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Fallo “Bassi, Jesús Néstor c.

Editorial Planeta Argentina


Sociedad Anónima, Industrial y Comercial s/ ordinario”

Guía de lectura

Parte actora: Néstor Bassi.

Parte demandada: Editorial Planeta Argentina S.A.I.C.

Tribunales Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. 27-jun-1997.

Hechos: Néstor Bassi demanda a Editorial Planeta Argentina porque no recibió


ninguna regalía de la obra que publicara con la editorial en 1985: Declaración de
los Derechos del Niño. Planeta, por su parte, reconoce haber firmado el contrato
y editado la obra (12.000 ejemplares) pero argumenta que firmó ese contrato con
Bassi “en calidad de mandatario de otros autores”. Para la editorial, el accionante
no es el titular de la obra y, por otra parte, argumenta que tales derechos fueron
cedidos por los autores al Club de Amigos de la UNESCO.

Sumarios:

o En nuestro país, el registro de los derechos de autor es requisito para el


ejercicio del derecho, es decir, no se subordina el nacimiento del derecho a
ninguna formalidad, pero sí su ejercicio, que a partir del registro oponible frente
a todos (art. 63 de la ley 11.723).

o El registro confiere seguridad en beneficio del autor, del cesionario y de los


futuros contratantes y en la exactitud de los datos que proporciona.

o El registro tiene por finalidad proteger al usuario de buena fe por encima


de todo, ya que se presume autor de la obra a quien figura en el certificado que
ese ente emite.

o Dado que el precio se ha fijado en un porcentaje sobre el precio de los


libros vendidos, el autor tuvo derecho a controlar el número de ejemplares
publicados y a exigir, periódicamente, un recuento de los ejemplares en
existencia, única manera de saber la cantidad vendida.

o El certificado del depósito legal de la obra en el Registro de la Propiedad


Intelectual es el título que garantiza el ejercicio de los derechos de autor a favor
de quien ha sido otorgado.

o Vinculado con lo anterior, quien ha suscripto un contrato de edición como


mandatario de los autores intelectuales de la obra podrá reclamar las regalías
pactadas, aunque no cuente con poder especial conferido a tal fin.

o Estando debidamente registrado a favor del actor el derecho de autor, es


éste quien resulta su titular registral en lo que toca a los derechos autorales y de
edición, más allá de que haya actuado como mandatario de los autores
intelectuales de la obra

o La editorial, que en ningún momento rindió liquidación ni abonó suma


alguna en concepto de las regalías pactadas, deberá ser condenada a efectuar
pormenorizada rendición de cuentas.

Fallo. Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial Nº 26, agosto 30


de 1996.
Vista: La presente causa para dictar sentencia definitiva de la que resulta: a) A
fs. 75 se presenta el doctor Juan Manuel Castex como apoderado de Jesús
Néstor Bassi y promueve demanda contra Editorial Planeta Argentina S.A.I.C.
por monto indeterminado.
Manifiesta que con fecha 24 de junio de 1985 celebró con la demandada un
contrato de edición de la obra titulada Declaración de los derechos del niño,
obligándose Editorial Planeta Argentina S.A.I.C. a publicar dicha obra y a abonar
al autor un diez por ciento (10%) sobre el precio de venta al público de la misma,
efectuando liquidaciones trimestrales de las ventas producidas, teniendo
derecho el actor al cobro de las regalías correspondientes.
Expresa que la accionada editó la obra en una cantidad de 12.000 ejemplares y,
en ningún momento, desde la celebración del contrato, rindió liquidación ni abonó
suma alguna al actor en concepto de las regalías pactadas. Con fecha 1º de
agosto de 1991 el accionante remite a la demandada carta documento
reclamándole practique las liquidaciones de rigor y abone los importes adeudados
de acuerdo al porcentaje establecido en el contrato de
edición, sin recibir respuesta alguna.

Ofrece prueba.

b) A fs. 80 se presenta el actor, con el patrocinio letrado del doctor Miguel Angel
Potente y revoca poder al letrado presentado en el escrito de demanda.

c) Corrido el pertinente traslado, a fs. 92, se presentan los doctores Carlos


Nazareno Insolera y Sofía Peirteroien como apoderados de Editorial Planeta
Argentina Sociedad Anónima, Industrial y Comercial contestado demanda y
solicitando su total rechazo, con costas.
Niega todos y cada uno de los hechos expuestos por el actor en el escrito de
demanda. Reconoce la suscripción del contrato de edición de fecha 24 de junio
de 1985 respecto de la obra intitulada Declaración de los Derechos del Niño y
también haber editado dicha obra.Niega haber recibido la carta documento
referenciada por el actor en su escrito de inicio.
Manifiesta que suscribió el referido contrato con el actor, en su calidad éste, de
mandatario de los señores Dora K.
Sterman, María S. Rojas y Alberto Schefini conforme lo expresado en la
autorización conferida por esas personas, con fecha 13 de junio de 1985, con
firmas certificadas por notario . Asimismo, señala que el ejemplar de la obra
publicada menciona a dichas personas como autores sin incluir al
demandante y que en el depósito legal se declara a la obra como de autoría
anónima. Expresa que el mandato no dio, atribución al actor para cobrar la
regalía establecida en el contrato, puesto que no es autor de la obra, ni para
reclamarla en juicio en representación de los autores, por carecer de mandato.
Manifiesta la demandada que, con posterioridad a la firma del contrato de
edición, los autores le manifestaron que los derechos que les pudieran
corresponder, los habían cedido al Club de Amigos de la UNESCO. Buenos
Aires y que así debía figurar en la tapa de la obra a imprimir, incluyéndose la
leyenda respectiva. Por ello, afirma que el accionante no es titular del derecho
que pretende, pues no es el autor de la obra, y los que al parecer si lo son,
transmitieron sus derechos a un tercero ajeno a este proceso.

d) Abierta la causa a prueba (fs. 96 vta.) se produce la oportunamente ofrecida


y diligenciada por las partes, llamándose a fs. 180 autos para dictar sentencia,
en providencia que ha sido consentida.
Considerando: 1) Resulta aceptada por ambas partes la suscripción del contrato
de edición que obra a fs. 69/71.
Dicho contrato dispone en su cláusula cuarta que el editor establecerá el precio
de venta al público de la citada obra
y la pondrá en conocimiento del autor, juntamente con el número de ejemplares
de que consta la edición y los aumentos de precio.
A fs. 75 vta.el autor sostiene que se procedió a una edición de doce mil
ejemplares y luego, rectificada la demanda inicial a fs. 81 quedó establecido que
por dicha edición no se efectuó liquidación alguna.
A fs. 92 vta. la accionada niega que se hayan editado 12.000 ejemplares de dicha
obra, sin indicar cuántos se publicaron. Tampoco, en momento alguno, ninguna
de las partes expresa el precio de venta.
Resulta, sin embargo, reconocido por la parte demandada que nunca abonó por esta
obra regalía alguna al actor (reconocimiento expreso de fs. 154 y absolución de
posiciones de fs. 123/4 respuesta segunda, tercera y quinta)

2) Sentado lo procedentemente expuesto, y en el marco descrito, el núcleo


central del thema decidendum es, si el actor posee legitimación activa para
demandar como lo hizo. De los términos del encabezamiento del contrato de
edición que obra a fs. 69/71 copia fs. 12/14 surge expresamente que el actor
intervenía en representación de los señores Sterman, Rojas, y Schefini con base
en el certificado expedido por escribano que obra a fs. 72/73 copia a fs. 15/16 y,
en momento alguno, se expresó allí que el señor Bassi actuase, además, por sí.
De la pieza certificada de fs. 72 resulta que los señores Dora K. Sterman, Marta
Susana Rojas y Alberto Hugo Schefini, autorizaron a Jesús Néstor Bassi el actor
en su carácter de Secretario General del Club Amigos de la Unesco de Buenos
Aires a representarlos ante la Editorial Planeta Argentina S.A.I.C., en la firma del
contrato de edición de la obra que me ocupa con todos los derechos y deberes
que ello implica.
De la pieza editada acompañada por la actora y reconocida por la demandada,
obrante a fs. 46/61, surge que los autores habrían cedido sus derechos al Club
Amigos de la Unesco Buenos Aires (fs.47) y en la misma página, se indica como
autores a quienes conceden autorización para representar al actor sin que éste
aparezca en forma alguna.
A fs. 181, el tribunal dispone citar al Club Amigos de la Unesco Buenos Aires y a
los señores Rojas, Schefini y
Sterman, a fin de poner en su conocimiento la existencia de esta litis.

3) De la prueba documental allegada a autos surge que el actor ha obtenido el


certificado de depósito legal de la obra Declaración de los Derechos del Niño
(historieta) como obra inédita, denunciado autores anónimos (Nª 318.350 del 20
de mayo de 1985) y que en él aparece declarándose el accionante como titular
del derecho de autor con los alcances que resulta del informe de fs. 160 y
también, que el contrato de edición que se analiza ha sido registrado bajo en Nº
04.275 a solicitud del actor en la Dirección Nacional de Derechos de autor
(véase fs. 68/74).Cabe recordar que el requisito administrativo de la
registración implica un examen previo por la autoridad administrativa para la
calificación de la obra o contrato cuya inscripción se solicita y que la función
primordial del registro es dar a conocer su contenido, información que beneficia
a todo aquél que tiene interés en oponer su derecho a terceros y a quienes
buscan cerciorarse sobre la viabilidad y legitimidad de una eventual
contratación.

Lo que ingresa en el Registro de derechos de autor adquiere, mediante el acto


administrativo que significa su admisión luego de un examen, certeza de su
existencia en determinada fecha, en lo que hace al título de la obra, su autor,
traductor y contenido. Si se trata de un contrato, certeza de la fecha, contenido
y partes contratantes (seguridad) (conf.Hilda Retondo, Formalidades registrales
publicado en Seminario Nacional de la OMPI sobre derecho de autor y derechos
conexos para Magistrados y Funcionarios Judiciales de la República Argentina,
OMPI Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (1996)
documento 11).

En nuestro país, el registro de los derechos de autor es requisito para el ejercicio


del derecho, es decir, no se subordina el nacimiento del derecho a ninguna
formalidad pero si su ejercicio, oponible erga omnes (art. 63 de la ley
11.723). En la especie, el requisito dirigido a la protección del derecho de autor
se encontraba cumplido a favor del accionante al menos al tiempo de suscribir el
contrato de edición, según el registro mencionado precedentemente en primer
término, que se efectuó ya, con la obra inédita.
De otro lado nuestra legislación, prevé también como obligatorio en el art. 53 de
la ley 11.723 el registro de contratos, cuando dice: la enajenación o cesión de
una obra literaria, científica o musical, sea total o parcial, debe inscribirse en el
Registro Nacional de la Propiedad Intelectual, sin cuya registración no tendrá
validez.
El registro confiere seguridad en beneficio del autor, del cesionario y de los
futuros contratantes y en la exactitud de los datos que proporciona.
Se ha señalado también, que el registro tiene por finalidad proteger al usuario de
buena fe por encima de todo, ya que se presume autor de la obra a quien figura
en el certificado que ese ente emite. La acción de un tercero que se diga
verdadero autor de la obra si procede, no involucra criminalmente al editor que
la haya publicado a la vista del registro, el cual (aunque pudiere perder el derecho
a la edición y a los ejemplares existentes) no deberá indemnizar al verdadero
autor por los que haya vendido. El registro exime de dolo a terceros que contratan
según sus constancias (conf. Henry Jessen, citado por Retondo en ob. cit. doc.
11, pág. 5).

Cabe recordar, de otro lado, que la publicidad es la finalidad primordial del


registro. En la especie pues, se halla registrado a favor del actor el derecho de
autor; no media registro de cesión de derechos a favor de terceros y en momento
alguno el accionado argumentó que le hubiese notificado la cesión que se invoca
en este sentido, véase declaración de fs. 190 vta. cuarta respuesta. Así las
cosas, la única constancia de la que intenta prevalerse el demandado es la
referencia inserta en el ejemplar citado véase fs. 47. Sin embargo, en la medida
en que la eventual cesión no se halle registrada, no se deriva de ello obligación
en forma alguna para el editor que, por el contrario, debe estar a las constancias
del registro respectivo. Máxime, que dicho registro aparece en cabeza de quien
es referido en el instrumento de fs. 72/4, en el que se faculta a Bassi para
representar a los autores con todos los derechos que ello implica.
2) Como resultado de la medida dispuesta a fs. 181, se produce la declaración
de fs. 190/1 y la presentación espontánea de fs. 192.

En esta última, quienes aparecen mencionados como efectivos autores de la


obra en cuestión en la edición, ratifican, en todos sus términos, la presentación
del señor Bassi, manifestando no haber percibido suma alguna de la demandada
por los derechos que les corresponden, derivados de la edición de la obra que
es materia de autos presentación coherente con las piezas de fs. 72/4 . Precisan
luego, que no es cierto que hayan cedido sus derechos sobre el libro
mencionado que, según expresan, aún se sigue utilizando en el diseño curricular
vigente.
Los nombrados, si bien no se les ha conferido el carácter de parte en autos de
ahí que a fs. 200 no se les admitiera el pedido de sentencia gozan de aptitud para
comparecer a los fines que ilustra la presentación de fs. 192, en eventual
salvaguarda de sus derechos frente al autor registral (véase que en el contrato de
edición de fs.69, Bassi invoca la representación de quienes serían los reales
autores).
Del juego de esta presentación, con las piezas de fs. 72/4, con la demanda
planteada en autos por el actor, quien nada objetó ante el traslado que se le
notificó a fs. 194 y vta. y de la declaración testimonial de fs. 190/191, resultaría
que el demandado habría actuado en autos en representación de los reales
autores (véase fs, 72 respecto del contrato de edición) o, en todo caso, como
mandatario oculto. En este marco, incluso el mandato oculto, revestiría el
carácter de una simulación, que es lícita, en la medida en que el acto simulado
no esté destinado a burlar la ley o a perjudicar a terceros, extremo que, al menos,
no se evidencia en autos y sobre el cual no cabe expedirse en estas actuaciones.
En consecuencia, respecto de terceros, el demandado autor registral en este
caso, en principio ha obrado en el interés que se halla en su cabeza.
Con este alcance pues, se habrán de fijar las conclusiones que a continuación
se extraen de los hechos de la causa.
3) a. Resulta claro de las constancias allegadas que, más allá de si el actor
actúa como mandatario de los señores Rojas, Sterman y Schefini, en lo que
toca a los derechos autorales y de edición, aparece como su titular registral,
sin que obre inscripta cesión alguna de la obra publicada a terceros que pueda
ser invocada por el demandado para excepcionarse de sus obligaciones como
editor.
b. El contrato de edición entre actor y demandado, por lo demás, aparece
debidamente registrado (fs. 68/74).
En la modalidad pactada en el contrato de edición en cuestión, cláusula segunda
(fs.69) resulta que el editor publicaría la citada obra por su cuenta y riesgo dentro
de los 90 días y que pagaría al autor en concepto de derechos una regalía del
diez por ciento (10%) sobre el precio de venta al público de la edición de la citada
obra, con lo cual, el autor debió percibir sus derecho desde que comenzó la
venta. Debe señalarse que, tratándose de un contrato
oneroso, los derechos a recibir una retribución y el deber de pagarla surgen de
la ley de aplicación (art. 40 de la ley 11.723) y que, dado que el precio se ha
fijado en un porcentaje sobre el precio de los libros vendidos, el autor tuvo
derecho a controlar el número de ejemplares publicados y a exigir,
periódicamente, un recuento de los ejemplares en existencia, única manera de
saber la cantidad vendida, por lo que el demandado deberá rendir cuentas de las
regalías con respecto a los ejemplares vendidos que constituyeron la edición de
marras, cuyo precio deberá acreditarse en su momento (conf. Borda, Guillermo,
Tratado de Derecho Civil, Contratos t. II, págs. 209, 217 y sig. y, véase,
reconocimiento del contrato por la editorial a fs. 124).
c. La demandada, según la contestación de fs. 154 no habría pagado suma
alguna en favor del actor por las regalías en cuestión, en consecuencia, el
reclamo de pago habrá de prosperar en su totalidad (véase la rectificación de
demanda de fs. 81).
En cuanto al número de ejemplares, no resulta creíble la información
proporcionada al perito, en el sentido de que, por sucesivas mudanzas, los
legajos donde se hallaban los antecedentes de la obra se extraviaron. En este
marco, tendrá por cierta la existencia de una edición de 12.000 ejemplares, tal
como lo afirmara la actora, extremo que si bien fue controvertido por la editorial,
con una genérica negativa, no fue materia de prueba en contrario, ello, dado
que esa prueba sólo puede emanar de libros y constancias de la propia
demandada y no estuvo en manos de la actora acreditar el extremo. De otro lado,
sin esas constancias y de aceptarse la afirmación de extravío, se autorizaría que
quien, según lo expresado, desconoció ilegítimamente los derechos del
accionante disponga, también, de su derecho de prueba.
Así las cosas, estimo que corresponde estar a los dichos de la actora y tener por
cierto una tirada de 12.000 ejemplares como lo he adelantado.
4) Conforme a lo expresado pues, la demanda habrá de prosperar y la
accionada deberá efectuar pormenorizada rendición de cuentas dentro de los
diez días, poniendo a disposición los libros sobrantes.
En contrario, se considerará vendida la totalidad de la edición, con deducción de
los ejemplares referidos en la cláusula séptima . El precio del ejemplar según lo
dicho se acreditará en debida forma.

Desde la fecha de la mora, en cada caso (trimestral), además, se liquidarán


intereses a la tasa activa que cobra el Banco de la Nación Argentina en sus
operaciones ordinarias de descuento a treinta días vencida.
Así las cosas, fallo: Haciendo lugar a la demanda y condeno a Editorial Planeta
Argentina S.A.I.C. a rendir cuentas a Jesús Néstor Bassi, de la venta de la
edición de 12.000 ejemplares de la obra Así me gusta más Declaración de los
Derechos del Niño y a abonar su producido dentro de los diez días de quedar
firme esta sentencia. Con costas a la demandada. Notifíquese por secretaría a
las partes y a los presentantes de fs. 192. Regístrese y protocolícese. María Elsa
Uzal (Sec.: Gonzalo Ballester).

2ª INSTANCIA. En Buenos Aires, a 27 de junio de mil novecientos noventa y


siete, se reúnen los señores jueces de

Cámara en la Sala de Acuerdos, con asistencia de la señora Prosecretaria


Letrada, para entender en los autos seguidos por: Bassi, Jesús Néstor, contra
Editorial Planeta Argentina Sociedad Anónima Industrial y Comercial sobre
ordinario, en los cuales como consecuencia del sorteo practicado de acuerdo
con lo establecido por el art. 268 del código procesal, resultó que debían votar
en el siguiente orden, doctores: Míguez de Cantore, Peirano y Jarazo
Veiras.
Estudiados los autos la Cámara planteó la siguiente cuestión a resolver: ¿Es
arreglada a derecho la sentencia apelada?

A la cuestión propuesta la señora juez de Cámara doctora Míguez de Cantore,


dijo:

1º. La sentencia de fs. 201/212 hizo lugar a la demanda y condenó a Editorial


Planeta Argentina S.A. a rendir cuentas a Jesús Néstor Bassi, de la venta de la
edición de 12.000 ejemplares de la obra Así me gusta más Declaración de los
Derechos del Niño y a abonar su producido, con más los intereses y las costas
del juicio.
2º. Contra dicho decisorio se alzó el demandado a fs. 226/229, que mereció la
réplica de la contraria de fs. 230/231.
3º. Los agravios están acotados a la falta de legitimación activa.
4º. Jesús Bassi suscribió en representación de los autores Sterman, Rojas y
Scheffini de acuerdo a la autorización otorgada por instrumento glosado a fs.
15/16, el contrato de edición de fs. 12/14, registrado en el Registro Nacional de
los derechos de autor.

Ello importó, sostiene la demandada, el otorgamiento de un poder especial para


ese específico acto, no pudiendo hacerse extensiva a otros análogos (arts. 1884
y 1888 del cód. civil). En consecuencia, el mandato conferido no dio atribución al
demandante para reclamar el cobro de las regalías convenidas judicial ni
extrajudicialmente. El certificado del depósito legal de la obra en el Registro
Nacional de la Propiedad Intelectual es el título que garantiza el ejercicio de los
derechos de autor a favor de quien ha sido otorgado y corresponde, en principio
reconocerlo en justicia. Ello, especialmente ante la excepcional circunstancia que
acontece en el sub judice, en que los reales autores intelectuales, aunque no han
sido parte en este proceso, ratificaron a fs. 192 la actuación de Bassi
demandando la percepción de los derechos de autor. Por ello propicio confirmar
lo decidido con base en los fundamentos expresados en el considerando 4º del
fallo recurrido, a los que me remito y doy por reproducidos.
Agráviase además de la omisión de considerar el impedimento del acci onante
para actuar sea en nombre propio o de los reales autores intelectuales de la
historieta, por no reunir ninguno de los requisitos establecidos por el art. 1º
y concordantes de la ley 10.996, por lo que, aun si por vía de hipótesis, se
considerara que ha obrado con mandato suficiente, hubiera debido sustituirlo en
persona con incumbencia profesional para ello, lo que no se ha cumplido.
Corresponde desestimar este aspecto de la queja, toda vez que no ha sido
planteada como excepción de previo y especial pronunciamiento la falta de
personería en el demandante en la oportunidad prevista por el art. 347, inc. 2º
del cód. procesal. Por todo ello, propicio al acuerdo desestimar el recurso
deducido por la demandada y confirmar la sentencia recurrida, con imposición
a su cargo de las costas de la alzada en su condición de parte vencida (art. 68
del cód. proc.). Por análogas razones los señores jueces de Cámara doctores
Peirano y Jarazo Veiras adhirieron al voto precedente.
Y Vistos: Por los fundamentos del Acuerdo precedente se resuelve: confirmar
la sentencia apelada de fs. 201/212.
Con costas. Manuel Jarazo Veiras. Julio J. Peirano. Isabel Míguez de Cantore
(Prosec.: Susana M. I. Polotto).

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