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De la Edad de Piedra al siglo XXI

a. rubinos / vigo 02.12.2007 | 01:00

Mámoa de Candeán (periodo neolítico). En este periodo se


introducen importantes cambios en los ritos funerarios, que se
plasmarán en la construcción de sepulturas monumentales
conocidas como mámoas, Las más antiguas datan del cuarto
milenio antes de Cristo y perduran hasta la primera mitad del
segundo milenio a.C,
Se puede escribir una completa historia de Vigo a través de los
restos arqueológicos hallados por todo el término municipal.
Conocer el pasado a través de los vestigios que han dejado los
antiguos habitantes de lo que, por ejemplo en el Paleolítico, estaba
todavía muy lejos de llamarse Vigo y de ser considerada como una
ciudad.
Así, los arqueólogos han encontrado en lo que ahora es el área
municipal olívica restos desde la Edad de Piedra, que se conservan
en el Museo Quiñones de León, en Castrelos. Bifaces -herramientas
talladas en piedra con forma almendrada- hallados en Coruxo,
Comesaña o Teis datan del año 120.000 antes de Cristo (a.C.)
Los investigadores también han encontrado restos del Paleolítico,
como el bifaz de Fragoselo, en Coruxo, y del Neolítico, como las
mámoas de Candeán donde hay cantidad tal que actualmente existe
una ruta para ver once de estos monumentos en una iniciativa
impulsada por la Comunidade de Montes de la parroquia y que contó
con nanciación municipal y europea.
Los habitantes de la Edad de Bronce dejaron, asimismo, su huella en
Vigo. Posibles yacimientos en Fragoselo y en las Islas Cíes, además
de cerámica encontrada en grutas de Coruxo y Valladares son
algunos de los ejemplos de la época junto a los petroglifos, que son
una de la manifestaciones más populares.
Aunque quizás no tanto como los castros, que alcanzan su mayor
relevancia en Vigo con el del monte que lleva su nombre y que se une
a los encontrados en A Guía, A Madroa, el monte Alba, en Toralla o en
Punta do Muíño.
Sin embargo, merece especial mención el asentamiento del Monte
do Castro que vivió su máximo esplendor en el primer siglo de
nuestra era, cuando ocupa una mayor extensión y donde más
actividad comercial se puede documentar. Todo esto lleva a pensar a
los expertos que era una "protociudad" u "oppida" que dirigía
territorios más o menos extensos. La arqiueóloga Cristina Toscano
apunta que "tamaño, comercio y redistribución son algunos de los
elementos que de nen a los lugares centrales de la protohistoria".
Pero el mundo de los castros se cruzó con la romanización, muy
intensa en Vigo ya que se están encontrando restos en todo el litoral,
aunque es la zona del yacimiento de ubicado entre la ampliación de
Rosalía de Castro y el Casco Vello donde más huellas aparecen. Así,
se puede constatar que se realizaban funciones de desembarco de
mercancías gracias a ánforas de dos épocas, la republicana y la
altoimperial.
También hay evidencias de salinas, probablemente en uso durante
los siglos I y II d.C. En las dos centurias posteriores, el nivel del mar
sigue bajando y la zona se cubre de tierra procedente de arrastres de
la ladera. En ese momento, se documenta una necrópolis,
principalmente en la antigua calle Hospital, además de un
asentamiento del siglo III que continúa hasta la Época Altomedieval
(siglo VI).
Todos estos datos, junto a las villas encontradas como la de
Mirambell, demuestran que los habitantes de Vigo siempre han
tenido una especial vinculación con el mar, tanto desde el punto de
vista de la actividad portuaria como desde la comercial.
En cuanto a las zonas con mayor riqueza, Toscano señala que los
restos arqueológicos localizados en Vigo están "repartidos de forma
desigual, siendo su densidad media de entre 1 y 2 yacimientos por
kilómetro cuadrado". Sin embargo, son las parroquias de Coruxo y
Candeán las que asumen una mayor proporción, al sumar el 40 por
ciento del total inventariado por los investigadores. En general, indica
que hay una mayor concentración en la zona suroccidental del actual
municipio vigués.
Así, paso a paso y a través de las diferentes edades de las que
quedan monumentos se ha ido escribiendo sobre piedra la historia
de una ciudad que sigue creciendo y que tiene también sus
expresiones de arte románico (iglesias de Coruxo, Bembrive o
Castrelos), neoclásico (la ex colegiata) o de la época más
contemporánea. Y futuros investigadores seguro que podrán contar
con muchos indicios con los que estudiar la época actual.

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