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Pablo R.

Etchebehere 67

tresw, lo verdadero, lo bueno y lo bello podríamos afirmar


que, al menos, encontramos tres dinámicas como expresión
de lo humano, a saber: la dinámica del conocer orientada
por lo verdadero; la dinámica de la afectividad orientada
por lo bueno y, finalmente, la dinámica estética orientada
por lo bello. Así, entonces, hospedar lo verdadero, lo bueno
y lo bello constituirá la actualidad del hombre. Actualidad
tanto en el sentido de energéia como el de entelejeia", esto es,
como actividad y como finalidad.

2.2. La dinámica del conocer


Podríamos partir de dos definiciones de conocimiento.
1. Se dice conocimiento a la posesión intencional o inmate­
rial de un aspecto de la realidad. Posesión intencional significa
que el objeto poseído se mantiene en el sujeto como tal, esto
es, no desaparece, no es asimilado -como es la posesión
material- por el sujeto. La posesión implica un enriqueci­
miento por parte del que conoce, al acceder a otros modos
de ser, a otras realidades distintas de las suyas. Gracias al
conocimiento el hombre sale de sus límites y su mundo se
abre al mundo98 99 100.
2. La segunda definición que queremos proponer es la
siguiente: conocer es hacerse otro en cuanto otro. Aquí notamos
que la dinámica es distinta a la anterior. Mientras que en
la primera acentuábamos el momento pasivo, de recepción,
aquí presentamos al conocimiento como una acción que
está en poder del sujeto que conoce. Pero la acción que es el
conocimiento no es un simple hacer, sino un hacerse, esto es,
posee un carácter reflexivo, de conversión sobre sí mismo.

98 Santo Tomás de Aquino, De veritate, q. 1, a. 1 cuerpo.


99 Usamos aquí los términos del griego que fueron traducidos al
latín por una sola palabra: acto. Así enérgeia podríamos interpre­
tarla como "lo que tiene en sí la obra"; mientras que enteléjeia sería
"lo que tiene en sí el fin".
De ahí que una persona ignorante no puede hablar más que de
sí mismo, porque es lo único que conoce.
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Esto nos lleva al segundo término de la definición. Conocer al acto de conocer, en tanto que conocemos colores u olores,
es convertirse pero no en sí mismo, no consiste en encerrar­ conocemos distintos aspectos de las cosas, distintas caracte­
se en sí mismo, sino en perderse a sí mismo al asumir la rísticas de las cosas.
forma del otro. Caben aquí varias aclaraciones.
Podemos distinguir tres tipos de objetos. En primer lu­
El que conoce sólo puede conocer si se reconoce prime­ gar encontramos los objetos que se llaman "objeto de suyo
ro como ignorante, es decir, como vacío, pobre de saber. propios"101. Estos son los que son captados por una poten­
Es por eso que Aristóteles hablaba de la inteligencia como cia y sólo por ella, como por ejemplo, el color para la vista
una pizarra vacía -mens se liabet sicut tabula rasa, decían los o el olor para el olfato. En segundo lugar, encontramos los
medievales-. Sin esta actitud de ignorancia -sólo sé que no "objetos de suyo comunes". Estos son los que son captados
sé nada- el conocimiento queda congelado en un círculo vi­ por varias potencias y por ninguna como propio. Ejemplos
cioso donde lo único válido es él mismo. Es en este silencio son el movimiento, que es captado por la vista o el oído -veo
propio donde escuchamos al otro. acercarse el tren o escucho que el tren se acerca-; o la figura
que es captada por el tacto y por la vista. Finalmente encon­
Pero ¿qué otro es ese otro? Una forma de entenderlo es tramos el último tipo de objeto, el "objeto incidental" que es
tomar al otro como un otro yo, es decir, lo que conocemos aquel que es captado concomilantemente al objeto de suyo
del otro es el otro en cuanto semejante a mí. Así, entonces, propio. Se diferencia del objeto de suyo común, porque este
entre el sujeto y el objeto tiene que haber una cierta pro­ objeto "per accidens" es incidental de una potencia pero
porción, una igualdad. El conocimiento es apropiación del propio de otra. Por ejemplo: el color es propio de la vista,
otro que es como yo. Pero creo que aquí se impone otra pero incidental de la inteligencia o viceversa: la inteligen­
interpretación. Si conocer es hacerse otro en cuanto otro, cia, en una figura vista por la vista, entiende una esencia.
esto implica que debo dejar que lo distinto de mí aparezca,
que irrumpa el exceso que el otro, en cuanto otro, es. Este
segundo momento del conocer, este hospedar al otro, es,
paradójicamente, lo que abre al conocimiento una dimen­
sión de creatividad, de novedad. Ya no es repetir lo sabido,
lo establecido, sino que implica descubrir nuevas facetas, la En esta figura, nuestros ojos ven propiamente "una fi­
constante novedad de lo real. gura negra sobre blanco" en tanto que la figura es objeto
Pasemos ahora a la breve psicología del conocimiento. común de la vista y el color es su objeto propio. Pero "co­
En primer lugar tenemos que distinguir tres elementos de razón" es objeto incidental de la vista, en tanto que como
toda dinámica. Estos elementos son: el objeto, el acto y la esencia es objeto propio de la inteligencia. La existencia de
este "objeto incidental" no es accidental. Con su existencia
potencia o facultad.
está mostrando la diferencia de niveles de conocimiento

2.2.a. Objeto-Potencia-Acto
101 Traducimos la fórmula latina per se como "de suyo" y la fórmu­

• Objeto la per accidens como "incidental". Accidens es lo que acaece, lo que


ocurre sin razón, de ahí que preferimos la traducción "incidental"
El objeto, como la etimología del nombre lo indica, es en cuando que incide en algo de un modo casual y no la traduc­
lo que se opone, lo que ofrece resistencia, lo que ha sido ción "accidental" porque esto podría llevar a confundir con lo que
arrojado delante. El objeto es entonces lo que da contenido corresponde al accidente.
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que hay en el hombre y al mismo tiempo su mutua interre­ no siempre estamos sintiendo o pensando o amando. Este
lación. En este sentido podemos afirmar que no es la sen­ hecho, el de la continuidad de la inda y la discontinuidad del
sibilidad o la inteligencia la que conoce, sino el hombre a hacer exige una explicación.
través de su sensibilidad y su inteligencia. Por otra parte me
La explicación sería la siguiente: es necesario poner jun­
permite comprobar que lo sensible no es puramente sensi­
to al alma otros principios de operación, que expliquen la
ble, sino que está poseído por un contenido inteligible, al
discontinuidad y la variedad del hacer. Estos principios son
cual el hombre siempre antepone. Pero al mismo tiempo me
las potencias. Así, entonces, vamos a decir que el alma es
permite comprobar que lo inteligible no está descarnado,
principio remoto de la acción. Sin el alma no hay vida y por
no lo encontramos en un mundo supra-terrenal, sino en lo
lo tanto no existe el principio que da origen a la actividad.
fenoménico, en lo sensible, en lo concreto. Las potencias son el principio próximo de operación, en
tanto que, como prolongaciones del alma, permiten dar ra­
• Acto zón a la pluralidad de acciones frente a la unidad del alma;
Ahora bien, estos objetos tienen una función. Ellos son y permiten dar razón a la discontinuidad de las acciones
los encargados de despertar a las potencias. En términos téc­ frente a la permanente presencia del alma.
nicos, se dice que los objetos ponen a las potencias en acto Cabe distinguir, aquí también, dos nombres. Algunos
primero de actuar, en este caso de conocer. Pero esa actuali­ llaman a las potencias facultades. El nombre proviene de
zación no es aún conocimiento, se requiere que la potencia se que las potencias/acuitan al hombre para realizar tal o cual
dirija al objeto, lo posea intencional mente, para que surja así acto. Tanto potencia como facultad implican poder de ac­
propiamente el conocimiento. Como decíamos anteriormen­ ción, sin embargo hay un matiz que quiero destacar. Facul­
te, el conocimiento implica poseer pero también un hacerse tad refiere más directamente al segundo momento del acto,
el objeto. Esta unión entre objeto y potencia es precisamente a la acción. En cambio, potencia refiere más directamente al
el acto de conocimiento. Por eso el acto, lo dinámico, tiene primer momento del acto, esto es a la pasión. Así, entonces,
dos momentos: un momento de pasión -o "acto primero"- y preferimos usar potencia en tanto que implica este momen­
un momento de acción -o "acto segundo"-. En el primer mo­ to de pasión que consideramos clave en tanto que muestra
mento la potencia recibe al objeto, lo hospeda; en el segundo, nuestra dependencia con lo real, esto es, que la acción hu­
sale de sí, se aliena en el objeto y lo posee activamente dán­ mana está arraigada en lo real, toma de ella su contenido
dose así el conocimiento: se hace otro en cuanto otro. y orientación.

• Potencia 2.2.b. Niveles de conocimiento


El tema de las potencias en el hombre surge a partir de El conocimiento humano posee dos niveles de conoci­
la necesidad de coordinar hechos y teorías. La teoría es que miento: el nivel sensible y el intelectual. Se podría estable­
el hombre actúa porque es un ser viviente, y la vida -y por cer inicialmente dos diferencias entre ambos niveles. La
lo tanto- la acción, le viene al hombre por el alma. Como primera diferencia radica en que el conocimiento sensible
dijimos anteriormente, el alma es aquello por lo que nos se da a nivel del fenómeno, mientras que el intelectual se
movemos, sentimos, pensamos, amamos. Ahora bien, acep­ da a nivel del fundamento. Fenómeno no está tomado aquí
tando esta teoría nos encontramos con un hecho. Si el hom­ en el sentido de apariencia con un matiz despectivo, sino

bre actúa por el alma, nos damos cuenta de que no siempre en cuanto que es lo que se muestra a través de los acciden­

estamos actuando, esto es, si bien siempre estamos viviendo tes de la substancia. Y digo "de la substancia" para mostrar
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que no es el fenómeno lo "accidental" en el sentido del per 2.2.b.i. La sensibilidad105


accidens, de ahí la distinción hecha anteriormente. Accidente
no significa superfluo o innecesario sino lo que manifiesta a * Sensibilidad externa
la substancia y en ellos la captamos.
En primer lugar desarrollaremos la sensibilidad externa,
La inteligencia, en eso fenoménico, en los accidentes, ve representada por los cinco sentidos, a saber: tacto, gusto,
lo esencial de la cosa, esto es, el fundamento de la cosa o, olfato, oído y vista.
para seguir la distinción anteriormente citada, lo substancial
El sentido básico es el tacto, no tiene un órgano deter­
de la cosa. Ahora bien, como ya señalamos, es el hombre el
minado, sino que se encuentra repartido en todo nuestro
que conoce a través de la sensibilidad y de la inteligencia,
organismo, aunque hay zonas donde se localiza más parti­
de modo que generalmente no hay conocimiento sensible
cularmente como es el caso de las yemas de los dedos. Su
que no tenga una referencia a lo intelectual y viceversa. En
objeto es variadísimo (sensaciones de dolor, placer, calor,
este sentido podemos decir que no hay ni sensación pura
frío, suavidad, rugosidad, movimiento) y podríamos decir
ni intelección pura, ambas concurren en todo acto de cono­
que tiene dos finalidades. Por un lado una finalidad orien­
cimiento. Y esto no sólo porque están ambos niveles en el
tada a la conservación de la vida. Así captamos, gracias a
hombre sino también porque la realidad está compuesta de
él, lo cálido de un objeto y evitamos una quemadura o, al
substancia y accidente, de fenómeno y fundamento.
sentir algo doloroso, huimos de él. El tacto, entonces, nos
La segunda diferencia radica en que la sensibilidad tiene brinda una primera noticia del mundo y al mismo tiempo
una dependencia orgánica, esto es, la sensibilidad depende nuestra ubicación en él, en tanto que gracias a él sentimos
tanto objetiva como subjetivamente de un órgano. Por de­ nuestro estado y nuestra situación, por ejemplo, estamos
pendencia subjetiva entendemos lo siguiente: la vista, por parados, estamos cansados, etc101.
ejemplo, como potencia requiere de un órgano, el ojo, para
Pero junto a la finalidad de la autoconservación, y dado
poder efectuar su acto, la visión. Sin los ojos nuestra capa­
que el tacto se da en un ser espiritual, adquiere otra finali­
cidad visiva no puede realizarse. La inteligencia en cambio,
dad en orden a la comunicación. Así, en nuestro lenguaje
no necesita propiamente de un órgano para ejercer su acto,
si bien esto puede resultar extraño, recordemos los cuatro vulgar, solemos decir que una persona "tiene tacto" cuando
argumentos presentados sobre la inmaterialidad del alma. sabe manejarse correctamente entre las personas, su "fino
Pero sí depende objetivamente del cuerpo, en tanto que tacto" le permite hablar sin lastimar. Pero también tiene una
capta el objeto desde la sensibilidad, esto es, requiere de un
órgano para la presentación del objeto, y este órgano es el
,roEste tema lo planteamos a partir del comentario de Santo Tomás
cerebro102 * *. Así, entonces, sin el cerebro ¿se puede dar cono­
cimiento intelectual? Dado que el hombre es un compuesto al De Anima de Aristóteles. Nos parece oportuno para una primera
presentación del tema, aunque requiere la debida confrontación
de carne y espíritu, sin el cerebro no habría hombre, por lo
con la fisiología contemporánea. Aunque es curioso que al consul­
tanto no habría conocimiento intelectual. Pasemos a tratar,
tar algunos manuales contemporáneos nos encontramos que, en
entonces, a cada nivel por separado. rasgos generales, la teoría es casi la misma.
Cabría aquí preguntarnos si el hambre es captado por el tacto...
de hecho en el lenguaje vulgar decimos que "sentimos el estóma­
102 No presentaremos aquí la actual disputa mente/cerebro o tam­ go vacío" para referimos a esa sensación de hambre. En el mismo
bién llamada body/mind. A tal efecto puede consultarse El yo y su aentido, decimos "estoy lleno" para expresar la satisfacción de ese
cerebro de K. Popper y J. Eccles, Barcelona, I^bor, 1985. mismo hambre.
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resonancia afectiva en la caricia. Es a través de la caricia por to que el olfato se orienta a lo futuro, a lo profético, como
donde nos adentramos en la expresión de lo afectivo105, es cuando decimos "olfato para los negocios" u "olfato de
la caricia el modo por el cual le mostramos a un recién na­ gol". Aunque es también cierto que este sentido es el más
cido la bondad de la vida. Así, entonces, el tacto que parece desatendido por nuestra cultura, en tanto que no lo cultiva­
referirse solamente a la ubicación del mundo tiene, gracias mos adecuadamente107.
a la espiritualidad humana, una trascendencia afectiva, en
El cuarto sentido es el oído. Él capta propiamente el so­
tanto que no sólo percibe, sino que también transmite.
nido y a través de él el movimiento, por lo tanto la distancia
El segundo sentido es el gusto. Especie de tacto espe­ es percibida mucho más claramente. En el hombre, el oído
cializado y restringido a un área muy precisa. Su principal goza de una mayor espiritualización frente a los sentidos
finalidad es la autoconservación, en tanto su ordenación a anteriores. Junto con la vista, son los sentidos privilegia­
la alimentación. Pero tiene también un eco de espiritual106. dos de la comunicación, en tanto que en él se da la palabra
Que se manifiesta, por un lado, en que el hombre es omní­ oída y la música. De este modo parece esconderse en esta
voro. Por otro lado en la creatividad que comprobamos en espiritualización la finalidad de la autoconservación, la cual
el arte culinario. Como ejemplo de esta apertura a lo espiri­ también existe.
tual decimos que una persona “tiene buen gusto" en tanto
El último sentido es la vista. Ella capta como objeto
que sabe elegir y establece una armonía entre sí mismo y la
propio el color y, a través de él, las formas y figuras. En
realidad, ya sea en el vestir, o en la decoración, o en la capa­
nuestra cultura es el sentido más espiritualizado y el que
cidad de descubrir una manifestación artística.
mayor confianza nos brinda, lo cual lo comprobamos en
El tercer sentido es el olfato. La aparición de este senti­ nuestro lenguaje vulgar, por ejemplo: para llamar la aten­
do implica un salto evolutivo, en tanto que se introduce un ción usamos expresiones como "¿viste?", o "miren", o "a
elemento nuevo: la distancia en el espacio. Podemos afir­ ver"...
mar, entonces, que el olfato es un tacto a distancia, en tanto A esta apretada síntesis podemos agregarle algunas
que sentimos las cosas antes de entrar en contacto con ellas. notas para completar, un tanto, esta aproximación. En
Su finalidad es doble, por un lado se orienta a la conserva­ primer lugar hay una jerarquización real de los sentidos
ción del individuo, en tanto que percibe lo que se ordena en cuanto a la mayor precisión en orden al conocimiento,
a la percepción del alimento como también del enemigo. pero debemos tener en cuenta que esta jerarquización está
Por otro lado, gracias al olfato captamos, también, la pareja hecha desde el conocimiento intelectual. Y esta aclaración
sexual, de modo que el olfato se orienta a la conservación nos lleva a la segunda nota. La jerarquización se da tam­
de la especie. Así mismo, el olfato por estar en una persona bién por un contexto cultural. Es por eso que hay culturas
espiritual ve su horizonte de percepción ampliado. Ejem­ más visuales y otras más auditivas, como también perci­
plo de esto es la tarea del perfumista, el cual recrea aromas. bimos en la actualidad un peculiar desarrollo del sentido
Y del mismo modo que los sentidos anteriores, el lenguaje del gusto a través de lo que podríamos llamar "el mundo
vulgar nos muestra una manifestación espiritual, en cuan­ gourmet" o "gourmand".

105 Cír. Levinas, Emmanuel, Totalidad e infinito, Salamanca, Sígue­ 107 La novela El perfume de Süskind, sin embargo, nos plantea un
me, 1997, p. 267-269. claro paisaje del mundo de los aromas. En la adaptación cinema­
,Ob Sobre este tema se puede ver la película La fiesta de Babette
tográfica, el mensaje visual ahoga la posibilidad de imaginar, ol­
(1987), de Gabriel Axel. fativamente, la trama.
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Otro aspecto que queremos destacar es que cada perso­ oído o experimentado por algún otro sentido. Hay entonces
na tiene dentro de este marco de naturaleza-cultura, una en la imaginación una capacidad de reordenar los datos de
predisposición a la utilización de un sentido o de otro. Así los sentidos externos, produciendo algo que no está en la
encontramos personas con un "fino oído" y otras de "pala­ realidad. Es por eso que la imaginación recibe, también, el
dar exquisito". Esta predisposición genera una mayor capa­ nombre de fantasía.
cidad de percepción de los objetos propios de cada sentido, La imaginación entraña la capacidad de humanizar lo
como también el ocultamiento o embrutecimiento de los real en tanto que, en su carácter de fantasía, reordena lo
restantes. Esto radica, como ya afirmamos, en la libertad del real permitiendo ampliar el mundo poblándolo de imáge­
espíritu que amplía el horizonte de cada sentido. nes que realmente no existen. Pero, junto a esta capacidad
nacida del carácter utópico, la fantasía puede enajenar al
* Sensibilidad interna
hombre, dado que lo saca de la realidad llevándolo a habi­
Cuatro son los sentidos de la sensibilidad interna. El pri­ tar un mundo imaginario. Así, entonces, se convierte en "la
mero es el sentido común. Su objeto son los actos de los sen­ loca de la casa". Es por eso que la imaginación requiere una
tidos externos, en tanto que en el sentido común se reúnen educación, un ejercicio ordenado.
los sentidos externos. El sentido común hace, de este modo,
La imaginación al producir estas imágenes depende del
una primera síntesis, dado que reúne nuevamente lo que
sentido que las proporciona. Es así que encontramos perso­
estaba unido en la cosa y que se había dividido en los dife­
nas con una imaginación visual, otras auditivas, y existen
rentes caminos de acceso, esto es, a través de cada sentido
también imágenes olfativas, como las que tiene el perfumis­
externo. Ahora bien, dado que el sentido común capta los
ta o gustativas como el caso del cocinero.
actos de los sentidos externos, siento que siento, esto es, se da
en él lo que podríamos llamar una primera reflexión, una El tercer sentido interno es la memoria. Su objeto es la
primera captación del yo como sujeto de sensibilidad. Así, referencia de la imagen al pasado, lo cual no se encuentra
entonces, podríamos decir que gracias al sentido común se en la imagen sino que surge de la comparación de éstas
da una síntesis objetiva -se vuelve a reunir lo que se disper­ dentro de un tiempo. En la Edad Media se decía que la
só en la sensación, pero que estaba unido en la realidad- y memoria captaba una "intentio insensata", esto es, un con­
una primera síntesis subjetiva, es decir, una síntesis entre tenido no sentido, en tanto que la referencia al pasado no
sujeto y objeto -no es meramente lo objetivo lo que aparece es sentida por ningún sentido externo, pero tampoco está
en el sentido común, sino también el sujeto que conoce-. en la realidad, dado que en la realidad sólo encontramos lo
presente. La memoria capta entonces el paso del tiempo, y
El segundo sentido interno es la imaginación. El objeto
no creo que sea casual que San Agustín se haya interesado,
de la imaginación es la imagen del objeto en cuanto este
como lo atestigua el libro Confesiones, por estos dos temas:
objeto está ausente. La imaginación entra en juego cuando
tiempo y memoria.
queremos representamos una realidad que, en realidad, no
está presente. Podríamos decir entonces que la imaginación La memoria, entonces, al captar la referencia al pasado
es el sentido que hace presente lo ausente. Por lo tanto, es en la es la sede de la historia. No cabe relatar una historia sin
imaginación donde aparece, por primera vez, un sustituto la ayuda de la memoria. Y por ser sede de la historia es la
de lo real, una "especie expresa", esto es, una réplica de lo sede del yo. No podríamos decir esta palabra yo con sen­
real producido por el sujeto. Esta especie, si bien es produ­ tido, si no fuera por la memoria que nos permite revivir
cida por el sujeto, no es pura creación del sujeto. En reali­ lo que hemos sido. Es gracias a ella que podemos contar
dad no hay nada que imaginemos que no hayamos visto u nuestra vida, relatar nuestra biografía y por lo tanto tener
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conciencia de una identidad. Sin memoria, entonces, no hay prever lo que ha de suceder, ampliando nuestro horizonte
identidad. Es por eso que cuando hacemos memoria deci­ perceptivo hacia el futuro, hacia lo que todavía no es.
mos que recordamos, esto es, volvemos al corazón, volvemos Otra función de la estimativa es que nos permite captar
a nuestra intimidad, para allí, encontrar lo real. lo beneficioso y lo nocivo de las cosas. Debemos aclarar que
Del mismo modo que la imaginación se desarrolla de la estimativa no capta el bien o el mal sino aquello que es
acuerdo a los intereses y a la preeminencia de un sentido bueno o malo para un sujeto determinado, esto es, en cuanto
sobre otro, lo mismo podemos decir de la memoria. Exis­ que entra en relación con una persona en concreto. Una co­
ten memorias visuales, o auditivas o incluso táctiles de mida, por ejemplo, puede ser beneficiosa para alguien, pero
acuerdo a la impresión que han dejado en nuestra vida. Y nociva para otra persona. Gracias a la estimativa entonces,
así como la imaginación requiere educación, lo mismo su­ la percepción del hombre se abre, no sólo a lo cognosciti­
cede con la memoria. En muchos sentidos tenía razón Pla­ vo, sino también a lo afectivo, en cuanto que está ordenada
tón cuando afirmaba que "pensar era recordar". El pensar a acrecentar la vida en la búsqueda de lo beneficioso y en
hunde sus raíces en los recuerdos, vuelve nuevamente a evitar lo nocivo.
experiencias anteriores. Por eso pensar es rumiar, volver Finalmente, en el hombre, la estimativa adquiere otra
a hacer presente aquello ya pasado, ya sea para reordenar función a partir de la cual se llama a esta potencia cogitati-
lo caótico del presente, o para captar lo novedoso de algo va. Como su nombre lo indica, la cogitativa reúne los datos
en confrontación con lo ya sido108. La memoria, así enten­
que la sensibilidad captó de lo real. Produce, entonces, una
dida, no es meramente cronológica, en tanto que recuerda
imagen en la cual se sintetiza todo lo captado por los otros
datos y fechas; sino kairológica, en cuanto que revive lo
sentidos tanto externos como internos. Es sobre esa imagen
vivido, nos permite encarnar el pasado y "morir llenos
sobre la que va a apoyarse la inteligencia para la produc­
de años"109.
ción del concepto, de modo que, si esta imagen es débil o
El cuarto y último sentido interno es la estimativa o cogita­ incompleta, la inteligencia se va a ver limitada en su ejerci­
tiva. Varias son las funciones de esta potencia. Si la memoria cio, en tanto que el material, sobre el que va a trabajar, va a
capta la referencia al pasado, la estimativa capta la referen­ manifestar una realidad imprecisa.
cia al futuro. Gracias a ella, estimamos que algo va a suceder,
Por lo tanto, en la cogitativa se presentan, así como en
como por ejemplo, un cielo amenazante nos hace pensar en
el sentido común, dos síntesis. A la síntesis objetiva mani­
la lluvia inminente. Así, entonces, la estimativa nos permite
festada en la imagen, de la cual hablamos anteriormente,
se le suma la síntesis subjetiva, ya que el sujeto aparece in­
volucrado en cuanto que la imagen no habla solamente de
108 Aunque también hay que tener en cuenta lo que puede dificul­
la cosa real, sino también del estado del sujeto, en cuanto
tar la memoria al pensar. Un ejemplo lo encontramos en el relato
refiere lo beneficioso o nocivo para ese sujeto.
"Funes el memorioso" de Jorge L. Borges en Ficciones, Obras com­
pletas, Buenos Aires, Emecé, 1974, p. 485-490. La cogitativa, entonces, en estas dos síntesis, es la poten­
109 Podemos distinguir dos tipos de tiempo. El tiempo cronológi­ cia de la experiencia. Cuando hablamos de una persona y de­
co es común a todos y es establecido arbitrariamente, por ejem­ cimos que tiene sentido común, o bien que es una persona
plo, hoy es 30 de octubre de 2007. El tiempo kairológico, en cam­ experimentada, o incluso que "tiene mundo", nos estamos
bio, es el tiempo propio de cada uno, su tiempo de madurez, su refiriendo precisamente a esta potencia. Es por eso que en el
sazón. Así, entonces, dos personas pueden tener la misma edad
cronológica, pero no tienen la misma edad kairológica, la misma medioevo esta potencia recibió también el nombre de razón
madurez. particular. Su función es ser sede de la experiencia porque
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agrega, a los datos del pasado brindados por la memoria, hace ser real. Así, entonces, el ente, como objeto de la inteli­
la previsión del futuro de acuerdo a lo que está presente a gencia, es captado propiamente a través del juicio, como acto
través de los sentidos externos. Así, entonces, tiene una ca­ que une lo que está unido y separa lo que está separado.
pacidad cognoscitiva como la de la razón, pero se diferencia
A partir de esta presentación comencemos a ver las otras
de aquélla porque se refiere al individuo, no al universal.
opiniones. Algunos autores dicen que el objeto de la inte­
Queremos finalmente mostrar cómo en toda la sensibi­ ligencia es el ser. Pero si tomamos ser en su sentido propio
lidad hay un proceso que podríamos llamar de aparición del notamos que ser es solamente un principio de lo real, el más
sujeto. Esto significa que el conocimiento no es una mera importante desde luego, pero sólo principio de lo real. De
copia de la realidad, como lo es una fotografía o una pelí­ hecho, no captamos nunca el ser de un modo puro, no cap­
cula, sino que el conocimiento se da en la unión vivida del tamos nunca el existir, como tampoco captamos el comer o
sujeto con el objeto y, por lo tanto, a mayor intimidad con el el beber. Lo que captamos es un sujeto que está comiendo o
objeto, hay una mayor presencia del sujeto. A medida que bebiendo, siempre, lo que captamos, son sujetos que realizan
captamos más datos de las cosas, más yo se vuelve el sujeto, una u otra acción. Generalmente cuando un autor dice que el
dado que a mayor presencia del objeto tenemos una mayor objeto de la inteligencia es el ser, se quiere referir a que el ob­
actividad del sujeto. O para decirlo en otras palabras: el su­ jeto es real, esto es, no es ni un ente de razón, ni algo que no
jeto se hace más real a medida que conoce más la realidad y existe propiamente. Pero, dado que no cuesta nada ser preci­
más realidades. sos, preferimos entonces decir que el objeto es el ente110.
Otros autores afirman que el objeto de la inteligencia
2.2.b.2. El conocimiento intelectual es la esencia de las cosas materiales. Nuevamente vemos aquí
Como dijimos anteriormente, el conocimiento humano algo de verdad pero, también, alguna imprecisión. Es cierto
se da a través de dos vías. La vía de la sensibilidad capta lo que la esencia es el principio de lo real que le da un conte­
real en su modo de fenómeno, y lo capta con una potencia nido inteligible y gracias al cual una realidad se diferencia
que radica en órgano. La vía de la inteligencia capta lo real de otra; esto es, gracias a la esencia, la mesa es mesa y se
en su modo esencial, fundamental, y su potencia no radica diferencia de una silla. Como habíamos afirmado anterior­
en órgano. mente, la esencia es aquello que hace que una cosa sea lo que
es pero, aunque esto es muy importante, no es todo lo que
* Objeto de lo inteligencia hay en el ente. Si bien el filósofo es un cazador de esencias
¿Cuál es el objeto de la inteligencia? Varias son las opi­ y su fin es definir, delimitar lo real, esto no puede ser hecho
niones sobre el tema. Intentaremos presentar una que per­ unilateralmente, monocularmente. Lo real irrumpe más allá
mita entender el aspecto de verdad que cada una tiene. (o más acá) de la sola esencia.

El objeto de la inteligencia es el ente. Por ente entende­ Así, entonces, decir que el objeto es la esencia, nos lle­
mos aquello que es. Recordemos que, en esta noción de ente, varía a varias dificultades. Una de ellas es caer en lo que
se encuentran presentes el principio ser (es), el principio
esencial (qué) y el sujeto que está constituido por la esencia
1,0Creemos además que esta confusión se debe a que en francés
y por el ser.
una misma palabra es utilizada para designar al ser y al ente: étre.
Así, entonces, la inteligencia capta lo real: esto es, algo Cfr. Gilson, Étienne, L'étre et l'essence, París, Vrin, 1972, p. 350-351.
individual que, por un lado tiene una esencia y que, por lo Y muchos manuales en español son traducciones de originales
tanto, puede ser definido; por otro lado, tiene un ser que lo franceses.
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comúnmente se llama esencialismo, esto es, lo que vale la todo conocimiento intelectual sería infalible, y si se equi­
pena conocer de una cosa es su esencia, no la cosa misma. vocara sería por la intromisión de otro elemento extraño.
Este esencialismo crea una visión abstracta de la realidad Sin embargo, creemos que si afirmamos que el objeto de la
y en muchos casos es el responsable de mostrar a la filoso­ inteligencia es el ente, puede ser que por exceso del objeto
fía como algo que está alejado de lo real. "Lo que tenemos o por debilidad de la inteligencia surja el error, esto es, la
delante" no nos interesa tanto como su contenido univer­ no adecuación con la realidad. En el error hay conocimiento
sal111, esta actitud nos lleva, poco a poco, a olvidarnos de intelectual, pero deficiente, corregible. De ahí la existencia
lo que tenemos delante, para instalamos en una especie de de la lógica, como arte del buen pensar.
lejanía intelectual.
Una quinta opinión es aquella que afirma que el objeto
La otra dificultad no es menor y está emparentada con la de la inteligencia es la forma de las cosas. Aquí forma está
anterior. Si lo que conoce propiamente la inteligencia es la tomada como principio de lo real y, más propiamente,
esencia, ¿qué lugar le cabe al ser? El ser sería entonces objeto como aquello que perfecciona la esencia de una cosa. En
de la sola sensibilidad, sería aquello que solamente puede esta opinión encontramos las mismas dificultades que ha­
ser alcanzado por una constatación empírica. Una interpre­ bíamos presentado con respecto a la esencia y podríamos
tación tal impide entonces considerar al ser como principio afirmar otra más: la materia se vuelve incognoscible para
metafísico, como acto de todos los actos; concepción que, la inteligencia, y siendo la materia -signada por la canti­
según algunos especialistas, es un logro de la metafísica clá­ dad- el principio de individuación, el individuo también
sica. Así, entonces, si afirmamos sin más que el objeto de la se vuelve ininteligible.
inteligencia es la esencia, lo individual, lo concreto y el ser
como acto se vuelven ininteligibles. Una última opinión sería aquella que sostiene que el ob­
jeto de la inteligencia es la quididad de la cosa material. Pero
Otra opinión dice que el objeto de la inteligencia es la esta opinión nada agrega a aquella que sostenía que el obje­
verdad. Pero la verdad más que objeto de la inteligencia es to era la esencia, por tanto, la nombramos solamente.
el fruto, esto es, la verdad surge una vez que la inteligencia
se ha adecuado a la realidad, a su objeto. Por lo tanto, la A modo de conclusión decimos, entonces, que el objeto
verdad no es propiamente el objeto de la inteligencia, sino de la inteligencia es el ente, en su triple conformación de
el fin del conocimiento intelectual. Así, entonces, el hom­ individuo que tiene una esencia y que es. De este modo la
bre al conocer lo real intelectual mente, posee la verdad, inteligencia, a través del acto del juicio, no sólo capta lo
pero solamente si se ha apropiado de eso real, del ente. Por esencial de lo real -lo cual es captado por la simple apre­
otra parte, si el objeto fuera la verdad sin más, no cabría un hensión-, sino también el acto de ser, y esto no por sepa­
conocimiento intelectual errado: no habría posibilidad de rado sino en cuanto que le corresponde a un individuo. Si
conocimiento erróneo112 * *. De este modo y en cierto sentido, la inteligencia logra apresar al ente de este modo, logrará
su fin: la verdad.

111
* El proceso ideogenético
Recordemos que al comienzo del curso dijimos que el objeto de
la antropología no es la idea de hombre, ni la esencia del hombre; Al plantear los argumentos de la espiritualidad del alma,
sino el hombre que tenemos delante: el prójimo, no la projimidad. como al hablar de la diferencia entre la sensibilidad y la in­
1U Esta afirmación se deduce de la afirmación de la teoría clásica teligencia, apuntamos a la diferencia entre imagen e idea.
según la cual toda potencia se ordena naturalmente a su objeto y Mientras que la imagen se refiere a algo individual, la idea
todo lo conoce desde él. se refiere a algo universal. Ahora bien, ¿de dónde surgen
84 Antropología Filosófico Pablo R. Etchebehcre 85

las ideas? ¿Tienen ellas alguna relación con las imágenes? impresa lo determina a conocer la realidad, de la cual la
Es éste el tema que trataremos ahora113. especie es reflejo.
El proceso tiene su inicio en la cogitativa. Ésta, como ha­ Una vez que el intelecto posible está en acto primero de
bíamos dicho, produce una imagen que reúne todos los da­ conocer, tiene que pasar realmente a conocer, es decir, tiene
tos de la sensibilidad, tanto de la sensibilidad interna como que ponerse en acto segundo de conocer. Esto es así porque
la externa. Esta imagen es llamada especie expresa sensible. Se el conocimiento, como ya dijimos, no es solamente pasivo,
dice "especie" en tanto que refleja -como un espejo (specu- sino que, propiamente es acción115 116. Al conocer, el intelec­
lum)~ la realidad; se dice "expresa" en tanto que es produci­ to posible produce o profiere el concepto o especie expresa
da por una potencia; y finalmente "sensible" en cuanto que inteligible, en la cual ve lo real. Ahora bien, aquí finaliza el
pertenece a ese orden. proceso ideogenético, en cuanto que hemos producido la
idea o concepto. Pero no concluye con esto el conocimiento
Esta especie expresa sensible es iluminada por el inte­ intelectual, dado que es necesario un paso más que se lla­
lecto agente, cuya tarea es, al iluminarla, transformarla en ma conversión a la imagen"6. El intelecto posible compara la
especie impresa inteligible. Este proceso podríamos ejempli­ idea o concepto con la imagen de la cual los obtuvo, para
ficarlo como la tarea que realiza una linterna en una habi­ comprobar si realmente coinciden esa idea o concepto con
tación oscura. Ella no crea la realidad que vemos, sino que la realidad. Si la confirmación es afirmativa, podemos decir
solamente hace posible que la veamos. Otro ejemplo sería que conocemos intelectualmente.
el de un ascensor. El intelecto agente eleva la imagen a lo
inteligible pero no cambia su contenido, solamente lo hace * Algunas aclaraciones
pasar de lo individual a lo universal. Este proceso se llama,
también, abstracción"4. - Los dos intelectos
Esta especie impresa inteligible, en tanto impresa, in­ En primer lugar surge la duda: ¿cuál es la necesidad de
muta al intelecto posible, es decir, lo pone en acto primero dos intelectos? La distinción surge para explicar hechos
de conocer, al sacarlo de la potencialidad. Para hacer esto dentro de una teoría más amplia. La teoría es la distinción
un poco entendible, podríamos decir que el intelecto po­ de acto y potencia, los hechos son los siguientes:
sible, antes de esta inmutación, es "posible de todas las Un primer hecho es la distinción entre la imagen indivi­
cosas", esto es, puede conocer cualquier cosa. La especie dual y la idea universal. Tenemos experiencias de ambas,
en tanto nos forjamos una imagen de Napoleón y también
podemos decir emperador, mientras que una se aplica a un
,u Recordemos que para este tema tenemos que aceptar algunos
solo individuo, la otra se aplica a muchos, como a Julio Cé­
puntos. En primer lugar que nuestras ideas dicen algo universal; sar o Hiroito. El segundo hecho es la mutua dependencia de
segundo, que esas ideas están tomadas de la realidad, esto es, no la imagen y el concepto. Mientras que por la imagen atrapa­
son innatas; tercero, estas ideas son tomadas desde las imágenes, mos el fenómeno, por el concepto captamos lo esencial de
con lo cual sostenemos una correlación entre el conocimiento sen­
sible e intelectual; cuarto y último, esa capacidad de formar ideas
es propia de cada hombre, es decir, no pertenece a un intelecto
separado. Recordemos también, que no es la inteligencia ni la sen­ 115 Recordemos que conocer es "hacerse otro en cuanto otro", es
sibilidad las que conocen, sino el hombre a través de ambas. decir, es propiamente una acción del sujeto que sale de sí para
1,4 Dada su complejidad y por razones didácticas la explicaremos hospedar la realidad.
en un apartado especial. 116 En latín comwrtio ad phantasmata.
86 Antropología Filosófica Pablo R. Etchebehere 87

ese fenómeno. Así, entonces, imágenes sin conceptos serían cambio puede poseer esa forma color también de un modo
vacías; conceptos sin imágenes, serían mudos. intencional, por lo tanto, cuando lo posee de ese modo, no
se convierte en color.
Ahora bien, dado que nada puede estar en acto y en po­
tencia, a la vez y bajo el mismo aspecto, tenemos que afirmar Pero al decir que la raíz del conocimiento es la inmateria­
la dualidad de intelectos. El intelecto agente entonces tiene lidad, estamos también suponiendo que la materia esconde,
la misión de iluminar o abstraer, pero no conoce. Su función oculta, la riqueza inteligible de la forma. Cuanto más inma­
es precisamente ser el que permite el paso de la imagen al terial es una forma más inteligible es, tanto que, una forma
concepto. El intelecto posible es el que propiamente conoce completamente inmaterial sería de tal modo inteligible que
lo real, en primer lugar al hospedar a la especie impresa y, nos encandilaría: así como nuestros ojos no pueden mirar
en segundo lugar, al producir el concepto y ver en él la rea­ directamente la luz del sol, así tampoco podría verla cara
lidad. Así, entonces, sin el intelecto agente el intelecto po­ a cara.
sible no tendría nada que conocer, porque no habría nada Así, entonces, el intelecto agente responde por un lado a
a su nivel y por sí sólo no puede generar una idea. Sin inte­ la necesidad de abstraer una forma de la materia, es decir, de
lecto posible no conoceríamos, porque no habría nada que quitarle el peso de la materialidad. Pero responde por otra
produjera la idea y de ese modo nuestro conocimiento sería parte a la capacidad de cada hombre, de modo que en cada
meramente sensible117. hombre encontramos diferentes capacidades de abstracción.

- Sobre la abstracción Se pueden distinguir tres grados de abstracción. En el


primero, y que corresponde a las ciencias empíricas y la filo­
La función del intelecto agente es llamada también abs­ sofía de la naturaleza, se deja de lado la materia individual.
tracción. Consiste en dejar de lado la materia para alcanzar Así, entonces, un médico traumatólogo no presta atención
la forma inteligible. Esta teoría de la abstracción supone una a estos huesos sino solamente a huesos, como un psicólogo no
tesis: que la raíz del conocimiento es la inmaterialidad. Se­ presta atención a esta neurosis sino a neurosis.
gún esta tesis conocemos gracias a que hay en el sujeto una
inmaterialidad que le hace capaz de recibir formas distintas En el segundo grado, que pertenece a las matemáticas,
de la propia, pero sin cambiar su propia forma. Por ejemplo se deja de lado la materia sensible para quedamos con la
una pared no tiene inmaterialidad, por lo tanto, cuando re­ cantidad. Así, entonces, el matemático ya no presta aten­
cibe una forma, no puede recibirla sino transformándose en ción a si es hueso o neurosis, sino a si es 1 ó 2.
esa forma, como al recibir la forma color rojo. El hombre en Finalmente, el tercer grado de abstracción deja de lado
toda materialidad para quedarse entonces con lo que sim­
plemente es. Es por eso que este grado de abstracción le
117Escapa a nuestro tema la consideración histórica de las teorías pertenece propiamente a la metafísica. Pero aquí debemos
conocidas generalmente como la unidad del intelecto, como tam­ hacer una aclaración. Según algunos autores, este tercer gra­
bién la de la separación del intelecto. En la Edad Media los autores do de abstracción no daría propiamente nada que conocer,
árabes sostuvieron la separación del intelecto agente, como el caso en tanto que, en este nivel, los conceptos son tan abstractos
de Avicena, o del intelecto posible, como Averroes, a tenor de la que son vacíos, es por eso que algunos han preferido agre­
interpretación que hicieron los teólogos cristianos. Posteriormente
gar otro modo de iluminación: el de la separación. Según
esto generó dos corrientes dentro de la cristiandad: el agustinismo
aviceneante y el averroísmo latino. En ambas se juega lo mismo: es ellos, la inteligencia en este grado no abstrae, es decir, no
realmente el hombre el que conoce intelectualmente, o solamente deja de lado nada, sino que separa aquello que está unido
es un instrumento de lo Separado. en la realidad. Así, entonces, en este grado de separación
88 Antropología Filosófica Pablo R. Etchebehere 89

no tendríamos conceptos sino juicios, por lo tanto no habría un animal racional, esto es, se diferencia de los demás seres
tanto ideas como proposiciones. Y la razón de esto está en porque piensa. Pero el pensar no es algo común en todo
que, como hemos dicho anteriormente, el objeto de la inte­ hombre. Comúnmente no pensamos, sino que nos maneja­
ligencia no es ni la esencia, ni la forma, ni la quididad, sino mos por la experiencia121 o, para decir con Descartes, con el
el ente, es decir, aquello que es, el cual no es captado por una buen sentido122; comúnmente nuestra potencia de conoci­
simple aprehensión sino por un juicio, el cual corresponde a miento es la cogitativa, no la inteligencia.
este grado de separación. Es así que el ente judicativamente El pensar aparece, creo, en dos momentos. Aparece en
captado se dice de todas las cosas que son, pero sin dejar primer lugar cuando el hombre se esfuerza en encontrar el
nada de lado sino incluyendo en sí toda la realidad118. fundamento del fenómeno, esto es, cuando pregunta por
el por qué o por el para qué de algo. Pero este preguntar no
- Sobre el pensar
es algo que el hombre haga a menudo. Y, por otra parte, el
Hemos explicado cuál es el objeto de la inteligencia, pensar no consiste solamente en formular la pregunta, sino
hemos explicado el proceso ideogenético, pero aún no he­ en buscar y enfrentarse con la respuesta. Considero que, a
mos tratado del modo propio de conocer intelectual. En menudo, el hombre no piensa, en tanto que o bien no pre­
primer lugar podemos distinguir dos modos119: uno es el gunta, o porque la respuesta no la obtiene de su razonar, de
del intelecto, el cual consiste en ver lo real y entenderlo su diálogo con la cosa, sino que echa mano a respuestas ya
instantáneamente; el otro es el de la razón, el cual comien­ dadas, a tradiciones no realmente pensadas sino solamente
za en una duda, o bien, frente algo que se presenta de un repetidas de memoria.
modo que resiste la comprensión. Así, entonces, la marcha
Esto me lleva al segundo momento. Aparece el pensar
de la razón es un ir paso a paso, ella no es otra cosa que un
en la creatividad, esto es, cuando en la búsqueda personal
trabajo hacia la intelección. Por eso se dice que la razón se
del fundamento, el hombre inaugura nuevas perspectivas,
da entre dos intelecciones. La primera intelección es con­
en tanto que no ordena la experiencia según modos viejos
fusa, oscura y requiere el pensar. Al razonar el hombre
-el vino nuevo requiere odres nuevos- sino que crea nue-
piensa y llega finalmente a ver lo real más claramente, y
surge así la intelección final que pone fin al pensar y en
ella surge la verdad120. 121 Cfr. el inicio de la Metafísica de Aristóteles: "Y del recuerdo
Anteriormente hemos dicho "pensar", pero ¿qué enten­ nace para los hombres la experiencia, pues muchos recuerdos de
demos por pensar? Generalmente decimos que el hombre es la misma cosa llegan a constituir una experiencia. Y la experiencia
parece, en cierto modo, semejante a la ciencia y al arte, pero la
ciencia y el arte llegan a los hombres a través de la experiencia...
Nace el arte (téjne) cuando de muchas observaciones experimen­
118 En esta explicación nos hemos excedido en tanto que hemos tales surge una noción universal sobre los casos semejantes", Me­
tratado temas que pertenecen propiamente a la gnoseología y a tafísica, 981a 1-5.
la metafísica, pero consideramos oportuno señalarlos a modo de 122 Cfr. Descartes, René, El discurso del método, Madrid, Espasa Cal-
introducción del tema.
pe, 1970, p. 29: "El buen sentido es la cosa mejor repartida del
119 Sobre este tema, la obras ya clásicas de Juan Cruz Cruz, Intelecto
mundo, pues cada cual piensa que posee tan buena provisión de
y razón. Las coordenadas del pensamiento clásico, Pamplona, Eunsa, él, que aun los más descontentadizos respecto a cualquier otra
1982 y de J. Peghaire, Intellectus el Ratio selon S. Thomas d'Aquin, cosa, no suelen apetecer más del que ya tienen". Hay que aclarar,
París, Vrin; Ottawa, Instituto d'Etudes Médiévales, 1936. sin embargo, que para Descartes buen sentido y razón son equi­
120 Cfr. Suma Teológica I, q. 79, a. 8. valentes.
90 Antropología Filosófica

va experiencia123. Es por eso que el pensar auténtico, no la


mera habladuría, saca al pensador del mundo de la caver­
na124 para ponerlo cara a cara con el fundamento. El pensar
hace del hombre un liberador, en tanto que, desde el fun­
damento, puede romper con las viejas experiencias y, como
él es libre, puede volver a liberar. Es por eso que el pensar
tiene algo de abismal, nos deja, por un momento, sin expe­
riencia y por lo tanto nos deja en soledad125. Es esta una de
las paradojas del pensar: su eclesialidad se crea luego de la
soledad...y viceversa.

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