toda la evidencia está de su lado. No hay forma de que pueda probar
que no envié esos correos electrónicos o tomé esos cheques y sobornos. Como
dijo Jason, “las computadoras no mienten”. —Patty iba a protestar un poco más,
pero atravesé sus defensas—. Mira, ha sido divertido mientras duró, pero ya ha
terminado. Me voy a casa. Hazme un favor, reúne toda mi mierda personal y
tráela mañana a la casa.

—Pero tú...

—Pero nada. Sólo haz lo que te pido. Por favor —supliqué mientras le entregaba
mi placa y mi teléfono celular. Estaba tan cansada. Emocionalmente exhausta
hasta el punto de agotamiento. No quería nada más que ver con este lugar,
NADA. Todo lo que quería hacer era irme a casa y dejar de pensar en este
desastre. Quería ir a mi habitación y cerrar la puerta a la realidad.

—Vale —dijo Patty a regañadientes recibiendo mis pertenencias.


121

Me giré para mirarme en el espejo. Estaba pálida y demacrada y mis ojos


estaban rojos por el llanto. Me pasé los dedos por el pelo, me ajusté la chaqueta,
me puse derecha con la barbilla levantada y salí del baño rezando para no ver a
nadie que conociera antes de abandonar el edificio.

BBB

Logré salir del edificio sin incidentes. Una vez situada al volante de mi coche, me
sentí segura. Arranqué el motor y conduje lentamente desde el estacionamiento.
No quería ver ni hablar con nadie sobre nada en este momento, pero para
asegurar mi soledad tenía que hacer algunas llamadas. Metí la mano en el
bolsillo de mi chaqueta y saqué mi teléfono celular personal. Llamé a Marilyn y
le pregunté si Ashley podía pasar la noche con su pequeña Kathy. Marilyn era
una bella sureña y una mujer tan dulce como la que más.

—Kara, esto no es ningún problema. —El grueso acento sureño de Marilyn llegó
claramente a través de mi auricular—. Señor, trabajas demasiado duro, no dejes
que te mantengan mucho tiempo esta vez, ¿eh?

—No lo haré. Gracias.

—En cualquier momento cariño, en cualquier momento. —Corte

Luego llamé a Renee para ver si podía recoger a los dos niños y llevarlos a pasar
la noche con el mismo pretexto que le di a Marilyn. Y al igual que Marilyn, Renee
se alegró de ayudar.

Ha sido fácil. Ahora déjame llegar a casa. Hay una botella de Crown Royal
esperándome.

Conduje el resto del camino en bendito silencio tratando desesperadamente de


adoptar el método Scarlet O'Hara para enfrentar circunstancias extremas y
catástrofes.

—Voy a pensar en ello mañana.

BBB
122
MIENTRAS TANTO EN EL RANCHO 26

Ahora sabes tan bien como yo que no hay forma en la tierra del Señor que Patty
iba a aceptar esto tranquilamente, incluso si yo lo hubiera hecho. No de ninguna
manera, es decir Patty no es así. No iba a rendirse sin luchar. Así que, mientras
estaba en casa rota, la señora Patricia Ambrose estaba muy ocupada tratando
de limpiar mi nombre recién mancillado.

Según tengo entendido, esto es lo que ocurrió una vez que 'Kara Marlow' había
abandonado el edificio:

Patty estaba parada en medio del baño de mujeres tocando los artículos que
Kara había puesto en su mano. Todo lo que Kara le había contado la dejó con
más preguntas.

—Bueno, la mejor manera de obtener respuestas a tus preguntas es ir a la


fuente. —La cabeza rubia asintió, salió del baño de mujeres y se dirigió a la
oficina de Jason Kimbrough. En el área de recepción Janice estaba sentada.

—¿Kara está bien? Estaba muy molesta cuando se fue de aquí —preguntó
Janice con evidente preocupación en su voz.

—Sí, tan bien como ella puede estar. ¿Sabes lo que está pasando?

Janice miró hacia un lado y luego hacia el otro antes de indicarle a Patty que se
acercara. Patty se inclinó sobre, el escritorio de Janice.

—Todo lo que sé es que algo grande está sucediendo. El señor Kimbrough está
molesto.

—¿Está molesto? ¿Qué pasa con Kara? La ha llamado aquí para despedirla. —
Patty sabía que lo que decía no era cierto, pero quería incitar a Janice a que le
contara todo lo que sabía.

—Eso no es cierto. Recursos Humanos quería suspenderla y luego despedirla u


obligarla a renunciar. El señor Kimbrough estaba luchando por mantenerla. No
123

26
Mientras tanto en el rancho: se usa para vincular lo que sucede en una parte de la historia con otra y
no tiene nada que ver con vacas ni nada campestre.
cree las acusaciones por un momento, pero la evidencia es bastante dañina. Las
computadoras “No mienten”, —casi gruñó Janice—. Sí, los administrativos
somos bastante protectores con nuestros jefes.

—Bueno, ahora están mintiendo. Algo está pasando, y voy a llegar al fondo de
esto. ¿Puedes darme copias de toda esta evidencia de cotización final y todas
las personas que están involucradas? —Por favor, por favor, no me decepciones,
necesito tu ayuda.

Una vez más, miró a izquierda y derecha para asegurarse de que nadie estaba
escuchando antes de inclinarse nuevamente.

—Podría ser despedida por esto, lo sabes.

—Yo también podría, pero estamos hablando de una mujer inocente que
abandona su carrera por un cúmulo de mentiras.

Janice se quedó en silencio por un momento.

—Mira, el señor Kimbrough se irá a una reunión en unos minutos...

—¿Una reunión con quién? ¿Se trata de esto? ¿La señora Drakkon estará allí?
—Patty golpeó a la desprevenida Janice con preguntas.

Aturdida por el bombardeo, Janice hizo una pausa antes de responder.

—No, no se trata de esto. Es su reunión semanal de ejecutivos, así que no creo


que Drakkon esté allí.

—Uf, bien. Perdón por interrumpir, continúa.

—Lo que iba a decir es que una vez que se haya ido, copiaré los archivos y te
los entregaré personalmente. ¿Está bien?

—Eres una muñeca, podría besarte —dijo Patty.

—Oye, ¿no empecemos otro escándalo? Mejor vete antes de que él te vea.

Patty se agachó, le apretó la mano y articuló un gracias. Se giró para irse antes
de ser detectada.
124

“Las computadoras no cometen errores” es la segunda vez que escucho esa


frase en los últimos quince minutos. Bueno, si este problema tiene algo que ver
con “computadoras”, es mejor que involucre a Tim. Tenía algo que quería
decirme de todos modos.

Entró en la tranquila oficina y cerró la puerta. Se sorprendió por los sonidos


procedentes de la oficina de Kara.

Excelente, Kara ha vuelto.

—¡Kara! —llamó mientras corría a la puerta contigua.

¡¡GOLPE!! Un joven estaba de pie frotándose la nuca con la mano.

—No hagas eso, me has dado un susto de muerte —dijo el joven todavía con
cautela tocando su cabeza magullada.

Patty lo reconoció como Dean, un joven técnico del departamento de Sistemas


Informáticos.

—Lo siento Dean. De todos modos, ¿qué estás haciendo debajo del escritorio
de la señora Marlow?

—Estoy volviendo a conectar la computadora de la señora Marlow. Está todo


arreglado y listo para funcionar. —Le sonrió a Patty.

—Oh, está bien, gracias. Le haré saber que está lista. Por cierto, ¿está Tim? —
preguntó.

—Sí. —Fue la respuesta monosilábica.

—¿Te diriges directamente a las oficinas de Sistemas Informáticos?

—Sí.

—¿Puedes decirle que necesito verlo de inmediato? —preguntó Patty


exasperada por sus lentas respuestas.

—Sí, señora. —Y se había ido, carro, cinturón de herramientas y todo.

Señora, Dios. ¿Qué puedo esperar? Demonios, tengo suéteres que son más
viejos que él.
125

Patty cruzó el escritorio y se sentó en el sillón de Kara. Presionó el botón


encendido y estaba encantada de verlo cobrar vida tan rápidamente.
Excelente. Ahora la contraseña

Con confianza, tecleó la contraseña. Sonó un timbre y apareció un cuadro de


diálogo que decía que la contraseña era incorrecta. Frunció el ceño. Más
despacio ahora tecleó la contraseña y presionó enter. Una vez más, la máquina
replicó negándole el acceso a la computadora de Kara.

—¿Qué demonios? —Patty se levantó y regresó a su escritorio. Se inclinó sobre


él y sacó el cajón central. Buscando por unos momentos, finalmente sacó un
trozo de papel rasgado—. Sí, esa es la contraseña. Sabía que no me había
equivocado —gruñó. Necesitaba entrar en esa computadora, para poder acceder
a los correos electrónicos de Kara.

Bueno, supongo que tengo que esperar a Tim. De todas formas, tengo que
comunicarme con la señora Drakkon. Pensó Patty mientras se sentaba detrás
de su escritorio y miraba a través de su rolodex. Maldita sea, nunca conseguí su
número, pero… mirando su mano. Sostenía la placa identificativa y el teléfono
de Kara.

—Excelente —gruñó la rubia. Abrió el teléfono y fue directamente a la guía


telefónica. Cuando encontró el número celular privado de la señora Drakkon,
presionó el botón de llamada y rezó para que la mujer impresionante tuviera su
teléfono con ella.

<<<< ring >>>>

<<< ring >>>

—Responde. Por favor, responde.

<<< ri… —Hola sexy…

Patty interrumpió a la mujer antes de que pudiera continuar. Tartamudeando


habló por teléfono.

—Ummm... Señora Drakkon, soy Patty Ambrose, agente administrativa de la


señora Marlow.
126

Pausa.

—Sí, Patty, ¿qué puedo hacer por ti? ¿Dónde está Kara?
—La señora Marlow no está aquí, señora Drakkon.

—¿Dónde está? Tenemos reuniones programadas toda la tarde? —Llegó la


respuesta concisa.

Con ese tono no era de extrañar que esta mujer infundiera miedo en los
corazones de tantos.

—Ummm... Señora... ha habido algunos problemas esta mañana y... la señora


Marlow ha renunciado.

—¿Ha hecho QUÉ? ¿Por qué?" —gritó la señora Drakkon. Patty movió el
teléfono más lejos de su oído para evitar daños auditivos. Era obvio para ella que
la señora. Drakkon no tenía idea de lo que había ocurrido hace unos minutos.
Oyó a la señora Drakkon maldecir en voz baja antes de continuar—. Patty,
¿sabes lo que está pasando?

—Ahora mismo todo lo que sé es que la compañía la está acusando de


malversación.

—Eso es absurdo. Kara... uh, quiero decir, la señora Marlow es una de las
personas más honestas que conozco. ¿Quién está haciendo este tipo de
acusación? —preguntó la señora Drakkon.

—No lo sé, pero me va a llegar información, así que puedo tratar de aclarar todo
este lio. —Mientras Patty pronunciaba estas palabras, Janice asomó la cabeza.
Hizo un gesto para que la tímida mujer entrara. Janice le dio un sobre de manila
y se fue—. De hecho, me acaban de entregar la información que estaba
buscando.

—¿Estás en tu oficina?

—Sí.

—Voy para allá.

<<< click >>>

Patty abrió el sobre, lo giró, y derramó su contenido por todo su escritorio.


127

Es hora de armar el rompecabezas. Ahora bien, ¿dónde están las esquinas?


Parte 7

Hola oscuridad, mi vieja amiga

He venido a hablar contigo otra vez,


Porque una visión arrastrándose suavemente,
Dejó sus semillas mientras estaba durmiendo,
Y una visión que fue plantada en mi cerebro,
Aún permanece,
Dentro de los sonidos del silencio.

Con los ojos cerrados, canté junto con el CD, los grandes éxitos de Simon y
Garfunkel. Había estado tocando The Sound of Silence una y otra vez desde
que llegué a casa. Los compases de esta canción lastimera me calmaron el
alma. Sus letras aplacaron mi mente febril.

Y la luz desnuda vi,


Diez mil personas, quizá más,
Gente hablando sin conversar,
Gente oyendo sin escuchar.

—Sí, la gente oye sin escuchar, ¿no es esa la jodida verdad? —Gruñí mientras
me sentaba de mi posición encorvada en el sofá. Agarré la botella de Crown
Royal27 que estaba sobre la mesa de café y vertí las últimas gotas en el vaso
de vidrio emplomado. Miré la botella vacía—. Es el primer soldado muerto del
día.

Me puse de pie, inestablemente, y me dirigí al bar en el extremo más alejado de


la sala de estar.

Nadie osó molestar a los sonidos del silencio…


128

27
Crown Royal: marca de whisky canadiense.
»Diablos sí, no puede suceder. ¡No podemos alterar el sonido de su estupidez!
—grité a la casa vacía antes de reírme de mi propio absurdo.

»Aquí estamos. —Miré todas las diferentes variedades de refrigerios líquidos que
tenía detrás de la barra bien surtida—. Es bueno que organice muchas fiestas.
Es aún mejor que todos parezcan dejar sus botellas conmigo para protegerlas.
—Me reí por lo bajo—. Pero me temo que tengo que enviar a uno de ustedes
soldados en una misión suicida. Ahora voy a pedir voluntarios... no salten todos
a la vez. —Observé—. Muy bien soldado, si estás tan ansioso, te enviaré a esta
peligrosa misión. —Metí la mano y tomé la botella y la acuné en mis brazos.

Me reí.

»Hola licor, mi viejo amigo… he venido a beber de ti otra vez… comencé a reír
aún más fuerte de mi parodia mientras miraba a mi próxima víctima líquida—. Y
a pesar de que Recursos Humanos sigue siendo rastrero… las sonrisas en sus
rostros están comiendo mierda... —La risa se transformó en una carcajada—.
¿No es una pena? Arruinaron mi nombre. —La risa se detuvo cuando mi voz se
desvaneció—. Para proteger sus votos de silencio.

Una lágrima se deslizó por mi mejilla. Regresé al sofá y me tiré sobre los cojines.
Me pasé los dedos por el pelo.

¿Qué demonios voy a hacer ahora? Joder, si quisieran podrían lanzar mi culo a
la cárcel. ¿Qué va a pasar con mis hijos si eso sucede? Mierda, ¿qué voy a
hacer?

Llené mi vaso hasta el borde con algo de color caramelo cuando el canto del
sonido del silencio comenzó de nuevo.

Hola oscuridad mi vieja amiga

BBB

Mientras tanto, otra vez en el rancho

Sí, aficionados del deporte, mientras estaba en casa sintiendo autocompasión,


129

Patty y Jac estaban muy ocupadas revisando todas las facturas, hojas de datos
y correos electrónicos asociados con mi final.
Lo siguiente nuevamente es lo que me dijeron cuando estuve sobria:

—¡Aquí está, señora Drakkon! —gritó Patty emocionada.

Jac pasó de la mesa, donde estaba leyendo algunos papeles, para situarse
detrás de Patty. Patty estaba sentada en su escritorio con una serie de facturas
“cuestionables”. Las había estado comparando con las páginas que estaban en
una carpeta muy grande. Jac miró por encima de su hombro.

—Ves, sabía que esto me parecía familiar. Me ocupé de esto personalmente. —


Patty señaló con entusiasmo.

—Sí, pero eso puede defender su caso. —Jac suspiró.

—¿Cómo es eso? —Patty miró a Jac.

—Porque volverán y dirán que ella los volvió a hacer para fines de doble
facturación. De esa manera, ella escatima el segundo pago y lo guarda.

—Pero eso no fue lo que pasó. Mira aquí. —Patty señaló las hojas de cálculo de
la contabilidad que se colocaron al lado de la carpeta—. Ve aquí, esta es la
factura que presenté para el pago. No hay ningún otro lugar en estas hojas que
muestre que esa factura o cantidad se está pagando.

Jac cogió los papeles para mirar más de cerca.

—Sí, tienes razón. No hay nada más aquí. Pero mira esto. —Jac se inclinó y
señaló una línea en las hojas—. Apuesto a que si se suman todas estas facturas,
el resultado sería esta cantidad.

Patty agarró todas las facturas y acercó la máquina sumadora a su mano


derecha. A la velocidad de la luz, totalizó todas las facturas.

—Sí, el total coincide con esa asignación. Maldición.

—No, podría funcionar para nosotros. Continúa y compara el resto de estas


facturas con tus registros y luego podremos ver dónde estamos. ¿Qué pasa con
los dos empleados?
130
—Te refieres a Steve y Ed, nada, nada, nyet28. Son fantasmas. No están en mis
registros de nómina para este equipo. En Recursos Humanos no hay solicitudes,
ni currículos, ni W-429, ni familiares, nada. Sólo los números de empleados, que
están falsificados, por supuesto, y los números de cheques de nómina que han
sido cobrados —respondió Patty.

—Maldición. Eso no es bueno.

—Tal vez lo sea.

—¿Cómo es eso? —preguntó Jac, inclinando la cabeza hacia un lado.

—Yo hago toda la nómina. Puedo garantizar que si pones las hojas de nómina
frente a Kara, ella no tendría idea de cómo llenarla. Si yo no vi estas hojas,
tampoco Kara.

—Es bueno saberlo. —Jac hizo una pausa—. Patty, ¿puedes decirme algo?

—Sí, claro— respondió Patty sin apartar la vista de los innumerables papeles
esparcidos por su escritorio.

—¿Por qué Kara renunció?

Patty levantó la vista. Los ojos verdes penetraron en azul buscando el verdadero
significado de la pregunta.

—Quiero decir, ¿por qué no se quedó y peleó si sabía que era inocente?

Los ojos de Patty se entrecerraron de ira ante la insinuación de que Kara podría
ser culpable después de todo.

—Porque ella no es así —espetó Patty y volvió a sus papeles.

Jac le tocó el hombro. Patty miró a la vicepresidente con ojos ardientes. Jac
moduló cuidadosamente su voz mientras intentaba aplazar la ira de la secretaria.

—Entonces dime cómo es ella.


131

28
Nyet: no en ruso.
29
W-4: Certificado de retenciones del empleado.
Jac observó que los ojos verdes se suavizaban. Patty le indicó que acercara una
silla. Jac agarró una silla y la acercó a Patty.

Patty lanzó un suspiro antes de comenzar.

—Kara Marlow es una de las mujeres más brillantes que conozco, pero si algo
le llega inesperadamente, se viene abajo.

—No puedo creer eso. Tiene un trabajo de alto estrés donde muchas cosas
pueden salir repentinamente mal.

—Cierto, pero eso es trabajo.

—No entiendo —respondió Jac sus cejas oscuras frunciéndose.

—Es un poco difícil de explicar. Cuando se trata del estrés del trabajo, algo que
le sucede a sus amigos o familiares, ella va a un lugar diferente dentro de sí
misma. Se convierte en una persona diferente. Todo lo que ve es el objetivo.
Después de que su esposo murió, se puso a toda marcha cuidando a los niños,
su trabajo mientras hacía los arreglos para el funeral, y nunca derramó una
lágrima. No creo que ella incluso comenzara a llorar durante dos años después
de su muerte. Cuando comenzó a subir la escala corporativa todavía quería
permanecer en la oscuridad. Como ella dice, sigue siendo un objetivo pequeño
en lugar de un gran ojo de buey. Pero no podía permanecer en las sombras, era
demasiado buena en lo que hace para no terminar en el punto de mira.

—Ahh, eso explica su vacilación al tomar este trabajo y el siguiente que se le ha


ofrecido, —reconoció Jac—. Pero eso aún no explica su renuncia.

—La razón por la que quiere estar en las sombras es porque no quiere nada de
confrontación. Prefiere que le rompas las piernas que estar en una situación
combativa. Entonces, cuando habló con el señor Kimbrough y todo esto salió de
la nada, la pusieron en una situación de luchar o huir. Entonces ella eligió...

—Huir.

—Exactamente. Señora Drakkon, ella no tiene idea de cuán inteligente o


132

respetada es. Así que cuando se enfrenta a un error o un problema en el que


ella es el centro, simplemente se derrumba. Ahora si se tratara de mí, sus hijos,
sus amigos... incluso usted... pelearía como una leona protegiendo a sus
cachorros. Pero cuando es atacada, se rinde y muere.

—Creo que lo entiendo —respondió Jac.

—Señora Drakkon, es una de las mujeres más increíbles que he conocido.

Jac puso su mano sobre la de Patty antes de repetir:

—Lo entiendo.

—Será mejor que regrese a estas facturas, señora Drakkon —dijo Patty mientras
sostenía los ojos de la mujer más alta. Estaba segura de que con su ayuda serían
capaces de exonerar a Kara de cualquier acto incorrecto.

—Jackie está bien —dijo Jac, sonriendo a la ansiosa pitbull rubio—. Así me llama
Bri.

—Jackie será. —Una vez más, se propuso hacer comparar todas las facturas
con sus registros.

Las oficinas volvieron a callarse. Las páginas pasando y el clic del teclado eran
los únicos sonidos que rompían el silencio.

Después de que hubiera pasado otra hora, Patty llamó.

—Tim, ¿cómo te va allí?

—Espera un segundo. —La voz de Tim flotó en la oficina de Patty desde la puerta
abierta a la oficina de Kara—. Creo que finalmente encontré lo que estás
buscando.

Patty y Jac se apresuraron a la oficina de Kara, donde Tim estaba instalado


detrás del gran escritorio. Había conectado su computadora portátil a la de
escritorio de Kara y había estado pulsando las teclas durante lo que parecieron
horas. Ambas mujeres rodearon el escritorio para poder ver la pantalla de Tim.

—Mirar aquí —dijo Tim emocionado, señalando la pantalla.

—¿Qué estoy mirando? —preguntó Patty.


133

—Oh, lo siento. Estos son todos los correos electrónicos que Kara ha enviado
desde esta máquina. ¿Cuál es la fecha en ese correo electrónico?
—Ummm, espera. —Patty regresó a su escritorio. Ella dijo—: 8 de septiembre.
—Regresó rápidamente con la copia del correo electrónico en la mano—. Dime
que es falsificación.

—Ummm... —Los ojos de Tim se entrecerraron mientras buscaba entre las


columnas de datos—. Y aquí... —Señaló una línea específica—. ¿Es ese correo
electrónico que recibió Jamie?

Patty golpeó a Tim en la nuca.

—Ouch, ¿por qué demonios fue eso? —Tim lloró mientras se frotaba la nuca.

—¡ACABAS DE DARLE LA RAZÓN, GRAN BOBO! —Patty estaba a punto de


golpearlo nuevamente cuando él le cogió la mano—. Se suponía que tenías que
decirme no estaba allí.

—Todo lo contrario, mi querida amiga agitada, acabo de demostrar que no lo


envió.

—¿¿Cómo??

—Echa un vistazo más de cerca a estas entradas —dijo Tim.

—No hay fecha ni hora en eso —comentó Jac en voz baja.

—Dale un premio a esa mujer. No hay fecha ni hora porque se colocó allí. —Tim
sonrió. Estaba muy orgulloso de sí mismo en ese momento.

—No entiendo. —Patty estaba confundida. ¿Qué tiene que ver el hecho de no
tener marcas de fecha u hora con algo?

—Ahora presta mucha atención. —Usando el cursor, les mostró a Patty y Jac
por qué esto era bueno—. Pueden ver claramente aquí y aquí que cada correo
electrónico que envió Kara tiene una marca de fecha y hora con la excepción de
este. —Señaló nuevamente el fatídico correo electrónico—. Las marcas de fecha
y hora se colocan automáticamente cada vez que se envía o recibe un correo
electrónico. Cuando ingresa por la puerta trasera para insertar un correo
electrónico, no tendrá una marca de fecha u hora. No puede porque no fue
134

enviado desde esta computadora.

—¿Es eso lo que sucedió con el correo electrónico a Dennis? —preguntó Jac.
—Sí. —Tim rápidamente hizo clic en varias teclas y ante nuestros ojos
aparecieron en la pantalla las fechas del correo electrónico enviado a Dennis.
Una vez más, fue el único sin fecha ni hora.

—Que me aspen. ¿Puedes decir de dónde vinieron? Quiero decir, ¿desde dónde
fueron enviados?

—Sí, debería poder —dijo Tim—. Déjame entrar a la red. —Las cejas de Tim se
fruncieron mientras hacía clic rápidamente de una pantalla a la siguiente. Se
movía cada vez más profundo en el ciberespacio con cada golpe de tecla.

Sin detener su escritura, preguntó:

—¿Cuáles fueron esas fechas otra vez?

Patty repitió fechas y horas.

—Bien. —Cogió su Nextel—. ¿Sharon?

—Sí. —El teléfono cobró vida.

—¿Me puede decir dónde se encuentra T187985?

Sosteniendo el teléfono cerca de su cara, esperó. De repente, el hablante cobró


vida.

—La sala de videoconferencia.

—Gracias. —Tim se encogió de hombros—. Eso no es de ayuda. Cualquiera y


su hermano podrían haber usado esa computadora.

—Maldita sea. ¿Quién podría hacer algo como esto? —preguntó Patty.

—La pregunta más importante es ¿por qué? —respondió Jac.

—Sé quién es la persona detrás del por qué —dijo Tim girando su sillón para
enfrentar a las dos mujeres estupefactas.

Patty le dio otra palmada en el hombro.

—¿Y cuándo ibas a compartir esta información?


135

—Pat, tienes que dejar de pegarme o voy a molestar a John contigo.


—Lo siento, ahora confiesa.

—El quién es Gary. La persona detrás del por qué es Russell Davies.

—Dioses, debería haberlo sabido. Esa serpiente. Pero no pensé que se


rebabaría tanto —gritó Patty pisando fuerte por la habitación.

Sin dejar que las emociones se la llevaran, Jac hizo la pregunta correcta:

—Tim, ¿cómo sabes todo esto?

—El día del diluvio, ¿sabes, el día que jugamos a vestirse? —comenzó Tim.

—Sí, lo recuerdo —respondió Patty.

—¿Vestirse? —intervino Jac.

—Te lo diré más tarde. Vamos Tim.

—Bueno, escuché sus voces saliendo del área del servidor. Me quedé en las
sombras y escuché su pequeño drama. Russell aparentemente había preparado
todo este plan para desacreditar a Kara y hacer que la despidieran. —Tim hizo
una pausa—. ¿Ya ha surgido la depravación moral?

—Depravación moral… ¿qué? —Patty estaba tan confundida que no


diferenciaba la noche del día en este momento.

—Sí, lo siento, señora Drakkon, pero los vi jugando con algunos de los correos
electrónicos entre usted y Kara. La nueva redacción que hicieron dejó poco a la
imaginación. Supongo que Russ quería derribarte con ella. Ya sabes la forma en
que él odia a las mujeres, uno pensaría que estaría pasando el rato en un bar de
cuero esperando a que su príncipe se subiera a una Harley y se llevara su flaco
trasero. —Tim terminó con una bengala.

Jac estaba en silencio, apretando y aflojando las mandíbulas. Tim y Patty vieron
cómo su ira se acumulaba en un silencio asustado.

¡¡¡¡Todo el mundo cuerpo a tierra!!!! ¡¡¡ALERTA!!! Pensó Patty demasiado


asustada para respirar y mucho menos para decir algo.
136

Ambos vieron a la señora Drakkon respirar profundamente y dejarla salir


lentamente.
—Está bien, nos ocuparemos de eso cuando salga. Por ahora comencemos con
el motivo. Patty, ¿puedes decirme por qué el señor Davies pasaría por toda esta
intriga para que despidieran a Kara?

—En principio Jamestown era su bebé. Hizo un desastre total y esperaba que
Kara lo rescatara. Cuando ella rechazó el trabajo, fue al señor Kimbrough para
quejarse. El señor Kimbrough le dio la vuelta a la situación, y no solo le dio a
Kara el proyecto, sino que ella obtendría todas las comisiones. Eso golpeó al
señor Davies no solo en su orgullo, sino en su billetera —explicó Patty.

—Bueno, tenemos un motivo. Ahora, ¿cuáles fueron los medios?

—Puedo tomar esa —ofreció Tim—. Sobornó a Gary para que hiciera su magia
de computadora para plantar toda la evidencia de malversación de fondos en su
computadora. Gary probablemente puso el virus en la computadora de Kara para
poder tenerla en sus manos. Copió toda su correspondencia y todo lo que
necesitaba de la red y lo transfirió a un nuevo disco duro. Cuando su
computadora estaba en el laboratorio, todo lo que tenía que hacer era
reemplazar el disco duro de Kara con el que puso todos los datos incriminatorios.
Esperó hasta que iban a bajar el boom en Kara para devolver la computadora.

—¿Por qué esperar? —preguntó Jac.

—Porque él sabía que sacarían a Kara. Una vez que ella se fuera, la
computadora no sería tocada hasta que los investigadores vinieran a ver lo que
había guardado en el disco duro. Para entonces, sería demasiado tarde para
refutar cualquier cosa que encontraran. Recuerde que las computadoras no
cometen errores —respondió Tim con algo de gravedad.

—Eso no es del todo cierto —respondió Patty antes de darse la vuelta para salir
a su oficina. Después de una breve pausa, Tim y Jac la siguieron. Se acercó a
un estante de libros y señaló cinco carpetas de diez centímetros de grosor, todas
etiquetadas como Proyecto Jamestown—. Lo que ni Russell ni Gary podían
saber es que guardo toda la correspondencia de cada proyecto que hacemos en
forma impresa por si acaso algo le sucediera a la computadora de Kara. Es por
137

eso que, incluso sin su computadora, pudo completar el proyecto e ir a las


reuniones con toda su información intacta. Otra cosa que ninguna de esas
escorias sabía es que me ocupo personalmente de todos los correos electrónicos
de Kara.

Jac se inquietó un poco al escuchar esta información. Patty se dio cuenta de esto
y dijo:

—Bueno, excepto para su correspondencia, señora Drakkon. Dejo que Kara se


encargue de eso ella misma. —Patty notó una postura definitivamente más
relajada de Jackie cuando había hecho esa última declaración—. Pero en estas
carpetas están cada correo electrónico, minutos de cada reunión, el
presupuesto, los miembros del equipo, las facturas y todos los horarios hasta
cada vez que Kara iba al baño.

—Vaya, eso es impresionante. ¿Entonces eres como la mujer detrás del poder?
—bromeó Tim.

—Naaa, yo también soy el poder. —Todos se rieron de ese último comentario.


Ese poco de ligereza alejó a los espíritus amenazantes que habían habitado
estas oficinas.

Jac secó las lágrimas de sus ojos azules y continuó:

—Bueno, ahora que conocemos el motivo y el método, tenemos que encontrar


el dinero.

—El dinero, maldición. Sé con certeza que ella no lo tiene.

—¿Cómo sabes eso con seguridad? —pregunto Tim.

—¿Ves esa carpeta azul? —Jac y Tim asintieron—. Ese es el libro de


contabilidad de su cuenta corriente. Sí, pandilla, esta mujer es brillante en
ingeniería, administración y servicio al cliente, pero no puede equilibrar una
chequera ni elaborar un presupuesto para el hogar para salvar su vida.

Todos estallaron en risas una vez más.

—Creo que todos nos estamos poniendo nerviosos. Hemos estado en esto
durante horas, pero casi estamos en casa. Si los cheques no vinieron aquí, ¿han
138

tenido que ir dónde? —preguntó Jac. Necesitaba que esta última pieza encajara
antes de llamar a Jason.
—No tengo idea —dijo Patty con pesar.

Estuvieron en silencio por un momento antes de que Tim hablara.

—Espera. Creo que lo tengo. —Hizo una pausa para asegurarse de que tenía
su atención—. En Sistemas Informáticos seguimos recibiendo el correo de
Sandra Reilly. No se puede imaginar cuánto correo recibe esa mujer por día, se
estaba convirtiendo en una verdadera molestia llevarlo todo a ella.

—¿Qué tiene que ver el correo de Sandra Reilly con nada? —se burló Patty.

—Nada, pero el hecho de que la dirección de su oficina interna está un dígito de


la nuestra tiene mucho que ver con eso —ofreció Tim.

Patty lo miró sin comprender por un segundo, luego fue a su escritorio, tomó su
teléfono y presionó un número de cuatro dígitos.

—¿Jamie? Hola, ¿cómo te va?

Pausa.

—Genial, ¿puedes hacerme un favor? —Pausa—. ¿Puedes decirme qué


número de dirección estás usando para la oficina de la señora Marlow? Los
idiotas en la sala de correo parecen entregar su correo interior donde les place.

Pausa.

—Bien, sí. ¿Puedes repetir eso otra vez? 587.7. Sí, es cierto, sólo quería
confirmarlo contigo. Gracias.

—Entonces, ¿qué significa 587.7? —preguntó Tim totalmente confundido.

—Significa que nos dirigimos a la sala de correo para averiguar exactamente


dónde está 587.7.

BBB

<< ZUMBIDOOOOOO>>
139
Los tres luchadores contra el crimen30 estaban impacientes frente a la puerta
cerrada de la sala de correo. Al no escuchar ningún sonido interno, Patty volvió
a tocar.

—No te sulfures, ya voy. —Una voz ronca sonó desde el otro lado de la puerta.
De repente, la mitad superior de la puerta se abrió. Al otro lado de la puerta
estaba un hombre viejo y mugriento. Su cabello delgado estaba retrocediendo,
pero eso era mucho menos notable que su nariz bulbosa. Tenía medio sándwich
en una mano y se rascaba el estómago que sobresalía con la otra.

—Vaya, no es atractivo —susurró Tim al oído de Patty.

—¿En qué puedo ayudarte? —preguntó con un tono gravemente pronunciado.

Una vacuna contra la rabia, pensó Patty al principio.

—¿Necesito saber dónde está de la oficina 587.7?

Miró con desprecio a Patty de arriba abajo, luego a Jac, antes de enfocar su vista
en Tim y reír.

—Mira señorita, no puedo darle esa información a cualquiera.

Antes de que Patty pudiera responder, Jac se acercó a la puerta mostrando su


placa.

—Creo que no soy cualquiera.

Los ojos del hombre se agrandaron mientras leía el nombre y el título de la placa.
Inmediatamente dejó el sándwich, se limpió la boca con el dorso de la mano y
se sacudió la camiseta manchada antes de responder.

—Señora Drakkon, cualquier cosa que quiera saber...

—Quiero saber dónde está 587.7, —la señora Drakkon gruñó en su cara
rechoncha.

Cogió un libro ubicado en el estante al lado de la puerta. Murmuró 587.7 una y


otra vez hasta que lo encontró.
140

30
Crimen: en inglés crime stoppers, es un programa comunitario que ayuda a las personas a proporcionar
información anónima sobre la actividad delictiva.
—Aquí está, está en el ala ejecutiva, oficina número 718.

—Gracias. —Jac se alejó con Patty y Tim siguiéndola de cerca.

BBB

Entraron en el ascensor más cercano. Tim pulsó 7 y subieron.

Caminaban en silencio sabiendo que su búsqueda pronto terminará. Fue un


momento satisfactorio, así como aterrador, saber que en unos minutos se
encontrarían cara a cara con el autor de esta parodia. Habían descifrado el
misterio y había llegado el momento de enfrentarse al señor Davies.

Pero ya sabes, cuando una serpiente está acorralada, golpea. Entonces matas
o te mata.

Sin una palabra entre ellos, salieron del ascensor. Patty podía sentir su corazón
latir con fuerza en sus oídos. Lentamente, casi tentativamente, Patty caminó por
el pasillo detrás de Jackie y Tim. Cada uno caminó por el largo corredor
observando los números en cada puerta.

Cuando llegaron a 718, todos estaban conmocionados. Siete dieciocho era la


oficina de Jason Kimbrough.

141
Parte 8
El insólito grupo permaneció en el corredor durante algún tiempo en un silencio
asombrado, cada uno perdido en sus propios pensamientos. Es una gran
sorpresa cuando uno está cazando una serpiente en la maleza, pero termina
peleando con una mangosta en la espesura.

Patty estaba completamente horrorizada y no podía quitar los ojos de la placa de


bronce que proclamaba el nombre de Jason Kimbrough.

—Esto no puede ser verdad —susurró Patty sin darse cuenta de que había dicho
algo en voz alta.

Tim, al sentir la desesperanza de Patty, colocó su brazo alrededor de su hombro


y la atrajo hacia él. En este punto, no parecía que nada de lo que pudieran probar
o refutar importara ahora. No si el presidente de la compañía estaba involucrado.
Lo mejor que podrían esperar por ahora es que simplemente dejaran que Kara
renunciara en paz y no emprendieran ningún tipo de acción legal contra ella.

Jac golpeó estoicamente su dedo índice contra sus labios de manera furtiva pero
contemplativa. Los ojos azules parpadearon lentamente mientras miraba el
número de la oficina. La mujer alta repasó todos los hechos del “caso”
lentamente en su mente. Examinó cada hecho que los tres habían descubierto
con una eficiencia fría y desapegada.

Sabía que si iba a ayudar a Kara, no podía dejar que sus sentimientos por Kara
se convirtieran en un factor. Por experiencia, Jac sabía que los hombres,
especialmente los hombres con poder para ejercer o con educación muy
avanzada, esperaban que una mujer fuera emocional cuando se trataba de
situaciones de crisis. Una vez en este estado emocional, una mujer, en muchos
casos, sería percibida como irracional. Una vez que la mujer es etiquetada como
142

emocional e irracional, quedaba totalmente desacreditada. Aparentemente,


quien estaba detrás de todo esto conocía a Kara lo suficiente como para saber
que encajaría en este molde estereotipado. Tristemente Kara demostró que
tenían razón.

Por otro lado, Jac no podía permitirse que ese fuera el caso aquí, así que asumió
un aire de profesionalidad gélida. Se encogió de hombros ante esta actitud tan
fácilmente como si se estuviera poniendo una chaqueta de traje. Esta no era la
primera vez que tenía que hacerlo, y sabía que no sería la última. Lady Dragón
había regresado y estaba enojada.

Jacqueline podía sentir la atmósfera de derrota mientras se deslizaba en el


corazón de su pequeño grupo. Ella no sería derrotada, así que Lady Dragón se
hizo cargo. En su tono más gélido comenzó a delegar.

—Patty, necesito que vuelvas y escribas un informe con todos nuestros


hallazgos. Copia e imprime todo lo que necesites para respaldar los hechos. —
Jacqueline continuó—: Tim, necesito que vayas y despidas a ese impresentable
de Gary. Pero no antes de que lo pases por las brasas, cuanta más información
obtengamos de él, mejor.

—Sí, señora, —los dos corearon.

—Una vez que hayamos terminado, ¿dónde podemos encontrarte? —preguntó


Patty tímidamente.

—En la oficina del señor Kimbrough.

BBB

Con un resoplido, Tim se derrumbó en su sillón. Se pasó los dedos bien cuidados
por el pelo ondulado y gimió.

Pasarlo por las brasas, cuanta más información obtengamos de él, mejor.

—Pasarlo por las brasas y yo sin mi manguera de goma o sin focos —murmuró
Tim—. ¿Qué estaba pensando la mujer? Interrogatorios no, decoración de
interiores sí. ¿No sabe nada de mí? Soy la reina más grande y estereotipada que
puedes encontrar a este lado de las Montañas Rocosas, y estoy orgullosa de
143

ello. —Sonrió antes de continuar expresando sus pensamientos—. Lo que


significa que me gusta complacer a los hombres, no golpearlos. Bueno, eso
depende de lo que les guste, pero... —Sacudió la cabeza—. Saca tu mente de
lo sucio y vuelve al problema en cuestión.

Apoyó la parte posterior de su cabeza contra el alto sillón de cuero y lentamente


cerró sus ojos oscuros. Este había sido un gran día de intriga, secretos y
mentiras. El drama siempre le quitaba la vida.

—Este día ha tenido más drama que un espectáculo de drag con demasiadas
Chers. —Chasqueó los dedos tres veces por el aire antes de acomodarse más
completamente en el cálido capullo de su sillón.

Necesito una idea ¿Cómo demonios voy a intimidar a Gary? Pensó Tim. Gary
era un campesino sureño alto, ancho, musculoso, arrogante, endogámico y
homofóbico que había colmado la paciencia de Tim durante demasiado tiempo.

Piensa... piensa... piensa. Definitivamente es hora de sacar la basura, pero


¿cómo? John suele hacer eso por mí en casa. Él sonrió de lado. Saca la basura,
se rio para sí mismo. ¡Saca la basura, saca la basura!

Abrió los ojos.

—¡Eso es! Necesito que alguien saque la basura. —Cogió su teléfono— ¿Con
quién estoy hablando?

Pausa

—Bud, hola, soy Tim Stone en Sistemas Informáticos... Sí, es un día encantador.
Mira, necesito un par de tus muchachos más fornidos para que vengan aquí y
acompañar a un chico fuera de las instalaciones.

—No Recursos Humanos no sabe sobre esto todavía... Quince minutos


perfectos.

Click.

BBB

En conclusión, creemos que hemos demostrado sin lugar a dudas que Kara
Marlow no tenía conocimiento, ni participó en ningún acto incorrecto perpetrado
144

contra esta compañía o Jamestown. Y aunque en este momento no tenemos


pruebas directas de la participación de Russell Davies, creemos que el relato
ocular de Timothy Strong y la confesión de Gary Mandel (siempre que Tim
pueda lograr que confiese) arroja suficiente luz sobre Russell Davies para
garantizar una investigación completa.

Firmado:

Jacqueline Drakkon

Patricia Ambrose

Timothy Stone.

Patty se echó hacia atrás para admirar su trabajo.

—Cuando eres bueno, eres bueno. Russell, estás tan atrapado.

Con una floritura, Patty hizo clic en el botón “imprimir”. Luego abrió su correo
electrónico y adjuntó los documentos a cuatro direcciones de correo electrónico
específicas. Primero a Jackie, luego a Tim, y finalmente a Kara y sus propias
direcciones de correo electrónico privadas. Tendría una copia en su caja enviada
para usar en la oficina.

—Mejor prevenir que curar —comentó Patty.

Escuchó el zumbido de la impresora mientras reunía los otros papeles para


colocarlos en el archivo. Después de poner todos los documentos de respaldo
en pequeñas pilas ordenadas, se acercó para recuperar el informe de la bandeja
de salida de la impresora. Miró a la oficina de Kara.

Con respeto entró en la oscura oficina. Miró desde las estanterías de libros a las
ventanas sombreadas dejando que su mirada finalmente se detuviera en el gran
escritorio. Patty sonrió. Siempre sintió que el escritorio era demasiado grande
para Kara. Sintió que hacía que su jefa pareciera una niña en edad preescolar
sentada en el escritorio de su papá. Pero Kara Marlow no era preescolar. Aunque
carecía de habilidad con lo que consideraba detalles triviales de la rutina diaria
necesaria pero mundana, deslumbró a todos sus colegas en su habilidad para
hacer posible lo imposible. Ella estaba involucrada en cada aspecto de cada
145

proyecto y tenía el raro talento de no ser un micro gerente. Hacía tratos sobre
material, obtenía fechas de finalización aceleradas de los contratistas,
encontraba piezas obsoletas mientras diseñaba piezas nuevas para usar en
futuras construcciones. Podía hacer que los clientes pagaran sumas
escandalosas por su trabajo y convencerlos de que iban a conseguir el acuerdo
del siglo. Ella podía negociar, trabajar como ingeniera, ejecutar cualquier
programa que hubiera visto. Patty acarició el respaldo del alto sillón que daba al
frente del escritorio. Ella admiraba a Kara, y realmente sorprendió a Patty que
esta increíble mujer no tuviera idea de cuán realmente notable era en realidad.
Fue por esa razón, fundamentalmente, que iba a luchar por Kara y no dejaría
pasar esta oportunidad de oro por la que había trabajado tan duro.
Especialmente no para un paquete de mentiras fabricadas.

—Te traeremos a casa, Trabajadora Milagrosa, —Patty se dirigió al santuario


vacío de su jefa y amiga. Salió de la oficina cerrando la puerta suavemente detrás
de ella.

BBB

Jac se acercó a Janice.

—La señora Drakkon para ver al señor Kimbrough.

—Lo siento, señora Drakkon, pero el señor Kimbrough dejó dicho que no debía
ser molestado —respondió Janice nerviosamente.

Una sonrisa salvaje cruzó los suaves labios de Jacqueline. Se inclinó sobre el
escritorio de Janice, cogió el auricular de su teléfono y se lo entregó a la mujer
inquieta.

—Estoy segura de que hará una excepción por mí.

Janice tomó el teléfono y presionó un botón.

—Síííí señor... Lo sé, pero la señora Darkkon está aquí. Bien.

Con una sonrisa forzada, miró a Jac y dijo:

—Puede entrar ahora, señora Drakkon.

—Gracias. —Jacqueline pasó junto al escritorio y entró en el santuario interior.


No fue sorprendente que Jason se encontró con ella en la puerta.
146

—Jacqueline —dijo ofreciendo su mano—. Este no es el mejor momento.


—Eso escuché. ¿Cancelaste la reunión con Darrell? —Jacqueline fingió
ignorancia.

—Sí. —La guió a un sillón, rodeó su escritorio y se sentó pesadamente en su


propio sillón. Jacqueline notó todos los diferentes papeles y carpetas esparcidos
frente al hombre canoso. Eran muy, muy similares a todos los papeles y carpetas
que ella había estado revisando en la oficina de Patty. Su atención se distrajo
con los papeles, no oyó hablar a Jason.

—¿Escuchaste lo que dije? —pregunto Jason.

—Lo siento.

—Dije que Kara renunció esta mañana.

—¿Por qué? —preguntó Jacqueline aunque sabía exactamente por qué Kara se
había ido.

Jason parecía incómodo mientras miraba la gran cantidad de papeles y carpetas


extendidos ante él.

—Debido a todo esto.

—¿Y qué es exactamente todo esto?

Jason suspiró.

—Todos estos son informes y copias de correos electrónicos de los auditores.


Todos dicen que Kara malversó fondos de nosotros y del proyecto Jamestown.

—¿Correos electrónicos? ¿Cuánto tiempo Kara ha estado siendo investigada?


—Jacqueline sentía curiosidad por la línea temporal. Los auditores solo
aparecían al final del proyecto, a menos que se les avisase de lo contrario. Lleva
tiempo reunir todo este papeleo. Incluso más tiempo ya que tuvo que ser
elaborado.

—¡Vete a saber! No me han informado de nada de esto hasta esta mañana,


cuando Recursos Humanos ha venido a hablarme sobre eso —respondió Jason.
147

—En serio, ¿quién crees que denunció todo esto?

—No lo sé. —En ese momento, Jacqueline notó cuán demacrado se veía Jason.
—Bueno, puede que tenga alguna idea de lo que está sucediendo…

—¿La tienes? —preguntó Jason, sentándose derecho y un destello de


esperanza brilló en sus ojos.

—Sí, Sí la tengo. —Jacqueline se levantó recogiendo una hoja de cálculo que


estaba en la parte superior de la pila y la miró detenidamente—. Sí, de hecho,
he investigado todo este asunto. Bueno, no solo yo, he tenido la ayuda de un par
de sus empleados más dedicados.

—¿Empleados dedicados? —La expresión de Jason había cambiado de


esperanzado y nervioso a ansioso y confundido.

—Sí, empleados dedicados. —Jacqueline hizo una pausa dramática—.


Comprometidos con la búsqueda de la verdad. —Arrojó el papel que acababa de
recoger delante de él—. ¿Te gustaría saber a qué conclusiones he llegado?

Se recostó incómodo.

—Sí.

—Bueno, entonces vamos directamente al grano. El dinero es realmente el tema


central —comenzó Jacqueline—. He averiguado dónde se enviaron esos fondos
faltantes.

—¿Dónde? —Jason se lanzó hacia adelante.

Inclinándose hacia atrás en el sillón y cruzando sus largas piernas, Jacqueline lo


dejó preocuparse por unos segundos antes de responder.

—Esa es la pregunta que tengo para ti. ¿Dónde está el dinero Jason?

BBB

¿Dónde diablos están esos imbéciles? Pensó Tim mientras entraba el imponente
Gary Mandel.

—¿Querías verme? —preguntó Gary de forma desdeñosa.

Tim era muy consciente de la falta de respeto de Gary por él como gerente y
148

como persona. Si hubiera tenido una moneda de diez centavos por cada vez que
oyó a Gary llamarlo maricón, manfloro31 o guardabosques32, podría haberle
comprado a John la casa de sus sueños en Fire Island. Había querido terminar
(en más de un sentido) con Gary durante años, pero nunca había tenido
suficiente violación de protocolo para hacer algo al respecto. Ahora Tim tenía
todo lo que necesitaba para arrojar a este sureño sobre su trasero. Tim sabía
que toda esta escena iba a ser muy fea, por eso había llamado a los refuerzos,
que no habían llegado.

¿Ninguno de ellos sabe ver la hora? Bueno, no puedo esperar por ellos, sólo
reza para que no seas polvo antes de que lleguen aquí.

—Sí, toma asiento. —Tim se aclaró la garganta para que su voz no se quebrara.

Gary se sentó y crujió bajo la carga de su peso. No, Gary no estaba gordo de
ninguna manera. De hecho, Tim dudaba que hubiera un gramo de grasa sobre
él. Era un gran hombre musculoso sin cuello. Tim luchó contra el impulso de
tragar mientras se levantaba y empujaba su sillón debajo de su escritorio. Se
apoyó contra la pared para poder poner el mayor espacio posible entre él y el
increíble Hulk.

—¿Trabajaste en la computadora de Kara Marlow? —preguntó Tim cruzando los


brazos para parecer más casual.

—Sí, ¿por qué? —respondió Gary a modo de desafío.

—No vi la orden de trabajo en esa computadora. ¿Qué tenía de malo?

—Déjame ver... —se detuvo.

SÍ CLARO. Como si no pudieras recordarlo.

—Si no me equivoco, tenía un virus. Un astuto troyano estrelló el disco duro por
completo. Rescaté lo que pude, luego volví a cargar parte del software que
estaba perdido o dañado y lo envié de regreso.
149

31
Manfloro: afeminado o homosexual.
32
Guardabosques: en inglés rump ranger, despectivamente homosexual.
—Suena exactamente como lo que hubiera hecho. Entonces dime, ¿por qué
cambiaste el disco duro de esa máquina? —Tim reunió todas sus fuerzas y miró
a Gary con severidad.

Para sorpresa de Tim, Gary comenzó a retorcerse.

»¿No me has oído?

—Sí, te he oído. ¿Qué te hace pensar que cambié el disco duro? —preguntó
Gary, entrecerrando los ojos oscuros.

Gary miró a Tim con recelo por un momento. Luego, lentamente, para horror de
Tim, la cara de Gary cambió a una máscara de ira salpicada de asco. Tim intentó
retroceder, pero su trasero ya estaba presionado contra la moldura de protección
que dividía las paredes de la oficina con una línea horizontal. Tim colocó sus
manos en el respaldo de su sillón y lo colocó frente a él como una barrera exigua.

Con una sonrisa salvaje, Gary habló mientras se levantaba amenazadoramente


de su asiento.

—Así que me tienes. Apuesto a que piensan que lo tienes todo resuelto, ¿no?
—Comenzó a moverse a su izquierda acercándose al borde del escritorio.

—Sí, creo que sí. Te escuché hablar con Russell Davies la otra mañana cuando
lo trajiste a la sala de servidores para mostrarle tu 'trabajo'. Ciertamente espero
que te haya pagado bien teniendo en cuenta que no solo perderás tu trabajo, si
no tu libertad en el proceso. —Tim se deslizó hacia la izquierda tirando de su
sillón entre Gary y él, dejando todo el espacio posible entre él y el depredador
invasor.

—No puedes probar nada, maricón.

—Creo que puedo. Verás, eché un vistazo a su computadora y tenía tus huellas
digitales por todas partes. —Simplemente hazlo. John sabe cómo quieres ser
enterrado—. Tu trabajo fue tan descuidado que me di cuenta al instante de que
fuiste tú quien manipuló su computadora.

—¿DESCUIDADO? ¿Qué quieres decir con descuidado? —Gary gruñó mientras


150

se acercaba a Tim—. En mi peor día, soy mejor de lo que esperas ser.


Tim retrocedió, todavía tirando del sillón con él. Continuó discutiendo
verbalmente con Gary. Necesitaba mantener al gran simio hablando. Cuanto
más presionaba al hombre grande, más enojado se ponía, más se agitaban sus
encías.

—Tienes que estar bromeando. —Se rio en la cara roja de Gary—. Todo lo que
hiciste fue de la liga Bush. Cualquier friki de secundaria podría haber hecho un
mejor trabajo. Demonios, ni siquiera pensaste en cambiar la documentación de
esa computadora que tiene el número de serie del disco duro. Apuesto a que
eres lo suficientemente estúpido como para haber guardado esa unidad en el
cajón de tu escritorio en lugar de deshacerte de ella.

Gary se sacudió de rabia. Apartó el sillón de su camino y se lanzó hacia Tim.

—Será mejor digas tus oraciones, gran maricón... —Gary agarró a Tim por el
cuello. Levantó a Tim del suelo antes de gruñir—. Porque voy a patear tu trasero
blanco de lirio desde aquí a Key West33.

¡OH DIOS MÍO! Me voy a morir... Voy a morir... John, te amo...

Con una voz estrangulada, Tim respondió:

—No vas hacer nada, sino golpear el pavimento cuando le informe a Recursos
Humanos. Seguridad ya está en camino.

—No me importa quién venga. Después de que haya terminado contigo, no le


dirás nada a nadie durante mucho, mucho tiempo. Maldita sea, he estado
queriendo hacer esto durante años. —Gary llevó su mano hacía atrás. Tim se
preparó cuando Gary dejó volar su monstruoso puño.

BBB

—¡QUÉ! —gritó.

—Sí, Jason, los fondos se están enviando a esta oficina. —Jacqueline arrojó la
bomba y esperó a ver lo que liberó—. ¿Tienes alguna explicación para esto?
151

33
Key West: isla de Cayo Hueso.
—No, no lo sé, ¡porque no tengo idea de lo que estás hablando! —exclamó Jason
el color que se le escapaba de la cara—. ¡Jackie, tienes el descaro de acusarme!

—No estoy acusando, simplemente estoy afirmando cuáles son mis hallazgos.
—Jacqueline mantuvo una actitud fría.

—Exponiendo tus hallazgos, ¿eh? Bueno, tengo algunos descubrimientos


propios. —Le entregó una carpeta roja que había estado al lado de todos los
demás papeles en su escritorio—. ¿Tienes una explicación para esto? —él se
burló mientras imitaba las palabras que ella había pronunciado ni 30 segundos
antes.

Jacqueline abrió la carpeta y leyó los papeles que había dentro. Eran correos
electrónicos, bastantes correos electrónicos entre ella y Kara. Sexualmente
explícito hasta el punto de la pornografía. Su mandíbula se apretó y se abrió
mientras leía cada epístola. Si salían, sabía el impacto que tendrían en su
carrera. La depravación moral, incluso si fuera refutada, colocaría una mancha
permanente en su carrera estelar. A pesar de que Jacqueline sabía que podía
mostrar que estas cartas eran falsas, las implicaciones solo sirvieron para
alimentar los fuegos de su ira.

Ten cuidado, Jason Kimbrough. Ha pasado mucho tiempo desde que tuve un
ejecutivo para almorzar y toda esta falsedad me ha dado hambre. La Lady
Dragón te freirá hasta que estés parado.

Tiró la carpeta sobre el escritorio de Jason. Con calma, dijo:

—¿Por qué Jason? —Hizo un sonido de “tisk tisk” haciendo clic en sus dientes—
, el chantaje no te favorece.

—Lo que sea necesario para mantenerme al margen de esto —respondió Jason
pero con poco entusiasmo; lo que sorprendió a Jacqueline. Cuando saques una
pistola, será mejor que estés listo para disparar. Jason no estaba listo.
Jacqueline lo tenía, así que fue a matar.

—Sin embargo, hay un pequeño problema con tu teoría. —Hizo una pausa—.
152

También puedo probar que todos son falsos. ¿Tú puedes? Es decir, ¿puedes
probar que no has recibido estos fondos robados? —Hizo una pausa otra vez—
. Jason, ¿por qué no lo haces más fácil para todos los interesados diciéndome
ahora dónde está el dinero?

Jason se echó hacia atrás en su sillón exasperado.

—No sé dónde está el dinero porque no he tenido nada que ver con nada de
esta basura. ¡Maldita sea! Primero, Stan está respirando en mi cuello por todo
este desastre, y ahora me estás acusando de ser el culpable.

—Stan… ¿Stan Davies? ¿El presidente de la Junta Stan Davies? ¿Por qué está
involucrado? —preguntó Jacqueline, sorprendida de que este problema hubiera
pasado tan rápidamente al nivel de la junta.

—Sí, Stan Davies. Y no tengo idea de cómo se enteró de esto a menos que...

—¿A menos que?

—A menos que Russell se fuera de la lengua. Pero eso no puede ser correcto.
Demonios, ni siquiera sabía sobre esta mierda hasta hace unas pocas horas. No
creo que los chismes de la oficina puedan extenderse tan rápido —respondió
Jason frotándose la cara en el proceso.

—¿Russell? ¿Russell Davies? —Jacqueline sacó el apellido—. ¿Tiene alguna


relación con Stan? —Había escuchado el nombre tanto de Patty como de Tim,
pero no conectó que los dos pudieran estar relacionados.

—Sí, creo que Stan es su tío o tío abuelo o algo así —respondió Jason con
fatiga—. ¿Por qué?

—¿Me puedes prestar tu teléfono? —pregunto Jacqueline. Ahora era como un


sabueso siguiendo un olor. No había creído ni por un momento que Jason
estuviera involucrado, pero tenía que sacudirlo para probarlo. Ahora había
sacudido el árbol lo suficiente como para ver caer a su principal sospechoso.
Russell Davies. Él estaba en el centro de todo esto, estaba segura de eso. Sólo
necesitaba un poco más de información para crucificarlo. Necesitaba atraparlo
con las manos en la masa, pero ¿cómo?
153

Sin comprender Jason empujó su teléfono hacia la mujer alta. Jacqueline sacó
la agenda electrónica de su chaqueta y buscó en las pantallas por un momento.
Todavía mirando la agenda, marcó un número, luego presionó el botón del
altavoz para que Jason pudiera escuchar.

—Oficina de Stan Davies, —una voz femenina llegó claramente a través del
altavoz.

—Terri, soy Jacqueline Drakkon, ¿está Stan disponible?

—Espere un momento, señora Drakkon—. << Música >>

Tanto Jacqueline como Jason saltaron cuando la voz de Stanly Davies retumbó
por el altavoz.

—Jackie, ha pasado mucho tiempo. ¿Finalmente has decidido sentarte en la


mesa de los peces gordos con el resto de nosotros, los vejestorios? ¡Je, je, je,
je!

—Todavía no Stan. No estoy lista para retirarme y sentarme a jugar con mis
pelotas de golf todo el día.

La risa jovial de Stan llenó la habitación.

—Bueno, sabes que mantendré el asiento caliente para ti.

—Gracias. Oye, estoy aquí en Florida trabajando con el proyecto Jamestown...

—Oh, sí. Entonces, ¿estás manejando esta situación de Marlow? Feo asunto
ese. Algo así nos dará un ojo morado. —Su tono se volvió sombrío.

—Bueno, la que tiene el ojo negro más grande en este momento es la señora
Marlow.

—Todo lo que me importa es que ella se vaya.

—Se ha ido. Renunció esta mañana.

—Bien, librados de la basura... —gruñó Stan.

Jacqueline intervino.

—No es basura, sino un tesoro. No tiene nada que ver con este desastre. De
154

hecho, su partida nos va a costar millones en contratos.

—¿Cómo es eso posible? Ella es una ladrona...


—¿Cómo sabes eso? —discutió Jacqueline.

—Russell me mantiene informado de todo lo que sucede allí.

—¿Entonces estás diciendo que es tu topo? —comentó Jacqueline—. No dice


mucho por tu opinión sobre él.

—Es mi sangre, hijo de mi sobrina. Siempre ha tenido delirios de grandeza. —


Se rio entre dientes—. Siempre diciendo cómo va ascender de posición y tener
el trabajo de Jason. Vino corriendo hacia mí cuando escuchó sobre esta cosa de
Marlow. Supongo que pensó que la falta de juicio de Jason con respecto a
Marlow era justo lo que necesitaba para derribar a Jason.

Jacqueline notó que Jason estaba hirviendo y a punto de explotar. Se llevó el


dedo a los labios para señalar su continuo silencio. Gruñó en voz baja.

—¿Cuándo fue corriendo hacia ti con este pequeño detalle?

—Una semana... ummm tal vez dos ahora —respondió Stan.

Jason articuló “¿Qué?” Asombrado por la línea temporal. Ahora era


dolorosamente obvio que Russell había estado colocando esta trampa durante
mucho tiempo.

—¿Te sorprendería si él fuera el autor intelectual del plan de malversación de


fondos? ¿Qué incriminó a Marlow como chivo expiatorio para deshacerse de ella
y eliminar a Jason en el proceso?

Stan se quedó callado por un momento.

—No me sorprendería que se le ocurriera el plan, pero lo que me sorprendería


es que lo haya seguido. Es un pequeño cobarde en su mejor día.

—Hoy, por cierre de operaciones, te voy a enviar un informe por correo


electrónico que exonera a la señora Marlow e implica a Russell. Stan, ¿puedo
confiar en ti para que tome las medidas adecuadas?

—Presenta tu caso, Jackie, y me dejas el resto. Él es sangre... mala sangre. —


Stan hizo una pausa—. Estaré esperando ese correo electrónico.
155

—Gracias Stan.
<<< click >>>

Jacqueline colgó el auricular y se recostó en el sillón. A pesar de toda su fuerza


y confianza, cuanto más tiempo pasaba este día, más agotada se volvía. Jason
la miró asombrado.

—¿Russell? ¿Russell hizo todo esto? —Jason le preguntó con su boca


ligeramente boquiabierta.

Frotando sus palpitantes sienes, Jacqueline respondió:

—Sí.

—¿Pero cómo? ¿Por qué? —En ese momento llamaron a la puerta— ¡Adelante!
Jackie, ¿no puede haber pensado seriamente que se saldría con la suya?

Patty entró sus brazos cargados con lo que parecían varios montones de papel.
En realidad, eran varias copias del informe que Jacqueline le había mandado
preparar.

—Señora Drakkon, aquí está el informe que ha solicitado. He hecho diez copias
completas. No estaba segura de cuántas necesitaría.

—Buen trabajo, Patty. Cuando hayamos terminado aquí, necesito que envíes
este informe por correo electrónico a Stanley Davies en la corporación. —Patty
asintió con la cabeza. Jacqueline sonrió con una sonrisa forzada. Le entregó una
copia a Jason y dijo—: Creo que encontrará todas las respuestas a tus preguntas
aquí.

Jason comenzó a leer el informe. Era como leer una novela de detectives barata.
Esto tenía que ser ficción, nada de esto pasa en la vida real.

—¿Tim consiguió esa confesión de Gary?

En ese momento su puerta se abrió de golpe.

—Me siento tan marimacho.

A la entrada de la oficina estaba Timothy Strong, muy desaliñado y


156

ensangrentado. Su cabello sobresalía en ángulos extraños. Tenía sangre en los


ojos, las orejas, la nariz y los labios. Un ojo estaba casi hinchado, que hacía
juego con sus labios, que eran tan grande que parecía estar hecho de goma. Su
corbata se había ido y su camisa rasgada con media cola colgando. Le faltaba
una manga de la camisa y sus nudillos estaban magullados e hinchados.

—¿Qué te ha pasado? —jadeo Patty.

—Bueno, la señora Drakkon quería que lo pasara por las brasas, así que lo he
hecho... —comenzó Tim emocionado.

—Dios mío. Quería que obtuvieras información, pero nunca he tenido la intención
de que te lastimaras en el proceso. —Jacqueline estaba horrorizada por la
aparición de Tim.

—No, no realmente, todo está bien... Jackie... eh, señora Drakkon. —El rio—. Lo
siento, me alegro de estar vivo.

—¿Gary te atacó? —jadeó Patty.

—Bueno, digamos que no iba a entrar suavemente en esas buenas noches, así
que tuve que ayudarlo. —Tim adoptó la postura de un fisicoculturista e intentó
flexionarse, pero solo logró hacer una mueca de dolor.

—¿Dónde estaba la seguridad cuando todo esto estaba pasando? —preguntó


Jason preocupado por la apariencia de Tim. Más moretones parecían
materializarse ante sus propios ojos.

—Sí, finalmente llegaron allí después de que lo venciera —declaró


orgullosamente Tim.

—¿Lo has vencido? —preguntó Patty con escepticismo.

Tim hizo una pose colocando una mano en la cadera y mirándola.

—Ciertamente lo hice, señora Thang. El pequeño Timmy sacó la basura —dijo


chasqueando los dedos tres veces en el aire para puntuar su punto. Luego los
deleitó con sus hazañas. Cómo Gary lo atacó y lanzó los primeros golpes.
Aunque Gary era más grande y más fuerte, Tim era delgado y más rápido y tenía
la máxima motivación. No quería morir. Entonces se defendió con la furia de un
157

hombre moribundo. Cuando seguridad llegó allí, tuvieron que sacar a Tim de un
acurrucado Gary que yacía en posición fetal en el suelo.
Patty se rio.

—Siéntate antes de que te caigas. —Jacqueline lo acarició en la rodilla de sus


harapientos pantalones.

—Pero, Tim. ¿Dónde está ahora?" —Jacqueline no pudo sofocar la sonrisa que
invadió sus rasgos. Era tan extravagante y tan orgulloso de no haber sido
golpeado hasta la muerte que tenías que sonreír con él.

—Lo que queda de él ha sido escoltado a Recursos Humanos por seguridad.


Ahora mismo debe estar dándoles una declaración y orar para que no presenten
cargos —contestó Tim con orgullo.

—¿Pero cómo podemos probar que manipuló la computadora de Kara? Me


refiero a que toda esta jerga informática es sólo palabrería para mí —preguntó
Jason.

Sonriendo una sonrisa herida, Tim sacó una caja de metal cuadrado de su
bolsillo.

—Porque tengo el disco duro original de Kara, sin contaminar. El tonto culo lo
tenía en el cajón de su escritorio. Esto prueba que cualquier dato en su
ordenador es basura.

—Bueno, eso se encarga de todo... —comenzó Patty.

—Pero el dinero. ¿Dónde diablos está el dinero? —Jacqueline se preguntó


principalmente para sí misma. Era la última pieza del rompecabezas que
quedaba. Tendría que poner esa pieza perdida en su lugar antes de que todo
este desagradable asunto pudiera ser enterrado. Pero primero tenía que
encontrarlo.

—Todo lo que sé es que no lo tengo —dijo Jason.

—Pero estaba dirigido a tu dirección de correo... —comenzó Tim, pero fue


interrumpido por Patty.

—Sí, pero eso no significa que el señor Kimbrough lo haya visto.


158

—¿Qué estás diciendo? —preguntó Jacqueline.


—Sé que abro todo el correo de Kara personalmente. Todo lo que ve es lo que
pongo en su “caja” —explicó Patty.

—¿Han salido los últimos cheques de pago de Jamestown? —Jacqueline le


preguntó a Patty.

Patty se detuvo un momento para pensar.

—No, el último para ese trabajo saldrá hoy para ser distribuido mañana.

Todos los ojos se volvieron hacia Jason.

—De ninguna manera. No puedo creer que Janice esté involucrada. Ha estado
conmigo durante quince años. Confío en ella implícitamente.

—Llámala aquí y veamos qué tiene que decir —exigió Jacqueline.

<<< Zumbido >>>

—¿Sí, señor Kimbrough? —La voz incorpórea flotaba en el aire.

—Janice, ¿puedes venir aquí por un minuto? —preguntó Jason.

—Sí señor. << click >>>

—Vas a ver. —Jason se reclinó en su sillón confiando en su conocimiento de su


personaje—. Ella es la mejor.

Su comportamiento cambió dramáticamente cuando Janice entró en la


habitación. Era dolorosamente obvio, desde el momento en que abrió la puerta,
que Janice estaba muy nerviosa. Aunque había tratado de adoptar un exterior
calmo y tranquilo, la artimaña estaba fallando miserablemente.

Janice dejó caer sus ojos en cada individuo antes de preguntar:

—¿En qué puedo ayudarle, señor Kimbrough?

Como una cobra, Jacqueline se desenrolló de su sillón y se levantó. Se escabulló


hacia donde estaba Janice. Los ojos azules y claros la inmovilizaron con una
mirada helada. Janice se encogió visiblemente ante la mujer alta.
159
—Sabemos lo que está sucediendo. Sabemos que ha estado recibiendo fondos
de contabilidad y nóminas sobre el proyecto Jamestown. No te procesaremos si
nos cuenta todo lo que sabe.

—Bueno, si supiera todo, seguridad ya estaría aquí —espetó Janice a cambio.

—No es probable —dijo Tim en voz baja.

—Quizás queremos ser misericordiosos y darte la oportunidad de confesar y


devolver los fondos que has evadido —siseó Jacqueline mientras rodeaba a la
mujer más pequeña.

—Misericordiosa un cuerno. Quieres que confirme lo que ya has imaginado para


que puedan darse palmaditas en la espalda y decir: “Somos tan inteligentes. Lo
descubrimos todo” —respondió Janice, con los ojos aún entrecerrados. Pegados
a Jacqueline.

—Hemos realizado una exhaustiva investigación de...

Janice interrumpió:

—¿Cuán exhaustiva puede haber sido ya que sólo has estado trabajando en eso
unas pocas horas?

Jacqueline terminó de rodear a su presa.

—Bueno, entonces debes ser muy inteligente, muy estúpida o suicida, ya que
has sido tú quien nos ha dado todo este papeleo para que pudiéramos exonerar
a Kara.

—No he pensado que todos pudieran encontrar la manera salir de una bolsa de
papel mojada —gruñó Janice.

—Entonces estás diciendo que eres estúpida —presionó Jacqueline.

—No estoy diciendo nada.

—Bueno, entonces, si no quieres hablar sobre el dinero, ¿puedes decirme por


qué has ido a ver a Kara después de que ella ha salido de la oficina? ¿Hmmm?
160

¿Por qué has llamado a Patty para decirle dónde estaba Kara y qué había
pasado?
Janice, en un silencio opresivo, miró a la alta V.P. COMPROBANDO.

—Nada que decir, ¿eh? Jason, llama al departamento de policía y pregunta por
el departamento de fraude. Diles que tenemos un paquete para que recojan. —
Jaque Mate.

Janice palideció ante este infame icono corporativo.

—No importa lo que hagas, cuando esto salga, mi vida habrá terminado.

—No seas tan dramática. El hecho de que seas una ladrona y una conspiradora
solo terminará tu carrera. Difícilmente terminará con tu vida —gruñó Jacqueline.
Sabía que iba a tener que presionar mucho a Janice. Obviamente estaba
cubriendo a Russell. Aparentemente tenía más que temer de Russell que de la
corporación o la ley, pero ¿a qué le tenía tanto miedo?

El cuerpo de Janice comenzó a temblar visiblemente. Su labio inferior comenzó


a temblar mientras sus ojos derramaban varias lágrimas de mala gana. Sostuvo
los ojos de Jacqueline, pero no con un aire de desafío tanto como de
desesperación.

—No sabes tanto como crees que sabes. Confía en mí —dijo Janice con los
dientes apretados.

—¿Confiar en ti? Bueno, eso es un oxímoron34 si alguna vez escuché uno, —


Jacqueline soltó una risita—. Déjame ver lo que sé. Sé que tomaste el dinero.
Sé que trataste de hacer que el señor Kimbrough tu chivo expiatorio. Sé que
Kara se convirtió en la víctima involuntaria de su pequeña trama tortuosa. ¿He
dejado algo fuera?

—Sí, te has dejado un poco fuera. Has dejado de lado la parte en la que esto fue
idea de Russell Davies. Tu dulce y pequeña Kara no es la única víctima aquí. Ha
estado chan... —Se detuvo—. Mira, yo no tengo el dinero, así que haz lo que
tengas que hacer.
161

34
Oxímoron: Figura retórica de pensamiento que consiste en complementar una palabra con otra que
tiene un significado contradictorio u opuesto.
Janice apartó la vista de Jacqueline por primera vez desde que comenzó esta
confrontación. El tono de Jacqueline cambió dramáticamente de áspero a suave.

—¿Qué información tiene Russell sobre ti que sacrificarías todo para cubrirlo?
¿Por qué te está chantajeando?

Sin mirar hacia arriba, Janice dijo:

—Russell se enteró de mí y de Cheryl, la secretaria de Ken Larkin.

—¿Ken Larkin, el gerente de contabilidad? —preguntó Jason.

Janice asintió con la cabeza.

—Vaya —dijo Patty.

Después de un breve silencio, Janice dijo:

—Russell, de alguna manera, descubrió que estamos... estamos...

—¿Saliendo? —intervino Patty, deslizándose junto a su amiga de mucho tiempo


y poniendo su brazo alrededor de los hombros caídos de Janice. Ella asintió de
nuevo—. Entonces las tenía a las dos en el bolsillo —agregó Patty.

—Sí. Cheryl introducía los comprobantes de factura falsos con los válidos. El
señor Larkin confía en que ella haga toda la validación, así que solo firma lo que
ella le entrega. Luego ella me los entregaba. —Janice suspiró.

—¿Cuándo perdí el control de mi empresa? —Jason comentó a nadie en


particular.

—No entiendo. ¿Qué tiene que ver con todo esto que las dos tengan una
relación? ¿Cuáles serían las consecuencias si ambas 'salieran'? —Jacqueline
estaba confundida.

Janice miró a la vicepresidenta.

—Perdería a mis hijos.

—¿Por qué? —Jacqueline seguía confundida. En California no era raro que una
familia fuera “mis dos mamás” o “mis dos padres”.
162
—Tuve un divorcio complicado... —comenzó Janice, pero luego Tim intervino
para ayudarla.

—Señora Drakkon, puede perder a sus hijos porque en el estado de Florida, si


eres un padre homosexual, se le considera un padre no apto. Su ex podría ser
Charles Manson y en un tribunal de justicia sería considerado el “padre apto”.
Demonios, los homosexuales ni siquiera pueden adoptar. Los homosexuales son
aptos para ser padres de acogida, pero no aptos para adoptar. ¿Ahora dime qué
sentido tiene eso? Tim se interrumpió antes de hacer otro discurso.

—¡Eso es absurdo! —grito Jacqueline.

—Esto es el sur —respondió Tim.

—Ya veo —respondió Jacqueline, la realidad sacudiendo un horrible puñetazo


en su cara—. Gracias por educarme. —Se tocó el delgado dedo en los labios,
perdida en sus pensamientos. Todos esperaron a que ella hablara.

—Bueno, tendremos que lidiar con el señor Russell Davies sin comprometer a
Janice o Cheryl. —Pensó Jacqueline en voz alta.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó Jason al ver el brillo en sus ojos.

—Simplemente le haré una oferta que no podrá rechazar. —Jacqueline sonrió


con una sonrisa siniestra que provocó escalofríos en las espinas de todos en la
habitación.

BBB

En cuanto a mí, todavía estaba bebiendo mucho.

«Las palabras de los profetas

están escritas en las paredes del metro

y los vestíbulos de las casas.

y susurradas en el sonido del silencio».

La música se desvaneció lentamente. Vacié la botella dos en mi vaso y la acabé


163

de un trago. Mi estómago gruñó.


—Hmmm. Tal vez sea mejor que coma algo. —Me tropecé con la cocina apenas
atrapando el mostrador antes de tener un encuentro cercano con el piso de
baldosas—. Ekkk, eso estuvo cerca. Sí, señor. Necesito algo de comer para no
enfermarme. Es algo bueno que no esté conduciendo. —Me reí de mi propia
broma. Patético, lo sé, pero dame un respiro. Estaba borracha y desempleada.
Tal vez incluso sin empleo mirando una condena en Sing Sing35 o donde sea que
me envíen.

—Ahora, ¿qué tenemos aquí? —Abrí las puertas de la despensa y examiné su


contenido—. Sí, eso es. Muerte de queso inflado. —Agarré una bolsa de Doodles
de queso sin abrir y regresé a mi sofá, pero no sin antes hacer otro viaje
(literalmente) al bar.

—Chicos, tengo otra misión suicida, ¿quién quiegue seegr voluntario?

164

35
Sing Sing: prisión del estado de Nueva York.
Parte 9
Russell silbó por el pasillo. Estaba tan feliz que sus pasos eran alegres. Sus
tacones sonaban como castañuelas mientras saltaban por el pasillo.

Su pequeña trama no podía haber sido más perfecta. Kara, la perra Marlow, se
había ido, ese hecho por sí solo hizo que el hombre oscuro se sintiera extasiado.

Esa estúpida perra pensando que ella es todo eso. “Trabajadora milagrosa” mi
culo, será un milagro si alguna vez consigue otro trabajo.

Una amplia sonrisa burlona en su rostro y no hizo nada para detenerla.

Luego estaba Jason Kimbrough.

Ese idiota está tan ocupado con su cabeza en su culo tratando de encontrar una
manera de salvar a Kara que no va ver venir el aviso de despido. Luego, con él
fuera del camino, puedo intervenir y asumir el control. Después de todo, es lo
menos que pueden hacer, ya que fui yo quien denunció toda esta mala gestión.

Sí, todo estaba yendo según lo planeado. Incluso si algo había ido mal, bueno,
siempre había tenido un plan de contingencia. Se aseguró de que sus manos
nunca se ensuciaran con ninguna parte de esta trama. Todos los caminos
llevaban a Gary, Janice y Cheryl. No estaría implicado de ninguna manera. Una
vez más, ¿cómo lo dijo Jason? Él saldría oliendo a rosas con unos pocos miles
de dólares en su bolsillo. Una pequeña compensación por todo el trabajo que se
hizo en esta trama, pero eso es mejor que nada.

Al doblar la esquina, se detuvo en seco. Janice no estaba en su escritorio como


había esperado. Para su sorpresa, Patty estaba sentada en la silla de Janice. Se
quedó en silencio mientras ella revisaba el escritorio de la pequeña mujer.
165

¿Qué demonios está buscando?


Sus cejas oscuras se fruncieron mientras miraba a la rubia registrar los cajones
de Janice. Podía sentir su pulso aumentando. Respiró hondo para calmar sus
nervios. Luego agitó la cabeza. Se regañó o más bien regañó sus nervios,
¿después de todo que tenía que temer? Tomó otro breve momento para
recomponerse antes de permitir que su presencia fuera conocida.

—¿Qué estás buscando? —preguntó con indiferencia. Se acercó al escritorio y


se apoyó contra él. Él sonrió con una sonrisa viscosa mientras miraba a Patty.
Era muy atractiva después de todo.

Ahora que Marlow se ha ido, tal vez pueda cambiar a Patty.

—Estoy buscando un sobre que Janice me ha dejado. Quería que yo me


encargara de un par de cosas mientras no está —respondió Patty. La rubia
nunca miró a Russell, pero continuó su búsqueda del sobre perdido.

—¿Dónde está Janice? —Russell le pidió a su corazón palpitando nuevamente


en la identificación del objeto de la búsqueda de Patty.

Patty realmente no estaba escuchando al hombre, así que le tomó unos minutos
procesar que él había dicho algo. Finalmente, después de lo que a Russell le
pareció una eternidad, Patty respondió a su pregunta.

—Ummmm... Oh... ¡aquí está! —Sacó un pequeño sobre de papel manila.


Russell suspiró aliviado cuando lo vio—. Lo siento... Janice... Sí, se fue a su
casa, algo sobre una emergencia con uno de sus hijos.

—Bueno. —Estaba un poco confundido, pero no quería manifestar sus


intenciones preguntándole si ella le había dejado algo.

—¿Necesita algo? —Patty miró a Russell directamente a los ojos.

Sí, hay algo que necesito, pero tendremos que esperar hasta que nos
conozcamos mejor.

—Uhh... ummm... —Tartamudeó mientras se retiraba de sus pensamientos


lujuriosos—. ¿Jason está adentro? Dijo que quería verme cuando estuviera libre.
166

—No estaba allí cuando puse el correo interno en su escritorio. Debe estar en
una reunión. —Patty se levantó del asiento de Janice.
—Creo que lo veré más tarde —dijo Russell. Se movió a un lado para permitir
que Patty pasara.

—Okay. —Patty pasó junto al ejecutivo, con el sobre en la mano.

Sus ojos oscuros y brillantes siguieron a la joven mientras caminaba por el pasillo
tanto para ver a dónde iba como para verla alejarse. Cuando ella se perdió de
vista, él se acercó a la gran puerta de caoba. Antes de llamar, miró a su alrededor
para ver si alguien se acercaba antes de entrar en la oficina. No podía
arriesgarse a que alguien lo viera entrar o salir de la oficina de Jason. Pero
entonces no podía arriesgarse a que Jason encontrara esos cheques en su
correo.

Maldita perra por poner el correo allí. Maldita seas, Janice, y tus malditos hijos.
No importará, porque el “señor Body” va a revelar todos tus pequeños secretos
sucios de todos modos. Nadie sale vivo de esto excepto yo.

Echó un último vistazo a su alrededor antes de llamar a la puerta.

—Jason, ¿querías verme? —preguntó en un tono exagerado en el caso de que


hubiera alguien cerca que no hubiera visto.

Cerró la puerta detrás de él y esperó a que sus ojos se acostumbraran a la


oscuridad. Solo había dos luces brillando en la oscuridad. Una era de la pequeña
lámpara que estaba sobre el escritorio de Jason. La otra era una luz roja que
emitía el teléfono de Jason. Se dio cuenta de la luz roja, pero luego la ignoró con
la misma rapidez.

Decidió echar un buen vistazo a la oficina que pronto sería suya. La tenue luz no
permitía mucho disipar las sombras que llenaban los rincones de la oficina vacía.
Entrecerró los ojos en un esfuerzo por traer más luz a sus ojos. Apenas podía
distinguir los dos sillones que estaban frente al escritorio. Observó que el
respaldo del sillón de Jason también estaba frente al escritorio. El contraste de
la oscuridad y el negro hizo que sillón pareciera un monstruo listo para saltar. El
silencio en la habitación fue cortado solo por el tintineo de las aguas que
salpicaban la fuente al lado derecho de Russell.
167
Sus ojos finalmente se posaron en los artículos por los que había venido. En el
centro del escritorio de Jason había una pila de sobres correo interior.
Cuidadosamente cruzó la costosa alfombra oriental. Pasó entre los dos sillones
que parecían centinelas silenciosas ante el escritorio ejecutivo. Extendió la mano
sobre la lámpara y recogió la pila de correo que se encontraba sobre el prístino
protector de escritorio. Se inclinó un poco para poder usar la luz de la lámpara
para iluminar los sobres y recuperar el que era para él. Uno tras otro miró las
diferentes direcciones, y una tras otra las descartó arrojándolas de vuelta al
escritorio de Jason.

—¿Dónde diablos está? —siseó en la oscuridad.

—¿Quizás es esto lo que estás buscando? —Los tonos altos aterciopelados


surgieron de la nada cuando el sillón, una vez inmóvil, cobró vida y giró para
revelar a Lady Dragón golpeando un sobre con la mano levantada.

Russell se sobresaltó tanto que el resto de los sobres cayeron al suelo por el
temblor de sus manos. Puso una mano sobre su corazón mientras trataba de
recuperar el aliento.

—Maldición. —Hizo una pausa aún nerviosa—. Señora Drakkon, no la he visto.

—No, supongo que no, ya que no te has molestado en encender las luces —
comentó Jacqueline.

Russell no respondió. Tan rápido como pudo, evaluó esta inquietante situación.
Era obvio que la V.P. sabía algo, pero exactamente cuánto era lo que
desconocía. Ese “desconocimiento” podría arruinar todo para él. Sabía que esta
mujer se llamaba la Lady Dragón por una buena razón. Tenía fama de ser
despiadada, fría y calculadora. La mujer era inteligente, muy inteligente. Y no
solo en un sentido educativo formal, sino también de inteligencia callejera. Nada
se le pasó nunca. Pero en la complacencia insípida y equivocada de Russell, él
realmente creía que si alguien podía engañarla, seguramente sería él.

La había observado celosamente subir de la oscuridad al lugar de poder que


ahora tenía. Envidiaba la facilidad con la que percibía que la Lady Dragón había
168

ascendido de categoría.
Sólo hay una manera para que una mujer se eleve tan alto y tan rápido. Sus
labios formaron una sonrisa torcida. Tiene al anciano envuelto alrededor de su
dedo, tal vez porque lo envolvió primero con esas largas piernas. Ninguna mujer
es más inteligente que yo, ni la Lady Dragón, ni Kara, ninguna de ellas. Las
mujeres son sólo buenas para una cosa, y, a veces, no son tan buenas en eso.

Tal vez haya ido demasiado lejos con los correos electrónicos seductores, pero
afortunadamente para él esas notas de amor ahora eran sus ases en la manga.
El pomposo no se arrepintió de nada de lo que había hecho para obtener lo que,
según él, debería haber sido suyo todo el tiempo.

Él sonrió, su confianza renovada por su conversación cerebral.

—No me molesté con las luces porque pensé que podría encontrar lo que estaba
buscando sin ellas.

—Bueno, las comadrejas hurgan en la oscuridad —comentó sarcásticamente—


. Entonces, ¿qué era exactamente lo que estabas buscando? —Jacqueline
continuó tocando el sobre en el medio de su mano.

—He estado esperando algunos papeles de la nómina. Cuando no los he


recibido en mi correo esta mañana, los he pedido. Me han dicho que los enviaron
aquí por error. —La excusa era endeble en el mejor de los casos, pero ¿qué más
tenía realmente? Se encogió de hombros mentalmente. Era al menos en parte
la verdad.

—Realmente, qué desafortunado. Esos documentos deben ser realmente


importantes para que ingreses a esta oficina sin ser invitado para recuperarlos
sabiendo perfectamente que el señor Kimbrough, quien por cierto es el
presidente de la compañía en caso de que lo haya olvidado, estaba fuera. —
Jacqueline sonrió—. Tengo que dártelo, Russell, eres valiente incluso si no eres
muy inteligente.

Russell se rio profundamente en su garganta. Se sentó en una de los sillones y


cruzó las piernas. Por un momento jugó con la borla de sus zapatos italianos
altamente pulidos. Levantó la vista y miró a Jacqueline.
169

—Oh, soy muy inteligente, señora Drakkon, ¿o puedo llamarla Jacqueline?


Jacqueline asintió aceptando la informalidad.

—Porque verás, —una sonrisa malvada se ensanchó mientras se inclinaba hacia


adelante—, esto es lo que estaba buscando. —Cogió un sobre de la nómina que
yacía cerca de su pie derecho—. Es mi seguro de vida. Lo modifiqué, y ahora
tengo que facilitar los beneficiarios. Puedes echarle un vistazo si lo deseas.

Jacqueline tomó el sobre ofrecido. Sus largos dedos trabajaron el delgado trozo
de cuerda que selló la carpeta cerrada. Metió la mano y lo retiró, tal como Russell
había explicado, documentos relacionados con el seguro de vida de un tal
Russell Davies. Empujó los papeles nuevamente dentro de su carpeta y se los
entregó a Russell. Una salvaje burla se deslizó por los planos de sus rasgos
cincelados.

—Astuto.

—Gracias. —Él sonrió ampliamente.

—¿Pero me estás diciendo que estos, —señaló para indicar los papeles que él
tenía en la mano—, documentos de seguro son tan importantes que has tenido
que irrumpir en una oficina que no es tuya para recuperarlos?

—Sí, para mí lo son —respondió con arrogancia.

Jacqueline asintió. En voz baja,

—En breve pueden volverse más importantes de lo que podrías haber


imaginado. —Miró el sobre que aún sostenía en la mano—. Pero, ¿qué haremos
con esto? Ambos sabemos que esto es a lo que realmente has venido.

Levantó la correspondencia que había estado golpeando en su palma todo el


tiempo que habían hablado. El sonido de ese golpeteo parecía el tictac de una
bomba de tiempo. A Russell le inquietó un poco, pero estaba decidido a
mantener un frente casual mientras estaba en presencia de la Lady Dragón.
Sabía que tenía que desactivar esa bomba antes de que explotara, pero sabía
que si la dejaba ponerlo nervioso, él podría hacer estallar la bomba por error. No
era el momento para errores.
170

—No sé a qué te refieres. Tengo lo que vine a buscar. —Levantó los papeles del
seguro. Se dio cuenta de que tenía que abandonar esta oficina antes de que se
convirtiera en una prisión. Nunca es inteligente luchar contra una cobra en su
guarida. Después de todo, sería mejor para su plan si Jason fuera encontrado
con los cheques de todos modos—. ¿Puedo irme? —preguntó fríamente.

—No. Todavía no. Acabamos de empezar. Te gustan los juegos, ¿no?

—Claro. Especialmente cuando sé que voy a ganar. —Hizo una pausa y se


inclinó hacia Jacqueline—. Y normalmente gano. —Parte de él sabía que debía
levantarse y salir de allí lo más rápido posible. Ella no tenía nada contra él. Pero
otra parte no podía escapar del desafío que esta mujer le había presentado.
Tenía que vencerla en su propio juego, entonces podía irse no solo con su
reputación intacta, sino con la satisfacción de que había matado a la Lady
Dragón sin ayuda de nadie.

Jacqueline se inclinó sobre el escritorio para estar aún más cerca del arrogante
patán. Gruñó con voz ronca:

—Espero que seas flexible en ese punto. Siempre juego para ganar. Veras soy
muy mala perdedora.

—Ya veremos, ¿no?

—¿Quieres apostar por esto?

—Claro, ¿cuáles son las apuestas? —Se recostó en su sillón con el aire de un
hombre que había apostado enormemente a un tipo caído y estaba a punto de
cobrar.

—Oh, es mucho lo que está en juego, me atrevería a decir que la vida y la muerte
podrían pender de un hilo. ¿Todavía quieres jugar?

¿Vida o muerte? ¿A quién cree que está engañando? No sirve de nada tratar de
engañarme, tengo un bolsillo lleno de ases.

—Sí. ¿A qué vamos a jugar? —preguntó con aire de suficiencia.

Tocó con el sobre sus labios pensativo.

—Verdad o Reto. ¿Sabes cómo jugar?


171

—No. —Sus cejas se fruncieron inseguras de hacia dónde iba el V.P. con esto.
Jacqueline se reclinó en su sillón, alentada por la confusión aparente en el rostro
de Russell. Era la única señal de emoción que había mostrado, aparte de esa
arrogancia que la hacía querer saltar sobre el escritorio y estrangularlo. Ningún
tribunal del país la condenaría. De hecho, podría ser elogiada por librar al mundo
de otro sociópata mentiroso, tramposo, ladrón y réprobo que no tenía alma.

—¿De verdad no has jugado? Nunca has sido un adolescente. —Esperó como
una leona acechando a su presa.

—No, nunca fui un adolescente, aunque los amaba de joven. —Él sonrió.

Jacqueline gimió. Me dejé expuesta para eso.

Cuando Russell se retorció, ella continuó:

—Así es como funciona el juego. Te digo la verdad de lo que ha estado


sucediendo por aquí, y luego te reto a negarlo.

—Está bien. Dime tu verdad —dijo pegándose una máscara estoica en la cara.
Se recostó en el asiento poniéndose cómodo. Esto va a ser interesante.

—Dime si me equivoco en algo.

Russell asintió.

—Bueno, aquí está la verdad. Has estado malversando fondos de todos los
proyectos en los que has trabajado durante años. Solo pequeñas cantidades
aquí y allá que nadie notaría. Incluso si los auditores lo notaran las cantidades
eran lo suficientemente pequeñas como para que no fueran una irregularidad en
la pantalla del radar. No te dio vergüenza porque en un sentido retorcido de
justicia sentías que tenías derecho a todo lo que tomaste y más.

»De hecho, ya habías comenzado a establecer las bases para hacer lo mismo
con Jamestown, aunque sabías que las comisiones de este trabajo serían muy
lucrativas. Pero no sería suficiente, nada lo hubiera sido. Entonces, cuando le
dieron el trabajo a Kara, te volviste loco. Estabas enojado con Jason por ofrecerle
el trabajo, y más enojado con Kara por aceptarlo. ¿Cómo se atreven a arrebatar
172

la ostra de tu mano? Querías, no necesitabas, venganza. Entonces, cuando te


calmaste, viste esto como una oportunidad de oro no solo para alimentar tus
bolsillos, sino para deshacerte de Kara y Jason en el proceso. ¿Qué podría ser
mejor? Sabías que Kara estaría tan ocupada trabajando en Jamestown para
notar todo lo que estabas haciendo. También sabías que cuando se enfrentara
a este desastre, lo dejaría en lugar de pelear. Nunca fue buena con las
sorpresas, y tú usaste esa ventaja. Una lista, queda otro. Así que decidiste hacer
de Jason el receptor de tus ganancias ilícitas que lo implicarían tanto como lo
hacía con Kara. Ninguno de los dos lo vería venir.

»Solo que esto iba a ser más complicado que las otras pequeñas oleadas de
robo que seguiste. Ibas a necesitar algo de ayuda. Después de todo, esta vez no
ibas a estar simplemente robando el dinero tonto. Tendría que ser una gran
cantidad, lo suficientemente grande como para ser notable de inmediato. El
efectivo perdido tenía que ser una cantidad lo suficientemente grande como para
poner a Kara y Jason en el punto de mira. También tenía que ser lo
suficientemente grande como para compensarte por perder esa jugosa comisión.
De nuevo dos pájaros de un tiro.

»De alguna manera te topaste con la información de que Janice estaba teniendo
una aventura con Cheryl. Qué golpe de suerte para ti. Sabías que Janice
acababa de terminar con un divorcio complicado, y que su ex ya había
amenazado con raptar a los niños, porque él y su nueva novia la consideraban
inadecuada. Entonces chantajeaste a la pareja. Cheryl podría firmar los cheques
sin ninguna duda. Cuando Janice recibía los cheques del correo de Jason, te los
enviaba sin despertar ningún tipo de sospecha. Todo esto era bastante eficaz,
pero sentiste que necesitaba un poco más de ayuda para asegurarte de que el
plan no fallara. Ahí es donde entró Gary. Podía tener en sus manos la
computadora de Kara con cualquier excusa que se le ocurriera. Luego podría
plantar todas las pruebas que alguien necesitaría para condenarla. Nadie
cuestionaría nada de eso, después de todo las computadoras no mienten. En
otras palabras, compraste un geek informático con treinta piezas de plata que
podría colgar a Kara en una cruz. ¿Lo he resumido bien?

Cruzando los brazos sobre el pecho, Russell preguntó:

—¿Y por qué iba hacer todo esto?


173
—Envidia, celos, avaricia, elige uno, —Jacqueline hizo una pausa—. Ves que he
hecho los deberes, pequeño. Querías un pedazo más grande de la tarta familiar,
por así decirlo, pero desafortunadamente eres la pequeña cagada de papá.
Desde la cuna tenías un resentimiento. Cuando llegaste, pensaste que era tu
gran oportunidad para mostrarle a tu familia lo inteligente que eras realmente.
Así que estabas enojado cuando el señor Kimbrough fue ascendido, pero
decidiste esperar. Su tiempo. Observante y esperaste, pero el señor Kimbrough
nunca cometió ese error, ¿verdad? Él era la niña de los ojos corporativo, y tú
todavía estaba en las sombras. Al no tener ningún talento real más que causar
problemas, hiciste lo que cualquier buen ejecutivo junior haría. Te aseguraste de
formar parte de todos los trabajos de alto perfil. Usando la política de la oficina
astutamente mientras te apoyas en el trabajo de otras personas, finalmente
conseguiste notoriedad. En cuanto a los que pisaste para sobresalir, bueno
después de todo, no era como si no tuvieran la oportunidad de dar un paso
adelante y ponerte en evidencia, ¿verdad?

Russell la fulminó con la mirada. Ella vio su silencio como un reconocimiento de


sus declaraciones. Jacqueline continuó.

»Pero nunca nadie dio un paso adelante, así que continuaste con los negocios
como siempre creyendo todo el tiempo que nadie estaba al tanto de tus
pequeñas y sucias acciones. Pero Jason era completamente consciente de todo
lo que estabas haciendo. Lo dejó claro cuando le dio a Kara el proyecto de
Jamestown para que lo dirigiera. Cuando lo hizo, fue como tirar un guante frente
a ti. Este fue el momento que estabas esperando. Tu envidia de Jason y tu
aborrecimiento por Kara impulsaron tu determinación de acaba con ellos. ¿Cómo
voy hasta ahora?

Para sorpresa de Jacqueline, Russell sonrió ampliamente y comenzó a aplaudir.

—Bravo, Bravo. Drama maravilloso, trama inventiva, giros sorprendentes.


Lástima que nada de eso es verdad. Pero el psicoanálisis fue una sorpresa. —
Se inclinó hacia delante—. Ahora es tu turno.
174

Jacqueline nunca cambió la expresión plácida en su rostro.

—Dispara.
—Hablemos de lo heroico que vas a hacer para sacar a tu amante libre de culpa
—comenzó Russell.

—¿Amante? —sus cejas se alzaron sorprendidas.

—Sí, amante. —Sonrió de lado—. Sabes que realmente deberías ser más
discreta.

—De verdad. —Jacqueline colocó las puntas de los dedos juntas. —Entonces,
¿estás diciendo que ha habido manifestaciones públicas de afecto?

—Oh, para nada, pero he notado como estoy seguro que otros lo han hecho, los
susurros íntimos, las caricias seductoras. Especialmente no me he perdido esas
miradas de deseo que tú y Kara comparten. —No disuadido por el
comportamiento imperturbable de Jacqueline, Russell continuó—: Después de
todo, no me importa con quién te acuestes, pero otros no serán tan indulgentes.
Seamos sinceros, esto no puede verse bien para ti, estar íntimamente
involucrada con alguien acusada de malversación de fondos.

Jacqueline resopló.

—¿Perdonar? ¿Por qué necesitaría perdón? No tengo nada que ocultar. Estás
luchando contra molinos de viento, mi querido Don Quijote. —Hizo una pausa
cuando vio que su brillante sonrisa comenzaba a atenuarse. Russell se retorció
inconscientemente de nuevo. Jacqueline sabía que no estaba haciendo nada de
lo que el pequeño hombre viscoso había esperado. La idea de que las mujeres
se doblegarían bajo presión era la grieta en su armadura. Era un defecto
chovinista lo suficientemente grande como para que ella se moviera y picara bajo
su gruesa piel. Fríos ojos azules perforaron pequeños marrones. La mirada
inquietó al hombre más pequeño, pero no tanto como la sonrisa de tiburón
dientudo que gradualmente se hizo cargo de sus rasgos. Había volado y volado
dentro de este globo, y ahora estaba segura de que estaba a punto de estallar—
. Además, nadie más que tú ha visto algo más que una asociación profesional
muy cohesiva entre Kara y yo. Realmente debes dejar de pensar en porquerías,
Russell. Una mente sucia no es muy halagadora. Si alguien va a verse mal, serás
175

tú por difundir estos rumores maliciosos.

¡¡¡¡ ESTALLANDO!!!!
—¿Qué pasa con esos correos electrónicos... —Las palabras salieron de la boca
de Russell antes de que pudiera detenerlas.

¡¡¡¡Te tengo!!!

—¿Qué correos electrónicos? —preguntó Jacqueline inocentemente. Podía


escuchar el rechinar de los dientes de Russell. Él había descubierto su juego—.
¿Quieres saber lo que pienso?

—¿Más psicoanálisis? —gruñó Russell. Se estaba desmoronando.

—Sólo un poco. Me parece que estás celoso de cualquier mujer con un poder
superior al tuyo. Estoy absolutamente segura de que crees que las mujeres solo
llegaron a donde estamos, me incluyo ya que soy mujer, que solo llegamos a la
cima acostándonos con la gente. ¿Lo que explicaría por qué estás tan
obsesionado con mi vida sexual?

Eres tan jodidamente engreída, crees que lo sabes todo, ¿no? Russell pensó
burlonamente. Cuanto más “práctica” seguía siendo Jacqueline, Russell se
enfurecía más. Tenía que estar más nerviosa de lo que parecía. La tenía, sabía
que la tenía. A pesar de que los correos electrónicos habían sido fabricados, la
realidad de la situación era que realmente no había cambiado tanto. Además, no
había forma de que ella pudiera negar sus obvios sentimientos la una por la otra.
Sabía lo que había visto con sus propios ojos, y si lo había visto, entonces otros
también lo habían visto. Pero la gran Lady Dragón parecía ajena a lo que las
acusaciones de depravación moral harían en su carrera. O tal vez ella
estúpidamente asumió que no se vería empañada por el escándalo que se
produciría una vez que él difundiera esos correos electrónicos. La gente cree lo
que leen, e incluso si fue expuesto como un fraude, el daño irreparable se habría
hecho. Los lectores solo recordarían la esencia de esos correos electrónicos y
las implicaciones que inferían. Ella se arruinaría.

En un esfuerzo por obtener una reacción de Jacqueline, preguntó:

—Si no son amantes, ¿por qué están trabajando tan desesperadamente para
exonerarla?
176
—Creo que estás confundiendo la desesperación con mi convicción de encontrar
la verdad.

Esas palabras pronunciadas en un tono exasperantemente engreído empujaron


a Russell al límite. Lo perdió

—Crees que tienes todas las jodidas respuestas, ¿verdad? Bueno, la verdad es
que Kara fue atrapada con las manos en la masa, y no hay nada que puedas
hacer para cambiar ese hecho. La verdad es que has estado teniendo una
aventura con ella, y estás tratando de ocultarlo haciendo girar estos ridículos
cuentos de hadas.

—No tengo que rebatir lo que sé que no es cierto. Cuando todavía no me has
dicho que todo lo que he dicho no es verdad. Te he desafiado a negar todo lo
que he dicho, pero realmente no lo has hecho, así que pierdes. —La cara de
Jacqueline rompió en una sonrisa siniestra. Era la gata, tenía el ratón acorralado,
lo había golpeado con la pata, pero ahora era el momento de matar—. En cuanto
a todo siendo una historia, bueno, solo estoy señalando dónde el cuento de
mamá gansa se transformó en una historia de terror. Ya sabes lo que dicen, la
verdad siempre es más extraña que la ficción.

Él se burló.

—Si no tiene que rebatir lo que aludes alegremente como meras suposiciones
sin ninguna base en la verdad, entonces yo tampoco. Además, todo es sólo una
historia, pura ficción. Te reto a que pruebes que una cosa que has dicho es
cierta.

—¿Sólo una cosa? Bastante justo. ¡Vengan! —ella llamó.

La oscuridad de las dos esquinas opuestas de la oficina comenzó a moverse


lentamente. Los espectros de esa oscuridad comenzaron lentamente a tomar
una forma monstruosamente horrible. Lentamente, de la oscuridad, surgieron
dos formas amenazantes. Dos hombres intimidantes se materializaron en las
sombras. Ambos hombres oscuros, grandes y bien musculosos. Ambos hombres
eran de piel verde oliva con largos bigotes oscuros que enmarcaban fuertes
177

barbillas. Su cabello negro recogido con fuerza en colas de caballo. Un hombre


más alto que el otro, pero ambos eran inequívocamente peligrosos. Russell
podía sentir su acercamiento antes de que su visión periférica los viera. El
cabello se erizó en la parte posterior del cuello del hombre sentado. Cada
hombre ocupó el puesto a ambos lados de la silla que Russell ocupaba.

—Creo que estos hombres pueden dar fe de todo lo que he dicho hasta ahora.

Primero miró a su derecha y luego a su izquierda y se echó a reír.

—¿Conserjes? ¿Tus grandes armas son conserjes? —Comenzó a reír


abiertamente—. Me estás tomando el pelo, ¿verdad?

—No, en absoluto. Estos caballeros pueden corroborar todo lo que he dicho, —


le aseguró con calma.

—Sí, claro. ¿Cómo pueden confirmar algo? Ni siquiera pueden hablar inglés. —
Su sarcasmo era inconfundible.

—¿Conserjes? ¿Tus grandes armas son conserjes? —Comenzó a reír


abiertamente—. Me estás tomando el pelo, ¿verdad?

—No, en absoluto. Estos caballeros pueden corroborar todo lo que he dicho, —


le aseguró con calma.

—Sí, claro. ¿Cómo pueden confirmar algo? Ni siquiera pueden hablar inglés. —
Su sarcasmo era inconfundible.

—¿Ustedes oyeron lo que dijo?36 —preguntó Raúl.

—Sí, lo oí. Él no sabe nada. No puede vernos —comentó José desde la izquierda
de Russell.

—Es verdad —dijo Raúl.

—¿Qué demonios están diciendo? —gruñó Russell.

—Tenga cuidado. No le hables así a la señora —dijo José con un fuerte acento,
pero su inglés era comprensible al igual que su actitud amenazante—.
Entendemos inglés muy bien.
178

36
En negrilla original en español
El hombre de la derecha habló con un acento igualmente espeso y de manera
igualmente amenazante.

—Que idiota más grande. Y piensa que somos estúpidos. —Ambos hombres
se rieron. Era un sonido malvado que generaban en la profundidad de sus
pechos. Ese sonido envió un escalofrío por la columna vertebral de Russell. Se
retorció en su asiento cuando Raúl y José se acercaron. Raúl se inclinó sobre el
brazo del sillón—. Lo que estamos diciendo es que eres estúpido. Lo que
estamos diciendo es que somos.... —Levantó la vista hacia José—. ¿Cómo se
dice no nos ve?

—Invisible.

—Sí. Invisible. Somos invisibles. Nos miras y no ves nada. Pero nosotros, —
señaló Raúl a sí mismo y luego a José—, vemos todo.

—Y escuchamos todo —continuó José pensando en Raúl. Ambos hombres se


rieron de nuevo. Jacqueline vio como Russell se encogía en el sillón—. Hablas
muy grande Jefe, pero eres pequeñito. —José ilustró con su mano. Colocó su
pulgar y su dedo índice a medio centímetro de distancia, y se los empujó a la
cara.

—Sí, hablas demasiado, Jefe —confirmó Raúl—. ¿Hablas, y hablas, y hablas


como una niñita? —Raúl se inclinó más cerca—. Así que sabemos qué haces.
Has sido un chico malo. Un chico muy malo. —Tradujo para que Russell lo
entendiera con seguridad.

Russell reunió su coraje. Se negó a ser intimidado. No había forma de que estos
hispanos pudieran saber algo de valor. Se enderezó en el sillón y miró a
Jacqueline.

—¿Qué te hace pensar que alguien creerá en estos dos... caballeros sobre mí?
Si crees que traer a un par de matones para intimidarme me hará confesar algo
que no sabía, estás tristemente equivocada. Ahora si me permites... —Comenzó
a levantarse de su sillón cuando José lo empujó bruscamente contra Raúl.
179

—¿Dónde crees que vas? —gruñó Raúl.


—Será mejor que se haga a un lado, señor, antes de que llame a la policía —
gruñó Russell. Al estar cara a cara con Raúl, Russell se dio cuenta
dolorosamente de tres cosas. Primero, que Raúl era aún más grande de lo que
pensaba. Segundo, que tenía dos lágrimas tatuadas junto a la esquina de su ojo.
Tercero, podía sentir a José acercándose detrás de él. Estaba atrapado, pero
seguía creyendo que podía escabullirse de estos tipos. Sabía que no debía
mostrar signos de miedo, por lo que nunca se apartó de la mirada de acero de
Raúl.

Ambos hombres se rieron a carcajadas.

—¿Qué les dirás, jefe? ¿Qué estamos siendo malos contigo? —Como tiburones
en la caza comenzaron a rodear al hombre asustado. Raúl se rio—, Mira, el jefe
va a llorar.

José se frotó los ojos con los puños.

—Boohhhooo hooo... Llora por mí.

Furioso, Russell giró la cabeza para mirar directamente a Jacqueline. Jacqueline


levantó el auricular del teléfono para entregárselo a Russell.

—Toma llama. Asegúrate de preguntar por los detectives Young y Bernard. Les
he contado todo sobre ti, Russ. Están realmente ansiosos por hablar contigo.

José una vez más estaba detrás de Russell. Puso sus manos a cada lado de las
caderas del hombre más pequeño y tiró del culo de Russell en su ingle. Él inclinó
la cabeza y le susurró al oído.

—¿Alguna vez has estado en prisión, jefe?

—Por supuesto no. —Russell gruñó mientras hacía todo lo posible para no
mostrar miedo. Podía sentir que el atributo de José comenzar a endurecerse
contra su trasero. Russell sintió náuseas.

José continuó frotando su entrepierna en el culo de Russell.

—Estarán haciendo fila para ti, hombre. Hueles tan lindo, te ves como una mujer
180

hermosa. Algún tipo va a ganar mucho dinero contigo, jefe. Él empujó a Russell
hacia Raúl.
Raúl lo envolvió en sus brazos y le susurró al oído

—Cuando llegues a la trena pregunta por Esteban, te prostituirá pero es bueno


con sus putas.

Se apartó del pecho de Raúl y se volvió para mirar a José, con furia escrita en
su rostro. Ambos hombres señalaron a Russell y se rieron mientras continuaban
empujando al hombre de un lado a otro como una muñeca de trapo.

Sus puños estaban cerrados por la ira, no le importaba que José también tuviera
lágrimas tatuadas a un lado de su cara al igual que Raúl. José usó sus manos
para indicar que el hombre enojado lo siguiera. Se burló de él haciendo sonidos
de besos mientras lo insultaba en español.

—¡Espera! Espera. No puedo creer mis malos modales. No han sido presentados
formalmente —dijo Jacqueline.

—José es el hermano de Cheryl, su hermano y Raúl es su primo —respondió


Jacqueline con naturalidad—. Y este caballero —esperó hasta estar segura de
tener la atención de los dos primos antes de señalar a Russell—, es el hombre
que ha estado chantajeando a Cheryl y Janice.

José se enderezó mientras todo el color desaparecía de la cara de Russell.

—Es verdad. ¿Este es el hombre que chantajeo a mi hermana?

—Sí, es verdad. —Jacqueline confirmó que este hombre es el que estaba


chantajeando a su hermana.

—¡¡¡¡Voy a matarlo!!!! —José se sacudió de rabia antes de arremeter contra


Russell.

Raúl agarró a José antes de que pudiera alcanzar a Russell.

—No lo mates aquí hombre. —Raúl había enredado a José hasta el punto de
que no podía moverse, así que escupió a Russell golpeando al hombre
tembloroso en la cara. Disgustado, Russell se secó la cara con el dorso de la
mano.
181
—No, no hagas nada aquí. La sangre es casi imposible de sacar de la alfombra
—coincidió Jacqueline con Raúl. No quería que ocurriera violencia en esta oficina
ni en ninguna parte de la propiedad de la compañía.

—Deberías agradecerle a Jesús que todavía estés vivo. —José siseo. Dibujó
una línea sobre su garganta con el dedo para asegurarse de que Russell sabía
que tenía suerte de seguir con vida.

Russell se encogió ante los dos hombres. Si antes encontraba a estos hombres
peligrosos, los encontraría aún más amenazantes ahora que sabían que él había
chantajeado a su hermana.

Después de unos momentos de susurros, Raúl finalmente soltó a José

—¿Estás bien?

—Sí. —Luego, con una sonrisa malvada que hizo que la piel de Russell se
erizara, José gruñó—. Tú, ¿sabes dónde está el ex de Janice? ¿Lo encontraste?

—No. —Russell casi tartamudeó. No había podido encontrar al perdedor, pero


Janice no lo sabía, así que todavía tenía vida y muerte sobre ella. O eso pensaba.

—Bueno, lo sabemos. —Ambos hombres se rieron malvadamente—. ¿Quieres


dar un paseo en automóvil y verlo? —Ambos hombres se rieron con un terrible
gruñido que emanó una vez más de sus bien musculados pechos.

Russell miraba de uno a otro, no había duda en su mente a qué se referían.

—Sí, tienes huevos para jugar con nuestra familia —gruñó Raúl.

Los dos hombres estaban a punto de volver a buscar camorra cuando Jacqueline
se levantó.

—¡Paren! Esperen un minuto. Déjenme hablar con él.

—Bueno. —Ambos hombres retrocedieron.

—Tal como lo veo, tus opciones son limitadas. Permíteme explicártelas para que
tengan una idea clara de lo que podría sucederte.
182
A, pueden salir de esta planta con lo que hayas tomado y nunca regresar.
Considéralo tú indemnización. Te vas y desapareces en el horizonte. Te
conviertes en nada más que un mal sueño para todos aquí.

B, puedo dejar que los chicos se encarguen de esto. Sé que serán discretos.
Además, se están muriendo por poner tus manos sobre ti, y estaré segura de
que no volverás a decirle nada a nadie nunca más.

C, llevamos todo esto a un tribunal de justicia y te enviamos a prisión donde


puedes ser jodido por el culo con regularidad por tipos llamados “carne” y “Jimmy
el garfio”. Tengo que ser sincera, C es mi favorita.

—Nunca te saldrás con la tuya.

Jacqueline se levantó y caminó a un lado del escritorio. Pasó junto a José y se


paró frente a Russell. En este punto, apoyó la parte posterior de sus muslos bien
formados contra el escritorio y se cruzó de brazos.

—Ya lo he hecho. —Una sonrisa satisfecha iluminó sus rasgos oscuros.

—¿Te das cuenta de que mi tío es el Presidente de la Junta? Cuando oiga esto...

—Stanley, ¿has escuchado suficiente?

—Sí. —Russell se sobresaltó al escuchar el gruñido de Stanley Davies que


entraba por el intercomunicador—. Si yo fuera tú, tomaría la salida número uno,
chico, y la llamaría buena. Te hablaré más tarde, Jackie.

—Sí señor.

<< <clic> >>

—¡Maldita zorra! —Antes de que nadie pudiera reaccionar, Russell abofeteó a


Jacqueline en la cara. La golpeó con tanta fuerza que casi se cayó al suelo. Con
una oleada de actividad, ambos hombres agarraron a Russell.

José lanzó el puño listo para machacar a Russell cuando Jacqueline gritó:

—¡Alto! —Podía saborear la sangre en su boca—. Detente.


183

Ambos hombres mantuvieron a Russell a raya por el pelo, el cinturón y los dos
brazos. Jacqueline se tocó el costado del labio hinchado. Se frotó la sangre tibia
entre el pulgar y los dedos. Sus ojos brillaban con ira desenfrenada. Se paró
directamente frente al hombre y de repente le dio un rodillazo en los huevos.
Antes de que pudiera doblarse, la mujer lo golpeó con todas sus fuerzas. Russell
cayó al suelo sin ceremonias, sus manos agarraron sus huevos magullados.
José y Raúl aclamaron y vitorearon su aprobación, chocando los “cinco” entre sí
y con Jacqueline.

Jacqueline se arrodilló en el suelo al lado del hombre mientras este gemía de


dolor. Lo levantó por el pelo.

—Eso es solo una pequeña muestra de lo que puedo hacer. No me jodas


Russell. —Arrojó su cabeza hacia abajo después de silbar esas palabras.

—¿Entonces él es nuestro ahora? —preguntó José ansioso mientras crujía los


nudillos de su puño. Quería enseñarle a este hombre lo que significa meterse
con su familia.

—No. —Sonó un golpe repentino—. Está seguridad ahora para llevárselo. —Miró
al patético hombre que estaba acurrucado en posición fetal. —Russell, ¿cuál es
tu decisión?

—Me voy —susurró.

—No puedo oírte.

Enfurecido por este hombre, además de estar decepcionado de no poder cuidar


de la familia, José pateó a Russell.

—¡Responde, antes de que te mate!

—¡A! ¡A! ¡A! —gritó—. Me voy.

José lo pateó de nuevo.

—¿Tienes algo más que decir?

—Mantendré la boca cerrada —gruñó.

Jacqueline se levantó y se sacudió el polvo de las manos.


184

—Adelante.
Dos guardias de seguridad muy grandes entraron en la habitación oscura. Sus
ojos hicieron la pregunta, ¿qué demonios pasó aquí? Pero esa pregunta nunca
llegó a sus labios.

—Les agradecería que escoltara al señor Davies fuera de las instalaciones.


Asegúrese de relevarlo de su placa y de cualquier otra propiedad de la compañía
antes de que abandone los terrenos —dijo Jacqueline mientras se limpiaba otra
gota de sangre del labio—. Adiós, Russell, ha sido un placer hacer negocios
contigo.

Russell no reconoció la última indirecta. Solo espera, señora Jacqueline


Drakkon. Esto no ha terminado ni por asomo. Los guardias de seguridad
recogieron al hombre arrugado del suelo y, lo llevaron a la puerta.

Jacqueline miró a Raúl y a José. Ella asintió casi con imperceptibilidad. Ambos
hombres captaron el gesto y asintieron a cambio. En silencio siguieron a los
demás por la puerta. Después de que la pesada puerta se cerró suavemente,
Jacqueline se hundió en un sillón completamente agotada por esta experiencia.
Dejó caer una lágrima de los ojos cansados mientras colocaba la cabeza en su
palma levantada.

—Qué día. Qué día más jodido. —Cansada miró su reloj—. Y aún no ha
terminado.

BBB

—¿Estas bien? —Patty tocó suavemente el hombro de Jacqueline.

—Sí. —Jacqueline inclinó la cabeza hacia atrás sobre la rica tapicería del
automóvil de Patty. Lentamente cerró los ojos y reflexionó sobre todo lo que
había sucedido después de que Russell fuera escoltado fuera de la oficina de
Jason. Desde detrás de los ojos cerrados, viajó en el tiempo... de regreso a la
oscura oficina de Jason.

BBB

Jacqueline se sobresaltó cuando repentinamente las luces de la oficina se


185

encendieron. Levantó la vista y vio a Jason entrar en la oficina seguido de Patty.


—¿Qué pasó? —preguntó Jason cuándo vio el labio hinchado de Jacqueline.

—Voy a ir a la sala de descanso y conseguir algo de hielo para eso —ofreció


Patty y se fue.

—Entonces, no todo salió como estaba planeado —declaró Jason mientras


cruzaba la alfombra en dirección a su sillón. Lo pensó cuando vio a Russell
mientras desaparecía en el ascensor y a continuación se desvanecía de sus
vidas para siempre.

—Bueno, en su mayor parte todo salió bien —comentó mientras se tocaba el


labio con cautela. En ese momento entró Patty con una bolsa de hielo llena de
hielo picado y una toalla pequeña—. Gracias. —Jacqueline suavemente colocó
la compresa fría en su labio. Se sintió maravilloso—. ¿Me puedes hacer un
favor? —preguntó alrededor de la toalla.

—Claro que sí —respondió Patty ansiosamente.

—Llama a Kara y dile que todo está bien. —Trató de sonreír, pero sólo hizo una
mueca.

—Claro. Volveré tan pronto como la encuentre. —Patty se volvió y salió de la


habitación con una nueva ligereza evidente en su paso.

Jacqueline se apartó de la puerta donde Patty había salido hacia Jason.

—Tenemos algunos cabos sueltos para atar.

—Sí, lo sé. —Se frotó la barbilla—. Puedo ocuparme de Recursos Humanos. En


este momento, Gary ha confesado todo.

Jacqueline asintió de acuerdo.

—¿Entonces supongo que nada ha cambiado, y todo lo que habíamos supuesto


Russell lo ha confesado? —preguntó Jason.

—Digamos que ha tomado el trato. —Jacqueline sonrió—. Confío en que serás


discreto en relación a Janice y Cheryl. Ni siquiera quiero que sus nombres
suenen junto con nada de esto.
186

Había un desafío en la voz de la mujer que Jason tomó muy en serio.


—Jackie, no deberíamos...

Jacqueline lo interrumpió.

—Lo sé. Por lo menos deberían ser amonestadas por escrito, y como máximo
deberían ser despedidas. Pero para mí eso es como castigar a la víctima por ser
violada o disparada.

—Estoy de acuerdo en que es injusto...

—Sí, ya que aquí hay circunstancias atenuantes. Dime Jason, ¿no harías nada
para proteger a tus hijos?

—Sí, haría cualquier cosa, pero ahora es una cuestión de confianza. ¿Cómo
vamos a poder fiarnos de ellas otra vez?

Justo en ese momento se escuchó un golpe en la puerta.

—Adelante —llamó Jacqueline.

Entraron José y Raúl. Raúl se acercó a Jacqueline y le puso una mano suave
sobre el hombro.

—¿Está usted bien señora?

—Estoy bien gracias. —Jacqueline le dio unas palmaditas en la mano que


descansaba sobre su hombro para asegurarles a los hombres que realmente
estaba bien. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó dos sobres. Ella
se los ofreció a los hombres.

—Señora, no. No podemos tomar su dinero —intervino José.

—¿Por qué? —Jacqueline preguntó sorprendida de que los hombres se


negaran a recibir el pago por sus esfuerzos en esta pequeña farsa que hizo para
atrapar a Russell.

—Porque ese hombre es un bastardo. Estamos felices ayudarle. —Raúl


agregó cómo sentían que Russell era un completo bastardo, y estaban más que
felices de ayudarla a derribarlo.
187
—Gracias por todo. Jacqueline sonrió tanto como pudo a los hombres
comprensivos. Se detuvo por un momento. —Si tengo otro trabajo para
ustedes, ¿entonces toman el dinero?

Ambos hombres sonrieron torcidamente. Raúl gruñó,

—¿Otro trabajo?

—¿Si?

Raúl continuó:

—¿Será tan divertido como este trabajo?

Jacqueline se echó a reír.

—Sí. Lo prometo.

—Bueno. —José acordó tomar el nuevo trabajo—. ¿Cuando empezamos?

—Ahora. —Jacqueline les entregó una pequeña hoja de papel con un nombre y
una dirección—. Este es el ex esposo de Janice. Él es peligroso para Janice
y Cheryl. ¿Entienden?

Ambos hombres asintieron. Entendieron exactamente lo que Jacqueline estaba


diciendo. Ella les había explicado todo el asunto a los hombres antes de que se
mostraran para intimidar a Russell para que confesara. Habían dado una
actuación estelar para Russell, una actuación digna de un Oscar si lo decían
ellos mismos. Y aunque ninguno de los dos conocía a Janice ni a Cheryl, no
estaban de acuerdo con lo que Russell les había hecho. Sin mencionar lo que
las amenazas del ex marido de Janice le estaban haciendo. Esa no era forma de
tratar a una mujer, especialmente a la madre de tus hijos. Sí, estarían más que
felices de ofrecerle a esta bolsa de escoria un trato que no podía rechazar. Pero
también sabían que había una “nueva” esposa con la que habría que tratar.
Entonces Raúl preguntó:

—¿El hombre solamente? ¿Qué sobre la esposa?

—Hagan lo que ustedes tengan que hacer —respondió ella. Estaba segura de
188

que estos hombres podrían encargarse del “problema” con eficiencia inmediata
y total discreción.
—Bueno.

Jacqueline les entregó los sobres, y esta vez los hombres los aceptaron
gentilmente.

—Díganme cuando acaben.

—Bien. —José extendió su mano para estrechar la mano de Jacqueline. Ella lo


sacudió firmemente y luego estrechó la mano ofrecida por Raúl.

Ambos hombres se giraron para salir cuando José se volvió.

—¿Las lágrimas se pueden sacar? —Señaló a un lado de su cara.

—Oh, —sonrió ella con cansancio—. Pídanle a sus esposas su desmaquillaste


y una bola de algodón. Saldrán enseguida.

—Bueno. Adiós.

—Adiós. —Se despidió de sus cómplices.

—¿Qué fue todo eso? —preguntó Jason no seguro de lo que acababa de pasar
o quiénes eran esos hombres.

—Ese es un cabo suelto del que me estoy ocupando.

—Biiiieeennn —dijo Jason.

Jacqueline colocó su mano en su frente. No levantó la vista.

—Digamos que estoy asegurando el empleo futuro de Janice y Cheryl haciendo


que se solucione esa situación de una vez por todas. No debería haber más
problemas de “confianza” con ninguna de estas mujeres.

—Jackie, todavía no lo sé, —Jason se aventuró con cautela.

Jacqueline levantó la cabeza con un fuego ardiente en lo profundo de esos ojos


azules normalmente plácidos.

—Ya me ha hecho cargo, Jason. Déjalo ir. Janice habría asumido la culpa por ti,
y lo sabes.
189
—Sí, supongo que tienes razón. —Jason estaba avergonzado por su falta de fe
en Jackie. Cuando la Lady Dragón decía que algo estaba hecho, que ya estaba
hecho, nunca había necesidad de discusión sobre el tema.

Otro golpe llegó a la puerta.

—Adelante —llamó Jason.

Patty entró.

—No puedo comunicarme con Kara. —Jackie miró a la rubia mientras Patty
continuaba—. He llamado a su celular cada pocos minutos desde que me fui de
aquí. No contesta.

—¿Qué hay de su casa? —preguntó Jacqueline.

Antes de que Patty pudiera responder, Jason respondió:

—Tampoco contesta allí. —Ambas mujeres volvieron su atención al hombre


canoso. Él se encogió de hombros—. He estado tratando de localizarla desde
que salió de esta oficina.

—No se ha ido a casa —comentó Patty.

—Entonces, ¿a dónde se ha ido? —preguntó Jacqueline.

BBB

Fue sacada de sus reflexiones cuando sintió que el auto se detenía lentamente.

—Aquí estamos —dijo Patty en voz baja.

Con los ojos aún cerrados, Jacqueline preguntó:

—¿Dónde estamos ahora? —Estaba tan increíblemente exhausta que no estaba


segura de tener suficiente energía para abrir la puerta del automóvil y mucho
menos para salir de él. Ella y Patty habían marcado los números de Kara cada
pocos minutos desde que las dos habían estado en el automóvil. Patty la había
arrastrado de un extremo del condado al otro en busca de Kara. Habían ido a
varios bares y parrillas, a un club o dos, a la playa, e incluso a la biblioteca local,
190

y no habían encontrado señales de la mujer desaparecida.


—En casa de Kara —respondió Patty con un suspiro. Este había sido un día
increíblemente largo. Rezó para que Kara estuviera en casa sana y salva. Estaba
preocupada por su amiga. También estaba enojada por la mujer. Estaba
preocupada de que Kara pudiera haber hecho algo estúpido y destructivo.
Estaba enojada por el hecho de que esta mujer que había conocido y amado
durante tanto tiempo no contestaba su maldito teléfono celular. Además de eso,
ella había querido ser la primera en darle la noticia de que estaba absuelta de
los cargos, pero la mujer ilusoria había hecho de David Copperfield 37. Para ser
honesta, Patty no estaba segura de sí debería estar furiosa o molesta con Kara.

Ambas mujeres salieron cansadamente del automóvil. Jackie siguió a Patty por
el camino delantero que dividía el césped cuidadosamente recortado. Patty
redujo su avance hacia la casa y luego se detuvo. Subrepticiamente miró a su
alrededor antes de agacharse y recoger una piedra en particular que descansaba
debajo de un pequeño arbusto que había sido cortado con forma redondeada.
Patty volvió a mirar a su alrededor antes de dirigirse a la puerta. Mientras
procedía, dio la vuelta a la piedra y abrió un compartimento secreto en el fondo
de la roca. Recuperó una llave de la abertura cuando se paró frente a la puerta.
Patty fácilmente abrió la barrera que separaba a las dos mujeres de su presa,
con suerte.

—Los sonidos del silencio... —La música salió de la puerta abierta.

—Y el olor de Seagram38, ¡uf! —Patty avivó su rostro para disipar el olor.

Patty se hizo a un lado para que Jackie pudiera entrar en la casa de Kara. Cerró
la puerta después de que Jackie había entrado en el vestíbulo.

Ambas mujeres entraron a la casa con cautela. Los ojos azules y avellana se
volvieron hacia el sofá que cantaba una versión borrosa de “Los Sonido del
Silencio” que parecía estar en un ciclo de repetición interminable.

—¿Siempre es así?

Jackie volvió los ojos hacia Patty.


191

37
David Copperfield: ilusionista estadounidense considerado uno de los mejores en su género.
38
Seagram: marca de ginebra
Patty se encogió de hombros.

—Siempre es el último lugar donde miras.

192
Parte 10
Debido a la embriaguez más allá de mi control y los labios sellados de Patty y
Jac, no puedo continuar con esta historia.

Sin embargo, puedo contarte algunas cosas sobre ese día, ahora que ha pasado
un tiempo y mi memoria ha tenido tiempo de curar algo. Recuerdo cómo me sentí
cuando Jason me acusó de robo. Se sentía como si alguien me hubiera golpeado
en el estómago con un Louisville Slugger39. No podía respirar ni pensar por un
largo período de tiempo. Mi estómago se revolvía tanto que sabía que si hubiera
estornudado todo lo que había consumido en mi vida, sería arrojado al escritorio
de Jason. Era como si mi mente se hubiera apagado. Mis únicos pensamientos
eran que esto tenía que ser una pesadilla de la que necesitaba obligarme a
despertar. Pero no fue un mal sueño, fue una realidad y, sin importar lo que
sabía, no podía cambiar nada.

Lo siguiente que recuerdo es que mis emociones se arremolinaban en mi


corazón más rápido que el contenido de mi estómago. Recuerdo salir de su
oficina y vomitar en el baño de mujeres. Luego, una sensación abrumadora de
temor que se mezcló rápidamente con el miedo que se fue sazonando
generosamente con depresión, asaltó mis sentidos dejándome tambaleando. La
última vez que me agredieron con tanto dolor fue cuando los dos policías
empapados por la lluvia se pararon en mi puerta para decirme que mi esposo no
volvería a casa nunca más.

Así que hice lo que haría cualquier mujer inteligente que necesitara detener el
dolor rápidamente; me fui a casa y bebí mucho. Es triste decir que los viejos
hábitos tardan en morir. Creo que soy una mujer fuerte en la mayoría de las
circunstancias, pero esta fue una casualidad extraordinaria que no estaba
preparada para manejar, así como no estaba preparada para manejar la muerte
193

39
Louisville Slugger: Marca de bate de béisbol.
repentina de Timothy. Entonces hice lo que tenía que hacer para silenciar los
gritos en mi cabeza. De la misma manera que lo había hecho todos esos años
atrás. Bebí hasta que no pude oír ni sentir nada.

Déjame ver, ¿qué más recuerdo? Recuerdo llamar a mis amigos y hacer arreglos
para los niños. Después de todo, no quería que nadie arruinara mi fiesta de
lástima. Recuerdo que puse mi CD Simon y Garfunkle en el reproductor y lo
encendí. También recuerdo presionar Repetir para la selección número nueve,
Los sonidos del silencio. Luego me serví el primer trago, recogí la botella, el vaso
y me dejé caer en el sofá. Quiero decir que si voy a sentir pena por mí misma,
también podría estar cómoda.

Después del primer par de botellas, no recuerdo nada más con la excepción de
equilibrar una copa de brandy en mi frente. Por qué hice eso, no tengo idea, pero
recuerdo que disfruté la sensación del vidrio frío contra mi piel tibia. Ah, y sí
recuerdo, aunque con niebla, cuando la puerta principal se abrió y rezar para que
fuera un asesino en serie que me sacara de mi miseria. Después de ese punto,
todo era humo y espejos o blanco y negro.

Obviamente no era el asesino en serie por el que había rezado, oh no, nunca
tuve tanta suerte. Era mucho peor de lo que podría haber imaginado, eran Patty
y Jac. Me estremezco de horror al pensar en Jac entrando a mi casa y yo
estando, cómo podemos decirlo sí, sé que estaba borracha, pero vamos a ser
más delicados, ¿no? Estaba indispuesta y no estaba preparada para los
visitantes. Recuerda que me había enamorado de esta mujer alta y morena y lo
último que esperaba que alguna vez viera era que estuviera pasada de tragos.
Quería que ella me encontrara atractiva y deseable, no desmayada en el sofá
con la baba bajando por mi barbilla.

También me estremezco al pensar en cómo se veía mi casa. Sé que no estaba


tan limpia como cuando me desperté a la mañana siguiente. Soy obsesiva sobre
mantener una casa limpia. Un lugar para todo y todo en su lugar, ese es mi lema.
Sé que no fue así cuando llegaron.
194

¿Cómo puedo estar segura de que la casa era un desastre? ¿Cómo sé que era
un desastre babeante y apenas consciente cuando Jac y Patty entraron? Estas
son muy buenas preguntas para las que realmente desearía tener las
respuestas, pero Patty y Jac no me lo dijeron entonces y no me lo dirán ahora.
Eso me vuelve loca. No les importa si me vuelvo loca. Supongo que están
guardando sus secretos hasta la tumba.

Oh, lo siento. Me desvié un poco allí. Bueno, para que no te pierdas un día en la
vida de la manera que lo hice, supongo que será mejor que Patty te cuente lo
que sucedió mientras estaba incapacitada.

Así que sin más preámbulos aaaaqqqquuíííí eeeessssttttáááá Patty!

—¡Kara! —Patty medio gimió y medio lloró—. Sabes que no sé cómo hacer esto.

—Claro que sí. Sólo cuenta la historia —le respondí.

—¿Y dónde vas a estar cuando cuente esta “historia”? —preguntó Patty mientras
levantaba una ceja escéptica.

—¿Aquí? —Estiré los brazos para indicar mi cómodo sofá.

—Ahhh, no —respondió Patty—, si no te he contado lo que sucedió después de


todo este tiempo, ¿qué te hace pensar que lo haré ahora?

Gruñí

—Vale. Vale. Me voy. Pero volveré más tarde.

—Sí, al igual que Paul Harvey para contar el resto de la historia. Ahora muévete.

—Me voy. Dioses, puede ser tan agresiva

Me alejo y la miro con mi triste mirada de “Déjame quedarme” mientras estaba


de pie con la mano en la manija de la puerta. No hace falta decir que no funcionó.
Gran sorpresa ¿eh? Patty me miró con esos ojos color avellana severos, con los
brazos cruzados y de pie, la cadera apoyada contra el escritorio. No tienes que
ser un experto en leer el lenguaje corporal para entender que ella me estaba
diciendo que me fuera.

<<<<Portazo >>>
195
Patty observó cómo se cerraba la puerta mientras escuchaba cómo mis pasos
se desvanecías. Luego la rubia se volvió hacia su audiencia y comenzó
sorprendida.

—Ummmm, oh, hola. —Tal vez si los saludo con la mano, no me atacarán—.
Ummmm. —Pausa nerviosa—. Nunca he hecho esto antes.

<<< Gritos de aliento vienen del público >>>

—Me estoy sonrojando ¿verdad? —Patty hizo una pausa hasta que se confirmó
su sonrojo—. Sí, pensé todo lo que podía sentir. Vale, déjame intentarlo, pero
recuerden que soy una aficionada, así que sean gentiles. Ahora, ¿dónde lo
dejamos? —Se rasca la sien sumida en sus pensamientos—. Oh, lo recuerdo.
Acabábamos de entrar en la casa de Kara. Nosotras, Jackie y yo, y no lo creerías.

BBB

Jac y Patty se detuvieron en el vestíbulo de la casa durante un largo momento.


Ante ellas había un desastre igual al de una fiesta de fraternidad de toda la
noche. Botellas de varios tamaños cubrían la alfombra frente al sofá que
continuaba haciendo sonar una versión amortiguada de Los sonidos del silencio.
La mayoría de las botellas estaban vacías, pero algunas obviamente no habían
estado en la misma condición de vacío cuando tocaron el piso. Este hecho fue
dolorosamente evidente por los charcos de diferentes tamaños que había en la
alfombra. Uno podría medir cuánto líquido permaneció en la botella por el tamaño
de las manchas circulares. Patty sabía que estas manchas arruinarían la
alfombra una vez prístina.

Se enojará cuando se recupere, pensó Patty. No hay duda de eso.

Kara siempre era tan organizada cuando se trataba de su casa. Tenía un lugar
para todo y todo en su lugar, todo limpio y ordenado. Demonios, antes de que
Jarrod pudiera andar en bicicleta, sabía cómo lavar, secar e incluso planchar su
propia ropa. Patty sabía que Jarrod, Mark e incluso la pequeña Ashley estarían
tan atónitos como ella en este momento, al ver la casa en completo desorden.
196

La casa de Kara tenía un plano de planta muy abierto, el vestíbulo se abría a la


sala de estar que se deslizaba con gracia hacia la cocina. En la barra había
cuatro taburetes, una división de mimbre entre la cocina y la sala de estar. A la
derecha de la cocina había un gran arco abierto que conducía a la sala familiar.
Ahí es donde se situaba el estéreo, TV, VCR / reproductor de CD y, por supuesto,
el bar. Aquí es donde la familia pasaba la mayor parte del tiempo mirando
televisión, leyendo, escuchando música o jugando. Este es el lugar donde se
celebraban la mayoría de las fiestas. La larga extensión de suelo de baldosas se
presta para ser el lugar perfecto para bailar. Y a Kara le encantaba bailar y pasar
un buen rato.

Había un pasillo fuera de la sala familiar que conducía a las habitaciones de los
niños y un baño. Un conjunto de puertas corredizas de vidrio en la parte posterior
de la habitación familiar daba paso a la terraza y al área de la piscina. Más allá
del recinto que albergaba la terraza y la piscina, había un patio trasero muy
considerable. Patty sabía que Kara estaba muy orgullosa de esta casa. También
sabía que estaría fuera de sí por su estado, si fuera consciente de su entorno,
que no era. Ese último hecho también fue atestiguado por la forma en que su
amiga estaba tendida en el diván en la sala de estar.

Los ojos de Patty escudriñaron lentamente de una habitación a otra tratando de


procesar la destrucción que veía. Comenzando con la cocina que estaba más
allá de la sala de estar, mientras Kara continuaba con su canto borracho. La
cocina normalmente limpia y ordenada parecía como si una bomba la hubiera
golpeado. Las puertas de los armarios estaban medio abiertas. La despensa
abierta mostraba un desorden total con las latas volcadas. Las bolsas de papas
fritas colgaban precariamente de sus clips, parecían alpinistas que colgaban de
una repisa para salvar sus vidas. Una abundante capa de harina estaba rociada
sobre todo, lo que daba crédito a su analogía de escalada. La puerta del
refrigerador estaba entreabierta y algo púrpura goteaba de los estantes al piso.

Patty sacudió la cabeza. ¿Qué demonios estaba tratando de hacer?

No importaba que ella no pudiera entender, lo que su amiga había estado


haciendo. Los ojos color avellana se movieron desde la cocina horrible hasta la
sala familiar aún más alarmante. Era obvio por la cantidad de vidrio roto
197

mezclado con líquido en el piso de baldosas que más de una botella nunca llegó
a la sala de estar. Probablemente fue algo bueno, pensó Patty. Esas botellas
rotas eran un desastre, pero representaban menos licor que pasó por los labios
de Kara. Eso era algo muy bueno.

—Cielos —murmuró Patty—. Aquí huele a una maldita cervecería. —No podía
creer lo que veía.

Un cambio de sombra desde su lado derecho llamó la atención de la rubia.

Oh, mierda, Jackie está conmigo. No puedo creer que me haya olvidado de ella.
Rápidamente examinó las habitaciones, ¿podemos adivinar por qué la había
olvidado? No hay forma de que explique nada de esto, ya que ni siquiera sé qué
demonios está pasando aquí. Así que ni siquiera lo voy a intentar.

Cuidadosamente giró la cabeza asustada de lo que sería la caída de la Lady


Dragón. No le sorprendió ver que la ejecutiva parecía estar pegada al lugar
donde estaba parada. No tenía la mandíbula tan floja como Patty, aunque la
conmoción silenciosa pintada en sus rasgos angulares decía mucho.

—Por favor, dime que todas esas botellas no estaban todas llenas, —casi suplicó
Jackie.

—Puedo asegurar que no lo estaban. Kara es la “anfitriona perfecta”. Le gusta


dar muchas fiestas. Las fiestas son generalmente de traer tu propia bebida,
excepto la cerveza que compra justo antes de las fiestas. No veo ninguna botella
de cerveza, así que estas deben ser las sobras. No creo que estas botellas
estuvieran medio llenas cuando ella comenzó a beber. —Incluso cuando estas
palabras salieron de sus labios, Patty no estaba segura de si creía lo que estaba
diciendo.

—Es bueno escuchar eso —respondió Jackie en tono monótono—. Incluso a un


cuarto ellas equivalen a uno, ¿no crees?

Patty asintió en silencio de acuerdo.

Los sonidos del silencio comenzó a sonar de nuevo.

—Bueno, eso es suficiente —dijo Patty mientras se abría paso cuidadosamente


198

a través de las botellas, los fragmentos de vidrio y los Cheetos pulverizados hacia
el estéreo. Con un chasquido, la casa quedó en silencio.
—¡OYE! —gritó Kara. El repentino silencio despertó tanto a la mujer ebria que
se sentó en el sofá. Estaba tan sorprendida que el vaso que descansaba sobre
su frente quedó completamente olvidado. Tan rápido fue su ascenso a una
posición completamente sentada que el vaso medio lleno cayó sin ceremonias
en su regazo, donde vació todo su contenido sobre la costosa tela de los
pantalones de Kara antes de deslizarse suavemente sobre la alfombra.

—Maldita sea —gritó Kara mientras se levantaba del sofá para quitar el líquido
de sus pantalones. Estaba tan borracha que casi se cae antes de estabilizarse
colocando su mano en el respaldo del sofá.

Kara miró a Patty con ojos vidriosos.

—¿Qué demonios haces aquí? —Kara arrastraba las palabras. Su cuerpo se


balanceó—. ¿Cómo has entrado?

—Estábamos preocupadas por ti, gran tonta. Te hemos estado llamando y


buscándote por malditas HORAS —dijo Patty mientras estaba parada al lado del
estéreo—. Además sé dónde escondes la llave de la casa.

—Oh, en serio. Maldición, voy a tener que hacer algo al respecto. —Kara se
balanceó sin levantar la vista de su roce de su entrepierna mojada. Cuando miró
a Patty, sus cejas oscuras se arrugaron al pensar—. Espera un segundo.
¿Nosotras? ¿Quiénes son nosotras?

—Creo que se está refiriendo a mí. —Otra voz flotaba desde detrás de una
inestable Kara.

Kara siguió la voz lentamente para ver quién era la dueña. Sus ojos
entrecerrados se abrieron más cuando vio a Jacqueline. Jacqueline no se había
movido de donde estaba parada en la entrada.

Con un grandioso movimiento de brazos, Kara dijo:

—¡Bienvenida a Shangri-La! —El movimiento de sus brazos era demasiado


amplio y perdió el equilibrio por completo y cayó. Afortunadamente, se cayó en
el sofá. Tanto Jackie como Patty corrieron instintivamente hacia el sofá mientras
199

trataban de evitar los obstáculos de vidrio en su camino. Las dos mujeres


llegaron al frente del sofá simultáneamente. Encontraron que Kara se desplomó
en los cojines. Kara rio—. Si hubiera sabido que vendrías, habría horneado un
pastel. —Sus risitas se convirtieron en risotadas.

—Parece que ya lo has intentado. —Patty se rio entre dientes.

—¿En serio? ¿Hasta dónde he llegado? —Kara estiró el cuello para ver cómo le
había ido.

—Bueno, digamos que has encontrado la harina.

Kara miró a su amiga con curiosidad, y luego su rostro estalló en una amplia
sonrisa.

—Demonios, estoy sorprendida que pudiera encontrar la cocina.

Miró de Patty a Jackie otra vez.

—Oh Jac, ¿cuándo has llegado aquí?

Jac sonrió levemente.

—Hace solo unos minutos.

—Bienvenidas a mi casa. —Miró a su alrededor antes de volver a mirar a los ojos


de Jacqueline—. Normalmente está más limpia. Creo que hice un desastre. —
Kara comenzó a reírse de nuevo.

—Podemos arreglarlo —dijo Patty tentativamente.

Kara giró lentamente la cabeza para mirar a Patty a los ojos.

—¿Eso zrees?

—Sí. —Patty sonrió.

Ambas mujeres notaron que el balbuceo de Kara estaba en aumento. Tendrían


que escuchar atentamente para traducir el lenguaje del desenfreno borracho.

—Genial. —Kara se echó hacia atrás y cerró los ojos.

—Ah, mierda —dijo Patty. Se inclinó y sacudió la figura postrada—. Vamos, Kar.
Despierta.
200
—Estoy despierta. Estoy despierta. —Miró a Jacqueline nuevamente y sonrió—
. Oye, ¿cuándo llegaste a aquí?

Ni Patty ni Jacqueline pudieron evitar reírse de esta pobre borracha.

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Kara.

—Nada es gracioso, cariño. En este momento eres tan linda —comentó Patty.

Miró a Jackie.

—¿Crees que soy linda?

Jacqueline estuvo de acuerdo con Patty.

—Sí, muy linda.

—¿Piensas que soy bonita? —preguntó Kara. Con cierto esfuerzo, la mujer ebria
se incorporó, antes de ponerse de pie inestablemente. Se enfrentó a Jacqueline
directamente.

—Sí, lo pienso —respondió Jacqueline.

—¿Sabías que creo que eres hermosa?

Jacqueline simplemente sonrió.

Patty estaba en estado de shock con la boca abierta. Vio como Kara se acercaba
a Jackie. Sus ojos entrecerrados se cerraron lentamente. Su postura indicaba
que iba a besar a Jackie directamente en los labios. Los ojos de Jackie estaban
muy abiertos. Patty vio pasar una mirada de incertidumbre por primera vez en la
cara de la ejecutiva. Jackie parecía totalmente fuera de su alcance y Patty sabía
que tenía que hacer algo rápido para evitar una situación muy vergonzosa para
todas las involucradas.

Dioses, Kar, no hagas esto, no ahora.

Con una reacción instintiva, Patty agarró a Kara por los hombros por detrás y la
giró tan rápido que la mareada aterrizó en sus brazos en lugar de los de la
vicepresidenta. Pero Kara las asombró con su determinación y su puntería
201

mientras atrapó los labios de Patty con los suyos. La fuerza que Kara ejercía
sobre Patty hizo que a la rubia le resultara difícil escapar de su agarre.
Finalmente fue capaz de escabullirse.

—¡OHHH NO! ¡No! ¡No! —Las palabras de Patty llegaron en un crujiente ritmo
staccato mientras retrocedía del alcance de Kara—. No tendremos más de eso.
Diablos, no me han manoseado así desde que estaba en la escuela secundaria
en el asiento trasero del automóvil del mariscal de campo.

La sonrisa satisfecha de Kara se atenuó cuando sus cejas oscuras se fruncieron


en confusión:

—¿Patty?

—Sí.

—¿Pol qué mi besas?

—¡¿Te he besado?! —La boca de Patty estaba abierta y no estaba segura de


qué hacer o decir a continuación.

—Sí, mi alegro de que puedaf admitirlo. —La boca de Patty se abrió de par en
par—. Pero Pat, sabes que mi corazón pertenece a otra.

—No, tú me has besado querida. —Patty corrigió suavemente a Kara todavía


aturdida por las admisiones de su amiga. Patty sabía que había verdad detrás
de las confesiones borrachas de Kara.

La frente de Kara se mantuvo fruncida. Obviamente sumida en sus


pensamientos, miró a su izquierda y su derecha.

—¿A dónde fue Jac?

—Estoy aquí.

Kara miró hacia arriba y hacia abajo, luego hacia la derecha y hacia la izquierda
como si estuviera escuchando un mensaje del mundo espiritual. Finalmente miró
por encima de su hombro donde encontró a la alusiva Jac. Sus ojos se atenuaron
cuando una sonrisa siniestra se apoderó de sus labios.
202

—Oh, ahí estás. —Kara rio—. Besé a Patty pof error. Ce zuponía que debía
besarte.
—Bueno, no hagamos nada de lo que podamos arrepentirnos mañana. —Patty
involuntariamente tocó sus labios. Chica, maldita sea, puedes besar. No
permitamos que eso vuelva a suceder. Patty sonrió ante sus propios
pensamientos.

—¿Pol qué me arrepentiríaaa de habela besado? Ella es fermosa. ¿No crees


que es fermosa?

—Sí, lo es. —Patty volvió a colocar a su amiga un poco para que su aliento
impregnado de licor no rizara el cabello rubio.

—Ha dizho que le gusto. Ha dizho que le gusto mucho.

Patty tardó unos minutos en traducir las últimas palabras de su amiga. Se sonrojó
cuando entendió lo que su amiga había estado diciendo, cómo que no estaba
claro que estaba hablando. Por el rabillo del ojo podía ver que Jackie alzaba las
cejas. Sus labios se torcieron extrañamente con comprensión. Esto hizo que
Patty se sonrojara aún más.

»Entonces, mira, puedo besarla, porque de todos modos no la veré después de


esto. —Los ojos de Kara estaban enfocados en algo lejano. La tristeza en su voz
era palpable.

—¿Por qué no me verías más? —preguntó Jackie algo aturdida.

Kara miró por encima de ambos hombros tratando de encontrar la fuente de la


voz que estaba detrás de ella.

—Porque ya no trabajo allí, ya no trabajaré más sontigo. ¿No lo has oído? ¿Soy
una malvada malversadorra? —Kara casi gruñó las últimas palabras levantando
las manos para que parecieran garras.

—No eres una malversadora —continuó Jackie.

—Probablemente me enviarán a prisión.

—No vas a ir a prisión —dijo Patty.

—Harán que ufe esos feos uniformes verdes de la prisión con un número sobre
203

mi teta izquierda. —Ante esto, colocó su mano sobre su corazón en


demostraciones del lugar donde residiría su número.
—No vas a ir a prisión —reiteró Patty con más fuerza.

—Tendré que convertirme en la esclava del amor de Big Mama porque ella me
protegerá. —Kara continuó sin cesar.

Esta vez Jackie hizo girar a la mujer para que Kara la enfrentara directamente.

—Kara, no-vas-a-ir-a-prisión. —Jackie habló lenta y claramente, enfatizando


cada sílaba para lograr el máximo en claridad. Su objetivo era atravesar la densa
niebla que había rodeado el cerebro de Kara.

—¿Qué les va a pasar a mis hijos? —Kara agarró a Jackie, la desesperación era
evidente en su tono y en su incómodo agarre.

Jackie tomó la cara de Kara con ambas manos. Mantuvo la cabeza quieta
mientras sus ojos azules intentaban penetrar los litros de licor que Kara había
ingerido.

—NO irás a prisión. NO te acusarán de ningún delito. NOSOTROS nos


ocupamos de todo. Todavía tienes un trabajo. Todavía tienes tu vida. Así que no
tienes que preocuparte por tus hijos. —Jackie hizo una pausa—, Kara, ¿me has
escuchado?

Kara asintió en silencio aparentemente tratando de procesar todo lo que Jackie


le estaba diciendo.

Las cejas claras de Patty se fruncieron ligeramente.

—¿Hablando de los niños? —Miró inquieta alrededor de la casa silenciosa—.


¿Dónde están los niños?

—Kara, ¿dónde están tus hijos? —preguntó Jackie intencionadamente mientras


aún sostenía la cara de Kara.

Una amplia sonrisa brillante creció en la cara formalmente triste de Kara.

—Sabes que tengo tres hijos geniales. —Levantó tres dedos para ilustrar el
número—. Estoy muy orgullosa de ellos. —Hizo una pausa. Jackie vio que algo
cambiaba en sus ojos. Oleadas de nueva tristeza emanaron de Kara—. Deberían
204

ser las cuatro.


Jackie apartó la mirada de Kara a Patty. Patty articuló: “más tarde”.

Era obvio que Kara no estaba funcionando a toda máquina, así que volvió a
preguntar:

—Kara, cariño, ¿dónde están los niños?

—Debería haber sido cuatro. —Kara se secó una lágrima de los ojos antes de
sacudir el agarre de Jackie—. ¿Los niños? —Kara repitió la pregunta que le
hicieron.

—Así es, cariño, ¿dónde están los niños? —Jackie reiteró suavemente.

Kara miró a Jackie confundir sus rasgos. Luego desconectó los ojos de Jackie e
inclinó la cabeza hacia abajo como si estuviera tratando de recordar dónde se
encontraba su progenie. De repente, ella levantó la cabeza.

—Lo he rezordado. Están con mis amigos.

—Kar, ¿qué amigos? —preguntó Patty desde detrás de la mujer borracha


cuando sonó el teléfono. Todas esperaron a que la máquina contestara. Una voz
distintivamente incorpórea del sur provenía del altavoz del contestador
automático antiguo.

<<< —¡¡Kara!! ¿¿¿Están en casa??? Bueno, supongo que no, ya que me has
llamado para cuidar a la pequeña Ashley. <Risita coqueta>. Kara, cariño,
trabajas demasiado duro. Tal vez podría darte un buen masaje para aliviar esos
hombros apretados cuando lleve a casa a tu querida hija. Oh, por qué llamo,
bueno, tu pequeña Ashley se niega a usar la misma ropa dos días seguidos, así
que iré en un rato para recoger algo para que use mañana. No preocupes a tu
linda cabecita por nada, tengo la llave de emergencia que me diste. Espero que
el día no haya sido demasiado duro para ti. Espero que estés bien y llegues
pronto a casa. >>> <<< CLICK >>>

—Mierda, —se quejó Patty.

—¿Quién era esa? —Jackie estaba claramente molesta con la llamada. ¿O


205

estaba enojada por la persona que había llamado? La apuesta de Patty estaba
en esto último. No pudo evitar notar el distintivo timbre de los celos en el tono de
la mujer más alta.
—Ezaaaa ummm —Kara chasqueó los dedos en el aire tratando de recordar
quién pertenecía a la voz en el teléfono—. Ezaaaa es Maryland. Ella también es
una madre soltera. Tieneee una niña de la edad de Ashley y creooo que ella me
quiere. —Ante ese último comentario, Kara se rio. Jackie obviamente no estaba
divertida.

Patty presionó:

—Kar, ¿dónde están los chicos?

—Oh, todos están en casa de Renee —agregó—, y la pequeña Joy está en el


cielo, así que todos los niños están contados.

Joy. Jackie murmuró pensando que estaba malinterpretando el insulto


pronunciado de Kara.

Más tarde, articuló Patty a cambio. Habría mucho de qué hablar más tarde.

Jackie asintió con la cabeza.

—Supongo que será mejor que limpiemos este lugar —expresó Jackie sus
pensamientos—. Antes de que Marilyn llegue aquí.

—Sí, pero primero será mejor llevarla a su habitación y fuera de la vista —dijo
Patty mientras calculaba abatida la cantidad de porquerías que tendría que
eliminarse para que este lugar se presentara nuevamente.

Patty y Jackie manipularon a Kara totalmente intoxicada para que pudieran


cargarla a medias, guiarla a su habitación.

—¿A dóndeee vamos? —preguntó Kara.

—Te llevamos a la cama —respondió Patty.

—¿Las dos? —preguntó la mujer borracha—. Pat, sabes que quiero estar con
una mujer, pero no estoy preparada para ningún amege… amenage... demonios
un trío. Además, Patty, eres una mujer casada. No recibass ideasr de ese beso.
206

Fue un error, agradable pero un error. —Luego miró a Jackie—. Pero tú, por otro
lado, estás soltera.
Jackie no pudo evitar reírse.

—Sí, lo estoy.

—Y tú dicesss que piensas que soy linda. —Kara entonó la palabra 'lindo' en una
canción de moda.

—Sí, he dicho eso —respondió Jackie mientras ella y Patty conducían a la mujer
borracha por la puerta de su habitación.

—¿Quieres dormir conmigo esta noche?

—¡Krist Kara! —gritó Patty. ¡OH DIOS MÍO, Kara! Te vas a odiar a ti misma en
la mañana. Esperemos que no recuerdes nada de hoy.

Antes de que Jackie pudiera dar algún tipo de respuesta, Kara continuó con su
pensamiento.

—Sí, sé que en realidad no soy tan fácil. Pero estoy muy borracha y eres tan
hermosa, así que si quieres, —movió las cejas oscuras de arriba abajo.

—Kara, ya basta —dijo Patty entre risas. Su mejor amiga estaba siendo tan
indignante que Patty no pudo evitar reírse. Tanta munición para burlarse de su
amiga borracha, pero tan poco recuerdo que haría que burlarse de Kara fuera
infructuoso. Así es la vida. Patty finalmente continuó su pensamiento verbal—.
Nadie va a dormir con nadie esta noche.

—¿Por qué no? —preguntó Kara.

—Porque estás borracha. Nadie se va a aprovechar —respondió Jackie.

Una amplia sonrisa de gato de Cheshire se extendió por las facciones de Kara.

—Está biennn aprovezharse.

Las mujeres conscientes gruñeron. Luego, con un ruido sordo, ambas mujeres
depositaron a la tercera en su suave cama. Con un poco de esfuerzo, llevaron a
la mujer semi consciente más segura a la cama. Kara yacía desparramada
cuando comenzó a cantar una versión ligeramente farfullada de Lady
207

Marmalade.

Conoció a Marmalade en Old New Orleans


Contoneando sus atributos por la calle

Ella dijo: Hola,

Oye Joe, ¿quieres intentarlo?

Mmm Hmmm Gitchi Gitchi Ya Ya Da Da

Gitchi Gitchi Ya Ya Aquí

Mocca chocolata Ya Ya

Criolla Lady Marmalade

Para el coro Kara se incorporó, y con una mirada feroz en sus ojos continuó
cantando a Jackie.

Voulez-vous coucher avec moi ce soir40?

Voulez-vous coucher avec moi?

Mi hermana

Voulez-vous coucher avec moi ce soir?

Voulez-vous coucher avec moi?

Hmmmmmmm

Patty se quedó horrorizada al ver a su amiga ponerse de rodillas. Kara continuó


cantando mientras se deslizaba por la cama hacia Jackie como una pantera
acechando a su presa. En este momento, Kara no era la Kara que todos
conocíamos y amamos, sino una bestia voraz que no se detendría de tomar lo
que quería. En este momento quería a Jackie.

—¿Estás segura de que esas botellas con las que la encontramos no estaban
llenas? —preguntó Jackie mientras retrocedía un poco.

—Podría haber estado equivocada sobre eso —respondió Patty, de repente


totalmente insegura de la cantidad de licor que su amiga había bebido.

—¿Podrías haberlo estado? —replicó Jackie.


208

40
Voulez-vous coucher avec moi ce soir: Quieres acostarte conmigo esta noche.
Kara continuó la canción hasta que llegó al borde de la cama donde estaba
Jackie. Todavía de rodillas se enderezó y puso una mano sobre cada uno de los
hombros de Jackie. Aquí terminó la canción. No había duda de lo que la mujer
ebria estaba relatando a través de las letras y el lenguaje corporal solícito.

Ahora está en casa haciendo 9 a 5

Viviendo su valiente vida de mentiras

Pero cuando apaga la luz para dormir

Todos los recuerdos vuelven más, más, más

Gitchi Gitchi Ya Ya Da Da Da

Gitchi Gitchi Ya Ya aquí

Mocca chocolata Ya Ya

Lady criolla Jac... quel... liiiiiiinnnnee.

Voulez-vous coucher avec moi ce soir?

Voulez-vous coucher avec moi?

Voulez-vous couchez avec moi ce soir?

Querida

Voulez-vous coucher avec moi ce soir?

Voulez-vous coucher avec moi?

Voulez-vous couchez avec moi ce soir?

Lady Criolla Jacquline.


209
La canción y la cantante se desvanecieron. Kara volvió a caer sobre la cama y
se desmayó.

Ambas mujeres se quedaron en un silencio aturdido, sin mencionar incómodo.


Patty cerró los ojos y rezó para que su amiga no solo durmiera sin abrir la boca
de nuevo, sino que no recordara nada de esta noche. Patty sabía cuánto se
preocupaba Kara por Jackie. Mataría a su amiga recordar todo lo que había dicho
o hecho esta noche frente a Jackie. También rezó para que la señora Jacqueline
Drakkon fuera lo suficientemente inteligente como para saber qué se trataba de
Kara bajo la influencia de grandes cantidades de licor y no tomar nada de lo que
dijo o hizo demasiado en serio. Abrió los ojos para ver a Jackie sentada al lado
de la figura postrada. La mujer escultural acarició suavemente el cabello de Kara.

Patty lanzó un suspiro de alivio. Esto va a estar bien después de todo. Gracias
Dios. Patty se aclaró la garganta. Jackie levantó la vista.

—Mejor me voy a limpiar la otra habitación antes de que Marilyn llegue aquí.
¿Podrías atenderla por mí?

—Claro que me quedaré con ella, pero ¿no vas a necesitar ayuda? —preguntó
Jackie.

—Naa, no es tan malo como parece. —Jackie la miró con escepticismo—. Vale,
es malo, pero puedo manejarlo.

Patty estaba en la puerta cuando escuchó a Jacqueline decir:

—Tiene una voz agradable, ¿verdad?

Patty sonrió.

—Sí, tiene una gran voz. Deberías escucharla cuando esté sobria. —Dicho esto,
la rubia salió de la habitación en su misión de hacer que la casa estuviera
presentable una vez más.

BBB

Patty se arrodilló desde la posición agachada que había tomado en el suelo.


210

Sostenía un cepillo de fregar con una mano enguantada de plástico amarillo.


—Espero que Kara tenga un limpiador de alfombras que elimine las manchas de
licor. —Patty se detuvo unos momentos para admirar su trabajo. Las manchas
habían desaparecido casi por completo. Una vez que la alfombra se secará en
las áreas donde había fregado, estaba segura de que una persona estaría en
apuros para encontrar alguna señal de la bacanal de Kara.

Antes había abierto la ventana para dejar salir el hedor y que entrara el aire
fresco. Afortunadamente, no era un día muy húmedo y había una ligera brisa,
por lo que el olor de Jim, Jack, José y el resto de los chicos había desaparecido
bastante bien. Había barrido todo y recogido todas las botellas vacías. Puso toda
la basura en una bolsa de basura grande y luego la tiró en la parte trasera de la
casa. Barrió y enderezó la cocina y puso a preparar una cafetera de café fuerte
antes de abordar la alfombra en la habitación principal. Antes de poder limpiar la
alfombra, tuvo que aspirar todo el polvo de Cheeze Doodle que estaba
generosamente rociado sobre la alfombra y el sofá. Luego tuvo que limpiar la
mesa de café. Luego, frotó las manchas.

Patty se levantó y miró alrededor de la casa antes de asentir con satisfacción.


Había hecho un buen trabajo.

Sus ojos verdes miraron hacia el pasillo que conducía a la habitación de Kara.
Jackie seguía vigilando a veces consciente, a veces no a Kara de una manera
tan tierna que le llegaba al corazón. Parecía que la temible Lady Dragón tenía
un lado cariñoso muy secreto. Bridgette le había contado lo gentil y amable que
era Jacqueline Drakkon, pero no lo había creído hasta que lo vio con sus propios
ojos.

Ver a Jackie con Kara respondió muchas de las preguntas no formuladas de


Patty. La joven sonrió, sí, había empujado a Kara un poco cuando se trataba de
Jackie porque creía que Jackie sentía algo por ella. Ahora estaba feliz y algo
aliviada de que todo lo que le había dicho a su amiga era cierto. Ahora no había
duda sobre ese punto.

La rubia se quitó los guantes de goma y entró en la cocina para depositarlos y el


211

cepillo debajo del fregadero. Levantó la vista cuando oyó que las llaves se
agitaban en la cerradura de la puerta.
¡UF! Eso es precisión. Pensó Patty aliviada.

Para su sorpresa, Jarrod cruzó la puerta con Mark pisándole los talones.

—¿Jarrod? ¿Mark? ¿Qué hacen aquí? —preguntó Patty. Mark reconoció a Patty
con un rápido saludo antes de correr a su habitación y cerrar la puerta.

—Vivimos aquí. ¿Por qué estás aquí? ¿Dónde está mamá? —Jarrod miró a Patty
con recelo.

—Uh. —¿Por qué estoy aquí? ¿Porque tu mamá está bastante pasada de
tragos? Kara, enferma. Eso es, enferma, sí, vamos con eso—. Tu mamá no se
siente bien, así que la traje.

Pero su oración cayó en el aire cuando Jackie entró en la habitación.

—Patty, ¿tenemos más caf…? —Dejó de hablar cuando vio a Jarrod.

—Ummmm, la trajimos a casa —corrigió Patty rápidamente.

Jarrod miró silenciosamente de una mujer a otra, la preocupación mezclada con


confusión coloreó sus rasgos normalmente despreocupados.

—¿Tuvieron que traerla a casa? ¿Qué tan enferma está? —Comenzó a moverse
hacia Jackie.

Jackie interceptó al joven.

—Jarrod, no hay necesidad de preocuparse. Simplemente está sobrecargada de


trabajo.

—¿Entonces tuvieron que traerla a casa? —Ojos color avellana se entrecerraron


con ira.

Fue en ese desafortunado momento que Kara decidió hacer erupción en el


camino de un eructo que podría haberse escuchado a un kilómetro de distancia.

—¿Quess ha cido eso…?

Los ojos de Jarrod se oscurecieron. Se dirigió con determinación hacia la puerta


de su madre.
212
Jackie se interpuso entre el adolescente y su objetivo. Colocó una mano fuerte
aunque bien cuidada en el centro del pecho del joven. Jarrod miró la mano de
Jackie y luego directamente a sus ojos su evidente ira.

—Jarrod, tu mamá ha tenido un mal día y no es ella misma en este momento.


Esa es la razón por la que hizo otros arreglos para ti, tu hermano y hermana.

Su postura agresiva se suavizó, pero sólo un poco.

—Tenía que volver a casa. Necesitaba mi camiseta para el evento de mañana.


Además, tengo que imprimir mi informe científico, que tengo que entregar
mañana. Además, nunca ha tenido un problema conmigo vigilando a Ash y Mark
antes, entonces, ¿qué pasa?

—Mira Rod —llamó Patty desde donde aún estaba parada en el mostrador de la
cocina—. ¿Recuerdas lo que te pasó la víspera de Año Nuevo?

Jarrod miró a Patty por un momento sin comprender, luego una leve sonrisa
apareció en sus labios. El joven comenzó a sonrojarse hasta las raíces de su
cabello.

—Sí, ¿quieres decir que ella está?

Patty no pudo evitar reírse cuando ocurrió otra erupción.

—Sí, se pasó celebró la finalización de este proyecto.

—¿Entonces está borracha?

—Borracha —respondió Patty.

—Caramba —dijo y miró a Jackie, que acababa de quitarle la mano del pecho—
. Oh hombre, y ella tiene que ir a trabajar mañana, ¿verdad?

—Sí —respondió Jackie.

Jarrod se echó a reír.

—OOOOHHHH hombre. Eso no va a ser bonito. —Miró la jarra de café casi


vacía—. Mejor pon otra jarra.
213

Se retiró de la habitación todo el tiempo riéndose y repitió una y otra vez:


—OHHHHH HOMBRE.

Antes de que cualquiera de las dos mujeres pudiera respirar, la puerta principal
se abrió y una mujer alta y desgarbada con el pelo largo entró.

—Bueno, Pats, ¿qué están haciendo aquí?

—Lyn —comenzó Patty—, Kara no se sentía bien, así que la traje a casa.

—Oh, espero que no sea nada demasiado serio —dijo arrastrando las palabras—
. ¿Tal vez debería echar un vistazo? Saben que soy enfermera y...

—No, está bien, tenemos todo bajo control —dijo Jackie rotundamente,
entrecerrando los ojos azules.

Los ojos oscuros evaluaron a Jacqueline con una mirada más cercana de arriba
abajo. Patty hizo presentaciones apresuradas:

—Lyn, esta es Jacqueline Drakkon. Es vicepresidenta de la compañía.

—De ver-dad. —Cada sílaba fue prolongada y llena de desdén—. Encantada. —


La mujer se detuvo nuevamente, sus ojos aún evaluaban a la extraña mujer que
estaba desafiante frente a la entrada del dormitorio de Kara—. Bueno, ya que
tienen todo bajo control, iré a buscar algunas cosas para nuestra pequeña
Ashley. Voy a estar un momento. Dile a Kara que tengo todo bajo control y que
no se preocupe por nuestra niña.

—Lo haré —dijo Patty.

Marilyn lanzó una mirada despectiva más a Jacqueline antes de salir de la


habitación.

Nuestra pequeña niña. Está marcando territorio en la pierna de Kara, pensó


Patty.

Jackie lentamente apartó los ojos de la forma que se retiró a través de la sala
familiar y bajó por el pasillo hacia Patty.

—Vaya, mi querida señora Ambrose, eres una mentirosa genial.


214

—Hago mi mejor trabajo bajo presión —respondió Patty mientras sacaba otro
filtro de café del armario para preparar una jarra de café recién hecho.
—¿Qué pasa con Jarrod? Le has dicho la verdad.

—Jarrod ahora tiene 17 años, casi 18. Tiene la edad suficiente para manejar la
verdad. Además, esa es la forma en que Kara siempre ha tratado con los niños.
Sólo diles la verdad, los niños descubrirán el resto por su cuenta. Realmente
funciona. —Patty se encogió de hombros.

Marilyn regresó saltando a la sala con una maleta rosa en miniatura en la mano.

—Bueno, ya me he ocupado de nuestra pequeña Ash. Dile a Kara que la llamaré


más tarde para ver cómo está, ¿de acuerdo?

—Vale —dijo Patty.

—Ah, y ha sido un placer conocerla, señora Drakkon. —Lo que traducido


significaba, vete al infierno y Jackie lo sabía.

—El placer fue todo mío, te lo aseguro —respondió Jackie con una sonrisa que
significaba, entonces vete a la mierda tú y el caballo que montas desvergonzada.

Con una floritura, la belleza del sur salió por la puerta.

Sin levantar la vista de su tarea de colocar café molido en el filtro, Patty comentó:

—No.

—¿No a qué? —preguntó Jackie con curiosidad.

—Ella no está involucrada con Lyn. —Patty vertió una jarra llena de agua en la
parte superior de la cafetera—. Me ha hablado de eso, y no hay nada allí, al
menos del lado de Kara de todos modos.

—¿Qué te haría decir algo así?

Patty colocó la jarra debajo de la carcasa del filtro y presionó el botón de inicio.
Levantó la vista y se encontró con los ojos de Jackie.

—Bri y yo hablamos. —Hizo una pausa—. Hablamos mucho. Además de eso


soy una mujer, una mujer observadora. No tengo que ser un científico de cohetes
para ver qué te preocupas por Kara y que querías destrozar a Lyn.
215

Un ligero sonrojo subió a la cara escultural de la mujer. Jackie separó los labios
para hacer un comentario cuando los inconfundibles sonidos de vómitos entraron
en la habitación donde estaban las dos mujeres. Sin dudarlo, Jackie corrió hacia
la habitación.

—Que empiecen los juegos. —Patty la siguió.

BBB

—Realmente necesitamos llevarla a la ducha —comentó Patty—. A ver si


podemos devolverla a la vida.

—Bueno, —la mujer alta se quitó la chaqueta y se desabrochó la blusa de seda—


. Como soy la más alta de las dos, lo haré.

—No realmente. —Patty protestó.

—Patty, en serio, mírala.

Ambos pares de ojos estaban fijos en la mujer postrada que estaba tendida en
el piso de baldosas frente al inodoro. Kara estaba acariciando el inodoro y
agradeciéndole por ser tan agradable y genial.

—Bien, en eso tienes razón. ¿Crees que deberíamos desnudarla? —preguntó


Patty. La mujer más pequeña desvió la mirada mientras Jackie continuaba
desvistiéndose hasta sus bragas y el sujetador de satén a juego.

Maldita sea Kara, si no estuviera casada definitivamente te daba un repaso.

—Sí.

Ambas mujeres se acercaron a Kara que todavía estaba acariciando el piso.

—Kara, cariño, tienes que sentarte —dijo Patty mientras se agachaba en el suelo
junto a su amiga. Jackie se levantó del otro lado para que cuando Kara se sentara
pudiera recostarse contra su pecho. Con el esfuerzo combinado de las dos
mujeres, Kara estaba en posición vertical una vez más. Al menos
momentáneamente de todos modos, es decir, hasta que los huesos volvieron a
su estado gelatinoso anterior, y se vio obligada a encorvarse contra Jackie.

Patty comenzó a desabotonar la camisa de Kara cuando su amiga le dio una


216

palmada en las manos. Por supuesto que echaba de menos a la pequeña rubia
por completo.
—¡Oye! ¡Oye! ¿Qué estabas haciendo?

—Kara, cariño, te pondremos en una ducha fría para que te sientas mejor.

Los ojos llorosos miraron los verdes comprensivos.

—Genial, ¿cómo el piso?

Patty se rio.

—Sí, cariño, igual que el piso, pero con agua. Así que no queremos arruinar
nuestra buena ropa de trabajo, ¿verdad?

Kara negó con la cabeza.

—Así que sé una buena chica y deja que te desnudemos.

Kara inclinó la cabeza como un perrito confundido.

—¿Nosotras?

Con un profundo suspiro, ella respondió.

—Jackie y yo. —Estiró la mano y el resto de la blusa de Kara fue desabrochada


sin incidentes. Pensó que tendría que hacer el resto rápido, mientras que la
atención de Kara estaba ocupada. Patty le quitó rápidamente la camisa, se
desabrochó el puño y luego pudo quitarle la camisa a Kara con un mínimo
esfuerzo.

Kara miró por encima del hombro.

—Hola Jac.

Jackie sonrió.

—Hola Kara

—¿Qué estás haciendo allí?

—Sosteniéndote mayormente.

—¿Quieres decir que no estoy haciendo yo? —La morena más pequeña miró a
217

su alrededor—. Oye, no hay pausass. —Luego, mirando los brazos que estaban
a su alrededor, notó—. Oye, ya no tieness camisa.
—No, porque voy a ayudarte en la ducha —respondió Jackie.

Kara se inclinó hacia delante y giró el torso para mirar a Jackie más directamente.
Esto funcionó muy bien para Patty, que acababa de comenzar a desabrocharse
los pantalones. Al principio sus ojos carecían de comprensión. Luego, muy
lentamente, surgió una sonrisa salvaje.

—Oh, en serio.

Una ceja oscura y esculpida se levantó.

—Sí.

—¿Alguna vez has tenido sexo en la ducha? —preguntó Kara con una sonrisa
solícita todavía en su lugar.

—¡Kara! —gritó Patty mientras deslizaba el cinturón oscuro de sus trabas. Te


vas a odiar en la mañana.

Kara no reconoció el estallido de su amiga, sino que esperó la respuesta.

—Sí, pero eso no es lo que vamos a hacer. —Jackie sonrió de lado.

Con un tirón feroz por parte de Patty, Kara estaba fuera de sus pantalones y se
quedó en sujetador y las bragas.

Maldita sea, imaginé que se habría puesto de blanco. Cuando el agua golpee
ese algodón, ella bien podría estar desnuda. Bueno, ahora no se puede hacer
nada al respecto. Pensó Patty.

Con una impresionante muestra de fuerza, la mujer más alta se levantó de su


posición en cuclillas llevando a la mujer más pequeña con ella.

—Vaya, mareo. ¡Mareo! —Kara se tambaleó, pero estaba equilibrada por los
fuertes brazos de Jackie.

—Ahora no tendremos nada de eso. Patty, ¿podrías poner la ducha hasta que la
tengamos agradable y fresca? —preguntó Jackie.

—Por supuesto. —Patty se puso de pie y se inclinó hacia la gran ducha para
218

abrir el agua. Dejó que el agua cayera de su mano hasta que sintió que el agua
era perfecta. Sólo un poco más fría que tibia sería mejor—. Están listas. Iré a
buscar más toallas.

—Gracias. Bien, aquí vamos. —Con un tropiezo corregido, las dos mujeres
pronto se sumergieron bajo la ducha y el agua fría las empapó.

Kara no luchó, sino que se quedó quieta mientras el agua golpeaba su frente
borracha. Abrió la boca y tomó agua y luego la escupió. Tomó más agua y
obviamente estaba enjuagando más vigorosamente que la primera vez. Escupió
el agua una vez más.

Apoyó su peso corporal contra la mujer detrás de ella.

—Te sientes bien apoyada en mí

Sus palabras fueron tan silenciosas que Jackie casi perdió de vista lo que había
dicho en el estruendo del agua que caía. La mujer más alta inclinó la cabeza
hacia abajo para poder escuchar. Para su sorpresa, Kara se volvió
repentinamente en sus brazos y plantó un beso profundo en los conmocionados
labios de Jackie.

El primer instinto de Jackie fue alejarse, sabía que Kara estaba totalmente
borracha y no quería aprovecharse de ella. Pero sentir a la mujer más pequeña
en sus brazos, apretar los labios era todo lo que quería desde que llegó a Florida.
No podía detener esto incluso si hubiera querido.

Jackie trató de no dejar que sus ojos recorrieran el cuerpo de Kara, que estaba
oculto por la ropa interior ahora casi transparente. Esos esfuerzos fueron
realmente infructuosos ahora que las pasiones en este pequeño espacio estaban
aumentando. Permitió que la mujer más pequeña profundizara el beso. Kara
deslizó su lengua en la boca de Jackie. Jackie envolvió sus brazos con más
fuerza alrededor de la mujer más pequeña para disfrutar de todas las
sensaciones que corrían por su propio cuerpo. Sus manos ya no estaban
ocupadas sosteniendo a Kara. Sus manos, como el agua de la ducha, flotaban
sobre cada centímetro del cuerpo de Kara palpando cada curva, sintiendo la
sensación de piel suave bajo las yemas de sus dedos.
219
El deseo de Jackie se elevó a alturas que finalmente abrumaron sus sentidos.
Jackie agarró a Kara por los hombros y la acercó aún más a ella. Kara miró a los
ojos de Jackie. Sus labios se convirtieron en una sonrisa salvaje una vez más,
dando permiso a la mujer más alta para que tomara lo que quisiera. Esta vez fue
Jackie quien tomó los labios de Kara con un beso abrasador con un calor que
Jackie sintió que las incineraría a ambas. Sus manos se deslizaron de los
hombros de Kara hasta su trasero. Amasó el culo aprendido antes de deslizar su
pierna larga entre las de Kara. Presionó su muslo en el centro de Kara mientras
al mismo tiempo tiraba de las caderas de Kara con más firmeza. Rítmicamente,
Jackie frotó su muslo contra el clítoris de Kara.

—Sí —Kara gimió y luego mordió el hombro de Jackie.

—¡Ahhh! —gritó Jackie.

—Uhhhhgruuuuuhhhh, —una tos apagada.

¿Dijo algo? ¿Kara gruñó?

<<< GOLPECITOS >>>

Sorprendida, se separó de Kara.

—Oye, ¿a dónde vas, nena? —preguntó Kara tirando del cuerpo de Jackie hacía
ella.

—Ummm, ¿debería dejarlas solas? —gritó Patty desde afuera de la puerta de


vidrio esmerilado.

—No —dijo Jac.

—¡Sí! —gritó Kara enojada.

Patty se rio.

—Bueno, ¿cuál será?

Jackie tomó las riendas.

—Está bien, hemos terminado aquí. —Jackie cerró el agua.


220

—¿TERMINADO? Recién estamos comenzando. —Kara hizo un puchero


cuando Patty la envolvió en una toalla y la guio de regreso al dormitorio.
Jackie agarró la toalla de baño que Patty le había dejado en el mostrador. Se
miró en el espejo mientras se llevaba la suave toalla a la cara. Luego guio la
toalla hacia su cabello y con movimiento vigoroso comenzó a secarlo.
Lentamente, la toalla cayó de su cabeza para acariciar suavemente la humedad
del resto de su cuerpo mientras nadaba en las profundidades de sus propios
ojos.

Debo estar loca. Jackie pensó para sí antes de retorcer la toalla de baño
alrededor de su cuerpo todavía húmedo y abandonar el área del baño.

BBB

Una taza de café medio vacía descansaba sobre la mesita de noche. Kara yacía
acurrucada sobre su lado derecho envuelta por sus sábanas y su edredón. Patty
estaba agradecida de que su amiga finalmente estuviera durmiendo
tranquilamente. El hecho de que no estaba roncando era una ventaja. Sí, Kara
en ocasiones roncaba. A veces era una respiración un poco femenina aunque
profunda. Pero a veces podía ser un ruido tan fuerte que mantenía a sus vecinos
despiertos por un radio de cinco kilómetros.

Al pie de la cama había dos sillones orejeros con una pequeña mesa en el medio.
Una pequeña rubia ocupaba un sillón, una morena más alta el otro, cada una
sorbía una taza de café. Ambas mujeres observaron a Kara mientras dormía.
Ambas mujeres estaban completamente agotadas, pero charlaban en voz baja
sobre temas banales para no molestar a su Borracha Durmiente.

Después de un largo rato, Jackie comenzó a hacer las preguntas que Patty había
estado esperando para responder.

—¿Cuéntame sobre esta persona, Lyn?

Patty se rio suavemente.

—No hay mucho que contar. Es una reina de belleza madura...

—Madura por lo que pude ver, —Jackie casi gruñó.


221

—Sí, es una atractiva belleza sureña, yo soy una ex “Señorita del Sur, el azúcar
no se derrite en mi boca a menos que te metas conmigo”, pero no confío en ella.
Nunca lo he hecho. Ha estado arrojándose a Kara, desde un poco después de
que Tim falleciera.

—¿En serio?

—Sí. Bueno, aceptó que pasara lo que se podría llamar una “respetable”
cantidad de tiempo después del funeral antes de que comenzara a moverse.
Pero cuando comenzó a moverse no había forma de detenerla.

—¿Qué pensó Kara de los avances de Lyn?

Patty se rio a carcajadas.

—Durante mucho tiempo no tuvo ni idea. Entonces, cuando Lyn no obtuvo la


reacción que estaba buscando, subió la temperatura.

—¿En qué sentido? —preguntó Jackie. La mujer más alta inclinó la cabeza para
no perder una palabra.

—Hmmm, si no recuerdo mal, había traído a su hija a jugar con Ashley. Las niñas
estaban jugando en la casa de juegos mientras Lyn y Kara bebían té helado en
la terraza. Entonces Lynn sugirió descaradamente que cuando pusieran las
chicas a dormir la siesta, ¿por qué no se “retiraban a su habitación”? Entonces
ella le plantó un enorme gran beso.

—¿Frente a los niños? —Jackie se rio entre dientes, aunque su lenguaje corporal
se había vuelto agresivo—. Estás bromeando.

—No. —Y fingiendo un acento sureño—. Fue todo tan impactante y escandaloso.


Y pensar que ella lo hizo a mitad del día ni más ni menos. —Patty elevó de
asombro su corazón—. Esa mujer simplemente no tiene vergüenza.

Ambas mujeres se rieron de buena gana ante la impresión de Patty. La risa las
revitalizó un poco.

—¿Qué hizo Kara? —preguntó Jackie limpiando las lágrimas de alegría de sus
ojos.

—Creo que ella “puso cara de tonta” por un tiempo, pero luego la puso en orden,
222

literalmente —continuó Patty—. Pero Marilyn, no es alguien que acepte un no


por respuesta.
—Por lo que pude ver. —Jackie continuó vacilante— ¿Ella, Kara, ha salido
alguna vez con alguna mujer?

Patty sonrió con cansancio. Jackie estaba siendo tan vulnerable que Patty se
enamoró de esta mujer mayor. Sin embargo, de una manera platónica. Ahora
estaba más convencida que nunca de que Jackie era la persona adecuada para
Kara.

—No. Serás la primera —agregó traviesamente—. En más de un sentido.

—¡PATTY! —Jackie jadeó.

Patty se rio.

—Vamos, Jackie. Las vi en la ducha. Lo que el cristal texturizado dejó en blanco


lo llenó mi imaginación.

Jackie se sonrojó intensamente.

Patty le dio unas palmaditas en la mano.

—Awww, no te sonrojes. Todas somos adultas aquí. —Kara eligió esta vez para
eructar y darse la vuelta—. Bueno, algunas somos adultas.

Cuando la nueva carcajada se apagó, Jackie preguntó:

—Entonces, ¿cuánto tiempo hace que se conocen?

Patty puso un dedo índice en su sien en contemplación.

—Ummm. Creo que ya han pasado unos diez años. Acababa de convertirse en
directora de programa y necesitaba una asistente administrativa.

—Y tú eras la asistente administrativa. —Sonrió Jackie.

—Sí, señora.

—Entonces, ¿cómo se da el salto de asistente administrativa a mejor amiga?

Patty pensó por un momento.

—Sabes que realmente no puedo responder eso. Realmente no hubo ningún


223

salto al respecto. Acabamos de hacer clic desde el momento en que nos


conocimos.
—Así que la conociste antes de que su esposo muriera.

—Conocía a Tim bastante bien. Era un tipo maravilloso. Los cuatro solíamos salir
juntos. Fue un verdadero shock para todos cuando lo mataron. Un jodido
conductor ebrio —gruñó Patty—. Lo siento. Me emociono mucho. Porque Tim
nunca pudo ver a la pequeña Ashley.

—¿Estás bromeando? ¿Entonces Kara estaba embarazada?

—Cuando lo mataron, sí.

—¿Y Joy?

—Eso fue antes de conocerla, pero Joy es el bebé que perdió entre Jarrod y
Mark —respondió Patty.

—¿Qué pasó? ¿Aborto involuntario?

—No. Pero eso probablemente hubiera sido más fácil para ella. Cuando Rod
tenía ummm, —Patty hizo una pausa para recordar los detalles de esta historia—
. Creo que tenía alrededor de seis meses cuando quedó embarazada de Joy.
Fue inesperado, —Patty se echó a reír—, como si alguno de sus hijos fuera
planeado. De cualquier manera, ella y Tim estaban realmente contentos con eso,
especialmente cuando descubrieron que era una niña. —Tomó un sorbo de café
y luego continuó—. Kara estaba casi a término cuando tuvo este desagradable
virus. Fue tan malo que finalmente la hospitalizaron, pero no importó lo que
hicieron, no pudieron conseguir que su temperatura bajara. El bebé. —Se formó
un nudo en la garganta—, no pudieron salvar a Joy.

Patty miró a Jackie. Jackie asintió y Patty continuó.

—Le indujeron el parto y tuvo al bebé de forma natural. Kara dijo que era perfecta
y hermosa y de no saber, hubieras pensado que estaba durmiendo. Kara y Tim
la sostuvieron por un rato antes que se la llevaran.

El silencio ensordecedor en la habitación era palpable.

—Oh, Dios mío —Jackie estaba horrorizada.


224

Patty asintió de acuerdo.


Jackie se volvió hacia Patty sin verla.

—¿Cómo sobrevivió Kara?

—Hmmm, —Patty eligió sus palabras con cuidado. Levantó la vista para
encontrarse con los ojos azules de Jackie. Sus labios rosados se torcieron en
una sonrisa—. Sabes que le hice la misma pregunta, así que supongo que la
mejor respuesta que puedo darte es la respuesta que ella me dio.

—¿Y cuál sería esa respuesta?

—Simplemente hice lo que tenía que hacer —dijo Patty.

—¿Qué significa eso? —preguntó Jackie con el ceño fruncido.

—Por lo que vi después de la muerte de Tim, se interioriza. No creo que se


detenga lo suficiente como para llorar. Como me diría, cuando le pregunté si
estaba bien, tenía cosas que atender. Tenía una familia, un trabajo exigente,
obligaciones, así que hizo lo que tenía que hacer. Luego siguió adelante. —Patty
hizo una pausa en sus pensamientos—. ¿Sabes algo? —Patty hizo otra pausa—
. Nunca la vi derramar una lágrima después de la muerte de Tim. No creo haberla
visto derramar una lágrima.

Jackie tomó un sorbo de su café antes de hacer su siguiente pregunta:

—Finalmente lo superó, ¿verdad?

—No, no creo que lo haya hecho —dijo Patty en voz baja.

La sala quedó en silencio otra vez.

—Es una mujer increíble, ¿verdad? —Jackie rompió el silencio—. Tener un


espíritu lo suficientemente fuerte como para sobrevivir, no una, sino dos muertes
devastadoras. No estoy segura de que podría haberlo hecho tan bien como ella
si se invirtieran los roles.

—Sí, es increíble, más de lo que nunca sabrá. Pero esa humildad es parte de su
encanto. —Patty eligió sus siguientes palabras con cuidado—. Además, has
tenido tu parte del corazón roto.
225

—Nada que se acerque a lo que ha pasado. Es realmente increíble.


—Sabes, Jackie, realmente no tienes que quedarte esta noche. Ya he llamado a
mi esposo para decirle dónde estoy.

—¿Le has dicho lo que ha pasado hoy? —La voz de Jackie reflejó su sorpresa.

—Sí, ¿por qué no? —respondió Patty por encima de su humeante taza de café.

—Bueno, ¿estaba sorprendido por lo de Kara? —Indicando con tacto la


condición en que se encontraba Kara cuando habían llegado.

—No.

—¿¿No?? —Jackie interrogó.

Patty sacudió la cabeza.

—Bueno, él estaba sorprendido por toda la mierda que ha sucedido en la oficina.


Te da dos grandes pulgares por lo que has hecho por Kara. Oh, por cierto, ha
dicho que cuando te conozca te dará un gran beso. Así que prepárate.

Jackie se rio entre dientes.

—En cuanto al resto, ha dicho que probablemente habría hecho lo mismo si él


estuviera en sus zapatos. Estaba sorprendido de que estuviera tan borracha. Ha
dicho lo mismo que yo estaba pensando, ella debe haber tomado un Zannex o
algo encima de todo el licor que bebió.

—¿Así que no es una peso ligero cuando se trata de beber? —preguntó Jackie.
Dejó el comentario de Patty sobre no quedarse sin contestar.

Patty se rio con razón.

—Ni de casualidad. La he visto beber grandes cantidades sin sudar.

—¿Crees que fue algo tan fácil como tomar un Zannex o crees que bebió más
de lo que pensabas?

—Sí, creo que ha hecho algo estúpido como tomar un Zannex. Sería la única
explicación de lo destrozada que estaba cuando hemos llegado. Para ser
honesta, la idea de que hubiera tomado algo era lo único que realmente me
226

preocupaba. ¿Sabes lo que quiero decir? Me preocupaba que estuviera teniendo


una mala reacción a la mezcla.
Jackie asintió de acuerdo.

—Bueno, ahora duerme de forma natural, así que diría que está bien.

—¿Ves? No necesitas quedarte. Lo tengo bajo control.

—Está bien. Puedo quedarme.

—¿Pero qué pasa con tu ropa para mañana y tus artículos de tocador?

—Cuando has llamado a tu esposo, he llamado a mi hija. Le he dicho que


probablemente me quedaría aquí esta noche y le he pedido que pusiera las
cosas que iba a necesitar para mañana en un taxi. Así que todo está cubierto.

Patty suspiro. Tendría que decir lo que necesitaba sin reparos.

—Jackie, no creo que sea una buena idea que te quedes.

—No creo que sea una buena idea irme —comentó Jackie mientras tiraba de la
bata de felpa de Jarrod con más fuerza a su alrededor.

—Lo más probable es que no recuerde nada de esto en la mañana —agregó


Patty—. La pérdida de memoria, creo, será una verdadera bendición para ella.

—¿No crees que recuerde nada de lo que ha pasado esta noche?

—No. No creo que recuerde nada.

—Si no lo hace, ¿qué problema hay en que me quede? Si lo recuerda, es mejor


para mí estar aquí.

Con voz cansada, Patty respondió:

—¿Por qué crees eso?

—Porque si recuerda y no estoy aquí, se sentirá tan humillada que


probablemente nunca podrá mirarme de nuevo. —Jackie hizo una pausa, su
temor aparente—. Mucho menos querría estar conmigo. —Hizo otra pausa,
obviamente, reuniendo sus pensamientos—. Creo que si todavía estoy aquí y
recuerda y no tiene dónde esconderse entonces podríamos resolver las cosas.
Si estoy aquí y ella no recuerda, entonces no pasa nada.
227
—Realmente te preocupas por ella, ¿no? —Patty quería sacar a Jackie un poco
más de su caparazón.

Ella suspiró y se recostó en el sillón.

—Más de lo que esperaba. —Se cubrió la boca con la mano y se echó a reír. Un
brillo de vida regresó a sus ojos somnolientos—. Kara me ha cambiado de tantas
formas como puedas imaginar. Nunca esperé sentirme así por nadie. En
realidad, nunca creí en el amor a primera vista, pero aquí estoy actuando como
una niña de la escuela con miedo de invitar a alguien a salir.

—Bueno, en ese caso, —sonrió Patty—, puedo tomar el sofá si quieres.

—Creo que me quedaré aquí por un tiempo. —Jackie tocó los brazos del sillón
donde había estado sentada hablando con Patty.

Un golpe resonó en la casa tranquila.

—Por lo que veo han llegado mis artículos de tocador.

Ambas mujeres se rieron antes de ir a abrir la puerta.

228
Parte 11
Dicen que tiene que haber una mañana después, mi pregunta es ¿por qué?

No tenía idea de que alguien pudiera sentirse tan mal sin tener una enfermedad
terminal y con grandes cantidades de quimioterapia. Me sentía como si hubiera
vidrio debajo de mis párpados. Tenía miedo de que si los abría podría quedarme
ciega por el resto de mis días. En algún momento durante mis horas de coma,
una persona o personas desconocidas me habían pegado la lengua al paladar
con cinta adhesiva. Mi cabeza latía con el ritmo de mi corazón. Con cada latido
de mi corazón, un nuevo pulso de agonía se enviaba a mi cabeza. Sabía que
estaba despierta, pero no estaba segura de estar viva.

Con los ojos aún cerrados, traté de evaluar mi situación. Un brillo tenue se filtró
a través de mis párpados. Bueno, eso indicaba que era de día, pero no tenía
idea de qué hora era. Infierno en este punto, no sabía qué día era. Estaba en
una cama, mi cama por la sensación familiar del colchón y las almohadas.
Llevaba una camiseta sin mangas y un par de mis boxers bien gastados. Vale,
hasta ahora todo bien. Estar en casa en mi cama estaba todo bien en mi lista.

Cuanto más salía de mi neblina, más mis sentidos comenzaron a aclararse.


Cuando la lucidez se apoderó de mí, percibí que había algo en la cama que no
estaba del todo bien. Estaba en mi cama en pijama, pero no estaba sola. No era
que estuviera tocando a nadie o que alguien me estuviera tocando a mí. Era más
una impresión, o debería decir depresión al otro lado del colchón. Seamos
realistas, todos sabemos cuándo “alguien ha estado durmiendo en nuestra
cama” ¿verdad? Especialmente cuando todavía está EN ELLA.

Decidí arriesgarme con la ceguera y abrí un ojo con mucho cuidado. Cuando la
luz golpeó mi córnea, pensé que mi cabeza explotaría. Era un tipo de sensación
229

que estoy segura que tiene una calabaza cuando toca el suelo después de ser
disparada por un cañón. Sí, eso es lo que sentía, pero tenía que ver quién estaba
en la cama conmigo. Parpadeé un par de veces para despejar la bruma. Junto a
mí, sobre la almohada, había una voluminosa cantidad de cabello castaño largo.
Debajo de todo ese cabello estaba Jacqueline Drakkon.

Cerré el ojo de golpe. ¿Qué diablos está pasando aquí? ¿Jac estaba realmente
en mi cama? Es una alucinación, eso es lo que es. Realmente debo haberme
emborrachado bastante anoche, uhhh, hoy, ayer, ¿quién demonios lo sabe?
Respiré hondo. Bien, abriré ambos ojos esta vez y ella se habrá ido.

Giré mi cabeza y lentamente abrí ambos ojos. El dolor era insoportable, pero
parpadeé un par de veces en un esfuerzo por quitarles la bruma. Cuando la
bruma se disipó, me sorprendieron un par de hermosos ojos azules que me
devolvieron la mirada.

—Buenos días, estrella brillante. ¿Cómo te sientes?

Jac sonrió pero incluso eso fue demasiado brillante para mí. Parpadeé un par de
veces más. Sí, todavía estaba allí.

—Todavía no lo sé. —Jac se puso las manos detrás de la cabeza. Me alegra no


haber podido jadear cuando la vi estirarse de esa manera. Estaba cubierta de
cintura para abajo con mi sábana y mi edredón, pero de cintura para arriba era
verdaderamente una experiencia religiosa. Llevaba una de las camisetas de
malla de baloncesto de Jarrod. Incluso con mis ojos nublados, podía ver
claramente los contornos oscuros de sus pezones debajo de la delgada tela
perforada. Estoy segura de que estaba babeando, pero ¿quién podría culparme?
Dayum como diría Jarrod. Nadie tenía derecho a ser tan hermosa a primera hora
de la mañana. Todavía me sonreía, pero luego levantó una ceja perfectamente
esculpida. Supongo que mi mirada no era tan sutil, ¿verdad? Oh, bueno, ¿quién
en su sano juicio podría culparme? Me podría acostumbrar a despertar de esta
manera todas las mañanas, sin la resaca, por supuesto.

—¿Recuerdas algo de anoche? —preguntó.

—¡Anoche! —OUCH baja el volumen. Me aclaré la garganta. —No puedo


recordar ayer mucho menos anoche. —Ay, que alguien detenga el martillo de
230

bola.
—Brufff, —eructé delicadamente o al menos tan delicadamente como pude.

¡Delicadamente! ¿Quién demonios eructa delicadamente? ¡Sólo porque no


sacudiste la ventana no significa que fuera delicado! Mis personalidades estaban
en guerra nuevamente, Orgullo era el más ruidoso del grupo en este momento.
¿A quién tratas de engañar aquí? Porque no me estás engañando.

Estoy segura de que ella entiende. La voz de Razón intervino, Jac sabe que no
te sientes bien.

Sí, enfermedad auto infligida. Tenemos una diosa en mi cama y ¿qué HACES?
A Orgullo le encanta jugar el juego de la culpa. ¿ERUCTAS? Kara, eres un
verdadero encanto, ¿verdad? Te diré algo, ¿por qué no dejamos también que
nuestro trasero se tire un pedo? De esa manera, la encantadora señora Drakkon
se asegurará de lo suaves y sofisticados que somos. Gruño Orgullo.

Realmente, ¡qué grosero! Escucho otro estado, el Sentido Común. Déjalo ir


Orgullo antes de arruinar todo.

¡PAREN! Grité internamente. Odio cuando me siento Sybil. Afortunadamente,


solo toma fracciones de segundo.

—Disculpa. Lo siento mucho por eso. Creo que mejor me voy al baño. —Me
senté y la habitación comenzó a girar a la vez. Agarré el borde de la cama para
detener el repugnante movimiento—. Eso sí puedo llegar al baño.

—¿Quieres un poco de ayuda? —ofreció Jac.

Bien, ayudarme a ir al baño. Sí, esa es la foto que quiero que te lleves a casa.
Yo sentada en el inodoro, ahora eso es romántico.

—Bruff, —volví a eructar—. Disculpa. Maldición, soy una jodida flor delicada esta
mañana, ¿no? —Realmente no quise sonar sarcástica, pero no podía dejar de
eructar y eso me irritaba sin mencionar que era totalmente humillante. Mis
nervios se dispararon y Orgullo se aseguró de que mi nivel de vergüenza
estuviera en DEFCON 441. La humillación tiró de los lados de mi boca en una
231

41
DEFCON 4: acrónimo de DEFense CONdition, «Condición de defensa», es un término utilizado para
medir el nivel de disponibilidad y defensa de las Fuerzas Armadas en Estados Unidos. FECON 4 se refiere
a una situación en la que se incrementa ligeramente la actividad de los servicios de inteligencia y se
endurecen las medidas de Seguridad Nacional.
sonrisa incómoda. De repente, mi mente veloz, recordó que se había hecho una
pregunta.

—No, está bien. Creo que puedo lograrlo.

Después de un par de intentos, finalmente me puse de pie. Sentí que me


balanceaba, pero eso es solo porque el piso se balanceaba debajo. Sí, era el
piso, no yo. Esa es mi historia y me estoy aferrando a ella.

Una vez que me alivié, volví lentamente a la cama. No pude evitar sonreír cuando
vi a Jac algo borrosa, acostada de lado, con su hermosa cabeza apoyada en una
mano delgada, pero perfectamente formada. Todo sobre Jac era perfecto. Y
extra, ella estaba en mi cama. Ahora solo necesitaba evitar que mis funciones
corporales hicieran lo que quisieran, cuando quisieran.

Ahora sus pezones estaban apuntando. Aunque intenté realmente no mirar,


fracasé miserablemente. Ahora sé cómo se sienten los chicos cuando están
boquiabiertos, no es que yo estuviera boquiabierta. Bueno, tal vez solo un poco.
Pero hay al menos una profunda diferencia entre los chicos y yo, más de una.
Los chicos solo miran, sin mostrar o sentir jamás ningún tipo de remordimientos.
Después de todo, si ella va a alardear, ¿por qué no mirar? En cuanto a mí, pude
sentir que la piel de mi cara se volvía rosa.

¿Cómo es posible que esté tan hermosa tan temprano? Su cabello oscuro estaba
peinado a la perfección mientras estoy segura de que me parecía a la mujer
salvaje de Borneo. Era tan extraordinariamente hermosa que me sentí como un
terrón. Sin embargo, mientras permanecía allí paralizada en sus ojos, había algo
diferente. Esos ojos no solo eran simplemente cautivadores, sino que, esta
mañana, por primera vez estaban revelando los secretos ocultos en su corazón.
¿Cómo podía cuidar de mí? Era tan torpe, tan fuera de su alcance. Pero estaba
allí en sus ojos, era tan fácil de ver. Era como si estuviera leyendo una novela
favorita.

En ese momento estaba perdida en su corazón y alma, pero no me importaba.


Ahora esa admisión es enorme para mí. Tengo algunos problemas con las
232

relaciones en general, así que simplemente no hice relaciones en absoluto. Me


sentí más feliz de esa manera, hasta este mismo momento. Sonreí ante mis
pensamientos, lo único que normalmente me habría enviado a gritar en la noche
ahora era lo único que tenía que tener. Lo único por lo que haría cualquier cosa
para capturar y mantener como propio para siempre.

—Entonces, ¿cómo te sientes? —preguntó de nuevo.

—Me duele hasta el cabello —respondí mientras me deslizaba entre las sábanas
junto a la mujer que amaba. Sí, incluso en mi estado disminuido, sabía que
amaba a la mujer.

—¿Recuerdas algo ahora que has vaciado tu vejiga? —Jac sonrió.

Me recosté más cómodamente sobre mis almohadas. Desenganché los ojos de


Jac para mirarla a la cara.

—¿Qué día es hoy?

Ella se rio ligeramente.

—Viernes.

—Vale. —Cerré los ojos no solo para concentrarme, sino para aliviar el dolor en
mi palpitante cabeza. Respiré lentamente y luego exhale lentamente. ¿Qué es lo
que recuerdo? Nada. Había un espacio en blanco completo donde debería estar
un día entero. Por alguna extraña razón, la canción “Los sonidos del silencio”
estaba sonando en mi cabeza. Eso era simplemente molesto. Lo que me asustó
por completo era el apagón. Era obvio para mí que había estado bebiendo y
bebiendo bastante, pero no tenía idea de por qué, dónde, con quién o incluso
cuánto. Sabes, había oído hablar de personas que bebían tanto que perderían
la noción del tiempo, pero nunca había sido una de ellas hasta este mismo
momento. No tenía idea de cuán aterrador podría ser ese sentimiento.

—No, puedo recordar nada —dije suavemente. Abrí los ojos y miré el tragaluz
sin verlo—. ¿Qué demonios pasó ayer?

—Cierra los ojos y vuelve a intentarlo. —Jac puso su mano suavemente sobre
mi estómago.
233
Concéntrate, sí, eso iba a suceder. Ese toque envió una carga eléctrica a través
de todo mi cuerpo. Lo único que sabía en este mismo momento era que mi libido
me saludaba gritando “¡BUENASSSS!”

Pero sí cerré los ojos cuando ella me lo pidió. Respiré hondo y exhalé lenta y
silenciosamente. Después de unos minutos, imágenes aleatorias comenzaron a
materializarse dentro y fuera de la oscuridad. En su mayoría, eran solo destellos
de algunas de las cosas que había hecho el día anterior, pero algunas de las
imágenes permanecieron. Estas son las imágenes que le transmití a Jac.

—Recuerdo haber desayunado, dejar a los niños en la escuela. Recuerdo haber


conducido al trabajo y estar feliz de que este proyecto finalmente hubiera
terminado.

—¿Algo más? —preguntó Jac suavemente su mano frotando suavemente mi


estómago. Estaba tratando de sacarme y lo sabía, pero no estaba segura de
cuánto más podría recordar.

Me concentré más mientras mis ojos permanecían cerrados.

—Recuerdo haber tomado el pelo a Patty por algo. ¿Hay algo sobre Jason? —
Dejé que ese pensamiento languideciera. Entonces, de repente, un recuerdo
salió de la niebla, con tanta fuerza, que casi me tiró de la cama. Me catapulté de
la almohada—. ¡Mierda! ¡Renuncié! ¡Renuncié a mi trabajo! ¡AY! —Alcé las
manos a la cabeza con pánico, tanto como para calmar el dolor.

En este preciso momento, Patty entró en la habitación envuelta en una bata.

—Bueno, hola, ¿cómo te sientes?

—Patty, dejé mi trabajo. ¿Por qué renuncié a mi trabajo? —Supliqué. Descansé


mi cabeza palpitante en mis manos y meciéndome patéticamente.

Patty se rio.

—No, no lo hiciste.

Levanté la vista de las palmas hacia arriba.


234

—¿No lo hice?
—Bueno, sí, lo hiciste, pero lo arreglamos. Así que sigues siendo una trabajadora
remunerada. Toma, bebe esto.

—¿Quién arregló qué? ¿Qué es esto? —Patty me había entregado un vaso lleno
de lo que parecía jugo de tomate. Pero seguro que no olía a jugo de tomate.

—Es una pequeña mezcla mía. Es mi respuesta una “copita para que pase la
resaca”. Ahora sé una buena chica y bájalo por la escotilla. Todas tenemos que
prepararnos para el trabajo.

Me tapé la nariz y me la tragué. O debería decir que lo amordacé.

—¡Asqueroso! ¿Qué demonios hay en eso?

—Es mejor si no lo sabes. Ahora arriba y brilla. —Patty era demasiado alegre
para su propio bien.

—¡Me levantaré, pero no voy a brillar! —gruñí

—Eso es cariño, ladrar como un perro grande. ¡Ruff! ¡Ruff! —Patty se echó a reír
al salir de la habitación.

Me tiré sobre las almohadas. Gran error de cálculo de mi parte, eso es lo que
obtengo por estar enojada. Cuando mi cabeza finalmente dejó de girar, abrí los
ojos. Lo primero en mi campo de visión fue Jac. A estas alturas ya me había
acostumbrado a la idea de que Jac estuviera en mi cama. Era como si debería
haber estado allí todo el tiempo. Sin embargo, lo que sí me sorprendió es lo
verdaderamente natural y cómodo que era tener a Jac conmigo en la cama.

—¿Tiene razón? ¿Todavía tengo un trabajo?

Una sonrisa comprensiva cruzó los labios de esta increíble mujer.

—Sí.

—¿Me vas a contar lo que pasó ayer?

—Hasta cierto punto, pero eso puede esperar hasta más tarde.

—¿Cómo has terminado durmiendo conmigo? No he hecho nada estúpido,


235

¿verdad?

Jac se rio entre dientes, suave y sexy.


—No, cariño, no lo has hecho. Patty y yo hemos pasado la noche porque
estábamos preocupadas por ti. Ella se ha acostado en el sofá y yo he dormido
en el sillón. Has llorado en medio de la noche, has dicho algo sobre una pesadilla.
Me has pedido que no me fuera, así que no lo he hecho.

—Está bien, una última pregunta.

—Dispara.

—¿Nosotras... uhhhh... sabes?

Ante eso, Jac se rio en voz alta.

—No, no lo hemos hecho.

—Oh, bien. Estaba decepcionada y eufórica al mismo tiempo. Sobre todo me


sentí aliviada de que no hubiera pasado nada durante el tiempo que estuve
ausente de mis sentidos. Aunque no creo que olvidaría un momento tan glorioso
en mi vida.

En voz baja, Jac agregó:

—¿Habría sido algo malo si hubiéramos hecho algo?

Había una sombra proyectada en su rostro que no pude identificar.

—No, no lo habría sido. Me hubiera gustado haberlo y recordarlo. —Felizmente


vi la nube levantarse del semblante de Jac.

Rodé de la cama y me levanté demasiado rápido para mi pobre cabeza ya que


el mundo comenzó a girar de nuevo, aunque solo brevemente. Agarré mi cabeza
de nuevo.

—Ay. —¿Dónde dejé el Ibu? Lo voy a necesitar—. Bueno, supongo que mejor
me preparo para un trabajo que puede que tenga o no. —Me arrastré hacia el
armario.

—Primero, cuéntame sobre esas ropas que cuelgan allí —Ella señaló la pared a
mi lado.
236

—¿Hmm? —Dirigí mis ojos hacia la pared al lado de la puerta de mi armario.


Una enorme camisa y un par de jean igualmente grandes estaban clavados a la
pared como una pieza de arte moderno que salió mal—. Oh, eso. Esos solían
ser míos. Bueno, siguen siendo míos. Simplemente ya no tengo el cuerpo para
llenarlos. —Abrí la puerta y miré agradecida la oscuridad relativa de mi armario.

—Me estás tomando el pelo. —Jac cruzó los brazos sobre su pecho.

Sacudí mi cabeza. Dioses, tengo que dejar de hacer eso. La habitación comenzó
a girar nuevamente. Agarré el marco de la puerta para estabilizarme.

—Ahhh. No. De alguna manera me dejé ir por un tiempo después de la muerte


de Tim. Los mantengo colgados allí para recordarme que no vuelva a gordilandia
nunca más.

—Vaya, eres increíble, ¿no? —comentó Jac.

—Aún no.

Jac levantó una ceja de manera inquisitiva.

—Seré increíble si puedo pasar este día sin vomitar a alguien.

Miré a Jac que ahora estaba sentada en la cama. Ahora podía ver que estaba
vestida con nada más que esa camisa de malla y sus bragas. Me tomé un
momento para calmar mi voz antes de decir:

—No estoy segura de tener algo que te quede bien.

—Está bien, mis cosas están en la otra habitación. —Jac se levantó de la cama
como Venus de la espuma del océano. La habitación comenzó a girar a mí
alrededor otra vez, pero esta vez no tenía nada que ver con mi resaca.

—Oh, está bien, asumí que al llevar la camiseta de Jarrod. —Mi voz se apagó.

Ella guiñó un ojo.

—No tengo pijamas. —Dicho esto, la seductora salió de la habitación.

—¡Oh Dios mío! —Sollocé en la habitación ahora vacía. Agarré un par de jeans
del armario y regresé al área del baño principal para darme una larga ducha fría.

BBB
237
—¿Cuál es el problema ? —preguntó Patty sus manos firmemente sujetas al
volante del automóvil. Una vez que finalmente había terminado de prepararme,
todas nos subimos al automóvil de Patty y nos dirigimos a la oficina.

De acuerdo, me tomó más tiempo de lo normal prepararme esta mañana. Vale,


me tomó mucho más tiempo. Vestirme no era tan malo como tratar de
maquillarme eso era lo complicado. Seamos realistas, no quería ir a trabajar
como Tammy Fae Baker42. Así que, decidí renunciar al delineador. Seamos
realistas, no podría mantener mi mano firme si mi vida dependiera de ello.
También pase por alto la sombra de ojos ya que tenía miedo de terminar
pareciéndome a un payaso demente. Así que me puse un poco de base, un poco
de rubor en mis mejillas y párpados, y luego barrí mis pestañas con rímel. Por
último, puse un poco de brillo labial, no tanto para completar mi look, sino más
para evitar que mis labios se peguen a mis dientes cuando hablé. Estaba lejos
de ser perfecto, pero es lo mejor que pude hacer en ese momento.

Cuando salí de la habitación, Patty y Jac estaban sentadas en los altos taburetes
de la barra de la cocina. Cada una tomando un sorbo de una enorme taza de
café. Probablemente habían estado despiertas la mitad de la noche, estoy
segura de que ambas lo necesitaban. Lástima que no tenía mi máquina de café
expreso. Estuve un rato largo en la puerta para ver a mi mejor amiga y a la mujer
que amaba sentada en mi casa tomando un desayuno ligero con tostadas y café.
Simplemente me sentí tan bien. Ambas mujeres me miraron y sonrieron.

—¿Kara? —dijo Patty un poco más enérgicamente.

La voz de Patty me sacó de mi muy agradable ensueño y me envió de nuevo a


la realidad del aquí y ahora en el asiento delantero de un automóvil camino al
trabajo.

—Umm, perdón por la distracción

—¿Estás bien? —preguntó Patty.

—No, no lo creo —respondí.


238

42
Tamara Faye Messner: fue una cantante cristiana, evangelista, autora, presentadora de programas de
entrevistas y personalidad de televisión. Se caracterizaba por su exceso de maquillaje
—¿Qué pasa?

—Creo que estoy teniendo un ataque de ansiedad.

—No tienes nada de qué estar ansiosa, Kara. —La voz suave y alta flotó desde
el asiento trasero del automóvil hacia el frente. Podía sentir las manos de Jac
descansando en el respaldo del asiento. Sabía que su cuerpo estaba más cerca
del mío, así que supuse que debía haberse inclinado hacia adelante.

—Entonces, ¿por qué siento que estoy teniendo un ataque al corazón? —


pregunté—. No lo sé chicas. Es sólo que cuanto más nos acercamos a la oficina,
más inquieta me siento. ¿Qué demonios pasó ayer? —Había un terror
significativo en mi interior por cada kilómetro que recorríamos.

—Kar, cálmate. No tienes nada de qué preocuparte, ¿de acuerdo? —Patty me


acarició la mano para tranquilizarme. No estaba funcionando.

—Pats, algo realmente malo sucedió ayer, puedo decirlo. Tengo esa sensación
enferma de muerte inminente, solo en el modo Déjà vu. —Lo que estaba diciendo
se parecía ligeramente a lo que realmente estaba sintiendo. Eructé por lo bajo.
Sería un milagro si sobreviviera este día sin enfermarme gravemente—. Lo peor
es que todo el mundo parecía saber lo que está pasando menos yo.

—Kar, no es que todos en el trabajo lo sepan —comenzó Patty pero la interrumpí.

—Patricia, ¿cómo podría saber eso? No recuerdo mucho de nada y no me


cuentan. —Estaba cada vez más agitada cuando Jac intervino.

Con una voz sedosa pero firme, dijo:

—Sí, tienes razón, ayer ocurrieron muchas cosas sorprendentes e imprevistas.


Te aseguro que Patty y yo te contaremos todo lo que sucedió en el trabajo esta
noche durante la cena. Pero te prometo que todo lo que se hizo o no se hizo ayer
está seguro en el pasado. Todavía eres amada y venerada por todos sus
compañeros. Pero ahora, tienes un trabajo que hacer. Debes concentrarte en la
tarea en cuestión, que es nuestra última reunión con Darrell. ¿De acuerdo?

—Pensé que se suponía que debía irse ayer —comenté algo más moderada.
239
—Sí, se iba, pero no estabas allí para cerrar el trato. Quiere hablar contigo antes
de firmar en la línea punteada.

Miré por encima del hombro a Jac. Sus ojos eran tenues, su mandíbula firme.
Jac estaba en modo Lady Dragón completo. No importaba lo que yo sintiera por
ella o lo que ella sintiera por mí, los negocios seguían siendo negocios. Para
variar, capté una pista, que era un milagro en sí mismo considerando la condición
en la que me encontraba.

—Nunca he dicho que tomaría ese trabajo. —Estaba pisando peligrosamente y


lo sabía. Pero al menos si hoy me despidieran o renunciara, estaría en control
de la situación, sin mencionar que recordaría todos los detalles.

Patty emitió un sonido suave como un jadeo, aunque no contribuyó a esta parte
de la conversación.

Jac se reclinó con una sonrisa aterradora en sus labios. Esta era realmente una
mujer a la que debía temer.

—Eso es cierto, nunca nos has dado tu decisión. —Hizo una pausa dramática—
. ¿Cuál es tu decisión?

Me di vuelta y miré por el parabrisas. Estábamos casi en las instalaciones y mi


corazón latía con fuerza en mi pecho. Con mi visión periférica pude ver los
nudillos de Patty ponerse blancos con la fuerza que ejercía sobre el volante.
Sabía lo que pensaba sobre este tema, ya había dejado en claro que estaría loca
por no aceptar el trabajo. En mi mente, sería una locura aceptar el trabajo. He
demostrado que puedo ser una diana y ganar. ¿Realmente quiero tentar al
destino otra vez? El automóvil estaba en silencio esperando mi respuesta. Decidí
no responder todavía. En voz baja, continué:

—Darrell habla tan fuerte. Mi cerebro se convertirá en papilla. Esa papilla se


convertirá en una sustancia que se asemeja al guacamole y se escapará de mis
oídos. No estoy segura de poder lidiar con él hoy.

—Tienes que hacerlo —ordenó Jac—. Es tu trabajo, así que hazlo.


240

—Sí, señora —respondí suavemente.

Dios ayúdame. ¿Acabo de perder mi trabajo y mi amor de un plumazo?


BBB

Entramos al trabajo juntas. Todas usábamos jeans, viernes informal y todo, pero
los tacones que usaban Patty y Jac resonaban en el gran vestíbulo abierto del
edificio de oficinas como castañuelas en manos expertas de bailarines de
flamenco. Ese sonido hizo eco dolorosamente en mi cabeza. La “copita” que
Patty me había hecho beber ayudó, pero solo un poco. Mi cabeza nadó de dolor.
Mi estómago se revolvió al punto de casi vomitar. Mis emociones estaban al
límite, pero, por supuesto, no había tiempo para nada de eso. El señor Darrell
Boggs estaba esperando a la Trabajadora Milagrosa.

—¡Bueno, pero si es ella! —bramó Darrell Boggs mientras extendía su mano


carnosa hacia mí.

Tomé la mano ofrecida. Darrell agarró firmemente mi mano mucho más pequeña
y la estrechó con tanta fuerza que me castañetearon los dientes. La voz de este
hombre era similar a la de un cuerno de niebla sonado en el interior, a diferencia
de su asistente JT, a quien a menudo confundía por estar ausente porque estaba
muy callado.

—Es muy agradable verlos de nuevo antes de que tenga que volar a casa. —
Darrell continuó con su bulliciosa manera.

Voy a morir. Por favor déjame morir.

Necesité toda mi fuerza, tuve que sonreír.

—Es bueno verte también, Darrell.

Él se rio de buena gana y luego el hombre grande me llevó a su lado en forma


de un abrazo amistoso. Luego me dio una buena palmada en la espalda que me
dejó casi sin zapatos. Me dirigía a una caída cuando Darrell me estabilizó.

—Oye, ten cuidado, pequeña dama. —Por el rabillo del ojo pude ver a Jac y Patty
encogiéndose. Escuché fuertes tomas de aire y un suave “ay” de todos los
presentes.
241

Gracias a todos por su apoyo. El dolor era muy fuerte. Mátame. Mátame ahora.
—¿Por qué no tomamos todos un asiento? —Sugerí con una sonrisa falsa
todavía en mi cara.

Sí, es mejor que te sientes antes de caer. ¿Cuánto bebí anoche de todos modos?

Darrell sacó un asiento y lo tomé y agradecí. Luego se sentó a mi lado. Patty,


Jac, Jason y JT hicieron lo mismo. Russell estaba notablemente ausente. Esa
fue una sorpresa muy agradable.

—Te extrañé ayer, lamento saber de tu chico, ¿está mejor?

—¿Mi hijo? —Miré a Jason, que tenía las manos cruzadas frente a él en la mesa.
Con su dedo índice hizo un movimiento circular que significaba seguir la
corriente—. Oh, sí. Hoy está mucho mejor, gracias por preguntar.

—Bien. Bien. Bueno, supongo que mejor que vayamos al grano. —Con eso,
todos abrimos las carpetas de la nueva propuesta que se encontraba en la mesa
frente a cada uno de nosotros. Si no hubiera elaborado este informe y lo hubiera
sabido de memoria, habría estado en problemas. No importaba cómo lo
intentara, no podía leer lo que estaba frente a mí.

El sonido apagado de las teclas en la computadora portátil de Patty mientras


tomaba las notas de la reunión fue como si alguien golpeara mi cabeza con esos
pequeños martillos de zapatero. Seguí buscando por la habitación a esos
pequeños elfos de zapatero que me clavaban estas espinas en la cabeza, pero
todo lo que vi fue a Jac, Patty, Jason, Darrell y JT.

Cuando llegamos a la mitad de la reunión, estaba en agonía. Todo lo que podía


hacer era rezar para que mis ojos no se cayeran de mi cabeza y aterrizaran en
la mesa frente al cliente. Los gases volcánicos se arrastraban por mi esófago
amenazando con una erupción de eructos o algo peor. El magma, también
conocido como los jugos de mi estómago, se elevaba lentamente desde mi
abdomen hasta mi cavidad torácica. Tenía miedo de tener un momento Krakatau
al este43 de Jacqueline.

Lo que sentí como una eternidad, me aseguraron más tarde que fueron sólo
242

veinte minutos. Con todo finalmente firmado sellado y entregado, Jason

43
Krakatau al este: Hace referencia a la película Kracatoa el este de Java
acompañó a un muy ruidoso Darrell Boggs y un JT algo más tranquilo felizmente
en su camino de regreso a Jerk Water, Texas. Me hundí en el sillón. Puse mi
cabeza en mis manos y gemí.

—Kara, lo ha hecho genial —dijo Patty mientras cerraba su portátil y lo colocaba


en su estuche acolchado. La mejor respuesta que tuve para ofrecerle fue otro
gemido.

—Estoy de acuerdo. Has hecho un trabajo excepcional con Darrell. Me ha


parecido que habías aceptado tu nueva tarea —dijo Jac con un tono muy
autocomplaciente. Miré hacia arriba para verla sentada en una de los grandes
sillones ejecutivos negros que rodeaban la enorme mesa de la sala de
conferencias. El asiento envolvió su esbelto cuerpo. Exudaba poder y autoridad.
Cruzó sus largas piernas de forma algo seductora. Su poder y su postura
tentadora eran extremadamente excitantes. Su sonrisa definitivamente había
cambiado de un negocio sombrío a una sexualidad seductora. Por un momento,
olvidé lo mal que me sentía, siendo arrastrada por el calor de mi pasión.

Todavía jugueteando con su estuche de cuero, Patty dijo:

—Estoy de acuerdo con la señora Drakkon, eh, Jackie. Además, creo que la
decisión se había tomado mucho antes de esta reunión. Aunque, cariño, tengo
que decírtelo, —Patty levantó la vista y esperó a que la mirara—, cuando el señor
Boggs te ha dado una palmada en la espalda, que estabas en las últimas.

—Yo también. —Jac hizo una mueca al recordarlo—. Me ha impresionado que


hayas completado toda la reunión después de eso.

—Sí, hubiera sido muerte por amabilidad. —Patty cerró su maletín.

—BRUFF. —Me puse la mano sobre la boca—. ¡Maldita sea! Disculpen, —tuve
miedo de vomitar sobre la mesa si no salía de allí pronto. Pasé las dos mujeres
aturdidas sin decir una palabra más.

Llegué al baño justo a tiempo. El contenido de mi estómago se vertió de mi boca


a la taza como las Cataratas del Niágara. La visión de la bilis mezclada con la
243

“copita” que se arremolinó en el agua sólo facilitó más vómitos. En medio de un


intenso ataque de miseria, sentí una mano gentil que retiró mi cabello. Cuando
vi los zapatos supe que era Jac y no Patty.

Oh sí, esto es realmente atractivo. Jac, me estás viendo en mi mejor momento...


NO.

Afortunadamente, no mucho después de que Jac llegó, mi estómago se calmó.


Tiré del inodoro y pasé junto a la mujer más alta para llegar al lavabo y poder
enjuagarme la boca. Podía sentir sus ojos sobre mí mientras escupía el agua por
el desagüe.

Sin embargo, otro momento Kodak.

Estaba completamente avergonzada por lo que Jac acababa de verme hacer.


Agarré una toalla de papel más para esconder mi cara que para limpiar el residuo
de agua y vomito. Estaba tratando tanto de calmar mis emociones como mi
estómago, pero nada funcionó. Me sentí totalmente humillada frente a la mujer
que amaba tan desesperadamente.

Finalmente miré hacia donde estaba Jac. Se apoyó contra una pared, su rostro
era una máscara, pero sus ojos reflejaban verdadera preocupación.
Nerviosamente sonreí.

—¿Te sientes mejor?

—¡BRUFF! —Bueno, eso es la guinda del pastel—. Maldición, discúlpame.


Dioses, ¿por qué no puedo dejar de hacer eso?

—Sonaba peor de lo que era debido a la acústica aquí —ofreció Jac


amablemente.

—Yeah supongo. —Podía sentir un sonrojo calentar mi cara. Ese tinte carmesí
fue la menor de mis preocupaciones—. ¿Ves lo que te he dicho?

—¿Me has dicho qué?

—No llamarme increíble hasta el final del día. —Los bordes de mi boca tiraban
más de la vergüenza que de felicidad.
244

—Bueno, no vomitaste sobre nadie, así que lo increíble sigue en pie.


Tiré la toalla de papel y descubrí que no podía mirarla. Lo siguiente que sentí fue
que Jac me pasó el brazo por los hombros. Me atrajo a su lado.

—No te avergüences. Esto nos ha sucedido a todos en un momento u otro.

Podía sentir una lágrima venir a mi ojo.

—Jac, tengo 38 años, se supone que esto ya no me debe pasar.

—Cariño, todos vuelven a beber cuando se da el motivo que tenías. —Jac me


acarició suavemente la espalda.

—¿No lo entiendes? Ese es el problema. —Me alejé de Jac. Tantas emociones


luchaban por dominar dentro de mi alma.

—¿Cuál es el problema? —La frente de Jac se arrugó con incertidumbre.

—El problema es que no tengo idea de lo que pasó ayer. —Por mucho que traté
de evitarlo, esa lágrima se escapó de mi ojo. No estaba segura si mis ojos
estaban llenos de lágrimas por el dolor de la humillación o simplemente por el
dolor en mi cabeza. Por encima de todo eso estaba el miedo siempre presente
a lo desconocido. Una segunda lágrima se deslizó por mi mejilla—. Ese gran
lugar vacío donde debería estar un día me está asustando muchísimo. ¿Qué fue
tan malo que el único recurso que sentí que tenía era beber hasta el olvido? —
Medio reí y medio gruñí—. Y te diré algo, se necesitará un poco de dedicación
para lograrlo.

Jac se acercó a donde estaba ahora. Me giró un poco para poder envolverme en
sus brazos y me dio un cálido abrazo. Me susurró al oído.

—Todo estará bien, lo prometo.

—Señora Drakkon, no me siento muy bien, ¿le importaría si me tomo el resto del
día libre? —hablé en su hombro.

Jac besó mi cabeza.

—Sí. Creo que puede ser un día corto para todas nosotras. Me tomará unos
minutos para atar algunos cabos sueltos con Jason. Regresa a tu oficina y dile a
245

Patty que saldremos pronto y que no empiece la historia hasta que llegue allí.
¿De acuerdo?
Asentí. Nos desenredamos de mala gana antes de salir del baño.

BBB

Bueno, las chicas me llevaron a casa de una pieza. Me acosté en la cama e


inmediatamente me quedé dormida. Supongo que dormí profundamente durante
un par de horas. Cuando desperté, Patty me estaba esperando con una sopa de
papa humeante. Estaba caliente, suave y le sentó bien a mi estómago.

Una vez que había comido y me sentía mejor, todas nos retiramos a la sala de
estar. Me acosté en el sofá apoyada por un par de almohadas. Me hundí en mis
suaves ondas y estaba totalmente cómoda y contenta. Jac se sentó en el
extremo opuesto del sofá. Me puso los pies cubiertos de calcetines en su regazo
y me acarició distraídamente los pies y las pantorrillas mientras hablábamos.
Patty acercó un sillón del otro lado de la habitación para poder sentarse más
cerca de nosotras. Entonces Patty y Jac me pusieron al tanto sobre el día
anterior. Obviamente, omitieron algunas partes que todavía no conozco, pero en
general me contaron todo lo demás.

Me sentí fascinada por la historia que ambas mujeres me contaban. No me lo


podía creer. Esto sonaba como una trama para una de esas películas del canal
Lifetime. No puede ser verdad. Pero, de nuevo, era Russell, con él todo era
posible. La idea de que alguien pudiera despreciarme tan profundamente era
inimaginable. Fui golpeada nuevamente por oleadas de náuseas al pensar en su
asco. Todo era tan surrealista que no pude entenderlo. Tanta intriga, tantas
mentiras y engaños era tan increíble.

Mientras estaba sentada allí reflexionando sobre los oscuros nubarrones, el lado
positivo brillaba de manera tan brillante y hermosa que el frío y el miedo que me
rodeaban se intercambiaron por calor y seguridad. La luz de la verdad destruyó
todas las maquinaciones oscuras de Russell. El brillo del amor erradicó
totalmente su odio y todo lo que el odio trajo consigo. Nunca me he sentido más
amada o más odiada que en este momento. Las distancias a las que Patty, Jac,
Tim e incluso Jason habían ido para limpiar mi nombre simplemente me
246

sorprendieron.
Cuando Jac llegó a la parte sobre José y Raúl, me senté allí con la boca abierta.
Todo lo que pude hacer fue parpadear. En este momento Jackie me asustó. Era
mucho más peligrosa de lo que podría haber imaginado. Eso fue hasta que Patty
dijo:

—Olvidaste mencionar la parte en que Russell te golpeó.

—¿Qué? —Me quedé impactada.

Reflexivamente, la mano de Jac fue a su mandíbula. Por primera vez noté el


labio ligeramente deformado. Su maquillaje hizo poco para ocultar los moretones
oscuros a un lado de su boca. Me incliné hacia ella y alcancé su labio. Ella apartó
su rostro y tomó mi mano entre las suyas. Me atravesó con esos ojos azules.

—Estaba demasiado confiada y dio un golpe bajo. Cariño, está bien. Créeme,
valió la pena el golpe en la cara para ver al eminente señor Davies cerca de
orinarse en los pantalones cuando Raúl y José amenazaron con matarlo.

Me reí de buena gana. Esa risa se sintió tan bien.

—Habría pagado un buen dinero por haberlo visto. Como si hubiera pagado un
buen dinero también por ver su cara cuando le hablaron sobre la prisión y por
tener eso, —traté de recordar—, ¿ese Esteban?

Jac asintió con la cabeza diciendo que había conseguido el nombre correcto.

»Hacer que Esteban lo prostituyera.

—No lo sé. —Patty expresó sus pensamientos—. No creo que Esteban hubiera
encontrado al señor Davies como un premio.

—¿Estás bromeando? Russell es un culo tan apretado que Esteban habría


hecho una fortuna con él —comenté. Todas nos reímos ante la idea de que un
montón de convictos pasaran el culo de Russell como aperitivos en una
recepción de boda—. ¿Dónde los encontraste de todos modos?

—Trabajan allí en mantenimiento en la planta. Estaba segura de que Russell los


reconocería en algún nivel, y ese es exactamente el efecto que estaba buscando
247

—dijo Jac con orgullo.


—Entonces, ¿son realmente pandilleros? —pregunté intrigada por la trama
tortuosa de mi amiga.

Se rio con esa risa gloriosa que había llegado a amar tanto.

—Cielos no. Sus nombres ni siquiera son Raúl y José. Sus nombres reales son
Ralph y James, primera generación nacidos en este país. Ambos tomaron este
trabajo solo para tener dinero para la universidad. Creo que Ralph está en
camino a su MBA44 mientras James estudia medicina. Los elegí para este
pequeño drama porque eran grandes, robustos y sabían hablar español con
fluidez. Eran totalmente intimidantes, que es exactamente lo que quería.

Me recosté contra la almohada simplemente asombrada.

—Eres increíble.

Ella se encogió de hombros y tomó un sorbo de su vaso de agua estaba en la


mesa de café.

Patty abordó una pregunta que había estado dando vueltas en mi cerebro.

—Jackie, ¿qué hay de Janice y Cheryl?

—¿Esas eran las que Russell estaba chantajeando? —Le pregunté tratando de
ser clara sobre los hechos que me habían dicho. Sabía la razón por la que Patty
había hecho esta pregunta. Ella y Janice eran muy buenas amigas dentro y fuera
del trabajo. Me preguntaba si ella sabía que Janice y Cheryl habían entablado
una relación, o si estaba en la oscuridad tanto como todos los demás. Tendría
que recordar preguntarle más tarde.

Patty asintió.

—Estarán bien. Sin repercusiones. Todo lo que sucedió con respecto a cualquier
cosa que Janice o Cheryl hayan hecho bajo coacción no asumirán ninguna
responsabilidad. Todos saben que todo tiene que ver con Russell. No se
preocupen, señoras, todo se ha solucionado discretamente.
248

44
MBA: Máster de Administración de Empresas.
—¿Pero su esposo y los niños? —pregunté preocupada de que Janice pudiera
perder a sus hijos después de todo si algo de esto se revelaba.

Jackie puso su mano sobre la mía.

—He dicho que todo ha sido resuelto y lo ha sido.

Ese tono amenazante envió escalofríos por mi columna vertebral. Estaba


asustada de nuevo. Obviamente, Jacqueline Drakkon, no era una mujer con
quien enfrentarse, dentro o fuera del lugar de trabajo.

—Bueno, eso es todo lo que necesitaba escuchar. ¿Entonces se orinó en los


pantalones? —preguntó Patty.

—Casi —respondió Jac.

—Pero vamos, Tim realmente no golpeó a Gary, ¿verdad? —Pensé en Timmy,


era esbelto y delgado y parecía que un fuerte viento podía derribarlo. Cuando
andaba de perfil, casi desaparecía de la vista.

—Oh, sí, lo hizo —expresó Patty—. Está muy orgulloso de sus cicatrices de
batalla. ¿Qué dijo él que sintió cuando entró a la oficina?

—Marimacho —aclaró Jac.

—Sí, eso es. Se sentía taaaaaan marimacho. Estoy segura de que te deleitará
con la historia la próxima vez que te vea.

—Estoy segura de que lo hará mientras agrega un poco más, —Jac hizo comillas
al aire, “drama”.

Ante esto, todas comenzamos a reír de nuevo.

—Vale, eso se encarga de la oficina, entonces, ¿qué pasó aquí? —Vi a Patty y
Jac se miraban de reojo.

—Bueno, cuando todo terminó, tratamos de encontrarte. Jason había estado


tratando de contactarte desde que saliste de su oficina esa mañana. —Patty
comenzó.
249

Asentí.

—Probablemente apagué mi teléfono celular.


—Sí, lo hiciste. Bueno, de todos modos, después de pasar horas buscándote,
finalmente decidí venir aquí y ver si estabas en casa.

—Y estaba.

—Bueno, depende de cómo lo mires. Tu cuerpo estaba aquí, pero te habías ido
—dijo Patty.

Podía sentir mi cara comenzar a sonrojarse.

—Estabas completamente borracha y cantando “Los sonidos del silencio.

—Entonces esa es la razón por la que esa maldita canción ha estado corriendo
por mi cabeza todo el día. —La interrumpí.

—Sí. Así que limpie la casa mientras Jackie te cuidaba. Te alimentamos con
grandes cantidades de café, té cambiamos tu pijama y te metimos en la cama.
Eso es todo. —Patty se encogió de hombros.

—¿Eso es?

—Sí. —Patty descansó su columna contra el respaldo del sillón.

—Vamos, Pats, no hay manera de que ese sea el final de la historia. Todavía no
has visto Paul Harvey45. —Sabía que quedaba mucho fuera. Yo, borracha y sin
hacer nada estúpido, era inaudito. Demonios, me humillaba todo el tiempo
estando sobria, ¿cómo no podría haber hecho algo tonto, cuando estaba
completamente destrozada?

—Bueno, eras linda —ofreció Jac.

—Sí lo estabas, —estuvo de acuerdo Patty.

—Hmmm —Alcé una ceja para mostrar mi incredulidad.

—Francamente, estabas borracha, te pusimos sobria todo lo que pudimos. Te


pusimos el pijama y te acostamos. Fin de la historia. —Patty habló con tanta
seriedad que era tan difícil no creerla. Pero no lo hice, ni una palabra. Bueno, no
puedo decir eso, confirmó que estaba ebria más allá de lo imaginable, que me
250

45
Paul Harvey Aurandt: más conocido como Paul Harvey, era un locutor de radio estadounidense
conservador para ABC News Radio.
pusieron sobria y me acostaron, pero aparte de eso, sabía que había mucha de
la historia que quedaba fuera.

—¿Entonces no me vas a decir verdad? —pregunté.

—No —dijo Patty

—No. —Jac la siguió.

—De acuerdo, supongo que tendré que vivir con el hecho de que todo lo que
hice para humillarme anoche seguirá siendo un secreto para siempre.

Jac y Patty se miraron la una a la otra antes de decir simultáneamente:

—Imagino que sí.

Gruñí, pero ¿qué podía hacer? Supongo que las amo a las dos.

251
Parte 12 A
No fue sorprendente para nadie que me pasara la mañana dormitando de vez en
cuando. Me uní a las conversaciones cuando estaba despierta, aparte de eso,
no me moví mucho una vez que me tumbé en el sofá. Demonios, ¿por qué iba a
hacerlo? Mi cabeza estaba cómodamente sobre mi almohada blanda favorita con
Jac frotando mis pies y pantorrillas. No hay nada mejor que eso.

Estaba feliz, realmente feliz, lo cual era raro para mí. No quiero decir que pasé
mis días siendo un desastre. Vale, tal vez pasé un día aquí o allá siendo un
lúgubre desastre, pero este tipo de satisfacción no aparece todos los días, así
que no quería perderme un momento. Pero no importaba cuánto trataba de
mantenerme despierta, ahora que mis tensiones estaban en el pasado,
inevitablemente me quedaba dormida.

Sin embargo, había una ventaja adicional en quedarse dormida y eso era
despertarse para ver a Jac y Patty charlando amigablemente. Cada vez que
abría los ojos, esa vista maravillosa me hacía sentir segura, cálida y
definitivamente amada.

Ver a Jac especialmente me hizo sentir absolutamente maravillosa. Quiero decir,


seamos sinceros, durante las últimas 36 horas más o menos, no he sido de lo
más atractiva. No habría culpado a Jac por tomar el primer vuelo de regreso a
California y nunca mirar atrás. Para mi deleite, aquí estaba hablando hasta por
los codos con mi mejor amiga mientras acariciaba distraídamente mis piernas y
pies. Mientras observaba a Jac, una abrumadora sensación de pertenencia
descendió sobre mí. Jac pertenecía a esta casa. Siempre lo había hecho. No es
que no amara a Tim, porque lo hice. Se estaba desarrollando algo muy especial
entre Jac y yo, que era muy diferente de lo que tenía con Tim en muchos
sentidos. Lo que teníamos abarcaba todo, que estaba a punto de ser abrumador.
252

En algunos niveles me asustó, ok en muchos niveles fue completamente


aterrador, aunque en ningún momento dudé de que Jac y yo nos pertenecíamos.
Ella debía estar a mi lado o yo al suyo. Lo que fuera mientras estuviéramos
juntas.

La única serpiente en mi paraíso, y sabías que tenía que haber una, era que
cada vez que mis párpados se abrían después de una breve siesta, esas dos
hablaban en voz baja sobre algo. Pensarías que estaría feliz de que mi mejor
amiga y la mujer con la que esperaba pasar el resto de mi vida se estuvieran
haciendo amigas, ¿verdad? Y en realidad, estaba muy feliz de que Patty y Jac
parecieran llevarse tan bien. Todavía estaba en carne viva y muy desequilibrada,
así que ver a estas dos con sus cabezas conspiradoras juntas todo el tiempo me
ponía nerviosa.

Quería saber qué estaba pasando, así que pensé por qué no usar el enfoque
directo. Simplemente les preguntaría sobre qué estaban susurrando.
¿Funcionó? ¡Pffftttt! Por supuesto no. Patty explicó que no estaban hablando de
nada en particular y, como estaba durmiendo, mantuvieron el volumen bajo para
que su conversación no me molestara. Jac incluso me dio unas palmaditas en
los pies de una manera que era exasperantemente condescendiente, está bien
solo vuelve a dormir cariño.

Hablando sobre nada en particular mi culo. No nací ayer. Pensé. Tramaban algo,
podía sentirlo, sin embargo, cualquier cosa que esas dos conspiraran se
mantendría en un secreto bien guardado.

Humph, supongo que tendré que entrar por la puerta de atrás. Es hora de
conspirar por mí cuenta. Tal vez si cierro los ojos y pretendo volver a dormirme,
comenzarán a parlotear lo suficientemente fuerte como para que yo las escuche.
¿Funcionó ese plan? Por supuesto no. Oh bueno, buen intento sin premio.

Cuando estás inconsciente, el tiempo vuela. Antes de que supiera lo que estaba
sucediendo, Ashley llegó a casa de la escuela. Entró y me dio un gran abrazo y
beso.

—Mamá, ¿debería ir y preparar mis cosas para mañana?

—¿Mañana? —pregunté. ¿Qué pasa mañana? Pensé.


253
—Sí, Ashley, ¿por qué no vas y haces eso? —respondió Patty a la niña. Ella
aplaudió sus pequeñas manos juntas con entusiasmo antes de irse felizmente a
su habitación.

¿Qué me he perdido?

—Todos en casa sanos y salvos. —Marilyn entró en la habitación que Ashley


acababa de dejar. Patty colocó su mano a un lado de su cara para que Marilyn
no pudiera verla rodar los ojos. Creí ver el labio de Jac en un gruñido de Elvis.

Todo en Marilyn era más grande que la vida. Su acento sureño y su personalidad
vibrante llenaban cada centímetro de la habitación en la que estábamos. Desde
su cabello perfectamente peinado, hasta sus dedos recién pintados, era un
ejemplo perfecto de una hermosa belleza sureña. Su cuerpo esbelto siempre
estaba envuelto en la última costura de diseño. Scarlet O'Hara no era nada en
comparación con esta niña de papá nacida en Georgia. Las similitudes entre
Scarlet y Marilyn no se detuvieron con solo apariencias externas, Marilyn era tan
terca y obstinada, si no más, que el ícono del sur que ella emuló. Nunca tomó un
no por respuesta.

—Cariño, ¿te sientes mejor? —La mujer alta se paseó seductoramente hacia
donde estaba acostada. Presionó una mano fría en mi frente. Creí escuchar a
alguien gruñendo desde la dirección de Jac y Patty. Podía sentir a Jac moverse
bajo mis piernas. Su lenguaje corporal cambió dramáticamente cuando Marilyn
me tocó.

—Sí, me siento mucho mejor, gracias. Ah, y gracias por cuidar a Ash anoche.
Realmente lo aprecio.

—Fue un placer, cariño. Lamento que no te sintieras tan bien ayer. —Marilyn
inclinó la cabeza ligeramente hacia la derecha, obviamente considerando mi
cara—. Todavía estás un poco pálida, cariño, ¿estás segura de que estás bien?

Le sonreí a la morena esbelta.

—Sí, estoy bien. Lo prometo. —No pude evitar la sonrisa de mi cara.


254

—Bien. Bueno, Ashley fue una delicia, pero siempre lo es. Sabes que nunca he
tenido problemas con tu hermosa niña. Así que no dudes en llamarme si
necesitas a alguien para tener a la pequeña Ashley. Las madres solteras
tenemos que estar juntas.

—Supongo que tienes razón. —Simplemente no podía evitar que esa sonrisa
nerviosa iluminara mis rasgos. Después de todo, Marilyn es muy atractiva—.
Sabes que siempre puedes contar conmigo para cualquier cosa que necesites,
Lyn. —En el momento en que esas palabras salieron de mi boca, supe que había
cometido un gran error. Patty lo tomó con sorpresa y Jac notoriamente frunció el
ceño. Solo tenía la intención de decir que podía contar conmigo para cuidar
niños, lástima que no fue así como salió. Bienvenido a malapropismo46 101.

—De verdad —dijo Marilyn con voz ronca. Marilyn se inclinó, con la boca en
morritos y su intención clara. Iba a tratar de besarme allí delante de Jac.
Instintivamente, fustigué frenéticamente mis brazos y piernas, para poder
empujar mi cuerpo a una posición sentada lo más rápido posible, evitando así el
avance de Marilyn. Recé para no patear a Jac en el proceso de cambiar
abruptamente mi posición.

—¿Ha... ha... has conocido a la señora Drakkon?

No tenía idea con esas pocas palabras que había disparado el primer tiro en una
guerra que estaba a punto de desarrollarse ante mis propios ojos.

—Sí, he tenido el placer. —Se burló de la manera muy poco elegante. —Ayer,
de hecho, cuando la señora Drakkon me informó que no estaba lo
suficientemente bien como para recibir llamadas. —Se enderezó a toda su altura
antes de girarse para mirar fijamente a Jac. Hubo un regodeo acusatorio en la
inflexión de sus palabras. La morena amenazante buscó en las facciones
angulosas de Jac cualquier signo de remordimiento por las acciones que había
tomado el día anterior. Jac simplemente miró fijamente a la belleza sureña.

Cuando se hizo dolorosamente evidente que Jac no le iba a dar a Marilyn ningún
tipo de reacción, continuó:
255

46
Malapropismo: Es un tipo de yerro o gazapo que consiste en sustituir una palabra por otra que tiene
un sonido parecido, pero cuyo significado es diferente.
—Me detuve para recoger algunas cosas para Ash. No me di cuenta de que
volvería a tener la alegría de tu compañía señora Drakkon. —Traducido, ¿por
qué demonios sigues aquí?

—También es maravilloso verte de nuevo —respondió Jackie con frialdad.


Traducido, ¿por qué no te largas de aquí, libertina desvergonzada?

Empujé mis pies nuevamente para tratar de distanciarme lo más posible de esta
refriega. Por otro lado, Patty se inclinó para no perderse una palabra o un gesto
que pasara entre estas dos mujeres fuertes. Esa es Patty para ti, ella amaba una
buena pelea, incluso una tan apagada como esta.

Marilyn no se inmutó por la postura intimidante de Jac.

—Me alegra que hayas podido extender tu visita para disfrutar del maravilloso
clima que hemos estado teniendo. Por cierto, ¿cuándo has dicho que vuelves a
casa? —preguntó Marilyn. Líneas de batalla se estaban trazando y la artillería
estaba apuntando. La general Marilyn estaba cómoda con su posición.

—No creo haber mencionado cuándo nos iríamos —respondió Jackie. Esas
palabras congelaron el aire en la habitación al instante. Sentí que la temperatura
a mí alrededor se desplomaba drásticamente en segundos. Cada aliento
exhalado parecía crear una nube de niebla. Me estremecí y jalé la delgada manta
con más fuerza a mí alrededor. La Lady Dragón estaba emergiendo lentamente,
fría y calculadora. Marilyn no tenía idea de cuán fuera de lugar estaba.

Marilyn miró fijamente a Jac, que despectivamente le devolvió el ceño. Ninguna


de las dos iba a ceder un centímetro de terreno que creían poseer. El ambiente
entre las dos mujeres estaba cargado de estática. Incluso sin mi guante sabía
que había una batalla entre Marilyn y Jac por mis afectos. La sola idea de esto
me sorprendió por completo. Quiero decir que nunca había tenido a nadie
peleando por mí, y mucho menos tener dos mujeres hermosas que ahora se
lanzaban pullas heladas entre ellas.

No tengo que decirte cuánto mi ego estaba siendo acariciado en este punto. Oye,
sé que no soy Helena, y no estaba lanzando un sucio bote mucho menos mil
256

naves. La guerra había sido declarada y, para mi sorpresa, en realidad yo era el


premio. ¿Qué tan loco es eso?
De acuerdo, sé que debería haberme sentido como un trozo de carne, si tal vez
hubieran sido un par de hombres. Oye, no te rías, podría suceder, no me falta
por completo el atractivo para el sexo opuesto. Pero como eran dos mujeres en
esta lucha, me sentí como un tesoro en lugar de simplemente un trofeo. Sin
embargo, Jac desconocía que ya había ganado la guerra, no había necesidad
de preocuparse por las pequeñas escaramuzas. Todo lo que quedaba por hacer
era que Marilyn levantara la bandera blanca y se rindiera. ¿Creías que eso
pasaría? De ninguna manera.

—Nos vamos el domingo. —Jac había retrocedido, dándole a Marilyn la


información que obviamente había estado buscando. Retrocedido, no retirado.
Jac iba a matar. Una sonrisa salvaje torció los labios de Marilyn aunque la sonrisa
no llegó a sus ojos. Marilyn estaba preparada para su réplica gélida cuando
Jackie habló de nuevo—. Después de que todos vayamos a Disney World el
sábado. Luego nos iremos el domingo por la tarde.

Golpe directo. Marilyn estaba horrorizada, insegura de dónde archivar esta


nueva información no deseada. Sus labios se separaron ligeramente, estaba
segura de que lanzaría otra pulla helada a Jac, y luego, con la misma rapidez,
pareció repensar su posición. Cerró la boca. Observé con fascinación cómo
Marilyn componía su expresión. En mi cabeza podía escuchar el repugnante
sonido de metal contra metal cuando Marilyn casi se quita el equipamiento
táctico. Había perdido esta batalla por completo y lo sabía. La discreción es la
mejor parte del valor, la postura de Marilyn pasó de agresiva a simpática.

—Bravo, —Marilyn hizo una pausa—, no es maravilloso. He oído que mañana


será un día hermoso. Todos la pasarán de maravilla. —Miró su reloj—. Mejor me
voy. Cosas que hacer ya saben. Adiós, Patty. Señora Drakkon, siempre es un
placer. Y en cuanto a ti... —Bajó la voz una octava y colocó su mano en el
respaldo del sofá y se inclinó sobre mí de tal manera que sus labios estaban a
escasos centímetros de su objetivo. Sus ojos trataron de fijarse en los míos, así
que los cambié al único otro lugar donde podía mirar, su escote generoso. Soy
humana y la vista era agradable, entonces me pregunté si ese había sido su plan
257

todo el tiempo. Jac me apretó dolorosamente los tobillos con dedos fuertes—, te
veré más tarde.
GLUP. Fue la única respuesta que pude lograr.

Todas nos volvimos para ver la salida algo desafiante de Marilyn. Estaba dolida
por su derrota, y sabía que la mujer podía sentir nuestros ojos en ella, pero no
miró hacia atrás, simplemente se deslizó por la puerta y desapareció.
Lentamente nos volteamos y nos miramos entre nosotras, las palabras nos
evadieron mientras digeríamos el pequeño drama que acababa de desarrollarse.

Fue Patty quien finalmente rompió el incómodo e interminable silencio.

—¿Se suponía que ese último comentario era una promesa o una amenaza? —
Pasó un momento antes de que lo que había dicho calara en nuestras mentes
aturdidas. Nos miramos una vez más antes de partirnos de risa.

BBB

Disney de eso estaba hablando Ashley. Lo había olvidado todo hasta que Jac le
dijo eso a Marilyn.

Patty hizo los arreglos para esta excursión mucho antes de que Jac hubiera
llegado a Florida. El viaje había sido una creación colaborativa de Bridgette y
ella. Originalmente, todos iban a encontrarse en el parque, lo que pensé que
funcionaría bien, sin embargo, Patty tenía otras ideas. Aunque siempre las tiene.

Planeó que todos vinieran aquí el viernes después del trabajo para celebrar la
conclusión exitosa del Proyecto Jamestown, así como mi promoción. Patty sabía
que no rechazaría la promoción aunque no lo hiciera en ese momento. La lista
de invitados incluía a Jac, Sherri y al pequeño Joshua, Patty y su familia y Tim y
su compañero John. Así que Patty hizo arreglos para que todos vinieran a mi
casa a hacer una barbacoa. Ahora puedes pensar que mi amiga estaba siendo
bastante atrevida al invitar a todos a mi casa en lugar de a la suya, pero Patty
me conoce. Sabía que después de unas semanas tan estresantes, nada me
ayudaría a relajarme mejor que organizar una fiesta. No hay nada que me guste
más que reunir a un grupo de amigos para pasar un buen rato.

Me sentí aliviada de que ya había hecho todas las compras para la fiesta hace
258

más de una semana, así que no tenía que preocuparme por eso en absoluto. De
hecho, ya tenía los filetes marinados en el congelador. También había hecho mi
ensalada de papas antes de lo normal. No sabía por qué lo estaba haciendo tan
pronto en ese momento, ahora puedo ver qué la suerte o el destino o una de
esas diosas menores deben haber tenido piedad de mí, y puso eso en mi oído
por lo que estaría eternamente agradecida. Así que todo estaba listo y cuando el
esposo de Patty llegara con el barril de cerveza, las festividades realmente
comenzarían.

Patty también había coordinado las habitaciones del hotel e incluso las entradas
al parque. Una cosa que tengo que decir de Patty es que nunca se le escapa
nada. De hecho, realmente apreció que nos haya reunido a todos de esta
manera. No me gusta ir a los parques, pero con un grupo grande, por lo general,
es mucho más divertido. No conocía muy bien a Tim o John, y estaba ansiosa
por conocerlos mejor. Después de cenar todos iríamos en convoy al hotel de
Disney. Una vez que nos registráramos y nos acomodáramos en nuestras
habitaciones, nos retiraríamos para poder comenzar temprano en los parques.

Poco después de la retirada de Marilyn llegaron los muchachos. Mark dio un


rápido Hola a todos los reunidos, luego fue directamente a su habitación a
empacar, supuse.

Mark siempre era del tipo serio y callado, como lo había sido su padre. Me
preguntaba qué sucedía en su mente brillante. Puso a prueba este lado de la
genialidad y ciertamente actuó tan peculiarmente como uno. Podía ser cálido
cuando quería, pero sobre todo Mark era simplemente, bueno. En la cena, él no
era de los que hablaban sobre su día como Jarrod y Ashley lo hacían. Había
recibido muchos premios por ferias de ciencias y academia, pero cada vez que
lo felicitaba con un abrazo o con la promesa de una cena a donde quisiera ir,
simplemente se encogía de hombros y decía:

—Mamá, no es gran cosa, así que deja de babearme.

Nunca seremos tan cercanos como Jarrod, Ashley y yo, eso estaba bien para él.
Me llevó un tiempo estar bien con eso. Finalmente lo entendí. Muy bien, nunca
lo entendí, quería que fuera cariñoso y abrazable y todas esas cosas buenas,
259

pero no es así. Sin embargo, nunca voy a querer menos al pequeño.

—Mamá, ¿cómo te sientes? —Jarrod se acercó y me besó en la frente.


—Mejor gracias —respondí. Había un brillo extraño en sus ojos—. ¿Qué?

Sonrió ampliamente.

—Ya sabes, —hizo una pausa al acercarse la mano a la barbilla para acariciar
una barba inexistente de una manera muy seria—, lo que sea que pongas en tu
cuerpo finalmente tiene que salir. En el caso del alcohol, especialmente cuando
se usa en exceso, el alcohol actuará como la electricidad. El alcohol seguirá el
camino de menor resistencia para liberar su energía. Ahora esta liberación
generalmente ocurre de la manera más explosiva y humillante posible. Entonces,
si te emborrachas, prepárate para las consecuencias. —Estaba teniendo
problemas para mantener una cara seria—. La próxima vez bebe más agua.

—¡OHHHH! —Traté de golpearle el culo, pero él me evitó con agilidad. Trotó


desde la habitación riéndose por completo.

Mis ojos se entrecerraron. Miré a Patty y Jac que estaban ocupadas tratando de
componer sus rasgos. Me recliné en el sofá otra vez y crucé las piernas por el
tobillo. Miré a las dos mujeres.

—Bueno, eso es lo que obtienes por impartir sabiduría materna a los niños.
Vuelve para golpearte sobre la cabeza y el cuello.

La risa sonó, nuevamente a mi costa, no pude evitar reír junto con ellas. Me
atrapó y lo hizo bien. Dos puntos para Jarrod.

BBB

Había una barbacoa para organizar y eso estaba bien para mí. De pie detrás del
mostrador de mi cocina reluciente y limpia, gracias a Patty, me sentí
rejuvenecida. Estaba completamente en modo 'Anfitriona' y me encantó. Estar
en mi elemento me tranquilizó. Me apresuré por la cocina. Corté, troceé y
descongelé todo lo que pude conseguir. Eché una cantidad obscena de
mazorcas de maíz en la olla más grande que tenía y las puse a hervir.

Para entonces, Charles y los niños, Sherri y Joshua, habían llegado. Para mi
sorpresa, Charles fue directo a Jackie y le dio uno de sus abrazos de oso
260

característicos. Podía escuchar a Jac gemir por la presión del abrazo, aunque
su sonrisa seguía siendo brillante.
—Señora Drakkon, usted es la mejor, —Charles se dirigió a Jac una vez que
había dejado a la mujer alta en el suelo—. Gracias por todo lo que ha hecho por
Kar.

—Fue un placer, te lo aseguro. —Jac trató de minimizar su contribución a mi


defensa.

—No, en serio, Kar es como mi hermanita, así que te debo mucho por cuidarla.
—Cuando habló con Jac, su voz se llenó de tan sincero agradecimiento, estoy
segura de que sorprendió a la vicepresidente. La forma en que la miraba con tan
gentil gratitud nos empañó los ojos.

Charles es un gran oso, un hombre que contrasta con la pequeña Patty. Alto,
grueso y fornido de una forma musculosa, con una mata rebelde de cabello rojo
y dorado sobre su cabeza. Tenía unos llamativos ojos azules que brillaban
intensamente y una barba y bigote bien recortados. Combine todas estas
cualidades y Chuck me recordaba a Grizzly Adams47. Y como Grizzly, también
es un hombre sensible. Supongo que diría que está totalmente en contacto con
su lado femenino, aunque Patty me ha informado en más de una ocasión que es
un hombre. Estas revelaciones me hicieron salir corriendo de cualquier
habitación en la que estuviéramos gritando:”¡Pats, DEMASIADA información!”
Ella hace estas cosas solo para verme retorcer.

—Oye niña, ¿quieres que empiece la parrilla? —El momento conmovedor había
pasado y el hombre-hombre estaba de regreso.

Sonreí.

—Claro, eso sería genial.

—Bueno, hola, amigas. —La voz de Tim sonó por la casa. Levanté la vista del
bistec que estaba golpeando con un gran mazo de aluminio para ver a Tim
agitando su brazo extravagante. Su compañero John parado a su lado. Y pensé
que sí había una dicotomía entre la pequeña Patty y el corpulento Charles. Tim
261

47
Grizzly Adams: Serie de televisión norteamericana de finales de los años 70, donde un granjero huye a
las montañas y allí cuida de un cachorro de oso grizzly.
y John los habían superado por una legua. Tim era delgado, mientras que su
compañero era una masa sólida de músculo.

Jadeé cuando estudié la cara moteada de Tim. Mis ojos quedaron


inmediatamente clavados en los moretones multicolores, así como en su ojo
morado y el labio hinchado y agrietado. Ver sus rasgos perfectos mutilados trajo
una claridad nueva y dolorosa a los extremos a los que todos mis amigos habían
llegado en mi nombre. Esa ola de emoción me golpeó tan fuerte que, por un
breve momento, olvidé exhalar. Corrí hacia donde estaba el hombre delgado y
le eché los brazos al cuello. Mi voz se quebró.

—Lo siento mucho. —El daño era aún peor ahora que estaba cerca. Como una
persona ciega que lee Braille, pasé suavemente las yemas de los dedos por su
labio deformado.

Tim me abrazó con firmeza aunque bromeó:

—Amiga, debes detener eso antes de arrugar mi nueva camisa Prada.

Me reí entre dientes en su camisa. Sabía que Tim recibiría un golpe por mí, sin
embargo, nunca me perdonaría por arrugar su nueva camisa.

—Pero tu cara. —Me aparté de su abrazo para mirarlo a la cara.

Echó la cabeza hacia atrás y se rio a carcajadas.

—No te preocupes por nada. Mis padres estarán muy orgullosos. —Se secó las
lágrimas fingidas de sus ojos—. Además, he querido patearle el trasero a ese
tipo durante años. Simplemente no sabía que podía hacerlo. —Hizo una pose de
hombre musculoso. Todos compartieron una buena risa con él.

BBB

Patty condujo a todos los niños y adultos hacia atrás. Levanté la vista de mi
fregadero donde estaba lavando las hojas de ensalada para ver a todos en el
patio trasero. Los niños salieron corriendo del recinto protegido para jugar en el
complejo fuerte / gimnasio de la jungla / columpio y arenero.
262

Por supuesto, mis ojos se centraron en Jac, quien estaba sentada con gracia en
un sillón que Tim había sacado para ella. Luego había sacado otro sillón para
Patty antes de sentarse en la mesa. Vi a Charles acercarse a revisar la parrilla
con John a su lado. Una vez que estuvo satisfecho de que estaba listo para que
pusiera los filetes, me dio un gran pulgar hacia arriba. Luego echó un brazo sobre
los hombros de John, y ambos hombres desaparecieron por la puerta que
separaba el patio delantero de la parte trasera. En unos instantes, Charles
atravesó la puerta de madera con dos grandes bolsas de hielo en su hombro
derecho. Su mano izquierda estaba envuelta alrededor del mango de un gran
bote de basura de plástico que iba albergar el barril de cerveza. John lo siguió
de cerca con el barril equilibrado fácilmente en un hombro. De hecho, miré dos
veces cuando llegó a la esquina de la casa y creí escuchar afuera un suspiro
colectivo de todas las damas, incluido Tim. Estaba tan aturdida que mi boca
incluso se abrió. Oh, dame un respiro, también habrías babeado si hubieras visto
un Adonis en tu propio patio trasero. El hombre parecía que acababa de bajar de
una vasija griega, no tomó mucho tiempo descubrir por qué Tim encontró a su
compañero tan, mmmmmm oh sí, por falta de otra verbalización.

Ahora estaba con el torso desnudo, supongo que para no dañar la costosa
camiseta que llevaba puesta. Manejaba el pesado barril de metal como si no
pesara nada, la única señal de tensión era un aleteo ocasional de sus pectorales.
Literalmente, John era alto, moreno y guapo. Demonios, el tipo estaba construido
como una casa de ladrillos con pecho, brazos, piernas bien definidos y un
abdomen de seis paquetes que eran claramente visibles ya que lo único que
tenía puesto era un par de pantalones cortos. Sus profundos ojos oscuros casi
coincidían con el negro de su cabello siempre impecablemente peinado. Su piel
de oliva bronceada completó el aspecto GQ48. No era necesario ser un científico
espacial para descubrir quién era el mejor en esta relación. Maldita sea Tim, eres
un hombre con suerte.

Charles jugó al barman una vez que el barril se puso en funcionamiento, mientras
yo me paseaba por mi cocina. Sonreí para mis adentros mientras escuchaba a
los adultos entusiasmados parlotear y ocasionales carcajadas. Coloqué los
filetes marinados recién descongelados en una fuente y salí a la terraza. Puse
263

48
GQ: (llamada originalmente Gentlemen's Quarterly) es una revista estadounidense mensual para
hombres que se enfoca en la moda, el estilo y la cultura masculina. ha sido asociada al concepto de
«metrosexualidad»
los filetes en la parrilla para una buena cocción lenta y luego me senté en el
asiento vacío al lado de Jac. La mujer más alta tomó mi mano sin perder el ritmo
de la conversación. Con mi visión periférica, noté que Tim nos miraba a mí y a
Jac hacia John y viceversa. Se retorcía de emoción. Interiormente me encogí
esperando que él dijera algo dramático como “Bienvenida hermana”, y viniera a
darnos a mí y a Jac un gran abrazo de “bienvenida al lado gay”. Noté que John
pellizcó subrepticiamente el costado de Tim y calmó mis temores.

Solté un suspiro de alivio. No estaba lista para ser recibida públicamente en la


comunidad gay. Sí, todos aquí éramos familia. Patty y Charles no tenían ningún
problema con la idea, tampoco Sherri, supuse que ella sabía, y obviamente, ni
Tim ni John tendrían ningún problema con nosotras como pareja, sin embargo,
a partir de este momento, estaba muy nerviosa por todo el asunto. Realmente
no estaba segura de cómo mis hijos lo manejarían mucho menos otras personas.
Francamente, tampoco estaba segura de cómo se habría sentido Jac ante tal
declaración, aunque evidentemente las pequeñas muestras públicas de afecto
no parecían molestarla. Apreté su mano. Se volvió hacia mí, sonrió y me guiñó
un ojo.

—¿Alguien necesita una recarga? —Le pregunté a los que no estaban bebiendo
cerveza. Un coro de sí resonó.

Estaba recogiendo los vasos de todos cuando Patty se levantó de un salto.

—Ayudaré a Kar.

—No creo que necesite ayuda con un par de bebidas —dije sosteniendo los
vasos de Jac y Sherri.

Ella ignoró mi comentario y me siguió adentro.

Caminé detrás de la barra y recogí varias botellas y mezcladores que necesitaría


para completar los pedidos de mis invitados. Levanté la vista para ver a Patty
sonriéndome.

—¿Qué? —pregunté.
264

La vivaz rubia colocó los codos en la parte superior de la barra y colocó la barbilla
sobre sus delgados dedos que estaban unidos como una hamaca.
—¿Así que ahora cogidas de la mano hmmmm?

Puse los ojos en blanco.

—¿De eso se trata esa sonrisa?

—Sí. Y el hecho de que las dos se ven perfectas juntas.

—¡AAKKK! Patty, eres incorregible. —Medio gruñí. Me sentí un poco


avergonzada, pero no estaba segura de por qué. Bueno, realmente, supongo
que sabía por qué. Jac era una mujer y esto todavía era un territorio nuevo para
mí.

—Sí, puedo ser incorregible, pero también tengo razón. Kar, solo estás radiante.

Me giré para mirar en el espejo detrás de mí. Incliné mi cabeza de un lado a otro.
Tenía razón, estaba radiante, pero no iba a dejar que me tomara el pelo.

—Hmm. —Incliné mi cabeza en la dirección opuesta antes de girarme para mirar


a mi amiga—. Debe ser el nuevo maquillaje, es la primera vez que lo uso. Lo
encontré en el mostrador de Estée Lauder en Macy... —Patty me interrumpió
como esperaba que lo hiciera. Ahora venía la ardua tarea de mantener mi cara
seria.

—¡Kara! —El shock coloreó sus facciones. Ella resopló—. Sabes que no tiene
nada que ver con lo que te pones en la cara. —Hizo una pausa. Estaba prestando
atención a la bebida que estaba vertiendo para no tener que mirarla
directamente. La duración de la pausa en su diatriba no fue un buen augurio para
mí. Podía escuchar las ideas moviéndose en su mente—. Es decir, a menos que
estemos hablando de Jackie, estando sobre tu cara.

—¡¡PATYYYYY!! —Estaba tan atónita por el comentario que mi agarre en la


botella se volvió flojo, enviando al pobre Jim a la muerte en el piso de baldosas.
Con un estruendoso golpe, la botella se hizo añicos en mis pies revestidos de
sandalias. Patty saltó ante el sonido.

—¿Todo bien ahí? —Chuck gritó. Vi que tanto él como Jac se dirigían hacia la
265

puerta corredera de cristal. Tim y Sherri se habían levantado de sus sillas


mientras estiraban el cuello en un esfuerzo por ver qué había sucedido.
—Lo siento, simplemente he sido torpe. Todo está bien —grité. Esto parecía ser
suficiente explicación. Tim y Sherri volvieron a sentarse mientras Jac y Chuck
volvían a sus asientos—. ¡No me has dicho eso! —La miré medio enfadada
mientras me inclinaba para limpiar el desorden a mis pies.

Al instante, Patty estaba a mi lado con un paño de cocina en una mano y una
bolsa de papel en la otra para deshacerse de los fragmentos de vidrio.

—No tenía idea de que ibas a reaccionar de esa manera —susurró Patty. Una
expresión contrita se apoderó de sus rasgos mientras colocaba pieza tras pieza
de vidrio en la bolsa—. Era sólo una broma, Kar.

—Lo sé. —Sonreí. Podía sentir el calor de un sonrojo en mi cara. Sabía que
estaba bromeando, pero la sola idea de estar físicamente con Jac me asustó
muchísimo. Quiero decir, no había estado con una mujer antes, y fantasear con
hacer el amor y realmente hacer el amor eran dos cosas completamente
diferentes. Quiero decir, ¿y si no era buena? Bueno, Tim nunca se quejó, pero
los hombres, infiernos, son fáciles, ¿verdad?

—Entonces, ¿qué te pasa?

—No lo sé. —Me puse de pie y le ofrecí una mano a Patty.

—Sí, así que habla. —Patty me miró a la cara—. ¿Por qué te sonrojas? Ohh,
ohh, ohh. Creo que sé lo que está pasando. —Una molesta sonrisa malvada
iluminó su rostro.

Puse mis manos en mis caderas.

—Está bien, todopoderoso Kreskin49. Dime qué está pasando. —Era tan feroz
como un chihuahua con un resfriado.

Ella nos dio la vuelta para que los dos estuviéramos de espaldas a la terraza.

—Sexo. —La miré esperando más. Puso los ojos en blanco—. ¿Tú y Jac?
¿Haciendo el amor? ¿Acostándose? ¿Ajetreo horizontal?
266

49
Kreskin: mentalista estadounidense que se hizo popular en la televisión en la década de 1970.
—Sí, entiendo la imagen, pero ¿qué pasa con eso. —Quería ver a dónde iba su
tren de pensamientos. Esperemos que no se descarrile antes de que llegue al
destino de la explicación.

—¿Ya has, ummm...? —Movió sus cejas claras arriba y abajo.

—¡NO!

—Pero quieres hacerlo, ¿no?

—Sí.

—Entonces, ¿por qué la reacción cuando he hablado de ella sentada en tu cara?


¿Hacen eso, no?

Tuve que reírme ante esta pregunta.

—Estoy segura de que no lo sé. Es solo... —pude sentir otro sonrojo que me
cubría la cara. Mate, Pats. Dos puntos más para ti.

—¿No estás segura de qué hacer con una mujer en la cama? —preguntó Patty
más gentilmente. Me sentí tan avergonzada que todo lo que pude hacer fue
asentir de acuerdo. Patty se echó a reír.

—Caramba, gracias por el apoyo. —Estaba agarrando la bebida de Sherri


cuando Patty me agarró la mano.

—Lo siento, cariño, eres tan linda.

—No es realmente lo que estaba buscando —murmuré.

Patty se rio entre dientes.

—Lo sé. Veamos si puedo ayudar. Primero, eres una mujer ¿verdad?

Patty a veces tenía los recorridos de lógica más extraños que había encontrado,
pero este comenzaba más extraño que la mayoría.

—Sí, creo que lo soy.

Ella hizo un gesto con las manos.


267
—Ten paciencia conmigo solo por un par de segundos, ¿de acuerdo? —Asentí
nuevamente para que continuara—. Siendo una mujer sabes lo que te gusta en
la cama ¿verdad?

—¿Correcto? —dije tentativamente.

—Pues bien, ahí lo tienes. —Sonrió con orgullo como si acabara de descubrir la
cura para la gripe común.

Estaba exasperada.

—¿Ahí lo tengo? ¿Dónde tengo? Pats, ha pasado mucho tiempo desde que ehh,
bueno, ya sabes, con alguien mucho menos mujer. Quiero decir, solo he estado
con Timmy, ¿y si lo hago fatal?

—Creo que se supone que debes chupar50. —Patty se rio.

—¡Uf! Sé que debo chupar en algún momento, pero ¿cuándo, dónde y por cuánto
tiempo es la pregunta? —respondí.

Patty siguió riéndose.

—Vale, el tema es que, dado que eres una mujer eso te da una ventaja. Sabes
lo que se siente bien y qué hacer para que las cosas que se sienten bien se
sientan increíbles. Ya sabes cómo tocar y más que eso saber dónde tocar, que
es algo sobre lo que la mayoría de los hombres no tienen ni idea. Y chico, sabes
cómo besar. —La miré confundida, cuando no dio más detalles, me imagino que
tendré que preguntarle sobre ese comentario más tarde—. Confía en mí, Kar,
una vez que estén juntas, a solas con Jac, la mujer que amas, todo encajará.
Cariño, el sexo es como andar en bicicleta. Una vez que aprendes, nunca lo
olvidas.

—Suspiro. Siento que voy de un triciclo a una velocidad de diez sin tener el
beneficio de ruedas de entrenamiento —me lamenté, aún asustada ante la
posibilidad de estar y no estar con Jac. ¿Cómo es eso de ser decidida?

Patty besó mi mejilla.


268

50
Chupar: en inglés es suck, pero en formas compuestas como la utiliza por Kara significa ser mala o
hacerlo fatal. Por tanto Patty hace un juego de palabras.
—Solo piensa, si te caes de Jac, no te lastimarás. —Se rio entre dientes
agarrando el vaso de Jac y salió por la puerta corrediza de vidrio. Suspiré de
nuevo y pasé por la puerta corrediza de vidrio después de Patty, con la bebida
de Sherri todavía en mi mano. Ella tenía razón, probablemente estaba haciendo
una montaña de esto.

En el momento en que tomé asiento, Jac tomó mi mano, dudé antes de tomarla.
Sus cejas oscuras se fruncieron momentáneamente.

—¿Todo está bien? —susurró su pregunta suavemente en mi oído. Sonreí y le


apreté la mano. Su rostro se relajó en una sonrisa afable.

Conversamos amigablemente con Charles lanzando chistes cursi de vez en


cuando. Por supuesto, Jarrod se sentó junto a Sherri. Hablaba animadamente
con la chica mayor, toda su “genialidad” parecía haberse evaporado ante la
belleza de la joven. Sherri estaba muy atenta al amor ciego del joven.

Después de un tiempo, Charles y John se retiraron al área de la parrilla para


hablar de autos, pescar y practicar deportes, mientras Tim hablaba alegremente
con nosotras. Mientras conversábamos, mis ojos se enfocaron en nuestros hijos
y nietos, que jugaban felices en el patio. Los miré envidiando secretamente su
inocencia y satisfacción sin trabas. Quería recuperarlo, pero esos días se habían
ido para nunca volver.

Reflexioné sobre todo lo que había sucedido durante las últimas veinticuatro
horas. Todavía era tan difícil creer que Russell me odiaba tanto que no solo había
ideado un plan tan elaborado para destruirme, sino que había gastado tanto
tiempo y esfuerzo para asegurarse de que mi destrucción fuera completa.

Nada de esto fue idea mía. No quería tener nada que ver con este proyecto
desde el principio. Fue Russell quien quería que yo manejara el trabajo. Bueno,
en realidad él quería que yo rescatara su trasero, y lo sabía. Supongo que mi
primer error fue que realmente tuve agallas por una fracción de segundo, y se lo
dije. Hay algo acerca de las agallas, no se puede confiar en ellas.

Sólo puedo suponer que lo que comenzó esta bomba de relojería fue cuando
269

Jason me pidió que me hiciera cargo de la administración de Jamestown. La


cuenta atrás comenzó cuando me prometió la comisión del trabajo. Pero no creo
que la bomba explotó hasta que cometí mi segundo error. Ese error se cometió
cuando acepté a regañadientes la tarea. Estoy convencida de que Jason debería
asumir parte de la responsabilidad de esta explosión, ya que casi me obligó
aceptar el trabajo.

Si estaba siendo totalmente honesta conmigo, lo que hago en raras ocasión,


realmente quería asumir este desafío. Quería demostrarme a mí misma de una
vez por todas que era una estrella. Que era realmente tan buena como todos los
demás parecían pensar. Sí, que Dios me ayude, quería ser una diana del tamaño
de Texas.

Sin embargo, más que nada, quería vengarme de Russell. No podía contar la
cantidad de veces que me había jodido, y me quedé sentada en silencio como lo
haría cualquier buen felpudo. Nunca dije una palabra cuando recibió una
palmada en la espalda por mi trabajo bien hecho, o cuando fue felicitado por una
idea nueva e innovadora que me había robado. No sé por qué esta vez fue
diferente. ¿Fue la gota que colmó el vaso? Tal vez. ¿Era porque no había forma
en el infierno de que me volviera a limpiar los pies conmigo? Quizás. Sobre todo,
creo que fue el hecho de que tuve la oportunidad única de mostrarle a Russell la
serpiente que era. Esa era una oferta que no podía rechazar. Durante un breve
momento brillante para poner a Russell en su lugar, lástima que me salió mal de
tantas maneras que no pude contarlas.

La venganza es un plato que se sirve frío, pero nadie te dice el precio que va a
tener que pagar por esa comida. He tenido la suerte de tener amigos que han
pagado el precio por mí. Y sí, han pagado con tiempo, esfuerzo hercúleo,
lágrimas e incluso sangre. Bueno, ese ha sido Tim, sin embargo, todos han
pagado la deuda que le debían al Karma. No creo que pueda pagarles. Solo
pensar en todo lo que habían pasado me hizo volver a llorar.

De repente fui sacada de mi ensueño por una mano que se agitaba ante mis ojos
desenfocados.

—¿Lo siento?
270

—¿Dónde fuiste? —preguntó Patty.

—Oh, a ninguna parte. ¿Alguien necesita otro? —pregunté.


—Sí. Puedo servírmelo yo —dijo Charles. Antes de dirigirse al barril, agarró la
copa de todos, que incluía la de John, Patty, la mía y la de Jarrod, sí, sé lo que
estás pensando, demonios tiene casi dieciocho años y si va a tener la edad
suficiente para ser reclutado y casarse es lo suficientemente mayor como para
tomar una cerveza en su propio patio trasero. Tim, Sherri y Jac levantaron vasos
vacíos y entré para jugar al barman una vez más. Cuando volví a la mesa,
Charles y John estaban atendiendo los filetes y riéndose a carcajadas por algo.

—¡Chuck! ¿Cómo se ven? —pregunté mientras colocaba la bebida de Jac frente


a ella.

—Ya casi están, dulzura.

—Entraré a buscar los perritos calientes y el resto de la comida.

—Vale. —Se volvió hacia la parrilla. Tomando un cuchillo que estaba al lado de
la mesa de la parrilla, comenzó a cortar los gruesos filetes para asegurarse de
que estaban hechos a la perfección. John acechaba a su lado en la parrilla y los
dos continuaron su conversación.

Entré y tomé mi ensalada de papas de la nevera, saqué el film transparente y lo


puse sobre el mostrador. Me volví hacia la cocina, agarré las largas pinzas y
comencé a sacar las mazorcas del agua caliente y las coloqué en una bandeja.

—¿Necesitas ayuda? —Una voz flotó en la cocina. Sentí una oleada de calor
invadir mi cuerpo.

Me giré para deleitar mis ojos con Jac. Se veía increíble con su camiseta blanca
con cuello en V y sus pantalones cortos azul marino. Una cadena de oro muy
delicada descansaba cómodamente en su pecho.

—Por supuesto. —Mi voz se quebró. Me aclaré la garganta—. ¿Puedes sacar


esa bandeja con pan, papas fritas, platos de papel y cubiertos?

—Por supuesto. —Jac sonrió, agarró la bandeja y salió. Patty entró al lado para
coger los perritos calientes y la ensalada de papas. Me guiñó un ojo mientras
salía por la puerta.
271

Patty, vas a ser mi muerte.


Sentí una sonrisa tirar de los bordes de mis labios. No pude evitarlo. Se sentía
no sólo natural, sino cómodo tener a Jac en mi cocina, en mi casa, en mi vida.
Vale, saquen todos sus pensamientos lascivos. Sé exactamente lo que estabas
pensando cuando dije, cómoda. Así que para ya. Aunque no es algo en lo que
pueda decir que no he pensado, debes recordar que estamos en una barbacoa
con los niños en este momento, por lo que todos tenemos que pasar de una
clasificación51 R fuerte a una G.

Puse la última mazorca de maíz en el plato y salí. Era una tarde agradable.
Soplaba ligeramente una brisa fresca que redujo la humedad a la mitad, por lo
que era realmente agradable estar afuera. Cuando los niños no querían comer
más y los adultos no podían comer más, la comida se llevó a la cocina y se
guardó. Todos colaboramos para limpiar. Mientras las mujeres, incluido Tim,
estaban en la cocina, Charles y John limpiaban la parrilla, se aseguraban de
cortar el gas y ponían el resto del barril en el garaje para protegerlo hasta que
pudiéramos llevarlo de vuelta a la licorería.

Antes de que pudieras pestañear, todo era espectacular una vez más. Salimos
por la puerta principal y la cerré detrás de nosotros. Con el rugido de los motores,
todos estábamos de camino a Disney.

No pasó mucho tiempo antes de que estuviéramos en el estacionamiento del


hotel. Entré primera al círculo delantero, seguida por Tim y John, y finalmente,
Patty y su familia. Todos los niños saltaron aparentemente antes de que la
furgoneta se detuviera por completo. Estaban emocionados y pude entender
eso. Finalmente Sherri y Jac descendieron.

—Voy a estacionar e iré enseguida —le dije a Jac. Ella asintió y cerró la puerta
de golpe. Jarrod ya había descargado nuestras pocas bolsas en un carro ofrecido
por un elegante botones. En mi retrovisor vi una pandilla de amigos dando
vueltas por la entrada.

Encontré un buen estacionamiento no muy lejos de la entrada del edificio. Bajé


del auto y me sorprendí cuando no uno sino dos brazos me golpearon los
272

51
Clasificación: Está haciendo referencia los criterios de clasificación de las películas según los contenidos,
así R es para adultos y G para todos los públicos.
hombros. Por un lado, el Adonis, John, por el otro, mi hermano mayor Charles.
Ambos hombres tenían sus gafas de sol de diseñador y lucían sonrisas muy
contentas.

Cuando entramos, tanto Tim como Patty estaban saliendo del mostrador con las
llaves de la habitación y los recibos de las tarjetas de crédito. Los niños estaban
tumbados sobre los prístinos muebles de mimbre que cubrían el gigantesco
vestíbulo. Me desenredé de los chicos y me dirigía a la recepción cuando
escuché que Jarrod llamaba.

—¡Mamá! ¡Por aquí! —Cuando levanté la vista, agitaba las llaves de la puerta
que se parecían mucho a las pequeñas tarjetas de crédito.

—¿Cómo has conseguido eso? —pregunté. Se encogió de hombros mirando a


su izquierda, donde Jac estaba abrazando a Ashley y Joshua en su regazo.

Puse mis manos en mis caderas.

—¡Señora Jacqueline Drakkon!

Ella levantó la vista de los niños risueños. Se encogió de hombros. Estaba


golpeando mi pie. La mirada de Jac era obviamente la única respuesta que
recibiría. No queda nada más que agradecer y dirigirse a la habitación.

273
Parte 12 B
El día siguiente estuvo lleno de risas, diversión y familia. Vale, varias de las
familias eran “alternativas” pero ¿a quién le importaba? Todos habíamos venido
a divertirnos.

Como era de esperar, Ashley se convirtió en nuestro propio despertador humano


especial. No creí que fuera tan temprano. Para responder a tu pregunta, sí, he
sido mamá durante casi dos décadas, simplemente olvidé cuán nerviosos se
ponen los pequeños cuando llegan a su versión de Shangri-La conocida como
Disney. Me confié en una falsa sensación de seguridad por el tiempo transcurrido
entre los niños. Confía en mí que la feliz ignorancia no duró mucho. Ese pequeño
diablillo tiró de mis mantas mucho antes de que el amanecer se asomara por el
horizonte.

Bostecé.

—Está bien, nena. Me levanto. —Me arrastré hasta el baño para darme una
ducha matutina con la esperanza de que tal vez me despertara. Ashley no tuvo
problemas para despertar a su hermano mayor, seamos sinceros, estaba tan
ansioso por estar con Sherri como yo con Jac.

—¡Hola mamá! —Golpeó la puerta cerrada del baño.

—¡QUÉ! —Le grité a pesar de que sabía muy bien lo que quería. Quería
ducharse y afeitarse antes de que nos fuéramos para poder brillar cuando viera
a Sherri. Fue una lástima para mi querido hijo que ya hubiera ocupado el baño.
Estaba volviendo a la vida, así que él tendría que esperar. No iba a precipitar
esta felicidad por nadie, ni siquiera por mi primogénito.

—¿Ya casi terminas? —gritó.


274

—No estoy segura, pero prometo que serás el primero en saber cuándo termine.
—MMMMAAAAAAAAAMMMMMAAAAAÁ! —dijo mi nombre con su aparente
irritación. No pude evitar reírme de mi hijo exasperado.

Una vez que finalmente salí de la ducha, como le había dicho Jarrod, noté que
la pequeña Ashley estaba teniendo problemas para despertar a Mark el dormilón.
Puse mi mano sobre mi boca para que ella no viera la sonrisa “aww eres tan
linda” que tercamente se había pegado a mis labios. Ella me miró con su
frustración clara. Su hermano se había tapado la cabeza con las sábanas y se
había encerrado en la cama. Apenas podía escuchar su súplica ahogada.

—¡Hazla PARAR!

Me acerqué y palmeé el bulto.

—Cariño, es mejor que te levantes, sabes tan bien como yo que no se detendrá
hasta que lo hagas. Además, nos estamos preparando para irnos.

Todo lo que escuché fueron palabras tan apagadas que estoy segura de que no
eran el inglés del Rey si sabes a lo que me refiero. Mark nunca ha sido mi hijo
de levantarse y brillar, ese era el trabajo burbujeante de Ashley. Jarrod tomó con
calma la efervescencia de su hermana pequeña, pero no Mark. Él era el “No me
molesta levantarme hasta cinco minutos antes de que tenga que irme”.

Tres niños, tres personalidades muy diferentes, así era en nuestra casa. Aunque
otros pueden haber encontrado la dicotomía enloquecedora, personalmente me
gusta la variedad.

Nuestro pequeño grupo había hecho planes la noche anterior para desayunar
juntos antes de irnos al parque. Aunque no hubo un tiempo definido para esta
reunión, sentí que definitivamente seríamos los primeros en salir. Una vez que
aseguré la llave de la tarjeta en el bolsillo de mis pantalones cortos, cerré la
puerta suavemente, segura de que los demás aún estarían dormidos. Habíamos
tenido la suerte de tener habitaciones en el mismo piso y estaba
inquietantemente silencioso mientras nos apresurábamos por el pasillo.

Pensé que podríamos reservar la mesa para todos los demás, ya que seríamos
275

los primeros en llegar al restaurante. Como de costumbre me equivoqué, fuimos


los últimos en llegar al comedor. El grupo estaba en la parte de atrás del
restaurante. Patty y Charles estaban sentados con sus dos hijos CJ y Emily junto
a ellos. Al lado de Patty estaban Tim y John. El brazo de John cubría el respaldo
de la silla de Tim, sus cabezas juntas mientras examinaban el menú. Por último,
de espaldas a nosotros estaban Jac y compañía.

Crayones de diferentes colores yacían esparcidos sobre las mesas. Todos los
niños estaban ocupados en colorear los personajes de Disney, encontrar el final
de los laberintos o completar las búsquedas de palabras que estaban debajo de
los manteles individuales de papel de colores brillantes que se encontraban
frente a cada silla. Había un zumbido bajo de voces adultas que rodeaban la
mesa al igual que la vigorizante fragancia del rico café caliente. Ahora esta era
la forma de comenzar el día.

—¡Ahí está! —Patty me llamó sorprendiéndome de mis pensamientos—. He


pensado que nunca se levantarían.

—Al menos Ashley ha tenido la decencia de no despertarte tan pronto como


alguien que todos conocemos —ofreció Sherri mientras me acercaba a la mesa.
Joshua no mostró signos de remordimiento alguno. Él sonrió con una sonrisa
brillante y excitada y palmeó el asiento vacío a su lado.

—Ya era hora dormilones. Dónde... —bromeó Charles, pero una vez que levantó
la vista del menú, su pensamiento lo dejó. Soltó un silbido, bajo y lento—. Guau.
—Casi gruñó. Eso llamó la atención de todos, y todos miraron en mi dirección.
Me sentí muy cohibida al sentir que el calor de un sonrojo comenzaba a calentar
mis mejillas.

—Amiga, qué bien te ves hoy. —Tim me elogió por mi elección de conjunto con
tres golpes en el aire frente a él. John sonrió amablemente y guiñó el ojo en
aprobación.

—Tengo que decir. —Jac se detuvo de repente. No creo que ella tuviera la
intención de verbalizar sus pensamientos. Sonreí y asentí en su dirección
contenta de ver que sus ojos todavía revelaban información confidencial.

Patty sonrió a sabiendas.


276

—Kar, ¿crees que esos pantalones cortos son lo suficientemente ajustados?


Le gruñí en respuesta.

Llevaba una camiseta azul zafiro con cuello en v y manga corta. La camiseta
estaba metida en un par de pantalones cortos de color caqui. Tanto los
pantalones cortos como la camisa estaban un poco apretados, pero esa era la
intención. Mis pies con mis zapatillas favoritas, por no mencionar las más
cómodas, con calcetines que tenían un pompón de color azul marino en la parte
posterior para evitar que se deslizaran totalmente en el zapato. Me los puse para
que mi tobillera dorada se viera. Las otras joyas incluían un par de pequeños
pendientes de solitarios en mis orejas, una cruz de oro alrededor de mi cuello y
un reloj deportivo en mi muñeca. Me alegré de haber pasado algún tiempo al sol,
sin mencionar que era un elemento constante en el gimnasio, porque te diré que
estaba exponiendo mucha piel. Sin embargo, se sentía bien no solo exponer
músculos tonificados y elegantes, sino también lucir un bronceado. Además de
todo lo demás que iba bien, en realidad estaba teniendo un excelente día para
el cabello. Te diré que simplemente no hay nada mejor que esto. Jac me acarició
descaradamente con los ojos. Ella dispara. Anota. ¡Es un triple! La multitud
se vuelve loca.

Mientras todos miraban boquiabiertos o silbaban, Ashley se dirigió directamente


hacia su nuevo mejor amigo y se sentó a su lado. Tomé asiento al lado de Jac.
Mark tomó la silla más cercana que estaba al lado de CJ, el hijo de Patty. Jarrod
no pudo sentarse junto al objeto de su afecto por su hijo y su madre. Entonces
se sentó junto a su hermanita para estar al menos cerca de Sherri.

Después de un buen desayuno, toda la tropa nos dirigimos al monorraíl y a un


día de diversión al sol en la Casa del Ratón. Para ser sincera, temía este día.
¿Por qué tan sorprendido? Míralo desde mi perspectiva por un momento.
Considera el calor, la humedad, los turistas hostiles, oh sí, elígeme. Además,
hubiera preferido pasar un día a solas con Jac, pero como esa no iba a ser una
opción, sacaría el mayor provecho.

Para mi sorpresa, no tuve que gastar mucha energía para aprovechar al máximo
este viaje. Una vez que habíamos despejado la entrada, Jac me tomó de la mano
277

y todos corrimos por las calles de Disney. En un instante todos éramos niños de
nuevo, fue un placer correr de una atracción a otra. Comíamos perritos calientes
y bebíamos agua siempre que el tiempo lo permitía. Todo el tiempo, Jac y yo nos
tomábamos de la mano. De lo contrario, me pasaba el brazo por la cintura y me
acercaba mucho a ella.

Los niños, mis amigos, la diversión y su brazo a mí alrededor era pura perfección.
En ocasiones inicié un contacto físico que me sorprendió. Incluso con mi difunto
esposo, nunca me agradaron las muestras públicas de afecto. Con Jac todo era
diferente, quería, no, necesitaba tocarla. Descubrí mucho más que eso, a medida
que avanzaba el día, necesitaba que me tocara.

Incluso con todo lo dicho, sobre la necesidad de contacto físico con esta hermosa
amazona, pensé que iba a desmayarme cuando se subió al carrito en Space
Mountain y abrió las piernas para que pudiera sentarme entre ellas. Si no hubiera
sido por Tim.

—¡Despierta amiga! He escuchado que no muerde. —Junto con un ligero


empujón del asistente del viaje, creo que me habría quedado allí para siempre
con la boca abierta. Simplemente no estaba preparada para esa vista. Me doy
cuenta de que Walt-Disney, “nunca tuvo la intención de que ninguno de sus
paseos fuera erótico”, pero te diré, que ese paseo con los brazos de Jac
apretados a mí alrededor, sus senos presionados contra mi espalda casi me
envió justo sobre el borde. Quería estar en ese viaje por el resto de mi vida.

Ah, y si crees que Tim se guardó esta pequeña perla de humillación para sí
mismo, estarías muy equivocada. Tim es un hombre generoso al que le encanta
compartir. En el momento en que vio a Patty, gritó:

—¡Patsy, espera! —No pasaron más de treinta segundos después de haber


pasado el brazo por encima del hombro de Patty que la pequeña rubia estaba
riendo a carcajadas.

El único otro lugar donde conseguimos un carrito para nosotras fue en la Mansión
Embrujada. Ashley y Joshua se asustaron al oír los aullidos de los lobos que se
escuchaban por el altavoz, sin mencionar la oscura fachada gótica del edificio de
la mansión. Sherri se ofreció a quedarse con los niños e ir más tarde. Jarrod se
278

ofreció a quedarse y hacerle compañía como se esperaba. Demonios, por su


parte, era un buen plan, conseguiría a Sherri para sí mismo, aunque solo fuera
el tiempo necesario para atravesar el juego.

Una vez que los pequeños se acomodaron con bebidas a la sombra junto con
Jarrod y Sherri, la mejor parte del grupo entró en la misteriosa mansión. Este
recorrido siempre fue uno de mis favoritos. Entramos en la habitación de Dorian
Gray antes de que los asistentes nos hicieran pasar al oscuro ascensor que
parecía el estudio panelado de una vieja mansión. Jac se paró detrás de mí. Sin
previo aviso sentí sus brazos rodear mi cintura. Me apretó con fuerza contra su
largo cuerpo delgado y luego besó mi mejilla. Debo haber perdido el
conocimiento por un momento porque cuando volví a mis sentidos, Jac me
estaba guiando a través de la línea para entrar en el recorrido real.

Mark tomó un carrito con Emily y CJ, también conocido como Charles Junior.
Charles y Patty subieron a otro, Tim y John al siguiente, mientras Jac y yo fuimos
escoltadas al carrito por una joven vestida con un uniforme de mucama negro y
verde. En la oscuridad, rodeada por los sonidos y la música del viaje, Jac se
inclinó y me besó. Me rodeó la cintura con las manos y me atrajo lo más cerca
posible de su cuerpo debido a las limitaciones de espacio del cochecito. Lenta y
suavemente profundizó nuestro beso. Sentí su lengua entrar en mi boca y temblé
de emoción. El beso fue increíblemente intenso. Sentí como si todo mi cuerpo
estuviera en llamas. Fue en ese momento, aunque en ese momento no lo sabía,
tomé la decisión de darle todo a esta mujer. Aquí, entre los hologramas, la
micromecánica, los animatrónicos y un cementerio cubierto de niebla, iluminado
con luz negra, le di a Jacqueline todo lo que era y todo en lo que me convertiría.

Al final del día, todos estábamos agotados. Jarrod llevaba al pequeño Josh sobre
sus hombros mientras hablaba y reía con Sherry. Los observé por unos
momentos pensando para mí, para el observador casual de todos modos,
parecerían ser una pareja. Una hermosa pareja de hecho. Jac, que caminaba a
mi lado, llevaba a Ashley sobre su espalda. Emily también cabalgaba sobre los
hombros de su papá. Casi esperaba que John llevara a Tim de regreso al Castillo
de Cenicienta, donde el grupo tenía reservas para cenar. Sorprendentemente,
279

Tim fue al castillo en su propio pie. Habíamos hecho reservas cuando llegamos
al parque pensando que sería genial para los niños, pero ahora todo lo que
quería hacer era volver a mi habitación y desmayarme.

Los pequeños ciertamente se animaron en el momento en que vieron a los


personajes de Disney que amaban cobrar vida ante sus ojos. Los diferentes
personajes visitaron cada mesa para deleite de todos los niños. Firmaron
pacientemente autógrafos y tomaron fotos con cada niño. Pensé que Ashley se
desvanecería cuando su personaje favorito, Aladdin no solo firmó su libro de
autógrafos, sino que le dio un beso en la mejilla antes de irse.

—¿Viste eso, mamá? —chilló Ashley—, Aladdin me besó.

Sonreí.

—Lo vi, nena. —Juro que vi al pequeño Joshua poner los ojos en blanco. De tal
abuela tal nieto.

Todos tuvimos una cena maravillosa, bueno, eso fue hasta que la pelea Master
Card/Visa/Amex estalló en la mesa. ¿Quién ganó la batalla? Bueno, el que tiene
las pelotas más grandes, y no me refiero a John. Sí, miré, no podías evitarlo, y
el tipo llevaba Daisy Dukes52 muy ajustados que dejaban muy poco a la
imaginación. Te juro que habrías visto menos si hubiera usado un Speedo. Ah,
perdón por extraviarse allí por un segundo, ahora de vuelta a la guerra de las
tarjetas de crédito. ¿Quién ganó? ¿No puedes adivinar? Jac sacó a la señora
Drakkon y anuló todas las objeciones que Charles, John o yo pudimos hacer
sacando la tarjeta más poderosa de todas… “La tarjeta de cuenta de gastos”.

Con la cuenta liquidada y una generosa propina dejada por el resto de nosotros,
nos deslizamos hasta el monorraíl. Juro que la caminata hacia el monorraíl se
sintió más como la Marcha de la Muerte de Bataán53 aunque sólo fue un trote de
unos cientos de metros.

Una vez que las puertas del monorraíl se abrieron, todos caímos en los asientos
más cercanos que no estaban ocupados. El aire acondicionado se sentía tan
280

52
Daisy Dukes: son pantalones cortos de mezclilla muy cortos, ceñidos al cuerpo.
53
Marcha de la Muerte de Bataán: fue una marcha forzada de prisioneros de guerra y civiles filipinos y
estadounidenses que fueron capturados por los japoneses en Filipinas, acontecida en1942 durante la
Segunda Guerra Mundial.
bien contra mi piel. Puse a Ashley con mucho sueño en mi regazo. Puso su
cabeza rizada sobre mi hombro y su pulgar en la boca. Esta fue una clara
indicación de que esta pequeña estaba rendida. Jac se deslizó en el asiento a
mi lado y besó el cabello de Ashley. Noté que la cabeza del pequeño Josh se
sacudía más de una vez desde su lugar en el regazo de Jarrod. En realidad, los
tres hicieron una linda foto. Lástima que Sherri era demasiado mayor para
Jarrod. Algún día espero que sea tan afortunado como yo.

Patty y Charles se sentaron exhaustos. Se apoyaron uno contra el otro con las
cabezas juntas. Emily colocó sus ojos a media asta. El resto de nuestro grupo
sentados en el resto de los asientos, todos medio comatosos.

Incliné la cabeza contra la ventana fresca y vi el paisaje pasar volando sin verlo
realmente. Reflexioné sobre los eventos de este día perfecto. El parque no
estaba demasiado lleno, el clima estaba despejado y no hacía tanto calor como
se esperaba, lo cual fue una gran bendición. Habíamos visto y hecho la mayoría
de lo que todos queríamos hacer. En general, diría que el viaje fue un éxito total.

—¿Estas bien? —preguntó Jac.

Me enderecé para mirarla.

—Sí, solo cansada.

—Gran día ¿eh?

—Sí.

Tomó mi mano y se apoyó contra mí. Recorrimos el resto del camino de regreso
en un agradable silencio.

BBB

Dado que la suite de Jac era la más cercana al ascensor, todo el grupo de adultos
y niños se dirigió cansadamente en su habitación. A pesar de que la suite era
palaciega, estaba bastante cerca para todos en la sala. Patty se sentó en el
regazo de Charles en una butaca, mientras que Tim y John ocuparon la otra.
281

Jarrod se sentó en el suelo a los pies de Sherri, me dejé caer en el sofá junto a
una Jac sorprendentemente energizada. Ambas habíamos reclamado
verbalmente este codiciado mueble antes de que se abriera la puerta. Varios
niños estaban acurrucados al azar en el piso como víctimas de una noche de
Toys R Us. La conversación en la sala era mínima, oh, con la excepción de
Jarrod, que hacía comentarios dirigidos a Sherri de vez en cuando. Ella le
sonreiría, pero no tanto con compasión fraternal como con ambivalencia
salpicada de leve interés. Tal vez la persistencia de mi hijo estaba dando sus
frutos. Pero por lo demás, la habitación estaba relativamente silenciosa. Ninguno
de nosotros teníamos la fuerza para hacer más que gemir o bostezar
ocasionalmente. De nuevo, con la excepción de Jac, que estaba sentada con
sus largas piernas cruzadas en el tobillo. Ella no habló más, creo, por deferencia
hacia nosotros, los pobres y cansados vagos que por cualquier otra cosa.

Después de un rato, Ashley se acercó a donde estábamos sentadas. Se apoyó


fuertemente contra mí.

—Mamá, ¿puedo dormir con Joshua esta noche? ¿POOOOORFIIII?

—¿Entonces no quieres acostarte con mamá esta noche?

Ella negó con la cabeza.

—Puedo dormir contigo en cualquier momento, pero Joshua se va mañana, y no


lo veré por mucho tiempo... —Bostezo—. Mucho tiempo. —Ella sonrió, aunque
cansada, una sonrisa que decía por favor aún más fuerte.

—Bueno, supongo que es mejor preguntarle a su mamá si está bien con ella. —
Le guiñé un ojo a Sherri.

La pequeña Ashley se acercó a Sherri, con las manos a la espalda con timidez.
Para entonces Joshua se había unido a Ashley. Frotándose los ojos de la manera
más adorable, defendió el caso de Ashley.

—Mami, ¿está bien? Es mi mejor amiga. —Ashley lo rodeó con su pequeño y


rechoncho brazo. Ambos inclinaron sus cabezas juntas de tal manera que sus
frentes se tocaron, y luego, para cerrar el trato, ambos sonrieron con enormes
sonrisas—. Pooooorfiiii.
282

Ambos eran tan lindos que el único otro sonido que se oyó en la habitación
además de su por favor fue: Ahhhsss, de todos los adultos.
Sherri se rio entre dientes.

—¿Cómo puedo decir que no?

Con tanta energía como les quedaba, se abrazaron y se rieron moderadamente


con un leve sonido de sí.

—Creo que es mejor que lleve a estos dos dormilones a la cama. —Sherri se
levantó y ofreció sus manos a Ashley y Josh.

Abrí la boca para decir que Ashley tendría que cambiarse cuando Jarrod saltó
del suelo como si le hubieran disparado con un cañón.

—Lo sé, mamá. Vamos Ash, vamos a qué te cambies. —Le ofreció los brazos y
Ashley saltó. La llevó a la puerta seguida de Sherri y un Joshua muy somnoliento.

La voz de Jac cortó el silencio sorprendiendo a todos dentro de estas paredes.

—Bueno, ahora que los pequeños se van a la cama, ¿por qué no todos los niños
grandes vamos a alguna parte y tomamos una copa?

—¿Estás bromeando, verdad? —Estaba horrorizada. No quería moverme de


este sofá tan cómodo.

—No.

—¿Cómo todavía tienes energía? —pregunté mientras me desplomaba a su lado


para aclarar mi agotamiento.

—Estoy con fuerzas renovadas —ofreció Jac.

—¿Fuerzas renovadas? —dijo Patty desde su posición en el regazo de su marido


dormitando—. Las usé antes del mediodía.

—Cariño, debes estar bromeando. —Tim se puso de pie y estiró la espalda—.


Creo que vamos a seguir a los niños pequeños. Nos vemos en la mañana. —
John dejó el sillón y tomó la mano de su amante. Les llegaron buenas noches
desde diferentes partes de la habitación.

—Obtendremos el servicio de hotel para cuidar a los niños. ¿Qué dicen, chicos?
283

—Dirigió su pregunta a Patty y Charles. Esa solicitud fue recibida con rotundo
agradecimiento pero no gracias de Patty. Charles simplemente roncó su
respuesta.

Volvió sus profundos ojos azules hacia mí. Ellos suplicaron “Sal y juega
conmigo”.

—Oh, Jackie, no puedo, simplemente no puedo —me quejé.

—Lo prometo, sólo un trago. Te sentirás mejor.

—¿Sentirme mejor que qué? —me quejé.

—Vamos. Sólo un trago, —Jac prometió.

—Sí, eso es lo que pensé el otro día, y mira lo que pasó.

Todos se rieron entre dientes. Charles se agitó.

—¿Qué?

Patty le acarició el brazo.

—Está bien, bebé. Volvamos a nuestra habitación. —La pareja reunió a sus hijos
y les dio las buenas noches.

—Yo también he terminado, mamá. Buenas noches. —Mark siguió a la familia


de Patty hasta la puerta.

—Vamos, Kar, es mi última noche.

Suspiro.

—Ok, pero sólo un trago.

—Lo prometo. —Jac cruzó su corazón.

BBB

—¿A dónde vamos? —pregunté a través de un bostezo cuando noté que no nos
dirigíamos al bar que se encontraba dentro del hotel. Apenas podía poner un pie
delante del otro. Supuse que tenía la energía suficiente para llegar al bar del
hotel, pero eso no era lo que íbamos hacer. Jac parecía tener otras ideas.
284
—Verás. —Jac sonrió. Tomando mi mano entre las suyas, me llevó por las
puertas dobles de cristal que se abrían ante nosotros. Esas puertas conducían
al área de la piscina / playa. En silencio, me guio más allá del área de la piscina,
y cruzó la playa que estaba tenuemente iluminada por antorchas tiki espaciadas
uniformemente. En las sombras, justo después de las llamas parpadeantes,
había un área de muelle donde, durante el día, se podía alquilar un velero, un
kayak o un pequeño bote de aspecto extraño que no parecía más que un gran
tubo interior con un motor conectado. Caminamos desde la arena suave hasta
los firmes tablones de muelle lisos. Pasamos la zona de alquiler en dirección al
final del muelle donde estaba amarrada una canoa. Se volvió y con un gesto de
barrido dijo:

—Milady, tu carruaje espera.

—¿Mi carruaje? —jadeé.

—Sí. —Jac estaba parada al lado de la canoa que se balanceaba ligeramente


en el agua negra.

—Mi carruaje está en el agua —comenté.

—Por supuesto, sí lo está —respondió Jac como si acabara de notar que era
una canoa en el agua, y no un carruaje tirado por caballos—. Sin embargo, es la
única forma de llegar a la isla.

—¿Isla? —Esto se estaba volviendo más extraño por minutos.

—Sí. —Y señaló a su derecha. Entrecerré los ojos en la oscuridad. En este


inmenso lago artificial había una serie de pequeñas islas. La mayoría de ellas
solo tenía una antorcha tiki en la playa. Supuse que este era el mejor método
para mantener a los grandes barcos llenos de huéspedes que cruzaban
continuamente esta gran extensión de agua para encallar en las horas de la
tarde. Observé la oscuridad hasta que mis ojos tocaron una playa que parecía
tener más de una antorcha.

—¿Muy lejos? —pregunté.


285
—Sí. —Se quitó las sandalias y se metió con cuidado en la canoa. Levantó su
mano hacia mí. Me deslicé de lleno y afortunadamente entré en la canoa con un
poco de gracia. La verdadera bendición aquí fue que no terminé mojada.

Me entregó una pala como si realmente supiera qué hacer con el palo largo.

—¿Y qué hago con esto?

—¿Remas? —Se estaba divirtiendo demasiado aquí.

—¿Me veo como una Girl Scout?

—Tal vez no. Cuando eras niña, ¿nunca ibas de campamento? —Su sonrisa era
profunda.

—Sí, fui de campamento. Y odiaba cada minuto de eso.

—¿No tenían canoas en ese campamento? —preguntó.

—Sí, las tenían.

—Bueno, ¿nunca remaste una?

—No, nunca tuve la oportunidad.

—¿Por qué?

Me iba a hacer decirlo. Sabía que ella sabía lo que iba a decir, pero iba a hacer
que lo dijera en voz alta.

—Porque, siendo yo, me caí al lago en lugar de subirme al bote.

La risa de Jac llenó la cuenca que el lago creó. Desató el nudo corredizo que
conectaba el bote al pequeño muelle con un tirón. Se alejó y comenzamos a
flotar hacia el mar o hacia el lago. Miré a Jac, me sonrió y luego hundió su remo
en el agua. Asintió para que yo hiciera lo mismo. Así que realmente esperaba
que yo remara. Miré la pala e intenté disipar los recuerdos llenos de humillación
que me inundaban la mente. Agarré la pala y la hundí en el agua, ¿qué tenía que
perder además de mi dignidad? Sorprendentemente, no pasó mucho tiempo
para poner en marcha una cadencia. Nos dirigíamos a esa pequeña hilera de
286

luces que ahora se estaban volviendo más grandes y claras a medida que
remamos la canoa en silencio a través de las aguas tranquilas.
Estreché mis ojos. La hilera de antorchas tiki que parpadeaban en la noche
parecía casi siniestra. No importaba cómo lo intentara, no podía ver pasar las
llamas temblorosas. No podía ver qué estaban ocultando esas sombras
danzantes.

Bueno, esto es interesante, pensé.

Muy pronto estábamos en la playa. Jac saltó primero y luego me ofreció una
mano. Me bajé del pequeño recipiente con gracia. Jac me llevó más allá de la
línea de antorchas hacia la claridad de lo que había estado oculta momentos
antes. En este tramo de arena aislado detrás de la cortina de luces, una manta
se extendía muy cerca de donde el follaje invadía. En el centro de la manta se
encontraba una bandeja de plata con queso y varios tipos de fruta. Al lado de la
manta metido en la arena había un cubo de hielo plateado escarchado. Dentro
de ese cilindro brillante, una botella de vino enfriada. La botella estaba
notablemente abierta, supuse que era necesario que esta cosecha en particular
respirara. Dos copas flauta de vino se apoyaban pintorescamente contra el metal
brillante del cubo de hielo, con una sola rosa roja entre ellas.

Me llevé las manos a la boca.

—Oh Dios. —Estaba estupefacta—. Esto es muy romántico. —Podía sentir


lágrimas de alegría picando mis ojos—. ¿Cómo hiciste todo esto?

—Por DM, por supuesto. —Jac sonrió mientras se sentaba en la esquina de la


manta más cercana al vino. La seguí y me arrodillé junto a ella sobre la suave
manta.

—¿DM? —pregunté con curiosidad.

Imitando la conmoción Jac dijo:

—¿Cómo, querida Kara, has vivido aquí todos estos años y nunca has
experimentado la magia de Disney? Estoy sorprendida.

Me reí.

—No, supongo que no. ¿Voy a estar experimentando otra magia además de lo
287

que Disney tiene para ofrecer?


—Esperemos que ambas lo hagamos. —Se inclinó hacia mí y rozó sus labios
contra los míos. Luego se enderezó nuevamente para alcanzar la rosa que me
entregó. La llevé a mi nariz para inhalar el dulce perfume de la flor. Sirvió el vino,
me entregó una copa y también se la sirvió. Ella volvió a colocar la botella en el
hielo. Giró su torso y levantó su copa—. Por un día maravilloso.

Choqué mi vaso con el de ella.

—Y una velada romántica.

La sonrisa sensual en sus labios envió un escalofrío por mi espalda. Asintió con
la cabeza antes de tomar un sorbo de vino. Estaba hipnotizada por ella. Bajo la
luz parpadeante, era aún más hermosa de lo que podía haber imaginado. No
podía quitar mis ojos de sus suaves labios carnosos. Sin otra palabra, me incliné
y capturé esos labios con los míos. El beso envió miles de rayos de luz por todo
mi cuerpo. Mientras el beso se profundizaba lentamente, puse mi vaso en la
arena y me recosté sobre la manta, atrayendo a Jac encima de mí. Mi corazón
latía a un kilómetro por minuto, mientras que mi mente me había dicho adiós
permitiendo que mi cuerpo se hiciera cargo.

Su lengua separó suavemente mis labios, y con un suspiro de felicidad permití


la entrada de esta mujer. En algún momento, se deshizo de su vaso y ahora
pasaba sus manos por mi cabello. Sintiéndome envalentonada o enloquecida,
dependiendo de cómo lo mires, por mi pasión, puse a Jac sobre su espalda y
comencé a devorarle la boca cuando noté algo extraño. El cuerpo de Jac estaba
rígido.

Puse mis manos a cada lado de ella y empujé mi peso hacia arriba y hacia afuera,
aunque todavía estaba inclinada sobre ella.

—¿Qué pasa? —pregunté preocupada porque de alguna manera la había


lastimado.

—Cariño, me hiciste rodar en la fuente. El mango del cuchillo de queso me está


lastimando el culo.
288

Salté de la manta como si acabara de estallar en llamas.


—Oh, Dios mío, lo siento, Jac. —Podía sentir mi cara sonrojarse, lo que estaba
seguro era un escarlata profundo.

Jac se levantó lentamente y espolvoreó trozos de queso, uvas aplastadas, kiwi


triturado y trozos de fruta pegadas a sus pantalones cortos ahora muy
manchados. Puse mis puños en mi boca, mis ojos muy abiertos como platillos
mientras el pánico tomaba el lugar de la pasión. No me habría sorprendido si
hubiera saltado a la canoa y se hubiera alejado remado dejándome sola en
medio de este lago. Me alimentaría de la fruta y el queso aplastados y bebería
vino hasta que desapareciera. Eventualmente, un desprevenido trabajador de
mantenimiento de Disney encontraría que mis huesos blanqueados por el sol
todavía agarraban la botella de vino vacía. Demasiado para Magia de Disney.

Finalmente me miró y salté. Sus ojos se encontraron con los míos por una
fracción de segundo antes de que su rostro rompiera en una gran sonrisa. Echó
la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. Su risa parecía llenar el valle lleno
de agua en el que estábamos. Sonaba de un lado a otro de una pequeña franja
de tierra a otra hasta que finalmente regresó a nuestra isla privada. La risa de
Jac se convirtió en una carcajada que se deslizó en una ruidosa carcajada. Se
agarró el estómago y luego agitó una mano hacia mí levantando su dedo índice
para indicar que necesitaría un momento para recobrar la compostura. Se secó
las lágrimas de los ojos. Debo de haber tenido una mirada extraña en mi cara,
bueno, sé que tenía una mirada extraña en mi cara porque cuando me miró
después de que se había enderezado, estalló en más carcajadas.

Aquí estaba tratando de ser toda sexy y todo lo que había logrado era ser una
cómica. Sutil Kara, muy sutil.

Me aparté de Jac que todavía estaba postrada con un nuevo ataque de risas.
¿Qué iba a decirle? ¿Qué podía decir? Sólo quería huir, pero ¿a dónde demonios
podría ir con la versión de Jac de la Isla de Gilligan 54?
289

54
Isla de Gilligan: fue una comedia de situación estadounidense de los años 60. Donde siete personas que
zarparon para una excursión de tres horas quedaron atrapadas en una tormenta, terminando varados en
un isla tropical sin habitantes.
Estaba tan ocupada sintiendo pena por mí que no sentí a Jac venir detrás de mí
hasta que sus brazos me rodearon la cintura. Besó un lado de mi cara.

—Nena, está bien. No me estaba riendo de ti.

Me encogí de hombros.

—¿Por qué no reírte de mí? Soy una gran broma después de todo.

Me dio la vuelta tan rápido que casi pierdo el equilibrio.

—Nunca vuelvas a decir eso. —Sus ojos parecían casi violetas en su estado
agitado.

—Jackie, ¿por qué estás aquí conmigo? —Incluso después de todas las cartas,
llamadas y todo el toqueteo y ahora este retiro privado de la isla, NO podía creer
que esta mujer espectacular quisiera estar conmigo.

—Porque quería estar contigo. —Su voz se suavizó significativamente—, Eres


una gran tonta.

—Pero estoy tan... —Dejé que mis palabras se apagaran.

Su amable sonrisa era radiante.

—¿Qué? ¿Hermosa, inteligente, talentosa?

No pude evitar sonreír.

—Soy tan torpe e incómoda. Aquí has planeado lo que habría sido la noche más
romántica de mi vida y ¿qué hago? Te meto una bola de queso por el culo. —
Podía sentir las lágrimas amenazando con correr por mi cara. Respiré
profundamente para mantenerlos bajo control.

—Kar, fue un accidente. No ha pasado nada. —Se miró los pantalones cortos—
. Bueno, tal vez un poco de daño, pero nada que un tratamiento de Shout no
pueda solucionar. Vamos, relájate, cariño, ha sido divertido. —Hizo una pausa—
. Y en cuanto a arruinar una velada romántica... —Me besó profundamente. Mis
brazos rodearon automáticamente su cintura y acercaron su cuerpo al mío.
290

Retrocedió con una sonrisa—. Hará falta mucho más que yo sentada en una
bandeja de queso para arruinar esta noche. —Me besó de nuevo. Sus fuertes
brazos me rodearon. Nuestros cuerpos presionados juntos. Su lengua hacía
cosquillas a la mía cuando un estallido de truenos hizo añicos el silencio de la
noche.

Salté.

—¿Qué demonios ha sido eso?

—Los fuegos artificiales.

Miré hacia arriba para ver una explosión de color dividir el cielo negro y luego lo
vi desvanecerse. Jac me tomó de la mano y me llevó de vuelta a la manta
insidiosa. Se sentó, me atrajo hacia ella y me colocó entre sus piernas. Con un
poco de torsión, las dos volvimos a tomar nuestras copas de vino. Me acurruqué
en su pecho mientras me abrazó, presionándome aún más cerca de ella. En un
silencio contento vimos los fuegos artificiales desde los mejores asientos de la
casa. Esta pequeña franja de terreno obviamente no había sido elegida al azar.
Esta pequeña playa tenía una vista perfecta del castillo de Cenicienta, lo que
significaba que también tenía una vista perfecta de los fuegos artificiales. Todo
era perfecto.

Cuando la última secuencia de cohetes había iluminado el cielo casi tan brillante
como la luz del día, aplaudimos. Fue una exhibición increíble y no pude evitar
sentirme especial sabiendo que Jac había organizado esta presentación muy
privada para mí.

—¿Lo has disfrutado? —pregunto Jac por detrás de mi oreja derecha.

—Oh, sí. Ha sido espectacular.

Me abrazó fuertemente.

—Me alegra que te haya gustado. —Se volvió y llenó nuestras dos copas de
cristal ahora vacías.

La noche estaba despejada y la luna brillaba. Las estrellas parecían brillar con el
mismo vértigo que estaba sintiendo. Había suficiente frío en el aire para que la
291

noche fuera cómoda. Jac retiró esa maldita bandeja de la manta y nos acostamos
una al lado de la otra. Me deleité en su proximidad. Nos acostamos juntas
durante un tiempo señalando las diferentes constelaciones que pudimos
encontrar y nombrar. En voz baja, recitamos los diferentes mitos e historias
asociadas con cada hermoso cúmulo estelar.

—Estás inventando eso. —Jac se rio. Todavía estaba acostada de espaldas,


pero ella se había vuelto hacia un lado apoyando su cabeza en su mano. Sus
ojos bailaban con diversión y risas y me olvidé por completo de mi anterior falso
paso.

—No, juro que es verdad.

Se inclinó y me besó suavemente. Luego, con un salto, se puso de pie.

—Baila conmigo. —Me ofreció su mano.

Me tomó un segundo darme cuenta de que se había mudado. Un segundo


estaba besándome la cara y al siguiente estaba de pie sobre mí. Tentativamente
tomé la mano que me ofreció y me levanté de la arena.

—Pero no tenemos música.

Abrió los brazos hacia mí.

—Canta algo para nosotras.

—¿Cantar? ¿Qué te hace pensar que puedo cantar? —pregunté.

—Oh, sé que puedes cantar —ronroneó.

Ya podía sentir que me mojaba solo por esas pocas palabras que caían de sus
labios. ¿Cómo hacía eso con esas pocas palabras?

¿Sabe que puedo cantar? ¿Patty sabe que puedo besar? No tengo tiempo para
resolver eso ahora. Una canción. Piensa. ¿Una canción para cantar?

—Cantar, ¿qué, cómo It’s a Small World After All55? —Estaba atrasada por el
tiempo. Vale, estaba en pánico. Honestamente, la única letra que podía recordar
era Twinkle Twinkle Little Star56. No pensé que ese fuera el tipo de canción que
estaba buscando.
292

55
It’s a Small World After All: Es una melodía que se suena en las atracciones de los parques Disney.
56
Twinkle Twinkle Little Star: Es una canción infantil.
Me tomó en sus brazos.

—Bueno, no es exactamente lo que esperaría. Cariño, canta para mí.

Respiró estas palabras en mi oído, lo que hizo que mi mente se quedara


completamente en blanco. Me encantaba la música, tocaba varios instrumentos,
incluso había escrito varias canciones, pero en ese preciso momento no pude
señalar ninguna canción que había escuchado y mucho menos alguna letra. Por
un momento nos quedamos en silencio abrazadas. El amor que sentí a través
de su abrazo me recordó una canción, pero ¿me atrevería a cantarla? Me aclaré
la garganta antes de comenzar. Recé para poder completar toda la canción antes
de que mi voz se quebrara o llorara.

—Tal vez es intu... —Mi voz tembló. Jac besó mi mejilla suavemente. Respiré
hondo y dejé salir lentamente. Tirando más aire a mi diafragma comencé de
nuevo.

Tal vez es intuición

Pero algunas cosas no se cuestionan

al igual que en tus ojos

Veo mi futuro en un instante

y ahí va

Creo que he encontrado a mi mejor amiga

Sé que puede sonar más que

un poco loco pero creo que

Jac comenzó a balancear lentamente su cuerpo trayendo el mío con ella. Me


abrazó mientras bailamos lentamente en la arena bajo la luna llena. Sé que
suena cliché, pero juro que la luna estaba llena, Jac estaba en mis brazos y le
estaba cantando al oído.
293

Sabía que te amaba antes de conocerte


Creo que te soñé dentro de mi vida

Sabía que te amaba antes de conocerte

He estado esperando toda mi vida

Las palabras eran dolorosamente ciertas. Sabía que la amaba antes de


conocerla. Bueno, al menos antes de conocerla en persona. Sabía que la amaba
incluso antes de haber visto su hermoso rostro. Creo que me había enamorado
de ella casi desde el principio. Es un sentimiento, una sensación que no se presta
a ningún tipo de lenguaje vernáculo o articulación. Es sólo que sabes que lo
sabes. Es esa conexión inexplicable que tienes con sólo otra persona en la tierra.
Es ese vínculo, ese vínculo que inmediatamente une a dos personas. No sabes
cómo comienza o de dónde viene, solo sabes que es.

Ajusté mi cabeza muy ligeramente para poder cantar suavemente en su oído.

No hay rima o razón

Sólo el sentido de que estoy completo

al igual que en tus ojos

Veo las piezas perdidas

Que estoy buscando

Creo que encontré mi camino a casa

Sé que puede sonar más que

un poco loco pero creo que

Sabía que te amaba antes de conocerte

Creo que te soñé dentro de mi vida


294

Sabía que te amaba antes de conocerte


He estado esperando toda mi vida

Mi voz se volvió ronca de emoción cuando llegué al final de la canción. Jac


continuó deslizando mi cuerpo en la arena suave.

Mil ángeles bailan a tu alrededor

Estoy completo ahora que te he encontrado

Sabía que te amaba antes de conocerte

Creo que te soñé dentro de mi vida

Sabía que te amaba antes de conocerte

He estado esperando toda mi vida

Sabía que te amaba antes de conocerte

Sabía que te amaba antes de conocerte

Sabía que te amaba antes de conocerte

Sabía que te amaba antes de conocerte

Mi voz se apagó. Dejé que las lágrimas que había estado conteniendo fluyeran
libremente. Nunca en mi vida he llorado tanto como en los últimos días, pero
aquí, en esta cala desierta, en los brazos de Jac, estaba experimentando la
perfección. La dicha romántica de una orden que ni siquiera sabía que existía.

Me miró a los ojos y, con los pulgares, limpió suavemente las lágrimas.

—Yo también te quiero. —Respiró hondo, luego, con una mano a cada lado de
295

mi cara, acercó mis labios a los suyos y me besó con tanto ardor que pensé que
me desvanecería.
Profundizamos el beso por solo unos momentos y, sin embargo, cuánto tiempo
duró la conexión se volvió atemporal, no puedo explicarlo. Me liberó de nuestro
abrazo, tomó mi mano y en silencio regresamos a nuestra pequeña canoa,
embarcando en dirección al hotel. Saltó al muelle, amarró el bote y me tendió la
mano. Tomé la mano ofrecida y me situé a su lado. Recuperamos nuestros
zapatos del muelle, aunque ninguna decidió ponérselos. Caminamos de la mano
por la playa hasta el hotel. Descalzas, entramos en el vestíbulo y luego el
ascensor.

Nos quedamos en silencio en el ascensor aún tomadas de la mano. Creo que


las dos teníamos miedo de romper el encanto con cualquier tipo de charla.
Después de todo, ¿qué quedaba por decir?

En lo que pareció cuestión de segundos, estábamos frente a la puerta de la suite


de Jac. Sacó la tarjeta llave de su bolsillo. Con un golpe y una luz verde entramos
en su habitación. La sala estaba iluminada por la luz parpadeante de numerosas
velas encendidas en la antesala. Un enorme jarrón de rosas estaba en la mesa
de café anteriormente vacía. Al lado del jarrón había dos copas talladas llenas
de vino. Los tranquilos acordes de Billie Holliday cantando su interpretación de
Someone to watch over me57 se arremolinaban en el aire. Miré a Jac que se
encogió de hombros tímidamente.

—¿No puedes culpar a una chica por desear? —dijo Jac tímidamente.

—Bien. —Sonreí. Le pasé el brazo por la cintura y la abracé. La besé en la


frente—. Entonces, ¿vas a decirme sobre todo esto? —Agité mi brazo libre
señalando todos los preparativos que se habían hecho para nuestra cita—, ¿es
más Magia de Disney?

Ella sonrió ampliamente.

—Sí.

—No.

—¿No? —Su amplia sonrisa se desinfló ligeramente.


296

57
Someone to watch over me: Alguien que me proteja.
Sacudí mi cabeza.

—No, esto es magia de PA.

—¿Magia PA?

—Oh sí, esto tiene las huellas digitales de Patricia Ambrose por todas partes.
¿Es esto lo que estaban planeando mientras estaba entrando y saliendo de
estado de conciencia?

—Culpable de los cargos. —La sonrisa de Jac volvió a su antiguo brillo—.


¿Quieres más vino?

—¿Por qué, señora Drakkon, está tratando de emborracharme? —Después de


todo, casi habíamos terminado la botella que teníamos en la isla—. ¿No estarás
tratando de mancillar mi virtud?

—¿Estoy teniendo éxito? —Me ofreció una copa de vino. Su brillante sonrisa me
pareció contagiosa. Podía sentir la felicidad, así como un caso de nervios tirando
de los bordes de mi boca en una sonrisa extraña. Tomé la copa que me ofreció.
Con una copa de vino en la mano, me besó suavemente, luego tomó mi mano y
comenzó a guiarme hacia la puerta del dormitorio.

Digo comenzó, porque a escasos centímetros de la puerta cerrada dudé a la


mitad de un paso. La realidad cayó sobre mí como un piano que cae de seis
pisos y me golpea en la cabeza.

¡¡Qué estás HACIENDO!! Gritó mi Libido.

Ahora no tengo tiempo para la Sybil. Me di una sacudida interna. Sin embargo,
Libido había planteado una pregunta pertinente. ¿Qué estaba haciendo?
¿Estaba realmente lista para algo tan intenso? ¿Estaba lista para entregarme
completamente a ella, corazón, mente y alma, sin mencionar físicamente?
Estaba a punto de embarcarme en una experiencia que me cambiaría
absolutamente la vida, y es justo que estuviera un poco inestable. Lo que Jac y
yo estábamos a punto de hacer no era simplemente un acto físico, sino un viaje
verdaderamente espiritual. Nuestras almas se entrelazarían y se convertirían en
297

una. Sí, sí, estaba lista para esto. Intentaba desesperadamente convencerme de
esto. Mirando mi vida hasta este punto, quizás, de alguna manera, podía haber
estado esperando toda mi vida por este momento.

¿Qué pasa si entramos allí y no puedo actuar? ¿Qué pasa si mi cuerpo no


reacciona? Mis inseguridades se levantaron momentáneamente para ser
contadas.

¡¡¿ME ESTÁS TOMANDO EL PELO?!! ¡Tu cuerpo ya está reaccionando! gritó


de nuevo Libido. Tenía razón. Podía sentir la humedad familiar que se estaba
acumulando en mi ropa interior.

Afortunadamente, toda esta conflagración de emociones sucedió en una fracción


de segundo entre mi vacilación y el giro de Jac para mirarme.

Sus cejas oscuras se fruncieron.

—¿Estás bien?

Asentí en silencio. Pero no podía dejarlo así, ¿verdad? No, tenía que decir algo
estúpido.

—¿Qué pasa con los niños?

—¿Pretendes ser tan ruidosa? —Se rio.

Traté de sonreír.

—Bueno, nunca se sabe, ha pasado mucho tiempo desde que ehhh... —Incliné
mi cabeza hacia la puerta.

—¿Desde qué has hecho el amor? —preguntó Jac suavemente.

Ahí lo ha dicho. Ha dicho “hacer el amor”. Aquí viene el sonrojo. Podía sentir mi
cara calentarse.

—Nena, ¿sabes que no tenemos que hacer esto? —dijo señalando la habitación
con la inclinación de la cabeza.

—Cariño, quiero estar contigo —gruñí.

—¿Pero? —Su voz temblaba.


298
—Querida, una vez que estemos, uhh —suspiré—, una vez que estemos al otro
lado de esa puerta, todo va a cambiar.

—Todo ha cambiado, mi amor. ¿Te arrepientes? ¿Quieres detenerte ahora antes


de que pase algo más?

—No, no me arrepiento de nada. —Subí la cabeza rezando para que la gravedad


mantuviera mis lágrimas en mis ojos. Me frustré cuando la mano suave de Jac
ahuecó mi barbilla bajando mi rostro para que pudiera mirarme a los ojos. Mis
lágrimas se deslizaron sin cesar por mis mejillas.

—Te amo —dijo Jac—. Debes saberlo.

Susurré:

—También te amo.

Me pareció ver una lágrima intentando caer de los ojos de Jac. A la luz
parpadeante, Jac parecía tan vulnerable. Parecía como si su mundo estuviera
fallando a su alrededor. Ya no era la Lady Dragón fuerte e intimidante. Ahora era
una mujer con el corazón en la mano, una frágil pieza de escultura de cristal, que
podía romperse fácilmente.

Jacqueline es un diamante invaluable. Pero como con cualquier hermoso


diamante, esta mujer ante mi tenía muchas facetas. Algunas de las facetas
mostraban un brillo resplandeciente, otras estaban ocultas a simple vista.
Encontré cada una de las numerosas facetas interesantes ya que me las habían
revelado todas al mismo tiempo. Esto era nuevo y algo que nunca había visto en
ella antes. Quizás nunca lo hubiera esperado. Tantas piezas de complejidad que
conformaban a Jac, y aún tenía que identificar las nuevas. Me llevaría el resto
de mi vida completar el rompecabezas, pero fue un desafío que me pagaría todo
el tiempo con aún más belleza y amor.

En ese momento todas mis inquietudes huyeron. El amor expulsa el miedo,


ahora sabía el significado de esa frase. Me incliné y la besé. Lentamente
profundicé el beso. Sentí sus brazos deslizarse hacia la región lumbar para tirar
299

de mi cuerpo contra el suyo. El beso se intensificó a medida que la mujer más


alta fortaleció su abrazo. Sin aliento rompimos nuestro beso para entrar en la
habitación.

Podía sentir las mariposas revoloteando en mi estómago al ver el dormitorio


iluminado por una profusión de velas. Para ser honesta, no eran las velas las
que tenían esas mariposas dando vueltas alrededor de mi barriga, sino la gran
cama de tamaño enorme cubierta de pétalos de rosa quien las tenía
enloquecidas. Una sonrisa nerviosa torció mis labios.

—¿Qué? —preguntó Jac.

No importa lo que hiciera, no podía sacar esa estúpida sonrisa de mi cara.

—Nada, sólo nervios. —Me tragué el resto del vino. Vino, eso es lo que necesito
mucho coraje líquido. Sosteniendo mi vaso vacío, dije—: Voy a necesitar otra
copa.... —Empecé pero Jac me interrumpió.

—No hay problema, traeré el vino aquí. —Salió de la habitación con una
confianza suave que desearía sentir.

Cristo, no es que seas virgen ni nada, mi Libido me regañó. Demonios, sabes


que lo quieres, y si no lo haces, lo HAGO. Entra ahí y haz el trabajo.

¡HAZ EL TRABAJO! ¡Ack! Libido, eres tan grosera. Sentido Común y Compasión
vinieron a mi rescate. Ella ha dicho esas palabras más preciosas. Ha dicho que
te ama. Sabes que la amas, así que ahora todo lo que tienes que hacer es confiar
en ella. Ya te has abierto emocionalmente a ella, ahora todo lo que tienes que
hacer es abrirte físicamente. Simplemente relájate y deja que la naturaleza siga
su curso.

¡NO! NO, déjame tomar el rumbo. Mi Libido hizo un sonido BRRRROOOM


BRROOOOM. Estaba fuera de control. No tenía idea de que la había mantenido
encerrada tanto tiempo.

Libido, ¿no hay un Penthouse Forum en alguna parte que necesites leer? Kara,
solo relájate. Todo volverá a ti. Al igual que caerse de una bicicleta, ¿verdad?
Oh, lo siento, como andar en bicicleta, sí, es cierto, andar en bicicleta. Ha sido
300

capaz de andar en bicicleta por MUCHO tiempo.


Bien, Sentido Común tenía razón. Sólo necesitaba relajarme. Jac regresó con el
cubo de hielo y lo colocó en la mesita de noche al lado de donde estaba de pie.
Volvió a llenar mi copa antes de volver a llenar la suya y observó con fascinación
cómo me tomaba la copa.

Llenó mi copa otra vez.

—¿Esto está ayudando a tus nervios? Cariño, ¿sabes que no tenemos que hacer
esto?

Tomé un sorbo de la copa recién llena.

—Sí, está ayudando, y nena, quiero hacer esto más de lo que crees.

Jac sonrió burlonamente.

—Te das cuenta de que no muerdo. Bueno, lo hago, pero solo por pedido
especial. Y ese pedido tendría que hacerse por escrito antes de la cita.

Dejé escapar una risita. Toda la idea era tan absurda.

—Entonces, ¿tienes un formulario particular para esta solicitud especial?

—Pero por supuesto —respondió de inmediato—. Es formulario SB103,


encuentro sexual con mordeduras. Lugar para su nombre, la fecha, la fecha del
encuentro, la ubicación de la mordedura o las mordeduras y la intensidad de
dichas mordeduras.

Simplemente tenía que reírme. Me tenía a gusto con esas pocas frases, donde
los litros de vino no podían.

Una vez que vio que estaba más relajada, me liberó de mi copa. Puso las dos
copas en la mesita de noche. Me tomó la cara con sus manos suaves y me atrajo
hacia sus labios. Me encantó la forma en que hizo esto, la forma en que tomó mi
rostro en sus manos dejando que sus dedos recorrieran mi cabello mientras me
besaba. Mis manos buscaron justo debajo del borde de su camiseta la suave piel
cálida que estaba oculta debajo. Cuando puse mis manos en su cintura, ella se
estremeció con lo que esperaba que fuera una delicia.
301

Se apartó un poco y luego apoyó la cabeza sobre mi hombro mientras


comenzaba a desabrocharme la camisa. Dio un paso atrás para poner mi camisa
sobre mi cabeza. Cerré los ojos cuando comenzó a besar mi pecho y
desabrochar mi sostén. Podía sentir el frío del aire mientras estaba de pie frente
a ella desnuda de cintura para arriba. Para mi sorpresa, no sentí ninguna
vergüenza. Todo lo que podía sentir era el infierno que envolvía mi alma. Ella
trazaba círculos con sus dedos alrededor de mis pezones duros.

Abrí los ojos y suavemente levanté su rostro hacia el mío. Había algo diferente
en esos ojos ahora, ya no el brillo juguetón o esa mirada seria de negocios, sino
un fuego de pasión. La besé por completo en los labios y le di la bienvenida a su
lengua en mi boca mientras la guiaba suavemente hacia el borde de la cama.

Se acomodó en la cama. Observó con fascinación hambrienta mientras yo


continuaba desnudándome. Tan lenta y sensualmente como pude, me
desabroché mis pantalones cortos. Con una gracia lujuriosa que ni siquiera sabía
que poseía, me quité los pantalones cortos con una lentitud insoportable. Una
vez que me los quité, no había nada en mi cuerpo, excepto una pequeña tanga
de encaje. Vale, esperaba que fuéramos aquí, quería estar preparada. Seamos
realistas, las bragas de algodón no hacen nada por el cuerpo, pero una tanga sí.
Este hecho fue claramente evidente por la mirada que recibía de Jac en este
mismo momento. Bajo su mirada ardiente, temblé.

Puse una mano en cada hombro. Dejé que mis manos se deslizaran lentamente
por sus brazos invitándola a borrar la distancia entre nosotras con un suave tirón.
Deslicé mis manos debajo de su camiseta, provocando su piel antes de ponerla
sobre su cabeza. Jadeé al ver sus hermosos senos. Levanté una mano tentativa
para tocar su pezón endurecido. Ella se estremeció y luego inclinó su cabeza
para tomar mis labios con los suyos. Me mordió suavemente el labio cuando
comenzó a explorar mi cuerpo.

—Eres tan hermosa, mi amor —murmuró Jac mientras pasaba sus manos sobre
mi piel. Cerré los ojos para poder experimentar mi cuerpo bajo su toque. De
repente mi cuerpo saltó cuando sentí su boca besando mi pezón—. ¿Estás bien?
—preguntó con voz ronca de pasión—. No te he lastimado, ¿verdad?
302

—Oh no —le dije mientras la miraba a los ojos. Cerré los ojos y enrede mis dedos
en su cabello. Llevé su rostro a mi pecho y continuó donde lo había dejado.
Chupó un pezón mientras masajeaba suavemente el otro. Tanto placer recorría
mi cuerpo que pensé que mis rodillas cederían.

Lentamente me senté en la cama y la atraje conmigo. Se arrodilló entre mis


piernas, sus labios aún chupaban mi pecho. Podía sentir mi pulso aumentando
con la urgencia de mi excitación. Tan cerca del éxtasis que quería arrancarle el
resto de su ropa y hacerle un amor apasionadamente. Quería que me hiciera un
amor apasionado. Estaba temblando por todas partes. Tal vez Libido había
estado en lo cierto todo el tiempo, me pareció oír un BRRRROOOMMM
silencioso.

Me soltó lo suficiente como para preguntar:

—Cariño, ¿estás bien? Estás temblando.

Gruñí,

—Lo sé. —Puse mis manos a cada lado de su cara y la llevé a mis labios. Me
puse de pie trayendo su larga forma conmigo. Lentamente desabroché sus
pantalones cortos y los empujé desde su cintura hasta el piso. Salió de ellos
cuando besé su cuello. Ambas emitimos gemidos cuando nuestros pechos
desnudos fueron presionados juntos durante los besos más profundos y
apasionados.

Continuó el beso mientras yo apretaba su cuerpo aún más fuerte contra el mío.
Deslicé mis manos hacia arriba, y comencé a masajear su larga espalda mientras
probaba su ansiosa boca con mi lengua. De cada nervio de mi cuerpo resonaban
rayos de electricidad. ¿De qué había tenido tanto miedo?

Lenta y sensualmente pasó sus largos dedos por mi cabello y luego los arrastró
hasta mis hombros. Muy suavemente acarició mis senos con la palma de su
mano. Todo mi cuerpo se estremeció de emoción ante su toque.

Sonriendo, se apartó para mirarme a la cara.

—¿Estás segura de que estás bien?


303

Podía sentir mi cara calentarse.


—Yo, uhhh, —me aclaré la garganta—. Yo... yo... yo —tartamudeé
tímidamente—, nunca he estado con una mujer antes. Demonios, no he estado
con nadie en años, no creo recordar cómo hacerlo.

Me besó profundamente.

—Lo sé. —Me besó de nuevo. Me estaba inclinando hacia atrás, colocando todo
mi peso corporal en mis brazos y manos. Ella sonrió siniestramente—. El sexo
es como andar en bicicleta. Aunque no lo hayas hecho en años, nunca olvidas
cómo.

Bicicletas, si bicicletas. Voy a tener que conseguirme una bicicleta.

Antes de darme cuenta de lo que estaba pasando, ambas nos habíamos


deslizado debajo de las sábanas. El aroma de los pétalos de rosa y su piel era
embriagador. Estaba acostada encima de mí moviendo lentamente sus caderas
mientras besaba mi cuello. Se sentía tan increíble. Chupó mi cuello y no pude
evitar gemir. Profundos sonidos guturales emanaban de un lugar en las
profundidades dentro de mí que ni siquiera sabía que existían. Mi pasión estaba
anulando cualquier pensamiento o acción consciente. Le estaba susurrando
palabras de amor en su oído mientras continuamos explorando mutuamente
nuestros cuerpos. Tenía miedo de no saber cómo complacerla, pero tenía razón,
el arte de hacer el amor estaba volviendo con una claridad maravillosa.

Se deslizó a mi lado y comenzó a darse un festín en mi pecho nuevamente


mientras las yemas de sus dedos creaban diseños invisibles en mi carne
caliente. Usando su mano separó mis muslos. Acepté con gusto. Con su primer
toque pensé que llegaba al orgasmo. Me estaba tomando el pelo suavemente.
Mis caderas se levantaron para encontrarse con su mano por su propia voluntad.
Entonces estaba encima de mí otra vez, acariciándome mientras estimulaba mi
clítoris. Mi cabeza daba vueltas. Su toque me estaba llevando a alturas de placer
desconocidas para mí antes de este momento.

—Nena, ¿me quieres dentro de ti? —jadeó Jac en mi oído.

—¡Sí! Oh sí, cariño, quiero eso pero —respondí—, solo estoy...


304

—¿Cerrada? —terminó mi pensamiento.


Estaba tan avergonzada. Anatómicamente era muy estrecha, y ese hecho
siempre había sido un problema en mi vida sexual, sin importar con quién
estuviera. En realidad, estar cerrada siempre me había hecho sentir que era rara.
Digamos que siempre me sentí inadecuada por no haber sido creada para la
velocidad.

—Sí. —Fue todo lo que pude sacar.

—Está bien, nena. No quiero que te sientas incómoda.

Estaba a punto de mover los dedos cuando la detuve.

—No, te quiero dentro de mí. Quiero que me hagas el amor de todas las maneras
posibles.

Ante mis últimas palabras apareció una sonrisa brillante.

—Ok, entonces arreglémoslo para que las dos nos divirtamos, pero necesito que
me devuelvas la mano.

La solté, y se acercó de mí a la mesita de noche y abrió el cajón. Metió la mano


y sacó un pequeño vial. Cubrió su mano con el líquido, y luego recuperó su
posición sobre mí.

—Esto será mucho mejor. —Podía sentir sus dedos deslizarse a través de mis
pliegues antes de que entrara lentamente en mí. Podía sentir el líquido
resbaladizo en mi clítoris cuando comenzó un ritmo suave dentro de mí—. Mucho
mejor, ¿sí?

Todo lo que pude hacer fue gemir de satisfacción.

—Dioses sí, cariño.

Le di un masaje y le arañé la espalda mientras sus empujes se volvían


gradualmente más fuertes y rápidos. Me escuché repetir:

—¡Sí, sí! —y— ¡No te detengas! —una y otra vez. Noté que sus caderas se
movían con el mismo ritmo que su mano. Sus movimientos estaban haciendo
que mi muslo resbalara con su excitación. Levanté la pierna a lo que sentí que
305

sería una mejor posición para ella. Ella gimió ruidosamente con el contacto. Dejé
que mis manos recorrieran sus costados y luego guie suavemente sus caderas
para que el fuego de sus pasiones pudiera apagarse junto con el mío. Ambas
soltamos fuertes gemidos de placer. La sostuve más cerca y más fuerte mientras
el ritmo de sus caderas se volvía más y más intenso. Descubrí que mi propio
cuerpo coincidía con su ritmo. Estaba en llamas

—Sí, cariño, eso es. Ven conmigo —gruñó en mi oído.

—Oh, sí —jadeé en su oído—. Oh sí, eso es, nena, solo no pares.

—No voy a parar.

Buscó mis labios con los suyos mientras su lengua se metía en mi boca.
Gruñimos en la boca de la otra al acercarnos más y más al clímax.

—Sí. Sí. Jackie ¡SÍ! —Casi grité en la noche. Todo mi cuerpo se contrajo cuando
llegó a las alturas orgásmicas.

—¡KARA! —Jac gritó mi nombre, su cuerpo se retorcía y se endurecía


simultáneamente con el poder de su liberación. Nos fundimos en los brazos de
la otra, los corazones latían con fuerza y nuestra respiración se hizo cortante.

El silencio regresó a la habitación. El único sonido era el de suaves tonos de jazz


que aún flotaban en el aire.

Después de un tiempo, Jac se movió a mi lado con su cabeza sobre mi pecho y


su brazo arrojado descuidadamente sobre mi cintura. La sostuve cerca de mí sin
querer dejarla ir nunca. Incluso en mis fantasías más prolíficas, este tipo de
pasión jamás podría haberla imaginado. Mientras pensaba en esto, la abracé
más cerca de mí.

—¿En qué estás pensando? —preguntó.

—En nosotras, sobre hacer el amor y lo perfecta que ha sido toda esta noche.

—¿Bandejas de queso a un lado, fue la perfección? —Podía sentir su sonrisa.

También sonreí.

—Sí, bandejas de queso a un lado. Estoy empezando a preguntarme si todo esto


306

es un sueño maravilloso. ¿Sabes? —Me detuve—. Que voy a despertar y te


habrás ido.
Me miró y dijo:

—No es un sueño.

Me volví hacia mi lado guiándola hacia su espalda cuando comencé a besarla


nuevamente. Era como si mi cuerpo se estuviera muriendo de hambre, y no tenía
idea de cuánto me había desvanecido hasta que ella me tocó. Me estaba
muriendo de hambre incluso después de estar totalmente saciada e incluso
ahora, ansiaba su toque, ansiaba satisfacerla.

Comencé a besar sus labios. Los besos se hicieron cada vez más intensos.
Empecé a besar y morderle suavemente el cuello. Podía sentir su cuerpo
respondiendo a mis toques. Sus caderas comenzaron a arquearse, y sus senos
se acercaron más a los míos.

Besé su garganta y luego su escote hasta que finalmente llegué a su pecho.


Jadeó cuando tomé su seno en mi boca y comencé a succionar suavemente.

—Oh, sí. Me estás volviendo loca —gimió.

—Esa es la idea. Quiero hacerte el amor una y otra vez —le susurré.

—Creo que eso se puede arreglar.

Llevé su pecho a mi boca reanudando mi actividad sensual mientras dejaba que


mi mano se deslizara lentamente entre sus piernas. Jadeó cuando mis dedos
recorrieron sus rizos húmedos. Sin estar realmente segura de que mi mano
encontraría el ritmo adecuado, comencé a besar su torso.

Sentí sus manos en mi cabello deteniendo mis avances hacia abajo.

—¿Cariño?

Susurré:

—Está bien, déjame amarte.

Suavemente separé sus piernas con mi mano, y cuidadosamente enrosqué mi


cuerpo entre sus muslos cremosos. El aroma de su excitación era intoxicante.
307

Reverentemente sumergí mi lengua en esas aguas sensuales, y fui


recompensada por un jadeo de Jac. Ella sabía tan increíble que me embriagué
de inmediato. Comencé con mucho cuidado a lamer y chupar sus labios
inferiores. Envolví mis labios alrededor de su clítoris y chupé suavemente. Fui
recompensado con más jadeos y gemidos. Estaba llena de una sed increíble.
Cuanto más lamía y chupaba, más sedienta me volvía. Mis sentidos se
tambaleaban, mi cabeza daba vueltas y agarré sus caderas para acercarla aún
más a mi boca. Estaba loca por mi necesidad de amarla. Estaba loca de hambre
por todo lo que era Jacqueline.

—Kara —jadeó—. ¡Sí, sí!

Levanté la mano y comencé a penetrarla lentamente mientras mi lengua seguía


provocando su suave suavidad. Encontrar el lugar correcto dentro de ella produjo
un movimiento violento de sus caderas contra mi mano.

—¡Oh Dios! ¡No sé lo que estás haciendo, pero no te detengas! —gritó.

Seguí chupándola mientras aceleraba el ritmo de mis movimientos de mano.


Estimulando su clítoris besando esa área suave, continué masajeando sus
lugares ocultos. Me sentí muy poderosa. También me sentí muy humilde. Mis
dedos se aventuraron suavemente más profundamente en sus lugares
escondidos. De repente pude sentir su suavidad apretarse fuertemente a mi
alrededor. Su cuerpo convulsionó con la intensidad de su clímax. El sonido de
su liberación llenó la habitación. La sensación de sus réplicas fue increíble.
Cuando sus paredes internas casi se calmaron, reemplacé mis dedos con mi
lengua y bebí profundamente. Gritó de nuevo y luego su cuerpo se relajó debajo
de mí. Cuando su cuerpo se asentó, puse mi cabeza contra su muslo. Ambas
nos deleitamos en la quietud de nuestra satisfacción o placer.

Debo haber estado casi dormida cuando sentí sus largos dedos pasar por mi
cabello y tirar suavemente. Con mucho gusto obedecí su pedido. Besé mi camino
de regreso por los senderos que había descendido anteriormente. Me moví para
poder besar sus labios. Me preguntaba cómo sería para Jac saboreándose en
mis labios.

Me dejé caer sobre el colchón a su lado.


308

—Jac, cariño, ha sido increíble.


—Mmmmummm —murmuró Jac de acuerdo.

Apoyé mi cabeza en mi palma levantada para poder mirar a Jac a la cara.

—¿Es siempre tan, tan? —me quedé sin palabras.

—¿Sobresaliente? —Jac me sonrió.

—Sí. —Podía sentirme brillando en la oscuridad. Mi cuerpo todavía estaba


zumbando.

—No sé tú, pero esta ha sido la experiencia más increíble que he tenido —
confesó Jac.

—¿De verdad? —Encontré su declaración muy difícil de creer—. Quiero decir,


has tenido mucho más, ahh, experiencia que yo.

Jac se rio.

—¿Estás tratando de decir que soy una puta?

—¡OH NO! No, para nada, está bien, dioses eso sonó mal. Lo siento.

—Mmmmmmmmuhmmmm. —La mujer alta volvió a murmurar—. ¿Estás


tratando de decir que no podría tener una experiencia tan increíble contigo?

Me alegré de que las velas arrojaran una sombra sobre mi cara para que Jac no
pudiera verme sonrojar. Ella tenía razón, eso era exactamente lo que estaba
pensando. Podía sentir mis labios nuevamente torcerse de una manera extraña.
Jac no esperó la respuesta, la pregunta era retórica y ambas lo sabíamos.

—¿Qué hay de ti?

—¡OH DIOS MÍO! Sí. ¡SÍ y SÍ! —Exclamé—. Ha sido totalmente increíble. Nunca
antes me había sentido así.

—¿Ni siquiera con Tim? —La inquietud teñía sus tonos sensuales.

Le respondí sin dudar.

—No, ni siquiera con Tim. Ni siquiera cerca. Quiero decir que teníamos una
309

buena vida sexual, pero siempre parecía haber algo que faltaba. Obviamente lo
que faltaba eras tú.
—Oh cariño, eso es muy dulce. —Tiró de mí y me besó profundamente. En un
abrir y cerrar de ojos, me puso de espaldas y apretó el muslo contra mi centro.
Con una sonrisa de tiburón en sus labios, preguntó—: ¿Lista para la segunda
ronda?

—Oh, sí —gruñí.

BBB

Pasamos el resto de la noche de esa manera. Tocar, besar, acariciar, lamer,


acariciar y cualquier otra cosa que termine en “ar” que pueda imaginarse. No
podía creer cuántas veces llegué al clímax. Quiero decir que en una buena noche
tal vez llegaba al clímax dos veces. Pero Jac me hizo llegar al clímax sobre
clímax sobre clímax hasta que estaba segura de que perdería el conocimiento.

¿Le correspondí del mismo modo? Puedo decir honestamente que sí. Creo que
le traje tanto placer como ella me había traído a mí.

Deja que la naturaleza siga su curso, esa frase siguió sonando en mi mente.
Cuando finalmente supere mi nerviosismo, eso es exactamente lo que sucedió,
la naturaleza siguió su curso. Hacer el amor con Jac y que ella me lo hiciera a
mí no podría haberse sentido más natural. Nos fusionamos de todas las formas
posibles: física, espiritual y emocionalmente. Éramos una y no podría haber sido
más feliz.

Durante nuestros breves respiros nos dedicamos a la charla de almohadas.


Hablamos de todo y de nada. Nuestras esperanzas, nuestros miedos, nuestros
sueños. Tocamos brevemente los planes para el futuro, pero no profundizamos
en ello. Ambas teníamos miedo de romper la magia de esta noche con la dura
luz de la realidad.

Estaba acostada sobre su hombro disfrutando de su aroma y la sensación de su


piel contra la mía. Puse mi brazo sobre su abdomen. Me estaba quedando
dormida cuando sentí a Jac deslizar un anillo en mi dedo. Levanté la mano para
ver una pequeña banda plateada en el dedo anular de mi mano derecha. Lo
310

reconocí como el anillo que Jac había estado usando. Era una banda plateada
con nudos celtas grabados en el metal. En el centro de este intrincado diseño,
había insertado un zafiro en el metal precioso.
Estaba a punto de hacer una pregunta tonta cuando sus labios se presionaron
con los míos, eliminando cada pensamiento que tenía.

—Te amo —murmuró Jac.

—También te amo —le respondí.

Totalmente extenuadas emocional y físicamente dormimos abrazadas.

311
Parte 13
Estaba sentada en una de esas sillas de plástico extremadamente incómodas en
la puerta donde Jac, Sherri y el pequeño Joshua habían partido hacía algún
tiempo. Miraba fijamente la gran ventana ligeramente manchada. En cierto
momento mis ojos trataron de enviar señales a mi cerebro de la hermosa puesta
de sol que había iluminado el cielo con un color increíble, pero fue vano. La
oscuridad había caído en algún punto, pero no me di cuenta. La oscuridad para
mí había descendido en el momento en que Jac se apartó de mi lado.

La pasarela de acceso que había conectado la puerta al avión de Jac había sido
retraída y bloqueada en su lugar. Afuera no había nada más que negro infinito,
grandes cantidades de pavimento y lo que parecían millones de kilómetros de
luces azules. En ocasiones mis ojos notaron un carrito de equipaje sobre el
asfalto, pero aparte de eso, nada se registró en mi radar.

Aparté la vista del gran ventanal hacia el área terminal cavernosa que albergaba
mi forma solitaria. Debía ser más tarde de lo que pensaba. El tiempo para mí se
había detenido, pero los segundos seguían corriendo. Todas las puertas estaban
desprovistas de pasajeros, así como de los trabajadores de las aerolíneas
cuidadosamente uniformados que solían estar detrás de mostradores altos. Me
sorprendió que este lugar, que había sido un ajetreo con los cientos de personas
que corrían hacia destinos desconocidos o para los familiares que esperaban,
ahora estuviera silencioso como una morgue. La inmensa sala que se había
llenado hasta desbordarse, la voz de los desconocidos que se intensificaba
constantemente, ahora estaba grotescamente silenciosa. Reprimí el impulso de
gritar eco.

Bajé la vista a mi mano que tenía el cupón para un vuelo gratis a cualquier lugar
en “Me quitaste el amor de mi vida” Airlines. Había estado desesperada por pasar
312

hasta el último segundo con Jac, así que había comprado un boleto de reserva
para el mismo vuelo abarrotado que Jac había reservado para regresar a casa.
Miré por la ventana hacia la oscuridad una vez más y dejé que mi mente volviera
a los últimos momentos que Jac y yo pasamos juntas. Parpadeé mis ojos
lentamente. Con cada parpadeo, las manecillas del tiempo se volvieron hacia
atrás.

BBB

—No puedo creer que hayas hecho eso —dijo Jac.

—¿Qué he hecho? —dije por el pasillo estirando mis zancadas para seguir el
ritmo de la mujer más alta. Acabábamos de bajar del tren y nos dirigíamos a la
puerta 69. (Vale, chicos, es solo una coincidencia).

—Que hayas comprado un boleto para poder escoltarnos oficialmente a nuestra


puerta. —Jac sonrió, mientras sus ojos brillaban de un azul brillante.

Me encogí de hombros.

»¿Qué sucede si hay un asiento disponible? —Jac sonrió burlonamente.

Podía sentir mis labios torcerse.

—Tienes una habitación de invitados, ¿no?

—¿Por qué? No es donde estarías durmiendo de todos modos.

—¿Oh, en serio?

—Umhummm.

Por suerte para nosotros, había una fila de asientos vacíos que daban a la
ventana. Nos instalamos en ellos para que Josh pudiera ver toda la actividad que
ocurría en la pista. Como cualquier niño de cinco años, saltó con toda la energía
que viene con la juventud. Emocionado, le dijo a su madre todo lo que veía fuera
del cristal. Más de una vez sacó a la mujer alta de su silla para ver algo que
pensó particularmente fascinante.

Con la hija y el nieto ocupados en otro lugar, nos permitió un pequeño grado de
privacidad. No es que no estuviéramos rodeados de otros pasajeros, porque lo
313

estábamos. La puerta estaba abarrotada, pero Jac y yo estábamos en un lugar


muy lejos de esta bulliciosa multitud. Éramos sobrevivientes solitarias de un
naufragio en una isla tropical donde no había niños, ni trabajos, ni nada que
pudiera perturbar nuestra serenidad. Nos sentamos tan cerca la una de la otra
como lo permitían las malditas sillas del aeropuerto. Nos tomamos de las manos.
Susurrados en los oídos. Bueno, la mayoría de las veces lo que parecen ser
susurros eran besos robados.

—¡Mamá! ¡Ese es nuestro avión! —Esas palabras me apuñalaron en el corazón.


Con esas pocas sílabas colisioné con la realidad. Jac tenía que irse. Tenía que
regresar a casa. Mi mente lo sabía, pero a mi corazón no le importaba la lógica.
En este momento era un niño que gritaba “¡No te vayas!” mientras se sujetaba a
la pernera del pantalón de Jac.

Independientemente de cualquier objeción que pudiera traer mi corazón, el gran


747 lentamente se dirigió hacia nosotros sin cesar. Había un hombre que
caminaba hacia atrás con los auriculares firmemente sujetos a los lados de la
cabeza mientras guiaba el avión hacia su lugar de estacionamiento. Parecía
como una hormiga ante el avión monolítico. Colocó las balizas de luz en una 'x'
frente a su pecho, lo que le indicó al piloto que se detuviera. El avión se detuvo
suavemente. Vi como la pasarela se arrastraba hacia la puerta del avión. Con un
tirón, el paseo cubierto estaba en su lugar.

No mucho tiempo después, una avalancha de personas salió por la puerta. Los
jóvenes y viejos, infantes en carriolas, hombres y mujeres de todas las formas y
tamaños, abandonaron el área de la puerta en dirección al carrusel de equipaje.

—Buenas tardes. El vuelo 683 a San Francisco se abordará en breve. Tenga sus
boletos y su identificación listos cuando se llame a su sección.

—Mierda —gruñí.

—Lo sé —respondió Jac.

Podía sentir las lágrimas quemar mis ojos. Me había prometido que no lloraría,
bueno, hasta aquí llego eso. No había forma de que pudiera contener la
avalancha de lágrimas o emociones. Me levanté de la silla en la que había estado
sentada y caminé lentamente los pocos pasos hacia la ventana. Necesitaba
314

espacio para intentar componerme. Podía sentir el calor del cuerpo de Jac detrás
de mí. Dos fuertes brazos se deslizaron alrededor de mi cintura. Sentí una
barbilla asentarse suavemente sobre mi hombro. Cerré los ojos y respiré su
aroma. Grabé cuidadosamente esto en mis bancos de memoria para poder
sacarlo cada vez que extrañara a Jac desesperadamente.

—Ven con nosotros —susurró Jac.

Sonreí débilmente.

—Ojalá pudiera.

—Lo sé. —Podía escuchar la desesperación en su voz que solo hizo que las
lágrimas que había estado bloqueando comenzaran a fluir.

—Kara, te han nombrado. —La voz de Sherri cortó nuestro momento privado.

Las dos nos volvimos y Sherri repitió:

—En el mostrador. Te han nombrado.

—Oh, vale. —Me limpié las lágrimas de los ojos con el dorso de la mano.
Aturdida, caminé hacia el mostrador donde estaba una rubia alegre uniformada.

—Soy Kara Marlow, ¿Me ha llamado?

—Por supuesto, ¿Señora Marlow? Tenemos un asiento abierto. —La miré


desconcertada. Este vuelo estaba sobrevendido, ¿cómo había acabado con un
asiento? La asistente ladeó la cabeza hacia un lado—. ¿Está bien, señora?

Sacudí la confusión de mi cabeza.

—Lo siento, sí, estoy bien. ¿Entonces tienes un asiento para mí?

—Sí, señora. —Sonrió brillantemente—. Es una mujer con suerte. Es el último


asiento que queda.

Estaba a punto de escribir mi tarjeta de embarque cuando una mujer frenética


prácticamente saltó al mostrador.

—¿Quedan asientos?

—Lo siento, señora, esta señora acaba de obtener el último asiento disponible.
315
La pequeña mujer me miró, las lágrimas rodaban por un rostro arrugado por los
ojos inyectados en sangre.

—Por favor, señorita. Necesito llegar a California de inmediato. Mi hija está muy
enferma. Dicen que se está muriendo. Por favor, le pagaré lo que sea.

Por un breve momento casi me negué. Estaba tan desesperada por estar con
Jac como ella por estar con su hija. En ese instante odié absolutamente mi vida,
mis obligaciones y mis responsabilidades. Pero solo por un instante. Gire mi
cabeza

—Está bien, —entrecerré los ojos para leer la insignia de la joven—, Jeananne.
Dale mi asiento. Ella lo necesita más que yo.

—Oh, gracias, gracias. —La mujer tomó mis manos y besó a cada una de ellas—
. Que el buen señor la bendiga. —Con algo de esfuerzo, retiré mis manos de la
mujer que lloraba. Asentí y regresé a donde estaban Jac, Sherri y el pequeño
Josh.

Cuando llegué, Sherri me dio unas palmaditas en el hombro y condujo a su hijo


a la entrada de la pasarela donde los otros pasajeros de primera clase ya
estaban reunidos. Los brazos de Jac me juntaron en un cálido abrazo fuerte.
Realmente no había nada más que decir. Quiero decir, no era como si nunca nos
volveríamos a ver, pero al menos para mí, sentía que me estaban arrancando el
brazo derecho, entonces, por supuesto, se esperaba que funcionara sin él como
si el apéndice todavía estaba unido. No estaba segura de poder hacer esto de
nuevo. Seguir adelante, sin la persona que amaba a mi lado. No estaba segura
de ser lo suficientemente fuerte para eso.

—Sí que puedes. —Su voz era como un bálsamo para mi alma. Ni siquiera se
me pasó por la cabeza preguntarle cómo sabía lo que estaba pensando—. Solo
piensa en lo que hablamos anoche. ¿De acuerdo?

Sólo asentí. No pude verbalizar nada.

—No es un adiós, es hasta que nos volvamos a ver. ¿Verdad? —Jac declaró.
316

—Sí tienes razón. —Traté tanto de sonreír, pero simplemente no vino.


—Todos los miembros de primera clase y del Gold Club por favor vengan al
frente para abordar. —El altavoz retumbó.

Me besó en la mejilla y luego se apartó. Se giró para poder unirse a Sherri y Josh
que acababan de hacer fila para abordar.

—¡Oh diablos! —gruñó.

Caminó decididamente de regreso a donde estaba, agarró mi rostro en sus


manos y me besó. Con ese beso ella dijo un “Te amo” que me sostendría durante
esas largas noches solitarias por venir. Luego, en un instante, desapareció por
la pasarela.

BBB

Parpadeé, una vez, dos veces. La cálida tarde soleada desapareció para ser
reemplazada por la fría y oscura noche.

Mi cadera vibró, lo que me sorprendió. Débilmente, la canción I Want To Be Your


Lover flotó en el aire quieto. Me puse de pie para sacar mi celular de mi bolsillo.

—Hola. ¿Todos en casa sanos y a salvo? —Mi voz resonó en el vestíbulo casi
vacío. El silencio regresó mientras escuchaba los tonos sedosos de Jac—.
Genial. Yo, solo estoy sentada.

Un conserje se inclinó para recoger un pedazo de papel arrugado de la alfombra


y luego me miró con una expresión insegura. Miró alrededor del vestíbulo vacío
antes de empujar su carrito más allá del lugar donde yo estaba. Probablemente
se preguntaba qué demonios estaba haciendo en el área vacía. Sonreí,
probablemente se preguntaba si debería llamar a seguridad o no.

—¡OH! Sí, todavía estoy aquí. No, estoy bien, tan bien como puedo estar. —
Pausa—. Sí, también te amo. ¿Hablamos mañana? Genial. Hasta entonces. —
Cerré mi teléfono y lo guardé en mi bolsillo. Miré el anillo en mi mano y besé el
frío metal.
317
Con los hombros caídos caminé por el largo pasillo que eventualmente me
llevaría a los trenes que me conducirían de regreso a la sección principal del
aeropuerto. A partir de ahí, espero encontrar el camino de regreso a la parte
correcta del estacionamiento donde estaba mi automóvil. Será un largo y solitario
viaje a casa.

F IN

318
Biografía de la Autora

Lady J es una reconocida autora en línea de fanfics basados en la serie


Xena Warrior Princess. Pueden encontrar su trabajo en The Royal
Academy of Bards y The Athenaeum.

319
320

También podría gustarte