Está en la página 1de 28

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán

Lengua y Literaturas Hispánicas

Literatura Grecolatina y Oriental

Fernando Francisco Ortega Cano

“La muerte sí vive y es de amor”

Núñez Miranda Ana Karen

Grupo: 2201
Prólogo

Existen temas recurrentes a lo largo de la literatura, que son la base para que los
autores originen historias nuevas, pero que, al fin y al cabo, por pertenecer a un
subgénero dado, contienen similitudes entre ellas. Es tema de este ensayo hablar
de uno de ellos, de la derivación y la perspectiva que ha tomado y que está presente
en la novela de Jenofonte del año II d.C., llamada Efesíacas.

Entendamos al amor trágico, por principio de cuentas, como un tipo de amor


en donde la vida de los personajes y con ello, toda la psicología de su mente; toma
un segundo lugar para dar paso al destino, aquel que se encargará de dirigirlos a
determinadas acciones y sucesos1 que indudablemente tendrán tintes desdichados
para los personajes, pero sin dejar a un lado, un amor cada vez más fortalecido por
estos hechos. Lo que trae consigo que podamos adentrarnos al concepto que Eros
y Tanátos abarcan.

Se partirá desde el contexto y la biografía del autor, en este caso Jenofonte,


para después mencionar la época de la obra, los temas mitológicos a los que hace
referencia y aunado a esto, su tema principal. Desde aquí, nos enfocaremos en la
novela empezando con su argumento, seguido por la descripción de los personajes
y las características que los conforman a ellos y al texto. Para continuar, se
ahondará de manera más profunda en una de las ideas presentadas al inicio de esta
hoja y que dará paso, a una investigación más rigurosa que será acompañada por
citas a otros autores y obras que lo complementen.

Es interesante saber qué tanto hay de realidad en la literatura, cómo se


pueden abordar conceptos de distintas áreas dentro de una ciencia que es capaz
de transformar la vida en palabras. A simple vista, nadie nunca creería que una
historia de amor perteneciente a lo ficticio, a lo no real, a lo partido desde la
imaginación y que está en papel; pueda tener algo de cierto en ello, una base real,
estudiada y existente más allá de las palabras… Eso es lo atractivo de la literatura.

1
Esta explicación es dada según la definición que da Vargas Moreno (2018) en su tesis de pregrado “La
tragedia en del amor. Estudio desde la antropología histórica de Tristán e Isolda”.
Panorama histórico de la época del autor

Corría el siglo II d.C. donde el Imperio Romano disfrutaba de una extensión de


territorio que cubría en su totalidad la costa del Mediterráneo, ocupando hoy lo que
sería parte de Inglaterra, Alemania, España, Portugal, Italia, Suiza, Eslovaquia,
República Checa, Croacia, Serbia, Montenegro, Albania, Bulgaria, Rumania,
Grecia, Turquía, Siria, Armenia, Israel, Palestina, Egipto, Libia, Marruecos y Argelia.

Contaban con una población aproximada a los 50 millones de personas2 y


fue aquí, donde finalmente Grecia –después de haber sido conquistada-, conseguía
formar parte como una sola con Roma teniendo una mayor estabilidad tanto de
manera económica, política como cultural. Se destacaron emperadores como
Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo; quienes invirtieron
en caminos, puertos y acueductos; además de propiciar la relevancia del arte, la
literatura y el derecho. La religión se amplió y la Iglesia cristiana creció en poder, a
pesar de la constante persecución que se tenía de sus creyentes.

Pero fue también en este siglo cuando los inicios de una crisis empezaron a
gestarse. Luego de la muerte de Trajano como gobernante de Roma y la asunción
de Adriano a ese puesto, la política del país cambió. Se estableció una política
defensiva3 que afectó gravemente la economía al deber costearse mano de obra en
trabajos que normalmente eran hechos por esclavos. Aunado a esto y dado que el
cristianismo era ya parte de la ideología de muchos ciudadanos, la esclavitud que
hasta ese momento se veía como usual, se declaró como un acto injusto puesto
que todos los hombres eran iguales ante los ojos de Dios.

A partir aquí y durante todo el siglo III d.C., se le conoce como “la crisis del
siglo III”, ya que además de lo anterior y bajo el poder de Marco Aurelio, las guerras
que sufriría Roma desencadenarían un sinfín de problemáticas. Los bárbaros
habían decidido enfrentarlos, de manera que atacaban por todos los flancos

2
Sáez, A. (2016). La peste Antonina: una peste global en el siglo II d.C. Revista chilena de infecto logia, 33(2),
218-221. https://dx.doi.org/10.4067/S0716-10182016000200011.
3
La antigua política romana se basaba en que, una vez vencido el enemigo, los romanos se adjudicaban sus
tierras y expandían así su territorio, tomaban las riquezas del enemigo y los prisioneros que llegaban a
sobrevivir, eran vendidos como esclavos.
posibles para adentrarse a la ciudad, trabajo que el emperador mantuvo durante
toda su estadía al poder, pero nunca vio venir a toda la gente (niños, ancianos,
mujeres y hombres) que buscaban en aquel sitio tierras donde habitar y alimento
que comer. Roma ya no atacaba, sólo defendía.

La época oscura del Imperio al mando de diversos emperadores egocéntricos


e incapaces de llevar el mando tuvo su auge poco después de un Era de Oro. Las
devaluaciones de moneda junto con el caos que se ocasionó en el mercado y la
pérdida de territorio, hicieron creer que la Roma Imperial llegaba a su fin, pero
Diocleciano en el año 284 d.C., hartó de lo que vivía a su alrededor, tomó las riendas
del poder y dirigió a su nación a una época donde la estabilidad se asentó y aunque,
no todo volvió a ser igual, la seguridad que se brindaba era suficiente para poder
vivir tranquilos de nuevo.

Biografía del autor

Jenofonte fue un autor griego del siglo II y III d.C. del que no se tienen muchos datos
y la mayoría de sucesos que se saben de él podrían ser especulaciones, pues
incluso su nombre es prueba de duda ya que es posible haberlo adoptado como
pseudónimo en honor a Jenofonte de Atenas, escritor de Ciropedia, una novela del
siglo V a.C. que se considera como precedente del género.

Se le otorga el “apellido” “de Éfeso” porque es este lugar en donde se


desarrolla el inicio de la novela, además de suponerse que, tal como sus
protagonistas, es su lugar de nacimiento4 dada que la descripción de los viajes y de
la cultura5 presente en esa región es muy basta y específica. Julia Mendoza,
traductora de la versión digitalizada que se ocupará en este ensayo, ubica al autor
en alguna parte de Asia Menor, justificándose en que, a partir de Egipto, es donde
sus conocimientos del área geográfica comienzan a parecer extraños.

Sus personajes van y vienen a la deriva por la zona


del Delta del Nilo, sin que su paso de una ciudad a

4
Aunque en una nota al pie de página de la traducción digitalizada de los primeros cinco libros, se menciona
a un autor de nombre J. G. Griffiths que en su libro Erotica Antigua, menciona que Jenofonte bien pudo
haber vivido en Alejandría y no haberse quedado en Éfeso.
5
Entendiéndose como el conjunto de costumbres, rituales, fiestas y cultos, entre otros aspectos más.
otra pueda justificarse más que por un intento del
autor de dar «color local» a la narración,
acumulando sin orden los nombres de una serie de
ciudades egipcias cuya localización exacta no
conocía evidentemente demasiado bien.
(Mendoza, 1979, p. 218-219).
Los estudiosos que se han dedicado a investigar el contexto tanto del autor
como de la obra, se puede en dividir en dos: los que piensan que proviene de Éfeso
o Alejandría6 según los conocimientos que explica en los viajes y los que
desmienten lo anterior, sin aportar ninguna ciudad de la que pudiera haber nacido,
diciendo que la existencia de su conocimiento fue gracias a libros y/o pláticas con
extranjeros7. De cualquier manera y ya que su nombre –presuntamente
pseudónimo- fue ocupado también por otros autores de la época, es fácil encontrar
que se confunda con otros Jenofontes y se le asigne como escritor de textos que
realmente no sean suyos.

Contexto literario de la obra

Como ya se ha mencionado con anterioridad, la incertidumbre alrededor del libro y


del autor, no hacen más que imprecisar cualquier dato que se crea certero y que se
tenga de ambos. Pero existen fuentes, como el Suda8 que explican muchos
aspectos de los que conocemos ahora.

Es así como se piensa que originalmente, las Efesíacas eran un conjunto de


diez libros, pues según Mendoza (1979), el texto presenta una serie de lagunas que
no terminan de justificar del todo algunas acciones que hacen los personajes.
Incluso, hay autores9 que suponen por la misma falta de coherencia en sus
narraciones, que la obra no es de su autoría, que bien podría ser una especie de
resumen o copia10 del trabajo de alguien más.

6
Herrero Ingelmo (s.a.) menciona a E. Rhode, G. Dalmeyda y a J.G. Griffiths como principales defensores de
la idea.
7
H. Gärgtner, B. Lavagnini y H. Henne son, según Herrero, la otra contraparte.
8
Enciclopedia bizantina con información histórica acerca de culturas antiguas, entre otros contenidos.
9
Entre ellos E. Rhode y K. Bürger.
10
Entendiéndose como copia, una transcripción de un texto con ciertas variaciones.
En la introducción a la historia se nos dice que no es algo anormal que por
aquella época se hicieran estos tipos de síntesis de otras obras, pero en la
actualidad, hay otros autores que contradicen lo dicho. Es el caso de T. Hägg, el
cual relaciona todos estos hechos con la forma de escribir de Jenofonte, trata de
hacernos ver que es parte de la novela y no un acto de resumen. En realidad, entre
lo más interesados por el misterio de este autor, han hecho investigaciones tratando
de demostrar la honestidad de Jenofonte, ya que a los indicios que apuntan a su no
originalidad de la obra en general, hay otros que se agregan al decir que la idea de
la historia principal y su forma de escribir, es bastante similar con Caritón. Es por
eso que el objetivo de estos análisis, son probar quién es más tardío. Algunos11
dirán que la obra de Caritón es un texto en donde se muestra su falta de
conocimiento al misterio (o suspenso de la trama) y por tal razón, es que se ubicaría
después de Jenofonte. A él, le siguen otros autores que apoyan más al primero
según estudios lingüísticos, principalmente, pero que son desmentidos por J.N.
O’Sullivan quien dice que Efesíacas, o al menos su autor, tiene tintes más cercanos
a la oralidad que a la escritura de una novela; esto, recordando que en la
antigüedad, era más usual heredar historias de manera oral que en palabras
escritas.

Finalmente, es en los últimos años que se ha aceptado la teoría de


O’Sullivan, alegando junto con él, T. Hägg que la forma en que Jenofonte escribe
los libros, no son más que expresiones usadas comúnmente en el habla, lo que
querría decir que posee características propias del cuento popular. Esto significaría
que la obra no cuenta con rasgos que hoy se exigirían en una novela con una trama
tan complicada como la de las Efesíacas, pero no por eso es un resumen de otro
escrito; es una forma de recordarnos el cómo se escribía en aquellas épocas.

Contexto legendario y/o mitológico del tema

A lo largo de los libros encontramos distintos temas que influencian el rumbo de la


historia porque las acciones de los personajes dependen directamente de ellos.

11
R. Petri en particular.
Como se habló en un principio, al estar fuertemente relacionado con el amor trágico,
el destino es uno de lo más principales a tratar.

Lo encontramos presente y destacado en el oráculo de Apolo, el cual es la


base de la historia, pues es éste el que dicta su matrimonio, sus aventuras y el final
de éstas. Pero como ya lo vimos, su vínculo radica con el dios Apolo, lo que en
términos generales quiere decir, que la religión es un tema más que Jenofonte
abarca.

A diferencia del destino, la religión es más visible en toda la historia. Pues se


muestra con claridad en todos los ritos y cultos que desarrollan las comunidades
por las que los protagonistas pasean, además de ser ellos a los que acuden siempre
en sus súplicas, sin olvidar que son las flechas de Eros las que inician toda la historia
entre Antía y Habrócomes.

Pero si queremos partir de lo más pequeño a lo más grande, podríamos


empezar por cómo Jenofonte describe a la sociedad. Los pueblos que menciona
durante los viajes individuales de los personajes nos hacen entender que eran
comunidades politeístas. Ya sabemos que la religión cristiana estaba tomando un
fuerte poder por aquella época, pero en este contexto, la gente todavía creía en
dioses como Isis12, Eros13, Artemis14, Helios15 y cuando viajan a Egipto, Antía le
hace súplicas a los dioses de esa nación.

Se nos narra que no era una creencia vaga o superficial. Tanto nuestros
protagonistas como gente propia de los sitios en los que llegaban a habitar,
demostraban su fe en estos dioses con esculturas, ofrendas y fiestas que hacían en
su honor. Además, es tan importante su presencia en la historia, que es Helios el
que salva a Habrócomes de varias maneras dada su confianza en él y gracias a que
Antía se autonombra bajo la tutela de Isis, es que logra conservarse pura para su

12
Nombre griego para la diosa egipcia Ast quien tenía poder, entre otras cualidades, sobre el destino.
13
Dios griego del amor y la atracción sexual.
14
Diosa griega de la caza, explicada en el libro como la principal protectora de Éfeso y a la que tanto
Habrócomes como Antía se encomiendan a ella, pero que según Mendoza (1979), se le atribuye más como
protectora de Antía.
15
Personificación griega del Sol y protector principal de Habrócomes en la novela.
esposo en el lapso en el que están separados. Y, por último, pero no menos
importante que no se nos olvide que la aparición de Eros al principio de la obra, en
una batalla no directa con Habrócomes para demostrar quién necesitaba a quién es
lo que impulsa a los protagonistas a estar juntos.

Tema fundamental de la obra

Al hablar de Antía y Habrócomes hablamos de una historia de amor en primer lugar,


donde reinados por una fuerza superior a ellos, lo único que buscan estos dos
amantes a lo largo de la novela es permanecer juntos en un amor eterno; pero dadas
las circunstancias que el Óraculo les destina, hablamos también de un amor trágico
que los separará y hará sufrir a cada uno, pondrá a prueba sus votos de amor y con
ellos, su lealtad y confianza. Aunque, más adelante, veremos que para estas
situaciones, podemos asignarle otros términos más adecuados.

Síntesis del argumento de la obra

Se trata de la historia de Antía y Habrócomes, una pareja de jóvenes con un alto


grado de belleza que respectivamente han cautivado a casi toda su ciudad. Así que
cuando se encuentran en la procesión dedicada a Artemis, ambos se sienten
completamente enamorados del otro y desdichados cuando tienen que alejarse,
lamentándose en la soledad de aquel sentimiento que empezaba a abarcar su alma.

Llegados a un punto, los dos se encuentran a tal nivel de infelicidad y


enfermedad, que sus padres no saben que más hacer por ellos luego de traer y
hacer cuanta cosa había en sus manos para que mejorasen. Pero es que ninguno
de los cuatro sabía que el verdadero mal lo estaba causando Eros, el dios del amor,
aquel a quien Habrócomes le había dedicado bastante tiempo burlándose, gritando
a los cuatro vientos lo poco que lo necesitaba y lo mucho que le ganaba en belleza.
Esto irremediablemente, molestó al dios que, tomando su venganza, le disparó una
flecha para enamorarse de Antía y al estar separados, disfrutaba con hacer sufrir a
Habrócomes, que lejos ya de burlarse de él, buscaba su compasión.
Fue así que, al borde de la muerte, sus padres buscaron ayuda divina y le
preguntaron al Oráculo de Apolo en Colofón lo que les deparaba el destino a los dos
jóvenes. Estas fueron sus palabras:

¿Por qué deseáis saber el fin deesemal y su


principio?
Una sola enfermedad los poseea los dos, La
solución de
{aquí se deduce.
Para ellos veo terribles penas y trabajos sin fin.
Ambos huirán por el mar perseguidos por piratas,
sufrirán cadenas a manos delos hombres del mar
y deambos el tálamo será la tumba y el fuego
destructor.
Junto a las corrientes del río Nilo a la venerable Isis
Salvadora ofreced, después, dones felices.
Después delas penas, tendrán aún mejor destino.
(Jenofonte, s. II d.C., p. 241).
Esto, en resumen, se traduce a que no mucho tiempo después de haber
contraído nupcias –como vía de salvamiento según sus padres-, empieza en su
matrimonio una serie de desgracias que inician cuando sus progenitores los envían
al extranjero. Quedarán atrapados y bajo el mando de piratas, proxenetas, amos
ricos y humildes, emperadores que los creen culpables de crímenes como la muerte
y personas con altos rangos en el poder que entregarán todo por poseerlos. Sufrirán
de distintas maneras, pero siempre con una esencia atroz. Desearán morir más de
una vez y en más de una vez intentarán hacerlo, pero la oportunidad de vivir siempre
los salva porque al final, después de tantos viajes y tanto sufrimiento, la historia
acaba donde empezó y el amor triunfó sobre la muerte y la desgracia.

Descripción de los personajes más importantes

o Antía:
Se nos presenta como una mujer joven, apenas de catorce años y con una
belleza que dejaba enamorado a cualquier hombre que la mirara, además de
hacer a las mujeres sentir envidia y celos por ella. Es un poco insegura
consigo misma, pero leal no sólo a su marido y a su matrimonio, también a
sus creencias. Es bastante inteligente como para burlar a más de un hombre
que buscaba hacerla suya por la fuerza, y valiente como para haber podido
asesinar a uno que intentó sobrepasarse. Sus padres, Megamedes y Evipe
son provenientes de Éfeso en una posición social que podemos suponer es
de clase media alta. Jenofonte nos narra en un principio su físico haciendo
mención de su cabello rubio, ojos astutos, pero brillantes. A menudo se le
atribuía una versión de Artemis o como mínimo, una “construcción” a su
imagen hecha por la misma diosa.
o Habrócomes:
Un hombre de dieciséis años con un cuerpo y una mente de los y las más
hermosos que podría haber en Éfeso. Hijo de Licomedes y Temisto, eran los
tres considerados una de las familias más poderosas en la ciudad. Practicaba
la caza, equitación y lucha. Alguien que antes de Antía, se nos presenta como
egocéntrico16, un poco narcisista y una gran mentalidad de superioridad.
Poseedor de un complejo de dios por parte de las personas cercanas a él y
por él mismo, pero que cambia durante el transcurso de la novela y vemos a
un Habrócomes fiel, valiente para soportar castigos que no debería, con una
fuerte fuerza de voluntad al no rendirse nunca de encontrar a Antía, humilde
de tener que aceptar trabajar en uno de los peores trabajos de la época sólo
para sobrevivir y un leal creyente a sus dioses y su fe. Amistoso, honesto y
la mayoría de las veces, honesto.
o Hipótoo:
Personaje secundario que en palabras de Mendoza (1979) sirve como
“puente entre los dos protagonistas” (p. 223). Se trata de un bandido que se
encuentra primero con Antía y luego con Habrócomes. Interpreta en un
principio un papel antagónico que, de acuerdo con su papel en la historia, se
dedica a ser parte de los aspectos que hacen desagradables la vida de los
protagonistas. No se menciona la apariencia de este personaje, por lo que

16
Pues incluso fue así como se inició la discusión con Eros.
es imposible descifrar del todo su físico, pero podríamos imaginar que
hablamos de un hombre fuerte, adulto y que infunde miedo a los que se
enfrenta. No es hasta que le cuenta su triste historia a Habrócomes que su
intención en la obra cambia, de dedicarse a complicar la historia, busca
ayudar a su nuevo a amigo a encontrar a la mujer que ama, pero sin perder
su esencia de “malo”. Termina siendo un hombre diferente a lo que se nos
presenta al inicio, cambiando de ser un infeliz, por alguien con amigos, hogar
y una persona a la que ama.

Características literarias

Se define como una novela dividida en “libros” o lo que bien podrían ser capítulos
una vez unidos en conjunto. Escritos en prosa y en una forma que, como se decía
con anterioridad, parece simular una historia oral. No se cuida de repetir errores o
frases que hoy la academia no aceptaría. No encontramos tampoco una profundidad
en sus personajes y de manera general, en la historia, pues a lo único que se
dedican los protagonistas es a estar juntos de nuevo y quejarse del infortunio que
les ha tocado vivir. Sin mencionar que el resto de los personajes presentados, son
más una simple mención para alargar el suspenso y la trama de la historia.
Investigadores concuerdan en que no hay mucha lógica en la mayoría de sus viajes
y es otra forma de decirnos que Jenofonte no planeó con tanta intensión, quizás, la
novela.

Se trata de un drama juvenil muy apasionado que involucra temas místicos


como los milagros concebidos por Helios al salvarle la vida a Habrócomes, y un
amor pasional, pero a la vez eterno. Hay quienes dicen que la historia inspiró la obra
maestra de William Shakespeare, Romeo y Julieta de 1597 pues tanto el tema
principal como algunos sucesos son bastante similares.

Recoge tanto aspectos de la sociedad de aquella época como de su cultura


y de la geografía cuando hace alusión, por ejemplo, al ideal de juventud eterna y
belleza que tenían los griegos y que Jenofonte plasma en ambos personajes
protagónicos.
Hipótesis

¿Es Efesíacas de Jenofonte, parte el concepto Eros y Tanátos?

Argumentos

Empecemos definiendo lo que el Eros y el Tanátos abarcan.

Individualmente, al primero, lo conocemos por las distintas menciones que


he hecho de él a lo largo de este trabajo, pero no está de más recordar que se trata
de un dios griego al que se le asocia con el amor y el erotismo, aunque será Freud
quien le asigne también la sexualidad.

Eros es un dios con más importancia que la otorgada usualmente por ser hijo
de Afrodita y amante de Psique. Varios autores lo vinculan como parte importante
en la mitología y creación del universo al ser él quien hace la unión no sólo entre
mortales, sino también entre éstos y los dioses. Platón, en El Banquete (385-370
a.C.), en la parte del discurso de Fredo dice “Y con Hesíodo está también de
acuerdo Acusilao en que, después del Caos, nacieron estos dos, Tierra y Eros. Y
Parménides, a propósito de su nacimiento dice: De todos los dioses concibió
primero a Eros” (p. 8)17.

Los mitos alrededor de este personaje tienen sus variaciones según el autor
que lo cuente. Habrá quienes mencionen a Eros como el hijo de Afrodita con
Ares/Hermes, y otros tantos que lo conciban como su ayudante al haber aparecido
con ella al momento de su nacimiento. De cualquier manera, siendo un niño travieso
de alas y con un arco o siendo un joven poseedor de las bellezas más
impresionantes en el mundo; a Eros siempre se le atribuye andar jugando con sus
flechas y causar revuelto en los corazones de sus víctimas18.

Por otra parte, de Tánatos no hay tanto conocimiento, pero se sabe que en
la mitología griega era considerado hijo de la diosa Nyx o la diosa de la Noche. Hay

17
De la versión digitalizada: https://historicodigital.com/download/Platon,%20el%20banquete.pdf.
18
Robert Graves en su libro Los mitos griegos (1955) comenta que los antiguos griegos llamaban al dios
como “Ker” o en su traducción, “malicia halada” ya que consideraban al poder de Eros, la pasión sexual,
como un don capaz de poder desestabilizar hasta la sociedad más organizada.
mitos y autores19que lo confunden con Hermes, pues diversos lo mencionan como
el encargado de conducir el alma de los muertos al Inframundo tal como lo dice
Graves (1955) cuando dice que “Hades le tomó también como su heraldo [a
Hermes], para llamar a los moribundos con suavidad y elocuencia (…)” (p.87) y
Robin Hard (2004) cuando escribe que el “(…) encargado de conducir a los muertos
al mundo infernal” (p. 60) era Hermes, pero es éste último quien en seguida, nos
presenta otros mitos donde Tánatos aparece: el de Sísifo y en la versión de
Eurípides de la historia de Alcestis.

Además de lo anterior, sabemos que estaba fuertemente vinculado con su


hermano Hipno20 y que en ocasiones se les llama, en lugar de dioses, como
personificaciones de su don.

En el lado contrario, está Sigmund Freud conocido popularmente como el


padre del psicoanálisis y quien dedicó investigaciones21 completas a lo que él
llamaba “pulsiones”. Estas pulsiones eran “estímulos internos y externos a los
cuales el hombre responde de diferentes maneras” (Ortiz, s.a., p. 9) y se agrupaban
en primera instancia, en los principios del placer y de la realidad. El primero se
ocupaba de explicar la necesidad del ser humano de satisfacer un deseo creado a
partir de un estímulo y que una vez conseguido, la excitación que lo promovía se
convertía en placer. El segundo era acerca de entender y/o aprender los estímulos
presentes en aquello que no era él, los externos, los que habitan en la realidad y no
provienen de sus propios deseos.

Freud clasifica a Eros como el principio del placer, el disfrute de la vida y de


cualquier simple acción que explote en nosotros alegría o placer. Dentro de esto
implica vivir y sobrevivir, gozar de acciones que día a día hacemos y nos producen
satisfacción. Mientras que Tánatos es la adaptación de lo contrario. Si Eros es vida
y felicidad, Tánatos es decepción, muerte y tristeza 22; todo aquello que podría

19
En realidad, son varios además del mencionado, pues también se tenía la creencia que La Muerte por sí
sola era una diosa y no un dios de nombre Tánatos.
20
Dios del sueño.
21
Encontradas en Más allá del principio de placer (1920).
22
No sólo dirigidas a los demás, se aplica también a sí mismo.
resumirse en la pulsión de la muerte o destrucción y que indudablemente, son
sucesos y sentimientos que ocurren en la realidad, en el día a día que vivimos y lo
que sería el principio de realidad.

La forma en que éstas pulsiones trabajan no es competitivamente, en


realidad, Freud dice que se “ayudan” mutuamente para lograr un equilibrio, o al
menos en la mayoría de los casos. Viven mezclándose, pero sin revolverse, de
manera que hay un poco de vida en la muerte y viceversa.

Hasta ahora se ha explicado por separado cada aspecto que conforma la


hipótesis y esperando que se entienda todo, es momento de juntarlo y/o relacionarlo
con la historia de Jenofonte.

La primera muestra de pulsión de vida que encontramos en las Efesíacas es


el amor:

Entonces se ven uno al otro, y Antía se sien-


te conquistada por Habrócomes y Habrócomes es
vencido
por Eros y contemplaba continuamente a la
muchacha
y, por más que quería, no podía apartar los ojos
de ella: le posee el dios que se ha instalado dentro
de él. (Jenofonte, s. II d.C., p. 237).
Pues además de relacionarse con la concepción del dios, la forma en que
ataca este sentimiento que Hard (2004) describe como “Agridulce, desentumecedor
de miembros, agita el corazón (…) como un viento que desciende por los robledales
de la montaña” (p. 335), es parte de lo que el principio de la vida supone, ya que
según Ortiz (s.a.) “El placer no sólo se refiere al sexual, sino al (…) establecer
vínculos con los demás (…), [al] amar y ser amado” (p. 23).

Y cuando Antía y Habrócomes son separados luego de la procesión, en ese


momento donde ambos caen enfermos y a punto de morir por no poder estar juntos
es donde aparece Tánatos, dado que, siguiendo las palabras de Freud (Freud,
parafraseado por Ortiz, s.a., p. 35): “(…) cuando el hombre piensa que lo que desea
está prohibido (…) [permanece] en tensión (…) [lo que genera] agresividad hacia el
exterior, manejando con esto una cierta pulsión de muerte o destrucción”. Como lo
vemos también en todos esos momentos en los que tanto Antía como Habrócomes
e incluso Hipótoo sufrieron de tanta agresividad que en muchas ocasiones o bien,
pensaron en la muerte como una vía de escape para ellos, o utilizaron esa
agresividad para atacar a otra persona y buscar así el Eros de la tranquilidad.

Aunado a lo anterior, Molina (2013) explica que se debe a un desequilibrio


entre ambas pulsiones. Estos desequilibrios se podrían dividir en dos: los sencillos
que ella numera como “algunas manifestaciones de ambivalencia, conductas
agresivas menores, algún tipo de sentimiento de culpa, etc.”, que bien podrían ser
todas las súplicas a los dioses por parte de ambos protagonistas en los que se
lamentan no sólo a ellos, sino también a sus padres y a las mismas deidades; y los
complejos, esto es “desequilibrios significativos como los que presentan algunas
patologías, en particular los estados psicóticos, las tendencias suicidas y las
enfermedades psicosomáticas graves” como lo serían sus intentos de asesinarse y
las plegarias para que sean los dioses los que lo hicieran.

Otra forma de ver a las pulsiones sería la unión y desunión. Según Freud
(1920), “La meta del Eros es establecer unidades cada vez más grandes y, por lo
tanto, conservar: se trata de la ligazón. La meta de la otra pulsión, por el contrario,
es la disolución de las conexiones, destruyendo así las cosas”. El ejemplo presente
es el matrimonio de Antía y Habrócomes; Eros se encargaría de unirlos, como ya
se ha mencionado con anterioridad, formando un vínculo de los más fuertes y
grandes: el matrimonio, mientras que Tánatos estaría jugando a separarlos, no sólo
en sus compras como esclavos, sino cada vez que en sus viajes llegaron a estar
cerca y por alguna misteriosa razón del escritor, los separó de nuevo.

La historia, al basarse en un amor trágico, es inevitable que trate de Eros y


Tánatos; donde el amor protagonizado por el pulso de la vida es intentado destruir
por el principio de la muerte, llevándolos a lo más extremo del dolor y sufrimiento,
pero venciendo al final a éste y recuperando el equilibrio tanto de su vida, como de
las pulsiones.
Conclusión

Es impresionante como aspectos tan cotidianos juegan un papel más importante de


lo que normalmente les asignamos, y como es que éstos atraviesan la realidad para
plasmarse en historias en las que, dada la poca lógica que dio en este caso
Jenofonte a su creación, probablemente ni siquiera pensó en aquellos conceptos.

Me gustó investigar el tema porque es mezclar la ciencia con el arte,


demostrar que no son polos opuestos que tratan ideas distintas. Que distintas áreas
se complementan entre sí y como resultado, crean una obra que ha trascendido
desde la antigüedad y que quizá, aunque no es seguro, sea base de muchos otros
textos que hayan adaptado como suyo estos temas.

La importancia de conocer lo estudiado acerca de nosotros mismos, nos


permite relacionar la obra con todo lo que la rodea. Ahora sabemos que por aquella
época los autores no siempre usaban su nombre, que las historias heredadas hasta
ahora no fueron pensadas como una literatura escrita y que en ellas, al menos en
ésta, podemos encontrar un gran reflejo tanto de la época como de la mentalidad
del autor y de sus conocimientos.

No se buscó hacer un análisis profundo ni de la obra ni de los personajes,


pero no se cierra la idea de hacerlo en un futuro pues creo que son bastantes
amplios los temas que se pueden encontrar en la historia. Adentrarnos en la
mentalidad de los personajes y entender más de cómo es que estos pulsos que
Freud describe en su obra, trabajan de acuerdo con otros rasgos que aún no
sabemos con seguridad y justifican sus acciones.

Esto también es una muestra de lo extenso que es un tema como el amor y


lo poco que sabemos de él. En nuestros días sería casi imposible encontrar una
trama romántica igual a la de Antía y Habrócomes, quizá podría quedar como una
lección de lo mucho que puede soportar una relación que se rige por un amor
verdadero capaz de superar la distancia, las personas y todo el sufrimiento que
pueda causar, en este caso y según lo aprendido en este ensayo, el pulso y/o
principio de la muerte.
Bibliografía

Afrodisias, C., & de Éfeso, J. (1979). Quereas y Calírroe: Efesiacas, fragmentos

novelescos. (C. García Gual & J. Mendoza, Trad.). (Vol. 16). Gredos. (Obra

original publicada en s. II d.C.)

Cardozo Ortiz, S. (s.a.). El Eros-Tánatos de Freud en el pensamiento de Marcuse.

Una investigación filosófica. [Tesina de Licenciatura, Universidad Nacional

Autónoma de México]. http://132.248.9.195/pd2006/0603736/0603736.pdf.

Corsi, Paulina. (2002). Aproximación preliminar al concepto de pulsión de muerte

en Freud. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 40(4), 361-

370. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-92272002000400008.

Graves, R. The Greek Miths: (L. Echávarri, Trad.). Vol. I. George Braziller. (Obra

original publicada en 1955).

Hard, I. S. R. The Routledge Handbook of Greek Mythology: Based on H.J. Rose’s

Handbook of Greek Mythology (J. Cano Cuenca, Trad.). (7th ed.). Routledge.

(Obra original publicada en 2004).

La Edad de Oro del Imperio. (s.f.). http://www.historia-roma.com/17-edad-de-

oro.php.

Molina, V. (2013). Eros y Tánatos. Vida y Salud, (63).

http://www.cscbiblioteca.com/assets/eros-y-tanatos--online.pdf.

Sáez, Andrés. (2016). La peste Antonina: una peste global en el siglo II d.C. Revista

chilena de infectología, 33(2), 218-221. https://dx.doi.org/10.4067/S0716-

10182016000200011.

Siglo II d.C. (101 – 200). (s.f.). https://romaincreible.wordpress.com/siglo-ii-d-c-101-

200/.
Sopena, C. (2001). Pulsión de muerte y sexualidad. Revista uruguaya de

psicoanálisis. (94).

https://www.apuruguay.org/apurevista/2000/1688724720019411.pdf.
Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán

Lengua y Literaturas Hispánicas

Literatura Grecolatina y Oriental

Fernando Francisco Ortega Cano

Resúmenes

Núñez Miranda Ana Karen

Grupo: 2201
Voces de Oriente

Los Sumerios son la primera civilización que el autor menciona en el libro y es que se ha
encontrado que ésta es la cultura más antigua de la que se tienen datos, de manera que la
influencia que ha tenido en el resto de culturas posteriores con actividades como la
agricultura o domesticación de animales le ha ganado su primer puesto. Lo que hallamos a
continuación es una serie variada de distintos textos en los que se muestran principalmente
textos que manejan historias (tanto leyendas como mitos, entre otros tipos) donde se nos
enseña a sus dioses, siempre a base de halagos, como seres poderosos; mientras que la otra
parte de textos, se dedica a ensalzar la civilización y a educar a la población con ciertos
proverbios de la vida diaria.

Acadia, por otra parte, es descrita como una cultura esencial que da origen a lenguas como
el hebreo, arameo y árabe; y en la que la dinastía de Sargón fue de las más importantes,
logrando así que el propio Sargón fuera divinizado, como lo vemos en “La leyenda de
Sargón”, en donde notamos incluso un leve parecido a la historia de Moisés. De lo que nos
presenta el autor, además de mitos acerca de la creación del hombre (las cuales tienen cierta
similitud con relatos prehispánicos de la zona actual de México), contiene proverbios
dedicados a sus habitantes junto con un par de textos con tintes reflexivos no sólo
relacionados con la vida de manera general, sino de temas también que podrían quizá ser
adaptados a nuestra actualidad.

En tercer lugar tenemos a Ugarit, una civilización que tuvo su mayor auge en los siglos XVI
a XVII antes de Cristo. En ella se encontraron ánforas de vio de hace más de tres mil años de
edad junto con frascos de perfumes y literatura en lenguas como la sumeria, la acadia y la
egipcia. Los que el autor decide colocar en esta antología son, en su mayoría, textos
dedicados a dioses como Keret, con personajes como la diosa Anath, el dios El o la diosa
Ashtoret, entre otros más; donde nos cuenta la historia de un rey herido por perder a su esposa
e hijos y que después de un sueño en el que el dios El lo visitó para darle instrucciones de a
dónde ir y qué hacer, se despierta para cumplir su deseo logrando así tener una nueva esposa
y nuevos hijos. Sigue después unos cuantos proverbios que, según las notas del autor, son del
todo inatendibles puesto que están aislados de su contexto, pero que se sabe pertenecen a la
leyenda de Akath. Al final, hay súplicas de paz a la Diosa Madre para que detenga la guerra.
Respecto a los Hititas, su breve introducción nos informa que su descubrimiento y con él, el
desciframiento de sus escritos ha sucedido apenas hace poco, pero lo que ha sido mostrado
hasta ahora, son, de manera general, mitos y leyendas junto con plegarias en las que el tema
principal aborda a dioses como Telepino, Hanahana, al dios de las tormentas o al dios del
Sol. En éstas, se cuentan historias acerca de ellos tratándolos como si fueran humanos y,
aunque se indica la posesión de habilidades que nosotros no tendríamos, el mundo en el que
se desarrollan parece muy similar al que vivimos, haciéndolos interactuar con sus habitantes
y dándoles los roles de súbditos o ayudantes.

En el apartado de Aram y Arabia, encontramos a dos grandes civilizaciones en las que el


autor, en primer lugar, se dedica a contextualizar históricamente algunas cuestiones. Con una
división que permite explicar un poco más cada una, hallamos que Aram estuvo constituida
por varios reinos a lo largo y ancho de su territorio entre los que podemos mencionar a Soba,
Bet-Rejob, Maaka y Damasco. También se nos dice que la lengua que hablaban era bastante
similar al hebreo, pero que ésta se dividió en dialectos siendo el occidental y el oriental
principalmente. En Arabia, por otra parte, se nos dice brevemente que es tan extensa y amplía
su historia junto con su literatura, que en vez de desarrollarla siquiera en un resumen, es más
viable consultar otro tipo de textos, aunque se señala que España y el sur de Italia son regiones
que fueron influenciadas por dicha cultura.

En cuanto a los textos presentados, sus historias, al igual que las civilizaciones, resaltan
diferencias notables al mostrar que una era más propensa a escribir reflexiones a partir de
fábulas o lecciones vinculadas muy raramente a los dioses, mientras que la segunda se
inclinaba más por tratar de expresar sentimientos relacionados principalmente al amor.

Finalmente, Egipto es señalada desde un principio como una civilización que no entra en el
Oriente, pero dada su íntima relación con las que sí, el autor considera importante recordarnos
aspectos importantes en su historia que van desde la etimología del nombre, hasta lo que
podemos hallar en su literatura pasando por el descubrimiento de su escritura. En el segundo
apartado están narraciones y poemas de diversos temas que se vinculan principalmente a
dioses como Osiris, Atum, Re, Tot, Nut, Horusy otros más que intentan dejar enseñanzas
acerca de quiénes son, la creación de lo que hoy es todo y de la actitud que deben tomar.
Génesis

La Iglesia católica en la Biblia reúne la palabra de Dios, y en el Génesis cómo fue que Él
creó a la Tierra y al hombre, además del desarrollo que tuvo el ser humano en los años
posteriores al primer acercamiento que tuvo con su creador.

En primera instancia, se nos relata el inicio del planeta en el que vivimos a partir de las
palabras de una divinidad con el poder suficiente para concebir, no sólo a seres de carne y
hueso con mentalidad y raciocinio, también un lugar enorme en el que puedan habitar; todo
en una precisión y detalle de siete días. La historia del nacimiento de Adán como el primero
en su especie guarda cierta relación con otros mitos acerca de la creación del hombre, pues
aunque no fue a base de arcilla, aquí se hace mención de un productor similar que fue la
tierra; además, se le da una importancia que ningún otro dios le había dado antes a los
humanos, ya que normalmente son éstos los que toman el papel de súbditos, pero antes de
caer a la tentación, se le otorga un papel casi de creador a Adán que, en otros mitos, sólo
ciertos reyes podían tener.

Dado que el Génesis se basa en dar explicación al mundo como lo conocemos, se plantea
desde el principio los conceptos de bien y mal; arraigando a éstos, otros más como la
recompensa del paraíso asociado al primero y la idea de castigo al segundo. Respecto a esto,
se tratan diversas historias en las que se busca que el lector y/o creyente reflexione de sus
acciones y no haga lo que protagonistas como Adán y Eva, Caín, entre otros más (incluida la
humanidad en general) hicieron y que provocaron el enojo de Dios.

Pero también se nos muestra misericordia, piedad y bondad como actitudes natas en Dios que
permiten recompensar a aquellos que hacen el bien y creen en Él, como fueron los casos de
Abrahán y Noé; personajes que son martirizados bajo el concepto de sacrificio al interceder
por la humanidad en más de una vez, tomados en la actualidad como ejemplos a seguir.

En esta primera parte de la Biblia, no encontramos escritos proverbios que los creyentes
debían de seguir, pero con cada palabra que Dios dijo al hombre al que se le presentaba, nos
podemos hacer una idea del comportamiento que se debe llevar para alcanzar la gloria de
Dios; de un ser que no solía dejarse ver tan a menudo y por cualquiera, pero que siempre fue
representado como alguien que tiene una buena razón para justificar sus actos.
Apocalipsis

En un mundo en el que lo único que queda es guerra y destrucción, donde la muerte acompaña
al enemigo y uno no puede hacer nada más que ver, es normal encontrar que las personas
materialicen sus miedos en palabras, sobre todo si es para darle final a algo que ya se le había
dado un inicio.

Juan Evangelista es el encargado de escribir este apartado de la Biblia en donde se dedica a


transcribir palabras del propio Jesús resucitado (el hijo de Dios que muere en una cruz en
forma de sacrificio por la humanidad), dirigidas principalmente a las Siete Iglesias que, según
esto, se dedicaban a hacer o actuar de manera que no estaba bien vista por su Dios.

Luego de dar en el Génesis una pequeña introducción al mundo y a los personajes que
empezaron en él, es aquí en el Apocalipsis que buscan abarcar el fin de los tiempos, pero no
del tiempo general, sino del tiempo que por ese entonces se conocía, donde lo que era familiar
y usual se iba a convertir en un Imperio desconocido. Esto es, dado que las cosas van a
cambiar (no se sabe si para bien o para mal), se quiere redimir a todos los pecadores que
Jesús a través de Juan menciona en los primeros tres apartados del Apocalipsis: herejes, falsos
profetas, prostitutas, entre otros más.

Mientras que en los siguientes cinco, se cuenta una especie de profecía con tintes
provenientes de la fábula donde animales, personas y divinidades se relacionan entre sí para
hablar de lo que pasaría a continuación: muertes dolorosas y a veces lentas a gran parte de la
población. Es importante mencionar que aquí como en el Génesis hace mucha alusión al
número siete; en siete días fue creada la Tierra, y son siete los sellos que el Cordero quita
para liberar a los caballos y seres que los montan, aquellos que se dedicarían a hacer lo que
los Seres Vivientes (animales que hablan) les encomendaran.

Finalmente, lo que se quiere lograr con el Apocalipsis es que la gente reflexione de sus
acciones y actitudes, que vean lo que puede pasar si deciden pecar contra un Dios que en
últimas instancias no será bueno ni bondadoso con aquellos que lo ofendan a él y a su Iglesia.
Todo lo descrito en este apartado es narrado de manera que quien lo lea, tema porque se haga
realidad y entonces deseé no hacer nada malo que lo haga sufrir en el último día.
El Ramayana

Este libro no sólo se narra la historia de alguien o las aventuras de un héroe convertido en
príncipe; es también una serie de enseñanzas y reflexiones morales muy bien ocultas detrás
de distintos acontecimientos que hacen al lector querer actuar como Rama.

En primera instancia y antes de entrar de lleno en la historia principal, se nos introduce, como
todo buen libro perteneciente a una religión, el por qué y el cómo nace un aspecto en
específico, relacionándolo directamente con sus dioses; en este caso, cómo es que el río
Ganges se dirige al mar y logra confundir a la gente de en dónde empieza y dónde acaba en
límites con el cielo. Más tarde y siguiendo la idea de ser un texto religioso que hablará de los
dioses, se abarca un problema principal en el que un ser, bastante listo y manipulador, engaña
a los dioses para convertirse en un ser capaz de ser invencible ante ellos y por lo tanto, alguien
muy poderoso capaz de vencerlos y a cualquier ser humano. Es así como Ravana se nos
muestra según la personificación del mal, de la avaricia y la mala intensión; mientras los
dioses como Vishnu y Brama (y el resto) son seres piadosos, poderosos y en general, buenos
con los que parecen buenos ante ellos.

En seguida se trata la historia de Rama y de Sita, una joven y enamorada pareja que tiene su
inicio cuando él vence el reto establecido por el padre de ella de doblar un arco de Rudra,
entonces se comprometen y poco después se casan junto con sus hermanos y parientes para
luego vivir felices por un buen rato. El matrimonio de ambos es otra enseñanza más para los
creyentes, pues además de marcar el ejemplo a seguir de manera individual donde ella es una
mujer sumisa, bondadosa y dentro del ideal de perfección; y él es un hombre justo, bueno y
querido por todos; juntos, en esta primera parte, son la imagen del amor, de la fidelidad y del
que estar ahora unidos, es algo que deberá ser incluso hasta en el más allá.

Pero Rama y Sita no son los únicos que son descritos como un ejemplo a seguir para los
creyentes, pues Laksmana, el hermano menor de Rama, es la gran muestra de la lealtad y
bondad que debiera tener un hermano, ya que además de siempre estar dispuesto a las órdenes
del príncipe heredero, decide acompañarlo por voluntad propia a su exilio a sabiendas de lo
peligroso que es y cuando las cosas se complican en la selva, decide también romper su
palabra a él de cuidar primero a Sita, y toma la decisión de buscarlo sólo para asegurarse de
que está bien.
La siguiente parte es el clímax de la historia, pues es aquí donde se nos presenta el encuentro
entre Rama y Ravana, aunque antes de esto y después del rapto de Sita por parte del segundo
en voz de justicia por el rechazo del primero hacia su hermana de Ravana; encontramos otro
encuentro importante en la trama, ya que se introducen nuevos personajes que ayudarán al
protagonista a alcanzar su objetivo final. Hablamos de Sugriva, un rey traicionado por su
hermano, quien además de quitarle el trono, lo envió al exilio luego de desposar a la que
había sido su reina; y Hanumana, el príncipe de los monos y acompañante del rey, a quien
servía como escudero.

Rama, como la buena y justa persona que es, ofrece sus servicios y los de su hermano menor
al príncipe traicionado por si en algún momento quisiera tomar venganza en contra de aquel
que reinaba ahora lo que era suyo, y Sugriva acepta. Se describe una gran dicha al ganar la
batalla y haber asesinado al hermano del príncipe, pero el corazón de Rama está entristecido
pensando en el martirio de su esposa, por lo que tanto Sugriva como Hunumana para regresar
el favor, emprenden una búsqueda por todos los caminos para encontrar a Sita, pero Ravana
a sabiendas de las posibilidades que eso podría pasar, la oculta al otro lado de un inmenso
océano del que ningún humano era capaz de cruzar, pero que Hunumana logra pasar y
escabulléndose del enemigo, halla a Sita prometiéndole y contándole lo que su esposo está
haciendo para llegar a ella. Intercambian objetos que iban dirigidos a la pareja y Hanumana
regresa con Rama para contarle lo que ha visto, es ahí donde empieza la guerra.

Después de descifrar una forma en la que todo el ejército que ambos amigos de Laksmana y
de Rama consiguieron, traspasara por fin el enorme océano, se encaminaron a la ciudad y al
palacio donde Ravana tenía a Sita donde se brota una batalla que derrama ríos interminables
de sangre. Es aquí que las batallas de los hombres se juntan con la magia y fantasía de los
dioses, que las espadas y los arcos se mezclan con nubes que transportan invisibles genios
capaces de dejar moribundos seres cercanos a los dioses, que los gigantes son derrotados y
mutilados por el poder de dardos y flechas, pero aún muertos, son capaces de crear
destrucción y fatalidad.

Pero al final, cuando los amantes se quedan juntos, todos los buenos están vivos, los exiliados
regresan al pueblo y la confianza perdura hasta en el más allá; la promesa de un final feliz es
lo que aviva la llama de la fe y de querer ser buenos unos con otros.
Bhagavad gita

A través de un diálogo entre el Dios Supremo, Krishna, y Arjuna, un guerrero destinado a


pelear guerras justas y santas; en medio de un campo de batalla, a sólo unos instantes de
empezar a luchar, se nos muestra una explicación extensa y detallada del sentido de la vida,
del alma y de la existencia.

Todo empieza cuando Arjuna, como ya se mencionó en el párrafo anterior, a segundos de


emprender su lucha contra la familia que lo ofendió, empieza a dudar de ésta y por
consiguiente, de él. Observa a todos a su alrededor dispuestos a morir y a matar, todos amigos
o gente cercana a él, y su fortaleza vacila lo suficiente como para que su amigo Krishna, o al
menos una clase de visión física-espiritual, deba hablar con él y recordarle todo lo necesario
para hacerle tomar una decisión, la decisión a la que está destinado a hacer, pero en lo que
dura esta conversación, se nos invita a nosotros los lectores a participar como espectadores y
enterarnos de la forma de vida espiritual en la que ellos creen.

De esta manera, encontramos una serie de enseñanzas y reflexiones donde se nos dice que el
alma, el Ser eterno, es lo fundamental. Nuestros cuerpos y los cuerpos de aquellos que Arjuna
debe matar no son más que vestidos, un simple traje, mientras que la esencia, el alma o el Ser
es el que verdaderamente trasciende y nunca muere o renace porque es eterno. Éste es el
argumento que le da Krishna a Arjuna para hacerlo entrar en razón. El lado de su familia que
debe matar debe hacerlo no sólo por su deber social, sino porque se han considerado
pecadores ante los ojos de Dios y no hay que nada que pueda impedir su muerte, sobre todo
si la muerte sólo es algo material, algo que Arjuna no tendría que preocuparse dado que lo
único muerto será el cuerpo.

Es así, como durante dieciocho capítulos con setecientos versos en total, Krishna nos describe
por medio de Arjuna, las maneras en las que nuestra vida puede alcanzar un nivel de
espiritualidad tan alto como el suyo si decidimos renunciar y desapegarnos a una serie de
objetos, actos y situaciones puramente materiales y pecadoras que lo único que logran es
alejarnos del propio Señor Krishna y con él, de la vida eterna.
Las metamorfosis

Uno de los libros romanos más importantes dentro de su literatura y es que en él, Ovidio
recoge distintas historias planteadas como anécdotas en las que se nos introducen mortales,
dioses y semidioses famosos que han de aportarnos un vistazo a la cultura de la antigua Roma
y al porqué de ciertos misterios de la Tierra.

En primer lugar, como libro que relaciona lo místico con lo terrenal, se nos ejemplifica el
nacimiento de la Tierra. Ovidio nos narra la creación del mar, del día, de la noche, de los
animales y del ser humano; para más tarde, contarnos ciertos sucesos que encontramos
similares en otras culturas del mundo. Un diluvio, maldad y pecado en los seres humanos, un
hombre y una mujer solos en la Tierra y finalmente, el renacimiento del hombre y del resto
de seres a partir del barro. Además de esto, trata también otros acontecimientos en los que
dioses, mortales y monstruos como Juno, Cupido, Júpiter, Dafne, Ío, Argos y otros más
interactúan en historias de amor imposible con pizcas de sufrimiento.

Luego hallamos la razón de la luz tenue del sol y de los días nublosos cuando se nos cuenta
que, Faetón desconfiando de su madre, Climene, acerca de su verdadero padre, Febo, decide
ir a confrontar a éste con tal de saber la verdad, pero al final de la historia, termina pagando
muy caro un capricho tonto que hará a Febo arrepentirse de habérselo cumplido. Y dado que
el deseo de Faetón le cuesta caro, no sólo a su padre, sino a la Tierra y a los dioses, estos, en
específico Júpiter, toma ciertas acciones que finalizan con él engañando a Calisto para tomar
su virginidad y siéndole así infiel a su esposa -la diosa Juno-, que al enterarse luego de la
ninfa haber dado luz a Arcas, decide convertirla en un oso, y ponerla en riesgo de ser
asesinada por su propio hijo, el cual es incapaz de reconocerla; finalmente, Juno transforma
a ambos en osos y los coloca en el cielo, convirtiéndolos en la Osa Mayor y la Osa Menor.

Enseguida se nos muestran un par de historias más de Júpiter siendo infiel a Juno, de Diana
castigando a un cazador y haciendo que lo asesinen, de un hombre sufriendo las
consecuencias de no dejar prosperar el amor, condenándose a ser ciego, vidente y capaz de
vivir hasta seis generaciones más del promedio; después, se nos presenta la historia de cómo
Narciso se convierte en una flor cerca de un cuerpo de agua debido a que fue el lugar donde
se enamoró de sí mismo, acto que sucedió como parte de una venganza por haber rechazado
a una ninfa llamada Eco la cual, a su vez, había sido castigada por Juno por ayudar a Júpiter
a cubrir sus engaños. También se nos narra acciones heroicas como la de Baco salvando a un
pobre muchacho y otras no tantas como la de Plutón secuestrando a Proserpina y haciendo
que el propio padre de ésta –Júpiter para variar- bajara a hablar con él y negociaran que ella
estuviera la mitad del año con su madre preocupada y la otra mitad, con él en el Infierno.

Para continuar con aventuras dignas de los dioses, está la historia de Júpiter y Mercurio que
recompensan a un matrimonio de ancianos al haberlos acogido en su pobre morada,
dejándolos morir juntos, abrazados como árboles. Para historias de justicia, está la historia
de Erisicton, un hombre con un gran odio a los dioses que atenta indirectamente contra Ceres
y ésta, en venganza, obliga al Hambre a poseerlo y hacer que, cuando ya no le quede nada
que comer, termine comiéndose a él mismo. Y para el amor, se tiene tanto a Pigmalión y el
milagro de Venus con su amada escultura, como a Orfeo y Eurídice que, aunque su historia
de amor no haya sido posible en la Tierra luego de la muerte de ella, lo que él sintió por su
amada fue suficientemente fuerte y gigante como para irla a buscarla al Infierno, y al fracasar,
esperar a la muerte sólo para reencontrarse con ella.

En las siguientes partes, están relatadas otras bastantes historias además de las ya contadas,
como lo son la de Minos, aquel que fue engañado por su mujer al tener relaciones con un toro
y dar a luz a un minotauro, el cual fue encerrado por el rey en un laberinto hecho por Dédalo,
pero al que culpa después de que el minotauro es asesinado y entonces lo encierra a él y a su
hijo Ícaro dentro de su propia construcción, sólo que ambos logran salir gracias al ingenio de
Dédalo para finalmente, Ícaro morir mientras volaban después de caer al piso y Dédalo
quedar muy destrozado; Escila traicionando a su padre para ayudar a un Minos del que estaba
enamorada y convertirse en un ser lleno de culpa en los ojos luego del rechazo del rey
vencedor y de ella buscar perseguirlo, pero siendo detenida por su padre vuelto águila, Venus
castigando indirectamente a una pareja por no haberle dado reconocimiento después de
pedirle ayuda en un enfrentamiento del que dependía su amor y que más tarde, buscaron
venganza queriendo atacar a Andonis, un joven del que se había enamorado por culpa de las
flechas de Cupido y al que quería salvar contándole la historia del porqué no debía luchar
contra algún león (ya que la pareja se había convertido en tal), al final el mortal se salva sólo
porque uno de los que conformaba la pareja murió por culpa de un jabalí.

También podría gustarte