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Universidad Autónoma de Santo Domingo

(UASD)
Recinto San Francisco de Macorís
Facultad de medicina
Nefrología
Asignatura
Síndrome nefrótico
Tema
Nellys Yordania Garcia Liranzo

Profesora
Nilton Manuel Camilo Francisco
Alumno
100387191
Matricula
16
Sección
Síndrome nefrótico
El síndrome nefrótico es patognomónico de enfermedad glomerular. Es la consecuencia
clínica del aumento de la permeabilidad glomerular, que se traduce en proteinuria masiva e
hipoalbuminemia y que se acompaña de forma variable de edema, hiperlipemia y lapidaria.

Etiología
En niños, la causa más frecuente es la nefropatía de cambios mínimos. En adultos, es una
lesión glomerular secundaria: la nefropatía diabética. La prevalencia de glomerulonefritis
primarias en adultos con síndrome nefrótico es variable, según la región geográfica y la
población estudiada; la glomeruloesclerosis focal es la causa más frecuente en EE. UU., por
su mayor prevalencia en afroamericanos, mientras que en Europa la nefropatía membranosa
es la glomerulonefritis primaria que con mayor frecuencia produce síndrome nefrótico en el
adulto.

Fisiopatología y cuadro clínico


El fenómeno fisiopatológico central del síndrome nefrótico radica en la alteración de la
barrera de filtración glomerular, que condiciona la perdida de proteínas por la orina
(proteinuria) y, como consecuencia, la hipoalbuminemia y el resto de las alteraciones del
síndrome nefrótico.
Cuando la proteinuria y el catabolismo tubular renal de la albuminafiltrada superan la tasa
de síntesis hepática de esta proteína, se produce hipoalbuminemia (albumina sérica inferior
a 3 g/dL [30 g/L[435 μmol/L]).
El edema es el signo clínico más llamativo y suele ser el motivo de consulta, especialmente
en los niños. Se trata de edemas blandos, con fóvea, que se localizan en las zonas declives
(pies, sacro) y donde la presión tisular es leve, como en la región periorbitaria.
La alteración lipídica más constante es la hipercolesterolemia, que aparece en más del 85%
de los pacientes; es superior a 400 mg/dL(10,36 μmol/L) en el 25% y se correlaciona de
forma inversa con la magnitud de la hipoalbuminemia. La hipertrigliceridemia es menos
frecuente y suele aparecer cuando la albumina sérica disminuye por debajo de 1-2 g/dL (10-
20 g/L [145-290 μmol/L]).
El síndrome nefrótico constituye una situación de hipercoagulabilidad, por lo que la
trombosis de la vena renal y, en general, los fenómenos tromboembólicos constituyen una
de las complicaciones más importantes de este síndrome.
Los pacientes con síndrome nefrótico, especialmente los niños, presentan un riesgo
aumentado de infecciones de todo tipo, especialmente bacterianas, con elevada morbilidad
y una mortalidad estimada del1,5%-4,5%.
Diagnostico
Ante un enfermo con síndrome nefrótico, reviste especial importancia filiar su causa, ya
que, si bien existe un tratamiento general, el tratamiento de la enfermedad de base es
prioritario. Ante todo, adulto con síndrome nefrótico no es necesario buscar una neoplasia
con pruebas costosas y molestas, salvo que la anamnesis y la exploración física muestren
algún dato sospechoso. Es aconsejable un estudio de sangre oculta en heces en mayores de
50 años, mamografía en mujeres mayores de 40 años y un antígeno prostático en varones
mayores de50 anos. También hay que recordar que la velocidad de sedimentación esta
elevada en más de 2/3 de los pacientes con síndrome nefrótico, sin que indique la existencia
de un trastorno sistémico. Si tras esta evaluación inicial no se descubre la causa del
síndrome nefrótico, estaría indicada la biopsia renal, por las implicaciones pronosticas y
terapéuticas que representa.

Tratamiento

 Dieta
Incluye la restricción de sal a 5 g diarios (equivalente a 2 g y a 85 mEq de sodio). En los
periodos de máximo edema (anasarca), debe restringirse parcialmente la ingestión de
líquidos, que nunca debe superar la diuresis.

 Medidas posturales
El reposo en decubito supino es recomendable en la anasarca, ya que favorece la diuresis al
disminuir la presión hidrostática de las extremidades inferiores y pasar liquido desde el
espacio intersticial hacia el plasmático. La colocación de vendas elásticas hasta la raíz del
muslo, junto con una adecuada profilaxis antitrombótica, favorece la diuresis.

 Diuréticos
Las medidas dietéticas no suelen ser suficientes para conseguir un balance negativo de agua
y sodio, por lo que es habitual la utilización de diuréticos. En ocasiones, los diuréticos
tiazídicos o ahorradores de potasio pueden ser suficientes.

Los IECA, los antagonistas de los receptores de la angiotensina II y los antialdosteronicos


son fármacos muy eficaces para disminuir de forma inespecífica la proteinuria. Para la
hiperlipidemia las estatinas son de elección en monoterapia. La asociación de estatinas con
ezetimiba ha demostrado ser eficaz para disminuir la morbilidad cardiovascular en
pacientes con enfermedad renal cronica, si bien se desconoce si esta eficacia es trasladable
al síndrome nefrótico. La administración mensual de inmunoglobulinas (10-15 g) podría
disminuir el riesgo de infecciones si la IgG sérica es inferior a 600 mg/dL.

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