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Tema 3. - La Antijuricidad
Tema 3. - La Antijuricidad
Por ejemplo: si A dispara a B causándolo la muerte, ha realizado una conducta típica. Pero con
ello no podemos afirmar que la conducta es antijurídica, porque puede que otra norma del CP
autorice esa conducta (causa de justificación), por ejemplo, matar a otro en legítima defensa,
por lo que ya no estaríamos ante una conducta antijurídica. Hay que ver si esa conducta es
conforme o contraria al derecho.
Las causas de justificación recortan por tanto la previsión penal. Reconsideran elementos
negativos del tipo. Hay que tener en cuenta que una conducta que generalmente está
prohibida puede puntualmente estar permitida por otra rama del ordenamiento (ya que el
ordenamiento jurídico no es perfecto). Esto supone la aplicación de una causa de justificación
consagrada en el art. 20 CP.
Por tanto, no se puede hacer sólo un análisis del tipo objetivo, sino que hay que tener en
cuenta las causas de justificación. Se formula una única valoración que tiene en cuenta lo que
se contempla en el tipo positivo, y los recortes que hacen esos tipos penales mediante las
causas de justificación.
- Tipo positivo: hay que ver si el supuesto es el mismo que el que recoge el CP. Hay que
analizar si existe dolo o imprudencia.
- Tipo negativo: hay que ver que no haya causas d justificación del delito tipificado. Ej.: si
hay legítima defensa, no hay ninguna relevancia en el delito.
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Antijuricidad en sentido material
El CP castiga las conductas que lesionan bienes jurídicos. Ahora bien, no basta con decir que el
bien jurídico queda afectado por la conducta, sino que habrá que concretar cuál es el grado de
afectación para considerar legítima la intervención penal. Así, se permite castigar dos
comportamientos: los que lesionan el bien jurídico, y los que generan un peligro de lesión del
mismo.
El desvalor del resultado es la afección al bien jurídico protegido por la conducta del autor.
Cuando A dispara sobre B causándole la muerte, el bien jurídico es la vida humana
independiente. El CP quiere que se eviten determinados resultados, que no se afecten bienes
jurídicos. En otros modelos de la teoría del delito lo relevante era este desvalor del resultado,
es decir, la comprobación de lesión al bien jurídico. Pero esto carece de sentido si no lo
relacionamos con el desvalor de la acción, ya que la producción de resultados en sí no puede
ser prohibida por el DºP (no puede prohibir muertes, sino conductas que la provoquen y de las
que se deriva el resultado)
- El injusto doloso
- El injusto imprudente.
El CP recoge distintas posibilidades respecto del desvalor de la acción. Dentro de los delitos
dolosos, a veces el CP sanciona más o menos según el desvalor de la acción producido (Ej.: si
comparamos el homicidio con el asesinato, el homicidio es matar a otro y en el asesinato tiene
que darse las circunstancias del 139. El desvalor del resultado es el mismo, matar a otro. Pero
el desvalor de acción es distinto.
Por tanto, la afección al bien jurídico puede ser a través de la lesión de bienes jurídicos o de su
puesta en peligro (a veces el CP no espera a que el bien jurídico se lesiones, sino que se
anticipa a ello). La relación entre la conducta y el bien jurídico se basa en una valoración que
va a decidir si ese bien jurídico ha sido lesionado o puesto en peligro con la conducta del
sujeto. Así, tanto el desvalor de acción como de resultado son dos elementos son
imprescindibles para hablar de una conducta contraria al derecho.