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El siglo xix conllevó una cierta revitalización económica y cultural, que se plasmó en uno de los períodos
más fructíferos en la arquitectura de la ciudad, el modernismo. Cabe remarcar que hasta el siglo xix la
ciudad estaba encorsetada por sus murallas de origen medieval, al tener la consideración de plaza militar,
por lo que su crecimiento estaba limitado. La situación cambió con el derribo de las murallas y la donación
a la ciudad de la Fortaleza de la Ciudadela, lo que propició la expansión de la ciudad por la llanura
contigua, hecho que se plasmó en el proyecto de Ensanche elaborado por Ildefonso Cerdá, que supuso la
mayor ampliación territorial de Barcelona. Otro aumento significativo de la superficie de la capital catalana
fue la anexión de varios municipios limítrofes entre finales del siglo xix y principios del xx. Todo ello
supuso la adecuación de los nuevos espacios urbanos y un aumento de los encargos artísticos municipales
en las vías públicas, que fueron favorecidos igualmente por diversos eventos celebrados en la ciudad, como
la Exposición Universal de 1888 y la Internacional de 1929 o, más recientemente, por los Juegos Olímpicos
de 1992 y el Fórum Universal de las Culturas de 2004.
El siglo xx supuso la puesta al día de los diversos estilos producidos por los arquitectos barceloneses, que
conectaron con las corrientes internacionales y pusieron a la ciudad en primera línea de la vanguardia. El
desarrollo arquitectónico en estos últimos años y la apuesta por el diseño y la innovación, así como la
vinculación del urbanismo con los valores ecológicos y la sostenibilidad, han convertido la capital catalana
en una de las ciudades europeas más punteras en el terreno arquitectónico, hecho que ha sido reconocido
con numerosos premios y distinciones, como la Medalla de Oro del Real Instituto de Arquitectos Británicos
(RIBA) en 1999 y el premio de la Bienal de Venecia en 2002.3 En 2022, Barcelona fue elegida como
Capital Mundial de la Arquitectura para el año 2026 por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA).4
El patrimonio arquitectónico de la ciudad goza de una especial protección en virtud de la Ley 9/1993 del
Patrimonio Cultural Catalán, que garantiza la protección, conservación, investigación y difusión del
patrimonio cultural, con diversos grados de cobertura: nivel A (Bien Cultural de Interés Nacional), nivel B
(Bien Cultural de Interés Local), nivel C (Bien de Interés Urbanístico) y nivel D (Bien de Interés
Documental).5
Localización
Barcelona, capital de la comunidad autónoma de Cataluña, se
encuentra en el Levante español, en la costa mediterránea. Está
ubicada en una llanura de unos 11 km de largo y 6 de ancho,
limitada en sus costados por el mar y por la sierra de Collserola
—con la cima del Tibidabo (516,2 m) como punto más alto—,
así como por los deltas de los ríos Besós y Llobregat. Por
encima de la línea de la costa y separando la ciudad del delta
del Llobregat se encuentra la montaña de Montjuic
(184,8 m).6 Asimismo, desde la sierra de Collserola se
adelantan en el llano varias colinas que siguen una línea
paralela a la sierra litoral: son las colinas de la Peira (133 m), la
Rovira (261 m), el Carmelo (267 m), la Creueta del Coll Distritos de Barcelona.
(249 m), el Putget (181 m) y Monterols (121 m).7
El llano de Barcelona se encuentra en una falla que va desde Montgat hasta el Garraf, originada en el
paleozoico. El terreno está formado por sustratos de pizarras y formaciones graníticas, así como arcillas y
piedras calcáreas.8 La costa estaba ocupada antiguamente por marismas y albuferas, que desaparecieron al
ir avanzando la línea de costa gracias a las sedimentaciones aportadas por los ríos y torrentes que
desembocaban en la playa; se calcula que desde el siglo vi a. C. la línea de costa ha podido avanzar unos
5 km.9 La zona del llano estaba antiguamente surcada por numerosos torrentes y rieras, que se agrupaban
en tres sectores fluviales: la riera de Horta en la zona cercana al río Besós (o zona de levante); la riera
Blanca y el torrente Gornal en la zona del Llobregat (o zona de poniente); y, en la zona central del llano, un
conjunto de rieras procedente de la vertiente meridional del Tibidabo, como las rieras de Sant Gervasi,
Vallcarca, Magòria y Collserola.10
El clima es mediterráneo, de inviernos suaves gracias a la protección que la orografía del terreno ofrece al
llano, que queda resguardado de los vientos del norte. La temperatura suele oscilar entre los 9,5 °C y los
24,3 °C, como media. Presenta poca pluviometría, unos 600 mm anuales, y la mayoría de precipitaciones se
produce en primavera y otoño. Esta escasez provocó que antaño se tuviesen que hacer numerosas obras
para abastecer de agua la ciudad, entre pozos, canales y acequias. La vegetación propia de la zona está
compuesta principalmente por pinos y encinas, y sotobosque de brezo, durillo, madroño y plantas
trepadoras. Antaño se practicó la agricultura tanto de secano como de regadío —principalmente viñas y
cereales—, si bien hoy día la práctica totalidad de la superficie está construida.11
Barcelona, con una población de 1 604 555 habitantes en 2015,12 es el núcleo urbano más importante de
Cataluña a nivel demográfico, político, económico y cultural. Es la sede del gobierno autonómico y del
Parlamento de Cataluña, así como de la Diputación provincial, del arzobispado y de la IV Región Militar, y
cuenta con un puerto, un aeropuerto y una importante red de ferrocarriles y carreteras.13
Antigüedad
Prehistoria
Existen escasos vestigios de época prehistórica en la ciudad. Si
bien está constatada la presencia humana en el Paleolítico, los
primeros restos por lo que atañe a la arquitectura proceden del
Neolítico, época en que el ser humano se volvió sedentario y
pasó de una subsistencia basada en la caza y la recolección a
una economía agraria y ganadera. Estos primeros vestigios
proceden de finales del neolítico (3500 a. C.-1800 a. C.), y se
manifiestan principalmente por las prácticas funerarias con Restos arqueológicos romanos, Museo de
Historia de Barcelona.
sepulcros de fosa, que solían ser de bastante profundidad y
revestidas de losas. Un exponente de ello es la tumba
descubierta en 1917 en la vertiente sudoeste de la colina de Monterols, entre las calles de Muntaner y
Copérnico; de datación imprecisa, tiene 60 cm de alto y 80 de ancho, y estaba formada por losas planas de
forma irregular. Por lo que respecta a habitáculos, de esta época solo se ha encontrado un fondo de cabaña
en lo que es la actual estación de San Andrés Condal.14
De la Edad del Bronce (1800 a. C.-800 a. C.) se conservan igualmente pocos restos por lo que respecta al
llano de Barcelona. Los principales proceden de un yacimiento descubierto en 1990 en la calle de San
Pablo, donde se han hallado restos de hogares de fuego y sepulturas de inhumación individuales. También
son seguramente de este período los restos hallados en 1931 en Can Casanoves, detrás del Hospital de San
Pablo, donde se han encontrado restos de murallas de piedra y los fondos de tres cabañas circulares de unos
180 cm de diámetro. Existen por otro lado testimonios escritos de dos monumentos megalíticos, situados en
Montjuic y Campo del Arpa, de los que sin embargo no ha quedado ningún rastro material. Por último, del
calcolítico final existen unos escasos restos de la denominada «cultura de los campos de urnas», hallados en
la masía de Can Don Joan, en Horta, y en la vertiente sudoriental de la montaña de Montjuic, entre los
caminos del Molí Antic y la Font de la Mamella.15
Período ibérico
Entre el siglo vi a. C. y el siglo i a. C. el llano de Barcelona estaba ocupado por los layetanos, un pueblo
íbero que ocupaba las actuales comarcas del Barcelonés, el Vallés, el Maresme y el Bajo Llobregat.16 La
arquitectura ibérica se basaba en muros de tapial, con un sistema adintelado, con falsos arcos y bóvedas
realizados por aproximación de hiladas. Las ciudades solían situarse en acrópolis, con torres y sólidas
murallas para la defensa, dentro de las cuales se ubicaban las casas, de una distribución irregular,
generalmente con planta rectangular.17
En Barcelona no quedan apenas restos arquitectónicos
ibéricos: los principales vestigios de esta cultura se encontraron
en las colinas de la Rovira, de la Peira y del Putget, así como
en Santa Cruz de Olorde —en el Tibidabo—, pero no han
permitido establecer unas especiales características por lo que
respecta a habitáculos o sepulcros funerarios.18 Los
principales restos proceden de la Rovira, donde en 1931 se
encontraron vestigios de un poblado ibérico que,
desgraciadamente, fueron destruidos al instalarse unas baterías
antiaéreas durante la Guerra Civil. Al parecer, tenía una Territorio de los layetanos.
muralla con dos accesos, mientras que situado extramuros se
halló un conjunto de silos con 44 depósitos excavados en la
roca.19
Según parece, el principal asentamiento ibérico de la zona estuvo en Montjuic —posiblemente el Barkeno
que nombran dos monedas acuñadas a finales del siglo iii a. C.—, aunque la urbanización de la montaña en
fechas recientes y su uso intensivo como cantera de piedra durante toda la historia de la ciudad ha
provocado la pérdida de la mayoría de restos. En 1928 se descubrieron en la zona de Magòria nueve silos
de gran capacidad, que probablemente formarían parte de un almacén de excedentes agrícolas. Por otro
lado, en 1984 se hallaron restos de un asentamiento en la vertiente sudoeste de la montaña, en un terreno de
unas 2 o 3 hectáreas.20
Período romano
En el siglo iii a. C. llegaron los romanos a la península ibérica, en el transcurso
de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago, con lo que comenzó un
proceso colonizador que culminó con la incorporación de toda Hispania al
Imperio romano. En el siglo i a. C. se fundó Barcino,nota 1 una pequeña
ciudad amurallada proyectada ya de entrada con aire monumental, y que tomó
la forma urbana de castrum inicialmente, y oppidum después, asentado sobre
el Mons Taber (16,9 m s. n. m.). El máximo esplendor de la época romana se
dio durante el siglo ii, con una población que debía oscilar entre los 3500 y
5000 habitantes.21
El recinto de Barcino estaba amurallado, con un perímetro de 1,5 km, que protegía un espacio de 10,4
hectáreas.23 La primera muralla de la ciudad, de fábrica sencilla, se comenzó a construir en el siglo i a. C.
Tenía pocas torres, sólo en los ángulos y en las puertas del perímetro amurallado. Sin embargo, las primeras
incursiones de francos y alamanes a partir de los años 250 suscitaron la necesidad de reforzar las murallas,
que fueron ampliadas en el siglo iv. La nueva muralla se
construyó sobre las bases de la primera, y estaba formada por
un muro doble de 2 metros, con espacio en medio relleno de
piedra y mortero. El muro constaba de 74 torres de unos 18
metros de altura, la mayoría de base rectangular.24
A nivel doméstico, se conservan restos de una casa romana (domus) en la calle de Lladó, procedente del
siglo i a. C. Era de modelo itálico, con atrio de entrada y una superficie construida de 500 m². Fue excavada
en 1927 por Josep Calassanç Serra i Ràfols, y algunos de sus mosaicos se conservan en el Museo de
Arqueología de Cataluña.31 Por otro lado, existen testimonios de un gran edificio termal ubicado en la
actual plaza de San Miguel, de alrededor del siglo ii d. C., sobre el que se construyó la iglesia de igual
nombre en la Edad Media, la cual conservaba hasta su derribo en 1868 un mosaico con representaciones de
tritones y otros motivos marinos.32
Con la instauración del cristianismo como religión oficial en el siglo iv, la producción artística se desarrolló
alrededor de la temática religiosa, en el que se ha definido como arte paleocristiano. Este arte nació de las
formas y tipologías romanas, pero con un nuevo contenido basado en la iconografía cristiana. En la
arquitectura destacó como tipología la iglesia, heredera de la basílica romana, y se incorporaron nuevas
formas como la planta de cruz latina —símbolo de Jesús—, y nuevos edificios como el baptisterio.33 El
principal templo de la época fue la basílica de la Santa Cruz (siglos v-vii), germen de la actual Catedral de
Barcelona, de la que quedan algunos restos situados en el subsuelo de la actual plaza de San Ivo y de la
calle de los Condes, así como algunos restos escultóricos que se conservan en el Museo de Historia de la
Ciudad.34 Era un templo de tres naves, con un baptisterio de planta cuadrada que albergaba una piscina
octogonal.35
Edad Media
Las primeras construcciones intactas que se conservan en la
ciudad proceden de la Edad Media, época en que Barcelona se
constituyó como condado y posteriormente pasó a formar parte
de la Corona de Aragón, convirtiéndose en un importante eje
marítimo y comercial del mar Mediterráneo. En el siglo xiii
surgió el Consejo de Ciento, una de las primeras instituciones
públicas de Barcelona. El recinto de la ciudad fue creciendo
desde el primitivo núcleo urbano —lo que hoy día es el Barrio
Gótico—, y en el siglo xiv surgió el barrio de El Raval.
Barcelona tenía entonces unos 25 000 habitantes.36 Piscina bautismal de la basílica
paleocristiana de la Santa Cruz (siglo vi ),
Museo de Historia de Barcelona.
Prerrománico
El primer estilo producido en el ámbito del arte medieval es el
llamado prerrománico, situado entre la caída del Imperio romano y la creación de la Marca Hispánica.
Durante este período Barcelona estuvo integrada en el reino visigodo y, tras una breve ocupación islámica,
en el Imperio carolingio.
La arquitectura visigoda se caracterizó por el uso del muro de sillería, el arco de herradura y la bóveda de
cañón o de aristas. Las iglesias solían ser de planta basilical de una o tres naves, o bien de cruz griega,
generalmente con capillas exentas y pórtico de entrada.37 En Barcelona hay pocos restos del período
visigodo, en el que la ciudad se mantuvo intramuros. Se conocen restos de un palacio edificado en el siglo v
sobre el antiguo foro romano, posteriormente palacio episcopal. Otro palacio, tal vez donde fuera asesinado
Ataúlfo, se descubrió bajo el actual Salón del Tinell, en la plaza del Rey, donde también se descubrió una
necrópolis de la época (siglos vi-vii).38 La catedral continuó siendo la basílica paleocristiana, y hay
constancia de que ya existían iglesias como San Pablo del Campo, Santos Justo y Pastor y Santa María de
las Arenas —posteriormente del Mar—.39 Es probable que por un tiempo la catedral fuese adscrita al culto
arriano practicado por los primeros visigodos, hasta la conversión católica de Recaredo en el año 587.40
La breve ocupación islámica de la ciudad, de apenas 83 años,
no dejó una especial huella. La población de la Barshilūna
( )برشلونةmusulmana siguió siendo mayoritariamente cristiana,
ya que los invasores no intentaron convertirlos al Islam. Los
valíes árabes habilitaron una guarnición militar en la ciudad, y
posiblemente convirtieron la catedral en una mezquita, como
ocurrió en otras ciudades, aunque no hay indicios de ello.41
Posteriormente la ciudad
cayó bajo dependencia del
Acequia Condal.
Imperio carolingio, que
abarca desde la conquista
de Ludovico Pío en 801 hasta la ofensiva dirigida por Almanzor en
985. En esta época fue restaurada la catedral, gracias a la iniciativa del
obispo Frodoí hacia el año 877, en ocasión del traslado de los restos de
santa Eulalia a la cripta de la catedral.42 Durante los aproximadamente
dos siglos que duró la influencia carolingia en Barcelona, la ciudad
contaba además de la catedral con las iglesias urbanas de San Jaime,
San Miguel y Santos Justo y Pastor, además de las localizadas Situación del barrio judío de
Barcelona superpuesto a las
extramuros de Santa María del Pino, Santa María del Mar y los
calles actuales (la plaza del
monasterios de San Pablo del Campo y San Pedro de las Puellas; todas
centro a la derecha es la plaza de
estas iglesias fueron reformadas posteriormente en otros estilos.43 San Jaime).
Alrededor del siglo x se formaron también diversas parroquias y
núcleos de población en las cercanías de la ciudad, como San Ginés
dels Agudells, San Andrés de Palomar, San Juan de Horta, San Gervasio de Cassoles y San Martín de
Provensals.44
Durante la época medieval Barcelona tenía un barrio judío, el Call, situado entre las actuales calles de
Fernando, Baños Nuevos, Palla y Obispo. Fundado en el 692, pervivió hasta su destrucción en 1391 en un
asalto xenófobo. Estaba separado del resto de la ciudad por una muralla, y tenía dos sinagogas (Mayor,
actualmente un museo, y Menor, hoy en día parroquia de San Jaime), baños, escuelas y hospitales.45
Románico
El arte románico, desarrollado desde cerca del año 1000 hasta el siglo xiii, está ligado a la creación de los
condados catalanes —de los que el Condado de Barcelona adquirió preeminencia sobre el resto—, que
progresivamente fueron ganando autonomía del Imperio carolingio, al tiempo que fueron recuperando
terreno a los reinos islámicos. Se estableció el feudalismo como régimen imperante, y surgieron las lenguas
románicas, entre las que figura el catalán.47 En el Condado, las principales influencias provinieron de
Lombardía y de las escuelas provenzal y tolosana, si bien se crearon nuevas tipologías en el uso de la piedra
y en la cubierta de grandes superficies con bóveda que permiten hablar de un románico auténticamente
catalán.48 La arquitectura románica destaca por el uso de
bóvedas de cañón y arcos de medio punto, con muros de
piedra labrada en sillares sobre un núcleo de mampostería. Las
iglesias son de una o tres naves, con crucero ancho y girola en
algunos casos, además de la presencia de uno o varios ábsides
en la parte posterior.49
En el siglo xiii el románico fue evolucionando hacia formas que apuntaban al nuevo estilo gótico.58 En
este período, la pujanza de la ciudad a nivel administrativo y económico comportó la construcción de
numerosos edificios públicos y palacios para la nobleza y el clero. El principal exponente fue el Palacio
Condal, posteriormente Palacio Real Mayor, que durante los
siglos xii y xiii fue ampliamente remodelado, pasando de lo
que en un inicio debió ser seguramente una construcción
fortificada a un palacio plenamente señorial. Sin embargo, del
palacio románico, reformado posteriormente en estilo gótico,
subsisten tan solo las bóvedas de cañón que hay bajo el Salón
del Tinell, las fachadas norte y sur y las ventanas de la fachada
principal, tapiadas al construirse el Tinell.59
La prosperidad ganada con la expansión territorial propició los primeros asentamientos extramuros de la
ciudad, una vez alejado el peligro de las incursiones musulmanas. Se crearon diversos núcleos de población
(vila nova), generalmente en torno a iglesias y monasterios: así ocurrió alrededor de la iglesia de Santa
María del Mar, donde se creó un barrio de carácter portuario; igualmente en la iglesia de San Cucufate del
Riego, de carácter agrario; el barrio de San Pedro en torno a San Pedro de las Puellas; el barrio del Pino
surgió alrededor de la iglesia de Santa María del Pino; y el Mercadal, en torno al mercado del Portal Mayor.
La creación de estos nuevos barrios obligó a ampliar el perímetro amurallado, por lo que en 1260 se
construyó una nueva muralla desde San Pedro de las Puellas hasta las Atarazanas, cara al mar. El nuevo
tramo era de 5 100 metros, y englobaba un área de 1,5 km². El recinto contaba con ochenta torres y ocho
nuevas puertas, entre las que se encontraban varios enclaves de relevancia en la actualidad, como el Portal
del Ángel, la Portaferrissa o la Boquería.62
Iglesia de Monasterio Capilla de Capilla de Marcús. Capilla de
Nuestra de Santa San Lázaro. Santa Lucía.
Señora del Ana.
Coll.
Portal de la
Portaferrissa, en un
azulejo de la fuente
homónima.
Gótico
Desarrollado entre los siglos xiii y xvi, fue una época de
desarrollo económico y de expansión geográfica: Barcelona se
convirtió en uno de los principales centros políticos,
económicos, sociales, culturales y comerciales de la Corona de
Aragón, y llegaría a ser una de las principales potencias
mediterráneas en los siglos xiii, xiv y xv, en competencia con
Génova y Venecia.63 La arquitectura sufrió una profunda
transformación, con formas más ligeras, más dinámicas, con un
mejor análisis estructural que permitía hacer edificios más Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia.
estilizados, con más aberturas y, por tanto, mejor iluminación.
Aparecieron nuevas tipologías como el arco apuntado y la
bóveda de crucería, y la utilización de contrafuertes y arbotantes para sostener la estructura del edificio, lo
que permitía interiores más amplios y decorados con vitrales y rosetones.64
Desde mediados del siglo xiii se introdujeron en Barcelona las iglesias plenamente góticas, caracterizadas
por la planta de una nave con cabecera poligonal flanqueada por capillas laterales entre contrafuertes. Estas
iglesias fueron promovidas en sus inicios principalmente por franciscanos y dominicos, y fueron sus
primeros exponentes las iglesias-monasterio de Santa Catalina y San Francisco.65 La de Santa Catalina, de
la orden dominica —derribada en 1837 y sustituida por el mercado de igual nombre—, fue fundada en
1243, y tenía nave única de siete tramos con capillas laterales y cabecera heptagonal.66 La iglesia de San
Francisco (1247-1297) tenía una nave con siete tramos, con capillas laterales y ábside poligonal; se
encontraba en la actual plaza del Duque de Medinaceli, hasta que fue demolida en 1837.67 Entre los siglos
XIII y XIV se construyó también el convento del Carmen —derribado en 1875—, con nave única con
cabecera poligonal y capillas laterales, cubierta de arcos diafragma que posteriormente fue sustituida por
una bóveda de crucería.68
En 1298 se inició la reforma gótica de la Catedral de Barcelona, con una estructura de tres naves con girola
y capillas dobles, y cripta con la tumba de santa Eulalia. La cabecera está inspirada en la Catedral de
Narbona, con deambulatorio y corona de capillas radiales. El proyecto inicial es de autor desconocido,
mientras que entre 1317 y 1339 Jaume Fabre completó la cabecera y la cripta; Bernat Roca se encargó entre
1365 y 1388 del crucero y los campanarios, así como las bóvedas de las naves hasta el trascoro; entre 1398
y 1405 Arnau Bargués realizó la sala capitular; en los siguientes años se construyó el claustro, siendo
maestros de obras Jaume Solà, Bartomeu Gual y Andreu Escuder. La fachada fue construida en el siglo xix,
en estilo neogótico.69
En el terreno civil destacó el Palacio Real Mayor, reformado del anterior edificio románico, en el transcurso
de cuyas modificaciones se derribó la mayor parte de la estructura anterior —solo se dejaron las fachadas—,
y se construyó un gran salón de banquetes y recepciones, la Cámara Mayor o Salón del Tinell, construido
por Guillem Carbonell entre 1359 y 1370. Se trata de una sala rectangular, de 33,5 m de longitud y 17 m de
altura, con seis arcos diafragma de medio punto apoyados sobre unos pequeños pilares con capitel, y techo
de madera policromada.79 En esta época se anexó al palacio la capilla de Santa Ágata, construida entre
1302 y 1310 por Bertran Riquer, la cual consta de una sola nave, con techo de madera de dos vertientes,
apoyado en arcos diafragma; en el altar se encuentra el Retablo del Condestable, de Jaume Huguet.80
El mismo Carbonell reformó entre 1367 y 1368 el Palacio Real Menor de Barcelona, ubicado en la actual
calle de Ataúlfo, un edificio originario del siglo xii que había pertenecido a la Orden del Temple, que fue
reformado en estilo gótico con nuevas dependencias, como la Sala de los Caballos, realizada a imitación del
Tinell, o la Cámara Blanca, destinada al rey. Este palacio destacaba igualmente por un amplio jardín con
animales exóticos a modo de pequeño zoológico.81 En la actualidad solo se conserva la capilla, reformada
entre 1542 y 1547 por Andreu Matxí, el cual sustituyó los anteriores arcos diafragmáticos por unas bóvedas
de crucería, y construyó las capillas laterales; en 1868 Elías Rogent reformó la fachada.82
En esta época se creó la Casa de la Ciudad —sede del Ayuntamiento—, que en principio consistía en un
salón construido en el patio interior de la casa del escribano del Consejo de Ciento, el grupo de prohombres
que dirigía la ciudad, cuyas reuniones se celebraban hasta entonces en el convento de Santa Catalina.83 Se
construyó entonces el Salón de Ciento, obra de Pere Llobet inaugurada en 1373. Entre 1400 y 1402 se
edificó una nueva fachada, a cargo de Arnau Bargués, donde destacan la puerta de medio punto y una
arquería ciega sobre las aberturas, así como la decoración escultórica, de la que sobresale un San Rafael
elaborado por Pere Sanglada; se trata de la fachada que da a la calle de la Ciudad, ya que la fachada
principal actual, que da a la plaza de San Jaime, es del siglo xix, en estilo neoclásico.84
Se creó entonces
también el Palacio
de la Generalidad
de Cataluña —
originalmente una
institución
recaudadora de
impuestos y actual
sede del gobierno
autonómico—,
Fachada gótica de la Casa de la Ciudad Salón de Ciento, Casa de la Ciudad
de Barcelona (1400-1402).
emplazado en una (1373).
antigua casa
señorial del Call,
adquirida por las Cortes Catalanas en 1401 tras la expulsión de los judíos. Entre 1416 y 1418 fue
remodelado por Marc Safont, principalmente en cuanto a la construcción de una nueva fachada en la calle
del Obispo, ejecutada en gótico flamígero con ornamentación escultórica de Pere Johan. Posteriormente, en
1425, el mismo Safont reformó la galería de la planta noble, y entre 1427 y 1434 construyó la capilla de
San Jorge en el espacio donde anteriormente había una torre.85
En esta época surgieron también numerosas casas de familias nobles, generalmente con una tipología
basada en un módulo cuadrangular o rectangular, con un patio interior que distribuye el espacio, y dos pisos
comunicados por una escalinata, con elementos constructivos basados en bóvedas de crucería, arcos
apuntados y tracerías caladas. Algunos exponentes son: el Palacio Requesens (siglo xiv), actual Real
Academia de Buenas Letras; el Palacio Nadal (siglo xiv), actual Museo de Arte Precolombino; la Casa de
los canónigos (siglo xiv), que antiguamente acogía canónigos de la catedral y actualmente es la residencia
oficial del presidente de la Generalidad; el Palacio Berenguer d'Aguilar (mediados del siglo xv), de Marc
Safont, actual Museo Picasso; y el Palacio Cervelló-Giudice (siglo xv), actual Galería Maeght.89
Otra tipología que surgió en este período fue la de la masía
rural, un tipo de casa solariega evolucionado de las granjas
fortificadas romanas, que con el tiempo se convirtieron en
auténticas residencias señoriales. Generalmente seguían un
esquema basilical, con una planta rectangular de cuerpo central
y galería con arcada, compuesta de dos plantas y desván o
granero. Una de las más antiguas que se conserva es la de Can
Vinyals o Torre Rodona, en Les Corts, original del siglo x —
época de la que se conserva la base de la torre de defensa—
pero reformada en el XIV. Del siglo xv son Can Cortada, en
Muralla de El Raval, con el Portal de
Santa Madrona (siglos xiv-xv).
Horta; Can Fuster, igualmente en Horta; y Torre Llobeta, en
Nou Barris.90
El continuo crecimiento urbanístico propició una nueva prolongación del recinto amurallado, con la
construcción de la muralla de El Raval, en la zona occidental de la ciudad, que englobó una superficie de
218 ha, con un perímetro de 6 km. Las obras duraron alrededor de un siglo, desde mediados del siglo xiv
hasta mediados del xv. El nuevo recinto urbano partía de las Atarazanas, siguiendo las actuales rondas de
San Pablo, San Antonio, Universidad y San Pedro, bajando por el actual paseo de Lluís Companys hasta el
monasterio de Santa Clara —en el actual parque de la Ciudadela—, y hasta el mar, por la actual avenida
Marqués de la Argentera. Actualmente sólo se conserva el Portal de Santa Madrona, en las Atarazanas.91
Edad Moderna
En este período Barcelona pasó a formar parte del nuevo reino
de España surgido de la unión de las coronas de Castilla y
Aragón. Fue una época de alternancia entre períodos de
prosperidad y de crisis económicas, especialmente por las
epidemias de peste en el siglo xvi y por conflictos sociales y Barcelona en 1563, grabado de Anton van
den Wyngaerde.
bélicos como la Guerra dels Segadors y la Guerra de Sucesión
entre los siglos xvii y xviii, aunque en este último siglo repuntó
la economía gracias a la apertura del comercio con América y al inicio de la industria textil. La ciudad
seguía encorsetada en sus murallas —la única ampliación fue en la playa, el barrio de la Barceloneta—,
pese a que al final del período tenía casi 100 000 habitantes. Artísticamente fue la época del Renacimiento y
el Barroco, estilos en los que se construyeron numerosos palacios e iglesias.92
Renacimiento
Artísticamente, aunque algunos autores hablan de cierta
decadencia, fue una época bastante productiva, si bien no hubo
una creación verdaderamente autóctona, ya que tanto las
formas como los estilos artísticos, y a menudo los propios
artistas, vinieron de fuera. De todas formas, las innovaciones
del Renacimiento italiano llegaron tarde, hacia finales del
siglo xvi, y mientras tanto pervivieron las formas góticas.93 La
arquitectura renacentista destacó por el retorno a las formas
clásicas, con el empleo de arcos de medio punto, columnas de
órdenes clásicos, bóvedas de cañón con casetones y cúpulas de Fachada del Palacio de la Generalidad
media naranja. La planta solía ser central, con espacios (1596-1619), de Pere Blai.
diáfanos y formas armónicas basadas en estrictas proporciones
matemáticas.94
La pervivencia del gótico se denota en ejemplos como la fachada de la iglesia de San Miguel (1519) —
actualmente adosada a una pared lateral de la Basílica de la Merced—, de los maestros de obras Gabriel
Pellicer y Pau Mateu y del escultor francés René Ducloux, con un portal gótico con pilastras corintias
laterales y hornacinas de tracería gótica.95 En esta época se hicieron también numerosas reformas y
añadidos a la iglesia del convento dominico de Santa Catalina: al edificio gótico se le añadió en 1529 la
capilla de la Natividad; en 1534 la capilla de la cofradía de sombrereros; en 1545 el coro alto y un sagrario;
en 1567 la capilla del Rosario; y en 1602 la capilla de San Raimundo de Peñafort, obra de Pere Blai, ya en
un clasicismo plenamente renacentista.96 Entre 1540 y 1587 se reconstruyó la iglesia de Santa María de
Vallvidrera sobre una antigua edificación románica del siglo x; de pervivencia gótica, presenta nave única
con cabecera poligonal y un campanario de planta cuadrangular.97
Las innovaciones renacentistas fueron penetrando lentamente, dando como resultado edificios híbridos entre
el gótico y el Renacimiento, como el Convento de los Ángeles y del Pie de la Cruz (1562-1566), de
Bartomeu Roig: la iglesia era de una nave con tres salas abovedadas y ábside poligonal; actualmente acoge
la institución Fomento de las Artes Decorativas.98 En 1566 se construyó en los bajos de la casa de Mateu
Roig, en la calle Sant Pere més Alt, la capilla de San Cristóbal, que combina los ventanales góticos con un
portal clasicista de forma rectangular, enmarcado por columnas jónicas y un frontón triangular coronado por
acroteras con esferas de piedra.99
A nivel civil, durante el siglo xvi se hicieron numerosos
trabajos en el Hospital de la Santa Cruz: entre 1509 y 1512 se
construyó en el ala de levante el Salón de Santa Magdalena, y
entre 1511 y 1518 se trabajó en el ala de poniente, donde se
situó el nuevo portal de acceso, obra de Antoni Cuberta y
Antoni Papiol, un híbrido gótico-renacentista; entre 1568 y
1575 se construyeron las escalas monumentales que
conectaban los pisos superiores con el patio, a cargo de Joan
Safont.100 Otro edificio de corte civil fue el de la Universidad
Pia Almoina (1546).
de Barcelona (1536-1592), situado en el Portal de Santa Ana,
en la parte alta de la Rambla, obra de Tomàs Barsa, el cual fue
reconvertido en cuartel militar en 1720 y derribado en
1843. 101 En 1546 se construyó la Pia Almoina —actual Museo Diocesano de Barcelona—, una institución
benéfica de asistencia a los pobres, situada junto a la catedral. El edificio se apoyaba sobre restos de la
muralla romana, y del edificio original se conserva el cuerpo con cubierta a dos aguas, donde destaca la
galería corrida del piso superior, y el portal de medio punto.102 Entre 1549 y 1557 se construyó el Palacio
del Lloctinent —actual Archivo de la Corona de Aragón—, obra de Antoni Carbonell. Tiene una fachada
gótica con torre puntiaguda y ventanas mixtilíneas, alineadas horizontal y verticalmente. El edificio es
cuadrangular, con un patio igualmente cuadrado, con arcos carpaneles, y una galería superior de arcos de
medio punto sobre columnas toscanas.103 En este siglo culminaron los trabajos de reforma del Palacio
Real Mayor con la construcción del Mirador de Martín el Humano (1555), una torre rectangular de cinco
plantas con galerías de arcos de medio punto que sobresale del cuerpo del edificio, sobre el Salón del
Tinell.104
Una de las primeras construcciones de espíritu plenamente renacentista fue el Salón del Trentenario de la
Casa de la Ciudad (1559), que presentaba una galería con pórtico clasicista, al que se añadió en 1580 una
puerta de influencia serliana, compuesta de un arco de medio punto enmarcado por pilastras adosadas y un
friso con triglifos y metopas, con decoración de escudos y trofeos. El Trentenario fue destruido en 1830
durante la construcción de la nueva fachada neoclásica, y parcialmente reconstruido en 1929.105 Durante
este período el edificio del consistorio barcelonés se amplió también con la capilla, las escribanías y el patio
interior con galería alta (1577).106
En el siglo xvi las masías continuaron realizándose preferentemente en estilo gótico, aunque poco a poco se
fue introduciendo el nuevo estilo, principalmente en partes de la fachada como puertas, ventanas, galerías y
arcadas, que incorporaron decoración escultórica, generalmente de grutescos.112 Entre los siglos xvi y xvii
muchas de ellas se fortificaron, debido a la piratería y el bandolerismo. Por otro lado, el enriquecimiento de
los propietarios gracias a la sentencia de Guadalupe que puso fin a la Guerra de los Remensas propició el
embellecimiento de numerosas masías.113 Algunos exponentes son: Can Mestres, en Vallvidrera —
reformada en el siglo xviii—; Ca l'Armera, en San Andrés; Can Valent, también en San Andrés; y Can
Planas, en San Martín.
Iglesia de Iglesia de Santa María Convento de los Ángeles Palacio del Lloctinent
San Miguel de Vallvidrera (1540- y del Pie de la Cruz (1562- (1549-1557), de Antoni
(1519). 1587). 1566), de Bartomeu Roig. Carbonell.
Barroco
siglo xvii
Como en el Renacimiento, el arte de la época siguió las corrientes llegadas desde fuera. Como pasó con las
innovaciones renacentistas, el Barroco en Cataluña fue penetrando paulatinamente, con pervivencia de las
tipologías anteriores y una nueva mezcla estilística en la ejecución de las obras.118 Aun así, el Barroco
catalán es de líneas más sencillas, de estructuras simples, no tan recargadas como en el Barroco italiano, y
se evidencia más en la decoración que no en los trazados, que siguen la línea clásica. Prácticamente hasta
1660 pervivió el clasicismo renacentista, que fue sustituido por un Barroco «salomónico decorativista»
hasta 1705, fecha en que la arquitectura se fue volviendo más académica hasta desembocar en el
neoclasicismo.119
La arquitectura barroca asumió unas formas más dinámicas, con una
exuberante decoración y un sentido escenográfico de las formas y los
volúmenes. Cobró relevancia la modulación del espacio, con
preferencia por las curvas cóncavas y convexas, poniendo especial
atención en los juegos ópticos (trompe-l'œil) y el punto de vista del
espectador. En convivencia con el ideario contrarreformista, el arte se
volvió propagandístico y se puso al servicio de la ostentación del
poder, tanto político como religioso.120
En este período las masías fueron abandonando progresivamente las líneas góticas, con la introducción de
nuevos elementos como puertas adoveladas, ventanas geminadas, ménsulas y alféizares.135 Algunos
exponentes son: Can Masdeu, en Horta; Can Trilla, en Gracia; Can Carabassa, en Horta; y Can Mariner,
también en Horta.
A nivel urbanístico, en el siglo xvii se amplió nuevamente la muralla de la ciudad con la construcción de
cinco nuevas puertas (San Severo, Talleres, San Antonio, San Pablo y Santa Madrona —esta última una
reconstrucción de la del siglo xiv—), se pavimentaron calles, se instalaron alcantarillas, se construyeron
fuentes de agua potable y se hicieron obras de mejora en el puerto.136 También se construyó un puente que
unía las dos torres de la puerta decumana de la muralla romana, junto al Palacio Episcopal (1614), formado
por dos arcos rebajados, el inferior con una pasarela con balaustrada y el superior con un cuerpo con cinco
ventanas balconeras de arco de medio punto enmarcadas por pilastras dóricas; fue derribado en 1823.137
siglo xviii
En este siglo continuaron las formas barrocas, pero más atemperadas,
no tan exuberantes como en la centuria anterior. El lenguaje
arquitectónico se volvió más clasicista, bien con un componente más
barroco (San Miguel del Puerto) o más académico (iglesia de la
Merced), hasta desembocar en el neoclasicismo que se desarrolló entre
finales de siglo e inicios del xix.138
Entre 1736 y 1743 se construyó la Casa de la Caridad —actual Centro de Cultura Contemporánea de
Barcelona—, emplazada sobre un anterior convento medieval de monjas agustinas bombardeado en 1651,
que albergaba un complejo de diversas dependencias dispuestas alrededor de un gran patio de planta
cuadrada y claustro de doble altura con arcadas de orden toscano, conocido actualmente como patio
Manning. En el siglo xix se le incorporó la iglesia neogótica de Santa María de Montalegre, así como otro
patio llamado de Dones.147
La iglesia de San Miguel del Puerto (1753), de Pedro Martín Cermeño, tiene influencia italiana,
especialmente de Maderno y Della Porta, y presenta una fachada tripartita con un cuerpo central elevado
con frontón triangular —que denota la influencia del Gesù—, y una escultura de San Miguel de Pere Costa;
la planta era cuadrada, con una cúpula central sobre cuatro pilares, pero fue reformada por Elías Rogent en
1863, fecha en que amplió el espacio de la iglesia y la distribuyó en tres naves, con una nueva cúpula sobre
un falso crucero.148
Uno de los mejores exponentes del barroco religioso fue la iglesia de la Merced (1765-1775), de José Mas
Dordal, que sustituía otra gótica de la orden de los mercedarios. Presenta nave única con capillas laterales
intercomunicadas, siguiendo el esquema de las iglesias contrarreformistas catalanas, crucero con cúpula y
camarín sobre el presbiterio. La fachada denota la influencia de San Andrés del Quirinal de Bernini, con
muros laterales curvados, puerta con frontón semicircular,
rosetón y frontón superior triangular. Sobre la cúpula destaca la
imagen de Nuestra Señora de la Merced, obra original de
Maximí Sala destruida en 1936 y sustituida por una copia de
los hermanos Oslé (Miquel y Llucià).149
Los palacios de la época suelen tener planta cuadrangular, con un patio central al que se accede por un
vestíbulo principal, que suele destacar por una amplia escalera de honor. Algunos exponentes son: el palacio
de la Virreina (1772-1778), construcción de Josep Ausich sobre un proyecto de Manuel de Amat y Junyent,
virrey del Perú; el palacio Sessa-Larrard (1772-1778), de Josep
Ribas i Margarit; el palacio Moja (1774-1789), de Josep Mas i
Dordal; la casa Marc de Reus (1775), de Joan Soler i Faneca; y
el palacio Savassona (1796), actual sede del Ateneo
Barcelonés.156 Entre 1782 y 1784 se amplió también el
palacio Episcopal, con un nuevo edificio con fachada a la
plaza Nueva, obra de Josep Mas i Dordal.157 Cabe mencionar
también la casa de la Seda o del Gremio de Veleros (1758-
1763), obra de Joan Garrido, un edificio de tres niveles que
Palacio de la Virreina (1772-1778), de destaca por su decoración de esgrafiados, buena muestra del
Josep Ausich. decorativismo barroco.158
A nivel urbano, hay que remarcar la construcción en 1753 del barrio de la Barceloneta, promovida por el
marqués de la Mina, el cual también reparó y amplió el puerto y fomentó la instalación del primer
alumbrado público. Entre 1776 y 1778 se realizó la urbanización de la Rambla, y se proyectaron los paseos
de San Juan y de Gracia, aunque no se realizaron hasta el cambio de siglo el primero y 1820-1827 el
segundo.159 También se trazó la calle Nou de la Rambla, por iniciativa del conde del Asalto (1778-
1789).160 En 1797 se creó también el paseo Nuevo o de la Explanada, situado junto a la Ciudadela militar,
una amplia avenida jalonada de álamos y olmos y decorada con fuentes ornamentales —de las que se
conserva la Fuente de Hércules—; durante un tiempo fue el principal espacio verde de la ciudad, pero
desapareció en las obras de urbanización del parque de la Ciudadela.161
Castillo de Montjuic Iglesia de Patio Manning, Casa Santuario de Santa
(1751-1779), de Juan San Severo de la Caridad (1736- Eulalia de Vilapicina
Martín Cermeño. y San 1743). (1782).
Carlos
Borromeo
(1705-1716).
siglo xix
En este período hubo una gran revitalización económica, ligada a la
Revolución Industrial —especialmente la industria textil—, lo que
comportó a su vez un renacimiento cultural. Entre 1854 y 1859 se
produjo el derribo de las murallas, por lo que la ciudad pudo
expandirse, motivo por el que se impulsó el proyecto de Ensanche
elaborado por Ildefonso Cerdá en 1859. Asimismo, gracias a la
revolución de 1868 se consiguió el derribo de la Ciudadela, cuyos
terrenos fueron transformados en un parque público. La población fue
creciendo, especialmente gracias a la inmigración del resto del estado,
llegando a finales de siglo a los 400 000 habitantes.162 Artísticamente,
el siglo vio la sucesión de diversos estilos de diferente signo, como el
neoclasicismo, el historicismo y el modernismo.163
En 1828 se construyó la
iglesia parroquial de Santa
María de Sants, obra de
Francisco Renart de un
Capilla del Cementerio del Este (1818), de
clasicismo programático,
Antonio Ginesi.
con portada de arco de
medio punto flanqueado
por dos columnas jónicas, sobre el que se sitúa un rosetón y un frontón
triangular, y en el lateral una torre-campanario de 70 m de altura. La
iglesia fue destruida en 1936, y reconstruida entre 1940 y 1965 por
Raimundo Durán Reynals.175
Uno de los últimos exponentes del neoclasicismo fue el Teatro Principal (1847), de Francisco Daniel
Molina, construido en sustitución del antiguo Teatro de la Santa Cruz —originario de 1568—. Presenta una
fachada clasicista de aire romántico isabelino, con tres grandes balcones con frontón triangular encastados
en arcos de medio punto.179
Por lo que se refiere al urbanismo, el hecho más destacable de estos años fue la desamortización de 1836,
que dejó numerosos solares que fueron edificados o convertidos en espacios públicos: así, en la ubicación
del convento carmelita de San José, en la Rambla, se construyó el mercado de la Boquería; sobre el
convento de Nuestra Señora de la Buenanueva de los trinitarios descalzos se levantó el teatro del Liceo; en
el solar del convento de los capuchinos de Santa Madrona se situó la plaza Real; el convento-colegio
franciscano de San Buenaventura dio paso al Hotel Oriente; sobre el convento-colegio de los carmelitas
calzados de San Ángel Mártir se emplazó un cuartel de la Guardia Urbana de Barcelona; y el convento de
Santa Catalina fue sustituido por el mercado del mismo nombre.180 De igual forma, las nuevas
disposiciones sanitarias promulgadas en esta época supusieron la desaparición de numerosos cementerios
parroquiales, cuyos solares se urbanizaron como nuevas plazas públicas; surgieron así plazas como la de
Santa María, del Pino, de San José Oriol, de San Felipe Neri, de San Justo, de San Pedro y de San
Jaime.181
Historicismo
La arquitectura de mediados del siglo xix estuvo impregnada del nuevo espíritu romántico y, siguiendo las
directrices de teóricos como John Ruskin y Eugène Viollet-le-Duc, se enmarcó dentro del llamado
historicismo, corriente que propugnaba la revitalización de estilos arquitectónicos anteriores, sobre todo
medievales, por lo que se crearon diversas corrientes denominadas con el prefijo «neo»: neogótico,
neorrománico, neomudéjar, neobarroco, etc.182
Una de sus primeras figuras destacadas fue Elías Rogent, primer director de la recién creada Escuela
Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Fue autor de la sede de la Universidad de Barcelona (1862-
1873), en la plaza de la Universidad, un edificio sobrio y de aspecto religioso pese a su carácter civil,
especialmente en los claustros interiores, que presentan un aspecto casi monástico. Tiene planta axial,
destacando en su parte central la escalera de honor y el paraninfo, un salón ecléctico que mezcla elementos
románicos, góticos e islámicos, a cuyos lados se sitúan los patios en forma de claustro, igualmente de
inspiración
Fachada de la Catedral de Barcelona.
medieval.169
Fue autor
también del
Seminario
Conciliar
(1879-1882),
de estilo
neorrománico, Fachada de la Catedral de La fachada en la actualidad.
con planta de Barcelona antes de su La fachada en 1900,
antes de la
cruz griega remodelación (1880).
construcción del
que conforma
cimborrio.
cuatro alas que
Joan Martorell fue autor de diversas iglesias inspiradas en el gótico, como la de las Salesas, en el paseo de
San Juan (1882-1885), y la del Sagrado Corazón de los jesuitas, en la calle de Caspe (1883-1889). La
primera es de estilo ecléctico, con evidentes influencias medievales pero plasmadas de forma personal; tiene
planta de nave única con forma de cruz latina, con capillas laterales y ábside pentagonal con girola, así
como un crucero que sobresale volumétricamente en su parte exterior, mientras que en la fachada destaca
por una alta torre acabada en punta y con dos pináculos laterales. La segunda denota una cierta influencia
románico-bizantina, y presenta una planta centralizada con cúpula sobre tambor rodeada de cúpulas
menores para distribuir el peso; la fachada es sobria, y destaca por los efectos cromáticos de los materiales
utilizados.186 Martorell fue el responsable del traslado de la
iglesia gótica de Santa María de Montsió —perteneciente a un
convento agustino y originaria de 1388— del Portal del Ángel
a la Rambla de Cataluña, y proyectó su nueva fachada
neogótica (1882-1890); es la actual parroquia de San
Raimundo de Peñafort.187 Fue autor también del Palacio
Güell de Pedralbes, posterior Palacio Real (1862); de la iglesia
y convento de las Adoratrices (1875); y del colegio jesuita de
San Ignacio (1893-1896).
Iglesia y convento de las Salesas (1882-
Un caso análogo al de
1885), de Joan Martorell.
Montsió ocurrió con la
iglesia gótica de Santa
María de Junqueras, original del siglo xv y regentada por monjas
benedictinas, que fue trasladada en 1868 de la calle de Junqueras a la
calle de Aragón. Entre 1871 y 1888 Jeroni Granell i Mundet se
encargó de su reforma, y fue rebautizada como Basílica de la Purísima
Concepción y Asunción de Nuestra Señora. Es de una nave con
bóvedas ojivales y ábside poligonal, con un claustro rectangular de dos
plantas con una capilla neogótica adosada.188
Por otro lado, el siglo xix fue la época de la Revolución Industrial, la cual tuvo una rápida consolidación en
Cataluña, siendo pionera en el territorio nacional en la implantación de los procedimientos fabriles iniciados
en Gran Bretaña en el siglo xviii. En 1800 había en Barcelona 150 fábricas del ramo textil, destacando El
Vapor, fundada por Josep Bonaplata. En 1849 se abrió en Sants el complejo La España Industrial,
propiedad de los hermanos Muntadas. La industria textil tuvo un continuo crecimiento hasta la crisis de
1861, motivada por la escasez de algodón debida a la Guerra de Secesión norteamericana. También fue
cobrando importancia la industria metalúrgica, potenciada por la creación del ferrocarril y la navegación a
vapor. En 1836 abrió la fundición Nueva Vulcano en la Barceloneta; y en 1841 arrancó La Barcelonesa,
antecedente de La Maquinista Terrestre y Marítima (1855), una de las más importantes fábricas de la
historia de Barcelona. Cabe destacar que de Barcelona partió la primera línea de ferrocarril del estado
español, que comunicaba la Ciudad Condal con la villa de Mataró (1848).201
Paralelamente a los procesos industriales, Barcelona vivió a lo largo del siglo xix una amplia serie de
transformaciones urbanas: se abrieron las plazas Real (1848-1860) y Duque de Medinaceli (1849), ambas
de Francisco Daniel Molina;202 se acondicionó el puerto —cada vez más importante como llegada de
materia prima, sobre todo algodón y carbón—, con la construcción de un nuevo muelle y el dragado del
puerto;203 y se derribaron las murallas (1854-1856), tras
muchos recelos por parte del gobierno central, pero tras la
constatación de que era indispensable por el crecimiento de la
población y para salvaguardar la salud pública.204
Cabe remarcar también que en el siglo xix aparecieron los primeros parques públicos, ya que el aumento de
los entornos urbanos debido al fenómeno de la Revolución Industrial, a menudo en condiciones de
degradación del medio ambiente, aconsejó la creación de grandes jardines y parques urbanos, que corrieron
a cuenta de las autoridades públicas, con lo que surgió la jardinería pública —hasta entonces
preferentemente privada— y la arquitectura paisajista.207 El primer jardín público de Barcelona se creó en
1816: el Jardín del General, una iniciativa del capitán general Francisco Javier Castaños; estaba situado
entre la actual avenida Marqués de la Argentera y la Ciudadela, delante de donde hoy se halla la Estación
de Francia, y tenía una extensión de 0,4 hectáreas, hasta que desapareció en 1877 durante la urbanización
del parque de la Ciudadela.208 En 1848 se crearon en el paseo de Gracia los Jardines de Tívoli, entre las
calles Valencia y Consejo de Ciento; y en 1853 se emplazó entre las calles de Aragón y Rosellón los
llamados Campos Elíseos, que contaban con un jardín, un lago con barcas, un teatro y un parque de
atracciones con montañas rusas. Estos jardines desaparecieron pocos años después al ir urbanizándose el
paseo de Gracia.209
Mercado de San Teatro Talleres de los pintores Casa Bruno Casino
Antonio (1876-1882), Poliorama Masriera (1882-1885), Quadros Mercantil o
de Antonio Rovira y (1883-1884), de José Vilaseca. (1883), de Bolsín
Trías. de José José (1881-1883),
Domènech y Vilaseca. de Tiberi
Estapá. Sabater.
La entrada a la Exposición se efectuaba a través del Arco de Triunfo, un monumento creado para la ocasión
que aún permanece en su lugar original, diseñado por Josep Vilaseca. De inspiración neomudéjar, tiene una
altura de 30 metros, y está decorado con una rica ornamentación escultórica, obra de Josep Reynés, Josep
Llimona, Antoni Vilanova, Torquat Tasso, Manuel Fuxà y Pere Carbonell.212
A continuación venía el Salón de San Juan —actual paseo de Lluís
Companys—, una larga avenida de 50 metros de ancho donde destacaban
las balaustradas de hierro forjado, los mosaicos del pavimento y unas
grandes farolas, todo ello diseñado por Pere Falqués. El primer edificio
tras el acceso por el Arco de Triunfo era el palacio de Bellas Artes, obra
de Augusto Font Carreras, de estilo neoclásico. En el lado opuesto se
ubicaba el palacio de Ciencias, obra de Pere Falqués, de estilo neogriego,
donde también se hallaba una gran sala para celebrar congresos.213
La zona central del recinto se correspondía con la antigua plaza de armas de la Ciudadela, donde se hallaba
el principal edificio de la exposición, el palacio de la Industria, obra de Jaume Gustà, que recogía las
secciones extranjeras de la Exposición.216 Tras el palacio, pasadas las líneas de ferrocarril, se situaron
diversos edificios, como el pabellón de la Compañía Trasatlántica, obra de Antoni Gaudí, en estilo nazarí
granadino; los pabellones de la denominada Sección Marítima, los de Minería y Electricidad, y la Vaquería
Suiza, actualmente una escuela. Asimismo, en el paseo de Colón se erigió el Hotel Internacional, obra de
Lluís Domènech i Montaner, una obra efímera que fue desmontada tras la Exposición.217
Fuera del recinto ferial, se realizaron numerosas obras y mejoras por toda la ciudad: se finalizó la
urbanización de todo el frente marítimo de la ciudad, entre el parque de la Ciudadela y las Ramblas, a través
de la construcción del paseo de Colón y un nuevo muelle, el de la Fusta; se dotó de iluminación eléctrica a
las primeras calles de Barcelona (la Rambla, el paseo de Colón, la plaza de San Jaime y el recinto de la
Exposición);218 y se construyó el monumento a Colón en la plaza Portal de la Paz, obra de Gaietà Buïgas
con una escultura del descubridor de Rafael Atché.219
Modernismo
El modernismo fue un movimiento internacional que se desarrolló por
todo el mundo occidental,nota 6 y que propugnaba la creación de un
nuevo lenguaje arquitectónico desligado de estilos anteriores —
especialmente por oposición al historicismo—, poniendo especial
énfasis en la relación de la arquitectura con las artes aplicadas, en
paralelo al fenómeno Arts and Crafts.220 Desarrollado entre el
siglo xix y el siglo xx,nota 7 en Cataluña tuvo suficiente personalidad
propia para hablar de modernismo catalán, por la gran cantidad y
calidad de obras realizadas y el gran número de artistas de primer
orden que cultivaron este estilo. Estilísticamente fue un movimiento
heterogéneo, con muchas diferencias entre artistas, cada uno con su
sello personal, pero con un mismo espíritu, un afán de modernizar y
europeizar Cataluña.221
Casa Batlló (1904-1906), de
Algunos rasgos esenciales del modernismo fueron: un lenguaje Antoni Gaudí.
anticlásico heredero del romanticismo, con tendencia a un cierto
lirismo y subjetivismo; vinculación decidida de la arquitectura con las
artes aplicadas y los oficios artísticos (vidriería, forja, cerámica, ebanistería, marquetería, esmalte,
esgrafiado), creando un estilo remarcadamente ornamental; utilización de nuevos materiales, creando un
lenguaje constructivo mixto y rico en contrastes, en busca del efecto plástico del conjunto; fuerte
sentimiento de optimismo y fe en el progreso, que produce un arte exaltado y enfático, reflejo del clima de
prosperidad del momento, sobre todo en la clase burguesa.222
El primer modernismo, desarrollado en los años 1890, era todavía un estilo no especialmente definido, cuyo
principal componente era un goticismo abarrocado desligado ya del historicismo, con pervivencia de ciertos
rasgos clasicistas y medievalistas, practicado principalmente por Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i
Cadafalch y Antoni Maria Gallissà.223 En estos primeros años había un cierto sentimiento de indefinición,
como se muestra en la obra Arquitectura moderna de Barcelona (1897), de Francesc Rogent, donde
defiende la utilización del «estilo neogreco» para edificios públicos, «neogótico» para edificios particulares
y «neorrománico» para iglesias.224 Al mismo tiempo se seguía practicando una arquitectura academicista
ajena a las innovaciones modernistas, como se ve en la obra de arquitectos como Salvador Viñals, Cayetano
Buigas, Joan Baptista Pons i Trabal, Francisco de Paula del Villar y Carmona, etc.225
Con el cambio de siglo el modernismo evolucionó hacia un cierto formalismo estilístico de influencia
secesionista, practicado por una segunda generación de arquitectos como Josep Maria Jujol, Manuel
Raspall, Josep Maria Pericas, Eduard Maria Balcells, Salvador Valeri, Alexandre Soler, Antoni de Falguera,
Bernardí Martorell, etc.226 Estos arquitectos plantean la arquitectura como soporte de una exultante
ornamentación, entrando en una fase manierista del modernismo.227 Por otro lado, continuaron las
tendencias neogóticas y del eclecticismo clasicista, practicadas principalmente por Enric Sagnier, José
Doménech y Estapá, Manuel Comas i Thos, Augusto Font Carreras, Joan Josep Hervàs, etc.228
Antoni Gaudí
Uno de los máximos representantes del modernismo catalán
fue Antoni Gaudí, un arquitecto con un sentido innato de la
geometría y el volumen, así como una gran capacidad
imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría
de sus obras antes de pasarlas a planos. Dotado de una fuerte
intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios de
una forma global atendiendo tanto a las soluciones
estructurales, como las funcionales y decorativas, integrando
igualmente los trabajos artesanales, e introdujo nuevas técnicas
en el tratamiento de los materiales, como su famoso trencadís,
Casa Vicens (1883-1888).
hecho con piezas de cerámica de desecho. Después de unos
inicios influenciado por el arte neogótico, así como ciertas
tendencias orientalizantes, Gaudí desembocó en el modernismo en su época de mayor efervescencia,
aunque el arquitecto reusense fue más allá del modernismo ortodoxo, creando un estilo personal basado en
la observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como el
paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.229
Sus primeras realizaciones, tanto durante su etapa de estudiante como las primeras ejecutadas al obtener el
título, destacan por la gran precisión de los detalles, la utilización de la geometría superior y la
preponderancia de las consideraciones mecánicas en el cálculo de estructuras.230 De esta época destacan
las farolas de la plaza Real (1878), así como el inicio de las obras de la que sería su obra magna, el Templo
Expiatorio de la Sagrada Familia (1883).
En los últimos años de su carrera, dedicados casi en exclusiva a la Sagrada Familia, Gaudí llegó a la
culminación de su estilo naturalista: después de la realización de la cripta y el ábside, todavía en estilo
neogótico, el resto del templo lo concibió en un estilo orgánico, imitando las formas de la naturaleza, donde
abundan las formas geométricas regladas. El templo tiene planta de cruz latina, de cinco naves centrales y
transepto de tres naves, y ábside con siete capillas, con tres fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y
Gloria de Jesús, y 18 torres. El interior semeja un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes
inclinadas, de forma helicoidal, creando una estructura a la vez simple y resistente.236
Seis de las obras de Antoni Gaudí en Barcelona han sido nombradas Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco: palacio Güell, parque Güell y casa Milà (1984); casa Vicens, casa Batlló y fachada de la Natividad
y cripta de la Sagrada Familia (2005, además de la Cripta de la Colonia Güell en Santa Coloma de
Cervelló).
Entre estas realizaciones conviene destacar la casa Amatller y la casa Terrades. La primera presenta una
fachada de aspecto neogótico, con tres partes diferenciadas: un basamento de piedra con dos puertas en el
lado izquierdo, creando un efecto asimétrico; un cuerpo central de paredes esgrafiadas y ornamentación de
motivos florales, con una tribuna superior que recuerda a la de la capilla de San Jorge del Palacio de la
Generalidad; y un remate en forma de gablete escalonado de cerámica roja y dorada, con posible influencia
de la arquitectura tradicional de los Países Bajos.248 La casa Terrades ocupa una manzana entera del
Ensanche, con un trazado irregular: presenta seis fachadas inspiradas en la arquitectura gótica nórdica y en
el plateresco español, rematadas por hastiales, algunos truncados por unos plafones cerámicos con imágenes
de estilo prerrafaelita, y flanqueadas por seis torres circulares coronadas con chapiteles cónicos terminados
en aguja, que dan al edificio su sobrenombre; está construida en obra vista, con ornamentación escultórica
de piedra y cerámica vidriada, y elementos de forja.249
Pere Falqués fue arquitecto municipal de Barcelona, por lo que intervino en numerosas mejoras urbanísticas
de la ciudad; fue autor del mercado del Clot (1889), la fuente de Canaletas (1892), la Tenencia de Alcaldía
del Ensanche (1893), la Central Catalana de Electricidad (1896-1897), las farolas del paseo de Gracia
(1900), la casa Laribal (1902), la casa Bonaventura Ferrer (1905-1906) y el mercado de Sants (1913).252
Josep Domènech i Estapà plasmó en sus obras un modernismo de corte personal, ecléctico, funcional y
grandilocuente.253 Fue autor de la Cárcel Modelo de Barcelona (con Salvador Viñals, 1887-1904), el
Palacio Montaner —actual Delegación del Gobierno— (1889-1893, terminado por Antoni Maria Gallissà y
Lluís Domènech i Montaner), el edificio de Catalana de Gas (1895-1896), el Asilo de Santa Lucía —
posterior Museo de la Ciencia— (1904-1909), el Observatorio Fabra (1904-1906), el Hospital Clínico
(1904), la casa Costa (1904), la iglesia-convento de Nuestra Señora del Carmen (1909-1921) y la estación
de la Magòria (1912).254
Otro arquitecto de estilo ecléctico fue Enric Sagnier, el cual siguió un estilo personal de línea clasicista con
mucho éxito entre la clase burguesa catalana. Autor prolífico, fue posiblemente el arquitecto con mayor
número de construcciones en la Ciudad Condal, con cerca de 300 edificios documentados.255 Se pueden
distinguir en su trayectoria tres etapas: antes de 1900 trabajó con un estilo ecléctico, monumental y
grandilocuente; de 1900 a 1910 se acercó más al modernismo, lo que se percibe en un mayor sentido
decorativo de su obra en estas fechas, con especial influencia del arte rococó; y desde 1910 permaneció en
un estilo clasicista de influencia francesa, alejado de las modas del momento.256 Entre sus obras destacan:
el palacio de Justicia de Barcelona (1887-1908, con Josep Domènech i Estapà), la casa Pascual i Pons
(1890-1891), el colegio de Jesús-María (1892-1897), la Aduana del Puerto de Barcelona (1896-1902, con
Pere Garcia Fària), la casa Arnús o “El Pinar” (1902-1904), el Templo
Expiatorio del Sagrado Corazón (1902-1961), la casa Fargas (1904), la
iglesia de Nuestra Señora de Pompeya (1907-1910), la casa Ramon
Mulleras (1910-1911), la casa Doctor Genové (1911) y la nueva iglesia
de San Juan de Horta (1911-1917).
Juan Rubió practicó un eclecticismo goticista, con uso intensivo del aparejo de ladrillo y minuciosidad en el
diseño;258 al ser nombrado arquitecto de la Diputación pasó a un clasicismo barroquizante, aunque
siempre con pervivencia gaudiniana.259 Entre sus obras destacan: la casa Golferichs (1900-1901), la casa
Alemany (1900-1901), la casa Roviralta o “Frare Blanc” (1903-1913), la casa Fornells (1903), la casa
Pomar (1904-1906), la casa Casacoberta (1907), la casa Manuel Dolcet (1907), la casa Rialp (1908), la casa
Roig (1915-1918) y el puente de estilo gótico flamígero de la calle del Obispo (1928).260
Josep Maria Jujol trabajó con Gaudí entre 1907 y 1914, época en la que ya mostró una fuerte personalidad
y genio creativo. Desarrolló un estilo heterodoxo, en el que mezclaba el misticismo católico con un sentido
de la decoración casi surrealista, con gusto por la caligrafía, las imágenes orgánicas —cercanas a la obra de
Joan Miró— y la mixtificación de técnicas y materiales, a veces cercano al collage.261 Mucha de su
producción la realizó en el Bajo Llobregat —especialmente San Juan Despí— y Tarragona. De sus obras en
Barcelona destaca la casa Planells (1923-1924), donde muestra cierta influencia del expresionismo alemán y
del organicismo practicado en la época por Frank Lloyd Wright.262 Otras obras suyas son: la finca
Sansalvador (1909-1910), la casa Queralt (1916-1917) y los talleres Manyach —actualmente Escuela Josep
Maria Jujol— (1916-1922). En la posguerra pasó a un academicismo antivanguardista de inspiración
franciscana muy alejado de sus obras iniciales.263
Sede de la Caja de Casa Pia Batlló (1891- Central Catalana de Asilo de Santa Lucía,
Ahorros de Barcelona 1896), de José Electricidad (1896- posterior Museo de la
de la plaza de San Vilaseca. 1897), de Pere Ciencia (1904-1909),
Jaime (1903), de Falqués. de José Doménech y
Augusto Font Carreras. Estapà.
Otros arquitectos modernistas de interés son: Camil Oliveras, uno de los pioneros del modernismo,
especialmente por el uso de ladrillo de obra vista y la cerámica policromada, técnica que desarrolló en la
Casa Provincial de Maternidad y Expósitos de Barcelona (1883-1924, con General Guitart);264 Antoni
Maria Gallissà, un arquitecto muy vinculado a las artes decorativas, como se denota en la casa Llopis Bofill
(1902), con una fachada con esgrafiados de motivos islámicos y balcones en forma de tribunas de hierro y
vidrio;265 Salvador Valeri, que recibió la influencia gaudiniana, especialmente en el uso de la bóveda
catalana y el arco parabólico, como se percibe en la torre Sant Jordi (1908) y la casa Comalat (1909-
1911);266 Antoni de Falguera fue discípulo de Puig i Cadafalch, y evolucionó desde un cierto
neorrománico hacia un estilo más sobrio al ser nombrado arquitecto municipal (mercado del Ninot, 1892-
1894; casa de Lactancia, 1906-1913; Conservatorio Municipal de Música de Barcelona, 1916-1928);267
Jaume Gustà pasó de la austeridad inicial a un decorativismo de tipo floral, como se ve en la Tenencia de
Alcaldía de Hostafrancs, actual Ayuntamiento de Sants-Montjuïc (1908-1915, con Ubaldo Iranzo);268 Joan
Josep Hervàs se movió en una línea más clasicista, como queda patente en su obra más relevante, la casa
Pérez Samanillo, actual Círculo Ecuestre (1910-1911);269 Salvador Viñals practicó una arquitectura
clasicista de ornamentación modernista, como evidenció en la casa Juncosa (1907-1909);270 Eduard Maria
Balcells otorgó especial relevancia a la vidriería, oficio del que tenía un taller, y que puso en práctica en la
casa Tosquella (1906);271 Manuel Raspall puso especial énfasis en la construcción con ladrillo, hierro y
mosaico, y también diseñó vitrales (casa Barbey, 1900; Villa Hèlius, 1906-1909);272 Alexandre Soler fue
discípulo de Domènech i Montaner, al tiempo que recibió cierta influencia de la arquitectura vienesa,
especialmente Otto Wagner (casa Heribert Pons, 1907-1909);273 Jeroni Ferran Granell i Manresa
desarrolló una personalidad propia, con depuración decorativa y un tratamiento plano de las fachadas (casa
Granell, 1902-1904; edificios de las calles Mallorca 219, Roger de Lauria 84, Padua 75 y Gerona 122,
todos entre 1900 y 1903);274 Arnau Calvet recibió la influencia secesionista, evolucionando
posteriormente al novecentismo (Antigua Hidroeléctrica de Cataluña, 1905; estación del Funicular de
Vallvidrera, 1905-1906, con Bonaventura Conill; mercado de Sarrià, 1911-1913, con Marceliano
Coquillat);275 similar evolución a la de Calvet tuvo Josep Maria Pericas, autor de la iglesia del Carmen
(1910-1930), que aúna la influencia gaudiniana y secesionista, así como del expresionismo alemán y la
escuela de Ámsterdam.276
Conviene también mencionar a arquitectos como: Antoni Rovira i Rabassa (casa Codina, 1892; casa
Ramon Casas, 1898-1899); Manuel Comas i Thos (casa Jaume Moysi, 1893-1895; casa Viuda Marfà,
1901-1905); José Pérez Terraza (casa Francesc Farreras, 1899; torre Ignacio Portabella, 1905); Francisco de
Paula del Villar y Carmona (casa Climent Arola, 1900-1902; iglesia de Santa Madrona, 1916); Bernardí
Martorell (monasterio de Santa María de Valldonzella, 1900; casa Laplana, 1907; convento del Redentor,
1926); Joan Alsina (casa Oller, 1901); Telm Fernández i Janot (casas Felip, 1901 y 1905-1913); Ferran
Romeu i Ribot (casa Roure, 1901-1902); Salvador Soteras (casa Ibarz Bernat, 1901-1904); Adolf Ruiz i
Casamitjana (casa Llorenç Camprubí, 1901; torre Andreu o “la Rotonda”, 1906-1918); Andreu Audet
(Hotel Colón, 1902); Miquel Madorell (casa Santurce, 1902-1905); Josep Amargós (torre de las aguas de
Dos Rius, 1902-1905); Juli Batllevell (casa Trias, 1903-1906; casa Antonia Burés, 1903-1906; torre Bulart-
Rialp, 1906-1907); Bonaventura Conill (casa Matas i Ramis, 1903); Roc Cot i Cot (casa Antònia Puget,
1904-1906); Julio María Fossas (casas Josefa Villanueva, 1904-1909; casa Marià Pau, 1907); Miquel
Pascual (casa Josep Barnolas, 1905); Jaume Torres i Grau (casas Torres, 1905-1907; casas Ramos, 1906-
1908); Joaquim Codina i Matalí (casa Malagrida, 1905-1908); Juli Marial i Tey (casa Josepa Marsans,
actual albergue de Nuestra Señora de Montserrat, 1906); los hermanos Bonaventura y Joaquim Bassegoda
(casa Berenguer, 1907; casas Rocamora, 1914-1918); Jaume Bayó (casa Baurier, 1910); Josep Graner (casa
Fajol o de la Mariposa, 1912); Antoni Millàs (casa Maldonado, 1913-1914; casa Millàs, 1915); Marceliano
Coquillat (casa Josefina Bonet, 1915); y Manuel Sayrach (casa Sayrach, 1915-1918).
En último lugar es preciso señalar de este período el interés otorgado a los establecimientos comerciales,
donde junto a la estructura arquitectónica cobran un papel esencial las artes aplicadas, el interiorismo y la
decoración. Son buena muestra de ello: el colmado Múrria (1898); el Bar Torino, decorado por Antoni
Gaudí en 1902; la fábrica de pastas alimenticias Antigua Casa Figueras, decorada en 1902 por el pintor y
escenógrafo Antoni Ros i Güell; la farmacia Bolós, decorada en 1902 por Antoni de Falguera; el restaurante
Grill Room, del decorador Ricard de Campmany (1902); el horno Sarret (1906); la tienda de bellas artes
Casa Teixidor, de Manuel Joaquim Raspall (1909); la confitería Reñé, decorada por Enric Llardent en 1910;
la farmacia Puigoriol, de Marià Pau (1913-1914); y la lencería El Indio, de los decoradores Vilaró y Valls
(1922).277
Casa Viuda Marfà Torre Ignacio Portabella Casa Trias (1903- Casas Josefa
(1901-1905), de (1905), de José Pérez 1906), de Juli Batllevell. Villanueva (1904-1909),
Manuel Comas i Thos. Terraza. de Julio María Fossas.
siglo xx
El panorama artístico en el siglo xx estuvo condicionado por la
convulsa situación política, con el fin de la monarquía en 1931
y la llegada de la Segunda República, finalizada con la Guerra
Civil y sustituida por la dictadura franquista, hasta el
restablecimiento de la monarquía y la llegada de la democracia.
Socialmente, este siglo vio la llegada masiva de inmigración a
la ciudad, con el consecuente aumento de la población: si en
1900 había 530 000 habitantes, en 1930 casi se habían doblado
(1 009 000 hab), para llegar entre 1970 y 1980 al pico máximo
(1 754 900) y a finales de siglo a 1 500 000 habitantes.278 Plan Jaussely (1903).
Novecentismo
El novecentismo supuso un intento de renovación de la cultura
catalana acercándola a las innovaciones producidas en el recién
estrenado siglo xx, en paralelo a un ideario político de
reivindicación del catalanismo propugnado por Enric Prat de la
Riba. El principal teórico del movimiento fue Eugeni d'Ors,
que desde el diario La Veu de Catalunya escribió una serie de
artículos enalteciendo la labor de los jóvenes creadores
catalanes de principios de siglo. El primero de ellos, publicado
en 1906, supuso el inicio del novecentismo, en convivencia
por unos años con las últimas obras modernistas, y que
Iglesia de Santa María Reina (1922-1936),
perduraría prácticamente hasta los años 1940, en paralelo al de Nicolás María Rubió y Tudurí.
surgimiento de nuevas corrientes como el racionalismo en los
años 1930.281
Contrariamente a los valores nórdicos y medievales que defendía el modernismo, el novecentismo retornó al
mundo mediterráneo, a la cultura clásica grecolatina. También se basaron en el clasicismo renacentista, con
especial influencia de Filippo Brunelleschi, al tiempo que su sentido sobrio y depurado de las formas les
acercaba a la arquitectura racionalista que comenzaba a despuntar en Europa.282 También se inspiraron en
otros estilos del pasado, pero desligados del medievalismo al que habían recurrido los modernistas, como el
Barroco.283 Por otro lado, la corriente más academicista de este movimiento practicó un monumentalismo
ecléctico influido por el estilo Beaux Arts, con un especial referente en las arquitecturas francesa e inglesa,
así como de la estadounidense Escuela de Chicago.284
Dentro del novecentismo se perciben diversas corrientes: un novecentismo «gaudiniano», practicado por
discípulos de Gaudí como Juan Rubió o Cèsar Martinell; un novecentismo «neobrunelleschiano», inspirado
en la arquitectura renacentista florentina y, especialmente, en Brunelleschi, desarrollado por Josep Goday o
Nicolás María Rubió y Tudurí; un novecentismo «protorracionalista», más influido por las corrientes
internacionales, que aúna el funcionalismo con la ornamentación art déco, y tiene exponentes como los
hermanos Ramon y Antoni Puig i Gairalt, Ramon Reventós, Francesc Folguera, Raimundo Durán Reynals
y Jaume Mestres i Fossas; un novecentismo «ecléctico», de lenguaje versátil y tendencia monumentalista,
ejemplificado por Enric Sagnier, Josep Maria Pericas y Eduard Ferrés; y un novecentismo «académico»,
que sigue una línea clasicista tradicional que pervivirá en la arquitectura de posguerra, con representantes
como Francesc Nebot, Eusebi Bona, Adolf Florensa y Eugenio Cendoya.285
La primera corriente estuvo representada por Juan Rubió y Cèsar Martinell, ambos discípulos de Gaudí.
Rubió evolucionó desde el modernismo, estilo en el que realizó sus mejores obras —como se ha visto en el
apartado anterior—, hasta desembocar en un clasicismo de aire barroquizante; su mejor producción en este
período fue la reforma de la Escuela Industrial de Barcelona
(1927-1931). Martinell mantuvo vivas las formas modernistas,
especialmente por el uso del ladrillo y el azulejo, como se
denota en su principal especialidad, la arquitectura agraria, con
un conjunto de bodegas repartidas por toda Cataluña que han
sido denominadas como las «catedrales del vino»; en
Barcelona su producción fue escasa, si bien se pueden citar la
Clínica Durán (1924), el edificio de la calle de Benavent 11
Escuela Industrial de Barcelona (1927-
(1928) o la fábrica Masllorens (1929-1930).286
1931), de Juan Rubió.
De esta época conviene mencionar igualmente a arquitectos como: Ignasi Mas i Morell (edificio David,
1929-1931), Miquel Madorell (Teatro Tívoli, 1917-1919), Arnau Calvet (casa Jorba, 1926), Francesc
Guàrdia i Vial (edificio de la Compañía Arrendataria de Tabacos, actual Delegación de Hacienda, 1929),
Josep Domènech i Mansana (iglesia de Santa Teresa del Niño Jesús, 1932-1940) y Juan Guardiola (Casa
Ferran Guardiola o “Casa China”, 1929). También es de remarcar la construcción de dos estaciones de
ferrocarril: la Estación del Norte (1910-1914), obra de Demetrio Ribes consistente en una reforma de un
anterior edificio de 1861 de Pere Andrés i Puigdoller, constaba de dos edificios que fueron unidos por Ribes
con una estructura en forma de U y cubiertos por una gran plataforma metálica, con cierta influencia
modernista y secesionista;304 y la Estación de Francia (1925-1930), de Pedro Muguruza, Raimundo Durán
Reynals, Salvador Soteras y Pelayo Martínez, con andenes cubiertos por dos grandes naves de hierro y un
vestíbulo de aspecto clasicista, donde destacan tres bóvedas de casetones.305
Por lo que respecta al urbanismo, la actuación más importante en estos años fue la apertura de la Vía
Layetana, que conectaba el Ensanche con el mar —estaba prevista otra avenida paralela a esta, así como
otra perpendicular, que finalmente no se ejecutaron—. Surgida de un proyecto de reforma urbana de Àngel
Baixeras (Plan de reforma interior de Barcelona, 1884), las obras se realizaron en 1908, con la voluntad de
crear una avenida de aspecto uniforme, por lo que la mayoría de edificios son de aspecto novecentista, con
cierta influencia de la Escuela de Chicago.306 También en los primeros años del siglo se urbanizó la falda
del Tibidabo, con una amplia avenida que unía la avenida de San Gervasio con la montaña, que fue
ocupada por casas unifamiliares al estilo de las ciudades-jardín inglesas.nota 10 Para el transporte se instaló
un tranvía en la avenida y un funicular para ascender a lo alto de la montaña, donde se emplazó el Parque
de Atracciones del Tibidabo.307
Esparcidos por la montaña se encontraban el resto de pabellones, como el de Barcelona, de Josep Goday; el
palacio de la Prensa —actual sede de la Guardia Urbana—, de Pere Domènech i Roura; el palacio de las
Artes Decorativas y Aplicadas, de Manuel Casas y Manuel Puig; el palacio de las Artes Gráficas —actual
Museo de Arqueología—, de Raimundo Durán Reynals y Pelayo Martínez; el palacio de la Agricultura —
actual Teatro Fabià Puigserver—, de Josep Maria Ribas i Casas y Manuel Maria Mayol; el pabellón de
España, de Antoni Darder; el palacio de las Diputaciones, de Enric Sagnier; el palacio de la Química, de
Antoni Sardà; el pabellón Real —conocido actualmente como Palacete Albéniz—, de Juan Moya; el
palacio del Arte Moderno y el palacio de las Misiones, ambos de Antoni Darder.
De la Sección Internacional destacó el Pabellón de Alemania, de Ludwig Mies van der Rohe, uno de los
mejores ejemplos de la arquitectura de estilo internacional por su pureza formal, su concepción espacial y su
inteligente empleo de estructuras y materiales, que convirtieron a este pabellón en el paradigma de la
arquitectura del siglo xx. De planta rectangular, se elevaba sobre un podio recubierto de travertino; la
cubierta se sostenía sobre columnas cruciformes y muros de carga, con paredes de distintos materiales.
Demolido después de la Exposición, fue reconstruido entre
1985 y 1987 en su emplazamiento original por Cristian Cirici,
Ignasi de Solà-Morales y Fernando Ramos, siguiendo los
planos dejados por Mies van der Rohe.310 nota
11
Con motivo de la Exposición se ajardinó buena parte de la montaña de Montjuic, con un proyecto de Jean-
Claude Nicolas Forestier y Nicolás María Rubió y Tudurí, que realizaron un conjunto de marcado carácter
mediterráneo y gusto clasicista, con un estilo de inspiración hispanoárabe como el que Forestier había
desarrollado en el parque de María Luisa de Sevilla: se crearon así los jardines de Laribal, los de Miramar, y
los del Teatre Grec.314
Palacio de la Prensa. Palacio de las Artes Palacio de la Palacio del Arte Textil.
Gráficas. Agricultura.
Racionalismo
En los años 1930 surgió una fuerte voluntad de acercamiento a las vanguardias arquitectónicas europeas,
donde estaba despuntando el racionalismo, un estilo practicado en el centro de Europa desde inicios de los
años 1920 por arquitectos como Le Corbusier, Ludwig Mies van der Rohe, Walter Gropius y J.J.P. Oud.
Era un estilo que aunaba funcionalidad y estética, dando predominio al volumen sobre la masa, con formas
basadas en el rectángulo y las líneas horizontales, sin ocultar la estructura del edificio, con paredes lisas y
ventanas metálicas, sin recargamiento ornamental.317 En Cataluña, la influencia de la arquitectura
internacional se expresó en dos líneas: un racionalismo más purista inspirado en Le Corbusier, y un
eclecticismo que aceptaba otras referencias, como el art déco o el expresionismo alemán, con un especial
referente en la Bauhaus.318
En 1930 surgió en Barcelona el grupo GATCPAC (Grupo de
Arquitectos y Técnicos Catalanes para el Progreso de la
Arquitectura Contemporánea),nota 12 con voluntad renovadora
y liberadora del clasicismo novecentista, así como la de
introducir en España las nuevas corrientes internacionales
derivadas del racionalismo. El GATCPAC defendía la
realización de cálculos científicos en la construcción, así como
la utilización de nuevos materiales, como las placas de
fibrocemento o la uralita, además de materiales más ligeros Pabellón de la República Española para la
como el vidrio. 319 Fue fundado por Josep Lluís Sert, Josep Exposición Internacional de París de
Torres Clavé, Germán Rodríguez Arias, Sixte Illescas, 1937, de Josep Lluís Sert y Luis Lacasa;
Cristòfor Alzamora, Ricardo de Churruca, Manuel Subiño, réplica en Barcelona de 1992, de Miquel
Espinet, Antoni Ubach y Juan Miguel
Pere Armengou y Francesc Perales; posteriormente se
Hernández León.
incorporaron otros arquitectos como Raimon Duran i Reynals,
Antoni Bonet i Castellana, Jaume Mestres i Fossas, Antoni
Puig i Gairalt, Ramon Puig i Gairalt, Alexandre Soler i March, Francesc Fàbregas y Joan Baptista Subirana.
Lamentablemente, su labor quedó truncada con el estallido de la Guerra Civil.320
En el ámbito urbano cabe mencionar el Plan Macià (1932-1935), elaborado por Sert y Le Corbusier, un
proyecto que preveía una distribución funcional de la ciudad con un nuevo orden geométrico, a través de
grandes ejes vertebradores como la Gran Vía, la Meridiana y el Paralelo, y con una nueva fachada marítima
definida por rascacielos cartesianos, además de la mejora de equipamientos y servicios, el fomento de la
vivienda pública y la creación de un gran parque y centro de ocio junto al delta del Llobregat, la llamada
Ciudad de Reposo y Vacaciones. El inicio de la Guerra Civil truncó el proyecto.328 También cabe
mencionar que en 1931 se creó el Colegio de Arquitectos de Cataluña, Aragón, Baleares y Logroño,
delimitado en 1933 a Cataluña y Baleares y en 1978 solo a Cataluña; esta entidad edita desde 1944 la
revista Cuadernos de Arquitectura —desde 1981 editada en catalán como Quaderns—.329
Posguerra
El inicio de la dictadura franquista provocó una ruptura en la
integración vanguardista de la arquitectura catalana, ya que el
nuevo régimen apostó por un estilo más academicista. La
ausencia de un programa conceptual llevó a supeditar la obra a
la pericia de su autor, si bien el discurso ideológico imperante
fomentó el monumentalismo y el carácter áulico de las
realizaciones del momento. En los primeros años de posguerra
resurgió el estilo novecentista, con un marcado componente
académico, en un estilo neoclásico influido por el eclecticismo
americano y el neorrenacentismo mediterráneo.330 Banco Vitalicio de España (1942-1950),
de Lluís Bonet i Garí.
Ante los intentos fallidos de formulación de una nueva
arquitectura del régimen, solo visibles inicialmente por la
influencia pasajera de la arquitectura italiana y alemana de tendencia historicista y regionalista, y debido a la
falta en Cataluña de encargos oficiales de las nuevas autoridades, las construcciones en la Ciudad Condal
entroncaron con el novecentismo monumentalista de los años 1920, con pervivencia incluso de un cierto
racionalismo atenuado.331
Grupo R
En los años 1950 hubo una renovación del panorama
arquitectónico gracias al Grupo R (1951-1961),338 un
conjunto de arquitectos que conectaron la experiencia del
racionalismo y el GATCPAC con las nuevas corrientes
internacionales, como el Neoliberty, el neoempirismo y el
organicismo, con influencia de arquitectos como Alvar Aalto,
Oscar Niemeyer, Bruno Zevi y Gio Ponti.339 Se consideraban
a sí mismos posfuncionalistas, partiendo del funcionalismo
racionalista pero superado sobre la base de criterios
humanistas.340 La arquitectura del Grupo R se fue Camp Nou (1954-1957), de Lorenzo
desmarcando cada vez más del estilo propio del régimen, García-Barbón, Francesc Mitjans y Josep
adquiriendo un matiz reivindicativo, en que la apuesta por la Soteras.
modernidad se consideraba una oposición al régimen.341
Entre sus miembros iniciales se encontraban José Antonio Coderch, Antoni de Moragas, Josep Maria
Sostres, Manuel Valls, Joaquim Gili, Oriol Bohigas, Josep Martorell y Josep Pratmarsó; en 1953 se dieron
de baja Coderch y Valls, al tiempo que ingresaron Manuel Ribas i Piera, Josep Anton Balcells, Francesc
Bassó y Guillermo Giráldez; en 1958 ingresaron Pau Monguió y Francesc Vayreda.342 Estos arquitectos
tomaron una nueva concienciación debido a la conferencia de Alberto Sartoris en el Ateneo Barcelonés en
1949, donde pedía la búsqueda de una nueva arquitectura nacional, la cual fue secundada por Oriol
Bohigas en su artículo Posibilidades de una arquitectura barcelonesa.343 Sin embargo, con el tiempo la
diversidad de tendencias de estos autores, que se movían entre el neopopularismo, el neorracionalismo
miesiano, el informalismo y el neofuncionalismo, llevó a la disolución del grupo.344
En esta generación destacó José Antonio Coderch, uno de los arquitectos españoles de la época con más
prestigio internacional. Influido por Aalto, sus obras muestran un alto grado de simplicidad y depuración
volumétrica, al tiempo que las formas curvilíneas y articuladas denotan un cierto componente
expresionista.345 Fue un defensor de la arquitectura tradicional catalana, y mostró una gran preocupación
por el interiorismo y la adaptación al entorno.346 Trabajó asociado con Manuel Valls desde 1942; en 1960
ingresó en el grupo internacional Team 10.347 Entre sus obras se encuentran: la Cooperativa Obrera La
Maquinista (1951-1953), la casa de la Marina (1952-1954), el edificio de viviendas de la calle de Johann
Sebastian Bach 7 (1957-1961) y la casa Tàpies (1960-1963).
Josep Maria Sostres fue discípulo de Sixte Illescas, y recibió
posteriormente la influencia de Giuseppe Terragni, al tiempo que se
declaraba admirador de Gaudí, al que aludía para remarcar la
superación del funcionalismo racionalista.348 Fue autor de la casa
Moratiel (1956-1957), la casa Iranzo (1957), y las oficinas de El
Noticiero Universal (1963-1965).
Por lo que respecta al urbanismo, en 1953 surgió el Plan Comarcal, un intento de integrar la ciudad con los
municipios colindantes en vías de satisfacer la fuerte demanda de vivienda en los años de llegada masiva de
inmigración, al tiempo que intentaba frenar la especulación inmobiliaria y mejorar el entorno urbano.363
Aunque no se llevó a cabo en su totalidad, de su planteamiento inicial surgieron diversos planes parciales,
especialmente los referentes a las zonas del Besós y del límite de la Diagonal: en la primera se crearon los
nuevos barrios de la Verneda y del Besós, mientras que en la segunda se proyectó la Zona Universitaria y se
ampliaron los barrios de Les Corts y Collblanc.364
Por otro lado, en 1952 Barcelona acogió el XXXV Congreso Eucarístico Internacional, que permitió la
urbanización de un nuevo barrio conocido como Congrés, con un conjunto de viviendas proyectado por
Josep Soteras, Carles Marquès y Antoni Pineda.365 En 1957 se abrió el primer tramo del paseo Marítimo,
una idea surgida en los años 1920 que aún no se había desarrollado, con un proyecto de Enric Giralt i
Ortet.366 Por otro lado, el déficit de vivienda para acoger a la nueva inmigración llevó a la promulgación
del Plan de Urgencia Social de 1958, que llevó a la construcción de grandes bloques de viviendas sociales
en barrios de la periferia, como la Verneda, Torre Llobeta, Polvorín, Can Clos, la Trinidad y Verdún.366
Escuela de Barcelona
Entre los años 1960 y 1970 surgió la denominada Escuela de Barcelona, según la denominación propuesta
por Oriol Bohigas en su artículo Una posible Escuela de Barcelona, publicado en la revista Arquitectura en
1968. Heredera del Grupo R, la nueva escuela se inspiró en el neorrealismo italiano que triunfaba por aquel
entonces a nivel internacional, combinando un lenguaje
constructivo racionalista con la funcionalidad y el diseño.367
La Escuela de Barcelona revalorizó nuevamente el
modernismo, y puso énfasis en el papel educador y
comunicativo de la arquitectura, a la cual otorgaban un
compromiso social como elemento dinamizador de las
estructuras sociales y urbanas. Asimismo, valoraban el trabajo
artesanal y el uso de materiales tradicionales de la arquitectura
catalana, como el ladrillo y la cerámica.368 También pusieron
un especial énfasis en la atención al diseño y el interés por el Torres Trade (1965-1969), de José Antonio
detalle.369 Coderch y Manuel Valls.
También retornó Josep Lluís Sert, autor del conjunto residencial Les Escales Park (1967-1973) y de la
Fundación Joan Miró (1972-1975), un singular edificio construido con hormigón y placas prefabricadas y
formado por la torre de acceso con sala de actos, bar y biblioteca, desde donde se configura un conjunto de
patios que articulan las diversas salas de exposición, dispuestas en circuito cerrado.375
Otras construcciones de la época fuera del ámbito de la
Escuela fueron: el edificio de oficinas Hispano Olivetti (1960-
1964), de Lodovico Barbiano di Belgiojoso, Enrico Peressutti
y Ernesto Rogers, con una fachada en muro-cortina acristalado
con cuerpos volados de forma escalonada hacia la parte
central, a imitación de las típicas ventanas-balcón del
Ensanche;376 el Banco Atlántico (1966-1967), de Francesc
Mitjans y Santiago Balcells, el cual denota la influencia del
rascacielos Pirelli de Milán, de Gio Ponti;377 y la Torre Colón
(1965-1971), de Josep Anglada, Daniel Gelabert y Josep Fundación Joan Miró (1972-1975), de
Ribas, con un cuerpo de forma hexagonal coronado por un Josep Lluís Sert.
voladizo invertido de forma troncopiramidal.378
Ricardo Bofill fundó su Taller de Arquitectura en 1963, una experiencia multidisciplinar que aunaba la
arquitectura con las matemáticas, la poesía, la filosofía, la economía, la publicidad y la fotografía.380
Siguió las directrices de la Escuela, pero distanciándose por el tratamiento de la planta y el volumen, a los
que aplicó un cierto componente de experimentación formal, al tiempo que introdujo rasgos tecnologicistas.
Ello se acentuó a finales de los 1960, en que denotó una fuerte influencia del grupo británico
Archigram.381 En estos años fue autor de los edificios de la calle de Johann Sebastian Bach 28 (1962-
1963), Johann Sebastian Bach 2-4 (1962-1963) y Nicaragua 97-99 (1962-1965).
El Studio PER fue creado en 1964 por dos parejas de arquitectos: Òscar Tusquets y Lluís Clotet, y Josep
Bonet y Cristian Cirici. En su obra denotan la influencia del pop-art y de Robert Venturi, hecho que los
decantará hacia la arquitectura posmoderna.382 En estos años fueron autores de la casa Fullà (1967-1971)
y el edificio de la calle de San Mario 36 (1969-1971) el tándem Tusquets-Clotet; y del edificio Tokyo
(1972-1974) la pareja Bonet-Cirici.
Albert Viaplana y Helio Piñón
iniciaron su obra en la ciudad con
el edificio Can Bruixa (1974-
1976), aunque enseguida se
distanciaron de la Escuela y se
adentraron en un arte conceptual y
abstracto, con influencia del grupo
Five Architects.383
Mención aparte merecen Enric Tous y Josep Maria Fargas, los cuales, ajenos a la Escuela de Barcelona, son
entusiastas de las nuevas tecnologías y seguidores del estilo high-tech, al tiempo que denotan la influencia
de Mies van der Rohe, Richard Neutra y Craig Ellwood.385 Son autores del edificio de la Banca Catalana
del paseo de Gracia (1965- 1968), con una fachada planteada con alternancia de módulos prefabricados y
plafones de vidrio;386 y del edificio de oficinas del Banco Industrial de Bilbao de la avenida Diagonal,
actual sede del grupo Planeta (1969-1973), un conjunto de tres torres octogonales recubiertas de
vegetación.387
En esta época la arquitectura religiosa, si bien no tan frecuente como la civil, dio muestras de voluntad de
pervivencia y renovación. El Concilio Vaticano II favoreció el uso de nuevas formas estilísticas y
estructurales, en consonancia con las corrientes internacionales imperantes en el momento.388 Algunos
ejemplos serían: la iglesia de San Odo (1958-1960), de Francesc Salvans y Emili Bordoy; la iglesia de
Santa Tecla (1958), de Josep Soteras; la iglesia de San Medín (1958-1960), de Jordi Bonet i Armengol; y
dos iglesias del grupo Martorell-Bohigas-Mackay: la parroquia del Redentor de Gracia (1957-1963) y la
iglesia de San Sebastián del Verdún (1958, reconstruida en 1965).389
El urbanismo de la era porciolista (1957-1973) destacó por su desenfreno especulador, si bien surgieron
algunos intentos de reordenación urbana, como el Plan director del Área Metropolitana de Barcelona
(1966), que pretendía compatibilizar la rentabilidad y la construcción urbana, si bien su carácter orientativo
no supuso una realización práctica; y el llamado Plan 2000 (1970), un intento algo utópico de fijar criterios
para la futura ciudad, donde predomina la importancia otorgada a las infraestructuras, al tiempo que se
adquiere un compromiso realista con el carácter desordenado del crecimiento urbano.390
Transición y democracia
El fin de la dictadura y la llegada de la democracia supusieron una nueva andadura en el panorama
arquitectónico de la ciudad, cada vez más inmersa en las corrientes de vanguardia internacionales. Los
nuevos consistorios socialistas de Narcís Serra y Pasqual Maragall apostaron por el arte y la arquitectura
como señas de identidad de la ciudad, e iniciaron un amplio
programa de reformas urbanísticas, que tuvieron su punto de
culminación con la celebración de los Juegos Olímpicos. La
nueva comitencia de carácter público se vio reflejada en el
aumento de equipamientos como escuelas, parques y jardines,
vías y espacios urbanos, centros cívicos, culturales y
deportivos.391
Esteve Bonell y Francesc Rius fueron autores del Velódromo de Horta (1984), de forma cilíndrica, con
alternancia de paramentos de ladrillo y pilares apantallados, cubiertos por una cornisa en forma de lámina
horizontal; en su acceso se encuentra un «poema visual» de Joan Brossa.401
Jaume Bach y Gabriel Mora han desarrollado un estilo ecléctico y decorativo, con diseños pensados para la
pequeña escala de ámbito doméstico: escuelas de la calle de Garcilaso (1979-1982); reforma de diversas
plazas del distrito de Gracia (Sol, Virreina, Trilla, Diamant y Raspall, 1982-1985); escuela Josep Maria Jujol
(1984-1987); polideportivo de Gracia (1988-1989).402
Ricardo Bofill practica una arquitectura escenográfica, colorística y evocativa, sin convenciones, con un
cierto grado de superficialidad, dando valor especialmente a la imagen.411 Ha desarrollado la mayor parte
de su obra en el extranjero, aunque en Barcelona cabe destacar el Teatro Nacional de Cataluña (1987-
1997), un templo clásico, con pórtico de un solo intercolumnio acristalado, que evidencia la combinación de
elementos antiguos y nuevos en un lenguaje mixtificado e innovador.412
Cabe destacar por último que con ocasión de los Juegos se amplió notablemente la estructura viaria de la
ciudad, especialmente con la creación de los cinturones de ronda, dispuestos en circunvalación a lo largo de
todo el perímetro urbano. Realizados entre 1989 y 1992, se encargaron de su planificación general Josep
Acebillo, director técnico del Instituto Municipal para la Promoción Urbanística, y Alfred Morales,
coordinador de transportes y circulación del Ayuntamiento de Barcelona.445 Por otro lado, se hizo una
campaña de restauración de fachadas y monumentos y de adecuación de paredes medianeras, llamada
Barcelona ponte guapa (1986-1992), promovida por Josep Emili Hernández, del área de Patrimonio del
Ayuntamiento.446
siglo xxi
El cambio de siglo no deparó una modificación sustancial en el devenir
de la ciudad, que siguió apostando por la innovación y el diseño como
proyectos de futuro, junto al uso de nuevas tecnologías y la apuesta por
la sostenibilidad medioambiental. Estilísticamente, la transición de siglo
ha estado marcada nuevamente por el eclecticismo derivado de las
teorías posmodernas, al tiempo que ha cobrado fuerza la influencia de
corrientes internacionales como el high-tech, un estilo basado en el uso
intensivo de la alta tecnología, y el deconstructivismo, una corriente
basada en la geometría no euclidiana y el antilinealismo, con formas
curvas y “blandas” de aspecto aparentemente caótico.459 Cabe
remarcar igualmente la progresiva importancia adquirida por la
informática en el diseño arquitectónico, con programas como CAD y
Power Point que han sustituido las antiguas formas de elaborar
proyectos arquitectónicos.460 Torre Agbar (2000-2005), de Jean
Nouvel.
Uno de los eventos más destacados del nuevo milenio fue la
celebración del Fórum Universal de las Culturas de 2004, que permitió
nuevos cambios urbanísticos en la ciudad: se recuperó toda la zona del Besós, hasta entonces poblada de
antiguas fábricas en desuso, se regeneró todo el barrio del Pueblo Nuevo y se construyó el nuevo barrio de
Diagonal Mar, al tiempo que se dotó a la ciudad de nuevos parques y espacios para el ocio de los
ciudadanos.461 El perfil de la ciudad cambió tras la construcción de un gran rascacielos de forma
cilíndrica, la Torre Agbar, así como el hotel W Barcelona, que modificó la fisonomía del Puerto de
Barcelona y, por tanto, de su frente marítimo.462
La Torre Agbar (2000-2005), obra de Jean Nouvel, es uno de los edificios más emblemáticos construidos
en el nuevo milenio, y ha cambiado significativamente el skyline barcelonés.463 De estilo high-tech, tiene
145 m de altura y forma de cilindro oval, inspirado según el autor en los campanarios de la Sagrada Familia
de Gaudí. La fachada tiene una doble piel de hormigón y vidrio, con un conjunto de 4000 dispositivos led
de diversos colores que se iluminan por la noche, creando unos particulares efectos de policromía.464
Por las mismas fechas se construyó la nueva sede de Gas Natural (1999-2006), obra de Enric Miralles y
Benedetta Tagliabue, un edificio descompuesto en cuatro cuerpos: la «torre» es el más alto, con forma de H
compuesta de dos cuerpos de diferente altura; la «ménsula» es un cuerpo adosado a la torre que actúa de
acceso al edificio; el «portaaviones» es un cuerpo en voladizo que sobresale de la torre central y que aporta
horizontalidad al trazado del conjunto; la «cascada» es un cuerpo bajo de fachada escalonada que restituye
el alzado de las edificaciones del entorno. Todo el edificio presenta una cubierta acristalada, cuyo juego de
reflejos entre los cuatro cuerpos genera una imagen un tanto desmaterializada del conjunto.465
Otros edificios de estos primeros años fueron: la Biblioteca
Jaume Fuster (2001-2004), de Josep Llinàs, de planta
romboidal y un trazado complejo y sinuoso que interactúa con
un entorno urbano de aspecto irregular;466 la Illa Fort Pienc
(2001-2003), también de Llinàs, un complejo de guardería,
residencia de ancianos, biblioteca, centro cívico y mercado,
con una compleja utilización de volúmenes y espacios
diáfanos;467 el conjunto residencial Illa de la Llum (2002-
2005), de Lluís Clotet e Ignacio Paricio, con tres cuerpos: un
Edificio de Gas Natural (1999-2006), obra bloque de 5 plantas flanqueado de dos torres, una de 26 plantas
de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue. y otra de 18, resueltos con unos módulos de plafones de
aluminio que se van repitiendo en la fachada, mientras que
todo el conjunto se sustenta sobre unos premarcos de tubo
galvanizado; 468 y la rehabilitación del mercado de la Barceloneta (2002-2007), de Josep Miàs, con una
concepción orgánica que vertebra diferentes espacios de forma dinámica e integradora.469
Entre las construcciones de los siguientes años merecen destacarse: el Parque de Investigación Biomédica
(2006), de Manuel Brullet y Alberto de Pineda, un edificio de forma troncocónica con revestimiento de
lamas de madera;473 el hotel Habitat Sky (2004-2007), de Dominique Perrault, un rascacielos de 120 m de
altura compuesto de dos cuerpos verticales, uno colocado en voladizo sobre el otro;474 el hotel W
Barcelona —también conocido como Hotel Vela— (2009), de Ricardo Bofill, un edificio de 99 m de altura
con forma de vela de barco, con fachada de muro cortina acristalado;475 el edificio de la sede de la
Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (2008-2010), de Enric Batlle y Joan Roig, con un perfil de
planimetría longitudinal asimétrica y una doble fachada de lamas horizontales que ofrece protección
solar;476 el edificio Media-TIC (2010), de Enric Ruiz-Geli, tiene forma cúbica y está sustentado por unas
jácenas de hierro recubiertas por un revestimiento translúcido de plástico de burbujas inflables, que permiten
distinguir la estructura fluorescente del interior del edificio;477
la torre Diagonal Zero Zero de Telefónica (2008-2011), de
Enric Massip-Bosch, de 110 m de altura y planta romboidal,
con una fachada de nervadura de aluminio blanco;478 el
edificio Disseny Hub, sede del Museo del Diseño de
Barcelona (2008-2013), de Martorell-Bohigas-Mackay, con
forma de paralelepípedo adelantado en voladizo y una fachada
de metal y vidrio, mientras que el edificio se estructura en dos
cuerpos, uno subterráneo y otro superior que da a la plaza de
Hotel W Barcelona (2009), de Ricardo las Glorias Catalanas;479 y la Feria de Bellcaire o Encantes
Bofill. viejos (2013), de Fermín Vázquez Huarte-Mendicoa, una
estructura en forma de marquesina que cubre el mercado al aire
libre de los Encantes, formada por diversos módulos con
distintas inclinaciones para reflejar la luz y el paisaje circundante.480
Por otro lado, la crisis económica iniciada en 2008 paralizó numerosos proyectos arquitectónicos, algunos
tan emblemáticos como la Torre La Sagrera, de Frank Gehry, o la Torre Espiral, de Zaha Hadid, poniendo
punto final a unos años de edificación en la ciudad de magnos proyectos encargados a autores de fama
internacional.494
En 2022 se inauguró el edificio Cirerers, el edificio de madera más alto de España, obra de la cooperativa
de arquitectos Celobert, un proyecto sostenible basado en un sistema de construcción industrializada en
madera contralaminada.495
El urbanismo del nuevo milenio ha reforzado la estructura de retícula polinuclear impulsada desde los años
1990, lo que ha favorecido la aparición de nuevos núcleos urbanos como el Fórum, el 22@ y La
Sagrera.498 Actualmente se está remodelando la plaza de las Glorias Catalanas, un importante eje viario
donde está prevista la soterración del tránsito automovilístico y la recuperación del terreno para uso
público.499
Las comunicaciones han mejorado con la llegada de la alta velocidad, que une la capital catalana con
Madrid y con París; se han ampliado el puerto y el aeropuerto del Prat, con el objetivo de convertir a
Barcelona en el centro logístico del sur de Europa. También se ha ampliado la red de metro, con la
prolongación de varias líneas (3 y 5), y la creación de algunas nuevas (línea 9, 10 y 11), algunas de ellas
totalmente automatizadas. En 2012 se inició una reordenación de la red de autobuses en forma ortogonal,
para crear una red de autobús de tránsito rápido.500 También está prevista la construcción de un nuevo
cinturón de ronda para mejorar las comunicaciones del área metropolitana.
Parque de Diagonal Centro de Biblioteca Jaume Parque de
Mar (1999-2002), de Convenciones Fuster (2001-2004), de Investigación
Enric Miralles y Internacionales de Josep Llinàs. Biomédica (2006), de
Benedetta Tagliabue. Barcelona (2000-2004), Manuel Brullet y Alberto
de Josep Lluís Mateo. de Pineda.
Véase también
Arte de Cataluña
Historia de Barcelona
Urbanismo de Barcelona
Distritos de Barcelona
Antiguos municipios de Barcelona
Agregaciones municipales de Barcelona
Arte público de Barcelona
Arte urbano de Barcelona
Mobiliario urbano de Barcelona
Fuentes de Barcelona Placa al ganador del Concurso anual de
Parques y jardines de Barcelona edificios artísticos del año 1903, edificio
de La Caixa de la plaza de San Jaime,
Odonimia de Barcelona
obra de Augusto Font Carreras.
Modernismo catalán
Arquitectura de España
Arquitectura de Madrid
Concurso anual de edificios artísticos (Barcelona)
Premio FAD
Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe
Anexo:Basílicas de Barcelona
Anexo:Rascacielos en Barcelona
Anexo:Edificios más altos del área metropolitana de Barcelona
Patrimonio de la Humanidad en Cataluña
Bienes de interés cultural de la comarca del Barcelonés
Manzana de la discordia
Notas
1. Su nombre completo era Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino.(Barral i Altet et al.,
Jornet, p. 44)
2. Algunos ejemplos serían: el túmulo en honor del obispo Rafael de Rovirola (1609), el de
Margarita de Austria-Estiria (1612), el de Felipe III (1621), el de María Luisa de Orléans
(1689), el de Mariana de Austria (1696), el de Carlos II (1700), el de Luis XIV (1715), el de
María Amalia de Sajonia (1761), el del cardenal Juan Tomás de Boxadors (1781), el de
Carlos III (1789) o el del conde de Lacy (1793).(Triadó y Barral i Altet, 1999, p. 88-134)
3. Llamada San Agustín Nuevo para distinguirla de la iglesia del antiguo convento de San
Agustín, llamado también a veces San Agustín Viejo.
4. Aparecen los siguientes edificios: 1- ex-puertas del mar, 2- Aduana, 3- Fuente de la Aduana,
4- Jardín del General, 5- Palacio Real, 6- Casa Lonja, 7- Casa Xifré, 8- Iglesia de la Merced,
9- Palacio del Capitán General, 10- Plaza del Duque de Medinaceli, 11- Puerta de la Paz,
12- Fuerte de Atarazanas, 13- antigua fundición de cañones, 14- Casa March de Reus, 15-
Iglesia de Santa Mónica, 16- Puerta de Santa Madrona, 17- Cárcel, 18- Colegio de los PP.
Escolapios, 19- Puerta de San Antonio, 20- Iglesia de San Antonio Abad, 21- Plaza del
Padró, 22- Casa de Caridad, 23- Puerta de Isabel II, 24- Colegio del Obispo, 25- Casa del
marqués de Moya, 26- Iglesia de Belén, 27- Palacio del Virrey del Perú, 28- Plaza de San
José, 29- Patio del Hospital, 30- Teatro Principal, 31- Fuente de la plaza del Teatro, 32-
Liceo de Isabel II, 33- Iglesia del Pino, 34- Iglesia de San Jaime, 35- Casas consistoriales,
36- Diputación provincial, 37- Interior de la Catedral, 38- Palacio del Obispo, 39- Santa
Marta, 40- Santa María, 41- Paseo de San Juan, 42- ex-puerta Nueva, 43- San Pedro, 44-
ex-puerta del Ángel, 45- Torres de Canaletas, 46- Paseo de Gracia, 47- Cementerio, 48-
Plaza de Toros.(AA.VV., 1995, p. 18)
5. La construcción de edificios estuvo en manos hasta prácticamente el siglo xix de los
llamados «maestros de obras», organizados de forma gremial y cuya formación se basaba
en el aprendizaje del oficio de forma eminentemente práctica. En Barcelona estaban
agrupados en la Cofradía de los Maestros de Casas y Canteros, una organización gremial
de origen medieval que aunaba el aspecto profesional con el religioso, bajo la advocación
de los santos Pedro y Pablo. Para llegar a ser maestro de obras había que pasar un examen
promovido por el gremio, tras pasar por los grados de aprendiz y oficial. La cofradía se
regulaba a través del Llibre de ordinations de la Confraria dels Mestres de Cases y Molers
de la pnt. Ciutat, redactado entre los siglos xiv y xvii y conservado en el Archivo Histórico de
la Ciudad. Este reglamento trataba todos los aspectos relacionados con el oficio, así como
cuestiones caritativas y asistenciales entre cofrades.165 En 1817, una Real Orden
promulgada por Fernando VII especificaba que los maestros de obras solo podían construir
edificios comunes, pero no públicos o eclesiásticos.166 La organización gremial fue dando
paso paulatinamente a la formación reglada de tipo académico, a través de la cual se
obtenía la certificación del título de arquitecto. Durante el siglo xviii esta titulación solo se
podía obtener en la Academia de San Fernando de Madrid, y desde 1814 en la de San
Carlos de Valencia. Los intentos de fundar una institución semejante en Barcelona fueron
baldíos por un tiempo, debido a la resistencia tanto de estas academias como de las
asociaciones gremiales. El primer intento fue a principios del siglo xix en la Escuela de la
Lonja, gracias al patrocinio de la Junta de Comercio. En 1817 se creó en esta escuela una
clase de arquitectura sin estructura académica, por lo que los estudios debían ser
convalidados en Madrid o Valencia. Esta clase estuvo dirigida por Antoni Cellers, en dos
períodos comprendidos entre 1817-1825 y 1826-1835, y por Josep Casademunt entre 1835
y 1850.167 Tras la desaparición de esta clase en la Lonja tomó el relevo de la formación
arquitectónica la Escuela de Maestros de Obras, que pasó por diversas etapas bajo distintos
nombres: Escuela de Maestros de Obras y Directores de Caminos Vecinales (1850-1855),
Escuela de Agrimensores y Aparejadores (1855-1859) y Escuela especial de Maestros de
Obras (1859-1870).168 Por fin, en 1871 se creó la Escuela Provincial de Arquitectura de
Barcelona, dirigida en primer lugar por Elías Rogent, que ya podía expedir títulos
académicos.169
6. El modernismo recibió diversos nombres según el lugar de procedencia: Art Nouveau en
Francia, Modern Style en Reino Unido, Jugendstil en Alemania, Sezession en Austria,
Liberty en Italia, etc.(Chilvers, 2007, p. 61)
7. Según Josep Francesc Ràfols, el modernismo catalán se situaría entre la exposición de
Ramon Casas, Santiago Rusiñol y Enric Clarasó celebrada en 1890 y la muerte de Isidre
Nonell en 1911, en el terreno artístico; desde la bomba del Liceo (1893) hasta la Semana
Trágica (1909) en el ámbito político; y entre la Exposición Universal de 1888 y la fundación
del Institut d'Estudis Catalans en 1907, a nivel social.(Miralles, 2008, p. 8)
8. Por su artículo En busca de una arquitectura nacional, publicado en 1879 en la revista La
Renaixença.(Huertas, Capilla y Maspoch, 2005, p. 118)
9. En 1926 propuso con el texto El problema de los espacios libres —presentado en el XI
Congreso Nacional de Arquitectos— la colocación de una serie de espacios verdes en
forma de semicírculos concéntricos entre los ríos Besós y Llobregat, a todo lo largo de la
sierra de Collserola, con pequeños enclaves en la parte interior de la ciudad al estilo de los
squares londinenses; el proyecto no fue ejecutado, excepto en pequeñas porciones.(AA.VV.,
2001, p. 66-67)
10. Las teorías de Ebenezer Howard sobre las ciudades-jardín fueron introducidas en Cataluña
por Cebrià de Montoliu en 1912 con la fundación de la Sociedad Cívica de la Ciudad-Jardín.
(Montaner, 2005, p. 64)
11. El edificio acoge actualmente la Fundación Mies van der Rohe, la cual coordina el
DoCoMoMo (Asociación Internacional para la documentación y la conservación de la
arquitectura del Movimiento moderno) y organiza el Premio de Arquitectura Contemporánea
Mies van der Rohe junto a la Unión Europea.(Midant, 2004, p. 321)
12. En primer lugar se denominó GCATSPAC (Grupo Catalán de Arquitectos Técnicos para la
Solución de Problemas de la Arquitectura Contemporánea), creado en 1930 por Josep Lluís
Sert, Sixt Illescas, Germán Rodríguez Arias, Ricardo de Churruca y Francesc Fàbregas. En
septiembre de 1930 participaron en la exposición del Ateneo Guipuzcoano de San
Sebastián de la que surgió el GATEPAC, en el que se integraron como Grupo Este o
GATCPAC.(Miralles, 2001, p. 136)
Referencias
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Enlaces externos
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