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¿Qué es la comunicación?
Viene del latín “communicare” que significa compartir algo, poner en común, por lo que
comunicación es el resultado de la relación de los seres vivos al estar en grupo, a través de esta
relación los seres humanos tenemos la capacidad de evocar sucesos del pasado, presente y futuro, así
como comunicar los sentimientos.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de sentir toda clase de sentimientos, nos dice López
Navarro (2010), y son estos los que llegan a obstruir la buena comunicación con los demás
al reprimirlos en el inconsciente.
La comunicación, nos dice Paul Watzlawick (1986), es un sistema donde todos sus elementos están
relacionados y si alguno de estos elementos es modificado, provoca un cambio en la totalidad de
dicho sistema.
La comunicación es un proceso cíclico y social, siempre será con el fin de informar a los demás y
esta información que se trasmite siempre tiene una respuesta, muchas veces en la vida diaria se puede
pensar que al dar cierta información y no obtener respuesta verbal del receptor, la información no
tiene el impacto esperado, sin embargo, hay que mencionar que la comunicación se da también de
manera no verbal.
Paul Watzlawick (1986), nos dice que cualquier conducta humana tiene una función comunicativa,
incluso aunque esto se intente evitar. No sólo comunicamos mediante palabras, sino también con
nuestras expresiones faciales, nuestros gestos e incluso cuando guardamos silencio, así como cuando
usamos las técnicas de descalificación.
La comunicación es un proceso dinámico y social el cual tiene 5 axiomas de las cuales nos habla Paul
Watzlawick (1986), en el primero, “es imposible no comunicarse”, todo el tiempo estamos en
constante comunicación, una mirada, un gesto, un silencio. Entonces siempre en todo momento nos
estamos comunicando con los demás.
El tercero “la puntuación de los hechos determina la comunicación”, esto es que dependiendo de
cómo y en qué momento perciba la persona la secuencia de hechos, determinará su nivel de relación
entre las personas.
El cuarto “toda comunicación tiene un contenido digital y otro analógico”, el lenguaje digital es aquel
que transmite la información referencial y el analógico es el que contiene todas las expresiones no
verbales o paralingüísticas, y finalmente el quinto “la comunicación genera relaciones simétricas y
complementarias”, simétricas es aquella en la que no hay jerarquía predominante entre los
comunicantes y las complementarias se basa en una jerarquía, cuando uno de los comunicantes tiene
el poder de la relación y el resto se complementa.
Origen de la comunicación.
La comunicación ha sido teorizada, subvalorada, redimida y manejada de tantas formas que a veces
se obvia su importancia por la cotidianidad con que es vista. Sin embargo, es tan antigua como las
primeras civilizaciones, que mientras más se complejizaban más crecía su necesidad de desarrollarse
y por tanto de interactuar entre ellos. Con la diferenciación de roles, la división del trabajo y el
establecimiento de jerarquías en busca de beneficios comunes, el nivel de organización creció y se
hizo imprescindible la evolución del lenguaje.
Con los años, la comunicación dejó de ser únicamente lenguaje, para convertirse paulatinamente en
medio de comunicación masiva y mediación cultural. En los tiempos modernos comunicar significa
poner en común con otro, ideas, pensamientos, a través de diferentes canales y con un código
compartido. Debido a esto resulta un fenómeno difícil de conceptualizar; existen disímiles
definiciones, ha sido estudiada y tratada con diferentes enfoques.
La comunicación humana nació con el ser humano mismo, ya que es una de sus capacidades naturales,
surge de la necesidad de relacionarse con los demás, desde los cavernícolas el ser humano comenzó
a comunicarse a través de sonidos y gestos, posteriormente surgen las pinturas rupestres que
trasmitían mensajes usándose principalmente para dejar huella de las tribus, luego llegaron los
jeroglíficos, para lograr después el alfabeto de los fenicios.
La voz humana.
La primera forma de comunicación de la historia humana fue la voz, es decir, el lenguaje articulado
a través de nuestro sistema fonador: pulmones, garganta, cuerdas vocales, laringe, boca, lengua,
labios, dientes. Todo puesto al servicio de emitir una cadena de sonidos de manera continua,
organizada y coherente, de acuerdo a las reglas que dicta una lengua (o idioma). La voz humana es
nuestro canal regular de comunicación, el más común y más empleado, ya sea en vivo y directo, o a
través de instrumentos inventados para magnificarla, como megáfonos, micrófonos, etc.
En los tiempos primitivos, la transmisión del conocimiento dependía de ella, pues todo pasaba de
una generación a otra oralmente y era almacenado en la memoria. Debido a ese uso se originó de la
rima, por ejemplo: una técnica de memorización en base a la semejanza del sonido.
Docente: Edrik Cobá Rodríguez. 2
Curso: Comunicación oral y escrita.
Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR)
Comunicación oral y escrita
La desventaja de este método radica en la imperfección de la memoria humana y en que la muerte de
un anciano o un sabio de la comunidad, podía suponer la pérdida para siempre de mucha información
importante.
La escritura.
Como método para resolver el inconveniente de la ausencia del emisor de un mensaje, y hacer que
este último perdurara en el tiempo, se inventó un sistema de símbolos de diversa índole que, una vez
descifrados, podían transmitir siempre el mismo mensaje: la escritura. Se reconocen varios tipos de
escritura:
Este tipo de proto-escritura se empleó por diversas culturas en el mundo desde los 9000 a. C. y
se hizo muy popular entre 5000 y 6000 a. C. Ejemplos de ello son los jeroglíficos egipcios o los
códices mayas.
El correo.
El intercambio de textos por escrito en papeles y otros soportes físicos de fibra vegetal dio origen
a sistemas de envío y recepción de cartas y paquetería en los distintos países, conocidos como correos
impresos. Las comunicaciones que utilizaban este sistema podían ser largamente esperadas, aunque
a partir de la invención de la máquina de vapor, fue mucho más fácil llevar más cantidad de cartas y
más rápido a sus destinatarios. Este modelo fue reemplazado a finales del siglo XX con el e-
mail o correo electrónico.
La comunicación impresa.
Las telecomunicaciones.
La Revolución Digital de finales del siglo XX trajo consigo también cambios importantes en la
comunicación humana. Las computadoras son máquinas capaces de recibir, almacenar o transmitir
volúmenes de información mucho más grandes y a velocidades mucho más altas que cualquier otro
invento previo del ser humano. La conexión de los computadores en redes cada vez más amplias,
hasta llegar a la World Wide Web (Internet), permitió enviar mensajes multimediáticos en tiempo
real; teleconferencias, videograbaciones, chateos, e-mails o SMS, disponibles además en teléfonos
celulares y otros dispositivos portátiles. Fue un cambio gigantesco en la manera de comunicarse hasta
el momento.
La comunicación de la especie humana es impredecible. Sin embargo, entre las fantasías futuristas
de la humanidad, se incluyen la posibilidad de teletransportaciones o mensajes enviados directo a la
mente del otro (telepatía).
Se llama lenguaje (del latín lingua) a cualquier sistema de comunicación estructurado, para el que
existe un contexto de uso y ciertos principios combinatorios formales.
El lenguaje humano se basa en la capacidad de los seres humanos para comunicarse por
medio de signos (usualmente secuencias sonoras, pero también gestos y señas, así como
signos gráficos). El lenguaje humano puede estudiarse en cuanto a su desarrollo desde dos
puntos de vista complementarios: la ontogenia, que remite al proceso de adquisición del
lenguaje por el ser humano, y la filogenia.
Los lenguajes formales son construcciones artificiales humanas, que se usan en matemática
y otras disciplinas formales, incluyendo lenguajes de programación. Estas construcciones
tienen estructuras internas que comparten con el lenguaje humano natural, por lo que pueden
ser en parte analizados con los mismos conceptos que éste.
El lenguaje corporal es una forma de comunicación que utiliza los gestos, posturas y movimientos
del cuerpo y rostro para transmitir información sobre las emociones y pensamientos del emisor. Suele
realizarse a nivel inconsciente, de manera que habitualmente es un indicador muy claro del estado
emocional de las personas. Junto con la entonación vocal forma parte de la comunicación no verbal.
El idioma del cuerpo no debe ser tomado como una verdad absoluta porque existen muchos factores
ambientales que pueden influir sobre él. Por eso nunca debes llegar a una conclusión interpretando
un único signo corporal; la clave está en observar conjuntos de signos congruentes entre sí y descartar
posibles causas externas (temperatura, ruido, cansancio, etc.)
Docente: Edrik Cobá Rodríguez. 5
Curso: Comunicación oral y escrita.
Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR)
Comunicación oral y escrita
El lenguaje corporal ha sido objeto de mucho estudio y también origen de bastantes mitos como el
que dice que el 93% de la comunicación es no verbal. A pesar de que se ha perpetuado porque mucha
gente que lo ha leído se ha dedicado a repetirlo, el estudio que inició esa creencia presenta demasiadas
deficiencias como para ser tomado al pie de la letra. Sin embargo, no es nada despreciable la
influencia del lenguaje del cuerpo en nuestras habilidades sociales, además de ser un excelente espejo
de las emociones reales de nuestros interlocutores. Seguramente conozcas personas que, pese a no ser
especialmente desagradables o antipáticas, generan desconfianza. No sabrías decir qué es
concretamente, pero desprenden un aura que hace que no te apetezca mostrarles tus emociones reales.
Eso es porque existe una contradicción entre su comunicación verbal y su lenguaje corporal.
Es incluso posible que tú mismo estés generando esta contradicción sin saberlo. Otras personas, en
cambio, irradian un gran carisma sin ser especialmente habladoras. Su expresión corporal está
alineada con su lenguaje verbal y transmiten confianza y calidez.
El lenguaje en la naturaleza.
En la naturaleza existen diferentes formas de comunicación en las que se emplea un lenguaje. Todos
los organismos vivos tienen algún grado de interacción entre ellos, y el lenguaje que se da en ellos se
estudia en la zoosemiótica. Esta disciplina basa su estudio en la comunicación biológica celular y
animal. Así, el estudio en el intercambio de señales que se dan entre animales de diferentes especies
tiene en cuenta los diferentes sustratos físicos por los que la comunicación es posible. Los diferentes
seres vivos utilizan diferentes tipos de lenguaje que les da la naturaleza para comunicarse, existiendo
las diferentes posibilidades gracias a los sentidos:
Olfato
Vista
Tacto
Oído
Gusto
Químico.
El lenguaje químico puede depender tanto del sentido del olfato como del sentido del gusto. Se
transmiten sustancias químicas específicas conocidas como feromonas, que se utilizan como forma
de lenguaje para comunicarse entre individuos. Depende mucho de las condiciones ambientales, sobre
todo de los corrientes de aire, para que puedan tener más o menos alcance.
Un ejemplo de seres vivos que usan este tipo de lenguaje como forma de comunicación esencial son
las abejas, pero las feromonas desarrollan también funciones específicas en otros seres vivos.
Una de las funciones más destacadas de las feromonas en muchos animales es la relacionada con la
atracción sexual, incluso en el caso de los humanos.
Visual.
En la naturaleza existen señales visuales que avisan sobre peligros, potencial pareja, etc., siendo una
forma importantísima de comunicarse. Muchos animales tienen un desarrollado sentido de la vista
que les permite descifrar mensajes que les está dando el medio.
Otro ejemplo podría ser el del pavo real macho, que utiliza un lenguaje visual para el cortejo; al
desplegar su cola un individuo expresa que es un ejemplar sano para aparearse.
Táctil.
Los seres vivos también se pueden transmitir mensajes a través del tacto de diferentes formas. Los
primates y otros animales, especialmente mamíferos, pueden expresar muchas cosas como nosotros
tocando la piel, desde amor hasta rechazo.
Otras formas existentes de lenguaje táctil son las que usan las vibraciones y las de transmisión
eléctrica. Ejemplo de ello son los cocodrilos o las anguilas. Los primeros pueden generar vibraciones
en el interior de sus cuerpos para atraer a las hembras, mientras que las segundas usan las vibraciones
para el cortejo, pero también para orientarse y para la agresión.
Sonoro.
Muchos animales recurren a la emisión y recepción de ondas sonoras como lenguaje para
comunicarse. Con el lenguaje sonoro se puede transmitir mucha información, y es que hay un gran
rango de altura e intensidad que puede variar con rapidez. El tipo de comunicación principal de los
seres humanos es sonoro gracias a nuestras cuerdas vocales, dando lugar al lenguaje verbal.
Muchos animales como aves, anfibios y mamíferos también tienen una forma comunicativa en la que
usan cuerdas o sacos vocales. También reptiles pueden emitir sonidos, como los cocodrilos a punto
de nacer que avisan a la madre. Insectos como grillos o cigarras emiten sonidos, pero producidos en
otras partes del cuerpo.
Verbal.
La capacidad de tener un lenguaje verbal tan complejo ha sido uno de los atributos que como humanos
nos ha hecho únicos en el planeta Tierra. Es un recurso ilimitado en cuanto a posibilidades
comunicativas que ha sido determinante en nuestra historia como especie.
Cada palabra puede representar un significado, representada por una combinación de sonidos que
somos capaces de producir gracias a nuestras cuerdas vocales.
El lenguaje gestual se basa en la comunicación del cuerpo humano a través de las expresiones
(mirada, mímica facial, etc.), los gestos (como levantar un brazo o las manos) o movimientos
(sentarse, cruzar los brazos, etc.)
De hecho, es probable hasta en acciones como la de bailar. El baile como tal también puede
representar una forma de lenguaje gestual, pues puede expresar cortejo, seguridad, cariño, etc.
Icónico-visual.
Escrito.
Es en realidad una variante del lenguaje verbal, pues el lenguaje oral no deja de ser algo abstracto, y
mediante la representación de éste en palabras se puede codificar. Esto permite que el lenguaje oral,
el que inherentemente forma parte del ser humano, pueda ser expresado de forma inequívoca.
Gracias además a la estandarización de las lenguas, se han ido desvaneciendo confusiones en cuanto
a la representación del lenguaje por escrito. Esto ha ayudado a algo que ha sido fundamental en la
historia humana reciente, y es que los conocimientos de una generación se puedan transmitir a las
futuras de forma intacta y permanente.
Formal.
Los lenguajes formales se usan en matemáticas, física, química, programación, etc. Se trata de
construcciones artificiales que tienen sentido para el ser humano, pues sus estructuras se basan en el
lenguaje humano de otros tipos anteriores. Esto permite que su análisis pueda partir del que se utiliza
para el lenguaje humano natural.
Colectiva.
La comunicación colectiva se produce cuando hay dos o más personas que intercambian mensajes.
En este caso, sí puede haber una intencionalidad de impactar a una audiencia.
Intrapersonal.
Cuando hablamos con nosotros mismos, es decir, cuando el emisor y receptor es la misma persona.
En ocasiones para preparar un discurso, una ponencia o para interiorizar todo lo que tenemos que
hacer en el día o cuando tenemos que tomar una decisión, hablamos en alto con nosotros mismos.
Interindividual.
Gustativa.
olfativa.
La comunicación que recibimos a través del olor nos genera un tipo de sensación.
Los olores producen en nuestro cerebro respuestas, agradables o desagradables. Por ejemplo, un
perfume, el olor corporal de una persona, el olor que desprende un flor o árbol o una comida en mal
estado. Todos esos olores provocan un tipo de comunicación.
Unilateral.
Es el acto comunicativo en donde el emisor emite un mensaje y el receptor solo lo recibe. Se dice que
es comunicación unilateral porque no existe retroalimentación del mensaje. La comunicación
unilateral se da de diferentes formas unilateral-directa y unilateral-indirecta.
Este tipo de comunicación se da porque el emisor hace llegar el mensaje a millones de receptores,
sin embargo, el receptor no tiene la oportunidad de dar una respuesta al mensaje recibido por el
emisor.
Bilateral o recíproca.
Cuando platicamos con otros de nuestros programas favorito, canción favorita, ropa, celulares nuevos
etcétera y obtenemos opinión que permite la generación de un dialogo en ocasiones el receptor y el
emisor en un cambio de papeles hemos obtenido una comunicación bilateral.
Comunicación bilateral directa. Se lleva a cabo las partes del proceso comunicacional se
encuentran cara a cara (en un mismo espacio).
Este tipo se puede ejemplificar de la siguiente manera: cuando tu profesor explica una tarea, tú le
haces preguntas para que no te queden dudas y por su parte él tratará de aclarar cualquier consulta.
Por ejemplo, si estás aprendiendo otro idioma es posible que te hayas descargado una aplicación para
que practiques y refuerces el nuevo idioma. En este caso, las aplicaciones permiten realizar una
comunicación bilateral. Gracias a estas, no es necesario que viajes a otro país para poder comunicarte
con personas del extranjero.
Horizontal y vertical.
La comunicación horizontal se produce entorno a personas que están en el mismo cargo jerárquico
dentro de la organización.
También hablamos de comunicación horizontal cuando todos los miembros de la organización tienen
la misma posibilidad de participar y no existen diferencias en torno a cargos jerárquicos.
La comunicación vertical se establece entre personas de la empresa que tienen diferentes cargos de
responsabilidad.
La expresión y la comunicación.
Expresar es manifestar los pensamientos, actitudes o sentimientos por medio de la palabra, de los
gestos o de los comportamientos.
Este término proviene del latín expressus que significa exprimido, salido. Ahora bien, esta idea de
hacer salir no implica, necesariamente, que esa exteriorización sea captada o sea recibida por el otro
o los otros.
El signo lingüístico:
Se llama signo lingüístico a la unidad mínima de la comunicación verbal, parte de un sistema social
y psíquico de comunicación entre los seres humanos, que conocemos como lenguaje. Este
mecanismo actúa sustituyendo a las cosas de la realidad por signos que las representan, y en el caso
del lenguaje verbal, por signos que podemos recibir a través de los sentidos y luego decodificar e
interpretar para recuperar un mensaje original.
Por otro lado, el signo lingüístico aparece como parte de una cadena hablada, en la que un signo
sucede a otro, empleando silencios para separar los conjuntos ordenados de signos que componen,
El signo lingüístico fue el tema de estudio de Ferdinand de Saussure y Charles Sanders Peirce en el
siglo XIX, cuyos estudios sentaron las bases para la posterior lingüística moderna.
Los elementos del signo lingüístico, tal y como lo definió Saussure, son dos:
Significante. Es la parte material del signo, aquella que aporta la forma y que es
reconocible mediante los sentidos. En el caso del lenguaje hablado, se trata de la imagen
mental (la imagen acústica) de los sonidos articulados y transmitidos por el aire que se
necesitan para comunicar el signo.
Significado. Es la parte inmaterial, mental, social y abstracta del signo lingüístico, que
forma parte de lo contemplado comunitariamente en la lengua (y que son patrimonio de
todos), pero también de las capacidades expresivas del individuo (su léxico individual).
El significado vendría a ser la imagen psíquica o el contenido que se transmite mediante
el lenguaje.
Tanto el significante como el significado son facetas recíprocas del signo, es decir, que se necesitan
la una a la otra como las dos caras de una hoja de papel. Por ello no es posible separarlos, ni manejar
uno solo. A este tipo de relación se le conoce como dicotomía.
Pierce, por su lado, le atribuía al signo lingüístico tres caras, como un triángulo:
Representamen. Se llama así a lo que se encuentra en lugar del objeto real, es decir, eso
que se halla representando a la cosa: una palabra, un dibujo, son formas
de representamen.
Interpretante. Todo signo requiere de alguien que lo lea o lo escuche y capte los sentidos
en el signo, que necesariamente se dirige a alguien. Esto es el interpretante: la visión
mental que del representamen se hacen los individuos que se comunican.
Objeto. Es la realidad concreta que se desea representar, es decir, eso en cuyo lugar se
halla el signo lingüístico.
Arbitrariedad. La relación que hay entre significado y significante es, por lo general, de tipo
arbitrario, es decir, convencional, artificial. No hay una relación de semejanza entre los
sonidos que componen una palabra determinada (digamos: cielo) y el significado concreto
que buscan transmitir (la idea del cielo). Es por esto que los idiomas deben aprenderse.
Linealidad. Como se dijo antes, los significantes del lenguaje verbal forman parte de una
cadena de signos cuyo orden importa para que se puedan entender de manera correcta. Eso
se entiende como un carácter lineal: los sonidos que componen una palabra aparecen en línea,
Docente: Edrik Cobá Rodríguez. 11
Curso: Comunicación oral y escrita.
Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR)
Comunicación oral y escrita
o sea, uno delante de otro, no todos a la vez, ni de manera desordenada: cielo no es
equivalente a ociel.
Mutabilidad e inmutabilidad. Esto significa que el signo lingüístico puede mutar: cambiar,
adquirir nuevos sentidos, desplazar el nexo específico entre significado y significante, pero
siempre que lo haga a lo largo del tiempo. Un ejemplo de ello es la etimología: el origen de
las palabras modernas a partir de las antiguas, que van lentamente cambiando.
Pero al mismo tiempo tiende a permanecer incambiante: dentro de una comunidad determinada
y en un momento de la historia específico, la relación entre significado y significante tiende a ser
estática. Un ejemplo de ello es que no podemos alterar las palabras de nuestro idioma e imponer
ese uso al resto de los hablantes del mismo.
Según Peirce, existen tres tipos distintos de signos, de acuerdo a la relación entre el objeto y su
interpretante:
Índices. El signo tiene una relación lógica, causal, de proximidad de algún tipo con su
referente real. Por ejemplo: las huellas de un perro en el suelo, remiten a la presencia
del animal.
Íconos. En este caso, el signo se asemeja a lo que representa, es decir, tiene una relación
mimética o de parecido. Por ejemplo: una onomatopeya del sonido de un animal.
Símbolos. Son los que presentan la relación más compleja entre el objeto y el referente, ya
que es totalmente cultural, arbitraria. Por ejemplo: los emblemas religiosos, las banderas, los
escudos de armas.
El lenguaje en sí es de suma importancia para poder lograr una conversación satisfactoria entre los
humanos. Gracias a este se pueden expresar diversos sentimientos y el lenguaje engloba muchas
formas para expresarse como a través de la escritura, gestos, sonidos y más. Con el pasar de los años
el lenguaje fue desarrollando diversas formas adaptándose a las necesidades del ser humano.
El signo lingüístico es de suma importancia en el lenguaje oral y escrito. Ya que este permite darle
coherencia a las ideas que se tiene y comprender mejor nuestra realidad y comunicación.
Los elementos de la comunicación son las piezas que se articulan entre sí para generar diferentes
significados en tiempo real.
Emisor.
El emisor es el sujeto que desencadena el proceso comunicativo al exponer una información que
puede ser interpretada por otros sujetos. A su vez, el emisor puede emitir información codificada de
manera simbólica, o a través del lenguaje no verbal, que expresa sensaciones, actitudes y estados de
ánimo.
Receptor.
El receptor es el sujeto que, de manera voluntaria o involuntaria, recibe la información emitida por el
emisor y la interpreta, ya sea utilizando para ello un sistema de símbolos que establece equivalencias
entre significantes y significados, o sin sistema de símbolos, obedeciendo a las sensaciones que
produce lo que llega a través de los sentidos.
Mensaje.
El mensaje es aquello que es utilizado para transmitir la información, es decir, la existencia literal de
lo que se está diciendo por parte del emisor y de lo que está captando el receptor. Por eso, mensaje
no equivale a significado, sino que es el fenómeno a descifrar para obtener, a partir de su
interpretación, un significado.
Por ejemplo, un mensaje puede ser “Te deseo suerte”, mientras que el significado de esta palabra de
letras (si es leído) o de fonemas (si es escuchado) depende de otros aspectos: en algunos casos es una
muestra de aprecio, mientras que en otros es una burla indirecta utilizada por medio del sarcasmo, si
se formula dando a entender que el receptor carece de las capacidades necesarias para hacer algo. En
la práctica, el mensaje es indesligable del resto de los elementos de la comunicación, porque nunca
podremos llegar a conocerlo y a analizarlo sin un receptor, un emisor, un canal, etc.
Código.
El código es el conjunto estructurado de normas y signos que posibilitan expresar y emitir mensajes
complejos. Por eso, está asociado a la capacidad de utilizar el lenguaje. Existen diferentes sistemas
de códigos, y pueden ser aplicados en el habla o en la escritura.
Por otro lado, la existencia del código implica que para comunicarse el emisor debe realizar un
proceso de codificación si quiere emitir un mensaje de su autoría, y el receptor tiene que descodificar
para poder interpretarlo y entenderlo. Para que la comunicación tenga lugar, emisor y receptor tienen
que utilizar el mismo código.
Canal.
El canal es el medio a través del cual viaja el mensaje, pasando de un lugar a otro. En el lenguaje
hablado, el canal suele ser las ondas de sonido que recorren el aire, mientras que, en Internet, el canal
puede ser un chat o un sistema binario de transmisión de señales digitales, dependiendo en el nivel
en el que ubiquemos nuestra unidad de análisis de lo que sucede.
A la práctica, entre los canales más frecuentes que forman parte de la cotidianidad de este elemento
de la comunicación son el aire, el papel, los correos electrónicos, los sistemas de telefonía, y las ondas
de luz emitidas por pantallas. En ocasiones, pueden darse dos o más canales a la vez.
Situación o contexto.
Es el conjunto de circunstancias espaciales, temporales, sociales e incluso personales en medio de las
cuales se desarrolla la comunicación. No hay que olvidar que el dónde y el cuándo influyen mucho
tanto en la emisión del mensaje como en su recepción e interpretación. Alrededor de los sujetos que
se comunican, siempre hay un entorno más general que condiciona todo el proceso.
Nuestro entorno condiciona no solo cómo decimos las cosas, sino incluso el contenido de lo que nos
planteamos comunicar.
Decodificación.
Es el proceso en el cual el receptor transforma el código utilizado por el emisor para interpretar los
signos empleados. De esta forma los signos son asociados a las ideas que el emisor trató de comunicar.
Descontextualización.
El contexto en el que ocurre algo o en el que se dice determinada frase es muy importante para
comprender el mensaje general. Por esta razón, cuando sacamos algo fuera de contexto lo estamos
descontextualizando, de este modo, ese hecho o esa información puede dar lugar a malas
interpretaciones puesto que carece de la objetividad real.
Una misma frase puede sonar de un modo totalmente distinto dependiendo de los detalles del
contexto. Por tanto, cuando nos comunicamos con nuestros amigos y familiares debemos intentar
tener siempre presente este tipo de detalle.
Por otro lado, las barreras de la comunicación pueden ser de diferente tipo, como veremos a
continuación. Sin embargo, aunque presenten características diferentes, lo que comparten todas ellas
es que interfieren en la correcta transmisión o llegada del mensaje. El resultado es, un mensaje
fragmentado (parcial o totalmente), distorsionado, incongruente, sin sentido, alterado o deformado.
Algunas de las barreras de la comunicación durante la conversación (sea cotidiana o formal) incluyen:
Barreras físicas:
Las barreras físicas son, quizás, las más evidentes. Hace referencia a problemas con el ambiente y no
con las personas. Se trata de todas aquellas circunstancias del contexto o medio que dificultan una
comunicación fluida y clara. Estamos hablando, por ejemplo, de: ruido, falta de luz, distancia excesiva
entre los interlocutores, problemas en los medios que se usan para comunicarse (televisión, teléfono,
móvil…), etc.
El idioma y la habilidad lingüística pueden ser barreras para la comunicación. Incluso cuando uno se
comunica en el mismo idioma, la terminología utilizada en un mensaje puede actuar como una barrera
si no es completamente entendida por el receptor, este caso concreto recibe el nombre de “cambio de
significación”. Por ejemplo, un mensaje que incluya una gran cantidad de jerga y abreviaturas
especializadas no será entendido por un receptor que no esté familiarizado con la terminología
utilizada. Debemos recordar usar un lenguaje que pueda ser entendido por el receptor.
El estado psicológico del receptor influirá en cómo se recibe el mensaje. Por ejemplo, si alguien tiene
preocupaciones personales y tiene mucho estrés, puede estar más preocupado por sus problemas
personales y no ser tan receptivo al mensaje como si estuviera en un estado de calma. El manejo del
estrés es una habilidad personal importante que afecta nuestras relaciones interpersonales. La ira es
otro ejemplo de una barrera psicológica para la comunicación. Cuando estamos enojados es fácil decir
cosas de las que luego nos arrepentimos y también malinterpretar lo que otros están diciendo.
De manera más general, las personas con baja autoestima pueden ser menos asertivas y, por lo tanto,
pueden no sentirse cómodas para comunicarse; pueden sentirse tímidas a la hora de decir lo que
realmente sienten, o leer subtextos negativos en los mensajes que escuchan. Las barreras actitudinales
son comportamientos o percepciones que impiden que las personas se comuniquen efectivamente.
Las barreras de actitud a la comunicación pueden ser el resultado de conflictos de personalidad, poco
autocontrol, resistencia al cambio o falta de motivación. Los receptores eficaces deben siempre tratar
de superar sus propias barreras de actitud para facilitar una comunicación eficaz.
Barreras Fisiológicas:
Las barreras fisiológicas pueden resultar del estado físico del receptor. Por ejemplo, un receptor con
audición reducida puede no captar la totalidad de una conversación hablada, especialmente si hay un
ruido de fondo significativo.
Hay diferentes maneras de superar o combatir las barreras de la comunicación, y cada persona
utilizará la técnica que más le convenga o que más se ajuste a lo que necesita, según su contexto.
Las ideas a continuación se pueden aplicar tanto si somos emisores como receptores del mensaje:
Psicolingüística:
Esta disciplina analiza cualquier proceso que tenga que ver con la comunicación humana, mediante
el uso del lenguaje (sea este el que sea, oral, escrito, etc.). A grandes rasgos, los procesos
psicolingüísticos más estudiados pueden dividirse en dos categorías, uno llamado de codificación
(producción del lenguaje), otro llamado de decodificación (o comprensión del lenguaje).
Comenzando por los primeros, aquí se analizarían los procesos que hacen posible que seamos capaces
de formar oraciones gramaticalmente correctas partiendo del vocabulario y de las estructuras
gramaticales. Estos procesos se denominan "codificación".
La psicolingüística también estudia los factores que afectan a la "decodificación" o, con otras
palabras, las estructuras psicológicas que nos capacitan para entender expresiones, palabras,
oraciones, textos, etc.
Por poner un ejemplo, en psicolingüística se trata el estudio de preguntas tales como el modo en que
la gente aprende una segunda lengua, así como los procesos de adquisición lingüística en la infancia.
Según Noam Chomsky, máximo exponente de la escuela generativista, los humanos tienen innata una
Gramática Universal (concepto abstracto que abarca todas las lenguas humanas).
Los funcionalistas, que se oponen a esta tesis, afirman que el lenguaje tan solo se aprende mediante
el contacto social. Sin embargo, está probado científicamente que todo ser humano que no padezca
ninguna enfermedad que se lo impida, tiene la innata capacidad de aprender lenguas, siempre y
cuando esté expuesto a ellas durante un período de tiempo suficiente. Este período de tiempo se
extiende considerablemente después de la pubertad. Por lo cual, un niño puede aprender rápidamente
cualquier lengua, mientras que un adulto puede necesitar años para aprender una segunda o tercera
lengua. También parece probado que cuantas más lenguas se sabe, resulta más sencillo aprender otra.
Sociolingüística:
La sociolingüística estudia los fenómenos lingüísticos y trata de relacionarlos con factores de tipo
social:
Nivel socioeconómico, Edad, Nivel de educación formal, Grupo étnico, Aspectos históricos,
Situación pragmática.
La conducta lingüística muestra estratificación social, que a su vez refleja creencias y actitudes
subjetivas. Los estudios han comprobado que las actitudes hacia un grupo social se transmiten a la
manera de hablar de ese grupo. Por ende, debido a su manera de hablar, se le juzga a la gente como
más o menos inteligente, fiable, capaz, etc.
Se conocen como vicios de dicción el empleo de palabras incorrectas que insertadas dentro de un
discurso oral o escrito pueden generar en la audiencia o lector confusiones, incomprensiones del
material o denotar tus niveles de estudio o experiencia en el tema. Los vicios de dicción pueden
ocurrir en distintos niveles, como el fonético, semántico, ortográfico, sintáctico o morfológico.
Vulgarismos: Son todas aquellas palabras o expresiones empleadas en el dialecto popular de manera
incorrecta. En este vicio de dicción se incluyen los términos que usan las personas comunes y
corrientes de manera inapropiada. Hay infinidades de casos de vulgarismo, vamos a citarte algunos
de tipo vocálico:
Por asimilación: El sonido de una palabra experimenta un cambio por atracción de otro de la misma
palabra. Miñique por meñique.
Un error muy extendido es la realización de la segunda persona del singular de los pretéritos
indefinidos con la adición vulgar de una –s final: Hablastes, comistes, sentistes por hablaste, comiste
y sentiste.
Si eres proveniente de un país de habla hispana es muy común que pronuncies: Abogao, crúo, dormío
o na por abogado, crudo, dormido o nada y consiste en la supresión de la consonante d cuanto esta
entre dos vocales.
Tipos de barbarismos:
Existen distintos tipos de barbarismos dependiendo del tipo de incorrección que impliquen. Pueden
ser prosódicos, sintácticos u ortográficos.
Barbarismos prosódicos: son aquellos en los que se cometen vicios en la dicción o impropiedades
en la forma de articular determinados sonidos.
Por ejemplo:
Llendo o iendo por yendo, del verbo ir.
Jalar por halar.
Insepto por insecto.
Preveer por prever.
Haiga por haya.
Por ejemplo:
En relación a…en lugar de en relación con… o con relación a.
Queísmos: “Llama antes que vengas”, en lugar de “llama antes de que vengas”.
Dequeísmos: “Yo opino de que no es bueno”, por “yo opino que no es bueno”.
Oraciones impersonales: “Ayer se llegaron a los 30 grados”, en vez de “ayer se llegó a los 30
grados”.
Barbarismos ortográficos: son aquellos que implican faltas a la norma de la correcta escritura y
formación de las palabras. Se da no solo con palabras de la lengua propia, sino también con
extranjerismos no adaptados a las normas gramaticales.
Por ejemplo:
Andé por anduve, del verbo andar.
Dijistes por dijiste, del verbo decir.
Descomponido por descompuesto, del verbo descomponer.
Docente: Edrik Cobá Rodríguez. 18
Curso: Comunicación oral y escrita.
Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR)
Comunicación oral y escrita
Mounstro por monstruo.
Estube por estuve, del verbo estar.
Restaurán por restaurante.
Boucher por voucher.
Bulling, bulyng, buling, bulin o bulyn por bullying.
Por tanto, el solecismo es la construcción incorrecta de una oración al cometer un error sintáctico
como el uso incorrecto de una preposición o un pronombre, la conjugación errónea de un verbo, entre
otros.
Asimismo, el solecismo es considerado como un vicio del lenguaje porque expone los errores
gramaticales más extendidos entre las personas, por ello, incluso se relaciona con el uso vulgar del
lenguaje.
Ejemplos de solecismos
Cacofonía: disonancia que produce la inarmónica combinación de sonidos en una frase o palabra.
Docente: Edrik Cobá Rodríguez. 19
Curso: Comunicación oral y escrita.
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Comunicación oral y escrita
La cacofonía puede producirse como consecuencia de la repetición innecesaria, exagerada o cercana
de un sonido en una misma frase.
Ejemplos de cacofonías:
El director técnico anuncia su renuncia.
Tomándote un té, seguramente te alivias.
Están filmando un filme en mi ciudad.
Las cacofonías son consideradas un vicio del lenguaje que “afea” el discurso, por lo tanto, lo
aconsejable es evitarlas a la hora de redactar un texto. Una forma de identificarlas es leyendo el texto
en voz alta. Para corregirlas, por su parte, podemos apelar a algunas simples técnicas como pasar
algunas de las palabras al plural, sustituirlas por un buen sinónimo o alterar el orden de las palabras
para distanciar los sonidos que estén produciendo la cacofonía.
La cacofonía también es considerada como criterio gramatical para ciertos casos. Por ejemplo, el
sustantivo agua, que es femenino, se escribe con artículo masculino en singular para evitar la
cacofonía: el agua y no la agua. Lo mismo ocurre con otros sustantivos que empiezan por a tónica,
como arte, águila, etc.
Por otro lado, las cacofonías también son empleadas en ejercicios de lenguaje para practicar la
correcta pronunciación de determinados fonemas. Por ejemplo: “Tres tristes tigres tomaban trigo en
un trigal en tres tristes trastos”.
También aparece en frases humorísticas o juegos de palabras como, por ejemplo: “Yo loco, loco y
ella loquita. Yo lo coloco y ella lo quita”.
Asimismo, la cacofonía puede también emplearse como recurso literario o de estilo para trasmitir
determinado énfasis o efecto a una idea. Por ejemplo: “¿Cómo quieres que te quiera si la que quiero
que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?”
Sinónimo de cacofonía, por otro lado, sería disonancia. Mientras que su antónimo sería eufonía.
Pleonasmo: también conocido como redundancia, es una figura retórica en la cual consiste en el
empleo de uno o más vocablos innecesarios en una frase para el cabal sentido de ella, o para
intensificar su significado. Por ejemplo: “lo vi con mis propios ojos”.
Como tal, el pleonasmo puede ser considerado como una figura literaria para embellecer una obra, o
para que el lector u oyente se sorprenda y quede más atento al desenlace de la misma, es lo que se
conoce como un pleonasmo intencional. El pleonasmo es sentido de burlas por el uso incorrecto que
le otorga la gran mayoría de las personas en sus conversaciones diarias.
Con base a lo anterior, algunas de las expresiones son: “salir para afuera” (no se sale para dentro),
“volar por los aires” (no se vuela por la tierra), “entrar para dentro” (no se entra para fuera), entre
otras.
El pleonasmo vicioso: es la repetición de una palabra o idea, que puede ser visto como un defecto o
una falencia del lenguaje por la utilización de un vocablo que tiene la misma relación de significación
con el verbo o sujeto de la frase, y de ser omitido el mismo cuenta con igual sentido. Es parecido a la
tautología. Por ejemplo: “cállate la boca”, “come con la boca”, “avanzar hacia adelante”.
Metaplasmo: fenómeno lingüístico que produce cambios en la estructura de las palabras, sobre todo
en el lenguaje hablado, afectando también al lenguaje escrito. Se sabe que estos fenómenos se
producen en la evolución de las lenguas, y aún hoy en día se sigue produciendo, principalmente por
el uso cotidiano, donde se forman el caló, lunfardo y dialectos similares, donde predominan los
barbarismos y extranjerismos de la lengua.
Para su comprensión se han dividido en tres tipos de metaplasmos los cuales tienen subdivisiones o
subcategorías:
c) Haplología: (esta consiste en la eliminación de una palabra, o de una sílaba parecida o semejante
a la siguiente)
Paralepípedo = paralelepípedo
Idololatres = dio idólatra
b) Eufonía: (es mucho más raro y se cambian los fonemas queriendo que suene mejor)
Carmen = Canimen
Inglaterra = Ingalaterra
Se entiende por Pragmática la disciplina cuyo objeto de estudio es el uso del lenguaje en función de
la relación que se establece entre enunciado-contexto-interlocutores. Dicho de otro modo, la
pragmática se interesa por analizar cómo los hablantes producen e interpretan enunciados en contexto;
de ahí que tome en consideración los factores extralingüísticos que determinan el uso del lenguaje, a
los que no puede hacer referencia un estudio puramente gramatical, tales como los interlocutores, la
intención comunicativa, el contexto o el conocimiento del mundo. De este modo, la pragmática
analiza por qué el destinatario de un enunciado emitido, puede interpretarse según sea el conocimiento
del mundo de dicho destinatario, así como, por ejemplo, la entonación y la información no verbal
transmitida por el emisor.
En este sentido, se dice que los interlocutores poseen información pragmática, entendiendo como tal
el conjunto de conocimientos, creencias, supuestos, opiniones, etc. de un individuo en una interacción
oral concreta. Si bien está generalmente admitido que entre los precedentes más remotos de la
pragmática se encuentran los antiguos retóricos, la acuñación del término se debe a C. Morris, en los
años 30 del siglo XX. Con él, designó la ciencia de los signos en relación con sus intérpretes.
Este autor clasifica la pragmática como una disciplina lingüística, junto con la semántica y la sintaxis.
Sin embargo, actualmente la pragmática ha dejado de plantearse como un módulo más del análisis
lingüístico para convertirse en una perspectiva diferente de acercarse a los fenómenos lingüísticos de
cualquier nivel siempre que se tengan en cuenta los factores contextuales.
Una de las líneas de investigación pragmática más importante dentro del pensamiento contemporáneo
es la iniciada por J. L. Austin. Este filósofo del lenguaje desarrolla la teoría de los actos de habla, en
la que se recoge esta concepción de la lengua como una forma de actuar intencionada que es
interpretada por el destinatario, según el contexto. Asimismo, cabe destacar también la propuesta, en
los años 70, del filósofo H. P. Grice, cuya teoría del principio de cooperación es una explicación de
los principios que regulan la recuperación de los significados implícitos.
Funciones lingüísticas:
Se denominan funciones del lenguaje aquellas expresiones del mismo que pueden trasmitir las
actitudes del emisor (del hablante, en la comunicación oral y del escritor, en la comunicación escrita)
frente al proceso comunicativo. El lenguaje se usa para comunicar una realidad (sea afirmativa,
negativa o de posibilidad), un deseo, una admiración, o para preguntar o dar una orden. Según sea
como utilicemos las distintas oraciones que expresan dichas realidades, será la función que
desempeñe el lenguaje.
Román Jakobson ha distinguido seis usos en el lenguaje, a los que clasifica según la función que
cumplen en el acto comunicativo:
Metalingüística se emplea para preguntar por el significado del propio mensaje o para
explicarlo, es decir, se emplea para hablar de la lengua (código), como sucede en las
gramáticas, diccionarios o cuando alguien pregunta por el significado de una palabra y el otro
le contesta.
Ejemplo:
– Pedrito no sabe muchas palabras y le pregunta a su papá: ¿Qué significa la palabra “canalla”?
– Ana se encuentra con una amiga y le dice: Sara, ¿A qué operación quirúrgica te refieres?
Ejemplo:
– “Bien vestido, bien recibido”
– “Casa Zabala, la que, al vender, regala”
Los textos se conciben con un propósito comunicativo, el cual puede ser: proporcionar una
información, narrar un hecho real o ficticio, persuadir o convencer a un auditorio, describir un objeto,
entre otros. Pero detallamos los respectivos propósitos comunicativos.
1.-Informar: Como por ejemplo una conferencia, una sesión de clase, un anuncio publicitario o una
plática interpersonal para contar alguna novedad. Al informar usamos datos, hechos, objetivos,
sucesos, acontecimientos. Un ejemplo claro se utiliza la función informativa es una noticia.
2.-Entretener: Es cuando se cuenta un chiste, un cuento, una anécdota o una conversación trivial.
3.- Persuadir: Es la comunicación que pretende modificar la conducta o la opinión de una o más
personas. Cuando queremos convencer a alguien de algo, empleamos la función persuasiva. Un
anuncio publicitario busca que hagamos alguna transacción o compra. La argumentación, las palabras
que empleamos, todo tiene importancia para convencer o persuadir.
4.- Advertencia: Si queremos prevenir sobre algún peligro, o avisar sobre algún riesgo utilizamos la
advertencia.
b) Describir: Dar las características esenciales o accidentales de algo para que el público construya
en su mente una imagen.
c) Definir: Aclarar un término. Ejemplo: Hablar de las diferentes acepciones de la palabra amigo y
los tipos de amigos que existen o expresar algún concepto de interés en el tema del cual se está
hablando.
d) Exponer: presentar o dar a conocer un tema. Ejemplo: Ofrecer los resultados parciales de un censo
y es muy importante que no se confunda explicar con exponer pues ambos son propósitos específicos,
pero cada uno tiene su intención particular.
· Convencer o Formar. Es un propósito específico que pretende establecer una opinión o creencias
o actitud respecto a algo.
· Convencer cambiar. Consiste en modificar la idea, actitud, creencia u opinión que el público tiene
respeto a algo. Ejemplo: Separar la basura orgánica de la inorgánica.
Kinésica.
Proxémica.
La palabra “proxémica” proviene del latín “proximus” (“prope” = cerca y “ximus” = como máximo)
y fue acuñada por el antropólogo estadounidense Edward T. Hall (1914-2009), para describir las
distancias medibles entre las personas mientras éstas interactúan entre sí. Este término hace referencia
al empleo y a la percepción que el ser humano tiene de su propio espacio físico, de su intimidad
personal; de cómo y con quién lo utiliza.
Debajo de este término encontramos toda una señora disciplina que se ocupa de estudiar cómo la
gente usa y responde a las relaciones espaciales; a manera de ejemplo, encontramos la orientación
espacial dentro del contexto de la distancia conversacional y como ésta varía de acuerdo con la edad,
el sexo, el status, los roles, la orientación cultural, etc. Todo nosotros, los seres humanos, necesitamos
un espacio, nuestro espacio, donde podemos desenvolvernos cómodamente. Si otro individuo traspasa
los límites de dicho espacio pudiera generarse un sentimiento de intimidación y rechazo.
De hecho, dentro del legado de Hall encontramos cuatro clases de distancias interpersonales:
a. Distancia íntima: 0-60 cm. Es la más importante y es la que una persona cuida como su
propiedad. Reservada a situaciones comunicativas de máxima intimidad, donde predomina
el contado físico entre las personas (pareja), las personas se comunican por tacto, olor y
temperatura del cuerpo. Solo se permite la entrada a los que están muy cerca de la persona
en forma emocional, como el amante, padres, hijos, amigos íntimos y parientes.
b. Distancia personal: 60-120 cm. Destinada al contacto entre familiares, amigos y personas
conocidas. Compañeros de trabajo en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas,
conversaciones amistosas o de trabajo. Si estiramos el brazo, llegamos a tocar la persona con
la que estamos manteniendo la conversación.
c. Distancia social: 120-300 cm. Es la distancia habitual entre personas que no se conocen,
donde no se intercambian cuestiones personales. Es la distancia que nos separa de los
extraños, de la gente que no conocemos.
Docente: Edrik Cobá Rodríguez. 26
Curso: Comunicación oral y escrita.
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d. Distancia pública: más de 300 cm. Es la distancia cómoda para dirigirnos a un grupo de
personas. A esta distancia la persona tiene que alzar la voz para ser escuchado, por ejemplo,
delante de un grupo. El tono de voz es alto y esta distancia es la que se utiliza en las
conferencias, coloquios o charlas.
Dependiendo de la cultura, estas distancias varían y así para nosotros los latinos pudieran ser menores,
pero para los asiáticos, sucede todo lo contrario, suelen ser mayores.
Paralingüística.
La palabra “paralingüística” es un constructo, compuesto del griego “παρα” (para, junto a), el latín
“lingua” (lengua o idioma) y el sufijo “ico” (relacionado con). Esta poderosa disciplina se ocupa de
estudiar los asuntos relacionados con la construcción del lenguaje humano, entre ellos los signos
orales, auditivos, táctiles o visuales. Estas variaciones no lingüísticas (donde su esencia se constituye
por la presencia de sonidos y ausencia de palabras), junto con las otras variables que conforman la
comunicación, generan la sinergia necesaria para elaborar el mensaje que será transmitido y entendido
por los interlocutores.
Entre sus elementos encontramos: el llanto, la risa, el bostezo, el gruñido, ciertas distorsiones o
imperfecciones del habla como pausas repentinas y repeticiones, el tono de voz (intensidad y volumen
de la voz), la vocalización, la entonación en el discurso, el acento y el énfasis, el ritmo (hablar pausado
o deprisa según el momento).
El uso adecuado de los elementos paralingüísticos influye en la comprensión del mensaje. Así, a
manera de ejemplo, la poca fluidez al hablar suele indicar nerviosismo o poco conocimiento sobre el
tema. Otros factores como las pausas o los silencios también conllevan consecuencias pragmáticas
(sub-campo de la lingüística, estudiado por la filosofía del lenguaje, la filosofía de la comunicación
y la psicolingüística o psicología del lenguaje, que se interesa por el modo en que el contexto influye
en la interpretación del posible significado de un hecho) en la interpretación de los enunciados.
Cada vez que decimos algo estamos transmitiendo un mensaje. Puede ser un mensaje que
emitimos con el propósito de comunicar algo a alguien, o puede ser una expresión indirecta de lo que
pensamos o sentimos, como cuando hacemos ruidos que revelan nuestra actitud frente a algo.
De acuerdo con esto, cada vez que nuestro mensaje es captado por un receptor, produce un efecto
sobre quien escucha y genera un cambio en la realidad: origina una reacción, es decir, crea una nueva
situación. Por esto, cada vez que emitimos un mensaje damos lugar a un acto de habla, con un
enunciado que produce un cambio en el estado de las cosas.
- Acto Locutivo: es el acto que realizamos al decir algo. El enunciado en sí es una locución.
Ej:
a) "Mi mamá me dijo ´haz tu cama'".
b) "El médico me dijo ‘le haría bien tomar unos días de descanso’".
Ej:
a) "Mi mamá me ordenó que hiciera mi cama".
b) "El médico me aconsejó tomar unos días de descanso".
Ej:
a) "Mi mamá consiguió que yo hiciera mi cama".
b) "El médico me persuadió de tomar unos días de descanso".
No siempre logramos darnos a entender o no siempre comprendemos lo que nos quieren decir. Si nos
detenemos en la intención del hablante, contenida en el mensaje, podremos diferenciar actos de habla
directos e indirectos:
Actos Directos: son aquellos en que la intención del hablante se expresa de manera clara y explícita,
y el receptor comprende sin dificultad.
Actos Indirectos: la intención no es explícita en el mensaje, sino que el receptor debe interpretar o
suponer lo que el hablante quiso decir; esto es lo que comúnmente llamamos "leer entre líneas” y que
muchas veces puede generar confusión o malentendido.
Ej: Dice: "Creo que me falta materia para la prueba". Cuando en realidad quiere decir: "¿Me prestas
tu cuaderno? Quiero fotocopiar tus apuntes".
Asertivos o representativos: El hablante afirma o niega algo. Dice algo sobre la realidad, según lo
que conoce o lo que cree que es verdadero (según su nivel de certeza).
Ej:
a) "Subió el precio de la leche”.
b) "No creo que mi mamá llegue temprano hoy, porque hay reunión de apoderados".
Ej:
a) "No tengo ganas de ir a la fiesta".
b) "¡Me encanta la torta de chocolate!”
Directivos o apelativos: El hablante busca obtener una reacción determinada del receptor, hacerlo
actuar de una manera, convencerlo de una idea o lograr que entregue una información, como sucede
cuando hacemos una pregunta, una solicitud o damos una orden.
Ej:
a) "Yo me haré cargo de la decoración del evento".
b) "Como tesorero, prometo ser muy responsable y transparente".
Declarativos: Por medio de una declaración o sentencia, el hablante genera un cambio en la realidad.
Normalmente, el hablante tendrá algún grado de autoridad que le otorga el poder de hacer algo oficial
por medio de su acto de habla.
Ej:
a) "Este tribunal declara al imputado culpable".
b) "Los declaro marido y mujer".
El poder del lenguaje, es tal, que a través de él se intercambian ideas, sentimientos, emociones,
conocimientos, experiencias, entre muchas otras cosas. Al aprender a utilizarlo de un modo eficaz
podemos lograr expresarnos de un modo correcto e interesar a los demás en lo que estamos diciendo.
¿Qué es el diálogo?
La palabra diálogo proviene del latín dialogus y éste a su vez del griego dialogos (dia-: “a través”,
y logos: “palabra”), que literalmente significa “a través de la palabra”. Esto nos da ya una idea de lo
importante que han sido los diálogos en la historia de la humanidad, como herramienta del mutuo
entendimiento, generalmente como reemplazo de la violencia.
De manera similar, los diálogos forman parte de los recursos literarios que posee una obra para
mostrarnos a dos o más personajes, o para hacernos saber parte de la información que intercambian,
como si fuéramos sus testigos. Por eso, es común hallarlos en la mayoría de las representaciones
artísticas narrativas. Por otro lado, en la Antigüedad, constituían el método idóneo
de enseñanza y aprendizaje entre maestro y alumno, puesto en práctica por la escuela de los
socráticos, es decir, los alumnos del filósofo Sócrates.
Una segunda distinción separaría los diálogos literarios (aquellos que aparecen en obras artísticas) y
los diálogos no literarios (el resto), lo cual abarca la siguiente clasificación:
Diálogos literarios. Aquellos que hallaremos en relatos, cuentos, novelas, obras teatrales e
incluso películas, y que pueden ser:
o Diálogos externos. Aquellos que tiene un personaje con otros personajes, y que
constituyen parte de la trama de la obra.
Diálogos no literarios. Aquellos que no tienen una clara intención artística, o que no forman
parte de una obra poética, sino de situaciones de la vida real, o de transcripciones de la misma.
En ese sentido, pueden ser:
Dentro de las posibilidades del diálogo escrito, sea o no de carácter literario, hallamos una distinción
importante, que tiene que ver con el discurso directo y el discurso indirecto. Nos referimos,
similarmente, a:
Diálogo directo. Es aquél en el cual podemos constatar lo que dice cada interlocutor. Suelen
emplear líneas de diálogo para separar y marcar cada intervención de los interlocutores, como
en el siguiente caso:
Diálogo indirecto. La figura de un narrador nos refiere lo que cada interlocutor dice. Es decir
que todo el contenido comunicativo nos es referido por un tercero, de la siguiente manera:
“La madre le preguntó al hijo si había comido, y éste le respondió que no, pero que no tenía hambre
tampoco.”
A diferencia del diálogo, un monólogo involucra a un solo participante. Esto es, se trata de una
“conversación” en la que un solo interlocutor habla, o bien porque el otro está silente, o bien porque
no se encuentra presente.
Docente: Edrik Cobá Rodríguez. 30
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Comunicación oral y escrita
Este es un recurso muy frecuente en la dramaturgia, pero también puede hallarse en la narrativa
(novelas, cuentos).
La diferencia entre diálogo y comunicación es básicamente que el diálogo emplea un idioma o lengua
bien sea oral o escrito para llevarse a cabo, en cambio la comunicación no necesariamente necesita
de un idioma o lengua. El diálogo es la comunicación que se establece mediante una conversación
que bien puede involucrar un lenguaje oral o escrito entre 2 o más personas en cambio,
la comunicación puede realizarse con una señal, lenguaje corporal, o incluso un lenguaje simbólico.
Hablar o dialogar.
Hablar es, según el diccionario: articular, proferir palabras para darse a entender. Existe
información.
Dialogar es cuando dos o más personas, mediante el habla, alternativamente exponen sus
sentimientos, ideas, experiencias y/o intercambian conocimientos. Hay conexión humana.
La diferencia está en que dialogar es uno de los usos que se le puede dar a la acción de hablar.
Conversar o dialogar.
Conversar es un sinónimo de dialogar.
En el diálogo suele haber un orden o turno en el que cada persona habla y las demás escuchan. El
lenguaje y el silencio tienen su tiempo y ritmo. El silencio es una escucha activa.
En cambio, en la conversación los temas suelen ser más triviales y por lo tanto no es tan importante
el orden ni el tiempo que cada interlocutor habla. El silencio puede ser una escucha pasiva.
Esta sutil diferencia es la razón por la cual el diálogo es una mejor herramienta de comunicación
cuando, por ejemplo, se necesita encontrar una solución a un conflicto.
Comunicar o hablar.
Comunicar y hablar son dos palabras muy generales. Comunicar se refiere más al acto de informar
y/o hablar. El ejemplo está más claro en la profesión de los comunicadores sociales o deportivos o
económicos, etc.
Hablar en cambio, puede ser un acto sin comunicación ni información, los mejores ejemplos están en
los dichos populares “habla por hablar” o “habla mucho y no dice nada”.
Dialogar y decir.
El parentesco entre dialogar y decir es muy estrecho por su finalidad de relacionar a las personas, de
vincularlas a través de las palabras. Son términos que dan un sentido de comunicación humana y
afinidad. En el dialogar y en el decir coexiste una armonía entre el lenguaje oral y el corporal. El uno
acompaña al otro con coherencia e inspiran la confianza en la interacción persona a persona.
Pero el lenguaje no debe ser necesariamente oral, como por ejemplo el lenguaje de signos de personas
sordas o lenguajes pictográficos, como el que usan las personas con graves alteraciones motrices. No
obstante, el lenguaje humano por excelencia es el lenguaje oral y que además tiene una representación
física (lenguaje escrito).
El lenguaje es algo importante en nuestras vidas ya que, aunque no es el único medio que utilizamos
para comunicarnos, sí el más relevante. Además, el lenguaje es el instrumento estructurante del
pensamiento y de la acción. El lenguaje también actúa como factor estructurante y regulador de la
personalidad y del comportamiento social. Finalmente, el lenguaje oral constituye el principal medio
de información y cultura.