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DIPLOMADO EN ADMINISTRACIÓN

Plantel: Dolores Hidalgo Gto.

Materia: Administración de Recursos Humanos.

Maestra: Ma. Candelaria Gutiérrez Cándido.

Alumno: Ricardo Almaguer Sánchez.

Matricula del alumno: F000003405.

Actividad: A.A.2.

Fecha: 24 de febrero de 2022.


RELACIÓN ENTRE ENTORNO, ORGANIZACIÓN Y PERSONAS.
Así como las organizaciones necesitan de las personas para poder existir, las
personas también necesitan de ellas recíprocamente. Los individuos, y más aún
los de la actualidad, pasan la mayor parte de su día en las organizaciones para las
cuales trabajan. Pero ellas no solo influyen en el aspecto laboral de las personas,
también en la forma de vivir, en la manera de vestirse, en sus aspiraciones, sus
valores, etc. Y a su vez, las empresas se ven influenciadas por el modo de pensar
y sentir de quienes forman parte de ella.
                                   
Una organización se forma ya que un individuo no puede por sí sólo cumplir con
su objetivo, necesita de la ayuda de otro para alcanzarlo. 
Mediante ella el individuo ve la posibilidad de cubrir las necesidades que requiere
cubrir, como ser: alimenticias, económicas, intelectuales, emocionales, etc.
Así como cada persona tiene sus objetivos individuales, las empresas también
cuentan con sus propios objetivos. Allí es donde entra en juego el papel de
Recursos Humanos, cuando tenemos que ser capaces de alinear los objetivos
individuales con los objetivos organizacionales para poder llegar a la meta en
común. Aunque se busca un equilibrio entre los individuos y la empresa, ésta no
podrá alcanzarse por completo, ya que las necesidades, los objetivos y las
relaciones de poder varían, de modo que la adaptación es un proceso de cambio y
de ajustes continuos.  
Todas las personas trabajan formando parte de una organización. Allí, en ese
contexto, es donde manifiestan sus emociones, a veces tienen motivaciones por
sus tareas y otras veces no, afrontan día a día los inconvenientes o
insatisfacciones que se les presentan, se relacionan con sus jefes y también con
sus compañeros o colegas formando grupos.
El ser humano que trabaja y forma parte integrante de una organización tiene un
determinado comportamiento organizacional así mismo toda empresa requiere de
unos objetivos claros, ejecutivos, dinámicos y emprendedores, capacitados y
solidarios. Además de una relación fluida y constante con su entorno, a lo interno y
externo de sus límites de funcionamiento, propiciando un entendimiento eficaz en
el plano vertical entre ejecutivos o dirigentes y horizontal, con los iguales en el
plano empresarial.
Esto es necesario para garantizar que la empresa pueda adaptarse al difícil
engranaje del sistema de intereses y competencias que se establecen entre las
múltiples corporaciones: productivas, de servicios, de apoyo gerencial, de
desarrollo técnico y tecnológico, comunicacionales, publicitarias, de mercadeo,
etc., que conforman la telaraña de conexiones e interrelaciones corporativas.
Una empresa no puede verse como una isla en medio del océano de
oportunidades. Una empresa es una alternativa de desarrollo personal, grupal y
social, en la cual intervienen innumerables intereses que se entrecruzan en una
madeja de movimientos que comprometen muchos factores.
Los fracasos son parte de lo que planificamos, aunque inconscientemente, es
decir, sobrevienen de una manera fortuita sin siquiera imaginarlo. Ellos están allí,
como una espada de Damocles, pendiendo sobre nuestro destino y acechando
para caer sobre las ilusiones y aspiraciones de muchos, como nosotros que,
aunque luchen con todas sus fuerzas encuentran piedras, pequeñas o grandes,
que hacen que el objetivo final o no se logre o se posponga, retardándolo en la
agenda de cosas por cumplir.
Pero así es la vida, llena de obstáculos, con la voluntad humana de frente para
superarlos y ponerlos a nuestros servicios: la resiliencia. Lo negativo hagamos que
actúe a nuestro favor y que nos obedezca. Aquí entra una virtud de la conducta
que es la perseverancia y la constancia. “El que persevera, vence”. Y con la
constancia podemos superar cualquier fracaso, error u obstáculo.
En cualquier empresa, negocios, actividad corporativa pequeña o grande,
equipada con las herramientas del saber, puede dirigir con acierto esas tareas,
con equipo competente y psicológicamente blindado, para alcanzar las metas y
lograr los objetivos establecidos.
El compromiso del ser humano es consigo mismo, con su familia y con la
sociedad, en sentido amplio, a ellos les debe cumplir con hechos las tareas para
las que lo han llamado. Persona y empresa, empresa y persona, deben verse
como un binomio sincronizado, no como una dicotomía que actúa cada quien por
su lado porque al final de cuentas, el ser humano es el hacedor de ésta, la
empresa no puede funcionar sin la inteligencia de aquel.
La persona actuaría como el motor que planifica y detona todas las iniciativas
camino al logro. Esa persona trocada en ejecutivo, en trabajador, en promotor,
tendrá sobre sí la gran responsabilidad de manejar con equilibrio y ponderación
las circunstancias que se irán creando, activando las medidas y soluciones
adecuados que se requieran para seguir adelante.
La relación con el entorno forma parte de la gestión empresarial, cuidar de los
empleados, familiares y sociedad en general debe ser parte de los objetivos de
una organización. Y es que, como dijo Jack Welch “la responsabilidad social
empieza en una compañía competitiva y fuerte. Sólo una empresa en buen estado
puede mejorar y enriquecer la vida de las personas y sus comunidades”.
Organización y sociedad
En las sociedades contemporáneas, las organizaciones poseen un rol central en la
producción y reproducción de la propia vida social, ya que a través de las mismas
se producen todos los bienes y servicios necesarios para satisfacer las diversas
necesidades de la sociedad. En las organizaciones no solo se llevan adelante las
actividades productivas, sino también las actividades administrativas, políticas,
recreativas y cualquier otra actividad social.
En este sentido, podemos afirmar que vivimos en una sociedad organizacional:
nacemos, vivimos, trabajamos y nos recreamos en organizaciones; éstas tienen
un rol cada vez más preponderante tanto para las personas que las integran como
para la sociedad en general, ya que la sociedad se estructura a partir de
organizaciones.
El entorno en la empresa
En el sentido general, el entorno es infinito e incluye todo lo que está fuera de la
organización; así, las estrategias en las empresas no surgen de la nada. Y deben
responder al entorno del negocio en que se encuentre inmersa la empresa.
Las organizaciones no son autosuficientes ni autocontenidas, por el contrario, para
vivir requieren de un permanente influjo e intercambio con las fuerzas sociales que
integran el ambiente externo, definido éste como todos los elementos extraños a la
organización que son relevantes para sus operaciones. Las organizaciones toman
recursos e insumos como materias primas, dinero, mano de obra y energía entre
otras, los transforman a través de la operación de sus funciones (producción,
compras, ventas, finanzas, etcétera) en productos y/o servicios (outputs) y
después los vuelven a enviar al ambiente externo en forma de productos.
Se dice que un factor del entorno es estratégico cuando tiene o puede tener en el
futuro, una incidencia sobre los resultados importantes
En esta definición se identifican dos aspectos importantes: el primero de ellos es
que la empresa no controla los factores del entorno, porque no están en su ámbito
interno. La empresa puede intentar elegir un entorno que le sea favorable y
aprovechar determinados factores del mismo, e incluso incidir e influir en la
evolución del mismo, pero no puede controlarlo.
El segundo, es que el entorno está formado por todos aquellos factores externos a
la empresa que inciden o pueden llegar a incidir en sus resultados. Para que un
factor sea considerado un aspecto estratégico del entorno de una empresa, debe
tener implicaciones para la misma, en la actualidad o en el futuro.
Conclusión:
Una buena organización empresarial permitirá a las compañías conseguir unos
mejores resultados con los recursos disponibles, disminuyendo los costes y
mejorando los plazos de ejecución de los proyectos.
Una buena comunicación ocupa un lugar en la importancia de la organización
empresarial. Con los distintos niveles de administración, los mensajes se
confundirían al pasar de un área a otra, acarreando confusiones, incidencias o una
nefasta atención al usuario.
Sin lugar a dudas, la importancia de la organización empresarial ocupa un lugar
preferente en cualquier negocio, porque en definitiva establece el diseño,
estructura y procesos necesarios para alcanzar las metas que se propongan,
disminuyendo los esfuerzos y aumentando la productividad, siempre de una
manera lo más eficiente posible.
Otro aspecto a tener en cuenta de la importancia de la organización
empresarial es la posibilidad de fomentar el trabajo en conjunto. Esto supondrá la
cooperación entre áreas y provocando un ambiente saludable. De esta manera los
empleados se encontrarán más cómodos y conseguirán realizar sus tareas con
más productividad. De lo contrario adquirirían una conducta más pasiva, con
riesgo de fraudes y robos.
Bibliografía
ANONIMO. (15 de MARZO de 2019). NTX PRO. Obtenido de https://www.ntxpro.net/erp/la-
importancia-de-una-correcta-administracion-de-empresas-y-sus-areas-de-funcionales/

ANONIMO. (28 de JULIO de 2021). CONTINUEMOS ESTUDIANDO. Obtenido de


https://continuemosestudiando.abc.gob.ar/contenido/recursos/1-las-organizaciones-en-
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ANONIMO. (s.f.). CEUPE. Obtenido de https://www.ceupe.com/blog/entorno-organizacional.html

Butterfield, E. G. (14 de OCTUBRE de 2005). GESTIOPOLIS . Obtenido de


https://www.gestiopolis.com/organizacion-empresarial-entorno-y-desarrollo-
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Raúl Manuel Arano Chávez, M. C. (s.f.). La importancia del entorno general en las empresas.
Obtenido de https://www.uv.mx/iiesca/files/2013/04/06CA201202.pdf

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