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TEMA 1-4: EL CAMBIO FONÉTICO Y FONOLÓGICO

1. INTRODUCCIÓN
Debemos tener en cuenta que las lenguas cambian y varían constantemente, no evolucionan.
Evitaremos, por tanto, el uso de “evolución” y hablaremos de “cambio” y “variación”.
“Evolución” es una noción decimonónica del S.XIX. Hay también metáforas del tipo
“nacimiento”, “desarrollo”, “mortandad”, etc., tomadas de la biología en ese siglo y usadas en
el S.XX en la filología. Dicha “evolución” implica una mejoría, sin embargo, las lenguas no
mejoran ni empeoran, solo se modifican.

2. DEFINICIONES (FONÉTICA, FONOLOGÍA, MORFOLOGÍA) Y


SIGNO LINGÜÍSTICO
La fonética estudia los sonidos del lenguaje humano: qué sonidos son los correspondientes al
español, cómo se producen y qué características tienen desde el punto de vista articulatorio,
acústico y perceptivo (o auditivo). Es una descripción de la sustancia fónica, del sonido como
tal, que nada nos dice sobre cómo se estructuran en lengua, es decir, de sus relaciones
formales y de sus propiedades estrictamente lingüísticas; aquí entra en juego la fonología.
La fonética articulatoria estudia cómo se producen los sonidos en el órgano fonador. La
acústica estudia, desde el punto de vista físico, el sonido producido por el órgano fonador en
su amplitud, frecuencia, duración, intensidad, etc. Para ello se utiliza el espectrograma, el
cual nos refleja de manera gráfica todas estas características físicas. Por último, la perceptiva
estudia cómo son percibidos los sonidos.
Cuando producimos un sonido, éste se encuentra con una serie de obstáculos que tienen una
repercusión en él: si vibran las cuerdas vocales o no (Ej: diferencia entre [p] y [t], el primero
es sonoro, mientras que el segundo es sordo). El segundo obstáculo es la cavidad nasal y
bucal, que nos hacen diferenciar entre vocales orales y nasales.
En la cavidad oral se van a dar dos circunstancias: el punto de articulación, que va a suponer
cómo se produce el sonido dentro de la boca; y el modo de articulación, a partir del cual
vamos a ver cómo el aire es expulsado (si hay obstrucción o no). Los modo de articulación
son: oclusivas (obstrucción total), fricativas (turbulencia), africadas (mezcla de los dos
anteriores), nasales y líquidas (laterales y vibrantes). Los puntos de articulación son: labial,
dental, alveolar, etc.
En el sistema vocálico, los modos de articulación son: altas o cerradas, medias y bajas o
abiertas. Ej: [i] e [u] son altas porque la lengua sube al punto más alto de la cavidad oral para
producirlas. Los punto de articulación son:
- Anteriores o palatales: la lengua está situada en la parte anterior de la cavidad oral.
- Central: la lengua está situada en el centro de la cavidad bucal.
- Posterior o velares: la lengua está situada en la parte posterior de la cavidad bucal.

La fonología es la disciplina lingüística que estudia las propiedades estructurales y


funcionales de los sonidos, por tanto, las unidades y elementos abstractos que subyacen a los
mismos y el conjunto de sus relaciones formales, de oposición. Se trata, por tanto, de un
estudio estrictamente lingüístico, de un conjunto de particularidades fonológicamente
pertinentes. Además, debemos tener en cuenta que los fonemas que subyacen a los sonidos
son representaciones de éstos, no son el sonido en sí.

Por otro lado, no hablaremos de desviación o incorrección con palabras pronunciadas de


manera diferente, sino de variación. Ej: [eθo] en lugar de [eso]. Los alófonos son
representaciones o variantes de un mismo fonema, por lo que, al subyacer al mismo fonema,
no resulta difícil comprender lo que se está diciendo. Ej: [seƀija] o [θeƀija]
Una lengua cambia inexorablemente. Hay cambios fonéticos, relativos a la materialidad
fónica (fonética), que no son corrupción ni vicio como han interpretado equívocamente
durante siglos los gramáticos Probo, Arias Montano, Correas, Covarrubias, entre otros.

Por último, la morfología no designa, como podría deducirse de su etimología, el estudio de


las formas lingüísticas porque también la disciplina denominada sintaxis aborda, casi
exclusivamente, el estudio de las relaciones formales que se establecen entre los elementos
constitutivos de una oración, lo que es también estudiar las formas lingüísticas.
La morfología, según Díaz Hormigo, se ocupa de las relaciones formales que se dan dentro
de la palabra entre las unidades menores que ella, que están dotadas de significado. Por tanto,
la morfología, como disciplina lingüística, se ocupa del estudio de la forma de las palabras,
de la estructura interna de éstas, y tiene como objeto de indagación:
1. Unidades del nivel morfológico  unidades mínimas significativas  morfemas:
- Trata su definición y problemática terminológica.
- Trata los significados morfemáticos.
- Trata la distribución de los morfemas en la palabra.
- Trata la clasificación de los morfemas.
- Trata los procedimientos para dividir las palabras en morfemas.
- Trata los principales modelos de análisis morfológico.
2. La definición y descripción de los principales mecanismos de formación de palabras:
- Derivación.
- Composición.
- Parasíntesis.
3. La palabra como unidad lingüística con significado léxico pleno (implica la teoría de
las categorías lingüísticas):
- Delimitación de los criterios para diferenciar y definir las categorías lingüísticas.
- Categorización de cada categoría independientemente.

3. EL SIGNO LINGÜÍSTICO
Para entender todo esto, debemos saber qué es un signo lingüístico y cómo, desde la
concepción estructuralista, la lengua se entiende como un sistema de signos lingüísticos
estructurado en niveles de indagación y formalización lingüística (fonético-fonológico,
morfológico, sintáctico, semántico). A partir de las afirmaciones de Saussure sobre la lengua
como forma y no sustancia, establecemos que el signo lingüístico está compuesto por dos
caras: significante y significado; idea ya expresada por Aristóteles y los estoicos. La lengua
es un sistema de signos y las unidades mantienen entre sí una oposición.
Un modelo de signo lingüístico es el del lingüista Hjelmslev (estructuralista no praguense): el
signo lingüístico tiene contenido (significado) y expresión (significante), y distingue una
forma y una sustancia: sustancia del contenido (pensamientos), forma del contenido (cómo se
expresan los pensamientos), sustancia de la expresión (sonidos, lo que se escucha) y forma de
la expresión (fonemas, lo que le subyace). No debemos confundir “forma” con la
configuración externa de algo, sino que se refiere a la estructura interna o abstracta de las
unidades lingüísticas y sus niveles. Los niveles del sistema de la lengua, es decir, fonología
(fonemas), sintaxis y morfología serían forma, mientras que la fonética (sonidos) serían
sustancia.

4. CAMBIOS EN EL SISTEMA VOCÁLICO DEL LATÍN


Sistema vocálico del latín (s. I a.C.)
Modo ↓ / Punto → Anterior Central Posterior

Alta o cerrada /ī/ – /ĭ/ /ū/ – /ŭ/

Media /ē/ – /ĕ/ /ō/ – /ŏ/

Baja o abierta /ā/- /ă/

El latín conoce diez vocales. Hay oposición funcional en virtud de un rasgo fonológicamente
pertinente: la cantidad, de tal modo que la oposición se establece entre breves y largas. Esto
es, la duración de la vocal supone un cambio de significado.

Sistema vocálico del latín tardío y el protorromance (s. IV-VIII a.C.):


Modo ↓ / Punto → Anterior o palatal Central Posterior o velar

Alta cerrada /i/ /u/

Alta semiabierta [I] [ʊ]

Media semiabierta /e/ /o/

Media abierta [ɛ] [ɔ]

Baja abierta /a/

Con el tiempo, la oposición basada en la cantidad deja de ser pertinente. Ahora, sólo es un
mero contraste fonético de dos variantes, es decir, dos alófonos a los que subyace un mismo
fonema. Ej: [e] y [ɛ] = /e/. Este cambio ha implicado que los sonidos breves se hayan abierto
y los sonidos largos se hayan cerrado, y que el acento prosódico juegue un papel esencial.

Sistema vocálico del romance (S.VIII-X a.C.):


Las vocales largas, que se han cerrado, se van a mantener consistentes. Sin embargo, las
vocales largas, que van se han abierto, van a ser asimiladas por el sonido más cercano
respecto del punto de articulación y, en el caso de las vocales medias abiertas [ɛ] y [ɔ] van a
diptongar, en sílaba tónica, respectivamente en [je] (ie) y [we] (ue). De este modo, queda así:
/ī/ > /i/ > /i/: la i larga se queda como i. /ĭ/ > [I] > /e/: la i breve se abre en e.
/ē/ > /e/ > /e/: la e larga se queda como e. /ĕ/ > [ɛ] > /e/: la e breve se queda como e.
/ĕ̒/ > [ɛ̒] > [je]: la e breve acentuada /ā/ > /a/: la a siempre es larga y se queda como a; es la
diptonga en ie. más consistente de todas.
/ō/ > /o/ > /o/: la o larga se queda como o. /ŏ/ > [ɔ] > /o/: la o breve se queda como o.
/ŏ̒/ > [ɔ̒] > [wo] > [we]: la o breve /ū/ > /u/ > /u/: la u larga se queda como u.
acentuada diptonga en ue.
/ŭ/ > [ʊ] > /o/: la u breve se abre en o.

En castellano antiguo, la v y la u se representaban con el grafema u. Cuando la diptongación


ue aparecía a principio de palabra, para diferenciarlas, se añadió una h muda, dando lugar a
huérfano y no *vérfano.

De tal modo que el sistema fonológico vocálico resultante en castellano es el siguiente:


Modo ↓ / Punto → Anterior o palatal Central Posterior o velar

Alta cerrada /i/ /u/

Media /e/ /o/

Baja abierta /a/

Este sistema vocálico se materializa fonéticamente del siguiente modo:

Modo ↓ / Punto → Anterior o palatal Central Posterior o velar

Semiconsonante [j] [w]

Semivocal [i̯ ] [u̯]

Alta cerrada [i] [u]

Media [e] [o]

Baja abierta [a]

5. CLASIFICACIÓN DEL SISTEMA CONSONÁNTICO ACTUAL


 Fonemas (RFE):
Debemos tener en cuenta que el fonema /ʎ/ ha desfonologizado, por lo que el fonema /ʝ/
conoce dos alófonos: [ʝ] y [ʎ]. Si aparece en el cuadro de fonemas es por tradición y por
etnocentrismo, pues en una parte reducida del norte y oeste de la Península Ibérica se ha
mantenido la oposición hasta el S.XX.

 Sonidos (RFE):

Es necesario manejar el siguiente vocabulario:


- Oposición fonológica: relación entre dos unidades fonológicas, establecida en virtud
del rasgo funcional o pertinente, a partir de las características fonéticas de los sonidos
en los que se materializa, que ha implicado un cambio de significado.
- Alófono: dos sonidos a los que subyace un mismo fonema.
- Desfonologización: es la pérdida del rasgo funcional que hacía subyacer dos fonemas
a sus variantes fonéticas, por lo que ahora son alófonos de un mismo fonema y no
distinguen significado. Es decir, desaparece un fonema (supresión de una distinción
fonológica).
- Fonologización: dos sonidos alófonos a los que subyace un mismo fonema dejan de
ser mero contraste fonético para distinguir en su articulación un cambio de significado
y, por tanto, pasan a ser dos variantes fonéticas a las que subyacen diferentes fonemas.
Es decir, aparece un nuevo fonema (surgimiento de una distinción fonológica).
- Transfonologización: reorganización de una distinción fonológica en otra distinción
fonológica diferente.
- Sustrato: influencia que tiene una lengua perdida sobre otra posterior, que la
sustituyó. Por ejemplo, el sustrato de las lenguas prerromanas sobre el castellano.
También se puede definir como el conjunto de elementos lingüísticos que pasan a una
lengua procedentes de otra antes de que ésta desaparezca.
- Superestrato: influencia surgida del contacto entre una lengua conquistadora sobre
otra conquistada. Por ejemplo, el superestrato de la lengua árabe sobre el castellano.
- Adstrato: influencia existente entre dos lenguas que conviven. Ej: español y gallego.

6. POSICIÓN DE LA SÍLABA EN LA PALABRA


Como ya sabemos el latín del S.I a.C. conoce una oposición funcional entre vocales largas y
breves, de tal modo que a los sonidos [ā] y [ă] subyacen en fonemas diferentes. Esto se debe a
que la duración de la articulación de la vocal es un rasgo funcional o pertinente que distingue
significado, de tal modo que sus correspondientes fonemas son /ā/ y /ă/ respectivamente.
Sin embargo, como ya hemos visto, esta oposición funcional desfonologiza y a los sonidos
vocálicos [ā] y [ă] subyacerá en el latín de los siguientes siglos un único fonema, que
representamos con el símbolo /a/. De diez vocales, pues, pasamos a cinco: las cinco vocales
actuales del español. No obstante, este cambio de diez a cinco conoció un periodo intermedio
desde el S.I al S.VIII. Desde el siglo I d.C. se comienza a desfonologizar la duración
(larga/breve). El primer par que desfonologiza es el correspondiente a la /a/. El resto de
vocales van a conocer desdobles en su articulación, sin repercusión fonológica.
La oposición funcional (fonológica) relativa a la duración (larga/breve) desfonologiza hacia
el contraste fonético (cerrado/abierto). Tal oposición va a ser sustituida por un rasgo
funcional o pertinente (fonológico) de carácter suprasegmental: el acento de intensidad o
prosódico, que va a suponer el cambio de significado: bebé/bebe.
Hay que atender a estos parámetros: cerrado/abierto (fonético) y tónico/átono (fonológico). A
continuación, veremos un tercero: la posición de la sílaba en la palabra (inicio, mitad y final).
El sistema vocálico del protorromance y del romance resultante (el que será llamado
“castellano” y, posteriormente, “español”,) cambia y varía desde las formas latinas iniciales,
y en atención a la posición de la sílaba en la palabra, del siguiente modo:

 Inicio
La vocal larga i a principio de palabra se cierra y se queda igual.
La i breve, la e larga y la e breve se abre en e.
La a larga se queda en a.
La o breve, la o larga y la u breve se abre en o.
La u larga se queda en u.
Si la e breve o la o breve son tónicas diptongan en ie /je/ y ue /we/.

 Mitad
La a es la única que se mantiene igual.

 Final
La i larga y breve y la e larga y breve dan e.
La o larga y breve y la u larga y breve dan o.
La a larga y breve se queda en a.
7. FENOMENOS FONÉTICOS
En primer lugar, debemos saber que la lenición es un proceso de cambio fonético que
consiste en el debilitamiento de una consonante (paso de fortis -fuerte- a lenis -débil-) o, más
generalmente, en la pérdida de tensión articulatoria en un sonido, de tal manera que es
sustituido por otro menos obstructivo, llegando incluso a la elisión completa. El
debilitamiento puede darse en múltiples rasgos, por ejemplo, la sonorización de una
consonante sorda o la fricativización de una oclusiva; análogamente también se puede dar un
ensordecimiento o una desafricación.
Para llevar a cabo los siguientes cambios lingüísticos, debemos tener en cuenta que:
1. Las palabras en latín aparecen escritas en mayúsculas.
2. La sílaba tónica se situaba en la antepenúltima sílaba, a menos que en la penúltima
sílaba hubiera una vocal larga.
3. Las palabras latinas aparecen en caso acusativo porque la mayoría de términos léxicos
del español con etimología latina proceden de este caso gramatical.
4. En las transcripciones de las palabras, las vocales largas se representan seguidas de
dos puntos: /o:/
Los principales fenómenos fonéticos son:
Adición:
 Prótesis: se añade un nuevo sonido al principio de la palabra. Se da especialmente en
las palabras que comienzan por s + cons (SCHOLA > escuela).
 Epéntesis: se añade un nuevo sonido a mitad de palabra (STELLA > estrella)
 Paragoge: se añade un nuevo sonido al final de palabra (hiciste > hicistes*)

Supresión:
 Aféresis: se suprime un sonido al inicio de palabra (APOTHECA > bodega)
 Síncopa: se suprime un sonido a mitad de palabra. En este proceso, las vocales breves
desaparecen entre consonantes si son átonas. (CIVITATE > ciudad)
 Apócope: se suprime un sonido a final de palabra; se da sobre todo en la elisión de la
–e (SOLE > sol).

Otros:
 Asimilación: un sonido adopta los rasgos de otro que lo precede o le sigue. Según el
sentido en que se produce, puede ser progresiva (un sonido produce cambios en otro
que le sigue; es menos frecuente. Ej: en “hazte” la /t/ se interdentaliza) o regresiva (un
sonido influye en otro que le presente. Ej: árbol > albol). Según el alcance,
encontramos la asimilación parcial (solo modifica algunos rasgos) o asimilación total
(un sonido duplica íntegramente el sonido que lo sigue y da lugar a consonantes
geminadas. Ej: SEPTEM > /sétte/ > siete). Por último, según la distancia entre los
sonidos, tenemos la asimilación por contacto (entre sonidos que son contiguos) o
asimilación a distancia (entre sonidos que no están directamente en contacto).
 Disimilación: se altera un sonido para diferenciarse de otro igual o semejante dentro
de una misma palabra. Ej: arbor (lat.) > árbol (esp.)
 Metátesis: cambio de posición del sonido dentro de la palabra (PERICULU >
peligro)
 Sonorización:
Los sonidos oclusivos sordos a los que subyacen los fonemas oclusivos sordos /p/, /t/, /k/
sonorizan en /b/, /d/, /g/ respectivamente en posición intervocálica y en posición
intervocálicovibrante (vocal-oclusivo-vibrante).

 Fricativización
La hispanística ha hablado de este proceso como fricativización (o fricación) de los sonidos
oclusivos, pero la fonética describe este fenómeno como aproximación, es decir,
que [β], [ð] y [ɣ] son sonidos aproximantes y no fricativizados, pues no se produce una
turbulencia de aire en la cavidad oral, que es lo que describe el modo de articulación
fricativo, propio de sonidos a los que subyacen los fonemas /f/, /θ/, /s/, /ʝ/ y /x/. No obstante,
el AFI los clasifica como fricativos: [β], [ð] y [ɣ]   AFI = [ƀ], [đ] y [ǥ]  RFE. En algunos
casos, estas consonantes fricatizadas desaparecen en posición intervocálica: LEGALE >
/legál/ > /leɣál/ > /leál/ > leal.

 Palatalización:
Los sonidos palatalizados son aquellos que han sufrido un proceso de palatización, es decir,
por estar en contacto con un sonido palatal. El sonido palatal correspondiente a /i/ se llama en
este ámbito de estudios yod, la cual puede ser explosiva o semiconsonante cuando precede a
una vocal (Ej: miedo) y implosiva o semivocal cuando sigue a una vocal (Ej: seis). La
posición de la yod y la contigüidad con otros sonidos provocará cambios.
Los sonidos se palatalizan porque los sonidos consonánticos se articulan aproximándose a la
articulación de yod, teniendo como resultado sonidos palatales, africados o interdentales:
/θ/, /ʧ/, /ʝ/, /x/ y /ɲ/.
Los sonidos susceptibles de palatalización se hallan en torno al punto de articulación palatal:
dentales, alveolares y velares. Existen excepciones, como en contacto con /p/, /s/ y /r/, que se
produce metátesis (la yod se antepone a la consonante).
- Inicio:
[pl-], [kl-], [fl-] > /ʎ/ (la oclusiva desaparece y la lateral alveolar retrasa su punto de
articulación transformándose en la lateral palatal). CLAMARE > llamar.
- Mitad:
[-kt-], [-ult-] > /ʧ/
[dj], [gj] > /ǰ/ (y)
[nj] > /ɲ/
[mn], [nn], [gn] > [ɲ]

 Velarización:
Mitad: [lj] + voc, [-kl-], [-gl-], [-tl-] > /x/
El grupo /-gl-/ se reduce y palataliza, dando lugar a la sibilante palatal sonora /ʒ/, para luego
retrasar su punto de articulación y transformarse en la fricativa velar /x/. (Ej: SPECULUM >
/spéglu/ > /spéxo/ > espejo.
 Monoptongación:
El latín conocía los siguientes diptongos: ae, oe, au (y eu, para los diptongos procedentes del
griego). Estos diptongos monoptongan en español: /ae/ > /e/, /au/ > /o:/, /oe/ > /e:/
Ejemplos: oe: POENAM > pena / ae: AETATEM > edad / au: CAUSAM > cosa.
CAELUM > cielo porque /ae/ monoptonga en /e/ breve tónica que, a su vez, diptonga en /ie/.

 Interdentalización:
Es causada por un proceso de palatalización, es decir, por contigüidad con un sonido palatal
que sucede a la consonante que cambia a interdental: [tj], [kj] > /θ/ (Ej: CAPITIAM > cabeza,
BRACHIUM > brazo).
 Reducción de las consonantes nasales:
Puede ser de dos tipos:
1. La nasal bilabial /m/ en posición final de palabra cambia su punto de articulación a
alveolar en las palabras monosilábicas y desaparece en los demás casos. Ejemplo:
TAM > tan / ACTUM > acto.
2. La nasal alveolar /n/ desaparece en el contexto en que va precedida de una vocal y
seguida de /s/. Ejemplo: SPONSUM > esposo.

 Grupo consonántico –mn–:


Este grupo es poco frecuente en español por su dificultad articulatoria, por lo que:
1. En primer lugar, /-mn-/ se transforma en /-mr-/.
2. En segundo lugar, incorpora el sonido oclusivo bilabial entre ambos, dando como
resultado /-mbr-/. Ejemplo: HOMINE > /ómne/ > /ómbre/ > hombre.

 La /f-/ latina:
Se aspira la fricativa labiodental /f-/, que da lugar al sonido velar /h-/ y después acaba
desapareciendo. No obstante, la grafía h se mantuvo como consonante muda. Ejemplo:
FEMINA > /fémna/ > /fémbra/ > /émbra/ > hembra.

 Espirantización:
Las oclusivas velares se fricatizan a final de sílaba o ante consonante porque se debilitan; este
proceso también es conocido como lenición. Ejemplo: /k/ > /x/, /g/ > [ɣ]. Se da también en la
sonorización de oclusivas sordas o en la fricatización o aproximación del resto oclusivas.

 Degeminación:
Una consonante geminada se vuelve simple, excepto -ll-, -rr- y -nn- (Ej: SPISSUM > espeso).
Los dígrafos ll y rr (dos letras representadas cada una por un mismo fonema: /ʎ/ y /r/) son los
únicos casos en español escritos con consonantes dobles que se pronuncian como parte de
una misma sílaba. En cuanto a nn, desapareció por la falta de espacio y papel que llevaba a
los escribas a utilizar abreviaturas.

 Vocalización de [ɣ]
Se convierte en la semivocal /i/ ante consonante y a final de sílaba: LIGNAM > /lígna/ >
/líɣna/ > /léɣna/ > /léina/ > leña.

 Palabras patrimoniales y cultismos:


Las palabras patrimoniales son las más numerosas, siguieron los cambios y procesos típicos
en su evolución al castellano (FILIUM > hijo). Por su parte, los cultismos son términos
derivados del latín que no han sufrido tanta transformación (toman la raíz de la palabra latina
con sus respectivas adaptaciones morfológicas y fonológicas: FILIUM  filial).
También contamos con semicultismos, es decir, voces patrimoniales cuya evolución no se
terminó de completar. Por ejemplo, la palabra FRUCTUM debería haber evolucionado a
*frucho si hubiera seguido todos los procesos, pero su evolución se detuvo antes, quedando
como fruto. No obstante, aquí utilizaremos indistintamente el término cultismo para
referirnos a ambos.
Por otro lado, los pares compuestos por una palabra patrimonial y un cultismo derivados de la
misma raíz latina se denominan dobletes. Ej: NOCTEM > noche (palabra patrimonial),
nocturno (cultismo). La primera ha experimentado todos los procesos fonológicos
pertinentes, mientras que la segunda es un término tomado directamente del latín.

CONCLUSIÓN: En caso de que desconociéramos cuándo se compuso el texto, los procesos


detectados habrían de servirnos para fecharlo, de forma más o menos aproximada.

 Ejemplos:
lacrima. La palabra resultante es lágrima, por los siguientes motivos:
 en lo que respecta al consonantismo,
o el sonido oclusivo velar sordo [k] ha sonorizado debido a su posición entre sonido
vocálico y sonido vibrante, de tal modo que se ha resuelto en un sonido aproximante
velar sonoro [ɣ], alófono o variante del fonema oclusivo velar sonoro /g/.
 en cuanto al vocalismo,
o no ha experimentado cambios debido a la consistencia de la vocal abierta central /a/
en todas las posiciones silábicas.
o La vocal cerrada palatal /i/ ha podido mantenerse por la articulación contigua de la
vibrante, a pesar de que su sílaba precedente sea prosódicamente tónica y,
generalmente, las vocales de las sílabas a mitad de palabra tiendan a la síncopa o
elisión.
latronem. La palabra resultante es ladrón, por los siguientes motivos:
 en lo que respecta al consonantismo,
o se ha producido la apócope de la marca de acusativo -em (primero de -m, luego de -e),
o el sonido oclusivo dental sordo [t] ha sonorizado debido a su posición entre sonido
vocálico y sonido vibrante, de tal modo que se ha resuelto en un sonido aproximante
dental sonoro [ð], alófono o variante del fonema oclusivo dental sonoro /d/.
 en lo que respecta al vocalismo,
o la /a/, por su consistencia articulatoria, se ha mantenido.
o la /o/ ha podido mantenerse por la articulación contigua de la vibrante.

apricare. La palabra resultante es abrigar, por lo siguientes motivos:


 en lo que respecta al consonantismo,
o se ha producido la apócope de -e, sonido que forma parte de la desinencia de
infinitivo.
o el sonido oclusivo bilabial sordo [p] ha sonorizado debido a su posición entre sonido
vocálico y sonido vibrante, de tal modo que se ha resuelto en un sonido aproximante
bilabial sonoro [β], alófono o variante del fonema oclusivo bilabial sonoro /b/.
o el sonido oclusivo  velar sordo [k] ha sonorizado debido a su posición intervocálica,
de tal modo que se ha resuelto en un sonido aproximante velar sonoro [ɣ], alófono o
variante del fonema oclusivo velar sonoro /g/.
 en lo que respecta al vocalismo,
o las vocales abiertas centrales (las aes) se han mantenido por su consistencia
articulatoria.
o La vocal cerrada palatal /i/ ha podido mantenerse por la articulación contigua de la
vibrante, a pesar de que su sílaba precedente sea prosódicamente tónica y,
generalmente, las vocales de las sílabas a mitad de palabra tiendan a la síncopa o
elisión.
lupum. La palabra resultante es lobo, por lo siguientes motivos:
 en lo que respecta al consonantismo,
o se ha producido la apócope de la marca de acusativo –m.
o el sonido oclusivo bilabial sordo [p] ha sonorizado debido a su posición intervocálica,
de tal modo que se ha resuelto en un sonido aproximante bilabial sonoro [β], alófono
o variante del fonema oclusivo bilabial sonoro /b/.
 en lo que respecta al vocalismo,
o Ambas vocales, correspondientes al fonema /u/, han abierto en [ʊ], resuelta en la
vocal más próxima abierta (respecto del modo de articulación) y central (respecto de
su punto de articulación), es decir, la /o/.

AÑADIR EJEMPLOS: alium, etc (buscar apuntes historia de la lengua)

8. LAS CUATRO YOD


Las vocales se alteran cuando les sigue un sonido palatal que llamamos yod; ésta puede ser
semiconsonante [j] cuando aparece en posición explosiva (pie), o semivocal [i̯ ] cuando
aparece en posición implosiva (baile). Ésta no existía en latín, sino que se produjo por:
ruptura de un hiato latino (haciéndose semiconsonante), vocalización de una consonante
implosiva (factum > faitu), pérdida de una vocal o consonante (cantavi > cantai̯ ) o metátesis
de la vocal en el interior de una palabra (basiu > baisu > beso).
La yod, como semivocal, es extremamente cerrada, por lo que transmite este rasgo a la vocal
que la precede: a y e abierta se reducen a e; e cerrada e i se reducen a i; o abierta se reduce a
o; y o cerrada y u se reducen a u. En cambio, en posición inicial átona, quedarían así: e
(procedente de a y e abierta), i (procedente de i, e cerrada y e abierta) y u (procedente de o
abierta, o cerrada y u).
La yod no solo influye en cerrar las vocales, sino que también palataliza la consonante que le
sigue. De hecho, su influjo sobre la vocal está subordinado a su acción sobre la consonante.
La yod no afecta a las oclusivas bilabiales porque su articulación se encuentra lejos del
paladar, pero sí afecta a las dentales (TITIONE > titjon > titsjon > tizón) y velares
(TRUMTAM > trujta > trutja > trucha. También se puede palatalizar la nasal alveolar /n/
(INSIGNIA > ensenja > enseña) y la lateral alveolar /l/ (CONCILIUM > consiljo > consejo).
TIPOS DE YOD:
a) Yod primera: la que produce las consonante románicas ç y z, procedente de la
palatalización del grupo latino TY [tj] o CY [kj] (Ej: ACIARIU > acero). En este
caso, la yod se absorbió rápidamente por la consonante y desapareció sin influir en la
vocal (ausencia de inflexión). Esta yod da lugar a la consonantes prepalatales o
dentoalveolares africadas sordas y sonoras del español medieval: /ts/ y /dz/. (Ej:
PETTIA > pieza).
b) Yod segunda: da origen a las consonantes románicas j /x/ y ñ /n̮/. En primer lugar, el
sonido /x/ procede de los grupos latinos LY, CL, GL, TL (Ej: APICULA > apicla >
abegla > abeyla >abella > abeja). Por su parte, la /n̮/ procede de NY, GN y NG (Ej:
INSIGNIA > enseña). Esta yod inflexiona (modificar) la e y la o abiertas, impidiendo
su diptongación; excepto la yod de ñ, que solo inflexiona la e. En cuanto a las vocales
cerradas, no inflexiona la e y o; excepto la yod de ñ, que inflexiona la o. Por otro lado,
nunca inflexionan la a.
c) Yod tercera: produjo la consonante románica y /j/, que procede de los grupos latinos
GY, DY (Ej: RADIA > raya). También puede darse el caso de que esta yod vacilara y
a veces alterara la consonante y otras veces no. Esta yod inflexiona las vocales
abiertas e y o, impidiendo su diptongación, y vacila respecto a las vocales cerradas,
inflexionandolas algunas veces (e > i / o > u) y otras veces no. Nunca inflexiona la a.
d) Yod cuarta: son dos: la yod que produce las consonantes ch y la antigua x (actual j)
por vocalización de una consonante velar agrupada (CT o UL+cons > ch; KS o X > j);
y la que procede de la metátesis en los grupos RY, SY, PY (caldariu > caldairo >
caldeiro > caldero) o de la síncopa de una consonante (probavi > probai >probei >
probé) o de la vocal protónica o postónica (majorinu >mairinu > meirino > merino).
También vocaliza la g del grupo GR (INTEGRU > entero). Esta yod es la más
persistente de todas, pues inflexiona todas las clases de vocales (abiertas y cerradas),
incluida la a.
El siguiente cuadro refleja lo anterior:
(NOTA  cuando la inflexión ocurre regularmente se indica con una raya vertical continua y
cuando ocurre irregularmente con una raya vertical discontinua)
En conclusión, las o y e abiertas fueron las más tempranas en inflexionar; la a es la que más
tardó en inflexionar porque era que se encontraba más alejada de la yod; y las o y e cerradas
se encuentran en un punto intermedio, ya que vacilan entre inflexionarse o mantenerse.
Por su parte, la wau (u semiconsonante o semivocal) ejerce un influjo parecido al de la yod,
contribuyendo a cerrar la vocal que le antecede. Ésta es menos común que la yod y su origen
procede del latín (TAURU), de la vocalización de una consonante agrupada (alteru > autro),
de metátesis (vidua > viuda) o de una diptongación románica (ciruela).

9. REAJUSTE DE LAS SIBILANTES

El profesor Marcos Marín no dice que la norma de Madrid sea la correcta y la de Sevilla, la
desviada, aunque entre los hombres “cultos”, como Unamuno, Andalucía era considerada “la
especie inferior”.
Como podemos ver en el cuadro, en Madrid se distingue entre la sibilante dentoalveolar y la
alveolar y entre la sonora y la sorda. La dentoalveolar sufrirá un desplazamiento de la
articulación y cambiará a interdental, y tanto esta como la alveolar desfonologizarán a favor
de la sorda, quedando así dos fonemas: interdental sordo /θ/ y alveolar sordo /s/. En cambio,
en Andalucía, desfonologizará tanto la oposición dentoalveolar/alveolar y sorda/sonora,
quedando un único fonema /s/ con dos alófonos: [s] y [θ]. Actualmente, debemos
preguntarnos si la oposición /s/ y /θ/ es una oposición funcional (distinguidora de
significados) o solo es un constante fonético.
No debemos confundir el fonema interdental fricativo sordo /θ/ con el fonema alveolar
fricativo sonoro /z/ (actualmente inexistente).

Como sabemos, en la época medieval, el español poseía seis fonemas sibilantes con un punto
de articulación muy próximo; estas eran: las africadas dentoalveolares /ʦ/ y /ʣ/, las fricativas
ápicoalveolares /s̺ / y /z̺/, y las fricativas prepalatales /ʃ/ y /ʒ/.
El escaso margen de diferencia en su punto de articulación creaba confusiones entre ellas,
como podemos ver en testimonios gráficos de textos medievales; esto dio origen a cambios,
que comienzan a gestarse a finales de la Edad Media:
1. Desafricación: el primer cambio que se produjo fue la pérdida del momento de
oclusión de las africadas /ʦ/ y /ʣ/, quedando solo el momento fricativo; los fonemas
resultantes son los fricativos predorsodentales /t͡s/ y /d͡z/.
2. Ensordecimiento de la consonante sonora: fue el segundo cambio que tuvo lugar y se
conservaron solo las sordas: /t͡s/, /s̺ / y /ʃ/. Esta neutralización comenzó en las zonas
más norteñas de Castilla y se fue extendiendo hacia el sur, aunque la distinción
todavía se practicaba en el español de Toledo y Sevilla a finales del S.XV y
actualmente se mantiene en el judeoespañol debido a los descendientes judíos
expulsados de España en esta época.
1. Adelanto del lugar de articulación de la fricativa predorsodental /t͡s/: esta era la
consonante más próxima a la zona dental, por lo que adelantó su punto de articulación
a interdental; el resultado es la interdental fricativa sorda /θ/. En el español
meridional, en cambio, las antiguas africadas y las fricativas se confundieron en un
punto de articulación generalmente predorso-alveolar, por lo que los cuatro fonemas
medievales /ts/, /dz/, /s/ y /z/ desembocaron en un único fonema /s/.
2. Retroceso del lugar de articulación de la fricatica prepalatal /ʃ/: esta retrocede hacia la
zona posterior del paladar, acercando la parte posterior de la lengua al velo del
paladar, es decir, a la zona velar; el resultado es la velar fricativa sorda /x/ En algunas
zonas de Andalucía, esta articulación se retrasó aún más, dando lugar a la aspirada
laríngea /h/, que podemos ver en pronunciaciones como [óho] > ojo.
De este modo, entre los S.XVI y XVII, el sistema se redujo de seis fonemas a tres (en el
español septentrional) o dos (en el meridional), cuyos puntos de articulación están ya
suficientemente distanciados: entre los dientes, la /θ/; en los alvéolos, la /s/; y en el velo del
paladar, la /x/. El modo de articulación para todos es fricativo, lo cual supone también una
simplificación, pues la articulación fricativa requiere menos esfuerzo articulatorio que la
africada (oclusión+fricación).
Evolución de las sibilantes en el norte y centro de la Península.

Evolución de las sibilantes en Andalucía y las Américas.

CONFLUENCIA ENTRE B y V
El inventario para el español era:
- /β/ (proviniera de b o v latina) entre vocales, normalmente escrita ‹v›: vivu > español
medieval vivo [ˈβiβo]; amābat > español medieval amava [aˈmaβa]. Si procedía de
una palabra latina con grafía p, el fonema se sonorizará en la oclusiva b; mientras que
si la palabra latina se escribía con b, pasará a ser una b fricativa (que se corresponde
con la v). Ejemplos: SAPERE > sabie / HABERE > ouo
- /b/ (proviniera de b o v latina) en la mayoría de los demás contextos, normalmente
escrita ‹b›: barba > barba [ˈbaɾba]; bene ↝ bienes [ˈbi̯ enes]
- /β/ (proveniente de v latina) a principio de palabra, normalmente escrita ‹v›: venis >
vienes [ˈβi̯ enes]
ANEXO: NOCIONES DE FONOLOGÍA
La fonología es la ciencia lingüística que se encarga del estudio de las propiedades
estructurales y funcionales de los sonidos, en concreto, de los fonemas (unidad mínima
distintiva y no significativa compuesta por los rasgos distintivos y no distintivos de los
sonidos). Se ocupa del estudio de los fonemas. Los fonemas en español son 24 (5 vocales y
19 consonantes). Veamos dos sonidos a los que puede subyacerle o no el mismo fonema:
[b] y [ƀ] son alófonos del mismo fonema /b/, mientras que a [b] y [p] le subyace un fonema diferente.

Cada sonido tiene unas propiedades (o rasgos) articulatorias y acústicas, las cuales usamos
para decir que los sonidos del habla (comunicativos, concretos, dinámicos) tienen sus
respectivas unidades (no comunicativas, abstractas, estáticas), que llamaremos fonemas. Pero
no existe un fonema por cada sonido, pues hay sonidos muy parecidos entre sí, como [b] o
[ƀ], que corresponden al mismo fonema, ya que su pronunciación no distinguen significado.
La lingüística praguense dirá que son dos realizaciones del mismo fonema y la
norteamericana dirá que son alófonos de un fonema.
Por su parte, [b] y [p], si presentan cambio de significado (bala/pala). Estamos, pues, ante
dos sonidos que remiten a dos fonemas diferentes o, dicho de otro modo, dos realizaciones de
fonemas distintos: /b/ y /p/.
Los rasgos son las propiedades o elementos (productos de la abstracción de los rasgos reales:
los del habla) de los que se componen los fonemas. Estos son unidades abstractas, estáticas,
no comunicativas, mínimas no significativas (que no tienen significado) y distintivas
(distinguen significado). Por tanto, el fonema es abstracto, refleja los sonidos y distingue
significado, pero no tiene significado por sí mismo.
El fonema /b/ tiene los siguientes rasgos: oclusivo bilabial sonoro; mientras que /p/ es un
fonema oclusivo bilabial sordo. Como vemos, se diferencian en uno de ellos: sonoro/sordo. A
este rasgo diferenciador se le llama rasgo pertinente o distintivo, el cual es el que distingue el
significado.

Por otro lado, tenemos las propiedades estructurales y funcionales. El estructuralismo se


llama así por entender la lengua (abstracción) como una estructura, un sistema donde todo
está estructurado y sus unidades cumplen una función. Cada unidad tiene propiedades
específicas para funcionar en la estructura. Para el estructuralismo, los objetos no son nada
por sí solos, sino en relación con los demás, distinguiéndose a partir de rasgos negativos, es
decir, de lo que los otros no son o lo que una unidad no es respecto de lo que las otras sí son.

PRINCIPIOS DE FONOLOGÍA DE TRUBETZKOY (ESCUELA DE PRAGA)


 Capítulo 1: Conceptos fundamentales
“Una cosa puede diferenciarse de otra sólo en la medida en que ambas se opongan entre sí, es
decir, en la medida en que exista entre ambas una relación de oposición”. Los rasgos
opuestos a otros rasgos dan lugar a oposiciones distintivas o pertinentes (cuando distinguen
significado) y oposiciones no distintivas o no pertinentes (cuando no producen significados
diferentes). Estas oposiciones remiten a las, llamadas por Hjelmslev, relaciones
paradigmáticas. Ejemplos de oposiciones distintivas: [pála] / [bala]  [b] y [p] se han
conmutado (prueba de la conmutación de Hjelmslev) y se produce cambio de significado, por
tanto, el rasgo de sonoridad es el pertinente en /b/ respecto de la relación opositiva con /p/,
cuyo rasgo pertinente será la no sonoridad. Por su parte, la oposición entre [bála] y [vála] no
va a producir cambio de significado, por lo que la oposición entre [b] y [v] no es distintiva.
Siendo [b] un sonido oral oclusivo bilabial sonoro y [v] un sonido oral fricativo labiodental
sonoro, la oposición de sus rasgos no producen cambio de significado y remiten a un mismo
fonema: /b/. No debemos confundir letras, sonidos y fonemas.
El fonema es, para Trubetzkoy, el conjunto de las particularidades fonológicamente
pertinentes de una imagen fónica y, ante todo, es un concepto funcional, que debe ser
definido en relación con su función en la lengua.
Cada uno de los sonidos concretos producidos y percibidos en el acto de palabra, presenta
además de las particularidades fonológicamente pertinentes, muchas otras fonológicamente
no pertinentes, pero no pueden ser considerado sin más como un fonema. No obstante, en la
medida en que un sonido contiene, entre otras, las particularidades pertinentes de un fonema
determinado, puede ser considerado como una realización de este fonema. Los sonidos
concretos que hallamos en el habla son, más bien, los símbolos materiales del fonema.
Todos estos distintos sonidos del lenguaje que realiza el mismo fonema serán designados
como variantes fonéticas de dicho fonema.

 Capítulo 2: Reglas para la determinación de los fonemas


Estas reglas son reglas prácticas mediante las cuales el fonema puede ser diferenciado de las
variantes fonéticas, por una parte, y de los grupos de fonemas, por la otra. Las reglas que
sirven para diferenciar el fonema de las variantes fónicas son cuatro:
1. Cuando dos sonidos de la misma lengua aparecen exactamente en el mismo contexto
fónico y pueden ser reemplazados el uno por el otro sin que esto provoque cambio de
significado, dichos sonidos son sólo variantes fonéticas facultativas o no pertinentes
de un único fonema”. Trubetzkoy hace referencia a lo que él llama fonoestilística, la
cual recoge las funciones del lenguaje: función expresiva (manifiesta mi actitud sobre
lo que digo y frente a quien lo digo), función apelativa (llama la atención de quien me
atiende) y función representativa (relaciona lo que digo con lo que no es mi decir). La
fonología se hará en correspondencia con la función representativa.
2. Cuando dos sonidos aparecen exactamente en la misma posición fónica y no pueden
ser reemplazados el uno por el otro sin modificar el significado de la palabra, dichos
sonidos son realizaciones fonéticas de dos fonemas distintos.
3. Cuando dos sonidos de una lengua emparentados acústica o articulatoriamente no se
presentan nunca en el mismo contexto fónico, deben ser considerados como variantes
combinatorias del mismo fonema. Se trata de dos sonidos sutilmente diferentes a los
que subyace el mismo fonema. En español, [b] aparece en posición inicial absoluta y
después de nasal, y [ƀ] aparece en todas las demás posiciones. Estos sonidos,
realizaciones, variantes facultativas… son llamados “alófonos” por Bloomfield.
Además, se dice que las variantes combinatorias de un mismo fonema están en
distribución complementaria.
4. Cuando dos sonidos pueden hallarse contiguos el uno al otro y combinarse, no deben
ser considerados variantes de un mismo fonema.

 Capítulo 3: Clasificación lógica de las oposiciones distintivas


El contenido fonológico es la suma de particularidades fonológicamente pertinentes de un
fonema, es decir, las particularidades que son comunes a todas las variantes de ese fonema y
lo distinguen de todas los demás fonemas de la misma lengua. La determinación del
contenido fonológico de un fonema supone su incorporación al sistema de oposición
fonológica de su lengua.
Clasificación de las oposiciones:
A. Según su relación con las demás oposiciones del sistema:
- Bilaterales/Multilaterales: el que una oposición sea bilateral o multilateral depende de
que el conjunto de características que tienen en común aparezca o no en otros
fonemas del mismo sistema. El inventario de fonemas es un resultado del sistema de
oposiciones fonológicas, cuyo papel principal incumbe a las oposiciones fonológicas
distintivas. No obstante, también hay particularidades comunes, que Trubetzkoy
llamará “base de comparación“. En una oposición bilateral la base de comparación es
propia sólo de los dos miembros de la oposición. Por su parte, la base de comparación
de una oposición multilateral no es exclusiva de los dos miembros de esa oposición,
sino que aparece también en otros miembros del mismo sistema.
Ejemplo de oposición bilateral: /t/-/d/ son los únicos fonemas oclusivos dentales
del sistema fonológico español.
Ejemplo de oposición multilateral: /p/-/t/, pues la base de comparación oclusiva
sorda se da también en /k/.
- Proporcionales/Aisladas: la oposición proporcional existe entre dos miembros de una
oposición cuando tal relación se da entre los miembros de otra: /p/-/b/, /t/-/d/, /k/-/g/
(sordez/sonoridad). La oposición aislada es exclusiva de un par: /r/-/r̄ /
(simple/múltiple). El cuadro de fonemas es la ordenación interna del sistema
fonológico español, donde se puede ver las series de aisladas, proporcionales,
bilaterales y multilaterales, y cómo se cruzan entre sí.

B. Según la relación entre sus miembros:


- Privativas: aquellas en las que uno de los miembros se caracteriza por la presencia de
una marca y el otro por la ausencia de esa misma marca, como por ejemplo,
‘sonoro’-‘sordo’, ‘nasalizado’-‘no nasalizado’, ‘labializado-no labializado’. El
miembro de la oposición que se caracteriza por la presencia de la marca se llama
miembro ‘marcado’, y el que se caracteriza por la ausencia de la marca, miembro ‘no
marcado’.
- Graduales: aquellas cuyos miembros se caracterizan porque presentan en distinto
grado una misma particularidad, como es el caso de la oposición entre dos vocales de
distinto grado de apertura. El miembro con el grado máximo o mínimo es el miembro
“extremo”, el otro es el “medio”.
- Equipolentes: ni privativas ni graduales.

C. Según la extensión de su capacidad distintiva:


- Constantes: se mantienen en los fonemas en todas las posiciones fónicas. Ejemplos:
/a/-/o/  uso/usa, aso/oso, pasa/posa.
- Neutralizables: se producen en algunas posiciones. Las posiciones fónicas en las
cuales se produzca la neutralización serán llamadas ‘posiciones de neutralización’, y
aquellas donde la oposición es pertinente, ‘posiciones de pertinencia'. En las
posiciones de pertinencia los dos miembros de la oposición se distinguen claramente,
pero en las posiciones de neutralización muchas veces no se sabe cuál de los dos es el
que acaba de ser pronunciado u oído. Las marcas específicas de uno de los miembros
de la oposición pierden su valor fonológico y sólo quedan como pertinentes los rasgos
que son comunes a ambos miembros. En la posición de neutralización uno de los
miembros de la oposición se convierte en representante del archifonema de dicha
oposición (conjunto de particularidades distintivas que son comunes a dos fonemas).
De esto se deduce que solamente pueden ser neutralizables las oposiciones bilaterales,
aunque no todas.

NEUTRALIZACIÓN
Las unidades son unidades diferentes no solo por sus diferentes sustancias, sino porque se
hallan en oposición funcional. En español /b/ y /m/ son unidades diferentes porque si, por
ejemplo, en lugar de decir bobo decimos momo, estamos diciendo cosas diferentes. También
[b] y [β] se distinguen por ciertos rasgos, pero en estos casos no se trata de unidades
funcionales, sino de variantes de una misma unidad.
Una diferencia funcional mínima entre dos unidades de lengua se llama rasgo distintivo. La
noción fundamental y nueva del estructuralismo no es la de ‘unidad funcional’, sino la de
‘oposición funcional’ y ‘rasgo distintivo'. En un sistema lingüístico, las diferencias
funcionales se presentan comúnmente de manera sistemática.
El principio de neutralización establece que oposiciones distintivas de una lengua no
funcionan en todos los casos en que se presentan las correspondientes unidades, ya que en
ciertos contextos pueden quedar suspendidas o neutralizadas. En español, la distinción entre r
y r̄ (rr) funciona sólo en posición intervocálica (caro – carro, pera – perra) y se suspende en
todas las demás posiciones, pues fuera de esa posición se escribe siempre r, aunque se
pronuncie r o rr.
Por otro lado, en la oposición entre dos unidades, uno de los rasgos diferenciales puede
también ser ‘cero’. Esto significa que lo que distingue las dos unidades es el rasgo positivo
propio de una de ellas (rasgo diferencial), mientras que la unidad que presenta el rasgo ‘cero’
no tiene características propias y se caracteriza, dentro de la oposición, sólo por la ausencia
del rasgo positivo de la otra.

ARCHIFONEMA (SEGÚN HUALDE)


El concepto de archifonema se utiliza para representar el resultado de la neutralización de dos
o más fonemas en una posición determinada. Se representan con letras mayúsculas: /N/
archifonema nasal, /R/ archifonema vibrante, etc. En español, el contraste entre los tres
fonemas nasales se pierde en posición final de sílaba (ante consonante o final de palabra).
Cuando se nos plantea el problema de a qué fonema asignar las distintas realizaciones que
encontramos en esta posición (por ejemplo: si la [ɱ] de énfasis [éɱfasis] es un alófono del
fonema /m/ o de /n/, al igual que la nasal velar de ángulo [áƞgulo]), una solución es postular
un archifonema /N/ que no es /m/, /n/ ni /ɲ/, sino que representa la neutralización de los tres.
Así, a nivel de fonemas, tendríamos /éNfasis/ y /áNgulo/.
Por otro lado, el contraste entre la vibrante simple /ɾ/ y la múltiple /r̄ / aparece neutralizado en
español en todas las posiciones excepto en la intervocálica interior de palabra. Según el
dialecto o el grado de énfasis, se puede pronunciar [páɾte] o [pár̄ te]. Sin embargo, para saber
a qué fonema pertenece la vibrante neutralizada en esta posición, una solución es postular un
archifonema /R/ en esta posición: /páRte/. Con esto indicamos que la distinción entre la
vibrante simple y la múltiple no es pertinente en este contexto. En cambio, cuando le sigue
una vocal, aparece siempre la vibrante simple y nunca la múltiple; así tenemos [kan̯táɾes] y
no *[kan̯tár̄ es] (en este caso la vibrante está a principio de sílaba, no al final). Por este motivo
parece mejor concluir que en posición final de palabra (y de morfema) la única vibrante que
se da es el fonema /ɾ/, vibrante simple: /kaNtáɾ/. Por su parte, dada la posibilidad de contraste
en ejemplos como a Roma vs aroma, podemos decir que la única vibrante que se da en
posición inicial de palabra es la vibrante múltiple /r̄ /.
Alarcos Llorach distingue seis archifonemas en español: /N/, /L/, /R/, B/, /D/, /G/. No
obstante, la realización fonética de los tres últimos no depende de su contexto fónico, sino de
preferencias individuales o sociales.

CORRELACIONES
A las parejas que participan de las relaciones señaladas en las clasificaciones de las
oposiciones, Trubetzkoy las llamó correlaciones. Por “correlación” se entiende el conjunto de
todos los pares correlativos que se caracterizan por la misma marca de correlación. Por “par
correlativo” entendemos dos fonemas apareados que están entre sí en oposición bilateral,
proporcional y privativa. Una marca de correlación es una particularidad fonológica por cuya
presencia o ausencia se caracteriza una serie de pares correlativos. Por su parte, un fonema no
apareado es aquel que no participa de ningún par correlativo. En cambio, cuando un fonema
participa de varias correlaciones de la misma clase, todos los fonemas que forman parte de
los mismos pares correlativos se reúnen en “haces de correlaciones”.
Desde el punto de vista articulatorio, se distinguen varias series que agrupan fonemas que
tienen el mismo punto de articulación en español:
- Labial: bilabiales y labiodentales.
- Dental: dentales e interdentales.
- Palatal: siseantes y chicheantes.
- Velar: velares y postvelares.
Desde el modo de articulación de primer grado, son pertinentes:
- Consonadores: oclusivo y fricativo.
- Sonantes.
Desde el modo de articulación de segundo grado, encontramos:
- Tensión-aspiración-intensidad.
- Sonoridad (sordo/sonoro)
- Recursión (recursivo/infraglotal; abrupto/gradual)
- Desenlace (inyectivo/explosivo)
PROPUESTA ALTERNATIVA DE JAKOBSON Y HALLE
Los lingüistas Jakobson y Halle plantean una alternativa de rasgos inherentes. Parten de tres
ideas: universalismo (buscan universales lingüísticos), simplificación y binarismo. Su
propuesta se reduce a 12 parejas de rasgos. Relacionan el sistema fonológico con la
adquisición de sonidos por parte del niño y con la progresiva pérdida de sonidos en el afásico.
Cuanto más compleja es una pareja de rasgos, más tarde se adquieren en el niño y antes se
pierden en el afásico. Estos pares de rasgos son:

vocálico/no consonántico/no consonántico


vocálico
denso/difuso tenso/flojo
sonoro/sordo oral/nasal
interrupto/continuo estridente/mate
recursivo/infraglotal grave/agudo
bemolizado/normal sostenido/normal

 Críticas:
Malmberg dice que la propuesta es inadecuada si:
1) Queremos explicar el complicado sistema vocálico del sueco, que requiere
gradaciones como agudo/grave/más grave.
2) No explica los diferentes grados de abertura de las vocales.
3) No explica los fonemas de una lengua que no son completamente orales ni nasales
(oronasales o vocales nasalizadas). El problema reside en el binarismo de la
clasificación, pues hace que no encajen las oposiciones graduales.

CLASIFICACIÓN DE LOS RASGOS PERTINENTES Y OTROS QUE PUEDEN SER


PERTINENTES
Rasgos pertinentes:
 Inherentes: se combinan para formar un segmento único (fonema) y se opone a otro
que no está, pero que puede ocupar su lugar.
 Prosódicos (registro tonal, cantidad y acento): aparecen superpuestos a los rasgos
inherentes. Los prosódicos se superponen y los inherentes se excluyen. Un rasgo
inherente no excluye a un prosódico ni viceversa. Además, adquieren su valor por
oposición a otro rasgo presente simultáneamente (atonicidad/tonicidad).
Los rasgos prosódicos pueden desempeñar las siguientes funciones:
o Función contrastiva: contrasta las sílabas acentuadas con las no acentuadas.
o Función distintiva: según la posición del acento se distingue significado.
o Función culminativa: marca las pautas de entonación.
o Función delimitativa: demarca unidades más pequeñas de una palabra.
Si una sílaba no posee ninguna de estas cuatro funciones, será un concepto fonético.
Otros rasgos:
 Configurativos: son rasgos culminativos y delimitativos, y sirven para dividir un
enunciado en unidades más pequeñas (sintagmas). Crean las pautas de entonación.
 Expresivos: forman parte de la fonoestilística y ponen énfasis en ciertas partes del
enunciado.
 Redundantes: ayudan a identificar un rasgo distintivo o un rasgo configurativo. Su
misión es la identificación de otros. En gritos y susurros los rasgos redundantes
sustituyen a los pertinentes.

DISTINCIÓN VOCAL-CONSONANTE
Es un rasgo inherente, cuya repartición depende de cada sistema lingüístico, pues cada lengua
decide si un rasgo es consonante, vocal o sonante. Alarcos cuando define los fonemas no
comienza diciendo fonema consonántico vs fonema vocálico, porque considera que no es
pertinente, ya que se distinguen por sus demás rasgos. Historiográficamente, se han dado tres
definiciones de la distinción vocal-consonante:
1. Hjelmslev: los fonemas capaces de formar por sí solos una unidad significativa (o una
palabra). Crítica:
- Esta definición de Hjelmslev es insostenible, pues vocal y consonante son conceptos
fónicos (acústicos) y sólo se pueden definir como tales.
- Trubetzkoy pone excepciones: vocales que no pueden formar por sí solas palabras y
consonantes que se consideran vocales por constituir palabras o interjecciones.

2. Jakobson: las vocales son elementos que pueden funcionar como centro de sílaba.
Críticas:
- En español siempre es centro de sílaba, pero en otras lenguas no siempre lo son.
- Trubetzkoy afirma que debe hablarse de centros silábicos sólo en aquellas lenguas en
que existen particularidades prosódicas distintivas. Pero en lenguas en las que no
existan particularidades prosódicas, la sílaba no es un concepto fonológico, sino
fonético y sólo puede ser definida con ayuda del concepto de vocal.

3. Trubetzkoy: debe mantenerse la definición de la oposición vocálica/consonántica


desde el punto de vista articulatorio y acústico y no se puede definir la vocal como
centro de sílaba. La sílaba se constituye porque hay particularidades prosódicas que la
sustentan, cuyo detonante es el acento y no tiene significado; es un grupo de fonemas
que lleva un rasgo suprasegmental. Por su parte, define vocal y consonante en
términos acústicos y articulatorios como:
- Consonante: movimiento de cierre y apertura con un máximo articulatorio entre
ambos puntos.
- Vocal: movimiento de apertura y cierre con un mínimo articulatorio en la juntura.

No obstante, desde el punto de vista funcional, resulta útil definir las vocales como aquellas
que constituyen los centros silábicos y las consonantes como elementos marginales para las
lenguas donde haya pertinencia de particularidades prosódicas, como en español.

AMPLIACIÓN SOBRE EL CONCEPTO DE FONEMA


El fonema según:
 Baudouin de Courtenay, es una unidad mental o psicológica. Crítica: esta definición
es insostenible porque a un mismo fonema le pueden corresponder diferentes sonidos.
 Daniel Jones, es un grupo de sonidos emparentados acústica y articulatoriamente, que
no aparecen nunca en el mismo contexto fónico. Crítica: no es correcto usar “sonido”
en la definición de “fonema”.

 Louis Hjelmslev, es una unidad algebraica, nombrada arbitrariamente y carente de


designación natural (es lo contrario a Trubetzkoy). Crítica: lo hace todo de manera
abstracta, no quiere definir los fonemas con rasgos de la fonética. Sin embargo, no se
puede hacer fonología sin fonética, aunque sí fonética sin fonología.

 Leonard Bloomfield, es un mínimo igual de rasgos fónicos. Un fonema reúne una


serie de rasgos mínimos aunque tengan variantes. Crítica: no habla de lo diferente.

 Nicolai Sergei Trubetzkoy, que aporta dos definiciones:


a) Unidad más pequeña de la lengua.
b) Conjunto de particularidades fonológicamente pertinentes de una imagen
fónica.
Crítica:
o No aclara qué quiere decir con fónico.
o La definición b) da carácter funcional al fonema, pero su única función es
distinguir (unidad distintiva). El fonema es una unidad funcional por ser de
carácter distintivo, no significativo.

 André Martinet, considera que la unidad mínima de la fonología no es el fonema, sino


el rasgo pertinente porque es el que asegura la función distintiva. El fonema es un
concepto abstracto que no asegura la función distintiva, de eso se encargan los rasgos
que van en él. Por tanto, fonema no se corresponde con ninguna realidad concreta,
pero tiene un enorme valor práctico porque es la unidad mínima que identifican los
hablantes (principio de linealidad), no los rasgos distintivos. No obstante, el análisis
de los rasgos distintivos presenta inconvenientes:
o Conmutación: la prueba de la conmutación es compleja en algunas lenguas.
o Usar la sustancia fónica (rasgos fonológicos) para delimitar los rasgos
pertinentes le puede dar a una sustancia más importancia de la que tiene.

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