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INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN EN EL NUEVO CGP

Ulises Canosa Suárez*

Introducción

El tiempo es un elemento común en la prescripción, que en la usucapión permite


la adquisición de los derechos reales a través de actos posesorios y en la
liberatoria extingue las acciones por la conducta pasiva del titular. En la
prescripción, que reconoce el efecto del paso del tiempo en los derechos que no
se ejercitan, se presenta un efecto correlativo en virtud del cual cuando un
derecho se adquiere por prescripción por una persona, se extingue paralelamente
para otra.

La organización del Libro XLI del Código Civil y la definición unificada del artículo
2512 muestran que el legislador colombiano siguió la concepción unitaria de la
prescripción, para regularla armónica y sucesivamente en sus dos vertientes, esto
es, como forma de adquisición y de pérdida de derechos.

1. Justificación de la prescripción extintiva

Los derechos, si no se reclaman oportunamente, también “envejecen y mueren”.


“Como patéticamente lo hace resaltar Giorgi: un derecho que no se manifiesta…
por la inactividad del acreedor, es un derecho que falta a su finalidad y equivale
para la humana justicia, a un derecho que no ha existido: lo cubre el olvido y lo
sepulta el silencio de los años”1.

Sin una justificación la prescripción extintiva podría ser exhibida como una
institución contraria a la efectividad de los derechos reconocidos en la ley
sustancial, de expropiación, expoliación o despojo para el acreedor y de patrocinio
al incumplimiento del deudor, en la medida que el transcurso del tiempo por sí solo
no sirve de fundamento a la prescripción liberatoria. “…Como decía Vico, tempus
non es modus constituendi vel disolvedi juris”. Sería en efecto arbitrario admitir la
posibilidad de que el tiempo pueda, por su sola virtud, poner término al derecho
que, en su esencia, se nos revela como imperecedero. Y porque el derecho
perdura, aunque no se le ejercite, la inactividad de su titular no podría perjudicarlo,
mientras un factor externo o imposición legal no lo impela a la acción”2.

De ahí el esfuerzo para justificar la prescripción extintiva o liberatoria: la


transitoriedad de los derechos o carácter temporal de las relaciones jurídicas, que

*
Abogado de la Universidad Libre de Colombia. Miembro y Secretario General del Instituto Colombiano de Derecho
Procesal. Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal. Miembro de la Academia Colombiana de
Jurisprudencia y del Colegio de Abogados Comercialistas. Candidato a magíster en Derechos Humanos en la Universidad
Alfonso X El Sabio de España y a Doctor en Derecho en la Universidad Libre de Colombia. Profesor de derecho procesal
civil y probatorio. Miembro de la Comisión Redactora y Revisora del CGP. Para el autor es un privilegio participar en la
publicación que realiza el ICDP en homenaje al maestro de todos Jairo Parra Quijano. Este análisis complementa la
ponencia publicada en las memorias del XXVI Congreso Colombiano de Derecho Procesal del año 2005, considerando las
novedades del CGP o Ley 1564 de 2012.
1
ARAGAÑARAS, Manuel J, “La Prescripción Extintiva”, Tipográfica Editora Argentina Tea, Buenos Aires 1966, p. 8.
2
Ibídem, pp. 6 y 7.

1
condiciona la tutela legal al ejercicio oportuno por parte de su titular; la renuncia
tácita o abandono del titular que no ejercita su derecho; la necesidad de apremio o
exigencia del legislador para que, por motivos de orden público, los derechos se
reclamen en los plazos fijados en la ley en pro de la claridad, certeza y seguridad
de las relaciones jurídicas; la sanción al titular de un derecho por su inactividad; la
necesidad de despejar dudas e incertidumbres y, paralelamente, evitar pleitos,
mediante una solución práctica para situaciones litigiosas cuya resolución se
dificulta por lo complicado de reconstruir la verdad después de cierto tiempo,
circunstancia que recomienda presumir la extinción y utilizar la prescripción como
prueba; la presunción de legitimidad del estado de cosas que se ha prolongado
durante el tiempo; la justa medida entre dos intereses: el de la justicia absoluta, que
quiere dar a cada uno lo suyo y el del orden que procura no discutir una situación
que se ha extendido en el tiempo; y, finalmente, la necesidad de saneamiento de
situaciones jurídicas confusas a favor del prescribiente.

Todas estas justificaciones coinciden en resaltar el apremio para que las


situaciones pendientes sean definidas con prontitud y la inexistencia de protección
indefinida al titular de un derecho subjetivo que no lo ejercita3. Con el paso del
tiempo una situación que podría calificarse de “antijurídica” se torna “jurídica”, por
razones prácticas4. Decía Carnelutti sobre la prescripción, según cita de Fernando
Hinestrosa: es “una especie de milagro por el cual el derecho se convierte en no
derecho y viceversa”5.

La prescripción es una respuesta práctica del derecho a una exigencia social, “al
cabo de cierto tiempo, no es oportuno poner en discusión el statu quo: quieta non
movere”6. Por razones de seguridad y certeza jurídica nadie debe estar
indefinidamente a la espera de un reclamo. Hoy, cuando más que en cualquier
otra época se propugna por la efectividad de los derechos reconocidos por la ley
sustancial7, se sigue reconociendo la institución de la prescripción como necesaria
o indispensable, por su utilidad práctica, social, jurídica y económica. La
prescripción extintiva o liberatoria confiere certeza y seguridad, que son
indispensables para la paz8.

“La prescripción extintiva -enseña José Puig Brutau- tiene su fundamento en la


necesidad de poner término a las situaciones de incertidumbre en el ejercicio de

3
Cfr. HINESTROSA, Fernando, “Tratado de las obligaciones”, Tomo I, Tercera Edición, Ed. Universidad Externado de
Colombia, Bogotá D.C, 2013, p. 835.
4
No obstante, “En la práctica –escriben Planiol y Ripert- los pocos casos en que la prescripción produce resultados
chocantes no pueden compararse con los infinitos casos en que viene a consolidar y a proteger situaciones regulares y
perfectamente justas”. PLANIOL, Marcel, y RIPERT, Georges, “Tratado Práctico de Derecho Civil Francés. La obligaciones”,
Tomo Séptimo, Cultural S.A., Habana, 1936, p. 661.
5
HINESTROSA, Fernando, “La Prescripción Extintiva”, Primera Edición, Ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá,
año 2000, p. 14.
6
Ibídem, p.15, cita a de A Campitelli.
7
La premisa de la efectividad de los derechos sustanciales tiene incluso ahora una importancia Constitucional. La
constitución Política de 1991 establece en su artículo 58 (relativo al derecho a la propiedad) que se reconoce la efectividad
de los derechos reconocidos en las leyes sustanciales, y el artículo 229 (relativo al derecho al acceso a la administración de
justicia) prescribe que debe prevalecer el derecho sustancial sobre las formas procesales.
8
Enneccerus-Nipperdey en el tratado de derecho civil expone que la prescripción sirve a la seguridad general y a la paz
jurídica, que exigen que se ponga un límite a las pretensiones jurídicas envejecidas. Citado en: ARAGAÑARAS, Manuel J,
Óp. Cit, pp. 7 y 8.

2
los derechos y en la presunción de abandono por parte de su titular. La
inactividad, silencio o falta de ejercicio del derecho constituye el fundamento de la
prescripción extintiva por ser contrario al interés social una prolongada situación
de incertidumbre jurídica”9.

Rastreando la historia se encuentra que este reconocimiento del efecto del paso
del tiempo en los derechos que no se ejercitan se logró a partir del derecho
romano de Teodosio II y Justiniano. De la perpetuidad de los derechos, se pasó a
la temporalidad, a la prescriptibilidad10.

En las legislaciones del mundo los términos de prescripción se vienen reduciendo.


En la exposición de motivos de la ley 50 de 1936, que redujo las prescripciones
treintenarias a 20 años, se dijo: “Esta fijación viene de las épocas en que primaba
un concepto absolutamente individualista de la propiedad. Son las mismas épocas
en que ese concepto imponía la defensa del dominio contra los riesgos de la
noticia lenta, incierta y aleatoria… Partía el dueño del latifundio a navegar por
mares desconocidos, a guerrear en lejanas tierras o a conquistar países nuevos;
caía prisionero de piratas o de ejércitos vencedores, y vivía años tras años en
servidumbre o sepultado en algún calabozo o atado a una galera. Algún emisario
llevaba o traía las noticias en recado verbal o llevaba o traía el pergamino escrito
con graves dificultades y en largo tiempo, y en el cual, por las costumbres de la
época, apenas daba lugar a la información importante de la necesidad de
extenderse ceremoniosamente en saludos y cortesías. El viaje de buque de vela
fue siempre incierto; el viaje a través de la tierra estuvo siempre amenazado de mil
maneras, haciéndolo contingente la fatiga de las bestias, el asalto de las bandas
de forajidos, la voluntad de los amos de todas partes y el perpetuo guerrear de los
hombres. Hoy sucede cosa distinta: el vapor, el correo preciso, el cable, el
telégrafo, el teléfono y el inalámbrico; la velocidad eficaz del avión, del automóvil y
del ferrocarril, han eliminado las distancias y modificado en absoluto la antigua
noción de viaje personal y de la transmisión de noticias”11.

Con la Ley 791 de 2002 se avanzó al disminuir los términos de prescripción de 20


a 10 años, aunque, como lo explica Hernán Fabio López Blanco, lastimosamente
se perdió la oportunidad de eliminar la posibilidad de intentar la acción ordinaria,
por 5 años más, una vez prescrita la ejecutiva12.

Hoy los términos de prescripción deberían estar entre los tres (3) y los cinco (5)
años considerando la transformación de la vida en sociedad caracterizada por el
contacto, la integración, la desaparición de límites y fronteras, la penetración de
los medios de comunicación y la revolución tecnológica con el Internet que
disminuye tiempos y acorta distancias convirtiendo el extenso mundo en una aldea
planetaria, en un teatro cosmopolita donde los seres humanos viven tan próximos,
9
PUIG BRUTAU, José, “Caducidad, Prescripción Extintiva y Usucapión”, Primera Edición, Bosch Casa Editorial S.A.,
Barcelona, 1988, pp. 26 y 27.
10
A pesar que se habla de prescripción de la acción, técnicamente la prescripción extintiva o liberatoria afecta la pretensión.
11
Anales de la Cámara de Representantes, páginas 745 y siguientes.
12
LÓPEZ BLANCO, Hernán Fabio, “La reforma al régimen de prescripción”, Primera Edición, Universidad Externado de
Colombia, Bogotá, 2003 pp. 88 y 89.

3
presentes física y virtualmente, que comienzan a difuminarse hasta las diferencias
culturales.

2. Interrupción de la prescripción extintiva

Si la prescripción supone la falta de ejercicio del derecho durante cierto tiempo por
parte de su titular, la interrupción se presenta cuando por una conducta del deudor
o del acreedor es posible concluir que el derecho continúa vigente13. La
interrupción de la prescripción trae como consecuencia que el tiempo transcurrido
se borre para iniciarse un nuevo periodo prescriptivo. La interrupción debe ser
anterior a la expiración del plazo de prescripción14, toda vez que solo se
interrumpen las prescripciones en curso, no las ya consumadas.

2.1. Formas tradicionales de interrupción de la prescripción

El artículo 2539 del Código Civil establece: “La prescripción que extingue las
acciones ajenas, puede interrumpirse, ya natural, ya civilmente”.

Son dos causas tradicionales, al tenor del Código Civil, las que interrumpen la
prescripción: una proviene del deudor, que es el reconocimiento de la obligación;
otra procede del acreedor: la demanda judicial15.

Agrega el segundo inciso del artículo 2539: “Se interrumpe naturalmente por el
hecho de reconocer el deudor la obligación, ya expresa, ya tácitamente”.

Se interrumpe naturalmente la prescripción cuando el deudor reconoce la


obligación, comportamiento que tiene la connotación de renuncia del deudor a
invocar a su favor el plazo transcurrido. Este reconocimiento puede ser expreso o
tácito, verbal o escrito y puede consistir en cualquier comportamiento que implique
la aceptación, el reconocimiento o la confesión de la existencia del derecho del
acreedor, como realizar abonos a capital o intereses, solicitar una quita, espera o
prórroga o negociar con el acreedor fórmulas de solución, transacción o
novación16.

En la medida que el reconocimiento no es un acto sujeto a solemnidad, no


requiere prueba documental ad substantiam actus (artículo 256 CGP), ni siquiera
cuando se refiere a derechos incorporados en títulos valores o a contratos

13
Cfr. HINESTROSA, Fernando, Óp. Cit, p. 855.
14
Cfr. ARAGAÑARAS, Manuel J, Óp. Cit, p. 99.
15
Algunos doctrinantes afirman que la calificación de “interrupción natural” debe reservarse para la prescripción adquisitiva.
Las dos formas de interrupción de la prescripción extintiva son civiles, una proviene del acreedor y otra del deudor. Cfr.
JOSSERAND Louis, “Teoría de las obligaciones”, Derecho Civil, Tomo II, Volumen I, Ed. Ediciones Jurídicas Europa –
América Bosch y Cía, Buenos Aires, 1951, p. 752. En el mismo sentido: Cfr. MAZEAUD, Hermanos, “Lecciones de Derecho
Civil”, Parte Segunda. Volumen III, Ed. Ediciones Jurídicas Europa – América Bosch y Cía, Buenos Aires, 1965, p. 419.
16
Arturo Alessandri Rodríguez dice: “Hay un reconocimiento expreso cuando el deudor, en términos formales y explícitos,
manifiesta reconocer la obligación. Hay un reconocimiento tácito cuando el deudor ejecuta cualquier acto que revele en él la
intención de reconocer al acreedor su derecho, como si pide plazo, si da garantía, etc. En cualquier forma que el
reconocimiento se haga, sea por escrito, sea verbalmente, en virtud de la convención, etc., es siempre válido, porque la ley
no lo ha sometido a formalidades especiales”. Derecho Civil, Teoría de las obligaciones, Ed. Librería del Profesional, Bogotá
1983, p. 482.

4
solemnes. La interrupción natural de la prescripción extintiva, en todos los casos,
independientemente de su naturaleza o cuantía, puede acreditarse por cualquiera
de los medios de prueba contemplados en el CGP.

Presentada y notificada en tiempo la demanda se interrumpe civilmente la


prescripción, en los términos de los artículos 2539 del Código Civil y 94 del CGP.
La prescripción se entenderá interrumpida a partir de la presentación de la
demanda siempre y cuando el demandante notifique al demandado el auto
admisorio del declarativo, el requerimiento del monitorio o el mandamiento del
ejecutivo, dentro del año siguiente.

Si son varios demandados en litisconsorcio facultativo, los efectos de interrupción


de la prescripción se surtirán para cada litisconsorte de manera separada, pero si
el litisconsorcio es necesario será indispensable la notificación oportuna a todos
ellos17.

No se presentan inquietudes cuando el litisconsorcio pasivo se integra antes de la


ejecutoria el auto admisorio, pero cuando el contradictorio se integra después, por
ejemplo antes de proferirse el fallo de primera instancia18, surge la duda si la
prescripción solo se interrumpe desde la notificación del auto que vinculó al
proceso al litisconsorte ausente.

Estimamos que el auto que ordena vincular a un litisconsorte necesario, incluida la


eventualidad en la cual el juez de segunda instancia declara la nulidad de la
sentencia del ad quo por no estar debidamente integrado el contradictorio y
ordena integrarlo previo a volver a fallar19, se asimila al auto admisorio de la
demanda, pues en estas hipótesis el juez decide poner en conocimiento a todos
los litisconsortes necesarios pasivos de la demanda para que ejerzan su derecho
de defensa. Así, si el demandante notifica al litisconsorte necesario ausente dentro
del año siguiente a la providencia que dispone citarlo, la prescripción se continuará
entendiendo interrumpida a partir de la presentación de la demanda inicial.

2.2. Nueva forma de interrupción de la prescripción en el CGP

El último inciso del artículo 94 del CGP contempla una nueva forma de
interrupción de la prescripción en los siguientes términos: “El término de
prescripción también se interrumpe por el requerimiento escrito realizado al deudor

17
Cfr. Inciso 4. Artículo 94 CGP.
18
Inciso 2, Art. 61, CGP: “(…) En caso de no haberse ordenado el traslado al admitirse la demanda, el juez dispondrá la
citación de las mencionadas personas, de oficio o a petición de parte, mientras no se haya dictado sentencia de primera
instancia, y concederá a los citados el mismo término para que comparezcan. El proceso se suspenderá durante dicho
término (…)”.
19
Inciso 5, Art. 325, CGP: “El superior devolverá el expediente si encuentra que el juez de primera instancia omitió
pronunciarse sobre la demanda de reconvención o sobre un proceso acumulado. Así mismo, si advierte que se configuró
una causal de nulidad, procederá en la forma prevista en el artículo 137” (Subrayas fuera del texto); Último inciso, Art. 134,
CGP: “(…) La nulidad por indebida representación o emplazamiento sólo beneficiará a quien la hay invocado. Cuando exista
litisconsorcio necesario y se hubiere proferido sentencia, ésta se anulará y se integrará el contradictorio”.

5
directamente por el acreedor. Este requerimiento solo podrá hacerse por una
vez”20.

Varios aspectos de esta nueva alternativa de interrupción merecen atención


especial:

a) ¿El requerimiento posee alguna formalidad? La norma solo dispone que debe
ser escrito, lo que incluye el físico y el electrónico, por la equivalencia funcional
contemplada en la ley 527 de 1999, además de lo previsto en el artículo 243 del
CGP.

Los artículos 244 y 247 del CGP disponen que todos los documentos,
independientemente de su carácter o naturaleza, incluso aportados en copia o en
simple impresión en papel si se trata de un mensaje de datos, deben presumirse
auténticos, presunción que puede ser desvirtuada mediante tacha o
desconocimiento, al tenor de lo previsto en los artículo 269 y siguientes del mismo
código.

De esta manera el requerimiento del acreedor para interrumpir la prescripción


debe constar en un escrito enviado al deudor, que no tiene fórmulas
sacramentales, ni exigencias literales especiales distintas a las de constituir un
aviso, amonestación, intimación, petición, solicitud o exhorto para el cumplimiento
de la prestación, respecto del cual no se deben exigir, ni cumplir formalidades
innecesarias (artículo 11 CGP).

b. ¿En qué momento debe realizarse el requerimiento? Antes de expire el término


de prescripción inicial. El requerimiento extemporáneo, vencido el término de
prescripción inicial, no revive, ni hace renacer el derecho.

El propósito del legislador fue ampliar el término de prescripción de la obligación


en otro tanto para evitar que el acreedor se apresure a demandar a su deudor con
el fin de impedir que se consume la prescripción. Con la nueva norma el acreedor
podrá esperar a que la situación económica del deudor mejore y ahí sí, de persistir
el incumplimiento, optar por la opción judicial. El deudor por su parte, si bien
estará expuesto por un tiempo mayor a ser demandado, se beneficia cuando el
acreedor no judicializa su pretensión de pago en el término inicial, opción que
suele incrementar las sumas a cargo del deudor por costas. Por otra parte, al
correr el nuevo término naturalmente disminuyen las posibilidades de
judicialización futura si la situación del deudor se mantiene intacta.

Aunque en principio no es necesario acreditar que el requerimiento fue recibido


por el deudor, puede ser conveniente para el acreedor contar con dicha prueba
para el caso que se discuta el envío, su fecha o el recibo por parte del deudor.

20
Es una norma similar a la del artículo 489 del Código Sustantivo del Trabajo que dispone: “Interrupción de la prescripción.
El simple reclamo escrito del trabajador, recibido por el patrono acerca de un derecho debidamente determinado interrumpe
la prescripción por una sola vez, la cual principia a contarse de nuevo a partir del reclamo y por un lapso igual al señalado
para la prescripción correspondiente”.

6
c. ¿Cuántas veces es posible interrumpir la prescripción extintiva con el
requerimiento escrito? Como el último inciso del artículo 94 establece que “Este
requerimiento solo podrá hacerse por una vez”, el acreedor no puede enviar varios
requerimientos con este específico propósito, aunque sí podrá remitir varias cartas
de cobro o requerimientos con propósitos distintos en la medida que la ley no lo
prohíbe, por ejemplo para recordar el pago o amonestar e invitar a cumplir.

Si el acreedor envía un solo requerimiento durante el término inicial de


prescripción, pues ese será el que cumpla los fines de la norma. Si el acreedor
envía varios y no deja expresa constancia de cuál de todos ellos remitió para los
fines de la disposición, debe ser el último enviado al deudor dentro del término
inicial, porque se trata de interrumpir un término que aún está corriendo, no de
despojar al acreedor del término inicial con el que ya contaba y, además, porque el
propósito de la nueva norma es el de conceder al acreedor la alternativa de
ampliar el término en otro tanto con el fin de evitar que se vea compelido a
demandar.

Con el requerimiento el acreedor ejercita su derecho, no lo abandona,


circunstancia que, por lo visto en la primera parte, justifica la protección o
reconocimiento de su derecho mediante la ampliación del término, además de
contribuir a la descongestión judicial al proscribir demandas innecesarias.

d. ¿Por quién debe hacerse este requerimiento escrito? Directamente por el


acreedor o por las personas por él autorizadas, como sus mandatarios o
representantes,

e. ¿A quién debe hacerse este requerimiento escrito? Al deudor. Sin embargo, es


necesario tener presente que si existen obligaciones solidarias o indivisibles, el
requerimiento a uno de los codeudores o formulado por uno de los coacreedores,
interrumpirá la prescripción también respecto de todos los demás. Al respecto, el
artículo 2540 del Código Civil establece que: “La interrupción que obra a favor de
uno o varios coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio de
uno o varios codeudores, perjudica a los otros, a menos que haya solidaridad, y no
se haya esta renunciado en los términos del artículo 1573, o que la obligación sea
indivisible”. En relación con los títulos valores habrá de tenerse en cuenta lo
dispuesto en el artículo 792 del C. de Co.

2.3. Efectos de la interrupción de la prescripción

Dice el inciso final del artículo 2536 que “una vez interrumpida o renunciada una
prescripción comenzará a contarse nuevamente el respectivo término”21. La

21
El texto original del artículo 2539 del Código Civil decía sobre la prescripción extintiva, que "Se interrumpe civilmente por
la demanda judicial; salvo los casos enumerados en el artículo 2524". El artículo 2524 del Código Civil, derogado por el 698
del Código de Procedimiento Civil, disponía que “Se entenderá no haber sido interrumpida la prescripción, si el demandante
“cesó en la persecución por más de tres años”.

7
aplicación de esta norma a la interrupción natural no presenta mayor complicación;
en cambio, un análisis especial merece el efecto de la interrupción civil.

En efecto, en la natural, que puede presentarse tantas veces como el deudor


reconozca el derecho de su acreedor, se producen dos efectos capitales: El uno
mira al pasado, al tener por no sucedido el tiempo transcurrido; el otro mira al
futuro, por ser el acto interruptivo el punto de partida de un nuevo período
prescriptivo, que será igual al inicial22, salvo los casos de novación que se
gobiernan por el plazo previsto en la ley para la nueva obligación, o el caso de
entrega de títulos valores de contenido crediticio como pago de una obligación
anterior, que deberán sujetarse a lo previsto en el artículo 882 del Código de
Comercio.

Sobre los efectos de la interrupción civil han surgido varias teorías. Algunos
autores afirman, con razón, que la duración de la interrupción varía según la
naturaleza y prolongación del acto interruptivo. “Cuando es una demanda judicial,
la interrupción de la prescripción se mantiene mientras dure la instancia del
juicio… Y ello es así, porque los diversos actos procesales que se sucedan en la
instancia son otros tantos actos demostrativos de la perseverante voluntad de
mantener vivo el derecho por parte del accionante”23.

Es lo dicho por la Sala de Casación Civil de la Corte en el sentido que la


posibilidad de iniciar nuevamente y de inmediato el cómputo del término extintivo,
prevista en el inciso final del artículo 2536 de Código Civil, no aplica cuando se
trata de interrupción civil, evento en el cual son definitivos los efectos de la
interrupción dentro del proceso en el cual ocurren, hasta su terminación24.

Estamos de acuerdo en que mientras el demandante esté impulsando el proceso o


se encuentre pendiente una actuación del juez, no debe empezar a correr otra vez
la prescripción extintiva, porque los actos procesales del demandante mantienen
vigente el derecho y la demora en el servicio de justicia no debe perjudicar al
actor, ni beneficiar al deudor. Pero cuando el demandante abandona el proceso,
incurriendo en un injustificado letargo o inactividad, no es razonable que el plazo
de prescripción permanezca interrumpido indefinidamente, tornando la obligación
irredimible, situación que resulta odiosa en cualquier legislación25.

22
Lo mismo sucede en las prescripciones de corto tiempo, a voces del artículo 2544 del Código Civil, que al regular las dos
formas de interrupción aclara que “En ambos casos se volverá a contar el mismo término de prescripción”.
23
ARAGANARAS, Manuel J, Ob. Cit, p. 122 y 123. Agrega este autor citando a Laurent: “esta prolongación del efecto
interruptivo causado por la demanda, no está expresada en la ley; y habría sido inútil que lo estuviera, pues el principio
resulta de la naturaleza misma de esta causal de interrupción. La prescripción ha quedado interrumpida pues se funda en la
inacción, y no puede continuar corriendo si hay acción en movimiento; actividad esta que se encuentra revelada por cada
acto procesal destinado a instar el curso del juicio; de ahí que la prescripción interrumpida por la demanda no pueda correr
de nuevo mientras dure la instancia”.
24
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia de tutela del 13 de junio de 2017, M.P: Margarita Cabello
Blanco, Exp: STC8318-2017. En el mismo sentido sentencia del 9 de septiembre de 2013 y Corte Constitucional, sentencia
T- 281 de 2015, M.P: Martha Victoria Sáchica Méndez.
25
Se han presentado dudas sobre la vigencia de la regla según la cual “no habrá en Colombia obligaciones irredimibles”,
que estaba contenida en el artículo 37 de la Constitución Nacional de 1886. Era su artículo 52 el que incorporaba la
disposición al Título III del Código Civil y no fue reproducida en la Carta Política de 1991.

8
Precisamente para que estos efectos paralizadores de la interrupción civil de la
prescripción extintiva no se extiendan en el tiempo perpetuamente, a diferencia de
lo que ocurría en el sistema del CPC y del Código Judicial, donde la perención no
alcanzaba los procesos ejecutivos, sino únicamente para el levantamiento de
cautelas, el nuevo CGP dispuso en el artículo 317 sobre desistimiento tácito que si
el proceso de cualquier naturaleza –declarativo o ejecutivo-, en cualquiera de sus
etapas, permanece inactivo en la secretaría del despacho, porque no se solicita o
realiza ninguna actuación durante el plazo de un año en primera o única instancia,
a petición de parte o de oficio, se decretará la terminación por desistimiento tácito
sin necesidad de requerimiento previo, término que se amplió a dos años si el
proceso cuenta con sentencia ejecutoriada a favor del demandante o auto que
ordena seguir adelante la ejecución. Cualquier actuación, de oficio o a petición de
parte, interrumpe los términos para la declaratoria del desistimiento tácito.

Cuando se declara el desistimiento tácito en un proceso que cuenta con sentencia


o auto que ordena seguir adelante con la ejecución, algún sector de la doctrina
considera que no se afecta la cosa juzgada, en la medida que simplemente se
pretende ponerle fin a trámites inconclusos por la desidia o renuencia de las
partes26. En cualquier caso, lo cierto es que serán ineficaces todos los efectos
sobre la interrupción de la prescripción que se hayan producido con la
presentación y la notificación de la demanda que dio origen al proceso cuya
terminación se decreta por desistimiento tácito.

El primer decreto de desistimiento tácito no impedirá que se presente nuevamente


la demanda transcurridos seis meses contados desde la ejecutoria de la
providencia que así lo haya dispuesto o desde la notificación del auto de
obedecimiento de lo resuelto por el superior. Si el desistimiento tácito es decretado
por segunda vez entre las mismas partes y en ejercicio de las mismas
pretensiones, se extinguirá el derecho pretendido. Se afirma que esta declaratoria
de extinción del derecho se puede asimilar a una sentencia absolutoria que
autoriza al demandado a proponer la excepción de cosa juzgada en caso que se le
volviera a demandar27.

El artículo 95 del CGP establece los casos en los que, aun cuando se haya
presentado y notificado la demanda en tiempo, no se considerará interrumpida la
prescripción, entre ellos cuando el proceso termine por: a) desistimiento; b)
inexistencia del demandante o demandado, o incapacidad o indebida
representación; o por no haberse presentado prueba de la calidad en que actúe el
demandante o se cite al demandado o por pleito pendiente; c) sentencia
absolutoria; d) cláusula compromisoria o compromiso; e) nulidad que comprenda
la notificación del auto admisorio; f) desistimiento tácito; g) inasistencia
injustificada de las partes a la audiencia inicial.

26
Cfr. COLMENARES URIBE, Carlos Alberto, “Formas anormales de terminación del proceso”, en: Código General del
Proceso Comentado, Instituto Colombiano de Derecho Procesal, Bogotá, 2014, (pp. 324-334), p. 333.
27
Cfr. LÓPEZ BLANCO, Hernán Fabio, “El desistimiento tácito contemplado en el inciso 2 del artículo 317 del Código
General del Proceso”, ponencia presentada para el XXXVI Congreso del Instituto Colombiano de Derecho Procesal, Instituto
Colombiano de Derecho Procesal, Pereira, Colombia, 2015, (pp. 293-301), p. 300.

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