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3.6. LOS AUSTRIAS DEL SIGLO XVII: EL GOBIERNO DE VALIDOS.

CRISIS DE
1640

Los Austrias del siglo XVII fueron Felipe III, Felipe IV y Carlos II. También
conocidos como “Austrias Menores”.

Felipe III heredó el imperio más extenso conocido hasta entonces y confió el gobierno
a una nueva figura política, el favorito o valido. Felipe III nombró al duque de Lerma
para este cargo. Lerma tuvo que hacer frente a la crisis financiera de la Monarquía y
pese a la política pacifista, se produce una nueva bancarrota en 1607; también decide
la expulsión de los moriscos en 1609, que eran rechazados por parte de la población ya
que se les consideraba posibles aliados de los turcos. Esta decisión fue un desastre
económico y demográfico que dejó a muchas zonas de España despobladas e
improductivas. En el exterior se firma la Paz de Londres con Inglaterra y la tregua de
los Doce Años en 1609 con las Provincias Unidas. La red diplomática española se
refirió a este reinado como el de la “Pax Hispánica”

Felipe IV comenzó a reinar en 1621 y nombró como valido al conde-duque de


Olivares, que, para recuperar la hegemonía en Europa, planteó en 1625 la llamada
Unión de Armas, una reforma financiera y militar que consistía que todos los
territorios aportaran los recursos necesarios para un ejército permanente de 140.000
soldados y unificar el gobierno de todos estos territorios. Su aplicación fue imposible y
la situación financiera empeoró con nuevas bancarrotas.

La crisis de 1640. En Cataluña se rechazó el proyecto de Unión de Armas y el


problema se agravó cuando comenzó la guerra contra Francia. En junio de 1640
estalló la revuelta conocida como Corpus de Sangre, donde fue asesinado el virrey
Santa Coloma. Los catalanes fueron apoyados por Francia, aunque después de una
larga guerra aceptaron como rey a Felipe IV. En el mismo año, se produce otra revuelta
en Portugal, encabezada por el duque de Braganza, que se proclamó rey con el
nombre de Juan IV, esta revuelta acabaría con la independencia de Portugal.

En 1643, Felipe IV destituye a Olivares, dejando a la Monarquía Hispánica sumida


en una gravísima crisis.
3.7. LA GUERRA DE LOS 30 AÑOS Y LA PÉRDIDA DE LA HEGEMONÍA
ESPAÑOLA EN EUROPA

La política exterior de Felipe IV se caracterizó por la agresividad. En 1621 se reinicia la


guerra con las Provincias Unidas y España se implica en la guerra de los Treinta
Años. Ambos conflictos estuvieron relacionados y acabaron también con la
participación de Francia.

Acabada la tregua de los Doce Años, se reanuda la guerra contra las Provincias Unidas,
tras algunos éxitos iniciales, la situación se estabilizó. En 1618, había estallado la
guerra de los Treinta Años entre católicos y protestantes en Alemania, España
decide intervenir apoyando a los Habsburgo alemanes. Después de la victoria de los
españoles en Nördlingen, Francia decide intervenir para evitar la victoria del
Emperador. Esto cambió el curso de la guerra y los españoles sufrieron sus primeras
derrotas en la batalla naval de las Dunas y en la batalla de Rocroi en 1643. Estas
derrotas hicieron que se firmase la Paz de Westfalia en 1648, que puso fin a la guerra
de los Treinta Años y el reconocimiento de la independencia de las Provincias
Unidas, era el fin de la hegemonía española en Europa. La guerra contra Francia
continuó hasta la Paz de los Pirineos, donde se fijó la frontera definitiva de Francia y
España.

También en América, las dificultades financieras y militares debilitaron las defensas


del Imperio español provocando las primeras pérdidas territoriales a manos de
ingleses y holandeses.

3.8. PRINCIPALES FACTORES DE LA CRISIS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA


DEL SIGLO XVII Y SUS CONSECUENCIAS

El siglo XVI fue un periodo de crecimiento demográfico en España, los


descubrimientos hicieron mejorar la economía y esto a su vez aumentó la natalidad, con
lo que el crecimiento de la población fue constante. Pero en el siglo XVII esta
tendencia se frenó y hubo una verdadera catástrofe demográfica debido a las malas
cosechas, las epidemias de peste, las continuas guerras, la expulsión de los moriscos y la
emigración a América. Se perdieron casi 1.000.000 de habitantes.

La evolución económica fue parecida, durante el siglo XVI hubo una gran expansión
económica sobretodo en Castilla, esto se produjo por el aumento de la población y el
desarrollo comercial debido al aumento de las exportaciones hacia América. La
agricultura y ganadería aumentaron su producción, aunque ambos sectores dieron
síntomas de agotamiento ya que no se modernizaron. La llegada de metales preciosos
provocó la llamada revolución de los precios que empezó a empobrecer a parte de la
población.

El siglo XVII, trajo una crisis económica profunda debido a la ruina de las actividades textiles,
la disminución de la demanda americana, la continua crisis de la Hacienda Real, la subida de
impuestos: El aumento de la deuda pública y la emisión de moneda de menor calidad, levaron a
la ruina a buena parte de la población. Apareciendo en Castilla un número considerable de
población empobrecida y de pícaros, que vivían de la caridad o de la delincuencia.

A mitad de siglo Cataluña y Valencia comenzaron su recuperación y Castilla a partir de 1680


3.9. CRISIS Y DECADENCIA DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA: EL REINADO
DE CARLOS II Y EL PROBLEMA SUCESORIO.

Carlos II, mal llamado “El Hechizado”, accedió al trono siendo un niño enfermizo y
con claras deficiencias físicas y mentales. Su madre Mariana de Austria, ejerció
como regente durante su minoría de edad y después el gobierno lo ejercieron validos
o ministros, dada la incapacidad manifiesta del Rey. El poder del Estado se fue
debilitando y esto fue aprovechado por la nobleza y la Iglesia para recuperar su poder.

Aunque la economía se fue recuperando, las revueltas populares no desaparecieron


como las Segundas Germanía, que fue un conflicto antiseñorial y en Madrid el Motín
de los Gatos, por el aumento del precio del pan.

Luis XIV de Francia, aprovechó esta debilidad para arrebatarnos algunas plazas
fuertes en Flandes y el Franco Condado.

Pero el problema que más condicionó la política española y europea fue el sucesorio,
ya que Carlos II no podía tener hijos. Pronto se postularon dos candidatos, uno era
Felipe de Anjou, candidato francés y oro el archiduque Carlos de Austria, de la línea
alemana de los Habsburgo: Tras fuertes presiones, Carlos II dejó como heredero a
Felipe de Anjou, con el fin de contar con el apoyo de Francia, que garantizaba la
mejor defensa de los territorios.

En 1700, muere Carlos II poniendo fin a la dinastía de los Austrias e iniciándose la de


los Borbones españoles

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