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Tema: ¡Corre!

A la ciudad de refugio
Texto: Salmos 23:6; Salmos 18:10
Himnos: Castillo fuerte [400] y Junto a la cruz do Jesús murió [149]

Introducción: después del diluvio Dios quiso perpetuar la vida. El, hizo un pacto con Noé y su familia. Les dijo:
“Fructificad, y multiplicaos y llenad la tierra”, y además de “infundir temor y miedo a todo animal sobre la
tierra”, los entrego en manos de ellos. También le añadió al régimen alimentario “carnes limpias y legumbres y
plantas verdes”. Y añadió un mandato muy especial. (Gn 9:6). “El que derramare sangre de hombre, por el
hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.”
En otras palabras, Dios dice que los homicidas no pueden quedar sueltos. Sin recibir su pago.
Al pasar el tiempo las muertes comenzaron a darse y a multiplicarse. Dios había dado otras ordenanzas.
Éxodos 21:12-14. Señala dos tipos de asesinos: los que mataban por accidente y los que mataban con alevosía.
Dios había establecido un lugar especial donde huir para los culpables de muerte. Mientras se les juzgaba. Si
era culpable no había mucho que hacer, debía morir, se entregaba al “vengador”. Pero, si la muerte fue sin
intención podía quedarse en la ciudad para ser resguardado. (Num 35:12,25). Y debía quedarse allí hasta la
muerte del sumo sacerdote. Y que si decidía salir de la ciudad. (35:26-28). La vida estaba asegurada dentro de
la ciudad. Fuera de la ciudad solo le esperaba la muerte.
Después que los hijos de Israel entraron en la tierra prometidos, se apartaron seis ciudades para que fueran
refugio. (Jos 20:2,7,8) Debian estar cuidadosamente ubicadas. Debian estar en zonas elevadas para que se
pudieran ver. Además, los caminos debían estar siempre en optimas condiciones, para que “el vengador” no
lo alcanzara al homicida (Deut 19:3,6).
¿Qué lecciones podemos aprender de esta ordenanza?
Lección # 1. En este mundo existen dos tipos de culpables de muerte.
Mira como lo expone, Apoc. 1:7 habla del grupo de los “que lo traspasaron” a Jesús.
a. Los que matamos a Jesús queriendo. Los que la Biblia identifica: (Mateo 26:47,48,57-60;27:24-31).
b. Los que matamos a Jesús sin ser conscientes (Mateo 27:15-17,20,21,22).
Lección # 2. Así, como existía una ciudad de refugio para los culpables del pueblo antiguo; así también, existe
una ciudad para los culpables hoy.
a. (Miq 4: 6-8) «En aquel día —afirma el Señor— reuniré a las ovejas lastimadas, dispersas y maltratadas.
Con las ovejas heridas formaré un remanente, y con las desterradas, una nación poderosa. El Señor
reinará sobre ellas en el monte Sión desde ahora y para siempre. Y tú, Torre del Rebaño, colina
fortificada de la ciudad de Sión: a ti volverá tu antiguo poderío, la soberanía de la ciudad de Jerusalén».
b. Salomón que fue víctima del acecho de las tentaciones y el pecado dijo: Torre fuerte es el nombre de
Jehová; A él correrá el justo, y será salvo. (Prov 18:10).
c. David también sabía de ese refugio. “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien
confiaré.” (Salmos 91:2).
Lección # 3. El homicida debía huir tan pronto como se diera el homicidio. Su vida dependía de su rápida huida
a la ciudad. Nuestra salvación depende de venir luego a nuestro Dios.
a. Isaías 1:18 “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca
lana.”
b. ¡Ojalá que todos aprendiéramos la lección y cuando sepamos que hemos pecado, en lugar de
demorarnos e intentar acallar la consciencia acusadora, acudamos inmediatamente a Cristo,
confesando nuestras faltas y poder morar en su presencia! (Heb 6:17-19) “Fortísimo consuelo” a los
que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
Lección # 4. La vida estaba conservada solamente dentro de la ciudad de refugio. Fuera de ella, la muerte era
segura. Así mismo. Nuestra vida esta asegurada en Cristo. Fuera de él, la muerte nos acecha.
a. El discípulo amado lo sabía muy bien: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta
vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”
(1 Juan 5:11,12).
b. El salmista lo definió de la siguiente manera: “El que habita al abrigo del Altísimo. Morará bajo la
sombra del Omnipotente.” (Sal 91:1)
c. También dijo: “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la
puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad.” (Sal 84:10).
d. Y el apóstol Pablo lo definió así: “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23). Fuera de la Gracia de Jesús, solo nos espera la
paga del pecado. “La muerte”
Lección # 5. La verdadera libertad se dará, cuando Jesús vuelva por segunda vez.
a. Cuando el sumo sacerdote moría, regresaban a su casa los que habían huido a las ciudades de refugio.
(Num 35:25)
b. Los sumos sacerdotes eran un símbolo de nuestro Señor Jesús. Nuestro sumo sacerdote no muere,
(porque murió una sola vez como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo), pero llegará el
momento en el que despojará de las vestiduras sacerdotales y vendrá como “Rey de reyes y Señor de
señores” (Apoc 19:16).
c. El salmista dijo: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la
casa de Jehová moraré por largos días.” (Sal 23:6).
Conclusión
No importa tu culpabilidad, Dios ha dejado una ciudad de refugio, donde puedes correr a refugiarte, mientras
el único que puede declararte sin culpa, de declarar sin culpas. Jesús es la ciudad de refugio, y dejo su iglesia
también como una ciudad de refugio. Y dejo también “LA CENA DEL SEÑOR” como una ciudad de refugio.
Solamente hay vida dentro de la ciudad, fuera de ella no estamos seguros.
El enemigo de las almas jamás podrá vencer ni aun al más débil de los hijos de Dios, si este se resguarda en el
Señor. (Sal 34:7; Juan 20:29).

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