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RETENCIÓN AGUDA DE ORINA – UNR

Imposibilidad de vaciar la vejiga voluntariamente, total o parcialmente, pese a la necesidad imperiosa de orinar.
DD: anuria (falta de producción de orina), oliguria (baja producción de orina) y obstrucción ureteral bilateral.

CLASIFICACION PRESENTACIÓN CLÍNCA RETENCIÓN URINARIA


·AGUDA: Dolor en hipogastrio, plenitud perineal. Síndrome vagal + globo vesical (matidez en hipogastrio).
·CRÓNICA: Cambios progresivos: disminución del calibre del chorro, presencia de residuo vesical y prostatismo.

CAUSAS – Imposibilidad del vaciado


·OBSTRUCCIÓN SALIDA: HPB, cáncer próstata, lito uretral, estenosis uretra, tumor vejiga, posquirúrgica, coágulos.
·FALTA CONTRACTILIDAD DEL DETRUSOR: Vejiga neurogénica, acontractilidad post-anestesia.

-Adenoma prostático. Uropatía obstructiva infravesical por adenoma prostático es la causa de RAO más frecuente
en el varón de más de 50 años. En la hipertrofia prostática benigna (HBP), la glándula experimenta una lenta
hiperplasia nodular en la zona periuretral, que comprimirá la glándula hacia la periferia.

La RAO en el paciente con HBP puede presentarse con o sin retención crónica previa. En el primer caso, la vejiga
obstruida compensa la dificultad en el flujo de salida generando altas presiones por contracción del detrusor,
siendo capaz inicialmente de vaciarse completamente o casi del todo. Al progresar la obstrucción, la vejiga no
será capaz de evacuar todo su contenido, apareciendo orina residual. En esta fase, el residuo resulta más de una
contracción poco sostenida que de una inadecuada generación de presión. Finalmente, la vejiga será incapaz de
generar presión efectiva tras producirse una fibrosis del detrusor, el paciente acusará salida espontánea de orina
(incontinencia paradójica). Sin embargo, el cuadro más frecuente, que aparece en el margen de pacientes
prostáticos de menor edad será el de RAO en un sujeto con prostatismo inicial o silente y compensado por altas
presiones del detrusor. La retención estará desencadenada por infarto prostático, ingestión de alcohol o grandes
cantidades de líquidos, dilación excesiva de la micción, infección o ingestión de anticolinérgicos, antidepresivos o
descongestionantes alfa-miméticos.

En pacientes retenedores crónicos, encontraremos habitualmente además de una larga historia de prostatismo y
complicaciones asociadas, deterioro de la función renal y dilatación ecográfica de ambos tractos urinarios
superiores (TUS). Estos datos no suelen ser hallados en los pacientes del segundo grupo.

TÉCNICA DE SONDAJE → Circuito cerrado


·HOMBRES
1) Colocar batea entre las piernas
2) Desinfectar pene y glande
3) Colocar gasa debajo del surco balano-prepucial
4) Lubricar uretra y meato con lidocaína
5) Comprobar el globo de la sonda
6) La mano inhábil sujeta el pene hacia arriba con los dedos anular y medio
7) Se retrae el prepucio con el índice y pulgar
8) Se introduce la sonda con la mano hábil
·MUJER
1) Higiene del introito
2) Separar con dos dedos los labios
3) Lubricar con lidocaína la sonda (no la uretra)
4) Se coloca, se infla y se tracciona hacia afuera.

PELIGROS DEL CATETERISMO


·Durante: Maniobras violentas, falsa vía, uretrorragia, predisponer a infección.
·Posterior: Hematuria ex-vacuo (RAO = vejiga distendida, con vasos submucosos muy superficiales, que al
descomprimirla bruscamente se agrietan y producen hemorragia). Esto se evita evacuándola paulatinamente.
Síndrome de diuresis post-obstructiva (poliuria compensatoria: peligro de deshidratación), estenosis posteriores.

PUNCIÓN SUPRAPÚBICA
Evacuación vesical a través de la pared abdominal, mediante cistostomía. Se emplea como alternativa cuando es
imposible evacuar por vía uretral. Debe realizarse siempre con vejiga llena. Se utilizan punzones de cistostomía.
Técnica: Detectar la matidez del globo vesical mediante percusión abdominal y anestesiar pared abdominal.
Se introduce punzón de cistostomía (2 cm por encima del pubis), perpendicular al eje del cuerpo hasta sentir el
resalto de vejiga; se constata la salida de orina y se coloca rápidamente catéter de drenaje vesical. Se fija el
catéter y se controla su permeabilidad (introduciendo suero y extrayéndolo).

DIAGNÓSTICO y TRATAMIENTO RAO


El diagnóstico de RAO en un servicio de urgencias queda habitualmente simplificada a una simple exploración
física abdominal tras el interrogatorio del paciente. La causa de este proceso tiene importancia en relación a la
técnica de evacuación vesical elegida, es decir, la sonda uretral o el catéter suprapúbico. Secundariamente, tras
solucionar el cuadro agudo, el paciente debe ser sometido a un estudio reglado de su problema, que permitirá
orientar etiológicamente la retención urinaria.

¿En qué situaciones debería el paciente ser mantenido en hospital ingresado?:


a) Hematuria asociada importante, que requiere lavado vesical y/o transfusión.
Ello puede aparecer inicialmente (más infrecuente) o como consecuencia de la
evacuación rápida de un gran globo vesical (hematuria ex-vaquo).
b) Deterioro de la función renal. Ante la evacuación de un gran globo vesical
(> 800 ml orina) debe evaluarse la función renal mediante analítica sanguínea
(creatinina, iones, gasometría en sangre venosa). Es más frecuente el deterioro de
la función renal en el paciente con uropatía obstructiva infravesical de larga
evolución e incontinencia por rebosamiento que en el paciente con un cuadro
primario o recidivado de RAO.
c) Fiebre y/o leucocitosis importante. Más probablemente producido por ITU
asociada, aunque no podemos olvidar que pacientes añosos pueden estar
ingiriendo medicaciones por infecciones respiratorias que justificarían la fiebre o
alteraciones analíticas, con efecto alfamimético, induciendo episodios de RAO.

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