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DISEÑO DE INDUMENTARIA Y TEXTIL

FADU – UBA

HISTORIA I

CÁTEDRA: LIC. ROSANA LEONARDI

Ficha de cátedra

Aschkar, Verónica
Vázquez, Gabriela
Soto, Helga
Argentini, Florencia

Indumentaria en el Barroco

2019
Indumentaria en el Barroco
Verónica Aschkar,
Gabriela Vázquez,
Helga Soto,
Florencia Argentini.
Introducción
El siglo XVII se caracteriza por ser un período de grandes
cambios y tensiones políticas entre los diferentes poderes
europeos. Evidencia de este clima fue la guerra de los
Treinta Años (1618-1648) que no sólo llevó austeridad y
restricciones a la mayor parte de Europa central sino que
configuró el panorama político de Europa por los años
siguientes.
Por otro lado, el orbe católico descubrió que el arte podía
servir a la religión de un modo que iba más allá de la tarea
de enseñar la doctrina a la gente que no sabía leer: podía
ayudar a persuadir y a convertir a aquellos que, acaso,
habían leído demasiado (Gombrich, 1997). De esta
manera, a partir del Concilio de Trento, surge un arte que
rompe con las estructuras rígidas del Renacimiento y se
adapta al nuevo estilo de vida con situaciones de constante
cambio y movimiento: el Barroco. Sin embargo, como bien Retrato de una mujer desconocida
Frans Hals, c. 1618/1620
señala Ernst Gombrich ,

No solamente la Iglesia católica descubrió el poder del arte para impresionar y


abrumar. Los reyes y príncipes de la Europa del siglo XVII desearon igualmente
ostentar su poderío e incrementar de este modo su influjo sobre el espíritu de las
gentes. También ellos desearon aparecer como seres de otra condición, destinados a
gobernar por derecho divino sobre el común de los mortales. (Gombrich, 2012, p. 447)

El gusto por la estética barroca se difundió por toda Europa


alcanzando la arquitectura, la escultura, la pintura y también las
vestimentas. El guardarropa femenino y masculino se enriqueció a
lo largo del siglo con diversos accesorios y tejidos lujosos
acompañando el gusto por lo asombroso y el artificio. Durante el
siglo XVII, las modas evolucionaron con rapidez y adoptaron
connotaciones locales en torno a las cortes gobernantes.
De acuerdo con Stefanella Spósito, en las primeras décadas del
siglo predominó el gusto español. Como potencia católica
hegemónica, España adoptó una indumentaria rigurosa y severa,
con leves modificaciones que aligeraron los rellenos y la hicieron
un poco más suelta, permitiendo agilizar los movimientos (Spósito,
2016).
Con el correr del siglo, el reino español perdió la supremacía de Frederick Van Velthuysen y su
la cual gozaba en el período precedente, ejemplo de ello fue que esposa. Thomas de Keyser, 1636

1
las “modas españolas” casi desaparecieron de Francia hacia 1635 (Boucher, 1965).
En este período también se observa el crecimiento del puritanismo, que influyó en la vestimenta
de las primeras décadas, sobre todo en lo que hoy es Inglaterra y Holanda. El carácter burgués de
la sociedad holandesa se expresaba en la indumentaria sencilla tanto de hombres como de
mujeres y los colores preferidos eran el negro, violeta o marrón. Como cuenta James Laver
(1992), el sistema de gobierno de los Países Bajos protestantes era diferente del que existía en
cualquier otro lugar de Europa. Holanda estaba gobernada por una burguesía próspera, un cuerpo
de comerciantes y magistrados influyentes y devotos, conocidos como regentes. Según Laver,
éstos llevaban un traje distintivo, de corte conservador y color negro. Se da una curiosa paradoja
en esto ya que los holandeses, que habían luchado para obtener la independencia de España,
continuaban, sin embargo, mostrando la influencia española en la ceremonia y sobriedad de sus
trajes. Claro está que les parecía una vestimenta apropiada a su sello de austero protestantismo.
A propósito de esto dice Spósito,
La Reforma protestante de Martín Lutero, que se oponía a la degeneración de costumbres
de la iglesia romana, adopta el negro como color ideológico. Sobre todo en Holanda, estos
colores expresan la ética burguesa del esfuerzo, de la laboriosidad en los negocios y el
respeto riguroso a las leyes establecidas. (Spósito, 2016, p.103)
A pesar de su desarrollo como potencia industrial y marítima bajo el reinado de Carlos I, Inglaterra
se quedó rezagada, conmocionada por la guerra civil que terminó hacia 1660 (Boucher, 1965).
Debido a esto, en cuanto a la indumentaria, este país se limitó a imitar las modas francesas, a
excepción de los puritanos que seguían las modas holandesas (Laver, 1992).

Frente a este panorama, el presente estudio sobre la


indumentaria barroca se centra en Francia, dado que es el
país que se va a posicionar como gran potencia europea
durante el siglo XVII. Los cambios más significativos de la
indumentaria Barroca se dieron a partir del reinado de Luis
XIII (1610-1643), quien emprendió el camino hacia el
absolutismo monárquico que se consolidará, con su hijo y
sucesor, el “Rey Sol” (Luis XIV). Luis XIII, junto al cardenal
Richelieu como ministro, comenzó un plan de centralización
del poder y de fortalecimiento de la política interna y externa,
pero fue durante el reinado de Luis XIV que París
experimentó el período de mayor expansión económica. Así
mismo, durante la segunda mitad del siglo se construyó el
palacio de Versalles, símbolo de la monarquía absoluta que
ejercía el Rey Sol. Luis XIV. François Hyacinthe Rigaud, 1701

Amante de la elegancia y la perfección, Luis XIV, junto a Jean-Baptiste Colbert, su principal


ministro, hizo del comercio del lujo una política de Estado. El rey establecía reglas de buen gusto y
determinaba los productos decisivos para la promoción de su imagen como el monarca más rico,
sofisticado y poderoso de Europa. Colbert se encargaba de que dicha producción fuera efectuada
por artesanos franceses reduciendo al máximo las importaciones que desbalanceaban la
economía exterior. El otro efecto buscado fue la ampliación del público que consumiera estos
productos de lujo por idénticas razones. Dichos productos, asociados con el buen gusto y el lujo,

2
fueron aceeptados com mo inherenttes a los fra anceses y comercializzados por to oda Europa a y hasta ell
nuevo continente. Según Joan DeJean,
D en este mome ento se crean dos con nceptos dec cisivos para
a
la fama y la balanza comercial de Francia a: la alta co ocina y la alta
a costura, y ambos se hicieron n
inseparables de la immagen nacio onal (DeJeaan, 2008, p..17). Así se e fueron transformando o los cafés,,
los restaurrantes, las tiendas, lass peluqueríías, en lugaares sofisticcados con d decoración lujosa que e
potenciabaa el deseo ded comprarr. Georges Vigarello
V (2
2005) señala que el ide eal de belle
eza de estee
momento responde
r a nuevos modos en la sociabilida ad donde el cuidado por la image en ocupaba a
un papel protagónico
p o: “La nueva atención que el individuo se prestap así m
mismo en la sociedad d
moderna, unida a un na profundizzación del modelo de la corte, son s factoress que, por otra parte,,
también acceleran las prácticas ded embelleccimiento” (V Vigarello, 2005:77). Po or otro lado
o, el mismoo
autor señaala en el grabado; “La a Mode trioomphante en e la place du change e”, de autoor anónimo,
cómo se puede aprecciar el nuevo o urbanismo o de las pla
azas y los paseos de la as ciudades s francesas,,
las cuales se conciben como escenarios
e que invitabban a las nuevas
n práccticas de sociabilidad:
paseos para observarr y ser obse ervado (Vigaarello, 20055).

En este contexto,
c la indumentaaria francessa
comenzaba a ser cad da vez máss compleja y
teatral, accorde con un entorno o de fiesta as,
desfiles, paseos,
p connciertos y espectáculo
e os.
En los acto os públicos y privadoss, el vestuarrio
adquirió un papel prrotagónico por su valor
visual, ya que, como o señala Teeresa Ferreers
Valls (2003 3), las fiesttas se desp
pliegan commo
una opera ación de prestigio dentro
d de la
propia cortte y de suss relacioness de poder, al
mismo tie empo que sirve de diversión y
entretenim
miento para a una noblleza que se s
recrea en una
u estética a, modos dee vida y uno
os La mode triomplante en la Place du
u Change.
ideales qu ue compartte como cllase (Ferre ers Anónimmo, S.XVII
Valls, 20033).

El estudio
o de la ind
dumentariia del Barrroco. Brev
ve estado de la cuestión
Dentro de e los traba ajos proven nientes del cuerpo cllásico de las l
d la indumentaria, se encuentra el de Fran
historias de nçois Bouchher
(1965) Hisstoria del trraje en occcidente dessde la antig güedad hassta
nuestros días.
d Este autor trabajaa con diverssas fuentes iconográficcas
que le sirvven para periodizar los cambios in ndumentario os en relaciión
con la histooria fáctica de cada pa aís analizad
do. A partir de esto, en
n el
El Siglo XVII” releva lass particularidades que adquieren los
capítulo “E l
trajes en laas distintas cortes europeas a la luz de las convencion nes
protocolare es estableccidas en lo os diferentees países pero
p pone su
foco en la a indumenttaria france esa ya que e considera a que es en
Francia do onde se centra el idea al estético barroco en relación a la
moda como manifesta ación de loss valores de
el antiguo ré
égimen.
Verano
o. Francis Hollard, c.1640

3
Por otra pa arte, Jamess Laver (1992), en Breeve historia del traje y la moda” ta
ambién utiliz
za distintass
fuentes icoonográficass, aunque to oma un enfoque formalista centrrado en la tipología y el materiall
textil para la descripciión del traje
e.
Dentro de las publica aciones reccientes sobrre el tema, se encuen ntra el libro
o de Joan DeJean,
D La
a
esencia deel Estilo (20
008). En el mismo, essta experta en cultura francesa del siglo XVII analiza y
describe lo
os orígeness de la moda y la gastrronomía durante el reinado de Lu uis XIV y da a cuenta dee
cómo surgge una nuevva forma de e comportam miento socia
al reglamenntado que sobrevive aú ún hoy. Lass
fuentes qu
ue utiliza para el estudio son perióódicos, gace
etas, guías turísticas, rrelatos de viajeros,
v asíí
como obraas de arte que van desd de retratos hasta graba
ados de la época.
é
Por otro la
ado, Melissa a Leventon,, en Vestido os del mund do (2009) propone
p un recorrido geográfico a
partir de lo
os grabados de Wencceslas Holla ar, así comoo también de
d algunas imágenes de autoress
del siglo XIX
X tales co omo Albert Racinet. La organizac ción cronológica de la
as imágene es dejan dee
lado las differencias po
olíticas relig
giosas y socciales de ca
ada país o región.
r
Por último, también se
s encuentra la obra de Stefane ella Spósito, Historia dde la moda (2016). La a
autora presta especiaal atención a la descrip
pción de lass caracteríssticas del trraje, tipolog
gías, telas y
n relación al
colores, en a análisis regional. En el capítulo “La mod da en el sigglo XVII”, describe lass
prendas feemeninas y masculina as a partir del
d análisis de bibliogrrafía y fuen ntes iconográficas que e
van desde pinturas y esculturas hasta el esttudio de trajjes típicos del
d momentto.

es para el estudio
Las fuente e de la Indumentaria barrroca
Las fuente es primariass más utilizaadas para ele estudio de
d los trajess de este mmomento prrovienen de e
las artes plásticas.
p A
Artistas de diversas
d na
acionalidadees expresa an en las obras los raasgos de la a
sociedad barroca
b dan
ndo cuenta de las parrticularidade es de cada a corte. Asíí, podemos identificar,,
por ejempllo, la sobrieedad holand desa en la pintura
p dom
méstica de Judith
J Leystter en contrraste con la
a
opulencia de los traje es francese es de los cuadros de Charles Le e Brun. Así mismo, resultan muyy
útiles los grabados
g dee Abraham Bosse y Jacques Callot para el análisis de e la indume entaria y suu
relación coon la impronta regiona al. Siguiendo esta líneaa, para el estudio
e de la indumenttaria de lass
últimas dé écadas del siglo XVII, se encuen ntran los grrabados de e Henri, Roobert, Jean Baptiste y
Nicolas Bo onnart, quee vivieron entre la segunda mitad d del siglo XVII
X y las primeras décadas dell
XVIII. Estoos hermano os francese es, grabado ores y come erciantes de
d
estampas, realizaron n retratos y dibujos de d indumentaria. Jea an
Baptiste y Robert fue eron ademá ás grabado ores del reyy. Entre suus
grabados encontramo os retratoss de Luis XIV
X y miem mbros de la l
aristocraciaa, estampa as para cole ecciones de e moda de e la corte de
Francia, y algunas pocas
p estammpas de arrtesanos re ealizando sus
labor. Todas son de cuerpo completo, con n fondos generalmentte
neutros, co on énfasis y detalle ene la indum mentaria. A menudo la as
historias dee la indumeentaria se nutren de dicchas fuentees primariass.
El presen nte trabajo parte de el análisis bibliográfico (fuente es
secundariaas), así co omo también del an nálisis icon
nográfico ded
fuentes prrimarias de e la indum mentaria de el siglo XVVII a fin de
establecerr las distinta
as variabless que dieronn forma al id
deal estéticco
Retrato de J. Callot.
en la épocca barroca. En este sen ntido se inte
enta mostra
ar el carácte er erman, 1635
L. Vorste
simbólico del indum mento como o signo de e poder económico
e y
4
fortaleza comercial,
c e
especialmen
nte en la so
ociedad cortesana francesa. Loss elaborado os y lujososs
trajes de la
as monarqu uías de Fra
ancia duran
nte el siglo XVII constiituyeron un ideal estéttico que se
e
hizo insepaarable de la
a imagen na
acional.

La vestim
menta del Barroco. Principios
P s del Siglo
o XVII
La Indume
entaria Mas
sculina

La Guerra a de los Treinta


T Añoos (1618-1648) contrribuyó a modificar
m la
a
indumentaria masculina, en lo queq se conoce como “estilo Mo osquetero”,,
con clara influencia militar.
m Cabe
e recordar que
q “mosquetero” se define como o
un soldado o armado ded “mosque ete”, un arrma de fueego utilizada
a entre loss
siglos XVI y XVIII. Por otro lado, la guard dia real quee tenía unaa presencia
a
constante, también colaboró
c en
e la imple ementación de dicho estilo. En n
Inglaterra, era conoccida como la indumen ntaria de lo
os “Cavalie
ers” (Laver,
1992).

Enrique II de
e Lorraine. Ferrdinand Elle, 1631
1

Instruccione
es del uso dell mosquete. Mosquetero con mosqu
uete. Wolfagan
ng Guardia francés con
c mosquete..
Grabado, Jacob de Gheyyn II, 1607 Kilian, 160
09 Abraham
m Bosse, 2ºmitad del S.XVIII

5
Según Bou ucher, los burgueses
b s esforzaba
se an en utiliza
ar los
materiales reservado os a los nobles,
n alentando un uso
excesivo de
d tejidos prreciosos y de
d paños de e calidad. Tanto
T
es así quee durante ell reinado dee Luis XIII, según Boucher,
todo se co onfundía, todos
t iban igualmente e bien vesttidos.
Varios ediictos del re ey intentarron impone er a hombrres y
mujeres prendas
p máás sobrias para reprim mir el lujo y la
superfluida
ad y también para, com mo se dijo con
c anteriorridad,
disminuir el
e déficit en
n la balanza a comercial francesa. Esta
sociedad parisiense,
p que se vesstía con tannto esmero para
exhibirse, no dio nun nca cumplimmiento a esstas ordena anzas
que prohibbían, por eje
emplo, el usso de encajes, bordado os, el
empleo de e oro y platta en los traajes, etc. (B
Boucher, 19 965).
A. Bosse ilustró este tema con una
u serie de e tres grabaados.
En la imagen, el cortesano dej eja sus prendas borda adas,
para vestir unas muy simples. Se permite e una pequeña
fantasía coon un jubónn con mang gas abiertass y un somb brero El cortesano trass el último ediicto
adornado con
c plumass. (fra
agmento). Abrraham Bossé, 1633

Prendas

Camisa
Blanca de hilo fino o de
d encaje.
Jubón
Las cuchilladas de períodos antteriores, paasaron a se
er grandes aberturas yy/o largas tiras
t en lass
mangas y el busto, que q dejaba
an ver la ca
amisa por debajo. Sig
guiendo estta misma función
f sonn
reiterados los casos en los cuales, esta prenda abotonada por delante, se e dejaba ab bierta en la
a
parte inferiior. También contaba con
c faldonees acampanados y puñ ños ceñidos (Boucher, 1965).

Luis XIII (frragmento). Fra


ans Jubón francé
és, c.1620. V&
&A El cortesano trass el último ediicto
Pourbus, 1616 Museum, London agmento). Abrraham Bossé, 1633
(fra

Capa Cortta
Llamada en
e francés “Manteaux
“ ”, recuerda
a al ferrerue
elo español. Generalm
mente colgabba sobre ell
hombro izq
quierdo y pasaba por debajo del brazo opue esto, para quedar
q atad
da sobre el pecho. Sin
n
6
embargo, en
e los grabados de A. Bosse, pue
eden apreciiarse distinttas manerass de usarla (Leventon,,
2008).

De la serie,, “El jardín de la Nobleza Frrancesa”. A. Bosse,


B 1629.

Abrigos
F. Boucheer nombra una
u prenda, con la particularidad de tener la
as mangas abiertas en forma dee
capa, las cuales
c pued
den cerrarse
e mediante botones o abotonarse e encima de
el cuerpo de
e la prenda
a
(Boucher, 1965).

“Fue
ego”, de la serrie los 4 eleme
entos. Abrahamm Bosse, c.16630. (Fragmen
nto) –
H
Hábitos de un caballero…
c Isaac Briot, 162
29.

Cuellos
Cuello “Ba
anda erguiida”
“Fue de tra
ansición enntre la gorgu
uera de fina
ales del siglo XVI y el cuello de b
banda caídaa (...). Erann
cuellos cerrrados de hilo,
h a menuudo decoraddos con enccaje, el almidonado y uun soporte metálico,
m lo
o
manteníann paralelo a los hombro os” (Levento
on, 2008, p..140).

7
Retrato de
e un grupo de cuatro miemb bros Marq
qués Charles d’Albert.
del consejjo de París. F.. Pourbus, 161
16 F. Pourbus, 1620
(Fragmentto).

Cuello “Ba
anda Caída
a”

Era usado tanto por hombress


E
c
como por m
mujeres. Generalmente
e
h
hacía juego con los s puños y
e
estaban orrnamentadoos con un
n
s
suntuoso boorde de enc
caje.

Enrique
e II de Lorena
a. A. van Dyck,
c. 1634 M Marqués Cinq--Mars. Autor y
añoo desconocidoo. (Fragmento))

Calzones
A partir de la iconografía, se puede obsservar, que e
terminaban n por deba ajo de la rodilla, generalmente
e
eran holga ados y pod dían estar ornamentados en loss
laterales y en el ruedo
o.

De la seriie “El jardín de


e la Nobleza Francesa”.
F
A. Bosse, 1629. (Fragm mentos)

Calzado
Botas
Las más populares
p e
eran las de estilo “embudo”, con el borde superior
s dobblado. “Eran botas de e
montar, pe
ero hacia 16 610, se usaaron a men nudo en la ciudad
c y enn el interior de las cas
sas” (Laver,,
1992, p.10
08). Siguien ndo a Bouccher, se trattaba de bottas altas, donde el em mbudo cubría la rodillaa
cuando see montaba a caballo y se bajaban alrededorr de la piern na para la cciudad. El taco
t existía
a
para garan
ntizar que el pie queda ará fijo en ell estribo. La
as espuelass, un compleemento hab bitual de lass
mismas, solían
s unirsse mediantte una piezza de cue ero con forrma de ma ariposa. Poodían estarr
ornamentaadas en los bordes superiores, o se podían n usar con medias o ccanons de encaje que e
caían por arriba
a de la caña (Bouccher, 1965)).

8
Extraído de Historia del calzado
Enrique II de Lorena. desde la antigüedad más
Luis XIII. A.van Dyck, c.1634, remota hasta nuestros días.
Autor y año desconocidos (fragmento) Paul Lacroix. 1862

Accesorios
Canons
También conocidos como canions, era un
“puño de media”, que se utilizaba a modo
de ornamentación. Boucher señala, que se
colocaban encima de las medias, carecían
de punta y talón, y en la parte superior
formaban un ancho embudo adornado con
encajes que se doblaban sobre la bota
(Boucher, 1965).

Joven tocando el laúd. Marqués de Cinq-Mars.


Bosse c.1630 Atribuido a F.Le Nain, c. 1640
Guantes
Seguían la forma de embudo, al
igual que las botas. En general,
eran de procedencia española,
y estaban confeccionados en
piel flexible. Tenían grandes
puños ensanchados, a veces
cubiertos de bordados, y a
menudo perfumados. La gente
corriente llevaba manoplas, en
los cuales sólo el pulgar estaba
separado (Boucher, 1965). Louis XIII en la casa Chiswick. El cortesano tras el último edicto.
Atribuido a Ferdinand Elle, c.1634. Abraham Bosse, 1633. (Fragmento)

9
Tahalí, espada y bas
stón
Los tahalíes eran n cinturoness de cuero,, que
cruzab ban diagon nalmente el pecho. Se
utilizab
ban para sostener las espa adas,
elemen nto que co ompletaba el conjunto o del
caballeero, junto all bastón (Bo
oucher, 196
65).

De la serrie “El jardín de


d la Nobleza Francesa”.
Abraham Bo osse, 1629. (F
Fragmento)

Luis XIII. Jan van Belcamp,, 1636.

Tocados y Peinados
s
Sombrero de fieltro o de castorr con alas onduladas,
o se
adornaba con pluma as de avesttruz, y se llevaba sob bre
una cabellera enruladda que caíaa sobre los hombros. En
ocasiones,, un mechón se llevva hacia ad delante, y se
sujetaba con un lazo,, adornado con una joyya. Éste tomma
el nombre e de Cadenneta, en relación a su u ideólogo, el
marqués de d Cadenet (Boucher, 1965). “C Cuando el rey
r
perdió el pelo
p debido a una enfeermedad, ap pareció, hacia
1633, un accesorio
a n
nuevo, la pe
eluca, limita
ada primerooa
mechones mezclado os en el cabello y luego más m
completa” (Boucher, 1965, p.2 225). Sin embargo, “la
fabricación
n y la modaa de las peelucas, no empezaron n a De la serie “E
El jardín de la Nobleza
N
Francesa”. Abraham Bosse e, 1629.
generalizarse hasta 1655 aproxximadamen nte” (Bouchher, (Fraggmento)
1965, p.2226).

E cortesano tras el último edicto.


El e Abraha
am Bosse, 163
33 (Fragmento
o)

10
0
Rostro
Siguieendo el esstilo de Ricchelieu se usaba unaa
peque eña barbitaa triangularr en el me
entón, y se
e
resalttaba la blancura del rosstro.

Luis XIII. P. de Cham


mpaigne, c.1650.
Retrato
o de Richelieu
u. P. de Cham
mpaigne, c.164
40.

11
Indumenttaria feme
enina
A partir del
d relevam
miento de imágenes y diferen ntes fuentees
secundariaas acerca de
d la indum mentaria de el barroco, observamo os
una transfformación de
d los trajess femenino os durante el siglo XVVII
que pasa de
d las estru
ucturas rígid
das del renaacimiento al movimientto
d
del barrocoo, influenciado por el e
re
esurgimientto de la vida social qu
ue
te
endrá su momento
m de esplendo or
d
durante la re
egencia de Luis XIV.
Durante las primeras décadas, el
D e
e
estilo predominante era sobriio
d
debido a la influencia españolla
(S
Spósito, 2016).
Del Renacim
D miento preva
alecieron la
as
c
cuchilladas y la gorgguera tantto
p
para hombrees como para
p mujerees

Ana de Austria, Reina de


d con alguna as variante
es como el Princcesa Henrietta
a de Lorraine.
Francia. Rubens,
R 1622 A
Anthony Van Dyck, c. 1634 4
cuello caídoo, muy poopular en la
primera déécada del siiglo XVII. Laas mangas se fueron abultando
a y acortando en relación n al período o
anterior pe
ero perman necían ajustadas a la altura de la muñeca y con los puños deco orados con n
encajes. Hacia
H 1630, el vestido femenino estaba
e co
ompuesto porp el cuelloo caído, el corpiño,
c ell
sobrevestee o vestido ded encima y las faldass o enaguas
s. Esta silue
eta femeninaa se caracterizaba porr
tener un ta
alle alto, hom
mbros ensa anchados y una superpposición de prendas (B Boucher, 1965).

Prendas

Gorguera y cuello ca
aído
La gorgu uera era un accesorio propio del es stilo
renacentista, que aú ún se podía observa ar en algunnos
nque con un tamaño más
trajes, aun m peque eño que se irá
reemplaza ando por la l golilla, cuello má ás prácticoo y
pequeño o el cuello caído que e presentab ba bordes de
encaje, loss cuales re
espondían mejor
m a los ideales de
e la
época. Al respecto,
r La
aver señala
a que,
(...)) estaba foormada po or dos o trres capas de
plie
egues tubu ulares almiddonados, cuya
c formaa y
estructura se conseguían
c n en el proce
eso por me
edio
de palos que servían de e armazón hasta que e la
telaa almidon nada se secaba y adquiría
con nsistencia; entonces
e os palos se quitaban. Las
lo L
gorrgueras erran genera almente blancas,
b pero
tammbién las había am marillas. El invento del
almmidonado, denunciado por lo os moralisstas
purritanos com mo un nuevo signo de vanidad,
perrmitió al menos
m a la gorguera prescindir del
armmazón del alambre
a o “apuntalador” que había Maria Lugia de Tassis.
neccesitado hasta entonce es. (Laver, 1992:p.105
1 ) A
Anthony Van Dyck,
D 1629
12
2
Ana de Auustria, Reina de Ana de Auustria, Reina de Ana de Austriia, Reina de
Francia. Anónimo,
A c.162
25 Francia. Rubens,
R c.16222 F
Francia. Anónimo, c.1625

Estos cuelllos blancoss de lino quue caían so


obre los ho
ombros con ntrastaban ccon las ropas oscurass
que eran tendencia
t e Holanda
en a y Españaa, ya que reeflejaban dignidad y o
orgullo de pertenencia
p a
social. Seggún Laver, tanto los hombres
h co
omo las mu ujeres se beneficiaron
b n con el cambio de la a
gorguera por
p el cuelloo caído. Loss cuellos po
odían estar cerrados o cubiertos por pañueloos o chaless
transparenntes.

Vestido
El vestido de principios de siglo
o se denom
mina “de enncima” paraa algunos a autores, miientras que
e
ombran como sobrevveste. Estab
otros lo no ba abierto por delantee y dejaba a ver el corpiño y lass
enaguas. Era
E de telass lujosas, muchas
m vece
es de color negro y pod
día estar arrremangado o.
Las mang gas eran amplias y podíanp ir “a
acuchilladas” o “con
bandas” qu ue dejaban ver la camisa almidon nada. Bouch her señala
que se relllenaban co on junco dee mar para darle volu umen y se
adornaban n con lazoss galones y ribetes de e pasamane ería como
las enagua as. Existe una moda más auste era con un cuello de
tela ceerrado y ma angas con
los puñ ños devuelttos que se
denom minan rebras.
Alguna as mangas
presen ntan doble
abullon nados gene erados por
lazos o abertu uras. Se
utiliza el verdugaddo tambor
como métod
do de
ahueca amiento deenominado
cilíndriico o de rueeda, donde e El olor. Abraham Bo
osse, c.1635
Puños y cuello
c de enca
aje. Museo las damas podían n apoyar loss brazos a manera de e descanso..
Met, siglo
o XVII
Los escotes
e era
an cuadrad dos y esta aban deco orados con n
encajes y otros
o adorn
nos, mientraas que el torso tenía unna forma de e triángulo invertido, faacilitado porr
los diferen ntes métodos de ajusste corpora al, denomin nados de diferente
d m
manera: corrps, cuerpo o
emballenado, corpiño o rígido, cue
erpo de saya a rígido

13
3
Pieza de estómago
Corpiño/P
En las dife
erentes fuen ntes de estu
udio enconttramos diversos nombrres
para esta pieza del trraje de prin ncipios de siglo.
s Se tra
ata de una de
las partes del traje más
m decorad das que a sus vez, gen nera un ajusste
del torso y una com mpresión sobre el pecho de la mujerm dejan
ndo
entrever unna cintura ancha
a y un poco más elevada
e de lo normal. En
los trajes se
s destacan n al ser deccorados conn lazos y en
ncajes, danndo
cuenta de e un lugar especial en la confformación del conjun nto.
Vigarello destaca
d unaa función social
s imporrtante en el uso de essta
prenda: “(....) el corse
e se convierrte en el insstrumento cotidiano
c de
el
Mujer noble enmascarada.
e
aspecto, laa elegancia y el embellecimiento” (Vigarello, 2005)
2 Jacques Callot,
C c.1620

Enaguas
El vestido femenino reflejaba
r la riqueza y decoración propias deel período een el emple
eo de ricoss
tejidos en las faldas superpuesstas. Laver señala qu ue lo característico era llevar do
os enaguass
mientras que
q Boucher distingue tres faldas denomiinadas mod desta, briboona y secrreta. Estass
enaguas, así
a como la as partes delanteras
d d corpiño se cargan de pasama
del anos y borddados y se
e
llenan de nudos de cinta llam mados galans. Las fa aldas superriores sueleen estar re
ecogidas o
arremanga adas con mooños o cinta
as dejando ver la de abajo.

Mujer sostteniendo un ab
banico. La retórica. Gilles
G Rousse
elet, c.1633 Invierno
o. Francis Hollard, 1640
Abraham Bosse,
B 1629

Accesorios

Para los paseos


p de invierno, laas damas se s protegíann con una hongreline, que era una
u prenda
a
exterior máás corta quue la mascu ulina. Bouch her también
n mencionaa el uso de casacas y manguitoss
de piel parra los días de frío. Esttos últimos son destac
cados por lo
os autores cconsultados
s (Boucher,,
Spósito, Leeventon) coomo el acce esorio de lass damas ele
egantes
Varios autoores destaccan el uso de delantales como ac
ccesorio qu
ue se utiliza
a solo en ell interior de
e
las casas llamados laisse tout faire.

4
14
Mujjer inglesa con
n vestimenta Muje
er con máscarra y Burgu
uesa de París…
de invierno.
i Wenceslaus Hollar, manguito. Jean de Sa
aint-Igny, , 162
29
c.16
640 Wencesslaus Hollar, c.1640
c

Bolsos y abanicos
a

Durante este primer período, el


e abanico se conviertte en un accesorio
a e
elegante. A través dell
relevamieto de imágeenes de la época, podemos obsservar que hay múltiples variantees para lass
damas. Ta anto los ab
banicos de
e baraja, co
omo los de
e tipo panttalla podían estar inttensamentee
decoradoss.

Bolsa decorada, c.166/16225 Bolsa frances


sa, principios del
d Aba
anico francés, principios del
Victoria and Albert
A Museum
m SXVII. Met Museum SXVII, Met Museum
Zapatos
Los zapatoos de muje eres eran más sencillos que loss de los hombres, y quedaban totalmente e
ocultos bajjo las falda
as largas. Cuando
C el tiempo era húmedo
h llevvaban chappines, unos zuecos de e
madera cuubiertos de piel que se calzaban sobre
s los za
apatos. A ve eces teníann unas suela
as tan altass
que se les denominab ba zancos. Se conocíaan desde priincipios de siglo. (Lave
er, 1992)

Peinados
Según Lavver y Bouchher, en las primeras
p déécadas del siglo XVII las
mujeres lle
evaban el ca
abello basta
ante aplana
ado en la pa arte alta de la
cabeza pe ero con gruesos tirabu
uzones a loos lados. En n general, no
se utilizaban sombreeros pero, cuando
c salían a la ca alle, portabaan
cofias, cap afetán o pañoletas parra cubrir la cabeza.
puchas de ta c
Margarita de Lorena.
M L Antho
ony Van Dyck,
p
primer tercio s.XVII
s
5
15
Posteriorm
mente, come enzó a utilizarse un peinado
p co
on forma dee arco volu
uminoso qu ue a vecess
dejaba esccapar algun
nos mechonnes. Luego,, el peinado
o vuelve a aplanarse
a y en lugar de
d utilizarse
e
tirabuzone
es se ponen de moda loos rizos larg
gos denominados serp
penteaux.

Máscaras
Otro accessorio popula ar de este período
p fue
e la máscara a. Su popularidad crecció a partir de 1650 y
fue utilizad
da hasta fines del siglo
o XVII. Erann usadas poor hombres y mujeres por dos mo otivos: para
a
proteger laas pieles deelicadas o para
p cubrir algún rasgo poco favo orecedor. L Las máscarras estaban n
hechas en n terciopelo negro y foorradas de seda blanc ca y podíann doblarse para que se s pudieran n
guardar en n una pequeña cartera a. Muchas veces
v tenía
an un fin po
olítico: otorg
gaban anonimidad a la a
persona queq la porrtaba, perm
mitiéndole infiltrarse
i e reuniones en un período socialmente
en s e
convulsion nado (reinaddo de Luis XIV).
X (Leste
er, 2014)

Mujer inglesa con


n vestimenta Mujer con más
M scara y Invie
erno. Francis Hollard, 1640
de invierno. Wencceslaus Hollarr, manguito
o.
c.16
640 Wenceslaus Hollar, c.1640

16
6
17
El ideal cortesano. Reinado Luis XIV
● Indumentaria Masculina
A mediados del siglo XVII y bajo el reinado de Luis XIV, las galas y eventos sociales realizados
por la aristocracia crecieron exponencialmente, lo que influyó en la vestimenta de la época que
comenzó a ser cada vez más exuberante. El teatro, el ceremonial y las fiestas cortesanas no sólo
eran una expresión de vitalidad barroca, sino también una forma muy elaborada para dominar a
las masas (Andreas Prater, 1998).
“En todos los espectáculos que componen la fiesta, ya
sea pública o privada, el vestuario adquiere una gran
importancia por su valor visual, porque en él se cifra el
prestigio del individuo ante la sociedad de la que forma
parte. Cualquier acto social se convertía en ocasión
especial de lucimiento y ostentación (...)” (Ferrer Valls,
2003, p. 17)

Luis XIV con un traje polaco para un


baile de máscaras.
Joseph Werner, c. 1664.

Hacia mediados del siglo XVII, comenzaron a utilizarse los


“rhingrave”. Se trataba de unos calzones extremadamente anchos
(hasta 1,80 m de contorno por cada pierna), con pliegues tan
abundantes que parecían una falda y no permitían distinguir la
separación de las piernas. Estaban adornados con encaje o lazos de
cintas, y se llevaban sobre calzas ahuecadas, visibles o invisibles.
Esta prenda, de las más curiosas de la indumentaria masculina, se
usó entre 1650 y 1675 (Boucher, 1965).
Aunque F. Boucher no comparte esta teoría, en general, historiadores
como J. Laver coinciden en que eran originarios de Holanda y
posiblemente fueron introducidos en Francia por un conde, a quien se
le debe el nombre “rhingrave”, que viene del holandés Rijn Graaf, que
significaba “conde del Rhin”. (Laver, 1992). Los utilizados en los
Países Bajos, eran de una versión más sobria, de paño negro y lino
blanco. En la corte francesa se adaptaron al gusto del monarca, con
textiles y ornamentaciones más ostentosas y paletas de colores
Luis XIV. Autor anónimo, 1660.
París, Biblioteca Nacional de estridentes. “La complicación y envergadura de esta prenda, parecen
Francia. haber alcanzado su máximo en Francia, Alemania e Inglaterra,
España parece haberlo ignorado, y en los demás países se llevó de una versión menos excesiva”
(Boucher, 1965, p.222).

18
Holanda

Retrato de un hombre joven Retrato de un niño Abraham Retrato de una pareja patricia.
Gerard ter Borch, C.1663 Reidt, 1660 Bartholomeus van der Helst,
1661

Algunas de las piezas iconográficas de Francia que nos permiten apreciar el rhingrave, las
constituyen las pinturas de Jacques Laumosnier y los tapices de la historia de Luis XIV de Charles
Le Brun.

La entrevista de Luis XIV y Felipe IV en la isla de los Faisanes. Jacques Laumosnier, c.1690.

La pintura representa el encuentro entre el rey Luis XIV de Francia y Felipe IV de España en la isla de
los Faisanes, el 7 de junio de 1660. En la misma, el monarca español entregaba a su hija María
Teresa, al francés como esposa. En el encuentro también se firmó el Tratado de los Pirineos, que
ponía fin a la guerra de los Treinta Años.

19
.

Luis XIV reecibiendo a lo


os embajadore
es
de los tre
ece cantones suizos.
s Antoin
ne
Van der Meulen, 16663

En ambas obras se pueden


p aprreciar las diiferencias entre
e la Corrte de Luis XIV, con una estética
a
más opulenta, frente a las prenda as más aussteras de la corte española y suiza a.

Prendas
Jubón
Se acortó,, y quedabaa abierto por
p
delante paara dejar ve
er la camissa
blanca qu ue salía por debajjo,
fruncida y con muchoo volumen. Lo
L
mismo sucedió con las manga as
(Boucher, 1965).

El banquero. N. Bonna
art, 1678. Philippe d'O
Orléans. J. No
ocret, c.1650

Casaca

Era larga y un poco ensanchada


en la partte inferior con
c manga as
cortas. Uttilizada en n el ámbitto
militar, com
menzó a generalizarse
en la indummentaria civvil. Fue vistta
por primerra vez en la corte, en
1666 (Lave er, 1992).

Luis Duque de Borbón, Hijo


H de Luis XIV
V. Luis XIV.. Renard de Saint-André,
S
Autor desco
onocido, 1667 1667
20
0
Cuello
En esta etapa el cue ello cambió de
f
forma, se hizo
h más es strecho en los
lados y más larg go adelan nte.
Seguían siendo
s de encaje y se
anudaban debajo
d del cuello por dos
d
o cuatro cordones qu ue terminab ban
en unas borlas, generalme ente
v
visibles po
or la abertu ura delanteera.
Los puños de la camisa, se usab ban
haciendo ju uego. La aparición
a de
e la
corbata coincidió casi con la de e la
casaca. Esste tipo de cuello
c se ib
ba a
Luis XIV. C.
C Le Brun, 16
655.
g
generalizarr en la indu
umentaria civil
c Lu
uis XIV. Wallerrand Vaillant,
j
junto al coonjunto dee tres piezzas. 1655

(Boucher, 1965).
1

Calzado
En los commienzos de el reinado de Luis XIV, la bota de
el período anterior
a fue
e admitida únicamente
ú e
para caballgar. En su lugar se ad
doptaron zaapatos, punttiagudos prrimero y cua
adrados lueego. El taco
o
se elevó, probableme
p ente porquee el rey pretendía ser más alto. Él
É mismo, h hizo decorar sus tacoss
con cuero rojo y los cortesanos
c l imitaron de
lo d inmediatto. Estos lle
evaban uno os moños “mmariposa” o
“aspas de molino” (Booucher, 19665).

Luis XIV. He
enri Testelin, 1668
1 (Fragme
ento) Calzados de
d la corte. Exxtraído de: Hisstoria del calza
ado desde la
antigüedad más remota hasta
h nuestross días. Paul La acroix, 1862.

Boota Militar. Extrraído


de: Historia del
callzado desde la a
antigüedad máss
rem
mota hasta nu uestros Retrato
o ecuestre de
as. Paul Lacro
día oix, Luis XIV
V. C. Le Brun,
18662 c.1670

21
Accesorios
Tahalí
Si bien Boucher argumenta que estos
accesorios fueron menos habituales durante la
época de los rhingraves pueden verse en
numerosas iconografías. Modelos más anchos,
bordados, acolchados, adornados con galones
y flecos sustituyeron a los cinturones del estilo
anterior

Vista del castillo de Vincennes con Luis XIV y M. T.


de Austria. F. van der Meulen, 1669. (Fragmento)
Luis XIV, frente al de las Tullerías. C. Le Brun, 1662.

Canons
Hacia 1660, estos accesorios de encaje se fruncían en la parte superior, y generaban mucho
volumen en la parte inferior, lo que Spósito llama, “forma de pantalla”. Lo cual obligaba a los
hombres a caminar de una manera incómoda, con las piernas abiertas (Spósito, 2016).

Galants
Se trataba de cintas de seda que podían colocarse sueltas o en forma de moño. Decoraron los
conjuntos generando grandes volúmenes en cuellos, hombros, cinturas y piernas. Llegaron a ser
de los ornamentos más utilizados durante el reinado de Luis XIV. Al respecto, Boucher afirma que
todo el traje podía llegar estar sobrecargado de estos lacitos y que “cuando a partir de 1665, se
tomaron medidas restrictivas
respecto a los bordados de oro,
éstos fueron sustituidos, por los no
privilegiados, por galones, botones y
flecos que sobrecargaron las
prendas hasta el extremo” (Boucher,
1965, p.224).

M. P. Hieronymus, Duque de Bavaria.


Sebastiano Bombelli, 1666.

La entrevista de Luis XIV y Felipe IV en


la isla de los Faisanes J. Laumosnier,
c.1690 (Fragmento).

22
Guantes Perfumado
P Tocados y Peinados
s
Siguiendo a Boucher,, durante el reinado de e Luis XIV, el uso de laas pelucas hizo del so ombrero un n
accesorio superfluo, sin
s embargo o, las norma
as de corte
esía obligab ban a sacársselo y sujettarlo bajo ell
brazo ante e el monarrca. Estos, eran de co opa baja, con
c alas más
m estrech
has que los s del estilo
o
anterior, la
as cuales se
e levantaba
an por delannte y por deetrás, y pre
esentaban ddos plumas. El cabello o
era largo y rizado y se
e iba imponiendo el uso de pelucaas. (Bouche er, 1965).

. Ja
acques de Goyon III. H. Gas
scar, c. 1660

Luis XIV. R.
R Nanteuil, 1670 Louis XIV
X otorgando
o audiencias. A.F. van der M
Meulen. 1672--73

23
3
24
Indumenttaria feme
enina
El traje femmenino de mediados de siglo da a cuenta de e
esta socie edad que le presta especial atención al a
individuo unido
u a unaa profundizaación del modelo
m de la
a
corte, factoores que taambién ace eleran las prácticas
p de
e
embellecimmiento. Al respecto, Vigarello señala la a
legitimidad
d que cobrra compone er el cuerppo. Todo el e
conjunto estaba
e decoorado con pasamanos, bordados y
cintas, rep
presentando o la ostentaación de la
a época que e
fue aumen ntando exp ponencialme ente desde e 1680. Los s
vestidos feemeninos definían
d una silueta más
m esbelta a.
La parte superior
s se ceñía con un corsé cubierto
c po
or
una peche era bordadaa que dejab ba libres ell cuello y el
e
escote. La novedad de d la época estaba en lasl batas de e
faldas holgadas inde ependientess muy larg gas que se e
convierten en un ma anto sin corsé llamado mantua a. María
a Teresa de A
Austria, Reina de Francia.
Esta prend da revolucioonó la form
ma de vestir durante el e Jean Nocrett, c.1660/70
día y suavvizó la silue
eta femenina en la seg gunda mitad d
del Siglo XVII.
X

PRENDAS
S
Cuerpo / Corset
C
Nuevamen nte observaamos que lo os autores difieren enn el uso de
los términoos a la horra de nomb brar los méttodos de ajjuste de la
época: corrset, cuerpo
o, just a corrps, son alg
gunos de loos nombres
utilizados. La indumentaria fem menina era menos en ncorsetada
que en la época ante erior aunque seguía siendo comp plicada. La
silueta noo estaba de eformada co omo lo estuvo con el corsé y el
verdugado o del renacimiento. El torso seguíía estando ceñido por
una pieza interior sim milar al co
orset que dejaba
d descubierto el
cuello y ele escote. Los escotes eran anchos a y cuadrados
cuadradoss y estaban n decorados con enca ajes y otros
s adornos,
mientras que
q el torso tenía una forma
f de triángulo inve
ertido cuya
punta se superponía a a la falda, delinean ndo una ciintura más
elevada y ancha. Lass pecheras estaban a menudo cubiertas por
una jareta de tejido vistoso,
v y de
ecorado coon encajes y cintas de M
María Cristina de Francia,
Duq
quesa de Savo oya. Nicolas
seda.
Mignard d, c.1650/60
Este objeto construid do con balle enas cosidaas sobre una tela de trama bien n
apretada, presentaba a alargamien ntos de los costados para
p realzar el busto y
delineaba una silueta a estilizadaa que obliggaba a echar los hom mbros hacia a
atrás. Se utilizaba
u dessde la infan
ncia para orrientar más precozmen nte el porte.
Vigarello señala
s la importancia a de este objeto
o y su
us implicanncias en la a
sociedadess del mom mento: “Un nuevo arte e, el “ajusta
ador de gaarganta”, se e
impone a mediados del siglo XVII, X con su
s técnica, sus comerrciantes, su u
corporació
ón. Ocho de e esos mod distos especcializados aparecen
a citados en el
libro cómodo de direccciones del París de 16 690.”
Quandd j’aurois toute
e la science
B.Picart, c.1700

25
5
La belleza natural resulta impensable en ese universo del encantar. Sin embargo, el busto
comprimido y el vientre estrangulado de las damas de la alta sociedad no se imponen en las
demás mujeres que parecen conservar sus libertades. Las siluetas más contenidas de las damas
de la corte se oponen a los contornos considerados como pesados de las granjeras que expresan
una estética más descuidada y menos artificial.

Vestido
Los cambios en los vestidos radican esencialmente en un
aumento de ornamentación a partir de la influencia del gusto
por lo barroco coincidente con la llegada de Luis XIV al trono de
Francia.
El escote de los vestidos se había ampliado dándole una forma
tipo bote, y se adornaba con encajes, piedras preciosas y
moños. Las mangas se fueron acortando en relación al período
anterior pero seguían siendo voluminosas y recogidas y
ajustadas a la altura del codo. Se hacen más blandas y
abullonadas y se unen más bajas a los hombros, adornadas
con rellenos, lazos, galones, y ribetes de pasamanerías y
volados que podían ser de lino, algodón o encaje como los bajo
de las enaguas.
Entre los diferentes autores
analizados encontramos la
existencia de vestidos para
Madame de Montespan.
diferentes ocasiones: monta,
Anónimo, c.1660
informal, holgado, de ceremonia. Todos presentaban cantidad
de prendas superpuestas y ornamentadas, variando un poco
en la morfología, tejidos y colores.
Las faldas se componen de una superposición de enaguas que
cubría al nuevo método de ahuecamiento que comienza a
reemplazar al verdugado renacentista: el tontillo. Este objeto
ensancha las caderas por los costados mientras aplana el
centro por delante y por detrás. Se realizaba con aros de
ballena, de sauce o varillas de metal, tela engomada y finas
láminas de madera que se acolchaba con paños almidonados.
El tamaño del mismo aumenta progresivamente a medida que
nos acercamos al Siglo XVIII. Las caderas naturales quedan Retrato de una dama.
totalmente ocultas entre los volados y pliegues de la parte Gabriel Metsu, 1667, (fragmento)

inferior, lo cual da cuenta del lugar destacado que se brinda a


la decoración por sobre la actividad.

Bata / Manteau
La aparición de esta nueva prenda es explicada de diferentes maneras según los distintos autores
consultados (Fogg, Spósito, Boucher), pero todos coinciden en que se trataba de una prenda que
se superponía a las enaguas y se recogía hacia atrás, dejando ver las diversas capas interiores.
Fogg señala la mención de la mantua en una pintura de 1660, como sucesor de un vestido suelto
tipo camisón que usaban las mujeres de manera informal. Por su parte, Spósito destaca la
existencia de una falda con cola llamada mantello, que se unía al corsé y estaba confeccionada en
26
raso o terciopelo forrado de seda con ribetes adornados y
enganchados. Debajo aparecía la falda propiamente dicha de
color liso, con franjas o dibujos compuestos. Boucher señala al
vestido de encima como el antecesor de la mantua y se llevaba
sobre las enaguas recargadas con volados y encajes de oro y
plata. Esta bata o manto podía también tener una cola que se
relacionaba con el rango de la mujer que la portaba y solía
tener pliegues y drapeados varios que sumaban a la
exuberancia del conjunto.

Retrato de María Teresa de Austria, Reina


de Francia. Pierre Mignard, c. 1663/66

Vestido de ceremonia
El vestido de ceremonia femenino exhibía la riqueza y
el estatus de la persona que lo vestía. La silueta de la
mujer simulaba una forma de cono invertido y se
adecuaba mejor para las mujeres menos rellenitas. Sin
embargo, algunas damas de la corte lo preferían a
otros estilos más acordes a su cuerpo. Esta
indumentaria adaptaba una elaborada bata interior
abierta por delante como prenda exterior (la mantua o
manteau) que llevaba sobre una falda, un corpiño y
una pieza de estómago.
Madame de Montespan. Pierre Al respecto, Fogg lo describe de la siguiente manera:
Mignard c.1670/80
El vestido de ceremonia está compuesto por el bustier (grand corps o corps de robe), la
falda (jupe) y la cola (bas de jupe o queue). El corpiño lleva ballenas y aplasta y deja ver el
pecho, forzando la posición de los hombros hacia atrás.
Las mangas hasta el codo, se llevan caídas y abullonadas, y se adornan con capas de encajes y
ribetes. Las faldas alcanzan un gran volumen el ahuecamiento gracias a un ahuecamiento
denominado tontillo. Con respecto a los colores, no había un código particular, pero las mujeres
mayores usualmente vestían de negro y las más jóvenes del estatus social más alto preferían
llevar oro y plata.

Accesorios
Durante el siglo XVII, los juegos de cartas se volvieron un hábito para todas las clases, sobre todo
aquellos que permitían hacer apuestas. Debido a esto, se pusieron de moda unos bolsitos
ricamente decorados para guardar las fichas o el dinero. Estaban hechos de brocado o terciopelo
y bordados con hilos dorados y plateados, muchas veces con motivos indicando el origen y
estatus de la persona que los utilizaba.

27
Bolsa de apuestas. Fin
nes del S.XVII, Met Museum
m

En este período
p tam
mbién se freecuentaba regalar bolsos con reetratos pinttados para ocasioness
especialess. Estos boolsos adem más de tenner el rosttro de los dueños del accesorrio estaban n
adornadoss con hilos metálicos
m y encajes.

Bolsa co
on retrato. Fin
nes del S.XVII, Met Museum
m

Los zapatoos femeninnos solían ser


menos extravagante
e es que los
masculinoss, pero igualmente
estaban bordados y estab ban
confeccion
nados en teextiles lujossos
como sedaas o adamaascados.

Zapatos fran
nceses. Fines del S.XVII, M
Met Museum

Peinados
A partir de
d la déca ada de 16 670
comienza a utilizarse e el peinado
o à
la hurluberrlu o à la hu
urlupée que
e se
caracteriza
aba por tener rizzos
voluminoso os a ambo os lados de
e la
cabeza y unos tirab buzones más
m
largos sueltos. DuranteD e
este
período laas mujeres no utilizab ban
peluca pero compen nsaron la fa
alta
de altura utilizando
u e peinado à la
el
Fontange, que fue característico de Portra
ait of Anne de
e Souvré. Marría Teresa de Austria.
Fran
ncisco de Troyy, SXVII
la década de los 90 (Laver, 201 12). Simon Dequoy, 1605
(frag
gmento)
28
8
Este peinaado le debe su nomb bre a una de las ama antes favorritas de Luis XIV, que e según la a
leyenda, lu
uego de unaa cabalgata
a se había despeinado
d o y por lo ta
anto se lo re
ecogió en lo
o alto de la
a
cabeza coon una cintaa. Este estilo se popu
ularizó rápid
do en la coorte y tambbién en otra
as regioness
fuera de Francia. (Bou
ucher, 1965
5).

Cosmética
a
En Franccia se utilizzaban parch hes de tafeeta negra cortada en n diferentess
formas (ppor ejemplo,, estrellas, lunas,
l coronas y otras) según la posición
p en
n
la que se colocaban tenían dife erentes nommbres: la “coquette” la “roguish” y
la “impasssioned”. Laa manera de e colocarse
e estos parcches era tod
do un arte y
tenía cierrtas reglas para logra ar un equilibrio estéticco en el roostro. Esta
a
práctica te
enía sus deetractores pero
p a pesarr de esto te
enía muchos s adeptos y
se decía que siemprre se podía a ver algunaa mujer ajuustándose los parchess
en públicco. En Inglaaterra la moda
m empezzó en 1665 5 aproximaadamente y
para 1700 0 las mujerees que seguían la mod da de la época no eran vistas sinn
estos accesorios.
Mujer con mu
uchos parchess.
Anónimo, c.1650

Grabado del S. XVII Femme de qu


ualité en sultan
ne. Anónimo,
1688

El orgullo.
Ro
obert Bonart, c.
c 1690 (fragm
mento

9
29
30
Los camb
bios en el traje barrroco de fin
n de siglo
Indumenta
aria mascu
ulina
Al final del siglo XVII,
X entre las década as del ‘60 y ‘70, la indumentaria a
masculina vuelve a sufrir mo odificacionees y ya, parra entonces s, podemoss
ver el comienzo
c del traje de tres
t piezas – denomina ado traje a la francesa
a
– que marcará
m el siglo siguie
ente. De acu uerdo con JJames Lave er, el nuevo
o
traje se
e inspira en
n la moda pe ersa u orien
ntal (Laver, 1992). Parra entenderr
este fe enómeno recordamos
r s que a principios
p del siglo se e fundaron n
distinta
as compañíías destinad das a impo ortar bieness de consumo exótico o
desde distintos países de e oriente a Europa. Empresas s como la a
Compa añía Neerla andesa de las Indias Orientales (1602), la Compañía a
Británicca de las Inndias Orienntales (funddada como sociedad anónima
a en
n
1612) y la Com mpañía Fra ancesa de e las India as Orientales (1664))
comercciaron con India, Japó ón, China, Siam
S (hoy T
Tailandia), Persia
P (hoyy
Louis Auguste Duc du Irán) y el Imperio Mogol, entrre otros, llegando a co olonizar mucchos de loss
Maine. Hen nri Bonnart,
finales del siglo
s XVII
territorios.

Fragme
ento de Hoja de
d diferentes vistas
v de Pers
sia, Jean Charrdin (1643-171
13), 1686

Rettratos miniatura de los gobeernantes de la


a dinastía Moggol, anónimos,, 1686. Estas miniaturas fue
eron
rea
alizadas en Go olconda (India), donde minia
aturistas del lu
ugar trabajaba
an especialmeente para los
eurropeos que paaraban allí deb
bido al comerccio textil.

31
Para corroborar esta visión de Laver, se pueden ver retratos y bocetos de los viajantes europeos
en las Indias Orientales donde se encuentran prendas de abrigo largas, abiertas en el frente y
decoradas, con formas que recuerdan a la casaca y accesorios como los fajines, que ya se
observaron en el estilo anterior y que se encuentran también en el traje de tres piezas de fin de
siglo.

Prendas
Casaca
Dentro del nuevo traje encontramos esta prenda de abrigo, la
casaca (presente también en el estilo anterior) también
denominada sobretodo en algunas traducciones. Esta casaca fue
utilizada primeramente en el ejército francés para uniformar a las
tropas que tanto crecieron en número en las últimas décadas del
siglo, siendo la de color azul la que distinguía a los guardias
franceses y a los regimientos reales. Pero a principios de la
década de 1660, Luis XIV instituyó esta prenda como una forma de
distinción, poder y privilegio. De acuerdo a Boucher, en 1662 el rey
concedió a un selecto grupo de cortesanos el honor de vestir una
casaca parecida a la suya, de muaré azul forrada con rojo,
bordada con oro y plata (Boucher, 1965). Rápidamente la casaca
se convirtió en la imagen de la monarquía francesa, y a finales de
la década se incorporó a la indumentaria civil.
Colección de modas de la Formalmente, la casaca mantenía los faldones largos y
corte de Francia, “Garde du
ensanchados en la parte inferior, como en la versión anterior, pero
corps du Roy”. Henri Bonnart,
c. 1685 estos se vuelven rígidos, dándole más cuerpo. Sus mangas -antes
cortas- se alargaron, terminando encima de la muñeca y con
vueltas amplias que dejan ver la camisa debajo.

General d’Armée. Nicolas


Bonnart, finales del siglo XVII

32
Paseo de Louis XIV a la vista del Parterre du Nord en los jardines de Versalles,
alrededor de 1688 (fragmento). Allegrain Etienne.

.
L. J. Duc de Vendôme. J.Bapt. Lully, Superintendente de
Louis XIV. P. Berge, fines s. XVII
R. Bonnart Música Real. N. Bonnart, fines s. XVII

33
Chaqueta
El antiguoo jubón se e comenzó a utilizar
debajo de la casaca a transformá ándose en
una chaqueta o ch haleco con n mangas,
según disstintas traducciones. La misma
era larga, llegando casi hasta la as rodillas,
se utilizab
ba abotona ada y ocu ultaba los
calzones. Tanto Bo oucher como Laver
mencionan n que la tela de la ch haqueta se
realizaba de tejido vistoso y bordado,
mientras que
q la casa
aca se man ntenía más
simple aunnque no dejjaba de estar también
decorada. Estas afirmmaciones se s verifican
bados de moda
en los grab m de la época.
é
Es esta chaqueta la que luego se Le Generral Steinbock. Nicolas Bonnart, fines siglo
o XVII
transforma
ará en el chaleco del trraje de tres
piezas del siglo siguie
ente.
.

Calzones
Los calzon nes o culo
ottes (tambbién pueden n
encontrarsse denominados com mo calzass)
eran cortoos y estre
echos, y lle egan hastaa
debajo de e la rodillla. Los mismos
m see
complementaban con n finas calzzas de sedaa
blanca o de
d color quee cubrían el resto de la
a
pierna.
Monsieur le Ducc de Bourbon..
Je
ean Mariette, fines
f siglo XVIII

Ho
omme de qualité chantant.
Robbert Bonnart

Cravat
El cuello de
d banda caída
c desa
apareció,
ya que no era adecua ado para la casaca,
gar se usa la corbata o cravat.
y en su lug
Según Lavver, el nom mbre crava at podría
indicar quue esta corbata
c derriva del
cuello que llevaban n los cro oatas al
servicio del ejército francés para
proteger la gargan nta. Fue copiada
primero -een la primeera mitad del siglo-
por los oficiales fran
nceses y luuego por
los miemb bros de la corte de Luis
L XIV
(Laver, 19992). Segúnn Boucher, para el
uso civil los extremos de las cravats
eran de visstosos encaajes y podía
an llevar
un lazo de cinta (Bouccher, 1965)). Sixxieme chambrre des apartem
mens (estampa). Antoine Trrouvain, 1698

34
4
.
Colección de modas de la corte de Francia. Homme en Brandebourg (fragmento), Henri
Bonnart, circa 1676-1683; Le Basque (fragmento), Nicolas Bonnart, circa 1678-1693; Le
Cavalier bien mis (fragmento), Nicolas Bonnart, circa 1684.

Se contrataron para la corte encajeros venecianos e italianos, y, para animar el consumo y el


desarrollo de la industria de dicho material, el Rey decretó que en la corte sólo podían utilizarse
corbatas de encaje. A finales del siglo, la corbata se estrechó y alargó, y pasó a confeccionarse
también con batista o muselina.
La corbata anudada à la Steinkirk tiene
su origen, según Boucher y Laver, en la
batalla de Steinkirk, en 1692, cuando
los oficiales franceses, sorprendidos
por un ataque del enemigo, no tuvieron
tiempo de anudarse la corbata, la
enrollaron alrededor del cuello y la
pasaron por el ojal del uniforme para
que no moleste.

Monsieur le duc de Vendome


Messire Sebastion Le Preste de (fragmento). de Vendome
Vauban (fragmento). Grabado por N. (fragmento). Henri Bonnart,
Bonnart I, diseñado por R. Bonnart, finales del s. XVII.
finales del s. XVII

Calzado
En cuanto al calzado, el mismo continúa con punta cuadrada y taco elevado. Según Boucher, el
lazo del zapato es sustituido en esta etapa por la hebilla que, incluso, podía llegar a estar forrada
por telas finas como terciopelo bordado de oro (Boucher, 1965).

.
Zapatos fines del siglo XVII. Extraído de: Historia del calzado desde la antigüedad más remota hasta
nuestros días por Paul Lacroix, 1862. - Habit d'Espée en esté (fragmentos). Robert Bonnart, fines
del siglo XVII

35
Accesorios
Fajín

Uno de los elementos más característicos de este estilo es el fajín


de seda bordada y con flecos que se anudaba entre la cintura y la
cadera hacia el costado con un “abandono estudiado” según las
palabras de Boucher. Estos fajines lujosos nos recuerdan a los
utilizados en los trajes orientales.
Estuvieron de moda hasta el final del reinado de Luis XIV.

El duque de Enghien y su hijo. Atribuido a Juste


d'Egmont y Pierre Mignard, 1666.

. Retrato de Robert Shirley. Autor Jean-Baptiste Tavernier en Sir Robert Shirley. Anton van
deconocido, c.1624–1627 traje oriental. Johann Dyck, 1622.
Hainzelmann, 1679

El aventurero inglés y el comerciante francés ataviados con trajes orientales donde podemos
observar una prenda principal o chaqueta, un sobretodo y un fajín.

Tahalí
Otro accesorio de gran importancia es el ya visto tahalí, usado a
comienzos del siglo. Durante la época del rhingrave se dejó de
lado, y en este estilo de traje de tres piezas vuelve a utilizarse. En
estas décadas lo encontraremos con una ornamentación muy
recargada, bordado, adornado con galones o flecos. En la espada
se sujeta este accesorio mediante hebillas. Según Stefanella
Spósito, el uso de estos accesorios tan decorados corresponde a
las “formas suntuosas que fomentan la artesanía de alto nivel y a la
inventiva aplicada al enriquecimiento del guardarropa” (Spósito,
2016, p. 98). Al final del siglo el tahalí pierde importancia y se le
vuelve a dar paso al cinturón.
Luis XIV. Jean Ranc, finales del
siglo XVII.
36
Claude, Comte de Choiseuil, Mareschal de France.Grabado por N. Bonnart Louis le grand. Henri Bonnart, fines s.
y diseñado por R. Bonnart, fines s. XVII. XVII. -Retrato de Luis XIV. 1695

Joyas y pedrería
Durante el reinado de Luis XIV, la joyería se volvió uno de los extravagantes lujos parisinos. El rey
utilizó casacas decoradas con piedras preciosas, posiblemente diamantes, que hacían notar la
riqueza y el poder del gobernante. Según Boucher, el gusto por los adornos de pedrería en la
indumentaria masculina creció considerablemente en estas décadas finales, sobre todo después
de que se descubriera un procedimiento para colorear vidrio e imitar piedras preciosas (Boucher,
1965).

Manguito

El manguito es un accesorio que demostraba elegancia y se llevaba en invierno (Boucher, 1965)

Peluca
La peluca adquiere a finales de siglo, según Boucher, una importancia monumental. Tal fue su
importancia que se convirtió en un accesorio de uso obligatorio para los hombres que tuvieran una
posición en la corte, en el palacio o en la iglesia. Se realizaban con crines, con rizos que caían
sobre los hombros y sobre la espalda y fue denominada in-folio. La corte francesa llegó a emplear
hasta cien fabricantes de pelucas para realizar y para mantener en condiciones a dichos
accesorios. Una costumbre habitual era la de empolvar las pelucas con almidón o con polvos
provenientes de los países orientales.

37
A pesar de que el uso de la peluca lo
dejó sin propósito, el sombrero se sigue
utilizando, ya que ambos elementos son
símbolos de extrema distinción.
El sombrero es de tres puntas, con las
alas levantadas y borde de pluma, y se
acostumbra llevarlo bajo del brazo,
especialmente en presencia de la
realeza, frente a la cual los caballeros se
debían descubrir la cabeza.

Troisième appartement (estampa).


Antoine Trouvain, 1694

Prendas informales
Otra de las influencias orientales la observamos en la indumentaria informal. Las compañías que
comerciaban con oriente importaban kimonos japoneses que eran utilizados por los hombres
franceses como batines en el ámbito privado de sus casas.
Como la importación de verdaderos kimonos era limitada, también se confeccionaron estas
prendas con textiles traídos de la india para satisfacer la demanda.
La costumbre de utilizar esta bata se extendió por varios países de Europa. En Francia, dicha
prenda se denominaba robe de chambre.

Jean-Baptiste Colbert, Ministro de Luis XIV. Óleo por Marc Nattier, 1676. Homme en
Óleo por Marc Nattier, 1676. robe de Chambre. Nicolas Bonnart
“Este vestido armenio es un vestido
cómodo y no se puede encontrar nada
más libre y más de moda”

38
39
Indumenttaria Feme
enina
A fin del siiglo XVII y a principioss del siglo XVIII
X se perrciben pocoos cambios en la indum mentaria de
e
las mujere es, si bien puede ob bservarse un u aumento o de ornam mentación en faldas y mangas..
Leventon (2009)
( señaala que se generalizó
g el uso de la
a mantua arremangad
a a atrás com
mo atuendoo
formal parra la corte.. Debajo de la mantu ua aparecie eron las ennaguas cub biertas de volados
v de
e
encaje. Las mangas comenzaron
c n a afinarsee en relación a las décaadas anteriores, se aju
ustan hasta
a
el codo y se
s llenan de franjas de encaje. El E peinado predominan
p nte era el à la Fontangge. Autoress
como Spósito (2016) señalan el e uso ocassional de un n delantal con
c pechera a que se aññadía a loss
vestidos peero no se encontraron
e n fuentes icoonográficass que den cu uenta de esste accesorio.

Beatriz Jerrónima de Dama francesa


D a… Mantua. c.1700. El orgullo. Robert
R Bonart,
Lorena. Annónimo, 1705 Anónimo, 168
89 Met Muse eum 0
c. 1690

é
Deshabillé
Boucher (1965) menciona estoss vestidos como ablandados y explica e e su origen nació con
que n
Madame de d Montespa an, amante de Luis XIV V que en los últimos añños del Siglo XVII, pon
ne de moda a
unos vestiidos más ligeros. Esttos se cara acterizaban por tener el escote cuadrado u ovalado,,
bordado co on encaje y mangas planas. Segú ún Leventon (2009), originalmentte, estos ve estidos eran
n
utilizados en la intimiidad de lass casas e in
nclusive en
n las habitaaciones parra devenir ene vestidoss
informales. Así mismo o, destaca la
l existencia de un desshabillé neg
gligé, que ssería un ves
stido o bata
a
para salir de
d la cama.

Madame de Riichelieu.
M
Fines de
e S.XVII

Dama con
c negligé.
Anónim
mo, 1696

40
0
41
TEXTILES
La industria textil es una de las que más favorecida desde las épocas del Renacimiento. Boucher
(1965) señala que tanto en España, Holanda y Francia los pañeros, tenderos y peleteros alcanzan
los mayores beneficios, pero será Inglaterra la más adelantada en desarrollo tecnológico textil.
A principios de siglo SXVII, se crean las Compañías de las Indias, las cuales gestionan el
comercio entre las potencias europeas que se disputaban el poderío económico y las colonias en
tierras orientales. A partir de estos intercambios mercantiles, se importaban especias, colorantes y
textiles. A lo largo del siglo XVII, Inglaterra, Holanda y Francia “se disputan el mercado del
Próximo Oriente para colocar en allí su pañería fina”. (Boucher, 1965, p. 281)
La lana y el algodón son los tejidos utilizados para las prendas menos formales, pero la seda será
el tejido más requerido para los trajes vistosos. Spósito señala que los rasos, terciopelos y las
sedas irisdiscentes se llevaban de colores lisos o con motivos pequeños de racimos y ramilletes.
(Spósito, 2016, p: 105). No menos importantes son los encajes y su protagonismo en el traje
barroco. Boucher describe la importancia de este tejido para la sociedad francesa, que, luego de
varios intentos fallidos de prohibirlo debido a que se producían, principalmente, en Italia y Flandes,
promueve la producción nacional en los centros de Normandía y Borgoña. Para ello, Colbert, hace
traer de Venecia a maestras randeras que forman a las obreras tejedoras francesas y al cabo de
unos años compiten con los tejidos a nivel internacional.
Hacia finales de siglo se ponen de moda los tejidos de algodón estampados con colores vivos que
fueron adoptados por hombres y mujeres en prendas informales para uso dentro de la casa, pero
que, según el periódico Mercure de France citado por Boucher “Las damas (…) tienen vestidos de
casa que les cuestan tan caros como los de telas de oro y plata” (Boucher, 1965: p. 282). Estos
precios se elevaron a partir de las limitaciones del gobierno francés a las importaciones de tejidos
que dieron lugar a varias protestas durante el siglo siguiente.
En relación a los colores utilizados en los trajes, Boucher señala que era Francia quien lideraba
las investigaciones en esta materia en relación a la calidad y la combinación de tonos,
especialmente en los colores azul y rojo.

Consideraciones finales
A partir del análisis de las fuentes utilizadas se percibe la impronta del estilo barroco en la
configuración del ideal estético y la evolución del traje a lo largo del siglo XVII. Las prácticas
asociadas con el lujo y la sofisticación constituyeron uno de los pilares de las políticas económicas
de la monarquía francesa. En este sentido, el traje adquirió un papel protagónico como signo de
poder. Las transformaciones más importantes se observaron en el traje masculino, mientras que la
indumentaria femenina se va a mantener de manera similar a lo largo del siglo, aunque se irá
cargando de ornamentos. El hincapié sobre la indumentaria masculina puede estar relacionado,
también, con la figura del rey absolutista, figura que vio su mayor esplendor durante el reinado de
Luis XIV. La ostentación del traje se puede vincular directamente con los valores de una
monarquía que intenta operar como modelo estético para el resto de la sociedad.

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Bibliografía
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Páginas Web consultadas


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Disponible en https://collections.lacma.org/ febrero-marzo 2019

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