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ASIGNATURA: DPCC

Enfoque transversal: IGUALDAD DE GÉNERO


ALUMNO (A): _____________________
_______________________ N.º _______
PROFESOR(A): Pamela Laos Buttá
UNIDAD N°1 FECHA: ___/ ____/____ AÑO: 2° SEC.
GUÍA DE APRENDIZAJE N° 1

Nos conocemos y nos cuidamos

La adolescencia es una etapa de grandes cambios a nivel emocional, cognitivo y


social. Estos cambios favorecen el desarrollo de capacidades que permiten a los
adolescentes consolidar su identidad personal y desarrollar valores
y criterios propios para orientar su vida.
En la adolescencia, los chicos y chicas también van adquiriendo habilidades y
actitudes que los preparan para actuar con autonomía y responsabilidad respecto a
su sexualidad y al cuidado de su integridad personal.

Somos Adolescentes
Durante la adolescencia varía de manera significativa la comprensión
que tenemos sobre nosotros mismos y nuestro entorno.

El desarrollo cognitivo en la adolescencia


El desarrollo cognitivo se refiere a la evolución de la capacidad de razonar. En la infancia, los
niños desarrollan la capacidad de pensar en forma concreta. Por ello, pueden combinar
(sumar), separar (restar o dividir), ordenar alfabéticamente y establecer equivalencias entre
cantidades. Este tipo de pensamiento es concreto porque los objetos y hechos sobre los que se
está pensando están físicamente frente al niño.
En la adolescencia, en cambio, se originan procesos de pensamiento complejos, también
llamados formales, entre los que se encuentran el pensamiento abstracto (emplear símbolos y
hacer generalizaciones), la capacidad de razonar a partir de principios conocidos (construir
nuevas ideas o elaborar preguntas), la capacidad de considerar diferentes puntos de vista
según criterios variables (comparar ideas u opiniones) y la capacidad de reflexionar acerca de
su proceso de pensamiento. En la mayoría de los casos, el desarrollo cognitivo en la
adolescencia se produce con mayor lentitud (siete a ocho años) que el desarrollo físico
(tres a cuatro años).

El desarrollo del pensamiento formal le permite al adolescente:

• Pensar en sí mismo y en la sociedad.

• Elaborar su propia escala de valores y orientar su conducta y sus decisiones sobre esa base.

• Evaluar sus decisiones según los efectos que puedan tener.


• Considerar diferentes soluciones a un problema.

• Desarrollar su propia identidad e iniciar la construcción de su proyecto de vida.

El pensamiento en la adolescencia

53 años formando en fe, sentimiento y solidaridad


La evolución del pensamiento formal en la adolescencia se manifiesta a través del logro de
diversas capacidades.

La capacidad de reflexión
El pensamiento abstracto de los adolescentes se caracteriza por el desarrollo de
su capacidad de reflexión. La reflexión implica analizar racionalmente un tema o
situación, inferir causas y consecuencias, establecer relaciones, distinguir
aspectos positivos y negativos y elaborar una opinión propia.

El desarrollo cognitivo les permite a los adolescentes realizar un análisis reflexivo


de su propia persona, capacidad que se conoce como introspección. A través de ella,
tratan de conocerse a sí mismos, evalúan sus propios pensamientos y realizan una
autocrítica de sus acciones.
La capacidad de reflexión también hace posible que el adolescente comprenda el
entorno en que se desenvuelve.

Desarrollo cognitivo y relaciones familiares


El desarrollo cognitivo de los adolescentes está relacionado también con su
capacidad para encontrar defectos o errores en sus padres a los que antes
idealizaba y en poner en tela de juicio sus valores cuando parece haber
incongruencia entre estos y su comportamiento.
Los adolescentes comienzan a darse cuenta de que ni sus padres ni los
otros adultos tienen las respuestas a todas sus preguntas ni las soluciones
a sus problemas. En este contexto, las disputas familiares suelen hacerse más
intensas y la palabra negociación empieza a cobrar importancia, pues ellos
necesitan que sus opiniones sean escuchadas. Algunos, convencidos de que sus
padres tienen muchas deficiencias, llegan a cuestionarse cómo ellos siendo tan
“especiales” pueden ser sus hijos.
Este sentimiento empieza a desaparecer entre los 15 y 16 años. Más allá de la
relación con sus padres, los adolescentes suelen cuestionar los sistemas políticos,
sociales y culturales existentes, buscando construir otros que sustituyan a aquellos
que consideran “defectuosos”.

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El desarrollo emocional
Los cambios producidos por el desarrollo físico y cognitivo durante la adolescencia
están acompañados por cambios emocionales. En esta etapa, la vida parece sentirse
con mayor intensidad: a veces, uno está exaltadamente feliz (como si se estuviera
en la cima del mundo); otras, triste o con miedo a fracasar. Con frecuencia, el
adolescente se aísla del grupo familiar, tiende a responder con monosílabos o
encogiendo los hombros y no se muestra dispuesto a dar demasiada información a
los adultos. Sin embargo, en asuntos realmente importantes, recurre a sus
padres buscando guía y apoyo emocional.

Entre los 15 y 18 años, el joven alcanza una mayor estabilidad. Al presentarse


menos cambios en su estado de ánimo, está más predispuesto al optimismo y a la
alegría que a la tristeza, sentimiento que a veces acompaña la primera fase de la
adolescencia.

El estrés en los adolescentes

Los cambios físicos (imagen corporal), cognitivos (pensamiento formal) y sociales


(apertura a nuevos grupos) hacen que el adolescente sea cada vez más consciente
de lo que pasa a su alrededor y se sienta más responsable de las consecuencias de
sus actos. Todo esto genera, en ciertos casos, un estado de estrés que lo afecta de
diversa manera:

• A nivel personal, suelen presentarse pensamientos negativos sobre sí mismo


debido a los cambios físicos propios de la edad. El desarrollo de múltiples
actividades también puede generarle una sensación de incapacidad de adaptación.

• A nivel familiar, si existen relaciones disfuncionales entre los padres y conflictos


en la convivencia, pueden traerle trastornos emocionales, más aún si los padres se
separan o divorcian. Otras situaciones extremas (muerte de un familiar, mudanza,
llegada de otro hijo, etc.) o problemas económicos pueden originar reacciones
adversas en los adolescentes.

• A nivel ambiental, las malas relaciones con sus


compañeros de escuela o los pares del vecindario,
así como un mal desempeño académico son
situaciones que afectan su estabilidad emocional.

Estrategias para manejar el estrés

Para que los adolescentes superen sus estados


de estrés, es recomendable que apliquen
estrategias como las siguientes:

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• Hacer ejercicios y comer en horarios regulares.
• Evitar el uso de drogas ilegales, alcohol y tabaco.
• Aprender determinadas habilidades para afrontar situaciones.
Por ejemplo, dividir una tarea grande en actividades pequeñas fáciles de
realizar.
• Disminuir las expresiones negativas acerca de uno mismo o de su
futuro.

• Aprender a sentirse bien haciendo un trabajo competente o suficientemente


bueno, en lugar de demandar perfección (suya o de otros).

• Realizar actividades relajantes: escuchar música, escribir, etc.

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