Está en la página 1de 1

TALLER ANÁLISIS DE CASOS

PREPARACIÓN EXAMEN DE GRADO


DERECHO CIVIL

19 JUNIO 2021

CASO 1: BIENES
Don Aliro Gómez, casado con doña Patricia Lazo, compró una casa en Papudo, mediante un contrato de
compraventa celebrado con don Marcelo Osorio, casado con doña Mercedes Valenzuela. El precio
ascendió́ a $ 140.000.000 que se pagaron con $ 40.000.000 al contado y diez cuotas de $ 10.000.000
cada una, con vencimiento semestral y reajustables según la variación de la Unidad de Fomento entre la
fecha de celebración del contrato y de su pago efectivo, y con más un interés del 9% anual. La entrega
material de la casa se realizó después de suscrita la escritura a plena conformidad de los contratantes.
El comprador constituyó hipoteca a favor del vendedor y, para facilitar el pago del saldo de precio, aceptó
diez letras de cambio. El vendedor don Marcelo Osorio dio las mencionadas letras en pago a don Guillermo
Fernández, quien, a su vez, las descontó en un Banco de la plaza.

Don Aliro Gómez dejó pasar tres años sin requerir inscripción alguna en el Registro Conservatorio de
Bienes Raíces, al cabo de los cuales se apersonó a dicho oficio, pero al requerir la inscripción se encontró
con que la propiedad estaba inscrita a nombre de doña Mercedes Valenzuela, quien la había adquirido
en virtud de la liquidación de la sociedad conyugal habida con don Marcelo Osorio, luego del fallecimiento
de éste, razón por la cual el Conservador de Bienes Raíces rechazó la inscripción del titulo.

CASO 2: BIENES
Doña Margarita Díaz celebró un contrato de compraventa con don Gustavo Mora, sobre una propiedad
raíz ubicada en San Bernardo. Una vez celebrado el contrato se procedió a la inscripción del dominio a
nombre de la compradora, sin que el Conservador de Bienes Raíces competente, formulara objeción
alguna. Transcurrieron 15 años sin protesta o reclamo de ninguna especie. A cabo de ese tiempo, don
Rafael Ordóñez dedujo una demanda reivindicatoria en contra de doña Margarita Díaz, aduciendo que
don Gustavo Mora no había sido nunca dueño del inmueble y que la inscripción practicada en su favor
se refería a un contrato falsificado. Agregaba que al momento de practicarse la inscripción, el inmueble
aparecía inscrito a nombre de Rafael Ordóñez y que dicha inscripción no había sido cancelada y estaba
plenamente vigente. Agrega que, incluso, existía una contraescritura privada en que doña Margarita Díaz,
al momento de celebrarse el contrato y practicarse la inscripción, reconocía que su vendedor era un mero
tenedor del inmueble. En consecuencia, solicitaba la reivindicación de la propiedad, ya que él era el único
dueño y no detentaba la posesión que le correspondía.

También podría gustarte