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La crisis de 1640.
1. HISTORIA POLÍTICA.
Política interior:
Con Felipe III llegan al poder los validos. Descuidando las labores de gobierno, el
duque de Lerma será el enlace con los consejos. El valido o privado del rey era un
hombre de confianza de éste sobre el que recaían las funciones de gobierno. No es un
cargo formal, pero se encarga de la toma de decisiones cuando el rey no puede o no
quiere gobernar. Estaba por encima de los consejeros. En la práctica, como hombre de
máxima confianza del Monarca, gobernaba en su nombre.
Política exterior:
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1.2. FELIPE IV 1621-1665.
Política interior.
Política exterior.
Dos conflictos marcan la política exterior de Felipe IV: La Guerra de los 30 Años y
la Guerra con Francia por los territorios de los Pirineos. El Tratado de Westfalia de
1648 marcaba el fracaso en la política Europea al reconocer la independencia de los
principados protestantes. La paz de los Pirineos (1659) con Francia, que sellaba la
pérdida del Rosellón y la definitiva secesión de Portugal son otra muestra más del
agotamiento de la Monarquía Hispánica.
Política interior.
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muerte intentando sanear la moneda y el comercio con la creación de la Real
Junta de Comercio.
• Crisis de la Hacienda que se intentó combatir con una política económica
deflacionista, reformas coloniales y la creación de la Superintendencia de
Hacienda...
Política exterior.
• Guerras con Francia: Los sucesivos ataques a los Países Bajos y el Franco
condado por parte de Luís XIV se saldan con perdidas territoriales: paz de
Aquisgran (1648), Nimega (1678) y Ryswick (1697)
Las fuentes y los últimos estudios muestran una crisis global que afectó a distintas
regiones en Europa, Asia, África y América.
DESARROLLO.
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• Rebelión de Nápoles y Sicilia: De origen popular ante los desastres del
hambre y las enfermedades.
CONCLUSIÓN.
3. EVOLUCIÓN ECONÓMICA.
Aspectos generales:
Nos encontramos con una economía típica del antiguo régimen, base agropecuaria,
lento crecimiento demográfico, crisis de subsistencia periódicas y con una coyuntura
climática adversa: la pequeña edad de hielo, unos años de enfriamiento climático cuyo
pico mínimo coincide con los años 40 del siglo.
Braudel diferencia una fase A de crecimiento hasta 1580 y una fase B de crisis hasta
1650 que en España se prolongará unos años más pero que el hace extensiva a todo el
Mediterráneo.
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Las ferias de Medina del Campo y Valladolid, herencia medieval, cayeron en
decadencia con la llegada de oro y plata de América: cuando los asentistas extranjeros
pudieron sacar oro de España, dejaron de interesarse por el comercio. Además, la
competencia con Flandes e Inglaterra no existiendo una política proteccionista por parte
de la Corona, acabó de arruinar la industria Castellana.
4. EVOLUCIÓN SOCIAL.
La época de crisis que acompaña al siglo XVII provocó cambios en los modos de
vida y el comportamiento de los estamentos sociales.
La nobleza.
El estamento nobiliario del siglo XVII tiene dos características que le diferencian de
los nobles del siglo XVI. La nobleza aparece más domesticada, y mucho más endeudada
de lo que había estado en el siglo precedente.
Por otro lado, la nobleza del siglo XVII, ha dejado de tener el carácter bravío e
indómito propio de la nobleza medieval que aun estaba presente en los nobles del siglo
XVI. Se produjo pues una gradual transformación de las costumbres nobiliarias hacia
moldes más pulidos y maneras más cortesanas. La nobleza, emigrada a las ciudades,
desaparecidos los más ultramontanos en las guerras europeas y americanas; se integró
forzosamente en un aparato burocrático y cortesano. También se hizo más culta; el gasto
en libros, obras de arte y mecenazgos aumentó respecto a épocas anteriores.
Cesaron las luchas entre familias nobiliarias, aunque siguió siendo habitual que los
asesinatos y desmanes cometidos por hijos del estamento nobiliario quedaran impunes.
Pese a todo, siguieron existiendo nobles mas cercanos al ideal nobiliario de la edad
media que, como caballeros de otra época, se ceñían a un código de honor y una moral
que no eran precisamente los de la escritura. Sin necesidad de mencionar ejemplos
literarios como el Quijote, Domínguez Ortiz menciona, entre numerosos ejemplos a
Don Diego Caballero de Illescas, caballero de Santiago y Virrey de Navarra, que hizo
arcabucear a su propio hijo por no haber cumplido un bando suyo.
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En cuanto a la situación económica de la nobleza, los nobles del siglo XVII se
vieron afectados por la revolución de los precios. Si durante el siglo XVI la nobleza se
benefició del alza de precios agrícolas, en el siglo XVII la situación cambió. Sus rentas
no se habían revalorizado al mismo ritmo que los precios, y las casas nobiliarias
aparecen endeudadas –lo cual no había dejado de ser una constante desde la edad media,
aunque la cuantía de las deudas ahora era mayor-. La literatura hace mención a la
nobleza pobre, casi indigente. Si bien es cierto que había hidalgos pobres, lo más
habitual era que los hidalgos fuesen ricos; al menos lo suficientemente ricos como para
no vivir de su trabajo.
En todo caso, mantener una vida noble, con sus fiestas, criados, liberalidades y
demás gastos suntuarios, era cada vez más caro; más en una época en la que el botín de
guerra había dejado de ser habitual.
El clero.
El bajo clero era más heterogéneo, en los pueblos era un importante elemento de
control social. El cura era a menudo el consejero de los aldeanos, el único que por su
cultura podía instruirlos o representarlos frente al abuso de las autoridades. Pero
también era el que los podía multar por no ir a misa, excomulgar por no pagar el diezmo
y amonestar en la misa del domingo por no confesar o por haber confesado.
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Durante el siglo XVII se observa un aumento de aquellos que accedían al estamento
eclesiástico para huir de la carga impositiva siempre en aumento. Estas masas de
clérigos ambiguos seguían teniendo comportamientos más cercanos a los del seglar que
a lo que se suponía que debía ser el comportamiento de un miembro del clero.
Asimismo, aumentó el número de monjes y monjas respecto a épocas anteriores,
especialmente a partir de los años 40. Por otro lado, los afanes fundadores de nobles y
magnates, crearon numerosos conventos y nuevas instituciones eclesiásticas a lo largo
del siglo.
El tercer estado.
A lo largo del siglo XVII, la forma de vida del tercer estado transcurrió sin
demasiados cambios con respecto a épocas anteriores. Sin embargo, se puede afirmar
que, sometidos a una carga impositiva creciente, con unos precios en continua evolución
ascendente, los miembros del tercer estado vieron como su nivel de vida caía,
particularmente en las ciudades.
De ahí que con el desarrollo de la gran crisis mundial del siglo XVII, se produjesen
numerosos actos de rebelión, particularmente en las ciudades, pero también en el
campo.
Como hemos visto, las rebeliones de Cataluña y Nápoles tuvieron su inicio como
revueltas populares azuzadas por la situación de crisis. Así, la rebelión de Cataluña
comenzó con la revuelta de los segadors en el mercado de Barcelona, mientras que la de
Nápoles se produjo tras una serie de incidentes en el mercado motivados por el aumento
de precios. Castilla es una excepción en este período de revueltas, aunque no dejó de
haberlas, estas se resolvieron a nivel local, gracias a las importaciones de grano o los
repartos gratuitos por parte de la corona y la nobleza.
BIBLIOGRAFÍA.