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Defusión cognitiva 2: Hojas flotantes

Cierra los ojos e imagina una hermosa y tranquila corriente de agua. El agua fluye
sobre las rocas y alrededor de los árboles, desciende cuesta abajo y viaja a través de un
valle. De pronto una hoja grande cae en el agua y flota aguas abajo. Imagina que estás
sentado junto a ese arroyo en un día cálido y soleado, viendo las hojas flotar.

Pausa breve.

Ahora sé consciente de tus pensamientos. Cada vez que un pensamiento aparece en tu


cabeza, imagina que está escrito en una de esas hojas. Si piensas con palabras, ponlas
en la hoja como palabras. Si piensas en imágenes, ponlas en la hoja como imágenes. El
objetivo es permanecer al lado de la corriente y permitir que las hojas sigan flotando.
No trates de que el curso del agua vaya más rápido o más lento. No trates de cambiar
lo que aparece en las hojas. Si las hojas desaparecen, si te vas mentalmente a otro
lugar, o si encuentras que estás en el arroyo o en una hoja, solo detente y nota que
esto ha sucedido. Continúa así durante un rato, solo viendo tus pensamientos flotar
(Hayes, 2005, p. 76-77)

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