#4 ¿Qué pues haré con Jesús llamado el cristo? El tribunal de Pilato • Mateo 27:1,2 “Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, Del tribunal de el gobernador.” Anás y Caifás a “… Pero estos funcionarios judíos no querían entrar en el tribunal romano. Según su ley Pilato ceremonial, ello los habría contaminado y les habría impedido tomar parte en la fiesta de la Pascua. En su ceguera, no veían que el odio homicida había contaminado sus corazones. No veían que Cristo era el verdadero Cordero pascual, y que, por haberle rechazado, para ellos la gran fiesta había perdido su significado.” (DTG, 685). Mateo 15:8-11 “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas”. Jesús llamó a la multitud y dijo: —Escuchen y entiendan. Lo que contamina a una persona no es lo que entra en la boca, sino lo que sale de ella.” Jesús ¿Qué cosas pueden perder el significado espiritual enseño… en nuestra vida como Adventista del Séptimo Día? La comunión con Dios, la observancia del sábado, el santo matrimonio, el inminente regreso de Jesús, la obra misionera, tu fidelidad en devolver tus diezmos y ofrendas, la hospitalidad, el servicio abnegado. Quizá hayan otras cosas que ya no sean relevantes para tu vida espiritual. Pilato miró a los hombres que custodiaban a Jesús, y luego su mirada descansó escrutadoramente en Jesús. Había tenido que tratar con toda clase de Pilato es criminales; pero nunca antes había comparecido ante él un hombre que llevase rasgos de tanta impresionado bondad y nobleza. En su cara no vio vestigios de culpabilidad, ni expresión de temor, ni audacia o por Jesús desafío. Vio a un hombre de porte sereno y digno, cuyo semblante no llevaba los estigmas de un criminal, sino la firma del cielo. (DTG, 686)
Desafío: pedir a Dios que podamos llevar en
nuestra vida la firma del cielo. El carácter manso y humilde de Jesús. • Mateo 27:11 “Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.”
Pilato es La apariencia de Jesús hizo una impresión favorable en
Pilato. impresionado La actitud de Jesús asombraba a Pilato. Se preguntaba: ¿Es indiferente este hombre a lo que está sucediendo por Jesús porque no se interesa en salvar su vida? Al ver a Jesús soportar los insultos y las burlas sin responder, sentía que no podía ser tan injusto como los clamorosos sacerdotes. Esperando obtener de él la verdad y escapar al tumulto de la muchedumbre, Pilato llevó a Jesús aparte y le volvió a preguntar: “¿Eres tú el Rey de los Judíos?” (DTG, 688) Pilato es impresionado por Jesús • Jesús no respondió directamente a esta pregunta. Sabía que el Espíritu Santo estaba contendiendo con Pilato, y le dio oportunidad de reconocer su convicción. “¿Dices tú esto de ti mismo—preguntó,—o te lo han dicho otros de mí?” Es decir, ¿eran las acusaciones de los sacerdotes, o un deseo de recibir luz de Cristo lo que motivaba la pregunta de Pilato? Pilato comprendió lo que quería decir Cristo; pero un sentimiento de orgullo se irguió en su corazón. No quiso reconocer la convicción que se apoderaba de él. “¿Soy yo Judío?—dijo.—Tu gente, y los pontífices, te han entregado a mí: ¿qué has hecho?” (DTG, 689) • El error más grande de las personas es cerrar el corazón a la influencia del Espíritu Santo. Es él el que pone el sello celestial. • Efesios 4:30 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” Jesús habló a Pilato de su reino • Juan 18:36 “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.” La misión de Jesús no son los reinos de este mundo. Sino el reino de los cielos. Mateo 4:9 “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” El enemigo de Dios, esta interesado en los reinos de este mundo. Pero todo eso es pasajero. Lo más importante es el reino de Dios. Por eso Jesús enseño: (Mateo 6:33) Pilato quiso saber la verdad • Juan 18:37,38 “Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. Juan 8:32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” ¿Por qué se perdió Pilato? Tuvo la oportunidad de aceptar la verdad para ser salvo. Y se fue, no le dio la oportunidad a Jesús, quien es “la verdad”. Pilato perdió su única oportunidad de conocer la verdad • Pilato deseaba conocer la verdad. Su espíritu estaba confuso. Escuchó ávidamente las palabras del Salvador, y su corazón fue conmovido por un gran anhelo de saber lo que era realmente la verdad y cómo podía obtenerla. “¿Qué cosa es verdad?” preguntó. Pero no esperó la respuesta. El tumulto del exterior le hizo recordar los intereses del momento; porque los sacerdotes estaban pidiendo con clamores una decisión inmediata. Saliendo a los judíos, declaró enfáticamente: “Yo no hallo en él ningún crimen.” (2 Tes 2:10) • Muchas veces nos sucede igual que a Pilato. Buscamos respuesta de Dios para los problemas de nuestra vida, sin embargo no somos pacientes, para esperar del Señor la respuestas. No prestamos atención a su Palabra, corremos tras las preocupaciones de esta vida, y no percibimos la voluntad de Dios. Conclusión Mateo 27:22,23 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! Juan 19:15 “Pero ellos gritaron: —¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! Pilato les preguntó: —¿Acaso voy a crucificar a su rey? Y los jefes de los sacerdotes le contestaron: —¡Nosotros no tenemos más rey que el emperador!” Esta decisión definió la historia de este mundo. A unos para perdición eterna y a otros para salvación eterna. Esta es la pregunta mas importante en la vida de una persona. Que hacer con Enmanuel. Lo aceptaremos o, lo rechazaremos. Conclusión: Consecuencias eternas Cuando Cristo vuelva a la tierra, los hombres no le verán como preso rodeado por una turba. Le verán como Rey del cielo. Cristo volverá en su gloria, en la gloria de su Padre y en la gloria de los santos ángeles. Miríadas y miríadas, y miles de miles de ángeles, hermosos y triunfantes hijos de Dios que poseen una belleza y gloria superiores a todo lo que conocemos, le escoltarán en su regreso. Entonces se sentará sobre el trono de su gloria y delante de él se congregarán todas las naciones. Entonces todo ojo le verá y también los que le traspasaron. En lugar de una corona de espinas, llevará una corona de gloria, una corona dentro de otra corona. En lugar de aquel viejo manto de grana, llevará un vestido del blanco más puro, “tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.” Y en su vestidura y en su muslo estará escrito un nombre: “Rey de reyes y Señor de señores.” Conclusión: consecuencias eternas • Los que le escarnecieron e hirieron estarán allí. Los sacerdotes y príncipes contemplarán de nuevo la escena del pretorio. Cada circunstancia se les presentará como escrita en letras de fuego. Entonces los que pidieron: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos,” recibirán la respuesta a su oración. Entonces el mundo entero conocerá y entenderá. Los pobres, débiles y finitos seres humanos comprenderán contra quién y contra qué estuvieron guerreando. Con terrible agonía y horror, clamarán a las montañas y a las rocas: “Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de Aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero: porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme? (DTG, 701,702). • La pregunta más importante: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?