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1. FENÓMENOS FONOLÓGICOS EN EL SISTEMA CONSONÁNTICO.

1. ASPIRACIÓN Y PÉRDIDA DE LA -F- INICIAL LATINA.

En la Edad Media, la grafía -f- podía representar el sonido labiodental fricativo sordo
/f/ o la aspiración. Encontramos la grafía h- ya en el siglo XII en algunos textos, pero lo
general, hasta finales del XV es el mantenimiento de f-.

Suele ponerse como ejemplo de cambio de grafía las dos primeras ediciones de La
Celestina porque, en la primera (1499), predomina la grafía /f/ y, en la segunda (1501), la /
h/. Aunque, a partir del XVI, lo predominante sea la grafía /h/, no faltan textos arcaizantes
que presenten /f/.

Otro dato es que, en el siglo XVI, se produce el cambio de la corte de Toledo a


Madrid, lo que llevó a la imposición de la norma cortesana madrileña sin aspiración, frente
a la toledana que la conservaba. Esta norma madrileña se extiende al resto de la meseta,
excepto el sur, debido a Sevilla, de igual o mayor importancia que Madrid, y que presentaba
la aspiración.

Parece claro, por los documentos, que el fenómeno se inicia en las zonas norteñas
limítrofes al vasco. En cuanto a la cronología, se registra ya en el siglo IX, por lo que hay
que suponer que el fenómeno se diera mucho antes en el habla. Pero lo normal era que la
grafía se mantuviera. Lo que no quita que en la lengua literaria haya casos de h- por f- desde
el siglo XII, pero son los menos. Todavía en el Siglo de Oro podemos encontrar la f-
mantenida en la literatura “arcaizante” (libros de caballerías, teatro en fabla) y en
documentos notariales. Hasta la primera mitad del siglo XVII podemos encontrar h- en
palabras que hoy han mantenido la f- (halda/hebrero).

Caso distinto es la pronunciación. La pérdida de la aspiración ocurrió muy


tempranamente en el norte de Castilla y fue avanzando lentamente hasta el sur a lo largo de
la Edad Media. En el siglo XVI se extendía la pérdida desde Madrid al norte y se mantenía
desde Toledo al sur. Por influjo del habla de la Corte la pérdida se fue extendiendo por la
Meseta sur, y hoy la pronunciación aspirada está en franco retroceso por todas partes.

No es posible saber si un escritor aspira o no, salvo en poesía, en donde la aspirada


impide la sinalefa. Y esto no solo en la Edad Media o en el Siglo de Oro, sino en nuestros
días. Solo por la época y la procedencia lo podemos intuir. Así sabemos que Garcilaso
aspiraba y lo mismo debía ocurrir con Góngora, pero no Lope o Quevedo porque eran
madrileños.

También vemos palabras que no han sufrido el proceso de aspiración, y suelen


explicarse cada una de manera independiente. Se dice que la f- suele mantenerse cuando
va seguida de vibrante simple, lateral o wau (fortia, fronte), debido esto a que los labios
para articular ese segundo sonido tienen que separarse, lo que impide la relajación de la f-.
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Cuando no va seguida de estas consonantes, se explica de manera independiente. No serían
voces patrimoniales, sino que presentarían una evolución especial.

Vemos también casos de /f/ antietimológica: inflare > hinchar. Estos casos han sido
explicados como ultracorrección o como un cruce de palabras. En situación interior
podemos encontrar casos de aspiración cuando la conciencia lingüística la interpreta como
palabra compuesta: refacere > re-hacer.

2. SONORIZACIÓN DE LAS SORDAS INTERVOCÁLICAS.

La simplificación y la sonorización son procesos que se dan al mismo tiempo, por lo


que el resultado de la simplificación nunca fue modificado por la sonorización. Ej.: cuppa
> capa > coba (no pueden darse los dos fenómenos porque cronológicamente suceden a
la vez y acaban a la vez, por lo que la sorda geminada no puede evolucionar a sonora).

La pérdida no siempre se produce: regale > real (fricatización y pérdida de la


oclusiva sonora), negare > negar.
frigidu > frío // frido (E.M.)
① fricatización y pérdida de la sonora (g)
② fricatización y pérdida de la sonora (d)
③ simplificación de las dos palatales cerradas -i-
④ abertura un grado de la -u-
autumnu > otoño ! la intervocálica sorda -t- no se ha sonorizado debido a la
influencia de la wau (diptongo que tienen delante).
ausare > osare > osar ! esta fricativa alveolar sorda -s- va a ser sonora en la
Edad Media. Esto quiere decir que la wau no impide la sonorización de la sorda
intervocálica.
catenatu > cadenado > cadnado > candado
① sonorización de sordas intervocálicas
② síncopa de la -e-
③ metátesis de la dental por la nasal

3. OCLUSIVA BILABIAL SORDA /P/.

- En situación inicial suele mantenerse = petra > piedra. Algunas veces podremos
verlo sonorizado y esto se explica, o bien por ser un préstamo, o por influjo del mozárabe =
pastinaca > biznaga, puesto que en árabe no existe tal fonema en posición inicial.
- Seguida de la vibrante se mantiene = patro > prado.
- De geminada (pp) se simplifica.
- Seguida de yod o wau se ha mantenido sin sonorizar = sapiam > sepa.
- Seguida de lateral se mantiene o palataliza = pluvia > lluvia. Esta palatalización no
sólo se produce en este grupo, sino también en -fl- (flamma > llama) y en -kl- (klave >
llave).

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- En situación implosiva tiende a perderse, aunque se mantenga gráficamente. En la
Edad Media y en los Siglos de Oro, era mucho más frecuente que hoy día la pérdida de la
grafía, pero en el siglo XVIII, la Real Academia recompone la grafía.

* La palatalización de -pl- > -ll- no se da en latín vulgar, sino que es posterior, puesto
que no afecta a todas las lenguas romances. Sabemos por datos que se mantenía en
mozárabe, lo que nos lleva a pensar que la palatalización fue posterior al año 711. Las
glosas presentan generalmente mantenimiento del grupo, pero es un dato que tenemos que
tomar con precaución debido a su carácter latinizante, lo que no implica que en la lengua no
escrita no hubiese palatalización.

No obstante, prueba de que la palatalización era un fenómeno extendido lo tenemos en


los abundantes casos de ultracorrección que recoge Menéndez Pidal en documentos de los
siglos XI-XII. Parece evidente que a principios de siglo XII, el grupo -pl- ya presentaba
palatalización en algunas formas y, por tanto, ésta sería anterior a dicho siglo. Se ha hablado
de época visigoda aunque, en principio, no hay ningún dato que lo testimonie.

Suele admitirse que las primeras palatalizaciones se producen en los grupos velar +
lateral (kl), ya que por un punto de vista articulatorio es más fácil la palatalización de una
velar que de una labial.

Cuando el grupo -pl- iba detrás de consonante se palatalizaba en el fonema palatal


africado sordo /ĉ/. Ej.: amplu > ancho.

1. consonante nasal + -pl- latino = amplu > ancho


2. nasal + -k´l- romance = mancula > mancha
3. consonante no nasal + -pl- o -kl- romances = masculu > macho
4. -pl- inicial = pluteu > choza, que se explica por fonética sintáctica (contexto
oracional).

Normalmente, los manuales de gramática histórica no dan explicación alguna sobre la


palatalización en la africada en esos contextos y sólo encontramos alguna referencia como
en el caso de Corominas, quien afirma que el resultado palatal africado sordo /ĉ/ se debe a
un ensordecimiento de grupos palatales tras nasal o líquida.

4. OCLUSIVA BILABIAL SONORA /B/.

Puede realizarse como oclusiva /b/ o fricativa /ᵬ/ (con grafía en -v- o -u-). En la etapa
medieval, eran dos fonemas diferentes con grafías diferentes, al menos en situación
intervocálica.

El fonema oclusivo proviene, sobre todo, del fonema latino bilabial sordo /p/ en
situación intervocálica. El fricativo, en cambio, procede tanto del fonema semivocálico
wau cuando se consonantiza, como del fricativo bilabial sonoro latino /b/, lo que lleva a
confusiones gráficas desde el latín vulgar.
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El fonema fricativo bilabial sonoro pudo también aparecer por la sonorización del
fricativo labiodental sordo /f/: profectu > provecho.

En un principio, el fonema fricativo labial sonoro tenía una articulación labiovelar,


correspondiente a la semiconsonante o semivocal wau. Cuando la articulación velar se
pierde y evoluciona se dan numerosas confusiones gráficas entre la oclusiva bilabial
sonora /b/ y la fricativa labial sonora /ᵬ/, fenómeno que además se complica porque el
fonema oclusivo estaba sufriendo un proceso de fricatización en posición intervocálica. Este
estado de confusiones se denomina betacismo.
vulture > vuiture > buitre
① vocalización de la velar y aparición de yod
② no hay palatalización porque se produce una síncopa temprana
③ en la Edad Media se produce una confusión entre -b- y -v-. Se intenta
normalizar las grafías mediante correcciones etimológicas. Pero no siempre ocurría así y
aquí vemos uno de esos ejemplos contradictorios (betacismo).

Desde un punto de vista gráfico, el español medieval ofrece los siguientes datos:
- En situación inicial encontramos la grafía b- para aquellas formas que en su étimo
tenían la /b/ latina y la grafía v- para las que presentaban la wau en situación inicial. Ej.:
basiu > beso / uacca > vaca.

- En situación intervolálica, esos dos fonemas, fricativo y oclusivo, son


representados gráficamente por la grafía -v- (amava), lo que nos lleva a pensar que el
fonema que se esconde tras esta grafía es el fricativo. Aun así, se dan confusiones. En un
mismo texto, podemos ver la misma palabra unas veces con -v- y otras veces con -b-.

Desde el punto de vista gráfico, el problema queda solventado en el siglo XVIII, con
la creación de la RAE y la publicación del Diccionario de Autoridades (1726), porque
decide seguir criterios etimológicos, de manera que se impone que las palabras cuyo étimo
tenía /p/ o /b/ se escriban con -b- y las que, etimológicamente, tenían wau se escriban con -
v-. La presión del uso y la tradición provocó no pocos vocablos que tienen -b- o -v- no
etimológica: vota > boda.

Desde el punto de vista fonético, tras esa etapa de distinción, que dura hasta el siglo
XIII aproximadamente, se da una neutralización que provoca que los dos fonemas
medievales se conviertan en dos alófonos de un mismo fonema en español, el labial
oclusivo sonoro.

4.1. Otros contextos de la /b/.

La /b/ implosiva aparece cuando se produce la síncopa de una vocal átona interna, y la
/b/ implosiva vocaliza en velar /u/ ya en el siglo XIII, pero lo normal, gráficamente, es el
mantenimiento. En la primera mitad del siglo XV, alternan formas como “cabdal” y
“caudal”, pero ya en el XVI, la vocalización estaba generalizada.

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Ej.: capitale > cabidale > cabdal > caudal
① sonorización de las sordas intervocálicas
② síncopa de la breve pretónica
③ vocalización de la bilabial implosiva y aparición de wau.

Cuando la labial se vocaliza y va precedida de otra velar se funde con ella y se abre un
grado: cubitu > cubdu > cuudo > codo.

En situación inicial y grupos /bl/ y /br/ se mantiene, aunque encontramos una forma
donde se ha perdido el sonido labial: blasphemare (griego) > lastimar

En el grupo romance /b´l/, resultado de la síncopa vocálica, vemos varios resultados:


· En algunas formas se mantiene: fabulare > fablar > hablar
· En otras se produce una metátesis: sibilare > silbar
· En otras, asimilación y palatalización: tribulu > trib´lu > trillo

El grupo /mb/ en nuestra lengua, unas veces se mantiene y otras se reduce (plumbu >
plomo). La reducción se ha explicado por causas fonéticas, porque se ha producido una
asimilación de dos sonidos labiales sonoros (m y b), que también se da en otras variantes
lingüísticas románicas. Se ha dicho que las palabras que la conservan son cultismos o
dialectismos, pero algunos testimonios de nuestra lengua muestran que no siempre estamos
ante una palabra no patrimonial, sino que unas veces se mantuvo, se redujo o vaciló. Pueden
rastrearse formas con mantenimiento y formas con pérdida en la etapa medieval.
Ej.: amos (forma general en el siglo XV) / ambos
camiar / cambiar en el siglo XIV

Respecto al grupo /bj/ lo podemos ver palatalizado (habea > habja > haya) y en
otras ocasiones se mantiene (rubeu > rubjo > rubio). Se trata de una palatalización que ya
se dio en el latín vulgar, pero que las lenguas romances vacilaron en presentar esa
palatalización o su mantenimiento. Se trata de tendencias innovadoras y conservadoras de la
lengua.

5. OCLUSIVAS DENTALES SORDA /T/ Y SONORA /D/.

La dental sorda /t/ procede de la dental sorda latina no intervocálica o de la geminada


intervocálica: terra > tierra / gutta > gota

La dental sonora /d/ procede de la sorda intervocálica latina y de la sonora no


intervocálica: delicatu > delicado - delgado / dominu > domnu > dueño.

Es interesante el caso de la /d/ en posición intervocálica porque tiende a perderse: se


produce un fenómeno de fricatización y pérdida. Hay otros casos que nos proporcionan
conservación de esa dental sonora intervocálica. Tiende a perderse, pero esa pérdida
compite con la conservación. Serían así dos tendencias, dos evoluciones diferentes para el

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mismo sonido en el mismo contexto y cada una acabaría imponiéndose dependiendo de
cada palabra: adorare > adorar / credere > creer.

En situación intervocálica podían ser geminadas aunque, como sabemos, los


procesos de degeminación, sonorización, fricatización y pérdida de las geminadas hicieron
que coincidieran con los resultados simples.

Podemos encontrar algún caso de confusión de la dental sonora con las líquidas
lateral /l/ y vibrante simple /r/. Ej.: adipes non alipes (ejemplo del Appendix Probi) /
lampada (se ve todavía en XIV) > lámpara (documentada ya en XIII) y melecina /
medecina.

Las dentales en situación final se perdieron en época muy temprana: caput / illud. La
/t/, que caracterizaba la forma verbal de 3ª persona del singular “amat” perdura hasta el
siglo X, aunque quedan restos en épocas posteriores. Son interesantes estos casos cuando se
produce la apócope de la vocal final. Ej.: veritate > veridade > verdad.

A lo largo de la Edad Media podemos encontrar formas escritas con la grafía -t- o con -
d-. En la primera mitad del siglo XV alternan ambas grafías, si bien la de -t- desaparece a
finales de esta centuria. El hecho de que aparezca la grafía de la sorda no implica que la /d/
se pronunciara como /t/. También se registra desde mediados del siglo XVI algún ejemplo
con pérdida de la consonante final: verdá.

Cuando nos encontramos la oclusiva dental sorda /t/ seguida de una vibrante
simple /r/ tenemos varias soluciones:
· En situación inicial se mantiene: dracone > dragón / trahere > traer
· En situación implosiva, unas veces se mantiene y otras se pierde: patre > padre

6. DENTOALVEOLARES AFRICADOS SORDO /ŝ/ Y SONORO /ẑ/ (-ҫ-, -z-)

Además los sonidos dentales anteriores, encontramos dos sonidos dentoalveolares


africados, uno sordo y otro sonoro /ŝ/ y /ẑ/ (-ҫ- y -z-) en la Edad Media, procedentes de los
latinos tj, kj, cj y c + e, i, que palatalizaron en latín vulgar a consecuencia de la yod y que en
situación intervocálica se sonorizo.

Cuando se produce la palatalización del grupo /kt/ > /ĉ/ en un sonido idéntico al sonido
palatal africado sordo /ŝ/, este último adelanta su punto de articulación convirtiéndose en
dentoalveolar africada sonora en posición intervocálica o implosiva (dezir, Gonҫález), o
sorda si no es intervocálica (fuerҫa, Gonҫález), aunque hay excepciones (arzilla, se
sonoriza por influencia de la vibrante).
Ej.: fortia > fortja > forҫa > fuerҫa > fuerza
① tendencia antihiática del latín vulgar y aparición de yod
② diptongación de -o- breve tónica

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③ palatalización y aparición de la dentoalveolar africada sonora /ž/ (-z-).
Por último esta se convertirá en interdental /Ɵ/ en los Siglos de Oro para no confundirse
con las sibilantes.
calcea > calcja > calҫa > calza (interdental en los siglos de Oro)
ericiu > ericju > eriŝo > eriẑo > erizo

Estas dos grafías -ҫ- y -z- sólo son válidas desde la época alfonsí, ya que antes todavía
pueden encontrarse casos de “confusión” de grafías, puesto que éstas todavía no estaban
fijadas. Perdurarán hasta su regularización en 1726, fecha de la publicación del primer tomo
del Diccionario de Autoridades, en cuyo prólogo se dictan las primeras normas académicas,
suprimiendo la -ҫ- y regularizando los empleos de -b-, -u- y -v-.

6. SISTEMA PALATAL.

No existían consonantes palatales en latín clásico, sino que son una creación del latín
vulgar.

6.1. Palatal africado sordo /š/ (-ch-). kt > it > š / ult > uit > uš

** Tiene su origen en el grupo latino -kt- y la evolución es la siguiente: la velar /k/ en


posición implosiva vocaliza, de lo que surge una yod que va a palatalizar a la consonante
dental con un resultado palatal africado sordo /ĉ/ porque la dental es oclusiva y sorda, ya
que el fonema africado tiene un momento oclusivo y otro fricativo que correspondería a la
yod.

Ese grupo es el conocido como 4ª yod (explicación detallada en sistema vocálico), el


último que se desarrolló y, por tanto, va a inflexionar a la vocal tónica de la palabra con la
que aparezca: kt > it > š.
directu > direito > direšo > derecho
① vocalización de la velar y aparición de yod
② palatalización de la dental con resultado africado palatal sordo /ĉ/.
③ la yod no inflexiona en este caso a la palatal larga (mirar 4ª yod)

lacte > lajte > leše > leche ! hay autores que piensan que la yod inflexiona
a la -a- y otros, como Alarcos, creen en la evolución regular del diptongo -ai- > -e-.

Este fonema palatal africado sordo puede provenir también del grupo -ult- por la
vocalización de la lateral en posición implosiva: -ult- > -uit- > uš.
cultellu > cuitiello > cušiello > cuchillo
① vocalización de la lateral y aparición de yod que palataliza a la dental
② diptongación de -e- y posterior reducción (ahorro de la lengua)
③ palatalización de las geminadas
multu > muito > mušo > mucho
> muito > muit > mui > muy

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① Vemos una segunda evolución irregular en la que, al perderse la vocal
átona final, impide la palatalización de la dental que también acaba perdiéndose. La palatal
semivocal se consonantiza (y).

6.2. Prepalatal fricativo sordo /š/ (-x-). ks > is > š / s- > š > /x/

Tiene su origen en el grupo latino -ks- y su evolución es muy similar a la de -kt-: la


consonante velar en situación implosiva se vocaliza, surge la yod y ese elemento palatal
palatalizará a la consonante alveolar con la que está agrupada, en un resultado prepalatal
fricativo sordo /š/ porque la alveolar es fricativa y sorda. Posteriormente evolucionará a
fricativo velar sordo /x/ (grafía -j-) en los Siglos de Oro para diferenciar la articulación de
las sibilantes medievales. Ej.: taxu > taišu > tešo > texo.

Esta grafía medieval -x- para representar al actual fonema /x/ (-j-) llega hasta 1815, y
hoy perdura en los cultismos (examen, taxi, exterior). En ese año aparece la octava edición
de la ortografía académica, en la que se suprimen estos usos. La grafía medieval conservó la
latina, que en los orígenes del español palatalizó dando el fonema /š/. Este fonema palatal
empezó a velarizarse en el siglo XVI, generalizándose la pronunciación velar en el siglo
XVII. Así, por ejemplo, la forma dixo tuvo dos pronunciaciones: /dišo/ hasta el siglo XVI
y /dixo/ desde ese siglo hasta hoy.

Como ocurría en el grupo -kt-, vamos a ver alguna palabra en la que este fonema
queda en situación implosiva, lo que impedirá la palatalización porque no está permitido en
español la forma palatal + consonante. Ej.: sex > seis (no palataliza porque no está
permitido en nuestra lengua un fonema palatal final).
fraxinu > friasinu > fraišno > fresno
① vocalización de la alveolar
② síncopa temprana de la -i- que impide la palatalización.
③ monoptongación del diptongo -ai-

Este fonema también puede proceder de la fricativa alveolar sorda /s/ en situación
inicial, que se puede explicar por diferentes influjos árabe o vasco.
sapone > jabón
① palatalización de la alveolar inicial y posterior velarización
② sonorización de la oclusiva sorda intervocálica
sucu > jugo

6.3. Prepalatal fricativo sonoro /ž/. lj > ḻ > ž > x / k´l > ḻ > ž > x

Procede de la 2ª yod: -lj-, -k´l- > ḻ, cuyo resultado palatal lateral se ve desplazado
cuando se produce la palatalización de la geminada lateral, lo que nos llevará al mismo
resultado, pero con orígenes y cronologías diferentes. Debido a esto, se produce un cambio
de articulación del fonema que pasará a prepalatal fricativo sonoro /ž/, esto es, se produce
una deslateralización (pasar de lateral al central): ḻ > ž.

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oculu > oc´lu > oilo > oḻo > ožo > ošo > oxo
① síncopa de la velar y aparición de la 2ª yod
② la yod inflexiona a la -o- porque si no hubiera diptongado
③ palatalización de la lateral y posterior deslateralización
④ ensordecimiento de la palatal fricativa en los Siglos de Oro y posterior
velarización.
aliu > aljo > ažo > ašo > axo
① aparición de yod por la tendencia antihiática del latín vulgar
② palatalización de la lateral y posterior deslateralización
③ la yod no inflexiona a la -a-
④ ensordecimiento de la sibilantes y posterior velarización.

6.4. Palatal fricativo sonoro /y/.

Procede de la 3ª yod: -bj-, -dj-, -gj-. También puede tener origen en el grupo “-g- + -
e-, -i-” y en “-k- + -e-, -i-” y en la semiconsonante palatal latina -j-.

No es el único que se presenta como resultado de estos grupos originarios en su


evolución al español, debido esto a los diferentes contextos fónicos:
1) en situación inicial, diferentes resultados:
· se conserva en algunos ejemplos.
iam > ya
generu > genru > gernu > gierno > yerno
① síncopa de la -e- breve postónica
② metátesis de la nasal y la vibrante
③ diptongación de -e- y aparición de la yod que palataliza a la velar
· seguida de vocal palatal o central átonas, se pierde.
germanu > hermano / germano (cultismo)
iactare > actare > aitare > ešar > echar
① pérdida del fonema inicial seguida de una vocal central átona
② vocalización de la velar y aparición de yod que palataliza la dental
③ inflexión de la -a- por influencia de yod (o monoptongación)
· seguida de vocal velar se convierte en prepalatal fricativo sonoro /ž/:
iocu > žocu > žuego > šuego > juego (y posterior velarización).

* Manuel Ariza explica la pérdida en posición inicial (gelare > helar), diciendo que
cuando la consonante se palataliza tendríamos un resultado intermedio (jelare) que, según
él, va en contra de encontrar una diptongación en sílaba átona, lo cual se resuelve, o bien
con la pérdida de la vocal inicial, o bien, con la fusión con el elemento palatal siguiente.

* El resultado prepalatal fricativo sonoro /ž/, según Ariza, se debe a que la vocal velar
produce un retraimiento articulatorio, con lo que se produce un cierre y, en consecuencia, el
fonema semiconsonántico palatal latino se convierte en prepalatal.

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2) En Situación intervocálica:
· se puede perder en contacto con vocal palatal: digitu > dedo / peiore >
peor / corrigia > correa
· y se conserva cuando no entra en contacto con un elemento palatal:
maiore > mayor / maiu > mayo

* Para la pérdida en situación intervocálica (peiore > peor), la caída se explica por la tan
repetida pérdida de las consonantes en posición intervocálica. Se había fricatizado y perdido
como una oclusiva.

3) En Situación postconsonántica podemos encontrar:


· Una interdental /Ɵ/: argilla > arcilla. Según Ariza, se produce cuando la
semiconsonante latina va precedida de nasal o vibrante (argilla, gingiva > encía), donde se
exige que el sonido consonántico siguiente sea de tipo africado, es decir, con un momento
oclusivo. Ese resultado no era posible pues ya era propio del grupo -kt-, de manera que el
fonema africado sordo evolucionaría a dentoalveolar sonoro (porque la vocal nasal y la
vibrante son sonoras - arẑiḻa), desembocando finalmente como interdental /Ɵ/ en el Siglo de
Oro.
· Una nasal palatal /ṉ/: ringere > reñir. Este resultado se producía cuando iba
precedido de una nasal (ringere > reñir). En esos casos, lo que parece haber ocurrido es que
la vocal palatal ha palatalizado a la velar y después a la nasal con un resultado nasal palatal
y ese fonema palatal ha desaparecido. Ej.: ringere > renjer > reñir.

7. FRICATIVO ALVEOLAR SORDO /S/ (-s- / -ss-).

Procede de los fonemas alveolares fricativos sordo y sonoro /s/, /z/ medievales. En
época medieval existían dos fonemas:
· sordo /s/, procedente de la -s- latina no intervocálica.
· sonoro /z/, procedente de la -s- latina intervocálica o del grupo /ns/.
mensa > meza > mesa
① simplificación del grupo -ns-
② sonorización de la -s- sorda al simplificarse el grupo, que volverá a
ensordecerse en los Siglos de Oro con la pérdida de las sibilantes sonoras.

casa > caza > casa


① se da un momento de sonorización al estar en situación intervocálica,
que volverá a su estado original con la pérdida de las sibilantes sonoras en los Siglos de
Oro.

La -s- sorda medieval, lo normal es que se mantenga como sorda, aunque la vemos
con algún otro resultado, como por ejemplo, el dentoalveolar que evolucionará en los Siglos
de Oro a interdental /Ɵ/: setaceu > cedazo.

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La sorda podía sonorizar en posición intervocálica como /z/ marcándose en lo escrito
con la grafía -s- simple para diferenciarla de la geminada -ss-.

Evolución también interesante la que presenta la geminada latina -ss-, que la


encontramos en alguna palabra en donde se ha producido una palatalización: russeu >
roxo, que suele explicarse por una confusión con el grupo -ks- y ha tenido idéntica
evolución. Si bien, es posible pensar también que se produjo la palatalización para no
confundirse con la simple + yod: basiu > beso.

Por lo general, la geminada -ss- la vamos a encontrar en los textos alternada con la -s-
simple hasta su total desaparición en la tercera edición de la ortografía de 1763.

7.1. Reajuste de las sibilantes en los Siglos de Oro.

En la Edad Media existían 7 fonemas sibilantes: 2 alveolares /s/, /z/, 2


dentoalveolares /ŝ/, /ẑ/, 2 prepalatales /š/, /ž/ y 1 africado /ĉ/.

En los Siglos de Oro se produce el ensordecimiento de las sibilantes sonoras > /s/, la
fricatización de las dentoalveolares > /ş/, la interdentalización de las dentoalveolares > /Ɵ/
y la velarización de las prepalatales > /x/.

Parece que está probado que ya en la 2ª mitad del siglo XIV se había producido el
ensordecimiento de la alveolar sonora /z/ > /s/. Un poco más tardíos son los
ensordecimientos de la dentoalveolar /ž/ > /š/, principios del XV, y de la prepalatal /ẑ/ > /
ŝ/, a mediados del XV. Los ejemplos abundan y se generalizan en el XVI.

Como causas del ensordecimiento se ha hablado de influjo vasco y también de


influencia castellana, pero parece que es más probable que se deba al rendimiento funcional
de la oposición sorda-sonora, oposición que sólo era pertinente en posición intervocálica, lo
que provoca que el sistema la suprima con un ahorro fonético.

Junto al ensordecimiento, debió ocurrir también la fricatización de los


dentoalveolares /ẑ/, /ŝ/ > /ş/, que según Rafael Lapesa, se daba ya en Sevilla a finales del
XV. Según Amado Alonso, primero fricatiza la sonora y después la sorda.

Los procesos de fricatización y ensordecimiento habían provocado la aproximación


en la articulación de las sibilantes /s/, /ŝ/, /š/ y /ş/, lo que hacía que peligrara el sistema,
produciéndose confusiones entre ellas. Este problema lo soluciona el sistema alejando los
puntos de articulación:
- La dentoalveolar africada /ŝ/adelanta su punto de articulación y se convierte en
interdental /Ɵ/.
- La prepalatal fricativa /š/ retrae su articulación hacia la parte posterior de la
boca para evitar la confusión con los sibilantes alveolares, con lo que se velariza /
x/.

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- Completan la lista la fricativa alveolar sorda /s/ (nuestra -s- actual) y la africada
palatal sorda /ĉ/ (nuestra -ch-).

8. CONSONANTES VELARES /K/ Y /G/.

El fonema velar sordo /k/ procede de la geminada latina y del fonema velar sordo en
posición no intervocálica: -cc- / c-: bucca > boca / porcu > puerco.

Para poder fechar algunos textos de la época prealfonsí nos puede servir de dato que
anteriormente a la grafía -c-, se representaba este fonema sordo con -k-, de origen visigodo
y que fue sustituido por la solución gráfica carolingia -c- que triunfa en 1150, fecha que nos
puede servir para delimitar textos ante quem.

El fonema velar sonoro /g/ procede de la velar sorda en posición intervocálica y de la


velar sonora: -k- / g-: focu > fuego / gutta > gota / cattu > gato – se justifica esta
sonorización en posición inicial por fonética sintáctica (no de forma aislada).

En situación intervocálica tenemos algún ejemplo interesante de la velar sorda latina


sonorizada, fricatizada y perdida, como en hac hora > agora > ahora.
fumigare > humiar > humear
① aspiración y pérdida de la f- inicial latina
② fricatización y pérdida de la velar sonora
③ evolución regular de la -i- > e
También podemos encontrar la fricatización, pero no la pérdida:
augustu > agosto
① fusión de velares: u + g > g
② evolución regular de las vocales velares breves

No están claras las causas de esa vacilación fonética entre pérdida y conservación. La
lengua ha seguido, en algunos casos, un proceso más conservador manteniendo la velar, y
casos en los que ha seguido un proceso más innovador en el que se pierde.

8.1. Velares agrupadas.

· gl ⇨ se pierde la velar sonora, incluso la líquida lateral


glattire > latir
globellu > globiello > globillo < ovillo

· c´l > g´l ⇨ grupos romances que palatalizan y posteriormente deslateralizan por la
palatalización de las laterales geminadas. En el siglo de Oro se da un nuevo cambio pasando
definitivamente a ser un fonema fricativo velar sordo.
lenticula > lentic´la > lentijla > lentiḻa > lentiža > lenteža > lenteja

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① síncopa de la vocal velar breve postónica
② vocalización de la velar implosiva en una yod que palataliza a la lateral
③ deslateralización con resultado central fricativo prepalatal sonoro y
posterior velarización.
saeglu > saeg´lu > siglo = aquí se mantiene
apicula > apic´la > apijla > apiḻa > apiža > abiža > abexa > avexa

8.2. Velares en situación inicial.

· Se pierde seguido de vocal palatal ! germanu > hermano


· Se conserva porque va acompañado de tónica ! generu > género

8.3. Velares seguidas de la semiconsonante velar /kw/, /gw/.

· Se ha mantenido en algunos ejemplos: lingua > lengua / quando > cuando.


· También podemos ver la pérdida de la semiconsonante: nunqua > nunca /
quaero > quiero /kjéro/ (se ha perdido fonéticamente, aunque se ha conservado
gráficamente).

* La grafía -qua- (quartas, quando) se va a mantener hasta la octava edición de la


ortografía académica de 1815, en la que se suprime este uso y se generaliza la -c-+ a,o,u o la
-qu- + e, i.

También puede darse una palatalización del grupo -kw-, cuando éste va acompañado
de vocal palatal. La vocal velar se pierde y la palatal ocupa su lugar evolucionando de la
misma forma que la velar seguida de vocal palatal. El resultado último será una
interdentalización:
quinque > kinque > ŝinque > cinco
① se pierde la semiconsonante velar y evoluciona como k + e, i
② palatalización de la consonante velar
③ pasa a dentoalveolar por la posible confusión con la palatalización del
grupo -kt-. Posterior interdentalización en los Siglos de Oro para no confundirse con las
sibilantes.

8.4. Velares seguidas de vocal palatal.

Las consonantes velares latinas /k/ y /g/ sufren un cambio al ir seguidas de vocal
palatal o yod: k + j / e, i > ŝ // g + j / e, i > ẑ. Hay una palatalización que tiene sus
primeros testimonios ya en el siglo V, y parece estar relacionada con el grupo -kj-, cuyos
resultados son idénticos. Pero, al palatalizar también coincide con el resultado de -kt-, por lo
que cambia su articulación a dentoalvelar.

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El contexto “consonante velar + palatal” reforzaría su articulación dando como primer
resultado un fonema palatal: k´ + e, i > ŝ > ŝ / ẑ > Ɵ = se produce una fonologización
(alófono que se ha convertido en fonema).
carcere > carŝere > carŝere > carŝel > cárcel
① proceso de palatalización e interdentalización en k + e
② disimilación de la vibrante
lancea > lanĉja > lanŝa >lanŝa > lanza

9. CONSONANTES NASALES /M/ Y /N/.

Los fenómenos más interesantes que sufren estos fonemas son:


-n- + yod (-ni-) > -ñ- = palataliza: vinea > vinia > viña
ligna > lijna > leña
La forma -ni- será común en los primeros años del español prealfonsí.
*excepciones: pignora > pijnora > pinora > pinra > pindra > pendra >
prenda
① se produce una síncopa temprana y no hay palatalización
② epéntesis de una dental sonora
③ evolución regular de -i- > e
④ metátesis de vibrante
-m- + yod (-mi-) > -m- = no palataliza: vindemia > vendimia / praemiu >
premio. Puede pensarse que no palatalizó porque hubiera sido una -ñ- y se hubiera
confundido con los resultados de la n + yod. Se ha hablado también de la especial
resistencia que tienen las bilabiales a la palatalización, como podemos ver en muchos
ejemplos de -bj-. Esto puede ser debido a términos articulatorios (muchos movimientos
desde lo bilabial hasta la palatalización).

-nn- > -ñ- = para mantener su diferenciación con la simple retrasa su articulación
y palataliza. Ej.: canna > caña / pannu > paño. Esta forma -nn- será muy común en los
primeros años del español prealfonsí. El grupo -mn- se confunde muy pronto con la -nn-:
autumnu > otoño.
-mm- > -m- = se simplifican porque no pueden palatizarse, pues eso llevaría a la
confusión con la evolución idéntica del grupo -nn-.
-m- = lo normal es que aparezca sin alteraciones en situación inicial e
intervocálica: manu > mano. Aunque en situación inicial podemos encontrar algún ejemplo
de confusión con la nasal alveolar.
mespilu > nespilo > nespiro > niespero > níspero
① confusión de nasales
② confusión de líquidas
③ diptongación y monoptongación.

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En posición final parece que cae la nasal bilabial -m en el siglo III a.C., que es una de las
causas de la pérdida de la declinación latina. Sólo perdura en algunos latinismos y
monosílabos en los que pasa a alveolar: cum > con / tam > tan.
-n- = suele aparecer sin alteraciones en inicial e intervocálica: nomine >
nombre / manu > mano. En situación final suele mantenerse: in / en. Aunque encontramos
un caso en el que ya se pierde a mediados del siglo XV: non > no.
-m´n- = grupo romance producido por una síncopa.
nomine > nom´ne > nom´re > nombre
① síncopa de la -i-
② disimilación de las nasales
③ epéntesis de la bilabial sonora por influencia de la nasal bilabial

* El resultado medieval de la forma “homine”, en donde encontramos los resultados: omne /


ome. La forma “hombre” se puede documentar ya desde el XIII.
dominu > domnu > dueño
① síncopa muy temprana que provocó una evolución como la de la
geminada -nn-.
② palatalización de tal grupo.
③ diptongación de -o

* La grafía -ñ- se consolidad para marcar el fonema /ṉ/ en el siglo XIV.

10. CONSONANTES LÍQUIDAS /R/ Y /L/.

Lo más interesante de las consonantes líquidas en su evolución al romance es la


relación entre sus 4 fonemas. Se perdió la oposición entre simples y geminadas y, como
ocurría en las nasales, esas geminadas eran sonoras y no podrían simplificarse porque se
confundirían con las simples. Lo que hicieron fue cambiar su punto de articulación. En el
caso de la lateral (-l-) se palatalizó (-ll-) y en el caso de la vibrante (-r-) ocurrió su
aumento de las vibraciones convirtiéndose en vibrante múltiple (-rr-).

10.1. Vibrantes /r/ y /r/.

- r = En situación inicial suele mantenerse sin problema: rota > rueda


En situación intervocálica también suele mantenerse: tauru > toro, aunque
podemos encontrar algún ejemplo como: tremulare > temblar, donde se da la desaparición
por disimilación.
Podemos ver también confusión de líquidas en situación final de palabra: spora
> espuela, y algún ejemplo de metátesis como: inter > entre / semper > siempre

- n´r = grupo romance por síncopa, se produce una epéntesis o una metátesis.
Ej.: generu > yierno
honora > honra – se ha convertido en vibrante múltiple
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- rr- = las geminadas vibrantes pasan a denominarse vibrante múltiple (se consolida
como tal en el siglo XIV): ferru > hierro

10.2. Laterales /l/ y /ļ/.

En situación implosiva podemos ver diferentes fenómenos:


· vocalización de la lateral: multu > muito > mucho / alteru > autru > otro
· confusión de líquidas en situación implosiva que, en muchos casos, han
llegado a consolidarse porque comparten muchos rasgos: sulcu > surco, confusión que
puede rastrearse ya desde el siglo XII.
· metátesis: parábola > palabra

-l- = permanece igual que la -r- en todas las posiciones: metátesis, vocalización,
confusión...
-ll- = palatalizó, si bien se mantiene en cultismos como: vacilare > vacilar (en este
caso tendría que haber palatalizado en *vacillar, pero se conserva igual como cultismo). Se
consolida como tal en el siglo XIV.

También podemos encontrar la presencia de la grafía -l- en lugar de -ll- en posición


inicial, tal vez por influjo leonés o gallego-portugués: lamando, lieva, mientras que se
conserva mejor en posición interior: vasallos. Este rasgo es propio de los primeros años del
español prealfonsí.

Tenemos ejemplos en los que las geminadas -ll- evolucionaron a -ld-: rebelle >
rebelde, porque parece que el hablante trataba de articular un sonido geminado que no tenía
y el resultado fue la articulación de dos fonemas diferentes. El desarrollo concreto de la
dental es debido a la afinidad articulatoria, pues los dos son sonoros, ambos articulados en
la zona dentoalveolar y ambos fricativos.

La palatalización de la geminada causó el cambio de articulación del resultado palatal


de -lj- que también palatalizaba, lo que provocó el llamado fenómeno de la
deslateralización (lj > c´l > ĉ).

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