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Osteomielitis

Definición
La osteomielitis es una infección de hueso y médula ósea, que se debe a la
inoculación de un microorganismo ya sea por contigüidad, directa o hematógena
(Ugalde & Morales, 2014).
Etiología
La osteomielitis hematógena ocurre principalmente en niños, luego con el cierre de
las epífisis de los huesos largos disminuye la susceptibilidad a la colonización
microbiana. En adultos la osteomielitis hematógena es infrecuente excepto en
huéspedes inmunocomprometidos. En neonatos las bacterias asociadas a
osteomielitis más frecuentemente son: Streptococcus Agalactiae (estreptococo del
Grupo B), Staphylococcus Aureus y los bacilos entéricos gram negativos. En niños
mayores de 4 años, el Staphylococcus Aureus es el microorganismo más
identificado, seguido por el Streptococcus pyogenes (Grupo A). El
Haemophilus influenzae tipo B ocasionalmente origina osteomielitis y más
comúnmente produce artritis. Las heridas penetrantes en los pies pueden asociar una
osteomielitis por Pseudomona Aeruginosa. Causas infrecuentes de osteomielitis de
origen hematógeno son las ocasionadas por
hongos: Histoplasmosis, coccidioidomicosis y blastomicosis.
Personas inmunocomprometidas pueden desarrollar infecciones óseas por
Candida, Aspergillus y Pneumocystis (Gallardo et al., 1993; Ugalde & Morales,
2014).
Tipos
No existe un sistema de clasificación universal, aunque existen dos sistemas
principales de clasificación para la osteomielitis (Ugalde & Morales, 2014):
1. Clasificación de Waldvogel:
 Hematógena:
Más frecuente en niños y adolescentes, se localiza metáfisis de huesos largos. En
el adulto acostumbra ser a nivel vertebral y en diáfisis de huesos largos.
 Secundaria a un foco o inoculación directa:
Fracturas expuestas, cirugía. En adultos puede evolucionar hacia la cronicidad.
La etiología suele ser polimicrobiana.
 Asociada a insuficiencia vascular y neuropatía:
Adultos, diabéticos y/o insuficiencia vascular. Afecta huesos del pie (Pequeños
traumatismos). La etiología suele ser polimicrobiana.

2. Clasificación de Cierny-Mader: se basa en la anatomía del hueso afectado y en el


estado fisiológico del huésped.
 Anatómico:
Estadio 1: Medular
Estadio 2: Superficial
Estadio 3: Localizado
Estadio 4: Difuso
 Fisiológico (Hospedero):
Hospedero A: Huésped normal
Hospedero B:
-L: Compromiso local.
-S: Compromiso sistémico.
-LS: compromiso local y sistémico.
Hospedero C: El tratamiento causaría más daño que la enfermedad.

Manifestaciones clínicas
En la osteomielitis aguda, las infecciones de los huesos de las piernas y los brazos
causan fiebre y, a veces, algunos días después, dolor en el hueso infectado. El área
situada sobre el hueso puede estar dolorida, enrojecida, caliente e hinchada, y el
movimiento puede resultar doloroso. La persona pierde peso y está cansada.
Cuando la osteomielitis procede de infecciones en los tejidos blandos cercanos o se
debe a invasión directa por un microorganismo, el área que está sobre el hueso se
hincha y se vuelve dolorosa. Pueden formarse abscesos en los tejidos circundantes.
Estas infecciones pueden no causar fiebre. La osteomielitis crónica causa dolor
óseo, infecciones recurrentes en los tejidos blandos sobre el hueso y supuración
purulenta constante o intermitente a través de la piel (Gallardo et al., 1993; Ugalde
& Morales, 2014).
Diagnóstico
En el examen físico del paciente con osteomielitis se encuentra dolor a la palpación
de la región afectada, edema, rubor, aumento del calor local, en algunos casos se
encuentran signos de infección de tejidos blandos, secreción local, fistulas, datos de
traumatismo previo. Entre los hallazgos de las pruebas de laboratorio se pueden
encontrar elevación en la velocidad de eritrosedimentación. La proteína C reactiva
se eleva en las primeras 8 horas, alcanza el valor máximo a los 2 días y se normaliza
a la semana de haber iniciado el tratamiento; es útil para el seguimiento y para
diferenciar formas complicadas. Conteo de glóbulos blancos aumentado en los
leucocitos hasta en el 60% de los casos y los hemocultivos que son positivos entre el
20 y el 50% de los casos de osteomielitis aguda. El mejor criterio diagnóstico para la
osteomielitis es un cultivo positivo de la biopsia de hueso, y una histopatología
consistente con necrosis, sin embargo, los hemocultivos positivos, pueden obviar la
necesidad de una biopsia ósea, si existe evidencia clínica y radiológica compatible
con osteomielitis (Gallardo et al., 1993; Ugalde & Morales, 2014).
Tratamiento
El tratamiento de la osteomielitis depende de una adecuada terapia antibiótica y
usualmente requiere resección quirúrgica del tejido infectado y necrótico. La terapia
antibiótica debería escogerse con base en el cultivo y la sensibilidad antibiótica.
Dependiendo de la gravedad de la infección, se pueden administrar antibióticos por
vía intravenosa durante unas 4 a 8 semanas. Seguidamente se pueden continuar
administrando antibióticos por vía oral durante un período de tiempo más largo
según la respuesta de la persona. Algunas personas padecen osteomielitis crónica y
requieren tratamiento antibiótico durante meses (Gallardo et al., 1993; Ugalde &
Morales, 2014).
.

Cáncer de hueso
Definición
Hay varias clases diferentes de tumores pueden crecer en los huesos: tumores
primarios de hueso, los cuales se forman a partir de tejido óseo y pueden
ser malignos o benignos, y tumores metastáticos, tumores que se forman de células
cancerosas que crecieron en otras partes del cuerpo y luego se extendieron a los
huesos.
Etiología
Se desconoce la causa de la mayoría de los casos de cáncer de hueso. Un pequeño
porcentaje de los casos de cáncer de hueso se ha relacionado con factores
hereditarios, mientras que otros se relacionan con una exposición anterior a la
radiación.

 Síndromes genéticos heredados. Ciertos síndromes genéticos poco


frecuentes heredados de la familia aumentan el riesgo de presentar cáncer de
huesos, entre ellos el síndrome de Li-Fraumeni y el retinoblastoma hereditario.
 Enfermedad ósea de Paget. La enfermedad ósea de Paget, que se observa
principalmente en adultos, puede aumentar el riesgo de que se desarrolle cáncer
de huesos en el futuro.
 Radioterapia para el cáncer. La exposición a grandes dosis de radiación,
como aquellas que se emiten durante la radioterapia para el cáncer, aumenta el
riesgo de que se desarrolle cáncer de huesos en el futuro.

Tipos
 Osteosarcoma. Es un tumor óseo primario agresivo. Esta variedad de cáncer
óseo se produce con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes, en los
huesos de la pierna o el brazo. En circunstancias excepcionales, los
osteosarcomas pueden surgir fuera de los huesos (López et al., 2014).
 Condrosarcoma.  En este tumor, las células cancerosas producen cartílago.
El condrosarcoma por lo general se produce en la pelvis, las piernas o los
brazos, en adultos de mediana edad y adultos mayores (Martínez et al., 2006).
 Sarcoma de Ewing. Son neoplasias mesenquimatosas de células redondas
muy agresivas Los sarcomas de Ewing aparecen con mayor frecuencia en la
pelvis, las piernas o los brazos de niños y adultos jóvenes (Sbaraglia et al.,
2020)

Manifestaciones clínicas
El signo más común de cáncer de hueso es dolor en el hueso afectado. A medida que
crece el cáncer, el dolor será constante, y puede empeorar con la actividad. Es
posible que la hinchazón en el área de dolor no se produzca hasta varias semanas
después. A veces, se puede sentir un bulto o una masa, según el lugar donde se
encuentre el tumor. El cáncer en los huesos de la columna vertebral puede presionar
los nervios, ocasionando entumecimiento y hormigueo o incluso debilidad. El cáncer
puede ocasionar pérdida de peso y agotamiento. Si el cáncer se propaga a los
órganos internos, también puede causar otros síntomas (Gómez et al., 2008; Melo &
Martínez, 2005).

Diagnóstico
Los estudios de diagnóstico por imágenes (tomografía computarizada, RM, TEP,
radiografía) pueden ayudar a determinar la ubicación y el tamaño de los tumores
óseos, y si los tumores se han diseminado a otras partes del cuerpo. También se
puede recomendar una biopsia del tumor para realizar pruebas de laboratorio. Las
pruebas le pueden indicar al médico si el tejido es canceroso y, si lo es, qué tipo de
cáncer se presenta. También puede revelar si las células del tumor están creciendo
rápidamente o lentamente. Si el médico confirma el diagnóstico de cáncer de huesos,
tratará de determinar el alcance o la etapa del cáncer ya que servirá como guía para
decidir las opciones de tratamiento (Gómez et al., 2008; Melo & Martínez, 2005).
Tratamiento
Dependen del tipo de cáncer, algunos tipos de cáncer de huesos se tratan solo con
cirugía, otros con cirugía y quimioterapia, y otros con cirugía, quimioterapia y
radioterapia.
El objetivo de la cirugía es extirpar todo el tumor canceroso. Cuando el cáncer de
hueso es de gran tamaño o se encuentran en un punto complicado en el hueso, es
posible que se requiera cirugía para extirpar toda la extremidad o parte de esta. La
quimioterapia es una parte importante del tratamiento para el osteosarcoma y el
sarcoma de Ewing.

La radioterapia se utiliza a menudo antes de una operación, ya que puede reducir el


tamaño del tumor y hacer que sea más fácil extraerlo. Esto, a su vez, puede ayudar a
reducir las posibilidades de que sea necesaria una amputación. También se puede
utilizar en personas con cáncer en los huesos que no puede extraerse con cirugía,
luego de la cirugía para destruir células cancerosas que pudieron haber quedado o
puede ayudar a las personas con cáncer de hueso avanzado a controlar los signos y
síntomas, como el dolor (Gómez et al., 2008; Melo & Martínez, 2005).
Bibliografía:
Gallardo, H., Varaona, O., Maccione, B., Ros, M., Michini, E., & Della Rosa, L.
(1993). Osteomielitis: fisiopatología y anatomía patológica (primera parte). Rev.
Asoc. Argent. Ortop. Traumatol, 472-8.
Gómez, R. T., Hoyos, L. F. M., & Zepeda, R. A. A. (2008). Clasificación de los
tumores óseos. Ortho-tips, 4(2), 96-102.
López, A. A., Lorenzo, Y. G., Álvarez, A. P., & Lorenzo, M. G. (2014).
Osteosarcoma: enfoque actual. Archivo Médico Camagüey, 14(5).
Martínez Tello, F. J., Manjón Luengo, P., & Montes Moreno, S. (2006).
Condrosarcoma. Variantes de condrosarcoma. Rev. esp. patol, 69-79.
Melo G, Iván, & Martínez C, Virginia. (2005). Tumores óseos condroides:
condromas versus condrosarcomas convencionales. Revista chilena de
radiología, 11(4), 170-178. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-93082005000400005
Sbaraglia, M., Righi, A., Gambarotti, M., & Dei Tos, A. P. (2020). Ewing sarcoma
and Ewing-like tumors. Virchows Archiv, 476(1), 109-119.
Ugalde, C. & Morales, D. (2014). Osteomielitis. Medicina Legal de Costa
Rica, 31(1), 94-102. Retrieved March 08, 2021, from
http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-
00152014000100010&lng=en&tlng=es.
(Lorenzo-Solar et al., 2005; Nuñez, 2016)
Lorenzo-Solar, M., Peinó-García, R., & Casanueva-Freijo, F. (2005). Etiología y
patogenia de la acromegalia. Endocrinologia y Nutricion, 52(SUPPL. 3), 7–10.
Nuñez, N. (2016). Acromegalia. Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica,
620, 485–490. https://www.binasss.sa.cr/revistas/rmcc/619/art25.pdf

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