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DE HUNTER
de CHEYNE
Hunter Roberge regresa a su ciudad natal después de dieciséis años para el funeral
de su madre, que la repudió y la echó de la casa a la edad de dieciocho años. Para ella es
inexplicablemente que su madre le haya dejado la casa y un legado que no quiere.
Reconectarse con su pasado se convierte en un arma de doble filo cuando se encuentra
con un romance sorpresa y una familia que creía conocer. Hunter pronto descubre que la
disposición de su madre de su patrimonio no es el único misterio. Una serie de eventos
revela secretos enterrados durante mucho tiempo que la llevan a cuestionar lo que cree
que es verdad, y esto se convierte en el trópico de Hunter.
Descargos de la autora:
Descargo de responsabilidad: en caso de que sea necesario decir esto porque los
personajes principales pueden parecerse un poco a dos hermosas mujeres que conocemos
y amamos, no se pretende infringir los poderes fácticos de MCA/Universal. Aparte de
eso, la historia y los personajes son míos. Además, no existe un pueblo como Otter Falls,
Vermont, así que no tengo que cambiar ningún nombre para proteger a los culpables.
Advertencias: Hay mención de sexo heterosexual. Si eso te molesta, ten por seguro
que no es muy buen sexo. Si es ilegal donde vives, házmelo saber para que pueda
mudarme allí.
Hay violencia y hay recuerdo de sexo entre un menor y alguien en una posición
fiduciaria. Hay recuerdos de relaciones sexuales consentidas entre dos adolescentes.
También existe el sexo entre dos mujeres. Espero haber cubierto aquí todas las bases.
¿Mencioné que hay sexo entre dos mujeres? ¿Sexo caliente?
Esto es para Rave y Ren, quienes realmente me hacen pensar en lo que estoy
escribiendo. También es para Roselle, BJ, (Bad)Tyler y Jordyn. Ellos saben por qué.
Capítulo 1
Casa. Había vivido lejos de Otter Falls, Vermont durante dieciséis años, regresando
solo una vez para el funeral de mi tío David y, sin embargo, todavía lo llamaba “hogar”. 5
Había perdido el rastro de todos mis viejos amigos, rechacé la invitación para asistir a mi
décima reunión de la escuela secundaria, mantuve correspondencia fugaz con mis
hermanos y otros parientes y no había hablado con mi madre en ninguno de esos dieciséis
años. Ni siquiera habría regresado ahora si ella, por alguna razón inexplicable, no me
hubiera dejado su casa.
Mi madre y yo no éramos amigas. Y para todos los efectos, que me había repudiado.
Habíamos tenido una relación tormentosa desde que era una niña pequeña, chocando con
todo, desde lo que vestía hasta cómo peinaba mi cabello y, bueno, toda mi existencia, al
parecer. Quería una niña menuda, delicada y con volantes que pudiera criar para que fuera
la dama perfecta, la esposa perfecta, la madre perfecta. Lo que consiguió fue una
marimacho testaruda y ruda que la desafiaba en todo momento. No era que no la amara o
que no la respetara mientras crecía, era solo que siempre estaba tratando de hacer que me
convirtiera en algo que no era.
Yo era la única hija en una familia de tres hijos y tal vez eso contribuyó a nuestra
relación contraria. Mis dos hermanos, uno mayor y otro menor, no podían hacer nada
malo mientras que yo, por otro lado, parecía que no podía hacer nada bien. Me volví
resentida y rebelde y, aunque nunca me metí en ningún problema real, era el epítome de
la palabra “diablillo”.
Creo que la razón por la que ella estuvo en mi contra todo el tiempo fue que yo era
igual que mi padre, un hombre al que amaba y odiaba a la vez. Mientras que mis dos
hermanos se parecían a su lado de la familia con estatura más baja, piel clara y cabello
1 LAX: Aeropuerto de los Ángeles
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
rizado y castaño claro, yo me parecía el lado paterno. Tenía sus mechones oscuros y
sedosos, su piel bronceada, su sonrisa gallarda y sus ojos azul claro a través de los cuales
aparentemente expresaba todo. Tenía su altura y su gracia atlética natural. También había
heredado su afición por las mujeres hermosas, lo que finalmente fue mi perdición con mi
madre.
Incluso había comenzado a perdonarme por no ser como ella o nunca hacer nada a
su nivel, pero cuando me sorprendió en la cama con la esposa del ministro de la Primera
Iglesia Congregacional cuando tenía dieciocho años, eso fue imperdonable a sus ojos. Me
dijo que saliera de su casa esa noche y nunca volviera. Probablemente fue la primera vez
en mi vida que no discutí con ella. Nunca antes había visto esa mirada particular en sus
ojos o ese tono en su voz y sabía que no habría discusión sobre ello.
Así que me fui a vivir con el hermano de mi padre, David, y su familia hasta que
ahorré suficiente dinero para irme de la ciudad, aterrorizada de que se difundiera que era
gay. No estaba exactamente avergonzada de quién era, pero sentí que ser lesbiana en un
lugar homogéneo como Otter Falls no sería exactamente propicio para vivir una vida en
la que no estuviera bajo el microscopio y disculpándome constantemente por quién y qué
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
era. Cuando me fui, dos meses después, con mil doscientos dólares en el bolsillo, lo hice
en Greyhound Bus, que me llevó a través del país en cuatro días. Mirando ahora hacia
atrás, todavía estoy sorprendida de haber superado ilesa esa experiencia. Tuve la suerte
de encontrar una habitación para alquilar de inmediato y un trabajo, como camarera.
Aunque legalmente no tenía la edad suficiente para beber, aparentaba tener veintiún años
y el dueño decidió correr el riesgo y pasar por alto mi edad. Más tarde me dijo que sentía
que mi apariencia atraería a hombres y que de lo que se trataba era de obtener ganancias.
Irónicamente, trabajé allí hasta los veintiún años y luego pasé a algo en lo que sentí que
podía hacer carrera.
Pensé que tal vez mi madre se calmaría después de un año, pero mis intentos de
contactarla fueron ignorados. Un año se convirtió en tres, luego en cinco y antes de darme
cuenta habían pasado nueve años. Cuando murió mi tío David, regresé a Vermont para
presentar mis respetos. Traté de verla entonces, pero fingió no estar en casa. Cualquier
intento de contactarla por teléfono también resultó infructuoso. Ella había tomado su
decisión. Le había mostrado el último desafío, una traición sin precedentes y estaba casi
muerta para ella. Después de esa visita, dejé de intentarlo.
Y ahora se había ido. Recibí la llamada hace dos días de mi hermano mayor, Sam,
quien, incluso después de casi una década y media, nunca supo de qué se trataba nuestra
ruptura. Ni mi madre ni yo hablamos de ello a la familia, lo que dejó a amigos, vecinos y
extraños entrometidos frustrantemente ignorantes de la razón del abismo insuperable 7
entre nosotras. Cuando dijo esas palabras, “Hunter, mamá ha muerto esta mañana”, no
lloré. Ni siquiera reaccioné. Mis lágrimas por ella fueron derramadas hacía mucho tiempo
y no me quedaba ninguna.
Mi madre se había ido. Así que, al parecer no había ninguna posibilidad de arreglar
las cosas entre nosotras.
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En realidad, una vez que estaba en el aire, en general estaba bien. Sabía, en ese
momento, que no había nada que pudiera hacer si algo sucedía, así que trataba de
relajarme y “disfrutar” del vuelo. Y si me concentraba en algo que no fuera que estaba
metida en un tubo con forma de cigarro con unas ciento setenta personas más, a doce mil
metros en el aire, surcando el cielo a ochocientos kilómetros por hora, volar era realmente
soportable.
A menos que estuviera sentada al lado de alguien que, sin importar cuántas señales
educadas le envié que prefería que me dejaran sola, no se callaba. Traía un libro de
crucigramas para mantenerme ocupada y estaba a la mitad de un criptograma cuando el
joven sentado a mi izquierda, que se había presentado como Robert, no Rob, no Bob, no
Bert, Robert, me preguntó si podía invitarme a una bebida. Miré hacia arriba para ver a
una mujer particularmente atractiva que avanzaba hacia nosotros empujando el carrito de
refrescos. No sabía si decirle que definitivamente le estaba ladrando al árbol equivocado
y que lucharía con él por la azafata o si me iba a molestar durante todo el vuelo, él podría
comprar su provisión de Budweiser porque necesitaría eso.
—Sabe, debería disfrutarlo —le dije cerrando los ojos mientras el avión literalmente
se sentía como si se tambaleara—. Mi madre siempre me decía que estar en un avión era
lo más cercano al cielo que iba a llegar. —Nos tambaleamos de nuevo y luego caímos
unos cientos de metros dejando mi estómago en algún lugar cerca del portaequipajes.
Estaba a punto de aflojar mi agarre mortal cuando nos estremecimos por una gran
perturbación más. Se podía escuchar la voz del capitán advirtiéndonos que había
encendido la señal del cinturón de seguridad porque habían tocado un poco de
“turbulencia”. Turbulencia, mi culo... cada pequeña vibración enviaba mi vida
destellando ante mis ojos.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
La azafata se detuvo en nuestra fila con el carrito de bebidas. Al diablo con la cerveza,
le pedí un whisky con agua. Pero lo que realmente quería era que se subiera a mi regazo
y me consolara. Si no hubiera estado un poco aterrorizada, habría prestado más atención
y reaccionado de manera muy diferente al toque sutil y al pequeño guiño bastante coqueto
cuando me entregó mi bebida. Por supuesto, podría estar sintiendo lástima por mí, ya que
estoy segura de que me veía patéticamente vulnerable e inusualmente pequeña para mi
tamaño de un metro ochenta y dos, doblada en ese pequeño asiento.
O el vuelo había vuelto a ser tranquilo o después de mi segundo whisky, esta vez sin
pasar por el agua, me bebí la botellita de Jack como un tiro, simplemente no me
importaba. Al verme un poco más relajada, Robert recuperó repentinamente el uso de su
voz. Desafortunadamente.
—Un funeral. —Sabía que estaba pescando y no iba a decirle que Albany no era mi 9
destino final. Por alguna razón, los hombres simplemente no querían creer que no tenía
ningún interés en estar con ellos. Primero, obtendría la actitud del “¿crees que eres
demasiado buena para mí?” y luego, si fuera franca sobre mi orientación, obtendría el
cliché: “Obviamente, aún no has estado con el hombre adecuado”. De alguna manera
sabía que Robert no me decepcionaría si le decía gracias, pero no gracias y por qué. El
hecho de que nunca volvería a ver a este hombre después de aterrizar en Albany me
impulsó a no revelar más sobre mí de lo necesario.
—¿Quién ha muerto?
—Mi madre.
—Oh, lo siento. —Obviamente se sintió muy incómodo, sin saber qué más decir y
aproveché esa oportunidad para enterrar mi nariz de nuevo en mi libro de crucigramas.
Robert permaneció en silencio el resto del vuelo.
2 Ni siquiera salgas del aeropuerto: Don't Even Leave The Airport, en inglés, el acrónimo de Delta.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Cinco pies3 y doce —respondí. Era mi respuesta estándar, ya que de alguna manera
hacía que la gente se sintiera menos intimidada que cuando decía seis pies. En realidad,
estaba solo un pelo por debajo de la marca de seis pies, pero no lo suficiente como para
reclamar realmente cinco once. Cuando tenía dieciséis años, era cinco centímetros más
baja que ahora. Afortunadamente, era buena en el baloncesto porque era el centro del
equipo, quisiera o no.
—No tiene idea. —El avión se sacudió con fuerza cuando nos deslizamos por debajo
de la capa de nubes y luego se suavizó cuando la tierra, los árboles, las casas y las
carreteras aparecieron a la vista. Escuché y sentí que las ruedas bajaban y no podía esperar
a pisar tierra firme.
Esto me animó.
3 Pies: he optado por mantener las medidas inglesas para el párrafo no pierda sentido, ya que cinco pies doce y seis
pies equivalen a la misma altura, un metro ochenta y dos. El pie equivale a unos treinta centímetros y la pulgada a dos
centímetros y medio.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Al desembarcar del avión, mi azafata que servía las bebidas se despidió de mí con
otra sonrisa y un guiño que me habría llevado a esperarla adentro en otras circunstancias
y obtener su número de teléfono, pero eran poco más de las cinco de la tarde y todavía
tenía dos horas de viaje por delante, ochenta kilómetros en una carretera rural de dos
carriles. Tenía muchas ganas de recoger mi coche de alquiler y seguir mi camino.
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EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 2
El sol se estaba poniendo cuando conduje por las afueras de Otter Falls, cuya
población ahora es un poco más de diecisiete mil. La pequeña ciudad había crecido más
de lo que esperaba, ya que el pueblo siempre parecía tan resistente al cambio. Supongo
que la necesidad de impulsar la economía superó el deseo de permanecer pintoresco
cuando pasé por un Super Wal-Mart, tres cadenas de farmacias casi seguidas, un Home
Depot y varios restaurantes de comida rápida en la calle principal que conduce al centro.
Realmente podría haber parado en algún lugar para tomar una cerveza o dos y
relajarme un poco antes de enfrentarme a la familia y era una tentación ya que parecía
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haber una especie de bar o establecimiento para comer que también servía alcohol en cada
esquina. Parece que algunas cosas nunca cambiaban. Independientemente de los negocios
que habían surgido durante la última década, no detenía que el pasatiempo favorito de la
ciudad fuera beber. Realmente no había mucho más que hacer aquí a menos que esquiaras,
cosa que la mayoría de la gente del pueblo no hacía. No podían soportar la actitud y la
aglomeración de los flatlanders4, quienes irrumpían en los resorts a la primera señal de
nieve, apoderándose de la montaña que se cernía sobre el área. Por lo tanto, los lugareños
preferían mantenerse alejados de los albergues de esquí y los bares que llenaban el camino
de acceso y mantener las tabernas del pueblo en el negocio al patrocinarlas
frecuentemente. Otter Falls estuvo una vez en los libros de récords por tener más bares
per cápita que cualquier otra ciudad en los EE. UU. y había una razón para eso.
Decidiendo esperar hasta que llegara a casa de Sam para tomar una cerveza, sonreí
porque, a pesar de su dolor por perder a mamá, sonaba emocionado de que finalmente
estuviera aquí. Después de hablar con él, sentí una calidez familiar que siempre solía tener
con Sam cuando estábamos juntos, creciendo. Mi hermano mayor era un buen tipo,
reconociendo hace tantos años que mi obligación de vivir a su sombra y las
comparaciones injustas no eran culpa nuestra. No fue porque él fuera tan perfecto y yo
tan imperfecta, fue que siguió todas las reglas e hizo todo lo que se esperaba de él y yo
no. Sam sabía que, independientemente de lo mucho que intenté complacer a mi madre,
nunca fui lo suficientemente buena y finalmente dejé de intentarlo. Cada vez que mamá
y yo peleábamos y me enviaban a mi habitación, Sam siempre intentaba consolarme o
4 Flatlanders: Un término utilizado en las montañas para describir a los turistas que no tienen las
habilidades/conocimientos para recrearse en las montañas.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Mi hermano menor, Dane, era una historia completamente diferente. Era tres años
menor que yo y era un mimado. Bueno, tan mimado como mi madre permitía. Dane era
astuto e intrigante y calculaba sus movimientos sabiamente. Era lo suficientemente
inteligente como para nunca ir tras Sam porque sabía que Sam era el chico dorado, pero
no tenía ningún problema en aprovecharse de la aversión de nuestra madre por mí y
tenderme una trampa cada vez que tenía la oportunidad. Siempre tuvo éxito en verse bien
haciéndome quedar mal. Él contribuyó a que mi vida fuera un infierno en casa, algo de lo
que parecía sentir gran alegría y orgullo. La única vez que me desquité de él fue cuando
lo até, lo amordacé y le afeité todos esos mechones rizados de la cabeza antes de su baile
de primer año con la chica de sus sueños. Tan vanidoso como era sobre su apariencia,
especialmente sobre su cabello, hizo la declaración necesaria para él, incluso si luego se
quejó con mi madre. En ese momento tenía diecisiete años y tenía un trabajo a tiempo
parcial después de la escuela y los fines de semana, por lo que castigarme no tuvo el
impacto que hubiera tenido en el pasado. Y valió la pena.
Por lo que tengo entendido, Dane no había cambiado mucho. Todavía se estaba
comportando como un niño mimado, solo que ahora lo estaba haciendo en situaciones de 13
adultos. No hablé mucho con mi hermano menor a través de llamadas telefónicas o
correos electrónicos porque no éramos cercanos y cualquier comunicación entre nosotros
generalmente terminaba con una nota amarga. Realmente creo que la única razón por la
que se puso en contacto conmigo fue para ver si podía sacarme por qué mamá y yo no
nos hablábamos. Sam me había dicho que Dane estaba menos que emocionado de que la
casa de mamá no la hubiera heredado él y esperara problemas de él. No le dije nada a
Sam, pero la casa no tenía ningún valor sentimental para mí, tenía muchos malos
recuerdos y aunque podría haber usado el dinero de la venta, realmente no quería la
molestia. Vivía demasiado lejos para lidiar con los aspectos legales y el tiempo que
llevaría deshacerme de ella, así que, si Dane realmente la quería en este momento, no me
importaba dársela.
Los tres crecimos siendo llamados por nuestros segundos nombres. Sam nació como
Gregory Samuel Roberge, Jr., nombrado, por supuesto, en honor a mi padre. Dos Gregs
por la casa eran confusos, así que se convirtió en Sam, que era el nombre de pila de mi
abuelo. Me llamaron Sarah Hunter, siendo Sarah también el nombre de mi madre, así que
para evitar confusiones nuevamente, me llamaron Hunter, que era el apellido de soltera
de mi madre. Tres años después de mí, apareció Jonathan Dane. Jonathan por mi abuelo
materno y Dane porque a mi mamá le encantaba “The Thornbirds5”.
Mi padre era un hombre pícaro, cargado de encanto y sabía cómo usarlo. Cuando
conoció a mi madre, una mujer absolutamente deslumbrante a la que muchos de sus
amigos perseguían, supo que tenía que ser él quien la conquistara. La enloqueció y la
5 The Thornbirds: Libro, después fue miniserie en castellano “El Pájaro espino” o “El pájaro canta hasta morir” de la
escritora australiana Colleen McCullough.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
sedujo con mentiras y promesas que nunca tuvo la intención de cumplir. Mi madre fue
una de las pocas mujeres que realmente se reservó para su noche de bodas y creo que, si
no lo hubiera hecho, nunca habría habido un matrimonio. Sin embargo, la única forma en
que mi padre podía llevarla a la cama era casándose con ella. Así lo hizo.
Nunca volvió a hablar con él. Estuvo de acuerdo con todas las condiciones del
divorcio y en las raras ocasiones en que venía a recogernos el fin de semana, nos
reuníamos con él en su automóvil. Cuando tenía trece años, simplemente dejó de aparecer.
El tío David nos dijo más tarde que papá había conocido a una mujer joven, se mudó a 14
Florida con ella y tuvo dos hijos más. Una vez mis hermanos y yo recibimos una tarjeta
de Navidad de él. Tenía quince años. Fue la última vez que supe de él.
Cuando el tío David murió repentinamente de un ataque al corazón hace siete años,
todos esperábamos que mi padre apareciera en el funeral, pero no lo hizo. Reconoció la
muerte de su hermano con una tarjeta de pésame impersonal y genérica. De hecho, estaba
decepcionada porque estaba dividida entre no querer verlo y querer verlo para poder
criticarlo por ser el idiota egoísta que resultó ser. Creía firmemente que si él hubiera sido
el fiel esposo y padre que mi madre creía que era cuando se casó con él, mi vida podría
haber sido un poco más fácil. Cada vez que me miraba, lo veía a él y le recordaba lo que
pudo haber tenido y lo que nunca tuvo.
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Caminando hacia la puerta mosquitera, llamé dos veces y entré. Seguí el sonido de
las voces que me condujeron por un pequeño tramo de cinco escalones y luego me
encontré en un arco que me dejó de pie en una sala de estar llena de gente. Reconocí la
parte de atrás de la cabeza de Sam y me estiré entre dos personas para tocarlo. Girando,
sus ojos inmediatamente se llenaron de lágrimas y me abrazó.
—Hunter.
—Oh, Dios mío, Hunter... —La esposa de Sam, Trina, dio dos pasos hacia mí y me
envolvió en sus largos brazos. Había engordado unos cuantos kilos desde la última vez
que la había visto y se veían maravillosos en ella. Antes estaba demasiado flaca—. ¿Cómo
te atreves a ponerte más hermosa que la última vez que te vimos?
—Bueno... es obvio que tampoco has cambiado. —Se llevó el vaso a los labios y
tomó un gran trago—. Hunter, no deberías estar aquí.
—Por supuesto que lo estás. Fácilmente podrías haber elegido quedarte en California
y hacer cualquiera de tus negocios a través de tu abogado.
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—No tengo un abogado contratado, Dane. No necesito uno. —Una sonrisa curvó mis
labios, sabiendo que había logrado otro golpe directo y uno que definitivamente no
disputaría frente a una audiencia. Según Sam, Dane había sido detenido por conducir
borracho al menos tres veces en el último año y solo a través de un abogado bien
conectado había logrado mantenerlo oculto y fuera del periódico local. Además, había
descubierto a través de algunas otras fuentes que mi hermano pequeño era un elitista
homofóbico que había ganado un puesto de concejal local a través de su campaña muy
sucia contra un oponente abiertamente gay. Se aprovechó de los temores de la ciudad de
que las uniones civiles y el matrimonio entre personas del mismo sexo serían la ruina de
la civilización occidental tal como la conocemos y el hombre contra el que se enfrentaba
solo promovería la “agenda homosexual” en la comunidad. Pero el verdadero factor
decisivo fue que sacó un registro supuestamente borrado de que su oponente había sido
arrestado por conducir ebrio a la edad de veintidós años, diciéndole al público: “¿Cómo
podemos confiar en su juicio al tomar decisiones en el ayuntamiento cuando ni siquiera
puede juzgar cuándo es demasiado peligroso ponerse al volante de un automóvil?”
—Está bien, eso es suficiente —dijo Trina, con buen humor—. Es hora de retirarse
a sus rincones—. Enganchó su brazo con el mío y se dirigió a las otras personas reunidas 16
en la sala de estar—. Para aquellos de ustedes que no la conocen, esta es la hermana de
Sam y Dane, Hunter. —Luego fui presentada o re-presentada a las otras doce personas en
la sala. Once de ellos nunca los había conocido antes y eso incluía a la tercera esposa de
aspecto desagradable de Dane, Emma. No pareció apreciarlo cuando nos dimos la mano
y le di mis más sinceras condolencias por estar casada con mi hermano.
Sin embargo, la única persona que sí conocía era alguien a quien hubiera preferido
no ver. Al menos no hasta que hubiera estado en la ciudad más de cinco minutos. Phil
Khaury me había llevado a mi baile de graduación. No quería ir, pero mis amigos me
convencieron. Lesley quería que compartiéramos juntas la experiencia del baile de
graduación y me convenció de que sería divertido. Y lo fue. Hasta que me emborraché
tanto que casi dejo que Phil me follara en el asiento trasero de su auto esa noche.
Afortunadamente, recuperé el sentido y era fuerte en ese entonces porque si no hubiera
puesto el freno, habría tenido una noche que nunca me hubiera perdonado. Phil había sido
difícil de calmar al principio y se puso un poco agresivo, pero nada que una rodilla en la
ingle no solucionara. No nos separamos exactamente como amigos esa noche y terminé
caminando tres kilómetros a casa con un vestido de satén largo hasta el suelo, con
hombros descubiertos y tacones bajos, jurando y maldiciendo a cada paso del camino.
Fue una de las raras veces que me puse un vestido y, a decir verdad, lo estaba disfrutando.
Fue la primera vez que me di cuenta de que podía tener un lado femenino sin traicionar
mi sexualidad.
Cuando Phil me miró, había varias conversaciones detrás de sus ojos y cada una
parecía estar emitiendo luces de neón en su frente como el teletipo en Times Square. El
primero fue el más obvio, como sabueso que todavía era claramente, sus ojos miraban
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
con avidez mi cuerpo y cuando finalmente los sacó de mi escote, se centró en mi cara
molesta. La siguiente expresión que usó reveló que luego recordó la última vez que nos
habíamos visto, le había desgarrado el culo de nuevo por esparcir por la ciudad que, de
hecho, me había jodido en la noche del baile de graduación. Ese rumor llegó a mi madre
y, a pesar de lo mucho que lo negué, me castigó y tuve que escuchar una diatriba sobre el
carácter moral todas las noches durante dos semanas. Ninguna cantidad de dolor que le
di a Phil compensó esos catorce días insoportables. Si tenía algo a su favor, era que al
menos les dijo a todos que yo era un polvo fenomenal.
¿Por qué cuando algunas personas son atrapadas diciendo o haciendo algo
inapropiado, en lugar de admitirlo, disculparse y seguir adelante, siempre intentan culpar
a su objetivo diciendo “no me has interpretado bien” o “Solo estaba bromeando? ¿No
puedes aceptar una broma?” Sabiendo muy bien que, si la situación hubiera sido recibida
positivamente, habrían tomado la pelota y se habrían ido con ella.
—¿De verdad? —Sus cejas se dispararon y ni siquiera trató de ocultar su alegría por
esa respuesta—. ¿Cuánto tiempo vas a estar en la ciudad?
—Me la llevo. —Retirando la tapa y tirándola a la canasta, creo que me bebí la mitad
de la botella antes de dejarla sobre el mostrador—. Me encantaría ponerme al día y
obtener todos los detalles de lo que estoy haciendo durante los próximos días, pero creo
que tendrá que esperar hasta que todos se hayan ido a casa y no estoy segura de poder
pasar tanto tiempo.
—Pensaba que podría, no he hecho ningún otro arreglo. Eso es si Dane no tiene una
trampa explosiva. —Tomé otro trago de la botella.
18
Sam sonrió y se inclinó más cerca, bajando la voz.
Casi escupo cerveza por la nariz. Sam tomó la Foster y comenzó a golpearme en la
espalda. Le hice señas para que se alejara antes de que me rompiera una costilla.
—Sí. Cuida tu maldita boca la próxima vez —dije con voz áspera.
Con los ojos muy abiertos, Sam se echó a reír, aliviado y me abrazó.
—Dios, te he extrañado.
—¿Wrangler? ¿Me estás diciendo que mamá conducía un jeep o hay un vaquero en
el garaje?
—Mamá tenía un Camry que necesita una transmisión nueva, así que está fuera de
servicio. El Jeep es de Eric. Lo mantendremos allí mientras él está en la facultad. —Eric
era su hijastro que estaba en la universidad. Trina era cinco años mayor que Sam y había
enviudado cuando se conocieron. No habían tenido hijos juntos y mi hermano crio a Eric
como si fuera suyo.
—No, no puede escapar. Le dije que no se preocupara. Mamá sabía que él la amaba,
que regresara aquí cuando es todo un problema no es necesario.
Oh, no. Esa gata me odiaba. No podía creer que esa felina vieja ruda y con la actitud
de un pit bull drogado todavía estuviera vivo. Debe haber sido la maldad pura que fluía 19
por sus venas lo que la mantuvo en marcha. Tenía un año cuando me echó y todavía tengo
las cicatrices de esa pequeña perra que me atacó. También me desperté con muchos
“regalos” no deseados que se arrastraban y se deslizaban que ella había traído adentro y
dejado caer en mi cama. Juro que, si no estaba tratando de matarme con una infección en
la sangre, estaba tratando de darme un ataque al corazón. Estaba segura de que solo se
había vuelto más astuta e irritable en su vejez. Probablemente por eso mi madre me dejó
la casa... para que Orion pudiera acabar conmigo.
Capítulo 3
En cambio, conduje hasta el centro, pasé por algunos locales en los que me había
colado cuando era estudiante de último año. No eran los lugares más elegantes, pero
recordé que los tragos habían sido baratos y como todavía parecían antros e incluso más
deteriorados de lo que recordaba, decidí pasarlos por alto y buscar algo un poco más
apetecible. Solía haber un chiste que decía: “¿Qué dices para felicitar a alguien de Otter
Falls?” y la respuesta fue: “Oye, bonito diente”. Eso nunca pareció más cierto que lo que 20
presencié colgando afuera del Saloon de la calle principal, un bar que solía tener una...
interesante... atmósfera hace dieciséis años. “Interesante” parecía haberse convertido en
“amenazante” si el tamaño del portero era una indicación. Sin duda, también habría
reconocido a algunas personas en ese lugar.
Luego pasé por la Primera Iglesia Congregacional y sentí que una sonrisa
involuntaria se dibujaba en mi rostro. Aunque fue la ruina de mí ya frágil relación con mi
madre, todavía recuerdo el día en que la esposa del ministro me sedujo.
Siempre me había preguntado por qué mis hermanos habían apodado a su esposa
señora Vixen6 hasta que ella entró en la pizzería donde trabajaba, buscándome. Mis tres
compañeros de trabajo, todos menores de dieciocho años, se tropezaron tratando de
atenderla. Era como una escena sacada de “Quién engañó a Roger Rabbit” con ojos
6 Vixen: zorra.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
saltones llenos de lujuria y lenguas hacia el suelo. Casi esperaba escuchar bocinas,
campanas y silbatos. Sin embargo, todo se aflojó (y estoy bastante segura de que me
refiero a todo) cuando ella preguntó específicamente por mí.
Sin saber quién era, pero definitivamente intrigada por esta visión sexy sentada en
la mesa seis, preguntándome qué podría querer de mí, me limpié las manos en mi delantal
manchado de ingredientes y me acerqué a ella, mis hormonas adolescentes
sobrecargadas también trabajando horas extras. Me paré en el borde de la mesa mientras
sus increíbles ojos marrones claros comenzaron a mirar mis botas y lentamente
recorrieron la longitud de mi cuerpo, apreciativamente, hasta que nuestros ojos
finalmente se encontraron. Tragué saliva, un poco nerviosa por una evaluación tan audaz
y abierta, mi cerebro rápidamente se convirtió en avena y finalmente pude decir:
—¿Quería verme? —Sabía que tenía que ser una ilusión que esta mujer fuera
lesbiana y me propondría algo con suerte indecente.
—Vaya, eres alta. —Su voz era como la seda, suave y refinada, y me sonrió, una
expresión que encontré bastante cautivadora en ese momento, y tal vez todavía lo haría
hoy. Fue esa sonrisa la que me dijo que algo iba a pasar entre quienquiera que fuera esta
mujer y yo. No sé cómo lo supe, no tenía experiencia más allá de algunos besos y
manoseos (con una chica de un equipo de baloncesto rival), pero fue algo que sentí
instintivamente—. Por favor siéntate. —Hizo un gesto a través de la mesa con una mano 21
bien cuidada y de uñas cortas (gracias a Dios).
—No salgo hasta dentro de cuarenta y cinco minutos. —No tenía idea de cuán cierta
se convertiría esa declaración—. ¿Puede decirme de qué se trata? —La estudié bastante
atentamente. Bueno, tan intensamente como una podía cuando las regiones inferiores de
una detonaban inesperadamente, lo que hacía extremadamente difícil concentrarse en
otra cosa que no fuera, bueno, las propias regiones inferiores.
Tenía el cabello rubio con mechitas, peinado a la altura de los hombros que le
sentaba muy bien, enmarcando su rostro de una manera que acentuaba su nariz esbelta,
sus pómulos y sus labios carnosos y sensuales. Aunque había soñado con estar con una
mujer, todavía era virgen en ese momento de mi vida y solo podía imaginar cómo se
sentiría esa boca en mi cuerpo. Si no supiera que es imposible, habría creído que había
canalizado mis pensamientos clasificados como X mientras se lamía el labio inferior
lentamente. Mis ojos luego se posaron sin contemplaciones en su amplio escote, revelado
descaradamente en una camiseta sin mangas morada cubierta por una blusa lavanda,
con cuatro botones desabrochados desde la parte superior. Cuando mi cerebro volvió a
activarse y me di cuenta de que estaba mirando sus pechos, volví a centrar mi atención
en su rostro, que había absorbido mi mirada boquiabierta con una sonrisa de
complicidad. Me tendió la mano.
—Tu madre me ha pedido que viniera aquí porque quiere que te convenza de que
regreses a la iglesia.
Parpadeé, dividida entre estar enojada por la persistencia poco realista de mi madre
y pensar que, si pudiera ver a la señora Visson al menos una vez a la semana, lo que
realmente me podría regresar a la iglesia para adorar, habría sucedido a causa de un
señuelo aparte de los sermones del reverendo Visson. Me excusé para hablar con mi jefe
acerca de terminar mi turno temprano. Como los clientes habían sido pocos y distantes
entre sí y él sabía que la mujer con la que estaba hablando debería haber hablado en
serio sobre cuestiones religiosas, me dijo que me fuera. Lo hice, comprobando
rápidamente mi reflejo algo espolvoreado con harina en el espejo del vestuario y regresé
a la mesa, sentándome frente a ella.
—No quiero ser irrespetuosa, señora Vix - Visson... —Joder. No podía creer que casi
la llamé así. Me negué a mirarla, en caso de que supiera el apodo y la avergonzara. ¿La
avergonzaba? Estaba mortificada. Luego sentí que sus dedos se enroscaban alrededor
de mi muñeca, lo que me llevó a mirarla.
22
Con una cálida sonrisa, dijo:
Realmente pensé que iba a ser un charco en la silla, estaba tan excitada.
—Eso ciertamente tiene sentido y es más que una razón válida —asintió—. Mi esposo
tiene valores completamente diferentes. —Su pulgar dejó de rozar mi muñeca mientras
aumentaba ligeramente la presión sobre su agarre y me perdí en la llamada de sus ojos—
. Como yo. ¿Por qué no vamos a algún lado y hablamos de traerte de vuelta al... redil?
Apenas habíamos cruzado la puerta cuando empezó a besarme. Era unos diez
centímetros más alta que ella, así que independientemente de que ella fuera la agresora,
sentí que estaba en la posición dominante. No tenía idea de qué hacer con mis manos e
hicieron un baile espástico a mis costados y luego detrás de su cabeza antes de que
finalmente tomara una y la colocara en su cintura. Mi otra mano finalmente encontró un
lugar de descanso en su cabello. Luego, mis facultades decidieron regresar y el arte de
besarse comenzó a sentirse algo inherente nuevamente. Cuando rompió el beso, pensé
que iba a necesitar oxígeno porque la sensación había sido muy sexual y porque me 23
olvidé de respirar. Volví hacia ella como un Pepe LePew7 incivilizado y me detuvo con
las manos y me pidió que me diera una ducha rápida. Tenía un punto. Olía como una
pizza de pepperoni. Bueno, podría haber sido peor; podría haber olido a anchoas.
Tomando las escaleras de dos en dos, llegué a ese puesto más rápido de lo que había
hecho antes y simplemente fregué las partes más importantes. Cuando regresé a mi
habitación para peinarme, Jennifer estaba en mi cama, desnuda.
En cinco minutos, se acabó para mí. Todo lo que hizo fue poner su boca en mi pezón
y, con un movimiento rápido de su lengua, un orgasmo se apoderó de mi cuerpo como
una pequeña ola. Ahora sé cómo se siente un hombre acerca de la eyaculación precoz.
Sin desanimarse, entonces, con extrema paciencia, le hizo cosas a mi cuerpo sobre las
que solo había leído en el Penthouse Forum dejado en una caja en el garaje oculta, por
mi padre. Todo lo que hizo fue consolidar mi orientación. Si tenía alguna pregunta antes,
se había ido. Mi catecismo sexual fue minucioso y me dejó temblando y con ganas de
más.
Luego me guio hábilmente sobre qué hacer para hacer el amor con ella y descubrí
que me gustaba complacerla y la reacción que tenía a mi toque casi tanto como me
gustaba ser complacida. Casi. Cuando se corrió, era adicta a ella. Más tarde, recordando
su declaración anterior me hizo preguntarme a quién más en la ciudad podría haber
“desvirgado” antes que a mí y cuándo se cansaría de mí, ya que ya no era virgen.
Obviamente, tenía algo que la hacía volver por más (y esperaba que no fuera porque
follé como una aficionada porque creo que conquisté esa etapa incómoda y torpe en su
tercera visita).
Nos las arreglamos para encontrarnos al menos cuatro días a la semana durante el
mes siguiente, hasta la fatídica tarde en que mi madre llegó temprano a casa y con
nosotras tan metidas en nuestro sexo que no escuchamos cerrarse la puerta de abajo ni
llamarnos por nuestros nombres. Sin embargo, escuchamos la brusca inhalación y el
“querido y dulce Jesús” cuando abrió mi puerta y vio el rostro de la preciosa esposa de
su ministro enterrado en mi entrepierna.
Mirando hacia atrás, estaba agradecida con Jennifer por ser mi introducción física a
todas las cosas carnales. Despertó mi lesbianismo a la conciencia eterna... pero deseé que,
siendo la adulta experta en sexo y la que tenía el control, nos hubiera dirigido a algún otro
lugar que no fuera la comodidad de la casa vacía de mi madre. Solo estábamos rogando
que nos atraparan. Si hubiera sido cualquier cosa menos una adolescente cachonda,
anhelando este nuevo amor como un colibrí busca néctar, habría sugerido otro lugar para
tener sexo. Habíamos jugado con fuego y terminamos bailando con el diablo en lo más
profundo del infierno.
Capítulo 4
Me decidí por un nuevo lugar llamado The Night Shift. Más tarde descubrí que
llevaba abierto ocho años, por lo que solo era nuevo para mí. Era espacioso, con un
interior oscuro y un bar bien organizado, iluminado en su mayoría por luces navideñas
blancas que bordeaban las paredes donde se encontraban con el techo. Como apenas
pasaban de las nueve, estaba segura de que las luces de la casa se habían atenuado para
crear una atmósfera más romántica. Si no fuera por los dos enormes televisores de plasma
en los extremos opuestos de la sala, ambos mostrando diferentes cadenas de noticias con
el audio silenciado y la música a todo volumen de la máquina de discos y el golpeteo de
las bolas de billar, podría haber tenido éxito. No es que me importara; Solo estaba allí por
la bebida.
—¿Hunter? Hunter Roberge, ¿eres tú? —Tenía la impresión de que había cambiado 25
de apariencia en los últimos dieciséis años, pero obviamente no tanto como pensaba. Me
volví hacia la voz femenina y me saludaron los ojos atónitos de mi mejor amiga de la
secundaria, Lesley Riordan. ¿Cuáles eran las probabilidades?
—De todos los bares, en todos los pueblos, en todo el mundo, tenías que entrar en el
mío. —Me puse de pie para aceptar su inevitable abrazo.
—Me preguntaba si ibas a volver por su funeral. La última vez que vi a Dane y le
pregunté por ti, dijo que tú y tu mamá aún no se hablaban.
Ella se veía bien. Había crecido un poco más, lo que todavía la dejaba doce
centímetros más baja que yo y había mantenido una figura esbelta, excepto que en algún
momento había adquirido unas tetas enormes. Si eran naturales o de silicona, no tenía
idea, pero estaban fuera de proporción con el resto de su cuerpo y claramente la hacían
pesada en la parte superior. Las mías no eran pequeñas, pero no eran tan grandes como
las de ella y me dolía la espalda de cargarlas, no podía imaginar cómo se las arreglaba su
espalda. Si todavía corría, debía usar un sostén deportivo del infierno. Aparte de eso,
todavía se parecía a mi mejor amiga, solo dieciséis años mayor, con cabello castaño rojizo
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
con reflejos y ojos verdes excesivamente maquillados. Sin embargo, su rostro una vez
agradable ahora tenía una dureza que me sorprendió. Me preguntaba si nunca dejar esta
ciudad y lidiar con su represión de “buena chica” le había hecho eso.
—No lo hacíamos, pero por alguna razón, me ha dejado la casa, así que estoy de
vuelta aquí para lidiar con eso.
—Sabes, mejor que nadie, que mi madre y yo nunca nos llevamos bien, nunca
tuvimos una relación tradicional. Pretender que era otra cosa solo porque ahora está
muerta sería deshonesto y algo que no haré.
—Es verdad. —Luego se centró de nuevo en mí, sonriendo—. Bueno, los años sin
duda han sido buenos para ti.
—¿Los años? Jesús, Les, me haces parecer vieja. Solo tengo treinta y cuatro, como
tú, —le recordé innecesariamente. 26
—Bueno, te ves muy bien. ¿Ya has visto a tus hermanos?
—Acabo de venir de casa de Sam. He tenido que tratar con Dane. Por eso estoy aquí.
—Levanté mi cerveza para enfatizar.
—¿Me acompañas?
—Oh, no, no puedo. Estoy esperando una fiesta, —se dio la vuelta y señaló dos mesas
largas juntas en una esquina con cuatro botellas de champán saliendo de cubos de hielo,
dos en cada mesa—. He llegado temprano para instalarme. Oye... ¿por qué no te unes a
nosotros?
Lo último que realmente quería era ser sociable con un grupo de extraños. O un grupo
de viejos conocidos.
—¿Quiénes somos “nosotros”? —Sentí que era de buena educación averiguarlo antes
de negarme.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Es el trigésimo cumpleaños de Lisa, así que serán ella y mis padres y…
Ella rio.
Entró un grupo de unas diez personas y reconocí a sus padres de inmediato. Sin
embargo, un poco más grueso, un poco más gris, pero el señor y la señora Riordan.
Mientras Lesley los saludaba con la mano y señalaba sus mesas, me agarró de la manga
y tiró.
—Vamos, Hunter, sé que les encantará verte. Será como en los viejos tiempos.
—Sí, los viejos tiempos. Tu mamá me culpaba cada vez que nos metíamos en
problemas a pesar de que tú, —puse mi dedo en su estómago—, eras la autora intelectual. 27
¿Qué sucede si te emborrachas esta noche? ¿Te prohibirá verme durante dos semanas?
—Cuando me fui de aquí, ella pensó que era desenfrenada, gracias a la gran boca de
Phil Khaury, aunque yo... —La miré fijamente—, fui probablemente la única estudiante
de último año que no se acostó en el baile de graduación.
—No fue así, Les. No tuvo nada que ver con ninguno de ustedes y tuvo todo que ver
conmigo.
Mmm. ¿Era este el momento? ¿El lugar? ¿Finalmente iba a salir con mi mejor amiga
de la infancia, alguien de quien había estado alejada tantos años como la conocía? Por
supuesto. ¿Por qué no? Le había ocultado el secreto a este pueblo de mierda el tiempo
suficiente. No vivía aquí, ya no tenía que preocuparme por mi reputación o la de mi madre
y mis hermanos podían valerse por sí mismos. Sam se las arreglaría bien y solo podía
esperar que arruinara las aspiraciones políticas de Dane. ¿Y quién sabe? Tal vez a nadie
le importaría. Tal vez ya lo habían adivinado. Tal vez nadie se sorprendería.
—Está bien, ya voy —le dijo y luego se volvió hacia mí—. Vamos, Hunter, por
favor... al menos ven y saluda incluso si no te quedas —se quejó e hizo un puchero y saltó
sobre sus talones como una niña pequeña, sus pechos moviéndose amenazadoramente
hacia mí.
Mientras miraba alrededor del grupo, por supuesto, las personas que nunca había
conocido estaban desconcertadas, pero las pocas que reconocí, incluidos los padres de
Lesley, también parecían confundidos. Hice un escaneo rápido, tratando de averiguar cuál
era Lisa. Prácticamente había decidido que era la pequeña pelirroja ratonil al final de la
primera mesa, luciendo un poco irritada porque la gran celebración estaba siendo
interrumpida.
Me giré para ver quién me había reconocido. Ahora bien... por lo general en las
películas, cuando ocurre un momento como este, la película pasa a cámara lenta para
subrayar la magia de la ocasión. Y así es exactamente como esto se sintió. Miré hacia
abajo a uno de los rostros más naturalmente hermosos que podía recordar haber visto, lo
cual decía mucho, considerando que, en Los Ángeles, había caras bonitas a montones.
Tenía el cabello espeso y rubio claro que le llegaba justo debajo de los hombros, una
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
cautivadora sonrisa blanca revelada detrás de unos discretos labios rojos, una nariz
perfecta y fascinantes ojos verdes brillantes que me tenían como rehén mientras
intentaban transmitir un mensaje de que estaba demasiado deslumbrada para leer. Había
algo en sus ojos que me resultaba vagamente familiar, pero no podía ubicarla. ¿Quién
era? ¿Y cómo me conocía?
—Jesús, Hunter, puedes preguntarle directamente, está justo detrás de ti, —Lesley se
cruzó de brazos, divertida. 29
No, no podía ser. Giré rápidamente para ver a esa hermosa hechicera sonriéndome,
con los brazos también cruzados.
—¡¿Lisa?!
—Hunter, —reconoció. Solo la forma en que dijo mi nombre envió un escalofrío por
mi espalda. Estoy segura de que me veía estupefacta. Ella rio—. ¿Qué? ¿Aún pensabas
que a los treinta me vería igual que a los catorce?
Supongo que lo hice. Afortunadamente, había adivinado mal. Bueno, al menos ahora
sabía por qué me resultaba vagamente familiar. Dio un paso hacia mí y me estrechó en
un abrazo que disfruté demasiado. Era un abrazo de cuerpo completo, generalmente del
tipo que solo las lesbianas saben dar, pero Lisa siempre había sido una chica cariñosa, así
que probablemente estaba leyendo algo en la nada a través de ilusiones.
—Gracias —respondió en un tono que sonaba casi íntimo. Dio un paso atrás—. Por
favor, únete a mi fiesta, Hunter. Me encantaría que celebraras mi trigésimo cumpleaños
con nosotros.
No tuvo que preguntar dos veces. Incluso si no fuera gay, ciertamente no sería
demasiado duro para los ojos durante las próximas dos horas y sería preferible a ir a la
casa de mi madre y enfrentar esos recuerdos. Cogí una silla de una mesa vacía cercana y
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
la acomodé entre la secretaria de aspecto agobiado de Lisa y Lesley, que me sirvió una
copa de champán.
—¿Podemos terminar con este brindis, así puedo tener mi Martini? —dijo Dina
finalmente. Bueno, al menos ahora sabía por qué parecía tan impacientemente enfadada.
30
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 5
Me habían presentado por toda la mesa e intentando ser cortés con cualquier
conversación que se interpusiera en mi camino, no podía dejar de mirar a Lisa. Se había
convertido en una mujer deslumbrante, muy serena y brillante, y cada vez que me miraba
con esos intensos ojos verdes, francamente, me dejaba sin aliento. Su transformación de
niña inmadura a adulta sofisticada, de adolescente desgarbada a deslumbrante absoluta
había sido asombrosa. Lo que más recordaba de ella era que siempre nos seguía a Lesley
y a mí, queriendo ser incluida en todo lo que hacíamos. Ahora no me opondría a que me
siguiera a cualquier parte.
perdonado, ¿eh? Fue entonces cuando escuché a Lisa decir con una voz de reprimenda
leve:
—He pensado que a Hunter le gustaría decírnoslo, querida. Me refiero a que Sarah
se ha ido ahora, ¿qué diferencia podría hacer?
Ah, sí. Todo estaba volviendo a mí ahora. Mary Lynne Riordan. Pregonera. Si
alguien se tiraba un pedo en el lado opuesto de Otter Falls, la señora Riordan hablaba por
teléfono con su hermana antes de que se hubiera expulsado todo el aire. Debería haberles
dado las gracias por invitarme a unirme a la fiesta, disculparme y volver al bar, pero volví
a mirar a Lisa, que me miraba con una expresión de paciente comprensión y en contra de
mi buen juicio, a pesar de que estaba derritiéndome bajo su mirada, elegí quedarme.
—¿Qué es lo que haces como jefe de guardabosques? —Era Lesley otra vez.
—Sabes, esta es la fiesta de Lisa. —Me incliné hacia Lesley—, podemos reunirnos
y hablar de mí en cualquier momento mientras estoy aquí. Solo cumples treinta una vez.
—Volví mi atención a la invitada de honor, que parecía estar estudiándome con algo
parecido a la diversión—. Así que, de vuelta a ti.
—Nunca.
—¿Qué? ¿Una chica hermosa como tú? —intervino el señor Riordan—. ¿Qué les
pasa a todos esos hombres en la tierra de las frutas y las nueces? ¿Son todos
homosexuales?
—¡Padre! —Esa exclamación provino de ambas hijas de Riordan y me hizo reír. Los
padres de mi mejor amiga no habían cambiado.
—No, señor Riordan. Supongo que no soy del tipo que se casa. —No iba a entrar 33
ahora en mi sexualidad. Solo podía imaginar la reacción y estaría condenada si iba a
arruinar la noche especial de Lisa. Pero ya que estábamos en el tema y traería el foco de
nuevo a Lisa...— ¿Y tú, Lisa? ¿Casada? ¿Comprometida? ¿Divorciada? ¿Separada?
¿Novio? —¿Novia?
Miré alrededor de la mesa y todos parecían encontrar interés en otra parte hasta que
Lesley, en su mejor tono de alborotador, dijo:
Lisa abrió la boca para decir algo y la señora Riordan la interrumpió con un claro
escalofrío en la voz.
—¿Por qué no lo dejamos en que Lisa tampoco es del tipo que se casa?
—Vamos a cambiar de tema, ¿de acuerdo? —La sonrisa de Mary Lynne Riordan era
falsa y tensa.
Bueno, esto era interesante. ¿Con qué gran misterio Riordan me había topado?
¿Había estado Lisa con alguien influyente y la relación ahora había terminado, lo que de
alguna manera era vergonzoso para su madre? ¿Había estado involucrada con alguien que
sus padres no habían aprobado? Seguramente, Lisa y yo no podríamos estar compartiendo
el mismo “secreto”. ¿Podríamos? Eso era demasiado para esperar.
Mientras una pizca de tensión flotaba en el aire, observé lo que me rodeaba y decidí
ser yo quien cambiara de tema.
—Este es realmente un lugar agradable. Todos ustedes parecen cómodos aquí, ¿es
esta una parada familiar regular? —Miré alrededor de la mesa a cada miembro de la
familia Riordan.
—Oh, mamá, por favor, —se rio Lisa frotando el hombro de su madre—, si Vermont
permitiera las vallas publicitarias, Chesty habría puesto a sus hijas para que el mundo las
viera. Está orgullosa de esos cachorros.
—Bueno, ella no fue naturalmente bendecida como tú, querida —murmuró la señora
Riordan, volviéndose hacia su esposo, su expresión suplicando que la rescatara.
—Bueno, diablos, Mary Lynne, déjala mostrar las malditas cosas, Wally pagó lo
suficiente por ellas. Ciertamente espero que las disfrute tanto como ella.
—¡¡Douglas!! —La señora Riordan cerró los ojos y se escondió detrás de la mano.
—¡¿Qué?! —dijo encogiéndose de hombros, lanzando sus manos al aire otra vez.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Lisa se excusó para ir al baño y quise seguirla, para violarla contra la pared de uno
de los puestos. Sin embargo, permanecí sentada y escuché al señor Riordan parlotear
sobre una competición deportiva local y la señora Riordan luciendo agradecida por
cualquier distracción.
Cuando sus padres estaban bien ocupados y perdidos en la conversación con los
demás en la mesa, Lesley se inclinaba y decía en voz baja:
—¿Sí? ¿Cómo?
—Preguntando si Lisa está casada. Ese es un tema delicado para todos nosotros y
todos tratamos de evitarlo. Aunque ella no tiene ningún problema en decírselo a nadie, lo
que solo empeora las cosas.
—¿Y por qué es eso? —Oh, por favor, oh, por favor...
Mientras mi vertiginosa colegiala interior hacía un baile feliz y gritaba, ¡SÍ! y luego
cayó de rodillas, levantando su puño en el aire, no podía ignorar la manera disgustada en
que mi otrora mejor amiga me había presentado la situación. Su uso de las palabras
“pervertida” y “tortillera” se enfatizaron con una repulsión particular que me hizo
rechinar los dientes.
Mientras Lisa regresaba a la mesa, Lesley se acercó aún más y susurró lo que pensó
que era una advertencia.
—Sí, no tengo ninguna duda de que puedes patearle el trasero si se pasa de la raya.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Bueno —anuncié—, ha sido un día largo y los próximos días, sin duda, serán aún
más largos. Debo irme.
Antes de que pudiera decirle, “gracias, pero no gracias”, Lisa estaba a mi lado.
—Hunter, gracias por acompañarnos. Verte de nuevo ha sido un muy buen regalo de
cumpleaños. —Me abrazó de nuevo y la abracé, dándole un apretón extra. Si estuviera
viviendo aquí y hubiera estado presente para ayudar a tomar las críticas que habría
causado, es posible que simplemente la hubiera doblado en mis brazos y le hubiera
plantado un beso jugoso, solo para obtener una reacción. De acuerdo, no solo para obtener
una reacción, sino que habría sido un remanente que valió la pena.
—En este momento solo me estoy concentrando en tener los brazos llenos. —Sé que
debe haber sentido que se me cortó la respiración y que mi corazón comenzó a latir más
rápido.
Cuando dio un paso atrás, me guiñó un ojo y de repente sentí que no había nadie más
en la habitación excepto nosotras dos. No sé si alguien más notó o sintió las chispas entre
nosotras y realmente no me importó. No recuerdo haber sentido tal deseo por nadie en mi
vida. Pero antes de que realmente la tomara en mis brazos y la clavara con un beso
abrasador que habría hecho agujeros en los ojos de su hipócrita familia, automáticamente
asentí con la cabeza a todos y comencé a retroceder, agradeciendo al aire por permitirme
unirme a las festividades.
cualquier sentido común que me quedara. Algo que habría estado mal en tantos niveles
hace dieciséis años se sentía instantánea e indiscutiblemente correcto y sabía que tendría
muy poco control sobre mi libido, si es que tenía alguno, si la señorita Lisa Riordan o yo
tratábamos de buscarnos mientras estuviera aquí.
37
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 6
Dudé antes de abrir la puerta principal. Sabía que caminar dentro de esta casa iba a
ser abrumador en muchos niveles. Esperaba que la primera emoción que me golpeara
fuera la ira. Ira por lo que podría haber sido, debería haber sido un ambiente amoroso y
no lo fue, e ira por lo que se perdió hace tantos años y que nunca se podría recuperar.
Sentí ira con mi madre por hacerme sentir siempre tan inadecuada e ira con mi madre y
mi padre por hacerme enojar tanto.
Pero lo que sentí al cruzar el umbral fue tristeza. Tristeza por lo que podría haber
sido, debería haber sido un ambiente amoroso y no lo fue y tristeza por lo que se perdió
hace tantos años que nunca se podría recuperar. Sentí tristeza por mi madre por hacerme
sentir siempre tan inadecuada y tristeza por mi madre y mi padre por hacerme enojar
tanto. No solo tenía que hacer una limpieza física de la casa, también tenía que hacer una
limpieza psicológica.
Inmediatamente detecté el leve aroma del popurrí de canela y manzana que ella
siempre había esparcido por toda la casa e inesperadamente me atraganté. ¿De dónde
38
había venido esa emoción? Tragando el nudo bastante grande en mi garganta, encendí la
luz y, mientras mis ojos recorrieron la sala de estar y el pasillo, volví a ser la chica de
dieciocho años destruida que había salido por esa misma puerta por última vez hace
dieciséis años.
Caminando por la casa, las cosas comenzaban a sentirse más familiares de nuevo.
Aparte de actualizar las cortinas y una alfombra nueva, no había cambiado el lugar desde
que me fui. Subí las escaleras y me dirigí a mi antigua habitación, pensando que
probablemente la había convertido en un área de almacenamiento.
Al abrir la puerta, me sorprendió ver que todo estaba exactamente como lo había
dejado... excepto que había hecho mi cama (y lavado las sábanas, estoy segura). De hecho,
cuando encendí la luz tenue, casi parecía como si se hubiera convertido en un santuario.
Como mi autoestima estaba bastante destrozada cuando me fui, no recordaba haber tenido
tantas fotografías mías esparcidas por toda la habitación. Había artículos de periódico
laminados de mis logros en el baloncesto en mis años junior y senior, que sé que nunca
había pegado al espejo y mis trofeos estaban todos expuestos en mi escritorio. Solo podía
pensar que Sam debía haber colocado todos esos recuerdos allí... aunque no podía, por mi
vida, entender por qué mi madre los había dejado.
Fui por el pasillo y revisé los viejos dormitorios de mi hermano. El de Sam se había
convertido en una habitación de invitados y el de Dane ahora era un cuarto de costura, lo
cual no era sorprendente, siempre le había gustado hacer ropa y solía coser disfraces para
dos escuelas de baile locales diferentes en el momento del recital. Luego crucé el pasillo
hasta la habitación de mi madre.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Olía a ella. O el perfume con aroma a flores que siempre recordaba que usaba. Isla
gardenia, creo que era. Siempre era un regalo exitoso, un regalo sin fallas. Por lo general,
terminaba con al menos tres botellas cada mañana de Navidad; eso y algo que ver con su
costura. Me senté en su cama, que aún estaba dura como una roca. Siempre le gustó un
colchón “firme”, lo que se traducía en una losa de hormigón completamente inflexible.
Nunca entendí cómo eso podría haber sido beneficioso para la espalda de alguien. En su
mesita de noche había una fotografía enmarcada de ella, mis hermanos y yo, tomada por
Phil Khaury la noche de mi baile de graduación. Dios, yo era tan joven. Y todos
parecíamos tan engañosamente felices. Y había olvidado lo hermosa que ella solía ser.
Junto a la imagen yacían sus anteojos para leer, abiertos, listos para que se los pusiera.
Pasé mi pulgar sobre la montura y una vez más se me hizo un nudo en la garganta. Negué
con la cabeza. No tenía que ser así. Respiré hondo y me puse de pie, mis ojos
inspeccionaron las paredes y los pisos, notando que, a excepción de una alfombra nueva,
esta habitación tampoco había cambiado.
Mientras caminaba por la sala de estar hacia el estudio, comencé a oler algo
asqueroso. Cuanto más me acercaba, más abrumador se volvía. Y luego me acordé de
Orion. ¿Dónde estaba? No me gustaba especialmente la gata kamikaze, pero tampoco
quería encontrarla muerta. Cuando llegué al cuarto de lavado, fuera del estudio, descubrí
la fuente del poderoso olor. La caja de arena estaba llena de mierda, como si no la
hubieran cambiado en mucho tiempo. Luego miré al otro lado de la habitación al plato de
comida y agua de Orion. Ambos parecían estar completamente secos. Negué con la
cabeza. Evidentemente nadie había sido designado para cuidar de la gata. Por supuesto,
también podría haber una historia detrás. Conociendo a Orion, alguien podría haber
intentado darle de comer y sacar un muñón ensangrentado.
Vacié y limpié la caja de arena y luego fui a buscar a Orion, llamándola por su
nombre, pero fue en vano. Si no estuviera muerta por asfixia o inanición, intentaría llenar
sus cuencos con agua fresca y atún que había encontrado en la despensa. El olor a pescado
debe haberla sacado de su escondite cuando escuché un suave maullido emanar detrás de
mí. Al darme la vuelta, vi a la hermosa abisinia teñida de herrumbre e inusualmente
malhumorada, mirándome, tristemente, con ojos negros rodeados de bordes verdes. Sus
ojos en modo ataque.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—No me maúlles como una debilucha, pequeña terrorista, sé de lo que eres capaz.
—Puse su plato de comida en el suelo junto al agua y trotó hacia él, prácticamente
inhalándolo de un bocado. La pobre gata estaba hambrienta.
Tomé el teléfono en la sala de estar y marqué el número de Sam. Sabía que se estaba
haciendo tarde, pero no tenía dudas de que estaba despierto, probablemente todavía
entreteniendo a los invitados. Cogió el teléfono al tercer timbre.
—Sam. Hunter. Escucha, ¿se suponía que alguien estaba atendiendo a Orion?
Eso imaginé.
—Bueno, no lo ha estado haciendo. Pensaba que iba a tener que llamar a un equipo
de materiales peligrosos y a la morgue de gatos. —Le expliqué lo que había encontrado
y escuché el suspiro de disgusto de Sam.
—No, no importa. Estoy segura de que no servirá de nada de todos modos. —Estudié
a Orion, mientras tomaba unos tragos de agua—. ¿Estás seguro de que mamá quería que
la tuviera?
—¿Ataúd abierto?
—Sí.
—Voy a pasar.
—Sam, no tengo que hacer nada, ¿de acuerdo? Número uno, a menos que mamá haya
cambiado drásticamente, era muy reservada y habría odiado un ataúd abierto y, dos, elijo
no recordar a nuestra madre de la forma en que se ve muerta en una caja. Y no aceptaré
las condolencias de la gente cuando obviamente todos en esta ciudad saben que no hemos
hablado en casi la mitad de mi vida y saben que decirme “lo siento” son solo palabras
vacías. —Había sonado un poco más a la defensiva de lo que pretendía.
—Um... escucha... ha sido un largo día y estoy un poco irritable. Tal vez después de
una buena noche de sueño...
—Sí. Entiendo, Hunter, de verdad. Duerme un poco. ¿Quieres venir a tomar un café
por la mañana?
—Déjame llamarte. Mi reloj biológico todavía está en una zona horaria diferente,
podría dormir más allá de la hora del café.
—Además, solo para que lo sepas, Dane está realmente en pie de guerra por este
asunto de la casa, así que prepárate para cualquier cosa. Está bastante borracho en este
momento. Simplemente no te sorprendas si aparece para un espectáculo.
—¿Esta noche? Si aparece esta noche, podría estar mirando por el cañón de mi Smith
& Wesson.
—No, —me reí—, pero Dane no tiene por qué saber eso.
Llevé mi botella vacía a la cocina, subí las escaleras para darme una ducha antes de
acostarme.
42
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 7
Bajé las escaleras, muy renovada después de mi ducha, sequé mi cabello con una
toalla y fui a la nevera, saqué una cerveza, quité la tapa. Quería una más para relajarme
antes de intentar dormir un poco. Acababa de tomar un trago de la bebida helada cuando
escuché un golpe en la puerta. Miré el reloj. Una y veinte. Empecé a arder. Solo podía ser
Dane, que había bebido demasiado en casa de Sam y ahora probablemente tenía el
estímulo del alcohol para confrontarme en este asunto de la casa. Nada como el pequeño
hijo de puta no perdiendo el tiempo.
Abrí la puerta y la dejé abierta, lista para reventar a mi hermanito cuando, en lugar
de su mirada brillante y su carita llorona y arrugada, vi los ojos esmeralda y la sonrisa
impecablemente hermosa de la mujer que había ocupado casi todos mis pensamientos y
algunas mini fantasías durante los últimos noventa minutos.
Sabía que estaba preguntando si había asumido correctamente que también era
lesbiana. Parpadeé hacia ella, perezosamente, solo absorbiéndola.
—Pues, me encantaría.
Pasó a mi lado y miré hacia afuera antes de cerrar la puerta. No vi ningún coche que
no fuera el mío aparcado cerca de la casa.
—Como esperaba estar bastante mareada esta noche, me las arreglé para no conducir.
Eso me detuvo.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Oh, desde casi al mismo tiempo que tuvimos plomería interior y el aguardiente
casero se volvió ilegal.
Sabelotodo.
—¿El aguardiente casero es ilegal? Bueno, eso es todo, no puedo quedarme aquí. —
No pude evitar la sonrisa que tenía mente propia cada vez que la miraba—. ¿Te gustaría
una cerveza?
—Hmmmm... —Indecisión alimentada por el alcohol—. Está bien, tal vez una. —
Me siguió a la cocina.
Dejó de beber a medio sorbo, sonriendo, con la botella todavía en los labios.
—Es por eso que estás aquí, ¿no? —Esta era una de las seducciones más rápidas y
suaves en las que había estado involucrada. El escenario prácticamente se estaba
escribiendo solo.
—No hablemos de cuando tenías esa edad. —Me acerqué a ella ya que no podía
resistirme más y me quedé a solo unos centímetros, mirando hacia abajo a sus hermosos
y reveladores ojos.
—¿Por qué? Te hace sentir un poco sucia, ¿verdad? —exhaló, su voz baja y
entrecortada, mientras me devolvía la mirada de anhelo. Me acerqué mientras retrocedía
hasta que su espalda se topó con el refrigerador—. No pierdes el tiempo, ¿verdad?
—Habría dicho que he estado esperando dieciocho años por este beso. Creo que es
suficiente.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—He estado esperando casi dos horas por este beso. Eso es un récord para mí. —
Nuestros labios casi se tocaban.
—Guau —respondí con voz ronca. Y luego la estaba besando. Y ella me estaba
besando. Las dos aún sosteníamos nuestras botellas, mi mano libre en mi bolsillo, la de
ella apoyándose contra el refrigerador, apoyándome en ella mientras profundizábamos el
beso, mi cuerpo hormigueando por el contacto. Se sentía extrañamente familiar y
emocionantemente nuevo. Mientras el beso continuaba, coloqué mi cerveza en el
mostrador y fácilmente le quité la suya de la mano y dejé que se uniera a la mía. Los
brazos rodeando los hombros y la cintura, acercándonos más, sus curvas encajando muy
bien con las mías, me hizo sentir como si siempre hubiera pertenecido allí, como si
hubiera vuelto a casa.
Asintió.
—Sí. —Respiró hondo—. Eso ha sido bastante intenso... y todo lo que esperaba que
fuera. Pero supongo que sería irresponsable de mi parte si no te preguntara si realmente
eres un perro de caza o solo bromeabas sobre eso... porque... No he traído ninguna
protección.
—He tenido mis días, créeme. Pero mi último, uh, encuentro fue hace unos seis meses
con una mujer cuya historia conozco muy bien. Mi último examen físico fue hace seis
semanas y di negativo para cualquier cosa que debería causar preocupación, deberíamos,
ya sabes, llegar arriba... —Absorbió esta información con una sonrisa de alivio—. ¿Tú?
Estaba vacilante. Oh, oh. Bajó los ojos al suelo y luego dijo en voz baja:
Sé que me sintió tensarme en sus brazos y el reflejo me hizo querer dar un paso atrás,
pero obviamente lo esperaba y sus brazos me aseguraron en el lugar.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Es alguien a quien he estado viendo durante cuatro años. Es difícil de explicar.
—Vive en Nueva Jersey. Nos reunimos tal vez una vez al mes más o menos. Es...
básicamente más de estar en una rutina que en una relación. Hemos hablado de dejarlo
un par de veces, pero porque es muy conveniente para las dos y ninguna de nosotras
queremos volver a entrar en el mercado de las citas de nuevo, simplemente no lo hemos
hecho. Realmente se ha convertido más en algo como dormir de vez en cuando con una
buena amiga.
Bueno. Eso podría calificar como una “especie de” novia. ¿Estaba diciendo la
verdad? Supongo que si hubiera querido ocultar el hecho de que no estaba disponible, no
lo habría mencionado en absoluto. ¿Y qué me importaba? Solo iba a estar aquí el tiempo
que fuera necesario para poner la casa en el mercado. Aunque, si algo podría hacerme
cambiar de opinión acerca de quedarme un poco más, sería la promesa de poder sostener
a esta mujer en mis brazos tan a menudo como fuera posible.
—Entonces, ¿por qué tu “especie de” novia no está aquí esta noche para celebrar el
gran tres cero contigo? 46
—Su hermana, que vive en Texas, ha tenido un bebé. Está ahí, ayudando durante una
semana.
—Ah. —Mi mano se deslizó hasta la parte posterior de su cuello y junté nuestros
labios nuevamente para un beso tórrido y duradero que nos hizo gemir a ambas. Empujé
mi rodilla hacia adelante y acomodé mi muslo entre sus piernas, una acción que la hizo
interrumpir temporalmente nuestro beso y jadear. Cuando sus labios se unieron con
avidez a los míos, comenzó a girar ligeramente contra mí y me llevó a necesitar más y no
estaba segura de poder esperar hasta que subiéramos las escaleras.
Tomé su trasero mientras ella agarraba mis hombros y la levantaba para que pudiera
envolver sus piernas alrededor de mi cintura, balanceándola y sentándola en el mostrador
de la cocina, sin romper nunca el contacto. Moví mis dedos entre nosotras, rozándolos
sobre su pecho, sintiendo su pezón endurecido a través de la tela de su camisa, frotando
suavemente la punta con la palma de mi mano. Estaba a punto de empezar a desabrocharle
la blusa cuando una voz detrás de nosotros rompió el hechizo.
—Bueno, bueno, bueno... no es algo especial... —Me giré rápidamente para ver a
Dane, apenas capaz de ponerse de pie, sosteniéndose contra la puerta.
—¿Has conducido hasta aquí? —Me alejé de Lisa y apoyé los puños en mis caderas.
Hablando de arruinar un momento.
—No, mi esposa está en el auto, esperándome. ¿Por qué? No me digas que estás
preocupada.
—¿Por ti? No. Pero me preocuparía quien sea que esté compartiendo el camino
contigo.
—No, habría esperado hasta que te subieras a tu auto y llamar a la policía para
denunciar a un conductor ebrio. 47
—Sí, también lo harías, perra.
—Escucha, pequeño imbécil, ahora esta es mi casa. No tienes derecho a usar tu llave
solo para entrar cuando te apetezca. Te estoy advirtiendo ahora mismo que estás entrando
sin autorización. Si haces esto otra vez, hare que te arresten.
—¡No pedí esta casa! —Le disparé—. Y este no es el momento de discutir esto.
Ahora saca tu pequeño culo rechoncho de aquí antes de que realmente llame a la policía.
—Dane, solo te voy a pedir una vez más que te vayas y luego te voy a echar
físicamente. Y sabes que todavía puedo hacerlo. —Mi tono era uniforme, pero no había
duda de mi intención.
—Está bien, está bien, está bien. Me voy. —Se dio la vuelta, tropezó y casi se cae
antes de recuperar el equilibrio. Levantó el dedo índice en el aire—. Pero esto no ha
terminado, Hunter... o tal vez debería empezar a llamarte Cunter8.
Eso fue todo. En tres pasos puse mi mano en la nuca y lo ayudé a llegar a la puerta,
abriéndola con mi mano libre.
—No vuelvas a venir aquí sin una invitación directa, pequeño monstruo triste y
patético. —Agarré su cuello y su cinturón, levantándolo, con la esperanza de darle un
calzoncillo infernal, y por la voz chillona con la que estaba tratando de protestar, creo que
lo logré, y lo empujé afuera. Agitando los brazos, se impulsó hacia adelante y en tres
pasos gigantes, sus piernas se doblaron debajo de él e hizo una plancha de cara en el jardín
delantero.
—¡Dane! —gritó su esposa, mientras salía del auto. Me miró y pensé que podría
empezar a gritarme hasta que empezó a golpearlo con el puño.
—¡Te he dicho que no vinieras aquí, tonto hijo de puta! ¡Sabía qué harías el ridículo!
Tal vez después de esta noche, mi hermano pequeño estaría buscando el divorcio
número tres.
48
Capítulo 8
—Me disculpo por eso. —Todavía podía sentir su fantasma en mis brazos, aún podía
sentir sus labios sobre los míos y lo deseaba mucho de nuevo.
—Está bien, entonces, me disculpo por lo que ha interrumpido —le ofrecí con
sinceridad.
Eso trajo una sonrisa afectuosa a su rostro y miró hacia abajo, recatadamente, antes
de capturar mis ojos nuevamente con los suyos.
49
—Yo también. —Caminó lentamente hacia mí—. ¿Esto va a causarte un problema?
Supongo que nadie sabe que eres lesbiana.
—Hasta donde sé, nadie aquí sabe que soy lesbiana, excepto tú, pero todos donde
vivo saben que lo soy. Estoy muy fuera del closet. Y mientras estamos en ese tema,
déjame decirte que me parece admirable que estés tan afuera aquí. Eso requiere agallas.
—No son tanto las agallas como la paciencia. Al principio fue difícil, pero ahora no
es un problema.
—Me quieren mucho, pero sienten que mi orientación es un asunto privado y que no
le incumbe a nadie, mientras que siento que es tanto lo que soy como ser diestro, así que
no hay razón para ocultarlo.
—La actitud de tus padres de no querer que seas tan abierta puedo entenderla, para
esta área, cómo de alguna manera piensan que se refleja en ellos. No estoy de acuerdo
con eso, pero lo entiendo. Pero, ¿qué pasa con la actitud de tu hermana? —Sé que mi tono
rayaba en ofendido.
Dio un paso más cerca y se estiró, pasando sus dedos de un lado a otro sobre el
dobladillo de mi camiseta.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Se casó con dos hombres muy controladores. Ambos muy obstinados y sus
pensamientos se convirtieron en sus pensamientos porque sí. ¿Sabes a lo que me refiero?
—Lo tienes. Así que mi hermana, el camaleón, dice que cualquier cosa que hará que
sienta que su esposo se sienta orgulloso de ella y cualquier pensamiento ridículo que él
tenga ese día, ella adopta ese punto de vista como propio.
—Sí, bueno, cayó en la trampa que mis padres le pusieron de que su vida no estaría
completa sin un esposo y lo creyó. O, al menos, quería hacerlo. —Su otra mano se deslizó
alrededor de mi cintura.
—¿Yo? —Cerré los ojos, poniendo mis brazos a su alrededor, sosteniéndola contra
mí. Como si Dane nunca nos hubiera interrumpido, casi instantáneamente regresé a mi
avanzado estado de excitación.
—Sí, tú. Siempre lo fuiste para mí, desde el momento en que pude sentir deseo por
alguien. Nunca quise estar con nadie más que contigo. Fue entonces cuando supe que
ningún hombre podría generar en mí el anhelo que sentía por ti.
—Tenías catorce años cuando me fui. —Estaba casi jadeando, mi impulso de hacerle
el amor era tan claro y fuerte.
La silencié con un beso tan ardiente que el calor por sí solo debería habernos derretido
a ambas. Estaba abrumada por los sentimientos devotos de Lisa hacia mí, asombrada por
la pasión que me estaba mostrando y un poco aturdida por las poderosas emociones que
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
estaba provocando en mí. Era como si siempre la hubiera deseado tanto como obviamente
ella siempre me deseó.
La sensación de sus labios sobre los míos fue, a la vez, liberadora y conquistadora.
No quería que terminara, pero quería pasar a lo que fuera que apagara este furioso infierno
en mi centro. Nos quedamos allí y trabajamos ese beso continuo, tocándonos, hasta que
no pude soportarlo más.
—Lisa, ¿quieres llevar esto arriba? —Mi voz estaba ronca por el deseo.
—Oh, Jesús. —Mi cabeza cayó hacia atrás cuando solo la idea de eso me galvanizó.
Bajé la vista hacia unos ojos verdes silenciosamente emocionados y una sonrisa
confiada y sensual que inflamó mis propios deseos a un nivel aún más elevado.
—Mmmmm. Gracias. Pero no es como para dejarlos aturdidos, ¿sabes? —Dios mío,
era hermosa, solo una mezcla perfecta de, bueno, todo. Y había una dulzura en su
sensualidad que era una combinación extraordinaria que definitivamente trabajaba a su
favor.
—Si te hace sentir mejor, tampoco puedo creer que esté aquí contigo. —Nunca
hubiera predicho que me encontraría con la molesta hermana pequeña de mi mejor amiga
de la escuela secundaria, y mucho menos, terminaría en la cama con ella. Y, para empezar,
sentir que siempre estuve destinada a estar allí. Tendida encima de ella, completamente
vestida, empezaba a sentirse como una tortura.
—Primero, no creo que eso sea posible y segundo, vaya, ciertamente tienes un ego,
¿no?
Me incliné y la besé con ternura, una acción muy diferente de lo que ya habíamos 52
experimentado antes. Su lengua suplicaba entrada a mi boca y no sé la negué. Después de
unos deliciosos minutos de ello, levanté la cabeza y estaba a punto de recorrerla.
Joder. ¿Cuándo llegó a ser tan caliente? Por supuesto. ¿Por qué no querría
desnudarla? Me posicioné de modo que pudiera obtener el máximo efecto.
Metódicamente, desabotoné su blusa y la abrí para encontrar un sostén muy lleno que se
desabrochaba en el frente. Me encantaban esas cosas, mucho menos torpes. Había pasado
muchas mañanas disculpándome por la condición de un sostén que había terminado
arrancado del cuerpo de mi compañera de cama porque estaba impidiendo
frustrantemente el flujo de los juegos previos.
Pasé ambas manos por las copas de la prenda y luego por sus abdominales bien
definidos y su estómago apretado. No necesitaba preguntarle si hacía ejercicio
regularmente, era obvio. Desabrochándose los jeans, levantó ligeramente su trasero de la
cama mientras se los quitaba, dejándolos caer al suelo y luego volví mi atención a la mujer
semidesnuda que se mostraba frente a mí.
Me miró a los ojos todo el tiempo, teniendo un gran placer en la forma en que tomé
cada curva, cada centímetro de su cuerpo expuesto. No pudiendo esperar hasta que
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Ya lo veo. —Me agaché y tiré de ella hacia mí por su blusa abierta, quitándosela
y su sostén y luego la volví a acostar. Pasé mi mano sobre sus bragas para encontrarla
empapada—. Estas tienen que quitarse —anuncié innecesariamente, mientras las quitaba.
Observando su forma acostada en todo su esplendor, no sabía por dónde empezar.
Sus ojos se encontraron con los míos y me agarró la muñeca de nuevo, asegurándose
de que no la perdía ya que estaba tan cerca del precipicio. Se movía contra mí,
participando plenamente, cuando su agarre se hizo más fuerte y la escuché contener la
respiración durante lo que pareció ser un período de tiempo peligroso y luego explotó con
un gemido que me sacudió como una corriente eléctrica.
Antes de que recuperara completamente el aliento, agarró mi cara con ambas manos
y la atrajo hacia la suya, besándome con una voracidad que coincidía con su clímax.
Todavía acariciándola ligeramente, moví mis dedos más abajo, rodeando su abertura, lo
que provocó otro gemido. Abrió las piernas y entré fácilmente, provocando un jadeo muy
placentero. Durante los siguientes quince minutos, nos besamos febrilmente mientras
bombeaba mis dedos dentro de ella y empujaba contra mi caricia, llevándome más
profundo.
Rompió nuestro beso el tiempo suficiente para decirme que sentía que casi estaba
llegado. Moví los dedos hacía atrás, curvándolos, sintiendo ese lugar que sabía que la
empujaría y luego continué con mi ritmo. En menos de un minuto, se aferraba a mí,
clavando sus uñas cortas en mis hombros, jadeando pesadamente en mi oído hasta que,
una vez más, inhaló hasta soltar, corcoveándose y arqueándose, diciendo mi nombre una
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
y otra vez en un salvaje gruñido indefenso. La sostuve hasta que su cuerpo se asentó en
su reacción al orgasmo bastante fuerte. Mantuve mis dedos inmóviles dentro de ella
mientras respiraba pesadamente en mi cuello.
—¿Hacer qué?
—No. Ni siquiera podía creerlo cuando te he dicho que estaba cerca. Pero al menos
ahora sé de qué se trata todo este alboroto.
—No lo será si tengo algo que decir al respecto. —Besé su frente. ¿Qué diablos había
estado haciendo su “especie de” novia en la cama con ella durante los últimos cuatro
años?
—Eventualmente. Solo que todavía no. —Le guiñé un ojo, la besé y me deslicé por
su cuerpo.
—Oh, Dios mío, —medio rio, medio gimió—. No sé si mis regiones inferiores
pueden soportar esto...
—Solo hay una forma de averiguarlo —le dije mientras la separaba, limpiando los
residuos anteriores de mi trabajo manual. Tenía un sabor excepcionalmente increíble e
inmediatamente supe que nunca iba a tener suficiente de esto. Me quedé acariciado en mi
pequeño rincón peludo para otro orgasmo extenso hasta que me rogó que parara.
Deslizándome de nuevo por su cuerpo magníficamente en forma, colapsé a su izquierda,
tirando de ella encima de mí.
—Tómate todo el tiempo que necesites —le dije sintiéndome muy contenta, un poco
engreída y de repente muy cansada.
Le sonreí.
55
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 9
Me desperté, sintiendo que no estaba sola, sino demasiado confusa para conectar los
puntos de inmediato. Luego, mientras el recuerdo de la noche anterior se filtraba en mi
cerebro con jet lag, abrí lentamente los ojos para ver una cabeza rubia en mi hombro y su
cálido cuerpo desnudo acurrucado contra mí. Sonreí mientras me llenaba la viveza de
hacer el amor dulcemente con esta mujer tan especial y le apreté el hombro con más cariño
del que creía tener en mí.
—Mmmm, no, no era necesario. El recuerdo y los efectos de lo que has hecho antes
de quedarte dormida ha sido suficiente para mantenerme despierta.
—El agotamiento me ha atrapado hace unas dos horas. A pesar de tus ronquidos. —
Me besó la barbilla y apoyó la cabeza sobre mi pecho derecho.
—Está bien. Pude ver anoche en el bar que estabas cansada. Estaba siendo muy
egoísta, lo sé. —Se levantó sobre su codo, mirándome de nuevo—. Pero quería darme el
mejor regalo de cumpleaños. Sin embargo, solo he obtenido la mitad de mi deseo.
Sé que debería haberme levantado y cepillado mis dientes antes de besarla de nuevo,
pero no pude resistirme. Y no parecía importarle mientras se me subía, estirándose sobre
mí, profundizando el gesto, que comenzaba a licuar mi parte inferior del cuerpo. Liberó
sus labios de los míos y se incorporó, sentándose a horcajadas sobre mis caderas, 57
dándome otra oportunidad de deleitar mis ojos con su magnífico cuerpo. Sentir su
humedad en la parte baja de mi vientre me hizo querer darle la vuelta y follarla sin sentido.
Estirándome, ahuequé sus senos y luego bajé mis manos por sus costados hasta que
descansaron sobre sus muslos.
—Jesús, eres buena en esto. —Era un pensamiento que se había dicho en voz alta.
»Entonces, ¿puedes enseñarme a respirar por mis oídos de esa manera? —pregunté
causando que se riera y descansara su cabeza en mi muslo.
—Claro. Tan pronto como me enseñes este pequeño truco. —Movió los dedos antes
de retirarlos lentamente y trepar por mi cuerpo, posándose encima de mí, trazando mis
labios con los dedos que acababan de estar dentro de mí
—No particularmente.
—Mis padres querían que fuera a almorzar, pero puedo pasar de ellos.
—Diría que la adulación te llevará a todas partes, pero eso es un cliché y evito los
clichés como la peste —bromeé haciéndola reír de nuevo. Me encantaba la forma en que
arrugaba la nariz cuando se reía o sonreía de par en par—. Te diré algo... realmente me
gustaría acurrucarme contigo, así que ¿por qué no tratamos de dormir un par de horas más
y decidimos el resto de nuestro día a partir de ahí?
—¿Sí?
—Bienvenida a casa.
₪₪₪₪₪
Mirando el reloj, gemí, sabiendo que la mitad del día ya había pasado y todavía
necesitaba hacer una aparición en casa de Sam en algún momento. Mejor voy allí que él
aparezca aquí. Un hermano que me atrapó con los pantalones prácticamente bajos antes
de que tuviera la oportunidad de hablar con ellos ya era bastante malo. Quería decírselo
a Sam yo misma y que la noticia no viniera desde la perspectiva distorsionada de Dane.
Estirándome mientras salía de la cama, me puse la misma ropa que había usado
después de la ducha la noche anterior. Fue entonces cuando me di cuenta de que la ropa
de Lisa todavía estaba en el suelo, lo que fácilmente me sacó una sonrisa muy cálida.
Estaba en algún lugar de esta casa... desnuda.
Sin embargo, mi primera orden del día tenía que ser el alivio de mi vejiga.
De regreso del baño, pasé por mi antigua habitación y vi que la puerta estaba 60
entreabierta y sabía que la había cerrado la noche anterior. Asomándome, vi a Lisa,
inclinada cerca del tocador, leyendo uno de los recortes de periódico de hace tanto tiempo.
Y estaba usando mi viejo albornoz, que le quedaba muy grande. Se veía adorable.
—¿Has encontrado algo interesante? —Sabía que se había enterado que estaba
levantada porque podías oír el ruido del inodoro a tres estados de distancia.
—Recuerdo estos partidos de baloncesto como si fueran ayer. Nos llevaste a las
eliminatorias y luego a los campeonatos. —Giró y caminó hacia mí—. Fui a cada uno de
tus partidos.
—Oh, Dios mío... lo hiciste, ¿no? —Tomé su rostro entre mis manos y la besé con
ternura, luego la rodeé con mis brazos—. Y era tan mala contigo a veces. ¿Cómo pudiste
haber sido tan leal?
—No eras realmente mala... per se... estabas obviamente molesta. Vamos, era un
poco pesada, —se rio.
—Tuviste tus momentos —estuve de acuerdo—. Siempre pensé que nos seguías todo
el tiempo porque querías ser como tu hermana o simplemente no querías quedarte fuera.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—¿Yo? ¿Querer ser como Lesley? Uh... no. —Negó con la cabeza, enfáticamente—
. Nunca quise ser como Lesley.
Tomando su mano en la mía, la llevé escaleras abajo a la cocina. Mientras ella llenaba
de agua la cafetera automática, fui en busca de un poco de café. Abriendo la puerta de un
armario, en lugar de lo que estaba buscando, encontré tres latas de comida para gatos que
me recordaron que necesitaba alimentar a Orion. Saqué una lata y la sostuve en la mano
mientras seguía buscando café.
Lisa preparó café mientras alimentaba a la gata y luego regresé a la cocina para
aceptar una taza caliente y un rápido beso antes de sentarnos a la mesa, una frente a la
otra.
—Creo que me dará problemas en general. Creo que ha esperado los últimos dieciséis
años por esto. Y creo que cree que anoche le dará un poco más de munición. Pero creo
que Sam podría ser el único al que le dirá: y espero llegar a Sam primero, porque lo último
que va a querer es que la gente sepa que tiene una hermana lesbiana, especialmente
cuando está aumentando sus apuestas políticas al postularse para el Congreso.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Y no creas que no es tentador. Supongo que esperaré y veré qué tan sucio quiere
pelear.
Nos sentamos allí y charlamos con otra taza de café y luego volvimos arriba para
ducharnos, algo que hicimos juntas, empañando el baño con algo más que agua caliente.
No podía tener suficiente de ella. No me cansaba de tocarla, de mirarla y sobre todo de
no escuchar su voz gimiendo mi nombre en éxtasis.
Cuando terminamos, nos vestimos y discutimos lo que ambas íbamos a hacer esa
tarde. Lisa había decidido que después de todo se reuniría con sus padres para un
almuerzo tardío. Hubiera preferido pasar el día conmigo, como lo haría con ella, pero
necesitaba ocuparme de algunos asuntos y ella quería recoger a sus perros de “la abuela
y el abuelo”. Habían estado en la casa de sus padres durante una semana mientras 62
instalaba nuevos azulejos en la cocina.
Como hacía un calor inusual para octubre, le quité la capota y dejé que el sol me
golpeara los once kilómetros desde la casa de mi madre hasta el extremo sur de la ciudad.
Después de devolver el vehículo y arreglar eso, llevé a Lisa a su casa para que pudiera
cambiarse de ropa. No quería presentarse en la casa de sus padres con el mismo atuendo
que tenía la noche anterior. Me invitó a pasar, pero rechacé cortésmente. No podía confiar
en mí para mantener mis manos lejos de ella y entonces ninguna de los dos lograría nada.
Bueno... cualquier cosa productiva, eso es.
Capítulo 10
—Por el amor de Dios, Hunter, no tienes que llamar, eres familia. —Me dio un golpe
juguetón en el hombro cuando pasé junto a ella—. Dormiste el jet lag, ¿verdad? —
preguntó mientras me seguía escaleras arriba a la cocina. Me pareció captar una pizca de
sarcasmo en su tono.
63
—Más o menos —respondí sin comprometerme—. Eso siempre lleva unos días.
—¿Especialmente si has estado despierta toda la noche? —preguntó con una ceja
levantada y expresión divertida. Me tendió una taza—. ¿Café?
—¿Baileys?
—Hace unas dos horas. Y, oh, los nombres con los que te estaba llamando...
Tomé un sorbo, mirándola por encima del borde de la taza. No parecía estar
desanimada en lo más mínimo.
—De hecho, estoy sorprendida de que pueda hablar, en la condición en la que estaba
anoche.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Sí. Pero no te preocupes, cuanto más tiempo esté en el cargo, más enemigos se
hará. Si lo votan en el congreso, me sorprendería. Y... hablando de abogados... —Había
de nuevo una mirada de diversión.
—Le dijo a Sam, quien me lo dijo a mí, que te atrapó teniendo sexo con Lisa Riordan
en la cocina.
—No estábamos teniendo sexo. —Tomé otro sorbo de café mientras se cruzaba de
brazos y esperaba pacientemente el resto—. Estábamos besándonos. Tuvimos sexo más
tarde.
64
Asintió y sacudió la cabeza, riéndose.
—Bueno, tengo que decirte, Hunter, tienes un gusto excelente. Lisa Riordan es muy
respetada por aquí. Persiguió algunas empresas bastante grandes por sus violaciones de
las leyes ecológicas estatales y ganó. Sin mencionar que es elegante y bastante hermosa.
—¿Lo sabían? —¿Por qué cuando tomamos la decisión de finalmente salir del clóset
con la familia y los seres queridos nos sorprende que nadie se sorprende?
—Bueno, sí. Vamos, Hunter... eras la mejor atleta en la escuela secundaria, le dijiste
a Sam que todos esos chicos con los que supuestamente saliste eran en realidad solo
amigos, que casi le pateas el trasero a Phil Khaury por decirle a la gente que hizo algo
contigo que no hizo y que Sam no fuera a patearle el trasero…
—¿Sam? ¿Patearle el trasero a alguien? —Sonreí solo por la imagen que estaba
recibiendo. Phil habría aniquilado a Sam y luego habría tenido que darle una paliza a Phil,
lo que habría humillado a mi hermano mayor y a Phil, pero no me importaba la reputación
de Phil.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Hunter, Sam te ama. Solo quiere que seas feliz. No le importa con quién te
acuestas, tu vida sexual no es asunto nuestro.
—Diablos, creo que es caliente. No es que quiera probarlo, pero ¿tú y Lisa Riordan?
Muy caliente. —La expresión de su rostro en realidad me estaba haciendo sonrojar—. 65
Ciertamente no perdiste el tiempo anoche, ¿verdad?
—Oh, dios... —Mi barbilla tocó mi pecho. Hasta aquí la privacidad y la discreción.
Mis mejillas estaban ardiendo—. Voy a matar a Dane.
—Haz cola, —se rio Sam. Sacó una botella de agua de la nevera y la abrió, tomando
un largo trago—. Entonces, ¿estás segura de que no vas a venir al velatorio de mamá?
—No, pero gracias por preguntar. —Traté de restarle importancia. Me encantó cómo
después de que hizo su pequeño comentario, no fue gran cosa e inmediatamente pasó a
otra cosa.
—Más pequeña. Fue extraño. Sin embargo, todavía puedo sentir su presencia allí. —
De repente deseé que Trina hubiera agregado un poco de crema irlandesa Baileys a mi
café.
—Ya sabes cómo era. Tenía algo en la cabeza, su orgullo nunca le permitía creer
nada menos, incluso si sabía que estaba equivocada. O, al menos, admitir sus errores.
—Traté de verla cuando estuve aquí para el funeral del tío David. Tuvo nueve años
para tragarse su orgullo y al menos hablar conmigo. Sam, que me hablara es todo lo que
quería. Me lo dejó claro. Lo entendí. No solo me lo restregó por las narices, sino que me
pisoteó la cabeza. No veo dónde puedes clasificar eso como amor —dije enojándome de
nuevo.
—No puedo explicarlo, Hunter. Solo sé que nunca fue la misma después de que te
fuiste.
66
—Me echó y me excluyó de su vida. Creo que eso cambiaría a cualquiera con
conciencia, Sam. ¿Cómo justificas tratar a tu hijo como si no existiera? Se suponía que
mamá era una mujer tan religiosa. ¿No enseña la biblia sobre el perdón? ¿Odia al pecado,
no el pecador y toda esa basura? Quiero decir... ¿alguna vez preguntó por mí?
—No. No tenía que hacerlo. Siempre lo mencionaba cada vez que enviabas un correo
electrónico o tú y yo hablábamos por teléfono. Ella siempre fingía que no estaba
escuchando, pero nunca me pidió que no se lo dijera o que dejara de hablar de ti. —Tomó
otro trago de agua—. Entonces, ¿qué fue lo que causó tal ruptura?
Supongo que ahora que sabían que era lesbiana, aferrarse a “el secreto” por más
tiempo no tenía ningún sentido. Suspiré y le ofrecí mi taza a Trina.
—Ahora puedes poner algo de Baileys, ahí. —Tomó la taza—. ¿Aún no lo has
adivinado?
—¿Sabía que eras gay? —Esa suposición vino de Trina, quien me devolvió la taza.
Asentí.
—Sí. Y fue justo en el acto. —El recuerdo del acto en el que me atrapó y la expresión
de su rostro, parada en mi puerta, evocaron una plétora de emociones, todo lo cual hizo
que mi rostro se sonrojara de nuevo.
—¿Lisa…? Por el amor de Dios, Sam, ¡Lisa solo tenía catorce años cuando me fui!
Jesús. Dame algo de crédito aquí.
—No, no fue Lisa Riordan. Aunque quizás mamá hubiera preferido que fuera Lisa.
—¿Quién fue?
—¿Es por eso que se fueron de la ciudad tan rápido? —cuestionó Trina—. Nadie
creyó la excusa de que sus padres estaban enfermos. Ella podría haberse ido, atenderlos
y regresar. Desarraigar a toda la familia no tenía sentido.
—Ella indicó que lo sabía, pero nunca salió directamente y lo dijo. ¿Honestamente?
No me importaba. Su esposo y sus hijos eran su preocupación, no la mía, —me encogí de
hombros. Eso era cierto. Estaba tan enganchada con ella que nada importaba excepto
cuándo sería la próxima vez que nos íbamos a ver.
₪₪₪₪₪
Sam, Trina y yo hablamos sobre la ruptura con más detalle y, sinceramente, fue un
alivio poder sacarla finalmente a la luz. De hecho, después de la discusión práctica que
duró casi una hora y casi me hizo sentir que limpiaba mi alma, deseé no haberla guardado
por tanto tiempo. Tal vez si me hubiera revelado antes ante mi hermano y otras personas
en Otter Falls, habría obligado a mi madre a enfrentar algunas verdades y realidades y no
habría perpetuado la sombra de vergüenza que creó en torno a todo el asunto. Quizás si
hubieran descubierto el motivo de mi exilio hace dieciséis años, podrían haber
reaccionado de manera diferente, pero su actitud ahora era solo de aceptación y tristeza
por el tiempo perdido y desperdiciado.
La conversación volvió entonces a por qué una mujer, que parecía odiarme tanto, me
dejaría su casa. Ciertamente era algo que no podía descifrar con la información limitada
que tenía y la experiencia de saber lo que mi madre sentía por mí. Sam también estaba
perdido por encontrar una explicación que tuviera sentido. Sin embargo, de acuerdo con
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
su testamento, fue muy específica acerca de dejarme la casa y todo lo que había en ella
(incluida Orion). Y aunque Vermont no tenía impuesto estatal a la herencia, su modesto
patrimonio había pagado el impuesto federal a la herencia además de una cantidad
específica reservada para pagar a un inspector para evaluar en qué estado estaba la
estructura, así como la electricidad y la plomería. El testamento incluso estipuló qué
compañía inmobiliaria deseaba que yo usara en caso de que decidiera venderla en lugar
de conservarla.
Sam, como albacea de su testamento, me explicó que eligió esa agencia porque la
compañía tenía un buen historial y tenía reputación de obtener un valor justo de mercado
por las casas que vendía. Reí y agité mi cabeza. Todavía estaba tratando de controlarme
desde la tumba.
Le pregunté a Sam cuándo sería la lectura oficial del testamento y sonrió y me dijo
que eso solo ocurría en las películas y en la televisión, que no había ningún requisito legal
de reunir a la familia para leer ceremoniosamente un testamento. Eso me hizo sentir
mejor. Lo último que quería en este momento era que me encerraran en una habitación
con Dane... donde hubiera testigos.
—Sam, realmente no hay ninguna razón para que me la quede. Ciertamente no voy
a volver a mudarme a aquí y alquilarla está fuera de discusión porque no estoy aquí para
asegurarme de que Dane no haga algo para dejar el lugar inhabitable. ¿La quieres? No
tengo ningún problema en dártela... o lo que sea que tenga que hacer para transferir la
propiedad.
—Mira, Hunter, mamá fue muy precisa. No puedes regalarla, tienes que venderla o
quedártela. Me encantaría la casa, pero no podemos permitirnos comprarte y Trina no
quiere vender este lugar. Incluso si pudieras dármelo, estaría desgarrado... podríamos usar
el dinero de la venta, pero todos crecimos en esa casa, por lo que tiene un valor
sentimental para mí.
—Lo que significa que realmente desearías que tampoco la vendiera —interpreté.
Cuando no respondió, dije—: Bueno, decida lo que decida, te garantizo que no será para
Dane.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Quería lo que ella quería y deseaba que las cosas se hicieran de acuerdo con los
estatutos de la iglesia.
Asentí.
—La iglesia. —Mi voz no estaba exenta de hostilidad—. ¿Esa iglesia ya no ha hecho 70
lo suficiente para dividir a esta familia?
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 11
Cuatro bolsas llenas y cien dólares más tarde, me detuve en la entrada de la casa de
mamá. Ahora era mi lugar. Sin embargo, independientemente de la propiedad legal, nunca
podría pensar en ella como tal. Nunca la sentí como mi hogar, incluso cuando vivía aquí.
Después de guardar todo, fui a la sala para ver si la televisión por cable todavía estaba
conectada. Calculé que se pagaría hasta fin de mes. Sé que debería haber sido más
productiva, pero solo quería relajarme. Me senté en el sofá, bebiendo una bebida
energética, hojeando los canales de cable básicos y preguntándome qué estaría haciendo
Lisa en ese mismo momento. Así que llamé a su teléfono celular.
71
Fue en el sexto timbre antes de que contestara. Cuando dijo “Hola”, la sonrisa en su
voz coincidió con la mía.
—Hola. Quería ver lo que estabas haciendo. —El recuerdo de ella retorciéndose en
mis brazos amenazó con sobrecargar mi circuito sexual.
—Estoy en el velatorio de tu madre su voz era baja. Bueno, en realidad, salí para
responder a tu llamada.
—Mis padres han insistido. He tratado de decirles que realmente no había visto a tu
madre desde la escuela secundaria, aparte de encontrarme con ella de vez en cuando por
el pueblo y que había planeado ir al funeral, pero bueno, conoces a mi madre...
—Sí. Estoy segura de que tenía algo que decir acerca de que no estaba allí con mis
hermanos.
—Ha hecho algunos comentarios. El más interesante era que, después de ver el
cuerpo, se ha vuelto hacia mí y me ha dicho que eres la viva imagen de tu madre.
—¡Hunter! —Se rio a pesar de todo. Me encantaba ese sonido. Supongo que soné
fría, pero al menos fui honesta.
—Me lanzó algunas miradas de disgusto, pero nada que no haya visto cien veces
ampliado en una sala del tribunal, así que solo le di mi sonrisa más dulce y seguí adelante.
—Hubo un silencio entre nosotras y luego dijo—: ¿Has llamado por algo en particular o
simplemente para que la gente me mirara mal por no acordarme de apagar mi celular?
Mi corazón se hundió a mis pies y toda la sangre en mi cuerpo se fue con él. Bueno,
por supuesto, podría tener una cita. Tenía una novia de larga distancia que rara vez veía
y ciertamente no esperaba que yo apareciera en la ciudad. Era completamente posible que
hubiera hecho planes previos.
—Sí. En realidad, todavía no me lo ha pedido, pero sé que lo hará, así que estoy 72
esperando.
—Bueno, entonces debería darse prisa y preguntarte, ¿eh? Si no lo hace, será mejor
que alguien venga y la golpee.
—Bueno, no hay nadie mejor, así que no creo que eso sea un problema.
—Veamos... Creo que debería ser Atomic Seltzer para las bebidas y Lariat para la
cena.
Nunca había oído hablar de Atomic Seltzer, pero conocía bien a Lariat. Era un
restaurante especializado en carnes, decorado con motivos del oeste y había existido
durante años. La comida era excelente, los precios eran razonables y el código de
vestimenta era informal.
—Oh, sí. Lo haré —dijo secamente—, porque, ya sabes, es una ocasión muy festiva.
₪₪₪₪₪
Cuando me fui a recoger a Lisa para la cena, había comenzado a clasificar la ropa de
mi madre y tenía la mayor parte del contenido de su armario sobre su cama. Orion decidió
primero ser mi ayudante y luego, cuando seguí encontrando artículos que había colocado
en la mesita de noche en el piso, puse cualquier cosa “discutible” fuera de su alcance,
luego pasó a supervisar. Todavía sentía que me estaba atrapando haciéndome creer que
se había suavizado, así que me mantuve alerta a su alrededor.
Pensé en qué hacer con la ropa de mamá. Mi madre tenía un gusto excelente y 73
siempre vestía con mucho estilo sin parecer llamativa. Cuidaba su guardarropa, reparando
con pericia lo que necesitaba y desechando lo que no se podía salvar, a diferencia de mí,
que vestía una prenda hasta que no era más que hilos unidos por la fuerza de voluntad.
Solo una cosa más con la que chocamos. Dividiendo la ropa en categorías de elegantes,
informales e intermedias, guardaría mi decisión hasta mañana, pero me inclinaba por
donar todo al refugio local para mujeres maltratadas.
Se acercó a mí y me saludó con un beso que me calentó hasta los huesos. No fue
rápido, pero tampoco se demoró. Tomó un puñado de mi jersey y me guio por un largo
pasillo hasta su cocina.
—Déjame presentarte a los chicos y luego te mostraré el lugar. —Abrió una puerta
corrediza de vidrio, silbó y, en cuestión de segundos, dos galgos entraban en la habitación,
gimiendo y ladrando, moviendo la cola y el trasero, como si estuvieran tratando de
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
volverse del revés—. Oigan, oigan... vamos, tranquilos. Tranquilos —les ordenó con una
voz que era autoritaria pero no áspera. Les tomó un par de minutos, pero finalmente se
calmaron—. Hunter, este es Azizi, que en egipcio significa precioso, —tocó la cabeza del
de color atigrado—, y este es Sadiki, que en egipcio significa fiel. Pero por aquí, solo son
Oz y Deke. —Rascó detrás de las orejas de la de color beige—. Puedes acariciarlos. Son
muy amables y amistosos.
Me agaché, el solo gesto hizo que ambos perros se me acercaran; Deke frotándose
contra mí como un gato y Oz apoyado en mi pierna. Oz lamió mi mano felizmente y Deke
puso su boca alrededor de mi muñeca, agarrando suavemente, pero sin morder.
—Los egipcios adoraban a los galgos como dioses y, por lo que entiendo, son
descendientes de una raza que se remonta a la época del antiguo Egipto. Además, no los
nombré. Pero les puse un apodo, —sonrió—. Entonces, ¿quieres que te muestre el lugar?
Sin quitarme los ojos de encima, chasqueó los dedos a los perros que dejaron de
saltar.
—Bueno, no es que me esté muriendo de hambre ni nada... —comentó con una ceja
levantada.
No besarla en este punto simplemente no era una opción. Cuando el beso se rompió,
le di unos golpecitos suaves en la nariz.
—Quiero invitarte a cenar. Saber lo que va a pasar después de la cena hará que sea
mucho más... eh... apetitoso.
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EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Entrar en Lariat fue como entrar en un túnel del tiempo. No había cambiado desde la
última vez que estuve allí para la cena de graduación de Sam cuando tenía quince años.
La fachada exterior hacía que pareciera una cantina de finales del siglo XVIII y el interior
intentaba dar al cliente la misma sensación. En el interior había una decoración espaciosa,
con acabados de madera, al estilo del viejo oeste, con poca luz que ayudó a crear una
atmósfera un tanto romántica. El aserrín y las cáscaras de maní estaban esparcidos por el
suelo, lo que se sumaba al ambiente, y las paredes estaban decoradas con cuerdas
anudadas, lazos y fotografías antiguas. Eran famosos por sus bistecs a precios moderados
que se cocinaban en una parrilla de roble y su barra de ensaladas de varios mostradores.
Nos llevaron a un reservado con asientos de respaldo alto y Lisa pidió una botella de
vino. Seguí espiándola por encima de mi menú, todavía sin creer lo hermosa que se había
vuelto y que habíamos pasado juntas una noche y una mañana tan extraordinarias.
Después de que se tomaron nuestros pedidos y se sirvió el vino, Lisa insistió en un brindis.
Levanté mi copa para tocar la de ella y ella dijo:
—Por los sueños que se hacen realidad. —Mientras bebíamos por ello, también me
resultaba difícil creer que había tenido estos sentimientos por mí durante tanto tiempo.
Era halagador y aterrador. Lo último que quería hacer era decepcionarla con el verdadero
yo reemplazando su fantasía sobre mí.
Lesley reaccionó a eso lanzando a su hermana una mirada muy desagradable. Luego
se centró en mí. Esto iba a ser interesante.
—Caramba, Les, no recuerdo haber dicho eso —le dije amablemente—. Solo he
estado aquí un día y he estado un poco ocupada.
—De todos modos, ¿qué estás haciendo aquí? —le preguntó Lisa a su hermana.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Conseguimos que nuestra niñera viniera a cuidar a los niños para que Wally y yo
pudiéramos salir y pasar una noche agradable.
—Sí, sé por qué estás tratando de deshacerte de mí —le dijo Lesley a Lisa,
sacudiendo la cabeza y resoplando. Miró la botella de vino, luego a Lisa y sonrió—. Si
no te conociera mejor, diría que parece que interrumpí una cena romántica. ¿Qué va a
decir Sharyn si se entera de que estás olfateando a otra mujer, independientemente de lo
inútil que pueda ser tu búsqueda? —Antes de que Lisa pudiera responder a eso, Lesley
volvió su atención hacia mí—. Será mejor que tengas cuidado, Hunter. La gente va a
pensar que las dos están juntas.
—No, sé que están juntas, aquí en el restaurante, cenando, pero van a pensar que
están juntas, ¿sabes a lo que me refiero?
La miré fijamente a los ojos y me estiré por encima de la mesa, tomando la mano de
Lisa en la mía.
—Lesley, estamos juntas —le dije poniendo el mismo énfasis en la palabra que ella. 76
Me di cuenta de que este no era el momento ni el lugar ni cómo quería involucrarme en
esto con ella, pero no podía tolerar su ignorancia y su pensamiento de que de alguna
manera estaría de acuerdo con su evaluación de que la homosexualidad es incorrecta y
repugnante. Sentí que Lisa apretaba mi mano. Lesley se sorprendió.
—No. Esto es solo una cena. El romance será más tarde, —sonrió Lisa.
—Eso es... eso es realmente repulsivo. —Me estaba lanzando dagas con la mirada.
—No has sido invitada aquí, Les. Si no te gusta, entonces por todos los medios,
vuelve a tu propia mesa —le aconsejé—. ¿Y, solo para que conste? Lo que es realmente
repulsivo es tu actitud y comportamiento.
—¿De veras? —dijo fríamente—. Bueno, no soy la chupa felpudos aquí, ¿verdad?
—Dime algo... ¿cuándo fue la última vez que le hiciste una mamada a tu esposo?
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Tienes razón. Entonces, ¿por qué sientes que mi vida sexual es algo tuyo? —Dejé
que lo asimilara—. Ahora, si nos disculpas, nos gustaría terminar nuestro vino, pagar
nuestra cuenta y salir de aquí.
—Con razón tu madre te repudió —escupió antes de girar sobre sus talones y alejarse.
—Bueno... ha ido bien —le dije a Lisa, que estaba concentrada en su copa de vino.
Cuando me miró, estaba sonrojada, tratando de contener su ira y vergüenza—. Lo siento,
Hunter.
—Tienes tantas razones para disculparte por tu hermana como yo por mi hermano.
Déjalo, ¿de acuerdo? —Al escuchar que alguien se aclaró la garganta cortésmente, miré
hacia arriba para ver a nuestra camarera con nuestra cuenta. Vio nuestros dedos
entrelazados y una pequeña sonrisa curvó la comisura de su boca.
—Realmente no.
—No importa, —le sonreí—. Vámonos de aquí. Tengo algunos planes serios para ti.
Capítulo 12
Nunca antes había tenido sexo con dos perros mirando. Había algo perverso al
respecto, especialmente porque parecían tan concentrados e interesados. Finalmente le
pregunté a Lisa si le importaba dejarlos fuera del dormitorio... al menos hasta que
estuviéramos listas para irnos a dormir.
Probablemente habría sido más inteligente volver a casa de mi madre ya que todavía
no confiaba en que Dane no usaría su llave de nuevo y destruiría el lugar. Pero a menos
que hubiera hecho que me siguieran, cosa que nunca le pasaría por alto, no sabría si estaba
en casa o no sin tener que entrar en la propiedad. Y con suerte lo había intimidado lejos
de esa idea. Mañana se cambiarían las cerraduras y ya no sería una preocupación.
Mientras tanto, quería estar con Lisa más que nada y ella quería que “bautizáramos” su
casa.
Hacer el amor con ella fue como una revelación. Antes, con las mujeres de mi pasado,
incluida Jennifer Visson, siempre se había sentido como una liberación física y nada más,
independientemente de lo emocionante que fuera al principio. Pero con Lisa, el sexo en
78
realidad significaba algo, me sentía viva de una manera que nunca antes había sentido.
Provocó sensaciones y emociones dentro de mí que eran nuevas pero familiares y como
si siempre hubiera estado destinada a estar con ella.
Condujo a los galgos al pasillo y regresó, cerrando la puerta. Corrió hacia la cama y
saltó, aterrizando en el espacio vacío a mi lado y la agarré y la atraje hacia mí antes de
que rebotara sobre mí y cayera al suelo. Riendo, rodé sobre ella y la besé con abandono
y ella manipuló sus dedos dentro de mí y procedió a follarme hasta quedar inconsciente.
Intercambiamos orgasmos en la noche antes de que ambas fuéramos arrulladas por el
ritmo de la lluvia golpeando contra el techo. El tiempo que pasaba con ella, dentro y fuera
de la cama, era embriagador, conmovedor e inspirador y nunca quería dejarla ir.
₪₪₪₪₪
de hacer alarde de su vida personal en público, que tal vez estaba bien con eso, pero era
vergonzoso para el resto de la familia. Le mencioné a Lisa que apuesto a que no lo
pensaron dos veces antes de que Lesley “alardeara de su vida personal” en público. Ese
doble rasero siempre me cabreó. ¿Cómo era “alardear” cenar en un restaurante?
—La amo, pero me vuelve loca —dijo Lisa sirviéndome una taza de café—. Sigo
esperando que algún día cambie.
Además, justo antes de que nos durmiéramos, sonó su teléfono celular. Cuando
escuchó ese mensaje de voz, su expresión fue de sorpresa, tristeza y luego frustración
molesta. Lesley había llamado a su “especie de” novia, Sharyn, y le había dicho que Lisa
se estaba acostando con otra persona y que creía que debería saberlo. Supuse
correctamente que Sharyn tampoco era fan de Lesley y quería que Lisa la llamara para
preguntarle qué estaba pasando.
—Hola. —Su voz era apagada—. No, estaba en casa anoche. —Cerró los ojos—. No,
no estaba dormida. —Escuchó durante unos segundos y luego su mano se apretó sobre
mi brazo—. No, Sharyn, Lesley te estaba diciendo la verdad. —Su cabeza cayó. —Sí lo
siento. —Mi mano cubrió la suya y la acarició, tranquilizadoramente—. Hunter
Roberge... sí, la Hunter Roberge. —Escuchó un poco más—. Mira, cariño, sabemos que
esto viene desde hace mucho tiempo. Solo lamento que tuviera que ser así... no, no tenía
idea de que ella estaría aquí... sí, por supuesto que te lo hubiera dicho. —Más escucha.
Me di cuenta por su rostro que estaba recibiendo calor de una mujer que no se consideraba
tan “especie de” como Lisa lo hizo—. Sí, ella todavía está aquí. —Cerró los ojos—. No,
Sharyn, no vuelvas pronto, no hace falta… bueno, también hubiera preferido que hubiera
sido diferente… lo siento, no sé qué más decirte que haga que duela menos. —Me miró
con sus ojos, mordiéndose el labio—. Bueno, eso no sucederá. Yo… —Cerró el teléfono
y lo dejó sobre la mesa—. Ha colgado. ¿Sabes cuánto odio a mi hermana en este
momento?
—Le habría hablado de ti. Pero lo habría hecho en persona. No se merecía enterarse
de esta manera.
—Lisa... tal vez deberías haberte tomado un poco de tiempo para pensar en romper
con ella. Te das cuenta de que no me voy a quedar aquí, ¿verdad? —decir eso hizo que
mis entrañas casi colapsaran, ya que significaba dejarla.
—Lo sé. Pero en lo que respecta a mi relación con Sharyn, eso no hace la diferencia.
Ya sea que estés aquí o a cuatro mil ochocientos kilómetros de distancia, mi corazón te
pertenece, Hunter. Siempre te ha pertenecido.
—Sé que esto suena loco, pero desearía poder llevarte conmigo cuando me vaya. Sé
que no tengo derecho a pedirte que renuncies a todo por lo que has trabajado aquí, pero
sé que no puedo vivir aquí y no quiero estar sin ti.
—No, no suena loco, Hunter. Lo que probablemente suene más loco es que creo que
esto, tú y yo, siempre estuvo destinado a ser. Nada se ha sentido más adecuado.
Asentí. Sabía lo que quería decir porque también lo sentía. Me di cuenta de que solo
habíamos estado juntas dos noches, pero la conocía desde que tenía ocho años, aunque
nunca le había prestado mucha atención hasta ahora. Era como si fuéramos piezas de un
rompecabezas que encajaban a la perfección. Me puse de pie y tiré de ella para que se
pusiera de pie y la abracé muy fuerte. 80
»Aquí también hay bosques y parques, ¿sabes? No tendrías que vivir en Otter Falls
—dijo en mi cuello.
₪₪₪₪₪
Aliviada de que la casa todavía estaba intacta cuando regresé a casa de mi madre, le
di de comer a la gata, cambié su arena y volví a subir a la habitación de mamá para
continuar con la clasificación de su ropa.
Todo estaba pasando tan rápido y mi cabeza estaba empezando a dar vueltas. No
quería volver a mudarme a Vermont, aquí había demasiados malos recuerdos, demasiadas
restricciones con las que ya no tenía que vivir, todavía demasiadas mentes cerradas,
demasiada represión. Y, sin embargo, ya me estaba visualizando compartiendo la casa de
mi madre o de Lisa con Lisa. Nunca antes había pensado en términos de vivir con alguien,
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
de compartir ese tipo de espacio o tiempo con alguien, pero era casi doloroso pensar en
no dormir y despertar cada mañana sin ella.
¿Y cómo era eso posible con alguien a quien acababa de reencontrar hace dos días?
¿Estaba loca? Ciertamente no podía culpar a las emociones sobreexcitadas debido a la
muerte de mi madre porque, sinceramente, no sentía mucho por eso. Todo lo que sabía
era que algo me golpeó como un yunque al ver a Lisa en su fiesta y no iba a desaparecer.
Parecía ocupar cada segundo de vigilia que tenía y en un raro momento de posesividad,
la idea de que ella no estuviera conmigo y terminara con otra persona era insoportable y
literalmente tuve que tragarme una sensación de pánico, cuya intensidad no había
experimentado nunca antes.
Me senté en una silla al lado de la cama de mi madre, algo aturdida y sintiendo como
si me hubieran dejado sin aliento. ¿Qué está pasando?
—¿Puedo ayudarle?
81
—Eso espero, —sonrió—. Mi nombre es Bill DeMartino y me postulo contra Dane
Roberge para el Congreso. Estoy reuniendo firmas para una petición para abrir una
investigación sobre la transferencia de fondos del concejal Roberge entre varios
departamentos mientras estuvo en…
Sabía que mi firma no significaría una mierda ya que no era un votante registrada
aquí, pero quería mi nombre en letras grandes en cualquier petición que finalmente
pudiera responsabilizar a mi hermano por sus acciones y derribarlo al menos con una
vinculación. Terminé de escribir mi nombre lo más legible que pude.
—Señorita —corregí.
—Señorita... Roberge. —Luego me miró, con los ojos muy abiertos por la sorpresa.
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Veinte minutos después de eso, apareció Pucinski y procedió a cambiar las cerraduras
de todas las puertas, las tres que daban a la casa y la que daba al garaje. Una vez que
terminó, me sentí aliviada de que Dane ya no tuviera acceso legal o físico a la casa.
Bajé las escaleras y tomé una cerveza de la nevera y acababa de tomar mi primer
trago cuando escuché un golpe persistente en la puerta. Era demasiado pronto para que
fuera Lisa, que había accedido a venir después del funeral y una pequeña velada en la
iglesia. Abrí la puerta y vi a Lesley muy enojada parada allí. Antes de que pudiera decir
nada, pasó junto a mí, apestando a whisky.
—¿Por qué no entras? —Le dije al aire, mientras cerraba la puerta y me giraba para
mirarla. Se quedó allí con las manos en las caderas.
—Hunter, solo necesito saber una cosa. ¿Eras así antes? ¿En la escuela?
—Sabes cómo qué. Una tortillera, ¿eras una tortillera en la escuela secundaria?
—Sí.
—¡Maldita sea, Hunter! ¿Por qué no me lo dijiste? —Estaba arrastrando las palabras
y tambaleándose ligeramente.
—¿Por qué iba a decírtelo? Especialmente si esta era la forma en que te ibas a
comportar. —Y no podía confiar en que ella no me hubiera descubierto ante el mundo.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Era tu mejor amiga, se supone que las mejores amigas se cuentan todo. ¿Cómo
pudiste ocultarme algo así? ¡Debiste decírmelo para informarme!
—No te debía nada, Les. Mi orientación no tiene nada que ver contigo.
—La gente podría haber pensado que yo también era una de ustedes.
—Sabes, me preguntaba por qué seguías mirando mis tetas la primera noche. Ahora
sé por qué. —Después de dos intentos, finalmente cruzó los brazos sobre su amplio pecho.
—Bueno, primero, casi me sacas los ojos con ellas, así que fue bastante difícil no
verlas. Segundo, ¡al Santo Padre le resultaría difícil apartar los ojos de esas cosas! ¡Son
como malditos flotadores!
—Debe estar compensando en exceso por no haber sido amamantado cuando era un
bebé. —Disparé de vuelta.
—¿Convertiste a mi hermana? ¿Es por eso que te fuiste de la ciudad? ¿Es por eso
que ella también es lesbiana? ¿Es por eso que nunca dejó de estar enamorada de ti?
—Bueno, ¿no es ese el mejor momento para reclutarlas? ¿Cuándo son así jóvenes y
vulnerables?
—Oh, Cristo. Y no pasó nada, ¿verdad? Nunca te hice insinuaciones, ¿verdad? Nunca
te toque de manera inapropiada, ¿verdad?
—No. —Y luego, después de un segundo—. ¿Por qué? ¿Qué hay de malo en mí?
—¿No soy atractiva? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Qué hay de malo en mí?
—Lesley... ¿qué te pasa? No eras así en la escuela secundaria. Fuiste la que les dijo
a todas las animadoras y deportistas snobs que se callaran cuando molestaron a Joey
Lassiter y lo llamaron chico gay, amanerado, crema batida y maricón. Los pusiste firmes.
¿Qué le pasó a esa chica?
—Bueno, entonces, —volví a la puerta y la abrí—, no tenemos nada más que discutir.
Vuelve a tu pequeña existencia de esposa de Stepford11. Pero guarda las opiniones de tu
esposo para ti cuando estés cerca de mí. Ven y vuelve a háblame cuando tengas una mente
propia. —Le hice un gesto para que saliera.
11 Stepford: Las esposas de Stepford, ciudad donde todas las esposas son perfectas.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Sería el mejor polvo que hayas tenido —comentó Lisa pasando rápidamente junto
a su hermana en la puerta.
—Te he visto salir. He tenido una buena idea de que ibas a venir aquí. —El tono de
Lisa no era divertido.
—Lesley, ¿realmente de qué se trata esto? —preguntó Lisa rodeándome con sus
brazos y besándome en la mejilla mientras Lesley se quedaba boquiabierta—. ¿Realmente
sientes repulsión o estás celosa de mí?
—Está borracha.
Se encogió de hombros.
—Bueno... no me importa de dónde vienes. Solo me alegro de que estés aquí. —La
besé y la abracé de nuevo.
Volví a mirar a Lesley, de pie en la acera, como si no supiera qué camino tomar.
Suspiré.
—¿Qué tal si vas a buscarla y voy por el Jeep, la metemos en la parte de atrás y la
llevamos a casa?
—Oh, vaya, esto debería ser divertido —dijo Lisa sin ningún entusiasmo.
86
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 13
Había sido otro día inusualmente cálido, así que había quitado la capota de lona del
Jeep, sin pensar ni preocuparme realmente por cómo la brisa azotaba a Lesley en el
87
asiento trasero. No estaba muy contenta, pero supuse que el aire fresco le haría bien.
Desafortunadamente, el viento no la calló y, entre tragos regulares de una petaca en su
bolso, nos acusó de hacer todo lo malo excepto estar en la loma cubierta de hierba en
1963. Estábamos retorcidas, íbamos al infierno, éramos los engendros del diablo,
deberíamos tener que registrarnos como delincuentes sexuales dondequiera que
viviéramos, no deberíamos estar cerca de los niños, nuestro estilo de vida iba a abrir un
agujero en el universo... está bien, en realidad no dijo eso, pero bien podría haberlo hecho.
Me estaba cansando muy rápido de escuchar su canal Fred Phelps12.
No respondió a las peticiones de Lisa de que se acabara y luego, como una niña de
cuatro años que tiene una rabieta, empezó a patear el respaldo de mi asiento con sus
zapatos de tacón alto.
—Aw, ¿no es dulce? Ambas incluso gritan en perfecta armonía. Es una unión hecha
en el purgatorio —comentó lo suficientemente alto para que la oyéramos, con una mirada
amarga adornando su ya desagradable expresión. Volvió a cruzar los brazos sobre el
pecho.
12 Fred Waldron Phelps: fue el líder de la Iglesia Bautista de Westboro. Phelps fue conocido por su homofobia y por
predicar que Dios odia a los homosexuales y que les castigará al igual que a cualquier persona que esté
insuficientemente en contra de los homosexuales.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Ya lo había hecho. Al ver un enorme charco de lodo más adelante en el camino, pisé
el acelerador y aceleré a través de él, una ola de agua espesa y marrón cubrió el parabrisas,
nos esquivó a Lisa y a mí y cubrió a Lesley, empapándola con un golpe resonante. Verla
en el espejo retrovisor casi me hizo salirme de la carretera. Mirando en el asiento trasero,
Lisa se tapó la boca con la mano, tratando de no reírse, pero no pudo evitarlo.
Lesley se quedó sin palabras por primera vez en veinte minutos. Pero tenía que haber
sido difícil tratar de hablar con la boca llena de tierra mojada y viscosa. Parecía una de
esas mujeres que acababan de salir de un baño de lodo en un spa, excepto que no tenía
rodajas de pepino sobre los ojos y estaba vestida con más que una toalla. Caramba.
Esperaba que ese vestido no fuera demasiado caro.
—¡Parga efte autog agona! —Se estaba limpiando los ojos y la boca con una manga
sucia.
Así que detuve el auto, asumiendo que eso es lo que decía, puse el Jeep en neutral y 88
puse el freno de emergencia. Me giré para mirarla.
—¡Mentira! Vete a la mierda, Hunter. ¡Vas a pagar por limpiar este traje!
Miré a mí alrededor,
—¿Vas a ir aquí?
Concedido, en este punto, con la cantidad de barro y agua que decoraba el asiento
trasero, podría no haber hecho la diferencia. Probablemente iba a tener que limpiarlo a
fondo de todos modos, pero no quería tener ese recuerdo de mi mejor amiga de la escuela
secundaria, independientemente de lo dañada que estuviera ahora nuestra amistad, en
cuclillas y haciendo sus necesidades.
—¡Solo mira el papel higiénico de la naturaleza con las tres hojas puntiagudas! —le
dijo Lisa a su hermana, quien tropezó con un área con una pared de roca baja. Pasó por
encima de la pared, se cayó, maldijo sin parar, se levantó por su propio pie y dejó caer
sus bragas allí mismo.
—Es una joya, ¿no? —preguntó Lisa retóricamente sacudiendo la cabeza. Ambas nos
dimos la vuelta, dejando que Lesley tuviera un mínimo de privacidad, lo quisiera o no.
Golpeándome, Lisa empezó a reírse de nuevo—. No puedo creer que hayas hecho eso.
—Estoy sorprendida de que sea tan odiosa. ¿Cómo has aguantado esto todos estos
años?
Todo lo que vimos fueron dos piernas terminadas en tacones altos que sobresalían en
el aire en forma de V detrás de la pared de piedra.
Ambas pusimos los ojos en blanco mientras hacía retroceder el Jeep, lo estacionaba
y me acercaba a la pared, ayudando a Lesley a erguirse.
Justo donde había hecho sus necesidades, noté en silencio. Iba a tener que hervirme
las manos durante una hora cuando volviera a casa de mi madre. Caminamos detrás de
ella cuando comenzó a subir de nuevo al Jeep y luego se detuvo y comenzó a sacudir la
cabeza.
—Oh, no. No, no, no... —Lesley se dio la vuelta y me señaló con el dedo. Luego
señaló el charco—. No voy a caer en eso otra vez. Voy a caminar alrededor y puedes
recogerme en el otro lado.
—Eso es lo más inteligente que has dicho en todo el día —murmuró Lesley mientras
se alejaba de nosotros. Sus tacones perforaban el suelo blando con cada paso, haciéndola
aún menos firme sobre sus pies. En realidad, era bastante cómico.
Asentí con la cabeza hacia el Jeep y entramos. Solté el freno, puse la palanca de
cambios en punto muerto y esperé. Cuando vi que Lesley estaba a la mitad del charco,
pisé el acelerador, apenas pisando la primera marcha.
Oh, sí lo estaba. Rodando a través del charco en un ángulo diferente, esta vez muy
poco barro entró en el asiento trasero, en lugar de eso, se desplazó a mi izquierda y volvió
a empapar a Lesley. Las partes de ella que no estaban mojadas antes no tuvieron tanta
suerte esta vez. Arrojando el auto en el estacionamiento al otro lado del charco, la miré.
Se quedó allí, congelada en su lugar, con los ojos aún cerrados, el barro goteando de su
nariz y barbilla.
—Está bien. Ahora me comportaré —le dije—. Oye, Lesley, vamos, no tenemos todo
el día, ¿sabes? —Traté de sonar más que molesta, pero no pude evitar sonreír.
Se negó a volver al jeep o a hablar con cualquiera de nosotras y caminó el resto del
camino a casa mientras la seguíamos, un esfuerzo que tomó cuarenta y cinco minutos en
lugar de diez. Cuando llegó al porche delantero, tenía los zapatos en las manos, las medias
estaban rotas en los pies y cojeaba. Prácticamente subiendo los tres escalones hasta la
puerta, se volvió para mirarnos con desdén.
—Sí, seguro que sí —asintió Lisa, admirablemente manteniendo una cara seria.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Después de que Lesley cerró la puerta, puse el Jeep en marcha y salí del camino de
entrada.
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—¿De verdad crees que está celosa de ti? —pregunté mientras aparcamos en la
entrada de la casa de mi madre.
—Sí. Por supuesto, no de una manera sexual. Solo creo que está celosa de que ahora
tengo una parte más grande de ti que ella y una parte por la que nunca podrá competir
conmigo para conseguir.
Salimos del Jeep y me siguió hasta el costado de la casa, donde abrí el grifo y recogí
la manguera, arrastrándola hasta el camino de entrada. Empecé a enjuagar el barro
endurecido del interior del Jeep.
91
»¿Crees que puedes limpiarlo? —preguntó Lisa. La mirada animada en su rostro me
hizo pensar que estaba recordando el baño anterior que le dimos a su hermana.
—No. Pero al menos puedo llegar al punto en que Sam no tenga un ataque al corazón
cuando lo vea. —Me aseguraría de hacer lo que tenía que hacer para dejarlo en tan buenas
condiciones como cuando mi hermano me entregó las llaves.
Luego, una vez que terminamos, empapé a Lisa con agua de la manguera mientras
me rociaba con el contenido del balde persiguiéndome alrededor del Jeep. Atrapándome,
caímos contra la rueda de repuesto montada y la sostuve contra mí, besándola.
₪₪₪₪₪
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Una vez dentro de la casa, Lisa me acompañó al piso de arriba y nos dimos una ducha
caliente juntas mientras las temperaturas de la noche comenzaban a subir y ambas
teníamos un poco de frío por el agua. Pasábamos más tiempo haciendo el amor que
calentándonos y aseándonos. No es que ninguna de nosotros se quejara.
Abriendo la puerta con vigor, lista para cortar la cabeza de quienquiera que estuviera
allí, me calmé cuando vi los suaves ojos marrones de Sam.
—Gracias. Y gracias por estar ahí. —Luego me miró—. ¿Por qué no has estado allí
con ella?
Me encogí de hombros.
Se detuvo y lo pensó.
—Y es posible que desees poner la capota la próxima vez —sugirió—. Menos mal
que es tapicería para todo clima.
—Lisa, he visto que te has ido justo en medio del elogio de Dane.
—Sam, vamos, acéptalo. Estábamos muertas la una para la otra hace años.
Miré a Lisa, quien parecía querer estar en una habitación diferente antes de que
volviera mi atención a mi hermano.
—He pasado los últimos dieciséis años preparándome para no sentir nada. Lo he
hecho para protegerme. Se volvió más fácil para mí ser dura y convencerme de que no
me importaba, en lugar de tener que llegar a un acuerdo con el hecho de que a mi madre
no le importaba. Me aferré a la esperanza durante nueve años de que ella me vería y todo
estaría bien. Después de eso, cerré mi corazón para que no me lo rompiera de nuevo. Así
que, para responder a tu pregunta, Realmente no siento nada por haberse ido.
Hubo un silencio mortal. Se volvió hacia Lisa mientras tomaba un largo trago, sin
saber qué decir.
—Oye, ¿qué tal los Red Sox? —dijo ella rompiendo la ligera tensión en la habitación.
—Simplemente no supongas que sabes todo sobre mí. No soy la misma adolescente
asustada y rota que se fue de aquí hace tantos años.
—Gracias.
—Sam, ¿quieres quedarte a comer pizza? —le preguntó Lisa mirando los canales de
televisión.
—En realidad, me encantaría, pero debería volver a casa con mi esposa y la cena que
me está cocinando. ¿Sabes qué? Deberían venir a cenar una noche mientras Hunter
todavía está aquí.
—Lo voy hacer. A ella le encantará. —Miró a Lisa con curiosidad—. Oye, me 94
pregunto algo... ¿cómo se siente Lesley acerca de todo esto que está pasando entre
ustedes?
—Si te dijera que Lesley y Dane serían una gran pareja, ¿respondería eso a tu
pregunta?
—Oh.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 14
Después de cerrar todo, volvimos a casa de Lisa a pasar la noche por culpa de los
perros. No pasaba mucho tiempo lejos de ellos a menos que fuera necesario y cuando
tenía que dejarlos por algún tiempo, siempre hacía arreglos para que no estuvieran solos.
Sin embargo, tenía una puerta para mascotas instalada y tenían un parque para perros
cerrado de forma segura y dispensadores de comida y agua activados por peso en caso de
que surgiera algo y no pudiera llegar a casa con ellos. Los amaba mucho y ellos
simplemente la adoraban. No los culpé.
Nunca había ninguna duda de que pasaríamos la noche juntas, sin importar dónde.
Era un hecho que sucedía, como si hubiéramos estado compartiendo una cama durante
años. Y cada vez que hacíamos el amor parecía surgir un nivel diferente de pasión que
era electrizante y embriagadora y solo quería fusionarme con ella para que pudiéramos
estar juntas todo el tiempo. Me dormía saciada, exhausta y, sin embargo, emocionalmente
energizada por sensaciones que nunca antes había sentido.
Estaba empezando a no tener ninguna duda de que estaba destinada a estar con Lisa
95
Riordan, que lo que se estaba desarrollando entre nosotras era genuino e inevitable. Nunca
había creído mucho en el destino, pero estar con Lisa estaba cambiando ese escepticismo.
Ella sentía que nuestra reunión de esta manera estaba predestinada y cada momento que
pasaba con ella estaba demostrando que esa predicción era cierta.
₪₪₪₪₪
Nos despertamos a las cuatro de la mañana con el sonido de uno de los perros
enfermo.
Con los ojos abiertos, completamente alerta, Lisa salió corriendo de la cama para
localizar al pobre perro y cualquier montón o montones que depositó en el suelo. De esa
manera, podría hacer un análisis puntual de lo que podía haber causado el malestar
estomacal del galgo y limpiar el desastre antes de que ella o yo nos levantáramos e
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Oz. Parece que se ha comido parte de una de mis plantas otra vez, pero ahora
parece estar bien.
Tres horas más tarde nos despertó de nuevo el timbre de un teléfono. El sol brillaba,
así que esa era otra pista. Lisa se acercó a mí y buscó a tientas el receptor inalámbrico
antes de finalmente llevárselo a la boca.
—¿Hola? —Era obvio que había estado dormida—. Buenos días, madre. —Volvió a
su posición anterior de estar acurrucada en mi espalda, dándome un par de besos en el
omóplato mientras escuchaba a su madre hablar—. Bueno, está mintiendo. —Supuse que
debían estar discutiendo sobre Lesley—. No la hicimos caminar a casa, eligió caminar los
últimos kilómetros... Lamento que no pueda caminar hoy, pero no es mi culpa... no, 96
tampoco es culpa de Hunter. —Visualizar a Lesley cubierta de lodo ayer me hizo reír en
silencio y Lisa respondió a mi cuerpo temblando con una ligera bofetada—. Estaba
borracha, por eso no la llevamos de vuelta a la iglesia. Sí, lo estaba, mamá, estaba
borracha, otra vez, y no puedes decirme que no te diste cuenta. Le estábamos haciendo
un favor al llevarla a casa... Sí, en realidad ella está aquí... Sí, madre, pasó la noche. —
Lisa suspiró con molestia—. ¿Por qué es más aceptable para ti que Lesley se esté
emborrachando en público que yo pasando tiempo con Hunter? —Su voz se estaba
volviendo más clara y más enojada a medida que la llamada telefónica continuaba—.
Mamá. ¿Mamá? ¡Madre! No voy a tener esta conversación contigo. Estoy cansada de eso.
¡Sigue presionándome en este tema y tal vez me saque de aquí y me lleve a California
con ella!
Mis ojos se abrieron de golpe y sé que dejé de respirar. ¿Estaba diciendo eso solo
para molestar a su madre o lo decía en serio? Me giré en mi lugar y la miré, mis ojos
buscando en su rostro una pista. Me di cuenta de que estaba enojada por el tono de su voz,
pero había una dulzura en sus ojos cuando se enfrentaron a los míos. Me estiré y tomé un
lado de su cara, mi pulgar frotando ligeramente su mejilla.
—Sí, mamá, lo haría. —Me sonrió—. Valdría la pena renunciar a todo por ella. —
Me levanté sobre mi codo, me incliné y le di un beso silencioso en la mejilla que acababa
de acariciar—. Bueno, es mi vida, así que en última instancia es mi decisión, ¿no? —Los
ojos verdes parpadearon hacia mí, amorosamente—. No considero tirar mi vida por la
borda. Estoy enamorada de ella. Siempre lo he estado. —Me acosté y ella se sentó. Podía
escuchar a su madre despotricar, aunque no podía entender lo que estaba diciendo—.
¿Mamá? Terminamos de hablar de esto... ¿Esta noche? No, tengo planes. —Pasé mis
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
dedos suavemente arriba y abajo de su espalda—. Está bien. Llamaré a la tía Bethany.
Adiós. —Pulsó el botón de apagado y arrojó el teléfono al pie de la cama—. ¡Me vuelve
jodidamente loca a veces! —Lisa se desahogó. Luego volvió a acurrucarse contra mí.
—Hablaba en serio sobre estar contigo. Cómo vamos a lograr eso es algo que vamos
a tener que discutir.
—Sé que lo estoy —lo dijo con tanta firmeza, que literalmente hizo que mi corazón 97
diera un vuelco en mi pecho.
Quería quedarme en este tema, pero era casi demasiado abrumador. Besé la parte
superior de su cabeza.
—No lo sé. Supongo que porque Lesley siempre mintió sobre tu responsabilidad en
las payasadas que las involucraron a las dos en la escuela secundaria.
—Lesley me dijo la noche de tu fiesta que ella “confesó” todo eso —protesté.
—Lesley miente, Hunter. Miente mucho. Nunca dejó que nuestra madre creyera nada
diferente a que tú eras la alborotadora que hizo que Lesley fuera castigada, suspendida y
borracha y cualquier cosa mala que Lesley hiciera en la escuela secundaria, tú tenías la
culpa. Y luego yo siempre te defendía y eso también la enojaba. Creo que ella reconoció
entonces que mis sentimientos por ti eran un poco más de lo que sentía que deberían haber
sido. —Besó la base de mi garganta—. Luego, cuando te fuiste y se supo que tu madre te
echó y, básicamente, te repudió, eso es todo lo que necesitaba escuchar para confirmar
sus sospechas de que realmente eras, en sus palabras, una “mala semilla”.
—Esta es una de las principales razones por las que no puedo quedarme aquí, Lisa...
porque la mayoría de las personas aquí no son como tú, Sam y Trina, son como Dane y
Lesley y tus padres y mi madre.
—Por supuesto. —Sus ojos tenían una vulnerabilidad que no había visto antes. —
Mientras hablemos de ello.
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—Es un hermoso día —afirmó entrecerrando los ojos—. ¿Por qué no llevamos a los
niños a Evergreen Ridge y hacemos una caminata?
Sonrió.
—Lo sé. Solo pensaba que te gustaría revisar la “oficina” en la que podrías estar
trabajando.
—O... cuando lleguemos a Los Ángeles, puedes hacer todas las caminatas que
quieras con una escolta personal.
—¿Ver futbol?
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Se animó.
—¿Cuál es tu equipo?
—Los Patriots no, —me reí, preguntándome si eso la molestaría. La mayoría de los
habitantes de Nueva Inglaterra eran fanáticos acérrimos de Patriots, casi hasta el punto de
una lealtad rabiosa.
—¿Por qué no los Patriots? —No sonaba indignada, lo que indicaba que tampoco
eran su equipo.
—Una vez tuve una pelea con una amiga que comía, bebía, dormía y respiraba por
los Patriots. Era desagradable al respecto, especialmente después de la pelea. Así que
ahora, no me importa quién juegue, siempre y cuando le ganen a los Patriots.
—Entonces te sugiero que no vayas a ver ningún partido en ninguno de los bares de
aquí a Maine.
99
—Bueno, eso es bueno porque no quiero ver fútbol en un bar. Quiero quedarme en
casa y verlo contigo.
—Me gusta eso. Llamar a donde sea que estemos juntos “casa”. —Caminamos de la
mano hasta su puerta trasera—. Tengo que ir a casa de mi tía esta noche durante una hora
más o menos. Desde que allanaron su tienda el año pasado, aunque tienen un sistema de
alarma, no dejan el lugar desocupado. Por lo general, mi primo está allí, pero tiene algo
que hacer y mi tía y mi tío también tienen que ir a alguna parte.
—Le he dicho que lo haría. Sé que están paranoicos, pero les da tranquilidad.
Además, es solo una hora, no interrumpirá nuestra noche. ¿Quieres venir conmigo?
No podía creer que la hermana y el cuñado de su padre todavía fueran dueños de esa
pequeña tienda. Era una tienda de “mamá y papá13” de la esquina que atendía a un
vecindario de clase media baja. Lesley y yo solíamos comprar nuestra cerveza allí.
Visitábamos a su primo, Tommy, y cuando la tienda estaba cerrada por la noche y su tía
y su tío estaban ocupados mirando televisión o durmiendo la siesta en sus sillones,
13 Mamá y Papá: es un término coloquial que se usa para describir una empresa pequeña, familiar o independiente.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Una de mis historias favoritas relacionadas con esa tienda fue la de la suegra de la tía
Bethany, la señora Cioffi. Era una mujer pintoresca (por decir lo mínimo) que emigró
directamente de Sicilia y se instaló con su marido y sus cuatro hijos pequeños en el
inverosímil pueblo de Otter Falls. Uno de esos niños creció y se casó con Bethany Riordan
y compró un pequeño comercio en una esquina en un vecindario que siempre fue un lugar
levemente peligroso para vivir. Sin embargo, hasta el año pasado, nunca hubo ningún
incidente delictivo en torno a la pequeña empresa familiar y probablemente tenían que
agradecérselo a la señora Cioffi.
A veces manejaba la caja registradora cuando no había nadie más disponible y solo
la dejaban sola en la tienda cuando era absolutamente necesario. Esto sucedía porque era
una mujer pequeña y de apariencia frágil cuyo conocimiento del idioma inglés era
incompleto, en el mejor de los casos, y alguien que suponían que sería una víctima de un
crimen anunciado. Pero hubo varios testigos cuando un gamberro del vecindario, que 100
obviamente estaba bajo el mismo concepto erróneo, entró en la tienda empuñando un
cuchillo y se acercó a la señora Cioffi y dijo: —¡Esto es un atraco! —A lo que ella
respondió agarrando la escoba y golpeándolo con ella hasta la puerta mientras gritaba: —
¡Métete esto en el culo!
Sería interesante volver a ver la tienda y el enorme apartamento de tres pisos que
estaba encima. Tommy Cioffi, su primo, organizaba unas fiestas infernales en ese tercer
piso, en el que todo el espacio era una enorme sala de recreo. También sería bueno ver a
“Tía Bethany y Tío Gino”. Con suerte, la madre de Lisa no los había envenenado ya
contra mí.
₪₪₪₪₪
Lisa quería llevar a los perros a dar un paseo antes de que los dejáramos solos el resto
del día, así que los pusimos a ambos en sus arneses de nailon de diferentes colores, los
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
enganchamos a sus correas retráctiles y nos abrimos paso calle arriba. Ella llevaba a Deke
y tuve el placer de que Oz me acompañara. Parecían muy emocionados de estar fuera de
los confines de su hogar y jardín, olfateando cada árbol, arbusto y brizna de hierba a lo
largo de la acera, orinando indiscriminadamente en casi cualquier cosa en posición
vertical, buscando el lugar perfecto para hacer caca o el perfecto montón de mierda para
revolcarse. Un viaje alrededor de la cuadra que debería haber tomado veinte minutos,
tomó al menos cuarenta.
A pesar de las frecuentes paradas, fue una forma agradable de pasar una hora. La
interacción de Lisa con sus “chicos” era solo una cosa más que encontraba encantadora
de mi nueva novia. Su devoción mutua era clara y su dulzura con ellos no dejaba de tener
un borde firme que hacía que se portaran bien. A menos que estuvieran muy distraídos.
La joven vestía un pantalón de cuero negro, el cual parecía estar sostenido por un
cinturón hecho con pares de esposas unidas entre sí. Esposas reales, no decorativas, de
diseño que podrían haberse podido comprar en Hot Topic14. Llevaba un collar de perro
con púas y tenía la imagen de un emblema de BDSM Rights15 afeitado en la parte
posterior de su cabeza rubia muy corta, teñida con rayas negras, azules y blancas y el
Triskelion16 rojo y blanco. Esa debería haber sido la señal número uno. Cuando llegamos
a la mujer, se había dado la vuelta, parecía menos sorprendida y en realidad comenzó a
14 Hot Topic: es de una cadena estadounidense especializada en música, ropa de la cultura pop, punk y post-Hardcore
y accesorios.
15 BDSM Rights: es la creencia de que las personas cuya sexualidad o preferencias de relación incluyen BDSM
merecen los mismos derechos humanos que todos los demás, y no deben ser discriminados por practicar BDSM con
adultos que lo consienten.
16 Triskelion: es un motivo que consiste en tres espirales unidas, tres piernas humanas dobladas o tres líneas extendidas
sonreír casi seductoramente al desconcertado perro que la había acosado con tanta fuerza.
Esa debería haber sido la señal número dos.
—Lo siento mucho —se disculpó Lisa profusamente, mortificada por la acción de
Oz—. Nunca ha hecho algo así antes, normalmente se porta muy bien...
—Oh, no, —movió la muñeca, dejando caer la mano hacia abajo, con desdén—. Está
bien. Ha debido oler a mi gran danés.
Lisa abrió la boca para responder, pero la cerró cuando... bueno, no parecía haber
ninguna respuesta diplomática a esa declaración. Mientras la mujer saludaba con la mano
y se alejaba de nosotras hacia el pueblo, Lisa y yo nos miramos.
—¿Qué ha querido decir? —preguntó, aunque realmente no creo que quisiera una
respuesta.
—No lo sé, —me encogí de hombros—. Solo puedo esperar que eso signifique que
se está acostando con Brigitte Nielsen o Dolph Lundgren.
Ambas miramos a la mujer, que esperaba para cruzar la calle. Ver a alguien vestida 102
así, mostrando tan descaradamente sus inclinaciones bondage17 nunca habría levantado
una ceja si todavía estuviera en Los Ángeles. Pero aquí, en Otter Falls, era todo un
espectáculo para la vista.
—¿Iglesia?
Miré a Lisa.
Estirándome, tomé la mano de Lisa en la mía. Pensé que podría negarse, ya que
estábamos en público y en su vecindario. A pesar de que ella estaba completamente fuera
17 Bondage: Práctica sexual que consiste en atar o encadenar a una persona para inmovilizarla total o parcialmente.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
del armario, todavía había algunas líneas que debían pasarse con cuidado por razones de
seguridad, pero, sin dudarlo, simplemente apretó mis dedos.
Me di cuenta de que, si alguien de la mitad de mi edad tenía las agallas de ser quien
realmente era, independientemente de lo que eso significara, ¿por qué debería permitir
que un protocolo obsoleto me impidiera participar en un ritual simple que incluso el
adolescente más básico puede hacer? Tomar la mano de mi novia.
Paseamos el resto del camino de regreso a casa de Lisa con los dedos unidos y
hablamos sobre cómo íbamos a enseñar a los perros a no meter la nariz donde no les
correspondía.
₪₪₪₪₪
Y, sin embargo, no podía reconciliar la sensación de pánico que sentía ante la idea
de que no estuviéramos juntas. Lisa me había puesto un hechizo que no quería que se
rompiera.
Luego tomamos una cerveza y algunos bocadillos y nos plantamos frente al televisor
para ver a los Minnesota Vikings jugar contra los Detroit Lions. Tomé a los Vikings y
ella a Detroit e hicimos una pequeña apuesta sexual amistosa, la ganadora, por supuesto,
sería recompensada con una noche de fantasías cumplidas. Lo cual realmente no era
diferente a cualquier otra noche que habíamos pasado juntas hasta ahora.
Durante el descanso, Sam llamó y fijamos una cena para el martes por la noche y
decidimos un menú aceptable para todos. Nuestro aporte sería el vino y el postre. Estaba
bien con comprar algo, pero Lisa insistió en hornear algún tipo de pastel. No quería decirle
que rara vez comía pastel, excepto tal vez un trozo de calabaza en Acción de Gracias
(pero solo con nata), o que casi nunca comía postre, pero luego recordé que no sería para
mí. En realidad, fue un gesto de agradecimiento por haber sido incluida y tan fácilmente
aceptada.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
También me di cuenta de que Dane estaba anormalmente callado para ser alguien a
quien le encantaba causar problemas. Estaba segura de que algo se estaba gestando, que
él tenía algo bajo la manga y supuse que tendría que esperar para saber qué era. Siempre
que no implicara dañar a Lisa de ninguna manera, sabía que podía manejarlo. Pero si
tuviera algo de cerebro, ya se habría dado cuenta de que Lisa era mi debilidad. Aunque
uno pensaría que también tendría que darse cuenta de que cualquier forma de ataque
contra ella podría enviarme a un frenesí homicida. También debería tener en cuenta, antes
de intentar nada, lo que yo representaba y la información privilegiada que tenía que podría
resultar en su caída política. Definitivamente era su movimiento, pero necesitaba ser muy
calculador para lograr algo con éxito sin que fracasara y lo arruinara.
Mi tía Cissy, la viuda del tío David, también llamó y preguntó cuándo iban a verme
ella y “los niños”. Hablamos brevemente de mamá y, afortunadamente, no fue demasiado
solícita, pero sabía de primera mano los resultados de las acciones y el comportamiento
de mi madre hacia mí. Le dije que la llamaría mañana en algún momento para hacer planes
definitivos con ella. Mi tía era una mujer amable y ahora deseaba haber sido mejor para
mantenerme en contacto con ella y mis primos. Tal vez podría hacer las paces.
Después del juego, donde Detroit venció a Minnesota (pobre de mí, perdí la apuesta),
volvimos a casa de Lisa y nos aseguramos de que los perros estuvieran alimentados,
bebidos, ejercitados y con mucha atención. Luego fuimos a cenar a Applebee’s,
agradecidas, sin encontrarnos con nadie que conociera personalmente o que 104
conociésemos juntas. Sin embargo, Lisa fue recibida por varios conocidos y me presento
como su amiga. Lo dijo con tanta intimidad en su tono, que solo el más denso de los
individuos no lo habría interpretado como algo mucho más importante. Sin embargo,
estaba en Otter Falls... la gente solo escuchaba lo que quería, lo que no atacaba sus zonas
de comodidad personal.
Capítulo 15
Bethany y Gino Cioffi estaban muy felices de verme, dieron sus condolencias por mi
madre y recordamos brevemente antes de que se fueran a salir por la noche. Se suponía
que íbamos a estar allí tal vez un poco más de una hora antes de que Tommy llegara a
casa y nos relevara del deber. Tommy se había divorciado recientemente y se había
mudado a la casa de sus padres para poder recuperarse. También sería bueno verlo a él.
La “tía” Bethany hizo la declaración (con un tono humorístico) de que siempre había
esperado que Tommy encontrara a una chica enérgica como yo para casarse... con una
obvia excepción, por supuesto. Tal vez, si hubiera sido heterosexual, habría ido tras él
porque era un rompecorazones bastante apuesto en la escuela secundaria, pero mientras
admiraba a la hermosa rubia a mi lado, me alegré de estar destinada a estar con
introvertidas y no extrovertidas. El “tío” Gino le guiñó un ojo a Lisa y nos dijo que al
menos alguien de la familia terminó conmigo, comentario que hizo que ambas nos
sonrojáramos y provocó un pinchazo en el costado de su esposa.
—Sabes —comenzó Lisa con un toque de picardía en su tono—, siempre quise jugar
ese juego que tú y Lesley jugaban con el carrito de compras.
—Lo estaba. Me puso locamente celosa pensar que en realidad podrías terminar con
él.
La estudié brevemente.
—Solo lo que era una ilusión. Pensaba que, si eras lesbiana, Lesley lo sabría y ese
habría sido el final de tu amistad.
—Pero... ella no actuaba así en ese entonces. La única razón por la que no dije nada
fue porque no creía que pudiera guardárselo.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—No lo habría hecho, créeme. Y la única razón por la que parecía actuar de manera
tan diferente en la escuela secundaria fue que pasó por una fase en la que sabía que ir
contra la corriente la haría notar.
—¿Entonces toda su defensa de Joey Lassiter donde se enfrentó a todos fue una
mierda?
—¿Recuerdas a todos los chicos que se burlaron de Joey? ¿Recuerdas al chico que
realmente le gustaba en ese momento, Ryan Machain?
—Ah, así que lo hizo solo para llamar su atención. —¿Por qué no sabía eso de ella?
—Sí, pero solo salieron una vez. Descubrió lo mentirosa y falsa que era.
—Me dijo que no volvió a salir con él porque era aburrido. Jesús, ¿realmente la
conocía?
106
—Probablemente tan bien como cualquiera. Sabías exactamente lo que ella quería
que supieras.
»Bésame.
No tuvo que decirlo dos veces. La atraje hacia mí, antes de lo que esperaba,
sobresaltándola, y con avidez cubrí su boca con la mía. Desató el animal dentro de mí y
quise devorarla allí mismo, frente a la enorme ventana de vidrio transparente que daba a
la calle. Probablemente nos quedamos con los labios cerrados, en exhibición para
cualquiera que pasara y realmente quisiera mirar y ver, más tiempo del que deberíamos.
Sin embargo, no me importaba, podría haberme quedado ahí, besándola toda la noche.
Así las cosas, tuvo que apartarme suavemente, rompiendo el beso.
—Sí, lo soy. Y sabes que también puedo hacerlo bien. —Caminé hacia ella—.
¿Cuánto tiempo más tenemos antes de que llegue Tommy?
—Alrededor de media hora. ¿Por qué? —Una sonrisa expectante y sensual jugaba en
sus labios—. ¿Qué es lo que tienes en mente?
—Era divertido. Poner todo de nuevo en los estantes apestaba, pero valía la pena la
competencia una vez al mes. ¿Lista? —Estaba parada, empujando el carrito y luego
tirando de él hacia mí.
—Vamos a hacerlo.
Y, con eso, corrí por la tienda mientras ella barría todo lo que estaba a su alcance en
el carrito y en su abdomen. En la segunda vuelta a la tienda, el carrito se estaba volviendo
mucho más pesado de lo que recordaba en el pasado. Necesitaba empezar a ejercitar más
mis brazos y piernas. Tenía latas y otros artículos apilados bastante alto cuando llegamos
a la caja registradora.
Ambas nos detuvimos en seco cuando vimos la luz del coche patrulla brillar en la
ventana, directamente sobre Lisa.
—Oh, oh, —fue todo lo que pude decir. Vimos a la oficial salir de su auto, poner su
bastón en su soporte y conectar el micrófono enganchado a su charretera de uniforme,
probablemente llamando a su ubicación. Su acercamiento a la puerta principal de la tienda
no fue agresivo ni amenazante, su mano no estaba cerca de su pistolera.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—¡Es Kim Fredette, mierda! —dijo Lisa su voz baja y un poco de pánico.
—¿La conoces? —Me acurruqué detrás del carrito mientras la oficial encendía su
linterna magnética.
—Sí. Siempre me está invitando a salir. Tú también la conoces. Solía jugar al centro
del St. James.
—¿Kim Ligouri? —Era la chica con la que solía besarme después de los partidos en
una parte desierta del gimnasio. No quería verla, incluso después de todos estos años. La
última vez que estuvimos juntas, acepté ir “hasta el final” con ella la próxima vez que nos
encontráramos y luego entré en pánico y la evité hasta que dejé el área. Afortunadamente,
asistía a una escuela rival que estaba a cincuenta kilómetros de Otter Falls, por lo que
nunca estaba en el pueblo y no tenía que preocuparme de tropezarme con ella a cada paso.
¿Dejarla entrar? Ni siquiera quería que me viera, por eso me quedé escondida detrás
del carro. Tenía la esperanza de que Kim reconociera que una de las abogadas más 108
destacadas de la ciudad estaba atrapada en un carrito de compras, frente a una caja
registradora en una tienda oscura completamente surtida, fuera de horario, con
probablemente cien dólares en comestibles apilados encima ella y luego marcharse.
—Estoy bien, Kim —gritó Lisa a la obviamente más que confundida mujer de
uniforme—. Hunter, déjala entrar —dijo Lisa, en un susurro urgente.
Me quedé congelada en el lugar. No, no, no, no, ¿por qué yo? ¿Por qué Kim? ¡Joder,
joder, joder!
Los toques de Kim se habían convertido en golpes y Lisa metió la mano detrás del
carrito y agarró un puñado de mi cabello.
—¡Ay, ay, ay, está bien! —Lentamente me puse de pie, una acción que hizo que Kim
retrocediera un paso y su mano automáticamente se cernió sobre la culata de su 9mm.
—Está bien, Kim, Hunter te va a dejar entrar —anunció Lisa mientras levantaba
ambas manos, al nivel de mis hombros y caminaba hacia la puerta. Tenía la esperanza de
que tal vez podría dejarla entrar, Lisa tendría una pequeña charla amistosa con ella y nos
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
dejaría libres a las dos sin siquiera averiguar mi nombre. Pero Lisa me había disparado
en el culo. No había muchas mujeres en el mundo que se llamaran Hunter y sabía que, al
escuchar eso y luego ver mi cara y mi estatura, sumaría dos y dos y tendría algunas
“explicaciones” que dar.
Levantó su linterna y brilló en mi cara mientras abría la puerta. Una vez que las
manchas verdes y moradas desaparecieron, la vi sonriendo.
—Bueno, bueno, bueno... si no es Hunter Roberge. Ese sigue siendo tu apellido, ¿no?
—Gracias.
—¿Es eso lo que te ha traído a la ciudad? —No había cambiado mucho. Todavía era
tan alta como yo, todavía era delgada, todavía andrógina, todavía tenía penetrantes ojos
color avellana y una forma en que fruncía el labio de un lado que me parecía bastante
sexy cuando solía ponerme caliente y sudoroso con ella de vez en cuando en la cancha de
baloncesto. Me pregunté si sus besos todavía eran descuidados.
—Sí. —Solo compartiría más información bajo coacción y tal vez ni siquiera
entonces.
Lisa, obviamente dándose cuenta de que teníamos algún tipo de historia, se aclaró la
garganta para llamar nuestra atención.
Kim se volvió hacia ella cuando me acerqué y comencé a sacar los artículos del
carrito, colocándolos en el mostrador.
—Eres buena en eso, ¿verdad, Hunter? ¿Saliéndote de las cosas? —Había una
aspereza en sus palabras.
Cargué todas las compras en el carrito cuando Lisa se acercó a Kim y sonrió.
—Estamos vigilando la tienda de mi tía hasta que llegue mi primo y nos estábamos
divirtiendo un poco. Estamos autorizados a estar aquí, así que no tienes que hacer un
informe... ¿verdad? —Su tono era amable pero profesional. Estaba más instando que
preguntando.
—Gracias, Kim —le dijo Lisa con sinceridad. Cuando me quedé en silencio,
sutilmente me dio un codazo.
—Si yo fuera un tipo diferente de persona, podría amenazar con informar esto como
un 10-59 y luego mantenerlo sobre sus cabezas hasta que negocies conmigo. Y, aunque
me has rechazado varias veces, abogada —le dijo a Lisa—, y me lo debes, Hunter, no soy
el tipo de persona que abusa de su autoridad de esa manera.
—¿Te lo debo? Jesús, Kim, eso fue hace toda una vida y en realidad llamarías a esto
una travesura maliciosa. ¿Con qué imaginación? Ciertamente es una travesura, pero no
hay nada malicioso en... —Otro golpe en las costillas—. Uf. Gracias, Kim.
—No me olvido de las personas que se retractan de los acuerdos, Hunter. No cuando
se parecen a ti, de todos modos. No importa cuándo sucedió, solo que sucedió. ¿Y cómo
sabes qué es un 10-59? No me digas que también eres policía...
—Soy guardabosques.
Ella asintió.
—Bien. Está bien. Necesito volver a patrullar. Señoras, ha sido bueno verlas de 111
nuevo. Desearía conocerlas a ambas en circunstancias diferentes y separadas, pero así son
las cosas, ¿eh? No se metan en problemas. —Se acercó a la puerta, la abrió y se volvió
hacia mí—. Si... uh... las cosas no funcionan entre las dos, llámame.
—Gracias, Kim —recité con una sonrisa falsa pegada en mi rostro, cerrando la puerta
una vez que estuvo afuera. Me giré para encontrarme cara a cara con ojos divertidos e
inquisitivos.
—¿Algo que te gustaría compartir con la clase? —Sus brazos estaban cruzados sobre
su pecho.
—¡Oye, Lisa! ¿Estás ahí abajo? —Salvada por Tommy—. Oye, Hunter, ¿estás con
ella?
Oh, realmente iba a tener que dar algunas “explicaciones” cuando volviéramos a casa
de mi madre.
112
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo16
—¡Oh, hombre! ¿Han jugado a barrer los estantes sin mí? ¿No han podido esperar?
—¿Quieres jugar de nuevo? —preguntó con entusiasmo, saltando arriba y abajo 113
sobre sus talones como un niño pequeño.
—Uh... no —dije mirando por la ventana mientras el coche patrulla de Kim daba
vuelta en U frente a la tienda y aceleraba hacia el centro.
Nos ayudó a devolver todo a los estantes y volvimos a subir las escaleras para
ponernos al día con nuestras las vidas. Gracias a los padres de Lisa, él estaba al tanto de
mi orientación y aparte de su comentario de “qué pérdida”, parecía estar muy de acuerdo
con eso. También dijo que, si su bella prima tenía que ser lesbiana, desearía que terminara
con alguien como yo. No me había dado cuenta de que a su familia realmente me quería
tanto como ellos, calentó mi corazón.
Había algunas buenas personas en esta ciudad. Era desafortunado que tuvieran que
ser tan pocos y distantes entre sí.
₪₪₪₪₪
—Era Kim Ligouri en ese entonces y sí. Estaba a salvo. Era obvio. No vivía en el
pueblo. —Lisa se quedó en silencio, absorbiendo todo esto—. ¿Ayudaría si dijera que era
una pésima besadora?
Me encogí de hombros.
—¿Práctica?
—Eso es terrible.
—Es verdad. ¿Por qué ahora su apellido es Fredette? No ha podido haberse casado...
—Sí. Con un hombre. Y tuvieron una hija. Se divorciaron al año siguiente del
nacimiento de su hija. —Me miró a la cara, que debía verse totalmente en blanco porque 114
estaba estupefacta. ¿Kim Ligouri? ¿Tuvo sexo con un hombre? ¿Y tuvo un bebé?
Esperaba que el cielo comenzara a caer en cualquier momento. Lisa volvió a centrar su
atención en la carretera—. No me preguntes. No estoy tan cerca de ella como para saber
todos los pequeños detalles sucios de su vida. —Luego me miró de nuevo, sonriendo—.
Obviamente.
—No. Es por eso que todavía está enojada. Le dije que lo haría y luego... no lo hice.
Suspiré.
—Me asuste.
—Todos tenemos miedo de alguien. —Miré por la ventana—. No quería que fuera
la primera.
—Quería que fueras tú. —Se detuvo en el camino de entrada y apagó el coche—. Y,
además, te lo he preguntado primero.
—Probablemente no la recuerdes. Se fue de Otter Falls no mucho antes que yo. Era
mayor. Treinta.
—La primera también era mayor. Ella tenía treinta y tres años. Yo tenía diecisiete.
Sucedió en un retiro al que mis padres insistieron que fuera cerca de Plattsburg. En
realidad, ella vivía en Otter Falls, pero entonces no la conocía. Muy seductora, muy
persuasiva. Sin embargo, estaba casada y eso siempre me molestó. —Había un tono
melancólico en su voz que encontré desconcertante.
115
—La mía también estaba casada.
exactamente lo que habían hecho la primera vez e imaginar a Lisa en sus garras era casi
demasiado para mí.
₪₪₪₪₪
Lisa y yo nos sentamos en el sofá, ella apretada contra mi costado, mi brazo alrededor
de ella, discutiendo sobre Jennifer Visson y nuestras primeras veces. Este era un
desarrollo sobre el cual no parecía poder reconciliar mis sentimientos. Había esperado
tontamente que Jennifer hubiera aprendido la lección conmigo al ser atrapada y apenas
escapar de que su familia se escandalizara y se arruinara la reputación de su esposo.
Obviamente no.
Después de que los Visson abandonaron Otter Falls, se mudaron a las afueras de
Plattsburg, Nueva York. Jennifer comenzó a ayudar en un retiro cristiano cerca del lago 116
Saranac, un campamento al que sus padres le ordenaron asistir a Lisa el verano que
cumplió diecisiete años. A esa edad, Lisa había hablado con su madre y su padre y,
aparentemente, todos los demás y la señora Riordan pensaron que ella, personalmente,
nunca sobreviviría a la “desgracia” de todo. Insistiendo en que todo lo que Lisa necesitaba
era examinar sus prioridades espirituales y profundizar su relación con Dios, los Riordan
enviaron a su hija menor a un campamento religioso de una semana que se centró en
despertar la fe en los “perdidos”. Lisa dijo que no era un centro de rehabilitación para
homosexuales porque si había otros homosexuales allí, no entró en contacto con ellos. De
hecho, la mayoría de los asistentes eran amas de casa enviadas allí por sus maridos para
tratar de encontrar el camino de regreso a la parte de “obedecer” de sus votos
matrimoniales.
Dijo que era muy elocuente sobre su orientación, lo que resultó en que nadie quisiera
compartir una habitación con ella... bueno, excepto por este lujurioso hombre de
mantenimiento que estaba seguro de que podía “cambiarla”. En un día, la noticia llegó a
Jennifer, la acertadamente titulada “directora de actividades”, quien se ofreció como
voluntaria para “guiarla” personalmente. Lisa me dijo entonces que, aunque se sentía muy
atraída por Jennifer, su persecución agresiva la desconcertaba y se resistió hasta su última
noche allí, cuando volvió a su habitación y encontró a Jennifer, desnuda, en su cama.
Jennifer parecía tener una rutina.
un poco de pánico, la cosa habría progresado hasta ese punto. Pero cuando Lisa expresó
sus dudas acerca de seguir adelante con más “actividades”, Jennifer se impacientó y se
molestó con ella y se fue, convirtiendo lo que debería haber sido un recuerdo gratificante
y afectuoso, en uno confuso y desencantador.
Cuando solo era yo, pensaba que era genial decirle a la gente que había sido seducida
por la esposa de un ministro, dejando de lado, por supuesto, lo que resultó de ser atrapada.
Pero descubrir que Lisa fue acosada por la misma mujer le dio un giro completamente
diferente y de repente me di cuenta de que el panorama general no era tan bueno. Tal vez
si mi madre hubiera hablado o yo le hubiera dicho algo a alguien, la amenaza de
publicidad negativa para los Visson y la iglesia podría haber provocado algún tipo de 117
asesoramiento o sanciones. No es que hubiera querido que le pasara algo malo en ese
momento porque estaba demasiado enamorada para pensar con claridad, pero una acción
severa en ese momento pudo haber puesto las riendas en la libido hiperactiva de Jennifer.
O, al menos, tal vez obligarla a asimilar las duras y humillantes consecuencias con sus
elecciones egoístas y lascivas. Jennifer tendría ahora cuarenta y seis. Me preguntaba si
todavía estaría al acecho y qué líneas podría haber cruzado en los últimos trece años desde
Lisa.
Los encuentros de Lisa desde entonces habían sido mucho más placenteros, no es
que su noche con Jennifer hubiera sido horrible porque se apresuró a decir que el sexo,
en sí mismo, era esclarecedor y definitivamente satisfactorio, con la excepción de la parte
perturbadora de la penetración. El comportamiento de Jennifer después de eso fue un
recuerdo que no atesoró demasiado y admitió que lloró hasta quedarse dormida después
de que Jennifer se fue, sintiéndose muy usada y, bueno, sórdida.
No importaba que hubieran pasado trece años del hecho, mi corazón se rompió por
ella. Se merecía una mejor primera vez.
—¿Un centavo por tus pensamientos? —La suave voz de Lisa rompió mi
preocupación mientras su cálida mano hacía suaves círculos en mi caja torácica. Su
cabeza estaba sobre mi pecho y mi brazo alrededor de su hombro. Cuando no respondí de
inmediato, dijo—: Sabes, el ritmo cardíaco de una persona se acelera cuando tiene
pensamientos de enojo. El tuyo late como un martillo.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—¿Ahora mismo? —Levantó la cabeza y me miró, sonriendo—. Creo que este sería
el último lugar donde la querrías en este momento. —Levantó una ceja.
—Sabes, sin embargo... piénsalo. Es solo una cosa más para apoyar mi teoría del 118
destino. ¿Cuáles son las probabilidades de que ambas perdamos nuestra virginidad con la
misma mujer?
—Bueno, sabiendo cómo trabajaba Jennifer, ahora diría que las probabilidades eran
bastante buenas.
Comenzó a besarme suavemente la cara hasta que sus labios se cernieron sobre los
míos.
—No quiero hablar en absoluto —dijo antes de recompensarme con un beso tierno
pero apasionado que eventualmente me llevó a hacer el amor con mucha dulzura y
moderación que duró hasta bien entrada la noche.
₪₪₪₪₪
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
A la mañana siguiente sucedió algo que realmente no me gustó. Lisa tuvo que dejar
nuestra cálida cama para ir a su casa y prepararse para el trabajo. No importaba la cantidad
de súplicas que hiciera, era implacablemente responsable.
¿Cómo iba a dejarla para volver a California cuando ni siquiera podía soportar que
me dejara para ir a trabajar? ¿Qué me estaba haciendo? Yo no era así, esta no era yo.
Había tenido relaciones anteriores, pero ninguna alcanzó este nivel de compromiso y
definitivamente no tan rápido. Me hizo preguntarme si nos quemaríamos tan rápido como
nos incendiamos, algo que a menudo sucedió en mi pasado. Una mujer encendía mi deseo
y empezábamos acalorados y pesados, la llama se apagaba poco después y era obvio que
en realidad no había habido nada más que atracción sexual para empezar.
Mi relación más larga duró poco menos de un año y fue turbulenta desde el principio.
Sin embargo, esa aura tempestuosa que nos unió fue, en última instancia, lo que nos
separó. El constante cabezazo de dos mujeres fuertes que en realidad nunca tuvieron
mucho en común excepto su naturaleza gladiadora estaba condenado al fracaso, a pesar
de lo intensamente estimulante que era el sexo. Ella era alguien con quien todavía me
conectaba ocasionalmente cuando ninguna de los dos salíamos específicamente con
alguien y sentíamos la necesidad de un poco de compañía sexual. Descubrimos que
éramos mucho mejores siendo amigas folladoras que siendo amantes. Era la última mujer
con la que había estado antes de Lisa.
119
Algo sobre lo que estaba pasando entre Lisa y yo era muy diferente a todo lo que
había experimentado antes con alguien. La plenitud que me inundó en su presencia solo
fue igualada por el vacío que me mantuvo como rehén durante su ausencia. Casi me sentí
un poco perdida ahora que no estaba conmigo. No quería ir tan lejos como para decir que
estaba enamorada de ella porque el concepto de enamorarme de alguien en cuatro días no
era realista para mí. Pero dejando a un lado la realidad, por mucho que intentara analizar
y restar importancia a mis sentimientos por ella, siempre volvía al asunto del
“enamoramiento”. En el pasado eso me habría asustado muchísimo, pero ahora, con esta
mujer en particular, lo recibí con los brazos abiertos. Adoraba todo sobre Lisa Riordan y
la quería en mi vida las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana y sabía que
ella sentía lo mismo. Ahora, si tan solo pudiéramos llegar a un acuerdo acomodaticio
sobre cómo íbamos a lograrlo.
No tenía dudas de que todavía era hermosa, era probablemente una de esas mujeres
que se veían mejor con la edad, y estaba segura de que usaba eso a su favor cuando se
aprovechaba de sus víctimas. Pero todo eso sumado al uso de su posición de autoridad
asumida y afiliación permanente con una iglesia para lograr algún objetivo egoístamente
carnal era más que espantoso, era reprobable. Especialmente cuando nunca se quedó el
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
tiempo suficiente para lidiar con las consecuencias de sus acciones. Era un
comportamiento desviado como el de ella lo que nos dio mala fama al resto de nosotras.
Después de alimentar a Orion, me serví una taza de café de una cafetera que Lisa
había preparado antes de irse. Recuperé el periódico de la mañana y eché un vistazo a las
cuatro pequeñas secciones de The Otter Falls Daily News, concentrándome en los casos
judiciales abiertos y cerrados enumerados y en los obituarios para ver si reconocía algún
nombre. Los servicios de mi madre estaban en la lista y busqué mi nombre, localizándolo.
—Una hija, S. Hunter Roberge de Glendale, California —leí en voz alta—. Sam debe
haber dado la información al periódico—. Luego encontré mi horóscopo que me
aconsejaba mirar debajo de la superficie de lo obvio, no todo era lo que parecía ser. Y eso
se diferenció de cualquier otro día de mi vida ¿cómo?
120
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 17
Tenía muchas ganas de verla, de ver cuánto había cambiado. Mi tía era una mujer
valiente y de gran fortaleza. La admiraba mucho. Amaba mucho a mi tío David y perderlo
como lo hizo y cuando lo hizo fue paralizante, pero nunca lo dejó ver, aparte de derramar
algunas lágrimas detrás de la puerta cerrada de la habitación que habían compartido
durante treinta y seis años. Habían criado a cuatro hijos y me acogieron sin dudarlo. A
pesar de que solo me quedé con ellos durante dos meses, fue una interrupción innecesaria,
pero ella nunca me preguntó por qué estaba allí o me hizo sentir que no pertenecía. Me
abrió sus brazos y su hogar y me sentí avergonzada de no haberme mantenido en mejor
contacto.
La tía Cissy sabía que lo que había sucedido entre mi madre y yo era un asunto muy
121
serio, pero dolorosamente privado. No sabía si había adivinado sobre mí o no. Nunca
hubo ningún indicio de que lo hubiera hecho y nunca hubo preguntas. Mis primos
tampoco insinuaron nunca que tuvieran alguna idea sobre mi orientación. Tenían
curiosidad por lo que pasó con mi madre, pero cuando me negué a hablar de ello, las
investigaciones se detuvieron. Si mi tía o mi tío les ordenaron que lo dejaran así o no,
nunca lo supe. Tal vez mi visita hoy me daría más información.
Miré a mí alrededor. La cocina se veía igual, excepto por algunas chucherías más, un
reloj de pared diferente y un refrigerador nuevo lleno de imanes con fotografías de lo que
supuse que eran nietos. Antes de sentarme, estudié las imágenes en la puerta del
congelador y debajo.
—¡Guau! Este de aquí se parece al tío David —señalé—. Es... Dios mío, ¿es Justin?
—Shauna llega a casa del trabajo alrededor de las dos, pero tiene que estar en una
conferencia de la escuela a las tres y media y le gustaría que pasaras, si puedes.
—¿Y recuerdas que te dije que Courtney trabaja en su negocio de contabilidad fuera
de su casa? También le gustaría verte ya que no puede llegar a casa de Shauna antes de
las tres...
—Uh huh... —Oh, chico. Esto se iba a convertir en una aventura de todo el día. Mis
otros dos primos, Jeremy y Nicole, también querían verme, pero también tenían cosas que
hacer y estarían en casa a diferentes horas y, aunque vivían en lados separados de un
dúplex, no podían verme juntos. Por mucho que amaba a Sam, no lo querría justo al lado
mío, pero la familia estaba muy unida, no solo en sus sentimientos el uno por el otro sino
también en la proximidad, todos viviendo a ocho cuadras unos de otros. Iba a decirle que 122
no tenía que ir y verlos a todos en un día, pero parecía que ya había hecho los arreglos.
Afortunadamente, no tenía nada más que hacer hasta que Lisa saliera del trabajo y quién
sabía lo que deparaba el futuro inmediato, así que tenía sentido visitar a todos hoy si
podía.
Intercambiamos bromas y al tercer trago de café, la tía Cissy se puso manos a la obra.
—Bien, Hunter, no necesitas decírmelo, lo sabes, ¿pero tu madre te echó hace tantos
años porque eres lesbiana?
—Honestamente, no, no tenía ni idea. La hija de Shauna, Lara, cuida a los niños de
Lesley y Wally Melendy. Llegó a casa el viernes por la noche muy molesta porque la
señora Melendy le estaba diciendo cosas terribles sobre ti. Llamándote pervertida y
antinatural y diciendo todo tipo de cosas perturbadoras.
—Oh, sí. Recuerda que Shauna trabajó para Doug Riordan durante dos años antes de
casarse. Esto es Otter Falls, Hunter, todos conocen a todos y los asuntos de todos los
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
demás. Eso nunca ha cambiado. La única excepción a esa regla que puedo recordar es lo
que pasó entre tú y tu madre.
—Sí, tía Cissy. Mi madre me echó porque descubrió que era lesbiana.
—¿Eso fue todo? —No era una cuestión de sospecha, como si la estuviera ocultando,
era más una declaración de incredulidad. Realmente no necesitaba saber los detalles
porque no creía que eso importara en este momento.
—Eso fue todo. —Incliné la cabeza. Incluso después de todos estos años, todavía
dolía. Se acercó y suavemente puso su mano en mi muñeca.
—Oh, cariño. Tu madre... —negó con la cabeza—. Sabes que tu mamá y yo nos
llevamos como el agua y el aceite, por eso solo nos toleramos en Navidad y bodas. Nunca
te dije la razón de eso. Pero fue la forma en que te trataba.
La miré, sobresaltada.
—¿De verdad? —Bueno, eso era una sorpresa. Siempre supuse que era porque el tío
David era el hermano de mi padre y ella no quería tener nada que ver con ese lado de la
familia.
123
—Sí. De verdad. No puedo contarte las peleas que tu madre y yo solíamos tener por
ti. No sabes cuántas veces me dijo que me metiera en mis propios asuntos. Nunca quiso
dejarte ser quien eras, nunca quiso que desarrollaras tu propia personalidad. Ni siquiera
quería que fueras su mini versión. Era imposible ver lo que quería de ti, pero si no podía
averiguarlo y soy un adulto, no había posibilidad de que lo descubrieras.
—Habría sido mucho más simple si eso hubiera sido todo. Pero echó a tu padre
cuando tenías casi cuatro años. Su disciplina irracionalmente dura contigo comenzó desde
el momento en que pudiste entender la palabra “no”. Siempre actuó enojada contigo.
—Siempre estaba. Nunca pude hacer nada bien ante sus ojos. Me pedía que hiciera
algo y lo hacía y, aunque nunca lo había hecho antes, iba detrás de mí, reprendiéndome a
cada paso por hacerlo mal. Solía decir: “¿no puedes hacer nada bien?” o “si no vas a
hacerlo bien la primera vez, ¿por qué hacerlo?” Llegué a un punto en el que estuve de
acuerdo con ella y le dije que estaba bien, que no lo haría entonces. Pero eso, por supuesto,
también me metió en problemas. Sabes, solo un pequeño elogio por intentarlo hubiera
sido agradable.
—Hunter, no sé qué le pasaba a tu madre en lo que a ti respecta, pero creo que culpar
a tu padre fue solo una excusa conveniente.
—Entonces... ¿crees que siempre me odió? —Miré sus comprensivos ojos grises,
esperando que dijera que no. Me parecía bien pensarlo yo misma, pero si mi tía
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
confirmaba que, de hecho, pensaba que mi madre realmente me odiaba, eso infundiría
una amargura y una tristeza en mí de la que no creo que pueda deshacerme.
—No, cariño, creo que se odiaba a sí misma. Por alguna razón, tú eras su válvula de
escape.
—¿Por qué se odiaría a sí misma? Mi madre era muy hermosa, muy encantadora y
aparentemente muy popular. Era una buena madre y muy bien considerada en la
comunidad. —¿Acabo de decir que era una buena madre? Bueno, a pesar de su trato hacia
mí, mis dos hermanos y yo crecimos para ser adultos productivos. Era una empleada
ejemplar, ascendiendo rápidamente a la cima de mi campo, manteniendo a Bambi,
Thumper y todos sus amiguitos a salvo. Sam estaba administrando el próspero negocio
de construcción de su suegro, manteniéndolo a flote con éxito y haciéndose un nombre
en todo el estado, no solo a nivel regional. Y Dane... bueno, Dane, aunque parecía vivir
según sus propias reglas, se había hecho un nombre en la política local y era importante
en la iglesia de mamá. Entonces, en ese sentido, fue una buena madre, inculcando algunos
valores fundamentales del trabajo que se quedaron con nosotros.
—Hunter, conocí a tu madre antes de que se casara con tu padre. Sabes que ella vivió
el sueño típico de una joven siendo la reina del baile de graduación y del baile de
graduación de tercer y cuarto año, fue Miss Otter Falls y segunda finalista en el concurso
de Miss Vermont... 124
—Sí, nunca escuché el final de eso.
—Tampoco nadie más lo hizo. ¿Y sabes por qué? Porque es todo lo que ella tenía
para aferrarse. Fue la última vez en su vida cuando fue ella misma, cuando tenía el control
de su vida. Tu padre apareció, un hombre guapo que acaba de salir de la Marina, que
parecía un buen partido y creyó que iba a vivir el sueño americano con él.
—No exactamente. —Fue al fregadero y llenó una taza medidora con agua y volvió
a la mesa. Comenzó a agregar azúcar morena, luego azúcar blanca al tazón grande y
dijo—: Que yo sepa, tu padre nunca le levantó la mano, ¿verdad?
—Si lo hizo, no lo sé. Y créeme, estoy segura de que, si lo hubiera hecho, eso también
me lo habrían arrojado a la cara.
—Gracias, tía Cissy, —sonreí, feliz, sintiéndome como una niña pequeña otra vez.
—¿Puedo comer también algo de pasta antes de que la uses toda? —Me miró, esperando.
Entonces recordé—. ¿Por favor? —Jesús, era una niña pequeña otra vez.
Ella rio.
—¿Entonces estás diciendo que realmente fue culpa de mi padre que mi madre fuera
como era?
—Para nada. Fue culpa de ambos. Tu padre debería haberla dejado en paz. Punto.
Devastadoramente guapo, aunque era un sinvergüenza desde el principio y tu madre se
merecía algo mejor. También ustedes, niños. —Agregó las chispas de chocolate a su 125
mezcla y continuó revolviendo—. Por otro lado, tu madre debería haber estado menos
enfocada en lo que otras personas pensaban o en cómo se veía para ella estar con alguien
que tuviera menos apariencia de ídolo de matiné. Las apariencias lo eran todo para ella y
trató de mantener eso. Especialmente después de que tu padre se fuera.
—Y nunca encajé con sus estándares de lo que era aceptable. Nunca escuché el final
de su decepción porque su vida no era lo que yo quería, su incredulidad de que no tenía
una cita todos los fines de semana o un novio estable o ninguna de esas cosas que no me
interesaban. Nunca hubo una disminución de ese tono, ¿sabes? Ese que siempre decía,
¿qué te pasa? No eres lo suficientemente buena, nunca estarás a la altura. a Ridiculizó
todo lo que hice. Fuera lo que fuera, nunca estaba bien. —La frustración en mi voz era
clara.
—Solo porque no lo hiciste a su manera, no significa que no estuvo bien —dijo la tía
Cissy, suavemente—. Siempre fuiste una chica muy bonita y te has convertido en una
mujer deslumbrante. También pareces un alma hermosa, cariño. Por qué nunca eligió
reconocerlo, nunca lo sabré. Por qué eligió desquitarse de sus defectos personales contigo
es algo que nunca entenderé. Tus hermanos podrían salirse con la suya en un asesinato,
pero te metía en el infierno por todo. —Como gesto de consuelo, me entregó una cuchara
sopera llena de masa para galletas cargada con chispas de chocolate amargo. Dejó caer el
primer lote en una bandeja para hornear galletas, las metió en el horno y trajo la cafetera
para volver a llenar nuestras tazas—. Tu madre nunca debería haberte repudiado porque
te gustan más las mujeres que los hombres. No tenemos control sobre ese tipo de cosas.
Vaya, diablos, si fuera aceptable estar enojado con mis hijos por de quién se enamoraron
no estaría hablando con tres de ellos. Si tu abuela hubiera seguido esa filosofía, debería
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
haber repudiado a tu madre. Estoy segura de que ninguna mujer que trajeras a tu madre
hubiera sido peor que ella llevando a tu padre a casa de tu abuela.
En realidad, no me estaba diciendo nada que no supiera, pero fue bueno saber que
alguien más también lo notó. Simplemente validó mi creencia de que realmente no era
una mala hija. Hablamos con franqueza sobre mi madre y mi padre y aprendí pequeños
detalles de información que me ayudaron a armar una imagen más clara de por qué mi
infancia puede haber sido tan miserable.
Luego se hizo eco de las palabras que nos tenían a todos perplejos.
—Entonces, cuando tu madre te dejó esa casa, eso nos sorprendió a todos.
—Honestamente puedo decirte que fue lo que más me impactó. Todavía no sé por
qué lo hizo, nadie más parece saberlo tampoco, y no sé si alguna vez lo averiguaré.
—No, yo tampoco. Supongo que la única que sabe la respuesta es ella. 126
Después de cuatro tazas de café, media docena de galletas calientes y dos horas de
conversación para “ponerse al día”, era hora de irse. Quería irme a casa y tomar una siesta,
pero no había forma de que pudiera incluir eso en mi agenda inmediata. La tía Cissy llenó
una bolsa con una docena más de galletas y me las colocó sobre la mesa. Estaba
enjuagando mi taza de café en el fregadero cuando sonó el timbre.
—Hunter, cariño, ¿Atiendes? Necesito sacar esta tanda de galletas del horno.
—Claro —le dije mientras tomaba otra galleta fresca y caliente de la rejilla para
enfriar. Caminé hacia la puerta y la abrí para encontrar a una mujer de mediana edad
parada allí, sosteniendo un portapapeles y un puñado de folletos. Era unos centímetros
más baja que yo, de figura completa, bien vestida con un traje pantalón rojo, pero de
aspecto un poco demacrado. Tenía el pelo rojo brillante apartado de la cara con un
pasador, ojos oscuros, labios rojos y rosados, mejillas sonrosadas y una extraña nariz de
color amarillento. Me recordó a un Tickle Me Elmo18 de tamaño real—. ¿Sí?
—Hola, soy Vicky Stancliff y estoy aquí para recordarles que vayan a votar el
próximo mes y cuando lo hagan, agradeceremos su voto por Dane Roberge para el
Congreso. —Estaba a punto de darme algo con una foto de la cara de suficiencia de mi
hermano cuando me aparté de la puerta.
—Oh, bueno, mi esposo ha trabajado con él durante los últimos dos años. Creemos
que es justo lo que esta ciudad necesita para representarla.
—Bueno, ¿esa mujer de ahí? Es su tía y lo conoce desde hace treinta y un años y cree
que, si lo eligen, esta ciudad estará sumida en el guano de murciélago. Y su opinión es lo
suficientemente buena para mí. 127
Parecía que iba a decir algo, pero le dije que tuviera un buen día y le cerré la puerta.
Siguiendo una promesa a mi tía de no ser un extraño en su casa, tomé mi bolsa de galletas
y me fui para reencontrarme con mi prima, Shauna, luego con Nicole y Jeremy, luego con
Courtney. Luego a casa.
Mis primos, y lo que conocí de sus familias, estaban muy contentos de verme y la
única vez que surgió el tema de mi orientación fue cuando Shauna y yo discutimos el
incidente que llevó a Lesley a descargar su prejuicio sobre su hija. Shauna me dijo que a
su hija Lara, ya no se le permitía cuidar a los dos niños de Melendy. También me miró,
en toda su gloria de un metro sesenta centímetros y prometió que me patearía el trasero
si me iba de nuevo y no me mantenía en contacto.
Cuando salía de la casa de Shauna, sonó el timbre. Cuando estaba saliendo, le dije
que contestaría. Y allí estaba Tickle Me Vicky con su portapapeles y folletos. Parpadeó
y me preguntó si era la señora de la casa. Le dije que no, grité y le pregunté a Shauna si
iba a votar por Dane.
—¿Ese hijo de puta mentiroso? ¡Si él fuera el único candidato que se presentara, no
votaría! —fue su respuesta.
—Pero...
—¿Esa mujer ahí dentro? Bueno, ella es su prima mayor y lo conoce de toda la vida
y si lo encuentra demasiado deshonesto para votar, eso es suficiente para mí.
—Esa no es razón para no votar por él. Todos los políticos son deshonestos...
—Escucha, ella no creería nada de lo que dijera Dane Roberge, incluso si él dijera
que estaba mintiendo. —Le tomó un momento pensar en una respuesta a eso y durante su
vacilación, le recordé que tuviera un buen día y cerré la puerta. Decidí esperar hasta que
se fuera antes de despedirme nuevamente de Shauna y continuar con mi próxima visita.
Me detuve en casa de Jeremy primero. Estaba en casa, dando los toques finales a una
terraza en la que había estado trabajando las últimas dos semanas. Había cambiado en los
últimos siete años, ya que dejó de parecerse tanto a su madre y comenzó a parecerse a su
padre, lo que significaba que físicamente se parecía a mi más que a mis dos hermanos.
Sentí una calidez instantánea de Jeremy que nunca sentí de Dane y de repente me hizo
preguntarme cuándo y por qué las cosas habían ido tan mal entre mi hermano pequeño y
yo. Me presentaron a la esposa de Jeremy cuando ella nos trajo una cerveza a cada uno y
nos sentamos en la terraza que pronto se terminaría y nos pusimos al día.
Ambos estaban fascinados con mi carrera como guardabosque y la esposa de Jeremy 128
me invitó a hablar con su hija de nueve años en algún momento, ya que parecía estar
obsesionada con el medio ambiente y los programas de policías en la televisión y que tal
vez mi trabajo sería un camino natural para ella. Les dije que tal vez antes de irme,
podríamos pasar todos una tarde en Evergreen Ridge y podría explicarle exactamente en
qué trabajaba y ver si eso le interesaba. Tenía, después de todo, sólo nueve años. A los
diez, podría decidir que preferiría ser luchadora profesional.
Miré mi reloj y me di cuenta de que el día pasaba volando y mi prima, Nicole, llegó
a la puerta de atrás y me informó que estaba en casa, así que abracé a Jeremy y a su esposa
y les dije que me llamaran para concertar una cita para ese paseo por el parque. En ese
momento, escuchamos una voz detrás de mí decir:
—De hecho, si. —Miré a Jeremy y su esposa—. Esta es Vicky. Está haciendo
campaña por Dane.
—Agh. Creo que no. Gracias, pero no gracias. Ya es bastante malo que esté en la
familia, —Jeremy hizo una mueca.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
La expresión alegre de Vicky cayó y les agradeció por su tiempo y se volvió para
caminar alrededor de la casa.
Riendo para mis adentros, reiteré las despedidas rápidas y corrí por la puerta del patio
trasero de Nicole y llegué a la puerta principal justo cuando sonó el timbre.
—¿Otro primo? —preguntó ella, su tono más molesto que derrotado esta vez.
—Uh huh. —Me hice a un lado, permitiéndole el acceso a Nicole, quien se paró a mi
lado en la puerta.
—Señora, está perdiendo el tiempo aquí —le dijo Nicole—. Si esto fuera
“Superviviente” habría sido el primero en ser expulsado de la isla.
Mirándome, como si hubiera hecho que Dane fuera tan odiado, le dio las gracias a
Nicole y se fue.
La pobre Vicky debe haber pensado que el destino estaba en su contra porque el
momento era perfecto cuando salía de la casa de mi prima Courtney después de una visita
encantadora, abrí la puerta para encontrarme con Tickle Me Vicky justo cuando estaba a
punto de tocar el timbre de la puerta. Ni siquiera se molestó en quedarse y hablar con
Courtney, solo me gruñó y se fue.
₪₪₪₪₪
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Una hora más tarde, después de que Lisa había llegado a recogerme para ir a su casa
a cenar y pasar la noche, sonó el timbre. Mientras alimentaba a Orion, le pedí a Lisa que
abriera la puerta y después de un segundo la escuché gritarme:
Me levanté y lo que solo podría describirse como una sonrisa malvada adornó mi
rostro. No podía ser. Prácticamente corrí hacia la puerta, apareciendo detrás de Lisa con
una sonrisa de mierda en mi rostro.
—¿Quién eres?
—No mucho.
130
Tickle Vicky se limitó a negar con la cabeza.
—Eso es todo. Renuncio. Voy a ir a trabajar para Bill DeMartino. Al menos a todos
les gusta.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 18
Lisa iba a prepararme la cena, pero la convencí para que me dejara mostrarle mis
habilidades con la parrilla y, después de impresionarla con mi salmón y otros talentos
culinarios al aire libre, nos sentamos en su patio hasta bien entrada la noche, Oz y Deke
a nuestros pies durmiendo la siesta apaciblemente. Nos acostamos cerca de la medianoche
e hicimos el amor apasionadamente durante casi dos horas antes de quedarnos dormidas.
Cuando cerré los ojos, ella estaba segura en mis brazos, su espalda apretada contra mi
pecho y cuando me desperté a la mañana siguiente, me estaba acurrucando. Dondequiera
que nuestros cuerpos se tocaban, mi piel estaba en llamas. Todavía no podía creer las
sensaciones abrumadoras que esta mujer despertaba en mí. No quería que me dejara ir.
Después de prepararme otra taza de café y leer el periódico, busqué el nombre del
131
agente inmobiliario que mi madre estipuló y marqué el número de la oficina.
El agente que respondió, un caballero muy agradable llamado Todd Jardine, estaba
esperando mi llamada, pero cuando le dije que me gustaría programar una reunión con él,
me informó que había un problema. Cuando le pregunté qué podría ser eso, se quedó
bastante desconcertado y finalmente espetó:
—La validez del testamento está siendo impugnada por su hermano, Dane, citando
“Influencia indebida”. Acabo de recibir un aviso legal esta mañana. Parece que hay
algunas dudas sobre quién debería ser el verdadero destinatario de la casa. Lo siento,
señorita Roberge, pero hasta que se arregle, todos los tratos comerciales deben
suspenderse.
—Entiendo —le dije con los dientes apretados—. Gracias, señor Jardine, estaré en
contacto. —Coloqué el receptor en el soporte. —Porque esto pequeño hijo de puta —.
Cogí el teléfono para llamar a Sam al trabajo.
₪₪₪₪₪
En una hora, tanto Sam como yo estábamos sentados en el despacho del abogado de
mi madre. Ray Palmisano era un hombre bajo y robusto de aproximadamente sesenta y
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
tantos años, una cabeza llena de cabello entre cano y una nariz rosada y bulbosa debido a
demasiados años de consumo excesivo de alcohol. Su despacho estaba desordenado,
atestado de libros de leyes, archivos y papeles sueltos y reflejaba su apariencia. Su camisa
estaba solo medio metida y su corbata todavía estaba anudada pero tirada hacia abajo para
acomodar los dos primeros botones superiores abiertos de su camisa. Mi impresión inicial
de él no fue favorable.
Su secretaria nos trajo café a los tres y Palmisano colocó el papeleo necesario en su
escritorio frente a él. Luego me miró.
—Así que eres la hija misteriosa. Me he preguntado por ti durante mucho tiempo.
—Hunter —corregí.
—Es Hunter. Nadie me ha llamado Sarah desde que nací, —le sonreí a medias, con
la esperanza de que eso pudiera ayudar a romper el aire de tensión en la habitación. No
lo hizo cuando se centró de nuevo en el archivo de su escritorio, Sam se acercó y me dio
unas palmaditas en el brazo.
—Entonces, señor Palmisano, ¿qué significa exactamente esto? —le preguntó Sam
—. Realmente no hay base para esto, ¿verdad? Sabe que Hunter no tenía influencia sobre
mi madre, ni siquiera se hablaban, y usted y yo trabajamos en todo este testamento junto
con mi madre.
—Esto va a ser más una molestia que cualquier otra cosa. Piense en ello como un
árbitro que marca una falta técnica en un juego de baloncesto y el entrenador del jugador
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
infractor la cuestiona porque sabe que es una mala decisión. —Suspiró y se frotó los ojos
inyectados en sangre—. Como ya ha visto, Hunter, —puso énfasis adicional en mi
nombre—, el proceso de distribución se suspende temporalmente cuando se impugna un
testamento. Creo que puedo evitar que esto se ensucie y, con suerte, que se vuelva
demasiado costoso y haré todo lo posible por mantenerlo fuera de la sala del tribunal.
Pero si hay algo que necesito saber que pueda contribuir a la validez de su reclamo,
necesito saberlo ahora mismo. —Sus ojos se clavaron en mí, acusadoramente, y ya estaba
harta de su actitud.
—No tuve contacto con mi madre durante dieciséis años y, como le dirá Sam, ¡para
empezar, no quería la maldita casa!
—Le agradecería que no maldiga en mi despacho —me dijo en un tono que recordaba
a un padre regañando.
—Bueno, no he hecho nada para causar esto y Sam tampoco —dije a la defensiva.
—¿Dane cree que Sam influenció indebidamente a nuestra madre para que me dejara una
casa que ni siquiera quería? Eso ni siquiera tiene sentido.
—Pero estaba sentado justo aquí cuando ella insistió rotundamente en que la casa y
todo lo que hay en ella, incluida la gata, fuera para Hunter, —le recordó Sam a Palmisano.
—Está bien, dejando de lado todos los tonos acusadores, ¿qué sucede ahora? —
pregunté.
—Mira, he tratado con su hermano antes y entiendo que puede poner a prueba su
paciencia... —comenzó Palmisano, en un intento por apaciguar.
₪₪₪₪₪
—Sabía que estaba demasiado callado —le dije a Sam, afuera del edificio del
despacho de Palmisano—. No verlo ni saber de él de ninguna manera después de esa
noche en la casa estaba demasiado fuera de lugar para él.
—Hunter, él no tiene una razón sobre la que apoyarse —dijo Sam con calma—.
Puede gritar influencia indebida todo lo que quiera, pero esa voluntad es férrea.
—Sí... pero algo más está pasando. Sabe que sé sobre sus arrestos silenciados por
conducir borracho y sabe que, si salgo del armario públicamente, podría poner patas arriba
sus aspiraciones políticas haciéndolo parecer el hipócrita que es y, sin embargo, está
dispuesto a correr el riesgo de que lo hunda con la prensa local. ¿Por qué?
—Tal vez sabiendo que no tienes el tiempo o el dinero para pelear con él, piensa que
simplemente te rendirás y le darás la casa.
—Ya debería saber que nunca me rindo en lo que a él respecta. Tiene que ser otra
cosa. Quiere la casa. Mucho. ¿Por qué? —Miré a Sam—. No se trata de mí. Se trata de
esa casa. Solo soy un peón. ¿Qué hay en esa casa que lo tiene tan decidido a conseguirla,
por lo que estaría dispuesto a renunciar a su futuro en la política?
—Sabes… —Sam se detuvo, recordando—, ha sido bastante terco con la casa desde
que descubrió que mamá te la dejó a ti. Puede que tengas razón.
—Sam, ¿por qué me la dejó a mí? Eso simplemente no cuadra. La conocías mejor
que yo, ¿por qué lo haría?
Se apoyó en el Jeep.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—En realidad, Hunter, no tengo nada en tu contra, pero también pensé que eso era
extraño. Estaba bastante seguro de que le iba a dejar la casa a Dane porque él actuó casi
esclavo de ella, especialmente en los últimos años. Y si, por alguna razón, no se la dejaba
a Dane, entonces definitivamente vendría a mí... pero luego da ese giro de ciento ochenta
y es inflexible acerca de dejártela a ti. Sin explicación, solo: “Quiero que Hunter tenga la
casa y todo en ella, incluida Orion”.
—Estoy segura de que Orion fue solo por despecho. —Las ideas se arremolinaban
en mi cabeza, ninguna de las cuales tenía sentido.
—Por ahora. Se ha calmado o me está haciendo creer que lo ha hecho. Pero ha estado
durmiendo en la cama con nosotras, a nuestros pies, y en realidad nos quedan todos los
dedos de los pies. Sigo siendo cautelosa, pero...
—Por cierto, ¿cómo va eso? —preguntó Sam, con una ceja levantada y una sonrisa—
. ¿Tú y Lisa?
—Va muy bien, como si siempre hubiéramos estado en una relación. Honestamente,
nada en mi vida se ha sentido más correcto.
135
—¿Y cómo encaja eso en tu vuelta al oeste?
—Bueno, ahora, gracias a Dane, parece que tendrás un poco más de tiempo para
hacerlo.
₪₪₪₪₪
Sam y yo nos despedimos y llamé a Lisa para informarle sobre lo que había ocurrido
en el despacho de Palmisano y acordamos encontrarnos para almorzar. Había una gran
parte de mí que solo quería conducir hasta casa de Dane y confrontarlo (antes de que lo
golpeara contra el suelo) y preguntarle directamente qué estaba haciendo. Esto tenía más
que ver con él sintiéndose menospreciado, podía sentirlo. ¿Había algo sobre la casa que
debería saber? ¿Había algo dentro de la casa que Dane no quería que yo supiera? ¿Había
algo en esa casa que mi madre no quería que Dane o Sam tuvieran? Lo que había
comenzado como una herencia molesta ahora se estaba convirtiendo en un acertijo
molesto y en el que estaba decidida a encontrar la respuesta.
Sam me había dicho además que algo sucedió hace unos tres meses que cambió la
dinámica de la relación entre mi madre y Dane y fue un hecho que ninguno compartió
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
con él ni con nadie más, al parecer. Dijo que desde entonces las cosas eran “espinosas”
cuando estaban juntos, aunque ambos trataban de disimularlo. Le pregunté por qué no
había mencionado esto antes y me dijo que no era necesario. Nuestras conversaciones
pasadas sobre nuestra madre o nuestro hermano solían ser cortas y cualquier cosa, menos
dulces. Y, sinceramente, añadió, no había pensado mucho en ello. Estaba sorprendido de
que ella no se hubiera hartado mucho antes de las odiosas travesuras de Dane.
Le pregunté si, por lo que sabía, Dane había pasado algún tiempo concentrado solo
en la casa desde que murió nuestra madre. Me dijo que no sabía pero que lo dudaba.
Mamá sucumbió a un derrame cerebral masivo el martes por la mañana y él y Dane
estaban ocupados haciendo arreglos y simplemente lidiando con la situación. Entre ese
momento y la hora en que llegué el jueves por la noche, casi todo el tiempo de Dane había
estado controlado. Sam continuó diciendo que Dane hizo un comentario después de que
me fui de la reunión en casa de Sam y Trina la noche que llegué que no esperaba que
volviera tan pronto, si es que lo hacía. Quizás eso explicaba por qué se había tomado su
tiempo para entrar en la casa.
—Me he tomado la tarde libre. Después de hablar contigo, me puse a pensar en algo
que sé que también te estaba molestando. Así que llamé a Sam y le pregunté si había
arreglado tu habitación después de que te fueras, con todos tus trofeos y recuerdos y cosas
exhibidas y él me dijo que no, nunca tocó tu habitación. Me dijo la última vez que la vio,
que fue hace años porque tu madre siempre mantenía la puerta cerrada, la mayoría de tus
pertenencias estaban empacadas en cajas y no había nada en tus paredes, tocador o
cómoda. Creo que tenemos que volver a la casa y buscar en tu habitación.
Capítulo 19
Llevé a Lisa a su casa primero, para cambiarse de ropa y ver a los perros. Luego
regresamos a casa de mi madre y Sam nos encontró allí. Cuando convergimos en mi
antigua habitación, de repente me sentí como si estuviera en medio de un misterio de
Nancy Drew, con Bess y George a mi lado.
Mientras Lisa comenzó a sacar ropa y cajas del armario, comencé a hurgar en los
cajones y Sam comenzó a quitar fotografías, carteles, pinturas y artículos de las paredes
y de la habitación.
—¿Qué pasa con Palmisano? —le pregunté a Sam, mientras ordenábamos nuestras
tareas individuales—. ¿Por qué su actitud hacia mí? Ni siquiera he conocido al tipo antes.
—Es un cristiano muy fundamentalista —ofreció Lisa—. Supongo que él sabe que
eres gay y solo está siendo cortés debido a su larga alianza con tu madre.
—Pero, ¿cómo iba a saber que soy lesbiana? Estoy bastante segura de que no es algo
137
que mi madre le confesó y diría que su radar gay es probablemente peor que el de Liza
Minnelli.
—Bueno, ciertamente no se lo dije —se ofreció Sam, hojeando una caja que contenía
recuerdos de Sigourney Weaver de “Alien” y “Aliens”.
—Él y el esposo de Lesley, Wally, van a la misma iglesia. Supongo que se enteró de
esa manera. Apuesto a que eras un gran tema de conversación, especialmente después de
que dejamos a Lesley el sábado. —Lisa levantó mi chaqueta con letras y sonrió, antes de
tirarla al suelo.
Asentí.
—No lo sé. Mamá me odiaba, Sam. A pesar de lo que dices. Que me dejara esta casa
no tiene sentido. Al igual que dejar esta habitación así, especialmente si no la convertiste
en un santuario, no tiene sentido. Está tratando de decirme algo, o hacer algún punto.
Exactamente cuándo se convirtió en Miss Marple, no lo sé. ¿Pero en cuanto a lo que
estamos buscando? Espero saberlo cuando lo vea.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Mirando por la ventana, me di cuenta por el ángulo en que la luz del sol golpeaba los
paneles de vidrio en los que habíamos entrado en la tarde. Oscurecería en unas horas más.
Mi hermano se estiró y se frotó la espalda baja y rígida justo cuando mi adorable
compañera soltó un gruñido estomacal estruendoso. Sonrojándose, centrándose en sus
tobillos cruzados, murmuró:
Pasando mi mano por mi cabello, miré a Lisa y luego a Sam y señalé el desorden en
la habitación.
—Podría revisarlo de nuevo... He visto algunas cosas que olvidé que tenía y que no
podría tirar después de todo.
—Me pido esto. —Se la puso y se subió las mangas hasta los antebrazos. Era como
cuatro tallas más grande que ella y se veía tan linda que incluso Sam no pudo evitar
sonreír.
—Oh, ¿no es dulce? Lo siguiente que sé es que estarás atrapada, —se rio.
—¿Atrapada? No han hecho eso desde los años sesenta, ¿verdad? —preguntó Lisa.
—Sam, perdón por la falsa alarma —le dije. —Debería haberlo acompañado hasta la
puerta, pero realmente no quería moverme.
—Bien. Asegúrate de que la puerta esté cerrada con llave detrás de ti —le dije
mientras bajaba las escaleras. Miré a Lisa, con avidez, una vez que escuché la puerta
cerrarse—. No quiero interrupciones sorpresivas —ronroneé antes de bajar mi rostro
hacia el de ella.
—Finalmente —dijo Lisa con fingida exasperación—, puedo tener sexo contigo en
tu habitación. Otra fantasía cumplida.
—¿Sí? Bueno, una fantasía mía en este momento sería tenerte en nada más que con
mi chaqueta.
Suspiró con emoción reprimida, su respiración entrecortada, sus ojos brillando hacia
mí con anticipación.
₪₪₪₪₪
Había sido interesante hacer el amor con Lisa en mi antigua cama y tenerla ataviada
con nada más que mi chaqueta vintage granate y plateada de la escuela secundaria,
mientras mantenía toda mi ropa puesta. Pero lo que mejoró la experiencia fue exorcizar
el recuerdo de la única otra mujer que había estado en esa cama conmigo.
que era comprensible que estuviera cansada. Aunque estaba preocupada por el tema de la
casa, pronto estaba durmiendo la siesta con ella.
—Shhh, vas a despertar a Lisa —amonesté en voz baja a la gata, que saltó alrededor
de los pies de la cama antes de caminar sobre Lisa y pararse sobre mi pecho. Orion luego
dio vueltas en círculos, sin dejar de maullar—. Lassie, ¿qué pasa? —bromeé manteniendo
mi voz baja—. ¿Timmy se cayó al pozo?
Fue entonces cuando olí el humo. Paralizada, detuve todo movimiento y tomé
algunas respiraciones medidas para asegurarme de que no lo había imaginado. No. Se
estaba volviendo más espeso y comenzaba a quemarme la parte posterior de la garganta.
Agarré a Orion y sacudí a Lisa, frenéticamente.
—¡Lisa! ¡Vamos, cariño, tenemos que salir de la casa, vamos! —Corrí fuera de la
cama y tiré de ella para que se pusiera de pie. Atontada y aturdida, se despertó
rápidamente cuando le espeté que pensaba que la casa se estaba en llamas—. Ponte esto,
—le lancé un par de pantalones de chándal y mientras ella se los ponía, agarré una 140
camiseta y se la entregué mientras la tiraba de la muñeca hacia el pasillo.
Una vez en el jardín delantero, con la garganta y las fosas nasales escociéndome por
la ceniza y el corazón latiendo casi a la altura del pecho, divisé el origen del humo. El
garaje estaba en llamas y las llamas comenzaban a lamer el costado de la casa.
Fue entonces cuando recordé que el auto de mamá todavía estaba allí y, aunque estaba
averiado, probablemente todavía tenía gasolina y había, sin duda, otros aceleradores en
el garaje. Esto no era bueno.
Lisa corrió hacia mí, Orion aún estaba seguro dentro de su chaqueta.
—Lisa, necesito que regreses. No sé qué hay en el garaje que pueda ser combustible
y…
—Lo haré cuando llegue el departamento de bomberos. Tengo que mantener el agua
a un lado de la casa.
—¡No! ¡Salvar esta casa no vale tu vida! —Su tono era decidido y suplicante y, con
su mano libre, tiraba de mi brazo.
141
Tenía razón. Si había un secreto en esa casa, moriría en el fuego. Dejé de apretar el
mango y dejé caer la manguera, regresando con ella a la calle donde los vecinos y curiosos
habían comenzado a reunirse. Momentos después, tres camiones del departamento de
bomberos y una unidad de paramédicos entraron a toda velocidad y se instalaron, se
engancharon a la boca de riego cerca del camino de entrada de al lado y se pusieron a
trabajar de inmediato. El rugido de las mangueras cobrando vida y la corriente del agua
golpeando el costado del garaje como un monzón casi superó el crepitar y el silbido de
las llamas.
—¿Qué ha pasado? —La pregunta vino de quién asumí que era el capitán. Se paró
frente a mí mientras los paramédicos nos atendían tanto a Lisa como a mí. Un paramédico
estaba tratando una marca de color cereza en mi palma que ya había comenzado a
ampollarse, donde había sostenido la boquilla caliente. Realmente no había notado el
dolor hasta que comenzó a vendar la herida, que de repente sentí como si mi mano
estuviera sosteniendo un carbón caliente atravesado por una daga. Definitivamente era
una quemadura de segundo grado.
Observé cómo el poderoso chorro de las mangueras contra incendios hacía un trabajo
rápido para controlar las llamas del garaje.
—No lo sé. Estábamos en mi habitación y la gata ha entrado actuando como una loca
y luego he olido humo. Hemos salido y ahí ha sido cuando hemos visto el garaje en llamas.
—Ayer por la tarde. Escuche, hay un automóvil allí y puede tener gasolina y puede
haber algún otro inflamable…
—Disculpe, ¿señorita…?
—Roberge.
—Voy a necesitar obtener algo de información de usted. ¿Estás bien para hablar
conmigo ahora?
—Si estoy bien. —Y lo estaba, aunque todavía me ardían la garganta, la nariz y los
ojos. Respondí a sus preguntas generales, que incluían darle toda mi información vital, si
era o no propietaria, alquilada o simplemente estaba visitando la casa y lo que estaba
haciendo en el momento en que estalló el incendio. Después de darle todos los detalles
que estaba buscando, le pregunté:
—Lo que digo es que no creo que este incendio se haya iniciado solo.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 20
El garaje y todo lo que había en él era una pérdida total. Afortunadamente, solo el
costado de la casa estaba ligeramente carbonizado y el daño interior por el humo era
menor. Debido a eso, tomé la decisión de quedarme allí en lugar de mudarme
temporalmente con Lisa. Estaba convencida ahora más que nunca de que había algo en la
casa que Dane no quería que encontrara y mi madre sí.
Con mi mano vendada sin apretar con gasa y aunque todavía tenía escozor en mis
pulmones y la parte posterior de mi garganta seguía ardiendo un poco, rechacé más
atención médica, al igual que Lisa. Una vez que el fuego estaba apagado, las preguntas
estaban hechas y la investigación para determinar la causa estaba en marcha, Lisa y yo
volvimos adentro. Estaba a punto de llamar a Sam cuando él y Trina entraron corriendo
por la puerta principal, alarmados y molestos.
—Sí —respondió Trina—. Lo que queda de él—. Vio mi mano envuelta—. ¿Te has
quemado?
—Sí, mamá, estoy bien, —la escuché decir—. No, nadie ha resultado gravemente
herido. La mano de Hunter se ha quemado mientras intentaba apagar el fuego, pero... —
Desapareció en la otra habitación.
—¿Qué esperabas? Si no hubiera sido por la maldita gata, las dos fácilmente
podríamos haber sido bichos crujientes. —Ese pensamiento me hizo vaciar el contenido
de mi botella en tres largos tragos.
—Hunter, ¿en qué estás pensando? —preguntó Sam con cautela—. ¿Dane?
—No, no crees que Dane haya provocado ese incendio... ¿o sí? —El tono de Trina
era incrédulo. Miró de un lado a otro a Sam y a mí. Cuando ninguno de nosotros le
respondió de inmediato, dijo—: Sé que puede ser el idiota más grande de la costa este,
pero ¿realmente crees que es capaz de esto?
Lisa regresó a la habitación y antes de que nadie más pudiera hablar, el capitán de
bomberos llamó a la puerta de la cocina. Todavía vestía sus pantalones aislantes de
protección estructural, su camiseta azul marino con el logo debajo de los tirantes, con la
capucha quitada de la cabeza y colgada alrededor del cuello. Su casco rojo, que denota su
condición de capitán, estaba escondido debajo de su brazo izquierdo. Su rostro bronceado 144
estaba curtido y espolvoreado con ceniza blanca y negra y su abundante cabello negro
estaba pegado a su cabeza con sudor. Le abrí la puerta y él dio un paso adentro. Traté de
ubicarlo como alguien que podía haber conocido desde mi infancia, pero no había ninguna
sensación de familiaridad allí. Sus ojos alertaron sobre mi cuñada en reconocimiento.
—Hola, Trina.
—Hola Chuck, —reconoció. Hizo un leve gesto a todos los demás en la habitación.
—Te acuerdas de mi esposo, Sam. Esta es su hermana, Hunter, y…
—Lisa Riordan —terminó por ella—. He testificado para ella un par de veces. —Se
acercó y estrechó la mano de Lisa—. ¿Cómo estás?
Volvió mirarme.
—Ya he llamado al jefe de bomberos del condado. Por lo que puedo ver, y esto es
solo preliminar, los patrones de las quemaduras son consistentes con un incendio
provocado.
—Sí.
—¿Disputa familiar? —me erice—. ¡Esto no es…! —Sentí una mano firme
enroscarse alrededor de mi antebrazo y Lisa leve pero deliberadamente se inclinó hacia
mí. Su gesto funcionó e inmediatamente me mordí la lengua—. ¿Quién es Jimmy?
—¿Son amigos? No puedo ver nada más que un encubrimiento si son amigos —les
dije enfadándome de nuevo.
Una vez que cerró la puerta, hubo un incómodo silencio en la habitación. Sam fue el
primero en hablar.
Sam recogió nuestros envases vacíos y los colocó sobre el mostrador y sacó cuatro
botellas del refrigerador, quitó las tapas y nos entregó una a cada una. Trina y yo
estábamos tratando de no mirarnos. Me di cuenta de lo que estaba diciendo y no era a
favor de Dane o en mi contra, solo estaba tratando de darme tiempo para no reaccionar
tan emocionalmente y considerar el impacto de señalar con el dedo a mi hermano. Sin
embargo, ella tampoco era la que había estado a punto de ser incinerada por el bastardo.
—¿Y se supone que eso me hará mantener la boca cerrada sobre mi hermano menor
tratando de matarme?
—No lo odio, Trina. Pero seguro que no me gusta. Ponte en mi lugar. Estoy de
acuerdo con tu amigo, —asentí con la cabeza hacia la puerta—, si Dane no lo ha hecho,
no debería tener problemas para demostrarlo. Pero ya me he cansado de jugar limpio.
₪₪₪₪₪
Una vez que el aire dejó de estar tan denso por la tensión que coincidió con el olor a
humo finalmente disipándose casi imperceptiblemente, Trina y yo llamamos a una tregua.
Aunque estábamos pensando en diferentes direcciones, ella y yo finalmente nos
respetamos lo suficiente como para estar de acuerdo en estar en desacuerdo. Realmente
no creo que ella pensara que Dane era incapaz de tal acto, era más que no quería creer
que realmente lo llevaría a cabo. Y, aunque Lisa nunca lo vocalizó, tuve el presentimiento
de que sentía lo mismo. 147
Tal vez debería haberme impactado más pero no fue así y era obvio que tampoco
parecía sorprender a Sam. Quería ser una mosca en la pared cuando “El Jiminator”
recogiera a Dane y comenzara a interrogarlo sobre el incendio y le hice ese comentario a
mi hermano mayor después de que Trina y Lisa salieron para echar otro vistazo al garaje.
—¿De verdad crees que hay una posibilidad de eso? —Metí la mano debajo del
soporte del microondas y tomé la guía telefónica, colocándola en el mostrador. Mi tono
le dijo que ni siquiera estaba en mi ámbito de posibilidades que Dane pudiera ser inocente.
—Siempre hay una posibilidad, por pequeña que sea, y mi trabajo es ser el abogado
del diablo.
Eso era cierto. Sam siempre discutía en mi contra, tomando el lado opuesto a lo que
sea que me estaba excitando, ya sea que creyera en lo que estaba debatiendo conmigo o
no. Siempre había sido irritante. Encontré una sonrisa para él.
—Bueno, si no es él, entonces es una coincidencia terrible. Esta casa ha estado aquí
¿cuántos años y una persona desconocida decide prenderle fuego ahora? Vamos, Sam, no
he estado en la ciudad todavía el tiempo suficiente para molestar a nadie tanto. Excepto
tal vez la hermana de Lisa. —La imagen en mi mente de Lesley, probablemente tres hojas
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
al viento, tratando de prender fuego al garaje, me hizo sonreír más. Si estaba tan borracha
como la última vez que la había visto, habría tenido suerte de no echarle el aliento al
fósforo y quemarse antes de que llegara al garaje.
Miré para ver que ella y Trina habían regresado de afuera. Lisa se paró a mi otro lado
mientras hojeaba las páginas amarillas.
—¿Aparte de ti? Solo Sam siendo Sam. —Miré la tez inusualmente pálida de Trina—
. ¿Estás bien?
—Solo si ordenamos de The Panda —dijo Sam—. La última vez que pedimos comida
de ese otro lugar, me arrepentí durante tres días.
148
—Eso es porque no me creíste cuando te dije que condimentaban su pollo General
Tao con pimienta chi-chien, —Trina lo empujó juguetonamente. Ella volvió a mirarme—
. Las llamas salieron disparadas de su trasero durante casi una semana.
Me reí.
—Voy a lavarme. También votaré por The Panda, pero lo que sea que decidan, me
gustaría un poco de sopa agridulce, dos rollitos de huevo con camarones, pollo con
sésamo, arroz integral y una docena de cangrejos rangoon.
—Seguro que come mucho para ser alguien tan pequeña... —declaró finalmente
Trina.
—Sí, —sonreí—, lo almacena ahora para tener energía para quemar más tarde. —
Entendiendo lo que quería decir al mismo tiempo, Sam y Trina rápidamente se miraron,
luego al suelo y luego a mí, tímidamente—. ¿Órdenes, por favor?
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 21
Levanté las manos con las palmas hacia afuera, al nivel de mis hombros y comencé
a levantarme lentamente.
—¿Más? —Sonaba como si estuviera a punto de reír o llorar—. ¡No he hecho nada!
¡No he provocado ese fuego! ¡No estaba cerca de aquí! He ido a un desayuno de negocios
en el Holiday Inn esta mañana de siete a nueve y media con dos colaboradores de la
149
campaña y al menos una docena de testigos, luego he ido directo al trabajo y he estado en
una reunión de comité con otras seis personas desde el mediodía hasta que Macri me ha
sacado de allí. —Estaba agitando el arma salvajemente.
Eso me detuvo en seco. Si Dane no estaba cerca de la casa en todo el día, ¿quién
había provocado el incendio? Estudié a mi hermano menor quien, a pesar de toda su
desagradable valentía anterior, parecía muy vulnerable en ese momento. ¿Acababa de
cometer un terrible error que podría costarme la vida a mí o a alguien más en esta
habitación?
—Está bien, Dane, —mi voz era tan calmada y tranquilizadora como pude—, deja ir
a Lisa, Trina y Sam. Soy yo a quien quieres, conmigo estás enojado, déjalos ir y tú y yo
podemos hablar.
—¿Tú? No te quiero, Hunter. La casa la quería, pero no a ti. No, no estoy aquí por ti.
—Se concentró en Sam—. Estoy aquí por ti.
₪₪₪₪₪
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Al unísono, la cabeza de todos, incluida la mía, giraron hacia Sam, que parecía
atónito. Me volví hacia Dane.
—¿Qué ha hecho Sam? —repitió sarcásticamente—. Así es... Sam nunca haría nada.
Sam es perfecto. Sam es el chico dorado. ¿Cierto, Hunter? ¿No es así como solíamos
llamarlo?
Estaba más que confundida. ¿Por qué Dane me hablaba como si él y yo fuéramos
viejos amigos y por qué iba tras Sam?
—Sam... ¿De qué está hablando? —Trina obviamente estaba tan perpleja como el
resto de nosotras.
—¡Díselo, Sam, o lo haré! —La agresión en la voz de Dane envió un escalofrío por
mi espalda. Pero el tono de Sam, cuando respondió, me dejó helada hasta los huesos. Era
un gruñido controlado, gutural, y si no lo hubiera estado mirando directamente y hubiera
visto que sus labios se movían, nunca hubiera creído que era él quien hablaba. La sorpresa
en los rostros de Lisa y Trina reflejaba la misma incredulidad.
—Cierra la puta boca, Dane. Cíñete al plan o lo arruinarás todo —siseó entre dientes.
—Ya no estás a cargo del programa, Sam. Ya he terminado. Ya es bastante malo que
tenga que vivir con las cosas que he hecho, pero no voy a caer por las cosas que tú has
hecho.
Sam permaneció sentado pero su postura se relajó, indicando que no le tenía miedo
a Dane.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Ten cuidado con lo que dices —le advirtió a nuestro hermano menor, su voz
todavía ominosamente alterada—. No olvides que hay un abogado en la habitación.
El foco luego se volvió hacia Lisa, cuyos ojos estaban tan abiertos como los míos y
los de Trina. Ella levantó las manos en señal de concesión.
Mientras escuchaba este intercambio entre mis hermanos, me encontré sin poder
hablar. Por lo general, nunca me quedaba sin palabras, pero sentí que los dos hombres en
la habitación con los que compartía padres e infancia eran completos extraños, nadie que
hubiera conocido antes. Donde normalmente habría saltado y puesto del lado de Sam
contra Dane, no pude hacer nada excepto quedarme quieta.
—¿Por qué has dejado que Macri me saque de una reunión y me cuestione sobre algo
que sabes que no he hecho? —Dane estaba agitado, hablándole a Sam como si el resto de
nosotras no existiéramos—. ¡¿Por qué has dejado que Chuck Sawtelle se fuera de aquí
pensando que he causado ese fuego?! ¡Poniendo sospechas sobre mí porque eso no estaba
en el plan!
—O te voy a enterrar.
—Sí, eres bueno para enterrar cosas, ¿verdad, Sam? —Dane comenzó a caminar. Se
secó el sudor de la frente con el dorso de la mano que no sostenía el arma.
—¿Qué estoy tirando? ¡Demasiado tarde, lo acabas de hacer por mí! —tronó Dane.
Apenas mirando en mi dirección, Dane hizo una bola con su mano desarmada y, entre
dientes, le dijo a nuestro hermano mayor:
—Pero no has hecho nada para detenerla, ¿verdad? Estoy cansado de eso, Sam.
Ahora Macri lo sabe todo.
—Él me ha dejado ir a casa para poner mis asuntos en orden y luego voy a regresar
para entregarme. Pero él y sus muchachos están en camino aquí para buscarte, Sam.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Sam, ¿qué diablos está pasando? —Trina exigió saber. Su tono era asustado, pero
determinado. Se hizo eco de mis sentimientos, así como los de Lisa.
Estaba dividida entre querer saber qué diablos estaba pasando y lo que Dane le había
confesado a Macri que había causado que Sam se volviera tan extraño y amenazante.
Supuse que iba a resultar ser lo mismo. Miré a Trina, quien se quedó atónita en silencio
por las palabras de su marido, normalmente afables. Luego miré a Lisa, que estaba
paralizada por la interacción entre mis hermanos.
—Sam, le he dicho que has provocado el fuego. Y luego le he dicho por qué.
—Hunter, nunca has creído a Dane, ¿por qué querrías empezar ahora?
—Hunter, Jesús, ya era bastante malo pensar que Dane haría tal cosa, pero sabes que
Sam nunca…
—No, Dane, no te calles —insté—. Deja de ser tan malditamente críptico y di para
qué estás aquí. —Sam obviamente estaba ocultando algo que Dane sabía y si Sam era
culpable de iniciar el incendio del garaje o no, quería saber por qué estaba tratando de
evitar que Dane hablara.
—Cállate, Dane, ¿qué te pasa? ¡Sam no es capaz de ese tipo de maldad! Esto es
ridículo. Sam nunca haría tal cosa. Guarda el arma e intentaremos ayudarte con tus
problemas —le dijo Trina poco realista. Si la situación no hubiera sido tan grave, habría
puesto los ojos en blanco.
—Claro que la hay. No sé qué podría hacer Sam. Además, cuando llegue Macri,
quiero asegurarme de que Sammy va a confesar.
—Eres un maldito idiota —se burló de Dane—. Ya casi estábamos ahí. Solo tenías
que decirle a Macri que no lo habías hecho, probar que tenías una coartada y dejarme
hacer el resto.
—No me gustan, pero no las quiero muertas. Deberías haberme dejado impugnar el
testamento. Me habría quedado con la casa y lo hubiéramos hecho.
₪₪₪₪₪
Esto no era cierto en mi caso. Como en cámara lenta, aunque solo había sido una
fracción de segundo, un sonido agudo resonó en mis oídos y luego escuché antes de sentir 154
el golpe del impacto. La fuerza de la bala me hizo girar y me tiró al suelo como si me
hubiera golpeado un Louisville Slugger20. Sentí como si la parte superior de mi cuerpo
explotara. La bala había entrado por la parte derecha de mi pecho y había salido por mi
espalda, justo debajo del omóplato, sintiéndose como un picahielos caliente que entraba
y permanecía dentro. Entonces realmente empezó a arder.
Parecieron horas antes de que pensara en respirar cuando una sensación continua que
recordaba el agua hirviendo que se vierte en mi herida me invadió, adormeciéndome el
brazo derecho, el hombro y el pecho. Comencé a tener náuseas y mareos y justo antes de
desmayarme, escuché gritos y alaridos, voces que reconocí y otras que no, y luego lo
último que recuerdo era la cara de Lisa. Estaba llorando y su expresión era de terror y sus
labios se movían, pero no podía oírla.
Capítulo 22
—Hola, cariño... por fin estás despierta. —Mi atención se concentró en un rostro
hermoso y unos ojos verdes cálidos y afectuosos.
—Lo siento —suspiré, mi cabeza cayendo hacia atrás sobre la almohada. —Lo siento
mucho.
—Shhhhhh —me tranquilizó Lisa. Volvió al baño y volvió a salir con una toallita
mojada. Limpiándome la cara con amor, frunció los labios y se volvió hacia la
enfermera—. Creo que podría haberse saltado un punto o dos.
—¿Qué pasó? —Finalmente pude preguntar—. Sé que Dane me disparó, pero... ¿qué
pasó?
—Tres días.
Mientras digería eso, la enfermera regresó a la habitación con lo que iba a necesitar
para hacer lo que fuera que iba a hacer.
₪₪₪₪₪
Habíamos estado solas durante al menos diez minutos antes de que Lisa hablara.
Parecía aprensiva y como si hubiera comenzado a decir algo varias veces, pero se detuvo.
Parecía estar tratando de ordenar sus pensamientos antes de hablar.
—¿Sam, también?
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Miré hacia otro lado. Sam no. Pero sabía que era verdad porque mientras me
recordaba lo que pasó, mis últimos momentos conscientes antes de que me dispararan se
repitieron en mi cabeza. Todavía estaba atónita por lo que había ocurrido en esa sala y
cómo mi vida había cambiado drásticamente incluso antes de que la bala me alcanzara.
Escuchar el oscuro intercambio entre Dane y Sam fue suficiente para determinar que el
Sam que creía conocer no era la persona que realmente era. Y el golpe de eso fue tan
malo, si no peor, que el impacto de recibir un disparo.
—Lisa, ¿qué diablos está pasando con mi familia? —le pregunté en un tono más
resignado que enojado—. ¿Y quién es Heather Cushing?
—Simplemente... no puedo creerlo. —De repente me sentí como Alicia cayendo por
la madriguera del conejo.
—Lo sé, cariño, es mucho para absorber en este momento. ¿Quieres hablar de ello
más tarde? ¿Cuando estés un poco más coherente?
Asintiendo, continuó.
—Sam y Dane se están señalando con el dedo, diciendo que el otro lo hizo.
—¿Porque me dispararon?
—Según lo que Dane le dijo a Macri, había sido enterrada en el viejo bosque detrás
de Sparrow Pond. Pero cuando se compró esa área para construir un nuevo centro
recreativo, Sam desenterró los restos antes de que su empresa pudiera comenzar a
excavar. Los escondió en un lugar temporal hasta que tu madre se fue a un crucero de tres
semanas con otros tres miembros de la iglesia, que Sam la convenció y que él y Dane
ayudaron a pagar. Luego Sam hizo una pequeña reconstrucción en la pared de tu armario.
Pensó que como tu madre nunca entraba allí, de todos modos, era el escondite perfecto.
Además, dado que parecía ser un hecho que la casa sería para él o para Dane cuando ella
muriera, debería haber sido pan comido.
—Aparentemente. Hace unos tres meses, escuchó a Dane hablar con alguien por
teléfono y sumó dos y dos sobre Heather. Cuando descubrió que era Sam con quien estaba
hablando, fue un golpe devastador, pero cuando supo que los restos de Heather estaban 158
en su casa, fue entonces cuando todo se volvió demasiado para ella, lo que resultó en su
accidente cerebrovascular fatal. Pero no antes de que cambiara su testamento.
Que estuviera hablando de mi familia era surrealista. Sabía que íbamos a ser
inmortalizados en el programa Dr. Phil.
—No lo sé. Supongo que lo explicaba todo en una carta que acompañaba a tu copia
del testamento.
—Así que eso era lo que había en la casa que tenía a Dane tan loco por conseguir.
—Sí. Y Sam pensó que todo saldría bien y que Dane estaba exagerando. La
mantuvieras o la vendieras, él la quemaría hasta los cimientos.
—¿Conmigo en ella?
—Sí...
—Bueno... Sam lo encontró. —Reaccionó abriendo mis ojos—. Sí, lo sé. Furtivo.
Era una copia de la carta que está con tu copia del testamento. Estaba pegada detrás de
uno de los premios deportivos colgados en tu pared. Supongo que pensó que cuando
fueras a quitar todo la encontrarías. Fue escrita una semana antes de que muriera. En la
carta decía que le dio instrucciones a Palmisano para que incluyera una copia sellada de
la carta con tu copia del testamento, Sam supo que él y Dane finalmente serían atrapados
y él no quería eso, así que arregló que murieras “accidentalmente” en un incendio. Y
entonces el secreto seguiría siendo entre él y Dane. Gracioso, ¿no? ¿Dane es el que al
final tuvo conciencia?
Mi cabeza estaba dando vueltas de nuevo. ¿Quién era esta horrible persona que
habitaba el cuerpo de mi precioso hermano? Si esta Heather Cushing desapareció en el
tercer año de Lisa, Sam y Dane se habían aferrado a esto durante unos doce años. Eso
habría hecho que Sam tuviera veintitrés años y estuviera casado con Trina durante un año
y Dane dieciocho y aún no se hubiera casado. ¿Cuál había sido su conexión o
participación con esta joven?
—Claro, tengo muchas conjeturas en este punto, pero probablemente sean las mismas 159
que tú. —Se encogió de hombros—. Del estado de ánimo en el que se encontraba Dane,
realmente no tengo ninguna duda de que confesará y cooperará y entonces todos lo sabrán.
¿En cuánto a Sam? En este punto, lo que hará es una incógnita.
—Es comprensible que sea un desastre. Realmente creo que no tenía ni idea de nada
de esto.
—Hunter, no está viendo a nadie. Tan pronto como la policía termine con ella, se irá
a vivir con su madre a St. Johnsbury. Necesita tiempo para arreglar las cosas. No te culpa
por nada de esto y, sin embargo, de una manera indirecta, lo hace. Hay una parte de ella
que siente que, si no hubieras regresado, todo sería como antes.
—Dijo eso cuando Macri se llevó a Sam. Estoy segura de que fue solo una reacción
instintiva.
—La tengo. Está bien. Se está quedando en mi habitación libre y los chicos no se
maten entre ellos. Bueno... dudo que la mataran, pero no estoy tan segura de que ella no
hiciera comida para gatos con ellos, —sonrió.
—El médico vendrá a hablar contigo más tarde, así que eso es algo que tendrás que
decirme. Por cierto, tu tía Cissy, que es tu pariente más cercana ya que tus hermanos no
pueden estar aquí, está esperando para verte. Ella generosa y amablemente habló con el
personal sobre permitirme acceso prioritario. El administrador del hospital es un amigo
mío, de todos modos, así que eso también ayudó. No quiero poner a prueba su fortaleza,
así que iré a buscar una taza de café y hacer algunos mandados mientras Cissy te visita y
volveré. —Besó suavemente mis labios secos y agrietados—. Te amo, Hunter.
—¿Quieres decir, aparte de que ambos hermanos casi me matan dos veces en un día,
y descubrir que mi familia está más loca que las chinches y que realmente hay un
esqueleto en mi armario? Estoy bien.
₪₪₪₪₪
Dos días después, me dieron de alta del hospital y estaba de vuelta en casa de Lisa.
Ella había solicitado que mis maletas y otras pertenencias personales que no se
consideraban parte de la escena del crimen fueran llevadas a su casa. El teniente Macri
había realizado algunas visitas de cortesía al hospital, pero fue muy cauteloso en su
indagatoria. Dane le había dicho que yo no estaba involucrada de ninguna manera y
debido a las circunstancias de mi ausencia durante todo esto y luego de ser víctima de mi
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
hermano también, sus entrevistas conmigo fueron superficiales. Me pidió que fuera a la
comisaría cuando saliera del hospital para leer y firmar algunas declaraciones.
Sam no estaba hablando con nadie y estaba bajo vigilancia suicida en confinamiento
solitario. Dane accedió a verme en contra del consejo de su abogado. Debido a las
circunstancias, se nos permitió reunirnos solos en las salas privadas que normalmente se
reservan para las reuniones entre abogado y cliente o los interrogatorios policiales.
La prisión de seguridad media del pueblo era un edificio de acero y hormigón de dos
plantas que, excepto por el alambre de púas que rodeaba el perímetro, parecía que podría
haber sido una escuela o un edificio de oficinas. Al ingresar a las instalaciones, pasé por
un detector de metales, me registré en el escritorio y me recibieron en la oficina del
superintendente el subdirector y Macri. Me dijeron que Sam no estaba comiendo y que,
si rechazaba una comida más, tendrían que internarlo a la fuerza en el hospital. Les 161
pregunté una vez más si le pedirían a Sam que me viera. El subdirector, un hombre oso
cuya placa con el nombre en su escritorio decía “Corben”, me dijo que lo intentaría de
nuevo, pero hasta ahora Sam se había negado a recibir visitas y ni siquiera hablaba con
su propio abogado, por lo que dudaba de mi hermano hablara conmigo. Entonces le dije:
Ambos hombres me miraron como si estuviera tan loca como el resto de mi familia.
—¿Señor Corben? ¿Podría entregar el mensaje usted mismo? Creo que eso también
puede marcar la diferencia.
Me miró por segunda vez como si me hubiera perdido por completo y en un tono
condescendiente, dijo:
—Supéralo, Pete. Tenemos que intentar cualquier cosa en este momento para que
este tipo hable. Los Cushing necesitan cerrar esto, necesitan saber por qué murió su hija.
—Entonces rompe al otro hermano, ha estado cantando como una perra en celo desde
que vino aquí.
—Pero no sobre lo que sucedió realmente la noche en que murió Heather Cushing.
Aparte de que él no lo hizo, lo hizo Sam.
—Pero... Jim... —Estaba casi gimiendo—, esto sentará un mal precedente con el resto
del personal y los residentes. 162
Coloqué mi brazo sano sobre el cabestrillo para que pareciera que estaba cruzando
los brazos. Lo inmovilicé con una mirada, transmitiendo el niño grande que era y lo
cabrón que pensaba que era. Le lancé una mirada a Macri quien, casualmente, le estaba
dando a Corben la misma mirada.
—¿Nació gilipollas o fue algo que perfeccionó en el camino? —le pregunté a Macri.
—El alcaide Vandine está de vacaciones. Me temo que a Pete se le ha subido el poder
a la cabeza. Se acercó y tocó ligeramente mi hombro—. ¿Cómo estás?
—Solo sé que esto tiene que ser duro para ti. Bueno, para todos los involucrados,
estoy seguro. —Su compasión fue sincera.
—¿Has oído algo de mi cuñada o sobre ella? Estoy preocupada por ella, pero se ha
recluido.
—Ha sido muy cooperativa, pero solo hemos tenido comunicación con ella cuando
necesitábamos hablarle y eso es todo. No ha estado aquí para ver a tu hermano si eso es
lo que estás preguntando.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Bueno, está bien, me preguntaba sobre eso. Tal vez una visita de ella también
ayudaría a recuperarlo.
—En mi opinión, tiene mucha suerte de recibir una visita tuya. No creo que ella pueda
hacerlo.
163
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
Capítulo 23
—No. No quiero a nadie más allí. Estoy segura de que no podré hacer que me hable
si hay alguien más presente.
—¡Señor Corben! Si quiere escuchar lo que mi hermano tiene que decir sobre esto,
entonces déjeme verlo a solas. Si no, todos estamos perdiendo el tiempo aquí. —Me di
cuenta de que tenía regulaciones que hacer cumplir, pero sabía que Sam pediría volver a
su celda si no podíamos tener privacidad.
—Lo siento, simplemente no puedo permitir eso —me aconsejó haciéndome un gesto
para que entrara en la habitación.
—¿Qué tal esto... deja la puerta abierta y hace que su oficial se pare justo afuera? —
Lo miré, expectante.
—Señorita Roberge, creo que el solo hecho de que su hermano haya intentado
matarla dos veces, de dos maneras diferentes en una tarde, sería suficiente para no querer
estar a solas con él.
—No estaré a solas con él. Su guardia estará a tres pasos de nosotros. —Antes de que
pudiera responder a eso, escuché el ruido metálico de las puertas con barrotes de hierro y
vi a mi hermano, Sam, arrastrando los pies hacia mí, vestido con un mono naranja, con
las muñecas esposadas a un cinturón y los tobillos también con grilletes. Estaba
flanqueado por dos oficiales penitenciarios, que parecían más nerviosos por acercarse a
Corben que por escoltar a un presunto asesino, intento de asesinato e incendiario
“peligroso”. Cuando llevaron a Sam a la habitación, uno de sus escoltas estaba a punto
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
₪₪₪₪₪
—Hola, Sam —dije mi voz se quebró al verlo y la idea de lo que ahora era nuestra
relación.
Sin decir nada, se sentó en una de las sillas sucias, manchadas y que alguna vez
fueron blancas. Me senté frente a él. Finalmente me miró.
—Entre otras cosas, sí. —No pude evitarlo. Quería acercarme y tirar de él en un
abrazo, agarrar sus manos, hacer algo, pero sabía que cualquier tipo de contacto estaría
prohibido y probablemente terminaría nuestra reunión.
No quería creer que esta era la misma persona que quería acabar con mi vida unos
días antes. Me di cuenta de que no solo había amado a Sam, lo había adorado y
estudiándolo desde el otro lado de la mesa, me golpeó muy fuerte y, sin previo aviso, las
lágrimas comenzaron a correr por mi rostro.
—No, Hunter, no llores —suplicó—. Por favor... —Mientras intentaba deslizar sus
manos esposadas sobre la mesa, el guardia entró en la habitación.
—No te atrevas a decir que nunca quisiste lastimarme. Intentaste matarme, Sam. Dos
veces. Eso va un poco más allá de no querer lastimarme.
—Espera, ¿me estás culpando de tus acciones? —No pude evitar sonar incrédula. 166
Me miró fijamente, sin comprender, y luego dijo:
—Bueno, me alegro por ti —dijo con amargura—. Tampoco tenías que quedarte aquí
y tratar con ella. Tal vez si ella no te hubiera echado y repudiado, habrías resultado muy
diferente.
—Tal vez. Pero el hecho es que, si usamos tu teoría, si alguno de nosotros tres debería
haber resultado ser el criminal, debería haber sido yo. Y no ha sido así. Todo lo que digo,
Sam, es que hay consecuencias en las decisiones que tomamos y tenemos que asumir la
responsabilidad de ellas.
—Bueno, si así es como piensas, supongo que escuchar lo que tengo que decir no
significará nada, así que mejor me voy a mi celda.
—No, por favor no lo hagas. Quiero escuchar lo que tienes que decir. Quiero saber,
Sam. Tengo que saber. Por favor. —No podía recordar la última vez que había mendigado
tanto.
Suspiró, apartando el cabello sin lavar de su rostro. Tenía barba de varios días,
mostrando algunos bigotes aleatorios que en realidad eran grises. Se rascó el lado de la
barbilla en el hombro, el sonido hizo un ligero ruido de raspado. Sus ojos estaban
atormentados, aparentemente poseídos por el recuerdo del asesinato de Heather Cushing
(y/o lo que condujo a ello), o por lo que ahora enfrentaba y que sería su existencia por el
resto de su vida. Finalmente me miró, pero se quedó en silencio.
—Dane siempre estaba fuera de control, Sam. Tal vez podrías controlarlo, pero fue
lo suficientemente inteligente como para no ir tras de ti. Nunca tuve ese lujo con él. Tenía
que vengarme de él cuando podía, lo cual no era a menudo. —Sabía que Sam estaba al
tanto de todo esto y me estaba impacientando, aunque traté de que no se notara.
—Pronto descubrí que no podía controlarlo. Parece que siempre lo estaba sacando de
problemas. La mayoría de cosas de las que no tienes idea. Un estúpido lío tras otro.
Simplemente limpiaba uno de sus desastres y habría otro y cada uno se convertiría en un
puto lío más grande. Mamá siempre nos advertía que mantuviéramos nuestras vidas por
encima de todo reproche. Y entonces ese asqueroso hermanito nuestro jugaría con ella y
se daría la vuelta y se metería en algo de mierda otra vez.
—¿Qué diferencia hay? Huele igual de mal de cualquier manera y mamá no quería
ningún olor en absoluto. Ya sabes cómo era cuando no se salía con la suya en algo. Todo
el mundo sufría por eso. Para siempre.
Él dudó.
—Entiendo.
—¿Cuándo empezó eso? Porque nunca te recuerdo siendo así cuando éramos niños.
—Y no lo hice. Sam siempre fue el diplomático, el negociador, el pacificador. Sin duda,
Dane podía hacerle perder los estribos, pero no tanto como había presenciado hace unos
días.
—La primera vez que lo noté fue una vez, cuando estábamos en la iglesia y estaban
pasando el plato de la colecta, Dane sacó el dinero en lugar de poner su dólar allí. Mamá
lo vio y, como de costumbre, en lugar de disciplinar a Dane ella misma, me dijo que lo
manejara. Recuerdo la última vez que me dijo que manejara algo que él hizo y no lo hice
bien, o hasta el punto en que sintió que Dane no volvería a hacerlo, todo lo que escuché
durante la siguiente semana fue cómo tenía que dar un ejemplo a Dane y si no lo hacía,
sin importar cómo se comportara, era culpa mía. —Vaya. No me había dado cuenta del
impacto negativo que mi madre tenía sobre todos nosotros. Qué tonta y egoísta pensar
que acababa de señalarme—. Entonces, el hecho de que el pequeño hijo de puta acababa
de hacer algo para hacer de mi vida un infierno de nuevo, simplemente me llevó a un
punto de ruptura. Apenas recuerdo haberlo golpeado. —Respiró hondo y luego suspiró.
No estaba allí cuando eso sucedió, pero me enteré por Dane esa noche durante la cena.
Mi hermano menor apareció en la mesa con aspecto de haber sido atropellado por un
camión. Tenía algunos rasguños y moretones desagradables que Sam le dijo a mamá que
le habían ocurrido cuando fue a hablar con Dane y Dane se apartó de él y perdió el
equilibrio, cayendo por la colina detrás de la iglesia al montón de chatarra. Mamá lo
compró. O fingió y amonestó a Dane por exagerar.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—Entonces, cuando Dane se quejó con mamá de que casi lo matas, ¿no estaba
mintiendo?
—No. Y si Jackie Riffey no hubiera regresado cuando lo hizo para buscarme, podría
haberlo hecho. Recuerdo estar muy enojado, pero como si estuviera viendo todo desde
arriba de mi cuerpo.
—Diablos, no, ella quería ayudarme. Eso fue la semana después de que él corriera
hacia la madre de Jackie en la reunión de jóvenes y le dijera que Jackie y yo habíamos
estado besándonos detrás del órgano de tubos. Sin embargo, el sonido de su voz me trajo
de vuelta a la realidad. A partir de ahí empeoró. Debería haber recibido asesoramiento.
Debería haber visto a alguien acerca de la ira. Sabía que era anormal. Se lo mencioné a
mamá una vez y me dijo que solo los locos ven psiquiatras. Dijo que ir a un psiquiatra
enviaría una idea equivocada acerca de nuestra familia y ella no quería oír hablar de eso.
No había nada malo en mí.
—En ese momento, había adaptado su filosofía. Creía que, si todo estaba bien en mi
cabeza, lo estaría.
—¿Heather Cushing fue una víctima por creer que todo estaría bien en tu cabeza? —
pregunté suavemente.
—¿Qué pasó?
Levantó las manos para echarse el pelo hacia atrás y las esposas tintinearon y
tintinearon. De repente y con dureza nos recordó a ambos nuestro entorno. Volvió a
colocar las manos en su regazo y dijo:
—Fue Dane otra vez. La cagó. Uno más en una sucesión de muchos. Había estado
tratando durante meses de conseguir que Heather saliera con él. Ella siempre estaba
ocupada o saliendo con alguien más. Acababa de romper con un chico de la universidad
comunitaria, así que Dane la invitó al baile de graduación. Dijo que sí porque solo faltaba
una semana y, supongo, estar con Dane era mejor que no ir. Una vez que lo llevó allí, lo
dejó y lo ignoró.
—Estoy de acuerdo. Pero debería haberlo dejado en paz. Tres noches después, vino
a la casa y me convenció de ir con él a casa de Heather para poder hablar con ella. Dijo
que tenía que regañarla y que me necesitaba allí para apoyo moral. Recuerdo haberle
dicho que fuera un hombre y que fuera solo. Pero estaba muy molesto, así que dije que
sí. 170
—¿Dónde estaba Trina?
—Ella y Eric habían ido a casa de su madre en St. Johnsbury durante la semana. Su
madre se estaba recuperando de algún tipo de cirugía o algo así y fue allí para ayudar. —
Inhaló y sacudió la cabeza, parpadeando para que sus pensamientos y recuerdos volvieran
a enfocarse—. De todos modos, llegamos a casa de Heather y ella le dijo que no podía
entrar porque sus padres no estaban en casa. Le preguntó si podía hablar con ella sobre la
noche del baile de graduación y a le dijo que no había nada de qué hablar, que nunca le
prometió otra cosa que no fuera a ir al baile de graduación con él. Dijo que eso fue
exactamente lo que hizo, luego le dijo que tuvo suerte de haber llegado tan lejos con ella.
Entonces me vio esperando en su auto y fue entonces cuando comenzaron los problemas.
—Sam hizo una pausa y luego miró al oficial que estaba parado justo afuera de la puerta—
. ¿Crees que podríamos conseguir un poco de agua aquí o algo así? —levantó la voz lo
suficientemente alto para que el guardia lo escuchara. Vi como el oficial miró a Corben,
quien asintió, y el guardia dijo algo en su radio y en un minuto, trajeron dos botellas
grandes de agua y nos las dejaron. Abrí uno para Sam, quien tomó un largo trago—.
¿Dónde estaba?
—Cierto, cierto. Vale, entonces, empujó a Sam y caminó hacia el auto y se inclinó
en el lado del pasajero y comenzó a coquetear conmigo. ¡Conmigo! Justo en frente de
Dane. Bueno, no me gusta el mocoso, pero esto simplemente no estaba bien. Y pude ver
que Dane estaba devastado. Fui cortés con ella, pero me estaba molestando porque seguía
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
—¿Y tú lo aceptaste? —Estaba bastante segura de dónde veía que iba este escenario,
pero pregunté de todos modos.
Él me miró.
No, no lo hacía. Realmente pensaba que era virgen cuando la conoció y se enamoró
perdidamente de Trina. Siempre me pareció demasiado tímido para ser un “mujeriego”.
Sin embargo, me di cuenta de que me había equivocado en muchas otras cosas, tenía
sentido que también me equivocara en esta.
—Jackie Riffey fue la primera, si quieres saberlo —confesó. Miré hacia el techo,
preguntándome dónde estaban colocados los micrófonos. Ahora todo el pueblo lo
sabría—. Tenía dieciséis años.
—¿Dieciséis? ¿Perdiste tu virginidad con la hija del ministro cuando aún vivía en
casa y nunca me lo dijiste?
—Bueno, perdiste tu virginidad con la esposa del ministro cuando aún vivía en casa
y nunca me lo dijiste —replicó.
Punto a su favor. Podría imaginar que los “oídos” en la sala de control principal se
lo estaban pasando en grande con esto. Miré por la puerta al subdirector con los ojos muy
abiertos y luego volví a mirar a mi hermano, que tenía una ceja levantada y una sonrisa
familiar. En ese momento, volvió a ser el hermano que conocía y adoraba. Me hizo querer
estallar en lágrimas otra vez
—Creo que deberíamos alejarnos de ese tema y volver al otro —sugerí. 172
—Sí. Eso. Así que me rendí y accedí a llevarlos mientras hacían lo suyo en el asiento
trasero. Hazme un favor... si logras hablar con ese pequeño bastardo, llámalo
“minuteman21” y observa. Se pone furioso.
—Tampoco creo que fuera suficiente para él, pero ella había terminado con él. Dijo
que quería un hombre, no un niño, y uno que supiera cómo satisfacer a una mujer. Se
subió al asiento delantero y comenzó a besarme. Le dije que lo dejara, pero no lo hizo,
me agarró y comenzó a acariciarme.
Esta chica sonaba como si fuera una buena pieza, a su manera, como lo eran mis
hermanos.
21 Minuteman: chico que se corre demasiado rápido durante el sexo y deja a la chica sin orgasmo.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
como si su mano estuviera pegada a él. Tuve que parar el coche antes de que causara que
tuviéramos un accidente. Las cosas simplemente se volvieron locas a partir de ahí.
—En mi mente, he revivido esto todos los días, pero esta es la primera vez que hablo
de eso desde esa noche. —Cuando dejó caer las manos sobre la mesa, su cara estaba roja
y sus ojos estaban nublados—. Pensó que me detenía para follármela, así que se subió a
mi regazo... y, a pesar mío, tuve una erección. Me bajó la cremallera y Dios me ayude,
casi me tenía dentro cuando... me perdí. Amo a Trina. No quería que mi matrimonio fuera
arruinado por una adolescente cachonda e insaciable que no significaba absolutamente
nada para mí. Así que la aparté de mí. Necesité todas mis fuerzas para hacerlo, así que
cuando aterrizó contra la puerta, se golpeó bastante fuerte y la dejó sin aliento. También
hizo que se partiera el labio y se hiciera un corte en la mejilla, así que cuando recuperó el
aliento y se dio cuenta de que estaba sangrando, se desquició. Me atacó y estaba gritando
me dijo que le arruiné la cara. Dijo que iba a ir a la policía y decirles que Dane y yo la
habíamos violado. No dejaba de golpearme y gritar eso.
Se encogió de hombros.
—¿Y decirles qué? ¿Qué llevé a una menor por áreas aisladas de la ciudad para que
pudiera tener sexo en el asiento trasero con mi hermano y cuando el pequeño cubo de
lujuria con exceso de sexo volvió su apetito voraz hacia mí, la maté? Sí... eso sería como
un viejo pedo ruidoso y maloliente en la iglesia.
—La pusimos en el auto, la llevamos al lado oeste de Sparrow Pond, ¿sabes, el lado
pantanoso y desierto? Y la enterramos allí. Nos tomó toda la noche cavar un hoyo lo
suficientemente profundo con una palanca, un raspador de ventana y nuestras manos, pero
lo hicimos y nadie la encontró. Quemé su ropa... tal vez debería también haber quemado
su cuerpo. Luego, cuando se anunció que un nuevo proyecto, un centro recreativo, iba a
realizarse en esa zona y, que iban a extender el estanque sobre la zona pantanosa,
sabíamos que teníamos que sacar el cuerpo de allí. No sabía qué hacer. Así fue como ella
terminó en la casa. Estaba seguro que la casa que sería para Dane o para mí una vez que
mamá falleciera. Pero mamá escuchó a Dane, borracho, hablándome por teléfono un día
y lo confrontó. Él le contó lo que había sucedido y dónde estaban los restos de Heather.
Ella le dijo que nunca hablara de eso otra vez. Ese habría sido el escándalo definitivo, si
alguien alguna vez se enterara, ¿sabes? Pero creo que eso fue lo que condujo a su derrame
cerebral. No supimos hasta la semana anterior a su muerte que te había dejado la casa.
Realmente creo que obtuvo cierta satisfacción al decirle a Palmisano, conmigo allí
mismo, que estaba cambiando su testamento.
Asentí.
—¿Por qué no prendiste fuego a la casa antes de que yo llegara? —La idea de abordar
esta parte de la discusión comenzó a hacer que mi cabeza palpitara. Realmente no quería
repetir la idea de que mi hermano quería que me quemara viva en un infierno, pero tenía
que saber, cuando tenía otras opciones, por qué tomó esa. 174
—Pensé que venderías la casa. Y luego, cuando estuvieras a salvo en California, la
habría incendiado. Pero luego, cuando te diste cuenta de que mamá estaba tratando de
decirte algo y que había arreglado tu antigua habitación la forma en que lo hizo, esperando
que lo descubrieras, eso me preocupó. Luego, al encontrar su carta y leer lo que te
escribió, al ver que te envió una copia a California... no estaba pensando... Estaba
actuando puramente por instinto. Estaba protegiendo mi secreto de cualquier manera que
pudiera... entré en pánico.
Capítulo 24
Sabía que no le gustaba a mi madre. Pero me dolió mucho saber que había dejado de
amarme, lo que me hizo preguntarme si alguna vez lo hizo. Traté de creer, a través de los
años, que su disgusto por mí era solo algo superficial, que en lo más profundo de su
corazón me perdonaba por no ser la hija que quería. Sin embargo, en lugar de que los
años la suavizaran, se endureció y se volvió despreciable con respecto a cualquier cosa
que tuviera que ver conmigo. Cuando finalmente pude ver a Trina, mientras me entregaba
la copia arrugada de la carta que Sam había dejado en su casa y que no había tenido la
oportunidad de destruir, me dijo que mi madre me despreciaba y que incluso la mera
mención de mi nombre enviaba a mi madre a ataques de ira aterradores. Le pregunté por
qué ella y Sam intentaron hacerme creer lo contrario y dijo que Sam no creía que
necesitara saber el alcance del odio de nuestra madre hacia mí. Si tenía alguna fantasía
profundamente arraigada de que habría un final de cuento de hadas para la saga de mi
madre y yo, que admitiría que reaccionó exageradamente y confesaría su amor eterno por
mí, fue destruido para siempre por el contenido de su carta.
Nunca entendí cómo los padres podían elegir sus convicciones religiosas sobre sus
propios hijos, cómo podían actuar como si un niño que trajeron a este mundo y criaron y
cuidaron, de repente nunca existió porque su hijo o hija estaba predestinado a vivir una
vida diferente a la de ellos. Me asombraba que esta mujer que era tan firme en su alianza
con la Biblia, hubiera optado por apoyar a sus hijos quienes, independientemente de las
circunstancias que los llevaron a ello, habían cometido un asesinato y luego lo encubrió
sobre una hija cuyo único crimen era amar a alguien del mismo sexo. Cómo llegó a la
conclusión que eso era peor que quitar una vida nunca tendría sentido para mí. Pero,
entonces, de alguna manera supe que podría haber sido una niña tan “perfecta” como uno
podría ser, haber vivido una vida ejemplar y ella aún habría favorecido a sus hijos sobre
mí. La otra pregunta que tenía era cómo podía saber que sus hijos estaban albergando este
terrible secreto, ayudarlos a mantenerlo, continuar protegiéndolos, ponerme la
responsabilidad de qué hacer y aun así sentirse santificada. ¿Cómo podía seguir pensando
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
que esto la hacía más justa o superior? Podía perdonar a sus hijos por quebrantar un
mandamiento importante, pero no a su hija, cuya supuesta violación de la palabra de Dios
siempre estaba en debate. No hubo asesinato en disputa. La transgresión de mis hermanos
ocupó el puesto número seis, mientras que mi supuesto pecado ni siquiera se acercó a los
diez primeros.
Me tomó dos días recuperarme del significado de lo que, en esencia, fueron las
últimas palabras de mi madre para mí. Lo gracioso fue que nada de lo que dijo fue
realmente muy diferente a la negatividad que me había inculcado todo el tiempo, pero el
deseo de querer finalmente escuchar algo más positivo de ella, el anhelo de ser
“perdonada”, aprobada, aceptada y reconocida estaba más arraigado en mi corazón de lo
que esperaba. Cuando Lisa me dijo que había una carta de mi madre, en el fondo quería
que fuera una disculpa, una aquiescencia de tolerancia y una admisión de culpa por lo
equivocada que había estado al tratarme de la forma en que lo hizo. Me hubiera
conformado con un simple “Te amo”. Esas pequeñas palabras no habrían cambiado nada,
pero habrían significado mucho. La carta fue su última palabra incontrovertible de que
mi deseo de ser exonerada moralmente nunca se cumpliría y que lo que me quedaba,
tendría que encontrar una manera de lidiar con ello. El golpe de la realidad de eso, sin
embargo, me golpeó más fuerte de lo que jamás imaginé.
La prensa local me acechaba por todos lados y mi respuesta era siempre la misma.
Silencio. A veces era extremadamente difícil ignorarlos, ya que su comportamiento y sus
preguntas eran bastante entrometidas, ofensivas y maliciosas. No es que realmente los
culpara. Mis hermanos hicieron algo despreciable y a los periodistas se les pagaba para
obtener la historia, pero su obstinación me recordó a un pit bull que había cerrado sus
mandíbulas contra algo y no lo soltaba. Por mucho que no quisiera ser el centro de su
atención, me atraparon justo en medio de la tormenta mediática, especialmente porque
nadie de la prensa tenía acceso a ninguno de mis hermanos. De todos modos,
obstinadamente me hicieron preguntas para las que no tenía respuestas, así que pensé que
lo mejor que podía hacer era mantener la boca cerrada.
Incluso tuve una reportera irritantemente persistente que me siguió hasta el baño de
la clínica ambulatoria cuando fui a que me quitaran los puntos. Era un cuarto de baño/sala
de estar de dos puestos y cuando estaba aliviando mi vejiga, ella intentó interrogarme
desde, digamos, el “asiento” de al lado. Lo único que recuerdo haber dicho fue: “Tienes
que estar bromeando”, mientras terminaba lo que estaba haciendo, salía de mi puesto y la
atrape en el suyo empujando una silla pesada contra la puerta, apilando una mesa de café
y dos cubos de basura llenos y latas encima de eso. Había pensado en tirar el contenido
de uno de los contenedores de basura sobre la pared del puesto y sobre su cabeza, pero ya
había corrido el riesgo de volver a lesionarme el hombro solo por el levantamiento que
ya había hecho. Cuando salí del baño, me acerqué al escritorio y pregunté si tenían un
cartel de “fuera de servicio”, explicando que ambos baños parecían tener un problema de
plomería. La recepcionista, muy educada pero demasiado ocupada, rápidamente sacó su
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rotulador negro y escribió “Fuera de servicio, use el otro baño junto a la entrada” en una
hoja de papel blanca, le puso cinta adhesiva y me pidió que la pegara en la puerta. Luego,
mientras contestaba otro teléfono que sonaba, me entregó un pesado llavero y me
preguntó si me importaba cerrar con llave el baño de damas para que nadie lo usara por
desesperación y empeorara las cosas. Me gritó para asegurarme de que estaba vacío antes
de cerrarlo.
Gracioso... pero de alguna manera la llave del baño se abrió camino fuera del llavero
abarrotado y terminó en mi bolsillo esa tarde cuando salí de la clínica. Y, por alguna
razón, desde entonces, ni la reportera ni su periódico me molestaron.
De todos modos, había dejado de ver las noticias o leer el periódico para entonces
porque ya me había saciado de que los reporteros tomaran pequeños fragmentos de la
verdad y los distorsionaran más allá del reconocimiento y entrevistaran a vecinos y
compañeros de trabajo de mis hermanos que sabían menos que yo sobre el incidente. La
especulación se convirtió rápidamente en evangelio y, de repente, cualquiera con el
apellido Roberge fue arrastrado por el lodo solo por asociación. Y, sinceramente, fue
demasiado molesto ver el alivio de los amigos y familiares de Heather Cushing de que
mis hermanos finalmente habían sido atrapados y ahora recibirían el castigo que tan
justamente merecían. No los culpé por sentirse de esa manera, estaba bastante segura de
que sería de la misma manera si tuviera que lidiar con lo que hicieron durante todos esos
años, pero eso no hizo que fuera menos doloroso para mí tener que escucharlos.
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
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Cuando Dane descubrió que en realidad había visto y hablado con Sam, se negó a
verme. No sé por qué eligió hacer una rabieta por eso. Quería escuchar el lado de la 178
historia de Dane, pero cuando se trataba de mi hermano menor y su lógica narcisista
habitual, por lo general no había otro lado de la historia. Supuse que Dane pensó que
después de hablar con Sam, la tradición y la experiencia me habrían llevado a no querer
creerle. No podría haber estado más equivocado. Incluso si su recuerdo del incidente
había sido diferente al de Sam, realmente quería escuchar cómo sucedió todo desde la
perspectiva de Dane y qué tan cerca se alineaba su recuerdo con el de Sam.
Desafortunadamente, todo lo que escuché de Dane fue lo que dijo su abogado en las
conferencias de prensa de las que Lisa había estado al tanto y eso fue: “La verdad saldrá
a la luz en el juicio”.
Un juicio que nunca se materializó. Dane estaba pidiendo inmunidad para testificar
contra Sam hasta que Sam se declaró culpable del homicidio voluntario de Heather
Cushing, lo que básicamente significa que sus acciones provocaron que él la matara en
un arrebato de pasión, lo que provocó que actuara impulsivamente y sin reflexionar. Los
detalles del acuerdo de culpabilidad nunca me fueron proporcionados y todos los detalles
fueron resueltos por los abogados de Sam y los Cushing. Lo que Lisa pudo averiguar por
mí fue que Sam sería enviado a cumplir veinte años en un centro de máxima seguridad
en Virginia y sería revisado para una posible libertad condicional en quince años. Supe
mucho más tarde que una parte de ese trato era que nunca regresaría al estado de Vermont
para vivir cuando fuera liberado.
Dane aún quería presentarse al tribunal, pero su abogado le advirtió que, con Sam
haciendo el trato que hizo, los procedimientos penales serían un error y encontrar un
jurado imparcial para un juicio justo en cualquier lugar cerca de Otter Falls sería casi
imposible. Se le recordó a Dane que ayudar a cometer un delito grave por lo general
EL TRÓPICO DE HUNTER de CHEYNE TRADUCTORA:
conllevaba la misma pena que el delito mismo y que el homicidio voluntario era un delito
de primer grado. El abogado le dijo a Dane que sería mejor que comenzaran a buscar un
trato también, porque si Dane se arriesgaba a un juicio, podría enfrentar cadena perpetua.
Finalmente, al declararse culpable, Dane recibió quince años sin posibilidad de libertad
condicional por cómplice, conspiración e impedimento de una investigación. Mi hermano
menor cumpliría su condena en una granja de mediana seguridad cerca de la frontera entre
Vermont y Canadá. También acordó establecer un Fondo de Becas en Memoria de
Heather Cushing que se entregaría a un estudiante de último año de Otter Falls High
School cada año, ayudando con el primer año de universidad.
Dado que la casa de mi madre no fue la escena del asesinato, no tenía el estigma que
podría tener en otras circunstancias más extremas y el agente inmobiliario (que no fue
elección de mi madre, Todd Jardine, él no quería tener nada que ver conmigo o la casa),
sorprendentemente había mucha gente haciendo cola, queriendo comprar el maldito lugar.
O era curiosidad morbosa o que el precio había bajado considerablemente lo que lo
convertía en una propiedad muy popular. No tenía que preocuparme por sacar provecho
de la venta de la casa porque cualquier dinero que se ganara y cualquier herencia que
alguien hubiera recibido de la modesta propiedad de mi madre ahora estaría legalmente
ligada a una demanda por homicidio culposo por parte de la familia de Heather Cushing.
Independientemente del comportamiento provocador de Heather esa noche, los Cushing
no merecían perder a su hija y, aunque su muerte fue accidental, la ganancia financiera
de la venta de la casa se destinaría a la indemnización. 179
Trina puso su casa y la de Sam en manos de un abogado y se mudó a St. Johnsbury
con su madre. Inició un proceso de divorcio inmediato contra Sam y solo me vio una vez
más antes de irse de la ciudad. Me pidió que no me mantuviera en contacto, que cualquier
cosa que tuviera que ver conmigo sería demasiado desgarrador para ella. Respeté sus
deseos y le deseé una buena vida comenzando de nuevo, una vez que se despojara de su
apellido de casada. No podía imaginar por lo que estaba pasando y decidió no compartirlo
conmigo.
Mi tía y mis primos me rodearon. A pesar de que estaban atónitos por la participación
de Sam y, a pesar del comportamiento generalmente fuera de los límites de Dane, también
un poco más que levemente sorprendidos por su participación. Sabían que yo era una
espectadora inocente y mi tía Cissy era como una madre osa que protegía a su cachorro
cada vez que alguien hablaba mal de mí a su alrededor. Ella, sus hijos y sus nietos se
arriesgaron al ostracismo constante, pero permanecieron leales a mi integridad, haciendo
todo lo posible para mantener mi honor. Cuando mis compañeros de Otter Fallsians
agotaron sus insultos sobre mis hermanos en vano, entonces comenzaron a atacar mi
orientación sexual. Cómo mi tía no terminó en la cárcel por un cargo de asalto, nunca lo
sabré.
Me quedé con Lisa en su casa durante todo el calvario y nos quedamos en Otter Falls
el tiempo suficiente para que ella encontrara una nueva representación legal para sus
clientes, cerrara su despacho y vendiera su casa. Sus padres y su hermana no renunciaron
a ella como la habían amenazado inicialmente, pero las cosas estaban algo espinosas,
especialmente cuando yo estaba cerca. Lesley se negó a hablarme o incluso a mirar en mi
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dirección, lo cual me pareció bien. Había vivido más de la mitad de mi vida sin ella, creo
que podría arreglármelas. Me sentí mal por Lisa, aunque insistió en que tampoco era un
gran problema para ella. Me dijo que, si Lesley se iba a comportar como una burra,
entonces ciertamente podría ser tratada como tal. El señor y la señora Riordan le
prometieron a Lisa que la visitarían una vez que se instalara, pero no iba a contener la
respiración, considerando que Lisa y yo ahora éramos un paquete.
Contratamos a una empresa de mudanzas para que transportara a través del país una
combinación de las pertenencias personales que acordamos conservar, para ser entregadas
en mi apartamento. Sería un arreglo temporal hasta que encontráramos una casa para
comprar. Compramos una autocaravana usada de catorce metros, empacamos a Orion, Oz
y Deke y comenzamos nuestro viaje a California, donde nos embarcaríamos en una nueva
vida juntas. No estaba exactamente segura de lo que sucedería una vez que llegáramos a
nuestro destino, pero sabía que, si así lo decidía, finalmente me desharía de cualquier
fantasma que rondara mi pasado y sería libre para comenzar un futuro y amar a esta
extraordinaria mujer sentada a mi lado, ante mi insistencia, estaba destacando la ruta de
mañana en el mapa. Solo quería cerrar los ojos, colocar el dedo en el mapa y trazar un
rumbo a partir de ahí. Quería ir a donde nos llevara el camino.
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FIN