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Alumnos

mejor
preparados

DESARROLLO
DEL ADOLESCENTE

“Los adolescentes son bravos”, “Míralo, está insoportable”, “Ya está en


modo adolescente”, “¡Qué lindo tu hijo! Prepárate para cuando crezca y sea
adolescente”.

Por lo general, escuchamos y hablamos sobre los adolescentes y sus


transgresiones. Sin embargo, realmente ¿cómo son?, ¿qué piensan y sienten?
¿A qué nos referimos cuando hablamos sobre la adolescencia?, ¿qué tiene de
especial y diferente esta etapa? La adolescencia no es una enfermedad ni una
bomba de tiempo a punto de explotar.

La Organización Mundial de la Salud define a la adolescencia como el periodo


de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta,
entre los 10 y 19 años.

Independientemente de la dificultad para establecer un rango exacto de edad,


es importante el valor adaptativo, funcional y decisivo que tiene esta etapa.
Podemos identificar tres momentos en esta transición de la adolescencia:

Etapas de la adolescencia:

- Adolescencia temprana: Entre los 10 y 13 años. Esta etapa se


caracteriza porque comienzan a experimentarse cambios físicos a una gran
velocidad. El adolescente observa cómo su cuerpo se desarrolla y cambia. Ello le
provoca una gran curiosidad y una situación extraña. Las transformaciones
acercan al adolescente a su grupo de amigos, que también experimentan los
mismos cambios, por lo que existe una identificación grupal. Durante esta fase,
no se producen cambios psicológicos en cuanto a los procesos cognitivos, ya
que el adolescente sigue pensando en concreto. Es decir, no ha desarrollado la
abstracción del pensamiento, no percibe las implicaciones futuras y se
encuentra aún muy lejos del pensamiento adulto.

- Adolescencia intermedia: Entre los 14 y 16 años. En esta fase


adquieren vital importancia los cambios psicológicos y sociales. Durante estos
años desarrolla el pensamiento abstracto y la capacidad de percibir las
implicaciones futuras, aunque en circunstancias conflictivas, como etapas de
estrés, puede sufrir regresiones hacia el pensamiento concreto y ser incapaz de
percibir estas implicaciones.

Durante esta fase, surge la construcción de su identidad, cómo se ven y cómo


quieren que los vean. La independencia de sus padres es casi obligatoria y es la
etapa en la que pueden caer fácilmente en situaciones de riesgo. Los estados
emocionales que surgen ya sean agradables o desagradables son necesarios,
tienen que vivenciarlos y conectarse con sus propias emociones, por ello, es
importante el acompañamiento de los adultos para poder darles el soporte y
puedan superar ese camino difícil pero no imposible.

- Adolescencia tardía: Empieza desde los 17 y puede extenderse hasta


los 21 años. El desarrollo físico y sexual ha terminado. El adolescente ya es
físicamente adulto y sus órganos sexuales están plenamente capacitados para
la reproducción. El pensamiento abstracto también se ha desarrollado en su
totalidad; es decir, el joven puede pensar en abstracto sin dificultad y percibe
perfectamente las implicaciones futuras de sus actos. El desarrollo del
pensamiento es un factor individual que depende de las condiciones del entorno
y de las propias capacidades de la persona.

A partir de este momento, el adolescente comienza a enfrentarse a las


exigencias del mundo adulto. Las necesidades de atención y de pertenencia a un
grupo pierden importancia en pro del fomento de las relaciones individuales.

La etapa de la adolescencia socialmente suele verse como un periodo


complicado. Muchas veces nos vinculamos con los adolescentes desde el
miedo, ubicándolos en el lugar de problemáticos, sin darnos cuenta de que
hemos rodeado esa etapa de prejuicios.
Con frecuencia se cree que los adolescentes son apáticos, irresponsables y
poco comprometidos; incluso se piensa que no son capaces de cumplir con
determinadas tareas. ¿Ello realmente es así? ¿Acaso los adultos nos olvidamos
de cuando fuimos adolescentes?, ¿no recordamos cómo nos veían y qué cosas
hacíamos?
Aunque la adolescencia es necesaria e importante para hacernos adultos,
esencialmente es una etapa con valor y riqueza en sí misma. Ello se debe a que
brinda infinitas posibilidades para el aprendizaje y el desarrollo de fortalezas. Es
una etapa desafiante, de muchos cambios e interrogantes para los
adolescentes, así como para sus padres y adultos cercanos.

Algunos consejos para establecer límites de una


manera respetuosa:

• Considerar la edad, características y necesidades del adolescente, así como


el entorno y las circunstancias en los que interactúa.

• Explicarles los límites y las normas basándose en razones y de la manera más


clara posible. Se debe proceder así cada que sea necesario, hasta que logren
interiorizarlos.

• Recordarles que la finalidad de los límites y las normas es permitirles ejercer


su libertad con responsabilidad. Se les debe señalar el camino que posibilite
su sano crecimiento y desarrollo.

• Plantearles normas claras, realistas y coherentes. Las acciones de los padres


tienen más impacto que sus palabras, por lo que el ser modelos para sus hijos
les ayudará a que sigan sus pasos.

• Demostrarles cómo afrontar el estrés de una manera positiva y resiliente.

• Mantener cierto grado de estabilidad en las normas; sin embargo, estas se


pueden cambiar si existen razones para ello.

¿Cómo se debe acompañar a los adolescentes


para que crezcan siendo adultos saludables?

Los adolescentes están vivenciando un periodo de florecimiento, de proyectos,


de descubrimiento de sí mismos y de su entorno. Nuestro rol como adultos es
colaborar para que ello fluya y habilitar a que suceda, sin bloquearlo o
enlentecerlo. Por tanto, es fundamental que los padres, educadores y referentes
adultos recuerden que el gran objetivo es que sus hijos puedan aprender de sus
errores y a tomar decisiones, hacerse responsables de sus actos, responder con
libertad, funcionar con responsabilidad y crecer en autonomía, para poder llegar
a ser adultos saludables.
Los hijos y sus padres suelen tener dificultades con los cambios de dinámicas
en las relaciones familiares durante la adolescencia. Sin embargo, los padres
siguen siendo un apoyo fundamental durante esta etapa.

Aquí les brindamos algunos consejos para


ayudar a su hijo adolescente en esta etapa:

• Ayudar a su hijo a prever los cambios en su cuerpo. Converse sobre los


cambios físicos y acerca de su sexualidad, ya que son parte de un desarrollo
normal y saludable. Bríndele espacio para plantear preguntas y permita que se
exprese cuando esté listo.

• Fomentar el diálogo sobre temas importantes como las relaciones saludables,


la amistad, el consentimiento y la seguridad. Ello le va a permitir mantener una
comunicación abierta, en la que se fortalezca la confianza y se puedan prevenir
situaciones de riesgo a futuro.

• Reforzar positivamente los logros y esfuerzo de su hijo. Resaltar sus fortalezas


le ayudará a mejorar su seguridad y confianza en sí mismo.

• Brindarle apoyo y fijar límites claros con grandes expectativas, pero


razonables. Recuerde que la disciplina implica enseñar, no castigar ni controlar
al adolescente. Es necesario comunicarle lo que es aceptable e inaceptable en
casa, y en otros lugares. Ser claros, breves, razonables y flexibles en la
comunicación ayudará a que comprenda las reglas y las cumpla con mayor
responsabilidad; así se le va ofreciendo gradualmente mayor independencia,
respetando su privacidad.

• Alentarlo a que busque soluciones a problemas o conflictos. Es necesario


ayudarlo a saber cómo tomar buenas decisiones, brindándole oportunidades
para que use su propio criterio. Asimismo, promover que participe de las
actividades del hogar y mostrarle que se necesita contar con su apoyo.

• Demostrarle afecto, comprenderlo y respetar sus sentimientos y necesidades.


Deben pasar tiempo juntos haciendo cosas que disfruten. Asimismo, deben
buscar espacios para conectarse como padres e hijos a fin de fortalecer sus
vínculos afectivos compartiendo, por ejemplo, el almuerzo o la cena. No
suponga que su hijo adolescente sabe cuánto lo ama; expréselo mediante
gestos, palabras o abrazos. Si corrige algún comportamiento inadecuado, evite
las críticas.

Los años de adolescencia pueden parecerse a viajar por una


montaña rusa. Recuerde que, al mantener relaciones positivas
y respetuosas entre padres e hijos durante ese periodo, ¡su
familia puede disfrutar el recorrido!

DEPARTAMENTO
PSICOPEDAGÓGICO

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