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UPAV

ANABEL GUERRERO JARDINES

LIC. EN ENFERMERÍA

5 SEMESTRE

PSICÓLOGA EMMA GARCÍA VARGAS

PSICOLOGÍA
UNIDAD I. LA ENFERMERÍA COMO PROFESIÓN

1.1 Concepto de la profesión

La enfermería como profesión se fue perfilando a través de los años. La


suposición de que enfermería es un arte innato a cualquier mujer ha
obstaculizado el desarrollo de un concepto de enfermería como profesión.6 Para
comprender esto, debemos hacer una breve revisión histórica del desarrollo de
los cuidados en la sociedad, tan antiguos como el hombre mismo, y su
asociación con el desarrollo de la enfermería.

Según Colliere, los cuidados durante millares de años no fueron propios de


un oficio, ni menos de una profesión determinada. Estaban ligados a la mujer,
históricamente vinculados a las actividades de cuidar la vida y preservar la
especie, en cambio los hombres eran asociados a actividades relacionadas a la
defensa y salvaguardar los recursos. Los cuidados eran dirigidos al cuerpo en
forma global, es decir, cuerpo y espíritu. Posteriormente con la llegada del
cristianismo se da supremacía al espíritu, aparecen las mujeres cuidadoras
consagradas. Después de la edad media, los cuidados serán ejercidos por mujeres
de clase baja y de dudosa reputación. En este período todas las labores
relacionadas al cuidado eran consideradas una ocupación inferior e indeseable.
Con el avance de la ciencia, las nuevas tecnologías en el ámbito médico hicieron
necesarios más colaboración, surgiendo el concepto de mujer cuidadora- auxiliar
del médico, cuya labor estaba apegada en estricto a las indicaciones médicas.
Los conocimientos adquiridos por las cuidadoras en ese entonces eran
transmitidos por los médicos, fundamentalmente en áreas de patologías y
diversas técnicas. El estilo de pensamiento se acercaba al religioso, en un intento
de recuperar la imagen cristiana de los cuidados de antaño, reforzando un
modelo vocacional y disciplinar del ejercicio del quehacer.

Es en este contexto donde surge la enfermería como profesión incipiente con


Florence Nightingale, quien establece las bases de una formación formal para
enfermeras. Esta se realizaba en hospitales con instrucción entregada por
médicos. Las candidatas eran sometidas a un estricto sistema de selección de
disciplina y calidad moral. Con este sistema Florence eleva la condición de
cuidadora tan deteriorada hace algunos años. Sin embargo, éstas limitaban su
quehacer a las estrictas instrucciones médicas, sin evidenciar autonomía en este
desempeño.

Aunque muchos autores se refieran a las mujeres cuidadoras en las diferentes


etapas de evolución del cuidado como enfermeras, las autoras del presente
artículo no comparten esta postura, y consideran que la enfermería nace como tal
en la época de Florence Nightingale. Desde esta época inicial de enfermería, han
acontecido hechos que han determinado la consideración social de enfermería
como una profesión más.

1.2 Características de una profesión


Estabilidad Emocional

Esta profesión comúnmente es estresante debido a las difíciles situaciones que


enfrenta. El profesional de la enfermería deben hacer frente a casos de muerte y sufrimiento,
por lo que debe evitar que afecte su desempeño profesional.

Habilidades de comunicación

No es un secreto que desarrollar habilidades de comunicación es importante para


cualquier profesión. Sin embargo, cuando hablamos de enfermería es un aspecto que debe
trabajar en su día a día, sobre todo cuando se trata de escuchar y comunicarse con los
pacientes.

Flexibilidad

El horario para un enfermero o enfermera debe ser flexible en cuanto a


responsabilidades y horas de trabajo, los cuales a menudo se extienden los fines de semana y
las noches. Si te decides por estudiar enfermería debes tenerlo en cuanta para organizar tu
agenda.

Empatía

Es preciso en esta profesión contar con gran capacidad de empatía para tratar las
afecciones de los pacientes. Esta profesión se diferencia de las demás por el acercamiento
hacia las personas y su aptitud de colocarse en el lugar del otro.

Atención al detalle

La concentración es totalmente fundamental en el campo de la enfermería, debido a


que se trata de vidas humanas. Por tal motivo, el profesional debe prestar atención a cada paso
que realiza y prestar atención a los detalles.
Resistencia física

La mayoría de las tareas que debe desempeñar un profesional de la enfermería son de


pie, por lo que es recomendable que te prepares físicamente para acostumbrarte a ese estilo de
vida. Además, te recomendamos utilizar calzado adecuado para reducir los efectos del
cansancio.

Habilidades interpersonales

Gracias a que los profesionales de la enfermería son los vínculos entre los pacientes y
los médicos, es necesario que cuenten con buenas habilidades interpersonales para comunicar
eficientemente las necesidades y solicitudes de cada uno.

Respuesta rápida

En el tema de cuidado de salud es indispensable contar con la habilidad de solucionar


problemas de forma rápida y eficiente ante eventos inesperados. Mantener la cabeza fría es
una habilidad necesaria.

Respeto

El respeto es uno de los pilares básicos en la relación entre paciente-enfermero. Es una


cualidad que debemos tener todos los profesionales, sin embargo, en un enfermero debe ser
mayor que el promedio.

1.3 Fundamentación de la enfermería como profesión


Los fundamentos constituyen la base y la orientación del pensamiento para actuar desde
una perspectiva propia. Proporcionan los conocimientos, metodología, habilidades y técnicas
(competencias disciplinares) distintivos de las áreas de conocimiento y su práctica. Los
fundamentos de enfermería representan el desarrollo de conocimientos y métodos para el
ejercicio profesional, es decir, la forma de pensar y hacer de la enfermera.

Los fundamentos teóricos y metodológicos constituyen la base y las orientaciones del


pensamiento enfermero para actuar desde una perspectiva propia. Proporcionan los
conocimientos, metodología, habilidades y técnicas (competencias disciplinares) distintivos de
sus áreas de conocimiento y su práctica..

Desde el punto de vista disciplinar explica el objeto de su identidad y ofrece las bases y
líneas para profundizar en sus conocimientos a través de la investigación: “la forma de pensar
en enfermería”. Desde el punto de vista profesional representa el desarrollo de conocimientos
y métodos para el ejercicio profesional: “la forma de hacer enfermería”.

Además, se ha tratado de orientar los contenidos de este libro desde el análisis y la


comprensión del entorno social y sanitario, por ser elementos que, además de influir en la
construcción y el desarrollo disciplinar, generan competencias y actitudes profesionales, es
decir, métodos de relación con la persona y el equipo. Por ello, aborda el planteamiento de los
fundamentos teóricos y metodológicos de la enfermería, que constituyen las bases del
pensamiento enfermero, así como las orientaciones que este enfoque teórico puede dar para la
correcta actuación en el campo de los cuidados enfermeros.

1.4 Enfermería, profesión humanista


La profesión de enfermería surge en los países latinoamericanos como una ocupación
social que se profesionaliza*. Es en la etapa moderna o pós nightingaleana, cuyo período
inicial se remite a principios del siglo XX, cuando mediante procesos de institucionalización
educativa, se transita de ocupación a profesión. Las particularidades que han caracterizado el
origen y desarrollo de Enfermería en más de una centuria, guardan un estrecho vínculo con las
condiciones históricas, culturales, sociales, económicas y políticas que la acompañaron en su
proceso de constitución.

Bajo ese contexto, es importante considerar que la formación del personal de enfermería,
por lo menos durante 70-80 años del siglo pasado, se hizo bajo un modelo educativo
profesionalizante, francés, llamado también napoléonico , que privilegió la adquisición de
conocimientos, y sobre todo habilidades, para responder a las necesidades de atención a la
enfermedad en los ámbitos hospitalarios. Por su parte, la práctica asistencial también se ha
caracterizado por presentar tres modelos, a saber: empírico-práctico, práctico-teórico y
teórico-práctico.

En ambos casos, el cuidado humanitario ha estado presente, sobre todo referido a diversos
actos de religiosidad, caridad, ayuda al prójimo, sentimientos de propósito y capacidad,
preocupación por los demás, participación, compromiso y motivación, características que
suelen atribuirse a la vocación, es decir, a la aceptación de normas y modelos apropiados, la
identificación con sus pares y la idea de colectividad. La noción de servicio del personal de
enfermería se ha ido modificando, sobretodo, si se toma en consideración la filosofía heredada
del siglo XIX donde la prestación del cuidado era con la finalidad caritativa y de auto
sacrificio, donde los agentes de enfermería procuraban salvar su propia alma, salvando el alma
del doliente a través del cuidado del cuerpo, integrándose la mística católica del cuidado
caritativo a los pobres y discapacitados, a la ética protestante del ascetismo y del trabajo como
virtud y fuente de satisfacción personal. En este sentido, la mística de la profesión
generalmente se encuentra apoyada por un código de ética, el cual constituye uno de los
elementos más importantes de la profesión y se convierte en un mecanismo de autocontrol
profesional.

A lo largo de más de una centuria, las enfermeras y enfermeros latinoamericanos han


transitado por diferentes caminos en la búsqueda de un posicionamiento o vindicación en el
concierto profesional, laboral y social. En ese andar, se han incrementado los conocimientos
teóricos y disciplinarios, validados por la obtención de grados académicos; se ha incursionado
de manera formal y sistemática en la investigación, se ha intensificado el uso de tecnologías de
la información y se han ampliado los procesos de acreditación, certificación y evaluación de
conocimientos, habilidades, procesos y resultados, individuales y colectivos, producto de un
sistema económico de corte Neoliberal, el cual privilegia el adelgazamiento del Estado y
favorece a la iniciativa privada. Es evidente que con todo ello se han tenido logros
exponenciales en el avance de la profesión, sin embargo, parece que se ha postergado la
esencia de Enfermería: Cuidar con humanismo.

Existen por lo menos dos grandes evidencias de esta aseveración. En primer término, la
opinión cada vez más frecuente de los usuarios de los servicios profesionales de enfermería,
de la familia y de la sociedad en su conjunto, los cuales aluden a un trato mecanicista,
despersonalizado y con ausencia de empatía personal y profesional, ante una persona que se
encuentra vulnerada en su salud. Enseguida, la preocupación de estudiosos de la profesión,
que están retornando su mirada hacia aspectos éticos y estéticos que son imprescindibles en el
acompañamiento integral de una persona que requiere de un cuidado terapéutico y
acompañamiento holístico; los cuales insisten en realizar funciones y acciones que favorezcan
y posicionen a la profesión de enfermería, otorgando visibilidad e impacto a la contribución,
compromiso y responsabilidad ciudadana, profesional y social del personal de enfermería.

Actualmente las condiciones sociales y profesionales pueden ser propicias para


reflexionar sobre el Ser, Saber y Hacer en Enfermería. En pleno siglo XXI parece que hemos
construido una identidad individual, de no ser así, ¿Dónde están nuestras raíces?, ¿Nuestra
identidad colectiva?, ¿Nuestra ciudadanía?, ¿El compromiso social? y si estas preguntas
parecieran ociosas, cabe reflexionar: ¿Cómo objetivamos esa identidad profesional? Los
escenarios educativos y asistenciales se encuentran matizados por un individualismo y una
competencia que lesiona el tejido profesional, en términos identitários y colegiados, por
señalar algunos, lo que está generando una crisis, la cual puede superarse mediante la
convicción del tránsito de una globalización competitiva hacia una globalización cooperativa.
Con esta mirada, es necesario transformar la educación y la práctica profesional de
Enfermería, cuyo núcleo y esencia sea el humanismo, lo que no excluye los conocimientos
epistemológicos, técnicos, empíricos, científicos, éticos, estéticos y tecnológicos.

El humanismo en enfermería, puede entenderse de manera sencilla como el acto de


entender y tratar al ser humano como persona, dicho de otra manera, "tratar al otro como te
gustaría que te trataran". Bajo esta óptica, es preciso recordar que cuando decidimos ser
enfermeras(os), casi siempre pensamos en ayudar, cuidar y acompañar al otro. Así, el
humanismo es inherente a nuestra persona y nuestra carrera nace de la persona que somos.
Esta reflexión no tiene la pretensión de hacer una amplia argumentación teórica sobre el
humanismo, más bien, busca retornar a lo aparentemente simple, a lo que no pasa de moda
porque somos personas, al trato cotidiano de ser y estar en el mundo, de crecer
profesionalmente como una tarea colectiva, con sensibilidad, a eufemísticamente "Pensar con
el corazón y sentir con el intelecto".

Es necesario iniciar una revolución personal, desaprender para reaprender, reconocer que
a mayor conocimiento se debe poseer mayor humanismo, como acto de vida, de
corresponsabilidad; tener presente que lo importante para el paciente o usuario es contar con
un entorno afectivo, estar rodeado de la gente que quiere, tener libertad que le permita poseer
capacidad de decisión; estar a gusto física y mentalmente y encontrarse en un entorno
estimulante para los sentidos. Jean Watson afirma que "cuando una enfermera o enfermero
entra en la habitación de un paciente, se crea un campo magnético de esperanza".2:7

Es preciso utilizar el tiempo de ejecución del cuidado para establecer contacto y


comunicación, escuchar sus dudas, observar siempre lo no verbal, tener una comunicación
honesta; propiciar los manejos positivos mediante una sonrisa, contacto visual, tocar el brazo,
hombro o mano, tener voluntad de explicar y escuchar activamente y/o en silencio. La
comunicación debe ser con empatía, respeto, autenticidad, en una palabra, humanizarse en el
encuentro; escuchar al otro con alma, corazón y cuerpo. Amar a nuestra profesión implica
amor y actitud por el servicio, empoderamiento, acompañamiento del equipo de salud y
convertirnos en ejemplos a seguir. En este reencuentro con nosotros mismos, con la profesión
y con la sociedad, se deben desarrollar y fomentar evidencias exitosas, favorecer la
vinculación permanente entre la docencia y la asistencia.

Siempre es tiempo de crear y recrear una Enfermería visible, empoderada, solidaria y con
alto sentido humanístico y social. La esperanza transformadora, crítica y no catatónica o
romántica, permitirá construir, juntos, una mejor enfermería de la que encontramos.

1.4.1 Dimensiones científica


Se define como ciencia a la observación, identificación, descripción, investigación
experimental y explicación teórica de los fenómenos naturales. En este sentido puede definirse
como la doctrina del conocimiento.

Los primeros trabajos de filosofía se basaban en el análisis, el razonamiento y los


argumentos lógicos para identificar los fenómenos y los conceptos teóricos. En las
postrimerías de la década de 1980 y los primeros años de 1990, resurgió una filosofía de la
enfermería humanística. Su visión de la enfermería como una combinación de ciencia y arte
nos ha llevado a agrupar en una misma lección a Nightingale, Wiedenbach, Henderson,
Abdellah, Hall, Watson y Benner.

En comparación con otras ciencias en desarrollo, la enfermería se halla en la primera fase


de evolución científica. Hasta las postrimerías de la década de 1950, la utilización del término
ciencia de la enfermería en la bibliografía especializada era poco frecuente. Entonces se
generalizó la idea de que la base de conocimientos para el ejercicio era inadecuada e
incompleta y que el desarrollo de una base científica para la práctica profesional era una
prioridad.

En 1985, Meleis concluyó que:

La teoría ha dejado de ser un lujo en la enfermería. Hubo un tiempo en que el uso de una
teoría se equiparaba con el de un sistema conceptual, simplemente como huya para el
desarrollo curricular. En cambio, hoy en día la teoría ha pasado a formar parte del método
habitual de la educación, la administración y el ejercicio profesional de la enfermería.

Meleis clasificó los años de evolución de la enfermería en cuatro grandes fases:

Ejercicio profesional.

Educación y administración.

Investigación.

Desarrollo de teorías de enfermería.

En 1952, Peplau desarrolló la primera teoría del ejercicio profesional en su libro


Interpersonal Relations in Nursing.

Durante la década de 1950 y primeros años de la de 1960 se desarrollaron otras


formulaciones de la enfermería. A finales de la década de 1960 y en la de 1970, los teóricos
sobre enfermería analizaron y debatieron múltiples cuestiones metateóricas que se refieren al
desarrollo teórico y filosófico de la ciencia. Carper dio forma en 1976 a cuatro conceptos
fundamentales en el campo de la teoría: conocimiento empírico (ciencia de la enfermería),
conocimiento moral (ética en la enfermería), conocimiento estético (arte de la enfermería) y
conocimiento personal (uso terapéutico del yo).

Durante la década de 1980 se extendió la aceptación de la teoría de la enfermería gracias a


un desarrollo teórico continuado y a la incorporación cada vez mayor de las bases teóricas en
los currículos de los profesionales de este campo.

En la década de 1990 prosiguió el debate filosófico en las obras impresas especializadas


acerca de la condición de enfermería, ya fuera como ciencia básica, aplicada o práctica. La
realidad es que los expertos en enfermería están totalmente comprometidos en el proceso de
conseguir un desarrollo científico global en este campo.

1.4.2 Dimensiones artística

Según Darbyshire, en el afán de encontrar legitimidad ante los colegas académicos, la


enfermería se trasladó de los escenarios de la práctica a los académicos, y esto se acompañó de
una dependencia muy fuerte del empirismo y de las ciencias sociales y psicológicas. Además,
el personal docente pensó que para ser aceptadas en los escenarios académicos tenían que
adoptar la forma y figura de los académicos científicos. El pensamiento racional, calculador
del método científico, ha venido a dominar el discurso en la educación, la práctica, la gerencia
y la investigación, y bajo tal modelo de pensamiento el arte de enfermería, junto con otros
modos de pensar y entender el mundo de una manera más meditativa, contemplativa y estática,
se ha visto marginado y a veces excluido.

Sin embargo, los desarrollos más recientes de la enfermería han venido retando al
paradigma científico con un creciente reconocimiento de que un excelente cuidado de
enfermería no se puede desarrollar de una manera que se base solamente en las ciencias
naturales, físicas y sociales.

Hay trabajos recientes sobre las mejores formas en que la enfermería puede promover el
cuidado humano creativo, en los que han resaltado la importancia de hacer que el arte y las
humanidades se destaquen en todos los aspectos de la enfermería.

Cada uno de los patrones de conocimiento tiene un propósito y unas características


diferentes, pero cada patrón está interrelacionado y es interdependiente (Harper, 1978; Chinn y
Jacobs, 1987; Sorrell, 1994).

El patrón de conocimiento estético se identifica a menudo con el arte de la enfermería.


Comprende un patrón único de conocimiento que ofrece enriquecer nuestro entendimiento de
la experiencia de enfermería que no se logra con otras formas de conocimiento.
Para Chinn y Kramer, 1999, el conocimiento estético en enfermería comprende una
apreciación profunda del significado de una situación que pone de manifiesto recursos internos
creativos, que transforman las experiencias en lo que aún no es real, pero sí posible. El
conocimiento estético permite moverse más allá de la superficie, más allá de los límites y de
las circunstancias de un momento particular, para sentir el significado del momento y
conectarse con las profundidades de la experiencia humana, que son comunes pero únicas en
cada experiencia (enfermedad, sufrimiento, recuperación, nacimiento y muerte). El
conocimiento estético en enfermería se vuelve visible a través de las acciones de apoyo, de
conductas, actitudes, narraciones e interacciones en su relación con otros.

El conocimiento estético hace posible saber qué hacer con y cómo estar en el momento,
instantáneamente, sin deliberación consciente. Surge de la percepción directa de lo que es
importante del encuentro. La percepción del significado de un encuentro crea acciones
artísticas de enfermería, y la percepción del significado de parte de éste se refleja en las
acciones independientes que emprende (Carper, 1978).

Con frecuencia, se comparte el significado sin un intercambio consciente de palabras, y


puede no estar formado cognitivamente. A veces el significado se trae a la situación a partir de
la propia sensibilidad creativa de los enfermeros, abriendo posibilidades que de otro modo no
podrían formar parte del encuentro. Las acciones, los movimientos y las expresiones verbales
del personal de enfermería sirven para transformar y moldear la experiencia en la que de otro
modo no existiría, creando nuevas posibilidades el encuentro.
Las acciones de enfermería dependen de un elemento de arte, y crean interacciones
significativas con otras, únicas, profundamente conmovedoras, que tocan cuerdas comunes de
la experiencia humana. Chinn y Kramer, 1999, se refieren a este aspecto de la práctica como al
acto-arte transformativo.

Para conceptuar sobre el arte y la estética en enfermería es preciso reconocer los


conceptos de arte y estética.

Estética: es un sustantivo que se deriva da la palabra griega aisthetikós (de la belleza), que
se refiere a la percepción. Ha evolucionado para referirse específicamente a las capacidades
perceptuales para apreciar formas artísticas válidas. Como adjetivo, lo estético identifica como
válidamente artístico un objeto o una experiencia. Aquello que es válido artísticamente es
coherente en su forma y sustancia, comunica el significado de un todo que está más allá de los
elementos formativos y sustantivos, y evoca una respuesta.

Arte: es el proceso de crear un objeto estético o una experiencia; también es el término


para referirse al producto que se crea. El arte como proceso comprende habilidades adquiridas
en aspectos técnicos y mecánicos para trabajar con los elementos de los que se forman los
productos, al igual que las capacidades internas para imaginar el todo antes de que llegue a ser
una expresión y a construir intuitivamente los elementos como un todo integral.
Lo que define hasta donde se puede llamar arte a la enfermería es también la determinación de
hasta donde es satisfactorio el proceso y hasta donde logra coherencia el producto como un
todo que suscita una respuesta al cuidado brindado.

No existe en la actualidad una definición clara del concepto arte de enfermería. Los
estudiosos de enfermería han reconocido consistentemente que hay un fenómeno que se
denomina “arte de enfermería”. Según refiere en su artículo la profesora Edilma Gutiérrez de
Reales, (5) la dificultad tiene que ver con el hecho de que este concepto reside en un plano
ontológico; se expresa en el ser conocedor de la enfermera, y en este campo no parece posible
separar totalmente lo que podría verse como estético de otro patrón de conocimiento. Otra
dimensión ontológica que contribuye a dificultar la especificación del “arte de la enfermería”
es la naturaleza representada del arte. Éste se dirige a la transformación de la experiencia.

Simbolismo del cuidado a través del arte.

A través de la historia se ha afirmado que la enfermería es una ciencia y es un arte. Lo


afirmó hace más de cien años Florence Nightingale: “Enfermería, la más antigua y bella de las
artes”. Nightingale incorpora la imaginación, la mente y el alma a los cuidados de enfermería.
La historia de la enfermería es un permanente relato, presentado a través de la herencia de los
artistas, que con talento, sabiduría y gran sensibilidad permiten la visibilidad del cuidado en
cada una de sus obras.

En las culturas griegas y romanas la mujer estaba destinada al matrimonio, la procreación


y la maternidad. La figura de la comadrona está presente en muchos relatos, frescos y
esculturas.
Durante la Edad Media el camino de la salvación de la mujer era la vida conventual, es
una época donde la formación religiosa determina en gran parte el desarrollo social;
Magdalena es el símbolo cristiano de la mujer redimida, que arrepentida va al camino de la
purificación y la penitencia.

Durante los siglos XII y XIII, las mujeres representaban la protección y el cuidado a los
enfermos de lepra. La atención a los leprosos era considerada una obra de caridad. Fueron
muchas las órdenes religiosas fundadas por los santos, entre ellas la orden de los benedictinos
(San Benito), cuyos conventos y claustros están representados en cuadros, pinturas y frescos.
El artista anónimo de la pintura sobre madera (1460) relata la maternidad de Santa Ana y
María recién nacida (6). Nos ofrece una mirada de las actividades femeninas y de los objetos
utilizados para este cuidado.

El cuadro del pintor renacentista Dominico Ghirlandaio (1449-1494), representa la muerte


de Santa Fina. Las mujeres cuidan la llegada de la muerte. Es una mezcla de lo profano y lo
religioso.

Las obras de arte del renacimiento que utilizan la pintura sobre lienzo representan la vida
cotidiana, social, familiar, en que la mujer tiene un gran protagonismo. Uno de los
monumentos modernos más simbólicos es el “Monumento a la Enfermería”, erigido en el
Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, Estados Unidos. Simboliza el espíritu de la
enfermería. La figura de la enfermera, en mármol blanco, mira cientos de tumbas desde una
colina. Es un testimonio del valor, el coraje y la ternura de las enfermeras.
BIBLIOGRAFÍA
 http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03192009000100010
 https://udv.edu.gt/cualidades-que-debe-tener-un-profesional-en-enfermeria/
 https://enfermeria.unison.mx/wp-content/uploads/
2018/01/1_Fundamentos_cientificos_que_guian_el_cuidado_de_enfermeria.pdf
 https://www.scielo.br/j/tce/a/8TXjmtJZkJNkhLDctBPS46x/?lang=es
 http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202008/vol1%202008/
tema19.htm

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