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Consideraciones finales
La formación de los Estados nacionales en América Latina:
Conclusión
Cada reforma implementada por el peronismo persiguió un fin particular. A
partir de ellas es posible reconstruir desde un lugar poco transitado por la
bibliografía las ideas políticas de la época. Los primeros dos gobiernos
peronistas fueron un bloque reformista comparable al de 1912.
Clasificación particular de los distintos tipos de reformas:
El sufragio femenino y las provincializaciones tuvieron como objetivo la
incorporación de una mayor cantidad de votantes.
La ley de partidos políticos y la ley electoral fueron creadas para delimitar
la participación partidaria en las elecciones.
Las modificaciones electorales introducidas en la reforma constituyente
fueron impulsadas con la voluntad de fortalecer el papel del Poder
Ejecutivo Nacional.
Visión General del Modelo Burocrático Autoritario
Predominio de gobiernos autoritarios y militares en los países económicamente
más avanzados de la América Latina contemporánea.
Al esquema populista le ha seguido un período de política postpopulista
caracterizado por la aparición de gobiernos represivos autoritarios que tratan de
resolver las tensiones sociales, económicas y políticas que ha generado el tipo
concreto de modernización dependiente y capitalista que ha experimentado
América Latina; eliminando la participación del sector popular.
Los niveles más avanzados de industrialización se consideran vinculados con
un alejamiento de la política democrática y competitiva, y con un incremento
de la desigualdad.
Tipos de Sistemas Políticos
Tres dimensiones distintas.
Estructura del régimen político nacional – la libertad de competencia
electoral, la libertad de las asociaciones de interés y el nivel de represión.
La composición de clase y sectorial de la coalición política dominante.
Determinadas políticas públicas cruciales – particularmente en cuanto se
refieran a la distribución de los recursos entre las diferentes clases
sociales y sectores de la economía.
Tres tipos de sistemas políticos.
Oligárquico – Política con alcance limitado. La elite del sector exportador
de productos primarios domina el Estado y orienta la política pública
alrededor de sus necesidades. No es incorporados ni excluyente, el sector
popular aún no ha estado políticamente activado.
Populista – Coalición multiclasista de intereses urbanos e industriales,
incluye a la elite industrial y al sector popular urbano. Nacionalismo
económico. Estado promueve la fase inicial de la industrialización por
medio del apoyo a la industria nacional y la expansión del mercado
nacional. Ejemplos más discutidos: Vargas en Brasil (1930 – 1945, 1950
– 1954) y Perón en Argentina (1946 – 1955). Es incorporativo.
Burocrático Autoritario – Excluyente, con énfasis no democrático. Los
actores principales son los tecnócratas de alto nivel, militares y civiles,
de dentro y de fuera de estados que colaboran en estrecha asociación con
el capital extranjero. La política pública se centra fundamentalmente en
la promoción de la industrialización avanzada. Período posterior a 1964
en Brasil, período de 1966 a 1970 y posterior a 1976 en Argentina. No
debe confundirse con el fascismo alemán e italiano, a los que se les
considera como una configuración política diferente que surge en un
contexto social y económico distinto.
Cambio económico y social
Los cambios socioeconómicos están vinculados con el crecimiento absoluto del
sector moderno, en lugar de con el tamaño de la economía nacional en términos
de per capita. Se sitúa a los países grandes con bajos niveles de renta, como
Brasil y México, entre los países altamente modernizados de América Latina.
Interrelación dialéctica entre los tres aspectos cruciales de la modernización.
1. La industrialización, particularmente la transición inicial.
2. Un incremento de la activación política del sector popular.
3. El crecimiento de los roles “ocupacionales tecnocráticos” en las
burocracias privadas y públicas.
Industrialización – las diferentes fases de industrialización vinculadas con el
cambio político alteran las coyunturas críticas económicas de los diferentes
grupos de clase. Asociada con la transición de un sistema oligárquico a uno
populista.
Se suele referir a esta fase como la fase “fácil de sustitución de importaciones”.
La protección arancelaria y los subsidios estatales reducen la presión para que
la producción sea competitiva internacionalmente. Puede crear la oportunidad
de una coalición populista “incorporadora.” Trabajadores reciben importantes
beneficios materiales a cambio de su apoyo político.
El autoritarismo burocrático deriva de una compleja serie de reacciones a los
problemas que surgen cuando se ha completado ya la dase de sustitución de
importaciones de bienes de consumo. Se producen o incremental los déficit de
la balanza de pagos, las deudas externas y la inflación. Las elites que hacen la
política suelen tratar de pasar a una política de desarrollo “ortodoxa” que quite
énfasis a la distribución al sector popular
La preocupación por atraer inversión extranjera estimula la adopción de
políticas económicas ortodoxas, con el fin de enfrentarse a la crisis económica
y crear condiciones de estabilidad económica a largo plazo que permitan
satisfacer los requerimientos impuestos por las empresas multinacionales.
Activación del sector popular – Incremento de la activación política del sector
popular complementó la coalición populista. Es de esperar que el sector
populista desafíe a la nueva política. Se produce un vacío entre demandas y
realizaciones, la extensión de las huelgas, el estancamiento del sistema de
partidos y graves crisis políticas y económicas. En algunos casos el sector
popular es lo bastante fuerte para producir un retorno temporal a la política del
primer periodo populista.
Roles tecnocráticos – Los tecnócratas tienen un bajo nivel de tolerancia hacia
las continuas crisis políticas y económicas, y los altos niveles de politización
del sector popular los perciben como un obstáculo al crecimiento económico.
“Nuevo profesionalismo”, dirigido a la intervención militar activa en la vida
política, económica y social. Estimula el surgimiento de una “coalición
golpista” que establece un sistema burocrático autoritario represivo con el
objetivo de poner fin a la crisis política y económica.
Surgimiento y evolución del autoritarismo burocrático
El autoritarismo burocrático varía con el tiempo y los países. Los grupos que
inicialmente apoyaron el golpe sufren las consecuencias de la política
económica ortodoxa y de la preocupación por orientar la expansión industrial
alrededor de las inversiones extranjeras y estatales. Esto conduce a una
“desnacionalización” de la coalición que apoya el Estado, pues la principal clase
económica que sostiene al Estado es capital extranjero. Surge una
transformación del dúo coalicional, el Estado y el capital extranjero, en un trío,
en el que los empresarios nacionales vuelven a jugar un papel más amplio.
El incremento del papel de los empresarios nacionales acaba produciéndose
cuando la garantía de estabilidad económica y política a corto plazo ha
asegurado grandes inyecciones de capital extranjero.
En la Argentina de los años 60 la crisis previa al golpe fue menos grave que en
Brasil, y por ello más limita la percepción de la amenaza. La cohesión de la elite
después del golpe no fue suficiente para resistir a la presión del sector popular
y de otros grupos sociales. El resultado fue un colapso del autoritarismo
burocrático, un resurgimiento de una coalición tipo populista de grupos
desafectos, una renovada crisis económica y política y el fracaso en atraer la
inversión extranjera a largo plazo y en mantener el crecimiento.
O’Donnell exige precaución antes de suponer que se reproducirán los modelos
anteriores:
Dentro de América Latina, el contexto de la modernización para los
modernizadores tardíos puede ser diferente.
Pueden existir recursos económicos o políticos especiales, como los
ingresos petroleros en Venezuela o los modelos peculiares de
competencia de partidos en Colombia.
Mediante una acción política resuelta, los líderes pueden encontrar
soluciones políticas alternativas a los problemas y crisis de la
industrialización avanzada.
Conclusión
Modelo burocrático autoritario – interacción entre determinados rasgos
decisivos de la política nacional en América Latina y las tensiones sociales y
políticas que han surgido en el curso de la industrialización en esa zona.
Marco de referencia se centra en:
Los problemas económicos y sociales que se plantean en diferentes
momentos del proceso de industrialización;
Las crisis económicas y políticas que resultan de esos problemas;
Las reacciones de las diferentes elites ante esas crisis y el grado de
percepción de la amenaza parte de esas elites la aparición en el contexto
de esas crisis, de nuevos tipos de gobierno autoritario y nuevas formas de
intervención militar.
Las notables variedades en los modos en que ha evolucionado este nuevo
autoritarismo.
Los diferentes impactos de las políticas económicas y sociales adoptadas
por esos gobiernos.
Las tensiones del EBA y la cuestión de la democracia
La primera fase de la evolución del Estado burocrático autoritario y los efectos
de los factores estrictamente políticos, en especial la democracia.
Concerniente al Estado
Estado como relación social de dominación o aspecto de las relaciones sociales
de dominación. Apoya y organiza estas relaciones por medio de instituciones
que suelen gozar de un monopolio de los medios de coerción dentro de un
territorio definido. El Estado debería estar entendido desde dentro de la
sociedad civil, aunque en su forma objetiva e institucional parezca estar por
encima de la sociedad.
Estado capitalista – mantiene y estructura la dominación de clase, enraizada
principalmente en una estructura de clase que a su vez tiene su fundamento en
la operación y reproducción de las relaciones capitalistas de producción. Es en
estas relaciones de producción dentro de la cual consideramos al Estado como
el aspecto estrictamente político de las relaciones sociales de dominación.
Estado como relación de dominación que articula de modo desigual los
componentes de la sociedad civil, apoyando y organizando el sistema existente
de dominación social.
Temas interrelacionados con respecto al Estado:
Su realidad analítica en cuanto que aspecto político de determinadas
relaciones sociales de dominación.
Su objetivación concreta como una serie de instituciones y normas
legales.
La separación de las instituciones del Estado con respecto a la sociedad civil
promueve la aparición de diversas vinculaciones entre la opacidad y
fraccionalización de lo que es privado, la sociedad civil, y el papel público y
universalista con el que las instituciones estatales suelen presentarse a sí
mismas.
El Estado está basado en la coerción pero también en el consenso, que al mismo
tiempo cerca y oculta la coerción.
Principal mediación – la nación. Identidades colectivas que definen un
“nosotros” que se compone de una red de solidaridades sobreimpuestas a la
diversidad y antagonismo de la sociedad civil, y del reconocimiento de una
colectividad distinta al “ellos”, que constituyen las otras naciones. Estos son los
simbolismos, la bandera, el himno, la historia oficial.
Otras mediaciones políticas fundamentales:
La ciudadanía – igualdad abstracta que es el fundamento de la
reivindicación de que el poder ejercido mediante las instituciones
estatales por parte de los ocupantes de la funciones gubernamentales se
basa en el consentimiento de los ciudadanos; y el derecho a poder recurrir
a una protección jurídicamente regulada frente a los actos arbitrarios por
parte de las instituciones del Estado.
El pueblo o lo popular – el “nosotros” que no deriva de la idea de
ciudadanía compartida ni de nación, sino un nosotros portador de las
demandas de justicia sustantiva, la base de las obligaciones del Estado
hacia los segmentos menos favorecidos de la población.
Instituciones estatales – agentes que logran y protegen un interés general. El
Estado solo puede ser legitimado si parece residir en referentes externos a cuyo
interés general se supone que sirven las instituciones estatales.
El sujeto social se eleva por encima de su vida privada y se reconoce como parte
de un nosotros.
La tensión entre la realidad del Estado como garante y organizador de la
dominación social y como agente de un interés general que, aunque parcializado
y limitado, no es ficticio, es característica de cualquier estado. Al examinar el
EBA, la importancia de las mediaciones es vital al facilitar algo que es
fundamental para cualquier sistema de dominación social y político: enmascarar
la realidad de dominación y aparecer como la expresión de un interés general
que rodea aquella.
Observaciones indispensables de la situación anterior a la instalación del EBA
y su impacto subsiguiente sobre la sociedad.
En América Latina, la formación de la nación debe mucho más a la
mediación de lo popular que a la de ciudadanía. La activación política de
los sectores populares previamente marginales surgió mediante
relaciones políticas en las que eran tratados mucho más como pueblo que
como ciudadanos.
Esto mismo implicó la postulación de un nosotros cuyos componentes
más visibles eran el papel del capital transnacional en la exportación de
productos primarios y las clases nacionales dominantes que estaban más
estrechamente vinculadas al capital transnacional.
La caída del sistema de dominación oligárquica y su reemplazo por un
sistema de dominación burguesa apoyada por la expansión del sistema
institucional del Estado.
En los periodos precedentes a la instalación del EBA, el gran avance de
la transnacionalización de la estructura productiva fue causa de una
alternación fundamental en la naturaleza de la sociedad civil en relación
con el alcance territorial de la autoridad ejercida por el Estado.
El Estado Burocrático Autoritario
Tipo de Estado autoritario cuyas principales características son:
1. Es garante y organizador de la dominación ejercida a través de una
estructura donde la base social principal es la alta burguesía.
2. Dos grandes tareas que se compromete a realizar: la restauración del
orden en la sociedad por medio de la desactivación política del sector
popular, y la normalización de la economía.
3. Es un sistema de exclusión política de un sector popular previamente
activo, que es sometido a controles estrictos con la finalidad de eliminar
su función activa en la arena política nacional.
4. Supresión de la ciudadanía. La liquidación de las instituciones de
democracia política y la negación de lo popular (prohíbe cualquier
apelación a la población como pueblo y como clase).
5. Sistema de exclusión económica del sector popular que promueve un
modelo de acumulación de capital que beneficia a la alta burguesía y
algunas instituciones estatales.
6. Promueve un crecimiento de la transnacionalización de la estructura
productiva, una nueva desnacionalización.
7. Se esfuerza por despolitizar las cuestiones sociales enfrentándose a ellas
en términos de criterios de racionalidad técnicas supuestamente neutrales
y objetivos.
8. En la primera fase, el régimen político del EBA significa el cierre de los
canales democráticos de acceso al gobierno.
Ambigüedades en el sistema de dominación
Por una parte, significa una nueva desnacionalización de la sociedad civil que
se produjo primero como consecuencia de la urgente búsqueda de capital
transnacional y después a la necesidad de mantener un clima favorable de
inversión con el fin de sostener la entrada de capital. Al mismo tiempo, implica
una contracción drástica de la nación, la supresión de la ciudadanía y la
prohibición de apelaciones al pueblo y a la clase social como base de demandas
de justicia sustantiva. Esta contracción deriva de la derrota del sector popular y
sus aliados.
Tal exclusión aparece como una condición necesaria para la curación del cuerpo
de la nación. Ellos son el enemigo dentro del cuerpo de la nación, el “no
nosotros”.
Por otra parte, el EBA afirma ser un Estado nacional. Carente del referente de
nación como idea universalmente global, la retórica de las instituciones del BA
debe estatizar el significado de nación. Esa estatalización de la idea de nación
significa que su interés general se debe identificar con el éxito de las
instituciones del estado que tratan de establecer un orden particular en la
sociedad y normalizar la economía. Las instituciones estatales ya no sirven a un
interés superior y externo a sí misma. Cuando las instituciones del estado
intentan redifinir la nación en términos de exclusión y de enfermedad nacional,
el poder que ejercen no tiene ya una base externa de legitimación y tiene que
aparecer como fundamento de sí mismo. La dominación queda al desnudo y
diluye sus mediaciones consensuales; se manifiesta en la coerción física y
económica abierta.
La implantación del BA es el resultado de una reacción atemorizada antes lo
que se percibe como una amenaza grave a la supervivencia de los parámetros
capitalistas básicos de la sociedad.
Las instituciones del EBA intentan llenar el vació mediante el uso intensivo de
los símbolos marciales y patrióticos de la nación. Los dirigentes del EBA
intentan recrear mediaciones con la sociedad invitando a la participación; pero
solo como observación aprobadora y pasiva de las tareas que llevan a cabo las
instituciones gubernamentales.
“Consenso tácito” – despolitización, apatía y retirada a una existencia diaria
completamente privatizada, y miedo. Es un fundamento demasiado débil para
sostener al Estado. El miedo, junto con la alta burguesía y los sectores modernos
de la clase media más unidos a ella, son los apoyos sociales mas importantes
del EBA.
La exclusión económica del sector popular y la prohibición de plantear
cuestiones de justicia sustantiva alrededor de los símbolos de pueblo y clase
evidencian que la nación no incluye al sector popular. Los intentos de
normalizar la economía mediante una estrecha alianza con la alta burguesía
resultan de grave dureza para una buena parte de los sectores medios y para las
fracciones más débiles de la burguesía.
La base principal de apoyo social del EBA es la alta burguesía, las fracciones
de la burguesía local y el capital transnacional.
Las mediaciones económicas del EBA tienen diverso impacto en las diferentes
actividades económicas, debilitan aún más la débil burguesía local, colocando
a una porción de ella entre los que conforman el consentimiento tácito.
El EBA es la negación de las mediaciones legitimadores del Estado usuales: la
nación se contrae, el pueblo y la ciudadanía son suprimidos y el Estado no puede
sostenerse mediante el potencial hegemónico de una clase dominante
incuestionablemente nacional. Queda al descubierto la última instancia del
Estado; la coerción.
Las instituciones dedicadas al uso de la coerción ocupan el ápice de este sistema
en virtud de haber sido las que pusieron fin a la crisis que precedió al EBA y de
garantizar la eficacia futura de ese orden. Las medidas e instituciones de la
primera fase se organizan alrededor de estos dos intereses. El EBA no tiene más
remedio que aparecer como una conjunción transparente de coerción y
dominación económica.
La base social del EBA es la alta burguesía, su apoyo ostensible al EBA y su
cabeza de puente en el sistema institucional del Estado en forma de tecnócratas
económicos se interseccionan de modo directo y visible con las fuerzas
armadas. La alta burguesía y los tecnócratas tienen una poderosa orientación
transnacional.
Las fuerzas armadas son la institución del Estado más predispuesta a definir la
nación como lo que no es extranjero, y a definir la conducta apropiada como lo
que es inspirado por una visión introvertida y exclusivista de la nación.
En el EBA, la dominación económica y la coerción son mutualmente
indispensables, una alianza.
Tensiones en la alianza
El objetivo de construcción de una nación mas homogénea es incoherente con
la desnacionalización de la sociedad civil promovida por los actores más
transnacionalizados de esa sociedad y con la orientación de estos a un modelos
de acumulación del capital que no puede permanecer limitado al mercado local.
La ampliación del aparato del estado podría expandir en gran medida su papel
económico directo. Esto serviría de contrapeso a la expansión del capital
privado en gran escala y permitiría al aparato del estado aliarse con la burguesía
local. La ortodoxia económica debe ser observada cuidadosamente en el periodo
de normalización. Una de las medidas prohibidas es la continuación del
intervencionismo estatal. Uno de los dogmas de la ortodoxia consiste en reducir
drásticamente el déficit fiscal, volver a unas actividades potencialmente
beneficiosas del sector privado y eliminar los subsidios a los consumidores y
productores ineficaces.
La viabilidad del EBA y la esperanza de restauración de la cohesión nacional
dependen de la economía ortodoxa y de una estrecha alianza con la alta
burguesía.
El periodo de 1967 a 1970 en Argentina es un ejemplo de política de
normalización con un EBA en las que estas tensiones se manifestaron con gran
fuerza, introduciendo un importante elemento de incertidumbre en un contexto
en el que esas medidas habían tenido un buen grado de éxito. A finales de 1967
una alternativa a las medidas que se estaban llevando a cabo: el Estado adoptaría
un papel más activo, estimularía el desarrollo de determinadas fracciones de la
burguesía local, impondría restricciones significativas al capital transnacional y
reincorporaría a la arena política a unos sindicatos previamente domesticados y
desperonizados.
Dos factores importantes en la determinación de la velocidad con que emerge
como alternativa este camino estatalista y nacionalista:
Los diferentes niveles de amenaza que precedieron al EBA.
Lo rápido y decisivo del éxito de las medidas económicas iniciales al
EBA.
En Argentina, el nivel de amenaza y crisis economía era inferior al de otros
casos de EBA. Los intereses políticos de la alta burguesía erosionaron aun más
la cohesión interna del BA, lo cual, unido a las grandes explosiones sociales de
1969-70, precipitó su caída.
Cuanto menor era el nivel de crisis y amenaza previas, mayor era la probabilidad
de conseguir rápidamente la normalización y restaurar el crecimiento
económico, pero el éxito en la recuperación del crecimiento aumentará la
tentación de abandonar las medidas económicas ortodoxas en un punto
prematuro desde la perspectiva de la alta burguesía y de los tecnócratas que
controlan el aparato económico. Así, se consigue más fácil y rápidamente la
confianza de la burguesía pero permanece sometida a un grado mayor de
incertidumbre,
La perpetuación de la crisis económica que precede al EBA es la mejor garantía
de que sus vínculos con la alta burguesía se mantendrán a pesar de las tensiones.
La nostalgia de las mediaciones o la cuestión de la democracia
1. El EBA reduce o suprime las mediaciones sobre cuya base se establece
normalmente el consenso.
2. Pone al descubierto lo que es la realidad subyacente del Estado: la
coerción.
3. Revela el hecho de que la alta burguesía es la principal base social de éste
Estado.
4. Como consecuencia del contexto histórico, esta parte de la burguesía es
también el elemento menos nacional de la sociedad.
5. Las organizaciones especializadas en la coerción adquieren una gran
importancia dentro del sistema institucional del Estado.
El silencio de los que son excluidos, los esfuerzos defensivos encubiertos de los
sectores que han dejado de apoyar al EBA así como la fraccionalización de la
alta burguesía en su intento de optimizar las ganancias discretas, generan una
situación muy especial: la de un Estado que desde la cumbre de sus instituciones
proclama en voz alta la importancia de la tarea que está realizando y anuncia un
futuro de grandeza, pero que sin embargo no recibe siquiera el eco de su voz.
Si se restaura la democracia política, reaparecería la mediación de la ciudadanía,
y la implicación de la restauración de algunas garantías legales básicas
individuales. De este modo, la base del poder del Estado se podría atribuir a esta
fuente exterior al Estado, y la resolución de otro problema: la sucesión
presidencial.
¿Qué tipo de democracia podría aplicar el EBA? Una democracia que
consiguiera ser todo eso y mantener, al mismo tiempo, la exclusión del sector
popular. Tendría que sostener la supresión de las invocaciones en términos de
pueblo y de clase.
¿Cómo realizar la democratización? La aspiración a restaurar al menos alguna
de las mediaciones de la ciudadanía y la democracia es simultáneamente la
esperanza y el terror de este sistema de dominación. Esta democracia
cuidadosamente limitada, en el que estuvieran prohibidas las invocaciones en
los términos pueblo o clase, pero al mismo tiempo que no fuera una farsa
incapaz de proporcionar las mediaciones y una legitimación que pudiera
transformarse en hegemonía.
La democracia es el talón de Aquiles de este sistema, y también contiene una
dinámica que puede ser el elemento unificador en el esfuerzo a largo plazo por
restablecer una sociedad que este más de acuerdo con determinados valores
fundamentales.
Populismo
En América Latina, después de la crisis mundial iniciada en 1929 con la caída
de Wallstreet, los procesos de cambio político implicaron la ruptura de formas
tradicionales de dominación autoritaria o de los que Gino Germani denominó
“democracias de participación restringidas.”
Populismo – movimiento político.
Definiciones y usos del término
Gino Germani – Populismo como consecuencia de desfases o asincronías del
proceso de modernización de las sociedades latinoamericanas, en cuanto a la
promoción de altas tasas de “movilización social”.
Torcuato Di Tella – Populismo como resultante de una alianza entre sectores
populares urbanos movilizados por la resolución de las aspiraciones y
motivaciones anti status quo, capaces de formular una ideología fuertemente
emocional.
Helio Jaguaribe – Populismo como relación de tipo carismática entre el
liderazgo individual y las masas urbanas.
Características y condiciones del populismo
Populismo como resultado de transformaciones operadas en el sistema
económico, la estructura de clases y los patrones de dominación política en
América Latina.
Episodios desencadenantes:
El impacto de la crisis mundial de 1929.
Los rápidos procesos de industrialización, con mayor o menor demora,
originados por los efectos internos de la crisis.
El carácter predominantemente urbano de los apoyos políticos del populismo
marca una importante diferencia respecto de los movimientos a los que se ha
aplicado este término en otras partes del mundo, en los que el componente rural
ha sido muchísimo más gravitante.
En países con reducido mercado interno y escaso desarrollo previo de los
sectores medios en que la tendencia hacia la industrialización tuvo que ser más
tardía y lenta, el apoyo del sector popular urbano fue más débil, y los
movimientos populistas cuestionaron mucho más radicalmente la dominación
oligárquica en el sector agrario. (Perú, Bolivia)
En países en donde fue posible realizar avances más tempranos y rápidos en la
industrialización, el impacto social del populismo y las metas de sus dirigentes
quedaron mucho más directamente limitados al sector urbano. (Argentina,
Brasil)
Sería analíticamente inconveniente extender el uso del término hacia casos que
produjeron profundas transformaciones sociales con fuerte apoyo popular, pero
donde el lanzamiento del proceso obedeció a circunstancias muy diferentes a
las vinculadas con la crisis mundial y el comienzo de etapas de rápida
industrialización. (Como la Revolución Mexicana)
El uso propuesto del término
Populismo – resultado de un conjunto de factores estrechamente interligados:
La profunda perturbación de la economía latinoamericana, exportadora
de productos primarios, originada en la crisis mundial de 1929 y por las
políticas económicas subsiguientemente adoptadas por las naciones
centrales.
La disminución relativa de la exportación.
Las restricciones aduaneras y cambiarias adoptadas por los gobiernos
latinoamericanos.
El crecimiento de un inmaduro, escasamente integrado y políticamente
débil sector industrial.
La expansión del tamaño y funciones del Estado latinoamericano como
consecuencia de los procesos recién señalados.
La formulación de ideologías nacionalistas que vieron en la
industrialización y en un alto grado de cierre del mercado interno a las
transacciones desde el exterior una condición necesaria para el aumento
del poderío nacional.
Estos factores provocaron en conjunto una profunda recomposición de las
fuerzas políticamente relevantes:
Comenzó a desintegrarse la dominación oligárquica tradicional.
Nuevos sectores urbano-industriales.
Sectores agrarios conservaron casi siempre la propiedad de la tierra, alto
prestigio social y la llave de las cruciales exportaciones de sus países.
En este complejo proceso de conflictos y reajustes de relaciones entre nuevos y
viejos sectores dominantes, el sector popular urbano pasó a jugar un papel que
fue de gran importancia para la formación del populismo. Forjar una alianza
con los sectores populares, fundada principalmente en un programa nacionalista
y antioligárquico, de crecimiento del peso relativo del Estado bajo pautas
fuertemente antiliberales en lo político, e industrializantes y orientadas a la
ampliación del consumo en el mercado interno en lo económico.
El Estado fue árbitro de intereses y demandas de los sectores dominantes entre
sí y con los sectores populares.
Relación Estado – sector urbano.
Su participación en la alianza antioligárquica, nacionalista e
industrializante fue subordinada respecto de los segmentos de sectores
dominantes que aportaron al liderazgo, las metas y la conducción táctica
del populismo.
La ampliación de participación política y económica fue más aparente e
inestable que lo que pudo haber parecido al comienzo del populismo.
Desde el gobierno el populismo ayudo a construir (Argentina) o
prácticamente construyó (Brasil) la clase obrera y sus organizaciones, y
si bien implicó la implantación de sistemas institucionales de control de
tipo corporativo, el balance final del populismo no podría excluir las
importantes consecuencias implicadas por una experiencia de
participación política y económica.
El populismo fue exclusivamente control, manipulación y participación
simbólica.