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Las defensas
costeras del territorio

historia, patrimonio, paisaje,


medioambiente y turismo
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Las defensas
costeras del territorio
historia, patrimonio, paisaje,
medioambiente y turismo
© Editorial:
Deputación Provincial de A Coruña
Avda. Porto da Coruña, 2
15003 A Coruña

Depósito Legal C 914-2023

Imprenta Provincial
Archer Milton Huntington, 24
15011 A Coruña

A Coruña, 2023

EDICIÓN NO VENAL
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Las defensas
costeras del territorio

historia, patrimonio, paisaje,


medioambiente y turismo
Presentación

Valentín González Formoso


Presidente de la Diputación de A Coruña

En estos últimos años, la Diputación de A Coruña ha dedicado nume-


rosos esfuerzos y recursos para dar a conocer el patrimonio militar
costero que, desde hace siglos, ha servido para la defensa de nuestra
costa. Hemos iniciado su puesta en valor y la difusión de sus aspectos
históricos, estratégicos, paisajísticos, medioambientales, turísticos,
etc., en primer lugar con la edición de dos guías de bolsillo que pre-
cedieron a la edición de una publicación de referencia que describe
de forma exhaustiva el desarrollo defensivo del borde litoral coruñés
desde tiempos remotos. También con un ciclo de conferencias y de
exposiciones itinerantes.

Ante el creciente interés que el tema suscitó en la ciudadanía y en


los ayuntamientos en cuyos municipios se sitúan estas instalacio-
nes militares, hemos querido profundizar en el conocimiento de las
potencialidades de estos enclaves que jalonan el perímetro marítimo
provincial, mediante la realización del Simposio Internacional «Apun-
tando ao mar», que ha convocado en la comarca ferrolana a gran-
des especialistas europeos que nos han mostrado actuaciones de
referencia en el patrimonio fortificado de países como Italia, Croacia,
Bélgica, Alemania, España, etc.

Creemos que sus aportaciones, muchas de ellas asimilables a las pro-


puestas de recuperación y valorización de las baterías costeras que
proponemos, no deben de quedar en el olvido. Esta publicación –que
recoge las ponencias expuestas en el foro científico que tuvo lugar
en Ferrol los días 9, 10 y 11 de febrero del presente año–, pretende
proyectar su difusión para que sirvan de ejemplo de una inteligente
conversión de diferentes fortificaciones cuya finalidad, antaño, fue la
defensa de personas y bienes.
Las actuaciones de recuperación que en ellas va a proponer la Dipu-
tación que presido pueden y deben servir de motor dinamizador de
una economía y de un desarrollo turístico sostenible en un territorio
excepcional como es la costa coruñesa jalonada de abruptos acanti-
lados, rías y playas, únicas en nuestra península ibérica y, sin temor a
exagerar, en la Europa continental e insular.

Agradecemos a todos los intervinientes en el citado Simposio su


interés y el conocimiento técnico-científico que contribuye, sin duda
alguna, a mostrarnos el camino a seguir en alcanzar nuestros objeti-
vos de mejorar las posibilidades de tan abundante patrimonio. Este
agradecimiento se hace extensivo a los Servicios de Arquitectura y
Mantenimiento y de Desarrollo Territorial y Medioambiente, que han
organizado tan acertado evento.

La Diputación de A Coruña seguirá contribuyendo, a través de las


publicaciones que edita su Imprenta provincial, al mejor conocimiento
de su patrimonio provincial. Esta publicación que tienes en tus manos,
amigo lector, sin duda contribuirá a lograr este objetivo.
Unas palabras preliminares

Alfredo Vigo Trasancos


Presidente del Comité Científico

La trayectoria continuada que la ciudad de Ferrol ha tenido como


puerto militar de gran valor estratégico entre los siglos XVI al XX jus-
tifica plenamente que fuera elegida, por la Diputación Provincial de A
Coruña, organizadora del evento, como lugar adecuado para celebrar
el Simposio Internacional «Apuntando ao mar» entre los días 9 y 11 de
febrero de 2023.

Su intención era poner en valor todo el rico patrimonio defensivo


costero que el Golfo Ártabro, en su más amplia extensión geográfica,
atesora desde el monte de Campelo, en Valdoviño, hasta el monte de
San Pedro, en A Coruña, y que tiene tres focos capitales de atención
en Prior, Monte Ventoso y Montefaro, todos ellos de una enorme
relevancia. Lo conforman básicamente baterías de costa, cuartelillos,
pequeños hospitales de sangre, polvorines, un observatorio meteo-
rológico, distintos caminos de comunicación, puestos de telegrafía
y no pocos túneles que fueron exprofeso excavados en la roca para
asentar, mirando en dirección al mar, los grandes reflectores que
debían iluminar las amplias lejanías marítimas en previsión de un ata-
que naval enemigo. Son, pues, muchas y muy variadas las obras que
se conservan, si bien, en su gran mayoría, en unas condiciones que
pueden considerarse muy preocupantes por su estado de abandono;
no en vano han sido despojadas de su armamento artillero original y
claramente maltratadas por el hombre hasta extremos que resultan
sorprendentes. Aun así, vandalizadas y en ruinas, siguen manteniendo
una imagen poderosa, máxime si tenemos en cuenta que, la mayor
parte de estas obras de carácter militar, ocupan unas posiciones
naturales ciertamente deslumbrantes, dispuestas como están en un
entorno paisajístico de una enorme calidad y en puntos sobresalien-
tes del finisterre atlántico europeo. Contemplándolas en su ubicación
estaría justificado decir que arte y naturaleza se hubiesen aliado para
conformar un espectáculo cultural de un impacto formidable.

Ahora bien, junto a una clara reivindicación del patrimonio militar cos-
tero más cercano e inmediato, el Simposio también buscó relacionarlo
con un contexto más amplio que abarcó el mundo occidental desde
el Mediterráneo al Atlántico. De hecho, la valía del patrimonio local
solo podía ganar en interés bien contrastado con el de otras tierras
y períodos históricos. Al mismo tiempo también se quería potenciar
el valor de este patrimonio no solo como documento estricto de
la memoria, sino como un material cultural que era susceptible de
vivir, en los nuevos tiempos, otras vidas muy distintas por completo
diferentes para las que había nacido. Era necesario, pues, conocer las
experiencias vividas en otros países y buscar redes de aproximación
que pudiesen resultar eficaces e instructivas. De ahí que el Simposio,
desde el principio, se organizase en varias mesas, cada una dedicada
a poner en valor los distintos temas que debían de salir a escena: la
Historia y el Patrimonio por una parte, el Paisaje y el Medioambiente
por otra, en tercer lugar el Turismo y su gestión, muy importante para
dinamizar desde el punto de vista popular todo su potencial atractivo
y, sin olvidar, finalmente, que era también necesario organizar una
visita conjunta a los escenarios de la historia cultural ferrolana para
comprobar, in situ, cuáles eran sus enormes posibilidades.

Para la organización de las mesas se contó con destacados expertos


en el tema como Jesús Ángel Sánchez García, catedrático de Histo-
ria del Arte de la USC y gran conocedor del patrimonio gallego; José
Manuel Yáñez Rodríguez, arquitecto, doctor en Arte y jefe de Servicio
de Arquitectura de la Diputación; Mario Crecente Maseda, doctor,
arquitecto y profesor de Gestión del Patrimonio de la UDC, y yo mismo
como catedrático emérito de la USC y especialista en arquitectura
militar ferrolana. Pero también se integraron destacados ponentes
internacionales, todos ellos muy renombrados en los temas a estudiar,
como los españoles Fernando Cobos Guerra y Juan Antonio Rodrí-
guez-Villasante, miembros de ICOMOS-ICOFORT y grandes conoce-
dores del tema de la arquitectura militar histórica; José Manuel López
Hermida y Joaquín de la Cámara, expertos los dos en el tema de la
artillería y reconocidos defensores de las obras artilleras del norte y el
sur de la península; José Luis Álvarez Vicente, Alberto Ruiz de Sama-
niego y Pedro Calaza Martínez, los tres buenos conocedores del tema
del paisaje en su más diversa acepción tanto práctico-teórica como
estética y Antonio Sandoval Rey, muy conocido como comunicador
ambiental y experto en ornitología, a tenor de la importancia que el
Golfo Ártabro tiene como gran corredor de la migración de muchas
especies de aves.

A su vez, por Italia estuvieron presentes el arquitecto, historiador y res-


ponsable del Archivio di Stato di Palermo Maurizio Vesco y Fiorenzo
Meneghelli de ICOMOS-ICOFORT y presidente del Istituto Italiano dei
Castelli, sezione Veneto, ambos estudiosos del tema de las fortifica-
ciones en Sicilia y Venecia respectivamente. Por Croacia estuvo invita-
da Nataša Urošević, profesora asistente en la Universidad Juraj Dobri-
la, de Pula, por sus muchos conocimientos de arquitectura defensiva
en el Adriático. La catedrática de arquitectura de la École Pratique
des Hautes Études-PSL, de Paris, Émilie d´Orgeix fue la experta en ar-
quitectura militar costera por parte de Francia, lo mismo que Mathieu
de Meyer representó brillantemente a Bélgica por su condición de
director del Raversyde Museum Atlantikwall, de Ostende. Finalmente
la presencia de Dirk Röder aportó la representación de Alemania, bási-
camente por su destacado papel como miembro de EFFORTS y como
vicepresidente del itinerario europeo Forte Cultura que conforma una
importante ruta cultural de monumentos fortificados.

Por lo tanto, con tal diversidad de enfoques históricos, patrimoniales,


paisajísticos, medioambientales y turísticos, que convirtieron la arqui-
tectura militar costera en un elemento poliédrico de gran atractivo
cultural, cabe pensar que se ha puesto la primera piedra angular de
una actuación que pretende devolver al patrimonio militar costero del
entorno de Ferrol y sus ayuntamientos cercanos de Ares y Valdoviño
una nueva vida cultural, siempre con el apoyo decidido de la Diputa-
ción Provincial de A Coruña deseosa de buscar su salvaguarda y su
plena rehabilitación. Una labor, en definitiva, encomiable que, desde
aquí, todo el Comité Científico del Simposio, quiere destacar, agrade-
cer y valorar profundamente por lo que tiene de esfuerzo y empeño
institucionales.
Agradecimientos

José M. Yáñez Rodríguez


Presidente del Comité Organizador del Simposio

La aprobación por la presidencia de la Diputación de la realización del


Simposio Internacional «Apuntando ao mar» sobre las baterías de costa
y el patrimonio militar costero en la comarca de Ferrol y su celebración
los días 9, 10 y 11 del pasado mes de febrero de 2023, ha supuesto un
notable impulso a las actuaciones que en varias direcciones viene aco-
metiendo esta administración local para la valorización de este impor-
tante patrimonio costero.

Desde el momento en que a los Servicios de Desarrollo Territorial y


Medioambiente y el de Arquitectura y Mantenimiento de la Diputación
de A Coruña nos fue encomendada su organización, con la colabora-
ción de la Sección de Relaciones Públicas y Protocolo, integrada en el
Comité Organizador, nos empeñamos en que este evento se significase
por convocar a los mejores especialistas europeos en la materia y que
su desarrollo fuese un ejemplo de planificación y ejecución.

Creemos que, a la vista de la acogida que ha tenido, el interés que ha


suscitado y la notable asistencia y seguimiento presencial en el teatro
Jofre y, a distancia, en las redes sociales, son motivo de satisfacción para
todos los que hemos tenido la fortuna de participar en su organización.

Desde estas páginas queremos agradecer a la empresa TRAMA, ad-


judicataria de la secretaría técnica, su magnífica logística y asistencia
técnica, a todos los ponentes y componentes de los diferentes comités
sus aportaciones y trabajo silencioso pero eficiente. También en lugar
destacado, las gracias al ayuntamiento de Ferrol por su acogida y el
ofrecimiento del teatro Jofre como marco de celebración y a la ciuda-
danía por su asistencia. Este agradecimiento se extiende a los alcaldes
de la comarca, a las autoridades civiles y militares que han participado
activamente; a Exponav por mostrarnos su magnífico museo de cons-
trucción naval y a la Diputación de A Coruña, en la figura de su presi-
dente, Valentín González Formoso por su constante ánimo e interés en
que el Simposio fuese un hito en la difusión del patrimonio militar del
litoral coruñés. La publicación de las ponencias presentadas es un claro
ejemplo del mismo.
ÍNDICE

01 | Historia y patrimonio. Siglos XVI-XVIII 017

Un reino mal protegido. Galicia y sus defensas costeras en la


Descripción de España y de las costas y puertos de sus reynos
de Pedro Texeira (1634)
Alfredo Vigo Trasancos 019

El Turco y la llave de Italia: estrategias de defensa costera


del reino de Sicilia a principios de la Edad Moderna
Maurizio Vesco 041

La frontera marítima de la corona hispánica en los siglos XVI-XVIII


(caracterización como sistema territorial de carácter global)
Fernando Cobos 071

Reconocimiento y valoración de las defensas costeras de la


Edad Moderna. El caso de Ferrol y Galicia
Juan A. Rodríguez-Villasante Prieto 105

02 | Historia y patrimonio. Siglos XIX y XX 121

Las baterías de costa de los planes de defensa del Golfo Ártabro.


Siglos XIX y XX
José Manuel López Hermida.
José Manuel Yañez Rodríguez 123

Los cañones gallegos que defendieron el Estrecho.


El Proyecto y Plan Director para la batería de Paloma Alta, Tarifa
Joaquín de la Cámara 147

Torres y fuertes marítimos: un patrimonio europeo


Émilie d'Orgeix 179

Sobre la historia, restauración, desarrollo, eventos y actividades


del Atlantikwall Raversyde (Ostende, Bélgica) y las posibilidades
de una red europea de Atlantikwall
Mathieu de Meyer 193
03 | El paisaje y el medioambiente del patrimonio militar costero 209

La Protección, gestión y ordenación del paisaje costero


José Luis Álvarez Vicente 211

Por fuertes y fronteras. Alegorías a la intemperie


Alberto Ruíz de Samaniego 233

El monte de S. Pedro: del mimetismo del paisaje, al paisaje escénico


Pedro Calaza Martínez 245

Aves y naturaleza de la costa norte de A Coruña:


de A Bailadora a Estaca de Bares
Antonio Sandoval Rey 269

04 | Turismo: gestión y desarrollo sostenible del patrimonio


militar costero 285

Dinamización turístico-cultural del patrimonio defensivo costero:


estado de la cuestión
Juan Mario Crecente Maseda 287

La laguna de Venecia, el parque de los fuertes y las torres


Fiorenzo Meneghelli 309

FORTE CULTURA–Ruta cultural de monumentos fortificados:


el turismo sostenible de fortalezas como clave de
aprovechamiento y efectos económicos
Dirk Röder 331

Gestión participativa y puesta en valor de las fortificaciones


costeras del Adriático. El caso de Pula, Croacia
Nataša Urošević 339

Textos originales
Maurizio Vesco, Mathieu de Meyer, Fiorenzo Meneghelli, Dirk Röder y Nataša Urošević 361
01 |
Historia y patrimonio
Siglos XVI-XVIII

COORDINADOR:

Alfredo Vigo Trasancos


· Catedrático Emérito de Hª del Arte.
Universidad de Santiago de Compostela
(A Coruña)

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01 | Historia y patrimonio Siglos XVI-XVIII

Un reino mal protegido. Galicia y sus


defensas costeras en la Descripción de
España y de las costas y puertos de sus
reynos de Pedro Texeira (1634)

Alfredo Vigo Trasancos


Universidad de Santiago de Compostela

Resumen:
La Descripción de España y de las costas y puertos de sus reynos,
que fue encargada por Felipe IV al geógrafo portugués Pedro
Texeira en 1622, constituye, en sus dos versiones corográfica y
narrativa, una importantísima fuente de información de carácter
defensivo que ha sido poco estudiada en referencia a Galicia.
Aquí, pues, se tratará de analizar su opinión sobre el estado
de las defensas costeras que tenía el viejo reino gallego en
un tiempo en el que fueron frecuentes los ataques de piratas
berberiscos y que también tuvo una gran actividad militar en las
aguas noratlánticas tras el fin de la Tregua de los Doce Años.

Palabras clave: Pedro Texeira, Galicia, siglo XVII, defensas


costeras, guerra naval

Abstract:
The Descripción de España y de las costas y puertos de sus reynos,
which was commissioned by Philip IV from the Portuguese
geographer Pedro Texeira in 1622, constitutes, in its two
chorographic and narrative versions, a very important source of
information of a defensive nature that has been little studied in
reference to Galicia. Here, then, we will try to analyze his opinion
on the state of the coastal defenses that the old Galician kingdom
had at a time when attacks by Barbary pirates were frequent and
when it also had great military activity in North Atlantic waters
after the end of the Twelve Years Truce.

Key Words: Pedro Texeira, Galicia, 17th century, coastal


defences, naval warfare
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«Tiene de costa el reyno de Galizia siento y trenta leguas y en ellas
catorze rías con los mejores puertos que ay en toda la costa de Es-
paña… Y por seren tales y tan seguros de los tienpos y tromentas
dan ocasión a seren siempre ocupados más de los piratas que por los
naturales, por lo qual están sus poblaciones arresgadas a seren dellos
oprimidas, favoresiéndoles al inimigo la poca prevención que tienen
para su defença que, demás de seren todos lugares abiertos por la
mayor parte, son pocos los que tienen artillería, ny municiones, ny
otras armas necesarias para su defença.»
Pedro Texeira, Descripción…, 1634

La Descripción de España y de las costas y puertos de sus reynos, llamada


también con gran frecuencia el «Atlas del rey planeta», que culminó el
cosmógrafo portugués Pedro Texeira en 1634 (fig. 1), es sin duda, para los
investigadores que estudiamos el período, una fuente inagotable de infor-
mación al añadir, a unas imágenes corográficas de extraordinario valor,
una narración manuscrita complementaria que aporta también muchos
datos enormemente valiosos. Unas y otra fueron dadas a conocer en 2002
por Felipe Pereda y Fernando Marías al sacarlas a la luz tras varios siglos
de oscura existencia en la Biblioteca Nacional de Viena1, y desde entonces
no han parado de suscitar sus contenidos tantas investigaciones como rei-
nos, señoríos y territorios abarca toda la obra, que incluye desde la «pro-
vincia» de Guipúzcoa, el «señorío» de Vizcaya, las Cuatro Villas –Canta-
bria-, el «principado» de Asturias y los reinos de Galicia y Portugal, hasta
los reinos de Andalucía, Granada, Murcia, Valencia y el «principado» de
Cataluña.

Yo mismo tuve la oportunidad de incorporar las imágenes y los datos de


Pedro Texeira referidos a Galicia cuando dirigí un proyecto colectivo que
llegó a recopilar más de 200 planos históricos de la Galicia moderna y
referidos, en concreto, a los siglos XVI y XVII2. Pude entonces comprobar
que el viejo reino gallego no sólo ocupaba un lugar muy destacado en el
ya famoso Atlas del portugués, sino que este era de gran ayuda para ana-
lizar muchos aspectos de su geografía: la conformación del territorio, su
orografía, los ríos y su vegetación, su complejo recorrido costero o, senci-
llamente, sus muy numerosas representaciones urbanas pues era la primera
vez que villas y aldeas gallegas se configuraban ante nuestros ojos, no con
simples convencionalismos, sino con un cierto grado de naturalismo que
resultaba más o menos convincente. Con todo, aunque el conocimiento
geográfico fue una parte fundamental de la obra de Texeira, es indudable

1 Felipe Pereda y Fernando Marías (eds.). El atlas del rey planeta. La Descripción de España y de las costas
y puertos de sus reinos de Pedro Texeira (1634). Hondarribia, Editorial Nerea, 2002.
2 Alfredo Vigo Trasancos (dir). Planos y dibujos de arquitectura y urbanismo. Galicia en los siglos XVI y XVII.
Santiago, Consello Galego de Colexios de Aparelladores e Arquitectos Técnicos, 2003.
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que también fue realizado con un interés claramente militar –él mismo,
además de geógrafo, había tenido una carrera castrense destacada, pues
había participado en varias campañas guerreras-, ya que, dada la época,
interesaba al cosmógrafo lusitano dar cuenta del estado defensivo en que
se encontraban las costas peninsulares en previsión de un ataque del exte-
rior, pero especialmente norteño y por vía marítima como tantos otros que
habían acosado nuestros puertos desde el reinado de Felipe II y que habían
sido enormemente destructivos: Cádiz, Vigo y A Coruña, se encontraban
entre ellos.

Fig. 1.
Descripción de
España…, Pedro Texeira,
1634. Österreichische
Nationalbibliothek.
Codex Miniatus 46.

En esta vocación militar del Atlas ahonda el saber, como ha señalado Pe-
reda, que fue encargado por el rey Felipe IV en 1622, coincidiendo con
su reciente subida al trono –1621–, en un momento en que también toma
el poder el conde-duque de Olivares y un año después de que expirara la
Tregua de los Doce Años –1621– que había puesto fin al pequeño intervalo
de paz con los Países Bajos3. Se había iniciado un nuevo período de hos-
tilidad con Holanda. Sólo tres años más tarde, en 1625, entra también en
guerra Inglaterra que inicia su periplo bélico ese mismo año con el ataque

3 Felipe Pereda. «Un atlas de costas y ciudades iluminado para Felipe IV: La “Descripción de España y de
las costas y puertos de sus reynos”, de Pedro Texeira», en El atlas del rey planeta. Op. cit., p. 29-30.
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infructuoso a Cádiz que tan bien habría de pintar con mano maestra el
gran pintor Zurbarán. Por último, debe señalarse que, en 1635, Francia,
otra potencia norteña, declara la guerra a España, con lo que durante un
período de tiempo de casi dos décadas tres potencias marítimas pondrán
en jaque las costas, puertos y armadas españolas, antes de que una flota
holandesa al mando del almirante Martín Harpertz Tromp pusiese fin al
poderío naval español en la famosa batalla de las Dunas que tuvo lugar en
el Canal de la Mancha el 20 de octubre de 1639.

No sólo esto ayuda a entender el interés militar de la obra de Texeira.


También se puede entrever en la manera en cómo afronta el portugués la
ejecución representativa del Atlas abordando las costas en una visión cap-
tada siempre desde el mar y desde un punto de vista elevado, a vuelo alto
de pájaro, que permite penetrar de manera profunda en nuestros puertos
abarcando de esta manera una amplia panorámica. Esta forma de repre-
sentar las costas vistas desde el mar era la manera habitual de hacerlo, por
lo general, en la mayoría de las cartas náuticas que conocemos pues tenían
la finalidad de presentar el territorio costero con una visión que fuese fácil
de interpretar para los navegantes de la época que se acercaban a las cos-
tas tanto si eran meros comerciantes como potenciales enemigos. Y en eso
resulta esclarecedor que el mapa general de Galicia que introduce el por-
tugués (fig. 2) y abre la representación costera del reino gallego sea, en su
orientación, por completo diferente e inverso al que realizó fray Fernando
Ojea y que salió publicado por primera vez, en 1603, en el Theatrum Orbis
Terrarum de Abraham Ortelius (fig. 3). Sin duda, el de Texeira tiene más
que ver con las cartas náuticas referidas a Galicia que se habían publicado
a través de la imprenta en ciudades como Leiden, Amberes o Ámsterdam4,
muchas de ellas, por cierto, vinculadas a los Países Bajos enemigos, como
con otras manuscritas que han llegado a nosotros, en cambio, desde el
mundo inglés –también rival de España– y que parecen, en efecto, que
fueron realizadas con claras intenciones militares; al menos eso es lo que
parece estar detrás de un plano del Golfo Ártabro que se guarda hoy en la
British Library de Londres y que se ha puesto en relación con el ataque a A
Coruña de Francis Drake en 15895 y del que, del mismo ámbito, pudo ser
hecho con ocasión del bloqueo a la ría de Ferrol por parte de la flota del
conde de Essex y Charles Howard en 1596 o 1597 y que hoy se guarda en
la United States Library of Congress de Washington.

4 Gonzalo Méndez Martínez. «Galicia na cartografía dos séculos XVI ó XIX», en Cartografía de Galicia
[séculos XVI ó XIX]. Colección Puertas Mosquera. Santiago, Universidad de Santiago de Compostela,
2005, p. 11-24.
5 Jesús Ángel Sánchez García. «Mapa de A Coruña y sus alrededores», en Planos y dibujos de arquitectura
y urbanismo. Op. cit., p. 74-76.
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Fig. 2. Descripción del Reyno Fig. 3. Descripción del Reyno de Galizia,


de Galizia. Pedro Texeira, 1634. Fernando Ojea. 1603. Theatrum Orbis
Österreichische Nationalbibliothek. Terrarum.
Codex Miniatus 46, fol. 29 r.

En todo caso, para el conocimiento directo del territorio gallego tuvo Texeira
que recórrelo tanto por tierra como por mar para ver cómo estaba todo él
configurado y en los meses finales de 1622, momento en el que consta su
presencia en Galicia6 y al que hay que atribuir la gran mayoría de los datos
que refiere en su relato coincidiendo con el mandato del gobernador Rodrigo
Pacheco Osorio, III marqués de Cerralbo (1615-1624). Indica del Reino que
estaba formado por «catorze rías» y específica además que contaban todas
ellas «con los mejores puertos que ay en toda la costa de España», siendo
además muy «seguros de los tienpos y tromentas». No se cansa el portugués
de poner en valor sus cualidades naturales, su amplitud y capacidad para
acoger numerosas armadas, y en las imágenes acuareladas que acompañan la
Descripción, insiste en recrear, en toda su belleza plástica, toda la compleja
conformación de las rías, al estar llena su costa de recodos, ensenadas y sur-
gideros que los hacían muy seguros para navegantes, mientras que, aquellas
zonas que estaban más inmediatas al mar abierto, solían estar defendidas, en
cambio, por un litoral más rocoso o escarpado (fig. 4). Apenas señala en las
villas marítimas infraestructuras portuarias destacables –muelles, espigones,
faros y demás instalaciones que pudiesen defender las embarcaciones de las
embestidas del mar– porque sencillamente los puertos gallegos no las tenían
o eran en sí irrelevantes, a diferencia de otros puertos peninsulares del Cantá-
brico o del Mediterráneo que estaban mucho mejor protegidos con obras de
ingeniería hidráulica, como eran los casos de San Sebastián, Motrico, Santan-
der o Gijón o, ya en la España del sur, de Málaga, Cartagena o Tarragona. Re-
afirma, pues, las ventajas naturales de los puertos gallegos, pero no sin indicar
después que todo esto apenas podían aprovecharlo sus habitantes porque las
villas y demás núcleos de población costeros eran, en su gran mayoría, «luga-
res abiertos», sin «artillería, ny municiones, ny otras armas necesarias para su
defença», por lo que estaban «siempre ocupados más de los piratas… por lo
qual están sus poblaciones arresgadas a seren dellos oprimidas»7.

6 Pereda. Op. cit. p. 45.


7 Pereda y Marías (eds.). Op. cit. p. 324.
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Fig. 4. Ría de Pontevedra, Descripción…, Pedro


Texeira, 1634. Österreichische Nationalbibliothek.
Codex Miniatus 46, fol. 37 r.
025
De hecho, el portugués, a cada oportunidad que tiene de dramatizar su re-
lato, busca destacar que los puertos gallegos eran fácil presa de las razzias
de piratas berberiscos que, por lo general, él denomina indistintamente
«turcos», «moros» o «argelinos» y que habían causado muchos destro-
zos y terror en las poblaciones y aldeas de nuestras rías8. Comenta así
que los «turcos», en 1617, habían desembarcado en la villa de Malpica
«saqueando y quemando el lugar, corriendo la tierra, donde cautivaron
muncha gente y tomaron muncho ganado sin que nadie se lo estorvara»9,
después de haber provocado en la misma incursión la quema y destruc-
ción de la villa marinera de Cangas situada justo en frente de la villa de
Vigo. Señala igualmente que, en el mismo año de su estancia en Galicia, en
1622, Camariñas también había sufrido los ataques de los «moros» que
se «avían llevado a Argel el cura y otras personas que estaban en una caça
algo apartada del lugar» con la finalidad de pedir por ellos un importante
rescate10. De la villa de Fisterra dice que fue también «saqueada y quemada
casi toda de los moros» –en 1619– que se «llevaron a Argel muncha gente
cautiva, abraçando la yglezia y quemando las imágenes», si bien también
refiere cómo éstos se contuvieron al ver la imagen del Crucificado que pre-
sidía un altar que no se atrevieron a quemar «del espanto y turbación que
sintieron quando intentaron poner las manos sacríligas en aquella santa
imagen»11. Recuérdese que el Santo Cristo de Fisterra, como el de Burgos o
el de Ourense, tenía fama de ser imagen cierta de Jesús, obra autógrafa de
Nicodemo y, por ende, una obra muy sagrada con gran fama de milagrera.

No acaban aquí las alusiones de Texeira a otros pasajes memorables, pues


le prestó mucha atención al ataque de los moros a la villa de Portonovo,
en la ría de Pontevedra, en el año 1601. Dice el lusitano que, en ese año,
aparecieron por la boca de la ría «quince navíos moros. Y acometiendo
echar gente en tierra acudió la del lugar, dando avizo a la villa de Ponteve-
dra…. Y socorriéndola con más de dos mil onbres, que luego vinieron mar-
chando, se presentaron en la plaia a querer recibir al enemigo… Y como
vieron [los moros] muncha gente que a su defença avía acodido» tomaron
el acuerdo de volver al mar perdiéndose de vista. Cuenta Texeira que, ante
esta situación, pensando que había pasado el peligro, los de Pontevedra
se volvieron a sus casas y Portonovo quedó tranquilo sin saber que los
piratas argelinos se habían ocultado durante la noche tras la isla de Ons y
que volvieron a la mañana siguiente cogiendo al pueblo tan por sorpresa
«que apenas pudieron poner en salvo sus personas. Cautivando muchas

8 José Martínez Crespo. «Después de Lepanto: corsarios turcos y berberiscos en las costas de Galicia en
el siglo XVII», Cuadernos de Estudios Gallegos, LXIV (2017), n. 130, p. 229-312.
9 Ibidem, p. 328.
10 Ibid., p. 329.
11 Ibid., p. 329.
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mujeres, niños y onbres» y, «saqueando la villa se estuvieron como si fuera
en Argel dos días enteros en tierra sin que naide se atrevera a ofenderles»12.

Ocultarse o simplemente fondear los piratas y corsarios extranjeros en las


islas inmediatas a la costa o en aquellas rías que no tenían ninguna defensa
que pudiera resultar letal, es otro de los aspectos en los que también incide
Texeira; como cuando comenta cómo los piratas argelinos se ancoraron
en la isla Tambo, en el fondo de la ría de Pontevedra, «tan seguros…[dice],
como si fuera en uno de sus puertos de África». Lo propio indica de corsa-
rios holandeses que fondearon en la ría de Ares y «saltan en tierra y azen
agua y leña como se les antoxa y como se ystuvieran en Olanda». Obvia-
mente en las islas Cíes que eran tres, de montañosa orografía, a las puertas
de la ría de Baiona y Vigo y con manantiales de agua, cabe sospechar que
también sirvieran de refugio a sinfín de piratas que, con mucha frecuencia,
estaban al acecho tras sus escarpadas lomas para tratar de capturar todas
las presas que estuvieran a su alcance. Con razón dice Texeira que eran en
realidad una «cueva de ladrones»13. En fin, que el portugués en su minucio-
so informe no deja en ningún momento de señalar que Galicia, en general,
pese a la gran calidad de sus puertos, estaba en su mayor parte indefensa,
no ya de una importante armada enemiga, sino de todo tipo de filibusteros
que ponían en jaque al país y a sus atribuladas gentes.

Como es lógico, dado su carácter eminentemente militar, nuestro geógra-


fo puso especial interés en señalar todos los aspectos que tenían que ver,
esta vez, con las villas costeras y con aquellas fortificaciones que protegían
asimismo el litoral. En general se explaya en indicar en que apenas había
defensas modernas que reseñar, muy poca artillería que fuese en realidad
efectiva y, mucho menos, baterías costeras o recintos defensivos abaluar-
tados que pudiesen disuadir de un ataque a los enemigos. Más bien insiste
en recordar que la mayor parte de las villas, cuando estaban protegidas, lo
estaban por viejas murallas de elevadas torres, con puertas y alguna forta-
leza cercana, todas muy antiguas y de época medieval, que estaban ya ob-
soletas para el tiempo y muchas veces, además, cercando villas que estaban
también muy al fondo de las rías, de tal manera que tenían cada vez más
difícil su acceso al mar (fig. 5). Ese era el caso de Viveiro, Ortigueira –que,
no obstante, representa en la acuarela sin muros, aunque los menciona en
la narración14– de Cedeira, Pontedeume, Betanzos, Noia o Pontevedra que
casi parecían villas fluviales, razón por la cual, en la captura al menos de

12 Ibid., p. 331-332.
13 Ibid., p. 332.
14 Estaba, en efecto, amurallada y tenía además muy cerca una fortaleza. Vid. Federico Maciñeira Pardo.
Crónicas de Ortigueira. La Coruña, La Voz de Galicia, 1892, p. 65 y 70. También Xoán Carlos Breixo
Rodríguez. «A Alta Edad Media», en Historia de Ortigueira. Emilio Ramil González [et al.], Perillo, Vía
Láctea, 1999, p. 137 y 140.
027
pescado, fueron en gran parte bloqueadas por otras villas más modestas
que estaban más cerca de las bocanas portuarias; entre ellas las de Celeiro,
Espasante, Redes, Sada o Portonovo.

Fig. 5.
Villa de Cedeira.
Descripción…,
Pedro Texeira, 1634.
Österreichische
Nationalbibliothek.
Codex Miniatus 46,
fol. 31 v.

Fig. 6.
Villa de Vigo.
Descripción…,
Pedro Texeira, 1634.
Österreichische
Nationalbibliothek.
Codex Miniatus 46,
fol. 37 v.

Lo que más abundaba y describe Texeira son las villas «abiertas» y sin
ninguna defensa que las hacía fácil presa de piratas y enemigos, como era
el caso de Ares, Laxe, Cee, A Pobra do Caramiñal, Vilanova de Arousa,
Portonovo, Cangas o la misma Vigo que, a pesar de su privilegiada posi-
ción en el centro de su ría, vivía en completa indefensión, razón por la cual
había sido amenazada por buques ingleses al mando de Sir Francis Drake
en 1585 y, cuatro años después, saqueada y destruida por el mismo corsa-
rio que dejó en el lugar un dramático recuerdo15 (fig. 6).

15 María del Carmen González Muñoz. «Vigo y su comarca en los siglos XVI y XVII», en Vigo en su historia.
Vigo, Caja de Ahorros Municipal de Vigo, 1980. p. 161 y 162.
028
Entre las villas costeras que menciona Texeira con alguna defensa de in-
terés señala, entre otras, la villa de Ribadeo que, acaso por su condición
de puerta del Reino de Galicia al Cantábrico, además de sus muros me-
dievales antiguos –que no representa curiosamente en la acuarela16-, tenía
«un castillo con un terrapleno por la parte que mira al puerto con seis
pieças de artillería bien acomodadas para su defença»17. No precisa más,
aunque es posible que se trate del «fuertecillo» que, años más tarde, situa-
do en la zona de la Atalaya, menciona en un informe del 28 de diciembre
de 1625, el duque de Ciudad Real, capitán general del Reino de Galicia
(1624-1626) y que describe que estaba tras la «antigua fortaleza», en una
eminencia costera «hacia la parte…de la mar» y «con seis piezas de arti-
llería»; también indica el capitán general que había reforzado las defensas
ribadenses en 1624, cuando ante el aviso inminente de que navíos holande-
ses venía sobre la villa, había mandado hacer, a la entrada del puerto, otro
fuerte, esta vez provisional, «de terrón y fagina» en el que había dispuesto
«cuatro piezas de hierro calado»18.

Asimismo, de Viveiro, dice Texeira que tenía el «puerto terraplenado, con


algunas pieças de hierro calado» pero «muy antiguas y de poco provecho».
De Camariñas dice que era lugar «de buena población, abierto» y que para
su defensa «tenía dos pieças de artillería de hierro, muy mal encabalgadas,
en un terraplén de tierra y faxina»; es decir, una batería de poco coste que
debía ser parecida a la que menciona en Corcubión que, dice, disponía de
«un terraplén con quatro pieças de artillería de hierro»19 (fig. 7). Se ve, pues,
que, cuando urgía alguna situación especial, las obras terreras trataban de
salvar la situación con menor costo como las que había realizado, en 1625,
el duque de Ciudad Real en Fisterra y en Muxía; de ahí que llame la aten-
ción que Texeira describa con más empeño la plataforma que defendía la
villa de Muros, y que estaba muy cerca de la punta de Rebordiño, pues era
de piedra, con dos frentes hacia la ría y puerto, con una almacén de pólvo-
ra, un cuartelillo y una cocina y con tres piezas de artillería de hierro que
podían ampliarse a doce en caso de necesidad, indicando además el portu-
gués que había sido fabricada «a costa de los mismos bezinos» (fig. 8). Por
último, menciona, casi como una anécdota, pero como una obra sin duda
eficaz, el terraplén «con dos pieças de artillería de hierro» que tenía el muro
que caía al mar frente al monasterio de bernardos de Oia, «con que se an
defendido de los enemigos piratas munchas benzes asiéndoles retirar, ami-
nistrando –dice Texeira– el manejo de la artillería los mismos monjes»20.

16 La Villa de Ribadeo estaba ciertamente amurallada y también disponía de una fortaleza. Vid. Francisco
Lanza Álvarez. Ribadeo antiguo. Sada, Ediciós do Castro, 1991, p. 102 y 135.
17 Pereda y Marías. Op. cit., p. 325.
18 José Ramón Soraluce Blond. Castillos y fortificaciones de Galicia. La arquitectura militar de los siglos XVI-
XVIII. La Coruña, Fundación Barrié, 1985, p. 112.
19 Pereda y Marías. Op. cit., p. 326, 329 y 330.
20 Ibidem, p. 330 y 333.
029

Fig. 7. Batería de Corcubión, Descripción…, Fig. 8. Fuerte de Muros, Descripción…,


Pedro Texeira, 1634, Österreichische Pedro Texeira, 1634. Österreichische
Nationalbibliothek. Codex Miniatus 46, Nationalbibliothek. Codex Miniatus 46,
fol. 34 v. fol. 36 r.

En realidad, los únicos puntos que estaban en el Reino razonablemente


protegidos eran, como indica claramente el portugués, la villa realenga de
Baiona, el puerto más que la villa de Ferrol y, obviamente, la ciudad de A
Coruña en base a su condición de capital administrativa y militar de Gali-
cia y porque, además, desde 1563, había sido distinguida por el rey Felipe
II como «Guarda y fuerza de este Reyno».

Baiona, de hecho, era la plaza fuerte más importante del sur de Galicia,
pues su carácter de península rocosa adentrada en el mar llamada Monte-
rreal se completaba con un perímetro amurallado medieval formado por
largos muros almenados, varias puertas, picos, una fortaleza en su ángulo
suroeste y con numerosas torres cuadrangulares, todas dominadas, en la
zona más norteña que miraba al mar, por la Torre del Príncipe que actuaba
de atalaya. Texeira indica que era villa «murada toda con muy fuertes mu-
ros y por la parte que mira a la mar y su puerto con muy buenos baluartes,
guarneçidos de grueça artillería» que, dice, «es la fortificación moderna
que mandó azer el católico rey don Felipe Segundo». Completa su des-
cripción defensiva señalando que también estaba cercada por «la mar por
casi todos los lados, con que queda [la villa] en maior defença»21 (fig. 9).
Y en efecto, es certera su descripción, pues a partir de la orden real que
mandó al ingeniero italiano Giorgio Paleari Fratino que pasase a la villa a
conocer sus defensas y para plantear un plan de fortificación que la mejo-
rase en 1579, se habían llevado a cabo, en su perímetro medieval, algunas
reformas que fueron, ciertamente, de gran utilidad; entre ellas cinco pla-
taformas dispuestas en los ángulos que miraban al mar y al arenal que se
disponía al este de la plaza fuerte, todas accesibles a través de sus rampas
correspondientes y preparadas también para instalar moderna artillería. A
su vez, el plan había llevado a la construcción de un baluarte ante la for-

21 Ibid., p. 333.
030
taleza que miraba a tierra firme y otro, a manera de reducto redondeado
con terraplén ante la Puerta del Sol, con foso y trinchera, que se orientaba
hacia el istmo y el arenal inmediato. Sabemos por lo demás que todo esto,
sólo en parte respondía al plan del ingeniero Fratino, pues el maestro de
campo Pedro Bermúdez, que se había encargado de su construcción, se ha-
bía desviado del proyecto original22. En todo caso, estaba todo acabado el
21 de agosto de 1587 (fig. 10). Hizo frente, pues, casi ultimado, al ataque
de la armada inglesa de Francis Drake en 1585 sin permitir que este lograse
tomar la plaza. Con posterioridad sabemos también que se hicieron algu-
nas mejoras en 1596 cuando la villa tuvo que acoger la gran escuadra del
adelantado Martín de Padilla compuesta de 98 navíos y 17.000 soldados y
marineros que quiso, con el permiso real, liberar Irlanda de las garras del
inglés. Como es sabido fracasó con estrépito tal empresa marinera, toda
vez que la flota fue desbaratada por un temporal a la altura de los cabos de
Fisterra y Touriñán23, hecho este que, por cierto, también nos recuerda el
geógrafo portugués con este comentario: «En él [cabo de Touriñán] se per-
dió la maior parte de la armada que el católico rey Felipe Segundo enbiava
a Ynglaterra y muéstranlo las munchas pieças de artillería que de baxamar
se descubren junto a él»24.

Fig. 9.
Villa de Baiona,
Descripción…,
Pedro Texeira, 1634.
Österreichische
Nationalbibliothek.
Codex Miniatus 46,
fol. 38 r.

22 Soraluce. Op. cit., p. 160-161 y Jorge Gómez Iparraguirre. «Planta del recinto fortificado de la villa [de
Baiona] con proyecto de baluarte en la Puerta del Sol» y «Planta del recinto amurallado de la villa [de
Baiona] con proyecto para su abaluartamiento», en Planos y dibujos de arquitectura y urbanismo. Op. cit.,
p. 12-16.
23 Frías Balsa, José Vicente de. «Martín de Padilla y Manrique de Lara», en https://dbe.rah.es/
biografias/7730/martin-de-padilla-y-manrique-de-lara (acceso 04-11-2022).
24 Pereda y Marías. Op. cit., p. 329.
031
Fig. 10.
Estado de la plaza de
Monterreal en Baiona,
ca. 1595. Archivo
General de Simancas,
MPD, 016-052.

Por lo que respecta a la villa y puerto de Ferrol, que Texeira considera casi
inmejorable, famoso y «tan conocido por su grandeza y seguridad como
por las múltiples armadas que en él an ynbernado» (fig. 11), comenta de
la villa que era «abierta, sin muralla ny defença»25, lo que entra en con-
tradicción con otra noticia que poseemos de 1621, esta vez extraída de un
inventario mandado hacer por el alcalde mayor de los estados del conde
de Lemos, Pedro Labora de Andrade, en el que se indica que la villa poseía
dos cañones de bronce, cinco «camazas», un pedrero de hierro, dos carga-
deras de cobre, un frasco de cuerno y un «botafogo»26. Seguramente será
una imprecisión del cosmógrafo portugués que, lógicamente, cometió en su
Descripción algún error, ya que pocos años después, en el informe ya men-
cionado de 1625 redactado por el duque de Ciudad Real, se vuelve a insistir
en que estaba razonablemente defendido para una emergencia con «pólvo-
ra y municiones… y dos piezas de artillería encabalgadas en un reducto»,
que señoreaba la mayor parte del puerto27, seguramente en previsión de un
posible ataque anglo-holandés dada la fecha crítica en la que nos movemos.

Sea como fuere, la defensa de la villa y el puerto ferrolano estaba garantiza-


da con los tres castillos que se habían construido el siglo anterior, en el rei-
nado de Felipe II, a ambos lados del canal de acceso al interior de la ría que,
ante su llamativa estrechez, resultaban altamente disuasorios. Los represen-

25 Ibidem, p. 327.
26 Alfredo Vigo Trasancos. «En pie de guerra: imágenes estratégicas de los puertos de A Coruña y Ferrol
ante la amenaza de un ataque naval (1621-1639)», Quintana (2015), n.14, p. 40-41.
27 Soraluce. Op. cit., p. 124.
032
ta pictóricamente el portugués formando los tres una especie de triángulo en
su acuarela del puerto, diciendo en la narración que estaba «uno de la parte
del levante, que llaman San Felipe, y los otros dos de la de poniente, llamán-
dose el que queda en la punta de la entrada del canal deste puerto Nuestra
Señora de la Palma y el otro, más adentro en el dicho canal… Santa María
de Padilla»28. En realidad, Texeira se confunde a la hora de situar los dos
últimos que están dispuestos justamente al revés y también en el nombre del
segundo que se llamaba en realidad, no de Santa María, sino de San Martín
de Padilla; pero no yerra en la acuarela al representarlos con una cierta soli-
dez, si bien, más que auténticos castillos, eran en realidad pequeñas baterías
de costa lo suficientemente sólidas y cargadas de artillería como para frenar
cualquier peligro de incursión. Lo hicieron, de hecho, cuando la armada
inglesa de Essex y Howard, en dos ocasiones, intentó atacar el puerto de
Ferrol en 1596 y 1597 y, ya en el nuevo siglo, en 1639, cuando los castillos
ayudaron a frenar el desembarco franco-holandés en la ría durante el ataque
simultáneo a A Coruña y Ferrol de la escuadra del arzobispo de Burdeos,
Henri d´Escoubleau de Sourdis, que fracasó en el intento29.

Poco resta en la actualidad de los tres castillos quinientistas30. Del más


antiguo, llamado de San Felipe en honor a Felipe II y que había sido cons-
truido en 1589, al parecer sobre trazas del alférez Pedro Rodríguez Ruiz y
durante el mandato de Juan Pacheco, II marqués de Cerralbo (1587-1592),
apenas un muro de sillería de cierta altura con sus merlones que queda in-
tegrado en el castillo dieciochesco actual y que responde a una parte de lo
que fue el proyecto primitivo: una batería a merlones con un flanco recto
mirando al canal, otro curvo hacia el interior de la ría de buena sillería y
todo cerrado por parte de tierra con un simple muro de materiales de baja
calidad en donde se apoyaban los cuarteles y la cocina para los defenso-
res que se abrían, por lo demás, alrededor de una muy reducida plaza de
armas de forma irregular (fig. 12). Debió de ser, en proyecto, una obra
mucho más pretenciosa pues se conserva un diseño que nada tiene que ver
con lo construido. Con todo, pese a su discreta arquitectura, sus buenos
materiales constructivos y su excelente posición en un promontorio sa-
liente que dominaba a la vez ría y canal hizo que sus fuegos tuvieran una
gran eficacia, a pesar de que ambas cortinas quedaban, quizá, demasiado
retiradas de las rocas que orillaban el mar.

28 Pereda y Marías. Op. cit., p. 327.


29 Juan Antonio Granados Loureda. «Ferrol na Idade Moderna», en Historia de Ferrol. Emilio Ramil González
[et al.], Perillo, Vía Láctea, 1998, p. 151, 153 y 174.
30 Vid. Alfredo Vigo Trasancos. Arquitectura y urbanismo en el Ferrol del siglo XVIII. Santiago, Colegio Oficial
de Arquitectos de Galicia, 1984, p. 35-37 y 45.
Juan Rodríguez-Villasante. Historia y tipología arquitectónica de las defensas de Galicia. Sada, Ediciós do
Castro, 1984. Del mismo autor «Arte e tecnoloxía na construcción de Ferrol», en Historia de Ferrol. Op.
cit. p. 242-245 y Alfredo Vigo Trasancos e Irene Mera Álvarez. Ferrol y las Defensas del Puerto de Guerra
del rey. La Edad Moderna 1500-1800. Ferrol, Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao, 2008, p. 34-49.
033

Fig. 11. Ría y puerto de Ferrol, Descripción…, Pedro


Texeira, 1634. Österreichische Nationalbibliothek.
Codex Miniatus 46, fol. 32 r.
034

Fig. 12. Batería a merlones del castillo quinientista


de San Felipe integrada en el castillo actual.
Foto Alfredo Vigo.

Por el contrario, los otros dos castillos, que estaban el otro lado del canal,
enfrentados a San Felipe, formando un triángulo de fuego y que se llama-
ban, como hemos dicho, de Nuestra Señora de la Palma –en razón de una
imagen de la Virgen que presidía la capilla, aunque en principio se deno-
minó de San Luís, en recuerdo del entonces capitán general Luís Carrillo
de Toledo, conde de Caracena (1596-1606 )– y de San Martín de Padilla,
por el adelantado Martín de Padilla que había fondeado con varias arma-
das en la ría de Ferrol en momentos distintos de los años 1596 y 1597 y
que había sido el artífice de su construcción por esos años, tenían ya una
configuración más moderna y complicada pese a que fueron, al parecer,
construidos de manera apresurada y con una calidad de materiales más
deficiente sobre planos que se atribuyen a Pedro Rodríguez Muñiz, el mis-
mo artífice de San Felipe.

Nada se conserva en la actualidad de ninguno de los dos, pues fue desmon-


tado por completo el de San Martín, que se encuentra en una posición más
centrada en el canal, y enteramente remodelado en el siglo XIX el de la
Palma que se sitúa en una mejor posición mirando al interior de la ría, al
canal y enfrentado a San Felipe. Sin embargo, gracias a la rica planimetría
que hemos conservado del siglo XVIII, podemos afirmar que los dos eran
también sendas baterías de costa, aunque esta vez mejor posicionadas a la
orilla del mar y con un moderno planteamiento colateral que las hacía más
eficaces; en parte por tener su artillería apuntando al canal y, sus espaldas,
también defendidas con un frente de tierra que estaba guarnecido de mu-
ros con aspilleras y pequeños baluartillos, pero sin foso.

El de San Martín era, así, una estructura irregular y alargada que corría
paralela a la costa, con batería baja hacia el mar de perfil quebrado y con
espalda amurallada que mira hacia tierra y se cubría con tramos de cortina
035
no demasiado extensos, entre los que se intercalan tres sobresalientes ba-
luartes, generando así una línea de cierre que discurre con una ligera cur-
vatura. Es una combinación de dos frentes de mar y tierra. En origen debió
de ser considerado el principal de la defensa por su posición y diseño, toda
vez que allí residía el gobernador de los tres fuertes albergando también los
alojamientos para la tropa, almacenes y depósito de pólvora. Se recurrió,
no obstante, a materiales de mala calidad, lo que explica que, décadas des-
pués de ser concluido, en el informe del duque de Ciudad Real ya señalado
de 1625, diga de él «su muralla es buena y el alojamiento está mal parado
y será necesario hacerlo de nuevo, no tiene artillero, ni munición alguna».

Fig. 13. Los tres castillos de la entrada de la ría


de Ferrol: San Felipe, Ntra. Sra. de la Palma y San
Martín. Vincenzo Coronelli, ca. 1691-1700. Colección
Guillermo Escrigas.

El de la Palma, en cambio, era de forma más compleja y adaptado a un


lugar con más dificultades, que explican que se conformase con una ba-
tería baja a merlones en forma de polígono pentagonal desigual y muy
quebrado en el que encaja, por la parte de tierra, un frente con muros as-
pillerados y un baluarte central que se acompaña con otros dos mediados
en los extremos. Por lo tanto, vuelven a conjugarse los dos frentes de mar
y tierra, alrededor de una plaza de armas en torno a la cual se establecieron
unas cuantas dependencias para alojar la tropa y para depósito de armas y
otros pertrechos, además de una capilla que estaba inconclusa en 1607 en
036
opinión de Jerónimo del Hoyo31. Según Rodríguez-Villasante, el plan del
castillo se basa en un proyecto teórico del ingeniero Cristóbal de Rojas: un
cuadrilátero irregular con doble frente abaluartado hacia tierra y batería
en ángulo saliente mirando al mar. En todo caso, estaba en mal estado en
1625 según indica el duque de Ciudad Real: «hallé que tiene diez y ocho
piezas de cuchara de hierro, que estaban desencavalgadas y sin artillero y
la muralla muy mal parada y el castillo sin ninguna defensa y los aloja-
mientos arruinados y sin municiones, y la capilla sin frontal dosel ni cáliz
y cuando se ha de decir misa se trae de fuera»32 (fig. 13).

Finalmente, A Coruña era, según Texeira «el más principal lugar de toda
esta costa deste reyno de Galizia… así por su gran población como por
ser lugar fuerte» al residir en ella «el gobernador de este reyno y capitán
general de la gente de guerra de él, y su audiencia». Quizá por ello, junto
a Baiona, era el núcleo mejor defendido y fortificado, pese a ser, en su gran
mayoría, una extraña amalgama de un recinto medieval que había sido
renovado con algunas fortificaciones modernas y dos castillos insulares
(fig. 14). Todo se habían realizado a partir de 1588 y, más aún, después de
1589 tras haber sufrido la ciudad el cruento ataque de la armada de Drake
que casi había conseguido conquistarla tras destruir por completo el arra-
bal de la Pescadería, su barrio más extenso y de mayor población. De la
«Ciudad», es decir del núcleo original primitivo del casco urbano, dice que
estaba en la parte del mediodía de una península junto al mar, «fortificada
por esta parte y por la del levante con muy costosos baluartes y cortinas,
guarneçidos de grueças pieças de artillería y, por la parte de tierra, de bue-
nas murallas con sus torres y cubos». Dice además que tenía «enfrente…
de la parte de su puerto una isla» y que en ella estaba «un castillo que lla-
man Santo Antonio, bien guarneçido de artillería», además de otro «fuer-
tezuelo» que, alejado por «espacio de una legua», estaba en «una plaia
de arena» y «que llaman de Santa Cruz»33. Nada comenta de las defensas
terrestres que había tenido el barrio de la Pescadería y que tampoco repre-
senta en la acuarela, seguramente porque entonces, a la altura de 1622 en
que consta su estancia en A Coruña, ya no existían al haberlas destruido
las autoridades militares que las vieron inseguras y aún peligrosas para la
defensa, tal como nos recuerda Jerónimo del Hoyo en 1607 que recordó
los muchos inconvenientes que habían ofrecido en el ataque de Drake34.
Fue reconstruida, sin embargo, tiempo después, entre 1624 y 1632.

31 Jerónimo del Hoyo. Memorias del arzobispado de Santiago (1607). Santiago de Compostela, Porto
editores, ca. 1950, p. 279.
32 Soraluce. Op. cit., p. 124.
33 Pereda y Marías. Op. cit., p. 328.
34 Hoyo. Op. cit., p. 221.
037

Fig. 14. A Coruña, con la Ciudad Alta, el arrabal


de la Pescadería y el castillo de San Antón.
Descripción…, Pedro Texeira, 1634. Österreichische
Nationalbibliothek. Codex Miniatus 46, fol. 32 v.
038
La llamada «Ciudad», en cambio, en el grueso de su perímetro seguía
siendo un recinto medieval antiguo con altas torres semicirculares y una
fortaleza situada justo donde hoy está el jardín de San Carlos. Había sido
reforzada tras el mandato del II marqués de Cerralbo (1587-1593), si bien
las obras tuvieron que continuarse durante los siguientes capitanes genera-
les –Martín de Ayala, Diego das Mariñas (dos mandatos), Luís Carrillo de
Toledo conde de Caracena y Luís de Luján– hasta que se concluyeron, más
o menos, en las dos primeras décadas del siglo XVII. Se inició el proyecto
nuevo con la larga muralla que, con ocho cubos y muchos picos encerró
la zona del Santo Espíritu buscando proteger todo el perímetro costero de
esta zona que estaba cerca de la isla de San Antón (fig. 15). Prosiguió su
recorrido con un nuevo y largo tramo que continuó por la línea de la costa
hacia la boca del puerto en dirección hacia el Campo de la Estrada; y desde
allí, ya reforzando el viejo muro medieval que cerraba la «Ciudad» por el
norte y el oeste, se fueron construyendo varios baluartes de corte moderno
como fueron el de San Bárbara, hacia el mar, el del Cubo Minado o de
Toledo, junto a la Puerta de Aires, y el del Mercado o de Santa Lucía muy
cerca de Puerta Real, estos dos últimos mirando ya al glacis que separaba
la Ciudad antigua del arrabal de la Pescadería. Además, las dos puertas
citadas, muy sensibles a un ataque, se protegieron con dos revellines que
enriquecieron, sin duda, su fortificación exterior. Es probable que las obras
sigan en parte algunas de las ideas propuestas por el ingeniero Tiburcio
Spanochi, enviado por Felipe II a la ciudad en octubre de 1589, pero su
ejecutor principal fue el ya varias veces mencionado alférez Pedro Rodrí-
guez Muñiz, que murió en la ciudad en 1598, por lo que cabe imaginar
que serían proseguidas por sus sucesores, uno de ellos llamado Horacio
Santoleo35.

Fig. 15. Murallas de mar de la «Ciudad


Alta» de A Coruña en la actualidad.
Foto Alfredo Vigo

35 Soraluce. Op. cit., p. 38-43 y Gómez Iparraguirre. «Planta del frente a la Pescadería de la muralla de la
Ciudad Alta [de A Coruña] con proyecto de baluarte en la Puerta Real», «Proyecto para la construcción
de un través en la Puerta Real [de A Coruña]», «Planta del frente a la Pescadería de la muralla de la
Ciudad Alta [de A Coruña] con proyecto para su abaluartamiento» y «Proyecto para la reconstrucción
del Cubo Minado [de A Coruña]», en Planos y dibujos de arquitectura y urbanismo. Op. cit., p. 98-107.
039
Las obras de fortificación se completaron, como hemos dicho, con dos
castillos insulares llamados de San Antón y Santa Cruz. El primero fue,
de hecho, la primera gran defensa moderna del puerto coruñés en la que
puso gran interés Felipe II que lo mandó comenzar en 1588, el mismo
año en que la Gran Armada recaló en el puerto y sobre planos de Pedro
Rodríguez Muñiz36. Cumplió un papel determinante, aún inconcluso, en
la defensa del ataque inglés de 1589. Se concluyó en 1598 configurando
al final un potente castillo bien planeado y basado en las buenas reglas de
fortificación de entonces: con tres estructuras integradas formadas por una
gran plataforma defendida por lienzos y seis puntas en forma estrellada
que apuntaba al centro del puerto mirando al mar, toda preparada para
artillería y que tenía en el subsuelo una cisterna; en el centro un patio de
armas trapezoidal alargado que estaba definido por fuertes muros y que
guardaba en su interior una serie de casamatas y, orientado a la ciudad,
una potente tenaza que quedaba definida por dos poderosos semi baluar-
tes. Todo, pues, bien construido, con buena sillería, a prueba de bombas y
prácticamente inexpugnable al estar construido sobre terreno rocoso bien
recortado por las aguas del mar y siguiendo los criterios de la nueva teoría
de la fortificación renacentista.

El de Santa Cruz, por el contrario, era mucho más sencillo, aunque eficaz,
al estar coordinados sus fuegos con el de San Antón. Fue construido en
1594, seguramente también sobre planos de Rodríguez Muñiz. Lo describe
muy bien Jerónimo del Hoyo en su estado tal como estaba en 1607: «está
fundado todo en un suelo firme que lo es la islilla, la qual por la parte
del mar es todo peñascos. Encima dellos está una pequeña de muralla de
piedra y dentro algunas casas donde biven los soldados que la guardan y
una ermita de Santa Cruz donde se dice misa: tiene su cofradía y demás de
la muralla de piedra que hemos dicho hay otra de tierra en este fuerte»37.

Texeira no menciona el pequeño castillo de San Amaro que defendía la


boca del puerto y servía también de atalaya. Tenemos pocos datos de él,
sólo que se había construido a finales del siglo XVI a manera de batería
que fue muy ampliada en el siglo XVII con puerta y bancada para cincuen-
ta mosqueteros.

36 Ibidem, p. 106.
37 Hoyo. Op. cit., p. 227-228.
040
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041
01 | Historia y patrimonio. Siglos XVI-XVIII

El Turco y la «llave de Italia»: estrategias


de defensa costera del reino de Sicilia en la
Edad Moderna.

Maurizio Vesco
Superintendencia de Archivos de Sicilia–Archivos Estatales de Palermo

Probablemente resulte imposible empezar cualquier planteamiento sobre


las estrategias de defensa de Sicilia sin recordar su particular carácter geo-
gráfico y, por ende, su doble identidad histórica, como si de un herma
bifronte se tratase; tanto isla como reino, un reino que coincide con una
isla: no es casualidad que, en 1680, en la carta geográfica del holandés
Frederick de Wit se pueda leer «Insula sive regnum»1.

Por lo tanto, para Sicilia, la defensa del reino solo puede significar defensa
de sus costas, y sus fronteras solo pueden ser marítimas: esa línea diviso-
ria palpitante, en perpetuo movimiento, que marca el límite terráqueo del
reino.

Es precisamente por sus características geográficas, por un lado, su con-


dición de isla y por el otro su posicionamiento tanto en el centro del Me-
diterráneo como en proximidad de la costa africana del norte, la Barbería
(justo un poco más de 300 millas náuticas separan las costas sicilianas de
las tunecinas), que se desarrollará la dramática historia que duró varios
siglos de conflictos.

En la guerra combatida por la Corona española contra el Turco, el Reino


de Sicilia y sus mares fueron trincheras de primera línea y posible tierra

1 F. De Wit, Insula sive regnum Siciliae urbibus praecipuis exornatum, Ámsterdam 1680.
042
de conquista durante de casi dos siglos, desde la mitad del siglo XV a la
mitad del siglo XVII, si bien de forma intermitente; incluso en la batalla
contra los piratas berberiscos y los corsarios. La isla era a la vez una tierra
de incursiones y un puesto de defensa.

Esto explica por qué, durante este largo período, la mayoría de sus recur-
sos económicos, materiales y humanos se destinaron a soporte de conflic-
tos bélicos sin precedentes, con el objetivo de convertir Sicilia, según la
famosa expresión, en un baluarte, en la antemuralla de Occidente y del
cristianismo contra el Imperio otomano y el islam, conscientes que repre-
sentaba «la llave de Italia»2 (así la definieron en 1571 los diputados del
Reino en los albores de la batalla de Lepanto), la cabeza de puente para la
conquista de la península y, por tanto, de Europa.

Fue una iniciativa de proporciones épicas en la que participaron tanto las


instituciones, con el gobierno virreinal a la cabeza, como las comunidades
urbanas de todas las ciudades costeras sicilianas. Un esfuerzo que habría
absorbido casi todas las energías y los recursos financieros para apoyar a
las diferentes estrategias de defensa desarrolladas, de diferentes formas, al
principio de la Edad Moderna. Consistiría en proporcionar continuamente
dinero, materia prima y mano de obra para las numerosas obras que ha-
bía: en primer lugar, pero no exclusivamente, para las fortificaciones; tam-
bién para los astilleros, con el objetivo de mantener, reformar y mejorar la
flota de las galeras reales, esenciales en la guerra naval.

Sicilia, por otro lado, en este largo y difícil proceso de modernización de


sus defensas, habría pagado un alto precio tanto por la implementación de
las estrategias de fortificación de sus virreyes como por los proyectos de
sus ingenieros militares, sobre todo al inicio de este proceso, en las prime-
ras décadas del siglo XVI. Entonces, ante un creciente endurecimiento de
la política militar de la Corte, se llegaría a reclutar a parte de la población
masculina activa (albañiles, talladores, mamposteros, peones, canteros) y
a incautar o vender forzosamente los materiales de construcción en terri-
torios cada vez más extensos de la isla para hacer frente a las dificultades
crecientes de las obras de la isla.

Un esfuerzo casi sobrehumano que habría convertido los pueblos en ex-


cepcionales máquinas bélicas de piedra, pero que en muchos casos también
habría llevado, como veremos, a la transformación de la realidad física,
geográfica y orográfica de muchos contextos ambientales, que se verían
adaptados a las exigencias de la defensa.

2 Archivio di Stato di Palermo (ASPa), Deputazione del Regno (DR), v. 201, c. 21r.
043
Creo que este complejo fenómeno histórico puede ser dividido cronológi-
camente en tres etapas diferentes, caracterizadas por diversas estrategias
y modalidades de intervención desarrolladas a lo largo del tiempo; desa-
rrolladas no en una lógica de substitución sino más bien de complemen-
tariedad y sinergia, con el objetivo de optimizar la respuesta defensiva del
Reino en caso de ataques por mar, o incluso en el caso de la tan temida
invasión turchesca, independientemente de si esta fue una amenaza real o
un espantajo orquestado por la Corte.

A pesar de un importante pero infructífero precedente entre los siglos XIV


y XV, cuando Martín el Joven puso en marcha la construcción de casi
cuarenta torres en todo el periplo de la isla y mejoró la flota real3, solo du-
rante el reinado de Fernando II el Católico comenzó la monarquía, gracias
a la intermediación político-militar de sus virreyes, una efectiva política de
inversión en las defensas sicilianas.

La primera etapa de la fortificación de Sicilia, tras el último cuarto del siglo


XV y el primero del siglo XVI, tuvo como protagonistas a Fernando II el
Católico y a un joven Carlos V, quien acababa de llegar al trono, así como
a los representantes de gobierno de ambos: los españoles Gaspar de Spes y
Juan de Lanuza y el italiano Ettore Pignatelli, respectivamente.

Fueron décadas decisivas en la revolución de la artillería y la «defensa


moderna», durante las cuales la Corona española se vio de alguna manera
obligada a elegir Sicilia como indispensable laboratorio de experimenta-
ción e innovación en el campo de la artillería militar. Así, confiaron proyec-
tos de fortificación contra venecianos, franceses y turcos a profesionales de
un circuito supranacional, como el maestre artiller catalán Baldiri Meteli4
o el ingeniero véneto Pietro Antonio Tomasello da Padova5.

Durante esta etapa, la defensa costera todavía significaba la defensa de los


bastiones urbanos de la isla: la capital Palermo y las principales ciudades
sicilianas, todas marítimas, como Mesina, Trapani, Milazzo y Siracusa.
Gobernar un reino que seguía en gran medida despoblado, sobre todo en el
interior y en la franja meridional frente a la costa de África, históricamente
conocida por estar sometida a todo tipo de incursiones y con una gran ma-

3 Maurici, Ferdinando. «Le fortificazioni costiere della Sicilia da Giustiniano a Filippo II», en Le torri nei
paesaggi costieri siciliani (secoli XIII-XIX). A cargo de F. Maurici, A,. Fresina, F. Militello. 3 vols. Palermo,
Regione Siciliana, 2008, I, pp. 50-119, a pp. 72-78.
4 Gaeta, Alessandro. «A tutela et defensa di quisto regno». Il castello a mare di Palermo. Baldiri Meteli e le
fortificazioni regie in Sicilia nell’età di Ferdinando il Cattolico (1479-1516): protagonisti, cantieri, maestranze.
Palermo, Qanat, 2010.
5 Para más informaciones sobre el ingeniero véneto, véase M. Vesco, Pietro Antonio Tomasello de Padua:
un ingeniero militar véneto en la Sicilia de Carlos V, «Espacio, Tiempo y Forma - Revista de la Facultad de
Geografía e Historia de la UNED de Madrid», Serie VII, Historia del Arte, 22-23 (2009-2010), pp. 45-73;
044
yoría de la población concentrada en centros urbanos costeros, significaba
también mantener el control de sus asentamientos y, apoyándose en ellos,
de los territorios más poblados, que eran los más productivos y prósperos.

Las defensas que los dos ingenieros reales prepararon para estos bastiones
urbanos, diferentes pero todas ellas fisiológicamente secuenciales, dada la
rapidez de la evolución tecnológica de aquellos años (ciudadelas y barreras
artilleras según el ejemplo ibérico para Meteli; poderosos torreones circu-
lares de la fortificación «de transición italiana», hoy de corte dureriano,
para Tomasello) eran siempre fortalezas marítimas orientadas hacia el mar
y emergiendo de él.

En este sentido, es ejemplar el caso de la fortaleza de Castellammare de Pa-


lermo: desde la época normanda está colocada para proteger el puerto an-
tiguo y la capital. Si bien entre 1496 y 1505 Meteli diseñó y dirigió la obra
de una ciudadela que incluía la antigua fortaleza normanda, fue Tomasello
de Padua quien diseñó en 1524 una máquina de guerra extraordinaria,
que el ingeniero de Carlos V describió y desarrolló por su majestuosidad
y monumentalidad. Su principal objetivo era el de intimidar al enemigo
(y, en general, a todo extranjero) que llegaba a Palermo por mar6 (fig. 1).

Fig. 1. Dibujo reconstructivo del proyecto de 1524 de Pietro Antonio Tomasello de Padua para la
nueva fortaleza del Castellammare en Palermo (dibujo del autor).

6 Vesco, Maurizio. «Il Castellammare di Palermo; un progetto non realizzato di Pietro Antonio Tomasello
da Padova», en Ricostruire. Architettura - Storia - Rappresentazione. 1. A cargo de M. Vesco. Palermo,
Edizioni Caracol, 2014, pp. 7-30
045
No podemos olvidar que, desde las primeras décadas del siglo XVI, forta-
lecer «de forma moderna» significaba, quizás por primera vez, y en plena
consonancia con el antropocentrismo del Humanismo, contemplar la na-
turaleza y la naturalidad de los lugares con el propósito de llegar a trans-
formarlos para adaptarlos a las necesidades de la defensa.

Fue precisamente el paduano quien pensó en intervenciones a escala geo-


gráfico-territorial. Al diseñar las nuevas defensas de la ciudad de Trapani,
un importante centro urbano situado en una estrecha península frente a
la costa africana, Tomasello propuso por primera vez (décadas más tarde,
otros ingenieros harían lo mismo) el mectiri a mar, que consistía en su-
mergir la isla poco profunda de Santa Margherita, que se eleva en el lado
meridional de las murallas. Al situar la superficie bajo el nivel del mar, se
impediría a los enemigos posicionar artillería con la que atacar las mura-
llas de la ciudad o la fortaleza de La Colombara, en medio de las aguas
del puerto7. Esta obra comenzó gracias al envío de un numeroso equipo de
soldados zapadores, pero nunca llegó a finalizarse, de modo que en 1575
el presidente del Reino, Carlos de Aragón Tagliavia, duque de Terranova,
habría propuesto, tras sugerírselo el ingeniero tisinés Giovanni Antonio
del Nobile, «que se allanen las tierras de la isla de Santa Margherita según
vuestra sugerencia»8 (fig. 2).

Fig. 2.
Matteo Neroni, Trapani
in Sicilia, 1610. La isla
de Santa Margherita
en aguas del puerto de
Trapani (señalada con la
letra A).

De manera similar, el mismo proceso de transformación orográfica para


la defensa llevaría a Tomasello a excavar amplios y profundos fosos a lo
largo de telones de tierra firme en los proyectos para la fortificación tanto
de Trapani como de Siracusa, en el otro lado de la isla y peligrosamente

7 Vesco, Pietro Antonio Tomasello de Padua, Op. cit., p. 59.


8 ASPa, Tribunale del Real Patrimonio (TRP), Lettere viceregie (LV), v. 624, c. 211r.
046
situada en la «frontera de Levante», con el fin de aislar ambas ciudades a
través del corte de sus istmos. Ninguna de estas dos operaciones se llevó a
cabo hasta décadas más tarde, en el último cuarto del siglo XVI; tenemos
pruebas de ellas gracias a muchos dibujos de proyectos (figs. 3 y 4).

Fig. 3.
G. Orlandi, La cità di
Trapani in Sicilia, finales
del siglo XVI.

Fig. 4.
Proyecto de fortificación
del istmo de Siracusa con
la excavación de un foso
que une el Porto Piccolo
y el Porto Grande o
Marmoreo, 1578. AGS,
Mapas, planos y dibujos,
08, 018.

A este respecto, lo que pasaría más tarde en Marsala fue muy significativo.
La ciudad se había convertido en un centro de importantes proyectos de
fortificación y fortaleza diseñados para la defensa de la cercana ciudad
de Trapani, situada en un área costera caracterizada por sus estanques
y albuferas. Trapani estaba, además, a tiro de piedra de las islas Egadas,
despobladas por aquel entonces y que actuaban como refugio para los
corsarios; de hecho, el puerto natural de Trapani, al estar demasiado lejos
de las murallas de la ciudad, suponía el mayor peligro tanto para el pueblo
047
como para todo el territorio. Entre 1574 y 1575, por orden del duque de
Terranova, Fabiano Bursotto, ingeniero genovés que supervisaba la cons-
trucción del nuevo puerto de la capital Palermo9, una de las mayores obras
de ingeniería portuaria en el Mediterráneo español, destinada a recibir a la
armada, bloqueó las dos entradas al puerto de Lilibeo (llamado también
puerto de Austria) con presas de piedras, sacrificándolo a la razón de Esta-
do con el objetivo de imposibilitar el desembarco de los invasores (fig. 5).

Fig. 5. El territorio de la ciudad de Marsala y el porto otturato dal duca di Terranova (puerto bloqueado
por orden del duque de Terranova) en el 1575, 1602 (?). AGS, Mapas, planos y dibujos, 08, 078, detalle.

Esta fue, en efecto, la estrategia del duque de Terranova, el Magnus Siculus,


quien gobernó Sicilia durante muchos años. Algunos puntos de sus deta-
lladas instrucciones, dadas en 1572 al ingeniero mayor del Nobile, a quien
había ordenado volver a la isla del norte de Italia, se referían precisamente a
las defensas costeras. En ellas, además de explicar «lo que tenéis que hacer»,
era muy significativa la orden de identificar calas y pequeñas ensenadas sus-
ceptibles de ser usadas para el desembarque enemigo. Eran las denominadas
malas calas, que podían ser «neutralizadas» transformando su conformación
natural, es decir, bloqueándolas, rellenándolas de piedras o incluso causando
el derrumbe de los frágiles acantilados rocosos o, por el contrario, abrién-

9 Para más información sobre el proyecto del puerto palermitano, véase Vesco, Maurizio. Un viceré
ammiraglio per un’isola: Garcia Álvarez de Toledo e il potenziamento delle infrastrutture marittime siciliane,
en La Sicilia dei viceré nell’età degli Asburgo (1516-1700). La difesa dell’isola, le città capitali, la celebrazione
della monarchia, a cargo de S. Piazza, Palermo, Edizioni Caracol, 2016, pp. 111-13. Para más información
sobre Fabiano Bursotto en España, véase Cámara, Alicia. De Palermo a Málaga. Fabiano Bursotto y la
ingenieria de puertos en el Renacimiento, Lexicon. Storie e architettura in Sicilia, 7 (2008), pp. 7-22.
048
dolas al mar y a la corriente, allanando sus escollos, barreras naturales y
relieves: «reconoceréis las calas de las costas y cuales haya que abrir, atascar
o reparar»10. Lo mismo pasaría con las cuevas marinas que podían usarse
como escondite por las flotas, las denominadas más tarde malas cuevas por
el capitán ligur Giovan Battista Fieschi. Fue él quien propuso que éstas se
bloqueasen con piedras hasta provocar su derrumbamiento11. Igual que lo
planificado para la isla de Santa Margherita, en torno a 1584 también se pen-
só intervenir en la llamada Pietra dell’Orso, una roca muy grande que hoy
en día se conoce como San Biagio, en las aguas frente al litoral de Caronia,
en la costa tirrena. En este caso, fue para privar a los corsarios de ‘conos’ de
sombra que les fuesen útiles al divisar desde las torres cercanas; sin embargo,
esta intervención no se llevó a cabo: «se tomó nota de que la roca conocida
como la Pietra dell’Orsa, que permanece en la marina entre San Fratello y
Caronia, debía ser destruida, reduciéndola a una altura de tres palmos por
encima de la superficie del agua para cuando se secara»12.

Fue también en esta época, un par de años antes de un encargo similar pero
de mayor renombre del que se hablará más adelante, dado por el sucesor del
duque Marco Antonio Colonna al ingeniero Tiburzio Spannocchi, cuando el
duque de Terranova ordenó a del Nobile explorar todos los centros coste-
ros menores e inspeccionar todos «los lugares en donde suelen hacer guardia
soldados tanto a pie como a caballo, a lo largo de toda la zona costera», y
sobre todo que evaluara «en dónde es necesario construir torres [...] y, una vez
tengáis los costes y el diseño, enviadnos vuestro informe y parecer»13. Todo
consistía, no obstante, en un uso no sistémico, sino puntual y fragmentario,
de guardias y torres. A estas últimas se las consideraban secundarias en los
intereses del gobierno en comparación con las interminables fortificaciones de
las ciudades costeras, que debían seguir siendo la principal ocupación de los
ingenieros reales, hasta el punto de decir a del Nobile: «no se ocupe de estas
más de lo necesario»14.

Solo desde estas fortificaciones urbanas se llevarían a cabo los ataques contra
cualquier invasor que desembarcara en las costas sicilianas que, por aquel en-
tonces, seguían sin un sistema defensivo real, ni de control y exploración del
territorio ribereño ni de las aguas territoriales, puesto que las pocas torres que
había eran en su mayoría privadas, alzadas en proximidad de la costa para la
defensa de granjas y otras actividades productivas (fig. 6).

10 Archivo General de Simancas (AGS), Estado, Sicilia, leg. 1137-107.


11 Las Malas calas y las malas cuevas caracterizan la costa siciliana, según la descripción del capitán Giovan
Battista Fieschi, de quien se hablará más adelante (véase nota 25). Por otra parte, en las instrucciones
impartidas en mayo de 1583, se ordenaba describir «con particular distinción las calas y grutas cuya
entrada se pudiese cerrar gracias a rocas cercanas o de cualquier otra forma». ASPa, DR, v. 202, c. 165r.
12 ASPa, DR, v. 203, c. 70v
13 Archivo General de Simancas (AGS), Estado, Sicilia, leg. 1137-107.
14 Ibídem.
Fig. 6. Torres privadas para la defensa de empresas agrícolas a lo largo del litoral del llano de Carini,
primera mitad del siglo XVII. ASPa, Corporazioni religiose soppresse, San Domenico, vol. 367.
050
La segunda etapa de la defensa costera, más centrada en el aspecto an-
trópico y en la organización del ejército, empezó también bajo el reinado
de Carlos V, en los años del virreinato de Juan de Vega. La historiografía
suele remontar a esta época el comienzo del proceso de fortificación de
la franja costera, puesto en marcha con la construcción de un sistema de
atalayas. Estas atalayas fueron concebidas principalmente con el objetivo
de facilitar una comunicación de peligros puntual y de largo alcance, con
vistas a proteger las poblaciones y preparar un posible despliegue militar
en respuesta tanto a incursiones corsarias como a desembarques navales
enemigos.

En realidad, si bien por un lado Vega amplió el número de «piezas» a su


disposición en su tablero de defensa de la isla e incluyó así otros bastiones
urbanos como, por ejemplo, Licata, Catania, que siempre fue un punto de
inflexión en los proyectos de fortificación de la Corona, o Carlentini, la
ciudad nueva fundada por él mismo15 en la parte posterior del desprotegi-
do golfo de Augusta; por el otro lado llegó a realizar muy pocas de las 37
torres que había propuesto, probablemente retomando, como destacaba
Maurici16, el proyecto de Martín el Joven de finales de la Edad Media; en
cualquier casio, un número muy reducido en comparación con la inmensi-
dad del territorio costero siciliano.

Sin duda, a él hay que atribuir el mérito de haber introducido, entre 1548 y
1554, otro elemento clave en la estrategia de defensa costera: el de la nueva
milicia, fundamental para el funcionamiento efectivo de cualquier tipo de
emplazamiento de torres17(fig. 7).

Gracias a él se invirtió no solo en imponentes máquinas bélicas de piedra,


cal y fajinas, sino también en hombres, sicilianos entrenados y agrupados
en compañías permanentes de infantería y caballería, directamente depen-
dientes del gobierno. Eran tropas finalmente emancipadas de los señores
feudales y de las autoridades municipales, una estrategia que se siguió uti-
lizando desde entonces y que fue luego reformada y potenciada primero
por el duque de Terranova y luego por el conde de Olivares Enrique de
Guzmán18.

15 Sobre Carlentini y, en general, sobre la política de Juan de Vega, incluida también su política edificatoria,
considero indispensable la reciente contribución de Aricò, Nicola. La fondazione di Carlentini nella Sicilia
di Juan de Vega. Firenze, Leo S. Olschki Editore, 2016.
16 Maurici. Op. cit., p. 96.
17 Ordinationi et instruttioni della militia di questo fidelissimo Regno de Sicilia [...] fatte per noi Giovan de
Vega..., Palermo, per Giovan Mattheo Mayda, 1560. Para más información, véase Favarò, Valentina.
«Dalla “Nuova Milizia” al tercio spagnolo: la presenza militare nella Sicilia di Filippo II», Mediterranea.
Ricerche storiche, 4 (agosto 2005), pp. 235-262.
18 Para más información, véase Favarò, Valentina. La modernizzazione militare nella Sicilia di Filippo II.
Palermo, Associazione Mediterranea, 2009.
051
Fig. 7.
Ordinationi et
instruttioni della militia
de questo fidelissimo
Regno de Sicilia [...]
fatte per noi Giovan de
Vega vicere et capitanio
generale per Sua
Magestà...
(Órdenes e instrucciones
de la milicia de este
fidelísimo Reino de Sicilia
[…] tras la coronación
de Giovan de Vega como
virrey y capitán general
para su Majestad)
Palermo, para Giovan
Mattheo Mayda, 1560.

También al virreinato de Vega se remonta la introducción, de forma mi-


nuciosa y regulada, de un sistema de guardias a caballo, los llamados ca-
balleros, encargados de patrullar el territorio costero, en particular el más
expuesto a desembarques enemigos, tanto por su conformación natural
(litorales arenosos, calas y claros protegidos y acantilados bajos, desembo-
caduras de ríos, arroyos y torrentes de agua dulce), como por el atractivo
de los recursos susceptibles de ser saqueados (fincas y azucareras, molinos
y bodegas, almazaras y almadrabas).

Gracias a la acción combinada de las fuerzas desplegadas en primera línea


por el virrey a lo largo de la frontera litoral, de los torreros confinados en
las todavía escasas atalayas y de los caballeros que patrullaban por las to-
rres, playas y acantilados y que recorrían los centros urbanos costeros, se
formó el nuevo objetivo central del control de la costa, la señalización de
052
cada eventual peligro. Se utilizaban todo tipo de señales: señales de humo
de día, señales de fuego, llamados «fani», después del atardecer, así como
trompas o unos simples cañonazos y esmeriles, para que las autoridades
militares, primero locales y luego centrales, pudieran preparar la interven-
ción de la milicia y, en caso necesario, la evacuación de las poblaciones
amenazadas.

Era un verdadero intento de militarización del perímetro costero, una es-


trategia de defensa fundada principalmente en la información y en la co-
municación. Consciente de eso, Vega no pudo abstenerse de dar comien-
zo paralelamente a una política cuyo objetivo era potenciar el sistema de
infraestructuras, calles y sobre todo puentes, esenciales para el desplaza-
miento rápido y seguro de tropas y fuerzas militares de una parte a otra
de la isla. Sin embargo, esta política tardó mucho en implementarse y fue
continuada durante los reinados de sus sucesores.

Por ejemplo, años más tarde, en 1578, las primeras instrucciones ordena-
das por el ingeniero real Tiburzio Spannocchi, técnico que había llegado
siguiendo los pasos del virrey Marco Antonio Colonna y figura clave en
la fortificación costera siciliana, con motivo del reciente encargo de la vis-
ta generale delle marine, incluían también las relativas al diseño de unos
puentes. El primer puente se situaba entre Trapani y Marsala, esencial
«también para el desplazamiento de gente en tiempos de necesidad»; el se-
gundo debía erigirse cerca de la fortaleza marítima de Licata, a lo largo de
la costa sur, en el río Salso, uno de los principales ríos de Sicilia, que hasta
aquel momento ahí se podía cruzar con una «giarretta», un transporte
de barcaza que ralentizaba las tropas, «causando grandes demoras en el
desplazamiento tanto de los soldados de la milicia como de la gente que
en tiempo de verano [sic] y de sospecha de ejércitos enemigos, necesitan
atravesar de uno a otro lado»19.

Pero no solo eso. Las razones de defensa costera favorecerían la implemen-


tación de otro tipo de infraestructuras, como los acueductos. Así ocurrió,
por ejemplo, en 1598, cuando el municipio de Trapani, uno de los mayores
puertos sicilianos, ciudad «puesta hacia la Barbarie para proteger todo el
reino», aquejada por décadas de escasez de agua, encargó al magister in
capite aquarum de la capital, Palermo, y a un capitán español planificar un
nuevo acueducto urbano20. Su objetivo principal era, primero, el abasteci-
miento de agua al puerto marítimo y, en particular, a tripulaciones y tropas
a bordo de las galeras reales, que eran un elemento clave en la estrategia

19 ASPa, DR, v. 201, c. 142v.


20 Maurizio Vesco. «L’acqua delle città. Ingegneria idraulica nella Sicilia di età moderna», en La ciudad de
los saberes en la edad moderna. Á. Camara, A. Molina y M. A. Vázquez Manassero (eds.). Ediciones Trea,
Gijón, 2020, p. 59-78, alla p. 68-71.
053
de defensa costera, sobre todo desde finales del siglo XVI, durante los
virreinatos «corsarios» de Maqueda y Osuna. De hecho, la obra pública
habría servido para las «regie triremes pro tempore venientes in portu ditte
civitatis habent aquam ad bibendum», y para la confección in situ de la
galleta destinada a los soldados, que hasta ese momento se producía po-
bremente con agua salobre «in detrimentum [...] gentium guerre et militie,
qui pluries solent se conferre ad hanc civitatem pro eius presidio tempore
invasionis inimicorum»21.

Por otra parte, los ingenieros militares, hombres de armas y virreyes tenían
claro que no podía haber defensa sin agua, ya fuera en las pequeñas cister-
nas de cualquier torre de vigilancia o atalaya, o en las nuevas redes de agua
construidas en las ciudades–fortaleza marítimas (de Trapani a Siracusa, de
Licata a Sciacca), tal y como nos hacen saber las palabras del duque de
Maqueda, Bernardino de Cárdenas en 1600: «El agua es aquello sin lo que
no puede haber defensa alguna»22.

La tercera etapa de la defensa costera, quizás la más reconocible como tal,


tuvo, como protagonista, a partir de 1578, bajo el reinado de Felipe II, al
virrey de Sicilia Marco Antonio Colonna, verdadero impulsor del plan de
emplazamiento de torres en la isla. El nombre de este aristócrata romano
está sin duda ligado a las figuras de tres expertos de primer nivel, con dife-
rente formación, competencias profesionales y encuadre en el organigrama
gubernamental: el caballero jerosolimitano-sienés Tiburzio Spannocchi, el
escultor y arquitecto florentino Camillo Camiliani y el capitán ligur Gio-
van Battista Fieschi; los dos primeros ingenieros del Reino y el tercero
comisario general de las fábricas de las torres y de las guardias marítimas.

Tras la primera exploración, metódica y extraordinariamente rigurosa,


llevada a cabo por Spannocchi en 1578, de la que nació su célebre Des-
cripción de las marinas de todo el reyno de Sicilia, como destacaría Cáma-
ra en un atlas posteriormente convertido en tratado23, en la asamblea del
Parlamento del 9 de abril de 1579, Colonna impuso una nueva donación
de 10 000 escudos, así como la desviación de otros 3 000 escudos de los
destinados a la construcción de puentes, para iniciar de forma efectiva la
construcción de un sistema orgánico de alerta y defensa costera mediante
torres, del que se venía hablando desde hacía tiempo, pero cuya realiza-
ción hasta el momento había dado resultados muy parciales y modestos:
«teniendo en cuenta las varias vejaciones, peligros, y daños que sufren los

21 Ibídem.
22 Cámara, Alicia. Un reino en la mirada de un ingeniero. Tiburzio Spannocchi en Sicilia. Palermo, Torri del
Vento edizioni, 2018, pp. 108-119.
23 Cámara, Alicia. Un reino en la mirada de un ingeniero. Tiburzio Spannocchi en Sicilia. Palermo, Torri del
Vento edizioni, 2018, pp. 108-119.
054
habitantes del reino a causa de los corsarios, la gran molestia e impedi-
mento en el comercio por no tener marinas definidas propias de este Reino,
todas esas torres, necesarias de noche y de día en todas las partes de dichas
marinas, y teniendo en cuenta también que muchas de esas torres presentes
hoy en día, poco o nada pueden servir de guardia [...] se ha [...] votado,
concluido y acordado que debemos realizar efectivamente todas las torres
necesarias en las marinas de todo el Reino, y acortar y arreglar las que sea
necesario reparar y acortar, pues son útiles para este objetivo»24.

Sin embargo, el panorama político-militar, en comparación con veinte años


antes, ya era diferente: no se hablaba ya del Turco, ninguna referencia a in-
vasiones enemigas, aparte del doloroso recuerdo de las continuas incursio-
nes de los navíos de piratas berberiscos y renegados que atormentaban a
las comunidades costeras, sobre todo a las más pequeñas, obligadas a vivir
en el terror de los continuos secuestros y esclavizaciones, que asolaban la
navegación en aguas territoriales sicilianas y que debilitaban la economía
y el comercio de la isla.

Años más tarde, mientras redactaba el texto de la introducción del trata-


do para Felipe III en España, el propio Spannocchi comenzó el segundo
capítulo, dedicado a las «causas que lo obligaron a describir el contenido
de este libro», evocando justo estas problemáticas: «por la vecinidad que
tiene este Reino con Barberia es muy molestado de los cosarios los quales
suelen ympedir muy amenudo las simenteras de alrededor de las marinas,
las almadravas y los ingenios de azucar que todos estan en dichas marinas,
los cargadores de trigo y contratantes de la mar, cautivando los labradores
y marineros [...]. Para remedio desto se acostumbran hazer muchas mane-
ras de guardias assy de torres de atalaia como de hombres de a cavallo y
peones» (sic)25.

El ingeniero expresaría su largo y razonado «parecer sobre lo que convie-


ne para bien guardar de ynvasiones de cosarios las marinas del Reyno de
Sicilia» (sic), basándolo precisamente en un denso sistema de atalayas, a
cargo de torreros y caballeros locales, así como en la caballería ligera de la
milicia, cuando fuese necesario.

Por supuesto, este sistema no era nuevo en sí mismo: en Sicilia ya se utiliza-


ba, si bien de manera desorganizada, inestable y puntual, desde hacía mu-
cho tiempo, como mínimo desde el reinado de Vega, así como en el Reino
de Nápoles o en los Estados Pontificios. En cuanto a la isla, por ejemplo, en
1570 (esto es, antes de la realización del plan de Colonna), el virrey mar-

24 Ordinazioni e regolamento della Deputazione del Regno di Sicilia..., Palermo, nella Reale Stamperia, 1782,
p. 112.
25 Spannocchi, Tiburzio. Descripción de las marinas de todo el reyno de Sicilia. BNE, MS 788, f. 5r.
055
qués de Pescara había ordenado a las autoridades de Cefalú desplegar sus
guardias en las «atalayas, donde se preparan los fani y los guardias de una
a otra parte de Levante y Poniente»26. Poco después, en 1571, su sucesor, el
presidente del Reino, conde de Landriano, habría ordenado repetidamente
a las mismas autoridades que desplegaran tanto los «caballeros ordinarios
encargados de hacer la ronda de los centinelas en las afueras de las ciu-
dades»27, como los guardias en las calas más peligrosas para «descubrir,
asegurar y avisar la costa para salvar a los navegantes»28.

La relevancia para la Corte Real del plan de fortificación del perímetro


costero también se refleja, en mi opinión, en una significativa innovación
del organigrama gubernamental. Ya en 1523, durante el virreinato de Pig-
natelli, año en el que hemos definido la primera etapa de la defensa coste-
ra, se había introducido de forma permanente la figura del ingeniero real,
coincidiendo con el comienzo de las grandes obras de las fortificaciones
marítimas. Bajo el reinado de Colonna, desde 1577, en previsión de la
puesta en marcha del plan de emplazamiento de torres y de las cada vez
más frecuentes visitas a las marinas, el número de plazas de ingeniero dis-
ponibles llegó a ser de tres, puesto que se preveía un crecimiento de la
carga de trabajo y de las distancias por recorrer29.

Considero, pues, que la contraprueba de lo extraordinario que es la expe-


riencia de la defensa costera siciliana, en particular la realizada mediante
torres, nos la da el número particularmente elevado de atlas y códices re-
lativos a este tema que han llegado hasta nosotros, fruto de operaciones
capilares y detalladas de detección, representación/descripción y diseño
de nuevas defensas. A la Descripción de Spannocchi siguieron, algunos
años después, entre 1583 y 1584, la Cosmografia del littorale di Sicilia de
Fieschi30, sin ilustraciones y limitada a una exposición literaria de especial
sensibilidad y fidelidad, y la Descrittione delle marine del Regno di Sicilia
de Camiliani31, todas resultantes de una ulterior visita de las marinas.

26 ASPa, TRP, LV, v. 576, c. 243v.


27 ASPa, TRP, LV, v. 575, c. 242r.
28 ASPa, TRP, LV, v. 570, c. 213v.
29 Vesco, Maurizio. «Ingegneri militari nella Sicilia degli Asburgo: formazione, competenze e carriera di una
figura professionale tra Cinque e Seicento», en Defensive Architecture of the Mediterranean. XV to XVIII
Centuries. A cargo de P. Rodríguez-Navarro. València, Editorial Universitat Politècnica de València, 2015,
I, p. 222-230.
30 Fieschi, Giovan Battista. Cosmografia del littorale di Sicilia..., Biblioteca della Società Siciliana di Storia
Patria di Palermo, Fondo Fitalia, ms. IC21. Para más información sobre la transcripción y estudio de
la obra, véase Gazzè, Lavinia. Giovan Battista Fieschi Garaventa. Cosmografia del Littorale di Sicilia
colla descrizione delle città, terre, castelli e torri marittime. Catania, Società di Storia Patria per la Sicilia
Orientale, 2012.
31 El atlas de Camillo Camiliani, formado por la Descrittione dell’isola di Sicilia y por el llamado Libro delle
torri, está guardado en la Biblioteca Nacional Universitaria de Turín, ms. Codex III.N.I.3 L’edizione è in
Scarlata, Marina. L’opera di Camillo Camiliani. Roma, Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato, 1993.
056

Fig. 8. Comparación entre las modalidades de representación de las torres ya


existentes en los códices de Spannocchi (izquierda) y Camiliani (derecha).

La diferencia entre las dos célebres descritioni de Spannocchi y Camiliani,


como ya indicó Scarlata32, es radical.

La descripción del sienés se centra sobre todo en las fortificaciones urbanas


marítimas, a las que se dedicaron amplias hojas con planos de proyecto y
en relieve, y solamente en la concisa descripción de las torres y fortalezas
costeras existentes, representadas solo en los márgenes de la lámina, en
perspectivas de pequeñas dimensiones (fig. 8), mientras que nada se dice,
y menos aun se representa, sobre el diseño de las decenas de nuevas torres
que él propuso, que solo quedan anotadas de vez en cuando en el mismo
espacio con indicación del emplazamiento y de su supuesto coste.

Solo en el atlas del florentino aparece, en efecto, el plan de emplazamien-


to de torres buscado por Colonna. Aquí se representan, en hojas enteras,
todas las torres concebidas para el cinturón costero: las existentes y que
necesitaban modernización, y las que se construirían de cero, de las cuales
se proporciona caso por caso, en más de una planta y en perspectiva, el
diseño y el posible relieve, dando lugar a un repertorio de extraordinaria
modernidad iconográfica (fig. 9).

Por otra parte, más de medio siglo después, en 1640, encontramos otro
atlas en la misma línea, fruto también de detecciones trigonométricas aún
más minuciosas, realizadas por encargo de Felipe IV, entre 1634 y 1639:

32 Ibídem, p. 68.
057

Fig. 9. Camillo Camiliani, Proyectos para la transformación de las torres Saurello,


Ognina y Spadafora, 1584.

Plantas de todas plaças y fortaleças del reyno de Sicilia, complementadas


por una Descripción, obra conjunta del matemático palermitano Carlo
Maria Ventimiglia, desde 1633 visitador general de castillos y fortalezas, y
de su alumno, el aparejador y pintor Francesco Negro33.

Como destaca Aricò, a pesar de que la detallada descripción de las defen-


sas de las islas de Ventimiglia y Negro no incluya el «cinturón» de las to-
rres costeras, se les dedica unas palabras en la breve descripción del reino:
«La circunferencia de la isla sería de 644 millas. En esta circunferencia se
colocan las puntas y calas más importantes, tanto las pertenecientes a la
corte real como las particulares: 110 torres de vigilancia, equipadas con
artillería y otras armas, las cuales protegen dichas puntas, calas y desem-
bocaduras de ríos y otras aguas de los corsarios, y con señales de fuego y
humo, entre otras, avisan constantemente a los navegantes»34.

En mi opinión, hay que destacar el hecho de que el visitador Ventimiglia,


hombre erudito y profundo conocedor de la realidad siciliana, exprese, medio
siglo después de lo relatado por Spannocchi y Camiliani, una opinión clara-
mente positiva sobre el éxito de este poderoso proyecto urbanístico de Estado
(como igualmente hizo Aricò), aunque solo fuese parcialmente realizado: «Es-

33 La obra está formada, como sucede a menudo, por dos partes, una gráfica y una literaria, ambas
guardadas en la Biblioteca Nacional de España, mms. 1 y 787. La edición está en Negro, Francesco.
Ventimiglia, Carlo Maria. Atlante di città e fortezze del Regno di Sicilia. 1640. A cargo de N. Aricò. Messina,
Sikania, 1992.
34 Ibídem, p. 5.
058
tas torres son muy útiles para Su Majestad y beneficiosas para el reino y su vi-
gilancia. Se hace evidente que se han logrado evitar gran parte de los saqueos
por parte de corsarios, que solían permanecer mucho tiempo en las playas»35.

Por otra parte, Spannocchi ya estaba al tanto de la eficacia, en general, de


la estrategia de emplazamiento de torres, hasta el punto de haber corro-
borado su parecer refiriéndose a los buenos resultados obtenidos pocos
años antes en la provincia vecina de Calabria, en el reino de Nápoles, cuyo
sistema de torres quedaría representado, unos veinte años más tarde, en el
valioso Codice Romano Carratelli36: «exemplo tenemos de lo mucho que
aprovechan las torres para guardar las marinas las muchas que en estos
años atras se an fabricado en las de Calabria que desde que se hizieron
pocas o ningunas molestias tienen de cosarios» (sic)37.

Además, la existencia de un verdadero plan por escrito de emplazamiento


de torres en el litoral siciliano, todavía consultable en la cuarta década del
siglo XVII, diferente respecto a las descripciones de Spannocchi e Cami-
liani, parece probada por la misma relación de Ventimiglia. Fueron ellos,
de hecho, quienes denunciaron la incompletitud del cinturón fortificado,
pudieron afirmar tanto el número de torres que faltaban como también
su distribución de forma detallada entre los tres valles en los que estaba
dividido administrativamente el reino: «Faltan estas torres, que se estiman
necesarias, es decir, 98: en concreto faltan 35 en Valdemazzarra, 38 en Val-
dinoto, 25 en Valdemone; de llevarse a cabo, la defensa del Reino estaría
perfecta. Donde se interrumpe el fano de la noche, estos lugares desocu-
pados son despojados y saqueados, sufriendo así innumerables daños»38.

Tampoco los números parecen coincidir. En aquella época: Spannocchi


había previsto 185 torres, de las que existían 62 y debían construirse 123;
número que se redujo a 103 en el proyecto de Camiliani, con un total de
165, mientras que el plan al que se refiere Ventimiglia contaba con 208, de
las cuales 110 estaban en funcionamiento en aquella fecha39 (fig. 10).

Durante aproximadamente cincuenta años, se habían construido o recons-


truido casi ochenta torres costeras en un planteamiento sistémico, de las
que 44 estaban en cargo a la Diputación y las otras todavía de propiedad
pública (del gobierno o municipios estatales), de señores feudales y autó-
nomos, detalladamente listadas en la Relación distinta de todas las torres,

35 Ibídem, p. 6.
36 Progettare la difesa, rappresentare il territorio. Il codice Romano Carratelli e la fortificazione nel
Mediterraneo. Secoli XVI-XVII. A cargo de F. Martorano. Reggio Calabria, Edizioni Centro stampa d’Ateneo,
2015.
37 Spannocchi. Op. Cit., f. 7r
38 Negro. Ventimiglia. Op. cit., p. 6.
39 Ordinazioni e regolamento. Op. cit., p. 174- 177.
Fig. 10. Francesco Maria Emmanuele Gaetani, marqués de Villabianca, Torri di guardia per li fani
ò sian fuochi di avviso neì littorali della Sicilia (Atalayas para los fani, o señales de fuego en los
litorales de Sicilia), finales del siglo XVIII. Biblioteca Comunale di Palermo, ms. QQE9700017.
060
Fig. 12.
Tiburzio Spannocchi,
Tonnara di Cofano che
potrebbe al presente
servire per guardia
(Tonnara di Cofano, que
hoy en día podría ser útil
como atalaya), 1578.

Fig. 11. Camillo Camiliani, Proyecto


de torre hexagonal para la Punta delli
Palombi, 1584.

redactada en 1778 por la Diputación del Reino. Gracias a sus señalizacio-


nes, «se da aviso del número y estruendo de los barcos que se descubren
en el mar, de modo que en menos de una hora toda la isla está avisada»40.

En 1594, para la gestión militar de estas defensas, fueron promulgadas por


el virrey conde de Olivares unas detalladas ordenaciones sobre la guardia
y custodia de las torres marítimas, y un año después, se promulgaron otras
sobre las fábricas de las torres y las guardias marítimas, en un intento por
regular mejor el avance de las obras y favorecer el éxito del proyecto, arre-
glando las zonas litorales aún sin defensas41.

Por otra parte, junto con esta teoría «infinita» de torres costeras, que se
parecían más o menos todas entre sí, encuadradas en tipos tridimensiona-
les, casi todas de planta cuadrada pero también de planta circular, Cami-
liani incluso llegó a diseñar, casi por divertissement, una de planta hexa-
gonal, en la Punta delli Palombi (fig. 11), y en 1556 ya se había realizado
una de planta poligonal estelar de cuarto puntas en la Tonnara di Cofano
(fig. 12), con altas bases inclinadas, con ángulos de acero tallados, los bor-
des con garitas y pretiles con arcabuceros sobre beccadelli (fig. 13) o en
alguna ocasión con merlones, como en la Torre Felice y la Torre del carica-
tore di Girgenti, también se construyeron elementos de defensa «especia-
les», que tipológica y morfológicamente diferían de aquellas.

Por ejemplo, don García de Toledo, el virrey de Sicilia capitán general del mar,
ordenó en 1567 la construcción de dos fortines en sendos islotes limítrofes
dentro de la grande ensenada portuaria de Augusta, frente a la ciudad amura-

40 Emmanuele Gaetani, Francesco Maria (marqués de Villabianca). Della Sicilia nobile... Palermo, nella
Stamperia dei Santi Apostoli, 1752, I, p. 4.
41 Ibídem, p. 146- 159.
061

Fig. 13. Francesco Pinna, Torre costera, primera Fig. 14. C.M. Ventimiglia, F. Negro, Castel
mitad del siglo XVII (colección privada). Vittoria, Castel Garcia, Pianta del Caste [sic]
Vittoria d’Augusta, Pianta del Castel Garsia
d’Augusta, 1635-1640.

llada que ocupa la larga península que se adentra en ella, denominados Castro
Garsia y Castro Vittoria en honor de la pareja virreal42 (fig. 14). Eran fortifica-
ciones cuyas geometrías irregulares se adaptaban perfectamente al perímetro
de ambos escollos, realizadas con el intento de impedir que flotas enemigas
accedieran al puerto y permanecieran ahí, tras los trágicos acontecimientos de
1551, cuando la ciudad (que ya se había evacuado) fue destruida y demolida
por una armada turca. Esta incursión se repitió el año sucesivo y otra vez más
en 1560, poniendo de manifiesto la debilidad del golfo de Augusta en el siste-
ma costero siciliano, ya anunciada en su época por Ferrante Gonzaga.

Con el fin de potenciar la capacidad defensiva, no tardó en proponerse una


variante para unificar los dos fuertes a través de un entramado de mura-
llas, seguramente planas, tanto para impedir que las flotas se interpusieran
entre ellas como para incrementar su potencia de fuego. En 1575 el duque
de Terranova, informado por el capitán ad guerram sobre lo de Augusta
que «puesto que ahora hay aguas bajas, podríamos dedicarnos a emplazar
un entramado de muro y juntar la fortaleza de la Vittoria con Castrogar-
cia», así ordenaba al ingeniero del Nobile, y «que cooperemos en esta
ciudad de Augusta y reconozcamos estas fortalezas y hagamos un plano de
diseño»43; el proyecto probablemente fue iniciado, como parecería mostrar
el relieve de Negro del 1634-3944, pero quedó sin terminar.

42 Don García, de hecho, se había casado con Vittoria Colonna en 1552. Sobre la comisión del virrey, véase
Vesco, Maurizio: «Un viceré ammiraglio per un’isola: García Álvarez de Toledo e il potenziamento delle
infrastrutture marittime siciliane», en La Sicilia dei viceré nell’età degli Asburgo (1516-1700). La difesa
dell’isola, le città capitali, la celebrazione della monarchia. A cargo de S. Piazza. Palermo, Edizioni
Caracol, 2016, p. 111-136; Id. «Una strada, due regge, una mappa: la committenza di don García Álvarez
de Toledo, viceré di Sicilia (1564-1567)», Mediterranea. Ricerche storiche, 41 (2017), p. 543-592.
43 ASPa, TRP, LV, v. 624, c. 252v.
44 Hago referencia al plano Pianta del Caste (sic) Vittoria d’Augusta. Pianta del Castel Garsia d’Augusta;
Negro. Ventimiglia. Op. cit., s.p.
062

Fig. 15. C.M. Ventimiglia, F. Negro, Fig. 16. P. Galle, M. van Heemsckerck, Pharos, 1572.
Torre d’Avila, 1635-1640.

Fig. 17. Camillo Camiliani, Forte a farsi al Castelluzzo (Fuerte cerca de Castelluzzo), 1584.

Fig. 18. Camillo Camiliani, Forte a farsi al Capo di Melazzo (Fuerte cerca de Capo di Melazzo), 1584.
063
Un par de años más tarde, el virrey Fernando Avalos d’Aquino, marqués
de Pescara, propuso otro fuerte, con una forma moderna, de tenaza, en
los bajos frente a la punta de la península urbanizada, justo en la bocana
del puerto, bautizado Torre d’Avalos en su honor (fig. 15). Se trataba, esta
vez, de una poderosa batería de casamatas, que también funcionaba como
faro, ya que en su extremo se alzaba una torre de señales, con una linterna
de babor en lo alto, de extraordinaria configuración torcida, creo que una
evidente cita clasicista del mítico Pharos de Alejandría en Egipto, según
la representación que de él hicieron en esa misma época (1572) Philippe
Galle y Maerten van Heemskerck en un álbum de grabados que tuvo éxito
y circuló ampliamente en círculos eruditos y cortesanos (fig. 16).

En cuanto a los fuertes costeros, no pueden pasar inadvertidos los dos


preciosos y grandes diseños en tres hojas de Camiliani, uno para el «bue-
nísimo y poderoso fuerte» de Castelluzzo (fig. 17), el islote frente a Capo
Passero, en el extremo sureste de la isla; el otro para el «fuerte de buení-
sima capacidad» que se erigiría en Capo Milazzo (fig. 18), que también
debería incluir en el interior de su recinto amurallado la torre-faro colo-
cada en la punta de la península, que según el florentino era el proyecto
más apasionante para él: «Y aún más yo elogio esta última obra, respecto
a las demás»45.

Por lo que respecta a la combinación fuerte-faro, hay que recordar el ejem-


plo de la linterna por antonomasia, la colocada en la extremidad de Sicilia,
para proteger la navegación del estrecho de Mesina que separa la isla de
Italia. Una torre representada tanto por Spannocchi como por Camiliani,
para la cual ya se había diseñado la fortificación en el más antiguo código
Nuove inespugnabili forme diverse di fortificationi46, obra del autor anóni-
mo del tratado, un técnico al servicio del Reino de Nápoles, y del ingeniero
Jorge Laínez. Los dos habían participado en una asamblea en Mesina en
1551, convocada por don Juan de Vega, con el objetivo de edificar una
fortaleza a Capo Faro destinada al control de las aguas en el estrecho, un
espacio de paso casi obligatorio para todas las flotas y, por ende, particu-
larmente expuesto a los ataques enemigos, como ocurrió, por ejemplo, un
año después, en 1552, con el saqueo turco en Regio de Calabria, repre-
sentado en el conocido grabado de Franz Huys de 1561 Freti Siculi sive
Mamertini vulgo il Faro di Messina optica delineatio, pero basado en un
dibujo más antiguo de Pieter Brueghel el Viejo 47.

45 Scarlata. Op. cit., p. 433, 456-457.


46 La edición está en Nuove inespugnabili forme diverse di fortificationi. A cargo de Sartor, Mario. Padova,
CLEUP, 1989.
47 Vesco, Maurizio. «Designing the Bastion against the Turks: Sicily and Malta», in Draughtsman Engineers
Serving the Spanish Monarchy in the Sixteenth to Eighteenth Centuries. A. Cámara Muñoz (ed.). Madrid,
Fundacion Juanelo Turriano, 2016, p. 247-270, alle p. 259-160
064

Fig. 19. Andrea D’Ajeli, Parecer para reforzar el fuerte de San Giacomo en la isla de Favignana,
1623; ASPa, Dibujos y mapas topográficos, TRP, Consulte, 1.

Por último, no hay que olvidar los fuertes construidos para proteger las
islas menores, casi todas despobladas en aquella época, sobre todo las Ega-
das, muy peligrosas debido a su proximidad con la costa y con ciudades
pobladas, como demuestra el parecer redactado en junio de 1623 por el ca-
pataz de la corte, Andrea D’Ajeli, para el fortalecimiento del primer fortín
construido en la isla de Favignana, el fuerte San Giacomo, que luego sería
agrandado y renovado (fig. 19)48.

Además, si Cicerón, citando a Catón el Viejo, había definido Sicilia como


el granero de la república y nutricia de la plebe romana, incluso en la Edad
Moderna los cereales, y en particular el trigo, representaban la riqueza prin-
cipal de la isla y un importante ingreso para el erario, ya que se exportaban
por todo el Mediterráneo occidental, un aspecto en el que incluso Span-
nocchi hace hincapié en la introducción de su atlas. De Sicilia recuerda que
«su singular preminencia es la negociacion del trigo, privilegio antiguo suyo
pues solia llamarse el granero de los Romanos en el tiempo que florecia

48 ASPa, TRP, Consulte, I serie, v. 39.


065

Fig. 20. Tiburzio Spannocchi, Girgento, 1578, detalle. La torre del caricatore di Girgenti en su
entorno medioambiental, rodeado por el mar.

aquella monarquia [...] la tierra alli produce mas que en otra qualquier parte
del mundo y lo que tanbien es de considerar que produce trigo muy apurado
y sin genero de mala simienta y de mayor substancias y por esta causa suele
ser de mas subido precio el trigo siciliano que no lo de otras partes» (sic)49.

De ello se deduce que los cargaderos de trigo en la costa de la isla deben ser
protegidos y defendidos contra las incursiones corsarias más que cualquier
otra cosa. Por ejemplo, en 1524 (antes incluso de lo que indican las fechas
que tradicionalmente figuran en la historiografía), fue el virrey Ettore Pig-
natelli quien ordenó que se garantizase la protección del cargador de Agri-
gento, una de las principales, pues recolectaba la producción de la mayoría
del interior del suroeste. Para garantizar la seguridad del cargadero, se
encargó la construcción de una nueva torre monumental, que luego se con-
vertiría en un verdadero fortín, de cuyo diseño se encargaría Tomasello de
Padua50. Fue una obra que tardaría muchísimo en llevarse a cabo, también
por la dificultad de realizar construcciones hidráulicas y por la exposición
a las olas (el fortín estaba en el medio del mar)(fig. 20), tanto que dejaría
desprotegida esta infraestructura fundamental durante años, con dramá-
ticas consecuencias, como relató el propio virrey pocos años después, en
1527: «hace unos días se apresaron siete navíos que transportaban carga-
dores para dos navíos de corsarios franceses; algunas veces estos turcos y
moros habían desembarcado y saqueado los depósitos de estos cargadores
causando un daño máximo a los padrones del trigo, los cuales, de haberse
construido dicha torre, provista y equipada de lo necesario, habría podido
ayudarlos y defenderlos, evitando el robo y los daños»51.

49 Spannocchi. Op. cit., 3r.


50 ASPa, TRP, LV, v. 273, c. 109r.
51 Ibídem.
066

Fig. 21. Tiburzio Spannocchi, Castellammare, 1578.

En el caso del cargador de Castellammare del Golfo, en el lado norte del


mismo compartimento, protegido ab antiquo por un castillo feudal, no
solo este habría sido dotado tempranamente, hacia el 1530, de modernos
baluartes poligonales para proteger el equipamiento y el puerto, sino que
incluso se habría fundado allí una nueva ciudad, también fortificada, una
actividad de asentamiento y poblamiento concebida para la defensa de los
almacenes y navíos dedicados a las largas operaciones de carga del grano52
(fig. 21).

Además, en lo que concierne a la complejidad de temáticas indirectamen-


te relacionadas con la defensa de las costas sicilianas, hay que recordar
que construir en el litoral o incluso en el mar, como se solía hacer con
los baluartes y murallas de ciudades marítimas, o para fortines coloca-
dos en escollos, islotes, istmos y penínsulas, aún más para muelles, puer-
tos y dársenas destinados a las galeras reales, implicaba la utilización de
herramientas, metodologías y técnicas de ingeniería hidráulica, disciplina
que experimentó un considerable desarrollo precisamente en el siglo XVI,
como consecuencia de la febril actividad fortificadora, como demuestran,
por ejemplo, los Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas atribuidos al
ingeniero Juanelo Turriano.

En mi opinión, también en Sicilia se fueron difundiendo los conocimien-


tos de ingeniería hidráulica gracias a los astilleros de las defensas maríti-
mas, transmitidos a través de los técnicos extranjeros llamados para cons-
truirlas, como sin duda ocurrió con el véneto Pietro Tomasello. Así fue en
Siracusa, donde en 1584 el ingeniero del Nobile empleaba «trompas que
bombean el agua de los pedamenti»53 de los baluartes para emplazar en
el puerto Marmoreo, cimientos que se debían realizar «dentro del agua

52 Vesco, Maurizio. «Città nuove fortificate del primo Cinquecento: Castellammare del Golfo, Capaci,
Carlentini», en Il Tesoro delle città VI. Roma, Edizioni Kappa, 2011, pp. 504-520, alle pp. 505-511.
53 ASPa, TRP, LV, v. 731, c. 99r.
067

Fig. 22. Juanelo Turriano (atrib.), Cajones de madera y herramientas para fundaciones hidráulicas,
finales del siglo XVI.

hasta la superficie»54. La envergadura y complejidad tecnológica de la


intervención era tal que requirieron el empleo de muchas de estas trom-
pas, llamadas cócleas o bombas de tornillo, junto con otras herramien-
tas destinadas al drenaje de los cajones de madera para la cimentación
hidráulica de las estructuras murarias, como los que el virrey conde de
Alba de Liste, a finales de agosto de 1585, al acercarse el invierno, ordenó
almacenar en los almacenes de la Corte (fig. 22). Precisamente en lo que
respecta a los encofrados, el gobernante temía que los que ya se habían
realizado, y que permanecían montados en el mar para la futura conti-
nuación de la obra, pudieran ser destruidos por las olas, poniendo así en
peligro la mampostería aún incompleta. Informado de que «al comienzo
de la construcción de la fachada de un belguardo hay algunas cascie, que
podrían sufrir alguna ruina por el acaecimiento de malos tiempos», or-
denó a la ciudad de Aretusa que «las haga pasar por personas expertas y,
de no ser suficientes para resistir, dará el remedio que vea necesario para
su conservación»55.

54 ASPa, TRP, LV, v. 729, c. 41v.


55 ASPa, TRP, LV, v. 742, c. 189r.
068
Problemas de ingeniería hidráulica ya habían surgido en Trapani, un par
de años antes, en 1583, en relación con el castillo que ocupa el islote de
Colombara en medio del puerto, donde el ingeniero Giovanni Antonio Sa-
lamone había sido enviado a diseñar una intervención para reconstruir la
fortaleza utilizando palos de madera, «por ser una fábrica antigua y estar
construida sobre madera ya podrida», y se le había pedido un «diseño del
remedio»56.

Sin embargo, y para concluir, no se puede dejar de señalar que en el Dis-


corso militare (manuscrito de 1612 relativo a la llamada guerra defensiva,
dirigido por el alto funcionario de la Corte, Antonio Bologna, un jurista
palermitano con conocimientos militares, al virrey Pedro Girón, duque
de Osuna) no se hace referencia alguna a las torres costeras57. De hecho,
se trataba de un sistema que, pese a los esfuerzos del gobierno, seguiría
mostrando sus debilidades, debidas, más que a los grandes problemas de
manutención, a la dificultad de controlar su aspecto antrópico: los nume-
rosos trabajadores necesarios para el funcionamiento de aquel «cinturón
de piedra», torreros y caballeros, a menudo de poca confianza, dejaban las
torres desprotegidas, no oteaban el horizonte o fingían ir recorriendo el
litoral, comprometiendo así pueblos, ciudades y el reino entero.

Aun así, y a pesar de estas dificultades prácticas, en 1642 las torres en la


política del gobierno eran, y seguirían siendo durante mucho tiempo, «la
pieza clave de la defensa» del Reino58.

Por otra parte, precisamente una de las últimas reflexiones de Bologna es


muestra de que el peligro llegaba por mar y de que las defensas costeras
podían parecer insuficientes; él, discutiendo acerca «del lugar en que debía
residir la persona del señor virrey» en caso de guerra o invasión, propuso
trasladar al virrey y la Corte desde la capital Palermo hacia el pueblo Cas-
trogiovanni (hoy llamado Enna), urbs inexpugnabilis para los romanos,
colocado en la cumbre de una montaña justo en el medio de la isla, no por
casualidad el punto más lejos del mar59.

56 ASPa, TRP, LV, v. 719, c. 103r.


57 Bologna, Antonio. Discorso militare di don Antonio Bologna nel quale si demostra la maniera che possi
esser offeso il Regno e il modo con il quale possi essere difeso dell’incursioni e invasioni de’nemici...,
Biblioteca Nazionale Centrale di Roma, ms. Gesuitico 424. Para información sobre el manoscritto, véase
Vesco, Maurizio. «La Sicilia de Felipe III en un Discorso militare ocultado: hombres, ciudades y territorio»,
en Escrituras Silenciadas. El paisaje como historiografía. A cargo de J. F. Forniés Casals y P. Numhauser,
Alcalá de Henares, Universidad de Alcal, 2013, p. 395-409.
58 ASPa, TRP, DR, v. 325, c. 5r.
59 «Otros [...] dicen que (el virrey) se quede en Castro Gioanne en el centro del Reino, pues dicen que para
estar en una guerra defensiva, es necesario desalentar el valor del Capitán General, pues de su salud
depende la salud del ejército y conviene que sea muy cauto, como lo sería de quedarse en el centro
del Reino, pues no solo se evitarían todos los peligros, sino que también podría prestar ayuda a todas
las partes y proveer rápidamente a todas sus necesidades»; Bologna, Antonio. Discorso militare, f. 50v.
069
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071
01 | Historia y patrimonio. Siglos XVI-XVIII

La frontera marítima de la corona hispánica


en los siglos XVI-XVIII (caracterización como
sistema territorial de carácter global)

Fernando Cobos
Dr. Arquitecto y miembro de Icomos (Valladolid)

El reconocimiento de los valores tecnológicos y sistémicos de la fortifi-


cación y la caracterización de sistemas defensivos territoriales a distintas
escalas así como el análisis de la superposición de estratos territoriales que
integran estos sistemas y constituyen las distintas unidades de paisaje, ha
cambiado notablemente nuestra precepción del fenómeno de la fortifica-
ción moderna. De entre los sistemas territoriales de fortificación, posible-
mente el sistema de la frontera marítima de la Monarquía Hispánica sea
uno de los más complejos y extensos de la historia.

A partir de 1480, como respuesta a la amenaza turca, los reinos de Castilla


y Aragón empiezan a desarrollar una estrategia de fortificación costera que
evoluciona desde la defensa pasiva de costas y puertos hasta una política
activa de construcción de presidios en las costas enemigas que garanticen
el dominio real del Mediterráneo occidental. Será en el Mediterráneo don-
de la nueva fortificación abaluartada y los diseños del ingeniero Escrivá
empiecen a definir un modelo de defensa de puerto que se adapte a esta
estrategia.

A partir de 1580, Felipe II, como rey de Castilla, Aragón y Portugal,


decide trasladar al resto del mundo un sistema global de fortificaciones
cuyas bases estratégicas y técnicas ya habían sido desarrolladas y pro-
badas en el Mediterráneo. Este Sistema, extraordinariamente coherente
en su desarrollo cronológico, geográfico y técnico partía de unas necesi-
072
dades de ubicación y de una estrategia de defensa que condicionaron de
tal manera el modelo de fortificaciones a construir que, aun siendo todas
distintas por su proverbial adaptación al terreno, son perfectamente re-
conocibles como tipo.

Plano de Antonio de
Herrera en el que aparece
la Raya de Tordesillas,
Descripción de las Yndias
Occidentalis, en M.
Colin, 1622.

Ciudades de frontera.

A. Detalle del plano de la ciudad de


Eivissa con el proyecto de Calvi,
segunda mitad del siglo XVI, Leiden,
University Library Collection Bodel-
Nijenhuis, Atlas 440 fols. 45-46

B. Ciudad Rodrigo, áreas urbanas


destruidas por la fortificación
siglos XVII y XVIII, en COBOS, F.,
CAMPOS, J, Almeida/Ciudad Rodrigo,
la fortificación de la Raya central,
Salamanca, 2013.

A.
073

B.
074

El Estudio de la Fortificación como Sistema

El reconocimiento de los valores sistémicos parte de la reflexión obvia de


que las fortificaciones aisladas no tienen sentido, que todas se hicieron
como parte de un sistema, que las razones de su construcción y su forma
no son locales y que su comprensión y valoración completa no puede ha-
cerse sin entender el sistema al que pertenecen. Por ello hemos dedicado
muchos estudios a establecer los criterios para el reconocimiento de Siste-
mas Patrimoniales y para reformular la comprensión del territorio de estos
sistemas, las claves de un paisaje en el fondo muy especializado1. Entender
la fortificación hispánica en el Mediterráneo o en el Atlántico en la época
de los Austrias como un sistema es la mejor forma de caracterizar y enten-
der las profundas relaciones que hay entre las fortificaciones que hoy en
día se conservan en países muy distintos, cuyos historiadores y arquitectos
locales a veces no tienen las claves para interpretar sus fortalezas o la im-
plantación de sus ciudades o sus puertos sin conocer los otros elementos
del mismo sistema.

El entendimiento de las fortificaciones de la Edad Moderna como edifi-


cios aislados, definidos y concebidos de forma aislada, es posiblemente
uno de los errores de apreciación más importantes en el reconocimiento
de los valores de estos edificios como patrimonio. Es cierto que se trata
de una herencia adquirida de la tradición de valoración monumental del
patrimonio histórico de cualquier tipo y encaja muy bien en el concepto
de excepcionalidad del Patrimonio Mundial. Sin embargo, este concepto
que ha valido para analizar una catedral o un conjunto urbano presenta
problemas de ajuste al aplicarse a la fortificación. Incluso en el estudio de

1 COBOS 2014; COBOS 2015.


075
Detalle del plano del siglo XVIII de
Juan Manrique que manifiesta la
situación de la Ysla de Mallorca, en el
que se observan las torres de defensa
costera al Norte de la isla. Biblioteca
Nacional de España (Biblioteca Digital
Hispánica, CDU 467.51).

la fortificación urbana (que es casi lo mismo que la forma y el desarrollo


urbano en muchos casos) se observa fácilmente que en la ciudades de fron-
tera (Pamplona, La Valeta, Ciudad Rodrigo, La Habana), la fortificación
no está concebida al servicio de la defensa de la ciudad sino que la ciudad
está concebida al servicio de la defensa de la frontera; es decir del modelo
estratégico del Estado, del Sistema de Fortificaciones en su conjunto.

Un sistema de fortificación no es un conjunto de edificios en un territorio


o un conjunto de edificios afines tipológicamente o cronológicamente; es
además una definición estratégica que explica no sólo cada fortificación
sino cada ciudad, cada emplazamiento, cada ciudad que se funda y cada
lugar que se abandona.

Los reinos Hispánicos o Ibéricos (Aragón, Castilla y Portugal) generaron


desde el siglo XV, en conjunto o por separado, estrategias de control te-
rritorial cada vez más ambiciosas que permiten estudiar no sólo diferentes
tipos de sistemas, sino además, su evolución y el desarrollo de modelos
tipológicos, de complejos estratégicos, de emplazamientos urbanos y de
propuestas sistemáticas de fortificación que pretendían el control de con-
tinentes y océanos completos. Desde los sistemas de vigilancia costera, los
de control de la población de territorios y la defensa de fronteras terres-
tresse pasó a sistemas que protegían rutas comerciales (la ruta del índico
portuguesa, la Carrera de Indias, el galeón de Manila) para definirse des-
pués estrategias de dominio de los mares y sus puertos (los presidios del
Mediterráneo a principios del XVI o la defensa atlántica entre Amberes
y Cabo Verde y el Plan general de defensa de América entre Florida y el
Estrecho de Magallanes a finales del siglo XVI).
076

A.
Costa africana.

A.Plano esquemático de la costa africana,


Portugal y España (finales del siglo XV,
principios del siglo XVI).

Fortificaciones Portuguesas
1. Ceuta (1415-1668)
2. Ksar Esseghir (1458-1550)
3. Tangiers (1471-1662)
4. Arzila (1471-1550)
5. Graciosa (1489)
6. La Mámora (1515)
7. Anfa (1515-1755)
8. Azamor (1515-1541)
9. Mazagán (1485-1769)
10. Safi (1488-1541)
11. Aguz (1506-1525)
12. Mogador (1506-1525)
13. Santa Cruz do Cabo de Gué (1505-1541)
14. Madeira (1425)

Fortificaciones Españolas
1. Islas Canarias (1402)
2. Cabo Juby (1498-1509)
3. Santa Cruz de la Mar Pequeña (1498-1509)
4. San Miguel de Saca (1498-1509)

B. Documento de 1499 del Archivo General


de Simancas, que describe cómo la torre de
Cabo Juby estaba construida en tierra firme
(continente) pero a la vez «sobre el agua».
Cortesía de Javier de Castro.

B.
A. B.
077

C. La defensa de los morros.


A. Disegni della guerra assedio et assalti
dati dall’armata Turchesca all’Isola
di Malta l’anno 1565, Antonio F.
Lucini, Bolonia 1631.
B. Copia del grabado holandés del
Asalto holandés al castillo de Natal,
Brasil, 1633.
C. Bombardeo de la fortaleza de El
Morro, 1 de julio de 1762, Richard
Paton, National Maritime Museum,
Londres.

Este análisis de los sistemas de fortificación implica caracterizar las múl-


tiples variables de los sistemas, subsistemas, grupos locales y tipologías
fortificatorias y urbanas, terrestres y marítimas, todas ellas definidas al
servicio de unos modelos estratégicos que no pueden explicarse localmente
y cuyas prioridades no siempre coincidían con las de las ciudades y ciuda-
danos que habitaban aquellos lugares.

El estudio de conjuntos de monumentos se ha basado tradicionalmente


en agrupaciones de carácter geográfico, desde un elemental conjunto his-
tórico referido a una ciudad o parte de ella, hasta un itinerario cultural
definido por un camino histórico, como pueda ser El Camino de Santia-
go. También el estudio de conjuntos de monumentos se ha basado en la
agrupación de edificios en función de razones estilísticas en un entorno
geográfico concreto, como por ejemplo las iglesias románicas del norte
de Castilla o en función de rutas turísticas donde el hilo conductor era
la propia ruta y no las características tipológicas o cronológicas de los
edificios que en ella se encontraban. El estudio de los llamados «Sistemas
Territoriales de Patrimonio» es relativamente reciente, y a ello hemos de-
dicado algunas publicaciones en los últimos años2, estableciendo como
su análisis es, seguramente, el método más lógico desde el punto de vista
científico, de acercarse a la interpretación de los monumentos aislados en
el caso de las fortificaciones y, especialmente, en el caso de las fortificacio-
nes de la Edad Moderna.

2 COBOS - RETUERCE 2012.


078

B. Mapa del Civitates Orbis Terrarum


publicado en 1575 en el que se
detalla el Peñón de Vélez.
079
El Mediterráneo.

A. Frontera marítima en el Mediterráneo

Llaves Puertos fortificados


(color gris) propios (color rojo)
1. Gibraltar 1. Peñíscola
2. Orán 2. Alicante
3. La Goleta 3. Palma
4. Valleta 4. Ciudadela
5. Siracusa 5. Alghero
6. Augusta 6. Cagliari
7. Colliure 7. Palermo
8. Mahón 8. Milazzo
9. Ibiza 9. Messina
10. Cartagena 10. Otranto
11. Nápoles
Presidios 12. Gaeta
(color amarillo) 13. Rosas
1. Ceuta
2. Peñón de los Vélez Principales puertos
3. Melilla militares aliados
4. Argel (color verde)
5. Béjaïa 1. Génova
6. Bona 2. Livorno
7. Bizerta
8. Mahdia Principales puertos
9. Djerba militares enemigos
10. Trípalo (color azul claro)
11. Porto Ercole 1. Marsella
12. Orbetello 2. Argel
13. Porto Longone

C. Asalto Turco a La Goleta de Túnez,


1574. Brawn y Hogenberg, Colonia,
1575.
080
De forma sencilla y siguiendo estos trabajos anteriores, podemos establecer
la diferencia entre un conjunto de monumentos, una ruta o un itinerario y
un Sistema Territorial de Patrimonio a partir del siguiente criterio, que no
siempre se ha seguido a la hora de identificar sistemas. Primeramente los
edificios que pertenecen a un sistema deben ser coherentes desde el punto
de vista cronológico, geográfico y tipológico o tecnológico. Es decir, el
sistema es el resultado de un proceso constructivo de edificaciones reali-
zado en un tiempo concreto, en un ámbito geográfico concreto y con unas
características tipológicas o tecnológicas concretas. En un segundo nivel,
podríamos distinguir entre Sistemas Propios y Sistemas Impropios. Un Sis-
tema Propio es aquel que, además de ser coherente cronológica, geográfica
y tecnológicamente, fue concebido como sistema cuando los edificios se
construyeron. Es decir, hay valores independientes de los valores de cada
monumento que son propios del sistema como tal –el proyecto estratégico
o la función que cada elemento cumple dentro de éste– y que no son com-
prensibles con el análisis de las circunstancias particulares de cada edificio.

Un Sistema Impropio es aquel que, siendo coherente desde el punto de vis-


ta cronológico, geográfico y tecnológico, no fue concebido como un siste-
ma originalmente. Desde el punto de vista del valor patrimonial podemos
considerar que en un Sistema Impropio:

Valor del sistema = suma de los valores de los elementos

Mientras que en un Sistema Propio:

Valor del sistema > suma de los valores de los elementos

Ya que existen valores propios del sistema como tal, independientes de los
valores de cada edificio.

El análisis de los sistemas de fortificación permite entender las caracte-


rísticas de cada edificio a partir de factores que son ajenos o incluso con-
tradictorios con los condicionantes específicos de cada lugar. Con el caso
de las ciudades fortificadas de frontera, este concepto se entiende mejor3.
Así, en la fortificación medieval de una ciudad, la muralla se construye
para proteger a la ciudad, y si la ciudad crece, por ejemplo se amplía la
muralla. En la fortificación de una ciudad de frontera, la fortificación
no se construye para proteger la ciudad, se construye para proteger la
frontera y ambos objetivos no tienen por qué ser coincidentes, es más,
la ciudad se concibe en función de su capacidad de proteger la frontera.
Si analizamos, por ejemplo, la fortificación que en 1554 diseña Calvin

3 COBOS 2011
081
para la ciudad de Ibiza, se ve claramente que la muralla se traza por
donde la defensa es más eficaz, dejando gran parte del arrabal fuera de
ella. Cuando la población protesta por esto, el ingeniero contesta que la
orden del rey no es tanto evitar el coste económico que supondría hacer
la fortificación más grande, como conseguir que sea muy fuerte con poca
guarnición, y que si la gente necesita refugiarse puede huir al monte o
hacerlo en otro pueblo4. Más de cien años después, cuando se plantea la
fortificación de Ciudad Rodrigo, todos los proyectos contemplan fortifi-
car sólo el recinto medieval, y destruir todas las casas que se encuentran
fuera de este recinto, que en esa época supone más de la mitad de la po-
blación. Las razones son puramente técnicas, se busca la mejor defensa
sacrificando incluso para ello la propia ciudad5.

Un paso más allá sucede cuando la ciudad no sólo se fortifica para defen-
derse, sino que se utiliza como defensa avanzada de la fortificación estra-
tégica principal. En 1565, tras el asalto turco a Malta, se comprueba que
la seguridad de la isla depende de que no caiga el fuerte de San Telmo,
construido por el ingeniero Pedro Prado veinte años antes con la función
de cerrar la entrada a las bahías. Se decide entonces fundar una ciudad
nueva (La Valeta) situada justo delante del fuerte, protegiendo las alturas,
desde la que los turcos le habían bombardeado. Doscientos años después
del episodio de Malta, tras la toma de La Habana por los ingleses en
1763, se sabe que la seguridad de la isla caribeña radica en que no caiga
el fuerte de El Morro, construido por Bautista Antonelli ciento cincuenta
años antes para proteger la entrada de la bahía. El plan de defensa del
ingeniero Silvestre Abarca, contempla la construcción de un extraordina-
rio fuerte (La Cabaña) justo delante de El Morro, concentrando todo el
gasto y toda la defensa en ese punto, y desoyendo las peticiones de la ciu-
dad de La Habana para que reforzara sus defensas. Abarca consideraba
incluso que si el enemigo atacaba primero la ciudad, situada al otro lado
de la boca de la bahía, tardaría más tiempo en tomar El Morro, que era
la defensa estratégica6.

Vemos por tanto que para la historia local de Ibiza, Ciudad Rodrigo, La
Valeta o La Habana su fortificación, e incluso su emplazamiento, no tienen
una explicación lógica si no entendemos qué valor tenían para la Corona
Hispánica los puertos o las fronteras en las que se hallaban; si no entende-
mos que la fortificación no servía a las ciudades que se fortificaban sino al
diseño estratégico completo del sistema defensivo.

4 COBOS-CÁMARA 2008
5 COBOS, F. y CAMPOS, J. (2013): Almeida/ Ciudad Rodrigo, la fortificación de la Raya Central.
Salamanca: Consorcio Transfronterizo de Ciudades Amuralladas. Disponible en: http://www.
guerradelaindependencia.net/
6 COBOS 2013.
082
Fortificación Hispánica como Sistema Global

La Raya que define la frontera entre España y Portugal había marcado


en la Edad Media los territorios que habían de ser conquistados y cris-
tianizados respectivamente por Castilla y por Portugal en la parte de la
Península bajo dominio musulmán. Acabada la Reconquista peninsular,
ambos reinos iniciaron su expansión por el océano Atlántico y con el pre-
cedente de la raya peninsular establecieron una raya que dividía el mun-
do que ahora pretendían conquistar y cristianizar. Sin embargo el tratado
de Tordesillas celebrado entre Castilla y Portugal en 1494 y refrendado
por bula Papal, no sólo suponía el establecimiento de un límite (una raya)
que separaba los futuros territorios donde ambos reinos emprenderían
su expansión oceánica (Brasil, África y Asia para Portugal y el resto de
América y las islas del Pacífico para Castilla) sino que suponía además la
exclusión de las otras potencias europeas (Francia e Inglaterra y, más tar-
de, Holanda) del reparto del mundo. La carta del rey de Francia al Papa
de Roma preguntándole irónicamente en qué clausula del testamento de
Adam se indicaba que el mundo debía dividirse sólo entre españoles y
portugueses demuestra cómo lo que para Castilla y Portugal era una de-
marcación bilateral, para el resto del mundo era un mandato Papal –(el
de conquistar para evangelizar esos territorios)– que les excluía. La pi-
ratería o las guerras contra las potencias católicas fueron la respuesta de
Francia, Inglaterra y Holanda. Por el otro lado, la defensa del orden así
establecido no sólo se consagró con la defensa de la infalibilidad del Papa
en el Concilio de Trento o en los en gran parte fracasados intentos espa-
ñoles por someter militarmente a las otras potencias europeas, sino con
complejos sistemas de fortificaciones que abarcaron casi todo el mundo
y que de facto le circunvalaban. La unión de las coronas de Castilla y
Portugal en el rey Felipe II de España supuso en ese momento (1580-
1640) que, en función de la bula papal de Tordesillas, toda América le
pertenecía por derecho y que para ejercerlo se diseñó un completo plan
de defensa con fortificaciones desde la Florida hasta el Estrecho de Maga-
llanes. El sistema se inspiraba en el Sistema de Fortificaciones y Presidios
que España había desarrollado para controlar el Mediterráneo Occiden-
tal frente al imperio turco. Con Portugal se incorporó también el sistema
portugués de fortificaciones que protegían sus rutas de circunvalación de
África y llegaban hasta el Pacífico; se inició entonces por España la forti-
ficación de las costas americanas del Pacífico y de Filipinas. Quedaban así
protegidos todos los derechos territoriales que Tordesillas otorgaba tanto
a Portugal como a Castilla y nacía el primer sistema verdaderamente
mundial de fortificaciones sin las cuales la historia de muchas partes del
mundo no sería comprensible.
083
Es fácil entender, por tanto, por qué durante el periodo de la Unión Ibérica
la Corona Hispánica era vista por las otras potencias europeas como el
poder hegemónico que pretendía dominar el mundo: «No se puede dudar
de que los españoles aspiran al dominio universal y que los únicos obs-
táculos que hasta el presente han encontrado son la distancia entre sus
dominios y su escasez de hombres»7. Éstas fueron las palabras que había
escrito el cardenal Richelieu en una carta enviada a Luis XIII de Francia en
1624. Resultaba además que los dos obstáculos principales que acertada-
mente señalaba el cardenal francés, la distancia entre los dominios, con la
imposibilidad de enviar socorros eficaces, y la escasez de hombres, con la
imposibilidad de tener ejércitos y flotas suficientes para proteger tan vastos
territorios, se corregían de forma bastante eficaz con un amplísimo sistema
de fortificaciones repartidas por todo el mundo8.

Este escenario de dominio global con sistemas de fortificación globales


que lo defendían, cambia realmente con tres acontecimientos históricos
muy relevantes: la secesión portuguesa de la Corona Hispánica en 1640, la
guerra de sucesión española que acabará con el tratado de Utrecht (1713-
15) que puso fin al dominio español en Europa y abrió , al menos teórica-
mente, América a otras potencias, y finalmente las guerras que durante el
siglo XVIII librarán Francia, España, Inglaterra y Portugal por el dominio
oceánico y que acabará en el caso hispano-luso con la reformulación de la
Raya de Tordesillas con el tratado de San Ildefonso en 1777.

Defensa Atlántica.
Esquema de la defensa atlántica
con la Raya de Tordesillas de
1494.

7 Tomamos prestada la cita –originalmente en HANOTAUX (1896)– del estudio de PARKER (1972)
8 COBOS 2012.
084

La Frontera Marítima

Hay distintos tipos de sistemas de fortificación costera, y no todos en-


cajan con el concepto de frontera marítima que la monarquía hispánica
desarrolló desde principios del siglo XVI9. Existe una fortificación costera
cuya misión principal es defender y prevenir los ataques que se producen
desde el mar sobre la costa de un territorio propio. Esta fortificación de
defensa costera ha existido siempre, especialmente en aquellas costas don-
de la incidencia de los ataques piratas, que buscaban botín y prisioneros,
era más importante. Todas las costas mediterráneas de la Corona Hispá-
nica, en las islas y en las penínsulas ibérica e itálica, presentan cientos de
torres de vigilancia costera que se completaban con pequeños fuertes para
proteger poblaciones o ensenadas donde podían producirse desembarcos.
La Corona dedicó, desde la Edad Media, ingentes cantidades de recursos
para construir un sistema que previniera estos ataques, pero este sistema
no es exactamente lo que entendemos por frontera marítima. En segundo
lugar, aparecen fortificaciones que sirven a rutas, a escalas de navegación
en rutas comerciales, como las desarrolladas por Portugal en la costa afri-
cana y asiática y donde se alternaban los puertos de escala en las ciudades
propias con los puestos de intercambio comercial. Este fue también el pri-
mer modelo usado en los primeros asentamientos portugueses y españoles
en América. Un caso especial lo constituye el conjunto de fortificaciones
que construyeron los portugueses en la costa actual de Marruecos entre
Ceuta y Cabo Gué y los construidos por los castellanos hasta Cabo Juby
(Tarfaya). En este caso el control de la costa pretendía un cierto dominio
territorial tierra adentro que se vio frustrado por la reacción de los reinos
locales en la primera mitad del siglo XVI y que quedó definitivamente ol-
vidado tras la desastrosa batalla de Alcazarquibir (1578), donde moriría el
rey Don Sebastián de Portugal.

9 COBOS 2011.
085
Defensa atlántica.
Costa americana:

Llave (color gris) 2. Araya, Venezuela


1. La Habana 3. Puerto Guayana, Orinoco
2. San Lorenzo 4. Natal
3. Cartagena de Indias 5. Santa Catarina
4. San Juan de Puerto 6. Estrecho de Magallanes
Rico 7. Malvinas
5. Río de Janeiro
6. Río de la Plata, Puertos fortificados propios (color rojo)
Buenos Aires 1. Veracruz
2. Santiago de Cuba
Presidios (color amarillo) 3. Trinidad y Tobago
1. San Agustín de 4. Salvador de Bahía
Florida 5. Santos

Sin embargo, el verdadero concepto de frontera marítima se corresponde


con el planteamiento estratégico que la Corona Hispánica concibe a prin-
cipios del siglo XVI para garantizar el dominio del mar Mediterráneo oc-
cidental frente al peligro de la armada turca. La toma de Otranto (1480)
por los turcos había provocado la preocupación de Fernando el Católico,
rey de Sicilia y aspirante a rey de Nápoles, quién se había erigido en de-
fensor del Mediterráneo, al menos como excusa para enviar tropas ara-
gonesas y castellanas al sur de Nápoles y terminar en 1504 conquistando
todo el reino. La estrategia del rey español consistía en ocupar o inutilizar
mediante fortificaciones propias cualquier bahía o puerto suficientemente
grande como para albergar una flota enemiga, sabiendo que las galeras
de guerra en el Mediterráneo no podían sobrevivir a una tempestad si no
tenían un puerto seguro, y los puertos verdaderamente seguros no eran
tantos. Se atribuye popularmente al almirante genovés de la flota españo-
la, Andrea Doria, en la primera mitad del siglo XVI, la ocurrencia de decir
que él sólo tenía en el Mediterráneo por seguros tres puertos: Junio, Julio
y Cartagena.

Con este criterio se construyen fortalezas en todo el norte de África des-


de Gibraltar hasta Trípoli, en muchos casos castillos levantados sobre un
peñasco o sobre un islote y rodeados completamente de enemigos, cuya
misión era impedir que el enemigo usase las bahías. Este es el origen de
la palabra «presidio», que en español terminó adquiriendo el significado
de una cárcel aislada de la que es muy difícil salir. El Peñón de Vélez la
Gomera, por ejemplo, fue fortificado en la costa africana en 1508 por este
motivo y aún hoy en día conserva una fortaleza española que custodian
unos soldaditos del ejército español, más por tradición que por utilidad
táctica. Por supuesto el sistema incluía también la fortificación de los puer-
tos propios y se fue completando durante el siglo XVI hasta constituir un
086
sistema de control absoluto del Mediterráneo occidental, con la inclusión
de los puertos de los estados aliados (prácticamente vasalláticos de Géno-
va y Florencia), y con la excepción de Argel, cuyo peñón se había perdido
y fracasó su intento de conquista en 1541, y el puerto de Marsella cuya
conquista había fracasado en 152410.

La organización del sistema se basaba en tres categorías de fortificación:

1. La fortificación de los principales puertos de la flota: incluía los ar-


senales de la marina (Cartagena en España y Augusta en Sicilia, por
ejemplo) y las llamadas «llaves», que eran aquellos puertos de alto valor
estratégico, para la flota propia o para el enemigo, cuya pérdida suponía
perder el control marítimo. Llaves eran Gibraltar, Orán, La Goleta de
Túnez, Rosas y especialmente las islas pequeñas con puertos de gran ca-
pacidad, por cuanto la reconquista por tierra era imposible, como Ibiza,
Mahón en Menorca o La Valeta en Malta.

2. La fortificación de los presidios: aquellos puertos que se fortifican no


tanto para usarlos por la flota propia sino para que la flota enemiga no
los use. En el Mediterráneo, aparte de los fortificados inicialmente en la
costa africana (Ceuta, Vélez, Melilla, Mazalquibir, Orán, Bugía, Bona,
Bizerta-Tabarca, La Goleta, Mahdia, Djerba y Trípoli), muchos de los
cuales se abandonaron o se perdieron en la primera mitad del siglo XVI,
destacan las fortificaciones ejecutadas para proteger los puertos y bahías
del monte Argentario y de la isla de Elba en la costa de la Toscana tras la
guerra de Siena (1557). En este conjunto, conocido históricamente con
el significativo nombre de «Stato dei Presidi», se conservan en perfecto
estado los fuertes españoles de Porto Ercole, Orbetello y Porto Azzurro
(Porto Longone). Mas tardío pero igual de interesante sería el caso de
Finale.

3. La fortificación de los puertos secundarios y comerciales: ni son llaves,


ni son presidios, pero que también se fortifican para proteger la activi-
dad y la población.

Obviamente, la inclusión de un puerto o una bahía en una de estas catego-


rías varía con el tiempo y con las distintas necesidades estratégicas. Algu-
nos puertos fortificados mantienen siempre su condición de llaves, como
Cartagena o La Valeta, otros adquieren importancia por acontecimientos
bélicos significativos, como el caso de Messina, o por su ocupación por
otras potencias, como los de Mahón o Gibraltar.

10 COBOS 2013, pp. 45-50.


087

Defensa atlántica.
Costa europea/africana:

Llaves (color gris) Puertos fortificados propios (color rojo)


1. Dunquerke 1. Amberes
2. Ferrol 2.Gravelines
3. Isla Tercera 3. La Coruña
4. Lisboa (en detalle 1) 4. Vigo
5. Cádiz 5. Bayona
6. Insua
Presidios (color amarillo) 7. Viana do Castelo
1. Brest 8. Nazaré
2. Blavet 9. Perniche
3. Larache 10. Cascais (en detalle 1)
4. La Mámora 11. Sâo Juliâo da Barra (en detalle 1)
5. El Jadida-Mazagan 12. Setubal (en detalle 1)
13. Cabo de San Vicente (en detalle 2)
14. Beliche (en detalle 2)
15. Sagres (en detalle 2)
16. Las Palmas de Gran Canaria
17. Cabo Verde

Detalle 1

Detalle 2
088
Defensa atlántica.

Inscripción de 1632 en
la entrada a uno de los
fuertes que protegen la
costa del Cabo de San
Vicente, Portugal, con
las armas de Castilla,
Aragón y Sicilia picadas
después de 1640.

Pacífico. A. Grabado de América B. Carta naútica del C. Mapa Isla de Juan


del Sur en 1598, puerto de La Soledad Fernando de Tierra,
Pervvia id est de las Islas Malvinas, 1795. Museo Naval,
Novi Orbis pars 1774, Museo Naval colección: MN.
Meridionalis, Quad (sig. 49-A-14). (sig. 50-D-3(2) ).
M., Bussemacher J,
Colonia, ca.1600.

A.
089

B.

C.
090
La Frontera Marítima del Frente Atlántico

En la segunda mitad del siglo XVI quedó claro que ninguna victoria naval
garantizaba el dominio marítimo, ni ninguna derrota significaba su pérdi-
da. El éxito del ataque turco a la Goleta en 1574 después de la aplastante
victoria naval española en Lepanto en 1571, o el estrepitoso desastre, en
pérdida de barcos y hombres, de la expedición de Drake contra Galicia y
Portugal en 1589 tras el fracaso de la armada española frente a Inglate-
rra el año anterior, venían a dar la razón al visir turco cuando le decía el
embajador de Venecia, comparando la destrucción de la flota turca con la
pérdida de fortalezas e islas por los venecianos:

Subsistemas.

A. Subsistemas del
Rosellón y de los
estados del Presidio en
la Toscana.

Francia
1. Rosas
2. Colliure
3. Perpiñán
4. Salses

Presidios archipiélago
toscano
1. Porto Longone
2. Orbetello
3. Porto Ercole

B. Dibujo que representa


una parte del terreno
en donde está
situado el fuerte de la
Concepción de Osuna
en Aldea del Obisco
(Salamanca), 1664.
AGS. MPD
(sig. 28-060)
091

C. La frontera a lo largo del Miño con sus D. Villa fortificada de Perpiñán según plano de
fortificaciones, 1580. Valladolid, Archivo 1696, en N. de FER, Les forces de l’Europe,
General de Simancas, Mapas, Planos y ou Description des principales villes, avec
Dibujos (sig. XXXVIII-65). leurs fortifications. París, 1696.

Sin duda nos crees abatidos por el revés que acabamos de experi-
mentar y vienes á gozarte de nuestra derrota pero has de saber que
si vosotros nos habeis afeitado de cerca batiendo nuestra escuadra
nosotros os hemos quitado un brazo arráncandoos el hermoso reino
de Chipre y un brazo cortado no puede renacer siendo así que la
barba afeitada vuelve á salir mas espesa y fuerte que nunca 11.

Es, a partir de 1580 con la incorporación de Portugal a la Corona Hispá-


nica, cuando se diseña un sistema defensivo de fortificaciones que protegen
puertos y presidios desde Amberes a Cabo Verde en la cosa oriental y des-
de La Florida al Estrecho de Magallanes en la costa occidental. Es posible,
por tanto, relacionar la experiencia de la defensa de las bahías de Malta
desde el fuerte de San Telmo frente a los turcos en 1565 con la defensa
de la entrada del río grande de Natal contra los holandeses hacia 1633, o
la defensa de la entrada del puerto de La Habana frente a los ingleses en
1762. Resulta curioso, por tanto, que casi 200 años después del sitio de
Malta, el morro de la Habana cumplía la misma función estratégica, ya
que como decía Silvestre Abarca en su estudio para la defensa de La Haba-
na en 1771: «Si no podían entrar en puerto quedaban “expuestos a que el
intemperie del clima los destruya en menos de tres meses”12». El sistema se
construyó, básicamente, entre 1580 y 1600, aunque algunas fortificaciones
tardaron mucho más en completarse, y podemos distinguir, igual que dis-
tinguíamos en el Mediterráneo, puertos principales de la flota, arsenales y
llaves, puertos de control estratégico y puertos secundarios y comerciales.
En la costa oriental del océano, el puerto principal del Canal de La Man-
cha debería haber sido Amberes, pero la presión holandesa lo desplazó

11 JOUANIN 1840, p. 162.


12 ABARCA (1771).
092
hacia Dunkerque y Gravelines, que sin embargo hasta la segunda mitad
del siglo XVII, con las obras de los canales, no llegaron a ser seguros para
flotas de barcos de gran tonelaje. Para compensar esta desventaja y además
durante el periodo de máxima tensión con Inglaterra, se ocuparon y se for-
tificaron las entradas de las bahías de Brest y Lorient en la costa francesa;
así empezó a perfilarse, como principal puerto de referencia de la flota, Fe-
rrol, que inicialmente compartía protagonismo con La Coruña. Más al sur,
las dos llaves del sistema defensivo, fueron Lisboa, cuyas defensas costeras
se multiplicaron por orden de Felipe II de España, y por supuesto, Cádiz.
El entorno del cabo de san Vicente, Azores, Canarias y Cabo Verde, vieron
construir también potentes fortificaciones para su defensa.

En la costa americana, la primera expedición del almirante Valdés con An-


tonelli como ingeniero (1581-84), perfiló todo el sistema defensivo desde
La Guayana hasta el Estrecho de Magallanes, y los diseños defensivos y
algunas de las fortificaciones que defienden Salvador de Bahía, Natal, Río
de Janeiro, Santos o el Río de la Plata, fueron concebidas en este primer
sistema. Un segundo y tercer viaje, al mando de Tejada y también con An-
tonelli como ingeniero, definió el sistema defensivo de El Caribe (1586-88
y 1589-1600).

El diseño estratégico del sistema defensivo atlántico era reflejo de la ex-


periencia Mediterránea. La elección de los lugares adecuados para la de-
fensa se encomendaba a militares experimentados (Valdés y Tejada), tal y
como proponía Rojas en su tratado: «La tercera (máxima) y más princi-
pal para la fortificación es saber reconocer bien el puesto donde se ha de
hacer la fortaleza […] que es materia de soldados viejos»13.Pero además,
el ingeniero responsable de la construcción de las fortalezas, Bautista An-
tonelli, era un discípulo aventajado de Vespasiano Gonzaga y de toda la
tradición heterodoxa española de priorizar la adaptación al lugar sobre la
reproducción de modelos apriorísticos. Podemos, al igual que hacíamos
en la vertiente oriental, distinguir los puertos principales de la flota, arse-
nales o llaves, de los presidios y de los puertos secundarios y comerciales.
Presidios serían, pues cumplen su función de inutilizar la posibilidad de
refugio de otras flotas enemigas, el castillo de San Marcos en La Florida,
el fuerte de Araya y los fuertes del Orinoco en Venezuela y el fuerte de
Natal en la desembocadura de Río Grande en Brasil. Llaves, o puertos
principales de la flota, serían La Habana y Santiago en Cuba, San Juan en
Puerto Rico, Cartagena en Colombia o Salvador, Bahía y Santos en Brasil.
Puertos comerciales importantes, pero secundarios desde el punto de vista
estratégico, ya que sus bahías no podían refugiar ninguna flota, fueron
Veracruz y Campeche.

13 ROJAS 1598.
093
La defensa más al sur, en el Río de la Plata, tiene sin embargo una historia
más compleja y la mayor parte de las fortalezas aparecerán cuando las co-
ronas española y portuguesa se separan. En la defensa del Estrecho de Ma-
gallanes pronto se vio que la idea de construir dos fortalezas y una cadena
que cerrara el estrecho era impracticable, y que la defensa, sin puertos de
apoyo, refugio y suministro, era mucho más eficaz si se dejaba en manos de
la naturaleza hostil (en el siglo XVIII se defendieron con baterías las bahías
de las islas Malvinas y Juan Fernández, apoyos imprescindibles para cual-
quiera flota extranjera que intentara cruzar entre el Atlántico y el Pacífico).

Sistemas Locales, Sub-sistemas, Grupos y Conjuntos

Aunque el sistema en su conjunto obedecía a una estrategia única y global,


dentro de cada sistema se pueden encontrar sistemas locales que aplican
esa estrategia en un ámbito geográfico concreto. La defensa de El Rosellón,
frente a Francia, se encargaba por ejemplo a un conjunto de fortificaciones
que tenían distintas funciones: Salsas, al norte en la misma línea fronteriza,
Perpiñán con su muralla y su ciudadela en retaguardia y donde se situaba
el ejército y Colliure con un puerto fuertemente fortificado que permitía
enviar refuerzos y provisiones desde España sin tener que cruzar los mon-
tes Pirineos. El subsistema de la fortificación hispánica de El Rosellón, di-
señado con estas funciones ya en 1497, funcionó extraordinariamente bien
durante casi 150 años. Salsas, en primera línea cortaba el paso, entretenía
al enemigo durante meses y disponía de la fuerza militar y la caballería
suficiente para obligar al enemigo a sitiarla y no pasar de largo hacia Per-
piñán. Perpiñán tenía una poderosa muralla exterior que defendía una de
las principales ciudades de la Corona, y dentro albergaba una ciudadela
con un cuerpo de ejército y fundiciones y arsenales de artillería. Más al sur,
se situaba el puerto fortificado que permitía la llegada de refuerzos, aún
cuando Perpiñán estuviera cercada14.

En las fronteras terrestres, a diferencia de las marítimas y si exceptuamos


el caso de Sacramento-Buenos Aires en el Río de la Plata, el entendimiento
del sistema local no puede hacerse sin contar con las fortificaciones enemi-
gas por cuanto la línea de frontera era variable y los sistemas de fortifica-
ción eran transversales y perpendiculares a las propias fronteras.

La diferencia entre un sistema local y un subsistema no es siempre tan


clara, y el caso de El Rosellón está en un punto intermedio. El subsistema
agrupa un conjunto de fortificaciones con una función táctica concreta,
normalmente una fortificación o plaza principal, obras de retaguardia y

14 COBOS 1998;. COBOS Y DE CASTRO 2004, pp. 320-383.


094
obras de avanzada, así como las fortificaciones del otro bando. El sistema
de Cerveira-Goyán, en el Miño, con una plaza y cuatro fuertes portugueses
y tres fuertes españoles situados indistintamente a ambos lados del río, po-
dría ser un ejemplo15 o el sistema defensivo del presidio español de Monte
Argentario en la costa de la Toscana italiana con las defensas de Porto
Ercole, Orbetello y las otras baterías de la península. El tercer subnivel del
sistema, en cambio, estaría formado por grupos o conjuntos de fortifica-
ciones. La escasez de hombres de la Corona Hispánica provocó la prefe-
rencia por desarrollar sistemas defensivos con múltiples fuertes pequeños
y dispersos antes que grandes recintos fortificados. El sistema defensivo de
Orán en la costa argelina, con múltiples castillos en la costa y en los cerros,
o el citado Porto Ercole con tres fortificaciones y varias baterías, son ejem-
plos de estos grupos y conjuntos que en sus versiones más simples solían
disponer de, al menos, dos fuertes designados a cubrir los extremos de las
bahías alternando fortificaciones de morro con fortificaciones en los altos
que dominaban la bahía.

Sistemas Locales

A. Detalle de la planimetría generada para el Estudio


sobre Sistemas Territoriales de Patrimonio de las
Fortificaciones Transfronterizas del Bajo Miño B. Detalle del plano del campo de
mediante la rectificación georeferenciada en campo Argañán de 1801, en COBOS, F.
de planos del siglo XVII (COBOS, F. y HOYUELA, y CAMPOS J., Almeidad / Ciudad
A., «Metodología de Estudio e intervención del Rodrigo, la fortificación de la Raya
Plan Director de las Fortalezas Fronterizas del Bajo central, Salamanca, 2013.
Miño» en Actas del tercer congreso de castillología
ibérica. Guadalajara, 2005).

15 COBOS, -HOYUELA 2010.


095
Tipologías y Caracterización Técnica

Siendo la elección del lugar y los condicionantes geográficos y topográficos


de la defensa el factor determinante de la fortificación hispánica, es razo-
nable suponer que las fortificaciones construidas serán muy distintas en
función de los lugares en los que se sitúan, es decir, que la característica co-
mún principal de la fortificación hispánica es que todas las fortalezas son
distintas, pues era imposible reproducir un modelo diseñado en abstracto,
basado en principios defensivos y no en formas o medidas concretas. Aún
así es posible distinguir una serie de invariantes en todas estas fortificacio-
nes, puesto que algunas soluciones técnicas, como el uso de tijeras en lugar
de baluartes, permitía adaptarse mejor en el terreno y economizar puntos
de defensa y por tanto guarnición16. Esto es especialmente evidente si se
comparan todos los fuertes construidos en los cerros que defienden las
bahías y que tienen un precedente claro en el diseño que hizo Pedro Luis
Escrivá para San Telmo en Nápoles:

Yo no presumo hazer ley de por mi para que otros la hayan de se-


guir si no les viene a proposito…, que como ningun lugar hay que
totalmente sea como el otro, asi variamente se deven las fortalezas a
los lugares acomodar17.

A.
Grupos y conjuntos.

A. Porto Ercole, vista aérea y fotografías de sus fuertes.

16 COBOS-DE CASTRO-SANCHEZ-GIJON 2000; COBOS 2014.


17 COBOS 2014
096

C. D.
097

Grupos y conjuntos.

B. Croquis de las
fortificaiones de Orán
y Mazalquibir, c.1736,
Centro Geográfico del
Ejército.

B.

C. Descripción de la fortificación de la isla de


Malta con el parecer de Juan de Médicis
y Juan de Garay en F. Negro y C.M.
Ventimiglia, Atlante di citta’ e fortrezze del
regno di Sicilia, 1640.

D. Plano del puerto del Rio Janeiro situado


en la latitud S. de 22054’10” longitud
occidental de Cádiz 36031’, ca. 1780, Library
of Congress Geography and Map Division,
Washington D.C. (G5592.G8 1780 .P5).

E. La Habana, entrada al puerto protegida por


los fuertes de La Fuerza (c.1550) El Morro y
La Punta (1588) y La Cabaña (1771).
E.
098

A1.

Tipologías.

A1. Plano de las


fortificaciones del
arsenal de Cartagena
en 1766, Museo
Naval de Madrid
(sig. E-43-10).

A2. Fortificaciones de
Augusta con los
refuerzos diseñados
por Juan de Médicis
y Juan de Garay,
en F. Negro y C.M.
Ventimiglia, Atlante
di citta’ e fortrezze
del regno di Sicilia,
1640. A2.
B.
099

B. Vista aérea de fuertes de defensa de bahías


desde puntos elevados: Porto Ércole, Italia,
Juan Manrique de Lara, 1557; Setúbal,
Portugal, Fratín, 1581; Santiago, Cuba,
Antonelli, 1637
100
Este modelo de fuerte en una altura que domine la
bahía aparece en los presidios españoles de Italia, en
Orán (Argelia) o en Setúbal ( Portugal) e incorpora el
diseño de tijeras que se adaptan al terreno irregular,
sacando el máximo provecho de las defensas natu-
rales. Una variante más regular, pero también en es-
trella, se empieza a usar por los ingenieros españoles
para pequeños fuertes en altura en Rosas (España),
Colluire (Francia) o Porto Ercole (Italia) en los años
cuarenta y cincuenta del siglo XVI y luego se extiende
el modelo también para otros presidios.

Por otro lado, la necesidad de proteger las entradas


de las bahías generó un modelo de fuerte «de morro»,
cuyo origen podría estar en el diseño, bajo influencia
de Escrivá y de Pedro Prado, para el fuerte de San
Telmo en la Valleta de Malta. Si repasamos todos los
morros construidos por la Corona Hispánica en los
siglos XVI y XVII observaremos que todos son distin-
tos pero todos se parecen mucho, es decir que se basan
en los principios de fortificación que definiría Escrivá
en 1538 y se ajustan a las máximas que, de forma ma-
gistral, Rojas incluyó en su tratado en 159818.

La combinación de defensas de morro y costa con


fuertes de altura y defensas de ciudad o ciudadelas
genera un tipo de puerto y ciudad costera que empieza
a ser reconocible como un nuevo paisaje propio de
este nuevo sistema de fortificación. Como en el Nuevo
Mundo y en África o en muchos de los presidios me-
diterráneos y atlánticos de Europa, se escoge el lugar
ex-novo en función de las capacidades de defensa; to-
dos los lugares escogidos y la forma de situar la ciu-
dad y las fortificaciones definen una imagen propia de
una civilización, un paisaje cultural propio y recono-
cible en decenas de ciudades repartidas por el mundo.
C.

18 COBOS2013.
101

Tipologías.

C. Comparativas de cortina llana y tijera en el tratado de Escrivá, y diseños de morros de la


fortificación hispánica.
De izquierda a derecha por columnas: traza de San Telmo de Malta, propuesta del tratado de
Rojas en 1598, maqueta y vista aérea del fuerte de Santa Catalina de Cádiz diseñado también
por Rojas; vista aérea del morro de San Juan de Puerto Rico y planta del Morro de La Habana;
vistas actuales de los castillos de Blavet en Port Louis, Francia y Natal en Brasil, de finales del
siglo XVI; dibujo de 1575 del fuerte de Mazalquibir en Orán.
102
BIBLIOGRAFÍA
ABARCA (1771) ABARCA, Silvestre: Proyecto de defensa de la plaza de La Havana y sus castillos.
Hecho por el brigadier e ingeniero director Silvestre Abarca en 31 de diciembre de 1773.
Manuscrito conservado en el Archivo Histórico Municipal de La Habana. Edición facsí-
mil publicada por la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana, 1961.
COBOS 2004: F. COBOS, La artillería de los Reyes Católicos, Salamanca 2004.
COBOS(2004) : COBOS GUERRA, Fernando: «Los orígenes de la escuela española de fortifi-
cación del primer renacimiento», en A. VALDES, (coord.): Artillería y fortificaciones en la
Corona de Castilla durante el reinado de Isabel la Católica, Madrid, 2004, pp. 224-267.
COBOS 2004: COBOS GUERRA, Fernando: «La formulación de los principios de la fortificación
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105
01 | Historia y patrimonio. Siglos XVI-XVIII

Reconocimiento y valoración de las


defensas costeras de la Edad Moderna.
El caso de Ferrol y Galicia.

Juan Antonio Rodríguez-Villasante Prieto


Coronel (en retiro) de Intendencia de la Armada.
Miembro de ICOFORT/ICOMOS y del Plan Nacional de Arquitectura Defensiva.

Resumen:
Se trata de disertar sobre una valoración patrimonial referente
a las defensas costeras, construidas en la Edad Moderna,
para hacer la gestión de mantenimiento y difusión cultural:
un análisis general de los modelos (tipos) y también de las
defensas de Galicia y Ferrol; en todo caso con referencias a los
reconocimientos en aquella época y actuales, ahora hechos con
valoración histórico-evolutiva, para apreciar la función (uso), la
forma (edificación) conservada y el paisaje (escenario).

Palabras clave: valoración, gestión, patrimonio, información,


forma.

Abstract:
Dissertation upon an inheritance evaluation about the
coste defence, built in the Modern Age, in order to make a
management of maintenance and cultural diffusion: a general
analysis of the patern (model), include also Galicia and Ferrol
defenses; in all events with references to acknowledments in that
age and presents, now made with historic-evolutive evaluation in
order to estimate the function (use), the conserved form (build)
and the landscape (scenary).

Key words: evaluation, management, inheritance, information,


form.
106
Se trata de informar sobre la valoración patrimonial de las defensas coste-
ras construidas en la Edad Moderna, precisamente para poder hacer una
buena gestión, o sea, para su mantenimiento y su difusión cultural. Trataré
de hacer un análisis general de estas construcciones en Ferrol y Coruña
(figs. 1 y 2), así como otras en Galicia y las más significativas coetáneas
conservadas.

Esta valoración exige hoy un análisis interdisciplinar, en todo caso apre-


ciando la funcionalidad (utilidad), con sus evoluciones y las formas cons-
truidas, incluyendo el paisaje y la conservación. Esta valoración es im-
prescindible para ordenar la gestión, haciendo distinciones entre las partes
conservadas, es decir: las partes esenciales para comprender el bien, lo
fundamental, que serán prioritarias; las partes secundarias en valores; y las
partes complementarias, ya accesorias.

Así, este asunto debe tratarse con las fuentes de valoración, repito, funcio-
nales y formales. De manera que seguiremos el esquema desarrollado con
las directrices del «Plan Nacional de Arquitectura Defensiva». Concrete-
mos algo más estas fuentes de valoración:
• En la valoración de las funciones (utilidad, básicamente), se dan
varias apreciaciones:
∙ Las del sistema estratégico y conjuntos orgánicos.
∙ Las instrumentales propias, es decir:
– Las de uso operativo militar (táctico/logístico).
– Las de muestra de poder: disuasión y propaganda.
– Las de carácter simbólico.
– Las de rememoración de hechos relevantes.
– Las de los nuevos usos (evolución): reutilizaciones actuales.
• La valoración de las formas construidas tiene también diferentes
estimaciones:
∙ Por el diseño y proyectos.
∙ Por la ejecución material, o sea:
– Por la estructura.
– Por el sistema constructivo.
– Por el impacto estético.
– Por el paisajístico (entorno).
• Otra fuente de valoración es el estado de conservación:
∙ Su calidad general y partes.
∙ Su integridad.
∙ Su autenticidad.

Por último, deberíamos apreciar también los bienes inmuebles asociados


(armas, pertrechos, documentos, etc.) y los intangibles (tradiciones, lite-
ratura…).
107

Fig. 1. Plano rector de las fortificaciones de las rías de Ferrol y Ares. Dibujo del autor

Fig.2. Plano rector de las fortificaciones de las rías de Betanzos y La Coruña. Dibujo del autor.
108
Dicho esto, veamos las obras defensivas conservadas. Comenzamos con un
resumen de las de los siglos XVI y XVII.

En primer lugar, hay que apreciar el valor relativo al sistema estratégico


y conjunto orgánico: fueron obras realizadas para la función defensiva
del sistema portuario del Atlántico y de Galicia, con las bahías como me-
jores puertos (terminales) de la vía marítima, que las «barras» (fluviales)
y las «playas» (costa abierta), según estudiaba ya Escalante de Mendoza
(1575), más importantes si eran sedes de gobierno; este era el caso de La
Coruña, «llave del Reino de Galicia», y su contiguo Ferrol, considerado
puerto alternativo y de armamento naval. Estas rías, por su geografía,
condicionaban el planteamiento estratégico por la configuración de sus
bocanas y fondeaderos. Los Capitanes Generales (Gobernadores) y los
Ingenieros de Felipe II reconocieron la situación geoestratégica, entonces
con una rudimentaria instrumentación. Análisis de la amenaza, fortaleza,
debilidad y oportunidad:
• Amenaza de bloqueo naval, penetración en la bahía y desembarcos
con acción envolvente.
• Fortaleza de la posición propia ante el acceso.
• Debilidad por falta de fortificaciones necesarias.

Así se creó un sistema defensivo con la


• Oportunidad de los estudios, decisiones e informes de los
Ingenieros J. Palearo Fratin, P. Rodríguez Muñiz, T. Spanochi y C.
de Rojas. Hoy conocemos esta documentación de los años 1580 y
siguientes.

Se fortificaron en Coruña: las islas de San Antón y Santa Cruz, la punta


de San Diego y la muralla de la ciudad por el sur (acantilado); en Ferrol,
las puntas de la boca de la ría: San Felipe, La Palma, San Martín y El Vis-
pón (San Julián); se dieron otros intentos en Galicia: en Ribadeo, San Da-
mián; en Bayona, Monte Real; en Vigo, Samil; y en Muros y Marín (poca
cosa). También durante estos siglos se fueron creando otros sistemas de
fortificación costera en América y Filipinas que aportaron importantes
experiencias.

En cuanto a las funciones instrumentales propias, hay que anotar su tipo


defensivo táctico del empleo de la artillería, entonces muy poco desarro-
llada (potencia y alcance), orientada (apuntando) preferentemente hacia
la mar, pero también para su frente de tierra (su «espalda»), todo condi-
cionado por la geografía de isla o montaña. La función logística estaba
menos desarrollada.
109
Todas estas fortificaciones representaban también el
poder de la monarquía, tanto como función disua-
soria de ataques, como de propaganda, dependien-
do, claro está, de la forma construida finalmente.

En cuanto al valor funcional rememorativo, hay


que destacar las amenazas: bloqueos portuarios y
ataques:
• En Coruña, el del inglés Francis Drake
(1589), con Santa Cruz sin fortificar y San
Antón en construcción.
• También los bloqueos y acciones por tierra
en 1597 por el Conde de Essex y en 1639 por
Henry D’Escoubleau de Sourdis, continuando
igualmente a Ferrol.

En cuanto a la valoración por nuevos usos, no mi-


litares, es el caso de todas estas fortificaciones, que
después comentaremos.

Veamos ahora la valoración de las formas cons-


truidas.

La estimación del diseño y proyectos. Tenemos una


valoración importante y de acuerdo con los mode-
los académicos coetáneos: fueron las de los ingenie-
ros citados, vinculados a la «Real Academia de Ma-
temáticas, Arquitectura Civil y Militar», creada en
1583. Conocemos sus modelos, destacando los de
Cristóbal de Rojas, publicados en 1598: el capítulo
VI «Enseña a fortificar figuras trapecias» y «las que
estén a la marina», en «una punta a la marina» o en
«la canal de un puerto» o «sobre la tal isla con una
grande Armada» (figs. 3, 4 y 5). Así, podemos va-
lorar los diseños de Ferrol y Coruña, que tienen un
gran valor: son una auténtica y fiel interpretación de
estos modelos de Rojas, aunque con dificultades en
su construcción; los otros de Galicia fueron diseña-
dos con mayor libertad y deficiencias.

Fig. 3, 4 y 5. Los valores de la ejecución material. Veamos su


Cristóbal de Rojas.
Modelos de fortificación
condición:
costera. 1598.
110
• En cuanto a la estructura de estos «fuertes a la marina», se valoran
y distinguen por el cumplimiento de las tres reglas de la ingeniería
militar de la época:
∙ «Firmeza» = resistencia física.
∙ «Simetría» = traza geométrica útil.
∙ «Comodidad» = facilidad defensiva.
Así pues, valoramos las plataformas, los «cuerpos perfectos»
(escarpas, parapetos, adarves y contrafuertes) y el foso-glacis:
San Antón formalizaba las tres reglas, Santa Cruz tendría escasa
simetría y San Diego, como las de Ferrol (San Felipe, La Palma
y San Martín) faltas de «comodidad» por el posible dominio
montañoso. Fue precisamente un problema difícil de solucionar
entonces: sirva de ejemplo la estructura del famoso Morro de La
Habana, la gran obra de Bautista Antonelli (1587-1630), dominado
entonces por el alto de La Cabaña.
• En cuanto al sistema constructivo, podemos resaltar lo siguiente:
los materiales eran fáciles de obtener, utilizando cantarías cercanas
de granito e, incluso, abundante madera; pero las técnicas de sillería
aplicadas fueron dificultosas, dándole preferencia a los parapetos de
artillería (troneras y merlones) y esquinales en general. Ejemplos:
∙ En Coruña destaca el fuerte de San Antón, que se construyó con
abundante sillería para los muros y sus coronamientos a barbeta
y con troneras, así como en sus dos plantas y patio y abovedados
(fig. 6).

Fig. 6. Recreación del castillo coruñés de San Antón en los siglos XVI y XVII. Dibujo del autor.
111
∙ En Ferrol destacaba La Palma y menos San Martín, con
mampostería (opus incertum) y a veces quadratum.
• En cuanto a la valoración estética, incluido el paisaje, para resumir,
hay que destacar las oportunas composiciones y proporciones,
ofreciendo un impacto de cierta prolongación geométrica de la
costa, pero con diferentes resultados:
∙ En Coruña, San Antón consiguió una composición de grandes
proporciones y dignidad, frente a las deficientes de Santa Cruz y
San Diego.
∙ En Ferrol, destacaría La Palma y, en menor grado, San Martín, y
San Felipe fragmentado (fig. 7).
Las ornamentaciones son escasas, destacando solo los detalles
heráldicos de San Antón.
• Por último, hay que citar algo de la conservación. También esta fue
diferente:
∙ En San Antón se conserva gran parte de la estructura primitiva.
∙ En Santa Cruz solo parte de las baterías del lado NW.
∙ En San Felipe solo una pequeña parte de la batería antigua.
∙ En La Palma solo vestigios.
∙ En San Martín solo sus ruinas.
∙ En San Damián gran parte de la batería a la mar, pero con faltas
de autenticidad.

Otras menores no se conservan realmente.

Fig. 7. Recreación de los castillos de San Felipe, La Palma y San Martín a la entrada de la ría de
Ferrol en los siglos XVI y XVII. Dibujo del autor.
112
Continuamos ahora con las fortificaciones del siglo XVIII.

De nuevo hay que apreciar el gran valor del sistema estratégico y su con-
junto orgánico: fue realmente una ampliación de la defensa del sistema
portuario del siglo XVII, precisamente por el nuevo concepto de la es-
trategia del «poder marítimo», a partir de las ideas de gobierno de José
Patiño, José Campillo y Zenón de Somodevilla (marqués de la Ensenada),
creadores de la marina permanente, con fuerza naval y bases de apoyo
logístico, así como del desarrollo portuario, mejor academicismo y ra-
cionalización del trabajo (ordenanzas). Ferrol pasaba a ser la capital del
Departamento Marítimo del Norte con un desarrollo oportuno de los
gobiernos ilustrados.

Nueva estrategia y organización. Hoy conocemos los oportunos informes


y juicios críticos con tomas de decisiones. Cito los más interesantes:
• Exposiciones del Marqués de la Ensenada al Rey, de 1748 y
1751: «Fortificar en Galicia puertos de retirada, que los hay por
naturaleza…».
• Informe sobre las fortificaciones de Galicia del ingeniero Miguel
Marín, 1754.
• Otro informe similar del ingeniero Francisco Llobet, 1756.
• Otro del ingeniero Miguel de Hermosilla, 1804.
• Otro sobre Ferrol de Juan Ordovas (1807) y François Blein (1809).
• Otro del espionaje inglés, de Hugh Debbieg, 1767-1768.
• Además de una documentación de oficios de ingenieros y
autoridades sobre Ferrol (176 documentos) y 56 planos, ya
publicados.
• Informes de fortificaciones realizados en este siglo XXI para la
Xunta de Galicia.

Así se analizaba la «amenaza» de las marinas extranjeras con sus nuevos


navíos, que tenían hasta tres puentes (cubiertas) artilladas, las «debilida-
des» de nuestras defensas costeras y la posible «fortaleza» del nuevo siste-
ma de protección, ya para toda Galicia:
• Ferrol, por su base naval, se potenciaba con un conjunto (grupo
orgánico): la Cortina del Arsenal y sus buques fondeados; la
defensa de la boca: reforma de San Felipe y La Palma con San
Martín; también del antepuerto: San Carlos, San Cristóbal, Cariño,
Viñas, Canelas, Prioriño y Segaño, además de Doniños; igualmente
en la ría de Ares-Betanzos: Camouco, Santa Mariña, Ares, Seselle,
Redes, Fontán y Corbeiroa.
• Coruña se reforzaba también: la Ciudad Vieja/Alta y la Pescadería;
la reforma de San Antón, San Diego y Santa Cruz; las nuevas de
Mera, Oza y Dormideras.
113

Fig. 8. Plano rector de las fortificaciones de la Fig. 9. Plano rector de las fortificaciones de la
«Costa de la Muerte». Dibujo del autor. Rías Bajas. Dibujo del autor.

• En la Costa de la Muerte coruñesa: Soberano (Camariñas), San


Carlos (Finisterre), Cardenal (Corcubión) y Príncipe (Cee), así como
otras muchas de emplazamiento de armas (fig. 8).
• Al fin, todas las bahías (rías): Rande y Corbeira en Vigo (lección
aprendida de 1702), Monte Real en Bayona, Santa María en Oza
(fig. 9), y en el norte, San Damián en Ribadeo (reformado), colateral
del Arroxo asturiano, y Concepción y el Sarridal en Cedeira.

En cuanto al valor instrumental propio, habrá que hacer distinciones en


base a la capacidad defensiva, principalmente por mar, básicamente artille-
ra. Así, se consideró a San Felipe como más potente, con dos baterías (alta y
baja) y una mejor defensa por tierra (fig. 10); y de menor rango, La Palma
y San Antón.
114

Fig. 10. Recreación de los castillos de San Felipe,


La Palma y San Martín a la entrada de la ría de Ferrol
en el siglo XVIII. Dibujo del autor.

La Cortina del Arsenal era la defensa interior con doble función de batería
artillera a la mar y parte de la ciudadela de Ferrol que era el Arsenal (parte
de tierra).

El resto de las baterías actuaban como colaterales para «cubrir fuegos»


sobre los buques en aproximación, más bien para «desarbolar» el aparejo
de las velas (inmovilización) y posterior disparo a los cascos (obra muerta),
también con un mínimo logístico, incluso activadas solo en caso de guerra
con milicias locales (fig. 11).

El valor de muestra de poder y disuasorio lo tendrían todas estas baterías,


aunque con diferente rango, más bien por su forma construida.

En cuanto al valor rememorativo, de hechos importantes en el siglo XVIII,


hay que destacar que no se produjeron combates significativos, más bien
bloqueos en aguas contiguas; así, fue un conjunto orgánico disuasorio. Se
dieron dos excepciones:
• La citada de 1702 en Rande, con fortificación improvisada por el
ingeniero Renau.
• En 1800, durante las Guerras Napoleónicas, el ataque a Ferrol,
mejor dicho, a Doniños y San Felipe, ya bien conocido y comentado
con las referencias citadas: los informes del inglés Debbieg y el
español Hermosilla.
115

Fig. 11. Esquema de los sectores del tiro de artillería


de costa en la ría de Ferrol hacia el final del siglo
XVIII. Traza del autor sobre carta del atlas de Vicente
Tofiño. 1789.

Por último, en el valor funcional tenemos los nuevos usos de estas forti-
ficaciones: la pérdida de su función militar ha derivado en la enajenación
de la mayor parte; solo permanece en uso militar la Cortina del Arsenal de
Ferrol y solo como difusión cultural; todas las otras han sido reutilizadas
para otros usos o están en ruinas o desaparecidas. Así, hay que contemplar
sus rehabilitaciones, haciendo comprensibles sus valores históricos, tema
este importante que no podemos abordar ahora, pero sobre el que se está
trabajando con los organismos competentes: la catalogación con valora-
ciones para la gestión.

En la valoración de las formas construidas comenzamos con el diseño.

Los ingenieros del Ejército, ya vinculados a la Real Academia de Mate-


máticas Militares (de Barcelona) desde 1711, diseñaron con los modelos
estudiados y las nuevas funciones:
116
• Empleo de la nueva artillería, ya normalizada en buques y en tierra.
• Capacidad de desembarco y ataque por tierra.
• O sea, cañones y morteros más potentes y de mayor alcance,
métodos de tiro con trazas de rebote y nuevos proyectiles (bombas,
granadas, bala roja, palanquetas, etc.).

Pero entonces también se consideraba en el proceso de diseño la capacidad


de ejecución material y financiera, controlada por los Intendentes.

En la primera mitad del siglo, se diseñó con cierta preocupación el acceso


a los fondeaderos y canales de entrada de las bahías, con prioridad en
Ferrol (antepuerto): las llamadas obras «esenciales» para el control de las
«avenidas» (aproximación) de los buques y su precaria defensa por tierra.
Fueron proyectos de Francisco Montaigú, Juan de la Ferriere, Juan Vergel
y, finalmente, Francisco Llobet.

Se diseñaba también en Ferrol la fortificación de mayor potencia artillera


y apoyo logístico sobre el antiguo fuerte de San Felipe, con ciertas inno-
vaciones de las llamadas obras «convenientes», «accidentales» y «acceso-
rias». En el frente de mar dos niveles de baterías; en el frente de tierra un
atenazamiento con hornabeque; obras todas con espaldones y cubiertas
abovedadas bajo los adarves y espacios logísticos. En todo caso sería un
ejemplo académico para obras posteriores (fig. 12). Estos diseños fueron
realizados por Juan de la Ferriere (1731-1734) y Juan Vergel (1735-1738).
Destacamos las reformas proyectadas por Vergel para La Palma con una
gran tenaza (1732) y San Antón (Coruña) con una batería baja (1736), que
no se realizó; después con obras logísticas de personal por Baltasar Ricaud
(1774) y Antonio López Sopeña (1776).

Fig. 12. Recreación del castillo ferrolano de San Felipe en el siglo XVIII. Dibujo del autor.
117
También en la segunda parte del siglo se realizaron otros novedosos dise-
ños con modelos académicos (fig. 13); fueron las baterías colaterales de
menor rango:
• San Carlos en Ferrol, por Miguel Marín y Francisco Llobet (1755).
• Soberano en Camariñas, por Juan de La Ferriere y Francisco Llobet
(1757).
• Cardenal y Príncipe en Corcubión y Cee, por Francisco Llobet y
Carlos Lemaur (1757).

Fig. 13. Recreación de las baterías del Cardenal


(Corcubión), del Príncipe (Cee), del Soberano
(Camariñas) y de San Carlos (Fisterra) en el siglo
XVIII. Dibujo del autor.

Estos diseños de baterías se generalizaron para muchas bahías: Ares, Sese-


lle, Redes, Corbeiroa (Ría de Betanzos), incluso en América, por ejemplo,
en Omoa y Campeche (1769). El caso de la Cortina del Arsenal, como
hemos citado, se basaba en el modelo académico de la ciudad portuaria
con su dique de abrigo coronado con la gran batería artillera (J. Petit de la
Croix, M. Marín, F. Llobet y J. Sánchez Bort entre 1749 y 1765).
118
En cuanto a la ejecución material de los proyectos, debemos apreciar pri-
mero las estructuras: fueron lógicamente muy diferentes según el rango
defensivo; así, las de San Felipe, La Palma y San Antón tenían varias pla-
taformas y sus muros y cubiertas «a prueba de bomba»; las otras fortifi-
caciones colaterales (menores) fueron inicialmente «terreras» con fajinas
y después consolidadas con cantería en sus muros, parapetos y polvorines.
Caso aparte fue la Cortina del Arsenal, de mayor firmeza por ser el dique
de abrigo de las dársenas (cimentación, muros y contrafuertes) (fig. 14).

Sobre los sistemas constructivos, hay que destacar el empleo de materiales


y sus técnicas diferentes, que no podemos detallar en esta comunicación;
simplemente anotar el empleo de cantería de granito en su mayoría, con
algún esquisto.

Destacamos en las citadas obras de rango superior (San Felipe, La Pal-


ma, San Antón) los aparejos y opus quadratum, así como las sillerías con
magnífica estereotomía y estereometría, mejores en la Cortina del Arsenal.
Para las bóvedas se generalizó el empleo de ladrillo compacto, menos en
la Cortina del Arsenal que son de sillería y en los polvorines de casi todas
las baterías.

Con respecto al impacto estético y del paisaje, hay que resaltar la impor-
tancia de la composición y dignidad de las fortificaciones que hemos cali-
ficado de mayor aportación cultural-defensiva, de manera que se integran
con el entorno, manifestando su «grandeza» y «significado» del lugar para
las gentes (experiencias, adscripciones); así como también presentan algu-
nos elementos ornamentales. Las de menor porte y dignidad también se
ajustan al entorno con menor adscripción.

Todas estas fortificaciones, con sus valores y actividades, representan el


«genius loci» (esencia del lugar) muy condicionado por el estado de con-
servación; valor que no comentaremos, importante por su «integridad» y
«autenticidad». Asunto que dejamos para otra ponencia sobre el estado
actual con las modificaciones de los siglos XIX y XX.

Todas estas valoraciones, con detalle para cada una de las fortificaciones,
también para las de los siglos XIX y XX, ya han sido realizadas por nues-
tros trabajos (ICOFORT y ACAMI) para la Xunta de Galicia.

Fig. 14. Esquema de la Cortina del Arsenal de Ferrol


trazado sobre plano contemporáneo. Traza del autor.
119
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Hermosilla, Miguel: Relación topográfica de las Plazas y Puestos fortificados del Reyno de Gali-
cia. 1804. Instituto de Historia y Cultura Militar (Servicio Histórico del Ejército). Bibliote-
ca-Museo, 1800-1.
Debbieg, Hugh: Remarks upon the Harbour of Ferrol and the Bay of Corugna. Describing the
strength of those places. 1767-1768. British Museum (London). Library GR III.
Documentos (informes):
Rodríguez-Villasante Prieto, Juan / Perales Garat, Carmen: Informes descriptivos y de valora-
ción sobre edificaciones de carácter militar con valor cultural en Galicia. (Colección de
documentos para catalogación). Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, Xunta de Ga-
licia (2016-2022).
02 |
Historia y patrimonio.
Siglos XIX y XX

COORDINADOR:

Jesús Ángel Sánchez García


· Catedrático de Historia del Arte (U.S.C.)

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02 | Historia y patrimonio. Siglos XIX y XX

Las baterías de costa de los planes de


defensa del Golfo Ártabro. Siglos XIX y XX

José Manuel López Hermida


Comandante retirado de artillería

José Manuel Yáñez Rodríguez


Jefe de Servicio de Arquitectura y Mantenimiento de la Diputación de A Coruña.
Ingeniero de Edificación.
Dr. en Hª del Arte

Resumen:
La necesidad de proteger la Base Naval de Ferrol y sus
rías adyacentes motivó que, ante el precario estado de sus
fortificaciones, en el s. XIX se planificase la defensa de la costa
mediante un amplio despliegue, así como el diseño de sistemas de
fortificación a base de baterías con diseños novedosos y modernos
materiales.
A finales de ese siglo se proyecta el denominado Plan del ´91,
realizado sólo parcialmente en la península de Bezoucos, con la
implantación de tres tipos de baterías: de alta cota; de cañones de
tiro rápido y una de gran calibre. Plan que se completaba con una
red de servicios complementarios. Su artillado consistió en obuses
rayados (de tiro parabólico), cañones Krupp de gran poder de
penetración y cañones de tiro rápido Munáiz-Argüelles.
No había terminado de ejecutarse este Plan cuando nace, en el
primer tercio del s. XX, el Plan de 1926 que supone un despliegue
más amplio que el anterior. Desde la ría de Cedeira hasta la punta
de Caión.
Las baterías de este plan se diseñan mediante pozos a barbeta, del
tipo 15,24 cm; 38,1 cm y antiaéreas. Esta últimas sufren más tarde
una modificación.
En cuanto a su artillado, las primeras llevaban instaladas piezas
Vickers de 15,24 y 50 calibres con sistema de dirección de tiro
de alza Vickers. Las segundas, cañones Vickers de 38,1 cm
de gran alcance y poder perforante, que disponía de sala de
máquinas propia y la dirección de tiro contaba con dos estaciones
telemétricas y una estación central calculadora. Las baterías
antiaéreas estaban construidas de forma monolítica para artillar
cuatro piezas de 10,5 cm de calibre, tipo Vickers.

Palabras clave: defensa, historia, patrimonio militar, baterías, Ferrol


124
Antecedentes. La necesidad de modernizar unas defensas
anticuadas

A principios del siglo XIX, las defensas de la Base Naval de Ferrol consis-
tían en: las murallas abaluartadas que cierran la plaza; tres castillos situa-
dos en la desembocadura de la ría y un conjunto de baterías construidas
con parapetos de mampostería, desplegadas a lo largo de la costa. Una
vez finalizada la Guerra de la Independencia perdieron su utilidad para
la defensa debido principalmente a los avances de la nueva artillería, que
permitía disparar proyectiles huecos con tiro tenso, lo que hizo obsoleto
el sistema abaluartado, que dio paso al sistema atenazado en las defensas.
Comienza una nueva forma de fortificar.

Los medios de agresión fueron evolucionando en esos años, sobre todo en la


Marina, preferentemente en lo que se refirió a la propulsión a vapor y la ar-
tillería, tal como se puso de manifiesto en los combates sostenidos por las es-
cuadras de los países más avanzados de la época. Esta circunstancia obligó a
realizar estudios para la modernización de las defensas de costa de la nación.

A partir de entonces, los ingenieros militares recurrieron a las casamatas


para conservar la artillería de las plazas y así, mejorar la fortificación. El
mariscal Montalembert fue el primero en desechar el sistema abaluartado,
proponiendo sustituirlo por el atenazado y poligonal.

El Director de la Subinspección de Ingenieros de Galicia, envió al Capitán


General, en A Coruña, un informe1 de 8 de agosto de 1848 titulado:

Memoria sobre el estado actual de las plazas de La Coruña, Ferrol y


Vigo, fuertes dependientes de las mismas y baterías del reino de Ga-
licia, con la expresión de los reparos más urgentes necesarios para
ponerlos en regular estado de servicio.

De la plaza de Ferrol dice en su análisis:

…En la muralla que cierra la dársena del arsenal y frente por frente
a la boca de la ría, está situada la batería del Parque y a su derecha
otra del flanco (San Fernando) qué va aviesa con la muralla de la
plaza, en la que existen otras tres más pequeñas a proporcionada
distancia. Si todas ellas y las que defienden la boca de la ría y canal
de entrada estuviesen bien artilladas, construidas con arreglo a los
conocimientos modernos y en buen estado de servicio, temerario
podía reputarse al enemigo que tratase de penetrar por ella.

1 Archivo Intermedio Militar Noroeste (AIMNO) en Ferrol, caja 44.


125
Desgraciadamente están muy lejos de hallarse en este satisfactorio
estado; por el contrario su posición demasiado elevada y por con-
siguiente expuesta a los tiros enemigos, su construcción de mam-
postería, la falta de edificios para su guarnición y el mal estado de
sus explanadas, desniveladas e inservibles porque romperían todo el
cureñaje, disminuyen su importancia hasta el punto de no poderse
contar con alguna de ellas, si no se atiende por lo menos a sus más
indispensables reparaciones.

Respecto al castillo de S. Martín, no puede ser más concluyente:

Está totalmente arruinado.

En mejor estado se encontraba el de La Palma, del que afirma:

La fortificación de este castillo está bien conservada, pero sus edifi-


cios necesitan una gran recorrida, tiene el inconveniente de ser todos
sus parapetos y merlones de sillería, favorable al rebote de las balas
enemigas y perjudicial a los defensores.

Del castillo de San Felipe manifiesta que es:

De una construcción magnifica y bien entendida, sin duda a causa


de esto y el número de sus cañoneras de una reputación colosal, no
ofrece, bien estudiado, ventajas relativas a la importancia que se le
quiere dar. Tiene hacia el mar dos formidables baterías, una baja y
otra alta, capaces de 110 piezas que baten al enemigo desde que se
presenta para entrar en la boca de la ría.

La Memoria continúa:

Se ve pues, que las defensas de la ría están limitadas hoy día a los cas-
tillos de La Palma y San Felipe, y estos llenos de defectos que no son
para corregirse en el momento; pero con ellos y todo, puede hacerse
una buena defensa dotándolos de suficiente artillería de grueso calibre…
…Las baterías arriba citadas, situadas en buenas posiciones, son
indispensables para defender el antepuerto de Cariño, donde se puede
hacer un desembarco; pero en lugar de componerse debían en mi opi-
nión demolerse, sustituyéndolas por otras enterradas y que surtiesen el
mismo efecto, construyendo una hueca en la punta de Fornelos, que
reemplazase a la de Canelas, San Cristóbal y Cariño, que deberían aban-
donarse enteramente.
126

También analiza la ría de Ares:

Ría de Ares, para su defensa existen las baterías de Ares capaz para
siete piezas, Raso o Seselle de ocho y la de Redes de ocho formadas por
un parapeto de mampostería cerradas por la gola con un muro aspille-
rado, reconociéndose aún vestigios de otras tres llamadas del Príncipe,
Carlos IV y María Luisa, construidas provisionalmente el año 1801.
Todas se hallan muy deterioradas y sin edificios, pero perfectamen-
te situadas y de suma importancia, debieran componerse o por mejor
decir rehacerlas con arreglo a los conocimientos de la época.
Al Norte de la plaza de Ferrol y para defender los arenales de Do-
niños y San Jorge, existieron también las dos baterías del mismo nom-
bre, que por no ser de importancia se han dejado averiar.

En 1858, la reina Isabel II visitó Ferrol, y después de recibir las llaves de la


ciudad y a la vista del deplorable estado de la plaza, ordenó la ejecución de
los proyectos de reforma del frente de tierra de la muralla y de los castillos
de San Felipe y La Palma.

Para equilibrar los elementos defensivos con los avances que había expe-
rimentado el arma de Artillería en años anteriores, el Gobierno mediante
ley2 de 1 de abril de 1859 concedió 2.000.000.000 de reales. De ellos, 300
millones se asignaron a material de Ingenieros, de los que 200 millones se
debían destinar a mejorar las plazas de mayor importancia, dedicándose
casi en exclusiva a las marítimas y, entre éstas, se dio preferencia a las de
Cádiz, Cartagena y Ferrol.

En cuanto a esta última plaza, el proyecto de mejora comprendía: establecer


las obras convenientes en la desembocadura de la ría, reedificar los castillos
de San Felipe, construir de nueva planta el de La Palma y establecer un nue-
vo recinto de tierra. Comenzaron las obras el veintiuno de julio de 1860,
empleando las teorías modernas de la fortificación alemana, con el nuevo
impulso que el ingeniero español Herrera supo darle al sistema acasamatado.

En 1861, el Gobierno prepara un nuevo plan de defensa, en el que de-


termina que se deben abandonar las viejas defensas –por no cumplir las
condiciones que deben tener ciertas fortificaciones– para ocuparse en dar
mayor resistencia a las que conviene conservar, artillándolas de manera
potente. Son declarados los puntos más interesantes de Galicia: Ferrol y
Vigo. Ferrol, debido a su situación estratégica, debe ser defendido con fuer-
tes defensas adaptadas a las nuevas necesidades.

2 Fortificaciones Españolas. Memorial de Artillería del año 1865. p. 60.


127
El plan de defensa de 1891. Un despliegue múltiple

Tras varias modificaciones en la primera línea del castillo de San Felipe y al


objeto de construir de nueva planta el de La Palma, así como la circunstan-
cia de que varios planes diseñados no prosperasen, el 29 de septiembre de
1891 fue aprobado el «Plan para la Defensa de la Base Naval Ferrol-A Co-
ruña» que incluía las rías de Ferrol, Ares y A Coruña. Con este nuevo plan,
se adoptaba como solución la defensa a distancia de la plaza y arsenal de
Ferrol, retirando las baterías del interior de la ría, y por tanto, alejando de
esos espacios las posibles amenazas procedentes del mar.

Despliegue del Plan del 91.


(Dibujo de J.M. Yáñez)

Situación de los
emplazamientos de
Montefaro.
128
El desarrollo de este plan se inicia con la Real Orden de 23-3-1897, me-
diante la cual se aprueba el informe que indica el orden de preferencia para
la ejecución de obras de defensa en el litoral peninsular, dividiéndolas en
4 grupos. El primero de ellos incluía las tres rías antes mencionadas. Des-
pués de ocho meses, por R.O. 19-11-1897, es aprobado el «Anteproyecto
de las obras de defensa de Montefaro y sus accesorias», que contaba con
baterías desde el Monte de San Pedro en A Coruña hasta el Cabo de Prio-
riño en Ferrol3, pero que no tuvo continuidad en su desarrollo. Estas obras
constituyeron un conjunto integral de baterías de costa, con sus elementos
auxiliares: cuarteles, polvorines, carreteras, etc.

Desde el punto de vista táctico, el citado anteproyecto desarrollaba un


sistema defensivo de costa diseñado mediante asentamientos a dos alturas:
(alta y baja cota) con un total de seis baterías: tres de obuses (trayectoria
curva) y tres de cañones (trayectoria recta). Tras varias modificaciones al
mismo, la posición artillada quedó finalmente como sigue: tres baterías de
obuses, dos baterías de cañones de acero de tiro rápido y una batería de
cañones de gran calibre.

Estas baterías eran novedosas para la época, no solo por su forma, sino tam-
bién por los materiales utilizados (hormigón y acero). Su autor, el teniente co-
ronel de Ingenieros Antonio Vidal y Rúa, las titulaba «baterías económicas».

En las baterías bajas, eran los parapetos formados por macizos de tierra
los que defendían –con su forma y espesor adecuados– el muro interior del
mismo, las bóvedas y demás elementos. En las altas, el parapeto lo forma-
ban el terreno natural y su muro interior, ya que estas baterías no baten
a distancias tan cortas como las bajas y los ángulos con los que llegan los
proyectiles son más amplios.

Nuevos diseños y materiales modernos. Las baterías de obuses de alta


cota: Fonteseca (k), Bailadora (k´) y Faro (k´´)
Estas tres baterías estaban situadas en los lugares más altos de la península
de Bezoucos, en los vértices del triángulo de su meseta, que eran los puntos
más ventajosos para cumplir su misión (batir a los acorazados en su punto
más débil: su cubierta). La Bailadora fue la primera que se construyó en
esta posición.

Las tres baterías se proyectaron siguiendo los mismos criterios, pero con
ligeras variaciones impuestas por la topografía del terreno donde se asen-
taron. Como hemos mencionado, era un sistema novedoso, de las de-

3 LÓPEZ HERMIDA, José M., YÁÑEZ RODRÍGUEZ, José M., La Defensa de la Costa. Provincia de A Coruña.
Fortificaciones y Artillería de Costa. S. XVI- XX, Diputación de A Coruña, 2021,p 209
129
nominadas «al descubierto». Era éste el más adecuado y rentable para
posiciones con una elevación superior a los 40 m sobre el nivel del mar,
ya que no estaban expuestas al fuego dominante desde las cofas, ni a la
acción próxima y eficaz de la artillería embarcada. Su planta adopta la
figura de un arco para evitar ser enfilada y al mismo tiempo aprovecha al
máximo su campo de acción. Su parapeto, organizado para defender las
piezas por su frente, está formado por un muro de granito y hormigón,
que sirve de revestimiento interior. La tierra adosada por el exterior del
muro constituye el verdadero parapeto que brinda protección contra los
disparos frontales.

Perfil de la batería para seis obuses de 24 cm4

Con el perfil que se muestra en la imagen, la batería presenta el menor re-


lieve posible, tanto para evitar que su silueta sea perceptible desde el exte-
rior, como para facilitar el fuego indirecto de obuses en todo el horizonte,
ya que los sirvientes, las piezas, municiones, y juegos de armas permanecen
defendidos. Fueron construidos traveses cada dos piezas para la protección
contra impactos laterales. Debajo de ellos se diseñaron almacenes para
alojar municiones y pertrechos para cada sección. Resultaba ventajoso que
fuesen de una sola pieza en baterías de gran calibre y de dos en obuses o
piezas de medio calibre y tiro rápido.

Asentamiento de un obús en la batería


de Peña Bailadora, con su través.
(Fotografía J.M.L. Hermida)

4 VIDAL Y RÚA, Antonio, Defensas de costas y baterías económicas, Imprenta del Memorial de Ingenieros,
Madrid, 1899.
130
El resto de elementos que componían estas baterías eran aplicables a am-
bos tipos (obuses y cañones), independientemente de su ubicación. Las
explanadas estaban formadas por un macizo de hormigón hidráulico en el
que se empotraban los elementos fijos de los montajes. Su forma y dimen-
siones variaban según el tipo de pieza que artille la batería.

Las baterías de cañones de tiro rápido: Salgueira y Sudova


Si tenemos en cuenta el tiempo transcurrido desde la aprobación del plan
de defensa de 1891, y sumamos los efectos de los avances logrados por
la artillería en esos años, junto con las ideas que se materializaron sobre
la defensa de la costa, podemos concluir que fueron estas las razones que
condujeron a que las obras de Montefaro sufrieran modificaciones o am-
pliaciones motivadas por esas circunstancias.

Una de estas modificaciones al plan original (´91) fue la realizada en estas


dos baterías, que se proyectan de nuevo para asentar cañones de tiro rá-
pido. Su objetivo era destruir la obra muerta los buques, para hacer inha-
bitable toda la parte no acorazada con la intención de provocar incendios
y poner fuera de servicio el material de cubierta, ya que podían disparar
entre dos y tres tiros por minuto sobre blancos móviles.

Batería de Salgueira Batería de Sudova

La batería de cañones de gran calibre de Segaño


La de la punta Segaño fue la única batería de cañones de gran calibre que
contribuyó a la defensa de nuestra costa desde la península de Montefaro,
dotándola de poder de penetración contra los costados de los nuevos aco-
razados con que contaban las principales naciones europeas.

Estos cañones –con su tiro tenso– mediante la dirección de sus proyectiles


a los costados de los buques, batían una extensa zona de mar exterior
que comprende: gran parte de la ensenada de Cariño, la ría de Ares y la
mayor parte de la bahía de A Coruña. Esto impedía –o al menos hacía
peligrosa– la permanencia de naves enemigas sobre las superficies nave-
gables de esta zona.
131

Batería de Segaño. AIMNO.

Para la defensa de la línea de torpedos, destinada a cerrar el canal de entra-


da de la ría, se instalaron tres baterías: una equipada con cañones rápidos
García Lomas de 10 cm en el castillo de San Felipe y dos baterías en el
de La Palma: una con cañones Krupp de 8,7 cm y la otra con cañones de
hierro entubado de 15 cm.

El conjunto de baterías, para cumplir su misión principal durante el com-


bate, necesitaba unos servicios fundamentales que debían organizarse des-
de tiempos de paz. Estos servicios fueron:
• Municionamiento. Tenía que cumplir unas condiciones esenciales:
∙ Seguridad absoluta durante el tiempo de fuego.
∙ Responder rápidamente, tanto al suministro de municiones
como a la velocidad de tiro de las piezas. Esto hizo necesario
separar los almacenes de pólvora de las baterías (hasta entonces
formaban parte de los locales interiores de éstas) y construir
pequeños almacenes por cada pieza en las mismas, con el fin
de poder atender al tiro durante un tiempo determinado con
recursos propios (dotación de seguridad). Contaba con dos
polvorines: Bordocedo y Pegal.
• Iluminación. La iluminación artificial de los frentes marítimos fue
de gran importancia, pues las escuadras navales encontraban una
poderosa ayuda en la oscuridad de la noche para lograr el éxito.
Dispuso de 4 proyectores: S. Martín, Segaño, Coitelada, y Avarenta5.
• Observación. En el tiro de costa no se pueden obtener resultados
satisfactorios sin aparatos que permitan observar y calcular la
distancia al blanco con la mayor precisión posible en cada disparo.
Existía un observatorio central en el Alto del Centinela, y cada
batería tenía también el suyo.
• Cuartel o locales para el personal. Los había de dos clases:
∙ Abrigos de combate para los sirvientes, situados en el adarve o
inmediatos a la pieza.
∙ Alojamientos de descanso y plantones, en las baterías. Disponía
de un acuartelamiento principal, para lo cual se remodeló el
antiguo monasterio franciscano de Santa Catalina.

5 Proyecto de instalación de alumbrado eléctrico de las obras defensivas de Montefaro, p 1, AIMNO,


Ferrol, caja 10044
132
• Transmisiones. Constituyen un servicio fundamental en los ejércitos
modernos, especialmente en la artillería de costa, para coordinar los
fuegos.
• Red de carreteras militares. Necesaria para la comunicación entre
baterías y servicios periféricos.
• Hospital de Sangre. Para ello se construyó un nuevo edificio situado
en las inmediaciones del monasterio de Sta. Catalina.

El artillado de las baterias de Montefaro

Situación previa al plan del 91


A finales del siglo XVIII, la artillería de Costa y de Marina que era regla-
mentaria en España, la formaban el cañón, el obús corto y el mortero. En
esta época, el comisario general de artillería de la Marina, Francisco Javier
Rovira, propuso para ésta el uso de unas piezas de mayor longitud que el
obús corto y menor que la del cañón, el obús largo. Esta nueva pieza se ba-
saba en el tiro horizontal de granadas, que con menor carga de proyección,
mayor calibre y menor peso obtenía grandes ventajas sobre el cañón, que
disparaba balas macizas.

En 1790, las primeras piezas de este sistema de a 24 libras, fundidas en hie-


rro en La Cabada, sirvieron como ensayo para artillar a seis bergantines.
Tras varias modificaciones, se alcanzó el año 1803 sin que la Marina se
preocupase en mejorar estos modelos, lo que ocasionó su abandono.

En 1847, la comisión de Vigodet y Alarcón fue la encargada de proponer


piezas de hierro para la Marina y Costa. Las nuevas alteraciones introduci-
das en el sistema de artillería naval y de costa supusieron progresivamente
una completa revolución en el armamento y estructura de los buques de
guerra. Esta fue la idea desarrollada por el general de artillería francés Mr.
Paixhans (copiando a Rovira), que consistió en sustituir las antiguas piezas
gruesas por otras de mayor calibre. La mejora permitía disparar proyec-
tiles huecos en lugar de balas sólidas, sin aumentar el peso metálico de la
pieza. De esta manera era posible lanzar –con tiro directo y de grandes
alcances– proyectiles de mayor diámetro con el efecto destructivo de la
bomba. En conclusión, sin aumentar el peso ni la carga, estas piezas dispa-
raban –a la misma distancia– proyectiles de mayor calibre y destrucción.

Por medio de la Ordenanza de 1857, el Ejército de Tierra adoptó como


reglamentarios los cañones de fuego de 1506, 80 y 68 libras. En San Felipe

6 No llegaron a formar parte norma de la dotación.


133
se artillan bomberos de a 80 en las casamatas de la primera línea y en la
segunda, a barbeta. También se artillan en el castillo de La Palma.

Hasta la segunda mitad de este siglo, las piezas de costa eran todas de
ánima lisa. Además de los cañones7, para la defensa de la costa eran ne-
cesarias piezas de tiro curvo para dañar los barcos enemigos a través de
su cubierta, que era la parte más vulnerable. Para ello se utilizaron obuses
largos y morteros.

En 1856, las piezas de avancarga para la costa experimentaron el ánima


rayada cuando se realizaron las primeras pruebas en la fábrica de Trubia
con el general Francisco Elorza. La razón del rayado es conducir el pro-
yectil a lo largo del ánima, haciéndolo girar sobre su eje y, de esta forma,
obtener mayor precisión y alcance. Para ello, el proyectil dispone de unos
salientes denominados aletas, tetones o filetes, que al introducirse en las
ranuras del ánima lo hacen girar.

Con la adopción de la artillería rayada, surge la necesidad de aprovechar


la artillería lisa de hierro fundido de avancarga, de un calibre considerado
y en buen estado de servicio. Esto reavivó la idea de reforzar las piezas,
colocándoles una o más órdenes de sunchos de hierro forjado sobre su
superficie exterior y, además, barrenarlas a mayor calibre, a fin de poder
introducir un alma de hierro forjado o de acero. Estas operaciones garan-
tizaban su mayor resistencia. Las piezas de este tipo construidas en España
fueron: el cañón de hierro rayado de 16 cm, y el obús rayado y sunchado
de 21 cm, artillados en la batería de San Juan y en el castillo de San Felipe.
Los de la primera línea, en casamata, los de segunda a barbeta y los de
tercera, en cañonera.

Se denominan piezas rayadas de retrocarga, a la artillería en la que el pro-


yectil y la carga se introducen por la culata. Las piezas de este tipo cons-
truidas en España fueron, por una parte las pertenecientes al sistema Elor-
za: el cañón de hierro estriado y sunchado de 15 cm a cargar por la culata,
que se artilló en las casamatas de la primera línea del castillo de La Palma
y el cañón de hierro rayado y sunchado de 24 cm a cargar por la culata,
modelos 1881 y 1884. Este último estuvo artillado a barbeta en la segunda
línea y flanco del hornabeque del castillo de San Felipe.

Por otra parte, las del Sistema Ordóñez, que está compuesto de cañones y
obuses. Entre los primeros, el cañón rayado de hierro entubado de 15 cm
para cargar de la culata, que se artilló en el castillo de La Palma. Entre los

7 ROLDÁN VIZCAÍNO, Francisco y DE LA LLAVE Y GARCÍA, Joaquín, Apuntes sobre defensa de las costas.
Estudio de las baterías al descubierto, Madrid, 1888, p. 43.
134
años 1890 y 1892, fueron diseñados los nuevos modelos de cañones de
21, 24 y 30,5 cm y tres obuses de 21, 24 y 30,5 cm. Del modelo de 24 cm
fueron artillados 18 en Montefaro.

El artillado del plan del 91


Los cañones anteriores al Plan del 91 ya no tenían la potencia necesaria
para perforar el blindaje de los nuevos acorazados, cuyos progresos –en
ese momento– fueron tenidos en gran estima. Las baterías de Montefaro
se artillan con el siguiente material: obuses Ordóñez de 24 cm, cañones
Krupp de 26 cm y Munáiz-Argüelles de 15 cm de tiro rápido.

Los obuses de 24 cm (elemento importante en la defensa de la costa) eran


los obuses rayados de gran calibre que tiran por grandes elevaciones, lo
que produce una lluvia de proyectiles en un punto determinado. Uno solo
de ellos que cayese en el puente de un barco y que atravesase su cubierta
haciendo explosión en su interior, dejaría inutilizado ese buque, aunque
fuese uno de los potentes acorazados.

Obús Ordóñez de 24 cm.


(Colección J.M.L.
Hermida)

Los Cañones Krupp de 26 cm, con un poder de penetración en placas de


hierro de: 51,27 cm a una distancia de 1.000 m; 49,90 cm a 2.000 m y
41,45 cm a 3.000 m, eran adecuados para batir acorazados. Las dos pie-
zas para equipar la batería de Segaño, fueron trasladadas desde el cercano
castillo de La Palma, donde se encontraban desde 1898. Varias de este tipo
fueron compradas a la casa Krupp entre 1882 y 1888 para artillar las pla-
zas de Cádiz, Ferrol, Cartagena, Ceuta y La Habana.

Cañón de 26 cm Krupp
en la batería del Segaño.
(Colección J.M.L.
Hermida)
135
Los cañones de acero de tiro rápido Munáiz Argüelles de 15 cm se ins-
talaron debido a la aparición del torpedero, lo que obligó a la artillería
a desarrollar piezas de tiro rápido, que hasta ese momento habían sido
meras auxiliares. Este fue el último cañón de costa diseñado y construido
en España.

Cañón de acero tiro


rápido Munáiz Argüelles
de 15 cm.
(Colección J.M.L.
Hermida)

El plan de defensa de 1926. A mayor potencia de tiro, mayor


despliegue

El plan de 1891 aún no se había ejecutado en su totalidad, cuando se


diseñaron dos nuevos proyectos de artillado, en 1914 y 1921. Ninguno
de ellos se desarrolló. Tras la Primera Guerra Mundial, con las lecciones
aprendidas en ella, la artillería española analizó los nuevos avances para la
Artillería de Costa. De estos estudios nació el Plan del año 1926, que apro-
bó la defensa de las Bases Navales de Ferrol-Coruña, Cartagena y Mahón.

Proyecto del contrato con la Sociedad


Vickers Limited para la adquisición de
10 cañones de 38,1 cm.
136
En lo que a nuestro territorio se refiere, a través de este plan se le asignaba
la misión de defensa costera frente a una escuadra enemiga que pretendiese
bombardear la Base Naval de Ferrol-A Coruña y ocupar las rías de Ferrol,
Ares y A Coruña (Golfo Ártabro). Para evitarlo se diseñó de manera que
pudiese batir con sus fuegos la parte de mar desde la entrada de la ría de
Cedeira hasta la Punta Caión, con el siguiente equipamiento: ocho cañones
de 38,1 cm, veinte cañones de 15,24 cm, veinte cañones de 10,5 cm antiaé-
reos, dieciocho obuses de acero de 24 cm y seis cañones de acero de 24 cm.
(los cañones y obuses de 24 cm finalmente no se artillaron)8. La defensa se
organiza en cuatro áreas o núcleos: Campelo, Prior, Prioriño y A Coruña.
En cada una de ellas se ubican tres baterías: (dos de costa de 38,1 cm y
15,24 cm y una antiaérea de 10,5 cm). Estos grupos, inicialmente, eran
relativamente similares, tanto en su figura como en su composición, salvo
pequeños detalles debidos a la orografía del terreno, y se diferenciaban con
pequeñas modificaciones en sus obras. Mención aparte merece el Grupo
de A Coruña, que contó con dos baterías de 15,24 cm, una de ellas en un
asentamiento monolítico en Punta Herminia.

Las baterías de costa del plan. Aspectos generales


En este plan, las baterías se instalan en pozos a barbeta, con escudos me-
tálicos que protegen a los sirvientes de los disparos de cartuchería y cas-
cos de metralla. Esto se debe a un nuevo concepto defensivo, en el que
las piezas de artillería ya no defienden un paso concreto, ni un canal, ni
un sector determinado, sino que simplemente cubren con sus fuegos toda
la zona frente a la posible llegada de una escuadra enemiga. Este nuevo
planteamiento obliga a las baterías a abandonar sus antiguos asentamien-
tos, situándose en los puntos geográficamente más dominantes de la costa,
desde donde permiten el máximo campo de tiro, con sectores de 360º para
todas sus piezas.

La batería de costa de 15,24 cm.


Su misión era batir los cruceros ligeros y cooperar con el fuego de la artillería in-
termedia9 apoyada también por la primaria10, en distancias cortas de combate.

Estas baterías estaban construidas con asentamientos a barbeta para cua-


tro piezas de 15,24 cm, con sus repuestos para cargas y proyectiles, direc-
ción de tiro, sala de máquinas, estancia para órganos auxiliares, talleres y
alojamiento para tropa de servicio. Esta disposición era común para todas
las estructuras excepto la mencionada anteriormente en Punta Herminia
(Grupo de A Coruña) que adopta un asentamiento monolítico.

8 MOLINA FRANCO, Lucas, VÁZQUEZ GARCÍA, Juan, LÓPEZ HERMIDA, José M., La Costa Inexpugnable.
Las defensas de la Base Naval de Ferrol – Coruña desde el siglo XVII hasta nuestros días, 2002, p 52
9 Las comprendidas entre 21 a 27,9 cm de calibre.
10 Las de 28 cm. en adelante.
137
Los asentamientos de las piezas se construyeron en pozos aislados de
hormigón armado para cada una de ellas, ocultándolas del mar median-
te desenfiladas en la medida de lo posible, y desde el aire mediante en-
mascaramiento. Cada pieza disponía de dos repuestos subterráneos: uno
para pólvora y otro para proyectiles, reducidos al espacio estrictamente
necesario para la munición de seguridad. Para el alojamiento del personal
y talleres se construyó un edificio con vistas al mar, próximo a las piezas.

izq.
Asentamiento para una pieza de
15,24 cm.

dcha.
Batería de Prior Norte.
(Fotografías EXPLORER 66 AIR. y
colección J.M. López Hermida)

La batería de costa de 38,1 cm.


Cada una de estas baterías tenía dos piezas de costa de 38,1 cm y 45 cali-
bres de longitud de ánima, modelo Vickers, 1926.

Ambas piezas se alojaban en pozos a barbeta. Debajo de la explanada, en


un pozo cerrado donde estaba anclada la pieza, se encontraba la cámara de
carga. Ésta estaba comunicada con los repuestos para proyectiles y cargas
de proyección (con una capacidad para cien disparos), y se situaban hacia
la gola del pozo, conectados con la sala de máquinas a través de un pasillo
con doble puerta estanca. Estos locales se encontraban enterrados al mis-
mo nivel y protegidos con blindaje de hormigón armado contra proyectiles
de calibre análogo al de las piezas de la batería (38,1 cm).
138
Para cada pieza existía un edificio en superficie destinado a albergar los
repuestos de munición en tiempos de paz, con dos locales: uno para pro-
yectiles y otro para cargas. Además, la batería contaba con otra edificación
en superficie que albergaba a su personal de vigilancia y un pequeño taller
y almacén.

Batería de 38,1 cm.


Prior Sur vista desde el aire, en la
actualidad.
(Fotografía EXPLORER 66 AIR.)

LEYENDA

(1) Pozo
(2) Ventilador
de admisión
(3) Escotilla
(4) Repuesto de cargas
(5) Ascensor auxiliar
de proyectiles
(6) Repuesto
de proyectiles
(7) Pasillo
(8) Escaleras
(9) Entrada

Baterías antiaéreas (A.A.)


El plan de 1926 se enfrenta una nueva amenaza para la costa, la aviación
militar. Estas primeras baterías antiaéreas se construyeron de forma mono-
lítica para artillar cuatro piezas de artillería de calibre 10,50 cm de la casa
Vickers; repuestos para municiones; un puesto de mando para el capitán;
enlaces telefónicos y dos grupos electrógenos: uno para dirección de tiro y
otro para el alumbrado. Además de la batería de estas características para
cada grupo, había una para el antiguo grupo de Montefaro.
139

LEYENDA

(1) Nicho para la caja de empalme de pieza


(2) Canal para cables
(3) Canal para desagüe
(4) Local para el motor y cuadro de distribución

Estos núcleos o grupos necesitaban una serie de órganos auxiliares para


su funcionamiento y coordinación, –tanto en su funcionamiento interno
como para la coordinación de todo el frente marítimo– tales como: cuar-
telillos de grupo, iluminación de objetivos (proyectores), red de transmi-
siones, carreteras militares (red viaria), puestos de mando y polvorines, tal
como se puede ver en el mapa.
140

El artillado del plan de 1926

Las piezas correspondientes a este plan, evolucionaron respecto a las del


anterior (1891) con mayor alcance y precisión debido al uso de acero, ór-
ganos elásticos y elementos de puntería.

Una vez que los ingenieros terminan los trabajos de fábrica, con los ele-
mentos fijos embebidos en el hormigón, la artillería comienza su trabajo,
con el montaje de las piezas y sus elementos auxiliares, como: telémetros,
dirección de tiro, puesto de mando de la batería, grupos electrógenos, etc. .
Las piezas de este artillado eran las siguientes:

Las piezas de las baterías de 15,24 cm


El cañón de costa de 15,24 cm y 50 calibres de largo de ánima, Vickers
modelo 1923, dispara un proyectil de: 45,360 kg de peso, con una veloci-
dad inicial de 914 m/s y un alcance máximo de 21.200 m, con un ángulo
de elevación de 35º .El poder de penetración en acero dulce es de 25 cm a
5.000 m de distancia, 13 cm a 10.000 m y 12 cm a 20.000 m. Su montaje
es del tipo deformable y de rotación central, con escudo metálico para la
protección de los sirvientes.
141

Cañón de 15,24 haciendo fuego. Alza directora Vickers (colección J.M.L. Hermida.)

Para independizar la batería de la red industrial, se disponía de un grupo


electrógeno que proporcionaba la energía necesaria, y que llevaba aco-
plado una dinamo para la iluminación de los diferentes locales y elemen-
tos auxiliares.

El sistema de dirección de tiro era el de alza directora Vickers, que siguió el


método conocido como de puntería continuada, con un telémetro de 4,57 m
de base, que junto con el calculador, forman un único dispositivo que pro-
porciona los datos de cada una de las piezas, ya corregidos. También conta-
ba con un anteojo estereoscópico y un inclinómetro (medidor de rumbos).

Las piezas de la batería de costa de 38,1 cm.

LEYENDA

(1) Pozo
(2) Ventilador
de admisión
(3) Escotilla
(4) Repuesto de cargas
(5) Ascensor auxiliar
de proyectiles
(6) Repuesto de
proyectiles
(7) Pasillo
(8) Escaleras
(9) Entrada
(10,11) Sala de Máquinas
(12) Alojamiento
del acumulador
hidráulico
(13) Entrada de aire
al refrigerador
142
Estas piezas, por su calibre, pertenecen a las de tipo primario, caracteriza-
das por su largo alcance y gran poder de perforante, aptas para combatir
contra las unidades más potentes y protegidas de las escuadras, a todas las
distancias de combate (acorazados).

Disparaban un proyectil de 885 kg de peso con una velocidad inicial de


762 m/s. Tenían un alcance máximo de 35.100 m, con un ángulo de ele-
vación de 40º y un poder de penetración en acero dulce de 55 cm a una
distancia de 9.000 m y 36 cm a una distancia de 23.000 m. Su estructu-
ra giratoria estaba dispuesta sobre una plataforma que les permitía girar
360º. Cada pieza tenía un carapacho de acero de 7 mm de espesor para
proteger al personal y al material de las inclemencias del tiempo.

La sala de máquinas disponía de un motor con la misión de accionar una


dinamo que cargaba una batería de acumuladores para la iluminación de
los departamentos de la pieza. Al mismo tiempo, debía activar el refrigera-
dor de los motores y el compresor y accionar éste. La tarea del compresor
era cargar un grupo de botellas de alta presión para:

1. Barrer el ánima del cañón después de cada disparo

2. Cargar el recuperador con aire a presión

3. Arrancar los motores

Otro motor accionaba la bomba triple para elevar el acumulador hidráu-


lico que, por su propio peso, proporcionaba la presión necesaria para el
funcionamiento de los mecanismos hidráulicos de la pieza. Por otro lado,
una dinamo proporcionaba la energía utilizada en el circuito de encendido
eléctrico y estaba accionada por una turbina movida por la presión pro-
porcionada por el acumulador hidráulico.

La dirección de tiro estaba compuesta por:

1. Dos estaciones de telemetría, cada una compuesta por un telé-


metro de 9,14 m de base; un anteojo estereoscópico para la ob-
servación del tiro y un inclinómetro para la medición de rumbos.
Estos dispositivos enviaban los datos a la calculadora, que los transfor-
maba en datos de tiro, transfiriéndolos a través de transmisores eléctri-
cos a cada una de las piezas, ya corregidos.

2. Una estación central de cálculo, que recibe datos de la estación de tele-


metría, y genera datos de tiro, transmitiéndolos al receptor de la pieza.
143

Telémetro Barr-Stroud de 9,14 m Alojamiento para telémetro Barr-Stroud de 9,14 m


de base. de base de la batería de San Pedro.
(Colección J.M. López Hermida) (Colección J.M.L Hermida)

Piezas de la batería antiaérea de 10,5 cm.


Estas baterías se construyeron de forma monolítica para artillar cuatro
piezas de 10,50 cm. de calibre de la casa Vickers, con su dirección de tiro
compuesta por: un predictor-calculador-corrector Vickers Mark T y un
telémetro altímetro Zeiss de cuatro metros de base. También disponía de
repuestos para municiones; puesto de mando del capitán; enlaces telefó-
nicos y dos grupos electrógenos: uno para la dirección de tiro, compuesto
por un motor y una dinamo, y otro para iluminación con motor y dinamo.
Además, contaba con la red de carreteras; los alojamientos y otros ele-
mentos logísticos de primer nivel, tanto para la vida diaria como para los
momentos de combate.

El cañón antiaéreo de 10,5 cm y 46,95 calibres de longitud, disparaba un


proyectil de 14,06 kg de peso, con una velocidad inicial de 825 m x seg, y
un alcance horizontal de 13.400 m y vertical de 7.850.

Le fue asignada como misión principal la defensa antiaérea del Grupo, y


como secundaria, los dragaminas y otros buques de pequeño tonelaje y
protección. Además de la batería de estas características para cada grupo,
había una para el antiguo grupo de Montefaro. Las cinco baterías antiaé-
reas eran iguales en su composición y figura.

Asentamiento de la batería antiaérea Batería antiaérea de monte San Pedro,


de Prioriño en la actualidad. en asentamiento monolítico.
(Fotografía EXPLORER 66 AIR.) (Colección J. L. Hermida.)
144
Una modificación necesaria de la defensa antiaérea (A.A.)
Como consecuencia de la constante evolución de una nueva arma de
combate como era la aviación militar, y una vez finalizada la guerra civil
de 1936, fue enviado al mando del ejército un estudio para la defensa
antiaérea de la base, realizado por la Junta Local de Defensa y Arma-
mento de Ferrol. Su finalidad principal –como primera urgencia– era
cubrir los arsenales y los puntos vitales de la base naval y como secun-
daria, las defensas terrestres.

El estudio fue aprobado el 9 de febrero de 1940, con el siguiente de-


sarrollo: para la defensa de la plaza, cuatro baterías fijas de cuatro11
cañones antiaéreos de 10,50 cm en Ferrol y una del mismo tipo para A
Coruña, para lo cual se aprovecha el material existente de las baterías
monolíticas.

En estas baterías antiaéreas, a diferencia de las monolíticas, las piezas


se asentaban en pozos de barbeta, permitiendo el tiro horizontal y sepa-
radas lo máximo posible entre sí. Anejo a cada una se instaló un lugar
para almacenar las vainas vacías. También contaba con un pequeño
refugio para el personal de servicio de la pieza con el fin de protegerlo
de ataques aéreos contra fuego de ametrallamiento; cascos y bombas de
hasta 20 kg.

11 Sólo se construirían tres.


145
Armamento de las modernas defensas antiaéreas.
Para la defensa de la plaza y arsenales se utilizan las piezas que estaban
asentadas en las baterías monolíticas (10,5 cm), las cuales son trasladadas
a los nuevos asentamientos de pozos aislados.

Con la modificación realizada en los años cuarenta –anteriormente men-


cionada– , en la defensa antiaérea de las baterías costeras se utilizan caño-
nes de 40 y 20 mm y ametralladoras de 7,92 mm, pasando los cañones de
10,5 a la defensa de la plaza.

LEYENDA.

(1) Repuesto. (2) Pasillo. (3) Vainas vacías y refugio.


146
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Archivo Militar de Segovia, expedientes núm. 19, 94, 247 y 933.
147
02 | Historia y patrimonio. Siglos XIX y XX

Los cañones gallegos que defendieron


el estrecho. El Proyecto y el Plan Director
para la batería de Paloma Alta, Tarifa

Joaquín de la Cámara Delgado


Teniente Coronel de Artillería (R)
Junta Directiva de la Asociación Conde de Gazola

Palabras clave: Paloma Alta, artillería de costa, Vickers,


Asociación Conde de Gazola, Plan director, Campo de Gibraltar,
Parque Natural del Estrecho.

Key words: Coastal Artillery, Master Plan, Historical and


Environmental Pak, Strait of Gibraltar, Paloma Alta battery

Primera pieza y cueva. Fotografías del autor

Introducción

El presente trabajo ha sido posible gracias a la Asociación Conde de Ga-


zola, institución sin ánimo de lucro, de implantación nacional y con dele-
gaciones territoriales en casi todas las provincias. Entre sus objetivos es-
tatuarios están; la puesta en valor del patrimonio histórico artillero y el
estudio y divulgación de la historia de la artillería española. Fundada el 30
148
de Enero de 2016, reúne a casi 400 asociados, en toda España. En nuestra
web www.condedegazola.com se pueden encontrar todos los detalles de la
actividad, así como, y relacionado con la ponencia que vamos a desarro-
llar, un mapa interactivo donde se muestran las fortificaciones y baterías
que a lo largo de la historia han estado en todas las posesiones del mundo,
bajo el dominio del Imperio Español.

Pero yendo al tema que nos ocupa, corrían los inicios del siglo XX y
los efectos del desastre del 98 todavía coleaban en el sentir español, por
la inferioridad tanto del armamento de los barcos como de las defensas
costeras. La Primera Guerra Mundial mostró el avance de los buques aco-
razados, cada vez dotados de cañones más potentes y con mayor alcance.
En esta situación, las bases navales españolas corrían serios peligros, por
las todavía vigentes ansias de expansión de determinadas naciones y so-
bre todo por la necesidad del control de las rutas marítimas. Y es en este
escenario cuando, hacia 1921, el gobierno de Miguel Primo de Rivera de-
cide llevar a cabo la adquisición de 18 cañones Vickers de 381 mm, para
defender tres de nuestras principales bases navales; Ferrol, Cartagena y
Mahón. Y nos preguntamos; ¿por qué no se consideró la defensa de Cádiz
y el Estrecho? Pues existen múltiples versiones sobre la respuesta a esta
pregunta. Unos dicen que existía una «cláusula secreta» en el contrato
de adquisición con Inglaterra, por la que no podían ser desplegados en
emplazamientos que tuvieran Gibraltar bajo su alcance, probablemente
se referirían a las supuestas notas que se intercambiarían entre España y
el Reino Unido, terminando el siglo XIX, de no asentar piezas de artillería
que pudieran amenazar Gibraltar, otros achacan la razón, quizás la más
sustentada, a los Tratados de 1904 y 1907, vigentes entonces entre Espa-
ña, Inglaterra y Francia, de no desplegar fortificaciones ni armas de gran
calibre en ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, facilitando así su paso
franco y otros a la posible influencia política de las ciudades afectadas,
el caso es que fuera cual fuera la razón es una realidad que el Estrecho
quedó sin cubrir.

Los cañones en cuestión eran un diseño británico de la casa Vickers-Arm-


strong, calibre 15»/45 (381 mm) Mark B, modelo 1926, que fueron cons-
truidos en la fábrica de Barrow&Furnes de Inglaterra. Inicialmente diseña-
dos para dotar a los acorazados clase «Riachuelo» de la Armada Brasileña
que, por avatares del destino, no llegaron a buen puerto. Esta circunstancia
fue aprovechada por el gobierno de Primo de Rivera para adquirir los
dieciocho únicos que se fabricaron. Son casi gemelos de los que montaba
el acorazado Hood y otros buques similares de la Armada Inglesa, con la
diferencia de que los fabricados para España tienen 45 calibres frente a los
42 calibres de los ingleses lo que, además de hacerlos únicos en el mundo,
le proporcionaba más de 4.000 metros adicionales de alcance.
149
Los años pasaron y la historia dio no pocos vuelcos tanto en España como
en toda Europa, llegando el año 1940, con la Guerra en España recién
terminada y ya comenzada la Segunda Guerra Mundial. Los peligros de
intento de invasión, por el sur de España, tanto de un bando como del otro
eran evidentes y todos centrados en la posesión de Gibraltar. Son conoci-
das: la Operación «Félix» (pretensión alemana junto a España de tomar
Gibraltar) y la Operación «Backbone» por parte de los aliados para des-
embarcar en Zahara y llegar hasta Jerez y Sevilla, evitando la ocupación
de Gibraltar. Afortunadamente ninguna de ellas llegó a ver la luz, pero
debido a sus visos de llegar a ser reales, el gobierno español activó el plan
de fortificaciones del Estrecho, dentro del que se incluyó el traslado de los
dos Vickers de 381 mm de Campelo Alto, de Ferrol hasta Tarifa, a su asen-
tamiento de Paloma Alta y con ello formar parte de las dieciocho baterías
que compusieron el artillado oriental del Estrecho durante casi 70 años.

Valdoviño. Desartillado de Campelo Alto. Fondo Varela. Archivo Histórico Municipal de Cádiz

Hoy día, solo trece de los dieciocho cañones que se compraron quedan aún
en pie y están cercanos a cumplir el siglo de existencia. Y de estos trece;
ocho se encuentran «musealizados» (dos en Coruña, cuatro en Cartagena
y dos en Mahón), dos están ubicados en una finca privada y sirven de
complemento turístico a un hotel rural (Llucalary – Menorca) y los tres de
Paloma Alta esperan pacientemente, desde el año 2008, su restauración.
La ejecución del proyecto cuyo Plan Director analizaremos aquí, sería la
culminación de este proceso.
150
La génesis del plan

Con este objetivo y a propuesta de la Junta Directiva de la Asociación Conde


de Gazola, tras deliberación por su Asamblea General, en su sesión del 21 de
Marzo de 2019, se aprobó por unanimidad abordar la redacción de un Plan
Director para la puesta en valor de la Batería de Artillería de Costa de Palo-
ma Alta, con objeto de presentarlo de manera formal a las instituciones tanto
públicas como privadas y tanto de ámbito nacional como local y autonómi-
co, culminado con la ejecución de un proyecto de puesta en valor del enclave.

Una vez aprobada la decisión y en íntima colaboración con la dirección del


Parque Natural del Estrecho, se organizó un equipo de trabajo multidisci-
plinar compuesto por colaboradores externos y miembros de la Asociación
expertos en áreas como: la dirección de proyectos, geodesia y topografía,
investigación operativa, historia del Estrecho y los Vickers, biología y medio
ambiente, legislación comunitaria, urbanismo, ingeniería mecánica, arqui-
tectura y obra civil, diseño gráfico y multimedia, marketing y redes sociales
y publicidad, concluyeron que el Plan Director tenía que contemplar los si-
guientes aspectos:
• Relato histórico en el que se encuentra encuadrada Paloma Alta
• Plano general y reportaje gráfico detallado del estado actual de las
instalaciones
• Análisis de instalaciones semejantes en España, Europa y EEUU.
• Oferta cívico-militar para la reutilización de las instalaciones.
• Estimación de la inversión inicial necesaria por partidas separadas
• Estudio de mercado de afluencia de posibles visitantes
• Estructura de gestión y coste del mantenimiento posterior del
Complejo
• Fuentes posibles de financiación
• Tentativa de cronograma de ejecución del proyecto
• Oficina de gestión del proyecto
• Recopilación de datos históricos, ambientales y técnicos para dotar de
contenidos a la instalación resultante
• Consideraciones medioambientales y de uso público
• Análisis de la declaración del asentamiento como BIC
• Consideraciones sobre la normativa reguladora del Parque Natural
del Estrecho
• Gestión de la prensa y publicidad del proyecto
• Situación Catastral y Registral de la finca donde se ubica la Batería
• Consideración de su estado como zona de «interés para la defensa»
• Imagen institucional y marketing del proyecto
• Anexo: Desarrollo detallado de la propuesta de contenidos para
cada una de las zonas del enclave y de los edificios e instalaciones
recuperadas.
151
Y de esta forma, en el plazo de cuatro meses y tras un importante trabajo
de gabinete y de campo tanto en Paloma Alta como en los otros asenta-
mientos similares, en Coruña, Cartagena, Menorca y Gibraltar, vio la luz
el documento final que fue presentado a la Junta de Andalucía el día 30 de
julio de 2019 y registrado formalmente el día 2 de agosto. El proyecto fue
muy bien recibido, de forma que el día 6 de agosto la propia Junta emitió
un comunicado de prensa bajo el título: «La Junta estudia la recuperación
y puesta en valor de las baterías de Paloma Alta en Tarifa», esto constituyó
el arranque del proceso en el que actualmente nos encontramos.

Sin ánimo de entrar en el detalle de cada capítulo, expondremos los puntos


del Plan Director que consideramos más relevantes.

El relato

Lo primero que ha se considerarse en este tipo de propuestas es la razón de


ser del proyecto que se propone, es decir el RELATO que se pretende ofre-
cer y transmitir a los futuros visitantes. Este mensaje debe centrarse en uno
o varios de los siguientes aspectos; el militar, el histórico, el medioambien-
tal, el turístico, etc. de forma que tenga calado en la población circundante.

Para centrar el relato, es muy importante considerar el enfoque general


que se debe dar al emprendimiento. Restaurar instalaciones militares con
el único objetivo de recrear el aspecto militar no parece que sea la tenden-
cia que existe en el mundo. Es importante ver que toda instalación militar
tiene uno o varios componentes de orden civil que la acompañan, especial-
mente cuando han pasado a ser parte de la historia de un pueblo.

Normalmente las instalaciones militares han servido para preservar gran-


des extensiones de terreno de la especulación y la invasión urbanística,
lo que ha proporcionado magníficos entornos naturales que es necesario
conservar. Como ya se ha comentado, Paloma Alta se encuentra en el Par-
que Natural del Estrecho. Igualmente llevan aparejado multitud de hechos
históricos en los que la población civil circundante tuvo un protagonismo
relevante. Y por su situación estratégica suelen estar en zonas donde gran
variedad de civilizaciones durante siglos también asentaron sus fortalezas,
torres, ciudades, etc. aportando riqueza arqueológica de un gran valor.

Por esta razón la rehabilitación de centros de este tipo ha de hacerse siem-


pre teniendo en cuenta que el resultante debe ser un enclave cívico-militar
que sirva no solo como elemento de puesta en valor del aspecto castrense
sino como centro de difusión, investigación y recreación histórica, de con-
cienciación del entorno natural y de esparcimiento lúdico que atraiga los
152
visitantes, justificando así la necesaria inversión pública y el alivio de la
financiación del mantenimiento.

Y expuestos los parámetros con los que se centró el relato del proyecto, re-
saltaremos algunos de sus puntos que son lo que hacen de Paloma Alta un
lugar distinto al resto, en cuanto a sus antecedentes, lo que ayuda a apoyar
el relato y a justificar con creces su puesta en valor.

El traslado de Ferrol a Tarifa


Si las obras del artillado inicial en los asentamientos de Valdoviño, Cartagena
y Menorca constituyeron un esfuerzo titánico, el traslado de estos cañones
de Campelo Alto a Tarifa no lo fue menos. Es cierto que habían transcurrido
una decena de años desde los primeros, pero las condiciones tanto económi-
cas como industriales de España en el año 40 no eran de lo más boyantes, por
lo que casi hubo que utilizar, para los emplazamientos de Tarifa, las mismas
técnicas y procedimientos industriales que en los años 30, siendo igualmente
dirigidas todas las obras y desplazamientos por el comandante Parallé que ya
de capitán dirigió los primeros asentamientos.

Si bien parece que, como bien nos cuenta y documenta César Sánchez de Al-
cázar, en su libro «Los cañones Vickers de 381/45 mm», la batería que, desde
el punto de vista artillero, menos perjudicaba a la defensa de la base naval
de Ferrol, en el caso de ser retirada, era la de Lobateiras (Prioriño), el man-
do entonces responsable de la decisión optó por desartillar Campelo Alto y
trasladar los cañones a Tarifa, trabajos que comenzaron a final del año 1940.
153
Todos los elementos de los cañones fueron trasladados desde el asenta-
miento en Campelo Alto al puerto de Cádiz, vía el Arsenal de Ferrol pri-
mero y a través de siete trenes especiales por tierra después. Del puerto
de Cádiz, el material fue trasladado vía marítima al, en aquel entonces,
no concluido puerto de Tarifa y desde aquí hasta el asentamiento en Pa-
loma Alta se volvió a repetir la historia que, ya doce años antes, se había
producido para subir los cañones hasta sus asentamientos de Valdoviño,
Cartagena y Menorca.

Es realmente gratificante contemplar en muchas de las paredes de estable-


cimientos turísticos de Tarifa, gran cantidad de fotografías que reflejan los
momentos más significativos del artillado de estos cañones en el año 1941
a su paso por las poblaciones.

El restaurante El Olivo, situa-


do en la desviación a Palo-
ma Baja desde la N340, muy
popular en la zona, guarda
en sus paredes fotografías de
toda la secuencia del artillado.

La aparición de la tercera pieza y el reto tecnológico


Una vez instaladas las dos piezas de Campelo en su asentamiento de Palo-
ma Alta se llevaron a cabo las llamadas pruebas de explanada. Pues bien,
en las pruebas realizadas con la segunda pieza, en 1941, se produjo un
accidente, debido a la utilización de una carga de guerra con proyectil
de instrucción, lo que ocasionó una explosión prematura en el tubo con
rotura del proyectil dentro del ánima. Esto inutilizó el tubo y la cuna de
la pieza. Afortunadamente no hubo daños personales, pero la pieza quedó
fuera de servicio.

Al quedar Paloma Alta con una sola pieza operativa, se decidió traer el
tubo y la cuna de una de las piezas de la batería de Favaritz, en Menorca,
para reactivar el cañón accidentado. Ya no se consideraba amenazante
una invasión de Menorca y además el campo de tiro de la batería de Fa-
varitz podía quedar cubierto con la batería de La Mola desde el puerto de
Mahón. Al quedar Favaritz con una sola pieza, y dado que ya entonces se
había visto que, para estos calibres, la eficacia de la batería aumentaba do-
tándolas de tres tubos, la pieza «huérfana» de Favaritz se trasladó también
a Tarifa, quedando Paloma Alta totalmente artillada y operativa con tres
piezas, a principio de 1944, siendo la única en el mundo, de este calibre,
que cuenta con este número de cañones.
154
Vista Aérea de Favaritz.
Archivo S. Alcázar

Pero el hecho de dotar a esta batería de la tercera pieza no solo fue una me-
jora en cuanto a la eficacia artillera, sino que supuso un reto tecnológico
para la época. La dirección de tiro Vickers original tan solo era capaz de
gobernar dos cañones, por lo que fue necesario desarrollar una dirección
de tiro nueva que fuera capaz de controlar los tres desplegados en Palo-
ma Alta. Fruto de esta necesidad vio la luz, en 1942, la dirección de tiro
Costilla, un diseño totalmente español de 1927, cuyo padre, el Coronel de
Artillería D. Juan Costilla hizo extensivo para toda la artillería de costa
española durante muchos años, dotándola de la capacidad de controlar
hasta cuatro cañones, introduciendo las tablas de tiro correspondientes en
función del calibre de la batería.

DT Costilla ACART.
Fotografía del autor
155
Esta batería y solo esta, en el mundo, tiene además la singularidad de haber
sobrevivido hasta el año 2008, más tiempo que los famosos acorazados de
la Armada de los Estados Unidos y en consecuencia haber sido controla-
da, de manera semejante a ellos, por tres generaciones de tecnología de
sistemas de dirección tiro o lo que es lo mismo, tres generaciones de sis-
temas de computación - ordenadores. Empezó con las direcciones de tiro
electromecánicas Vickers y Costilla complementadas con los telémetros
Barr&Stroud, continuó siendo capaz de admitir datos del radar RX-80
Marconi, ya analógico, integrado con las direcciones de tiro anteriores y
en sus últimos años realizó sus disparos ordenados por: el radar, el sistema
electro-óptico y la dirección de tiro digital 9KA de Philips que todavía hoy,
en su versión modernizada, se encuentra en servicio para el tiro de los ac-
tuales cañones de costa de Santa Bárbara de 155/52, con los que cuenta el
único regimiento de Artillería de Costa en servicio; el RACTA 4 de Cádiz.

La importancia medioambiental del enclave


El asentamiento artillero de Paloma Alta se encuentra en la cara sur de la
sierra de San Bartolomé, a escasos trece kilómetros de Tarifa, flanqueado
por las dunas de Bolonia y Valdevaqueros y en el centro del eje que forman
la mítica ciudad romana de Baelo Claudia y el Castillo de los Guzmanes
en la ciudad de Tarifa. Está rodeado de yacimientos arqueológicos y en el
corazón de la zona terrestre del Parque Natural del Estrecho lo que da una
muestra de las civilizaciones que la han rodeado a lo largo de los siglos.

Centro del eje cultural del Estrecho. Composición del autor


156
De ser una zona totalmente árida y desértica en los años 40, ha pasado a
ser hoy día un paraje de bosque mediterráneo en donde la flora y la fauna
cuentan con un magnífico hábitat que, gracias a la protección proporcio-
nada por los asentamientos militares, ha crecido a lo largo de los años y
perdura hasta nuestros días.

Paloma Alta años 60


zona de vida original.
Archivo S. Alcázar

Es fácil ver desde cualquiera de los observatorios el vuelo de los más de


trescientos millones de aves que anualmente cruzan el Estrecho en ambos
sentidos, siendo la diversidad tal que, en ocasiones, es posible ver bandos
de más de cuatro mil aves, de incluso varias especies, así como observar el
comportamiento de otras tantas que, de forma permanente, habitan en los
alrededores de la Sierra de San Bartolomé, como el buitre y el alimoche.

Vista aérea edificios hacia el este. Fotografía del autor


157
Estas circunstancias añaden al complejo de Paloma Alta una doble vertien-
te de riqueza; la histórica y la medioambiental que, unidas al reclamo que
naturalmente existe, no solo en España sino en el resto del mundo, por las
grandes instalaciones militares, justifican con creces la necesidad de recu-
perar la zona para su apertura a toda la población.

El asentamiento ocupa una finca de algo más de trescientos mil metros


cuadrados y se encuentra fuera de servicio y en situación de abandono,
pero con prohibición de entrada al ser el terreno titularidad del Ministerio
de Defensa. Esta situación ocasiona un importante problema de intrusión
y vandalismo que está perjudicando enormemente a la instalación y al
medioambiente que la rodea.

Ante esta circunstancia y desde el año 2008 en el que se realizaron los


últimos disparos y se ordenó el desartillado de la batería, han sido in-
numerables los intentos y solicitudes desde todas las instituciones locales
para recuperar Paloma Alta y convertirla en un lugar de esparcimiento y
recreación histórica para toda la población.

Con esta filosofía está enfocado el Plan Director de Paloma Alta, siendo el
objetivo la puesta en valor de la batería de Artillería de Costa de Paloma
Alta, creando un COMPLEJO MEDIOAMBIENTAL e HISTÓRICO que
aprovechando el tirón comercial y turístico que mundialmente tiene el as-
pecto militar, sirva para la investigación, divulgación y la concienciación
del respeto a la naturaleza, así como para la difusión de los valores de las
Fuerzas Armadas que a lo largo de los siglos han tenido gran presencia en
el Campo de Gibraltar.

La oferta comercial-descomposición en subproyectos

Con este nombre identificamos las acciones que hay que emprender para
dejar el enclave de Paloma Alta con todos sus edificios e instalaciones ha-
bilitados para proporcionar los servicios que respondan al relato que se ha
planteado.

Así, vemos que disponemos de antiguas oficinas, cantina, dormitorios, bo-


tiquín, alojamientos de mandos, cuerpo de guardia y almacén, hasta un
total de diez edificaciones restaurables. A estas infraestructuras hay que
añadir los tres cañones y la dirección de tiro, con sus túneles de servicio,
la llamada Unidad de Transmisiones (UTRANS) y el bunker del Centro de
Operaciones (COACTA).
158
Es muy importante decir que NO se pretende construir nada nuevo, tan
solo rehabilitar, manteniendo el aspecto exterior tal como quedó una vez
se abandonó la batería y adaptando la distribución interior al fin designa-
do para cada instalación.

De esta forma el proyecto supondrá la descomposición en los siguientes


subproyectos que a la vez nos definen el trabajo de rehabilitación y adap-
tación que se pretende realizar:
• Restauración del asentamiento artillero
∙ Las tres Piezas y sus elementos de la torre del cañón y explanada
exterior
∙ Túneles, salas de carga, pólvoras y chilleras de un cañón
∙ Túnel y Sala de la Dirección de Tiro y Torno de Mantenimiento
∙ Edificio COACTA para Museo y Ctro. Interpretación
∙ Plataforma observación del Estrecho
∙ Edificio UTRANS para Sala Proyección y Exposición
∙ Reparación del WC próximo al COACTA
• Rehabilitación de edificios de la Zona de Vida
∙ 1 Edificio cuerpo de guardia para recepción, tienda y taquilla
∙ 1 Edificio enfermería para biblioteca, botiquín y control de
seguridad
∙ 1 Edificio comedor y cocinas para Sala de Artillería y oficinas
∙ 1 Edificio oficinas y gimnasio para Sala del Estrecho y
Naturaleza
∙ 2 Edificios oficinas y residencia para investigación, talleres
culturales, etc.
∙ 1 Edificio multiusos para auditorio y exposiciones
∙ 1 Edificio cantina para restaurante y cafetería
∙ 1 Edificio antiguo dormitorio para Alojamiento tipo albergue
∙ 3 Edificios de mantenimiento; zona de vida (1) y asentamiento (2)
∙ Pista de deportes para convertirla en Jardín botánico
∙ Rehabilitación de la piscina y su zona aledaña, agregando una
cubierta, con posibilidad de albergar una maqueta a escala 1/10
del acorazado Reina Regente
• Reparación de la carretera de acceso
• Reparación de las pistas interiores y aparcamiento de la entrada
• Rehabilitación de la instalación eléctrica e iluminación del recinto
• Implantación del Sistema de seguridad
• Rehabilitación del sistema de saneamiento y abastecimiento de agua
• Plan para la recuperación de fondos históricos y de la naturaleza
• Sistema de reproducción audiovisual en los edificios y a lo largo del
recinto
• Plan de paisajismo: Desbroce, limpieza, jardinería y decoración
159
Como vemos, por la definición de los subproyectos, el Complejo resultante
contará con zonas diferenciadas que facilitarán las visitas y la gestión de
la instalación. Así tendremos (1) un Área de Exposiciones, (2) un Área de
Investigación y Estudios, (3) un Área de Esparcimiento Turístico y (4) el
Asentamiento Artillero.

En el Área de Exposiciones contaremos básicamente con: (1) el antiguo


edificio de comedor y cocinas, donde se instalarán las oficinas del Comple-
jo y la Sala de la Artillería, en la que se expondrán los contenidos históri-
cos de la Artillería de Costa y en especial la historia de Paloma Alta y (2)
el antiguo edificio de oficinas del Grupo de Costa y el gimnasio, donde se
instalará la Sala del Estrecho, en la que se expondrán los contenidos rela-
cionados con la Historia de las civilizaciones que han poblado sus costas
y la Naturaleza que puebla su entorno. Se contará con exposiciones fijas
e itinerantes de forma que se proporcione un ambiente variado que favo-
rezca la afluencia de los visitantes. Independientemente de que éstas sean
las áreas preferidas de exposición, también se podrán exponer activos en
el resto de edificios.

Área de exposiciones. Fotografía del autor


160
En el Área de Estudios e Investigación contaremos con dos de los edificios
existentes en la línea posterior respecto a la pista principal. En su mo-
mento fueron; Villa Paloma, casa del capitán y posteriormente oficina de
la batería y el dedicado a alojamiento de mandos donde se ubicaron dos
viviendas. Estos dos edificios se habilitarían como zonas multiuso con me-
sas y habitáculos de reunión y exposición. Tienen la característica de que
cuentan con una magnífica vista de la parte posterior del campo que existe
en la zona oeste de la batería. En una de estas zonas se ha contemplado
instalar un muladar para la alimentación complementaria de rapaces, es-
pecialmente del alimoche, ave en peligro de extinción. Desde estos puntos
se pueden observar y analizar dichas aves sin interferir en su hábitat. En
esta segunda línea también encontramos la antigua sala multiusos, que se-
ría convertida en un pequeño auditorio con unas 50 butacas donde poder
realizar eventos de todo tipo.

Área de Investigación y Estudios. Fotografía del autor

En cuanto al Área de Esparcimiento y Turismo, se cuenta con la antigua


cantina que seguiría cumpliendo igual cometido pero esta vez como Res-
taurante del Complejo que junto a la zona de la antigua barbacoa conti-
gua complementará la zona de esparcimiento. Igualmente, en el antiguo
edificio del alojamiento de tropa se prevé ubicar un alojamiento del tipo
albergue que podría admitir hasta diecisiete habitaciones dobles.
161
Por último, el Asentamiento Artillero se rehabilitará para restaurar al
máximo uno de los cañones, tanto en sus exteriores como en los túneles
de servicio, dejando los otros dos para exhibición exterior. El COACTA,
bunker de cuatro plantas del año 1940, alojará las tres generaciones de tec-
nología que controlaron los cañones, se recreará el centro de operaciones
del Grupo de Costa y se expondrán instrumentos tales como telémetros,
inclinómetros, anteojos antena, etc… que en su día sirvieron como elemen-
tos de control del fuego. La UTRANS se rehabilitaría para alojar una sala
de proyección de audio y video envolvente donde se podrían admirar las
distintas maravillas del Estrecho tanto de la Artillería de Costa como de la
Historia y la Naturaleza.

Con estas actuaciones se daría cumplimiento al objetivo expuesto en


el relato que se pretende transmitir con el complejo resultante del pro-
yecto.

Los cañones de Paloma Alta. Fotografía del autor


162

Primera, segunda y tercera pieza. Fotografías del autor


163
El estudio de mercado

Para asegurar la sostenibilidad en el tiempo de la inversión que exige el


proyecto, el Plan Director contempla un análisis de la viabilidad que ten-
dría la instalación una vez puesta al servicio de la población. Para esto es
fundamental predecir las razones que harían que los visitantes se acerquen
a Paloma Alta y para ello nos basamos en la experiencia que existe en los
enclaves similares, tanto en España como en nuestro entorno.

Las instalaciones similares en España y Gibraltar


Parque San Pedro en A Coruña
Caso similar a Paloma Alta es la batería de 381/45 de La Coruña. Los
terrenos fueron cedidos por Defensa al Ayuntamiento de La Coruña y es
la ciudad la responsable gestionarlo y financiarlo. La inversión inicial as-
cendió a tres millones de euros, según lo publicado y se llevó a cabo en
tres fases; en 1999 se hizo la rehabilitación y adecuación de las antiguas
baterías de Costa del Monte de San Pedro, en el 2000 se rehabilitaron y
adecuaron los terrenos no urbanizados del Parque del Monte de San Pedro
y en 2006 se diseñó y ejecutó el espacio verde del entorno del restaurante.

Las instalaciones se explotan en régimen de concesión administrativa. No


existen datos oficiales de visitantes, pero se estima que, solo de cruceristas,
el restaurante recibe unos 12.000 visitantes anuales. La web del Ayunta-
miento de A Coruña cifra los visitantes del Parque en los 350.000 anuales.

Fortaleza y Batería de La Mola en Menorca


Las instalaciones de Menorca también tienen semejanza con las de Paloma
Alta, en cuanto al tipo de cañones desplegados. Las baterías y fortalezas
de Menorca se gestionan a través del Consorcio del Museo Militar de
Menorca, formado por el Ministerio de Defensa y las instituciones locales.

Dispone de una infraestructura completa para dar servicio no solo como


Museo, sino que además cuenta con Sala de Eventos Sociales y Conven-
ciones, Plaza de Armas, Biblioteca, Excavaciones arqueológicas, etc., lo
que da un resultado anual de 50.000 visitantes, representando aproxima-
damente un 3,6% del 1,4 millón de turistas que visitaron Menorca en el
último año (antes de la pandemia), según datos del INE. Las instalaciones
se encuentran a 10 Km de la ciudad de Mahón, por una carretera en peor
estado que la pista de acceso a Paloma Alta.

Batería de Castillitos en Cartagena


En una visita sin programación previa, realizada el día 15 de Febrero de
2019, acompañados del presidente de la Asociación de Fortificaciones y
Castillos de Cartagena (AFORCA), se analizó «in situ» cómo se ha llevado
164
a cabo la restauración de las piezas y la puesta en valor de las instalaciones
de las baterías de Cartagena. De entre las múltiples baterías que hay en
esta zona, se visitó la más significativa; Castillitos, con piezas semejantes
a las de Paloma Alta (381/45) y que se encuentra a 30 km de Cartagena.
La jurisdicción de estas Baterías se transfirió en su día al Ministerio de
Fomento, a través de lo que con diferentes nombres se entiende como la
Demarcación de Costas.

Las piezas se conservan en buen estado exterior, no se exhiben los interio-


res y han sido declaradas bienes de interés cultural (BIC,s). Las edificacio-
nes, dado su estilo arquitectónico singular, se conservan exteriormente con
la apariencia original, aunque sin utilidad interior alguna.

Es de destacar que la visita se realizó en un viernes, día laborable del mes


de Febrero y con un tiempo atmosférico de nubes y claros con cierto vien-
to, «día malo» para la zona. Desde las 11:00 a las 15:30 se observó una
afluencia que podía ser de unos 40 vehículos en el parking, con un tráfico
de visitantes que superaba el centenar. Este punto es importante porque a
pesar de la distancia de la instalación (30 Km a Cartagena) y lo escondido
y sin indicaciones que se encuentra, el número de visitas demuestra el inte-
rés de la población por este tipo de instalaciones.

Instalaciones de la Reserva Natural de Gibraltar


En las cercanías del entorno de Tarifa encontramos la Reserva Natural
de Gibraltar que cuenta con una situación estratégica desde el punto de
vista de la Naturaleza, respecto al Estrecho, semejante a Paloma Alta y
además cuenta con el reclamo de los Túneles del Asedio y de la Segunda
Guerra Mundial y hasta un total de cinco Baterías convertidas en museos
visitables.

En los años 2017 y 2018 visitaron la Reserva Natural de Gibraltar más de


un millón de personas cada año. Y esto se debe al reclamo que constituye
el binomio Naturaleza-Historia.

Qué impulsa las visitas a este tipo de enclaves


Es importante analizar cuáles son los impulsos que llevan a los visitantes a
acudir a este tipo de instalaciones para enfocar las actuaciones que deben
llevarse a cabo en el proyecto y llegamos a la siguiente conclusión:

a) Disfrutar de un entorno natural único como es el de Paloma Alta, cons-


tituye en sí mismo una buena razón para acudir simplemente a pasear,
pero si ello se complementa, por ejemplo, con un buen programa de
avistamiento de aves e incluso con exposiciones, aulas de interpreta-
ción de la naturaleza y, por qué no, un centro de investigación, aprove-
165
chando las posibilidades de construir en las inmediaciones un muladar,
nidos diversos, etc… pone al centro entre los que podrían considerarse
de referencia de protección ambiental en Andalucía. Las posibilidades
de contar con un centro investigación reconocido por universidades de
Andalucía sería un objetivo que debería poderse alcanzar. Este factor
podría superar con creces las cifras de Gibraltar.

b) Visitar exposiciones disponibles, además de los cañones, pudiendo ser


éstas tanto fijas como temporales, constituye el complemento cultural
que necesita el enclave. Existen numerosas asociaciones en la zona del
Campo de Gibraltar que podrían colaborar con este fin de una forma to-
talmente altruista y a través del voluntariado. Un ejemplo paradigmático
de ello lo constituye el antiguo hospital militar británico, el Hospital del
Rey en Mahón (Menorca) que a través de una fundación y con el apoyo
de infinidad de voluntarios, ha sido restaurado desde sus ruinas, para
convertirse en un referente obligado de las visitas a la isla de Menorca.

c) No podemos olvidar lo ya expresado, aunque el enclave llegue a ser un


centro de interpretación de la naturaleza, el reclamo principal está en los
cañones y sus túneles, bien conocidos por la población que, así como todo
material militar en general y de forma guiada, constituyen un gran atrac-
tivo de manera generalizada tanto en España como en el resto del Mundo.

d) Acompañar la visita de un buen desayuno o una buena comida, merienda


o cena, en función del momento del día, es un complemento obligado en
este tipo de instalaciones, pudiendo llegar a superar en interés lo anterior-
mente reseñado. Esto es especialmente claro en el Parque San Pedro de
Coruña que cuenta con un buen restaurante y sus cifras de visitantes son
evidentes. El mismo caso lo tenemos en el Hospital del Rey, ya menciona-
do, que cuenta con uno de los mejores restaurantes de Mahón.

e) Por último, debemos tener en cuenta que una apropiada gestión de la


Dirección del Enclave debería llevar a la organización de congresos y
eventos varios que, sin duda serían posibles y, contribuirían en gran ma-
nera al sostenimiento económico. Este es el caso concreto de la fortaleza
y batería de La Mola en Menorca.

f) La situación geográfica del asentamiento junto con una buena gestión del
marketing del centro podría posicionarlo como paso obligado del eje Bae-
lo Claudia-Castillo de los Guzmanes en Tarifa. No olvidemos que Baelo
Claudia, de acceso semejante a Paloma Alta, contó con 157.000 visitantes
según las últimas cifras existentes (exceptuando la fase de pandemia) y un
sitio tan recóndito como el restaurante El Tesoro, ubicado en las inmedia-
ciones del asentamiento, tiene sus mesas reservadas todo el año.
166
Para apoyar estas premisas, el Plan Director muestra el análisis detallado
de los movimientos turísticos de la zona de Tarifa, Algeciras, Cádiz y zonas
aledañas en los últimos años, con los gráficos y cruce de datos que propor-
ciona de manera exhaustiva el Instituto Nacional de Estadística.

Con un objetivo altamente conservador de captación del 2% de las


160.000 visitas de solo Tarifa, obtenemos un cuadro de visitantes como
el de la figura. Esta cifra se corrige con la alta probabilidad de obtener
un 10% de los 157.000 visitantes de Baelo Claudia, junto con los datos
similares de Algeciras y Cádiz, lo que nos da un total mínimo de 20.000
visitantes anuales, justificando el emprendimiento que se propone.

Estudio económico y fuentes de financiación

El estudio económico se ha de enfocar en función de las dos fases tempora-


les del proyecto; la inversión inicial y el mantenimiento posterior una vez
puesto en operación.

La inversión inicial se ha desglosado siguiendo dos aproximaciones, la pri-


mera estimando el coste de cada uno de los subproyectos que se han defi-
nido anteriormente y la segunda estimando las partidas de obra necesarias
para dejar las instalaciones en las condiciones previstas.

La primera aproximación nos da los siguientes paquetes de trabajo de


manera resumida:
• Rehabilitación de los edificios de la zona de vida, respetando el
aspecto exterior que tenían en su vida operativa, rehabilitando los
edificios acordes a la oferta ECOTURÍSTICA.
167
• Restauración de los Cañones y La Dirección de Tiro: limpieza,
reparación y reposición de las piezas que faltan, dejando un cañón
de ellos completo en su totalidad; pieza y galerías, así como el túnel
de la Dirección de Tiro.
• Restauración del COACTA y la UTRANS para Museo,
rehabilitando estos dos edificios para tener una Sala de Proyección,
las zonas del Museo COACTA y un Observatorio del Estrecho.
• Rehabilitación de las infraestructuras, llevando a cabo el arreglo de
la carretera de acceso y las pistas interiores y rehabilitando toda la
instalación eléctrica, las conducciones de agua y saneamiento y el
sistema de seguridad.

En cuanto a las partidas de obra obtendríamos las siguientes:


• Obras de actuación sobre los edificios
∙ Actuación en Demoliciones y Trabajos Previos
∙ Actuación en Saneamiento
∙ Actuación en Albañilería y Aislamientos
∙ Actuación en Cubiertas
∙ Actuación en Revestimientos
∙ Actuación en Carpinterías y Vidriería
∙ Actuaciones en Fontanería/ACS Solar
∙ Actuaciones en Climatización y Ventilación
∙ Actuación en Electricidad e Iluminación
∙ Actuación en Protección Contraincendios
∙ Actuación en Comunicación y Voz-Datos
∙ Actuación en Gases y Licuados
∙ Actuación en Energía Solar
∙ Actuación en Seguridad Anti-intrusión
∙ Actuación en Pinturas
∙ Actuación en Acondicionamiento de exteriores y Piscina
∙ Actuación en Equipamientos varios
∙ Gestión de Residuos
∙ Control de Calidad
∙ Seguridad y Salud
• Restauración del cañón exhibible
∙ Estudio y recogida de documentación
∙ Inventariado de los elementos
∙ Retirada de elementos de las piezas 1 y 2
∙ Diseño y fabricación de los elementos faltantes
∙ Estudio y diseño del sistema de motorización eléctrico
∙ Diseño y fabricación de maniquíes
∙ Diseño e instalación del sistema de megafonía
∙ Diseño e instalación del sistema de iluminación «artística»
∙ Trabajos de restauración y pintura
∙ Musealización y material audiovisual
168
• Equipamiento cocina de restaurante/cafetería
∙ Lavado, Cámaras, Almacenaje, Extracción, Mesas Caliente y
Fría, Cocción, Horno, Freidoras, Fry-Top, Lavavasos, Enfriador
de botellas, Instalación y montaje
• Mobiliario e instalación
∙ Mobiliario recepción: mostrador de atención a visitantes, sillas
de personal y bancos para espera
∙ Mobiliario y equipamiento Tienda
∙ Mobiliario de exposición: Fabricación y adquisición de vitrinas,
atriles, armarios, etc.
∙ Mobiliario para sala de audiovisuales
∙ Mobiliario específico para albergue
• Sistema de informacion y audiovisual
∙ Software y equipos informáticos u otros elementos tecnológicos
inherentes a la actuación y su instalación. Equipos AV: equipos
de sonido integrado, pantallas de proyección, monitores plasma
e interactivos, proyectores, sistemas de control, iluminación,
equipos informáticos, software.
• Infraestructuras y equipos expositivos
∙ Producción del material gráfico y de los soportes para su
instalación: paneles informativos, gráficos, cartelas, señalética
direccional y de reclamo.
∙ Escenografía y atrezzo: producción de elementos para el montaje
de escenografías, maquetas, dioramas, etc.
∙ Producciones audiovisuales: realización (producción y
postproducción) de piezas audiovisuales (sonido e imagen).
∙ Seguros
∙ Sistema de Seguridad
∙ Reparación Carretera de Acceso
∙ Red Eléctrica General
∙ Red de Saneamiento y Abastecimiento de Agua
• Redacción del proyecto
∙ Museografía Redacción de Proyecto Básico
∙ Rehabilitación y Adecuación de la Urbanización Redacción de
Proyecto Básico
∙ Redacción de Proyecto de Ejecución de Reforma y
Rehabilitación de la Urbanización e Infraestructuras Generales
∙ Rehabilitación y Reforma de las edificaciones Redacción de
Proyecto Básico
∙ Redacción de Proyecto de Ejecución de Rehabilitación y
Reforma de las edificaciones
∙ Restauración de la pieza nº 3 y reparación exterior de las 1 y 2,
Redacción de Proyecto de Restauración
169
• Dirección de la obra
∙ Museografía Documento Ejecutivo y de Producción. Gestión y
dirección de producción y montaje
∙ Rehabilitación y Adecuación de la Urbanización Dirección de
Obra, Dirección de Ejecución y Coordinación de Seguridad y
Salud
∙ Rehabilitación y Reforma de las edificaciones Dirección de Obra,
Dirección de Ejecución y Coordinación de Seguridad y Salud

Del análisis de ambas aproximaciones, realizadas por dos fuentes distintas


y sin conexión se han obtenido prácticamente los mismos resultados, lo
que ayuda a suponer que la inversión necesaria calculada es correcta. En
Junio de 2021, la Junta de Andalucía ya dio pasos para incluir esta inver-
sión en los fondos FEADER europeos, para lo que es necesario activar los
resortes administrativos para la inclusión en las partidas correspondientes.

Una vez conocida la inversión inicial, se analiza el mantenimiento poste-


rior del complejo. Para ello se acude a deducir una cuenta de pérdidas y
ganancias de acuerdo a unos parámetros determinados. Las partidas que
se consideraron son las siguientes:

Resumen de gastos Resumen de ingresos


Dirección Entradas
Personal Tienda del Museo
Material de Oficina Restaurante «La Batería»
Fotocopiadora Casa Rural «Vickers»
Sistema contra incendios Comisiones actividades complementarias
Mantenimiento WEB y S.L. Alquiler de locales para eventos
Seguros Donaciones privadas
Teléfonos Previsible Aportación Mº de Defensa
Electricidad Previsible Aportación Ayuntamientos
Agua Previsible Aportación Junta Andalucía
Mantenimiento, limpieza y Previsible Aportación Diputación Cádiz
jardinería
Seguridad
Combustibles
Mantenimiento de viales
Mantenimiento del material
militar
170
Del análisis de estos datos se llega a la conclusión de que, con una buena
gestión de aportaciones privadas, por la vía de la Ley del Mecenazgo y
similar ordenación, el complejo podría autofinanciarse, con lo que ello
supondría de ventaja como servicio público carente de carga para la Ad-
ministración. No obstante, y aun dándose el caso de tenerse que financiar
parcialmente por parte de la Junta de Andalucía, el servicio público que
ofrece a la población está más que justificado.

Forma jurídica y apoyo de la Junta de Andalucía

Una vez visto el alto interés que la Junta de Andalucía mostró en abordar
el proyecto, fue necesario esclarecer la forma jurídica que permitiera su
participación.

En este tipo de emprendimientos es fundamental identificar la titularidad


de los terrenos en los que se ubica la instalación resultante. En el caso de
Paloma Alta la finca en la que se encuentra la batería y la pista de acceso
son de titularidad del Ministerio de Defensa. De esta forma el primer paso
necesario para abordar el proyecto fue estudiar la redacción de un acuer-
do de CESION DEMANIAL, con un objetivo y por un tiempo, a la Junta
de Andalucía ya que sin este requisito cualquier actuación posterior sería
imposible.

Tras varias sesiones de trabajo y propuestas al Estado Mayor del Ejército,


el día 10 de Junio de 2019 se obtuvo la autorización del JEME que con la
colaboración de la Dirección de Acuartelamientos del Ejército de Tierra
(DIACU) condujo a la redacción de un borrador de acuerdo de cesión de-
manial de los terrenos titularidad del Ministerio de Defensa a la Junta de
Andalucía para llevar a cabo la ejecución del Plan Director presentado. Este
acuerdo fue presentado a la Junta el 14 de Febrero de 2020 y, en la fecha de
redacción de esta ponencia, se encuentra pendiente de su aceptación.

Así las cosas, la figura jurídica que ampararía al Complejo resultante del
proyecto sería una instalación cedida a la Junta de Andalucía quien podría
gestionar por si misma o a través de una concesión administrativa, median-
te concurso público, la gestión y el mantenimiento.

La gestión del proyecto

Para la ejecución del proyecto se propone la organización de una oficina


de proyecto a cargo de la entidad gestora del mismo. En esta oficina se ges-
tionarían las distintas áreas de actuación según el siguiente organigrama:
171

A título orientativo se pretende seguir el siguiente esquema de trabajo:

Siendo el cronograma que se prevé para la ejecución del proyecto el siguiente:


172

Consideraciones medioambientales y de uso público

Dada su importancia, se trasladan los contenidos de este capítulo del Plan


Director.

El proyecto estará basado en el cumplimento de los ejes de actuación des-


critos en el objetivo político de FEDER y en concreto el 5.2, e igualmente,
y como instalación de uso público, cumplirá con el requisito de;

Creación, mejora y mantenimiento de equipamientos de uso público


en espacios naturales, además de la señalización y el desarrollo de
programas de uso público y prevención y reducción de riesgos liga-
dos al uso público.

Basados en lo establecido en el citado objetivo 5.2, el proyecto se desarro-


llará siguiendo el criterio de fomento de los siguientes ejes de actuación:
1. Desarrollo integrado en materia medioambiental
2. Desarrollo integrado en materia social
3. Desarrollo integrado en materia económica
4. Desarrollo del patrimonio cultural
5. Aumento de la seguridad
6. Desarrollo local participativo.
173
Desarrollo integrado en materia medioambiental
Como dato de interés cabe mencionar que en el año 2011 y en el ámbito
de un posible proyecto de «musealización» de la Batería de Paloma Alta,
dirigido por la Universidad Carlos III, se realizó un estudio de impacto am-
biental, tal como indicaba la normativa vigente en esos años, analizándose
los siguientes impactos:
• Incremento significativo de las emisiones a la atmósfera
• Incremento significativo de los vertidos a cauces públicos o al litoral
• Incremento significativo de la generación de residuos
• Incremento significativo en la utilización de recursos naturales
• Afección a Espacios Protegidos Red Natura 2000
• Afección significativa al patrimonio cultural

Con los resultados obtenidos se obtuvo un valor de impacto global de 0,03


y no se halló presencia de impactos moderados o severos sobre elementos
de importancia. Se trataba, por tanto, de un impacto del entorno al 3%
mientras que la cota superior de los impactos compatibles, de acuerdo con
el modelo de cálculo, era del 30%, por lo que se puede concluir que el im-
pacto ambiental que se prevé es mínimo o prácticamente nulo.

En este estudio ya se consideraron aspectos como el cumplimiento con los re-


quisitos de la Red Natura 2000, así como la normativa reguladora del Parque
Natural del Estrecho (PRUG, PUP, PORN), como se detalla a continuación,
lo que no lo apartaría mucho de lo que arrojaría un análisis actualizado.

Estudio medioambiental 2011. Composición del autor


174
En cuanto a la normativa específica del Parque Natural del Estrecho (PNE) y
dado que los terrenos se encuentran en su totalidad en el ámbito del mismo,
se ha considerado lo dispuesto en el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG),
el Programa de Uso Público (PUP) y el Plan de Ordenación de Recursos Na-
turales (PORN) del Frente Litoral Algeciras-Tarifa. Entre sus disposiciones
cabe resaltar los varios apartados, en los que se cita en el PUP, el impulso y
prioridad que debe darse a las iniciativas que conduzcan a la rehabilitación
de cuarteles abandonados o en desuso, figurando específicamente como pun-
to 4.5 en la Tabla 8 de actuaciones, que se han de evaluar de forma anual.

Por otra parte, la pertenencia del terreno, en el que se encuentra la batería, a


la zona B3 del Parque Natural, favorece la ejecución del Proyecto, cumplien-
do con los usos que para esta zona se establecen en la página 23 del PUP.

En cuanto a las especies de flora y fauna existentes y tal como reza en el cartel
situado a la entrada de la batería, sobre el sendero Algarbes-Betijuelo, la zona
está poblada de especie vegetales diversas como son el eucaliptus, el pino
piñonero, el tojo, el palmito, el lentisco y otras singulares no autóctonas pro-
ducto del crecimiento descontrolado. Algunas de ellas, a día de hoy y debido
a la falta de recursos para su conservación, están gravemente deterioradas
por el crecimiento incontrolado.

En cuanto a la fauna, es una zona próxima a la Sierra de San Bartolomé,


donde anidan familias identificadas de buitres que se acercan con frecuencia
al asentamiento y constituyen un espectáculo que, no solo es importante por
su belleza natural sino porque ofrece una magnífica oportunidad de estudiar
la conducta de esta y otras especies de rapaces habitantes del Parque Natural,
a través de la instalación del muladar, tal como propuso MIGRES en una de
sus recientes visitas, que podría ser observada e investigada en detalle desde
una de las edificaciones que se habilitaría para ello.

La fauna terrestre, compuesta por especies tales como meloncillos, zorros,


tejones, y conejos, entre otros, en ocasiones, se encuentran amenazadas por el
paso de bicicletas motoristas y hasta «quads» que, de forma descontrolada,
saltan las débiles alambradas provocando trochas antinaturales en el paraje
general, perturbando el hábitat con peligro de arrollamientos no deseados.

Resulta concluyente, desde el punto de vista medioambiental, que cualquier


actuación ordenada como la que se propone hoy, solo redundaría de manera
positiva, ya que la situación de abandono en la que se encuentra la zona, está
produciendo un crecimiento descontrolado de la vegetación, una falta de sa-
neamiento de los cortafuegos y una falta de limpieza de las especies muertas,
lo que aumenta considerablemente el riesgo de incendios. De no actuar, el
efecto destructivo del tiempo y el riesgo de incendios, junto con la intrusión
175
y el vandalismo existente, convertirán el asentamiento en prácticamente inac-
cesible, al igual que está ocurriendo con otros asentamientos abandonados,
no muy lejos de este, que se han perdido definitivamente para la transmisión
del legado histórico y natural a las generaciones venideras.

Desarrollo integrado en materia económica


Desde el punto de vista económico se ha de tener en cuenta que actualmen-
te la instalación que se pretende recuperar pertenece al catálogo de bienes
patrimoniales de titularidad del Ministerio de Defensa. Esto implica que su
conservación es responsabilidad de este ministerio, pero lo es sin contra-
prestación alguna ya que se trata de un patrimonio no utilizado, expuesto
a la intrusión y al vandalismo, sin utilidad alguna para la defensa. Pero esta
situación no exime al titular de su obligación de asignar presupuesto, por
pequeño que este sea, para asegurar un mínimo mantenimiento que tiene una
efectividad nula.

La recuperación de este enclave por parte de la Junta de Andalucía, si bien


puede entenderse como un traspaso de responsabilidad patrimonial, durante
el tiempo de la cesión citada al principio, constituye una oportunidad de
sacar rendimiento a un bien de la nación que puede ponerse a disposición de
los ciudadanos y que actualmente en la situación en la que se encuentra no
es más que una rémora.

Pero no solo se trata de la oportunidad citada, sino que conllevaría la creación


de oportunidades de negocio a las entidades locales que pueden aportar los
servicios complementarios de restauración, guías turísticos, investigadores
del Parque, empresas de avistamiento de aves, senderismo y un largo etcétera,
que además de reducir la carga económica del mantenimiento, eliminarían el
riesgo en el que se incurre, fuera cual fuera la administración responsable de
su conservación, del consiguiente abandono total por falta de utilidad.

Desarrollo integrado en materia social


En cuanto al aspecto del desarrollo social que proporcionará el proyecto
hemos de resaltar ante todo la garantía de accesibilidad y la apertura de un
entorno natural e histórico que hoy día se encuentra vetado a la sociedad,
ya que está cerrado al público y dado su estado de abandono con peligro de
daños a aquellos que saltándose las prohibiciones se adentran en él.

La apertura del asentamiento a la población constituirá una oportunidad


de ofrecer la posibilidad de poder disfrutar de la naturaleza terrestre del
Parque Natural del Estrecho e incluso servir de punto de reunión para
eventos de tipo social que puedan organizar los ayuntamientos, empresas
y ciudadanos colindantes del campo de Gibraltar y por qué no de toda
Andalucía.
176
La política de acceso al nuevo centro se hará teniendo en cuenta que esté al
alcance de toda la población, estableciendo una política de precios de acceso
acorde con las posibilidades de los distintos tramos económicos de la pobla-
ción visitante.

Desarrollo del patrimonio cultural


El patrimonio cultural del enclave está formado principalmente por los ca-
ñones VICKERS de 381 mm que junto a sus túneles de servicio y el entorno
natural en el que se encuentran junto al Estrecho, constituyen un conjunto
único en el mundo.

Pero el entorno de Paloma Alta no termina en la batería, en los alrededores


encontramos las ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia, a escasos 10
minutos de la batería, la necrópolis de los Algarbes, junto a las alambradas
de la batería, las tumbas antropomorfas de Betis, a cinco minutos y un sinfín
de yacimientos de pinturas rupestres y ello sin mencionar el Castillo de los
Guzmanes en Tarifa. Esto le proporciona al complejo de Paloma Alta la in-
tegración en un entorno cultural que hoy día es un gran desconocido y está
altamente necesitado de difusión.

Aumento de la seguridad del entorno medioambiental


El enclave, si bien será accesible al público, será un recinto cerrado, tal como es-
tablece el borrador de acuerdo de cesión del Ministerio de Defensa. Este cerra-
miento será respetoso con el entorno natural y evitará la situación de intrusión
actual. Hay que tener en cuenta que una vez que estén en funcionamiento las
nuevas instalaciones, será necesario preservar tanto la inversión material reali-
zada, como las mejoras del entorno natural que se acometan con el proyecto.

El enclave tendrá un horario de funcionamiento según los periodos estaciona-


les y contará con un sistema de seguridad que permita la vigilancia apropiada
del conjunto.

Igualmente, durante la ejecución del proyecto, se establecerá un plan para


la seguridad desde el punto de vista de la conservación del entorno natural.
De esta forma cualquier emprendimiento que se lleve a cabo debe seguir los
requisitos de mantenimiento del entorno, de acuerdo con los objetivos que
sean establecidos en colaboración con la Junta Rectora del Parque Natural
del Estrecho y con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Desarrollo local participativo


El nuevo enclave tendrá también como objetivo la colaboración y fomento
de participación de las organizaciones e instituciones de vida al aire al libre,
defensa de la naturaleza, interpretación del Estrecho de Gibraltar, restaura-
ción, turismo, etc. El proyecto es una ocasión sin precedentes para fomentar la
177
colaboración de entidades públicas y privadas por la vía del mecenazgo y del
voluntariado, figuras que en nuestro entorno internacional son muy comunes,
pero que España les queda todavía un buen camino que desarrollar.

Conclusiones

Expuestos los puntos más relevantes que consideramos forman parte del Plan
Director de Paloma Alta, ya para terminar, desde la Asociación Conde de
Gazola queremos transmitir a la sociedad española la necesidad de preservar
nuestro patrimonio histórico militar que, junto a la literatura, las catedrales,
los castillos y las fortalezas, sin duda y de una gran manera reflejan el sentir,
los conocimientos técnicos y la cultura que a lo largo de los siglos han mar-
cado al pueblo español.

Siempre será un placer colaborar con cualquier institución pública o pri-


vada que impulse estos valores de recuperación del patrimonio histórico
español y confiamos que Paloma Alta pueda ver la luz como COMPLEJO
MEDIOAMBIETAL e HISTÓRICO en un futuro cercano, animando a to-
dos a visitar la zona.

En nuestra web: www.condedegazola.com pueden encontrar toda la informa-


ción sobre nuestras actividades y en el canal YouTube «Centro Cultural del
Estrecho Paloma Alta» pueden ver los videos que muestran todos los detalles
del proyecto.

Itinerario de la vista. Composición del autor


178
BIBLIOGRAFÍA
Cesar Sánchez Alcázar, «Los Cañones Vickers de 381/45mm.». 2010
Cesar Sánchez Alcázar. «El RACTA 5, La Artillería de Costa en el Campo de Gibraltar 1936-
2004.» 2006.
Cesar Sánchez Alcázar. «Jevenois y las Fortificaciones del Campo de Gibraltar, 1939-1947.»
2018
Juan Lorenzo Gómez-Vizcaíno. «Menorca, Adiós a los Cañones». 2018
Francisco José Silvosa Pin, Federico Martín de la Escalera y Cesar Sánchez Alcázar, Universi-
dad Carlos III: «Proyecto básico de la primera fase para la recuperación, rehabilitación
y “musealización” de la batería de costa de Paloma Alta». 2011.
Alfonso Escuadra Sánchez. «Objetivo Gibraltar». 2021
Joaquín de la Cámara Delgado, Asociación Conde de Gazola. «Coast Defense Journal», Volu-
me 34, Issue 1, Winter 2020, CDSG, USA.
Joaquín de la Cámara Delgado, Asociación Conde de Gazola. «Un museo para los últimos y
míticos 381 de Paloma Alta», Revista Ejército, Diciembre 2019, núm. 945.
Joaquín de la Cámara Delgado, Asociación Conde de Gazola, «Paloma Alta; patrimonio histó-
rico, cultura y naturaleza», ICOFORT Menorca 2021.
Joaquín de la Cámara Delgado, Asociación Conde de Gazola. «Plan Director del Proyecto Pa-
loma Alta» 2019.
Joaquín de la Cámara Delgado, Asociación Conde de Gazola «Propuesta de Contenidos del
Parque Cultural Paloma Alta», 2020.
179
02 | Historia y patrimonio. Siglos XIX y XX

Torres y fuentes marítimos:


un patrimonio europeo

Emilie d’Orgeix
Catedrática de Historia de la arquitectura y técnicas, École Pratique des Hautes
Études-PSL, Paris.

No es fácil tratar el patrimonio militar marítimo atlántico en el marco de


una conferencia porque se trata de un tema amplio que incluye obras de
muy diversa índole. Hay grandes infraestructuras, como puertos o bases
de submarinos, así como objetos patrimoniales de dimensiones más mo-
destas, como cuerpos de guardia o incluso fuentes para las aguadas de los
buques de guerra, que servían para abastecer de agua potable a las embar-
caciones (fig. 1).

Fig. 1.
Fuente real de Lupin,
Saint-Nazaire-sur-
Charente @ col. Part
180
En este breve artículo, me centraré en el caso de la denominada «peque-
ña defensa costera», es decir, pequeñas fortalezas, torres, fortines, torres
de fuego, baterías costeras, pero también blocaos de diversos tipos... Se
trata de un patrimonio que resulta familiar en la costa atlántica porque
está omnipresente en el paisaje, pero que es difícil definir en detalle. El
término «pequeño patrimonio», puesto de relieve durante los años no-
venta por los trabajos sobre el patrimonio rural (lavaderos, abrevaderos,
fuentes, etc.), tiene la ventaja de ofrecer un filtro de selección que permite
poner de relieve un gran número de estructuras vinculadas entre sí por su
modesto tamaño. A menudo se trata de edificios que escapan a los criterios
de iconicidad y excepcionalidad que suelen destacarse en los inventarios
del patrimonio militar defensivo. Los cuerpos de guardia, por ejemplo,
muy numerosos a lo largo de la costa, prácticamente han desaparecido o
han sufrido profundas transformaciones. Sólo quedan algunos ejemplos
restaurados, como la «cabane Vauban», un pequeño cuerpo de guardia
del siglo XVII, hoy propiedad del Conservatoire du Littoral (fig. 2). Se
trata, además, de un patrimonio frágil, conservado de forma muy desigual
y que plantea la cuestión de la conservación de arquitecturas que a menu-
do se diseñaban en serie, a veces de forma transnacional y de las que en
ocasiones sólo quedan vestigios arqueológicos. Los emplazamientos más
aislados, las baterías de costa, por ejemplo, parecen normalmente los más
difíciles de poner en valor, pero en realidad la fortísima presión territorial
de las ciudades turísticas costeras desnaturaliza a menudo las obras que se
incorporan a las ciudades o a sus alrededores como el Polvorín de Port-
Saint-Louis o el blocao de Rocabey en Saint-Malo.

Fig. 2.
Cabane Vauban, Carolles
@ Libre de derechos
181
La gestión de este patrimonio, compartida por muchos agentes, requiere
una firme voluntad de trabajar uniendo a las distintas administraciones,
entidades y particulares. En Francia, se reparte entre el Ministerio de las
Fuerzas Armadas, los municipios, las asociaciones culturales, los propie-
tarios privados y, en el caso de las fortificaciones marítimas, el ya citado
Conservatoire du Littoral. Creado por el Estado el 10 de julio de 1975, es
un Establecimiento Público Administrativo Nacional [EPAC] que no tiene
equivalente en Europa. Su misión es adquirir parcelas de litoral amenaza-
das por la urbanización o degradadas para convertirlas en lugares restau-
rados y acondicionados que respeten los equilibrios naturales.

Este artículo estará estructurado en dos partes. En primer lugar, recordaré


las grandes etapas de la reforma de la gestión de los bienes marítimos mi-
litares en Francia, llevada a cabo por el Ministerio de las Fuerzas Armadas
desde hace unos treinta años. Este período ha provocado profundos cam-
bios en el paisaje patrimonial. Esta primera presentación, que ilustraré con
estudios de caso, me permitirá abordar distintos enfoques que hoy me pare-
cen fundamentales para poner en valor este patrimonio histórico, arquitec-
tónico y paisajístico. La conjunción y el equilibrio de estos tres elementos,
historia, arquitectura y paisaje me parecen necesarios para valorizar estos
sitios y construir lugares no sólo económicamente sostenibles, sino también
lugares conmemorativos evocadores para el público que los visita.

Un patrimonio militar marítimo cedido gradualmente a la


sociedad civil

El papel de los propietarios privados


Las obras de arquitectura militar marítima, como todo patrimonio técnico,
siempre han sido destruidas, vendidas o incluso abandonadas cuando des-
aparecía la amenaza de un ataque, momento en que estas construcciones se
consideraban inútiles y, sobre todo, obsoletas. La noción de obsolescencia
es fundamental en la arquitectura militar para un tipo de obras que no
podían adaptarse a los avances de la artillería. En los archivos militares se
conservan numerosas referencias a cuerpos de guardia costera, por ejem-
plo, reutilizadas para ser habitadas por familias de pescadores. En Fran-
cia, hay varios ejemplos emblemáticos de fortificaciones del siglo XVII.
Por ejemplo, el fort Lupin en Saint-Nazaire-sur-Charente, diseñado por
Vauban para proteger el arsenal real de Rochefort que fue adquirido por
propietarios privados en 1946 (fig. 3). Es una elegante batería semicircular,
perforada por troneras de tiro en el lado del mar para el fuego rasante, y
una torre-reducto armada para el fuego de picado, que incluía en el recinto
un polvorín, una capilla y dos pequeños barracones. El frente hacia tierra
estaba protegido por una zanja de agua. Hoy es también una espléndida
182
residencia privada en un paisaje marítimo único, pero sigue presentando
un entorno duro en una casa sin electricidad ni agua corriente.

Fig. 3.
Fuerte Lupin, Saint-
Nazaire-sur-Charente.@
Libre de derechos

Un poco más al sur, el fort Paté, contemporáneo del fort Lupin, es ahora
una residencia de verano privada, «copropiedad» de dos familias que van
a pasar allí sus vacaciones. También proyectado por Vauban a finales del
siglo XVII, defendía la entrada del estuario del Gironda, en apoyo de la
ciudadela de Blaye y del fort del Médoc. Era una estructura sencilla, tor-
pemente construida sobre un banco de arena, con una batería baja y una
terraza de tiro para desarbolar los barcos. En el interior, había dos habita-
ciones y un polvorín. Una escalera de caracol conduce a la primera planta,
donde se encuentran el cuerpo de guardia, la cocina y dos habitaciones.
Otro tipo de patrimonio marítimo que ha sido objeto de numerosas apro-
piaciones privadas son las numerosas torres y cuerpos de guardia almena-
dos, o «torres modelo 1846», construidas entre 1840 y 1860 para proteger
el litoral, principalmente en Francia, pero también en Argelia, Senegal y las
Antillas, de las que hoy en día siguen existiendo unas 150. Se construyeron
siguiendo la estela de Napoleón, que había querido crear redes de torres
de defensa, las llamadas torres modelo 1811 en los primeros años del siglo
XIX, un proyecto abandonado tras su abdicación en 1814. Las torres mo-
delo 1846, construidas según un plan estándar elaborado por el Comité de
Fortificaciones, fueron en su mayor parte desmanteladas por el Ministerio
de Defensa en virtud de la ley de 27 de mayo de 1889. De hecho, habían
sido concebidas como puestos de defensa cercana que rápidamente queda-
ron obsoletos ante la mayor potencia de fuego de los buques. Sus modestas
dimensiones, con una planta baja abovedada coronada por una terraza
almenada para la artillería, sus finos muros (de sólo 50 centímetros) y sus
métodos de construcción en piedra caliza, las convertían en perfectas re-
sidencias para familias o para uso recreativo. Sus elementos defensivos de
183

Fig. 4. Fuerte de Sarah Bernhard, Belle-Isle en Mer@ Libre de derechos

inspiración medieval: puentes levadizos, matacanes, almenas y arcos... que


en realidad permitían cubrir eficazmente el perímetro del fuerte y la base
de las murallas para asegurar una defensa cerrada, les conferían un carác-
ter pintoresco y romántico que a menudo las «salvaba» del abandono y de
la destrucción. El ejemplo más conocido actualmente en Francia es el «fort
de Sarah Bernhard» en Belle-Isle en Mer, una torre modelo de 1848 que la
gran actriz de tragedia convirtió en residencia estival y donde pasó todos
sus veranos de 1894 a 1922 (fig. 4). El fuerte está hoy abierto al público
y es propiedad del Conservatoire du Littoral, que lo adquirió en 2000,
restaurando y reconstruyendo la decoración interior. En la misma línea, no
podré aportar mucho sobre las torres Martello, porque no hay ninguna en
la costa atlántica francesa. La más cercana es la torre Bréhon, en las islas
Anglonormandas. También son tipos excepcionales de arquitectura militar
marítima reconvertidos en viviendas privadas. A diferencia de las torres
modelo de mediados del siglo XIX, las torres Martello construidas en el
Imperio Británico a partir de las guerras napoleónicas, en 1796 y 1812,
son a la vez puestos de observación equipados con una batería para impe-
dir los desembarcos y con un barracón para una veintena de hombres. El
muro situado frente al enemigo, en el lado del ataque, era más grueso para
resistir el impacto de la artillería. En el interior, un pilar central soporta-
ba el pivote del armazón móvil, con ruedas que giraban sobre una pista
circular que permitía al cañón girar 360°. Si su maciza estructura dificul-
ta su acondicionamiento, sus plantas superpuestas, su circulación interior
y su terraza superior de artillería los convierten en hábitats asombrosos.
Por último, de los 15.000 Blockhaus construidos en Francia durante la
Segunda Guerra Mundial —utilizo aquí el término genérico, aunque los
184
distintos tipos de construcción son muy diferentes—, un cierto número
fueron utilizados y construidos en terrenos privados y no pertenecen al
patrimonio del Ejército. Así, en la región de las Landas, una larga franja
de tierra entre Burdeos y el País Vasco, muchos propietarios utilizaron es-
tos blocaos como cimientos para estabilizar la construcción de sus nuevas
casas después de la guerra. Se convirtieron así en bodegas. Otros ejemplos
más raros ilustran su transformación en viviendas, aunque en la práctica
es difícil transformar una arquitectura con muros de hormigón armado de
una media de diez metros de grosor.

La política de cesión del Ministerio de las Fuerzas Armadas


Así, en cada época, las obras militares «inútiles», como las llamaba el
Ministerio, o difíciles de modernizar, fueron retiradas de las manos del
Ejército. A partir de mediados del siglo XVIII, el deseo de las ciudades
fortificadas de destruir sus murallas para expandirse y facilitar el comercio
durante la Revolución Industrial aceleró este movimiento. Los lugares y
la arquitectura desmantelados se convirtieron poco a poco en colonias de
vacaciones. Es el caso, por ejemplo, del fort de la Prée en Guyenne-en-Mer,
propiedad del CNOSAP (Comité National des œuvres Sociales, culturelles
et sportives de l’Administration Pénitentiaire) o de la Casemate Potoroak,
hoy un club privado en Bayona. Durante el desmantelamiento del siglo
XIX, también se cedieron al Estado un gran número de edificios o com-
plejos militares, lo que en cierto modo no resolvió el problema. Es el caso,
por ejemplo, del fuerte Cigogne de Fouesnant, en Bretaña, que fue des-
mantelado en 1891 y cedido al Estado, que lo transformó en observatorio
meteorológico (fig. 5). Posteriormente, se cedió al Conservatoire du Litto-
ral, que hoy lo alquila a una escuela de vela, el centro náutico de Glénan.
Actualmente es objeto de un proyecto de crowdfunding, con poco éxito,
todo hay que decirlo, para su restauración.

Fig. 5.
Fuerte Cigogne,
Fouesnant@ Ayutamiento
de Fousnant
185
En definitiva, el patrimonio militar marítimo que todavía sigue adscrito
al Ejército es escaso. En 2023, la DELPAT, la Délégation au patrimoine
de l’Armée de Terre (Delegación de patrimonio del Ejército de Tierra) es
aún propietaria de una veintena de emplazamientos marítimos, algunos
de los cuales siguen siendo lugares de operaciones militares, mientras que
otros se han transformado en museos. Sin embargo, no fue hasta el fin de
los años ochenta cuando el entonces denominado Ministerio de Defensa
(rebautizado como Ministerio de las Fuerzas Armadas en 2007) puso real-
mente en marcha una política coordinada para su patrimonio inútil. En
1987, creó así una «misión de acompañamiento» para ayudar y apoyar la
cesión del patrimonio militar.

La MRAI [Mission pour la réalisation et la valorisation des actifs immobi-


liers o Misión para la realización y valorización de activos inmobiliarios],
interviene desde hace treinta años en la venta de activos militares que el
Ministerio ya no utiliza. Su finalidad es identificar compradores locales
para todo tipo de patrimonio, incluido el patrimonio militar marítimo de
la costa atlántica. En primer lugar, se contacta con los municipios, que
tienen derecho de prioridad para la compra y siempre son los primeros
en ser llamados. Cuando los municipios no tienen ningún proyecto de re-
habilitación que proponer, o cuando la financiación es demasiado baja,
trabajan con la MRAI para encontrar inversores privados cuyos proyectos
de rehabilitación y reconversión se evalúan. Esta política ha permitido dar
una segunda vida a muchos emplazamientos militares marítimos. Algunas
de estas iniciativas han tenido éxito, especialmente en los primeros años
de la MRAI. También está claro que es más fácil vender un cuartel en el
centro de una ciudad que un depósito de municiones junto a un pueblo.
Uno de los ejemplos más conocidos es la reconversión de la base de sub-
marinos de Saint-Nazaire en 1998. La base de submarinos de 14 celdas,
construida por el ejército alemán en tan solo 16 meses a partir de enero
de 1941, fue sin embargo un patrimonio histórico conflictivo y traumático
para la ciudad y sus habitantes (fig. 6). Su inmenso perfil de 310 metros de
largo con una altura de 18 metros, equivalente a un edificio de 4 plantas,
cerraba completamente la vista de la desembocadura del Loira y había
sido construido en un antiguo y animado barrio portuario conocido como
«la pequeña California de Bretaña». La apuesta por su rehabilitación no
estaba ganada de antemano. Como señaló en 1997 el almirante Jean-Char-
les Lefebvre, jefe del Estado Mayor de la Armada: «¿Qué se puede hacer
con un bloque de hormigón de 400.000 metros cúbicos que lleva medio
siglo abandonado?» Sin embargo, la operación fue un éxito, ya que la base
fue comprada por la ciudad de Saint-Nazaire y se convirtió en objeto de un
importante programa urbanístico encomendado al arquitecto y urbanista
español Manuel de Sola Morales, titulado «Saint-Nazaire, ville croisière».
Una de las ideas clave del proyecto era dar a los habitantes acceso visual a
186
la dársena del puerto, que estaba oculta por la base. Así pues, se construyó
una rampa para acceder a los tejados, donde el arquitecto paisajista Gilles
Clement creó un jardín público, «Le tiers-paysage», término que refiere a
los espacios al margen del poder, no antropizados y ricos en diversidad, en
las cámaras de explosión tipo Fangrost que los alemanes habían instala-
do en 1943. Se trata de cámaras de explosión rematadas por una viga de
hormigón, diseñadas para detonar las bombas antes de que lleguen a la
losa del tejado. En lugar de intentar destruir este artefacto, Gilles Clément
lo utilizó para crear un jardín «tabicado», casi de espíritu medieval, con
árboles, arbustos y flores que los habitantes pueden atravesar gracias a
pasarelas metálicas.

Fig. 6. Base de submarinos, Saint-Nazaire @ Libre de derechos

Antes de terminar esta sección sobre la política del Ministerio, me parece


importante hacer un inciso. A menudo se cita y analiza la cuestión de la
venta del patrimonio marítimo militar, a veces para subrayar el abando-
no de lugares históricamente importantes, pero no hay que olvidar que el
Ministerio de las Fuerzas Armadas también sigue siendo un «ministerio
constructor». La política de construcción de emplazamientos marítimos
y arquitectura militar no se interrumpió en la pasada centuria. Ni mucho
menos: en el siglo XX, el Ministerio de las Fuerzas Armadas recurrió a los
servicios de importantes arquitectos, sobre todo después de la Segunda
Guerra Mundial y en los años setenta. El patrimonio resultante está poco
estudiado y es poco conocido hoy en día porque sigue siendo utilizado por
los militares, pero algunos de estos edificios entrarían de lleno en las listas
del patrimonio relativas a la «arquitectura contemporánea notable».
187
El patrimonio militar y su difícil reconversión

Volviendo a Saint-Nazaire, hay que subrayar que se trata de un ejemplo


excepcional, ya que la ciudad dispuso de medios financieros y del apoyo del
Estado para poner en marcha un programa de reconversión urbana a gran
escala. De hecho, las otras bases de submarinos rehabilitadas en Burdeos,
Lorient y Brest aún no están completamente equilibradas financieramente.
En algunos casos, la reconversión de antiguos emplazamientos marítimos
militares es más compleja. Es el caso, por ejemplo, del fort de Querqueville
(fig. 7 y 7 bis), proyectado por Luis XVI en junio de 1786 para defender
la rada de Cherburgo de los ataques ingleses. Se trata de una estructu-
ra que sigue los preceptos de Marc-René de Montalembert (1714-1800),
quien preconizaba la superioridad del ataque sobre la defensa y el posicio-
namiento superpuesto del fuego. El fuerte está dispuesto en un hemiciclo
que contiene 46 casamatas superpuestas, complementadas por plataformas
de tiro al oeste y al este, y atrincheramientos bajos en el lado de tierra. Es
un ejemplo técnicamente mucho más sofisticado que fort Pelée, construido
con el mismo diseño al otro lado del puerto de Cherburgo. El fuerte quedó
rápidamente obsoleto cuando se construyó el dique de Cherburgo a finales
del siglo XVIII. A pesar de varias modernizaciones en el siglo XIX, perdió
su función defensiva. En 2015, se vendió por primera vez a un propietario
privado, y luego, en 2017, a un inversor que quería transformarlo en apar-
tamentos y crear un museo abierto al público. La apertura al público fue
asignada a una asociación en 2018, los Amigos del Fuerte de Querqueville,
que organizaron un Festival de los continentes. Es un proyecto ambicioso
para un fuerte aislado donde las mareas son fuertes y los vientos violentos...

Fig. 7. Fuerte de Querqueville, Cherbourg @ Libre de derechos, Ministerio de las fuerzas Armadas
188
Fig. 7 bis.
Fuerte de Querqueville,
Cherbourg @ Libre de
derechos

Así, durante 30 años, el funcionamiento de la MRAI ha modificado pro-


fundamente el paisaje del patrimonio militar francés. Se han vendido más
de 2000 emplazamientos y edificios militares. Este patrimonio, que en
2013 representaba el 33% de los activos inmobiliarios del Estado, se redu-
jo al 27% en 2019. Como resultado, una gran parte del patrimonio militar
costero pertenece ahora a las autoridades locales, regiones o municipios
como la Batería de Longues-sur-Mer en el Calvados (fig. 8). Estos nuevos
propietarios suelen compartir la gestión con asociaciones patrimoniales
que se encargan de desarrollarlos, rentabilizarlos y, a veces, abrirlos al pú-
blico. Hay muchos híbridos: municipios solos, municipios que alquilan o
ceden espacios a una o incluso varias asociaciones, municipios e inverso-
res, municipios con la Región y el Estado... Todos los híbridos son posibles
y dan lugar a proyectos a menudo viables económicamente, pero cuyo
sentido y memoria histórica a veces se pierden.

Fig. 8.
Batería de Longues-
sur-Mer, Calvados
@Ayutamiento de
Longue-sur-Mer, Libre de
derechos
189
El ejemplo de los fuertes reconvertidos por la ciudad de Le Havre es una
buena muestra de ello. El primero es el fort de Tourneville, construido
entre 1854 y 1858, y comprado al Ministerio de Defensa en 1983 por la
ciudad, que ahora está gestionado por la asociación Fort!, un consorcio
de 34 asociaciones que se encargan de la animación del fuerte en cone-
xión con los servicios de la ciudad. Las actividades que se ofrecen son
muy diversas. Es un «lugar de experimentación, vida y cultura» pobla-
do por artistas, diseñadores, bares, empresarios de cine.... Los espacios
verdes son mantenidos por un rebaño de ovejas ya que parte del fuerte
se ha transformado en un jardín-bosque comestible; la transformación y
recuperación de objetos está en el centro de los proyectos y se han acon-
dicionado y construido edificios. Se han plantado los glacis, instalado
iluminación y creado nuevos senderos, pero sin embargo la historia del
fuerte no es muy destacada. Otro fuerte de Le Havre ha experimentado
una evolución similar. El fort Sainte Adresse, situado al noreste de la ciu-
dad, también construido entre 1854 y 1858, forma parte del «cinturón
de fuertes» previsto por Napoleón III para proteger la ciudad tras el des-
mantelamiento de las antiguas fortificaciones urbanas (fig. 9). Se trata de
un interesante ejemplo de arquitectura militar que aún conserva la forma
abaluartada de siglos anteriores y estaba destinado a proteger el mar de
los ataques marítimos. Construido en ladrillo por prisioneros de Crimea,
inutilizado y pronto obsoleto cuando se inventó el obús torpedero, ha
sido continuamente modificado y transformado. Se utilizó como cuartel
durante la guerra de 1870, fue desarmado durante la Primera Guerra
Mundial, ocupado por los alemanes y luego por los estadounidenses du-
rante la Segunda Guerra Mundial. Tras ser adquirido por la ciudad en
2000 se convirtió en una zona cultural y de ocio con un grande jardín
colgante de 5000 m2.

Fig. 9.
Fuerte Sainte Adresse,
Le Havre @Ayutamiento
de Le Havre, Libre de
derechos
190
Los ejemplos de los fuertes de Tourneville y Sainte-Adresse son intere-
santes por varias razones. Por una parte, ponen de relieve la voluntad de
equilibrio económico y de revitalización de las ciudades mediante la utili-
zación de emplazamientos militares en desuso. Pero, por otro lado, estas
rehabilitaciones se hacen sin destacar una visión del patrimonio histórico.
De hecho, el fort de Tourneville es hoy un espacio compartido entre aso-
ciaciones culturales. El fort de Sainte-Adresse es un lugar de ocio y paseo.
Se trata de dos ejemplos de rehabilitación considerados un éxito para el
municipio de Le Havre, ciudad completamente reconstruida tras la Segun-
da Guerra Mundial por el arquitecto Auguste Perret. Además, es una de las
únicas ciudades del siglo XX, junto con Brasilia y Chandigarh, que figura
en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. El recuerdo de la guerra
es, por tanto, omnipresente, ya que ha dado forma a la propia ciudad.
Sin embargo, las obras de defensa del siglo XIX, que son hoy testimonios
únicos de la ciudad de antes de la guerra y de las técnicas de arquitectura
militar del siglo XIX, un importante período de transición, no se valoran
adecuadamente como ejemplos patrimoniales. La búsqueda del equilibrio
financiero ha prevalecido sobre la coherencia histórica y la comprensión
de sus estructuras técnicas. Sin embargo, estos dos fuertes son representati-
vos de la arquitectura militar que se desarrolló en Europa antes de la gue-
rra de 1870. Se desarrollan a escalas territoriales complejas, se responden
mutuamente, enlazan el paisaje, explican la topografía y arrojan luz sobre
una red territorial cuyo significado se ha perdido en la actualidad.

Sin hacer grandes inversiones, sería posible integrar una dimensión históri-
ca y paisajística en los programas de reconversión de espacios militares. La
inclusión de invernaderos y un jardín botánico en el fort de Sainte-Adresse
es interesante porque atrae visitantes, pero podría haberse diseñado de
acuerdo con la vegetación de las obras militares. Los glacis de la fortaleza
que daban al mar están hoy plantados de árboles, mientras que original-
mente estos terrenos militares debían estar plantados de hierba baja para
dejar visibilidad a los artilleros. El invernadero se instaló en el campo de
entrenamiento central de las tropas cuando debería haber quedado des-
ocupado. La sedimentación histórica del lugar, la construcción por los pri-
sioneros de Crimea o incluso el polvorín transformado en capilla por el
pintor-decorador Arthur Lenne, reclutado por los americanos durante la
Segunda Guerra Mundial, un gran fresco de 12 m de altura, no está abierto
al público. En el fort de Tourneville, las pintadas de los soldados alemanes
y estadounidenses han desaparecido. Todas estas huellas deben tenerse en
cuenta en el marco de la rehabilitación para crear un vínculo conmemora-
tivo con los visitantes.

Este vínculo puede establecerse de varias maneras. Una de las realizaciones


más interesantes del momento se encuentra en la isla de Cezembre, frente a
191
la ciudad de Saint-Malo, donde el Conservatoire du Littoral se ha asociado
con historiadores e investigadores de las ciencias de la tierra para crear
un recorrido que da a conocer la historia de las visitas turísticas al lugar
desde finales del siglo XIX, los problemas ecológicos de la isla y la historia
militar (fig. 10). Se trata de enfoques transversales que exigen investigacio-
nes cruzadas en colecciones fotográficas privadas, publicaciones antiguas,
colecciones de postales, etc. que recurren a testimonios orales para crear
rutas y caminos que guíen y permitan captar el espíritu sedimentado de los
lugares que recorren los visitantes.

En conclusión, creo que es importante explorar y experimentar con estos


distintos enfoques caso por caso. Porque es gracias a la aplicación de en-
foques históricos y paisajísticos como se ha podido llevar a cabo el desa-
rrollo y la conservación de un patrimonio que aún no ha encontrado un
posicionamiento global en el ámbito patrimonial. Lo más importante no
es «conservarlo todo» y «valorizarlo todo», sino saber orientar y guiar a
los agentes patrimoniales encargados de este patrimonio para que sus es-
fuerzos converjan hacia una política de valorización que respete los sitios
y su historia sedimentada.

Fig. 10. Isla de Cezembre, Saint-Malo@ Libre de derechos


193
02 | Historia y patrimonio. Siglos XIX y XX

Sobre la historia, restauración, desarrollo,


eventos y actividades del Atlantikwall
Raversyde (Ostende, Bélgica) y las
posibilidades de una red europea de
Atlantikwall

Mathieu de Meyer
Director del Raversyde Museum Atlantikwall, Ostende, Bélgica

Resumen:
En el dominio provincial Atlantikwall Raversyde (Ostende, Bélgica),
encontramos restos de ambas guerras mundiales. La batería costera
Saltzwedel-neu, un complejo de búnkeres de los Festungpioniere y
varios búnkeres de defensa del aeropuerto, data de la Segunda Guerra
Mundial y formaba parte del «Atlantikwall» de Hitler. Las baterías
de Aquisgrán y Amberes se construyeron durante la Primera Guerra
Mundial. De hecho, durante la Primera Guerra Mundial los alemanes
ya habían construido un predecesor del Muro del Atlántico en parte
de la costa belga. Sus restos fueron restaurados por la provincia de
Flandes Occidental, así como dotados de nueva escenografía museística
contemporánea.
El Atlantikwall Raversyde se ubica en la costa belga, en una importante
región turística que atrae a muchos visitantes internacionales.
Recientemente, hemos centrado nuestras exposiciones permanentes
en las familias, lo que aplica a todas las edades. Hay distintas formas
de visitar el paseo: con un dispositivo portátil (con sonido, texto, 3D e
imágenes), con un cuaderno de búsqueda para los más pequeños e,
incluso, con un juego de escape para jóvenes. También ofrecemos
distintas posibilidades de visita del emplazamiento para grupos y
colegios.
El Atlantikwall Raversyde tiene una política activa de eventos centrada
en distintos grupos. Por tanto, además de las exposiciones y actividades
más clásicas, también hay actividades y exposiciones entrelazadas con
música, arte contemporáneo, teatro, etc.
Recientemente, el Atlantikwall Raversyde ha tenido mucha actividad en
distintos proyectos europeos, últimamente como líder del proyecto de
Europa Creativa «Atlantikwall Europe».

Palabras clave: El Atlantikwall Raversyde, batería costera, Primera


Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, defensa costera en Bélgica
194
Introducción

El Atlantikwall Raversyde tiene una rica historia. Situado en la costa de Bélgi-


ca, contiene decenas de restos desde la prehistoria hasta la actualidad. La costa
belga es difícil de comparar con la de España o Galicia, pues su extensión es
de solo 65 km, en contraste con la costa española, que tiene miles de kilóme-
tros. Además, la mayor parte de la costa de Bélgica está llena de edificios de
apartamentos y otras infraestructuras. Sin embargo, en ciertas zonas quedan
algunas franjas verdes con dunas como, por ejemplo, la reserva natural de
Het Zwin y el dominio provincial del Atlantikwall Raversyde. La costa es una
larga línea recta de 65 km de playa, solo interrumpida por unos pocos puertos
de entrada, a diferencia de las muchas cuevas, playas aisladas y acantilados de
la costa gallega. Por otra parte, la presencia de baterías de la primera mitad del
siglo XX y otras obras defensivas más antiguas en la costa belga sí presenta
un interesante paralelismo con la costa gallega entre Arteixo y A Frouxeira.
En la costa belga podemos encontrar emplazamientos de tiro, artillería y otras
infraestructuras militares de una tipología similar utilizadas durante las dos
guerras mundiales. La mayor parte de estas ubicaciones, a diferencia de los
ejemplos españoles, no se utilizaron tras el final de estas guerras, al margen
de algunos casos que sí tuvieron un uso prolongado durante la Guerra Fría.
Hay dos puertos marítimos importantes en la costa: los puertos de Ostende
y de Zeebrugge, ambos conectados por canales con la capital de la provincia,
Brujas.

El dominio provincial del Atlantikwall Raversyde está gestionado por la admi-


nistración provincial de Flandes Occidental. Estas tierras pertenecen parcial-
mente a la provincia y parcialmente al gobierno flamenco. Toda la costa belga
está ubicada en la misma provincia, que, por tanto, incluye todas las defensas
costeras. El área está situada entre Ostende y Midddelkerke, atrapada entre
el mar y el aeropuerto de Ostende, construido por los alemanes durante la
Segunda Guerra Mundial.

Sus orígenes se remontan a la familia real, ya que, a finales del siglo XIX, se es-
tableció como residencial vacacional del entonces rey Leopoldo II, quien mos-
traba un afecto especial por la costa de Bélgica, especialmente por la ciudad de
Ostende. Construyó varios edificios e instaló parques que aumentaron la mag-
nificencia de la ciudad. Se construyeron en la zona varios edificios de estilo
noruego, dos de los cuales fueron rápidamente destruidos por los alemanes en
la Primera Guerra Mundial. La familia real fue expandiendo progresivamente
la finca en los años siguientes y visitándola de forma regular. En tiempos del
rey Alberto I, incluso el príncipe heredero Francisco Fernando de Austria llegó
a visitar la finca un año antes de ser asesinado en Sarajevo. A pesar de todo,
el hombre que desarrolló el papel más importante en la preservación de la
zona y de todas las defensas que se habían construido en ella en ambas gue-
195
rras mundiales fue el príncipe Carlos de Bélgica, hermano del rey Leopoldo
III, al comprar más extensiones de tierra durante el periodo de entreguerras y
estableciendo su residencia permanente en la finca tras su regencia y hasta su
fallecimiento en 1983. El príncipe Carlos fue príncipe regente de Bélgica desde
septiembre de 1944 hasta julio de 1950, en el periodo posterior a la Segunda
Guerra Mundial, cuando su hermano, el rey Leopoldo III, fue considerado
incapaz de gobernar. Hasta su muerte, se opuso a la demolición de los restos
de ambas guerras mundiales en sus dominios, lo cual ha preservado hasta
nuestros días un enclave patrimonial único en el que podemos observar todas
las fases del Muro del Atlántico, a diferencia de otros puntos del Muro del
Atlántico, como en Normandía (Francia). Tras el fallecimiento del príncipe
Carlos, la gestión del emplazamiento pasó a manos del gobierno y se convirtió
en una zona de recreo con museos al aire libre.

Este artículo se centra en los restos de ambas guerras mundiales, pero falta-
ríamos a la historia si no mencionásemos brevemente los demás valores pa-
trimoniales de la zona. Todavía se puede visitar una antigua casa de cesteros
de la época real donde residió el príncipe Carlos. Los restos de los establos de
Leopoldo II (un monumento único en forma de U con un puente sobre la calle-
juela que atraviesa la finca), la piscina al aire libre del príncipe Carlos y su pista
de golf también se conservan. Pero también hay rastros de épocas anteriores.
Uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del país también ha
sido escavado en esta zona: los restos del pueblo pesquero medieval de Wal-
raversijde. Puesto que la zona ha conservado su carácter rural durante siglos,
los arqueólogos han sido capaces de examinar restos relativamente intactos
que nos proporcionan un retrato muy completo de un asentamiento pesquero
medieval y sus contactos internacionales. Entre otras cosas, se ha descubierto
en el yacimiento una costosa mayólica con lustre dorado procedente de Espa-
ña. Durante las excavaciones, también se encontraron restos de una acequia
romana y de un campamento de caballería española. Este campamento tuvo
un papel durante el largo asedio de Ostende, cuando las topas reales españolas
asediaron la ciudad, perteneciente a las Provincias Unidas de los Países Bajos
desde el 5 de julio de 1601 hasta el 22 de septiembre de 1604. La reconstruc-
ción de las casas medievales todavía se puede visitar en la actualidad.

Primera Guerra Mundial

Es un hecho de sobra conocido que, durante la Segunda Guerra Mundial,


Hitler desarrolló una serie de defensas muy extensas a lo largo de la costa
atlántica: el Muro del Atlántico, que se extendía desde el norte de Noruega
hasta la frontera entre Francia y España. Sin embargo, la construcción del
predecesor de este muro, construido a lo largo de la costa belga durante la
Primera Guerra Mundial, es mucho menos conocida.
196
Cuando Alemania atacó Francia a través de la Bélgica neutral en 1914, se
quedaron atascados al este del país, cerca de Ypres y junto al río Yser. No
fueron capaces de alcanzar los importantes puertos de Calais y Dunquer-
que en el norte de Francia. La guerra de trincheras se desarrolló a lo largo
de una línea que se extendía desde el Mar del Norte, en Nieuwpoort en
Bélgica, hasta la frontera franco-suiza. Durante cuatro años, hubo poco
movimiento en este frente. No fue hasta 1918, durante la ofensiva de libe-
ración, cuando fuerzas aliadas lograron hacer retroceder a los alemanes. Al
otro lado de la provincia de Flandes Occidental y en la costa estaban los
Países Bajos, que se mantuvieron neutrales durante todo el conflicto. Así,
los alemanes consiguieron hacerse con una franja relativamente corta de
costa (belga) en el Mar del Norte, mucho más cercana al campo de batalla
por tierra y por mar que los puertos germanos, por lo que el área adquirió
una importancia estratégica excepcional para los alemanes.

A pesar de que los puertos existentes de Brujas y Ostende no eran tan


grandes como los del norte de Francia, Alemania comenzó a utilizarlos
como entrada al mar para sus submarinos U-Boots, que hundieron casi
7000 barcos aliados durante la guerra. La propia base estaba ubicada en
Brujas, donde se construyó un búnker para U-Boots muy similar a los
ejemplos de la Segunda Guerra Mundial en, por ejemplo, Saint-Nazaire y
Lorient (Francia). En otros lugares, se construyeron refugios para proteger
los submarinos en el puerto. Los U-Boots salían a mar abierto a través de
los canales que van de Brujas a Zeebrugge y Ostende. Solamente los sub-
marinos de Brujas fueron responsables del hundimiento de más de 2500
barcos. Huelga decir que había que proteger estos puertos. Para ello, se
construyeron varias baterías con este objetivo concreto.

Pero esta no es la única razón por la que se construyeron baterías en esta


corta franja de costa belga: también se crearon para combatir cualquier
posible desembarco de los aliados en las playas y cerca de los puertos,
como, por ejemplo, el del día D en Normandía durante la Segunda Gue-
rra Mundial. También se produjeron ataques de artillería marítima desde
buques aliados, que fueron respondidos desde las baterías costeras alema-
nas. Sin embargo, las baterías más occidentales, como las de Aquisgrán y
Amberes, actualmente en el dominio provincial del Atlantikwall Raver-
syde, también se desplegaron para prestar apoyo a las tropas del frente
occidental en la guerra de trincheras que comenzó a unos 15 kilómetros
de distancia, en Nieuwpoort. Al otro lado de la costa ocupada, cerca de la
frontera con los Países Bajos neutrales, se instalaron baterías para proteger
el río Westerschelde. Aunque este río estaba en los Países Bajos, conectaba
el Mar del Norte con uno de los puertos más grandes de Europa: el puer-
to de Amberes. La propia Amberes estaba en manos alemanas, pero su
conexión con el mar estaba en territorio neutral, por lo que no se podía
197
hacer mucho con ese puerto. Aunque el río se ubicaba en zona neutral, los
alemanes temían que un día los aliados los atacasen a través del río, por
lo que se construyeron baterías para, supuestamente, ayudar a evitar esta
posibilidad.

En términos de calibre, se pueden encontrar paralelismos con la artillería


de la costa gallega: se instalaron varios cañones de 15 cm y también gran-
des baterías con cañones de 38 cm en los pólderes detrás de las dunas,
muy similares a los ejemplos que todavía se conservan en el Monte de San
Pedro, cerca de A Coruña.

En total, se construyeron entre 30 y 40 baterías en la costa de Bélgica du-


rante la Primera Guerra Mundial (las cifras varían constantemente según
la fase de la guerra); sin embargo, muchas de ellas no han sobrevivido.
Aparte de algunos emplazamientos de cañones aislados y del refugio a
prueba de bombas de la batería de Amberes (en el dominio provincial),
solamente conservamos la batería más occidental, la de Aquisgrán, que ac-
tualmente forma parte del museo al aire libre del Atlantikwall Raversyde.

La batería de Aquisgrán consistía en cuatro emplazamientos para cañones


con un puesto de observación y mando a cada lado. A mayor profundi-
dad, en las dunas, estaban los depósitos de munición, un refugio a prueba
de bombas y varias barracas de madera para, aproximadamente, los 150
hombres que ocupaban la batería. También había una serie de fuentes de
agua de las cuales se conserva un monumento alemán, el Barbara Brunnen,
que lleva el nombre de Santa Bárbara, patrona de los artilleros. Además,
se utilizaban focos reflectores, que se almacenaban en garajes. Encima de
los puestos de observación y mando había telémetros. La artillería cons-
taba de 4 piezas de artillería Krupp de 15 cm con un alcance de 18,7 km.
Alrededor de las piezas de artillería había un blindaje que ofrecía refugio a
varios artilleros durante los bombardeos.

Tras la guerra, las baterías recibieron la atención de distintos países. Poco


después de la expulsión alemana, británicos, americanos, franceses y bel-
gas se acercaron a estudiar las baterías para poder aprender de ellas y
aplicar estos conocimientos en el futuro.

Segunda Guerra Mundial

La Batería de Aquisgrán no se reutilizó como batería militar durante la Se-


gunda Guerra Mundial. A pesar de ello, sí se reutilizó uno de los puestos de
observación y mando como puesto de observación para una nueva batería
alemana, la batería de Hannover, que se construyó en el interior, cerca de
198
Leffinge. Además, se construyeron varias pasarelas de ladrillo al aire libre
y se instaló un puesto antiaéreo para cañones Bofors en el antiguo puesto
de observación y mando. Se construyeron varios búnkeres de los Festun-
gpioniere alrededor de la batería de Aquisgrán, que consistían en búnkeres
de almacenamiento y dependencias de personal, todos ellos conectados por
pasarelas de ladrillo al aire libre o cubiertas que han sobrevivido hasta el
día de hoy. Los Festungpioniere eran tropas desplegadas para la construc-
ción del Muro del Atlántico.

Al mismo tiempo los alemanes estaban construyendo un aeropuerto (que


ya estaba planeado antes de la guerra) un poco más hacia el interior, que
también tenía que estar defendido; de ahí los búnkeres y otros pequeños
puestos alrededor del aeropuerto. Debido a su ampliación tras la guerra,
poco se conserva de las defensas de este aeropuerto, excepto unas cuantas
construcciones pequeñas en los terrenos del dominio provincial adyacentes
al aeropuerto.

Lo más importante para nuestra historia es la construcción de la nueva


batería Tirpitz o Saltzwedel-neu (el nombre cambió varias veces durante la
guerra), al oeste del complejo de los Festungpioniere. Esta batería también
está ubicada en las dunas y se conserva su mayor parte. Esta batería cons-
taba de un gran búnker de observación y mando con una posición central
y de dos puestos de cañones y una defensa de flancos a cada lado. Todas las
fases de la construcción del Muro del Atlántico se han conservado y este
está en un estado particularmente bueno. Estos búnkeres también están
conectados a través de pasadizos subterráneos o de ladrillo. En el emplaza-
miento hay varios búnkeres para munición y para el personal, además de
varios puestos antiaéreos. Se construyeron, además, varios edificios «nor-
males», que el príncipe Carlos renovó y reutilizó después de la guerra y que
todavía existen.

En la actualidad, el Muro del Atlántico se utiliza para denominar todas las


defensas alemanas de la Segunda Guerra Mundial en la costa atlántica des-
de Noruega hasta el sur de Francia, pero, en realidad, el nombre solamente
se utilizó durante la guerra a partir de agosto de 1942 para referirse a una
parte de la costa atlántica. La construcción de la batería Saltzwedel-neu ya
había comenzado en 1941 y continuaría hasta el último día de la ocupa-
ción germana. Originalmente, las cuatro piezas principales de artillería del
emplazamiento eran cañones belgas de 12 cm que se recuperaron y se ins-
talaron en posiciones abiertas. En los flancos, se instalaron cañones PAK40.
Bajo el Programa Schartenbau, se reemplazaron las cuatro piezas principa-
les por cañones de 10,5 cm en búnkeres de artillería cubiertos. También se
construyeron búnkeres de artillería cubiertos para los puestos de artillería
de flancos. Al mismo tiempo, se colocaron más obstáculos en la playa.
199
Tan solo unos días antes del desembarco del día D en las playas de Nor-
mandía, el 10 de junio, se construyó un nuevo puesto de artillería en unos
de los emplazamientos de cañones al aire libre abandonados anteriormen-
te. En aquel momento, los alemanes todavía pensaban que podrían sufrir
un ataque por mar. Una vez que los aliados avanzaron hacia el interior en
Normandía y Europa, los alemanes se dieron cuenta de que el peligro venía
del interior. Por lo tanto, en agosto construyeron rápidamente otro puesto
de observación de ladrillo, esta vez mirando hacia el interior, con una pe-
queña pieza de artillería delante para su defensa. Finalmente, los alemanes
evacuaron la batería el 7 de septiembre de 1944, un día antes de que la
cercana Ostende fuese liberada por tropas canadienses.

La batería recibió un par de visitantes importantes durante la guerra: Field


Marshal Rommel, quien se convirtió en responsable del Muro del Atlán-
tico tras sus campañas en el norte de África, visitó la batería, así como el
Comandante Supremo de la Marina alemana, Karl Dönitz, quien sucedió
a Adolf Hitler como jefe de estado de la Alemania nazi un par de semanas.

Proyectos de restauración y desarrollo

El conjunto de restos de la batería de Aquisgrán, de la batería Saltzwedel-neu


y del complejo de los Festungspioniere forman hoy en día el museo al aire
libre del Atlantikwall Raversyde. Los visitantes comienzan su visita en el edi-
ficio de entrada y en la casa del príncipe Carlos; a continuación, caminan por
una serie de búnkeres de la Segunda Guerra Mundial en los que artistas con-
temporáneos han establecido una conexión entre el pasado y los conflictos
actuales. El objetivo de estos búnkeres es relajar a los visitantes. Queremos
que se liberen de sus preocupaciones diarias y que se den cuenta de que han
entrado en un lugar que simboliza los dos conflictos más grandes de la his-
toria de la humanidad. A continuación, visitan la batería de Aquisgrán, antes
de terminar en la batería Saltzwedel-neu. Los búnkeres de los Festungpionie-
re se utilizan solamente para exposiciones temporales y eventos.

La batería de Aquisgrán ha sido completamente restaurada hace poco y do-


tada de una nueva escenografía museística. Este proyecto ha sido financiado
por la provincia de Flandes Occidental y el Atlantikwall Raversyde y desa-
rrollado junto con el estudio de arquitectura aNNO-architecten y el estudio
de escenografía Exponanza. Hemos creado una experiencia completamente
nueva para los visitantes. La intención es restaurar también la batería Salt-
zwedel-neu en los próximos años y proveerla de una nueva escenografía,
pero, por el momento, los visitantes tienen acceso al espacio clásico en esta
zona, que consiste, fundamentalmente, en maquetas que muestran cómo se
organizaban los búnkeres y cómo vivían y trabajaban allí los soldados.
200
Los restos de ambas guerras necesitan ser restaurados o consolidados por
varas razones: filtraciones de agua, degradación del hormigón, daños cau-
sados por la sal, corrosión y concreción del hierro y el acero, altos niveles
de humedad constante, presión de las dunas, daños por heladas, daños
causados por la flora... Todos estos son problemas comunes que amenazan
los edificios, las colecciones que albergan y la infraestructura técnica. Ade-
más, los restos están ubicados en una valiosa reserva natural con especies
importantes que deben estar protegidas, como los lirones caretos y los
murciélagos, además de otra fauna y flora. La mayor colonia de murciéla-
gos de la costa belga se encuentra en los corredores subterráneos del recin-
to. Además, varias especies de mariposas hibernan en los pasadizos sub-
terráneos. Por suerte, todas las construcciones militares de la zona están
protegidas como «monumentos protegidos», al igual que otros recintos
de búnkeres de la costa belga. Cualquier trabajo de restauración consiste
en la búsqueda de un adecuado equilibro entre naturaleza y patrimonio.
Por otro lado, también debemos tener en cuenta a los turistas. Ofrecer a
nuestros visitantes un cierto nivel de confort y completa accesibilidad es
otro aspecto importante. Son estos los principios con los que acometimos
la restauración de la batería de Aquisgrán.

Un requisito clave fue que la batería debía ser accesible para usuarios con
silla de ruedas y con carritos. También queríamos que los visitantes pudie-
sen ver las diferencias entre los restos de la Primera Guerra Mundial y la
Segunda Guerra Mundial, lo que, después de todo, no siempre es fácil, in-
cluso para los expertos. Puesto que hay muchos otros restos de la Segunda
Guerra Mundial expuestos en el museo, en esta zona queríamos centrarnos
en la historia de la Primera Guerra Mundial. Por tanto, estos factores fueron
determinantes, hasta cierto punto, para la ubicación de una nueva ruta entre
el emplazamiento de los cañones y el mar. Además, fotografías de la propia
guerra demuestran que, efectivamente, existía un camino en este lugar. La
pendiente se ajustó para que pudiesen utilizarla personas en silla de ruedas.

En un edificio que, en su momento, sirvió como residencia del vigía de las


luces de guía de la finca, los visitantes reciben una introducción a la Primera
Guerra Mundial que trata temas como las baterías costeras, la guerra en el
mar, la Marina alemana (y los soldados alemanes responsables de la zona
durante su ocupación) y el día a día en la vida de un soldado. A través de la
nueva escenografía, intentamos contar una historia lo más completa posi-
ble desde el punto de vista alemán, no desde el de los aliados. Esto supone
una gran diferencia con muchos otros museos que tratan la Primera Guerra
Mundial. La propia casa ha adquirido un aspecto completamente nuevo.
Inspirándonos en la técnica de camuflaje disruptivo y en la instalación por
parte del príncipe Carlos de un tejado de distintos colores tras la Segunda
Guerra Mundial, solicitamos a la artista holandesa Lily Van Der Stokker
201
que repintase el exterior de la casa. El edificio se convirtió en la «Casa Verde
a Cuadros», con el típico patrón en blanco y verde de un trapo de cocina.
Este diseño, más suave y femenino, contrasta con la dureza de la guerra, que
tan habitualmente está dominada por hombres, según la artista.

Al salir del edificio, los visitantes prosiguen hacia el búnker de observación


y mando occidental. Por el camino, los grupos pueden visitar un búnker
especialmente equipado con tecnología 3D. Como si fuese un juego, pue-
des usar un mando de Xbox para caminar por una reconstrucción en tres
dimensiones de la batería o sobrevolarla. El diseño en 3D ha sido realizado
por Visual Dimension, de Oudenaarde, Bélgica. Cada uno de los visitantes
recibe un smartphone al principio de la visita, lo que les permite ver en
3D todo lo que están viendo en varios puntos del recorrido. En el mismo
dispositivo, también pueden ver fotografías de la Primera Guerra Mundial,
junto con texto y animaciones que explican lo que están viendo.

De camino al búnker de observación occidental, los visitantes también se


cruzan con el primer modelo de hormigón, que ofrece una vista general de
la batería al completo impresa en hormigón y basada en dicho modelo en
3D. De hecho, se decidió realizar todas las nuevas incorporaciones del área
exterior en hormigón, ya que se corresponde histórica y temáticamente con
el hormigón usado en la época y, al mismo tiempo, deja claro a los visitan-
tes que son elementos recientes. Estas incorporaciones incluyen un modelo
en hormigón de un U-boot alemán hundido en el fondo del Mar del Norte
(impreso en hormigón y basado en exploraciones con sonar multihaz de los
restos del naufragio) y un modelo del búnker de observación oriental. Estos
modelos son ideales, también, para que puedan utilizarlos personas con
dificultades visuales y auditivas. Se han recreado tres objetos a escala 1:1.
El primero, un banco del rey Leopoldo II que se puede ver en fotografías de
principios del siglo XX y que ahora está ubicado en el mismo lugar donde
estaba el chalet noruego del rey. Además de ser una referencia histórica,
también es un lugar donde los visitantes pueden descansar y disfrutar de las
vistas al mar. Otro objeto de hormigón de tamaño real es una de las piezas
de artillería. Los cañones originales se desmontaron tras la Primera Guerra
Mundial, por lo que no queda ninguno. Cuando los visitantes pasean por la
ruta, pueden observar la pieza acechando, al igual que en las fotografías de
la época. Solo al acercarse, pueden ver que es de hormigón. En realidad, es
solo medio cañón que solo se puede ver al pasar caminando, ya que, al otro
lado, descubrimos un dibujo del interior del cañón. Con la misma filosofía,
se fabricó en hormigón la base de un telémetro.

En el puesto de mando y observación occidental, nos centramos en su


uso durante la guerra: la observación y la comunicación. Igual que en la
guerra, los visitantes pueden echar un vistazo al mar con los prismáticos.
202
En el muro trasero hay una interpretación contemporánea de las siluetas
que los soldados alemanes utilizaban para reconocer los barcos de los alia-
dos. Otra sala contiene ejemplos de equipos de comunicación. El refugio
a prueba de bombas que encontramos más abajo en el recorrido también
está decorado con el mismo espíritu con el que fue usado durante la gue-
rra. Actualmente, los visitantes pueden descansar en los bancos en los que
los soldados se sentaban durante los bombardeos. En la pared, se proyecta
una grabación sobre el Heimat alemán, el frente doméstico en el que pro-
bablemente pensaban muchos soldados durante los bombardeos. La mú-
sica se ve interrumpida a menudo con sonidos de artillería y explosiones.

Originalmente, la batería también disponía de varios edificios de madera


donde se alojaban los soldados, pero, después de 100 años, han desapare-
cido por completo. Para ilustrar esta parte de la historia, se ha construido
una versión contemporánea de estas edificaciones, en las que cuelgan ha-
macas, igual que en la guerra. Los soldados dormían en hamacas, como en
el mar. Ahora, los visitantes pueden sentarse en las hamacas. Seis pantallas
en la pared muestran a seis soldados y representan seis emociones: miedo,
tristeza, enfado, felicidad, esperanza y asco. Cada uno de estos sentimientos
se complementa con extractos de diarios, cartas y postales. Fuera de los
edificios de madera, se reactivó la Barbara Brunnen y fluye agua de su grifo.

Desde este punto, los visitantes pasan a visitar la Segunda Guerra Mundial.
El proyecto de la batería de Aquisgrán ha ganado el premio European He-
ritage/Europa Nostra 2022 en la categoría de Conservación y Reutilización
Adaptada.

Además de los extensos trabajos en la batería de Aquisgrán, también se


abordó la zona alrededor de la batería de Amberes. Actualmente, sola-
mente se conserva el refugio a prueba de bombas como una reliquia sor-
prendente. Aquí adoptamos un enfoque totalmente distinto. La zona está
desarrollada al máximo como reserva natural, pero el área alrededor del
búnker central es una zona de juegos en la que las infraestructuras anti-
guas que se pueden ver en fotografías de la época de la guerra han servido
como inspiración para desarrollar el equipamiento de la zona de juegos.

Muy pronto comenzará la construcción de un nuevo almacén para las pie-


zas de nuestra colección de ambas guerras mundiales y de la época me-
dieval. El edificio también albergará un centro de interpretación con una
biblioteca centrada en la defensa costera. Atlantic Wall Raversyde colabora
en la investigación científica. Junto con la Universidad de Ghent, por ejem-
plo, se están llevando a cabo trabajos de inventario de fotografías aéreas
de la Segunda Guerra Mundial y todos los restos (arqueológicos) que se
observan en ellas. En el pasado, hemos realizado proyectos de entrevistas a
203
gran escala con testigos de la Segunda Guerra Mundial. Publicamos libros
de forma regular. También dedicamos esfuerzos y fondos a la restauración
de grandes objetos de la colección que se muestran en el museo. Por ejem-
plo, un radar Würzburg-Riese, varias piezas de artillería, focos reflectores,
minas, obstáculos de playa y telémetros, que también sufren las duras con-
diciones del clima costero: viento, arena y sal provocan un rápido deterioro
de las piezas. Debemos combatir la corrosión de forma constante.

Turismo y visitas

El Atlantikwall Raversyde se ubica en la costa belga de una de las regiones


turísticas más importantes del país y, por tanto, atrae a muchos visitantes
(internacionales), para los que adaptamos la difusión y acceso al recinto.
Todas nuestras comunicaciones se realizan en cuatro idiomas: holandés,
francés, alemán e inglés. En el futuro, investigaremos si deberíamos ampliar
la oferta de idiomas, teniendo en cuenta el creciente número de turistas
españoles e italianos, por ejemplo. Una buena accesibilidad y una oferta
multilingüe son esenciales para poder transmitir nuestra historia a una gran
audiencia. Esto también parece ser una prioridad para las baterías gallegas.

Para aumentar su visibilidad, hemos diseñado nuestra propia marca, nues-


tro propio logo y un estilo propio, que aplicamos en todas partes, dentro
de lo posible: en el material promocional, pero también, por ejemplo, en
indicadores o en las guías para los visitantes. Utilizamos varios canales de
difusión: radio (nacional o local), anuncios en cines, carteles en estaciones
de tren, rotulación de buses y trenes, anuncios en televisiones locales, etc.
También hemos desarrollado una variante familiar apta para niños, que
aplicamos, por ejemplo, en los uniformes de los trabajadores del emplaza-
miento y en las misiones que diseñamos para los niños.

Recientemente, nos hemos venido centrando en crear exposiciones perma-


nentes y temporales y actividades aptas para toda la familia, siguiendo las
políticas del gobierno flamenco. Hay distintas formas de visitar el lugar:
con un smartphone/dispositivo portátil (con sonido, texto, 3D e imágenes),
con un cuaderno de búsqueda para los más pequeños e, incluso, con un
juego de escape («The Escape Enigma») para jóvenes. También ofrecemos
distintas posibilidades de visita del emplazamiento para grupos y colegios.
La oferta está adaptada a la edad de los visitantes o diseñada para ser utili-
zada en distintos rangos de edad. En este aspecto, nuestra oferta educativa
también está adaptada a distintos niveles educativos.

Por ejemplo, el proyecto educativo «Off the wall», puesto en marcha en


2018 en el contexto del proyecto de Europa Creativa «Atlantikwall Euro-
204
pe». Diferentes grupos de estudiantes belgas, holandeses y franceses se han
reunido en el Atlantikwall Raversyde para pasar una semana trabajando
juntos y reflexionando en el tema de fronteras y refugiados. Junto con
un autor de teatro, hicieron una breve representación en uno de nuestros
puestos de cañones vacíos. Después, visitaron Normandía durante la con-
memoración del desembarco del día D.

El Atlantikwall Raversyde tiene una política activa de eventos centrada


en distintos grupos. Por tanto, además de exposiciones y actividades más
clásicas, también hay actividades y exposiciones que se entrelazan con mú-
sica, arte, danza y teatro (contemporáneos), etc. Por ejemplo, en «Tasty
Raversyde» nos centramos en la comida de la época de la guerra y en
«Nocturne Atlantikwall Raversyde» hay músicos, poetas y artistas que
presentan sus obras en el complejo. Durante los eventos, casi siempre or-
ganizamos talleres infantiles.

A nivel de exposiciones, cada año organizamos una exposición de foto-


grafía en el parque natural con fotografías de gran formato sobre temá-
ticas concretas: patrimonio subacuático en el Mar del Norte, fotos de
búnkeres, fotos alemanas de monumentos de la Primera Guerra Mundial,
etc. El conocido fotógrafo belga Stephan Vanfleteren recibió en 2014 el
encargo de retratar la totalidad del Muro Atlántico, fotografiando mu-
chas zonas de Noruega, Dinamarca, los Países Bajos, Bélgica, Francia y
las islas del Canal. Se centró en el aspecto estético de los búnkeres que
todavía se pueden encontrar en las dunas, en las playas, en los acantila-
dos y en los campos. El resultado final fue una instalación con imagen y
sonido que todavía se puede visitar a día de hoy como parte de nuestra
exposición permanente.

Pero también tenemos otro tipo de exposiciones. Como hemos comenta-


do, cada año damos la oportunidad a un artista joven contemporáneo de
mostrar su obra en nuestro «búnker de relajación». También organizamos
grandes exposiciones de arte contemporáneo en el complejo, en las que los
artistas pueden colocar sus instalaciones, que reflexionan sobre la historia
y los conflictos y problemas actuales. A veces, estas obras resultan polémi-
cas. Por ejemplo, la obra «Ghost of a girl» de Heidi Violet. Los maniquíes
de las maquetas de la Segunda Guerra Mundial representan soldados ale-
manes, a los que la artista les colocó pelucas rubias. Estas pelucas replica-
ban peinados de mujeres con un papel importante en distintos conflictos
y guerras. De este modo, quería destacar la posición de la mujer en las
guerras porque, habitualmente, al hablar de guerra, hablamos de hombres.
Parte del público se sintió ofendido por esta obra y la interpretó como una
falta de respeto hacia los soldados; para otros, resultó una potente señal...
En cualquier caso, generó debate.
205
Colaboración europea

Recientemente, el Atlantikwall Raversyde ha tenido mucha actividad en


distintos proyectos europeos, últimamente como líder del proyecto de Eu-
ropa Creativa «Atlantikwall Europe». Antes, el Atlantikwall Raversyde
había sido parte de varios proyectos interregionales, como Maxigreen y
World War II Heritage. Como parte de estos proyectos, se restauró una
gran parte de las grandes piezas de la colección, se diseñaron planos arqui-
tectónicos, se realizaron paquetes educativos y se crearon exposiciones, en-
tre otras cosas. La cooperación europea ofrece importantes oportunidades
para seguir desarrollando nuestro complejo y proporciona muchas opor-
tunidades de conexión. La cooperación europea se ha vuelto indispensable
para desarrollar ideas nuevas y dinámicas.

Una de las principales acciones del proyecto de Europa Creativa «Atlan-


tikwall Europe» era instaurar un Día Europeo del Búnker, con la idea de
organizar un día al año o cada dos años en cada país para abrir al público
tantos búnkeres como fuese posible. Así, los búnkeres que normalmente no
ofrecen acceso a visitantes también reciben atención y el público, a nivel
general, conoce y aprecia su patrimonio y su protección y conservación
generan interés y apoyo. También provoca que los gobiernos se concien-
cien del valor de este patrimonio. Los participantes en el proyecto vienen
de Bélgica, los Países Bajos y Francia. En los Países Bajos y Bélgica, el
Bunkerday se ha convertido en un evento establecido y que genera mucha
atención mediática.

Otra actividad muy exitosa ha sido el concurso de fotografía Bunkerzoom.


Como parte del proyecto, pedimos a fotógrafos de toda Europa que en-
viasen sus mejores fotografías de búnkeres; de ellas, se seleccionaron las
más llamativas y se expusieron en Francia y en Bélgica.

Además de estas dos acciones, el citado proyecto «Off the Wall» también
forma parte de «Atlantikwall Europe». Además, se han organizado varias
conferencias y talleres, así como visitas para familiarizarnos con varias
baterías y otros recintos del Muro del Atlántico en varios países. Los temas
abarcaron el arte contemporáneo sobre el Muro del Atlántico, la necesidad
de un código ético para los usuarios y propietarios de recintos que perte-
necen al Muro del Atlántico y el uso habitual de búnkeres como lienzo
para arte urbano, que, sin duda, es también un problema en las baterías
de Galicia.

Como parte del proyecto, debatimos esta cuestión con distintos colectivos
de arte callejero, incluyendo el colectivo alemán ARTlantic Wall. Algunos
artistas consideran que todo el Muro del Atlántico se debería considerar un
206
lienzo gigante para el arte urbano, incluso aquellas partes que están prote-
gidas. Algunos trabajadores opinan que, simplemente, no puede ser. Otros,
tanto artistas como profesionales de patrimonio, creen que debería encon-
trarse un punto medio. Al final, se mantuvieron interesantes conversaciones
e incluso se llegó a cooperar en varias zonas. En el Atlantikwall Raversyde,
el colectivo alemán anteriormente mencionado realizó algunas intervencio-
nes reversibles en algunos búnkeres protegidos de las baterías. En uno de
estos búnkeres de observación, hicieron un grafiti con tape art, en el que se
pedía a los visitantes su opinión sobre lo que debería hacerse con el resto
de los búnkeres de la costa atlántica. Encima de otro búnker, un refugio a
prueba de bombas, realizaron una representación llamada «Sangre y agua».
Finalmente, en el museo se realizó también una exposición de fotografía
sobre arte callejero en el Muro del Atlántico y se permitió a varios artistas
callejeros montar obras en nuestros búnkeres de relajación.

Debido a la pandemia de COVID, el proyecto no se pudo completar como


se había planificado inicialmente. La necesidad de cooperación europea en
el Muro del Atlántico (e incluso con y entre otros recintos de búnkeres en
Europa) sigue siendo fuerte. La cuestión ética sigue siendo importante, pero
también, por ejemplo, la exploración de métodos para una mejor coope-
ración entre historiadores profesionales y aficionados (que, a veces, tienen
incluso más conocimiento de ciertos emplazamientos que los profesionales).

El Muro del Atlántico, en general, se ha convertido en símbolo de la opre-


sión y exclusión vivida durante la ocupación alemana de la Europa occiden-
tal. Este patrimonio compartido debería, por tanto, ser un lugar de rememo-
ración y conexión de acontecimientos pasados con problemas de la Europa
actual y motivarnos a reflexionar sobre nuestros valores europeos comunes.
Al hacerlo, debemos tener en cuenta las diferentes culturas y países que,
en ocasiones, interpretan este patrimonio de distintas maneras. En general,
necesitamos mayor cooperación europea y mayor financiación para ocupar-
nos de un patrimonio tan discorde, puesto que los programas europeos no
siempre hacen que invertir en ello resulte fácil. Esperamos seguir trabajando
juntos a nivel europeo y también con nuestros colaboradores en España.
207
BIBLIOGRAFÍA
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ans/Hundert Jahre königliche Domäne Raversijde/100 years of Royal domain Raversijde.
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Sax, Aline. Vandebroek, Hannelore. Raats, Jonas. Mahieu, Maarten. The Occupied Coast: Living
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1945. De zomer van de vrijheid. Unieke luchtfoto’s van Knokke tot De Panne vanuit een
Amerikaans verkenningsvliegtuig. Gent, Tijdsbeeld –Provincie West-Vlaanderen–Atlan-
tikwall Raversyde– UGent, 2021.
Strubbe, Benoit [et al.]. Visitor’s Guide; A coast guard made of Concrete. Brugge, Provincie
West-Vlaanderen - Atlantikwall Raversyde, 2014.
Vernier, Franck. Le premier «Mur de l’Atlantique» 1914-1918. Les batteries allemandes au littoral
belge. Verviers, Éditions du Patrimoine Militaire, 2012.
Para más información sobre el lugar, los proyectos y las visitas, consulte http://www.raversyde.be
03 |
El paisaje y el
medioambiente del
patrimonio militar
costero
COORDINADOR:

José M. Yáñez Rodríguez


· Jefe de Servicio de Arquitectura de
la Diputación de A Coruña
· Ingeniero de Edificación
· Dr. en Hª del Arte

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211
03 | El paisaje y el medioambiente del patrimonio militar costero

Protección, gestión y ordenación


del paisaje costero

Jose Luís Álvarez Vicente


Arquitecto. Jefe del Servicio de Planificación del Paisaje.
Instituto de Estudios del Territorio. Xunta de Galicia

Resumen:
Galicia ha desarrollado los compromisos derivados del Convenio
Europeo del Paisaje por medio de una ley del año 2008 y otros
instrumentos normativos y técnicos específicos, para poner en
práctica políticas de protección, gestión y ordenación del paisaje,
orientadas a la preservación y potenciación de los valores
propios y peculiares de los diferentes tipos de paisaje presentes
en esta Comunidad. El objetivo es obtener herramientas
administrativas que permitan un diagnóstico eficaz del paisaje de
Galicia y una adecuada consideración del mismo en todo tipo de
políticas territoriales.

Palabras clave: Paisaje, valores, integración, ordenación,


directrices.

Abstract:
Galicia has developed the commitments derived from the
European Landscape Convention through a 2008 law and other
specific regulatory and technical instruments, to implement
landscape protection, management and planning policies, aimed
at preserving and promoting the peculiar values of the different
types of landscape present in this Community. The objective is
to obtain administrative tools that allow an effective diagnosis of
the Galician landscape and an adequate consideration of it in all
types of territorial policies.

Key words: Landscape, values, integration, planning, guidelines.


212
Introducción

Creo que la razón que justifica mi presencia en este simposio es que existe
una profunda e intensa relación entre su objeto, las defensas costeras del
territorio, y el paisaje.

La noción de paisaje es muy amplia, pues se trata de un vocablo polisé-


mico, lo que da lugar a que existan también diferentes enfoques desde los
que se aborda esta materia, como la geografía, la estética, la ordenación
territorial, la conservación de la naturaleza o el patrimonio cultural.

Pero precisamente cada uno de esos variados puntos de vista, y otros más,
están siendo abordados específicamente en cuanto a su relación con las
defensas costeras, así que esta ponencia pretende ofrecer una visión si se
quiere prosaica, pero en todo caso necesaria, del paisaje, en tanto que ma-
teria legal y administrativa que ha dado lugar a una serie de normas legales
e instrumentos específicos de ordenación.

El Convenio Europeo del Paisaje

El Convenio Europeo del Paisaje (CEP) nace en el seno del Consejo de


Europa, siendo subscrito por las naciones participantes en Florencia, en
octubre del año 2000. Su entrada en vigor en España se produce el 1 de
marzo de 2008.

El nacimiento del CEP guarda relación con las preocupaciones en materia


de desarrollo sostenible, y por tanto la relación entre bienestar social, eco-
nomía y medio ambiente. En ese marco, el carácter transversal del paisaje
lo convierte en un recurso natural y cultural que también es capaz de con-
tribuir a la actividad económica, siendo además un factor muy importante
de la calidad de vida y la identidad territorial.

El CEP define el paisaje como:

cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo


carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores
naturales y/o humanos.

Por tanto, el CEP conceptúa el paisaje en un sentido muy amplio. No se


limita a espacios de singular valor, sino que se refiere a cualquier parte del
territorio, sea cual sea su carácter, su estado de conservación y su aprecio
por parte de la sociedad. Abarca, pues, paisajes naturales, rurales y urbanos,
paisajes excepcionales y cotidianos, paisajes bien conservados y degradados.
213
De esa condición holística nacen las tres líneas de intervención que define
el CEP:
• Protección del paisaje: acciones encaminadas a conservar y
mantener los aspectos y valores significativos o característicos de un
paisaje.
• Gestión del paisaje: acciones mediante las que se garantiza un
mantenimiento regular del paisaje, como consecuencia de las
transformaciones que se derivan de las actividades humanas y
naturales.
• Ordenación del paisaje: intervenciones orientadas a mejorar,
restaurar o incluso crear paisajes.

Uno de los objetivos principales del CEP es el reconocimiento jurídico del


paisaje, y junto con ello su integración en todo tipo de políticas públicas,
tanto las relativas a la planificación territorial y urbanística, como las cul-
turales, medioambientales, agrícolas, sociales y económicas.

La Ley de Protección del Paisaje de Galicia y su reglamento de


desarrollo

Galicia fue una de las primeras Comunidades Autónomas de España en


poner en práctica los compromisos adquiridos en el CEP, pues en julio de
2008 entró en vigor la Ley 7/2008, de protección del paisaje de Galicia. En
el año 2020 se aprobó el Reglamento que la desarrolla (Decreto 96/2020,
de 29 de mayo).

La Ley 7/2008 plasma el primer objetivo del CEP, al darle un reconoci-


miento jurídico al paisaje, en la medida en que se recoge una definición
convencional (la del propio convenio), se definen unas líneas maestras para
el desarrollo de una política en materia de paisaje y se crean unos instru-
mentos específicos para llevarla a cabo.

La ley remarca que su ámbito de aplicación es todo el territorio de Galicia


y que los objetivos que se persiguen son la protección, gestión y ordena-
ción del paisaje en el marco del desarrollo sostenible, así como su integra-
ción en cualquier política sectorial que pueda tener incidencia en el paisaje.

Por lo que se refiere al ámbito de aplicación de la Ley 7/2008, es necesario


subrayar que en su artículo 4 señala explícitamente que se aplicará tam-
bién a las zonas terrestres, marítimo-terrestres y las aguas interiores (entre
las cuales se encuentran las rías).
214
La Ley de protección del paisaje de Galicia crea los siguientes instrumentos
para llevar a cabo las políticas de protección, gestión y ordenación del paisaje:
• Los Catálogos de paisaje son instrumentos de análisis y diagnóstico
del paisaje, mediante:
∙ La identificación de tipos de paisaje.
∙ El inventario de valores paisajísticos.
∙ El análisis de las causas y las dinámicas que determinaron la
existencia de los tipos de paisaje.
∙ El diagnóstico del estado actual del paisaje.
∙ La delimitación de unidades de paisaje.
∙ La delimitación de áreas de especial interés paisajístico.
• Las Directrices de paisaje son un complemento necesario de los
catálogos, cuya función es:
∙ La definición de los objetivos de calidad paisajística, mediante un
proceso de participación pública.
∙ Una propuesta de medidas y acciones destinadas a alcanzar los
objetivos de calidad paisajística.
∙ Diseñar unos indicadores de calidad paisajística para el
seguimiento del estado del paisaje.
∙ Establecer un conjunto de normas y recomendaciones para
integrar la consideración del paisaje en las políticas territoriales,
ambientales o sectoriales.
• Los Estudios de impacto e integración paisajística se configuran
como un documento específico de análisis, para ser incluidos en
los estudios de impacto ambiental de los proyectos que se deben
someter a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental
ordinaria.
• Finalmente, los Planes de acción de paisaje son herramientas de
ordenación e intervención en zonas específicas, tales como los
espacios naturales, las áreas de especial interés paisajístico u otras
en las que resulte preciso acometer un diagnóstico paisajístico
detallado y prever actuaciones de protección o mejora.
• Además de las cuatro herramientas señaladas, la Ley 7/2008
también prevé otros mecanismos de concertación y colaboración
para desarrollar actuaciones de protección o mejora del paisaje,
como los Pactos por el paisaje y los Acuerdos en materia de paisaje.

La organización administrativa de las competencias en materia


de paisaje

Una de las consecuencias del reconocimiento jurídico particularizado del


paisaje es la organización administrativa de las funciones necesarias para
la aplicación y desarrollo de la normativa paisajística.
215
Desde 2009 existe en la Xunta de Galicia un departamento competente
específicamente en materia de paisaje; en la actualidad, desde su creación
en 2012, esa competencia recae en el Instituto de Estudios del Territorio
(IET), adscrito a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda.

Al IET le corresponde desarrollar las previsiones de la Ley 7/2008 y su


Reglamento, y en este sentido sus principales funciones son las siguientes:
• La elaboración y tramitación de los Catálogos de paisaje,
Directrices de paisaje y Planes de acción del paisaje.
• La emisión de informes en materia de paisaje en los procedimientos
de evaluación ambiental de proyectos, planes y programas, así
como en los supuestos previstos por la legislación urbanística y los
instrumentos de ordenación del territorio.
• El desarrollo de las políticas de divulgación, formación y
sensibilización en materia de paisaje. En esta línea cabe destacar la
publicación, bajo la denominación de Colección Paisaje Gallego,
de guías y manuales de buenas prácticas y recomendaciones para la
integración paisajística de diversas actividades y proyectos.

Hay que destacar que en el año 2018 se aprobó la constitución del Consejo
Asesor del Paisaje de Galicia, un órgano colegiado de carácter técnico y de
asesoramiento en materia de paisaje.

Una cuestión importante a la hora de analizar las competencias en materia


de paisaje es que, debido al carácter transversal del concepto, también es
objeto de regulación en otros órdenes administrativos. Así cabe destacar
que en la legislación sobre patrimonio natural, uno de los tipos de espacios
naturales son los Paisajes protegidos, y que la legislación gallega sobre pa-
trimonio cultural también regula la figura de los Paisajes culturales como
una de las categorías de bienes de interés cultural o catalogados.

Las políticas de la Xunta de Galicia en materia de paisaje

Las políticas que ha desarrollado y está desarrollando la Xunta de Galicia


en materia de paisaje comenzaron, evidentemente, con la aprobación de la
Ley 7/2008, de protección del paisaje de Galicia, y, como dijimos, desde
2009 existen órganos administrativos específicamente dedicados a desa-
rrollar las competencias en esta materia.

El proceso por el que se produce la implementación de nuevas políticas, en


este caso en materia de paisaje, es un recorrido progresivo, definido por sus
propios hitos, y no siempre es el resultado de un plan previamente definido
de manera rígida.
216
En el caso de Galicia, en ese proceso de introducción de la consideración
del paisaje en las diversas áreas de gobierno, deben destacarse varios mo-
mentos, como son la aprobación del Plan de ordenación del litoral y las
Directrices de ordenación del territorio en 2011, la aprobación del Catálo-
go de los paisajes de Galicia en 2016 y la aprobación de las Directrices de
paisaje de Galicia en 2020.

El Plan de Ordenación del Litoral de Galicia

El Plan de ordenación del litoral de Galicia había sido previsto por la ley
urbanística gallega del año 2002, con el objeto de acometer una ordenación
específica y particularizada de este ámbito territorial. Aunque el inicio de su
redacción se remonta al año 2004, no sería hasta 2008 que se aceleraron los
trabajos, en buena medida como consecuencia de la ley de medidas urgentes
en materia de ordenación del territorio y del litoral de mayo de 2007.

El Plan de ordenación del litoral (POL) fue redactado con una profunda
influencia de los principios de la Ley 7/2008, de protección del paisaje
de Galicia. De hecho, además de las funciones que le son propias al plan
como instrumento (supramunicipal) de ordenación del territorio, su con-
tenido avanza los aspectos que nutrirían unos catálogos y directrices de
paisaje de la zona costera.

La consideración del paisaje está presente en el POL desde el primer mo-


mento, puesto que su propio ámbito territorial fue determinado a través o
como consecuencia de la delimitación de unidades de paisaje. El proceso se
inicia con la delimitación de unidades (litorales y prelitorales), para luego
acotar cuales de ellas guardan una relación directa con el espacio litoral
por razones de paisaje, de tal manera que es el conjunto de estas últimas
(428 unidades de paisaje) lo que define el ámbito del POL. Así mismo, es
la caracterización de las unidades de paisaje lo que podemos considerar
como la base informativa para la ordenación.

Hay que puntualizar que la noción de paisaje que dirigió los trabajos de
elaboración del POL es amplia, como señala el propio plan:

La concepción del paisaje empleada en este Plan de ordenación del


litoral asume la dimensión objetiva y subjetiva del paisaje, su plura-
lidad de sentidos y escalas.

Así entendido, el paisaje está presente prácticamente en todo el documen-


to del POL, y también por supuesto en su modelo de ordenación y en sus
disposiciones normativas.
217
En cuanto a lo primero, el modelo de ordenación del POL se basa en
la delimitación de una serie de áreas continuas (protección intermareal,
protección costera, mejora ambiental y paisajística, y ordenación) y dis-
continuas (corredores, espacios de interés paisajístico, geomorfológico y
de taxones, y espacios naturales).

Por lo que atañe a la normativa del POL, aquí también se aprecia una
preocupación constante por la variable paisajística, que, entendida en el
sentido holístico antes comentado, sirve de hilo conductor de buena parte
de las determinaciones, algunas de las cuales están directamente orienta-
das a cuestiones como la integración paisajística de planes y proyectos,
o el contenido que deben tener los estudios de impacto e integración
paisajística.

Podemos destacar dos aspectos de la normativa del POL con una inciden-
cia directa sobre la planificación y uso del suelo. Por un lado, un régimen
detallado de usos/construcciones en suelo rústico, que actúa de forma
complementaria al que establece la legislación urbanística; en virtud de
este régimen, los usos/construcciones quedan cualificados en tres tipos:
permitidos, compatibles e incompatibles. Por otro lado, el POL establece
una cualificación de todos los ámbitos de desarrollo urbanístico (suelos
urbanizables y urbanos no consolidados), mediante unos grados de com-
patibilidad; el grado más severo (incompatible) determina la inviabilidad
del desarrollo urbanístico del sector afectado.

Los planos de ordenación del POL están plasmados en varias series de


hojas tamaño DIN A3, a escala 1/20.000. Vamos a centrarnos, a modo de
ejemplo, en la Ría de Ferrol, y más concretamente en su bocana y los cas-
tillos de San Felipe y La Palma; esta zona está recogida en la hoja AI-12.

En la serie de planos de Modelo territorial podemos observar la delimi-


tación de las áreas continuas y discontinuas, sobre una base cartográfica
que muestra además de la hidrografía, los elementos o lugares de interés
(particularmente los bienes de interés cultural), los asentamientos de po-
blación y las redes de comunicaciones. Los entornos de los castillos de
San Felipe y La Palma están situados en las áreas continuas de protección
costera y mejora ambiental y paisajística, respectivamente, y en ambos
casos se encuentran reconocidos como espacios de interés paisajístico
(fig. 1).

La serie de planos de Usos y elementos para la valoración contiene una


importante base cartográfica informativa, en la que se recogen todo tipo
de elementos de interés o de referencia para la aplicación de sus determi-
naciones normativas. Entre otros, podemos destacar los puntos de obser-
Fig. 1. Hoja AI-12 del plano Modelo territorial del POL

Fig. 2. Hoja AI-12 del plano de Usos y elementos para la valoración del POL
219
vación, que el POL identifica como miradores que permiten tanto disfru-
tar de las vistas y bellezas panorámicas, como comprender el carácter de
las unidades de paisaje (fig. 2).

Un apartado importante del POL lo constituye el conjunto de fichas indi-


viduales para cada una de las unidades de paisaje que forman su ámbito
territorial. En estas fichas se describen los diferentes aspectos naturales y
antrópicos que caracterizan a cada unidad de paisaje y se realiza una valo-
ración paisajística de las mismas. Así mismo, se identifican los denomina-
dos Ámbitos de recualificación, entendidos como asentamientos aislados
que no se ajustan al modelo de ordenación del POL y que por ello precisan
de medidas especiales de ordenación.

El catálogo de los paisajes de Galicia

En el año 2011, tras la aprobación del POL, se inició el desarrollo de


los instrumentos previstos en la Ley 7/2008, de protección del paisaje de
Galicia. Para ello se aprobó una Estrategia del paisaje de Galicia, que,
entre otros contenidos, recogía un mapa en que se delimitan las 12 Gran-
des áreas paisajísticas y las 50 Comarcas paisajísticas; así mismo, aquella
primera estrategia de paisaje preveía la redacción de catálogos de paisaje
para cada una de las 50 comarcas paisajísticas. Uno de ellos, el catálogo
de la comarca de Deza, que había sido iniciado previamente a modo de
experiencia piloto, fue aprobado en agosto de 2012.

En la revisión de la Estrategia del paisaje para 2014-2016 se adoptó una


nueva metodología, consistente en la elaboración de un catálogo conjunto
(único) para todas las comarcas paisajísticas (fig. 3).

Los trabajos para la elaboración del Catálogo se iniciaron con un proce-


so de participación pública, mediante una serie de talleres presenciales en
cada una de las grandes áreas paisajísticas y a través de aplicaciones web
específicas. La metodología empleada en la redacción de los trabajos fue
diferente a la empleada en el POL, debido fundamentalmente a la mayor
dimensión y complejidad del ámbito territorial.

Para la identificación de tipos de paisaje y la delimitación de unidades de


paisaje se recurrió a herramientas semiautomáticas de análisis geográfico
asistido por ordenador (SIG), en las que se emplearon los mapas de relie-
ve, cobertura del suelo y climatología. El resultado fue la identificación de
258 tipos de paisaje y 28.350 unidades de paisaje. Hay que resaltar que el
ámbito litoral no fue objeto de este proceso, pues el Catálogo asume las
unidades de paisaje del POL.
220

Fig. 3. Mapa de las Grandes áreas y Comarcas paisajísticas de Galicia


221
El Catálogo de los paisajes analiza y describe además los valores paisajís-
ticos de cada gran área paisajística, distinguiendo cuatro tipos de valores:
naturales/ecológicos, culturales/patrimoniales, estéticos/panorámicos y
productivos/de uso.

En relación con los valores estéticos y panorámicos, se identifican un total de


472 miradores, para cada uno de los cuales se elabora una ficha particular en
la que se plasman las características y la cuenca visual del mirador (fig. 4 y 5).

Fig. 4.
Ficha del mirador del
Castillo de A Palma.
Catálogo de Paisajes de
Galicia

Fig. 5.
Cuenca visual del
mirador del Castillo de
A Palma

En atención a los valores diagnosticados, el Catálogo delimita 211 Áreas


de especial interés paisajístico (AEIP), en cuya identificación tuvieron mu-
cha influencia las aportaciones del proceso de participación pública, así
como la presencia de espacios y bienes sujetos a protección legal. Además,
se reconocen también como AEIP los 92 espacios de interés paisajístico
delimitados por el POL.
222
El Catálogo de los paisajes también identifica los tipos de casos que supo-
nen un problema o degradación paisajística, si bien no delimita las zonas
concretas donde se encuentran. Se trata de cinco grupos, bajo la denomina-
ción de Ámbitos de especial atención paisajística: infraestructuras (carre-
teras, parques eólicos, líneas eléctricas, etc.), asentamientos de población
(zonas urbanas degradadas, construcciones en el medio rural, urbaniza-
ción difusa), actividades sectoriales (plantaciones de eucalipto, canteras,
etc.), construcciones abandonadas y otros impactos (fundamentalmente
de tipo ecológico).

Las Directrices de paisaje de Galicia

La elaboración de las Directrices de paisaje comenzó una vez aprobado el


Catálogo de los paisajes, en el verano de 2016. De acuerdo con el manda-
to de la Ley 7/2008, de protección del paisaje de Galicia, el primer paso
fue un proceso de participación pública, con el que se pretendía recoger
la opinión de la ciudadanía sobre los objetivos de calidad paisajística y
las medidas y acciones que deberían adoptarse; además de otros talleres y
aplicaciones web, se desarrollaron talleres participativos en las 50 comar-
cas paisajísticas.

Las Directrices de paisaje están integradas por una memoria y cuatro apar-
tados, recogidos como anexos al decreto de aprobación: objetivos de cali-
dad paisajística, medidas y acciones, indicadores de calidad paisajística, y
normas y recomendaciones.

Los objetivos de calidad paisajística deben entenderse como la expresión


de las aspiraciones o metas relativas a la evolución de los paisajes de Gali-
cia. Están estructurados en seis bloques:
• De carácter general.
• Para las áreas de especial interés paisajístico.
• Para los ámbitos de especial atención paisajística.
• Para actuaciones y elementos caracterizadores del paisaje.
• Para los tipos de paisaje más frecuentes en cada una de las 12
grandes áreas paisajísticas.
• Para las restantes unidades de paisaje.

Las medidas y acciones se centran en los ámbitos de especial atención


paisajística. Se trata de un conjunto de actuaciones de diverso carácter y
alcance, previstas para su desarrollo por parte de diferentes departamentos
de la Xunta de Galicia, relativas a:
• Paisajes urbanos degradados.
• Líneas eléctricas de alta tensión y parques eólicos.
223
• Explotaciones mineras, canteras y extracción de áridos o tierras.
• Áreas degradadas por otros impactos ambientales y paisajísticos.
• Actividades industriales o empresariales mal integradas en el
paisaje.
• Zonas abandonadas.
• Repoblaciones forestales con especies alóctonas.

Los indicadores de calidad paisajística propuestos por las Directrices de


paisaje pretenden incardinarse en los procedimientos y períodos de cálculo
adoptados en el Plan de seguimiento de las Directrices de ordenación del
territorio y de la sostenibilidad ambiental, que está llevando a cabo el Insti-
tuto de Estudios del Territorio. Dentro de la complejidad que supone dise-
ñar indicadores para un aspecto del medio ambiente como es el paisaje, el
anexo al decreto recoge la descripción de cada indicador, la interpretación
y las fuentes de datos, mientras que la memoria de las Directrices recoge
fórmulas específicas para varios de los indicadores.

Las normas y recomendaciones merecen un análisis más pormenorizado,


en tanto que se trata del contenido normativo y de mayor alcance de las
Directrices de paisaje.

En cuanto a su carácter, deben enmarcarse en el conjunto de disposiciones


vigentes en materia de ordenación territorial y medio ambiente, a las que
viene a complementar, sin alterarlas ni contradecirlas. Comparten con ellas
los principios de protección ambiental, utilización racional de los recursos
naturales y desarrollo sostenible, pero añadiéndoles un componente esen-
cial en el concepto de paisaje, como es el de la percepción por parte de las
personas.

Por otro lado, estas normas y recomendaciones se engranan con las demás
disposiciones normativas que regulan de forma específica las actividades o
sectores a los que se refieren (infraestructuras, energía, agricultura, montes,
minas, patrimonio natural, patrimonio cultural, etc.), con el objetivo de
introducir en ellas la consideración del paisaje.

Por lo que se refiere a su alcance, estas disposiciones de las Directrices tie-


nen una doble condición:
• Las normas tienen carácter obligatorio para los instrumentos de
planificación sectorial y urbanística y para las estrategias regionales
y locales, si bien pueden estar redactadas con diferentes grados de
imperatividad.
• Las recomendaciones están redactadas en términos orientativos,
pues sugieren limitaciones o condiciones que pueden ser logradas de
diversas maneras.
224
Las normas y recomendaciones de las Directrices de paisaje se presentan
en cuatro bloques:
• Disposiciones de carácter general.
• Directrices generales, organizadas a su vez en estos cuatro apartados:
∙ Para el planeamiento urbanístico.
∙ Para los instrumentos de ordenación o gestión del territorio
(ordenación territorial, concentración parcelaria, espacios
naturales, montes, actividades mineras, sector eólico).
∙ Para construcciones en suelo rústico.
∙ Para actuaciones y elementos del paisaje (parques empresariales,
infraestructuras energéticas, parques eólicos, infraestructuras
y vías de comunicación, cerramientos de fincas, patrimonio
cultural material, patrimonio cultural inmaterial, Caminos de
Santiago y otras sendas históricas, miradores).
• Directrices específicas para:
∙ Las grandes áreas paisajísticas y los tipos de paisaje.
∙ Las áreas de especial interés paisajístico.
∙ Los ámbitos de especial atención paisajística.

Por la materia a la que se refieren (el paisaje, un concepto transversal y


aún relativamente abstracto), así como por el hecho de constituir la pri-
mera normativa sobre ella en Galicia, estas normas y recomendaciones
presentan una redacción menos taxativa de lo que es habitual en las nor-
mas jurídicas. Sin perjuicio de otros factores coyunturales, este hecho debe
interpretarse en el sentido de que el objetivo central de la Ley 7/2008, de
protección del paisaje de Galicia, y por tanto de las Directrices de paisaje,
es integrar la consideración del paisaje en las diferentes políticas territo-
riales, urbanísticas, ambientales y sectoriales, partiendo del respeto por los
contenidos de toda la legislación vigente en dichas materias.

Este criterio no sería diferente al que rige cualquier otra norma legal, salvo
por el hecho de que, como materia y objeto de regulación, existe una su-
perposición muy superior entre el paisaje y otras competencias o activida-
des territoriales que entre cualesquiera de estas últimas entre sí.

Efectivamente, regular mediante normas jurídicas el paisaje no es tarea


sencilla, en la medida en que se trata de un concepto asociado de forma
directa con la percepción, y a través de ella con nociones como la armonía
y la belleza; y no digamos la componente intangible del paisaje, ligada a la
memoria y la identidad.

Por tanto, la elaboración de las normas y recomendaciones de las Direc-


trices de paisaje de Galicia ha seguido una línea pragmática, atendiendo
fundamentalmente a la componente tangible, perceptible, y asumiendo
225
que la mayor parte de las cuestiones susceptibles de ser reguladas también
pueden ser, y son, objeto de regulación en otros cuerpos normativos.

Así pues, estas determinaciones vienen a establecer requisitos adicionales,


eminentemente cualitativos, para la elaboración de planes, programas y
proyectos, así como para la gestión administrativa derivada de aquéllos.
En este punto procede recordar que la consideración de aspectos estéticos
o de coherencia formal y compositiva no es precisamente habitual en la
legislación, más centrada, normalmente, en cuestiones prosaicas.

En este sentido podemos señalar o destacar algunas de las normas y reco-


mendaciones de las Directrices de paisaje, más directamente relacionadas
con el tema de fondo de este simposio, como es el paisaje litoral.

Directrices para el planeamiento urbanístico


Los planes urbanísticos municipales (incluyendo desde los planes gene-
rales a los planes de desarrollo) son las herramientas fundamentales de
ordenación territorial a escala de detalle, por lo que son una pieza clave
para la protección, gestión y ordenación del paisaje, en la medida en que
les corresponde definir y regular buena parte de las intervenciones que se
pueden llevar a la práctica sobre el territorio.

Por este motivo, el planeamiento urbanístico ocupa un papel destacado en


las normas y recomendaciones de las Directrices de paisaje, entre las que
cabe citar las siguientes:
• Se señalan tres líneas básicas de atención para todo tipo de planes:
∙ La consideración de los paisajes cotidianos (con independencia
de la clase de suelo o la localización). En este sentido, la
ordenación debe ser congruente con el carácter diferencial de
cada tipo de paisaje.
∙ La protección de las áreas o elementos de mayor valor
paisajístico, incluidos los hitos y vistas panorámicas.
∙ La previsión de medidas para revertir impactos paisajísticos
existentes.
• Los planes, en atención a su función y alcance, deben realizar un
estudio del paisaje y en particular, en su caso, un estudio del paisaje
urbano.
• Se apuesta por modelos urbanos compactos, en los que se evite
la discontinuidad, el fraccionamiento de espacios, o la imagen
inconclusa de la urbanización y la edificación. Por ello, las
directrices promueven la rehabilitación y renovación urbana antes
que la nueva urbanización.
• Así mismo, se promueve la contención en la ocupación del suelo,
limitando las nuevas urbanizaciones a aquéllas realmente necesarias.
226
• Se establecen criterios y condiciones para que las nuevas
urbanizaciones se integren en el paisaje, respetando el carácter
propio del lugar en cuanto a su situación, topografía, preexistencias
naturales o humanas, o relaciones visuales con el entorno.
• Los planes deben prestar una atención especial a la imagen exterior
de los núcleos urbanos, en particular las fachadas conjuntas
abiertas al litoral o visibles desde zonas exteriores. Se destacan
los tramos de fachada urbana todavía no edificados (para su
preservación), así como aquellos otros que están formados por
fachadas traseras (para su adecuado remate).
• Se establecen criterios de armonización de tipologías, alturas y
fondos edificables para las nuevas construcciones en relación con
las existentes.
• La ordenación debe evitar y procurar la ocultación de paredes
medianeras vistas.
• Tanto el planeamiento general como los planes especiales
portuarios deben perseguir la mejora de la imagen de los puertos y
su integración en la trama urbana.
• Los planes deben facilitar el recorrido continuo con apertura visual
a lo largo de las fachadas marítimas.
• En suelo rústico, los planes deben establecer condiciones específicas
de integración paisajística, complementarias a las de la legislación
urbanística.
• Se fijan condiciones para que las delimitaciones y la ordenación de
los núcleos rurales respondan al carácter propio del paisaje agrario
en el que se encuentran.

Sector eólico
El sector eólico está viviendo una nueva etapa de fuerte desarrollo, y da-
das las especiales características de los parques eólicos, son susceptibles de
generar un efecto paisajístico notable, particularmente en áreas que ateso-
ran importantes valores panorámicos, como sucede con el litoral, y muy
especialmente las rías, dada su condición de valles hundidos en el mar, con
laderas que se miran mutuamente.

Por esta razón, las Directrices de paisaje prestan una atención especial a
este sector, pudiendo destacarse las siguientes determinaciones:
• Se fijan unos criterios para la consideración del paisaje en una
futura revisión del Plan sectorial eólico de Galicia, basados
fundamentalmente en el mayor respeto por las áreas de especial
interés paisajístico (incluidos los espacios de interés paisajístico
del litoral), las zonas más visibles y los miradores (muy
abundantes en la costa).
227
• Las infraestructuras de los parques deben aprovechar al máximo
posible los caminos ya existentes, para minimizar las alteraciones
topográficas. Una vez construido un parque, deben restaurarse
todos los terrenos, pudiendo mantenerse solo los caminos
necesarios para el funcionamiento del mismo.
• Las restauraciones vegetales deben realizarse con especies propias
del lugar, de modo que no se altere significativamente el carácter del
paisaje del lugar.
• Se promueve que las líneas eléctricas de evacuación se proyecten
conjuntamente con el parque eólico. Si aquéllas tuviesen que
atravesar una área de especial interés paisajístico, sería prioritario
su trazado subterráneo.

Construcciones en suelo rústico


Además de las determinaciones para el planeamiento urbanístico, las Di-
rectrices de paisaje también establecen condicionados directos para las
construcciones en suelo rústico. Esta determinación guarda relación con
la importante incidencia que tienen o pueden tener las edificaciones, ins-
talaciones o incluso cierres de fincas, muy particularmente en los paisajes
agrarios, así como en zonas naturales.

En muchas ocasiones se trata de pequeñas intervenciones (en especial los


cierres), cuyo efecto puntual puede considerarse no relevante, pero sí su
acumulación, generadora de lo que puede denominarse un impacto paisa-
jístico difuso.

Entre las cautelas recogidas en las normas y recomendaciones podemos


subrayar las siguientes:
• En cuanto a la localización, deben evitarse los lugares más
expuestos visualmente, como los puntos altos o líneas de cornisa.
• La forma y disposición de las construcciones debe ajustarse a la
topografía del terreno, respetando lo más posible el perfil natural
para reducir los movimientos de tierras.
• Debe minimizarse la eliminación de elementos naturales o
construidos de interés, como formas rocosas, arbolado autóctono,
muros tradicionales, etc.
• Las características de las construcciones (tipología, volumen,
altura, forma) deben responder a las funciones que justifican
su implantación en suelo rústico y deben ser respetuosas con el
carácter peculiar de cada paisaje.
• Para los acabados exteriores deben emplearse materiales y técnicas
constructivas acordes con el lugar y los patrones de la arquitectura
tradicional. No obstante, para construcciones destinadas a
usos diferentes de los propios del mundo agrario, no se exige
228
un mimetismo con la arquitectura tradicional, sino soluciones
contemporáneas, que por un lado respondan a las necesidades
funcionales actuales, y por otro se integren en armonía con el
entorno paisajístico.
• El cerramiento de fincas debe ser consecuente con el uso dado al
terreno, y por ello debe responder a una determinada necesidad,
como la guarda de animales, la protección de cultivos, el nivelado
de terrenos, o la simple señalización de la propiedad. Cada uso y
necesidad justifican un determinado tipo de solución de cierre.
• Como criterio general se evitan los cierres opacos de muro,
optándose por vallados diáfanos de postes y alambre, postes y
malla metálica, o setos vegetales.
• El diseño debe ajustarse a los tipos de cierres dominantes o
característicos del lugar, en cuanto a tipología y materiales.
• Deben tenerse en cuenta las características del entorno, de tal modo
que se mantenga el carácter propio de cada paisaje.
• Deben conservarse, siempre que sea posible, los muros de piedra
en seco, los setos y alineaciones de árboles y otros sistemas
tradicionales de delimitación de fincas.

Patrimonio cultural material


Es particularmente destacable la superposición material entre paisaje y pa-
trimonio cultural, a pesar de lo cual, y siempre desde el enfoque de respetar
los marcos competenciales de cada tipo de legislación, las Directrices de
paisaje contienen una serie de criterios, entre los que pueden destacarse los
siguientes:
• Tanto en zonas urbanas como rurales, se recomienda la creación
de espacios libres públicos en el entorno de los elementos con valor
cultural, diseñados de forma respetuosa con los valores de dichos
elementos.
• También se potencia la reutilización de edificaciones de valor
cultural que se encuentren sin uso o en estado de abandono.
• Las intervenciones sobre los bienes de interés cultural deben respetar
e integrarse adecuadamente con el carácter del paisaje del entorno.
• Se destaca la importancia de proteger las vistas desde y hacia
elementos del patrimonio cultural.

Miradores
Los miradores han constituido tradicionalmente uno de los paradigmas
de la valoración del paisaje. Aunque la noción paisajística contemporánea
supera la esfera de la mera preservación de las vistas panorámicas más
destacadas, no por ello dejan de ser necesarias medidas para mantener
y potenciar esos valores. En este sentido, las normas y recomendaciones
contienen una serie de cautelas, como las siguientes:
229
• Deben protegerse las vistas panorámicas desde los miradores
recogidos en el Catálogo de los paisajes, mediante las oportunas
limitaciones para que las construcciones o incluso los usos
agroforestales no reduzcan de forma significativa las cuencas
panorámicas.
• Debe cuidarse el entorno de los miradores, evitando alteraciones
topográficas, o elementos que alteren la percepción del paisaje.
• Las Directrices prevén una guía para la integración paisajística de
miradores, editada por la Xunta de Galicia en 2021.

Unidades de paisaje del litoral


Aunque como ya se indicó, las Directrices de paisaje asumen las unidades
de paisaje delimitadas por el POL, así como las normas que éste establece
al respecto, las normas y recomendaciones incluyen una serie de referen-
cias que cabe reseñar:
• Para las intervenciones en las playas y su entorno se resalta la
necesidad de respetar los valores naturales y paisajísticos de estas
áreas, se indica expresamente que las instalaciones a implantar
serán las mínimas e imprescindibles.
• Respecto a las instalaciones para el servicio de las playas, a las
normas propias de la legislación en materia de costas se añaden
las cautelas de aprovechar accesos ya existentes, minimizar la
alteración topográfica, empleo de materiales ligeros (madera),
integración con los elementos preexistentes de interés, y limitación
de rótulos de colores o acabados estridentes.
• Se promueve la recuperación de prácticas y oficios tradicionales, así
como de las construcciones asociadas a los mismos.
• Se recomienda la integración paisajística de los paseos marítimos,
reduciendo los tramos artificiales y favoreciendo su naturalización.
• Se establecen un conjunto de criterios para la implantación y
diseño de establecimientos de acuicultura, tanto en la zona terrestre
(plantas) como en la zona marina (bateas y equivalentes).

Las defensas costeras y el paisaje

Después de lo que acabamos de ver sobre el tratamiento legal del paisaje


en Galicia, es procedente realizar algunas consideraciones finales, centra-
das ya en las instalaciones de defensa costera y su relación con el paisaje.

La componente visual es determinante para el entendimiento del paisaje, y en


particular las vistas panorámicas constituyen uno de los principales atracti-
vos o valores de referencia. Pues bien, existe una evidente conexión entre las
instalaciones militares de defensa de la costa y las vistas panorámicas.
230
Los orígenes de las defensas costeras en Galicia pueden asociarse con los
fachos, señales luminosas mediante fuego que se realizaban desde lugares
elevados, situados en posiciones estratégicas, que darían lugar a que esos
propios lugares acabasen siendo identificados con ese término, muy común
por otro lado en la toponimia gallega.

La función comunicadora, señalizadora, funcionaba gracias a la existencia


de una línea de visibilidad entre el facho y el lugar al cual se deseaba hacer
llegar la señal de aviso. Por este motivo, teniendo en cuenta la topografía
de los terrenos, y por consiguiente la existencia de obstáculos, sumado a
las distancias, dio lugar a lo que podemos denominar una red de fachos,
que conformarían una trama de líneas visuales, aquéllas que unen los fa-
chos entre sí y con los centros de destino de las señales, normalmente nú-
cleos de población o campamentos militares.

Muchos de esos lugares estratégicos del frente costero alojarían con el paso
del tiempo los faros de señalización y seguridad para el tráfico marítimo,
y también resultarían determinantes para la definición de las instalaciones
de defensa militar de la costa.

Sin perjuicio de otras instalaciones de naturaleza y función complementa-


ria, como los polvorines o los cuarteles, son las baterías las construcciones
que mejor caracterizan la idea de defensa costera. Su función primordial es
alojar piezas de artillería, encargadas de repeler agresiones enemigas, para
lo cual es precisa, lógicamente, una especial visibilidad hacia los puntos
desde los cuales cabría esperar que se produjese la invasión por mar. La
cuenca visual del mirador del Castillo de La Palma que antes veíamos es
una buena muestra de lo que estamos diciendo.

Por tanto, las condiciones básicas de diseño de las baterías de costa les
otorgan a éstas un valor paisajístico especial y sobresaliente, pues además
de presentar el interés propio de las construcciones históricas las convier-
ten en miradores privilegiados.

Las diferentes tipologías de instalaciones de defensa existentes en la Ría de Fe-


rrol y su entorno permiten diferenciar, también, diversos tipos de miradores:
• Las baterías más antiguas están situadas por debajo de la cota
25, por lo que tienen unas aperturas panorámicas más cortas, y
precisan de mayor número de puntos para dominar completamente
todas las perspectivas internas de la ría y su entrada.
• Las baterías modernas está localizadas fundamentalmente en las
cotas más elevadas de Cabo Prioriño y Punta Coitelada, así como en
puntos claramente exteriores a la boca de la ría, como en Cabo Prior,
ofreciendo perspectivas muy amplias de alcance netamente territorial.
231
Tanto por su carácter peculiar y por los valores panorámicos que atesoran,
como por la densidad de instalaciones y su relación directa con la historia
y la evolución de la ciudad y su entorno de influencia, las Defensas mili-
tares constituyen elementos clave para la caracterización del paisaje de la
Ría de Ferrol.
233
03 | El paisaje y el medioambiente del patrimonio militar costero

Por fuertes y fronteras.


Alegorías a la intemperie

Alberto Ruíz de Samaniego


Profesor de Estética. Universidad de Vigo y Escritor

«El palacio del trueno. Hay un agujero que sirve de atrio y lo que
arde allí es un fuego semejante al alma.»
Guillaume Apolinaire, Fogonazos (1912)

«Un monumento –apuntó Gilles Deleuze en ¿Qué es filosofía?– no conme-


mora, no honra algo que ocurrió, sino que susurra al oído del porvenir las
sensaciones persistentes que encarnan el acontecimiento». Es bajo esta pre-
misa como abordaremos la cuestión del búnker. Asunto que, resulta inútil
negarlo, produce cierto malestar, en la medida en que estamos ante un tipo
de construcción que nos remite a otros tiempos, se supone que superados:
eras de violencia y crueldad, si no de regímenes abiertamente antidemocrá-
ticos. En buena medida, la actuación precisamente de nuestra era ha sido
la de asumir una dinámica de progreso que ha ido haciendo desaparecer
estos vestigios patrimoniales. Tal dinámica no fue otra, en verdad, que
la de desmantelar, liquidar o sobrepasar toda la huella de las sociedades
pretéritas. Y ello por una razón que en su día comprendiera Víctor Hugo,
cuando protestaba contra la desaparición que el barón Hausmann estaba
realizando del viejo París: porque, en realidad, tememos y odiamos ese
pasado del que siempre acabamos de salir y del que nunca nos encon-
traremos suficientemente lejos ni a cubierto: «Nada menos popular entre
nosotros que estos sublimes edificios. Les guardamos rencor por todos los
crímenes de otros tiempos de los que ellos han sido testigos. Querríamos
234
borrar nuestra historia. Devastamos, pulverizamos, destruimos, demole-
mos por nacionalismo.» (Guerra a los demoledores).

Pero hay formas más sutiles de anular –o desviar– también esta memoria,
contra la que mis palabras quieren actuar. Consiste en vaciar de contenido
el acontecimiento y las sensaciones que en el monumento todavía podrían
susurrar al oído del porvenir, reduciendo toda su carga semántica y, por
decir así, fenomenológica y, desatendiendo antes que nada su razón de ser.
Al acentuar, por ejemplo, el énfasis morfológico (un poco como Picasso y
las vanguardias se interesaron por el arte de culturas, así llamadas, «pri-
mitivas», menospreciando por completo su función ritual o incluso sagra-
da) o, simplemente, ocultando su carga ideológica y empírica, en favor de
otros contextos, o perspectivas, con los que el monumento no guarda una
relación lógica ni natural. Como apunta Fernando R. de la Flor: «Ha podi-
do suceder que la bandera a todas horas agitada de la restauración se haya
convertido en hábil para transferir y depurar las cargas trágicas del objeto
espiritual hacia las nuevas rentabilidades estéticas.»1 Donde, es evidente,
lo que nos interesa destacar es el componente de lo que puedan ser esas
«cargas trágicas» a las que se hace referencia.

Pues estas edificaciones, ahora que han perdido su función militar inicial,
quizás han alcanzado –diríamos– una expresión de verdad más profunda,
que consistiría en ser las evidencias, precisamente, de las cargas trágicas
que la historia siempre determina, de la que ella misma está hecha, ine-
vitablemente. O, por decirlo con palabras ya excesivamente reiteradas de
Walter Benjamin: todo documento de cultura es también un documento
de barbarie; en donde podríamos darle la vuelta a la frase, en el preciso
caso que aquí nos convoca, y plantear si estos documentos de barbarie no
custodian, también, una forma de cultura. Forma de cultura sin duda mo-
derna que el vendaval de la historia parece estar desplazando, y que pre-
cisamente sopla con fuerza sobre ciertas figuras extremas como el búnker,
«convirtiéndolo –en palabras de nuevo de Fernando R. de la Flor– en una
de las primeras ruinas de la modernidad.»2

No obstante, si «la verdadera poesía interioriza la historia», como aseguró


Jean Starobinski, conviene comenzar por aquello que nos recuerda Geor-
ges Perec, en Especies de espacios: que, antes, «todo estaba fortificado». Y,

1 Fernando R. de la Flor, «Presencia de una ausencia: la dimensión aurática del monumento y la ciudad
histórica de la edad moderna», en Astrágalo: Cultura de la Arquitectura y la Ciudad, Nº. 10, 1998, págs.
81-94. Véase también, del mismo autor: «Imperio ctónico: gestión militar del espacio y lectura de sus
huellas modernas», en Acto: Revista de Pensamiento Artístico Contemporáneo, Nº. 1, 2002, págs. 95-
110. Y, por supuesto, su monografía sobre el blocao: Blocao. Arquitecturas en la era de la violencia,
Biblioteca Nueva, Madrid, 2000.
2 Fernando R. de la Flor, «Paisajes para después de una batalla», Revista de Occidente, Nº 320, 2008,
pág. 47.
235
asimismo, recordar que la idea de fortificación y la de ciudad son conco-
mitantes, en la medida en que la vida urbana crecía al cobijo de unas mu-
rallas defensivas. El propio Fernando R. de la Flor sostiene que debemos
considerar una fortificación como la metáfora más propia de una ciudad.
«También, acaso, como su símbolo más perfecto y preciso. Pues, antes de
que el progreso las desechase definitivamente como productos de una so-
ciedad incomunicativa y violenta, se produjo una identificación total entre
vida urbana y fortificación. Representando esta última la única posibilidad
de desarrollo y de ser de aquélla, los elementos defensivos lo eran de la ci-
vilización: la fortaleza, el bastión, la muralla preservaban la cultura frente
al orden salvaje y la barbarie, trazaban una divisoria infranqueable entre
los hombres y los animales; entre las ciudades y la naturaleza no domesti-
cada; entre el estado y sus enemigos, finalmente.»3

Pero, en tanto que fortificaciones extremas, terminales en todo el sentido


de la palabra, el búnker o el blocao constituyen quizás las más ejemplares
edificaciones de un tiempo cruel. Son el símbolo de un siglo corto que
arranca con la I Guerra Mundial y concluye con la reunificación de Ale-
mania y la descomposición de la URSS. Un siglo que comenzó, en manos
de los futuristas, cantando a la guerra como fenómeno depurador. Es más,
parafraseando una famosa definición de Le Corbusier, nunca mejor que
ante el blocao o el búnker se puede hablar de una máquina de habitar.
Máquina, desde luego, de habitar…acorazado. Con sus pasajes subterrá-
neos, tubos, conductos, arterias. El búnker ha de ser entendido como una
protección uterina frente a un exterior criminal, devastador.

Hay, por tanto y siempre algo atávico, rudimentario y telúrico: ctónico en


estas edificaciones. Se trata de verdaderas arquitecturas bárbaras conecta-
das, de una forma evidente, con las cavernas primitivas. En su ambigüedad
–diríamos que ontológica– el búnker concilia al tiempo, por ejemplo, su
voluntad de disimulo y mimetismo y su extrañeza constructiva. Autóctono
como si engendrado por el terreno mismo en que se asienta, solapado, y a
la vez radicalmente extranjero; puro interior protegido, blindado, volcado
ominosamente hacia el afuera: útero que se extiende siempre y ofensiva-
mente hacia el exterior. Pero al tiempo pura e híspida tierra, materia re-
tráctil y hosca tanto como engendro no identificado, fuera de la realidad,
objeto de una dimensión otra, exterior. Por tanto, lugar de arraigo sumo
y extremo exilio; templo y pirámide, cripta y nave estelar, artrópodo y su
concha, su exoesqueleto; pero esta ambigüedad es intrínseca a su naturale-
za bélica. Es propia de su estrategia o su dialéctica de guerra.

3 Fernando R. de la Flor y Antonio Fernández Moyano, «Los proyectos de fortificación de Ciudad Rodrigo
durante la secesión de Portugal (1640-1668)», en Salamanca: revista de estudios, Nº. 11-12, 1984, pág. 39.
236
«La arquitectura –escribe José Joaquín Parra Bañón– se piensa en el conflic-
to, en la tensión y en la contemplación de los límites.» 4 Nunca como en es-
tas construcciones se hace esta idea más evidente. El blocao, efectivamente,
deviene animal de frontera –tal como vio lúcidamente Dino Buzzatti en El
desierto de los tártaros– . En esta su condición liminar pertenece al ámbito
de mito y del rito, al de la ceremonia y lo sagrado. Su dominio es el de la
expiación y la muerte: dar muerte, recibir la muerte, como un dolmen, un
túmulo de corte neolítico, precisamente. Procedente como de otro tiempo
(pre o posthistórico), el carácter extemporáneo, anacrónico del búnker, su
condición demónica y nietzscheana, lo vuelve en cierto sentido un aconte-
cimiento contrafáctico, una excepción y un desgarro: un verdadero anate-
ma que condena el presente mismo; lo mancha con su sustancia cainita y
mortífera, su naturaleza condenada y blasfema. ¿Cómo extrañarnos de que
sus muros y cimientos condensen todo tipo de grafismos y figuras mágicas,
entidades malignas, exabruptos y amenazas, conjuros y groserías?

Pues el búnker o el bastión no solo está fuera de todo lugar social, es un


lugar de fuera: su reino –infernal dominio– no es de este mundo. Tal ex-
tranjería, esta extrañeza (lo que los italianos llaman con precisión hermosa
spaesamento: perder el país, perder las coordenadas de lo natal: estar fuera
de lugar) es lo que permite que su estructura pueda también servir como
ámbito para muy diversos propósitos de huida del mundo. Simbólicamen-
te, ocupa un lugar intermedio entre la rigidez artificial de la cámara con-
ventual y la caverna. Sitúa –como los san jerónimos de Patinir– al hombre
en el límite entre la civilización y la barbarie, habitando el borde exacto, el
margen entre la sociedad y la naturaleza abierta.

Se convierte, por ejemplo, en espacio de retiro. En este último aspecto, el


castillo, la fortaleza, extreman en el imaginario la significación protectora
de la casa, tal como, por ejemplo, Bachelard (Poética del espacio) nos ha
enseñado a ver. La fantasía del encierro, del enclaustramiento y del peligro
han cuajado en este específico imaginario donde se juntan, desde la ana-
tomía renacentista que vive, por ejemplo, de conceptualizar un cuerpo–
fortaleza que se resiste a las asechanzas de las fuerzas de la disgregación,
a la literatura espiritual que se alimenta, asimismo, de simbolizar el alma
como una fortaleza, como un castillo, como una morada, en términos es-
trictamente teresianos. Este se actualiza, entonces, como metáfora de una
severa retirada del mundo engañoso, constituyendo un valladar opuesto a
sus asechanzas. Que el ideal de renuncia ascética no está lejos de la vida
en la fortaleza, y que es eso precisamente lo que la vuelve enigmática y se-
vera a ojos del protagonista, también lo ha dramatizado El desierto de los

4 José Joaquín Parra Bañón, Bárbara arquitectura bárbara, virgen y mártir, Colegio Oficial de Arquitectos
de Cádiz, 2007, p. 20.
237
tártaros: «Todos allí dentro parecían haber olvidado que en alguna parte
del mundo existían flores, mujeres risueñas, casas alegres y hospitalarias.
Todo allí dentro era una renuncia, pero ¿a qué, por qué misterioso bien?»5

En la actualidad, ya muy lejos de estas acerbas tecnologías del yo, la mo-


rada aislada y fortificada ha podido convertirse en placentero espacio de
retiro, lugar de protección estival o festiva como sucede en el caso de Mi-
chel Angelo Antonioni o con el retiro en Capri de Curzio Malaparte. Y
es que, como ha notado algún investigador, la casa de Curzio Malaparte
no deja de remitir al búnker. Se trata de una edificacón opaca, pétrea, sin
grietas. Una casa prismática. Es una residencia telúrica enraizada en la
tierra, que emerge de la tierra. Parece un animal tendido sobre la roca, un
reptil sesteando, misteriosa y retráctil como una esfinge. La vivienda de
Antonioni, que lleva por nombre La Cupola, fue diseñada por el arquitec-
to Dante Bini, quien recibió el encargo de construir la casa de vacaciones
para el director y su mujer Monica Vitti en la Costa Paradiso de Cerdeña.
El nombre que le dio Bini al invento constructivo fue Binishell, enfatizando
de esta manera que son estructuras de capa delgada de hormigón armado
que se levantan y moldean mediante la presión del aire. En la actualidad,
este búnker se halla en estado de abandono; lo cual no deja de tener su
lógica, pues en el paraíso no existía ni la arquitectura ni el vestido siquiera.
Habida cuenta que el hombre no estaba todavía arrojado a la intemperie,
esto es: al tiempo y al curso –siempre trágico– de la historia.

Pero, en la estricta modernidad bélica, durante los frentes de las guerras


del siglo pasado, los búnkeres se transmutaron, a juicio de algunos teó-
ricos como Jünger o escritores como Julien Gracq o Buzzati, en el lugar
ideal para la elaboración de la vivencia interior. Experiencia que al pa-
recer se daba en aquellos ámbitos de protección extrema y, en definiti-
va, fatal; pues el destino último de una fortaleza –como ya había dicho
el gran Vauban– no es otro, en último término, que el de «ser tomada».
De manera que, a no dudarlo, estas edificaciones acaban configurándose
como centros para la construcción de una mentalidad apocalíptica, donde,
de nuevo en sentido jüngeriano, «la vida tomaba distancia de sí misma»,
y permitía de este modo asumir la carga sacrificial, como específica necesi-
dad de aquellos tiempos terminales6.

En definitiva, espacio límbico: placentario, antesala del infierno, cripta


prematura, a la espera del cadáver. Pues, a no dudarlo, el búnker delimita

5 Dino Buzzati, El desierto de los tártaros, Alianza Editorial, Madrid, 2012, trad. de Esther Benítez, p. 19.
6 Sobre este componente trágico y sacrificial he escrito en el ensayo «Destrucción del solitario», incluido
en el libro-catálogo Atlantikwall. Arquitecturas bélicas en las playas del oeste, Ed. Maia,/Fundación Luís
Seoane, 2008, págs. 35-51, y posteriormente recogido en mi libro Cuerpos a la deriva, Abada editores,
Madrid, 2017.
238
también el lugar de un sacrificio, como los viejos altares paganos, aras de
los acantilados del Finisterre. En oposición a la erección orgullosa y tras-
cendente de la Torre, el complejo del búnker elabora su desarrollo hacia la
oscuridad y lo profundo. Su querencia es el laberinto, la otra construcción
mítica y simbólica. «La torre contiene algo del deseo mundano de trascen-
dencia: es un artificio para alejarse del suelo; para elevarse; para combatir,
siquiera ilusoriamente, la gravedad.»7. Hay culturas que aspiran a la torre
y otras que han prescindido de ella, que se han dedicado a la cueva, a la
mina y al laberinto. De ahí procede el búnker. Frente a la ascensión alció-
nica a la que la torre aspira –voluntad de elevación: aviación–, la querencia
hacia el descenso a lo profundo incita al bastión, al búnker. Su ser es de
caverna, descenso al Hades, al Averno con sus riberas y túneles. Imperio
ctónico, el complejo del búnker está enraizado en la tierra, en todo el sen-
tido heideggeriano, a su dimensión más hosca y refractaria.

Ámbito también de rumores, como el goteo del pozo de la fortaleza Bastia-


ni en El desierto de los tártaros que no deja dormir a Drogo: retumbantes
cavas, sordo ruido de pasos. Los fortines son espacios hauntológicos por
necesidad8, guardianes de frontera, condensan las decisiones y las incerti-
dumbres, los titubeos de alta intensidad que un Hamlet puede haber en-
carnado. Elsinor –el verdadero, el antiguo y severo castillo de origen me-
dieval– hubo de ser, sin duda, una fortaleza de este tipo. La mejor versión
cinematográfica, la de Kozintsev, así lo corrobora. También El desierto de
los tártaros: «En realidad el viejo fuerte era como una isla abandonada,
circundado por territorios vacíos: a derecha e izquierda las montañas, al
sur el largo valle deshabitado y al otro lado la llanura de los tártaros.
Ruidos extraños, como nunca, resonaron en las horas más avanzadas, a
través de los laberintos de las fortificaciones, y el corazón de los centinelas
se ponía a latir.»9

Bastión, fortín, fortaleza, blocao, garita. Estos edificios, su clara condición


escatológica: volcados en lo abierto, permiten considerar la dimensión ctó-
nica y telúrica del Ser (Jünger). Es posible desde este contexto, entonces,
reelaborar la historia del hombre en relación con su lecho geológico, y con
el paisaje. La relación con una suerte de visión cósmica, en contacto direc-

7 José Joaquín Parra, op. cit., p. 99.


8 Remitimos, naturalmente, al concepto de hauntologie creado por Jacques Derrida para designar un
cierto carácter espectral que ronda de manera persistente en el presente bajo la forma de presencias
intangibles. Lo que nos interesa destacar aquí, en relación con el blocao o el búnker, al recurrir a la
figura del espectro es, en principio, un estado de ser que ya no se piensa en términos de la ontología
tradicional, esto es: como una entidad que se certifica en su ser idéntica a sí misma, sino que, ahora, la
aparición del espectro delimita lo que ya no puede estar completamente presente: no es, por tanto, un
ser pleno en sí mismo sino que apunta a una relación con lo que ya no es más o como lo que todavía no
es. (Cfr. Jacques Derrida, Espectros de Marx, ed. Trotta, Madrid, trad. de José Miguel Alarcón y Cristina de
Peretti, 1995.
9 Dino Buzzati, op. cit. , pág. 151.
239
to con lo originario, lo elemental, frente a la reducción extrema de toda ex-
tensión de la experiencia de la tierra a través del compendio condensador
de la visión técnica y telemática. Permite una relación con la naturaleza
trenzada con los ritmos de lo elemental que tiene algo de presocrático y
de gnóstico al mismo tiempo. En oposición a la realidad fragmentada de
la tecnología, se nos presentan grandiosas visiones topográficas, el mar, el
gran espacio abierto: no meras informaciones chatas atadas a un presente
in-mediático sino auténticas exploraciones de la fantasía. Pueden contem-
plarse también como avisos de un apocalipsis, paradójicos restos de un
futuro de destrucción inevitable, tal como –por ejemplo– el protagonista
de El planeta de los simios contemplaba las ruinas de su propia civilización
tras un viaje planetario.

Fuera de lugar: se trata de construcciones de arquitectura obscena, pero no


en el sentido de lasciva, sino en su más acendrado origen etimológico: lo
que debía permanecer sin ser visto, fuera del escenario, en una dimensión
de realidad furtiva tras la escena o, aún más indicado: el teatro, el teatro
de operaciones. Entonces: tras la escena pero, acaso, soportándola, vigi-
lándola: custodiándola en sus tangentes, desde sus bordes, siempre en los
márgenes: en las marcas, el frente y la frontera. Un espacio concreto arqui-
tectónico cuyo ser natural, diríamos psicoanalíticamente, es el perverso.
Pero, aún más –y enfatizando el hecho mismo de su estar fuera de lugar,
ahora, en nuestro tiempo– estas edificaciones, ajenas ya completamente de
todo contexto, de toda dirección, destino o verso, se tornan doblemente
obscenas, carentes por completo, en su extermporaneidad, de todo senti-
do, de todo lugar. Nada, pues, ahora más inapropiado o inoportuno que
el búnker. Delictivo, extravagante, perverso, sacrílego. ¿No habría de ser,
precisamente por ello, objeto de un amor, de una cogitación y cuidado, de
una pasión sin justificaciones ni excusas, como una suerte de amour fou
parecido al que teorizaron los surrealistas?

Refugios eminentemente escópicos, en el sentido más lacaniano o hitch-


cockiano: en ellos el acontecimiento se avizora, se rodea, se circunda y
escudriña, se esguarda10 Desde ese no-lugar se captaría la esencia de lo
(re)presentado, él es su alrededor, su envoltura y, en definitiva, su garra.
«Dominar es construir siempre una célula opaca a la mirada» (Fernando
R. de la Flor, Blocao). La mirada, pues. En el mejor de los casos –como, por
ejemplo, en Julien Gracq: Manuscritos de guerra y Un balcón en el bos-
que– la experiencia de la guerra puede resultar la experiencia de un paisaje.
Espiar el mar. Como desde aquellas torres vigías en las que se escrutaba

10 No podemos desarrollar aquí todo el sentido del esguarde y la mirada en Lacan, nos limitamos a
apuntar la idea de que, cuando estamos en el mundo, somos siempre ojo que ve, ojo que caza y capta
de modo intencional. Pero, al tiempo, somos cuerpo iluminado y observado y, por tanto, animal objeto
de presa, cuerpo asustado.
240
el océano, algunas tenían como protección a Santa Bárbara. Tañendo las
campanas que hubiera, se alertaba a los vecinos de la aproximación de
enemigos en barco. El mar. El mar, en fin, es la noche de una forma. La
imagen del inaprensible fantasma de la vida; aquí, en este punto –como
supo Herman Melville– está la clave de todo. El mar es el tiempo y el desti-
no donde todo se genera y pierde su forma, su contenido. Alma del mundo,
y su reverso terrible. Algunos fortines, como el de punta Frouxeira, drama-
tizan la pugna entre tierra y mar, como trama secreta que guía la historia
universal, según la entendió Carl Schmitt11.

Espiar, vigilar y sentirse vigilado. Alguien nos mira, por ejemplo desde el
visor de una cámara…o de un arma. El dominio visual, como ha estudiado
Paul Virilio, es crucial para evitar la desastrosa «sorpresa» que viene del
mar o del desierto. «En un repaso rápido a la historia del control y vigi-
lancia militares, veremos cómo este «dominio» se ejerce en primer lugar
mediante la ocupación por la fuerza de cimas naturales, puntos de vista
elevados desde los que la mirada escrutadora alcance la lejanía. Se trata de
las primeras formas de previsión y anticipación de movimientos del enemi-
go, necesarias para la movilización preventiva de fuerzas.»12Estas edifica-
ciones son figuras de control visual y perspectivístico. Pues la fortificación
moderna se encuentra asociada, como es sabido, al nacimiento del espacio
perspectivo renacentista, y, en este sentido, también los artistas, de Leonar-
do a Durero o Miguel Ángel, se convierten en los creadores de prototipos
de fortificaciones13. España no es una excepción: la escuela de ingeniería
militar responde al impulso fundador de Juan de Herrera. En cualquier
caso, a través de Deleuze – Mil mesetas – puede ser comprendido este
hecho del búnker en tanto alegoría de una decisión de dominio que estría
férreamente el territorio, mientras lo somete a las operaciones del control
visual y de la geometría. Recordemos, en fin, la célebre definición de Luca
Paccioli, el teórico renacentista de la geometría perspectiva: «¿Qué otra
cosa son ciudadelas, torres, revellines, muro, antemurales, fosos, ciudades
y castillo, sino todo geometría y proporciones?»14

El búnker, por otro lado, responde al pathos expresado por Kafka en el


relato titulado La madriguera, como alegoría de una existencia sometida
angustiosamente a la presión invasiva de un enemigo potencial y fantas-
mático: eterna, insidiosamente presente aun desde su ausencia. La asfixia
terminal del blocao también como metáfora dramática del propio estran-

11 Consúltese su libro Tierra y mar. Una reflexión sobre la historia universal, ed. Trotta, Madrid, trad. de
Rafael Fernández-Quintanilla, 2019.
12 Paul Virilio, «Lo inmaterial bélico», en Cuadernos del norte, n. 35, enero-febrero, 1986, p. 4. También de
Virilio, es esencial su monografía Bunker archéologie, Centre Georges Pompidou, Paris, 1975.
13 Se puede consultar Amelio Fara, Bernardo Buontalenti: l’architettura, la guerra e l’elemento geometrico,
Sage editrice, Genova, 1988.
14 Cit. por Fernando R. de la Flor, en Blocao, ed. cit., pág. 24.
241
gulamiento espacial moderno, contemporáneo. Pero aquí nos topamos con
un espacio, como decimos, terminal, que posee la magia de lo extremo
de que habló Nietzsche. Punto final de un trayecto físico, término de una
tierra y un camino, se levanta en efecto sobre un Finisterre. En algunos
casos, como en Punta Frouxeira, no está claro si ese trayecto es terrestre
o marítimo. En todo caso, situado sobre el acantilado, resulta una obra
extrema, última, limítrofe.

En definitiva, y en tanto que construcciones decididamente hauntológicas,


ante ellas se dispara –como sugería Ortega delante de los castillos– nuestra
capacidad de emotividad narrativa: ponen alerta la pupila y disparan la emo-
ción: «Como un rebaño a quien silba el pastor, acuden de los senos oscuros
del recuerdo, uno tras otro, los castillos vistos en vegadas antiguas. Arrastra
cada cual, ceñido a sus flancos, su paisaje adjunto, y hace su ademán pecu-
liar, siempre excesivo, espectral, sonambulesco…»15 Pero también hemos de
ser conscientes de su dimensión simbólica. Podría decirse del búnker lo que
Jünger afirmaba del motor, en El trabajador: ‘»El motor no es el soberano de
nuestro tiempo, sino su símbolo, es la imagen simbólica de un poder para el
cual la explosión y la precisión no constituyen antítesis»16.

Pero el búnker, entendido como máquina de habitar, constituye también


un elocuente eslabón de eso que, tras Jünger, se ha llamado la movilización
total del mundo por la técnica. Ninguna evidencia hay mejor, desde luego,
para corroborar el axioma jüngeriano de que la técnica dibuja el rostro de
la tierra (en El mundo transformado). Rechazando toda posibilidad ya de
interpretación romántica, el paisaje, confundido, fundido con la técnica, se
ha vuelto ahora plena y duramente tecnológico. Como sin duda afirmaría
el propio escritor, el búnker forma parte de los medios y poderes propios
de la época moderna. Ámbito elemental tallado por la técnica bélica y el
miedo, en su interior el soldado semeja y acaso actúe, sin embargo, como
un ser robótico y al tiempo prehistórico: «hay que entenderlo por igual
como un ser prehistórico y como portador de una consciencia más fría,
muy cruel. Aquí se entrecruzan las líneas de la pasión y de la matemáti-
ca», escribió también Jünger17. El soldado escritor, en efecto, encarna «la
aguda conciencia de que la suya era una época donde se había acabado la
seguridad, instalándose lo peligroso no ya en los lejanos países donde se
lo solía emplazar, sino aquí entre nosotros. Un peligro debido no sólo a la
emergencia súbita de «lo elemental» –como en el caso de las catástrofes
naturales o en el de la irrupción volcánica del fondo pulsional y primitivo
de los hombres–, sino debido, en mayor medida, al despliegue poderoso
e imparable de la técnica. De manera que la saturación peligrosa del es-

15 José Ortega y Gasset, «Gestos de castillos», en El espectador, ed. Bibliteca Nueva, Madrid, 1985, pág. 648.
16 Ernst Jünger, El trabajador. Dominio y Figura, Tusquets, Barcelona, 1990, págs. 123-124.
17 Ibid., p. 64.
242
pacio de vida no debía considerarse ya un error, una quiebra de la razón
instrumental, sino el resultado necesario de su despliegue, es decir, de la
tecnificación de ese espacio.»18

El blocao o el búnker son, es cierto, efectos de esa tecnificación. Si, como


dicen los manuales de poliorcética, la fortaleza es la imprimación del poder
en el territorio, estas edificaciones constituyen la sustantivación, y la con-
centración máxima –el lugar de fisión, en palabras de Teilhard de Chardin–
de ese violentísimo ejercicio del poder que ahora la técnica posibilita, qui-
zás bajo el modo de un campo de batalla total. Tempestades de acero. El
verdadero vendaval de la historia, tal como Benjamin también lo definió,
en Calles de dirección única: «Masas humanas, gases, fuerzas eléctricas
fueron arrojadas al campo raso, corrientes de alta frecuencia atravesaron
el paisaje, nuevos astros se elevaron al cielo, el espacio aéreo y las profun-
didades marinas resonaron con el estruendo de las hélices y en todas partes
se excavaron fosas de sacrificio en la madre tierra.»19

Como ha señalado Sloterdijk: «El fascismo había unido el éxtasis y la


disciplina en la medida en que supo movilizar fiebre de poder y éxtasis
destructor.»20 Así pues, en el campo bélico, por decirlo con una breve fór-
mula de Walter Benjamin, «rodeado por un campo de fuerza de corrientes
devastadoras y explosiones, se encontraba el minúsculo y quebradizo cuer-
po humano»21. De ahí que la vivencia que estas moradas hubo de generar
se acercase a dramáticos procesos de colapso y de-subjetivación donde el
sujeto queda dañado y, en el límite, traumatizado. Por eso, como notara
justamente Benjamin, la carencia de lenguaje para poder compartir esa ex-
periencia, que sitúa a quien la sufre al borde de un terror inaudito e inefa-
ble. En algunos casos, como en el del soldado Wittgenstein en la I Guerra
Mundial, esta experiencia atroz de máxima proximidad con la muerte pro-
ducirá una suerte de metanoia, o de atroz catarsis. Es la muerte, y no otra
cosa –escribe en sus Diarios– , lo que da su significado a la vida. Es, pues,
«la cercanía de la muerte» la ocasión de escrutar el sentido de la vida, de
llegar a vislumbrar el comienzo de una vida nueva, de una «resurrección»:
el «comienzo» de la guerra quizá sea el comienzo de «la vida», piensa, no
sin dramatismo el joven ingeniero filósofo en el frente. Tal aprendizaje es el
que experimenta en la novela de Buzzati el joven soldado Giovanni Drogo,
cuando contempla por vez primera la fortaleza. Una suerte de figura hechi-

18 Nicolás Sánchez-Durá, «Acertijos visuales e instantes peligrosos en la República de Weimar», en


Alguien nos mira, Museu Valencià de la Il.lustració i de la Modernitat (MuVIM) : Diputación de Valencia,
2007, pág. 15.
19 Walter Benjamin, Dirección única, Ed. Alfaguara, Madrid, trad. de Juan J. del Solar y Mercedes
Allendesalazar, 1987, pág. 97.
20 P. Sloterdijk, Crítica de la Razón Cínica, Siruela, Madrid, 2003, pág. 660.
21 Walter Benjamin, «El narrador», en Obras II, 2, Abada editores, Madrid, 2009, trad. de Jorge Navarro
Pérez, pág. 41.
243
zada –y hechizante, embrujadora como un enorme sortilegio de piedra–:
«Se sintió repentinamente solo, y su petulancia de soldado, tan desenvuelta
hasta ahora, mientras duraron las plácidas experiencias de la guarnición,
con una casa cómoda, amigos alegres siempre al lado, con pequeñas aven-
turas en los jardines nocturnos, toda la seguridad en sí mismo le falló de
golpe. Le parecía la Fortaleza uno de esos mundos desconocidos a los que
nunca había pensado en serio que podría pertenecer, no porque le parecie-
ran odiosos, sino por infinitamente alejados de su vida normal. Un mundo
mucho más exigente, sin otro esplendor que el de sus geométricas leyes.»22
Efectivamente, hay algo hipnótico en estos bastiones: «También Ortiz se
había quedado inmóvil y miraba intensamente las amarillas murallas. Sí,
él, que vivía allí desde hacía dieciocho años, las contemplaba, casi hechiza-
do, como si volviera a ver un prodigio.»23

De esos inmensos campos de fuerza, de esas potencias encantatorias y en


cierto modo siniestras, no queda ahora, pasado su tiempo espartano y dis-
ciplinario, cruel y cainita, más que fragmentos y desechos arrojados en los
márgenes del tiempo. Como una topografía en buena medida fantasmal;
allí donde de los sortilegios no quedan más que los rumores, las huellas y
cicatrices sucias y deslavazadas de un esplendor geométrico y brutal. Ma-
teria acaso –como la de Bretaña– para la poesía: destino, pulsión y reino de
muerte ya cantado, por ejemplo, por el gran Jorge Manrique:

Las huestes innumerables,


los pendones, estandartes
y banderas,
los castillos impugnables,
los muros y baluartes
y barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
que si tú vienes airada,
todo lo pasas de claro
con tu flecha.

22 Dino Buzzati, op. cit., p.. 21.


23 Ibid.
245
03 | El paisaje y el medioambiente del patrimonio militar costero

El monte de S. Pedro: del mimetismo del


paisaje, al paisaje escénico

Dr. Pedro Calaza Martínez


Doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Santiago de Compostela
Doctor Arquitecto del Paisaje por la Univerisdad de Lisboa
Director de la Escuela Gallega del Paisaje

Resumen:
La ponencia parte de la necesidad de cambiar la planificación
y ordenación del territorio, en particular debido a los problemas
ambientales y a la falta de disponibilidad de suelo urbano,
haciendo énfasis en cómo algunos espacios de oportunidad
como las antiguas instalaciones militares de costa pueden ser
reconvertidas en epicentros de ocio, recreo y biodiversidad,
para que funcionen como verdaderos nodos de la mediática
infraestructura verde de las ciudades.
El Monte de San Pedro representa un buen ejemplo de
transformación y cambio de uso de una antigua batería de costa
en un gran parque público. La dinámica de cambio ha sido
impulsada durante 25 años a través de diferentes proyectos y
desde el entendimiento de un paisaje mimético, que perseguía el
enmascaramiento de las instalaciones, hasta un paisaje escénico
que destaca esas piezas a modo de elementos esenciales
en el diseño del conjunto. Se trata de un espacio donde las
capas del palimpsesto territorial son leídas e interpretadas con
facilidad y donde se ofrece un escenario híbrido que ensalza
la relación e interacción entre la historia, la arqueología militar,
la arquitectura del paisaje y el medioambiente. Se pormenoriza
la transformación de este gran parque a lo largo de 5 lustros,
abordando los elementos más importantes del diseño, las
restauraciones y los valores singulares que han permitido
posicionarlo como uno de los parques públicos más valorados
de España.

Palabras clave: Paisaje, Batería, Arquitectura, Infraestructura


verde, Servicios ecosistémicos.
246
Abstract:
This presentation is based on the need to change the planning
and organization of the territory, particularly due to environmental
problems and the lack of availability of urban land, emphasizing
how some spaces of opportunity such as the old military
installations on the coast can be converted into epicenters of
leisure, recreation and biodiversity, so that they function as true
hubs of the green infrastructure of cities.
Monte de San Pedro represents a good example of the
transformation and change of use of an old coastal battery into a
big public park. The dynamics of change has been promoted for
25 years through different projects and from the understanding
of a mimetic landscape, which pursued the masking of the
installations, to a scenic landscape that highlights these pieces
as essential elements in the design of the complex. It is a space
where the layers of the territorial palimpsest are easily read and
interpreted and where a hybrid scenario is offered that extols the
relationship and interaction between history, military archaeology,
landscape architecture and the environment. The transformation
of this great park in 25 years is detailed, addressing the most
important elements of design, restoration and unique values that
have allowed it to be positioned as one of the most valued public
parks in Spain.

Key words: Landscape, Battery, Architecture, Green


infrastructure, Ecosystem services.
247
Introducción

Apuntando al mar es una de las formas de focalizar una perspectiva en


el mundo del paisaje; la mirada escrutadora al horizonte en busca de ob-
jetivos permite visualizar e interpretar los valores del entorno y percibir
de forma precisa su forma, dinámica, si es el caso, colores y volumen.
Apuntar al mar permite percibir una cuenca visual, un paisaje y apuntar
desde el mar permite percibir el paisaje hacia el observador anterior. En el
caso histórico de las baterías de costa, de sus gestores, la mirada desde el
mar precisaba que no percibiese las instalaciones militares, debían estar
perfectamente mimetizadas en el entorno. Sin embargo cuando esas bate-
rías pierden su interés y uso militar, se descubre el potencial de vistas, de
perspectivas, de paisaje en definitiva, y es cuando se busca lo contrario,
que se perciba perfectamente el paisaje en los dos supuestos: desde el mar
y hacia el mar; que no existan barreras visuales y se perciban los valores
históricos, naturales y patrimoniales, precisamente este es el tema central
de este texto: del mimetismo del paisaje al paisaje escénico.

Para abordarlo, se expone el caso de la transformación de la Batería de


Costa del Monte de San Pedro en el Parque de San Pedro en A Coruña,
quizás paradigma español de transformación de espacio militar a espacio
verde y público.

Fig. 1. El Parque de San Pedro. Ayuntamiento de A Coruña.


248
Los espacios de oportunidad en la trama verde urbana en el siglo XXI

En este apartado, se introduce sucintamente la importancia de los espacios


verdes en nuestros entornos de vida y el cambio de visión en la planifica-
ción urbana y del territorio. Se trata cómo los denominados espacios de
oportunidad, como la batería de costa de San Pedro, son vitales y clave
para alcanzar una mejor calidad de vida y bienestar humano, especialmen-
te en ciudades con mucha densidad y poca dotación de espacios públicos.

Como bien sabemos, muchos de los problemas ambientales actuales ema-


nan de una mala gestión y uso del territorio, especialmente derivados de
la fragmentación territorial que conduce a una pérdida de biodiversidad,
así como problemas derivados del calentamiento global, los monocultivos,
la contaminación ambiental, el vertiginoso crecimiento poblacional y una
amenaza palpable y real a los ecosistemas naturales. La Unión Europea ya
apuntaba en el informe «El estado de la naturaleza en la UE» que el 81%
de los hábitats protegidos de la UE y el 63% de las especies protegidas de
la UE se encuentran en un estado de conservación «deficiente» o «malo»
(EU, 2020).

Es significativo que ya hemos sobrepasado 4 de los denominados 9 límites


planetarios diseñados en Estocolmo hace una década: pérdida de biodiver-
sidad, cambio en el uso del suelo, cambio climático y los ciclos del nitróge-
no y del fósforo. (Centro de resiliencia de Estocolmo, 2022).

BIOSPHERE INTEGRITY

E/MSY

CLIMATE CHANGE
BII
(Not yet
quantified)

NOVEL ENTITIES
(Not yet quantified)

LAND-SYSTEM
CHANGE

STRATOSPHERIC
OZONE DEPLETION

FRESHWATER USE

ATMOSPHERIC AEROSOL
LOADING
(Not yet quantified)

OCEAN
P ACIDIFICATION

N
BIOGEOCHEMICAL Below boundary (safe)
In zone of uncertainty (increasing risk)
FLOWS
Beyond zone of uncertainty (high risk)

Fig. 2. Los limites planetarios (https://www.stockholmresilience.org/planetary-boundaries)


249
Una situación complicada que conduce a la aparición de problemas de
salud, incohesión social, pérdida económica,… De hecho, dentro de los
top ten de causas de muerte, apareció hace pocos años la diabetes melli-
tus que tiene mucho que ver con la planificación de nuestros espacios de
vida y movilidad (OMS, 2020).

Por tanto, nos encontramos en una situación donde imperan las ciuda-
des sobremasificadas, los hábitos de vida poco adecuados y la aparición
de enfermedades no transmisibles que a la postre son las que generan
más del 92% de las muertes en España. La OMS ha identificado tres
causas de la aparición de estas enfermedades: la globalización (hábitos
de alimentación), envejecimiento poblacional y una inadecuada urbani-
zación, que es precisamente donde podemos trabajar ofreciendo espa-
cios de vida más sanos utilizando los espacios de oportunidad citados
anteriormente.

En los años 70, el ministro de sanidad canadiense Marc Lalonde definió


la salud como la resultante de la interacción de distintos factores que se
interrelacionan con el individuo, que en definitiva son los determinantes
de la salud: la biología humana, el medioambiente, los estilos de vida y
los servicios de salud (Lalonde, 1974). Precisamente los dos últimos son
los que se pueden cambiar en diferentes procesos de diseño y de plani-
ficación.

Una de las formas para conseguirlo es utilizar una visión diferente en el


uso del territorio, una visión que converge con la denominada planifi-
cación ecológica o ecoplanificación, definida como estrategias y técnicas
que combinan el urbanismo y la naturaleza para crear lugares para vivir
enriquecedores, sanos y civilizados (Williams, 2000). Uno de sus fines es
la mejora de la salud, existe hoy en día un campo emergente de conoci-
miento científico que corrobora que la salud y el bienestar mejoran con
el uso y disfrute de los espacios verdes (Calaza, 2017). Ello es en base
a tres teorías como la denominada biofilia, término acuñado por Erich
Fromm y popularizado por el dos veces premio Pulitzer Edward Wilson
(Wilson, 1984). La biofilia es la conexión emocional innata hacia otros
seres vivos. ¿por qué tenemos en casa animales y plantas? Porque esta-
mos preconfigurados psicológicamente para que nos gusten, tenemos un
atractivo emocional innato.

Biofilia es la tendencia innata a centrarse en la vida y los procesos na-


turales. Hay otras dos teorías: ART del matrimonio Kaplan y Kaplan
(Kaplan y Kaplan, 1989) y la teoría del Dr. Ulrich de Texas (Ulrich,
1984).
250
Fig. 3.
Biofilia. Predilección
innata del hombre hacia
otros seres vivos.

La planificación ecológica no es un concepto nuevo, ha sido utilizado a lo


largo de la historia en diferentes proyectos como el Collar de esmeraldas
de Boston, las ciudades jardín de Ebezener Howard, los Green Fingers de
Copenhage o incluso el Plan de urbanismo de A Coruña de los años 50, del
arquitecto César Cort, primer catedrático de urbanismo de España y padre
de la Quinta de Los Molinos en Madrid.

La propia ONU lo contempla en sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible


(ODS), de forma directa en su número 11 que habla de ciudades y comu-
nidades sostenibles, y que se desgrana en diferentes metas. La meta 11.7
hace alusión directa a que se debe proporcionar acceso universal a zonas
verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles…

Fig. 4. Los 17 objetivos de desarrollo sostenible. ONU.


251
Conscientes de los problemas ambientales, la UE publicó la Estrategia Euro-
pea en materia de Infraestructura Verde en 2013, haciendo un llamamiento a
que los estados miembros hiciesen lo propio (UE, 2013), España incluyó en su
ordenamiento jurídico el concepto en la Ley de Patrimonio Natural y Biodiver-
sidad 33/2015, estableciéndose como umbral temporal octubre de 2018 para
su publicación. Finalmente, se logró en julio de 2021 (MITECO, 2021), por lo
tanto disponemos ya de un documento de planificación estratégica para la im-
plantación de una red de IV en la que elementos naturales, con valores ambien-
tales, de tamaño considerable como pueden ser las baterías de costa, pueden
formar parte como nodos de esa red. La IV se define de la siguiente manera:

La infraestructura verde es una red ecológicamente coherente y estraté-


gicamente planificada de zonas naturales y seminaturales y de otros ele-
mentos ambientales, diseñada y gestionada para la conservación de los
ecosistemas y el mantenimiento de los servicios que nos proveen. Incluye
espacios y otros elementos físicos ‘verdes’ en áreas terrestres (naturales,
rurales y urbanas) y marinas.

El fin fundamental, como se extrae de la definición, es la generación de Servi-


cios Ecosistémicos: de provisión, regulación y ambientales. Precisamente los
grandes parques urbanos generan una gran cantidad, en especial los de pro-
visión y regulación. En ese sentido, el parque de San Pedro es epicentro de
atracción turística, de ocio, recreo, investigación, etc.

Fig. 5. Componentes de la infraestructura verde. Escuela Gallega del Paisaje.


252
Para explicar la importancia del parque de San Pedro en la red de espacios
verdes de A Coruña, es importante introducir la anatomía de la Infraestruc-
tura Verde: se trata de una red que está formada por nodos, corredores, zonas
buffer, matriz multifuncional y elementos urbanos.

Para acabar con esta breve introducción y para entender la esencia de la


importancia real del Parque de San Pedro, resulta apropiado subrayar qué
es conceptualmente el paisaje. Es un concepto que ha sido definido desde la
etimología, la arquitectura, la ingeniería, la geografía, las bellas artes, etc…
hay diferentes enfoques pero todos coinciden en que se trata de una realidad
física que es percibida. Sin percepción no hay paisaje. Ello es respaldado por
la propia definición del Convenio Europeo del Paisaje (Consejo de Europa,
2000). El problema es precisamente la percepción. El autor Robertson Davies
decía que el ojo sólo ve lo que la mente está preparada para comprender. Y
en el caso del paisaje, tradicionalmente solo se percibe la estética, el ornato y
no el gran número de servicios ecosistémicos que genera; cuando se observa
un espacio natural debemos percibir no sólo lo bonito que es, sino también
su singular composición, el papel que juega la vegetación en la regulación am-
biental, los valores derivados del ocio y recreo como la salud, etc… es decir,
debemos impulsar la lectura del paisaje desde un prisma holístico y complejo.
Y precisamente así es como debe verse un espacio donde el patrimonio, la
historia, los valores sociales y naturales se fusionan y ofrecen un escenario
único: las baterías de costa.

A Coruña. El contexto

Como bien saben, la batería de costa de San Pedro se encuentra en A Coru-


ña, una pequeña ciudad de aprox. 38 km2, que tiene una población censada
de aproximadamente 250 000 habitantes, lo que arroja una ratio de 6300
hab/km2, una de las ciudades con mayor densidad poblacional de España, con
zonas que superan los 35000 hab/km2. Ello obviamente indica que la disponi-
bilidad de espacios verdes es limitada. De hecho, la composición del sistema
verde está muy satelizada, destacando los espacios de menos de 1000 m2.

Fig. 6. La Ciudad de A Coruña. Vista aérea.


https://www.anpir.org/home/actividades-cientificas/congresos-anpir/proximamente-anpir-2023/
253
Fue una pena que se hubiese descartado el comentado plan de la ciudad
de César Cort, un plan de ordenación municipal que proponía una red de
grandes parques urbanos unidos con corredores, es decir, un plan conver-
gente con la idea actual de infraestructura verde. Lamentablemente este
plan fue descartado curiosamente por un exceso de espacios verdes públi-
cos, lo que originó la redacción de otro plan con el resultado actual.

La falta de espacios verdes en la ciudad se convierte en un problema, de


hecho, hay estudios como el del Instituto de Salud global de Barcelona
que posicionan a A Coruña como la ciudad número 9 de 1000 en mayor
mortalidad por falta de espacios verdes (ISglobal, 2021). Por tanto, toda
actuación con carácter ambiental ambiciosa en superficie es clave para un
mejor futuro.

Fig. 7. izq. Ranking de ciudades europeas con mayor mortalidad.


dcha. Datos de la ciudad de A Coruña. IS Global (2021).

El parque de San Pedro. La gran transformación.


¿Cómo llegamos hasta aquí?

En primer lugar, la transformación de batería de costa a espacio verde


siempre fue una de las grandes oportunidades de la ciudad…. Una opor-
tunidad para aumentar la superficie de espacios verdes, para mejorar las
condiciones ambientales y el uso del suelo, ofreciendo a los ciudadanos un
espacio nuevo, un paisaje prohibido y unas cuencas visuales no conocidas
ni compartidas.
254
Como se indicaba, A Coruña dispone de pocos espacios verdes de gran
tamaño, aunque en los últimos años se han ido creando algunos como el
Parque de Oza, el Parque de Eirís, o el Parque Adolfo Suárez, pero ninguno
en una situación tan privilegiada como es el Parque de San Pedro. En la si-
guiente imagen se pueden apreciar los espacios más grandes e importantes
desde un punto de vista ambiental de la ciudad.

Fig. 8. Los grandes parques públicos de A Coruña. Ayuntamiento de A Coruña.

Lo que es cierto es que la ciudad tiene valores que configuran un paisaje


fantástico de granito, de fuerza marina, de elementos patrimoniales y de
una sinuosidad que caracteriza su fisonomía.

Historia y Singularidades

El espacio tenía un uso agrícola, aunque residual por su ubicación, micro-


clima y características edafológicas y geológicas, y fue transformado, como
sabemos, en sitio de uso militar y después en parque público, uso social…
todo ello mediante las correspondientes expropiaciones de suelo.

El uso agrícola, que consistía en pequeñas zonas de cultivo que aún exis-
tían hace algunos años, y zonas de aprovechamiento de vegetación para
camas de ganado, coexistían con los valores naturales del espacio, en par-
ticular especies endémicas como la Angelyca pachycarpa, especies de borde
255
de mar como la Armeria marítima o tojos como el Ulex europeus que con-
figuraban un paisaje de variabilidad cromática en consonancia con esos
usos del suelo.

De la etapa agrícola aún quedan resquicios como los restos de una antigua
vivienda, que fue respetada e incluida en el entramado del diseño.

Fig. 9. Ruinas de antigua construcción agrícola en el Parque de San Pedro. 1998.

El cambio se inició a partir del


plan de artillado recogido en
el Real Decreto de 13 de julio
de 1926, que incluía tres zo-
nas: Ferrol, Cartagena y Ma-
hón. En el caso de Ferrol, se
dividió el frente marítimo en 4
zonas: Prior, Prioriño, Campe-
lo y San Pedro. Años después,
en enero de 1941 comenzaron
los trabajos de desartillado
de las dos piezas de Campelo
para ser emplazadas en Punta
Paloma en Cádiz.
Fig. 10. Disposición de las baterías de costa
de defensa de Ferrol y A Coruña.
256
El paso hacia la selección de este espacio como batería de costa proviene
de sus especiales características, como son su especial ubicación, su cota y
su amplia perspectiva.

En el croquis adjunto se puede observar el arco del disparo de la batería de


San Pedro, donde se ve el poderío de las piezas.

Fig. 11. Arcos de fuego de la batería de San Pedro. Carpeta Técnica de la batería de San Pedro.

En la imagen podemos apreciar el estado actual de las 4 baterías que pro-


tegían Ferrol, como vemos, tan sólo la de San Pedro está acondicionada
paisajísticamente, obviamente por su cercanía a la trama urbana coruñesa.
No obstante, es importante tener en cuenta que a pesar de que las 4 ba-
terías tienen orígenes similares, las posibilidades de transformación son
diferentes; de la consideración de parque urbano de una a otra posible
consideración de espacio natural hibridado con la información y divulga-
ción ambiental, histórica y patrimonial.
257

Campelo Prior

San Pedro Prioriño

Fig. 12. Las 4 baterías de costa de 381 mm de defensa de Ferrol y A Coruña.

La batería del monte de San Pedro estaba intacta, había sido custodiada
por seguridad privada desde que pasó a manos del ayuntamiento. Así nos
encontramos con las dos impresionantes piezas Vickers de 38,1 cm y con
una dirección de tiro compuesta por la estación central calculadora (con
la mesa trazadora y la mesa calculadora) y las estaciones telemétricas prin-
cipales y auxiliares (aunque sin ningún telémetro). Fue preciso analizar
cada elemento para incluirlos en el diseño tomando como referencia su
gran volumen, impacto e importancia. Obviamente el tamaño de las piezas
caracteriza el espacio y tiene una gran presencia, recordemos que en tiem-
pos de funcionamiento se articulaban mecanismos para su mimetización, o
enmascaramiento en términos militares. De hecho en el propio historial de
la pieza, se detalla que en uno de sus anejos se habla precisamente de ello.
Lógicamente debería ocultarse para no ser vistos desde las embarcaciones.

Este fue uno de los aspectos más importantes en el análisis inicial, había
que pasar del mimetismo del paisaje a un paisaje escénico. ¿minimizar
su impacto visual con un enmascaramiento de paisaje? O darle la vuelta a
la visión y encumbrar su presencia y convertirlos en los elementos funda-
mentales del conjunto, eliminando cualquier tipo de elemento que pudiese
ocultarlos…?
258

Fig. 13. Hoja de la carpeta Técnica de la batería de San Pedro.

Los Proyectos

El 22 de enero de 1998 el Capitán General de la Región Noroeste trans-


firió la titularidad de la Batería de San Pedro al Ayuntamiento de A Co-
ruña. Ese mismo año el ayuntamiento licita un concurso de ideas para el
proyecto de transformación, aunque con unas exigencias mínimas en lo
relativo a superficie acondicionada y elementos a incluir. Así empezaría el
gran cambio de uso, concepto y visión de la batería de costa de San Pedro.

En la siguiente imagen se puede ver el proceso cronológico de la transfor-


mación y los proyectos más importantes que se fueron realizando, aunque
de forma complementaria ha habido más de menor calado.
259

Fig. 14. Proceso proyectual de transformación del Parque de San Pedro.

La metodología de intervención fue muy robusta, incorporando aspectos


más vinculados a la propia arquitectura del paisaje que a la arquitectura o
la ingeniería tradicionales. En el siguiente gráfico podemos ver las diferen-
tes áreas de conocimiento y de análisis que se abordaron, que incluyen el
estudio histórico, inventario actual, análisis cartográfico, profundo diag-
nóstico con identificación de patologías, valor patrimonial, potencialida-
des y lanzamiento preliminar de anteproyecto primero y después proyecto
de ejecución.

Análisis Estudio histórico Trabajo de campo y cartografía


• Contexto Histórico • Levantamientos
• Modificaciones • Análisis botánico
• Contexto Urbano • Análisis de infraestructuras
• Análisis de construcciones

Diagnóstico Identificación de patologías


Análisis Sensorial
Valor de la vegetación
Valor patrimonial
Potencialidades de utilización

Propuesta Planos de estudio previo


Anteproyecto
Proyecto de ejecución

Fig. 15. Metodología proyectual desarrollada en el proyecto del Parque de San Pedro.
260
Es importante señalar la importancia que tuvo el análisis de condicionan-
tes, ya que se trata de una zona extremadamente complicada, con dominan-
tes vientos salinos, cota elevada, topografía con mucha pendiente, vegeta-
ción tanto autóctona como alóctona, instalaciones militares de alto valor
histórico y de arqueología industrial. De hecho, es indisociable un buen
estudio de condicionantes de un buen proyecto final, y aún en ese caso, en
esta experiencia en particular, hubo algunos matices por el microclima y las
microexposiciones.

Una de las primeras lecturas clave es que partiendo de un problema que a


priori podría ser el desmantelamiento de las piezas y abandono de la bate-
ría, se ha llegado a una gran oportunidad gracias a la visión de los agentes
implicados que gobernaban la ciudad de ese momento.

En primer lugar, porque ese gran espacio verde de más de 20 has podría
formar parte de la red de IV a modo de nodo o elemento principal, un nodo
natural que a la vez es patrimonial e histórico. Además, con su transforma-
ción, se aumentaría la superficie de espacios verdes en la ciudad, recorde-
mos que en ese momento no existía como tal el parque de Bens, el mayor de
la ciudad con más de 60 has ni el parque de Oza ni el parque Adolfo Suárez.

Comenzando con la exposición del proceso proyectual que nos ocupa, los
condicionantes y estudios vinculados comenzaron con el análisis histórico
y de la arqueología industrial. Para ello, trabajamos con especialistas del
Ministerio de Defensa, militares del Regimiento de Artillería Antiaérea 76
del Cuartel Sánchez Aguilera, quienes nos asesoraron en diferentes etapas
del estudio y que sin su colaboración no hubiésemos podido precisar tanto
el estudio y ni el resultado.

En este primer documento del proyecto se puso de manifiesto la importan-


cia histórica y la arqueología industrial del espacio, se recuperaron fotos,
documentos históricos, todo ello de forma dinámica en diferentes etapas y
años, porque el estudio histórico se fue completando con los años en dife-
rentes visitas de especialistas de la batería de Paloma Alta. Se diagnosticó
el estado de las piezas, los motores, la zona de acopio de los proyectiles, los
engranajes que permiten el movimiento tanto vertical como horizontal, las
diferentes partes del sistema hidráulico, etc.

Así, se extrajo una serie de información básica:


• Importancia del legado histórico como arqueología industrial.
• Potenciar las torres dentro del entramado del diseño.
• Diseñar con coherencia para un desarrollo futuro de un proyecto
más ambicioso.
261
• Incorporación de información histórica como una analogía de un
enfoque museológico.

Siguiendo con el análisis de condicionantes, se identificaron los del medio


físico que incluían, entre otros el estudio de los siguientes parámetros:
• Fisonomía.
• Clima y Microclimas.
• Orientación.
• Vientos.
• Heterogeneidad edafológica.

Por último, y no menos importante, se analizó el inventario de flora y fau-


na del espacio, identificando especies de alto valor natural como la Ange-
lyca pachycarpa y algunas de carácter invasor como el Carpobrotus edulis.

En definitiva, los datos más importantes del análisis del medio físico fueron:
1. Altitud: 142 m sobre el nivel del mar.
2. Topografía: pendientes pronunciadas.
3. Geología: Zona Centro ibérica. Granodiorita precoz.
4. Edafología: Inceptisoles.
5. Clima: Mediterráneo marítimo húmedo.
6. Vientos dominantes: noroeste.
7. Las especiales condiciones edafoclimáticas condicionaban severamente
la elección de las especies.

La gran transformación del espacio

En este apartado se relata la transformación del espacio, en el que se harán


alusiones específicas a aquellos elementos que se consideran de mayor in-
terés histórico o del entramado del diseño del parque.

La fase de diseño partió de la asunción de una serie de premisas:


• Se enfocó como un/a rediseño/rehabilitación/transformación, no
como un diseño ex novo.
• Se tuvo en cuenta la falta de espacios verdes públicos de gran
superficie en la ciudad.
• Se estimó limitante su antiguo uso como batería militar, ya que
requería un tratamiento especial y un respeto a la historia.
• Su especial ubicación y la altitud la convertían en un privilegiado
mirador natural, lo que habría que preservar y potenciar.
• Se descubría no sólo un espacio nuevo, sino unas cuencas visuales
hacia la ciudad desconocidas y una mirada al horizonte del mar,
impresionante.
262
Se adelantó que la propuesta incluía el cambio de visión del mimetismo
del paisaje al paisaje escénico. Y, en ese sentido, poner en valor las piezas
conllevaba alzarlas a ser las protagonistas del diseño, de la misma forma
que Giacomo Vignola, líder del manierismo, transformó la visión renacen-
tista del diseño en el famoso parque encargado por Pier Francesco Orsi-
ni, llamado el Parco dei mostri o Bosco Sacro de Bomarzo, encumbrando
grandes esculturas de monstruos y sueños.

Fig. 16.
El infierno de Bomarzo.

Esta decisión marcó el trazado del parque y consiguió destacar a las piezas,
resaltar a la historia y abrir unas cuencas visuales ocultas desde principios
del siglo XX. Las premisas básicas de la transformación se recogen en los
siguientes puntos:
• Adaptación a la morfología existente.
• Suavidad.
• Respeto a las formas existentes.
• Elementos castrenses = Puntos focales principales del entramado
del diseño.
• Límites visuales cambiantes. Despeje visual.

En las siguientes imágenes podemos observar un ejemplo de la situación de


partida y cómo se transformó el espacio, utilizando los planos de diseño
preliminares como patrón de trazado definitivo.

Fig. 17.
Panorámica del Parque
de San Pedro. 1998.
263

Fig. 18. Panorámica del Parque de San Pedro. 2003.

Uno de los aspectos más difíciles fue la selección de las especies vegetales
a utilizar en el espacio, aunque se desarrolló un robusto estudio botánico
y se consultaron viveros especializados en planta de borde de mar como
los existentes en la bretaña francesa, el éxito fue relativo y hubo que cam-
biar algunas de ellas por no resistir el embiste de los vientos o la salinidad
agresiva del entorno.

Por otra parte, un proyecto de este tipo contempla, obviamente, la ins-


talación de elementos de señalética para la mejora en la información, di-
vulgación y sensibilización ambiental. En este sentido, se incorporaron
elementos de señalización de rutas, de fauna, de flora (marcando las más
significativas), de interpretación histórica en las piezas, estación central
calculadora, telémetro principal, etc.

Un espacio tan singular incluye elementos de especial interés, entre ellos,


destacamos los que se muestran en la figura siguiente: el estanque, el labe-
rinto, la caseta del vigilante, las ruinas agrarias, la cúpula mirador y otros
elementos castrenses que se fueron incorporando a lo largo de estos 25
años, acabando con la idea proyectual de un gran museo.
264

izq.
El estanque

dcha.
Las ruínas

izq.
La caseta del guardia

dcha.
El laberinto

izq.
Las nuevas
incorporaciones
castrenses y el Centro
de Interpretación

dcha.
La cúpula-mirador

izq.
El museo

Fig. 19.
Elementos singulares en el Parque de San Pedro.

Por último, es importante aprender de los éxitos y fracasos, y por ello, son
importantes las reflexiones y perspectivas de los resultados de estos 25 años
de transformación y uso del espacio, un espacio donde el uso social es la
base de su esencia conceptual y de la filosofía de su futuro. Como aspectos
a mejorar destacamos la selección botánica (complicada por las especiales
características microedafoclimáticas), el acabado de los caminos (en zonas
con mucha pendiente y precipitaciones muy frecuentes no es recomendable
el acabado con zahorra y arena sin lavar), la telegestión de riego (debería
haberse planteado de forma integral desde el principio, aunque obviamente
no se conocían los derroteros del parque), el control del vandalismo, etc.
265

Fig. 20. Proceso constructivo del laberinto en el Parque de San Pedro.

Como aspectos positivos, podemos afirmar que el Parque de San Pedro


genera beneficios que incluyen aspectos económicos, sociales, patrimo-
niales, culturales y ambientales.

Un ejemplo claro es la afluencia, la heterogénea tipología de usos, y el


descubrimiento de usos no planificados como la práctica de ciertos de-
portes (parapente) o el uso de las pendientes a modo de toboganes por
los más pequeños.

Fig. 21. Uso deportivo en el Parque de San Pedro.


266
Como bien saben, el ser humano está obsesionado con medir, lo medimos
todo, rendimientos, superficies, tamaños, volúmenes, longitudes, y por su-
puesto afluencia de gente y los likes, que en muchas ocasiones enturbian
nuestras vidas. Así, relacionándolo con el parque, un ejemplo claro es un
estudio de Traveler (Traveler, 2019) donde se pone de manifiesto que el
Parque de San Pedro es el 5º parque más valorado de España, aunque en
realidad está dentro del grupo de los segundos al haber un empate jerar-
quizado por número de interacciones, pero está en el mismo grupo que El
Retiro, el Parque de María Luisa, de la Magdalena o de Mataleñas. Con
4,70 puntos sobre 5 se posiciona en lo mejor de España. De la misma for-
ma, otros indicadores mediáticos como Tripadvisor o guías de viaje hacen
referencias explícitas a la visita obligada del parque de San Pedro cuan-
do se visite la ciudad de A Coruña, todo ello respaldado por las más de
450 000 visitas que se hacen al año, según datos de estudios municipales.

En cuanto a los servicios ecosistémicos que genera, y focalizándolo en el


recreo y los valores escénicos, se ha hecho un análisis con el método IN-
VEST, uno de los métodos más utilizados en Europa para cuantificar los
servicios ecosistémicos, en el que podemos observar que la calidad escénica
tiene muchísimo valor, y que el recreo también, posicionando al parque
como punto de especial interés en la demanda turística e inquietudes ciu-
dadanas (fig. 22).

Recreo. R: 15 km. Calidad Escénica. R= 10 km.

Fig. 22.
Servicios ecosistémicos culturales en el Parque
de San Pedro.
267
Reflexiones finales

Se comentaba anteriormente que de un punto de partida similar de las cuatro


baterías de costa del entorno de Ferrol obtenemos diferentes escenarios, pero
todos con un gran potencial para recuperar y poner en valor la historia y el
patrimonio cultural, militar y natural. Todos los espacios tienen sus singula-
ridades y todos tienen un carácter diferenciado que debe ser explotado.

Debemos ser consecuentes con ello y debemos ser inteligentes a la hora de


planificar, diseñar, ejecutar y gestionar los espacios con parámetros contem-
poráneos de gestión, ordenando los pasos a seguir y adaptando el diseño a la
realidad de cada contexto, presupuesto y uso.

Recordemos que son espacios de oportunidad, epicentros de valores ambien-


tales, de arqueología industrial y escenarios donde se fusionan elementos en
4D de naturaleza, cultura, historia y sociedad. El uso como espacios de es-
parcimiento, deporte, ocio, salud y didáctico son clave para un mejor futuro
ciudadano.

Para ello, es imperativo animar a los responsables políticos a recuperar la


historia de nuestra costa con actuaciones incardinadas en un futuro con-
junto. Prior, Prioriño, Campelo y San Pedro son las cuatro esquinas de un
cuadrado sólido, verde, histórico y patrimonial que demandan recuperación.

Las baterías de costa son interesantes espacios de oportunidad para suturar


historia, patrimonio, naturaleza y sociedad. Activémoslos.

Fig. 23. Vista aérea del laberinto del Parque de San Pedro. Ayuntamiento de A Coruña.
268
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269
03 | El paisaje y el medioambiente del patrimonio militar costero

Aves y naturaleza de la costa norte de


A Coruña: de A Bailadora a Estaca de Bares

Antonio Sandoval Rey


Escritor, comunicador ambiental y ornitólogo

Resumen:
El litoral que abarca desde la boca de la ría de Ferrol hasta
la de O Barqueiro, y su área marina inmediata, hasta más allá
del talud continental, jalonado por las diversas instalaciones
defensivas objeto del presente simposio y hoy en desuso,
constituye uno de los conjuntos naturales de mayor interés y
valor de la península Ibérica y de Europa, entre otros motivos
por albergar, en diferentes momentos del año, el núcleo de uno
de los corredores migratorios de aves marinas más importantes
del Atlántico norte. Son varios los espacios naturales que brillan
con especial intensidad en esta zona, casi todos protegidos al
amparo de la Directiva de Hábitats y la Directiva de Aves de
la Unión Europea, así como por otras figuras legales estatales
y autonómicas. Entre ellos están parte de las mencionadas
aguas marinas, de importancia capital para porcentajes muy
notables o sobresalientes, y tanto a nivel global como europeo,
de varias especies de aves oceánicas. Todo ello deriva en una
gran responsabilidad de quienes aquí vivimos y trabajamos por
la conservación de este tesoro natural compartido, presionado
o amenazado por diversos factores. También en un creciente
interés por parte del turismo ornitológico estatal e internacional,
objeto de una encuesta cuyos resultados se exponen.
270

Vista del cabo de Estaca de Bares - A. Sandoval

Una extraordinaria colección de paisajes litorales frente al océano

El litoral que se extiende desde la boca de la ría de O Barqueiro hasta el


golfo Ártabro, como denominó Ramón Otero Pedrayo la combinación de
las rías de Ferrol, Ares-Betanzos y A Coruña, es una colección extraordi-
naria de paisajes naturales de enorme riqueza en términos tanto de bio-
diversidad como de geomorfología y por supuesto patrimonio histórico,
etnográfico, industrial o urbano.

A todo ello se suman las aguas marinas inmediatas hasta muchas millas
mar adentro y más allá del borde del talud continental, no menos impor-
tantes en términos de biodiversidad, como avalan, entre otros, tanto sus
numerosos caladeros, zona de trabajo diario de los profesionales del mar,
como los trabajos desarrollados durante las últimas décadas para conocer
sus poblaciones de aves marinas, unas las más importantes del Atlántico
norte en diversos momentos del año.

Y es que las aves que utilizan esta costa y la extensión de océano adyacente
se encuentran entre los valores de mayor interés natural de esta zona del
planeta. Y constituyen, en consecuencia, una de las mayores responsabili-
dades de quienes aquí vivimos, en materia de conservación de la naturale-
za, de investigación de la biodiversidad y de aprovechamiento inteligente
tanto de esos paisajes litorales y marinos como de sus recursos.
271
Algunas figuras legales de protección de esta zona

Las figuras legales que con mayor alcance protegen la biodiversidad y los
paisajes de este litoral, son las derivadas de la aplicación en nuestro país
de las Directivas de Aves (Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo, de 30 de noviembre de 2009, relativa a la conservación de
las aves silvestres) y de la Directiva de Hábitats (Directiva 92/43/CEE del
Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats
naturales y de la fauna y flora silvestres) de la Unión Europea. La segunda
crea una red ecológica coherente de zonas especiales de conservación que,
con el nombre de Red Natura 2000, también incluye las zonas de protec-
ción especial designadas de acuerdo con la Directiva de Aves.

Establece la Directiva de Aves que cada Estado miembro de la UE debe


adoptar las medidas necesarias para conservar, mantener o restablecer una
diversidad y una superficie suficiente de hábitats para las aves silvestres. Su
anexo I identifica las especies y subespecies que precisan medidas de pro-
tección especiales. Cada Estado debe designar zonas de protección especial
(ZEPA) para estas especies –y para las especies migratorias no incluidas
en el anexo I–, identificando a tal fin los territorios más apropiados, en
número y tamaño.

Para el litoral que se extiende desde el cabo de Estaca de Bares hasta la


boca de la ría de Ferrol, sobre la que se alza el monte de A Bailadora, se
han identificado, a través de la aplicación de la Directiva de Aves, las si-
guientes Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA):
• Costa de Ferrolterra-Valdoviño
• Ría de Ortigueira e Ladrido
• Espacio marino de Punta de Candelaria-Ría de Ortigueira-Estaca de
Bares
• Espacio marino de la Costa de Ferrolterra-Valdoviño

Las cuatro están, como se ha mencionado arriba, incluidas en la Red Natu-


ra 2000. A ellas se suman, en este mismo litoral, y solapándose en algunos
casos con las anteriores, las tres siguientes Zonas de Especial Conservación
(ZEC), a su vez derivadas de la aplicación de la Directiva de Hábitats:
• Costa Ártabra
• Ortigueira-Mera
• Estaca de Bares

La información oficial relativa a las ZEPA y ZEC enumeradas puede en-


contrarse en las páginas web tanto de la Consellería de Medio Ambiente,
Territorio e Vivenda de la Xunta de Galicia como (en el caso de las ZEPA
marinas) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
272
En paralelo, la Ría de Ortigueira y Ladrido está además incluida en el Con-
venio de Ramsar, que se aplica a los humedales de importancia internacional,
especialmente como hábitat de aves acuáticas. Es este un tratado interguber-
namental aprobado el 2 de febrero de 1971 (de ahí que cada año se celebre
el «Día de los Humedales» en esa misma fecha) en la ciudad iraní de Ramsar.
Este Convenio integra, en un único documento, «las bases sobre las que asen-
tar y coordinar las principales directrices relacionadas con la conservación de
los humedales de las distintas políticas sectoriales de cada Estado».

A todo ello se suma la iniciativa, impulsada desde hace unos años por
parte de varios municipios de este litoral, de solicitar para buena parte de
este territorio la declaración de Geoparque Mundial de la UNESCO, en el
momento de escribir este texto en espera de su aprobación por parte de
este organismo. El «Proyecto de Geoparque del Cabo Ortegal» integra los
ayuntamientos de Cariño, Cedeira, Cerdido, Moeche, Ortigueira, San Sa-
durniño y Valdoviño. Son aproximadamente 799 km² de territorio (632 de
superficie terrestre y 167 de frente marítimo costero) que en la zona norte
forman parte del Complejo Geológico del Cabo Ortegal.

Aparte de normativa aplicable a la conservación de la naturaleza litoral


de índole estatal (Ley de Costas) autonómica o local, es de destacar la
identificación en esta costa, por parte de la Sociedad Española de Ornito-
logía SEO/BirdLife, de varias Áreas Importantes para las Aves (IBAs en su
acrónimo inglés):
• Costa de Ferrolterra-Valdoviño
• Punta Candieira-Ría de Ortigueira-Estaca de Bares

Áreas de interés para las aves del litoral entre la ría de Ferrol y
Estaca de Bares

Ciñéndonos en exclusiva a la línea litoral, buena parte de cuyo conjunto es


posible admirar desde algunas de las baterías de costa objeto del presente
simposio, destacan en esta costa algunos rincones de particular interés tan-
to por la calidad de sus paisajes naturales como por su importancia como
hábitat de aves silvestres, y por tanto además por su potencial para el
desarrollo en esta zona de diferentes estrategias destinadas al impulso del
turismo ornitológico, que en más de un caso pueden estar, precisamente,
vinculadas a esas antiguas instalaciones militares.

Los inevitables límites a la extensión de un texto como el presente obligan


a sintetizar en extremo la exposición de los valores de cada uno de los
siguientes lugares, acerca de los cuales es una vez más posible obtener más
información tanto en la bibliografía que cierra este artículo o en diferentes
273
fuentes disponibles en internet. Todos ellos forman parte de la Red Natura
2000, ya sea como ZEPAs o ZECs, con la única excepción del primero.

A fin de presentar el interés ornitológico de cada una de estas zonas con la


brevedad a que obligan los mencionados límites de espacio, procederemos
a continuación a un rápido paseo por ellas, y de Sur a Norte:

Desde A Bailadora y la Ría de Ferrol


Aunque ni mucho menos idónea para la observación de aves, A Bailadora
resulta ideal para interpretar la boca del golfo Ártabro, a la vez la Costa
de Bergantiños, hasta las islas Sisargas, y al mismo tiempo la ría de Ferrol.
Y mucho más, por supuesto. El paisaje en abanico que rodea su cumbre, y
que se extiende en 360º a la redonda, es ideal para comenzar un potencial
paseo ornitológico de aquí hasta Estaca de Bares. A sus pies, la ría de Fe-
rrol es muy interesante sobre todo por sus poblaciones de aves acuáticas
invernantes, entre las que destacan a nivel gallego las de zampullín cue-
llinegro, Podiceps nigricollis, habituales en los meses más fríos frente al
muelle de Maniños.

Zampullin cuellinegro - A. Sandoval


274
Lagoa de Doniños y arenal de San Xurxo
Continuando hacia el Norte, la laguna de Doniños, rodeada por un cinturón
de carrizos y un denso bosque de ribera, y cuyas aguas adornan los nenúfa-
res, acoge pequeñas poblaciones de aves acuáticas como zampullín chico o
diversas especies de anátidas. Muy próximo, el arenal de San Xurxo es re-
posadero habitual algunos días de temporal y en las migraciones de grandes
grupos de gaviotas. Las dunas de ambos espacios son asimismo de interés
para diversas especies terrestres. En las islas Gabeiras, frente a San Xurxo, se
instala cada primavera para criar una colonia de aves marinas integrada por
cormoranes moñudos, gaviotas patiamarillas o paíños comunes.

Cormoranes moñudos - A. Sandoval

Cabo Prior y playa de Ponzos


Los acantilados que rodean el cabo Prior son ideales para intentar obser-
var especies típicas de este medio como chova piquirroja o halcón peregri-
no, entre otras. El territorio del propio cabo es asimismo interesante por
su nutrida población de paseriformes típicos del matirral costero de esta
costa: tarabilla común, acentor común, chochín paleártico... La playa de
Ponzos es otro arenal de interés para diferentes especies de gaviotas, sobre
todo en los meses invernales y en las migraciones.
275

Chova piquirroja - A. Sandoval

Punta Frouxeira y Lagoa de A Frouxeira


Punta Frouxeira es un lugar estupendo para observar aves marinas en paso
con vientos de poniente. Además, entre finales de verano y otoño sus campos
son parada y fonda de diversas especies de aves terrestres migratorias, entre
ellas muchas especies oriundas del norte de Europa que vuelan hacia África:
tarabilla norteña, papamoscas gris y cerrojillo, colirrojo real, etc. En cuanto
a la Lagoa de A Frouxeira, es uno de los humedales más destacados del norte
de la provincia. Protegida del océano por un ancho sistema dunar, y rodeada
de juncales, carrizales y bosques riparios, es a lo largo del año hogar de una
sobresaliente avifauna, tanto reproductora como migratoria e invernante.
En los meses más fríos destacan, por ejemplo, sus poblaciones de diferentes
especies de anátidas, focha común, zampullín común, espátula común...

Archibebe común - A. Sandoval


276
Serra de A Capelada
Sobrevolando los también muy interesantes paisajes del entorno de Pantín
o de la ría de Cedeira, el siguiente espacio de gran interés paisajístico y na-
tural, y sin duda para las aves y quienes gustan de observarlas es la sierra
de A Capelada, entre Cedeira y Cariño. En sus laderas, cumbres y acan-
tilados es posible detectar en diferentes momentos del año especies tan
complicadas de ver en otros rincones de Galicia como: mirlo capiblanco,
escribano nival, buitre leonado y negro, chorlito carambolo... Y muchas
otras. Sus acantilados e islotes son además lugar de nidificación de cormo-
rán moñudo o gaviota patiamarilla.

Escribano nival - A. Sandoval

Ría de Ortigueira y Ladrido


Es una de las rías más ricas en aves del norte de Galicia. Situada entre los
municipios de Cariño y Ortigueira, incluye una muy notable diversidad
de paisajes, que incluyen desde ámbitos estuarinos a amplios carrizales,
amplias playas y dunas, etcétera. Todo ello tiene como consecuencia la
presencia aquí, a lo largo del ciclo anual, de una extraordinaria diversi-
dad de especies, entre las que cabe citar: águila pescadora, negrón común,
colimbo grande, ánade silbón, ánade rabudo, zarapito real, ostrero euroa-
siático y muchas otras especies limícolas (agujas, correlimos, chorlitos...),
garza real, garceta común, espátula común... En el extremo occidental de
su ancha bocana, el puerto de Cariño tiene merecida fama a nivel ibérico
por la diversidad de especies de gaviotas que se han citado en él.
277

Espátulas comunes - A. Sandoval

Cabo de Estaca de Bares


En el extremo más septentrional de la península Ibérica, constituye uno
de los cabos más valorados a nivel europeo por su interés para observar
y estudiar los movimientos de las aves marinas del Atlántico norte, sobre
todo de mediados de verano a pleno invierno. Desde las inmediaciones de
la antigua base militar norteamericana allí existente, hoy en estado rui-
noso, se vienen desarrollando anualmente campañas de seguimiento del
paso de aves. Gracias a ellas conocemos cada vez más detalles acerca del
sobresaliente interés para decenas de especies de aves marinas, muchas de
ellas amenazadas, de las aguas marinas situadas ante la costa del norte de
A Coruña, del cual pasamos a hablar a continuación.

Grupo de alcatraces en migración activa frente a la costa norte de A Coruña - A. Sandoval


278
Antes, conviene recordar que son varias las amenazas y presiones que sufre
este tesoro natural que son los paisajes del norte de esta provincia, y las aves
que los utilizan en diferentes momentos del año. Así ha sucedido por ejem-
plo con diferentes procesos a nivel global (crisis climática y otros) o regio-
nal, en este caso de abandono o fuerte transformación del medio. También
fenómenos aislados como las mareas negras que han sufrido en el pasado
estas costas (la última hace solo dos décadas). La actual intención por parte
de diversas corporaciones de instalar frente a esta costa y mar adentro gi-
gantescas infraestructuras industriales de generación eléctrica (la altura de
cada uno de las decenas de aerogeneradores que se plantea situar en esta
zona marina supera los 250 metros) puede constituir un problema añadido,
lo que ha despertado recelos y preocupación tanto en el sector pesquero
como en el científico y conservacionista, y también en el turístico.

Págalo grande acosando a gaviotas - A. Sandoval


279
Importancia para las aves de las aguas marinas situadas ante la
costa del norte de A Coruña

Desde la inmediatez misma de la línea litoral hasta muchas millas más allá
del borde del talud continental, las aguas marinas que se extienden alrededor
del norte de la provincia de A Coruña, y por extensión del resto del noroeste
de Iberia, están entre las más diversas en especies de aves oceánicas de toda
Europa y del Atlántico norte. De ello deriva que parte de esa zona marina se
haya declarado ZEPA marina en 2014 (ver más arriba), así como la intención
expresada recientemente por parte del Gobierno de España de iniciar los pa-
sos para potencialmente extender toda esa protección al resto de aguas adya-
centes: a finales del año pasado, se planteó desde el Ministerio la ampliación
geográfica de la protección de este corredor migratorio marino (»Consulta
pública previa sobre el proyecto de declaración de 7 espacios protegidos de
la Red Natura 2000 marina» https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/
participacion-publica/CPP_RN2000_marina.aspx ).

Y es que las cifras de ejemplares que aquí alcanzan decenas de esas especies
en diferentes momentos del año convierten esta zona marina en el núcleo
de uno de los corredores migratorios marinos de mayor importancia para
la conservación de esta fauna, que incluye varios taxones muy amenazados
a nivel global.

Como se ha apuntado anteriormente, lo que vamos conociendo acerca de


los movimientos de estas aves es gracias al seguimiento anual de su paso
desde el cabo de Estaca de Bares, iniciado en los años 50 y 60 del pasado
siglo por parte de investigadores británicos y belgas, y en las últimas déca-
das mantenido por equipos de ornitólogos de esta provincia, apoyados en
otoño por especialistas llegados de otros lugares de España y de Europa
(Sandoval, 2015; ver también más abajo).

Esta labor, fundamental para conocer este extraordinario patrimonio na-


tural, se ha desarrollado cada año de manera voluntaria, con la excepción
de las anualidades correspondientes a 2008 y 2009 (cuando este trabajo
fue apoyado por la Xunta de Galicia) y 2021 y 2022 (cuando formó parte
de los proyectos Ártabro II y Ártabro III del Centro de Extensión Univer-
sitaria y Divulgación Ambiental de Galicia–CEIDA: ver París et al., 2021).

Entre las especies de aves marinas más características de esta zona desta-
can las siguientes, por el porcentaje que las cifras de ejemplares que por
aquí circulan supone con respecto a la población europea o global de algu-
nas de ellas, que en varios casos sobrepasa el 50% (para más detalles, ver
en concreto en la Bibliografía: Sandoval et al., 2010, 2011; Sandoval 2012
y 2015; París et al., 2021).
280
• Negrón común (Melanitta nigra)
• Pardela cenicienta atlántica (Calonectris borealis)
• Pardela sombría (Ardenna grisea)
• Pardela capirotada (Ardenna gravis)
• Pardela pichoneta (Puffinus puffinus)
• Pardela balear (Puffinus mauretanicus)
• Petrel de las Desertas/freira (Pterodroma deserta/madeira)
• Alcatraz atlántico (Morus bassanus)
• Falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius)
• Págalo pomarino (Stercorarius pomarinus)
• Págalo rabero (Stercorarius longicaudus)
• Págalo parásito (Stercorarius parasiticus)
• Págalo grande (Stercorarius skua)
• Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla)
• Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus)
• Gaviota de Sabine (Larus sabini)
• Gaviota sombría (Larus fuscus)
• Charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)
• Charrán común (Sterna hirundo)
• Charrán ártico (Sterna paradisaea)
• Charrán rosado (Sterna dougallii)
• Charrancito común (Sterna albifrons)
• Arao común (Uria aalge)
• Alca común (Alca torda)
• Frailecillo (Fratercula arctica)

El apartado de Bibliografía de este artículo incluye varios recursos de gran


interés para conocer más detalles acerca del estatus de estas y otras espe-
cies de aves marinas en estas aguas. En total, se ha estimado en más de dos
millones el número de ejemplares de diversas especies que utilizan estas
aguas como corredor migratorio, la mayor parte de ellas hacia el oeste en
los meses de junio a enero.

Grupo de negrones comunes en migración - A. Sandoval


281

Grupo de turistas ornitológicos en Estaca de Bares - A. Sandoval

Potencial para el turismo ornitológico del litoral norte de A Coruña

A los valores ornitológicos más arriba sintetizados se suma la presencia


de muchas otras especies de aves de gran interés tanto conservacionista
como científico, y también turístico. En este último sentido, el norte de A
Coruña viene destacando en los últimos años como el destino de turismo
ornitológico más destacado de Galicia, y uno de los más importantes de
toda España (Sandoval y Romay, 2013; Sandoval, 2022).

De hecho, son cada vez más las personas que, oriundas de diferentes lugares
del estado y del resto de Europa, vienen aquí a observar aves, atraídas funda-
mentalmente por las aves oceánicas que es posible contemplar desde el cabo
de Estaca de Bares, y por la posibilidad de salir a su encuentro en un barco tu-
rístico (el Eureka) que desde hace pocos años opera a tal fin frente a este cabo.

Con objeto de conocer los intereses de esta modalidad de turismo en ese


lugar en concreto, el año 2021 se procedió a realizar, por parte de quien
firma este mismo artículo, una sencilla encuesta a quienes se acercaron
hasta el observatorio de aves de Estaca de Bares.

Se resumen a continuación algunos de los resultados, derivados de la infor-


mación obtenida de 155 personas entre agosto y octubre, ambos incluidos.

De las 668 personas que entre esas fechas de ese año se acercaron al ob-
servatorio ornitológico (varias de ellas repitiendo visita), casi un tercio lo
282
hicieron durante los últimos diez días de agosto, cuando llegó a haber en
torno a 20 personas por día (con una jornada de máximo de 50). En cuanto
al tamaño de los grupos, el 45,6 % contaba con dos integrantes. El 27,8 %
de las personas encuestadas acudió en solitario. Por edades, casi la mitad
estuvieron en la horquilla de 45 a 65 años, y otro cuarto, en la de 25 a 45.

El 77,3 % fueron españoles: madrileños (21,9 %), catalanes (18,4 %), an-
daluces (14 %) y vascos (10,5 %). El otro 22,7 % de los ornitólogos llegó,
por este orden, de Países Bajos, Alemania, Francia, Reino Unido, Finlandia
e Irlanda. La mayoría de los turistas ornitológicos aprovechó el viaje para
conocer otros destinos de interés para observar aves o patrimonio natural
y cultural, como Ortigueira (19 %), la comarca de Ortegal (11,4 %), Vi-
veiro (2,5 %) o Valdoviño (1,3%), así como el resto de Galicia o el norte
de España. El 21,5 % visitó además Muxía, lo que responde a las salidas
en el barco Eureka, que durante el mes de agosto opera frente a Estaca de
Bares y en septiembre lo hace desde ese otro puerto de la Costa da Morte.

En cuanto al tiempo de permanencia en Estaca de Bares y alrededores, una


cuarta parte se quedó durante cuatro días, el 20,3 % optó por tres y el
19,6 % por dos; algo más del 10 % alargó la estancia hasta una semana.
El Porto y la Vila de Bares fueron los lugares elegidos por el 43,5 % para
pernoctar; el 17,7 % se decantó por O Barqueiro, el 21,8 % por O Vicedo,
y los demás se repartieron entre Viveiro, Ortigueira, Espasante y Cariño.
Los encuestados sumaron un total de 540 pernoctaciones de agosto a oc-
tubre, de las cuales el 40,9 % corresponde a hostales, el 26,8 % a hoteles,
el 14,1 % a apartamentos y el 6 % a casas de alquiler. Otro 12,1 % viajó
en caravana. Casi el 70 % de las personas que participaron en este sondeo
reconocía que las aves eran la principal causa de su expedición. Citaban,
además, la naturaleza, el paisaje y la gastronomía entre sus motivaciones.

Grupo de turistas ornitológicos en Estaca de Bares-2 - A. Sandoval


283
En cuanto a las fuentes de información utilizadas por los visitantes antes
de venir, un altísimo porcentaje se guía por los ornitólogos locales, páginas
como eBird, internet (la web Seawatching Estaca es referencia), las redes
sociales y varios libros de referencia. Son estas mismas las vías por las que
quienes no lo conocían dijeron haber descubierto Estaca de Bares.

Se indagó por último en el grado de satisfacción de los encuestados, que de


1 a 10 se aproxima al 10 al analizar su experiencia con las aves, ronda el 9
en cuanto a naturaleza, paisaje y gastronomía, rebasa el 8 en clima y roza
el 7,5 en la calidad del alojamiento. Corrobora estas altas calificaciones el
hecho de que el 58 % de los encuestados (entre ellos, el 40% de los extran-
jeros) repetían experiencia: ya habían estado antes en la zona.

Todo ello indica el enorme potencial que para esta modalidad de turismo
arroja la costa norte de A Coruña, con derivaciones que debido a la limita-
ción de espacio no es posible abordar aquí, pero que son sin duda muy in-
teresantes en términos de desestacionalización, difusión de destino, promo-
ción del turismo sostenible y respetuoso con el medio, diversificación, etc.

Observatorio Estaca de Bares desde el mar - A. Sandoval


284
BIBLIOGRAFÍA
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Aves marinas en España. LIFE04NAT/ES/000049. Madrid: SEO/BirdLife, 2009.
Infante, O., Fuente, U. y Atienza, J. C. Las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves
en España. SEO/BirdLife, Madrid, 2011
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enero 1987-1999. Dirección Xeral de Conservación da Natureza, CMADS, Xunta de Ga-
licia. Santiago de Compostela, 2003
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de aves marinas en las ZEPA de la provincia de A Coruña. 2021. Oleiros: CEIDA, 2021
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Número 1- año 2008. Santiago de Compostela: Dirección Xeral de Conservación da
Natureza, Consellería de Medio Ambiente e Desenvolvemento Sostible da Xunta de
Galicia/Terranova Interpretación y Gestión Ambiental S.L, 2009
Sandoval, A., Hevia, R., Fernández, D., Valderas, A. Boletín de la Estación Ornitológica de Estaca
de Bares. Número 2- año 2009. Santiago de Compostela: Dirección Xeral de Conserva-
ción da Natureza, Consellería de Medio Rural da Xunta de Galicia/Terranova Interpre-
tación y Gestión Ambiental S.L. 2010.
Sandoval, A. ¿Para qué sirven las aves?. Valencia. Tundra Ediciones, 2012.
Sandoval, A. y Romay, C. D. Cuándo ver aves en Galicia. Valencia. Tundra Ediciones. 2013.
Sandoval, A. Las aves marinas de Estaca de Bares. Un diario personal. Valencia. Tundra Edi-
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SEO/BirdLife. Atlas de las aves en invierno en España 2007-2010. Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente-SEO/ BirdLife. Madrid, 2012.
SEO/BirdLife (Molina, B., Nebreda, A., Muñoz, A. R. Seoane, J., Real, R., Bustamante, J. y Del Mo-
ral, J. C. Eds.) 2022. III Atlas de aves en época de reproducción en España. SEO/BirdLife.
Madrid. https://atlasaves.seo.org/
SEO/BirdLife (López-Jiménez N. Ed). 2021. Libro Rojo de las aves de España.
04 |
Turismo: gestión y
desarrollo sostenible
del patrimonio militar
costero
COORDINADOR:

Mario Crecente Maseda


· Doctor Arquitecto
· Especialista y Profesor de Gestión de Patrimonio.
UDC

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04 | Turismo: gestión y desarrollo sostenible del patrimonio militar costero

Dinamización turístico-cultural
del patrimonio defensivo costero:
estado de la cuestión

Juan Mario Crecente Maseda


Doctor Arquitecto.
Especialista y Profesor de Gestión del Patrimonio. UDC

Resumen
La costa de Galicia se caracteriza por una topografía compleja,
marcada por la presencia de las rías, antiguos valles fluviales
ocupados por el mar, que a lo largo de la historia han jugado un
papel clave en el sistema defensivo del territorio. Este artículo
versa sobre el patrimonio defensivo costero de la costa coruñesa
datado entre finales del siglo XIX y el siglo XX, analizando su
grado de protección cultural, natural e inmaterial e identificando
los factores que condicionan su dinamización turístico-cultural.
El análisis se completa con la presentación de casos del
panorama autonómico, nacional e internacional, mostrando
ejemplos de buenas prácticas en conservación, restauración
y gestión, que han acercado a la ciudadanía un patrimonio a
menudo abandonado e inaccesible. Se abre un nuevo horizonte
para la arquitectura defensiva de la costa gallega, en el que la
valorización, la rehabilitación y la gestión sostenible deben ser
los pilares para una conservación y uso turístico-cultural que
dinamicen la economía local.

Palabras clave: patrimonio, defensivo, costero, dinamización,


turístico, cultural
288
Abstract
The Galician coast is characterized by a complex topography,
marked by the presence of the «rías», former river valleys
occupied by the sea, which throughout history have played
a key role in the defensive system of the territory. This article
deals with the coastal defensive heritage of the A Coruña coast
dating from the end of the 19th century and the 20th century,
analyzing its degree of cultural, natural and intangible protection
and identifying the factors that condition its cultural and tourism
revitalization. The analysis is completed with the presentation
of cases from the regional, national and international panorama,
showing examples of good practices in conservation, restoration
and management, which have brought an often abandoned
and inaccessible heritage closer to the public. A new horizon
opens for defensive architecture on the Galician coast, in which
recovery, rehabilitation and sustainable management must be
the pillars for conservation and tourism and cultural use that
boost the local economy.

Keywords: heritage, defensive, coastal, revitalization, tourism,


cultural
289
Antecedentes

Antes de entrar en el caso del patrimonio defensivo costero de la provincia


Coruñesa, sería bueno recordar dos condiciones generales que por obvias
y posiblemente conocidas, no descartan su esencial valor para encuadrar el
fenómeno de la fortificación costera en este concreto lugar.

Hablamos en primer lugar de la extensión litoral de la provincia de A Co-


ruña, la mayor de la España peninsular, y aún así mayor que la costa de
cualquiera de nuestras islas. La segunda, la condición de fin del mundo que
históricamente se asoció con la Torre de Hércules y con el Magnus Portus
Artabroum que esta señalaba, y más tarde con el camino de las estrellas
que no acaba en Santiago de Compostela sino en Fisterra.

Como ejemplo que remarcaba esa condición de la importancia y extensión


del Patrimonio marítimo de la provincia, el Proyecto de Investigación TA-
LASOGALICIA, (www.talasogalicia.com) que documentaba sobre la base
de un sistema de información geográfica las más notables construcciones
de valor patrimonial de la costa.

Fig. 1. Talasogalicia

En el caso de la condición de finisterre, el proyecto ATE O FIN


(www.ateofin.gal) explora los valores del camino de Santiago a Fisterra y
Muxía, que complementan con el camino Inglés desde A Coruña y Ferrol,
el triángulo mágico que completa Santiago de Compostela y que hace de
la provincia la más jacobea de Europa.
290
Por tanto la condición geográfica, marcada por su posición en el continen-
te europeo, y su frente al océano, uno de los más extensos de una provincia
europea, condicionan seguramente su posterior ocupación y fortificación.
La cuestión se plantea ahora de qué hablamos cuando hablamos de Patri-
monio, sí con mayúsculas.

Fig. 2. Web de la Asociación de Ayuntamientos del Camino de Fisterra y Muxía http://ateofin.gal/

Protección del patrimonio defensivo costero

La Constitución Española de 1978 recoge en su artículo 44 la necesidad de


que los poderes públicos promuevan y tutelen el acceso a la cultura y en el
artículo 46 encomienda a los poderes públicos el «garantizar la conserva-
ción y promover el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y ar-
tístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera
que sea su régimen jurídico y su titularidad». Del mismo modo, en el título
octavo, en el artículo 148, se establece que las Comunidades Autónomas
podrán asumir las competencias en el patrimonio monumental de interés
de la Comunidad, así como en el fomento de la cultura, compatibilizando
dichas competencias con las del Estado, recogidas en el artículo 149.1.28.

De conformidad a lo anterior, España aprueba la Ley 16/1985, de 25 de


junio, del Patrimonio Histórico Español, donde se consagra una nueva
291
definición de Patrimonio Histórico, más ambiciosa que la de la Ley de 13
de mayo de 1933, y que comprende los bienes muebles e inmuebles. En las
disposiciones generales, artículo primero, la Ley recoge que los bienes más
relevantes del Patrimonio Histórico Español deberán ser inventariados o
declarados de interés cultural (BIC).

Galicia cuenta con la Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de


Galicia. En su artículo 8 recoge la clasificación de estos bienes, que deben
ser declarados de interés cultural o catalogados, para ser considerados pa-
trimonio cultural, definiéndolos como:

Artículo 8.2. «Tendrán la consideración de bienes de interés cultural


aquellos bienes y manifestaciones inmateriales que, por su carácter
más destacado en el ámbito de la Comunidad Autónoma, sean de-
clarados como tales por el ministerio de la ley o mediante decreto
del Consejo de la Xunta de Galicia, a propuesta de la conserjería
competente en materia de patrimonio cultural…los bienes de interés
cultural pueden ser inmuebles, muebles o inmateriales»
Artículo 8.3. «Tendrán consideración de bienes catalogados
aquellos bienes y manifestaciones inmateriales, no declarados de in-
terés cultural, que por su notable valor cultural sean incluidos en el
Catálogo del Patrimonio Cultural de Galicia… los bienes de interés
cultural pueden ser inmuebles, muebles o inmateriales»

En lo relativo a las baterías costeras, el artículo 88.1.a de la Ley 5/2016,


del 4 de mayo, establece que son bienes de interés cultural los bienes pro-
pios de la arquitectura defensiva construidos antes del 1849, entre los que
enumera «los castillos, torres defensivas, murallas y muros circundantes
urbanos, las construcciones defensivas con baluartes y los sistemas defen-
sivos que configuran las arsenales navales, los cuarteles, las baterías de
costa, los polvorines y los restos de todos ellos».

De manera no tan explícita, esta consideración como BIC deriva también


del Decreto de 22 de abril de 1949, sobre protección de los castillos es-
pañoles que, en su artículo primero, dispone que «todos los castillos de
España, cualquiera que sea su estado de ruina, quedan bajo la protección
del Estado» y de la Ley de Patrimonio Histórico Español que recoge en su
disposición adicional primera que «los bienes que con anterioridad hayan
sido declarados histórico-artísticos o incluidos en el Inventario del Patri-
monio Artístico y Arqueológico de España pasan a tener la consideración
y a denominarse Bien de Interés Cultural».

El Plan Nacional de Arquitectura Defensiva de 2012 define la arquitectura


militar defensiva, indicando que «se compone de distintas construcciones
292
y elementos de variada tipología señalada a través de la función asignada
dentro de complejos conjuntos orgánicos y sistemas de estrategia» y de la
cual «forman parte todas aquellas estructuras construidas a lo largo de
la historia para la defensa y el control de un determinado territorio, sea
terrestre o marítimo, formando parte del mismo de manera indisoluble».
En cuanto las categorías de esta arquitectura, las baterías se encontrarían,
o bien dentro de los fuertes aislados abalaurtados, con la denominación
«baterías aisladas, fuertes costeros», o bien dentro de la categoría «arqui-
tectura de defensa del siglo XX».

Considerando todo lo anterior y centrando el caso en la Comunidad


Autónoma de Galicia, parece imprescindible diferenciar todas aquellas
baterías costeras que cuentan con el nivel máximo de protección. La
relación de bienes de interés cultural de Galicia registra las siguientes
baterías:

Batería Lugar Fecha


Batería de San Cristovo Ferrol 17 octubre 1994

Batería de San Carlos Ferrol 17 octubre 1994

Batería de Viñas Ferrol 17 octubre 1994

Batería de Soberano Camariñas 23 junio 2016

Fig. 3. Baterías costeras en el registro BIC de Galicia

No obstante, cabe resaltar que hay algunas baterías costeras que tendrían
condición de BIC y que por el contrario, a día de hoy no están incluidas
expresamente en el registro.

Se concluye así, que en la Comunidad Autónoma de Galicia, aquellas ar-


quitecturas defensivas, incluyendo las baterías de costa, construidas antes
de 1849, gozan de la condición genérica de BIC y, por tanto, de la máxima
protección. Por su parte, todas aquellas posteriores a esa fecha no estarían
declaradas BIC, exceptuando aquellas que hubiesen alcanzado una decla-
ración individual.

Patrimonio natural y arquitectura defensiva

El patrimonio natural en España viene regulado por la Ley 42/2007, de 13


de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, y en Galicia,
se regula a través de la Ley 5/2019, de 2 de agosto, de Patrimonio Natural
y de la biodiversidad de Galicia.
293
Ambas leyes recogen la misma definición de patrimonio natural:

Conjunto de bienes y recursos de la naturaleza fuente de diversidad


biológica y geológica, que tienen un valor relevante medioambiental,
paisajístico, científico o cultural.

En el capítulo II, artículo 30 de la ley española se incluyen cinco clasifica-


ciones de espacios naturales protegidos: parques, reservas naturales, áreas
marinas protegidas, monumentos naturales y paisajes protegidos. Por su
parte, la ley gallega, en el artículo 22 registra ocho categorías de espa-
cios naturales protegidos: reserva natural, parque, monumento natural,
humedal protegido, espacio protegido Red Natura 2000, espacio natural
de interés local y espacio privado de interés natural. Asimismo, esta ley
señala en su disposición transitoria segunda que aquellas zonas de especial
protección de los valores naturales (ZEPVN) declaradas a la entrada de vi-
gor de la ley, tendrán consideración de espacios protegidos de Red Natura
2000 y serán competencia de la propia Comunidad Autónoma.

Para comprender la importancia que el patrimonio natural tiene desde el


punto de vista de las baterías costeras en Galicia, es importante hacer men-
ción a los valores naturales de la costa gallega, en la que cobran una fuerte
presencia las rías. La costa gallega está bañada por el océano Atlántico
y el mar Cantábrico y se extiende a lo largo de 1498 km. Esta extensa y
compleja costa, acompañada de un ecosistema marino con gran diversidad
biológica, hace que el valor natural de su entorno sea inigualable. Como
resultado, las baterías militares de costa gozan, por su propio emplaza-
miento de un atractivo único, estando frecuentemente dentro de espacios
naturales protegidos.

Fig. 4.
Camino de Fisterra y
Muxía y ciudades de
A Coruña y Ferrol
294
Patrimonio inmaterial y arquitectura defensiva

La citada Ley 5/2016, de 4 de mayo, de la Comunidad Autónoma de Ga-


licia establece que el patrimonio cultural de Galicia está constituido por
«bienes muebles, inmuebles o manifestaciones inmateriales que, por su
valor artístico, histórico, arquitectónico, arqueológico, paleontológico, et-
nológico, antropológico, industrial, científico y técnico, documental o bi-
bliográfico, deban ser considerados como de interés para la permanencia,
reconocimiento e identidad de la cultura gallega a través del tiempo».

La dificultad de definir, catalogar y proteger el patrimonio inmaterial viene


dada por su situación, interés, leyendas y mitos asociados a la condición de
borde marítimo y tan presentes en toda la costa coruñesa. La presencia del
patrimonio arqueológico, etnográfico, alienta ese patrimonio inmaterial.
Además, los grandes conflictos bélicos de la humanidad han estimulado la
presencia de relatos verídicos o novelados asociados a las grandes contien-
das y sus hechos acaecidos en este entorno.

El patrimonio cultural inmaterial es definido por la UNESCO como aque-


llas «prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comu-
nidades de generación en generación. El patrimonio inmaterial propor-
ciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad:
favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del
entorno natural y social y genera ingresos económicos. Numerosos saberes
tradicionales o autóctonos están integrados, o se pueden integrar, en las
políticas sanitarias, la educación o la gestión de los recursos naturales».

Arquitectura defensiva costera: el caso de la provincia coruñesa

En el presente estudio se abordará el tramo de la costa gallega que se ex-


tiende de Arteixo hasta Valdoviño, examinando el estado de las baterías
de costa datadas entre finales del siglo XIX y el siglo XX y ubicadas en los
municipios de Arteixo, Ferrol, Ares y A Coruña.

La propia silueta de la costa de la provincia de A Coruña, bien pudiera su-


gerir un frente abaluartado, que la propia condición geográfica condiciona
y define como soporte de sistemas defensivos y protectores de nuestros
puertos naturales.

Las baterías objeto de estudio se enmarcan en dos planes: el Plan de De-


fensa de la Base Naval Ferrol-A Coruña de 1891 y el Plan de Artillado del
Frente Marítimo de la Base Naval Ferrol-A Coruña de 1926.
295
De acuerdo con el libro «La Defensa de la Costa de la provincia de A Co-
ruña», de López Hermida y Yáñez Rodríguez y las Guías de Defensa de
la Costa de la provincia de A Coruña (norte y sur) de los mismos autores,
el Plan del 91 estaba basado en un anteproyecto de 1887, en donde la ría
de Ferrol estaba defendida con los castillos de San Felipe y La Palma y,
teniendo como objeto la defensa lejana de la plaza y arsenales de Ferrol, se
incluían las Rías de Ares y A Coruña. Para el desarrollo del Plan se inician
los anteproyectos de las obras en la península de Montefaro, y se conti-
núan los proyectos de las baterías en la península de Hércules.

Existieron cuatro grupos de obras y en tres de ellos estaban previstas bate-


rías costeras. El primer grupo comprendía la construcción de Pena Baila-
dora (1898-1900) el segundo, la batería de Fonteseca (1898-1900) y Faro
(1898-1900) y el tercero la batería del Segaño (1898-1903). Dicho plan
fue modificado en el año 1904 y fue este mismo año cuando comenzó la
construcción de las baterías de Salgueira y Sudova (1904-1905).

El Plan del 26 ordenaba las posiciones donde debían instalarse las piezas
y dividía la defensa en dos partes: el flanco derecho conformado por los
ayuntamientos de Valdoviño y Ferrol y el flanco izquierdo con los ayunta-
mientos de A Coruña y Arteixo.

En el flanco derecho se construyó la batería de Campelo en Valdoviño y


las de Prior y Prioriño en Ferrol y en el izquierdo se ubicaron las baterías
del Monte de San Pedro, y Punta Herminia en A Coruña y Monticaño en
Arteixo.

Las baterías de Campelo, Prior y Prioriño se subdividían en tres: una bate-


ría de cuatro pozos, una batería de dos pozos y una batería antiaérea. En
Campelo serían las baterías de Campelo Alto y Campelo Bajo; en Prior,
la batería de Prior Norte y Prior Sur y en el grupo de Prioriño estaban la
batería de Pena Roiba (4 pozos) y Lobateiras (2 pozos).

Por último, en el año 1939 la Junta Local de Defensa y Armamento de la


Plaza formula el estudio de la defensa antiaérea de la Base Naval de Fe-
rrol-Coruña y se crea el Grupo de Artillería Antiaérea para la defensa de la
Plaza de Ferrol en el año 1940, en donde se construyen la batería de Monte
Cobás y Santa Cecilia.

En cuanto a la protección de estas baterías, cabe destacar que ninguna


cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural, si bien una parte de
ellas están recogidas en los catálogos de los Planes Generales de Ordena-
ción Urbana.
296

Fig. 5. Baterías de los siglos XIX y XX en el ámbito de estudio según catalogación en los PGOM

Con respecto al patrimonio natural, se identifican tres figuras de protec-


ción en las baterías objeto de estudio: Zonas de Especial Protección de los
Valores Naturales (ZEPVN): espacios naturales de interés local y reservas
de la biosfera. Un número muy importante de las mismas se encuentra en
áreas protegidas, como indica el siguiente plano.

Las baterías de costa del Plan del 91, en Ares, llevan años cedidas al ayun-
tamiento, tanto las de la península del Segaño, como las de Coitelada,
junto con la cesión del Monasterio de Santa Catalina de Montefaro. No en
todas se han realizado las mismas intervenciones, siendo Pena Bailadora
la que parece atraer una mayor atención. En el año 2009 la Diputación
de A Coruña financió un mirador, que es punto de atracción de visitantes
y residentes. Sus túneles son accesibles, al contrario de lo que ocurre con
las baterías del Segaño y Salgueira, visibles, pero inaccesibles por la ma-
leza y por derrumbamientos que impiden el paso a determinados puntos
de manera segura. La batería de Fonteseca, muy próxima a la Bailadora,
también es objeto de actuaciones de limpieza, siendo precisa aún así una
intervención en la misma.
297

Fig. 6. Baterías de los siglos XIX y XX y espacios naturales protegidos en el ámbito de estudio.

En Ares se encuentran también las baterías de Faro y Sudova. La primera


se ubica en un perímetro cerrado en donde se encuentra una de las antenas
del centro emisor de televisión. La batería de Sudova, la más olvidada de
la seis que conforman el grupo, está cubierta por la vegetación, por lo que
precisaría de una limpieza y puesta en valor urgente.

En relación al Plan del 26, en 2021, tras el trabajo de limpieza se pro-


duce una cesión por 25 años –ampliable– de la batería de Campelo al
ayuntamiento de Valdoviño. A finales de noviembre de ese mismo año se
informaba por parte del Ministerio y del ayuntamiento que el plan de uso
estaba en fase de redacción, estando las primeras medidas orientadas a la
protección y conservación, con una posterior señalización. Como un pro-
yecto futuro, el ayuntamiento de Valdoviño aspira a crear un albergue en
parte de estas instalaciones.

En el caso de Ferrol, en 2019 comenzó el interés del ayuntamiento por la


cesión de las baterías (los trámites con el Ministerio de Defensa continúan)
y en 2021 el ente municipal lanzó una guía con 16 puntos de interés.
298
En Arteixo, los terrenos en los que se ubica la batería de Monticaño fueron ce-
didos para construir un parque del mismo nombre (desconocemos si la cesión
incluye la batería). No obstante, su conservación no es óptima, generando en
ocasiones quejas por parte de asociaciones culturales y habiendo sido objeto
de pintadas vandálicas, al igual que ocurre en la Bailadora o en el Segaño.

Por último, la batería del Monte de San Pedro, en A Coruña, se localiza en el


parque público municipal del Monte de San Pedro y cuenta con un buen es-
tado de conservación. El entorno alberga grandes atractivos turísticos, como
son las propias vistas, las piezas Vickers, el ascensor panorámico o un restau-
rante con estrella Michelin.

En cuanto a los usos de estas baterías, las ubicadas en Ares y Valdoviño, han
sido testigos de rutas de senderismo organizadas por los ayuntamientos, nor-
malmente de carácter gratuito y que pretenden poner en valor la costa en su
conjunto.

Ferrol ha ido un paso más allá y, como se ha apuntado anteriormente, han


creado una guía para ofrecer a turistas y residentes una ruta que sigue la evo-
lución histórica de la arquitectura defensiva.

Finalmente, la batería del Monte de San Pedro recibe numerosos visitantes,


que acuden al Parque como lugar de recreo y descanso, pero además, determi-
nadas asociaciones, en coordinación con los entes públicos, organizan even-
tos, como las representaciones históricas de la asociación The Royal Green
Jackets.

Por último, encontrándonos en Ferrol tenemos que destacar los valores excep-
cionales de la candidatura a la Lista del Patrimonio Mundial de la «Ciudad
de Ferrol. Puerto de la Ilustración» en proceso de reformulación. El papel que
estas baterías de los siglos XIX y XX pueden jugar en esa reformulación como
un paisaje fortificado que ha llegado a nuestros días está por valorar.

Proyectos en el patrimonio defensivo en Galicia

Para presentar ejemplos en Galicia nos servimos de la experiencia pro-


pia, proponiendo tres casos que pensamos representativos del estado de
la cuestión.

Anteproyecto Rehabilitación Antenas Comunicaciones SONNE (Terra Chá).


Anteproyecto para la valoración patrimonial de las antenas de comunica-
ciones de la Terra Chá denominadas «Sonne», con propuesta de recons-
trucción de una antena en su posición vertical original en Arneiro, y otra
299
tumbada frente a la carretera, valorización y conocimiento de las torres a
través de la creación de un centro de interpretación, y propuesta de un uso
compatible con su conservación a través de la creación de una red wi-max.

Propuesta desarrollada al amparo de un estudio sobre los recursos del


territorio, que en su momento no tuvo el apoyo de las distintas administra-
ciones, y que tras el paso de varios temporales y a pesar de los reiterados
avisos al respecto, no pudo salvar las antenas de su caída primero y del
pillaje después. Todo ello a pesar de que ejemplos semejantes como el de la
estación de radio de Varberg en Grimeton, Suecia, fue declarada Patrimo-
nio mundial en el año 2004.

Fig. 7. Anteproyecto de rehabilitación SONNE

Plan Director y Gestión de la Torre de Hércules y su entorno (A Coruña).


Plan desarrollado en colaboración con nuestra compañera Ana Goy re-
cientemente fallecida, que presenta el mejor conocimiento disponible en
el momento de su redacción sobre el monumento, declarado Patrimonio
Mundial en 2009 por la UNESCO, y propone mecanismos de gestión in-
300
novadores y participativos, organizados en tres áreas principales: El Co-
nocimiento del Bien y su entorno; el manejo del Bien; el Plan de Etapas, y
financiero para asegurar el desarrollo e implantación del mismo. A su vez,
una serie de propuestas de dinamización para dar a conocer los valores del
Monumento y su conexión con el entorno urbano y territorial.

La torre de Hércules es un monumento magníficamente conservado, pero


pobremente dinamizado, baste decir que carece de un Museo que explique
todos sus valores y especialmente los territoriales, a pesar de una magní-
fica ubicación y la disposición de diversos contenedores públicos, capaces
de albergar dicha función y presentar una trascendencia mundial que su
declaración exige.

Fig. 8. Torre de Hércules

Plan Director de conservación y puesta en valor del Monasterio de Santa


Catarina de Montefaro (Ares).
Documento que da una visión de conjunto de la situación del Monasterio,
de sus valores, estado de conservación y necesidades de intervención desde
una visión multidisciplinar. Se describe el estado actual del inmueble y de
los bienes que lo componen, así como de las principales patologías, pro-
poniendo y priorizando actuaciones a ejecutar, así como iniciativas públi-
cas de revitalización, usos y acciones de difusión. A su vez se estudian las
construcciones del sistema de fortificaciones de la península de Montefaro.
301
En los últimos años pequeñas intervenciones de la mano del Ayuntamiento,
la Diputación provincial y la Xunta de Galicia, han permitido la mejora del
estado de algunos elementos singulares como fue la recuperación de la Por-
tada de la Iglesia y más recientemente de las Cocinas del Monasterio. A des-
tacar la labor de dinamización de la Asociación de Amigos del Monasterio.

Fig. 9. Sistema de fortificaciones de la península de Montefaro.

Ejemplos de buenas prácticas sobre la arquitectura defensiva


en España

Después de analizar los casos de arquitectura defensiva costera en Ga-


licia, se realiza una primera aproximación general de ejemplos de patri-
monio defensivo costero en España, con una dinamización turístico-cul-
tural destacada.
302
La selección de casos tiene como punto de partida las ponencias presenta-
das en este Simposio, analizando ahora su uso turístico para detectar bue-
nas prácticas en la conjugación de conservación y uso y completando la se-
lección de casos con otros ejemplos de referencia en el panorama español.

Castillo de Peñíscola (Peñíscola, Castellón)


El Castillo y Parque de Artillería de Peñíscola, en la provincia de Castellón,
conocido también como el Castillo del Papa Luna, comenzó su construc-
ción en 1294 y finalizó en 1307. Sus alrededores fueron restaurados como
parque botánico en el siglo XX con flora autóctona del Parque Natural de
la Sierra de Irta. Este castillo está declarado Bien de Interés Cultural y los
espacios visitables los gestiona la propia Diputación de Castellón.

El castillo y el parque de artillería realizan visitas guiadas, visitas teatra-


lizadas y visitas libres con audio-guías descargables a través de una app
móvil. Al margen de este uso turístico, realizan eventos culturales, tales
como conferencias, conciertos de música, talleres históricos o teatro. El ca-
lendario turístico-cultural hace que cada año aumente el número de visitas,
registrando en 2022 un total de 287.058 visitantes según la Diputación y
alcanzando así los niveles previos a la pandemia.

Paloma Alta (Tarifa, Cádiz) , magnificamente presentado por Joaquin de


la Cámara.
En lo que respecta a las baterías de costa del siglo XX, destaca el trabajo
realizado por la Asociación Conde de Gazola para el denominado Parque
Cultural del Estrecho «Paloma Alta». El proyecto que la asociación pro-
pone ha sido ya presentado a la Junta de Andalucía y al ayuntamiento de
Tarifa y ha recibido la aprobación del jefe del Estado Mayor del Ejército.
En este proyecto se describe la pretensión de recuperar los edificios que
conformaron el destacamento artillero y habilitarlos para museos, salas de
exposiciones, alojamientos, restaurante, tienda u oficina de servicios.

San Pedro del Mar (Santander, Cantabria)


La batería de San Pedro del Mar, del siglo XVII, ubicada en la localidad
de Monte, Santander, inauguró en 2010 su proceso de restauración, para
crear así un Centro de Interpretación del Litoral perteneciente al ayunta-
miento. Este centro lleva a cabo actividades escolares, visitas, exposiciones,
actividades de sensibilización y rutas guiadas. No obstante, su actividad
fue decreciendo durante la pandemia y a día de hoy todavía no ha recupe-
rado su calendario de actividades previo.

Hotel Cap Rocat (Llucmajor, Mallorca)


Fortaleza del siglo XIX, que no entró en uso hasta el siglo XX. Su función
principal era defender la Bahía de Palma, Cap Rocat. Esta fortaleza está
303
declarada bien de interés cultural y ubicado en una zona declarada ZEPA.
Hoy convertido en Hotel, la propiedad de es de Antonio Obrador, la mis-
ma persona que se encargó de la obra de rehabilitación. Su uso es prin-
cipalmente turístico, permitiendo a sus huéspedes pernoctar en un lugar
histórico y en un marco arquitectónico único.

Castillo de San Carlos (Palma, Mallorca)


También en las Islas Baleares se encuentra el Castillo de San Carlos, en Pal-
ma de Mallorca, los inicios de su construcción se remontan al siglo XVII a
través de un pequeño torreón. Durante su historia, no se limitó solamente
a una función defensiva, sino que también tuvo uso como hospital y pri-
sión política.

En 1981 se comienza su rehabilitación para convertirlo en lo que es hoy:


un museo militar, pero no fue hasta el 7 de abril de 1997 cuando se creó
para su gestión el Consorcio del Castillo de San Carlos formado por el
Ministerio de Defensa, el Gobierno de las Islas Baleares, el Consejo Insular
de Mallorca y el ayuntamiento de Palma.

A través de la gestión de este consorcio, el castillo cuenta con diferentes


visitas y eventos, además de disponer de cafetería. Se celebran cursos, con-
ferencias, exposiciones temporales o recreaciones históricas, estas últimas
a través de entidades como la Asociación de Amigos del Castillo de San
Carlos o la Agrupación de Recreación Histórica de Mallorca, entre otras.
Además, también se permite la realización de eventos privados a través de
la reserva del castillo, bien sea de alguna sala o de la fortaleza al completo.

Fortaleza de Isabel II (Mehón, Menorca)


Otro ejemplo de gestión y puesta en valor de este tipo de patrimonio en las
Islas Baleares es la fortaleza de Isabel II, La Mola, en Mahón. Su construc-
ción comienza en 1848 y en 1896 se comienza la construcción de baterías
de costa más modernas, dada la obsolescencia de las anteriores.

La fortaleza está gestionada por una empresa privada, Pendent Serveis i


Gestió SL. por adjudicación a través del Consorcio del Museo Militar de
Menorca. Esta empresa se encarga de realizar diferentes visitas guiadas, ru-
tas en buggies y rutas temáticas. Se realizan eventos, tales como conciertos,
carreras deportivas, espectáculos ecuestres o representaciones teatrales. La
zona cuenta con áreas de descanso, tiendas de souvenirs y se permiten las
celebraciones privadas.

Parador de Hondarribia (Hondarribia, Guipúzcoa)


El Parador de Hondarribia se localiza en el castillo de Carlos V, construc-
ción del siglo X erigida por Don Sancho Abarca de Navarra para la defen-
304
sa sobre el río Bidasoa y en el que se alojaron, entre otros, el emperador
Carlos V, Felipe IV y V, y Velázquez. A comienzos del siglo XX el Ayunta-
miento lo compró y en 1959 se adaptó como sede para una exposición que
conmemoraba el tricentenario de la Paz de los Pirineos, adecuándose en
1668 como Parador de acuerdo al proyecto del arquitecto Manuel Sainz
de Vicuña, quien decidió dejar sin intervención una parte del conjunto
para «mantener el romanticismo de la ruina». En su interior posee una
colección artística, entre la que destacan seis tapices de la serie de Rubens
«Historia de Aquiles” diseñados entre 1630 y 1635.

Como se observa en todos los casos anteriores, el desarrollo turístico-cul-


tural sostenible de la arquitectura defensiva, a través de diferentes mode-
los, permite conjugar salvaguarda del patrimonio defensivo con su uso y
disfrute por parte de las generaciones presentes y futuras.

Una visión europea

Finalmente, realizando una visión general a Europa, se citarán tres casos


destacables como son las bases de submarinos en Bretaña en Francia y
Scapa Flow y Dover Castle en Reino Unido.

En el caso de Bretaña, destaca la base de Lorient, construida por los ale-


manes en la Segunda Guerra Mundial y distinguida con la etiqueta patri-
monio del siglo XX. Esta base está compuesta por tres bloques y es a día
de hoy un ejemplo de reconversión como centro económico, turístico y
náutico.

Cuenta desde 2008 con la Cité de la Voile Eric Tabarly, una base de sub-
marinos en donde ahora se encuentra un centro de navegación a vela y re-
gatas oceánicas en el que se explica cómo se construyen los veleros, cómo
funcionan y todo lo relacionado con la historia más imponente de este
ámbito. El propio edificio cuenta con una torre con vistas panorámicas y
una tirolina sobre el agua. Dispone también de dos Museos del submarino,
el Flore y el de Lorient, visitables tanto de manera libre como a través de
visitas guiadas y en donde todo evoca al ambiente que se vivía en el pasa-
do en estas bases. Lorient es todo un ejemplo de dinamización cultural y
turística, ya que también cuenta con una sala para la realización de eventos
y conciertos, sumado a un gran número de actividades paralelas como son
viajes a bordo de un barco o exposiciones temporales.

Scapa Flow, por su lado, comienza en 2017 una investigación arqueológica


para el proyecto German High Seas Fleet Scap Sites que pretende analizar
las flotas hundidas en estos mares. Además se realizan también importan-
305
tes labores para aunar el pensamiento colectivo a través de la participación
pública para la gestión del patrimonio marino de la guerra del siglo XX.

Acerca de los acontecimientos de Scapa Flow hay ya un Museo y un Cen-


tro de Visitantes, que cuenta la historia del fondeadero naval y cabe desta-
car también las iniciativas privadas que realizan inmersiones para contem-
plar dicho patrimonio. Destacaríamos además el proceso de apropiación
que patrimonializaron los internos recluidos transformando un barracón
militar en una capilla cristiana.

Destacar por último el papel del castillo de Dover en el Canal de la Man-


cha, testigo de la evacuación de miles de tropas aliadas de la playa de
Dunkerque. Este castillo es un buen ejemplo en cuanto a actividades inter-
pretativas del patrimonio, ya que cuenta con una exposición en los túneles
secretos de guerra, permite explorar las habitaciones medievales, pero de
lo más destacado es que las personas que lo visiten podrán intentar salvar
un piloto en el Hospital Subterráneo y aplicar el código Morse para de-
tectar barcos enemigos. Para la visita al castillo debe abonarse el pago de
una entrada y dentro se podrá realizar una visita guiada. El caso de Fan
Bay Deep Shelter at The White Cliffs of Dover, es de especial interés, pues
mientras el primero es manejado por English Heritage, la administración
de Patrimonio, en el segundo un grupo de trustees, voluntarios, se hacen
cargo de su gestión y mantenimiento.

Los casos seleccionados

Tras analizar diferentes ejemplos de dinamización turístico-cultural a di-


versas escalas, se han identificado la línea fortificada de Venecia (Italia), la
red Forte Cultura y Pula (Croacia) como tres casos inspiradores para la
dinamización de la arquitectura defensiva, por ser ejemplificadores de ac-
tuaciones recientes que muestran cómo el aprovechamiento sostenible del
patrimonio ayuda a su propia conservación y a la dinamización económica
de los territorios en los que se encuentra.

Venecia es uno de los grandes hitos patrimoniales globales, que más allá
de la vida de los canales y sus islas, posee en su entorno un excepcional
conjunto defensivo que llega al siglo XX, con intervenciones recientes de
enorme calidad, y que se beneficia del tirón turístico de la ciudad y ayuda
a su desestacionalización.

Forte Cultura es una red de sitios y conjuntos fortificados que maximizan


las oportunidades del trabajo conjunto, compartiendo conocimientos, es-
trategias y medios de comunicación y promoción.
306
En el caso de Croacia, adquieren especial relevancia los procesos de parti-
cipación, en concreto de estudiantes y universidades comprometidas con la
valorización de una costa que es mucho más que sol y playa.

Cada uno de estos tres casos es presentado en una ponencia en este Con-
greso, detallando las actuaciones que se han llevado a cabo, sus resultados
y sus efectos sobre el territorio.

Fig. 10. Dique de mareas de A Cabana

Conclusiones

El desarrollo turístico sostenible del patrimonio militar costero requiere


en, primer lugar, de la definición de un modelo de gestión, estableciendo
agentes involucrados, comenzando por los vecinos y un órgano de coordi-
nación, contemplando integración en redes e involucrando a una empresa
de gestión.

Desde el punto de vista patrimonial, se hace precisa una declaración patri-


monial conjunta, que otorgue a los conjuntos defensivos la máxima pro-
tección, sugiriéndose para ello las siguientes categorías de Bien de Interés
Cultural:
c) Sitio histórico: el lugar vinculado a episodios relevantes del pasado, a
tradiciones populares o a creaciones culturales singulares de interés his-
tórico, paleontológico, siempre que esté relacionado con la historia hu-
mana, etnológico, antropológico o científico y técnico.
h) Paisaje cultural: el lugar identificable por un conjunto de cualidades
culturales materiales e inmateriales singulares, obras combinadas de la
307
naturaleza y el ser humano, que es el resultado del proceso de la interac-
ción e interpretación que una comunidad hace del medio natural que lo
sustenta y que constituye el soporte material de su identidad.
i) Territorio histórico: el ámbito en el que la ocupación y las actividades
de las comunidades a lo largo de su evolución histórica caracterizan un
ámbito geográfico relevante por su interés histórico, arquitectónico, ar-
queológico, etnológico, antropológico, industrial o científico y técnico.

Finalmente, es necesario una intervención ejemplar inspirada en los ejem-


plos presentados, adaptada al lugar y sus valores y apoyada por un progra-
ma de acción y mantenimiento con continuidad en el tiempo. Intervención
que conjugue los valores culturales, naturales e inmateriales, sus condicio-
nes paisajísticas y la participación local para asegurar la pervivencia de las
actuaciones.

Por último quisiera retornar a la visión desde el mar. A lo largo de este sim-
posio, y seguramente en este propio artículo, hemos pecado de una visión
terráquea, considero imprescindible que las baterías sean vistas y enten-
didas desde el mar. Ese mar que surcaban nuestros barcos, un patrimonio
marítimo muy poco atendido, como es el caso del dique de mareas de A
Cabana, a la espera de una restauración que ponga en valor su excepciona-
lidad, el mar y sus embarcaciones, el océano y el fin del mundo que somos.

Fig. 11. La Torre de Hércules vista desde el mar


308
LISTADO DE ILUSTRACIONES
Fig. 1. Talasogalicia. Crecente Asociados.
Fig. 2. Web de la Asociación de Ayuntamientos del Camino de Fisterra y Muxía
http://ateofin.gal/ Fótografo: Álvaro Arribi.
Fig. 3. Baterías costeras en el registro BIC de Galicia
Fig. 4. Camino de Fisterra y Muxía y ciudades de A Coruña y Ferrol. Crecente Asociados
Fig. 5. Baterías de los siglos XIX y XX en el ámbito de estudio según catalogación en los PGOM.
Crecente Asociados.
Fig. 6. Baterías de los siglos XIX y XX y espacios naturales protegidos en el ámbito de estudio.
Crecente Asociados.
Fig. 7. Anteproyecto de rehabilitación SONNE. Crecente Asociados.
Fig. 8. Torre de Hércules. Crecente Asociados.
Fig. 9. Sistema de fortificaciones de la península de Montefaro. Crecente Asociados.
Fig. 10. Dique de mareas de A Cabana. Crecente Asociados.
Fig. 11. La Torre de Hércules vista desde el mar. Crecente Asociados.
309
04 | Turismo: gestión y desarrollo sostenible del patrimonio militar costero

La laguna de Venecia, el parque de los


fuertes y las torres

Fiorenzo Meneghelli
Arquitecto, vicepresidente del Instituto Italiano de los Castillos y presidente de la
sección del Véneto; miembro de ICOMOS/ICOFORT; gestor del centro de estudio del
fuerte de Marghera, en Venecia; coordinador de la red de fuertes.

Resumen
Venecia no está formada únicamente por un antiguo núcleo urbano, sino
que forma parte de un contexto territorial más amplio, que incluye tanto
tierras continentales como la laguna y el litoral marítimo: un entorno
histórico, cultural y medioambiental único. Las fortificaciones construidas
a lo largo de los siglos han provocado la estratificación histórica en
varias zonas del territorio veneciano, integrando y, al mismo tiempo,
rediseñando el entorno con sus geometrías.
Su ubicación cada vez más alejada del centro de la ciudad, por razones
defensivas, ha dado lugar a dos grandes zonas fortificadas: una hacia
el territorio continental y otra hacia la laguna y el mar. La primera de
ellas es el Campo Trincerato in Mestre, donde las obras de fortificación
realizadas entre 1800 y 1900 solo se incorporaron a la expansión
contemporánea de las zonas productivas y urbanas de forma parcial.
Hoy en día, constituyen una valiosa reserva de zonas verdes y espacios
esenciales para la reubicación urbana, social y medioambiental de
Mestre. La recuperación del fuerte de Marghera, con una combinación
de funciones culturales, recreativas y de ocio, supone una experiencia
en curso muy significativa. La otra zona fortificada, que se extiende a lo
largo de varios kilómetros, está situada entre la laguna y el amplio litoral
marino.
La recuperación de fuertes y torres de telemetría de la península
de Cavallino implica una intervención equilibrada entre los valores
históricos y culturales y el contexto medioambiental de la región.
El asentamiento urbano, con sus actividades agrícolas y pesqueras
tradicionales, está bien integrado en un turismo medioambiental al aire
libre y convive con las grandes playas de arena, los pinares y los valles
pesqueros de la laguna.

Palabras clave: fortificación, bien cultural, paisaje, territorio,


sostenibilidad
310
El sistema fortificado veneciano

La República de Venecia, que ya existía desde el siglo XI y de forma más ex-


tensa desde el siglo XV, aumentó su expansión territorial con el desarrollo de
sus intereses económicos y comerciales, lo que provocó la necesidad de crear,
como parte de una visión estratégica unificada, un gran plan de defensa que
implicó, en el territorio continental, un fuerte sistema de defensa militar arti-
culado en ciudades fortificadas y, siguiendo las rutas comerciales de navega-
ción que se extendían hacia el este, una vasta red de obras de defensa costera.
Se planeó, por tanto, en un breve período de tiempo, un extraordinario sis-
tema defensivo que requería: un gran compromiso económico, una selección
estratégica de los emplazamientos que había que fortificar y una arquitectura
militar renovada con nuevas soluciones constructivas y tipológicas capaces
de responder al rápido desarrollo de la artillería de asedio.

El reconocimiento por parte de la UNESCO, en 2017, del paraje serial trans-


nacional «Fortificaciones venecianas de defensa de los siglos XVI y XVII:
estado terrestre y marítimo occidental», en el que se incluyen las ciudades de
Bérgamo, Peschiera del Gard y Palmanova (en Italia); Šibenik (en Croacia);
y Cattaro (en Montenegro), destaca la importancia y el valor de este patri-
monio cultural. Venecia, dados los problemas medioambientales y de gestión
con las fortificaciones de la ciudad, incluida inicialmente en la solicitud (con
el fuerte de San Andrés, el fuerte de San Felice, etc.) fue finalmente descartada
en el paraje transnacional.

También cabe mencionar que la República de Venecia, al haber construido


un sistema de fortificaciones eficientes tanto en territorio continental como
en la costa adriática, consideraba que la ciudad estaba bien protegida de
ataques enemigos. Por este motivo, se desarrollaron fortificaciones en las
«aperturas del puerto» de entrada de barcos desde el mar a la laguna y en la
propia laguna al fortificar pequeñas islas octogonales donde se podía colocar
artillería para bloquear la navegación hacia el interior.

Tras la caída de la República de Venecia, que comenzó en 1897, en un con-


texto político que había cambiado de forma considerable, hubo un desarrollo
progresivo de un gran sistema defensivo que se extendía cada vez más hacia
el territorio circundante. Las fases de construcción de las nuevas fortificacio-
nes se corresponden con los distintos gobernantes a lo largo de la historia:
desde los franceses hasta los austríacos y desde 1866, cuando Venecia pasó a
formar parte del Reino de Italia, hasta la Segunda Guerra Mundial.

Estas fortificaciones, que, históricamente, configuraban las distintas zonas


del territorio veneciano, se integraron en ella, remodelando el entorno con
su geometría. Su ubicación cada vez más alejada del centro de la ciudad, por
311
razones defensivas, ha dado lugar a dos grandes zonas fortificadas: una hacia
el territorio continental y otra hacia la laguna y el mar.

Este vasto sistema de fortificaciones representa un patrimonio histórico, ar-


quitectónico, medioambiental y paisajístico incluso mayor para la ciudad de
Venecia, que solo recientemente ha prestado atención y mostrado interés en
iniciar un proceso de revalorización que fomente la recalificación de zonas
suburbanas y de interés medioambiental.

Las defensas de la República de Venecia contra el Imperio Habsburgo


El sistema fortificado de Venecia estaba dividido en tres zonas: el territorio
continental, la laguna y la zona de costa. Se desarrolló según las distintas
necesidades defensivas que se fueron sucediendo a lo largo de la historia en
la ciudad y conforme al desarrollo simultáneo de la artillería de asedio.

Son tres zonas con distintas características morfológicas que, sin embargo,
forman parte de una misma visión orgánica de defensa de la ciudad: la defen-
sa frente a potenciales ataques desde el interior se consideraba poco proba-
ble, dado que las aguas poco profundas de la laguna dificultaban la navega-
ción hacia la ciudad y la hacían arriesgada para aquellos poco familiarizados
con éllas. Además, la distancia considerable entre el territorio continental y
Venecia hasta las primeras décadas del siglo XIX no permitía a la artillería
enemiga alcanzar la ciudad con sus disparos.

El sistema defensivo
veneciano en el periodo
austríaco, siglo XIX.
Elaboración gráfica
Fiorenzo Meneghelli
312
La acción defensiva, tanto de la República de Venecia como de los austríacos,
se centraba en la laguna y el mar con un objetivo esencial común: bloquear
la flota enemiga que pudiese acceder a la laguna por mar mediante una gran
cantidad de cañones distribuidos alrededor del perímetro de las islas fortifi-
cadas. A continuación, se presentan tres fortificaciones ubicadas en la laguna
que representan perfectamente, a nivel tipológico, histórico y de los desafíos
para su recuperación, tres casos de estudio con distintos resultados.

Fuerte de San Andrés. Lo construyó en 1535, en la isla Vignole, el arqui-


tecto Michele Sanmicheli. Para evitar que la flota enemiga accediese a la la-
guna, se colocaron largas cadenas conectando el fuerte de San Andrés con
el fuerte de San Nicolás, en la orilla opuesta. El fuerte incorporaba la torre
medieval ya existente, frente a la cual se construyeron un monumental
pórtico de columnas y cornisas de gusto clásico de piedra de Istria, desde
el que se desplegaban dos alas curvadas simétricas, donde se colocaban,
en línea de costa, hileras de cañones. La imagen es la de un barco de pie-
dra con la artillería colocada en línea en los flancos, por analogía con un
buque militar. El pórtico del fuerte rememora la grandiosa arquitectura de
las puertas de la ciudad de las fortalezas venecianas, convirtiéndose aquí
en la puerta de entrada monumental a la ciudad de Venecia. El dominio
público, al que pertenece el fuerte, lo ha puesto a la venta como destino
turístico, lo que puede convertirse en el prólogo de la privatización de la
isla al completo. El fuerte de San Andrés es el monumento fortificado más
distinguido de los que se construyeron en la laguna durante la República
de Venecia, pero todavía no ha encontrado un proyecto de restauración
serio que pueda respetar el valor simbólico e histórico que presenta para la
ciudad y, al mismo tiempo, garantizar su uso público.

Forte Sant’Andrea, en la isla de Vignole. Foto: Fiorenzo Meneghelli.


313
Fuerte de San Felice. El fuerte está ubicado al otro lado del puerto, cerca
de Chioggia, controlando la entrada a la laguna, donde los venecianos
construyeron el castillo en 1385 para vigilar la zona. En 1500, la Serení-
sima República de Venecia rodeó el castillo existente con unas enormes
murallas y grandes terraplenes triangulares. Más tarde, se construyó una
entrada monumental hacia el mar en piedra de Istria, así como un pol-
vorín. A estos elementos, los siguieron medidas defensivas por parte de
franceses, austríacos y el Reino de Italia. Las últimas tropas de la Marina
abandonaron el fuerte en 1979. Pronto comenzó el deterioro gradual de
los edificios históricos y el crecimiento de vegetación silvestre. En 2018, el
Ministerio de Defensa, el Ministerio de Infraestructuras, el Ministerio de
Patrimonio, la Agenzia del Demanio y el Ayuntamiento de Chioggia firma-
ron un memorando de acuerdo para poner el valor esta propiedad militar.
A partir de 2019, se instauró una mesa de coordinación técnica entre las
distintas entidades, lo que ha derivado en los últimos años en borradores
de los proyectos de recuperación finales, divididos en varios grupos de ope-
raciones. Por el momento, los trabajos de restauración en la monumental
entrada al fuerte han comenzado. El plan está dividido en una serie de
funciones, desde museísticas hasta turísticas y medioambientales, ubicadas
en el fuerte en una zona de 33 000 m2, incluyendo también la zona de baño
en la recalificación general del área próxima al fuerte. 7 millones ya han
sido financiados para la restauración como compensación por el MOSE
(un sistema de presas móviles para la defensa de Venecia y su laguna frente
a las aguas altas), aunque se han estimado necesarios otros 5 millones para
completar la obra.

Forte Sant’Andrea, en la isla de Vignole. Foto: Fiorenzo Meneghelli.


314
Torre Massimiliana de Sant’Erasmo. Se construyó entre 1843 y 1844 en el
emplazamiento de un fuerte francés anterior de entre 1811-1814 en la isla
de Sant’Erasmo, cerca del mar.

Su función era la de controlar la entrada a la laguna desde el mar, en co-


laboración con el Ridotto Sant’Erasmo Nuovo y el Ridotto Sant’Erasmo
Vecchio (1832/33-1811/14) y la batería de Sant’Erasmo (1859-64).

De forma cilíndrica, enladrillado y con aperturas cónicas y cordones de


piedra de Istria, cuyo grosor se aumentó en tres cuartas partes del perí-
metro para garantizar una mayor resistencia ante los disparos de artillería
procedentes del mar, la torre está defendida por un terraplén abaluartado
que delimita el patio interior; se puede acceder a través de un puente sobre
la acequia perimetral alimentada por la laguna. El plano circular, con un
diámetro exterior de 28,50 m, se divide en 8 habitaciones trapezoidales. En
el centro de la torre hay un patio interior donde se ubica la escalera circu-
lar que conduce a la azotea. Además de la artillería de casamata colocada
en los dos niveles de la torre, había una batería de cañones en el tejado que
podía girar sobre un raíl colocado en el suelo, asegurando así un alcance de
360 grados. Todavía se utilizó durante la Segunda Guerra Mundial como
batería antiaérea. Un acuerdo entre el Ayuntamiento de Venecia, la Región
del Véneto y la Autoridad del Agua condujo a la restauración completa
de la torre Massimiliana en 2003. Cerca de la torre Massimiliana, que da
cobijo a exposiciones temporales y otros eventos culturales, se constru-
yó otra estructura, parcialmente incorporada al terraplén perimetral de la
zona del fuerte, donde se colocaron servicios, salas técnicas e instalaciones.
La acción no solo está relacionada con obras de defensa contra las aguas
altas, sino con la reordenación medioambiental y paisajística de una isla
que ha conservado sus actividades agrícolas y hortícolas tradicionales.

Torre Massimiliana en la isla de San Erasmo. Foto: Fiorenzo Meneghelli


315
El campo atrincherado de Mestre y el Fuerte de Marghera

A finales de la tercera guerra de independencia, en 1866 Veneto pasó a


formar parte del Reino de Italia y Venecia adoptó un importante papel
estratégico tanto en el mar Adriátrico como en el frente italiano. Venecia,
con su puerto y su arsenal, se convierte en el baluarte de la marina italiana,
que debe competir por el control del mar Adriátrico contra la base naval
austrohúngara de Pola. El plan de defensa veneciano se articula en la la-
guna y la zona costera, hacia el mar, con nuevos fuertes y baterías costeras
(que se ilustran en el siguiente capítulo), y hacia el territorio continental,
con el campo atrincherado de Mestre. Venecia, además de ser una im-
portante base naval, es también un nodo ferroviario fundamental, lo que
asegura la conexión con el valle del Po y la zona de los Apeninos, con el
fin de transportar material y tropas a las zonas cercanas al frente italiano.
La construcción del fuerte de Gazzera comenzó en 1883 y, más tarde, en
1890-92, la siguen el fuerte Carpenedo y del fuerte Tron (a una distancia
entre ellos de unos 3,5 y 5,5 km), formando un cinturón concéntrico alre-
dedor del fuerte de Marghera. Otro cinturón de fuertes todavía más exter-
no los seguirá entre 1907 y 1912, con baterías acorazadas de hormigón y
torres de artillería giratorias: Rossaroll, Pepe, Cosenza, Mezzacapo, Sirtori
y Poerio. En 1913 era posible contar 37 fortificaciones principales (fuertes
y baterías tanto en el interior como en la costa) para la defensa de Venecia.

Fuerte de Marghera
Tras el Tratado de Campoformio, en 1797, comenzó la primera ocupa-
ción francesa de Venecia y, tras algunos años, fue seguida de la ocupación
austríaca. En ambos casos, la defensa terrestre de la ciudad frente a un
ataque enemigo se consideraba importante. La construcción del fuerte de
Marghera encaja en esta nueva visión estratégica de la defensa de Venecia.

Las obras acababan de comenzar cuando, en 1805, los franceses entraron


en Mestre y conquistaron Venecia. Los franceses intentaron completar rá-
pidamente las obras de fortificación, pero, en 1913, los austríacos tomaron
el fuerte, conquistándolo en 1814. Durante un breve período entre 1848
y 1849, el fuerte, en manos de insurgentes venecianos con ocupación aus-
tríaca, jugó su último papel defensivo, que culminó tras un largo asedio.

El bombardeo de cañones de artillería del fuerte provocó la destrucción de


muchas de las obras de defensa, lo que exigió a los austríacos importantes
medidas de reconstrucción y modernización entre 1849 y 1866. Después
de 1866, el Estado unitario italiano confirmó el papel estratégico del fuerte
de Marghera y destacó la necesidad de modernizar las defensas e integrar-
las con el campo atrincherado de Mestre.
316

Vista aérea de Venecia con su laguna, Forte Marghera el círculo rojo.


Fundación Forte Marghera/T. Grones

El sistema de defensa del fuerte se organiza en 3 líneas de defensa que


convergen en el centro, separadas por amplios fosos. La primera línea de
defensa se ubica en el exterior del foso y está formada por lunetas (bastio-
nes triangulares excavados); la segunda coincidía con el frente poligonal
equipado con cuatro bastiones separados por un canal, el nivel del suelo
y el reducto central. La tercera línea es el centro de la defensa. Tiene una
forma poligonal, abaluartada, que concluye con un muelle protegido por
un bastión rodeado de canales lagunares. El acceso al fuerte se realiza por
tierra desde Mestre, a través de un puente con una calle que llega al re-
ducto central, y por la laguna, desde el gran muelle ubicado en el extremo
opuesto, en dirección a Venecia.

A principios del 1900, se incorporaron baterías de artillería de hormigón y edi-


ficios logísticos. La armada italiana abandonó el fuerte en 1995 y, desde 2010,
ha pasado de ser propiedad del estado a pertenecer a la ciudad de Venecia.
317
A día de hoy, del sistema histórico, solamente conservamos los siguientes
edificios: la entrada, un edificio erigido sobre el puente del siglo XVI exis-
tente, tres casamatas ubicadas en bastiones (uno de los cuales, actualmen-
te, es un museo), el polvorín francés a la derecha de la avenida principal
y el austríaco a la izquierda y las dos barracas napoleónicas en el muelle.
Un canal navegable comenzaba en el muelle y conectaba el fuerte con la
ciudad de Venecia.

El fuerte se encuentra en un contexto urbano y medioambiental muy di-


verso: al sur, la laguna; al este, la zona industrial del muelle de Marghera;
al norte-noreste el área de reciente creación de oficinas y hoteles; al oeste,
la zona urbana y el gran parque San Giuliano que termina en la laguna.

Desde un punto de vista histórico, el fuerte de Marghera ha sido el nodo de


conexión entre el territorio continental y Venecia; nunca ha dejado de ser-
lo. En este contexto, con el comienzo de una nueva recalificación urbana y
medioambiental, es fundamental priorizar los problemas relacionados con
el área de Mestre (una zona productiva con marginalidad social y urbana)
que son de sobra conocidos.

La revalorización del fuerte de Marghera, que se extiende a lo largo de 44


hectáreas con 70 edificios, se ha promocionado gracias al pacto firmado
por el Ministerio de Cultura y la ciudad de Venecia en 2014. En 2015, la
ciudad de Venecia estableció la Fundación del Fuerte de Marghera para
gestionar el fuerte y estudiar/revalorizar el patrimonio natural y cultural
de las fortificaciones. La fundación sin ánimo de lucro desarrolla tareas
de investigación, educativas y de reciclaje profesional, de organización de
iniciativas culturales y de mantenimiento, recuperación y reutilización del
patrimonio. Además, realiza eventos, pequeñas tareas de mantenimiento
de los edificios y de zonas verdes, así como recepción de visitantes.

En 2013, la región del Véneto financió la recuperación de edificios del fuer-


te de Marghera que albergan el Centro de estudios para la puesta en valor
de la arquitectura militar y los sistemas de defensa, gestionados, a día de
hoy, por la Fundación del Fuerte de Marghera. El Centro es un lugar de
estudio y conocimiento de la arquitectura militar y de sistemas de defensa
regionales, nacionales e internacionales, así como un centro para divulgar
su recuperación, fomento y reutilización. Junto al Centro, desde 2018, hay
una biblioteca abierta al público, especialmente popular entre los estudian-
tes, que está integrada en la red de bibliotecas de Venecia.

Las principales medidas, financiadas en 2021 con un presupuesto inicial


de 22 millones, tenían por objetivo dar un nuevo acceso al área, realizar
nuevas infraestructuras y plantas tecnológicas y restaurar edificios histó-
318

Vista aérea de Forte Marghera. Fundación Forte Marghera/T. Grones

Forte Marghera a principios de 1900.


Elaboración gráfica de Fiorenzo Meneghelli.
319
ricos. Para mejorar el acceso al área se ha instalado un pequeño aparca-
miento nuevo fuera del fuerte, que se va a ampliar en más áreas externas,
y dos nuevos puentes, que conectan al este con el fuerte del parque San
Giuliano y al oeste con el área industrial y de oficinas. El fuerte está bien
conectado por transporte público y por carriles para bicicletas que se están
ampliando hacia el centro de Mestre y las ciudades de alrededores, donde
se encuentran los fuertes de los campos atrincherados de Mestre. También
está equipado con un aparcamiento de bicicletas cubierto.

Hasta la fecha, se ha recuperado un cobertizo en la entrada del fuerte, que


se utiliza para realizar conferencias para más de 100 personas en la sala
principal o para pequeñas reuniones en habitaciones independientes. En
este edificio también están las oficinas de la Fundación, conectadas a la
biblioteca del Centro de Estudios. El cobertizo se utiliza para exposiciones
temporales (también promovidas por la universidad, la Bienal y otras ins-
tituciones culturales) y, junto con los polvorines francés y austríaco y otros
edificios, forma parte de la zona cultural del fuerte.

Los usuarios de estos edificios también tienen acceso a los servicios de res-
tauración gestionados por cooperativas sociales que organizar actividades
musicales y gastronómicas. Ofrecen comidas de negocios y, por la noche,
montan atracciones para los jóvenes.

El fuerte está continuamente ocupado por personas, dada la amplia dis-


ponibilidad de zonas verdes en las que es posible pasear, hacer deporte y
pasar el rato al aire libre.

Por supuesto que todavía hay partes pendientes de recuperar, como las
barracas francesas (un proyecto que ya ha sido lanzado), pero, en general,
es posible decir que, en este momento, la mayor parte del fuerte se puede
utilizar, como indica la cifra de 350 000 visitantes al año.

El fuerte de Marghera, con sus múltiples y contemporáneas actividades,


supone una experiencia de enorme interés, no solo a nivel nacional, sobre
cómo es posible revitalizar el patrimonio fortificado a la vez que se preser-
va, al menos parcialmente, su identidad histórica y cultural.

El parque de torres y fuertes

Como parte del borrador de los Planes de Desarrollo Regional realiza-


dos durante la última década, la región del Véneto se ha centrado en
fomentar el amplio y expandido patrimonio histórico y arquitectónico
de origen militar. Hace tiempo que se incluye el patrimonio histórico
320
fortificado medieval y de la época de la República de Venecia en una
legislación nacional y en un marco de financiación bien establecidos.
Al contrario, el patrimonio fortificado de los siglos XIX y XX no está
incluido en ninguna regulación adecuada.

Este es el contexto de la iniciativa de la región del Véneto, de acuerdo


con el ayuntamiento de Cavallino-Treporti, para «llevar a cabo un estu-
dio de política paisajística para poner en valor el sistema de fortificacio-
nes y el contexto histórico y medioambiental vinculado al mismo, que
se debe considerar como un elemento preparatorio para la redacción
del Plan Paisajístico Regional, que se centrará, en esta primera fase, en
la zona de la laguna». Ya había realizado estudios sobre el patrimonio
fortificado de la región, en los que destacaba no sólo la importancia his-
tórica y cultural de las fortificaciones sino también su valor paisajístico.
De hecho, creo que las fortificaciones ubicadas tanto en zonas urbanas
como no urbanas pueden resultar elementos importantes a la hora de
plantear procesos de rehabilitación de zonas urbanas y medioambienta-
les. Este estudio se realizó en colaboración con el arquitecto paisajista
João Nunes, desde una lectura del territorio en sus distintas tipologías,
con el fin de comprender los aspectos más significativos tanto históricos
como contemporáneos, y, por tanto, proponiendo una metodología para
utilizar también en otros contextos. Los aspectos esenciales de este estu-
dio se resumen a continuación.

El sistema defensivo
veneciano. En rojo
las fortificaciones del
período austríaco (hasta
1866); en verde las
fortificaciones italianas
(1883-1920). Diseño
gráfico de Fiorenzo
Meneghelli.
321
El marco cognitivo

El territorio
El territorio de Cavallino-Treporti se caracteriza por la presencia de nume-
rosas construcciones arquitectónicas militares: fuertes, baterías costeras,
torres de control, barracas, etc. Estas obras se construyeron entre 1874
y 1917, seguidas de otras obras de defensa costera y búnkeres hasta la
Segunda Guerra Mundial. Originalmente, formaban parte de un sistema
militar conectado por carreteras y vías de tren (el Decauville, un ferrocarril
de vía estrecha construido a principios del siglo XX, que se utilizó tanto
para construir baterías como para transportar municiones en las dos gue-
rras mundiales) que conformaban la estructura funcional del territorio.
Cuando terminó la función militar de la península, el sistema de carreteras
dejó de funcionar y las obras de fortificación fueron quedando abandona-
das progresivamente; así, el territorio perdió sus núcleos estructurales y las
relaciones entre distintas zonas.

La reevaluación de las obras de fortificación en el contexto contemporá-


nea, sin considerarlas elementos aislados, sino parte esencial de un sistema
con un carácter territorial, supone el punto de inicio de un programa de re-
valorización, que puede establecer una estrecha relación entre los elemen-
tos históricos y los distintos tipos de paisaje representados en la península
Cavallino-Treporti (tabla 1.1a)

La laguna, parte de la gran Laguna de Venecia, representa un oasis natural


donde el entorno no ha sido contaminado, caracterizándose por los barene
(islas cubiertas por vegetación que surgen del agua) y valles pesqueros. Un
oasis natural cohabitado por una amplia y variada fauna y flora.

La costa hacia el mar, con 15 km de playas de dunas y pinares, es la parte


de la península más afectada por el desarrollo turístico, un turismo al aire
libre que implica la presencia de más de seis millones de visitantes que se
alojan en campamentos, pueblos y complejos hoteleros. La zona del pinar
ha preservado, mayormente, su integridad medioambiental y su continui-
dad paisajística, conectada al mar mediante las amplias playas.

La zona del interior ha conservado su aspecto rural, con campiñas y cul-


tivos hortofrutícolas que forman una línea longitudinal que recorre toda
la península. Este paisaje agrícola se alterna con asentamientos urbanos
donde la población local desarrolla sus actividades y su vida social.

Las torres de control


Los elementos más distinguidos del sistema de la laguna de Cavallino-Tre-
porti son las torres de control, construidas a principios del siglo XX como
322
unidades de control de las baterías costeras a lo largo del litoral. Aunque las
torres cumplían una función militar, su arquitectura era civil (campanarios
o torres residenciales), por lo que su verticalidad disimulaba su función mi-
litar. En el piso superior, encontramos el equipamiento de precisión: telesco-
pios y un telémetro que permitían detectar naves enemigas en el mar y di-
rigir de forma efectiva los disparos de las baterías costeras. De hecho, cada
batería recibía sus coordenadas para disparar, desde tres torres de control,
por lo que, al operar con cálculos trigonométricos, la distancia y las coor-
denadas de los disparos de artillería se calculaban con precisión. Las torres
se ubicaban lejos de las baterías, en el interior de la península y hacia la
laguna, lo que implicaba que un potencial ataque naval no podía detectar-
las. Actualmente quedan 14 torres de control, aunque están abandonadas
y han cumplido distintas funciones a lo largo de los años, caracterizando el
horizonte de la península con sus formas verticales. Su recuperación, junto
con la de los demás elementos fortificados, representa una oportunidad
para recalificación histórica, medioambiental y paisajística de la península,
especialmente la parte que mira hacia la Laguna de Venecia.

Torre de telemetría en la
zona de Pordelio. Foto:
Municipio de Cavallino
Treporti y Parque
Turístico.

Barracas y fuertes
Las barracas, los fuertes y las baterías costeras conforman los elementos
diseminados de un sistema de defensa que, aunque ubicado en la península,
forma parte de un sistema fortificado mayor y conectado a las edificaciones
a lo largo del litoral veneciano. Llama particularmente la atención la fun-
ción histórica que tuvo la zona en la defensa de Venecia en la Edad Moder-
na, empezando por el fuerte Treporti austríaco, la renovación y ampliación
del sistema de defensa llevado a cabo a principios del siglo XX por el Reino
de Italia. El fuerte Treporti, construido sobre restos napoleónicos desde
1810 y por los austríacos entre 1854 y 1850, fue renovado entre 1900 y
1920 por el Reino de Italia con la construcción de dos torres de control. El
fuerte adquirió funciones tanto defensivas como logísticas gracias a sus co-
nexiones con un canal, que estaba enfrente y que conectaba con el puerto,
desde donde se podía embarcar hacia Venecia, y con la línea de ferrocarril
de vía estrecha, que lo conectaba con las baterías del litoral.
323
Otro elemento de interés es la evolución tipológica de las obras defensivas,
que llegan a su punto álgido de innovación tecnológica con la batería de
Amalfi, lo que no se encuentra en otras zonas de Italia. Teniendo en cuenta
su disposición tipológica y su armamento, la batería de Amalfi supuso la
obra militar más importante del comienzo de la Gran Guerra. Su cons-
trucción comenzó en 1915 y se completó tras diecisiete meses. Sobre su
gigantesca estructura de hormigón, se instaló una gran torre de dos caño-
nes, armada con cañones 381/40. Su característica especial consistía en el
uso de una torre de artillería naval capaz de soportar dos cañones, situada
en una orilla fortificada. Se construyeron elementos accesorios conectados
a la batería que contenían una central eléctrica que permitía una rotación
de 360 grados y movimiento de la artillería en la parte superior, con un
alcance máximo de tiro de 18 900 metros.

La batería de Amalfi estaba incluida en la defensa costera, junto con otras


tres baterías construidas entre 1909 y 1912: Vettor Pisani, San Marco y
Radaelli, para defender Venecia de posibles ataques navales. La batería
Vettor Pisani está construida, igual que las otras baterías, a poca distancia
de la costa, protegida en su momento de los disparos de los buques y ocul-
tas a su vista por un enorme relleno de arena y arcilla. Su cuerpo lineal,
que se extiende a lo largo de más de 80 metros, es de hormigón macizo,
donde se sitúan, sobre plataformas abiertas, seis obuses 280/L, giratorios
360 grados, con un alcance máximo de 10 700 metros. Las dos torres de
control están ubicadas en los dos cuerpos laterales, cada uno de 30 metros
de largo. Las baterías también se utilizaron durante la Primera Guerra
Mundial hacia el territorio continental.

Estas obras, que se centran en esta zona, subrayan su importancia estraté-


gica en relación con el entorno defensivo de Venecia al completo.

En este contexto se entiende que estas obras no pueden quedar abandona-


das y marginadas, en el estado en el que se encuentran actualmente, sino
más bien, empezando por su renovación y su recuperación, poder empezar
a plantear obras más amplias de recalificación histórica y medioambiental
de la zona, como, de hecho, ha ocurrido recientemente (tabla 1.1c).

Batería de Amalfi en la
Península de Cavallino.
Foto: Municipio de
Cavallino Treporti y
Parque Turístico.
324
Fuerte Amalfi, maqueta
expuesta en el ISCAG en
Roma. Foto: Fiorenzo
Meneghelli.

Áreas de planificación significativas


El análisis de lo que se ha indicado en los diversos instrumentos de plani-
ficación, bajo los diferentes aspectos históricos, medioambientales y pai-
sajísticos, se realizó en relación con el sistema de infraestructuras y asen-
tamientos.

Se destacaron las áreas que manifestaban sus características históricas,


medioambientales y paisajísticas, sobre las que podemos plantear la ela-
boración de una propuesta de planificación. En concreto, se destacaron
las áreas de origen militar formadas por los elementos puntuales de las
torres de control. También se destacaron los elementos de la estructura
del territorio, prestando especial atención a los sistemas de movilidad pri-
mario y secundario de la península, junto con las conexiones navales con
la ciudad de Venecia y los otros lugares de la laguna. Por tanto, hemos
identificado la escala territorial y los puntos de relaciones entre el área de
Cavallino-Treporti y las principales conexiones urbanas y turísticas con el
territorio peninsular. En particular, hemos analizado cuestiones de movili-
dad y conexiones entre la red de carreteras y las conexiones transversales
entre el territorio peninsular y la zona de la laguna (1.2a -1.2b).

Elementos significativos de síntesis y estrategia del territorio


En un territorio en el que la sedimentación reciente de asentamientos, de
infraestructuras y de gestión agraria está especialmente fragmentada, el
papel de la red de carreteras (que, en posición mediana, atraviesa longitu-
dinalmente toda la península) juega un importante papel como eje orde-
nador de los distintos sistemas señalados en el estudio. Este eje, desde el
punto de vista de un desarrollo del sistema de defensa, adquiere un papel
primordial que concierne de manera más amplia a la revalorización de
todo el municipio de Cavallino-Treporti. El eje de carreteras, por tanto, se
entiende como un importante elemento distintivo debido a su linealidad.
Otros elementos de relación longitudinal, aunque con distintas caracterís-
325
ticas, son la ruta a través del canal Pordello (que sigue la línea de costa del
lado de la laguna) y la ruta por detrás del área del pinar litoral hacia el mar,
que conecta el acceso principal a la zona de playa que actualmente se usa
como instalaciones turísticas y recreativas.

El amplio y preciso sistema de obras defensivas se conecta a través de un


conjunto de rutas transversales por toda la zona que se cruzan de forma
casi ortogonal con el eje principal de la carretera.

La estructura viaria mencionada permite conectar los distintos siste-


mas paisajísticos de la península: la franja litoral, la franja paisajística y
medioambiental de los pinares litorales; las zonas más internas de los cam-
pos cultivados e invernaderos; y la franja paisajística y medioambiental en
la zona norte de la península, que da al canal Pordello y se abre al valiosí-
simo sistema natural de la laguna de Venecia.

Sistema fortificado y marco del proyecto


Las torres de control, las barracas, los fuertes, las baterías y los búnkeres
forman los elementos históricos más importantes de la zona de Cavalli-
no-Treporti, como parte del amplio sistema defensivo de la Laguna de Ve-
necia. Su extensa y articulada existencia en la zona responde a necesidades
defensivas concretas, lo que hace que cada elemento individual se relacione
funcionalmente con los otros para establecer el sistema de defensa. Este
sistema se puede identificar con zonas homogéneas en la actualidad, en las
que es posible elaborar propuestas de mejora, también en relación con el
contexto urbano y medioambiental en el que se ubica.

Torres de control utilizadas para proporcionar la información necesaria


y las indicaciones para disparar desde los fuertes y baterías; se ubican,
principalmente, en la línea de costa (canal Portello). Se distinguen por la
verticalidad de sus estructuras y representan los elementos identificadores
del sistema de defensa.

Las baterías están emplazadas a lo largo del frente marítimo y, a día de


hoy, entre la playa-pinar y la zona recreativa y turística. Se diseñaron con
el objetivo de prevenir, con su artillería, la navegación de buques enemigos
en las aguas frente a ellas. Dada su importancia histórica y arquitectónica,
las baterías se pueden considerar elementos de referencia para un proceso
de recalificación de las instalaciones turísticas y recreativas desde un punto
de vista medioambiental. Empezando por los valores medioambientales y
paisajísticos de la zona (costa arenosa, pinares, etc.), será posible desarro-
llar patrones de uso turístico más sostenibles y compatibles con el entor-
no. En este contexto, la construcción de un nuevo camino para ciclistas y
peatones (una alternativa a la movilidad en coche) permitirá conectar las
326
baterías costeras entre ellas y, al mismo tiempo, con el pinar y el litoral
(como el carril para ciclistas recién instalado).

Los fuertes. El fuerte Treporti y la batería de Amalfi podrían constituir,


en sinergia, los dos elementos transversales de conexión, entre la laguna
y el litoral, con potenciales actividades de integración y servicios para la
zona turística para una relación más organizada con el territorio interior.
Además, los fuertes, ubicados en medio de la península con la zona de
barracas, pueden constituir elementos de reajuste territorial entre la zona
residencial, con sus actividades agrícolas y hortofrutícolas tradicionales, y
la del litoral, con un fuerte desarrollo turístico.

Los búnkeres de la Segunda Guerra Mundial son elementos precisos que


cubren dos zonas opuestas en los extremos de la península y que propor-
cionan la oportunidad de recalificar el terreno y darle un nuevo uso con
instalaciones artísticas terrestres.

Batería de Pisani en la Península de Cavallino. Foto: Municipio de Cavallino Treporti y el Parque Turístico.

Batería de Pisani en la Península de Cavallino. Foto: Municipio de Cavallino Treporti y el Parque Turístico.
327
Visión de la mejora del sistema de defensa
El Sistema de Defensa de la península del Cavallino se articulaba en distin-
tos puntos y con diferentes funciones, todas coordinadas entre ellas para
obtener la mayor cantidad de información posible que resultase útil en la
guerra. En particular, el sistema de observación desde las torres proporcio-
naba indicaciones telemétricas de los objetivos marítimos desde distintos
puntos de vista.

Las posiciones de los barcos que detectaban se transmitían a las baterías,


que, entonces, podían apuntar con precisión al buque enemigo. La batería
operaba, básicamente, en condiciones de ceguera o visión no autónoma.
Esta es una característica muy importante, ya que la solución tecnológica
proporciona un rendimiento considerablemente mejor que en circunstan-
cias normales. De nuevo, la ceguera de las baterías se supera con un nú-
mero mucho mayor de visualizaciones que en condiciones normales y con
distintos ángulos y posiciones. La realidad de la observación, por tanto,
se supera mediante la realidad virtual que a día de hoy podríamos llamar
realidad aumentada. La observación del territorio de Cavallino, desde el
sistema de defensa hasta la descripción de la estructura natural histórica y
urbana, a través de este tipo de observación nos parece extremadamente
interesante.

Este sistema de comunicación de la red defensiva podría utilizarse hoy en


día con distintos propósitos, como la instalación de una serie de webcams
en los puntos de observación, como las estructuras militares, que permiti-
ría grabar el entorno y enviar las imágenes a monitores dentro del fuerte
o de la batería.

La combinación de imágenes esencialmente similares, pero desde distintos


puntos de vista nos permite detectar incluso los detalles menos visibles,
lo que da visibilidad a elementos del territorio que de otro modos no se
podrían observar. El fuerte, entonces, se podría convertir en un verdadero
observatorio del territorio contemporáneo y capaz de realizar la recolec-
ción (y reporte) de observaciones de los componentes del entorno perma-
nentemente y en tiempo real.

El edificio fortificado y su sistema de conexiones históricas se reinventa en


términos contemporáneos, con herramientas innovadoras que nos permi-
ten entender mejor el valor del entorno que ocupa desde el litoral marino,
a través de la zona agrícola, hasta la Laguna de Venecia, un elemento fun-
dacional de la identidad del lugar.
328

Estudio, el parque de los fuertes y las torres. Arquitecto Fiorenzo Meneghelli con la paisajista
Joao Nunes.

Visión para la valoración del sistema defensivo. Arquitecto Fiorenzo Meneghelli con la paisajista
Joao Nunes
329
Concluyo reproduciendo la nota que me enviaba Roberta Nesto, alcaldesa
del ayuntamiento de Cavallino-Treporti (Venecia):

A través del territorio de Cavallino-Treporti, se han desmontado


numerosas fortificaciones militares construidas para la defensa de
Venecia durante la Gran Guerra y han revelado un importante as-
pecto de la identidad cultural e histórica de Cavallino Treporti. El
proyecto del Ayuntamiento de Cavallino-Treporti de la «Via dei For-
ti» (Vía de los Fuertes) surgió de la idea de restaurar este patrimonio
histórico con el objetivo de revalorizar la historia local asociada a la
Gran Guerra. Un amplio museo presenta, en 13 km de costa, unas
200 fortificaciones entre torres de control, baterías, búnkeres, pol-
vorines, barracas y refugios, destacando así la historia de la zona y
convirtiéndolo en un entorno característico y único.
Son restos del pasado que nos cuentan que este territorio fue
estratégico durante la Primera Guerra Mundial: las baterías refu-
giaban artillería de gran calibre capaces de destruir la flota austro-
húngara antes de que los barcos alcanzaran la costa, mientras que
las torres de control eran edificios de gran altura utilizados como
puntos de observación y reconocimiento en el mar, fácilmente camu-
flados por la vegetación y otras construcciones civiles. La carretera
rodea la batería Vettor Pisani, completando un circuito que incluye
también la batería de Amalfi y el fuerte Treporti en Punta Sabbioni,
brindando la oportunidad de explorar el litoral en bicicleta, una tie-
rra suspendida entre el mar y la laguna, agua dulce y salada; entre
islas y bancos de arena, donde la luz es la protagonista indiscutible;
entre las islas y Barene (bancos de arena), una península de 15 km
de dunas, pinares y zonas cultivadas, donde el patrimonio histórico
y natural es único. Cavallino-Treporti no tiene igual: por número
de visitantes, es la primera playa del Véneto, la segunda de Italia y
el sexto lugar turístico italiano. Es un lugar costero también consi-
derado capital europea al aire libre por la hostelería y alojamiento
disponibles y enclavado entre las arenas doradas de la playa y el
verde intenso de los pinares.
330
BIBLIOGRAFÍA
AA.VV, Cavallino-Treporti, progetti per un’idea di parco, Il poligrafico, 2006.
Alessia Boscolo Elisa Antico, Il forte San Felice e le fortificazioni della laguna meridionale di
Venezia, libreria editrice, 2010.
Carlo Cappai Maria Alessandra Segattini, Infrastrutture dello sguardo il restauro della Torre
Massimiliana nell’isola di Sant’Erasmo Venezia, Marsilio edizione, 2004.
Claudio Zanlorenzi, I forti di Mestre storia di un campo trincerato, Cierre Edizioni, 1997.Gianni
Facca, Il piano di attacco austriaco contro Venezia, Marsilio, 2001.
Furio Lazzarini Carlo Alfredo Clerici, Gli artigli del leon, Albertelli Editore,1997.
Giovanni Vio, Stella d’Acqua, Cleup, 2009.
Pietro Marchesi, Il forte di Sant’Andrea a Venezia, Stamperia di Venezia editrice, 1978.
http://fondazionefortemarghera.it/
https://www.visitcavallino.com/ita/ispirami/cultura/via-dei-forti
331
04 | Turismo: gestión y desarrollo sostenible del patrimonio militar costero

FORTE CULTURA–Ruta cultural de


monumentos fortificados: el turismo
sostenible de fortalezas como clave de
aprovechamiento y efectos económicos

Dirk Röder
Network of the European Culture Route Fortified Monuments, Vice President;
Partner and Member of EFFORTS.

Resumen:
Una de las formas de transformar valores culturales e históricos o
eventos para las siguientes generaciones es el turismo cultural.
Los monumentos fortificados son un patrimonio cultural muy importante
que abarca casi todas las áreas de nuestra sociedad. A través de todos
los países, el patrimonio fortificado está muy extendido y da forma a
la historia y a la identidad de ciudades, regiones, naciones, la Unión
Europea y más allá, hasta el día de hoy. La diversidad de contenido y
variedad del patrimonio fortificado permite un sinfín de temáticas de
turismo cultural y, por tanto, atrae a casi cualquier grupo objetivo. Las
fortalezas son el contenido perfecto para el turismo cultural.
Los Itinerarios Culturales son el catalizador de un turismo cultural
sostenible, ya que invitan a la gente a conocer aspectos concretos
de la historia y el patrimonio de Europa a través de viajes culturales
y del descubrimiento de lugares, historias y otras personas. Con el
objetivo de hacer accesible el patrimonio cultural al turismo cultural,
los Itinerarios Culturales fomentan la preservación y el uso de este
patrimonio al movilizar el patrimonio regional, nacional y europeo como
un factor económico y al visibilizar el patrimonio cultural, lo que tiene
un importante impacto socieconómico para los lugares y regiones que
forman parte de las rutas. Proporcionan efectos de creación de redes,
refuerzan el marketing internacional y fomentan la integración del
patrimonio en desarrollos urbanos y regionales sostenibles, a la vez que
abordan los problemas de nuestra sociedad, como el cambio climático o
la falta de entendimiento a nivel internacional.
FORTE CULTURA es el Itinerario Cultural de patrimonio fortificado. A
través de FORTE CULTURA, los turistas pueden conquistar fortalezas de
forma pacífica y, al mismo tiempo, aprender sobre cultura e historia de
Europa.

Palabras clave: turismo de fortalezas para un desarrollo sostenible


332
Podemos encontrar patrimonio cultural de monumentos fortificados
a lo largo de todas las épocas. El motivo responde a la necesidad de
proteger a la gente, los bienes, los hábitats y los entornos o las ideas
políticas y religiosas contra ataques enemigos. Esta protección física
siempre tuvo que estar a la altura, al menos, del armamento ofensivo
del enemigo.

El invento de la pólvora y la introducción de las armas de fuego en los


siglos XIII y XIV cambiaron radicalmente la arquitectura de las fortale-
zas. El segundo cambio fundamental de la arquitectura de las fortalezas
se debió al uso de hormigón armado en el siglo XIX. Los búnkeres se
convirtieron en la nueva generación de fortificaciones y, por tanto, las
construcciones fortificadas se movieron bajo tierra para facilitar el ca-
muflaje y la protección frente a ataques aéreos.

Al final, ningún edificio puede sobrevivir a un ataque con armas modernas.

Lo que ha quedado es el increíble patrimonio de monumentos fortifica-


dos en toda Europa y el mundo entero, con una enorme diversidad de
arquitectura auténtica, como fortalezas abaluartadas, ciudades fortifi-
cadas, líneas defensivas o búnkeres, y con los elementos típicos, como
bastiones, torres y puertas, murallas y fosos, terraplenes y muchos otros.

A día de hoy, los monumentos fortificados han perdido, en general,


su función militar; sin embargo, la impresionante architectura milita-
ris ofrece un telón de fondo impresionante para la cultura y el arte,
para la transmisión de conocimiento, para museos y exposiciones, para
parques y jardines, para festivales y eventos, para el recuerdo y la con-
memoración. Las fortificaciones se han convertido en espacios que dan
respuesta a las demandas de la sociedad moderna. Son monumentos
de la historia europea y recintos culturales, parcialmente reconocidos
y protegidos por la UNESCO o el Sello de Patrimonio Europeo, pero
el patrimonio fortificado europeo no solo incluye la arquitectura y la
historia europea: la influencia del patrimonio de los monumentos for-
tificados también abarca la arqueología, la economía, la cultura y el
arte, la naturaleza, la cooperación transnacional, la investigación y el
desarrollo, la política y la sociología o la digitalización. Los monumen-
tos fortificados son o se están convirtiendo en elementos cada vez más
integrales de la vida moderna en ciudades y regiones, influyen en el
desarrollo local y regional y conforman una identidad.

Por lo tanto, el patrimonio fortificado ofrece grandes posibilidades para


un turismo cultural sostenible, que todavía no ha sido explotado. FOR-
TE CULTURA®, el itinerario cultural europeo de monumentos fortifi-
333
cados, se fundó en 2014 para brindar apoyo al patrimonio fortificado
a nivel de promoción, desarrollo del turismo de fortalezas, creación de
redes de colaboración e intercambio científico, investigador y de cono-
cimiento. La creación de agrupaciones territoriales o temáticas de forta-
lezas como colaboradores comerciales es un principio importante para
definir y subrayar las características de identificación regional y local.

Turismo cultural y sostenible

Una de las formas principales de transmitir valores culturales e históricos


o eventos a las siguientes generaciones es el turismo cultural. Las caracte-
rísticas típicas del turismo cultural son el interés del turista por la cultura,
la visita a instituciones culturales, la participación en eventos culturales y
el objetivo de proporcionar información profesional. El turismo cultural
ofrece a los viajeros y visitantes la oportunidad de experimentar y apren-
der sobre la cultura de un destino: su estilo de vida, su historia, su arte, su
arquitectura, su religión, etc.

Los turistas culturales son uno de los grupos de turistas más importantes
con mayor poder adquisitivo. Sus demandas a nivel de calidad y profun-
didad de la información son muy altas, pero, si se satisfacen, se muestran
agradecidos, regresan y lo recomiendan a otros clientes.

Además, el turismo cultural es un factor económico y un motor de desa-


rrollo local y regional, ya que crea empleo y funciona como un motor de
innovación que genera ingresos a los emplazamientos culturales, ciudades,
comercio, servicios, hostelería, transporte, etc. El turismo cultural fortalece
la identidad regional, su valor recreativo y la calidad de vida, pero también
es frágil y necesita de cuidados y mejoras permanentes.

Un turismo sostenible debería ayudar a preservar la naturaleza y la cultura


de los destinos, a proteger el clima y los recursos, a ser justo para las perso-
nas implicadas y a tener sentido ecológico y económico. El turismo puede
tener un impacto sostenible de varias formas:
• En primer lugar, para el turista, que se lleva a casa impresiones y
recuerdos duraderos, así como nuevos conocimientos sobre culturas
y patrimonio que pueden influir en su vida futura.
• En segundo lugar, para el entorno y nuestro futuro, en la medida
en que cambiemos el turismo y su impacto medioambiental, lo
hagamos sostenible a nivel climático y de recursos y sea inclusivo
con todas las personas, ecológico y descentralizado.
334
• En la medida en que el turismo contribuirá a la educación, el
intercambio y la mutua comprensión entre las personas, sus
historias, sus tradiciones y sus culturas.
• En la medida en que el turismo cree unos ingresos sostenibles
y mejore la calidad de vida para los grupos educativos y
profesionales en los lugares de destino, no solo para unos pocos
privilegiados.

Itinerarios Culturales

Los Itinerarios Culturales son rutas que atraviesan uno o más países o
regiones y que abarcan temas históricos, artísticos y sociales, según su
itinerario a nivel geográfico, su contenido y su importancia.

Los Itinerarios Culturales son etiquetas y catalizadores del turismo


cultural, ya que invitan a la gente a conocer aspectos concretos de la
historia y el patrimonio de Europa a través de viajes culturales y del
descubrimiento de lugares, historias y otras personas. Con el objetivo
de hacer accesible el patrimonio cultural al turismo cultural, los Itine-
rarios Culturales fomentan la preservación y el uso de este patrimo-
nio al movilizar el patrimonio regional, nacional y europeo como un
factor económico y al visibilizar el patrimonio cultural, lo que tiene
un importante impacto socieconómico para los lugares y regiones que
forman parte de las rutas. Proporcionan efectos de creación de redes,
refuerzan el marketing internacional y fomentan la integración del pa-
trimonio en desarrollos urbanos y regionales sostenibles, a la vez que
abordan los problemas de nuestra sociedad, como el cambio climático
o la falta de entendimiento a nivel internacional. Por ello, generan efec-
tos sostenibles.

Los Itinerarios Culturales pueden servir como instrumento para capita-


lizar el patrimonio cultural mediante el factor económico del turismo.
Desarrollar ofertas de turismo cultural y sostenible es la mejor forma
de explotar el uso sostenible y los efectos económicos del patrimonio
de monumentos fortificados. Galicia tiene una larga tradición de rutas
culturales; al fin y al cabo, las rutas del Camino de Santiago, una de las
primeras y más conocidas rutas de peregrinaje, termina aquí.

FORTE CULTURA es el Itinerario Cultural de patrimonio fortificado. A


través de FORTE CULTURA, los turistas pueden conquistar fortalezas
de forma pacífica y, al mismo tiempo, aprender sobre cultura e historia
de Europa. FORTE CULTURA ofrece cultura en las fortalezas.
335
Logo del Itinerario
Cultural Europeo de
monumentos fortificados
–FORTE CULTURA–

FORTE CULTURA–La etiqueta de una Experiencia de Fortaleza


transnacional

A finales de 2022, el Itinerario Cultural Europeo contaba con 50 estacio-


nes miembros en 10 países europeos.

Además de la fascinante arquitectura e historia de los edificios fortificados,


FORTE CULTURA se centra, sobre todo, en la multidisciplinar World of
Experience en las fortalezas. Los monumentos fortificados en toda Europa
se convierten en lugar para la cultura y la educación, el ocio y la vida mo-
derna, ofreciendo eventos, museos y exposiciones, actividades familiares
e infantiles, arte y cultura, historia militar, espectáculos medievales, ocio,
alojamiento, deporte y actividades de tiempo libre, naturaleza, parques y
jardines, arquitectura secreta subterránea y monumentos. La tecnología
moderna crea fascinantes mundos nuevos y nos permite visibilizar el pa-
sado y la ficción, de forma virtual, en la realidad y en espacios liminales.

Las fortalezas son un telón de fondo impresionante para todo tipo de even-
tos. Los eventos y las fortificaciones son una pareja perfecta dirigida a
cualquier generación o grupo objetivos y que fascina a todos. Por toda
Europa, eventos en lugares apasionantes como fortalezas movilizan a la
gente. Para explotar y aumentar esta idea y aumentar el conocimiento de
las fortalezas europeas, hemos creado la actividad el Verano de las forti-
ficaciones europeas con el objetivo de promover eventos en fortalezas en
Europa de forma anual entre abril y octubre.

Como Itinerario Cultural Europeo, FORTE CULTURA ha creado herra-


mientas, métodos e instrumentos para el fomento de los monumentos for-
tificados europeos, su promoción y su desarrollo turístico: catálogos turís-
ticos, plataformas de venta turísticas, aplicaciones móviles para búsquedas
del tesoro y juegos de preguntas en fuertes, calendarios de eventos o la
amplia gama de artículos de merchandising son solo algunos ejemplos.
336
El programa de certificación para guías de FORTE CULTURA forma a
guías turísticos y asegura la calidad durante todo el Itinerario Cultural en
cuestiones relacionadas con la representación del patrimonio y su impor-
tancia para Europa.

Travel World, de FORTE CULTURA, conecta las fortalezas que forman


parte mediante visitas culturales, visitas educativas, turismo activo, etc.
Junto con las estaciones miembro, se desarrollan ofertas de viajes temáti-
cos individuales a nivel regional y local, que, después, se añaden a la red de
colaboradores turísticos de toda Europa y de fuera de Europa.

La agrupación de fortalezas–Método para el desarrollo regional sostenible


La creación de agrupaciones de fortalezas regionales micro y macro, a ni-
vel organizativo, es un elemento importante para destacar las identidades
regionales y para desarrollar ofertas y experiencias turísticas auténticas
para el marcado turístico internacional. Al crear y etiquetar de forma indi-
vidualizada estas agrupaciones como subetiquetas de FORTE CULTURA,
la apasionante individualidad de las fortalezas y de las agrupaciones de
fortalezas y regiones se conserva y es reconocible para el mundo exterior.

La Agrupación de fortalezas del Alto Rin representa la historia de edificios


fortificados durante los últimos 350 años con, actualmente, 30 monumen-
tos fortificados y museos en esta región limítrofe entre Francia y Alemania.
Esta buena práctica europea comenzó en 2016 con la adhesión de la ciu-
dad fortificada de Germersheim. Junto con la información turística activa y
con el apoyo del ayuntamiento, se organizaron simposios anuales sobre la
cooperación regional en materia de fortalezas, abarcando distintos temas;
por ejemplo, en 2021, Cross-border tourism and guided tours with FORTE
CULTURA (Turismo transfronterizo y visitas guiadas con FORTE CUL-
TURA) y, en 2022, Youth Exchange and Inclusion in fortifications of Upper
Rhine (Intercambio juvenil e inclusión en las fortificaciones del Alto Rin).

De estas conferencias surgieron distintas actividades, proyectos y grupos


de trabajo transnacionales fuertes y activos. En 2020, la actividad «75
años del final de la Segunda Guerra Mundial en las fortalezas del Alto
Rin» movilizó a 2500 personas en un fin de semana para visitar más de 10
búnkeres de las líneas Maginot y Sigfrido.

Financiado parcialmente por un proyecto del programa Interreg VA, se


creó un mapa de regiones con fortalezas en dos idiomas con 100 000 co-
pias y se hizo una tirada de 15 000 copias de un pasaporte sellado para
movilizar a la gente y fomentar el aprendizaje sobre la visita al patrimo-
nio fortificado regional. Una nueva exposición itinerante con 12 muestras
refleja el patrimonio fortificado de esta región en dos idiomas y viaja por
337
los fuertes y museos participantes con una gran acogida del público. Cada
año se celebran varios eventos como parte del Verano de las fortificaciones
europeas.

En conjunto, estas actividades han provocado un gran aumento en la ima-


gen, percepción y, sobre todo, en el número de visitantes. El patrimonio
fortificado a nivel regional también es conocido por políticos, actualmente,
y se considera valioso, lo que, a su vez, ofrece nuevas oportunidades de
desarrollo y apoyo. En cooperación con el Itinerario Cultural Europeo,
siempre hay nuevos campos para actividades eficaces, innovaciones apa-
sionantes o métodos que refuerzan por igual el patrimonio de la fortaleza
regional y el Itinerario Cultural. De este modo, los impulsos en favor de
una mayor sostenibilidad, accesibilidad o protección del clima también
pueden ponerse a prueba y ponerse en práctica.

Otras agrupaciones de fortalezas activas de FORTE CULTURA son Forta-


lezas del Elba a lo largo del río Elba, en la República Checa y Alemania, o
las Fortalezas de Bohemia, en la República Checa.

Agrupación de fortalezas Ferrol–A Coruña–Galicia


La architectura militaris de Galicia está definida por la influencia de im-
portantes épocas históricas y sus gobernantes, tradiciones, conocimientos
técnicos y habilidades. Se concentra en las regiones costeras y en la fron-
tera con Portugal.

Ferrol y A Coruña se convirtieron en una región fortificada por sus carac-


terísticas como puerto natural, su ubicación estratégica y su gran impor-
tancia para la marina española. Con una enorme cantidad de monumentos
de distintas épocas, distribuidos de forma descentralizada por la región, las
condiciones para un turismo culturas de fortalezas y sostenible son muy
positivas.

Las regiones de Ferrol y A Coruña, como la propia Galicia, son especial-


mente apropiadas para la formación de una agrupación de fortalezas, se-
gún el método de FORTE CULTURA. Sus objetivos estratégicos deberían
ser, por ejemplo, el desarrollo de una marca local para el patrimonio forti-
ficado local, el desarrollo y creación de una red de colaboración de nuevas
ofertas de turismo de fortalezas sostenible locales y regionales, el aumento
de su imagen, atención y alcance y, por supuesto, el aumento del número
de visitantes mediante la publicidad y la colaboración.

Galicia, además, forma parte del programa Interreg VI-A España-Portugal


(POCTEP) 2021-2027, lo que también debería tenerse en cuenta para pla-
nificar los próximos pasos.
338
Conclusión y recomendaciones

De acuerdo con los valores y derechos de la Unión Europea, los Itinerarios


Culturales son un nexo importante que fomenta la transmisión de patri-
monio y cultura a las futuras generaciones y que contribuye tanto a su
conservación como a su uso sostenible. Cada visitante nuevo o recurrente
que viaja de forma sostenible y que está abierto a otras culturas ayuda a
que el mundo sea un lugar mejor.

El patrimonio de monumentos fortificados de Ferrol/A Coruña/Galicia nos


cuenta la historia de la región, pero también la de Europa: desde conflic-
tos y guerras hasta espacios culturales comunes. Este patrimonio debe ser
conservado y, al mismo tiempo, accesible para el turismo cultural, lo que
supone una ventaja porque los objetivos ya están bien definidos. El turis-
mo genera beneficios y un clima que favorece la inversión, lo que puede
contribuir a proteger y conservar el patrimonio fortificado.

Sin embargo, el impacto del patrimonio fortificado afecta a casi todos los
sectores de la sociedad. Ofrece la oportunidad de dar a conocer la identi-
dad regional, implicar a la economía y la población locales, generar ingre-
sos para la población mediante el trabajo cualificado, crear redes interna-
cionales, promover la educación, la cultura y las artes, y mucho más.

Los nuevos modelos de uso deben incluir medidas para un turismo sosteni-
ble, respetuoso con el clima y accesible. Podrían aplicarse formas nuevas e
innovadoras de renovación y uso energético de los monumentos para crear
nuevos espacios culturales, de ocio y de vida en la región.

Junto con el Itinerario Cultural Europeo de Monumentos Fortificados


–FORTE CULTURA– pueden desarrollarse, conectarse en red y promocio-
narse internacionalmente nuevas ofertas individuales de turismo sosteni-
ble de fortalezas. Utilizando los instrumentos y herramientas del Itinerario
Cultural Europeo y aprovechando la transferencia transnacional de cono-
cimientos y las mejores prácticas europeas, la región puede desarrollar de
forma sostenible un nuevo atractivo cultural con su patrimonio fortificado
y, al mismo tiempo, conformar una identidad regional.

www.forte-cultura.eu
339
04 | Turismo: gestión y desarrollo sostenible del patrimonio militar costero

Gestión participativa y puesta en valor


de las fortificaciones costeras del Adriático.
El caso de Pula, Croacia

Nataša Urošević
Investigadora y profesora asistente en la Universidad Juraj Dobrila de Pula, Croacia,
Programa de Estudios Interdisciplinarios de Cultura y Turismo

Resumen:
La ponencia presentará las mejores prácticas europeas en materia de
gobernanza participativa y los modelos actuales de puesta en valor de
las fortificaciones costeras del Adriático. Dada su importante posición
geopolítica y su turbulenta historia multicultural en la encrucijada de
civilizaciones europeas mediterráneas, la costa adriática de Croacia está
caracterizada por una rica diversidad de entornos culturales y una gran
riqueza en arquitectura de fortificaciones. Desde tiempos prehistóricos,
griegos y romanos, se han ido desarrollando estructuras fortificadas en
la costa adriática para proteger las antiguas rutas comerciales marítimas.
Durante el periodo veneciano, se construyeron los castillos medievales
de Istria, así como las ciudades fortificadas de la costa adriática.
Debido a las frecuentes invasiones turcas, para proteger las fronteras
de sus imperios, la República de Venencia y la monarquía Habsburgo
fortificaron la costa adriática. Además de los sistemas fortificados únicos
de Dubrovnik y Stok, conservados en su mayoría, se modernizaron las
fortificaciones de ciudades-fortaleza estratégicamente importantes de la
costa adriática, como Zadar, Split, Šibenik y Kotor, según los métodos de
influyentes escuelas europeas.
Los bien conservados sistemas costeros adriáticos de fortificaciones
venecianas y austrohúngaras son testigos del turbulento pasado y de
un patrimonio común europeo. Algunos de ellos ya están incluidos
como patrimonio mundial de la UNESCO, mientras que otros están a la
espera de una valoración adecuada, como el antiguo único fuerte naval
de Pula. Para elaborar la solución óptima con el objetivo de revitalizar el
patrimonio fortificado de Pula, se realizó una investigación participativa
que incluía representantes de grupos de interés clave.

Palabras clave: fortificaciones, Adriático, gobernanza participativa,


Pula, rutas culturales del Consejo Europeo, nombramientros
transnacionales de la UNESCO
340
Introducción

El turbulento contexto internacional, caracterizado por la incertidumbre,


la inestabilidad y la imprevisibilidad debidas a las múltiples crisis actuales,
exige nuevos modelos de gobernanza y desarrollo impulsados por proce-
sos de gestión democráticos, inclusivos y participativos en los que inter-
vengan todas las partes interesadas. Los enfoques participativos e inno-
vadores de la gobernanza multinivel del patrimonio material, inmaterial
y digital en los que intervienen el sector público, las partes interesadas
del sector privado y la sociedad civil deberían facilitar la cooperación, el
desarrollo de capacidades y la transferencia de conocimientos entre las dis-
tintas comunidades patrimoniales, profesionales y sectores, combinando el
conocimiento, los intereses y las necesidades de todas las partes1. El obje-
tivo principal de dicha gobernanza participativa debería ser el desarrollo
sostenible, la calidad de vida de las comunidades locales y una experiencia
de calidad para los visitantes mediante una red de colaboración y una
cooperación entre todos los grupos de interés, que deberían comunicarse,
aprender juntos, coordinar sus ideas de desarrollo y compartir responsabi-
lidades. La producción y distribución de conocimientos sobre el patrimo-
nio se consideran cada vez más procesos colaborativos, en red, políticos,
transnacionales y multiescalares. Las comunidades de patrimonio también
se han unido para resistir, negociar y/o cocrear conocimiento de su patri-
monio2. La participación efectiva de las comunidades locales en la gestión
del patrimonio, tanto en la consulta como en la toma de decisiones, es el
tema principal de algunas recomendaciones y convenciones estratégicas
clave, como la Convención de Faro y la Estrategia Europea de Patrimonio
Cultural para el siglo XXI, que funcionan conjuntamente como guías para
la participación social, la colaboración comunitaria y la sensibilización
para garantizar un «patrimonio para todos»3.

El Convenio de Faro destaca los aspectos relevantes del patrimonio y su


relación con los derechos humanos y la democracia y define responsabili-
dades individuales y colectivas respecto al patrimonio. El Convenio tam-
bién recomienda animar al público a involucrarse más en el proceso de
desarrollo del patrimonio y subraya la importancia del debate público a la
hora de establecer prioridades para el patrimonio cultural y su uso sosteni-
ble. Fomenta una comprensión más amplia del patrimonio y de su relación
con las comunidades y la sociedad. También define el patrimonio cultural

1 Comisión Europea. Gobernanza participativa del patrimonio cultural. Luxemburgo. Oficina de


publicaciones de la Unión Europea, 2018.
2 Afrić Rakitovac, K.; Urošević, N.; Vojnović, N., Community Participation in Sustainable Valorisation of
Cultural Heritage: The Case of the Municipality of Vrsar // Academica Turistica - Tourism and Innovation
Journal, 14 (2021), 1; 7-22.
3 Picard, R. 2017. Heritage for all: The Council of Europe approach. Cartaditalia 1, 2018 Año Europeo del
Patrimonio Cultural, 2017, 71–90.
341
Fig. 1.
Taller participativo–
estudiantes con expertos
exploran el Fuerte San
Daniele in Pula. Fuente:
Nataša Urošević

europeo como «cualquier forma de patrimonio cultural en Europa que, en


conjunto, constituye una fuente común de conmemoración, entendimien-
to, identidad, cohesión y creatividad» y «los ideales, principios y valores
derivados de la experiencia obtenida del progreso y de conflictos pasados,
que favorece el desarrollo de una sociedad pacífica y estable basada en el
respeto por los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho»4.

Dado que los gobiernos no son capaces de resolver por sí mismos las com-
plejas cuestiones cargadas de valores relacionadas con el patrimonio, es
necesaria una gobernanza colaborativa con participación activa de agentes
privados, comunitarios y académicos, lo que destaca la importancia del
diálogo y de las relaciones de confianza entre actores con diversos intereses
legítimos y enfoques participativos que involucren tanto a la sociedad civil
como a las comunidades del patrimonio. La creación de valores comu-
nes, el empoderamiento de la comunidad y la cocreación de conocimiento
transnacional y multidisciplinar son complementos necesarios para la go-
bernanza colaborativa en gestión del patrimonio5.

En esta ponencia, la autora desarrolla la hipótesis de que la gobernanza


participativa, la investigación multidisciplinar y la cooperación interna-
cional, a la hora de poner en valor el patrimonio europeo común, podrían
ayudar a implementar las mejores prácticas y a encontrar soluciones a los
retos actuales que supone la gestión de las policrisis globales a las que se
enfrenta la Unión Europea: la crisis climática y la energética, la pandemia
de COVID y la consiguiente crisis de salud pública, el aumento de las ten-

4 Convenio Marco del Consejo de Europa Convenio sobre el valor del patrimonio cultural para la sociedad.
Faro, 27.10.2005 Serie de Tratados del Consejo de Europa – n.º 199.
5 García, G., Vandesande, A., Cardoso, F., y Van Balen, K. (ed.). The Future of the Past: Paths towards
Participatory Governance for Cultural Heritage (1ª ed.). London, CRC Press, 2021.
342
siones geopolíticas y los retos para la paz mundial, la inclusión de personas
migrantes y el desarrollo sostenible de las comunidades locales. Se asume
que el patrimonio cultural europeo, que incluye antiguas áreas militares y
fortificadas, podría contribuir a una planificación urbana sostenible más
equilibrada y a un desarrollo territorial responsable, a una mayor calidad
de vida de las comunidades locales y podría asimismo utilizarse para llevar
a cabo el Pacto Verde Europeo, así como los Objetivos de Desarrollo del
Milenio de la ONU y los valores europeos de paz y democracia.

Fig. 2.
Pula–vista aérea.
Fuente: Autoridad
Portuaria de Pula

Esta investigación se centra en los bien conservados sistemas costeros


adriáticos de fortificaciones venecianas y austrohúngaras, que son testigos
del turbulento pasado y de un patrimonio común europeo. Algunos de
ellos ya están incluidos como patrimonio mundial de la UNESCO, mien-
tras que otras están a la espera de una valoración adecuada, como el an-
tiguo único fuerte naval de Pula. Para elaborar la solución óptima para
revitalizar el patrimonio fortificado de Pula, se realizó una investigación
participativa que incluía representantes de grupos de interés clave.

Fortificaciones costeras del Adriático

Dada su importante posición geopolítica y su turbulenta historia mul-


ticultural en la encrucijada de civilizaciones europeas mediterráneas, la
costa adriática de Croacia está caracterizada por una rica diversidad de
entornos culturales y una gran riqueza en arquitectura de fortificaciones.
Desde tiempos prehistóricos, griegos y romanos, se han ido desarrollando
estructuras fortificadas de la costa adriática para proteger las antiguas ru-
tas comerciales marítimas.
343
La intensa movilidad internacional y los encuentros interculturales son ca-
racterísticas clave de las regiones fronterizas euromediterráneas. La fluidez
de estas fronteras, desde el punto de vista histórico, ha permitido una co-
municación continua entre culturas a través de la exploración, el comercio,
el peregrinaje, la expansión imperialista, las vacaciones y las migraciones6.
Según se desarrolla en las construcciones históricas, de Braudel (1949),
pasando por Horden y Purcell (2000), a Abulafia (2011), la costa medite-
rránea ha sido clave para el desarrollo y las relaciones entre culturas euro-
peas a través del conflicto, pero también a través de encuentros creativos7.
Según Braudel, el Adriático puede ser «la región marítima más unificada»,
lo que «proporciona material para todos los problemas que implica un
estudio del Mediterráneo al completo». La costa adriática oriental siempre
ha sido un importante corredor entre Europa, Asia y África. El mar Adriá-
tico siempre ha tenido, además, un papel crucial en el posicionamiento
geoestratégico de potencias imperiales rivales: los puntos de control más
importantes siempre han estado en la costa adriática oriental («era la costa
balcánica la que dominaba el Adriático»)8.

Fig. 3. Fuerte George, Vis. Fuente: Fuerte George (www.fortgeorgecroatia.com)

6 Crowley, P., Humble, N. y Ross, S. Mediterranean Travels: Writing Self and Other from the Ancient World to
Contemporary Society. Cambridge: Legenda, 2011.
7 Braudel, F. La Méditerranée et le Monde Méditerranéen a l’époque de Philippe II, Paris 1949.
8 Urošević, N. The Spa and Seaside Resort in the Development of Euro-Mediterranean Travel and Tourism –
the Case of Brijuni Islands // International Journal of Euro-Mediterranean Studies, 13 (2020), 1; 53-75.
344
Debido a las frecuentes invasiones turcas, para proteger las fronteras de
sus imperios, la República de Venencia y la monarquía Habsburgo forti-
ficaron la costa adriática. Además de los sistemas fortificados únicos de
Dubrovnik y Stok, conservados en su mayoría, se modernizaron las forti-
ficaciones de ciudades-fortaleza estratégicamente importantes de la costa
adriática, como Zadar, Split, Šibenik y Kotor, según los métodos de influ-
yentes escuelas europeas. Las potencias económicas y políticas de Venecia,
que gobernaban los corredores del Adriático, se desarrollaban a través de
estrategias geopolíticas sabiamente concebidas, basadas en la explotación
geoestratégica sincronizada del Mediterráneo y del interior continental
centroeuropeo. Los venecianos prestaban especial atención a las impor-
tantes «llaves del Adriático», Corfú y la bahía de Kotor, para asegurarse el
control de Otranto y del Adriático. La victoria de la Marina austríaca en
la Batalla de Lissa, en 1866, sometió las tendencias hegemonistas italianas
durante el medio siglo siguiente.

Fig. 4. Bahía de Kotor. Fuente: Nataša Urošević

El control de Vis (actual Lissa) y de la bahía de Kotor demostraron resultar


factores cruciales en el proceso de desarrollo de Austria (más tarde, Aus-
tria-Hungría) en una potencia marítima en la región adriática9. Mientras la
costa istriana ofrecía a la marina austrohúngara una cantidad de puertos
y fondeaderos seguros excelentes para grandes buques de guerra, la costa
italiana no presentaba ningún puerto natural que pudiese ser remotamente
comparable a Pula, Kotor o Šibenik. En el Alto Adriático, el único puerto
italiano era el de Venecia10.

9 Elez, P. Historical-geographical and Geopolitical Constants of the Adriatic and Adriatic Region in the
Context of Braudel’s Vision of the Mediterranean, Miscellanea Hadriatica et Mediterranea, vol. 2, 2015,
85-108.
10 Isgrò, S. The Italian-Austrian War and the Adriatic Coastal Planning. A Theme of Military Archeology, V
Conferencia Científica Internacional Multidisciplinar de Ciencias Sociales y Arte (SGEM) 2018. Ed. 2.1
HISTORIA. Sofía, 2018.
345
El sistema fortificado de Pula, uno de los sistemas defensivos más com-
plejos del Mediterráneo, se construyó desde 1813 hasta 1918 y ocupaba
un área de más de 700 km2, con la única misión de proteger el principal
puerto naval, cuyo centro era el arsenal y el fondeadero de la Marina aus-
tríaca11. El desarrollo de Pula como puerto naval militar comenzó en 1797,
tras la caída de la República de Venecia, cuando el Imperio Austríaco se
hizo con el control de Istria. Tras el Congreso de Viena de 1815, Istria se
anexionó a la monarquía Habsburgo.

Fig. 5.
Mapa del nuevo puerto militar.
Fuente: Archivo de la Ciudad
de Pula, Departamento de
Patrimonio Arquitectónico

Por consejo del almirante danés Hans Birch Dahlerup, comandante de la


marina austríaca, el emperador Francisco José I de Austria declaró en 1850
a Pula como nuevo puerto militar, sustituyendo a Venecia, tras los levanta-
mientos revolucionarios de 1848 y un análisis de la política defensiva del
Imperio. Muchos de los mejores ingenieros europeos llegaron a la ciudad
para diseñar un nuevo sistema defensivo. Fue el caso del polaco Viktor
Domaszevski, el primer urbanista militar de Pula, quien visitó todos los
puertos navales de Europa (de Portsmouth a San Petersburgo) en busca del
mejor modelo de desarrollo de arquitectura militar fortificada para Pula12.
Además del castillo veneciano central, construido por el arquitecto francés
Antoine de Ville entre 1631 y 1633, se construyeron las fortificaciones de
Maximiliano y el fuerte Louise, además de las baterías de Zonchi y San
Pietro. En la isla de Santa Andrea, se había construido sobre el fuerte ve-
neciano otro de época napoleónica. Incluso antes de nombrar a Pula como
puerto principal, la monarquía cubrió los huecos de esta línea de defensa
con nuevos edificios redondeados: las torres Martello.

11 Krizmanić, A. Pulska kruna: pomorska tvrđava Pula - fortifikacijska arhitektura austrijskog razdoblja/ The
crown of Pula: the naval fortress of Pula - fortification architecture of the Austrian period Pula, 2008.
12 Mate Balota, Pula je Pula, AmforaPress, Pula 2005.
346
Fig. 6.
Fuerte Bourguignon–
típica torre de Pula.
Fuente: Centro del Fuerte
de Pula
(www.pulafortcentre.com)

Entre 1830 y 1838, se construyeron las torres de San Giovanni, Punta


Christo y Grosso Martello. De 1852 a 1854, se construyeron en la ciudad
y sus proximidades 12 edificaciones redondas y en forma de herradura
con diámetros varios (las llamadas torres de Pula) como obertura a la
inauguración oficial del arsenal el 9 de diciembre de 1856, a la que asistió
la pareja imperial junto con el archiduque y comandante de la Marina,
Fernando Maximiliano13.

Fig. 7. Bien conservada Torre del Fuerte de St. George. Fuente: Nataša Urošević

13 Mavar Z. Rehabilitation of the architecture and fortification landscape of The Pula Fortress – a chance or
a burden, en: Urošević N., Afrić Rakitovac, K. Models of Valorisation of Cultural Heritage in Sustainable
Tourism, Pula, Universidad Juraj Dobrila de Pula, 2017.
347
Entre 1881 y 1885, se construyeron toda una serie de fuertes y baterías
poligonales en la zona alrededor de Pula y, durante el cambio de siglo, una
nueva serie de fortificaciones en un tercer anillo que protegía el acceso al
puerto de Pula, como el fuerte Brioni Minor (1895-1900), el más grande
del Adriático. Justo después de la Primera Guerra Mundial, comenzó a
desarrollarse la industria de la aviación y se estableció en la parte norte del
Puerto el mando del Ejército del Aire. La cercana isla de Santa Catalina
albergaba un arsenal de hidroaviones. Posteriormente, durante el período
de administración italiana, también albergaría un centro de entrenamiento
de submarinistas como parte de la Escuela Real de Submarinismo. La ope-
ración para fortificar el arsenal de Pula y, en consecuencia, toda la ciudad,
concluyó en la construcción de un sistema fortificado distribuido en tres
anillos defensivos con 28 fuertes, pero también baterías, bases, trincheras,
refugios, depósitos de agua, canteras, muelles y bases aéreas. La antigua
Fortaleza Naval de Pula sigue estando protegida como bien cultural14.

¿Cómo poner en valor el patrimonio europeo común?

Los marcos políticos estratégicos actuales destacan el papel del patrimonio


europeo común como una fuente compartida de conmemoración, compren-
sión, identidad, cohesión y creatividad para fomentar el desarrollo de una
sociedad pacífica y estable, basada en el respeto de los derechos humanos, la
democracia y el estado de derecho. Según la Estrategia Europea de Patrimonio
Cultural, el patrimonio cultural, en todas sus formas, es un factor clave para
volver a poner el foco de nuestras sociedades en el diálogo entre culturas, el
respeto de las identidades y de la diversidad y una sensación de pertenencia a
unos valores comunes. El patrimonio cultural también es un factor potente en
el desarrollo socioeconómico y un recurso inestimable en los ámbitos educa-
tivo, laboral, turístico y de desarrollo sostenible»15. El patrimonio fortificado,
como testigo de la dramática historia transnacional europea de conflictos,
pero asimismo testigo de encuentros interculturales creativos entre naciones
europeas, suele quedar olvidado y abandonado en la actualidad, a la espera de
una oportunidad para tener una nueva vida y una nueva función.

Organizaciones internacionales, como la UNESCO, ICOMOS e ICOFORT,


destacan la importancia de las redes transnacionales de investigación cientí-
fica, transferencia de conocimiento, concienciación y campañas de fomento
de capacidades que implican a todas las partes interesadas con el objetivo

14 Marić, K, Mustač, S. The Visible Future of Fortress Pula – Restoration, Valorization and Presentation of The
Austro-Hungarian Fortification System in Pula, Conference Sustainable Valorisation of Fortified Heritage –
European Best Practice, Proceedings, Pula, Universidad Juraj Dobrila de Pula, 2021.
15 Consejo de Europa: Conclusions on cultural heritage as a strategic resource for a sustainable Europe,
2014.
348
de valorar adecuadamente las fortificaciones. De acuerdo con la Carta de
fortificaciones de ICOFORT, «las fortificaciones encapsulan la historia de
las naciones en el espacio y en el tiempo. A través de las fortificaciones y
de las fronteras que definen, podemos leer el territorio y el mapa estraté-
gico que se ha desarrollado a lo largo del tiempo. Las fortificaciones son
testigo de acontecimientos de gran dramatismo humano, una mezcla de
heroísmo y tragedia que no debería caer en el olvido. Por tanto, son lugares
excelentes para incentivar la reflexión sobre la paz mundial»16. El mismo
documento aboga por el establecimiento de redes científicas internacionales
entre fortificaciones de la misma tipología y contextualización histórica o
geográfica con el importante objetivo de promoverlas desde un punto de
vista científico, pero también de turismo sostenible y desarrollo local.

El Año Europeo del Patrimonio Cultural supuso una oportunidad para


centrarnos en nuestro patrimonio común y promover los valores europeos
clave a través de la gestión participativa del patrimonio. Las experiencias
de gestión, financiación e interpretación de un patrimonio compartido en
Europa y Croacia indican un gran potencial para la transferencia de cono-
cimiento en el desarrollo de proyectos europeos17. Nuestra experiencia nos
ha demostrado que una investigación por proyectos y una formación que
incluya a estudiantes, investigadores, oficiales de conservación, oficinas de
turismo, ONG y comunidades locales podría fomentar la sensibilización y
los esfuerzos de fomento de capacidades en el ámbito de la gestión sosteni-
ble del patrimonio, la educación cultural y la difusión de valores europeos
clave, que son los objetivos más importantes de los programas europeos,
como los Itinerarios culturales del Consejo de Europa.

Fig. 8. Fuerte Cadine en Trentino, galardonado con la Etiqueta Patrimonio Europeo.


Fuente: Nataša Uroševic´

16 Flores-Roman, M. A General Overview of ICOFORT and the Draft Chapter on Fortifications, in: Conserving
Fortified Heritage, The Proceedings of the 1st International Conference on Fortifications and World Heritage,
Nueva Delhi, Cambridge Scholars Publishing, 2016.
17 Urošević, Nataša and Afrić Rakitovac, Kristina, Models of Valorisation of Cultural Heritage in Sustainable
Tourism, Pula, Universidad Juraj Dobrila de Pula, 2017.
349
La autora ha analizado los modelos de puesta en valor del patrimonio eu-
ropeo común más efectivos: el Sello de Patrimonio Europeo, los Itinerarios
Culturales del Consejo de Europa, Horizonte Europa, el Programa Interreg
Europe, así como los beneficios del listado internacional de la UNESCO.
La idea principal es explorar cuáles de estos modelos serían más adecuados
para cumplir las necesidades de la comunidad local. Se ha analizado el fuer-
te Cadine, en Trentino, que ha obtenido el Sello de Patrimonio Europeo en
2017, como el mejor ejemplo práctico de fortificación. Se construyó para
defender Trento entre 1860 y 1915 como uno de los sistemas defensivos
más importantes construidos por el Imperio austrohúngaro. Las dramáticas
divisiones causadas por la Primera Guerra Mundial provocaron que Trenti-
no, una zona fronteriza entre el Imperio austrohúngaro y el Reino de Italia,
desarrollase una cultura de convivencia y cooperación entre personas. En
una zona fronteriza, el fuerte Cadine se ha convertido en punto de encuen-
tro para concienciar sobre los valores europeos comunes. Los sistemas de-
fensivos son una expresión de la historia europea, marcada por la división
y el conflicto, pero han pasado de ser «fronteras» diseñadas para separar
zonas y personas a «nuevos corredores culturales europeos» que ofrecen
oportunidades para el intercambio y la colaboración y que promueven un
desarrollo cultural y social equilibrado de la comunidad europea.

Otro ejemplo práctico muy exitoso en Europa es el programa de Itinerarios


culturales del Consejo de Europa. El Itinerario Cultural Europeo es una ruta
temática que cruza uno o dos países o regiones y que se organiza en torno al
tema de Europa. La idea principal de los fundadores del proyecto era propor-
cionar mayor visibilidad y respeto a la identidad europea común, así como
preservar y promover el patrimonio cultural europeo y mejorar la calidad de
vida y desarrollo social, económico y cultural. Ya existen ejemplos muy prós-
peros de rutas culturales transnacionales que ponen en valor el patrimonio
fortificado común, como Forte Cultura o el Walk of Peace transfronterizo que
cruza el antiguo frente del Isonzo entre Italia, Austria, Eslovenia y Croacia18.

Fig. 9. Fortaleza de San Nicolas Šibenik–Patrimonio Mundial de la UNESCO. Fuente: Nataša Urošević

18 Urošević, N. and Kaurin, T., European Cultural Routes – Routes of Fortified Architecture, en: Urošević N. y
Afrić Rakitovac, K., Models of Valorisation of Cultural Heritage in Sustainable Tourism, pp. 143-167.
350
La investigación realizada indicaba los beneficios del listado (internacional)
de Patrimonio Mundial para la protección del patrimonio y para un desa-
rrollo urbano sostenible. Como modelo, se analizaba la propuesta de forti-
ficación veneciana del Adriático, que, además de italianas, también incluía
fortificaciones costeras croatas en Šibenik y Zadar y Kotor en Montenegro.
Kotor se incluyó en el listado de la UNESCO en 1979 (criterios I, II, III y IV)
y, de nuevo, en 2017, en el contexto de la propuesta internacional de las for-
tificaciones venecianas en el adriático.

Fig. 10. Kotor, Montenegro–Patrimonio Mundial de la UNESCO. Fuente: Nataša Urošević

Las redes internacionales, como EFFORTS (Federación Europea de Sitios


Fortificados) y FORTE CULTURA incluyen ejemplos de buenas prácticas
en Europa, lo que ofrece soluciones para los retos actuales relacionados
con la gestión participativa del patrimonio: buen gobierno para la coo-
peración entre distintos grupos de interés (Zuiderwaterlinie, en los Países
Bajos; Cracovia, en Polonia), empoderamiento de comunidades locales a
través de la resiliencia y del bienestar social (Suomenlinna, Helsinki; Va-
lletta, Malta), turismo lento cultural y medioambiental transversal en la
época post-COVID (Paisajes Regionales, en Bélgica), cambio climático y
desarrollo de espacios verdes urbanos y de la biodiversidad, reducción de
la temperatura urbana en zonas verdes (‘s-Hertogenbosch, Países Bajos),
así como Itinerarios Culturales Europeos que permiten la cooperación cul-
tural internacional (Forte Cultura).
351
Gobernanza participativa en la investigación del patrimonio
fortificado

La gobernanza participativa del patrimonio cultural es un modelo de ges-


tión de patrimonio que asume una mayor participación de la sociedad civil.
El patrimonio debe entenderse, valorarse, cuidarse y disfrutarse para poder
compartirlo. La puesta en valor sostenible del patrimonio fortificado exige un
planteamiento coordinado, integrado y sistemático en el que deben participar
todas las partes interesadas. Poner en valor y medir el impacto socioeconómico
generado por los proyectos de patrimonio cultural incluye diversas prácticas,
métodos y técnicas de evaluación de impacto basadas en una investigación
tanto cualitativa como cuantitativa, multidisciplinar y participativa, lo que
permite una mayor inclusión de todas las partes interesadas en el patrimonio19.

Para poder analizar las actitudes de partes interesadas clave respecto al mo-
delo actual y al innovador modelo de gestión de gobernanza participativa del
patrimonio, se ha aplicado una metodología participativa, basada en una com-
binación de investigaciones tanto cualitativas como cuantitativas. La investiga-
ción se ha basado en entrevistas (con 10 preguntas más o menos abiertas) con
representantes de los grupos de interés, como expertos de autoridades locales
y regionales, culturales, científicas, instituciones turísticas y diferentes ONG
(n=10). Se ha pedido a los entrevistados que comenten sobre la situación actual
de los sistemas de fortificación y los retos clave a la hora de poner en valor este
valioso patrimonio europeo, así como la eficiencia del modelo de gobernanza
actual, las principales ventajas de incluir y revitalizar las fortificaciones para
las necesidades de la población local y su reutilización para distintas funciones
culturales, científicas, educativas y turísticas. Se les ha invitado a dar ejemplos
de las mejores prácticas europeas de gobernanza participativa sostenible del
patrimonio fortificado y a elaborar un impacto económico, social, cultural y
medioambiental para la adecuada puesta en valor del patrimonio fortificado.

Fig. 11.
Fuerte Turtian in Pula–
taller con la comunidad
local. Fuente: Nataša
Urošević

19 Urošević, N. y Afrić Rakitovac, K. Sustainable development potential of fortified heritage in Croatia, 2017.
352
Los resultados de la investigación se presentan en el siguiente análisis DAFO:

Fortalezas Debilidades
• Una gran concentración de monumentos • Escasez de expertos
de gran valor de todas las épocas en un Escasez de capacidades del gobierno
área reducida local
• Un sistema fortificado único y bien • Relaciones de propiedad sin resolver
conservado • Falta de concienciación sobre la
• Fuertes e instalaciones complementarias importancia y las posibilidades de
en ubicaciones muy atractivas y bien desarrollo del patrimonio local
conectados a nivel de infraestructuras • Un patrimonio valioso en malas
• Una posición óptima en el corazón de condiciones
Europa • Desconocimiento de partes interesadas
• Una ciudad con una historia multicultural a nivel local
• Un patrimonio interesante para turistas • Falta de coordinación entre sectores
de Centroeuropa • Falta de financiación
• Una narrativa europea común • Falta de programas educativos
especializados

Oportunidades Amenazas
• Posibilidad de crear un producto cultural • Falta de visión
y turístico único • Falta de estrategia
• Proyectos y financiación de la UE • Falta de una política y un plan cultural
disponibles adecuados
• Transferencia de conocimiento a través • Falta de financiación
de redes internacionales • Escasez de capacidades y preparación
• Refuerzo del capital social de la de las autoridades locales
comunidad • Falta de coordinación entre partes
Concienciación con el propio pasado y interesadas clave
refuerzo de la identidad • Competición entre ciudades
• Nuevo contenido cultural, nuevos patrimoniales croatas y europeas
espacios para las industrias cultural y • Mayor deterioro de valiosos complejos
creativa fortificados
• Innovación medioambiental: iluminación • Inversión especulativa relacionada con
de bajo consumo, restauración con las antiguas zonas militares más valiosas
materiales sostenibles y paisajismo en en el puerto de la ciudad
las propias fortificaciones, estética del • Sobreturismo
espacio • Alta estacionalidad
• Crisis múltiples en la UE

Análisis DAFO – Gobierno participativo del sistema fortificado de Pula


353
Nuestros encuestados están de acuerdo en que el sistema fortificado
de Pula es una parte valiosa del patrimonio de la ciudad. Sin embargo,
el proceso de su puesta en valor y revitalización encuentra numerosos
retos: relaciones de propiedad sin resolver, falta de visión de modelos de
revitalización, falta de estrategia para gestionar el antiguo patrimonio
militar a nivel local, falta de preparación del autogobierno local para
revalorizar el patrimonio: «El estado actual del sistema fortificado de
Pula es bastante malo. Los fuertes, excepto unos pocos, han quedado
a merced de la vegetación y de los elementos. No hay un plan serio de
revalorización y revitalización. No se ha creado ningún grupo de exper-
tos que pueda dedicarse en exclusiva al sistema de fortificaciones, lo que
incluiría expertos de distintos campos que siguen tendencias europeas e
internacionales en proyectos similares» (conservador de museo).

La inclusión del sistema de fortificaciones en un producto de turismo


cultural aportaría una nueva dimensión al turismo local y atraería nue-
vos visitantes. La comunidad local, por tanto, protegería un patrimo-
nio de tal dimensión a nivel europeo y disfrutaría de nuevos servicios
y contenidos culturales en la zona de las fortificaciones. Lo primero
que se necesita es un proyecto paisajístico, ya que muchos fuertes no
son accesibles o han quedado dañados por la vegetación. La recons-
trucción sistemática de las fortificaciones se debe planear por fases. El
potencial de los edificios más grandes del conjunto es enorme. Además
del turismo cultural, es posible utilizarlos con fines científicos y creati-
vos-educativos e, incluso, para hostelería e industria, siempre que cum-
plan los estándares de protección del patrimonio. Lo más importante es
que haya un plan de funcionamiento y un mantenimiento a largo plazo
(conservador).

Para hacer que el sistema de gestión actual sea mas eficiente, el primer
paso por parte de la administración de la ciudad sería definir una visión
clara y, después, una estrategia, un plan de acción muy concreto. Todos
estos pasos deben llevarse a cabo de forma colaborativa con las par-
tes interesadas pertinentes: conservadores, arquitectos, emprendedores
interesados, asociaciones, instituciones científicas y culturales especia-
lizadas, departamentos y ministerios. El modelo de financiación ideal
sería una combinación de fondos europeos y presupuestos nacionales,
regionales y locales y, en la medida de lo posible, una colaboración
público-privada (experto en turismo sostenible). Los expertos entrevis-
tados están seguros de que sería muy útil incluir el patrimonio fortifi-
cado local en el Itinerario Cultural Europeo (en uno o más de ellos) e
inscribirlo en el listado de la UNESCO.
354
Fig. 12.
Šibenik–vista desde San
John de la Fortaleza de
San Michael. Fuente:
Nataša Urošević

Los expertos entrevistados sugerían, como ejemplo de buena práctica de


gobierno participativo, Šibenik y Dubrovnik. La Sociedad de Amigos de las
Antigüedades de Dubrovnik se fundó en 1952 para concienciar al público
general sobre la importancia de conservar el patrimonio cultural e histó-
rico de Dubrovnik, generando interés por el mismo y apelando al orgullo
y aprecio del público. Dubrovnik es la marca cultural más importante de
Croacia y una atracción turística líder. Como ciudad-estado amurallada y
potencia marítima a nivel histórico, es, actualmente, símbolo de la historia
y cultura croatas. Los muros monumentales que rodean Dubrovnik son
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1979. La Sociedad de
Amigos de las Antigüedades de Dubrovnik es una parte interesada impor-
tante en la comunidad local y está involucrada de forma directa en la ges-
tión del patrimonio, con 70 años de experiencia al servicio del patrimonio
local. Con más de 1 millón de turistas al año y tras un aumento del precio
de las entradas (20 €)20, las Murallas de Dubrovnik cuentan con un enor-
me potencial de desarrollo, con ingresos de más de 20 millones de euros
al año (¡el doble del presupuesto que el Ministerio de Cultura destina al
patrimonio tangible!).

20 Uno de los más altos del Mediterráneo; ver: Epich, R. Encouraging Willingness to Contribute. City
Fortifications and their Conservation in the Mediterranean. Defensive Architecture of the Mediterranean, vol.
IX, Anna Marotta, Roberta Spallone (ed.) ACTAS de la Conferencia Internacional sobre Fortificaciones de
la Edad Moderna en la Costa Mediterránea (FORTMED) 2018, Turín.
355
La Institución Pública Fortaleza de la Cultura de Šibenik se fundó en junio
de 2016. A día de hoy, da empleo a 50 expertos y gestiona tres fortale-
zas restauradas: la de San Miguel, Barone y la de San Juan. Con más de
200 000 visitantes al año y 50 eventos organizados, es autónoma gracias a
sus propios recursos y a los proyectos de la UE. La Asociación de Amigos
de las Fortalezas de Šibenik se fundó en 2014 como un programa para au-
mentar el público y para dar respuesta a los retos que suponía reconectar
la comunidad local con su recién restaurado patrimonio cultural. A día de
hoy, cuenta con más de 5 000 miembros en activo (alrededor de un 10 %
de la población de la ciudad). La afiliación anual a la Asociación de Ami-
gos incluye entradas diarias ilimitadas en ambas fortalezas restauradas y
mucho más. Parte de los ingresos de las afiliaciones anuales se dedican a
preservar el patrimonio cultural de Šibenik.

Ejemplos de reutilización adaptable y gobernanza participativa


de las fortificaciones de Pula

El sistema de fortificaciones de Pula supone un ejemplo del proceso de


desarrollo necesario para un gran sistema fortificado. Entre las 30 fortifi-
caciones más grandes, las únicas que están completamente restauradas y
correctamente presentadas son el Kaštel, que alberga el Museo Histórico
y Marítimo de Istria, y el fuerte Verudela, donde está ubicado el Acuario
de Pula. La bien conservada Torre de Pula, en el fuerte Bourguignon, que
en su día fue una sala de conciertos, se usa actualmente como almacén del
Museo Arqueológico de Istria. Los fuertes Casoni Vecchi, Turcian, Pomer,
y de Punta Christo están bajo el cuidado de asociaciones cívicas apoyadas
por la ciudad de Pula. Brioni Minor es utilizado por el teatro Ulysses como
escenario de verano y el complejo Katarina Monumenti se ha convertido
en sitio para una gran inversión náutica y turística privada que ha logrado
preservar solo parte de los edificios militares originales. Un paso más hacia
la puesta en valor y revitalización de los fuertes de Pula es, sin duda, el
proyecto ADRIFORT. En el marco de este proyecto, las ciudades y regio-
nes del Adriático, la Universidad Juraj Dobrila de Pula y la Universidad
Ca’ Foscari de Venecia pretenden revitalizar sus sistemas de fortificación.
También hay proyectos liderados por el Parque Nacional Brijuni y restau-
raciones hechas por el Centro del Fuerte de Pula como parte del mecanis-
mo ITI (Inversión Territorial Integrada). El proyecto más reciente unía,
mediante un ascensor, el sistema de refugios subterráneos de Zerostrasse
con el Castillo Veneciano construido por Antoine de Ville entre 1631 y
1633 en la colina central de la ciudad. El Centro del Fuerte de Pula es un
centro de conocimiento y documentación que pretende dar a conocer a los
visitantes el sistema de fortificación de Pula, con una exposición multime-
dia interactiva.
356

Fig. 13. Aquarium de Pula en el Fuerte Verudela. Fuente: Nataša Urošević

La mejor práctica local de valorización participativa y sostenible del patri-


monio fortificado y marítimo es el Acuario del fuerte Verudela. El Acuario
de Pula, ubicado en el fuerte Verudela de 140 años de antigüedad, en una
zona turística al sur de la ciudad, es el mayor acuario de Croacia y el me-
jor equipado. El complejo defensivo del fuerte Verudela y de la batería de
San Giovanni, construidos entre 1881 y 1886, está bien conservado en la
actualidad. El fuerte Verudela alberga el Acuario desde 2002 y el Centro
Educativo Marino, con el único Centro de Rescate de Tortugas Marinas de
Croacia, desde 2005. Tras 20 años de trabajo por parte de entusiastas que
restauraron el fuerte austríaco, a día de hoy da trabajo a 35 jóvenes exper-
tos y recibe a 200 000 visitantes al año. El fuerte Verudela es un ejemplo
excepcionalmente positivo de revitalización del patrimonio dedicado a la
educación y a las actividades científicas.

El fuerte más impresionante y más grande del sistema local, construido entre
1895 y 1900 para defender el acceso a Pula, la principal base naval del Impe-
rio austrohúngaro, es Brioni Minor, en el Parque Nacional Brijuni. Gracias
al Taller de Arquitectura Fortificada Internacional, que se ha celebrado en la
isla durante más de 15 años, parte de la profesión y del público conocen su
importancia. El teatro Ulysses ha utilizado Brioni Minor como espacio para
un popular festival de teatro de verano durante 20 años. El Parque Nacional
de Brijuni pretende renovar los fuertes de las islas a través de proyectos de
la UE. En el marco del reciente proyecto «Ropa nueva de Brijuni», se ha
reorganizado la infraestructura de la nueva escuela de verano.
357

Fig. 14. Parque Nacional Brijuni–Fuerte Brioni Minor. Fuente: NP Brijuni

Para concluir, es importante insistir en los beneficios de una red transnacional


y de transferencia del conocimiento. Durante la conferencia de Venecia For-
tified systems–from frontier places to European cultural corridors (Sistemas
fortificados – de zonas fronterizas a corredores culturales europeos), celebrada
en septiembre de 2022 en el Centro de Conocimiento Fortificado del fuerte de
Marghera, se formó el Comité Científico de la red internacional de fortalezas
EFFORTS y FORTE CULTURA, que incluye más de 150 sitios fortificados
de Europa, como marco de cooperación europea multilateral para proyectos
comunes. Su objetivo es fomentar la cooperación científica entre universidades,
instituciones e instituciones culturales europeas para desarrollar un conoci-
miento holístico multidisciplinar de la gestión y rehabilitación de sitios fortifi-
cados mediante la energía inteligente y las soluciones de movilidad, el turismo
verde responsable y la inclusión e integración social con el fin de fortalecer las
comunidades locales de patrimonio, de acuerdo con el valor del patrimonio
cultural para la sociedad del Convenio de Faro del Consejo de Europa.

Fig. 15.
Reunión del JSC en el Centro de
Conocimiento del Patrimonio
Fortificado de Forte Magdalena.
Fuente: Nataša Urošević
358
CONCLUSIÓN

Se ha llevado a cabo una investigación para recoger las mejores prácticas


de Europa y para indicar posibles modelos de gobernanza participativa y
revalorización de ciertos elementos concretos del patrimonio común eu-
ropeo, con un enorme potencial de desarrollo. El análisis de las mejores
prácticas europeas y nacionales en la actualidad confirma los excepciona-
les beneficios socioeconómicos para el bienestar de los grupos de interés
locales de invertir en patrimonio cultural. Explorar los impactos y mode-
los de puesta en valor adecuados para el patrimonio fortificado de Pula,
la ciudad con los ejemplares más representativos del patrimonio común
europeo, incluyendo el patrimonio fortificado del antiguo puerto naval
principal austrohúngaro, no ha sido fácil. Aunque de un valor excepcio-
nal, este edificio militar abandonado está descuidado y ha sido asolado
frecuentemente; todavía no se reconoce su potencial como catalizador de
desarrollo económico y social local. Los resultados de la investigación han
indicado los beneficios para los grupos de interés locales que presentan las
redes transnacionales y la transferencia de conocimiento en el marco de los
proyectos europeos y de las asociaciones profesionales especializadas a la
hora de organizar actividades participativas, concienciar y crear campañas
de fomento de capacidades.
359
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Textos originales

Maurizio Vesco
Mathieu de Meyer
Fiorenzo Meneghelli
Dirk Röder
Nataša Urošević

3
2
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2
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O
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R
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F
363
Il Turco e la “chiave de Italia”: strategie di difesa costiera del regno di
Sicilia nella prima età moderna.
Maurizio Vesco
Soprintendenza Archivistica della Sicilia-Archivio di Stato di Palermo

È forse impossibile avviare qualsiasi ragionamento riguardo alle strategie di difesa della Sicilia
senza ricordare la sua specifica natura geografica e quindi la sua doppia identità storica, quasi
fosse un’erma bifronte, di isola e di regno, un regno che coincide con un’isola: «Insula sive
regnum» riporta, infatti non a caso, nel cartiglio della sua carta geografica l’olandese Frederick
de Wit ancora nel 16801.
Per la Sicilia, dunque, difesa del regno non può che significare difesa delle sue coste, e
le sue frontiere non possono che essere marittime, quella linea di demarcazione vibrante, in
perpetuo movimento, che segna il confine terracqueo del regno.
Ed è proprio dai suoi caratteri geografici, da un lato la sua insularità, dall’altro il suo posizio-
namento sia al centro del Mediterraneo che in prossimità della costa settentrionale africana,
alla Barberìa – poco più di 300 miglia nautiche separano le coste siciliane da quelle tunisine –,
che conseguirà la storia drammatica di più secoli di conflitti.
Nella guerra combattuta dalla Corona spagnola contro il Turco, il Regno di Sicilia e i suoi
mari, per quasi due secoli, dalla metà del Quattrocento alla metà del Seicento, seppur con fasi
alterne, furono trincea di prima linea e possibile terra di conquista, così come, nello scontro
con i pirati barbareschi e nella guerra di corsa, l’Isola fu al tempo stesso terra di scorrerie e
avamposto di difesa.
Ciò spiega perché, per questo lungo arco di tempo, gran parte delle sue risorse econo-
miche, materiali e umane vennero destinate a sostenere uno sforzo bellico senza precedenti,
mirato a fare della Sicilia, secondo un’espressione assai nota, il baluardo, l’antemuralla dell’Oc-
cidente e della cristianità contro l’impero ottomano e l’Islam, nella consapevolezza che essa
rappresentasse «la chiave de Italia»2 – così la definirono nel 1571, all’alba di Lepanto, i deputati
del Regno –, dunque la testa di ponte per la conquista della penisola e quindi dell’Europa.
Fu un’impresa quasi epica quella che vide impegnate tanto le istituzioni, in primo luogo il
governo vicereale, quanto le comunità urbane delle più o meno popolose città costiere sici-
liane. Uno sforzo che avrebbe assorbito quasi tutte le energie e le risorse finanziarie per su-
pportare le diverse strategie di difesa che di volta in volta sarebbero state approntate, secondo
declinazioni diverse, nel corso di tutta la prima età moderna. Si sarebbe trattato di alimentare
senza sosta, con denaro, materie prime e manodopera, i tanti cantieri, in primo luogo di fortifi-
cazioni, ma non solamente, anche navali per manutenere, rinnovare e potenziare la flotta delle
galere regie, indispensabile alla guerra sui mari.
La Sicilia, d’altra parte, in questo lungo e difficile processo di ammodernamento delle dife-
se avrebbe pagato un prezzo elevato per l’attuazione delle strategie fortificatorie dei suoi vice-
ré e per l’esecuzione dei progetti dei suoi ingegneri militari, in particolare nei primi decenni del
XVI secolo, all’inizio di questo processo, quando, davanti a un crescente irrigidimento nell’at-
tuazione della politica militare della Corte, per fronteggiare le difficoltà crescenti dei cantieri
isolani si sarebbe giunti alla coscrizione di parte della popolazione maschile attiva – muratori,
intagliatori, calcinai, manovali, cavapietre – e alla vendita coattiva o al sequestro dei materiali
costruttivi in territori via via sempre più estesi dell’Isola.
Uno sforzo quasi sovraumano che avrebbe reso le città straordinarie macchine belliche di
pietra, ma che avrebbe portato anche, come vedremo, in molti casi alla trasformazione della
realtà fisica, geografica e orografica di tanti contesti ambientali, adattati alle esigenze della
difesa.
Ritengo che questo complesso fenomeno storico possa venire ripartito cronologicamente
quasi in tre diverse stagioni, contraddistinte da differenti strategie e modalità di intervento
messe a punto nel tempo, in una logica però non di sostituzione, piuttosto di complementa-
rietà e sinergia, al fine dell’ottimizzazione della risposta difensiva del Regno in caso di attacco
364
via mare, se non persino della tanto temuta invasione turchesca, vera minaccia o spauracchio
agitato strategicamente dalla Corte che fosse.
Nonostante un significativo, quanto infruttuoso, precedente a cavallo fra Tre e Quattrocen-
to, quando Martino il Giovane aveva avviato la costruzione di quasi una quarantina di torri lungo
il periplo dell’Isola e il potenziamento della flotta regia3, fu solo con Ferdinando il Cattolico che
la monarchia avviò, con l’intermediazione politico-militare dei suoi viceré, una effettiva politica
di investimento nelle difese siciliane.
La prima stagione della fortificazione della Sicilia vide protagonisti, senza soluzione di con-
tinuità, tra l’ultimo quarto del Quattrocento e il primo del Cinquecento, Ferdinando il Cattolico
prima e un giovane Carlo V, appena insediato sul trono, dopo, nonché i loro rappresentanti di
governo, gli spagnoli Gaspar de Spes e Juan de Lanuza per il primo, l’italiano Ettore Pignatelli
per il secondo.
Erano i decenni decisivi nella rivoluzione dell’artiglieria e della difesa “alla moderna”, du-
rante i quali la Corona spagnola fu in qualche modo costretta a scegliere la Sicilia come indis-
pensabile laboratorio di sperimentazione e innovazione nel campo dell’architettura militare,
affidandone i piani di fortificazione, contro Veneziani, Francesi e Turchi in primo luogo, a profes-
sionisti di un circuito sovranazionale, dapprima il maestre artiller catalano Baldiri Meteli4, quindi
l’ingegnere veneto Pietro Antonio Tomasello da Padova5.
In questa fase, difesa costiera significava ancora difesa dei caposaldi urbani isolani, le prin-
cipali città siciliane, tutte marittime, la capitale Palermo, la capitale ombra Messina, Trapani,
Milazzo e Siracusa. Mantenere lo scettro di un regno ancora in gran parte spopolato, in parti-
colare nell’entroterra e lungo la fascia costiera meridionale rivolta verso l’Africa, storicamente
esposta a ogni sorta di incursioni, con gran parte della popolazione addensata piuttosto in
centri urbani costieri, voleva dire mantenere il controllo dei suoi insediamenti e, facendo leva
su questi, dei suoi territori più popolosi, quelli al contempo in cui più si concentravano attività
produttive e ricchezza.
Le difese approntate per questi caposaldi urbani dai due tecnici regi, secondo modalità
differenti ma fisiologicamente sequenziali, data la rapidità dell’evoluzione tecnologica di que-
gli anni – cittadelle e barreras artilleras di scuola iberica per Meteli, poderosi torrioni circolari
della fortificazione cosiddetta di transizione italiana, oggi di sapore dureriano, per Tomasello
– erano sempre fortezze marittime, che miravano al mare e che dal mare, con le loro moli,
emergevano.
Esemplare, in questo senso, è il caso del Castellammare di Palermo, la fortezza fin dall’età
normanna posta a protezione del porto antico, alla quale era per prima affidata la difesa della
capitale. Se Meteli progettò e diresse il cantiere, fra il 1496 e il 1505, di una cittadella che in-
cluse il vetusto fortilizio normanno, dopo di lui, nel 1524, fu Tomasello da Padova a progettare
una straordinaria macchina da guerra declinata dall’ingegnere di Carlo V secondo la chiave
della grandiosità e della monumentalità, mirata in primo luogo a intimorire il nemico – ma più
in generale lo straniero – giunto a Palermo per le vie del mare6 (fig. 1).
Non va poi dimenticato, come fin dai primi decenni del XVI secolo, fortificare “alla mo-
derna” significò, forse per la prima volta e di nuovo in piena rispondenza all’antropocentrismo
dell’Umanesimo, guardare alla natura e alla naturalità dei luoghi con l’intento anche di trasfor-
marli, per piegarli alle necessità della difesa.
Fu proprio il padovano a pensare, infatti, a interventi alla scala geografico-territoriale. Nel
progettare le nuove difese della città di Trapani, importante centro urbano su una stretta pe-
nisola protesa nel mare antistante l’Africa, Tomasello propose per primo – altri ingegneri dopo
di lui, decenni dopo, avrebbero fatto lo stesso – il mectiri a mare, ossia il sommergere, la bassa
isola di Santa Margherita che sorge dirimpetto al fronte meridionale delle mura, portandone la
superficie al di sotto del livello del mare per impedire il posizionamento di artiglieria con cui il
nemico avrebbe potuto battere le mura cittadine o la fortezza della Colombara posta in mezzo
alle acque del porto7. Un’opera avviata con l’invio di una folta squadra di guastatori coscritti, ma
rimasta del tutto incompleta, tanto che ancora nel 1575 il presidente del Regno Carlo Arago-
na Tagliavia, duca di Terranova, avrebbe riproposto, su suggerimento dell’ingegnere ticinese
Giovanni Antonio del Nobile, «lo spianare dell’isola di Santa Margarita come da voi ci è stato
avvisato»8 (Fig. 2).
Analogamente, lo stesso processo di trasformazione orografica legato alla difesa avrebbe
condotto Tomasello, nei progetti per la fortificazione tanto della stessa Trapani quanto, dall’al-
tro capo dell’Isola, di Siracusa, pericolosamente posta alla «frontera di Levanti», lo scavo di lar-
ghi e profondi fossati lungo le cortine di terraferma per l’insularizzazione delle due città attuata
365
con il taglio dei loro istmi, interventi in ambo i caso compiuti solo decenni più tardi, nell’ultimo
quarto del XVI secolo, e di cui sono testimonianza non pochi disegni di progetto (Figg. 3-4).
Particolarmente significativo in questo senso, quanto avvenne, più tardi, a Marsala, centro
oggetto di importanti piani di fortificazione e piazzaforte pensata a difesa della vicina Trapani,
posta in un’area costiera segnata dal susseguirsi di stagni e lagune e a un tiro di schioppo dalle
isole Egadi, a quell’epoca disabitate e da sempre rifugio sicuro di corsari, il cui porto naturale,
troppo distante dalla città murata, costituiva il pericolo principale per l’abitato e per quell’intero
territorio. Tra il 1574 e il 1575, su ordine del duca di Terranova, Fabiano Bursotto, l’ingegnere
genovese che sovrintendeva la costruzione del nuovo porto della capitale Palermo9, una delle
principali opere di ingegneria portuale nel Mediterraneo spagnolo ideata anche per ospitare
l’armada, serrava, con poderose gettate, le due imboccature del porto lilibeo, detto de Austria,
sacrificato alla ragion di Stato pur di impedire lo sbarco dell’invasore (fig. 5).
Era questo, d’altronde, l’approccio del duca di Terranova, il Magnus Siculus, al governo della
Sicilia per tanti anni. Alcuni punti delle dettagliate istruttioni impartite nel 1572 all’ingegnere
maggiore del Nobile, da lui appena richiamato nell’Isola dal Nord Italia, in cui il presidente in-
terino spiegava «quello che avete di fare», riguardavano proprio le difese costiere. Fra questi
assai significativo è l’ordine impartito di individuare cale e piccole insenature a rischio di sbar-
co nemico, le cosiddette male cale, che potevano essere “neutralizzate” mediante la trasfor-
mazione della loro conformazione naturale, chiudendole e persino riempiendole mediante
gettate o causandone la frana delle fragili scogliere rocciose, oppure, al contrario, aprendole
al mare e alle correnti, spianandone scogli, barriere naturali e rilievi: «reconoscirete ancora le
cale delle marine et dove fosse necessario aprirne, chiuderne o riparne alcuna»10. Stessa sorte
sarebbe dovuto toccare alle grotte marine in grado di offrire nascondiglio al loro interno ai
navigli, quelle dette più tardi dal capitano ligure Giovan Battista Fieschi male grotte, per molte
delle quali egli propose il riempimento causandone il crollo delle volte naturali11.
Similmente a quanto pianificato per l’isola di Santa Margherita, si pensò di intervenire, intor-
no al 1584, anche sulla cosiddetta Pietra dell’Orso, un grosso scoglio, oggi detto di San Biagio,
nelle acque antistanti il litorale di Caronia, lungo la costa tirrenica, in questo caso per privare i
corsari di coni d’ombra a loro utili nelle visuali dalle torri vicine, intervento poi non attuato: «è
stato appuntato che si faccia sdirrupare la rocca nominata la Pietra dell’Orsa, che resta alla
marina fra San Fratello et Caronia, tagliandola infina a tre palmi sopra la superficie dell’acqua
del tempo che sian secche l’acque»12.
Inoltre, un paio di anni prima dell’analogo ma più celebre incarico, di cui si dirà nel segui-
to, conferito all’ingegnere Tiburzio Spannocchi dal suo successore Marco Antonio Colonna,
sempre il duca di Terranova aveva ordinato allo stesso del Nobile la ricognizione di tutti i centri
costieri minori, nonché la verifica di tutti «li luoghi dove si sogliono fare le guardie tanto di piedi
come di cavallo all’intorno di tutte le marine», nonché, soprattutto, di valutare «dove fosse
necessario far torre [...] et calculata la spesa et fatto il dissegno ci ni manderete relattione et
parere»13. Si trattava, però, ancora di un uso non sistemico, ma puntuale e disorganico, di guar-
die e torri, queste ultime ancora considerate in verità secondarie negli interessi del governo
rispetto alle interminabili fortificazioni delle città costiere che dovevano rimanere la principale
occupazione degli ingegneri regi, tanto da raccomandare a del Nobile di «non occupandove
in questo piò di quello che necessarissimamente serrà bisogno»14.
Sarebbe stato solo a partire da queste piazzaforti urbane che si sarebbe sferrato l’attacco
contro qualsiasi invasore sbarcato sulle coste siciliane, che, a quella data, rimanevano di fatto,
ancora sguarnite di reali sistemi difensivi, di controllo e di ricognizione del territorio rivierasco
e delle acque territoriali, essendo ancora l’unica presenza quella di poche, sparute torri, per
buona parte private, che si ergevano in prossimità del litorale a protezione di aziende agricole
e attività produttive (fig. 6).
La seconda stagione della difesa costiera, incentrata più sulla componente antropica e
sull’organizzazione dell’esercito, iniziò sempre sotto il regno di Carlo V, negli anni del viceregno
di Juan de Vega. È a lui, infatti, che tradizionalmente la storiografia ha ricondotto l’avvio di quel
processo di fortificazione della fascia costiera attuato con la costruzione di un sistema di torri
di avvistamento, pensate soprattutto al fine della comunicazione tempestiva e a lungo raggio
del pericolo al fine della messa in sicurezza delle popolazioni, nonché dell’approntamento di
ogni necessario intervento militare in reazione tanto di una incursione corsara quanto di uno
sbarco navale da parte di una potenza nemica.
In verità, Vega, se da un lato ampliò il numero di “pezzi” a disposizione nel suo scacchiere
per la difesa dell’Isola, con l’inclusione nel suo piano di altri caposaldi urbani quali, ad esempio,
366
Licata, Catania, sempre altalenante nei progetti fortificatori della Corona, o la città nova da lui
fondata di Carlentini15, nelle retrovie dell’indifeso golfo di Augusta, dall’altro realizzò ben poche
delle 37 torri da lui proposte probabilmente riprendendo, come già evidenziato da Maurici16, il
tardomedievale progetto di Martino il Giovane, un numero davvero esiguo rispetto alla vastità
del territorio costiero siciliano.
È, invece, di certo a lui che va attribuito il merito di avere introdotto, tra il 1548 e il 1554, nella
strategia della difesa costiera un ulteriore elemento chiave, quello della nova militia, indispen-
sabile all’effettivo funzionamento di qualunque possibile piano di torreggiamento17 (Fig. 7). Si
avviavano con lui investimenti, dunque, non solo in possenti macchine belliche di pietra, calce
e fascine, ma anche in uomini, Siciliani addestrati e riuniti in compagnie di fanteria e cavalleria
permanenti direttamente dipendenti dal governo, truppe finalmente affrancate così da feuda-
tari e autorità municipali, una strategia da quel momento in poi mai più abbandonata, oggetto
di successivi interventi di riforma e potenziamento da parte, prima del duca di Terranova, poi
del conte di Olivares Enrique de Guzmán18.
È sempre a Vega che va ricondotta l’introduzione, in modo capillare e regolato, pure di un
sistema di guardie a cavallo, dette cavallari, incaricate della perlustrazione del territorio cos-
tiero, in particolare di quello riconosciuto come più esposto al rischio di uno sbarco nemico,
sia in virtù della sua configurazione naturale – litorali sabbiosi, cale e radure protette e dalle
basse scogliere, foci di fiumi, rii e torrenti in grado di fornire acqua dolce –, sia per l’attrattività di
risorse da poter razziare e saccheggiare – masserie e trappeti dello zucchero, mulini e cantine,
palmenti oleari e tonnare.
È proprio all’azione combinata delle forze schierate in prima linea dal viceré lungo la fron-
tiera litoranea, torrari confinati nelle ancora poche torri di avvistamento e cavallari in ricog-
nizione tra queste e lungo spiagge e scogliere, facenti spola tra i centri urbani costieri, che
venne affidato il nuovo, centrale obiettivo del controllo delle coste, della segnalazione di ogni
eventuale pericolo, anche con il ricorso a segnali di fumo nelle ore diurne e di fuoco, i cosi-
ddetti fani, dopo il tramonto, nonché al suono della brogna o dei più efficaci colpi di cannoni
e smerigli, perché le autorità militari, locali prima e centrali dopo, potessero predisporre sì
l’intervento della milizia, ma anche, se necessario, l’evacuazione delle popolazioni minacciate.
Era in atto, dunque, un vero e proprio tentativo di militarizzazione del perimetro costiero, in
una strategia della difesa in primo luogo fondata sull’informazione e sulla comunicazione. Con
questa consapevolezza, Vega non poteva esimersi dall’avviare parallelamente, per primo, una
politica mirata pure al potenziamento del sistema infrastrutturale, strade e soprattutto pon-
ti, indispensabili al rapido e sicuro spostamento di truppe e contingenti militari da una parte
all’altra dell’Isola, anche questa poi rivelatasi di lungo termine e portata avanti ben oltre il suo
mandato dai suoi successori.
Ad esempio, anni più tardi, nel 1578, le prime istruttioni impartite all’ingegnere regio Tiburzio
Spannocchi, tecnico giunto al seguito del viceré Marco Antonio Colonna e figura chiave, com’è
noto, della fortificazione costiera siciliana, in occasione giusto del conferimento dell’incarico
della visita generale delle marine, avrebbero incluso pure quelle relative alla progettazione di
un paio di ponti. Il primo ricadeva fra Trapani e Marsala, indispensabile «anco per il passaggio
della gente di guerra a tempo di bisogno», il secondo da erigersi in prossimità della piazzaforte
marittima di Licata, lungo la costa sud, sul fiume Salso, uno dei principali della Sicilia, sino ad
allora lì attraversabile mediante una giarretta, un traghettamento su chiatta causa di rallenta-
menti per le truppe, «cagione di gran dimora al passaggio dei soldati della militia et de la gen-
te di guerra che al tempo della state [sic] et di sospetto d’armata nemica occorre tracheggiare
dall’una parte all’altra»19.
Ma non solo. Le ragioni della difesa costiera avrebbero incentivato l’implementazione di
infrastrutture anche di altra natura, quali gli acquedotti. Avvenne così, ad esempio, nel 1598,
quando la municipalità di Trapani, uno dei porti principali siciliani, città «posita in presidium
frontispicii Barbarie pro defensione totius Regni», piegata da decenni di penuria d’acqua, diede
incarico al magister in capite aquarum della capitale Palermo e a un capitano spagnolo della
progettazione di un nuovo acquedotto cittadino20. Questo era pensato in primis per l’approvvi-
gionamento idrico dello scalo marittimo e, in particolare, di equipaggi e truppe a bordo delle
galere regie, altro strumento chiave, queste, nella strategia della difesa costiera, soprattutto
a partire dalla fine del XVI secolo, con i governi dei viceré “corsari” Maqueda e Osuna. L’opera
pubblica sarebbe servita, infatti, a che le «regie triremes pro tempore venientes in portu dit-
te civitatis habent aquam ad bibendum», nonché per il confezionamento in situ del biscotto
destinato ai militari, fino ad allora prodotto malamente con acqua salmastra «in detrimentum
367
[...] gentium guerre et militie, qui pluries solent se conferre ad hanc civitatem pro eius presidio
tempore invasionis inimicorum»21.
D’altra parte, che non vi potesse essere difesa senz’acqua, tanto quella delle piccole cister-
ne immancabili in qualsiasi torre di avvistamento o de atalaya, quanto quella delle nuove reti
idriche realizzate nelle città piazzeforti marittime – da Trapani a Siracusa, da Licata a Sciacca
–, era chiaro a ingegneri militari, uomini d’arme e viceré, come testimoniano le parole pronun-
ziate nel 1600 dal duca di Maqueda Bernardino de Cárdenas: «L’acqua è quella cosa senza la
quale non vi può essere difesa alcuna»22.
La terza stagione della difesa costiera, forse quella più immediatamente riconoscibile
come tale, vide protagonista, a partire dal 1578, nel pieno del regno di Filippo II, il vicerè di
Sicilia Marco Antonio Colonna, vero fautore del piano di torreggiamento dell’Isola. Il nome de-
ll’aristocratico romano è indissolubilmente legato alle figure di tre tecnici di primissimo piano,
dalla differente formazione, competenza professionale e inquadramento nell’organigramma
governativo: il cavaliere gerosolimitano senese Tiburzio Spannocchi, lo scultore e architetto
fiorentino Camillo Camiliani e il capitano ligure Giovan Battista Fieschi, i primi due ingegneri del
Regno, il terzo commissario generale delle fabbriche delle torri et guardie marittime.
A seguito della prima metodica e straordinariamente accurata ricognizione effettuata da
Spannocchi nel 1578, di cui fu esito la sua celebre Descripción de las marinas de todo el reyno
de Sicilia, come messo in evidenza da Cámara un atlante più tardi reso in forma di tratado23,
nell’adunanza del Parlamento del 9 aprile 1579 Colonna impose un nuovo donativo di 10000
scudi, nonché lo storno di altri 3000 di quelli destinati ai ponti, per avviare effettivamente la
costruzione di un sistema organico di allerta e difesa costiera mediante torri, da lungo tempo
discusso, ma realizzato sino ad allora con esiti parzialissimi e assai modesti: «considerandosi
le molte vessactioni, pericoli , & danni, che da corsali ricevono i Regnicoli, il gran disturbo, &
impedimento, che succede nel commercio per non ritrovarsi facte all’intorno le marine d’esso
Regno seguitamente tutte quelle torri, le quali sono necessarie, acciocchè giorno, e notte
in tutte parti di dette marine, & considerandosi anco, che diverse di quelle istesse torri, che
hoggidì ci sono, poco o nulla ponno servire per tali guardie [...] è stato [...] votato, concluso &
accordato che si habbiano a far effettivamente tutte le torri necessarie all’intorno delle marine
di tutto il Regno, & racconciare, & accomodare quelle, le quali essendo in parte commoda per
questo servigio, havessero bisogno di reparatione & racconciamento»24.
Lo scenario politico-militare rispetto a vent’anni prima era, però, ormai del tutto cambiato:
non un parola sul Turco, non un riferimento ad invasioni nemiche, solo l’accorato richiamo alle
continue incursioni dei vascelli di pirati barbareschi e rinnegati che tormentavano le comunità
costiere, soprattutto le più piccole, costrette a vivere nel terrore dei continui rapimenti e della
riduzione in schiavitù, che flagellavano la navigazione nelle acque territoriali siciliane e inde-
bolivano l’economia e il commercio isolani.
Lo stesso Spannocchi, anni più tardi, durante il suo servizio per Filippo III in Spagna, dan-
do forma al suo trattato, redigendone il testo introduttivo, avrebbe aperto il secondo capitolo
dedicato alle «causas que obligaron a descrivir lo contenido en este libro» evocando giusto
queste problematiche: «por la vecinidad que tiene este Reino con Barberia es muy molesta-
do de los cosarios los quales suelen ympedir muy amenudo las simenteras de alrededor de
las marinas, las almadravas y los ingenios de azucar que todos estan en dichas marinas, los
cargadores de trigo y contratantes de la mar, cautivando los labradores y marineros [...]. Para
remedio desto se acostumbran hazer muchas maneras de guardias assy de torres de atalaia
como de hombres de a cavallo y peones»25.
L’ingegnere avrebbe quindi fornito il suo lungo e ragionato «parecer sobre lo que conviene
para bien guardar de ynvasiones de cosarios las marinas del Reyno de Sicilia», basandolo per
l’appunto su un sistema fittissimo di torri di atalaya, affidate a torrari e cavallari locali, nonché,
all’occorrenza, alla cavalleria leggera della militia.
Naturalmente questo sistema non era di per sé nuovo: in Sicilia era già in uso, infatti, se-
ppur in maniera disorganica, non stabile e puntuale, da lungo tempo, almeno dall’età di Vega,
così come nel Regno di Napoli o nello Stato della Chiesa. Riguardo all’Isola, ad esempio, nel
1570, prima, dunque, dell’attuazione del piano di Colonna, il viceré marchese di Pescara aveva
intimato alle autorità di Cefalù di disporre le guardie preposte alla «talaya, onde si scoprino li
fani et li guardii de l’una parte et l’altra di Levanti et Ponenti»26. Poco tempo dopo, nel 1571, il
suo successore, il presidente del Regno conte di Landriano, aveva ripetutamente intimato alle
stesse di disporre sia di «cavallari ordinarii ch’havessiro carrico di fare la ronda di li sentinelli
368
che stanno delli parti di fuora di detta città»27, che di guardie nelle cale più a rischio per «sco-
priri et assicorare et avisare la costa per salvamento di naviganti»28.
La rilevanza per la regia Corte del piano di fortificazione del perimetro costiero, a mio giu-
dizio, si riflette anche in una significativa innovazione nell’organigramma governativo. Se già
proprio in concomitanza dell’avvio dei grandi cantieri delle piazzeforti marittime, durante il
viceregno di Pignatelli, nel 1523, in quella che abbiamo definito la prima stagione della difesa
costiera, era stata introdotta stabilmente la figura dell’ingegnere regio, giusto sotto Colonna,
dal 1577, in previsione del varo del piano di torreggiamento e delle sempre più frequenti visitas
a las marinas, si elevava a tre le plazas disponibili di ingegnere, davanti a una mole di lavoro
destinata ad accrescersi e a distanze da percorrere sempre maggiori29.
Ritengo, poi, che la controprova della extraordinarietà dell’esperienza della difesa costiera
siciliana, in particolare di quella attuata tramite torri, sia data dal numero particolarmente alto
di atlanti e codici riguardanti questa materia giunti sino a noi, frutto di capillari e dettagliate
operazioni di rilevamento, rappresentazione/descrizione e progettazione di nuove difese. Alla
Descripción di Spannocchi fecero seguito, infatti, pochi anni dopo, tra il 1583 e il 1584, risul-
tato anche queste di una ulteriore visita delle marine, la Cosmografia del littorale di Sicilia di
Fieschi30, priva di raffigurazioni e limitata a una esposizione letteraria di speciale sensibilità e
accuratezza, e la Descrittione delle marine del Regno di Sicilia di Camiliani31.
La differenza tra le due celebri descritioni di Spannocchi e Camiliani, come già messo in
evidenza da Scarlata32, è radicale.
Quella del senese si concentra soprattutto sulle fortificazioni urbane marittime, a cui sono
dedicate ampie tavole con piante di rilievo e progetto, e solamente sulla sintetica descrizione
di torri e roccaforti costiere già esistenti, raffigurate, non a caso, invece solo sui margini del
foglio, in prospettive di piccole dimensioni (Fig. 8), mentre nulla è detto, o tanto meno rappre-
sentato, del progetto delle decine e decine di torri nuove da lui proposte, solo appuntate di
volta in volta nel medesimo spazio con l’indicazione del sito e del loro costo presunto.
È, dunque, solo nell’atlante del fiorentino che il piano di torreggiamento voluto da Colonna
trova effettivo spazio. Qui vi vengono infatti rappresentate a foglio intero tutte le torri previste
per la cintura costiera, quelle esistenti, spesso da ammodernare, e quelle da costruire ex novo,
delle quali si fornisce caso per caso, in più di una pianta e in prospettiva, il progetto e l’eventua-
le rilievo, dando vita a un repertorio di straordinaria modernità iconografica (Fig. 9).
Nella stessa scia si sarebbe collocato, d’altra parte, più di mezzo secolo dopo, nel 1640, an-
cora un atlante, frutto pure questo di ancor più meticolosi rilevamenti trigonometrici compiuti,
su incarico di Filippo IV, tra il 1634 e il 1639, la Plantas de todas plaças y fortaleças del reyno de
Sicilia, integrata da una Descripción, opera del lavoro congiunto del matematico palermitano
Carlo Maria Ventimiglia, dal 1633 visitatore generale di castelli e fortezze, e del suo allievo, il
geometra e pittore Francesco Negro33.
Come già messo in luce da Aricò, sebbene la dettagliata descrizione delle difese isolane
di Ventimiglia e Negro, non contempli la “cintura” delle torri costiere, ampio spazio è loro dedi-
cato nella breve presentazione del regno: «La circumferenza dell’Isola, prendendo una misura
mezzana, sarebbe 644 miglia. In questa circumferenza sono disposte sopra le punte e cale più
importanti, tra quelle che sono della Regia Corte e quell’altri dei particulari, 110 torri di guardia,
guarnite con artiglieria e altre armi, dove più, dove meno, le quale custodiscono le predette
punte, cale e la foce dei fiumi et altre acque, dai corsali; e coi segnali di foco e fumi et altri
segni apparenti avvisano continuamente i naviganti»34.
Degno di nota, a mio avviso, è che il visitatore Ventimiglia, uomo dotto e profondo conos-
citore della realtà siciliana, esprima, a distanza di mezzo secolo da Spannocchi e Camiliani,
un giudizio palesemente positivo sulla riuscita di questo poderoso piano urbanistico di Stato
– così lo definisce Aricò –, sebbene solo in parte attuato: «queste torri sono di grandissimo
servigio a Sua Maestà e di gran beneficio per lo regno e per la lor guardia. Si è veduto che sono
in gran parte mancate le depredattioni dei corsali, là dove prima soggiornavano a bellaggio
lunghissimi tempi per le spiagge»35.
D’altro canto, dell’efficacia, in generale, della strategia di torreggiamento era già consape-
vole Spannocchi molti anni prima, tanto che egli aveva corroborato il suo parecer anche rife-
rendosi ai buoni risultati ottenuti solo qualche anno prima nella vicina provincia di Calabria del
Regno di Napoli, il cui sistema di torri sarebbe stato rappresentato, circa un ventennio più tardi,
nel prezioso Codice Romano Carratelli36: «exemplo tenemos de lo mucho que aprovechan las
torres para guardar las marinas las muchas que en estos años atras se an fabricado en las de
Calabria que desde que se hizieron pocas o ningunas molestias tienen de cosarios»37.
369
Inoltre, l’esistenza di un vero piano di torreggiamento per il litorale siciliano in scriptis, con-
sultabile ancora nel quarto decennio del XVII secolo, diverso dalle descrizioni di Spannocchi
e Camiliani, sembrerebbe comprovata dalla stessa relazione di Ventimiglia. Questi, infatti, nel
denunciare l’incompiutezza della cintura fortificata, era in grado di affermare non solo il nume-
ro di torri mancanti, ma anche, in dettaglio, la loro distribuzione fra le tre Valli in cui era diviso
amministrativamente il regno: «Mancano queste torri, che sono stimate necessarie, altre 98,
cioè nel Valdemazzara 35, nel Valdinoto 38, nel Valdemone 25; le quali, se si facessero, sare-
bbe perfetta la guardia del Regno. Là dove, mancando, avviene che s’interrompe il fano della
notte e in quei luoghi vacanti avengono delle depredattioni e danni innumerabili»38.
Anche i numeri paiono non coincidere: Spannocchi aveva a suo tempo previste 185 torri,
di cui 62 esistenti e 123 da edificare, ridotte queste ultime a 103 nel progetto di Camiliani per
un totale di 165, mentre il piano di cui Ventimiglia riferisce ne annoverava ben 208, di cui 110 a
quella data in funzione.
Nell’arco di circa mezzo secolo erano state costruite o ricostruite, in un approccio sistemi-
co, quasi un’ottantina di torri costiere, di cui 44 in carico alla Deputazione e le altre ancora di
proprietà pubblica – governo e municipalità demaniali – o privata – feudatari e particolari –,
dettagliatamente elencate nella Relazione distinta di tutte le torri stilata, nel 1778, dalla stessa
Deputazione del Regno39, grazie alle cui segnalazioni «si dà avviso del numero, e del rombo
delle Navi, che in mar si scoprono, onde in tal guisa nello spazio di un’ora avvisata resta l’Isola
tutta»40 (Fig. 10).
Per la gestione militare di queste difese vennero emanate, nel 1594, dal viceré conte di
Olivares delle dettagliate ordinazioni sopra la guardia e custodia delle torri marittime, a cui ne
seguirono, l’anno dopo, altre sulle fabbriche delle torri e le guardie marittime, nel tentativo di
meglio regolare l’andamento dei cantieri e di agevolare la buona riuscita del piano complessi-
vo, colmando i vuoti rimasti nelle difese litoranee41.
D’altra parte, assieme a questa “infinita” teoria di torri costiere, tutte più o meno simili, ri-
condubili a tre tipi dimensionali, per lo più a pianta quadrata ma anche circolari – Camiliani ne
disegna, quasi per divertissement, pure una esagonale, quella alla Punta delli Palombi (Fig. 11),
e ne era già stata realizzata, nel 1556, una poligonale stellare a quattro punte alla tonnara di
Cofano (Fig. 12) –, immancabilmente con alte basi scarpate, cantonali intagliati, coronamento
con garitte e parapetti con archibugiere su beccadelli (Fig. 13) oppure rare volte a merloni,
come nelle torri Felice e del caricatore di Girgenti, vennero realizzati pure elementi di difesa
“speciali” che tipologicamente e morfologicamente da quelle differivano.
Ad esempio, don García de Toledo, il viceré di Sicilia capitán general del mar, aveva ordina-
to, nel 1567, la costruzione di due fortini su altrettanti isolotti limitrofi che ricadevano nell’ampia
insenatura portuale di Augusta, dinanzi alla città murata che occupa la lunga penisola che vi
si protende, intitolati Castro Garsia e Castro Vittoria in onore della coppia vicereale42 (Fig. 14). Si
trattava di fortificazioni dalle geometrie irregolari che si adattavano perfettamente al perimetro
dei due scogli, realizzate, nel tentativo di impedire a flotte nemiche l’accesso al porto e il loro
stazionamento, dopo i tragici fatti del 1551, quando la città, già evacuata, era stata messa a
ferro e fuoco dall’armata turca, incursione ripetutasi l’anno successivo e ancora nel 1560, riba-
dendo, quindi, la debolezza del golfo di Augusta nel sistema costiero siciliano, già osservata a
suo tempo da Ferrante Gonzaga.
Al fine di potenziarne la capacità difensiva era stata presto proposta una variante che vede-
va il congiungimento dei due fortini mediante una tela muraria, probabilmente piattaformata,
sia per impedire il frapporsi fra esse di navigli che per accrescerne la potenza di fuoco. Nel
1575 il duca di Terranova, informato dal capitano ad guerram di Augusta che «per essere ades-
so le acque baxie si porria attendere di tirarse una tela di muro per giontarse la fortileza della
Vittoria con Castrogarcia», ordinava al solito ingegnere del Nobile di «conferirve in detta città
di Augusta et riconoscere dette fortileze et farne una pianta et trazza»43, progetto probabil-
mente avviato, come sembra mostrare il rilievo di Negro del 1634-3944, ma rimasto incompleto.
A questi due sarebbe stato aggiunto, un paio di anni dopo, su iniziativa del viceré Fernando
Avalos d’Aquino, marchese di Pescara, un ulteriore forte, dalla moderna forma di tenaglia, nelle
secche antistanti la punta della penisola urbanizzata, giusto alla bocca del porto, chiamato in
suo onore Torre d’Avalos (Fig. 15). Si trattava, stavolta, di una potente batteria casamattata, fa-
cente funzione anche di faro, in quanto alla sua punta si ergeva una torre segnaletica, recante
in sommità la lanterna portuale, dalla straordinaria configurazione tortile, ritengo una evidente
citazione classicista del mitico Pharos di Alessandria d’Egitto, secondo la raffigurazione datane
370
giusto in quegli anni (1572) da Philippe Galle e Maerten van Heemskerck in un album di incisio-
ni di successo e di larga circolazione negli ambienti eruditi e cortigiani (Fig. 16).
A proposito di fortini costieri, non possono, a mio giudizio, passare inosservati i due belli,
grandi disegni su tre fogli di Camiliani, uno per il «bonissimo e gagliardo forte» di Castelluzzo
(Fig. 17), l’isolotto antistante Capo Passero, all’estremità sud-est dell’Isola, l’altro per il «forte di
bonissima capacità» da erigersi a Capo Milazzo (Fig. 18), che avrebbe dovuto pure includere
all’interno del suo recinto baluardato la torre faro posta alla punta della penisola, a detta dello
stesso fiorentino il progetto che più gli stava a cuore: «Et molto più io lodo questa ultima opera,
che nessuna dell’altre»45.
Riguardo alla combinazione forte-faro, va pure ricordato l’esempio della lanterna per anto-
nomasia, quella posta all’estremità della Sicilia, a protezione della navigazione nello Stretto di
Messina che separa l’Isola dall’Italia. Una torre rappresentata sia da Spannocchi che da Cami-
liani, alla cui fortificazione erano già stati dedicati due disegni di progetto nel più antico codice
Nuove inespugnabili forme diverse di fortificationi46, opera dell’anonimo autore del trattato, un
tecnico al servizio del Regno di Napoli, l’altro, e dell’ingegnere Jorge Laínez. I due tecnici ave-
vano preso parte alla consulta tenutasi a Messina nel 1551, per volere di don Juan de Vega,
per l’edificazione di una fortezza a Capo Faro destinata al controllo delle acque dello Stretto47,
passo quasi obbligato per tutte le flotte e quindi particolarmente esposto all’attacco nemico,
come puntualmente verificato solo un anno dopo, nel 1552, con la razzia turca di Reggio Ca-
labria, rappresentata nella nota incisione di Franz Huys Freti Siculi sive Mamertini vulgo il Faro
di Messina optica delineatio del 1561, ma su più antico disegno di Peter Brueghel il Vecchio.
Infine, non vanno dimenticati i forti costruiti a protezione delle isole minori, quasi tutte
all’epoca disabitate, in particolare alle Egadi, pericolosissime perché molto prossime alla cos-
ta e a città popolose, e dei quali è testimonianza, ad esempio, il parecer redatto, nel giugno del
1623, dal capomastro della Corte Andrea D’Ajeli, per il potenziamento del primo fortino cos-
truito sull’isola di Favignana, il forte San Giacomo, più volte poi ampliato e rinnovato (fig. 19)48.
Inoltre, se Cicerone, citando Catone il Vecchio, aveva definito la Sicilia granaio della repu-
bblica e nutrice della plebe romana, ancora in età moderna la ricchezza principale dell’Isola e
una importante entrata per l’erario rimanevano i cereali e il grano in particolare, esportati un
pò in tutto il Mediterraneo occidentale, aspetto sul quale si sofferma lungamente pure Span-
nocchi nell’introduzione al suo atlante. Della Sicilia ricorda che «su singular preminencia es la
negociacion del trigo, privilegio antiguo suyo pues solia llamarse el granero de los Romanos
en el tiempo que florecia aquella monarquia [...] la tierra alli produce mas que en otra qualquier
parte del mundo y lo que tanbien es de considerar que produce trigo muy apurado y sin gene-
ro de mala simienta y de mayor substancias y por esta causa suele ser de mas subido precio
el trigo siciliano que no lo de otras partes»49.
Ne deriva così che i caricatori frumentiferi posti lungo le coste isolane debbano essere più
di ogni altra cosa protetti e difesi dalle incursioni corsare. Ad esempio, di quello di Agrigento,
uno dei principali in quanto vi confluiva la produzione di buona parte dell’entroterra sudocci-
dentale, era stato il viceré Ettore Pignatelli, nel 1524, ben prima delle date tradizionalmente
riferite dalla storiografia, ad ordinarne la messa in sicurezza con la costruzione di una nuova
torre monumentale, quella che sarebbe divenuta un vero e proprio fortino, incaricando della
progettazione Tomasello da Padova50. Un cantiere che si sarebbe rivelato difficile e lunghissi-
mo, anche per la difficoltà delle costruzioni idrauliche e dell’esposizione ai marosi – il fortino
sorgeva del tutto in mezzo all’acqua (Fig. 20) –, tanto da lasciare per anni di fatto sprotetta que-
lla fondamentale infrastruttura con conseguenze drammatiche, come raccontava lo stesso
viceré qualche anno dopo, nel 1527: «li jorni passati foro prisi septe vaxelli che carricavano in
ditto carricaturi per dui vaxelli di cursali francisi, et alcuni volti ditti turchi et mori haviri disbar-
cato et depredato li magaseni di ditto carricaturi in maximo dapno di li patruni di li fromenti
li quali, si la ditta turri si havissi trovato frabicata, provista et monita del bisogno, si haviriano
ayutato et defensato de forma che non haviriano stati prisi et dapnificati»51.
Nel caso del caricatore di Castellammare del Golfo, sul versante settentrionale dello stes-
so comparto, protetto ab antiquo da un castello feudale, non solo quest’ultimo sarebbe stato
dotato precocemente, intorno al 1530, di moderni bastioni poligonali a protezione dell’attrez-
zatura e dello scalo, ma persino vi sarebbe stata fondata una città nuova, anch’essa fortificata,
un’attività insediativa e di popolamento pensata in ragione della difesa di magazzini e vascelli
impegnati nelle lunghe operazioni di carico dei cereali52 (Fig. 21).
Inoltre, riguardo alla complessità delle materie indirettamente correlate alla difesa delle
coste siciliane, va ricordato anche che costruire sul litorale o ancor più in acqua, come avveni-
371
va sovente per bastioni e muraglie di città marittime o per fortini posti su scogli, isolotti, istmi e
penisole, e ancor più per moli, porti e darsene destinati alle galere regie, implicava il ricorso a
strumenti, metodologie e tecniche di ingegneria idraulica, disciplina che non a caso conobbe
notevoli sviluppi giusto nel XVI secolo in conseguenza anche di una febbrile attività fortifi-
catoria, come testimoniano, ad esempio, i Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas attibuiti
all’ingegnere Juanelo Turriano.
Anche in Sicilia, le conoscenze dell’ingegneria idraulica si diffondono, a mio giudizio, at-
traverso i cantieri delle difese marittime, veicolate pure attraverso i tecnici stranieri chiamati a
costruirle, come di certo dovette accadere con il veneto Pietro Tomasello. Fu così a Siracusa,
dove nel 1584 l’ingegnere del Nobile impiegava «trombe che tirano l’acqua delli pedamen-
ti»53 dei bastioni da erigersi nel porto Marmoreo, fondazioni da realizzarsi «dentro dell’acqua
infin alla sommità di essa»54. La vastità e la complessità tecnologica dell’intervento era tale
da richiedere l’utilizzo di molte di queste trombe, le cosiddette cocle o pompe a vite, assieme
ad altri strumenti destinati al prosciugamento dei casseri lignei per la fondazione in acqua
delle strutture murarie, come quelli di cui il viceré conte di Alba de Liste, sul finire dell’agosto
del 1585, all’approssimarsi dell’inverno, disponeva la conservazione nei magazzini della Corte
(Fig. 22). Proprio riguardo alle casseforme il governante non nascondeva il timore che que-
lli già realizzati e rimasti montati in mare per il futuro prosieguo dei lavori potessero andare
distrutti dai flutti, mettendo così a repentaglio le murature ancora incomplete. Informato che
«nell’incominciato pedamento della fronte d’un belguardo sono fatte alcune cascie, le quali
potrian succeder che per occasion de mali tempi patessero qualche rovina», questi ordinava
al secreto della città aretusea che «debbiate da persone experte farle reconoscere et parendo
non esser sufficienti a poter resistere darete quel remedio che in ciò vedrete necessario per la
conservatione di esse»55.
Problemi di ingegneria idraulica erano già sorti a Trapani, un paio di anni prima, nel 1583,
riguardo al castello che occupa l’isolotto della Colombara in mezzo al porto, dove l’ingegnere
Giovanni Antonio Salamone era stato inviato a progettare un intervento di rifondazione del
fortilizio mediante pali lignei, «per essere fabrica antica et pedamentata sopra legname già
fracido», incaricato di fornirne il «dissegno del remedio»56.
In conclusione, non si può però non prendere atto come nel Discorso militare, un manos-
critto del 1612 riguardante la cosiddetta guerra difensiva, indirizzato dall’alto funzionario di Cor-
te Antonio Bologna, un giurista palermitano con abilità militari, al viceré Pedro Giron, duca
d’Osuna, nessun riferimento si faccia alle torri costiere57. Si trattava, infatti, di un sistema che,
nonostante gli sforzi del governo, avrebbe di continuo mostrato le sue debolezze, riconducibili
più che ai grossi problemi manutentivi, alla difficoltà di controllo sulla loro componente an-
tropica, i tanti uomini necessari al funzionamento di quella “cintura di pietra”, torrari e cavallari
spesso inaffidabili che lasciavano le torri sguarnite, non perlustravano l’orizzonte o che solo
fingevano di percorrere il litorale, mettendo a repentaglio paesi, città, l’intero regno.
Eppure, nonostante queste difficoltà pratiche, nella politica del governo le torri rimanevano
ancora nel 1642, e lo sarebbero state per lungo tempo, «il principal nervo della difesa» del
Regno58.
D’altra parte, che il pericolo venisse dal mare e che le difese costiere potessero risulta-
re incapaci di contrastare il nemico lo testimonia proprio una delle ultime riflessioni fatte da
Bologna, quella in cui, discutendo «del luogo nel quale deve risedere la persona del signor
vicerè» in caso di guerra o di invasione, faceva sua la proposta di trasferire viceré e Corte dalla
capitale Palermo alla piccola cittadina di Castrogiovanni, l’odierna Enna, urbs inexpugnabilis
per i Romani, posta sulla sommità di una montagna esattamente nel centro dell’Isola, non caso
nel punto più lontano dal mare59.

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373
1 F. De Wit, Insula sive regnum Siciliae urbibus praecipuis exornatum, Amsterdam 1680.
2 Archivio di Stato di Palermo (ASPa), Deputazione del Regno (DR), v. 201, c. 21r.
3 Maurici, Ferdinando. “Le fortificazioni costiere della Sicilia da Giustiniano a Filippo II”, in Le torri nei paesaggi
costieri siciliani (secoli XIII-XIX). A cura di F. Maurici, A. Fresina, F. Militello. 3 voll. Palermo, Regione Siciliana,
2008, I, p. 50-119, alla p. 72-78.
4 Gaeta, Alessandro. “A tutela et defensa di quisto regno”. Il castello a mare di Palermo. Baldiri Meteli e le
fortificazioni regie in Sicilia nell’età di Ferdinando il Cattolico (1479-1516): protagonisti, cantieri, maestranze.
Palermo, Qanat, 2010.
5 Sull’ingegnere veneto, cfr. M. Vesco, Pietro Antonio Tomasello de Padua: un ingeniero militar véneto en la
Sicilia de Carlos V, «Espacio, Tiempo y Forma - Revista de la Facultad de Geografía e Historia de la UNED
de Madrid», Serie VII, Historia del Arte, 22-23 (2009-2010), pp. 45-73;
6 Vesco, Maurizio. “Il Castellammare di Palermo; un progetto non realizzato di Pietro Antonio Tomasello da
Padova”, in Ricostruire. Architettura - Storia - Rappresentazione. 1. A cura di M. Vesco. Palermo, Edizioni
Caracol, 2014, p. 7-30
7 Vesco, Pietro Antonio Tomasello de Padua, Op. cit., p. 59.
8 ASPa, Tribunale del Real Patrimonio (TRP), Lettere viceregie (LV), v. 624, c. 211r.
9 Sul progetto del porto palermitano, cfr. Vesco, Maurizio. Un viceré ammiraglio per un’isola: Garcia Álvarez
de Toledo e il potenziamento delle infrastrutture marittime siciliane, in La Sicilia dei viceré nell’età degli
Asburgo (1516-1700). La difesa dell’isola, le città capitali, la celebrazione della monarchia, a cura di S. Piazza,
Palermo, Edizioni Caracol, 2016, pp. 111-13. Su Fabiamo Bursotto in Spagna, cfr. Cámara, Alicia. De Palermo
a Málaga. Fabiano Bursotto y la ingenieria de puertos en el Renacimiento, Lexicon. Storie e architettura in
Sicilia, 7 (2008), p. 7-22.
10 Archivo General de Simancas (AGS), Estado, Sicilia, leg. 1137-107.
11 Male cale e male grotte popolano pure la descrizione delle coste siciliane fatta dal capitano Giovan Battista
Fieschi, di cui si dirà nel seguito (vedi nota 25). D’altra, parte, nelle Instrutioni impartitegli nel maggio del
1583, gli si era ordinato di descrivere «con particolare distinzione quelle cale et grotte le cui bocche con la
comodità d’imminenti scogli o altrimenti convenga et si possan chiudere»; ASPa, DR, v. 202, c. 165r.
12 ASPa, DR, v. 203, c. 70v.
13 Archivo General de Simancas (AGS), Estado, Sicilia, leg. 1137-107.
14 Ibidem.
15 Su Carlentini e più in generale sulla politica, anche edificatoria, di Juan de Vega, reputo indispensabile il
recente contributo di Aricò, Nicola. La fondazione di Carlentini nella Sicilia di Juan de Vega. Firenze, Leo S.
Olschki Editore, 2016.
16 Maurici. Op. cit., p. 96.
17 Ordinationi et instruttioni della militia di questo fidelissimo Regno de Sicilia [...] fatte per noi Giovan de
Vega..., Palermo, per Giovan Mattheo Mayda, 1560. Sull’argomento, cfr. Favarò, Valentina. “Dalla “Nuova
Milizia” al tercio spagnolo: la presenza militare nella Sicilia di Filippo II”, Mediterranea. Ricerche storiche, 4
(agosto 2005), p. 235-262.
18 Sull’argomento, cfr. Favarò, Valentina. La modernizzazione militare nella Sicilia di Filippo II. Palermo,
Associazione Mediterranea, 2009.
19 ASPa, DR, v. 201, c. 142v.
20 Maurizio Vesco. “L’acqua delle città. Ingegneria idraulica nella Sicilia di età moderna”, in La ciudad de los
saberes en la edad moderna. Á. Camara, A. Molina y M. A. Vázquez Manassero (eds.). Ediciones Trea, Gijón,
2020, p. 59-78, alla p. 68-71.
21 Ibidem.
22 Ibidem.
23 Cámara, Alicia. Un reino en la mirada de un ingeniero. Tiburzio Spannocchi en Sicilia. Palermo, Torri del
Vento edizioni, 2018, p. 108-119.
24 Ordinazioni e regolamento della Deputazione del Regno di Sicilia..., Palermo, nella Reale Stamperia, 1782,
p. 112.
25 Spannocchi, Tiburzio. Descripción de las marinas de todo el reyno de Sicilia. BNE, MS 788, f. 5r.
26 ASPa, TRP, LV, v. 576, c. 243v.
27 ASPa, TRP, LV, v. 575, c. 242r.
28 ASPa, TRP, LV, v. 570, c. 213v.
29 Vesco, Maurizio. “Ingegneri militari nella Sicilia degli Asburgo: formazione, competenze e carriera di una
figura professionale tra Cinque e Seicento”, in Defensive Architecture of the Mediterranean. XV to XVIII
Centuries. A cura di P. Rodríguez-Navarro. València, Editorial Universitat Politècnica de València, 2015, I, p.
222-230.
30 Fieschi, Giovan Battista. Cosmografia del littorale di Sicilia..., Biblioteca della Società Siciliana di Storia Patria
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di Palermo, Fondo Fitalia, ms. IC21. Per la trascrizione e per un studio dell’opera, cfr. Gazzè, Lavinia. Giovan
Battista Fieschi Garaventa. Cosmografia del Littorale di Sicilia colla descrizione delle città, terre, castelli e
torri marittime. Catania, Società di Storia Patria per la Sicilia Orientale, 2012.
31 L’atlante di Camillo Camiliani, composto dalla Descrittione dell’isola di Sicilia e dal cosiddetto Libro delle
torri, si conserva presso la Biblioteca Nazionale Universitaria di Torino, ms. Codex III.N.I.3 L’edizione è in
Scarlata, Marina. L’opera di Camillo Camiliani. Roma, Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato, 1993.
32 Ibidem, p. 68.
33 L’opera si compone, come frequente, di due parti, una grafica, l’altra letteraria, entrambe conservate presso
la Biblioteca Nacional de España, mms. 1 e 787. L’edizione è in Negro, Francesco. Ventimiglia, Carlo Maria.
Atlante di città e fortezze del Regno di Sicilia. 1640. A cura di N. Aricò. Messina, Sikania, 1992.
34 Ibidem, p. 5.
35 Ibidem, p. 6.
36 Progettare la difesa, rappresentare il territorio. Il codice Romano Carratelli e la fortificazione nel
Mediterraneo. Secoli XVI-XVII. A cura di F. Martorano. Reggio Calabria, Edizioni Centro stampa d’Ateneo,
2015.
37 Spannocchi. Op cit., f. 7r.
38 Negro. Ventimiglia. Op. cit., p. 6.
39 Ordinazioni e regolamento. Op. cit., p. 174-177.
40 Emmanuele Gaetani, Francesco Maria (marchese di Villabianca). Della Sicilia nobile... Palermo, nella
Stamperia dei Santi Apostoli, 1752, I, p. 4.
41 Ibidem, p. 146-159.
42 Don García aveva, infatti, sposato nel 1552 Vittoria Colonna. Sulla committenza del viceré, cfr. Vesco,
Maurizio. “Un viceré ammiraglio per un’isola: García Álvarez de Toledo e il potenziamento delle infrastrutture
marittime siciliane”, in La Sicilia dei viceré nell’età degli Asburgo (1516-1700). La difesa dell’isola, le città
capitali, la celebrazione della monarchia. A cura di S. Piazza. Palermo, Edizioni Caracol, 2016, p. 111-136; Id.
“Una strada, due regge, una mappa: la committenza di don García Álvarez de Toledo, viceré di Sicilia (1564-
1567)”, Mediterranea. Ricerche storiche, 41 (2017), p. 543-592.
43 ASPa, TRP, LV, v. 624, c. 252v.
44 Mi riferisco al disegno Pianta del Caste (sic) Vittoria d’Augusta. Pianta del Castel Garsia d’Augusta; Negro.
Ventimiglia. Op. cit., s.p.
45 Scarlata. Op. cit., p. 433, 456-457.
46 L’edizione è in Nuove inespugnabili forme diverse di fortificationi. A cura di Sartor, Mario. Padova, CLEUP,
1989.
47 Vesco, Maurizio. “Designing the Bastion against the Turks: Sicily and Malta”, in Draughtsman Engineers
Serving the Spanish Monarchy in the Sixteenth to Eighteenth Centuries. A. Cámara Muñoz (ed.). Madrid,
Fundacion Juanelo Turriano, 2016, p. 247-270, alle p. 259-160.
48 ASPa, TRP, Consulte, I serie, v. 39.
49 Spannocchi. Op. cit., f. 3r.
50 ASPa, TRP, LV, v. 273, c. 109r.
51 Ibidem.
52 Vesco, Maurizio. “Città nuove fortificate del primo Cinquecento: Castellammare del Golfo, Capaci, Carlentini”,
in Il Tesoro delle città VI. Roma, Edizioni Kappa, 2011, p. 504-520, alle p. 505-511.
53 ASPa, TRP, LV, v. 731, c. 99r.
54 ASPa, TRP, LV, v. 729, c. 41v.
55 ASPa, TRP, LV, v. 742, c. 189r.
56 ASPa, TRP, LV, v. 719, c. 103r.
57 Bologna, Antonio. Discorso militare di don Antonio Bologna nel quale si demostra la maniera che possi
esser offeso il Regno e il modo con il quale possi essere difeso dell’incursioni e invasioni de’nemici...,
Biblioteca Nazionale Centrale di Roma, ms. Gesuitico 424. Sul manoscritto, cfr. Vesco, Maurizio. “La Sicilia
de Felipe III en un Discorso militare ocultado: hombres, ciudades y territorio”, in Escrituras Silenciadas. El
paisaje como historiografía. A cura di J. F. Forniés Casals e P. Numhauser, Alcalá de Henares, Universidad
de Alcal, 2013, p. 395-409.
58 ASPa, TRP, DR, v. 325, c. 5r.
59 «Altri [...] avisano che (il vicerè) debba star in Castro Gioanne nel centro del Regno, poiché dicono essi che
per essere noi in una guerra difensiva è necessario dell’intutto sbandire l’ardire nel Capitano Generale,
dipendendo dalla sua salute la salute dell’esercito e ch’è convenevole renderlo assai cauto, come sarebbe
fermandosi nel mezzo del Regno, poiché non solo si schifarebbe ogni periculo, ma insieme potrebbe dar
soccorso a tutte le parti e con celerità provedere a tutti i bisogni di quello»; Bologna, Antonio. Discorso
militare, f. 50v.
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The Atlantikwall Raversyde in Ostend, Belgium: its history, development,
activities & European cooperation
Mathieu de Meyer, Director Atlantikwall Raversyde

ABSTRACT
In the Provincial domain Atlantikwall Raversyde (Ostend, Belgium), you find remains from both
World Wars. The coastal battery Saltzwedel-neu, a bunker complex of the Festungpioniere and
a number of airport defence bunkers date from World War II, and were part of Hitler’s ‘Atlanti-
kwall’. Battery Aachen and Battery Antwerp were built during the First World War. Indeed, during
World War I, a forerunner of the Atlantic Wall was already built by the Germans along a part of
the Belgian coast. It’s heritage was restored by the province of West-Flanders, and provided with
a new contemporary museum scenography.
Atlantikwall Raversyde is located along the Belgian coast in an important tourist region and
therefore attracts many international visitors. In recent years, we developed a strong focus on
family-friendliness in our permanent exhibitions. And this applies to all ages… There are different
ways for individuals to visit the trail: with a wearable (with sound, text, 3D and images), with a
search booklet for children or even with an Escape game for youngsters. Groups and schools
also have different possibilities when visiting the site.
Atlantikwall Raversyde has an active events policy, which focuses on different target groups.
Thus, in addition to more classical exhibitions and activities, there are also activities and exhibits
interweaving with music, contemporary arts, theatre, etc.
In recent years, Atlantikwall Raversyde has been active in various European projects, most
recently as project leader of the Creative Europe project ‘Atlantikwall Europe’.
KEYWORDS
Atlantikwall Raversyde, Coastal Battery, World War 1, World War 2, Coastal defenses Belgium

Introduction
Atlantikwall Raversyde has a rich history. Situated along the Belgian coast, it contains dozens
of traces from the prehistory to the present. The Belgian coast is difficult to compare with the
Spanish or Galician coasts. The coastline stretches for only 65km, which is in stark contrast to
the Spanish coastline, which stretches for thousands of kilometers. Moreover, in Belgium most
of this coast is full of apartment buildings and other infrastructure. Nevertheless, some green
strips of land with dunes remain in a few locations. Examples are ‘Het Zwin’ and the provincial
domain ‘Atlantikwall Raversyde’. The coast is one long straight line, 65 km of beach, interrupted
only by a few port inlets. This contrasts sharply with the many coves, lonely beaches and cliffs
on the Galician coast. On the other side, the presence of batteries from the first half of the 20th
century and older defensive works along the Belgian coast does provide an interesting parallel
with the coast between Arteixo and A Frouxeira in Galicia. Typologically similar gun emplace-
ments, artillery and other military infrastructure used during both World Wars can be found
along the Belgian coast. Most of these places, unlike the Spanish examples, did not remain in
use long after these wars ended. This besides some examples that played a further role du-
ring the Cold War. There are two important seaports along the coast: the ports of Ostend and
Zeebrugge, both connected by canals to the province’s capital, Bruges.
The provincial domain Atlantikwall Raversyde is managed by the provincial administration
of the province of West Flanders. The land is partly owned by the Province, and partly by the
Flemish government. The entire Belgian coast is located in the same province, thus including
all coastal defenses. The domain is located between Ostend and Middelkerke, sandwiched
between the sea and the airport of Ostend, which was built by the Germans during World War II.
The domain’s origins go back to the royal family. It was established in the late 19th century as
the holiday home of the then King Leopold II. He had a fondness for the Belgian coast, in parti-
cular the city of Ostend. He erected several buildings and developed parks, adding to the city’s
376
grandeur. Several Norwegian-style buildings were erected in the domain, two of which were
soon destroyed by the Germans during the First World War. The royal family systematically
expanded the estate in the following years, while visiting it regularly. At the time of King Albert
I, even Crown Prince Franz-Ferdinand of Austria-Hungary visited the estate, a year before his
assassination in Sarajevo. However, the man who played the most important role in preserving
the domain, and all the defenses built there during both world wars, was Prince Karel, the bro-
ther of King Leopold III. He bought up further plots of land during the interwar period, and after
his regency he settled permanently in the estate, until his death in 1983. Prince Karel was ‘prin-
ce-regent ‘ of Belgium from September 1944 to July 1950, in a post-World War II period, when
his brother King Leopold III was deemed unfit to rule. Until his death, he resisted the demolition
of the remains from both world wars on his domain, preserving to this day a unique heritage
site, where all phases of the Atlantic Wall can still be seen. This is in contrast to other Atlantic
Wall sites, for example in Normandy, France. After the death of Prince Karel, the management
of the domain passed into the hands of the government, and it became a recreational domain
with open-air museums.
The focus of this article is on the remains of both world wars, but we would dishonor history
if we did not briefly mention the other heritage values in the domain. From the Royal period
you can still visit the old basket weaver house of Prince Karel, in which he lived. The remains
of Leopold II’s horse stables (a unique U-shaped monument with a bridge over the thin street
that runs right through the domain), Prince Karel’s open-air swimming pool and his golf cour-
se are also still preserved. But older times also left their traces. One of the most important
archaeological sites of the country has also been excavated on the domain. It concerns the
remains of the medieval fishing village of Walraversijde. Because the area has preserved its
rural character for centuries, archaeologists have been able to examine relatively intact traces
that provide a fairly complete picture of a medieval fishing settlement and its international
contacts. Among others, expensive gold luster majolica from Spain was discovered on the ar-
chaeological site. During the excavations, the remains of a Roman dike was also found, and the
remains of a Spanish cavalry camp. This camp played a role during the long siege of Ostend,
when the Royal Spanish troops besieged the city, which was held by the Republic of the United
Netherlands, from July 5, 1601 until September 22, 1604. The reconstructed medieval houses
can still be visited today.

World War 1
It is a fairly well-known fact that during the Second World War, Hitler had a very extensive
series of defenses, the Atlantic Wall, built along the Atlantic coast, which stretched from the
north of Norway to the French-Spanish border. It is much less known that a predecessor of this
was built along the Belgian coast during the First World War.
When Germany attacked France through neutral Belgium in 1914, they got stuck in the
west of the country near Ypres and along the river Yser. They failed to reach the important ports
of Calais and Dunkirk in northern France. Trench warfare developed along a line stretching
from the North Sea, at Nieuwpoort in Belgium, to the French-Swiss border. For four years there
was little movement in this front line. It was only in 1918, during the liberation offensive that the
allied forces pushed back the Germans. On the other side of the province of West-Flanders,
and the coastline, was the Netherlands. They remained neutral during the entire conflict. The
Germans thus came into possession of a relatively short stretch of (Belgian) coast on the North
Sea. It was much closer to the battlefield on land and sea than the German ports, so the area
was of exceptional strategic importance to the Germans.
Although the existing ports of Bruges and Ostend were not as large as those in northern
France, the Germans began to use them as gateways to the sea for their U-boats, the German
submarines that sunk almost 7000 allied ships during the war. The base itself was located in
Bruges where a U-boat bunker was built, very similar to the examples from the Second World
War in, for example, Saint-Nazaire and Lorient (France). In other places, shelters were built to
protect the submarines in the port. The U-boats sailed to the open sea along the canals from
Bruges to Zeebrugge and Ostend. The submarines from Bruges alone were responsible for
the sinking of more than 2500 ships. So, it goes without saying that these ports had to be pro-
tected. Several batteries were built specifically for this purpose.
But that was not the only reason why batteries were built along this short stretch of Belgian
coast. Batteries were also built to combat any Allied landings on the beaches or near the ports.
As by example happened later on D-day in Normandy during World War II. There were also sea
377
artillery attacks from Allied ships, which were answered by the German Coastal Batteries. But
the most westerly batteries, such as the batteries Aachen and Antwerp, nowadays located in
the Provincial Domain Atlantikwall Raversyde, were also deployed to support the troops on the
western front, in the trench warfare that started some 15 kilometers away in Nieuwpoort. On
the other side of the occupied coast, near the border with neutral Netherlands, batteries were
installed to protect the Westerschelde river. Although this river was in the Netherlands, it was
the connection of the North Sea with one of the largest ports in Europe: the port of Antwerp.
Antwerp itself was in German hands, but the connection to the sea was in neutral territory. So
not much could be done with the port. Although the river was in neutral territory, the Germans
still feared that the Allies would one day attack them along the that river. So there were also
batteries that were supposed to help avoid this eventual scenario.
In terms of caliber, similarities can be drawn with the artillery on the Galician coast: various
15 cm guns were installed, and in the polder landscape behind the dunes also large batteries
with 38 cm guns, very similar to the examples still preserved at the Monte de San Pedro near
A Coruña.
A total of 30 to 40 batteries were built along the Belgian coast during the First World War (the
numbers varied constantly according to the period in the war). However, many of these batteries
have not survived. Apart from a few separate gun emplacements, and the bombproof shelter of
the Antwerp Battery (located on the provincial domain), only the most westerly battery, Battery
Aachen, has been preserved. This is now part of the open-air museum Atlantikwall Raversyde.
Battery Aachen consisted of four gun emplacements with an observation and command post
on each side. Deeper in the dunes were the ammunition depots, a bombproof shelter and various
wooden barracks for the approximately 150 men who manned the battery. There were also a
number of water sources, of which a German monument has been preserved. It is named after
Saint Barbara, patron saint of artillerymen (the ‘Barbara Brunnen’). Searchlights were also used,
which could be stored in garages. On top of the observation and command posts there were
rangefinders. The artillery itself consisted of 4 Krupp 15 cm artillery pieces, with a range of 18.7 km.
Around the artillery pieces there was an armor in which a number of artillerymen could shelter
during bombardments.
After the war, the batteries received the attention of several countries. Soon after the expulsion
of the Germans, the British, Americans, French and Belgians came to study the batteries in order
to learn about them for the future.

World War 2
Battery Aachen was not reused as a battery during World War II. However, one of the obser-
vation and command posts was reused as an observation post for a new German battery that
was built in the hinterland, Battery Hannover near the village of Leffinge. In addition, various
open brick walkways were built on the site, and a flak emplacement for Bofors guns set up on
the old eastern observation and command post. Several bunkers from the Festungpioniere
were built around the site of Battery Aachen, which consisted of various staff quarters and
storage bunkers. All the bunkers were connected by open or underground brick walkways,
which have survived to this day. The Festungpioniere were troops deployed in the construction
of the Atlantic Wall.
In the meantime, the Germans built an airport (already planned before the war) a little
further inland. This also had to be defended, which is why bunkers and small positions were
built around the airport. Due to the further post-war expansion after the war, little of this airport
defense has been preserved, with the exception of a few small constructions on the grounds
of Provincial Domain, adjacent to the airport.
More important for our story is the construction of the new battery Tirpitz or Saltzwedel-neu
(the name changed several times during the war) west of the complex of the Festungpioniere.
This battery is also located in the Dunes and is largely preserved. The battery consisted of a
large observation and command bunker, centrally located, with two gun emplacements and
a flanking defense on either side. All phases of the construction of the ‘Atlantikwall’ have been
preserved, and this in exceptionally good condition. Here too, most bunkers are connected to
underground or brick passageways. There are several ammunition bunkers and crew bunkers
on the site, alongside several flak-positions. They also built several ‘normal’ buildings, which
were renovated and re-used by Prince Karel after the war, and still exist today.
The name ‘Atlantic Wall’ is now generally used for all World War 2 German defenses along
the Atlantic coast from Norway to southern France, but the name was actually only used du-
378
ring the war from August 1942 onwards, for a part of the Atlantic coast. The construction of the
battery Saltzwedel-neu already started in 1941, and would continue until the last days of the
German occupation. Originally, the four main pieces of artillery on the site were recovered Bel-
gian 12 cm guns. These were set up in open positions. PAK40 guns were placed on the flanks.
Under the “Schartenbau Program” the four main pieces were replaced by 10.5 cm guns, in co-
vered artillery bunkers. Covered artillery bunkers were then also built for the flanking artillery.
Meanwhile, more beach obstacles were placed on the beach.
Just a few days after the D-day landings on the beaches of Normandy, on the 10th of June,
a new artillery position was built in one of the earlier abandoned open-air gun emplacements.
At that time the Germans still thought that they could be attacked from the sea. Once the Allies
pushed deeper inland in Normandy and Europe, the Germans realized that the danger was
coming from the interior. So, in August they quickly built another brick observation post, this
time facing inland, with a small pimped piece of artillery in front of it for defense. The battery
was finally evacuated by the Germans on September 7, 1944, one day before nearby Ostend
was liberated by Canadian troops.
The battery received a couple of important visitors during the war: Field Marshal Rommel,
who became responsible for the Atlantic Wall after his campaigns in North Africa, visited the
battery, as did the Supreme Commander of the German navy, Karl Dönitz, who followed-up
Adolf Hitler as head of state of Nazi Germany for a couple of weeks.

Restauration and development projects


The remains of Battery Aachen, Battery Saltzwedel-neu and the complex of the Festungs-
pioniere now together form the open-air museum Atlantikwall Raversyde. Visitors start their
walk in the entrance building and at Prince Karel’s house. Then they walk through a number of
bunkers from the Second World War in which contemporary artists make the link between the
past and the conflicts that prevail today. The purpose of these bunkers is to ‘decompress’ the
visitors. We want them to break free from their day-to-day worries and realize that they have
landed on a site that symbolizes the two greatest conflicts in human history. Our guests then
visit Battery Aachen, before ending up in Battery Saltzwedel-neu. The bunkers of the Festun-
gpioniere are only used for temporary exhibitions and events.
Battery Aachen was recently completely restored and installed with a new museum sce-
nography. This was financed by the Province of West Flanders and Atlantikwall Raversyde,
and carried out together with the architectural firm aNNO-architecten and the scenographic
bureau Exponanza. A completely new experience was created for the visitor. The intention is
also to restore Battery Saltzwedel-neu in the coming years and to furnish it with a new sce-
nography. But at the moment the visitors still have to do it with the classic setup in that part.
It mainly consists of dioramas showing how the bunkers were arranged and how the soldiers
lived and worked there.
The remains from both world wars need to be restored or consolidated for various reasons.
Water infiltration, concrete rot, salt infestation, corrosion and concretion of iron and steel, the
constant high humidity, the pressure of the dunes, frost damage, damage by flora… are com-
mon problems that threatens the building structures, the collections inside and the technical
infrastructure. Moreover, the remains are located in a valuable nature reserve. Garden dor-
mouses and bats are important species that need to be protected, besides other fauna and
flora. The largest bat colony along the Belgian coast can be found in the underground corri-
dors in the domain. Besides that, various species of butterflies hibernate in the underground
walkways. Fortunately, all military constructions on the domain are protected as ‘protected
monuments’, as are several other bunker sites along the Belgian coast. In all restoration work
it is always a search for a good balance between nature and heritage values. In addition, the
tourist needs also have to be taken into account. There must be a certain level of comfort for
visitors, and integral accessibility is also an important issue. It was with these principles that the
restoration of Battery Aachen was started.
A key requirement was that the battery should be accessible for wheelchairs and visitors
with buggies. We also wanted visitors to be able to see the difference between the World
War I and World War II remains. After all, this is not always easy, even for connoisseurs. Since
there are many other World War II remains to view in the museum, we wanted to focus on the
story of World War I in this area. The location of a new path running between the gun empla-
cements and the sea was therefore partly determined by these factors. Photos from the war
379
itself, moreover, indicated that a path effectively ran at this location. The gradient of the paths
was adjusted according to their use by people in wheelchairs.
In a building, which once served as the home of the watchman of the guiding lights on the
estate, visitors are given an introduction to the First World War. Themes covered include the
coastal batteries, war at sea, the German Marine Corps (the German corps responsible for the
area during the occupation) and the daily life of the soldiers. Throughout the new scenography,
we try to tell the story as much as possible from the German point of view, not the Allied side.
This is a big difference with many other museums dealing with the First World War. The house
itself was given a completely new look. Inspired by the dazzle camouflage technique and the
fact that the house was given a roof in different colors by Prince Karel after the Second World
War, we asked the Dutch artist Lily Van Der Stokker to repaint the outside of the house. The
building became the ‘Green Checkered House’, and was given the typical green and white
pattern of a kitchen towel. This soft, more feminine pattern contrasts with the harshness of war,
which is often dominated by men, according to the artist.
Coming out of the building, visitors continue towards the western observation and com-
mand bunker. Along the way, groups can visit a bunker specially equipped with 3D technology.
Just like in a game, you can use an X-box controller to walk through a 3D reconstruction of the
battery, or fly over it. The 3D was designed by Visual Dimension from Oudenaarde, Belgium.
Individual visitors were given a smartphone at the start of their visit, allowing them to also see
in 3D what everything looked like at various points along the trail. On the same device, they
can also view photographs from World War I, alongside text and animations that explains what
they are seeing.
On the way to the western observation bunker, visitors will also come across a first concrete
model. This gives an overview of the entire battery, printed in concrete, based on the digital 3D
model mentioned above. Indeed, it was decided to make all new additions in the outdoor area
in concrete. This fits thematically with all the concrete used historically, and at the same time
it is immediately clear to the visitor that these are recently added elements. This includes a
model in concrete of a sunken German U-boat on the bottom of the North Sea (printed in con-
crete, based on multibeam sonar scans of the wreck) and a model of the eastern observation
bunker. These models are also ideal tactile models for the blind and visually impaired. Three
objects were recreated at 1:1 scale. It concerns a bench of King Leopold II that can be seen in
photos from the early 20th century, and has now been placed back in the same location, on the
spot where the king’s Norwegian chalet used to stand. In addition to being a historical referen-
ce, it is also a place where visitors can rest and enjoy the sea view. The other full-size object
made in concrete is one of the armored artillery pieces. The original guns were scrapped after
World War I, there are no remaining examples. When visitors walk along the path, they see
the piece looming just like in the historical photos. Only when you get closer you see that it is
made in concrete. Actually, it is only half a gun, which you only see when you walk past it. On
the other side you can discover a drawing of the gun’s interior. In the same philosophy, the base
of a rangefinder was made in concrete.
In the western observation and command post, we mainly focus on what it was also used
for during the war: observing and communicating. Just like during the war, visitors can take
a look at the sea with binoculars. On the back wall is a contemporary interpretation of the
silhouettes German soldiers used to recognize Allied ships. In another room, a display case
contains examples of communication equipment. The bombproof shelter further down the
trail was also decorated in the spirit for which it served during the war. Visitors can now sit on
the benches where soldiers once took their seats during a bombing raid. A film is projected on
the wall, referring to the German ‘Heimat’, the home front that many soldiers probably thought
about during the bombing. The music tape is regularly interrupted by artillery and explosion
sounds.
Originally, the battery also contained several wooden men’s quarters. They have comple-
tely disappeared after 100 years. To illustrate this part of the story, a contemporary version of
such a building was built. Hammocks hang in the building, just like during the war. The soldiers
slept in hammocks, just as they did at sea. Now visitors can take a seat in the hammocks. Six
screens on the wall show six soldiers portraying six emotions: fear, sadness, anger, joy, hope
and disgust. Each of these sentiments is supported by excerpts from diaries, letters and post-
cards. Outside of this wooden quarter, the ‘Barbara Brunnen’ were reactivated: water flows
back out of the tap.
380
From this point, visitors continue their visit towards World War II. The Battery Aachen pro-
ject has won the European Heritage/Europa Nostra Awards in 2022 in the category ‘Conser-
vation & Adaptive Reuse’.
In addition to the extensive works on Battery Aachen, the area around Battery Antwerp
was also tackled. Nowadays, only the Bombproof shelter remains as a striking relic. Here, we
used a completely different approach. The area is developed to the maximum as a nature
reserve, but the zone around the central bunker is a play zone, where old infrastructure that
can be seen on wartime photos has served as inspiration for the development of the natural
playground equipment.
Pretty soon the construction of a new depot for our collection pieces from both world
wars and the Middle Ages will begin. The building will also house a knowledge center with a
library, focused on coastal defense. Atlantic Wall Raversyde is involved in scientific research.
Together with Ghent University, for example, work is being done on an inventory of aerial pho-
tographs from the Second World War, and all (archaeological) remnants that can still be seen
on them. In the past we already did large-scale interview projects with witnesses who expe-
rienced the Second World War. Books are regularly published. Money and attention are also
devoted to the restoration of ‘large’ collection items, on display in the museum. For example,
a Würzburg-Riese radar, various pieces of artillery, searchlights, mines, beach obstacles and
rangefinders. They also suffer from the harsh coastal climate: wind, sand and salt cause rapid
deterioration of the pieces. Corrosion must be combated constantly.

Tourism & visiting possibilities


Atlantikwall Raversyde is located along the Belgian coast in one of the most important tourist
regions of the country and therefore attracts many (international) visitors. The promotion of
and access to the domain is adapted to this. All our communication is done in four langua-
ges: Dutch, French, German and English. In the future, we will investigate whether we should
offer more languages, given the increasing number of Italian and Spanish tourists, by example.
Good accessibility and a multilingual offer is essential to be able to tell your story to a wide
audience. This also seems to me to be a priority for the Galician batteries.
To increase visibility, we have developed our own brand, with our own logo and house
style. This is applied wherever we can: in pure promotion, but by example also in signage or
when making visitor guide books. We use various channels to promote the domain: (national or
local) radio, commercials in cinemas, posters in train stations, coverings for buses and trams,
commercials on local television, etc. A family-friendly variant of the house style was develo-
ped for children. This is applied, for example, in the uniforms that the stewards wear on the site,
or the quests that we develop for children.
In recent years, we developed a strong focus on family-friendliness in our permanent en
temporary exhibitions and activities. In doing so, we follow the policy of the Flemish gover-
nment. There are different ways for individuals to visit the site: with a smartphone/wearable
(with sound, text, 3D and images), with a search booklet for children or even with an Escape
game (‘The Escape Enigma’) for youngsters. Groups and schools also have different possibili-
ties when visiting the site. The offer is adapted to the age of the visitors, or made so that it works
for different ages. In this sense, our educational offer is also adapted to the different degrees
in education.
An example is the Educational project ‘Off the wall’, which was set up in 2018, in the context
of the European Creative Europe project ‘Atlantikwall Europe’. Different class groups from Bel-
gium, the Netherlands and France came together in Atlantikwall Raversyde to spend a week
working together while reflecting on the theme of walls and refugees. Together with a theater
maker, they made a short performance that was shown in one of our empty gun emplace-
ments. Later, they also went to Normandy, during the commemorations of the D-day landings.
Atlantikwall Raversyde has an active events policy, which focuses on different target
groups. Thus, in addition to more classical exhibitions and activities, there are also activities
and exhibits interweaving with (contemporary) music, arts, dance, theatre etc. Examples in-
clude ‘Tasty Raversyde’, where we focus on food from the war, or the ‘Nocturne Atlantikwall
Raversyde’, where musicians, poets and artists have the possibility to present their work on the
site. During events, we almost always organize workshops for children.
In terms of exhibitions, every year we organize a photo exhibition in the nature park where
large-format images are shown on a specific theme: underwater heritage in the North Sea,
Bunker photos, German photos of monuments from the First World War, etc. The well-known
381
Belgian photographer Stephan Vanfleteren was commissioned in 2014 to portray the entire
Atlantic Wall. He photographed many sites in Norway, Denmark, the Netherlands, Belgium,
France and the Channel Islands. He mainly focused on the aesthetic aspect of the bunkers,
that can still be found in the dunes, on the beaches, on the tops of cliffs or in meadows. The
end result was an image and sound installation that can still be seen today as part of the per-
manent exhibition.
But we also do other types of expos. As already discussed, every year we give a different
young contemporary artist the opportunity to show work in our ‘decompression bunkers’ on
the circuit. We also organized several large contemporary art exhibitions, in which artists have
the opportunity to place an installation on the site that reflects on history and/or contempo-
rary conflicts and problems. Sometimes such works do cause some controversy. For example,
there was the work ‘Ghost of a girl’ by Heidi Voet. The mannequins in the dioramas of the World
War II part represent German soldiers. The artist put blonde wigs on the heads of these man-
nequin dolls. These wigs were based on the hairstyles of women who played an important
role in different conflicts and wars. In this way she wanted to highlight the position of women
during wars. Because usually, when talking about war, it’s all about men. Part of the public felt
offended by this work, and thought it was dishonoring towards the soldiers. Others found it to
be a strong signal... In any case, it ensured that the topic was discussed.

European collaboration
In recent years, Atlantikwall Raversyde has been active in various European projects, most re-
cently as project leader of the Creative Europe project ‘Atlantikwall Europe’. Before, Atlantikwall
Raversyde had already been a partner of several Interreg projects, e.g. ‘Maxigreen’ and ‘World
War II Heritage’. As part of these projects, a number of big collection pieces have been resto-
red, architectural plans drawn up, educational packages developed and exhibitions created.
This, among other things. European cooperation offers great opportunities for further develo-
ping of your site, and also provides a lot of networking opportunities. European cooperation
has become indispensable if you want to develop new, dynamic ideas.
One of the main actions of the Creative Europe project ‘Atlantikwall Europe’ was to set up
a ‘European Bunkerday’. The idea was to organize an annual or biannual day in each country
where as many bunkersites as possible could be opened for the public. This way, bunkers
sites that are normally not accessible for visitors also get attention. In this manner, the general
public gets to know and appreciate the heritage, and their protection and preservation gets
more attention and general support. It also makes governments more aware of the value of
heritage. The project’s partners came from Belgium, the Netherlands and France. In the Ne-
therlands and Belgium, the Bunkerday has become an established event, receiving a lot of
press attention.
Another successful activity was the photo competition ‘Bunkerzoom’. As part of this project,
we asked photographers from all over Europe to submit their best photo of a bunker. From
these, the most striking images were chosen and shown at exhibitions in France and Belgium.
Besides those two actions, the ‘Off the Wall’-project mentioned before was also part of
‘Atlantikwall Europe’. In addition, several conferences and workshops were organized, as well
as familiarization visits to various batteries and other Atlantic Wall sites, spread across several
countries. Topics covered included contemporary art on the Atlantic Wall, the need for an ethi-
cal code for users and owners of Atlantic Wall sites and the fact that bunkers are often used as
a canvas for street art. The latter is clearly also an issue with the batteries in Galicia.
As part of the project, we discussed this issue with several street art collectives, including
the German collective ARTlantic Wall. Some artists think the entire Atlantic Wall should be
considered as a giant canvas for street art, even the protected parts of the heritage. Certain
heritage workers think it just can’t be done. Others, both street art artists and heritage practitio-
ners felt that a middle ground could be found. Finally, this resulted in interesting conversations,
and even cooperation in a number of areas. At Atlantikwall Raversyde, the German collective
mentioned above made some reversible interventions on some of the protected bunkers of
the batteries. On one of the observation bunkers, they made a graffiti work with tape-art, in
which visitors were also asked for their opinion on what should happen to the thousands of
remaining bunkers on the Atlantic coast. On top of another bunker, a bombproof shelter, they
did a performance called ‘Blood and water’. Finally, there was also a photo exhibition at the
museum about street art on the Atlantic Wall, and several street art artists were also allowed
to set up some works in our decompression bunkers.
382
Because of the Covid pandemic, the project could not be fully completed as originally
planned. The need for further European cooperation on the Atlantic Wall (and even with and
between several other bunker lines in Europe) remains strong. The ethical issue remains im-
portant, but also, for example, the exploration of methods for better cooperation between
professionals and amateur historians (who often have more knowledge about certain sites
than the professionals).
The Atlantic Wall in general has become a symbol of oppression and exclusion, experien-
ced during the German occupation of Western Europe. This shared heritage should therefore
be a place of remembrance, linking events of the past with present-day European issues and
urging us to reflect on our common European values. In doing so, we must take into account
the different cultures and countries, which sometimes view this heritage in a different way.
In general, there is a need for more European cooperation and funding in dealing with such
‘dissonant’ heritage - current European programs do not always make it easy to invest in it. We
look forward to continuing to work together on a European scale, including with our partners
in Spain.

SELECTED BIBLIOGRAPHY
Deseyne, Alex. 100 jaar Koninklijk domein Raversijde / Le domaine Royal de Raversyde a
100 ans / Hundert Jahre königliche Domäne Raversijde / 100 years of Royal domain Raversijde.
Brugge, Provincie West-Vlaanderen, 2005.
Deseyne, Alex. De Kust Bezet 1914 – 1918. Brugge, Provincie West-Vlaanderen, 2007.
Leerman, Fien [et al.]. Visitor’s Guide. Battery Aachen WW1. Brugge, Provincie West-Vlaan-
deren - Atlantikwall Raversyde, 2019.
Rolf, Rudi. Atlantikwall. Batteries and Bunkers. Middelburg, PRAK Publishing, 2014.
Sax, Aline. Vandebroek, Hannelore. Raats, Jonas. Mahieu, Maarten. The Occupied Coast: Li-
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ren - Atlantikwall Raversyde, 2014.
Stichelbaut, Birger. Gheyle, Wouter. Cornilly, Jeroen. de Meyer, Mathieu. De Kust 4 augustus
1945. De zomer van de vrijheid. Unieke luchtfoto’s van Knokke tot De Panne vanuit een Amerikaans
verkenningsvliegtuig. Gent, Tijdsbeeld – Provincie West-Vlaanderen - Atlantikwall Raversyde
– UGent, 2021.
Strubbe, Benoit [et al.]. Visitor’s Guide; A coast guard made of Concrete. Brugge, Provincie
West-Vlaanderen - Atlantikwall Raversyde, 2014.
Vernier, Franck. Le premier “Mur de l’Atlantique” 1914 – 1918. Les batteries allemandes au
littoral belge. Verviers, Éditions du Patrimoine Militaire, 2012.
More information about the site, the projects and the visiting possibilities can be found at
http://www.raversyde.be.
383
VENISE LAGOON, THE PARK OF FORTS AND TOWERS
Fiorenzo Meneghelli, architect, vice-president of the Italian Castle Institute and president of the
Veneto section; ICOMOS/ICOFORT member; manager of the forte Marghera study center, Venice;
forts network coordinator.

Abstract
Venice, is not formed only from its ancient urban nucleus, it is part of wider territorial context
that includes the mainland, the lagoon and the marine littoral that represent a unique cultural,
environmental and landscape historical. The fortified works built over the centuries, have his-
torically stratified in the various areas of the Venetian territory, integrating and in the same time
redrawing with their geometries the surrounding environment
Their increasingly distant location of the city center, for defensive reasons, has produced
two large fortified areas: one towards the mainland and the other towards the lagoon and the
sea. The first is the Campo Trincerato in Mestre, where the fortified works built between ‘800
and ‘900 were only partly incorporated into the contemporary expansion of the productive and
urban areas.
Today they constitute a precious reserve of green areas and essential spaces for urban,
social and environmental relocation of Mestre. The recovery of Forte Marghera with a mix of
cultural, recreational and leisure functions is a very significant ongoing experience. The other
fortified area, which extends for kilometers , is located between the lagoon and the long ma-
rine littoral.
The recovery of forts and telemetry towers on the Cavallino Peninsula is a well-balanced
intervention between historical and cultural values and the environmental context of the re-
gion. The urban settlement with its traditional agricultural and fishing activities, is well integra-
ted in an environmental tourism “en plain air” that coexists with the large sandy beaches, pine
forests, fishing valleys of the lagoon
5 keywords: fortification, cultural asset, landscape, territory, sustainability

THE VENETIAN FORTIFIED SYSTEM


The Republic of Venice, already from the 11th century and more extensively from the 15th cen-
tury, with the development of its economic and commercial interests increasingly extended
its territorial coverage. This made it necessary to create, as part of a single strategic vision, a
great defense plan that saw, on the mainland, a strong military defense system articulated in
fortress cities, and, following the commercial navigation routes stretching towards the East, a
widespread network of coastal defense works. An extraordinary defensive system to be built in
a short time was therefore planned, requiring: a great financial commitment, a strategic choice
of sites to be fortified, a renovated military architecture capable with new constructive and
typological solutions to contrast the rapid development of siege artillery.
The UNESCO recognition, in 2017, of the transnational serial site “ Venetian Defense Works
between the 16th and 17th centuries: Land and Western Sea State”, in which the cities of Ber-
gamo, Peschiera del Garda and Palmanova for Italy, Zadar and Šibenik for Croatia and Cattaro
for Montenegro are included, highlights the importance and value of this cultural heritage.
Venice, due to environmental and management problems with the city’s fortified sites, initially
included in the application (with Fort St. Andrew, Fort St. Felice, etc.) was eventually not inclu-
ded in the transnational site.
It should also be noted that the Venetian Republic, having built an efficient system of forti-
fications both on the mainland and along the coast of the Adriatic Sea, considered the city to
be well protected from enemy attacks. For this reason, fortifications were developed on the
‘harbor openings’ while the entrance of ships from the sea into the lagoon, and in the lagoon
itself by fortifying small ‘octagonal’ islands where artillery could be placed to block inland
navigation.
384
After the fall of the Venetian Republic, starting from 1897, in a considerably changed
geopolitical framework, there was a progressive development of a great defensive system of
the city that was increasingly extended to the surrounding territory. The phases of construction
of new fortifications correspond to different rulers over time: from the French to the Austrians,
and from 1866 when Venice became part of the Kingdom of Italy until World War II.
These fortifications that historically built up in the various areas of the Venetian territory
were integrated into it, reshaping its surroundings with their geometry. Their increasingly dis-
tant location from the city center, for defensive reasons, produced two large, fortified areas:
one towards the mainland and the other towards the lagoon and the sea.
This vast fortified system represents a further great historical, architectural, environmental
and landscape heritage for the city of Venice, which has only recently found the attention and
interest to initiate a process of valorization that encourages the requalification of suburban and
environmentally interesting areas.

1b- The Republic of Venice defenses against the Habsburg Empire


The fortified system of Venice was divided into three territorial areas: mainland, lagoon and
coastal areas. Developed according to the different defensive needs that occurred over times
for the city and the simultaneous development of siege artillery.
Three territorial areas with different morphological features that nevertheless form part of
a single, organic vision of the city’s defense: defense from a potential attack from the mainland
was considered unlikely, as the shallow waters of the lagoon made navigation towards the city
difficult and risky for those unfamiliar with it. Furthermore, the considerable distance separa-
ting the mainland from Venice, until the first decades of the 19th century, did not allow enemy
artillery to reach the city with their gunfire.
The defensive action, towards the lagoon and the sea, of both the Republic of Venice and
the Austrians had essentially the same purpose, to block enemy shipping coming from the sea
from entering the lagoon, with many number of cannons distributed around the perimeter of
the fortified island. Presented below are three fortified works located in the lagoon that well
represent in terms of typology, history, and the challenges of their recovery, three case studies
that had different final outcomes.
Sant’Andrea Fort. It was built by architect Michele Sanmicheli in 1535 on the Vignole island. To
prevent enemy shipping from entering the lagoon, long chains were laid from Fort Sant’Andrea
that connected to Fort Sant’ Nicolò on the opposite shore. The fort incorporated the pre-exis-
ting medieval tower, in front of which monumental portal of columns and entablature of clas-
sical appeal , was built in Istrian stone, from which two symmetrically curved wings departed,
where the gunports were placed alongside the water. The image is that of a ‘stone ship’ with
the artillery placed in a line on its sides, in analogy to a military ship. The portal of the fort is
recalling the great architecture of the city gates of Venetian fortresses, here becoming the
monumental entrance gate to the city of Venice. The public domain, owner of the fort, has
put the fort up for sale as a tourist destination, which perhaps is a prelude to a privatization of
the entire island. Fort Sant’Andrea is the most distinguished fortified monument built by the
Republic of Venice in the lagoon, but it has not yet found a serious restoration project that can
respect the historical and symbolic value it represents for the city and, at the same time, can
guarantee its public use.
Fort San Felice. The fort is located on the other side of the harbor, near Chioggia, controlling
the entrance to the lagoon, where the Venetians built the castle in 1385 to guard the area. In
1500, the Serenissima Republic surrounded the existing castle with massive city walls and lar-
ge triangular ramparts. Later, a monumental gateway in Istrian stone towards the sea was built,
as well as a powder keg. This was followed by defensive measures by the French, Austrians,
and the Kingdom of Italy. The last Navy troops left the fort in 1979. The gradual deterioration
of the historical buildings and the development of wild vegetation on the area soon began. In
2018 a memorandum agreement was signed between the Ministry of Defence, the Ministry of
Infrastructure, the Ministry of Cultural Heritage, the Agenzia del Demanio, and the Municipality
of Chioggia for the enhancement of the military property. Starting from 2019, a technical coor-
dination table was set up between the various entities, which led to the drafting of final reco-
very projects in recent years, divided into various operation lots. For the time being, the resto-
ration work has begun on the monumental entrance portal to the fort. The plan is divided into a
series of functions, from museum to tourism and environmental, placed in the fort in an area of
33,000 square meters, including also the bathing area in the general requalification of the zone
385
close to the fort. 7 million have already been financed for the restoration as a compensatory
work for MOSE (a system of mobile dams for the defense of Venice and its lagoon from high
water), although a further 5 million have been estimated for the completion of the operation .
St Erasmus Maximilian Tower. It was built between 1843 and 1844 on the site of an earlier
French fort from 1811-1814 on the San Erasmo Island near the sea.
Its task was to control the entrance to the lagoon from the sea, in cooperation with the new
and old S. Erasmo Ridotto (1832/33-1811/14) and the S. Erasmo Battery (1859-64).
Cylindrical in shape with brickwork and conical openings and stringcourses made of Istrian
stone, the thickness of which was increased in three quarters of the perimeter to ensure grea-
ter resistance from any artillery shots coming from the sea. The tower is defended by a bastio-
ned embankment that delimits the internal courtyard; access is by a bridge over the perimeter
water ditch fed by the lagoon. The circular plan, with an external diameter of 28.50 m, is divided
into 8 trapezoidal rooms. In the center of the tower there is an inside courtyard where the circu-
lar staircase leading to the roof terrace is located. In addition to the casemate artillery placed
on the two levels of the tower, there was a battery of cannons on the roof that could turn on a
rail placed in the floor, thus ensuring a 360-degree range. It was still used during the Second
World War as an anti-aircraft battery. An agreement between the Venice City Council, the Ve-
neto Region and the Water Authority led to the complete restoration of the Massimiliana tower
in 2003. Next to the Massimiliana tower, which hosts temporary exhibitions and other cultural
events, another structure was built, partially incorporated in the perimeter embankment of
the fort area, where services, technical rooms and installations were placed. The action is not
only in relation to high water defense works, but in the environmental and landscape redeve-
lopment of an island that has preserved its traditional agricultural and horticultural activities.

THE ENTRENCHED FIELD OF MESTRE AND FORT MARGHERA


At the end of the third independence war Veneto in the 1866 become part of the Reign of Italy
and Venice takes an important strategic role on both the Adriatic see and Alpine front. Veni-
ce with its harbor and arsenal becomes the Italian navy stronghold which must contend the
Adriatic see control against the Pola Austro-Hungarian navy base. The Venice defense plan is
articulated in the lagoon and coastal area toward the sea with new forts and coastal batteries
(illustrated in the next chapter) and toward the mainland with the entrenched field of Mestre.
Venice, besides being an important navy base, is also a fundamental railway hub which ensu-
res links with Po valley and Apennine area, with the activities of material and troops transport
to the areas close to Alpine front. Starting from 1883 Fort Gazzera construction starts and later
in 1890-92 is followed by Fort Carpenedo and Fort Tron (at a distance between each other of
around 3.5 and 5.5 kilometers) which forms a concentric belt around Fort Marghera. Another
more external belt of forts will follow later between 1907 and 1912 with armored batteries in
concrete and rotatable artillery towers: Rossaroll, Pepe, Cosenza, Mezzacapo, Sirtori and Poe-
rio. In the 1913 is possible to count 37 main fortifications (forts, mainland and sea front batteries)
to defend Venice.

FORT MARGHERA
After the Treaty of Campoformio of 1797, the first occupation of Venice by the French began
and after a few followed by the Austrian one. Both considered the defense of the city against
an enemy attack from land to be important. The construction of Forte Marghera fits into this
new strategic vision of the defense of Venice.
Construction works were just started when in 1805 the French entered in Mestre e conque-
red Venice. French tried to rapidly complete fortification works, but in the 1813 Austrians seized
the fort and conquered it in 1814. For a short period 1848-1849 the fort, fallen into the hands of
venetians insurgents with Austrians occupants, played its last defensive function, which came
to an end after a long siege.
The artillery cannonade of the fort led to the destruction of many defense works, which
requested to Austrians a lot of reconstructions and modernization measures between 1849
and 1866. After 1866 the Italian unitary State confirmed the strategic role of Fort Marghera and
underlined the need of defense updates and integration with the entrenched field of Mestre.
The defense system of the fort is organized on 3 defense lines converging toward the cen-
ter separated by wide moats. The first defense line is located externally from the moat and it
is made up lunette (triangular bastions made with earthworks), the second coincided with the
polygonal front equipped with four bastions separated by a canal, the ground level and the
386
central redoubt. The third line is the defense center, with polygonal shape, bastioned which
concludes with a dock, protected by a bastion surrounded by lagoon canals. The access to
the fort is carried out by land from Mestre with a bridge with a street that reached the central
redoubt and by the lagoon from the big dock placed on the opposite side on Venice direction.
In the early ‘900 concrete artillery batteries and buildings for logistic were realized. The
Italian Army left the Fort in 1995 e since 2010 the Fort changed owner from state property to
the City of Venice.
Today, of the historical system, only these buildings remained: the entrance body, a buil-
ding built over the pre-existing sixteenth-century bridge, three casemates placed on bastions
(one of which now is a museum), the French powder magazine on the right of the main avenue
and the Austrian one on its left, the two Napoleonic barracks faced on the dock. A navigable
canal started from the dock and connected the fort to the city of Venice.
The Fort is inserted in an urban and environmental context which is quite diverse, to South
direction the lagoon, to the East the industrial area of Marghera harbor, to North – North/East
the recent area of offices and hotels, to the West the urban area and the big San Giuliano Park
which ends on the lagoon.
From an historic point of view Fort Marghera has been the connection node between the
mainland and Venice and it never changed this role. It is in this context that a new urban and
environmental re-qualification can start, giving priority to the problems related to Mestre area
(production area, social and urban marginality) which are well known.
The valorization of Fort Marghera, that extends on a surface of 44 hectares with 70 buil-
dings, has been promoted thanks to the deal signed in 2014 by Ministry of Culture and the
City of Venice. In 2015 the City of Venice has established the Foundation of Fort Marghera for
the management of the Fort and the study/valorization of natural and cultural heritage of the
fortifications. The non-profit Foundation, carries out research activities, education and profes-
sional updates, organization of cultural initiatives, maintenance and recover and reuse of the
heritage. In addition, it realizes events, small maintenance measures of buildings and green
areas, and visitor reception.
The Veneto region in 2013 has financed the recovery of buildings of Fort Marghera which
host the study Centre for the valorization of military architecture and defense system, today
managed by Foundation of Fort Marghera. . The Center is a center for the study and knowledge
of military architectures and regional, national and international defensive systems as well as a
center for the dissemination of their recovery, enhancement and reuse processes. Next to the
Centre, since 2018, there is the library open to the public, particularly popular for students, it is
integrated in the Venice library network.
The main measures, financed in the 2021 with a first budget of 22 million, had the purpose
to give a new access to the area, realization of new infrastructures, technological plants, resto-
ration of historic buildings. To improve the access to the area have been realized a new small
parking area outside the Fort, which will be expanded in more external area, two neu bridges
which connect to the East the Fort at San Giuliano park and to the West to the industrial area
and offices. The Fort is well connected by public transports and by cycle paths which are ex-
panding toward Mestre downtown and surrounding cities where are located the Forts of the
entrenched fields of Mestre. The Fort is also equipped with a covered bike deposit.
To date a shed located at the entrance of the Fort has been recovered, which is used for
conference for more than 100 people in the main room or small meetings in separate rooms. In
this building there are also Foundation offices which are connected to the library of the study
Centre. The shed is used for temporary exhibitions (also promoted by university, the Biennale
and other culture institutions), and together with the Austrian and French powder magazine
and other buildings constitute the cultural area of the Fort.
Users of these buildings have also the access to catering services managed by social coo-
peratives which organize musical and gastronomic exhibitions. They offer business lunch and
during nights they arrange attractions for the young people.
The Fort is continuously lived by people for the wide availability of green areas where is
possible to walk, do jogging and spend some free time.
For sure there are still some parts to recover, like French barracks (a project has already
been released), but as a whole it is possible to say that most of the fort is now usable and data
attests this with 350000 visitors per year.
387
Fort Marghera with its multiplicity and contemporary active functions, represents a huge
interest experience, not only on national level, on how it is possible to “revitalize” the fortifica-
tion heritage, while preserving, at least in part, its historic and cultural identity.

The Park of Towers and Forts


As part of the drafting of the Regional Development Plans issued over the last decade, the
Veneto Region has focused on the theme of enhancing the extensive and widespread histori-
cal-architectural heritage of military origin. The fortified historical heritage of the Middle Ages
and of the Republic of Venice has long been included in a well-established regional legislative
and funding framework. On the contrary, the fortified heritage of the 19th and 20th century was
not included in an appropriate regulatory vision.
This is the background to the Veneto Region’s initiative in agreement with the municipality
of Cavallino-Treporti, to ‘carry out a landscape policy study for the enhancement of the fortified
system and the historical-environmental contexts connected to it, to be considered as a pre-
paratory element for the drafting of the Regional Landscape Plan, which in this first phase will
focus on the lagoon area’. I had already conducted studies on the regional fortified heritage, in
which I had highlighted not only the historical and cultural importance of the fortifications but
also their landscape value. In fact, I believe that fortifications located in both environmental
and urban areas can become significant elements to design redevelopment processes for
both environmental and urban areas. This study was shared with the landscape architect Joao
Nunes, starting from a reading of the territory in its various categorizations, in order to grasp
the significant aspects, both historical and contemporary, and thus propose a methodological
outline to be used in other contexts as well. The essential points of this study have been sum-
marized as follows.
The cognitive framework

The territory
The Cavallino Treporti territory is characterized by the presence of numerous military architec-
tural constructions: forts, coastal batteries, telemetric towers, barracks. These works were built
between 1847 and 1917, followed by other coastal defense works and bunkers until the Second
World War. They were originally part of a military system connected by roads and railways (the
Decauville, a narrow-gauge railway built in the early 1900s was used both to build batteries
and to transport munitions in both the World wars) that formed the functional structure of the
territory. When the peninsula’s military function ended, the road system lost its functionality
and the fortified works were progressively abandoned, thus the territory lost its structural hubs
and relations between the various areas.
The reassessment of the fortified works in the contemporary context, considered not as
isolated elements, but as essential parts of a system with a territorial character, represents the
starting point of a valorization programme. A plan that can establish a close relationship be-
tween the historical element and the different types of landscape that represent the Cavallino
Treporti peninsula (Table 1.1a)
The lagoon, part of the great Lagoon of Venice, represents a naturalistic oasis where nature
has remained unpolluted, characterized by barene (islands covered with vegetation emerging
from the water) and fishing valleys. A ‘naturalistic oasis’ where a vast and varied fauna and flora
coexist.
The coast towards the sea with 15 km of beach with dunes and pine forest is the part of the
peninsula that has been most affected by tourism development. An open-air tourism that sees
the annual presence of more than six million tourists hosted in campsites, villages and resorts.
The pine forest area has largely preserved its environmental integrity and landscape continuity
connected by the wide sandy beach to the sea.
The inland area has preserved its ‘rural’ aspect with the countryside and horticultural cul-
tivations forming the longitudinal ‘spine’ running through the entire peninsula. An agricultural
landscape alternated with urban settlements where the local population carries out its activi-
ties and social life.

The Telemetric Towers


The most distinguishing elements of the Cavallino-Treporti lagoon system are the Telemetric
Towers, built in the early 20th century as a control unit for the coastal batteries located along
the littoral. Although the Towers had a military function, their architecture was like civil archi-
388
tecture (bell towers or residential towers), so their verticality made their military function less
evident. On the top floor we find the accuracy equipment, telescopes and a telemeter that
allowed the spotting of enemy ships at sea and could effectively direct the firing of the coastal
batteries. In fact, each battery received its firing coordinates from three Telemetric Towers, and
thus by operating with a trigonometric calculation function, the distance and coordinates of
artillery firing were accurately calculated. The towers were positioned far from the batteries,
on the inner side of the peninsula towards the lagoon, which meant they could not be tracked
by a potential naval attack. Today 14 Telemetric Towers still remain, although they have been
abandoned and used in different ways over the years, characterizing the peninsula’s skyline
with their vertical profile. Their recovery, together with the other fortified elements, represents
an opportunity for the historical-environmental and landscape requalification of the peninsula,
particularly for that part that faces the Venetian lagoon

Barracks and forts


The barracks, forts and coastal batteries form the widespread elements in a defense system
that, even if it’s located in the peninsula, is part of a larger fortified system connected to the
works placed along the entire Venetian littoral. Of particular interest is the historical role that
the area played in the defense of Venice during the Modern Age, starting with the Austrian
Treporti Fort, with the renovation and enlargement of the defense system carried out in the
early twentieth century by the Kingdom of Italy. Fort Treporti, built on a Napoleonic reduction
from 1810, by the Austrians between 1854 and 1850 was renovated between 1900 and 1920
by the Kingdom of Italy with the construction of two telemetric towers. The fort acquired both
defense and logistical functions thanks to its connection with a canal to the port in front of it,
from which one could embark for Venice, and the narrow-gauge railway line that connected it
to the Littoral batteries.
Another interesting element is the typological evolution of the defensive works that reach
with the Amalfi Battery the peak of technological innovation, a fact that is not found in other
areas of Italy. Due to its typological layout and weaponry, the Amalfi Battery represented the
most important military work at the beginning of the Great War. It was built starting from 1915
and was completed after seventeen months. Above its massive concrete structure, a large
twin-barrelled tower was installed, armed with cannon 381/40. Its special feature was the use
of a naval artillery tower, capable of holding two cannons, placed on a fortified shore. Connec-
ted to the Battery, accessory bodies were built containing a power station to allow 360-degree
rotation and movement of the artillery at the top, which had a maximum firing range of 18,900
meters.
The Amalfi Battery was included in the coastal defense with the other three batteries built
between 1909 and 1912: Vettor Pisani, San Marco and Radaelli, to defend Venice from potential
naval attacks. The Vettor Pisani Battery is built, like the other batteries, a short distance from
the seashore, protected at the time from ships’ fire and covered from their view by a huge sand
and clay fill. Its linear body, which develops over 80 meters, is made of solid concrete, where
six 280/L howitzers, rotating 360 degrees, with a maximum range of 10,700 meters, are placed
on open platforms. Two telemetric towers are located on the two side bodies, each 30 meters
long. The batteries were also used during World War I towards the mainland.
These works, which are focused in this area, highlight its strategic importance in relation to
the entire Venetian defensive framework.
In this context, we can understand how these works cannot be abandoned and left on the
margins in which they currently find themselves, but rather, starting from their renovation and
recovery, we can start considering a wider work of historical and landscape re-qualification of
the area. As in fact happened recently (table 1.1c).

Significant planning areas


The analysis of what is already indicated in the various planning instruments, under the diffe-
rent historical, environmental and landscape aspects, was made in relation with the infrastruc-
ture and settlement system.
The areas that manifest their historical, environmental and landscape features were highli-
ghted, on which we can consider elaborating a planning proposal. In particular, the areas of
military origin integrated by the punctual elements of the telemetric towers were pointed out.
The elements of the territory’s structure were also highlighted, with special attention to the
primary and secondary mobility system on the peninsula, together with the naval connections
389
with the city of Venice and the other places in the lagoon. We have therefore identified the
territorial scale and relationship points of the Cavallino-Treporti area with the main urban and
tourist connections with the mainland. In particular, we analyzed the mobility and connection
issues between the road network and the transversal connections between the mainland and
the lagoon area (1.2a -1.2b).

Significant elements of synthesis and strategy of the territory


In a territory where the recent settlement, infrastructural and agricultural management sedi-
mentation is particularly fragmented, the role of the road network (which in a median position
crosses the entire peninsula longitudinally) plays an important role as an ordering axis of the
various systems indicated in the study. This axis, in the perspective of a redevelopment of the
defense system, acquires a primary role that concerns in a broader way the enhancement of
the entire municipality of Cavallino-Treporti. The road axis is thus seen as an important distin-
guishing element because of its linearity. Other elements of longitudinal relationship, although
with different characteristics, are the route along the Pordello canal (which follows the coast-
line on the lagoon side) and the route behind the area of the littoral pine forest towards the
sea, which connects the main accesses to the beach area currently being used by tourist-re-
creational facilities.
The widespread and precise system of defensive works is connected through a set of
transversal routes across the entire area that intersect almost orthogonally with the main road
axis.
The above-mentioned road structure makes it possible to connect the various landscape
systems of the peninsula: the littoral strip, the landscape-environmental strip of the littoral
pinewoods; the innermost areas of the cultivated fields and greenhouses, and the landsca-
pe-environmental strip involving the northern area of the peninsula overlooking the Pordello
canal and opening onto the highly valuable naturalistic system of the Venice Lagoon.

Fortified system and project framework


The telemetric towers, barracks, forts, batteries, and bunkers constitute the most significant
historical marks of the Cavallino-Treporti area, as part of the wider Venetian lagoon defense
system. Their widespread and articulated existence in the area responds to specific defensi-
ve needs, making each individual element functionally related to the others to establish the
defense system. This system can now be identified with homogeneous areas, on which it is
possible to elaborate enhancement proposals, also in relation to the urban and environmental
context in which it is located.
Telemetric towers used to provide the necessary information and firing directions of forts and
batteries and are mainly located along the lagoon strip (Portello Canal). They are distinguished
by the verticality of their structures and represent the identifying elements of the defense
system.
The batteries are located along the sea front and today are located between the beach-pi-
neta and the recreational-tourist area. They were designed with the aim of preventing enemy
ships from navigating the vast area of sea in front of them with their artillery. Due to their his-
torical and architectural importance, the batteries can be considered as reference elements
of a re-qualification process of the tourist-recreational facilities from an environmental point of
view. Starting from the environmental and landscape values within the area (sandy shore, pine
forest, ...), it will be possible to develop more sustainable and context-compatible patterns for
tourist use. In this context, the construction of a new cycle-pedestrian path (an alternative to
car mobility) will be able to connect the coastal batteries and at the same time connect them
to the pine forest and the littoral area (such a cycle track was recently realized).
The forts. The Treporti fort and the Amalfi battery could in synergy constitute the two trans-
versal connection elements, lagoon-littoral with potential integration and service activities for
the tourist area for a more organized relationship with the inland territory. Moreover, the forts,
located in the middle area of the peninsula with the area of the barracks, may constitute the
elements of territorial readjustment between the residential area with its traditional agricultural
and horticultural activities and the littoral areas with a strong tourist development.
The bunkers, built during the Second World War, are precise elements focused in two
extreme and opposite areas of the peninsula, which can provide opportunities for landscape
requalification and new usability with land art installations.
390
Vision for the Enhancement of the Defence System
The Defence System of the Cavallino peninsula was articulated in different points and different
functions, all coordinated with each other in order to obtain as much information as possible,
useful for the practice of war. In particular, the tower-based sighting system provided teleme-
tric indications of targets at sea, observing them from different viewpoints.
The detected positions of the ships were transmitted to the batteries, which could then
accurately target the opposing ship. The battery operated, basically, in a condition of blindness
or non-autonomous sight. This feature is very important, as the technological solution provides
significantly higher performance than under normal conditions. Again, the battery’s blindness is
overcome with a much higher number of views than the normal condition, with different angles
and positions. The reality of vision is thus overcome by a virtual reality, which today we could
call increased reality. The observation of the Cavallino territory, starting from the defense sys-
tem and getting to the description of the natural, historical, urban structure, through this type
of vision seems to us extremely interesting.
This communication system of the defensive network could also be used today for diffe-
rent purposes, for example, with the installation of a series of web-cams on the various obser-
vation points, such as the military structures, which would allow the footage of the landscape
to be sent to the monitors located inside the fort or the battery.
The combination of images, essentially similar but taken from different viewpoints, makes
even the least known details visible. This brings into focus elements of the territory that would
not otherwise be observed. The fort can thus become a true contemporary observatory of the
territory capable of providing a collection (report) of permanent and real-time observations of
the components of the landscape.
The fortified work and the historical system of connection is thus presented again in con-
temporary terms, with innovative tools that better understand the value of a landscape that
goes from the marine littoral, through the agricultural area to the Venetian lagoon, a founding
element of the place’s identity.
I conclude the relationship by reposting the note sent to me by Roberta Nesto, the Mayor
of the municipality (Sindaca) of Cavallino tre Porti (Venezia):
Throughout Cavallino Treporti’s territory, numerous military fortifications built to defend Ve-
nice during the Great War have been dislocated, revealing an important aspect of Cavallino
Treporti’s historical and cultural identity. The project of the Municipality of Cavallino Treporti of
the “Via dei Forti” arose from the idea of restoring this historic heritage, with the goal of valori-
zing the local history related to the Great War. A widespread museum, which presents, in the
13 kilometers of coast, about 200 fortifications between telematic towers, batteries, bunkers,
powder kegs, barracks and shelters, highlighting the history of the territory and making it cha-
racteristic and unique.
They are remains of the past that testify how this territory was strategic during the First
World War: the batteries housed large-caliber artillery capable of destroying the fleet of the
Austro - Hungarian Navy before the boats reached the coast, while the telemetry towers were
high-rise buildings used as observation and survey points on the sea, easily camouflaged by
vegetation and other civil constructions. The road circles around the Batteria Pisani, comple-
ting a circuit that also includes the Batteria Amalfi and the Forte Treporti at Punta Sabbioni,
providing an opportunity to explore the coastline by bicycle. a land suspended between the
sea and the lagoon, between fresh and salt water, between islands and sandbanks, where
light is the uncontested protagonist, between islands and Barene (sandbanks) , a peninsula
of 15 km of dunes, pine forests and cultivated areas, where historical and natural heritage are
unique, Cavallino-Treporti has no equal: it is the first beach in Veneto, second in Italy and the
sixth Italian tourist place for attendance.It is a seaside place that also qualifies as a European
capital “en plan air” for the type of hospitality and accommodation available, nestled between
the golden sands of the beach and the intense green of the pine forests.
391
BIBLIOGRAFIA

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ni Facca, Il piano di attacco austriaco contro Venezia, Marsilio, 2001.
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http://fondazionefortemarghera.it/
https://www.visitcavallino.com/ita/ispirami/cultura/via-dei-forti
393
FORTE CULTURA – CULTURAL ROUTE OF FORTIFIED MONUMENTS
SUSTAINABLE FORTRESS TOURISM AS KEY FOR UTILISATION AND ECONOMIC EFFECTS
Dirk Röder (DE),
Vice-President/CEO of FORTE CULTURA; Board member EFFORTS Europe; CEO ECCOFORT

Abstract
One of the most important ways of transformation of cultural-historical values or events for the
following generations is cultural tourism.
Fortified monuments are a very important cultural heritage that touches almost all areas
of our society. Through all countries the fortified heritage is very widespread and shape the
history and identity of cities, regions, nations, the European Union and beyond - until today. The
diversity of content and variance of the fortified heritage allows for countless cultural tourism
themes and thus appeals to nearly all target groups. Fortresses are the perfect content for
cultural tourism.
Cultural Routes are catalysts for sustainable cultural tourism. They invite people to get to
know specific themes of European history and heritage through cultural journeys and by dis-
covering places, stories and other people. With the aim of opening up cultural heritage for cul-
tural tourism, cultural routes give impetus to the preservation and use of this cultural heritage.
They mobilise regional, national and European cultural heritage as an economic factor. They
make cultural heritage visible and tangible and have an important socio-economic impact for
the participating places and regions along the routes. They provide networking effects, stren-
gthen international marketing and supports the integration of cultural heritage into sustainable
urban and regional developments. They attack problems of our society, e.g. climate change or
lack of international understanding.
FORTE CULTURA is the cultural route for the fortified heritage. With FORTE CULTURA tou-
rists can conquer fortresses peacefully and meanwhile learn European culture and history.
Keywords: fortress tourism for sustainable development

The cultural heritage of fortified monuments is to be found over all epochs. The reason was
the demand to protect people, goods, habitats and landscapes or political and religious views
against enemies. This physical protection always had to be at least as good as the conquerors’
offensive weapons.
The invention of gunpowder and the introduction of firearms in the 13th and 14th Centuries
has changed the fortress architecture fundamentally. The second major change for the for-
tress architecture came with the use of reinforced concrete in the 19th Century. Bunkers were
the new generation of fortifications and fortification construction moved underground for ca-
mouflage and protection from air attack.
Finally, no building can survive the attack with modern weapons.
What remained, is the incredible heritage of fortified monuments throughout Europe and
around the world. It has a high diversity of authentic architecture like bastioned fortresses,
fortified cities, defensive lines or bunkers, and with typical characteristics like bastions, towers
and gates, walls and moats, ramparts and many more.
Today, the fortified monuments have largely lost their military function.
However, the impressive “architectura militaris” offers a stunning backdrop for culture and
arts, for knowledge transfer, for museums and exhibitions, for parks and gardens, for festivals
and events, for remembrance and commemoration. Fortifications transformed into places for
the demands of modern society. They are monuments of European history and sites of culture,
partially awarded with protection status UNESCO or the European Heritage Label.
But the European fortified heritage does not only refer to architecture and European his-
tory. The influence of the cultural heritage of fortified monuments also touches archaeology,
economy, culture and art, nature, transnational cooperation, research and development, po-
litics and sociology, digitization and digitalization. Fortified monuments are or are becoming
394
more and more an integral part of modern life in cities and regions. They influence local and
regional development and are identity-forming.
Therefore, fortified heritage holds great potentials for sustainable cultural tourism, which
has so far not been fully exploited. FORTE CULTURA® - the European Cultural Route of For-
tified Monuments - was founded 2014 to support the fortified heritage in terms of promotion,
fortress tourism development, networking, science and research and knowledge exchange.
The creation of territorial or themed fortress clusters as marketing partners is an important
principle to define and underline regional and local identification characteristics.

Cultural and Sustainable Tourism


Cultural tourism is one of the most important ways to transmit cultural-historical values or
events for the following generations. Typical characteristics of cultural tourism are the trave-
ller’s interest in culture, visiting cultural institutions, participation in cultural events and a focus
on providing professionally sound information. Cultural tourism offers travellers and visitors
the opportunity to experience or learn about a destination’s culture - its lifestyle, history, art,
architecture, religion and more.
Cultural tourists are one of the most important tourist target groups with the highest pur-
chasing power. Their demand on the quality and information depth of cultural tourism offers
is very high, but if this demand is satisfied, they are grateful, returning and recommending
customers.
And cultural tourism is an economic factor and engine for the local and regional develop-
ment. Cultural tourism is employer and innovation engine with income effects for cultural sites,
cities, retail, services, accommodation, gastronomy, transport, etc. Cultural tourism streng-
thens regional identity, recreational value and the quality of life. But cultural tourism is also a
fragile plant that permanently needs to be cared for and nurtured.
Sustainable tourism should help to preserve the nature and culture of the destinations,
protect the climate and resources, be fair for the people involved and make ecological and
economic sense. Tourism can have a sustainable impact in several ways:
for the tourist, who takes home lasting impressions and memories as well as new knowle-
dge about cultures and heritage that can influence his or her future life,
for the environment and our future, to the extent that we change tourism and its environ-
mental impact, make it climate and resource friendly, make it inclusive for all people, make it
nature-friendly and decentralising,
to the extent that tourism will contribute to education and to the exchange and mutual
understanding of peoples, their history, traditions and culture,
to the extent that tourism creates sustainable incomes and quality of life for all occupatio-
nal and educational groups in destinations, not just for a privileged few.

Cultural Routes
Cultural Routes are routes through one or more countries or regions dealing with historical, ar-
tistic and social themes, on the basis of their geographical routing or content and significance.
Cultural Routes are labels and catalysts for cultural tourism. They invite people to get to
know specific themes of European history and heritage through cultural journeys and by dis-
covering places, stories and other people. With the aim of opening up cultural heritage for cul-
tural tourism, cultural routes give impetus to the preservation and use of this cultural heritage.
They mobilise regional, national and European cultural heritage as an economic factor. They
make cultural heritage visible and tangible and have an important socio-economic impact for
the participating places and regions along the routes. They provide networking effects, stren-
gthen international marketing and supports the integration of cultural heritage into sustainable
urban and regional developments. They attack problems of our society, e.g. climate change or
lack of international understanding. In doing so, they have sustainable effects.
Cultural routes can be an instrument for capitalising on cultural heritage via the economic
factor tourism. To develop offers for cultural and sustainable tourism is the best way for sustai-
nable utilisation and economic effects for the cultural heritage of fortified monuments. Galicia
has a long tradition of cultural routes; after all, with the Santiago de Compostela Pilgrim Routes
one of the first and most famous pilgrimage routes ends here.
FORTE CULTURA is the cultural route for the fortified monuments. With FORTE CULTURA
tourists can conquer fortresses peacefully and meanwhile learn European culture and history.
FORTE CULTURA provides culture in fortresses.
395
FORTE CULTURA – Label for trans-national Fortress Experience
By the end of 2022, the European Cultural Route comprised 50 member stations in 10 Euro-
pean countries.
In addition to the fascinating architecture and history of fortress buildings, FORTE CULTURA
focuses above all on the multifaceted World of Experience in fortresses. Fortified monuments
throughout Europe transform into places for culture and education, recreation and modern
life. They offer events, museums and exhibitions, family and children’s activities, art and cultu-
re, military history, medieval spectacles, enjoyment, accommodation, sport and leisure, natu-
re, parks and gardens, secret underground architecture and memorials. Modern technologies
create fascinating new worlds or visualise past and fiction, virtually, in reality and in between.
Fortresses are a stunning backdrop for all kinds of events. Events and fortification are a
“perfect match” which addresses and fascinates all generations and target groups. All over in
Europe people get mobilized by events in exciting places like fortresses. To use and increase
this fact and to get more awareness on European fortresses we created the European For-
tress Summer activity, where we promote events in fortresses between April and October in
Europe every year.
As a European Cultural Route, FORTE CULTURA has created tools, methods and instru-
ments to support European fortified monuments in their promotion and tourism development.
Tourism catalogue, travel sales platform, mobile app for treasure hunts and quizzes in forts,
calendar of events or the wide range of merchandising articles are just a few of them.
The FORTE CULTURA guide certification program trains local tour guides and ensure the
quality along the cultural route in matters related to the representation of cultural heritage and
its significance for Europe.
The FORTE CULTURA Travel World connects the member fortresses through cultural tours,
educational tours, active tourism and more. Together with the member stations, individual the-
matic travel offers are developed at local and regional level and then networked with tourism
partners throughout Europe and beyond.

Fortress Cluster - Method for sustainable regional Development


The creation of micro and macro regional fortress clusters as organizational levels is an impor-
tant element to emphasize the regional identities and to develop authentic travel and expe-
rience offers for the international tourism markets. By forming and individually labelling these
clusters as FORTE CULTURA sub-labels, the exciting individuality of the fortresses, fortress
clusters and regions is preserved and recognisable to the outside world.
The Upper Rhine Fortress Cluster represents the history of fortress construction over the
last 350 years with currently 30 fortress monuments and museums in this French-German
border region. This European best practice started in 2016 with the membership of the fortress
town Germersheim. Together with the active tourist info and with backing from the mayor,
annual symposiums on regional fortress cooperation with different topics were organized, i.e.
in 2021 Cross-border tourism and guided tours with FORTE CULTURA or in 2022 Youth Exchange
and Inclusion in fortifications of Upper Rhine.
Several activities and projects emerged from these conferences and a strong and active
cross-border working group was formed. In 2020, the activity “75 years of end of 2nd World War
in the fortresses of Upper Rhine” mobilized 2,500 people in one weekend to visit more than 10
bunkers of Maginot Line and Siegfried Line.
Partly funded by an Interreg VA project, a regional fortress map was produced in two lan-
guages with 100,000 copies and a stamp passport to mobilise people to learn about and visit
the regional fortified heritage was produced in a print run of 15,000 copies. A new travelling
exhibition with 12 displays shows the fortified heritage of this region in two languages and tours
the participating forts and museums with great public attention. Several events are held each
year as part of the European Fortress Summer.
Taken together, these activities have led to a high increase in image, perception and, abo-
ve all, visitor numbers. The regional fortress heritage is now also known to politicians and is
considered valuable, which in turn opens new development opportunities and support. In coo-
peration with the European Cultural Route, there are always new fields for effective activities,
exciting innovations or methods that strengthen the regional fortress heritage and the Cultural
Route in equal measure. In this way, impulses for more sustainability, accessibility or climate
protection can also be tested and implemented in practice.
396
Further active fortress groups are the FORTE CULTURA cluster Elbe Fortresses along the
river Elbe in Czech Republic and Germany or the Bohemian Fortresses in Czech Republic.

Fortress Cluster Ferrol – La Coruna – Galicia


The “architectura militaris” of Galicia is shaped by the influence of important historical epochs
and their ruler, traditions, technical knowledge, and skills. It is concentrated in the coastal re-
gions and on the Portuguese border.
Ferrol and La Coruna became a fortified region because of the characteristics of the natural
harbour, the strategic location, and the great importance for the Spanish Navy. With a large
number of monuments from different periods, distributed in a decentralised manner throu-
ghout the region, the conditions for sustainable and cultural fortress tourism are very good.
The regions of Ferrol and La Coruna, as well as Galicia itself, are ideally suited for the for-
mation of a fortress cluster according to the FORTE CULTURA method. Strategic goals should
be, for example, the development of a local brand for the local fortress heritage, the develo-
pment and networking of new local and regional offers for sustainable fortress tourism, the
increase of image, attention and reach and, of course, the increase of visitor numbers through
marketing and networking.
Galicia is additionally part of the Interreg VI-A Espanha-Portugal (POCTEP) 2021-2027 pro-
gram, which should also be taken into account for planning the next steps.

Conclusion and Recommendations


In line with the values and rights of the European Union, the Cultural Routes are an important
link that supports the transmission of culture and heritage to future generations, contributing
to its preservation and sustainable use. Every new or returning visitor who travels in a sustaina-
ble way and is open to foreign cultures helps to make the world a better place.
The cultural heritage of fortified monuments in Ferrol/La Coruna/Galicia tells the story of
the region, but also the story of Europe, from conflicts and wars to shared cultural spaces. This
cultural heritage has to be preserved and made accessible for the culture tourism at the same
time, which is an advantage because the objectives are already defined. Tourism generates
income and an investment friendly climate, which can contribute to the protection and preser-
vation of the cultural heritage fortresses.
But the impact of the fortified heritage affects almost all sectors of the society. It is an
opportunity to raise awareness of regional identity, to engage local economy and people, to
generate income for the population through skilled work, to network internationally, to promo-
te education, culture and the arts, and much more.
New utilisation concepts should include measures for sustainable, climate-friendly and ac-
cessible tourism. New and innovative ways of energetic monument renovation and use could
be applied to create new culture-, leisure- and living-spaces in the region.
Together with the European Cultural Route of Fortified Monuments -FORTE CULTURA-
new individual offers for sustainable fortress tourism can be developed, networked and pro-
moted internationally. Using the instruments and tools of the European Cultural Route, using
the trans-national knowledge transfer and European best practices, the region can sustainably
develop a new cultural attraction with its fortress heritage and at the same time shape the
regional identity.
www.forte-cultura.eu
397
PARTICIPATORY MANAGEMENT AND VALORISATION OF ADRIATIC
COASTAL FORTIFICATIONS – THE CASE OF PULA, CROATIA
Nataša Urošević, PhD, associate professor,
Juraj Dobrila University of Pula, Croatia
Interdisciplinary Study Programme of Culture and Tourism

ABSTRACT
The paper presents the European best practice in participatory governance and current mo-
dels of valorisation of Adriatic coastal fortifications. Due to its important geopolitical position
and turbulent multicultural history at the crossroads of Euro-Mediterranean civilizations, Croa-
tian Adriatic coast is characterized by a rich diversity of cultural landscapes and a wealth of
fortification architecture. From the pre-historic, Hellenic and Roman period, fortified structures
along the Adriatic coast were developed to protect the ancient maritime trade routes. During
the Venetian period medieval castles in Istria as well as fortified towns along the Adriatic were
built.
Because of frequent Turkish invasions, in order to protect the frontiers of their empires, the
Venetian Republic and the Habsburg Monarchy fortified the Adriatic coast. Besides the largely
preserved unique systems of fortifications in Dubrovnik and Ston, the fortifications of strategi-
cally important towns-fortresses in the Adriatic coastal area, such as Zadar, Split, Šibenik and
Kotor were modernised according to the methods of influential European schools.
Well preserved Adriatic coastal systems of Venetian and Austro-Hungarian fortifications
are witnesses of the turbulent past and a common European heritage. Some of them are al-
ready listed as UNESCO World heritage, others are still waiting a proper valorisation, such as
the unique former Naval fortress Pula. In order to elaborate the optimal solution for the revita-
lization of the fortified heritage of Pula, a participatory research was conducted that included
representatives of key stakeholders.
Key words: fortifications, Adriatic, participatory governance, Pula, cultural routes of the
Council of Europe, transnational UNESCO nominations

INTRODUCTION
Turbulent global context, characterized by uncertainty, instability, and unpredictability due
to the current multiple crises calls for new governance and development models driven by
democratic, inclusive and participatory management processes which involve all interested
stakeholders. Innovative participatory approaches to the multilevel governance of tangible,
intangible and digital heritage which involve the public sector, private stakeholders and the
civil society should facilitate cooperation, capacity building and knowledge transfer between
different heritage communities, professionals and sectors, combining knowledge, interests
and needs of all parties1 The main goal of such participatory governance should be sustai-
nable development, the quality of life for the local community and a high-quality experience
for visitors through networking and coordinating all key stakeholders, who should communi-
cate, learn together, coordinate their development visions and share responsibility. Heritage
knowledge production and distribution have increasingly been considered as collaborative,
networked, political, transnational and multiscalar processes. Heritage communities have
also come together to resist, negotiate and/or co-create knowledge of their heritage worlds.2
Effective participation of local communities in heritage management, both in consultation and
decision-making, is the main topic of some key strategic recommendations and conventions,
such as the Faro Convention and the European Cultural Heritage Strategy for the 21st century,
which work together as guides to social involvement, community collaboration and aware-
ness-raising to ensure ‘heritage for all’3.
The Faro Convention emphasizes the important aspects of heritage as they relate to hu-
man rights and democracy, setting out individual and collective responsibilities towards heri-
tage. The Convention also recommends encouraging the public to become more involved in
the heritage development process, emphasising the importance of public discussion in setting
398
priorities for cultural heritage and its sustainable use. It promotes a wider understanding of
heritage and its relationship to communities and society. It defines also the common heritage
of Europe as "all forms of cultural heritage in Europe which together constitute a shared source
of remembrance, understanding, identity, cohesion and creativity“ and "the ideals, principles
and values, derived from the experience gained through progress and past conflicts, which
foster the development of a peaceful and stable society, founded on respect for human rights,
democracy and the rule of law“.4 As governments are not able to resolve on their own the com-
plex and value laden questions related with heritage, collaborative governance which inclu-
des active participation of private, community and academic actors is necessary. It draws the
attention to the importance of dialogue and trusting relationships between actors with diverse
legitimate interests, participatory approaches, engaging civil society and heritage commu-
nities. Shared value creation, community empowerment, transdisciplinary and transnational
knowledge co-creation are necessary complements for collaborative governance in heritage
management.5
In this paper the author started from a hypothesis that participatory governance, multi-
disciplinary scientific research and transnational cooperation in valorisation of common Eu-
ropean heritage could help to implement the most effective best practices and find solutions
to current challenges in managing global polycrisis faced by the Eurepan Union: the climate
crisis, the energy crises, the COVID pandemic and the following crisis of public health, rising
geopolitical tensions and challenges to the world peace, inclusion of migrants and sustaina-
ble development of local communities. It is assumed that European cultural heritage, which
include former military and fortified areas, could contribute to the more balanced sustainable
urban planning and responsible territorial development, contribute to the quality of life of local
communities, and be used in achievement of the European Green Deal as well as of the UN
Millennium Development Goals and European values of peace and democracy.
This research focuses on the well preserved Adriatic coastal systems of Venetian and Aus-
tro-Hungarian fortifications as witnesses of the turbulent past and a common European he-
ritage. Some of them are already listed as UNESCO World heritage, others are still waiting a
proper valorisation, such as the unique former Naval fortress Pula. In order to elaborate the
optimal solution for the revitalization of the fortified heritage of Pula, a participatory research
was conducted that included representatives of key stakeholders.

ADRIATIC COASTAL FORTIFICATIONS


Due to its important geopolitical position and turbulent multicultural history at the crossroads
of Euro-Mediterranean civilizations, Croatian Adriatic coast is characterized by a rich diversity
of cultural landscapes and a wealth of fortification architecture. From the pre-historic, Hellenic
and Roman period, fortified structures along the Adriatic coast were developed to protect the
ancient maritime trade routes. Intense transnational mobility and intercultural encounters are
key characteristics of Euro-Mediterranean border regions. The permeability of these borders,
in historical perspective, enabled continuous communication between cultures through ex-
ploration, trade, imperial expansion, vacation and migration6. As elaborated in Braudel (1949),
Horden and Purcell (2000) and Abulafia (2011), the shores of the Mediterranean have been cen-
tral to the development and networking of European cultures, through conflicts but also crea-
tive encounters7. According to Braudel, Adriatic may be "the most unified of all the regions of
the sea“ which "provides material for all the problems implied in a study of the Mediterranean
as a whole“. Eastern Adriatic coast was always an important corridor between Europe, Asia and
Africa. Adriatic Sea also had a crucial role in geostrategical positioning of competing imperial
powers: the most important control points had always belonged to the eastern Adriatic coast
(“it was the Balkan coast that commanded the Adriatic”).8
Because of frequent Turkish invasions, in order to protect the frontiers of their empires, the
Venetian Republic and the Habsburg Monarchy fortified the Adriatic coast. Besides the largely
preserved unique systems of fortifications in Dubrovnik and Ston, the fortifications of strate-
gically important towns-fortresses in the Adriatic coastal area, such as Zadar, Split, Šibenik
and Kotor were modernised according to the methods of influential European schools. The
economic and political power of Venice, which ruled the Adriatic corridors, came out of wisely
conceived geopolitics based on synchronized geostrategic exploitation of the Mediterranean
Sea and central European continental hinterland. The Venetians paid special attention to im-
portant „keys of the Adriatic“: Corfu and the Bay of Kotor, with the aim of ensuring control over
399
Otranto and Adriatic. The victory of the Austrian Navy in the Battle of Vis in 1866 subdued Italian
hegemonistic tendencies for the following half century.
Control over Vis and the Bay of Kotor proved to be crucial factor also in the process of
Austria’s (later Austria-Hungary) development into a regional Adriatic maritime force.9 While
the Istrian coast offered to the Austro-Hungarian Navy a number of excellent ports and safe
anchorages for large battleships, the Italian coast did not present any natural harbor that could
even remotely rival the inlet of Pula and the others, of Kotor and Šibenik. Inf the Upper Adriatic
the only Italian port was represented by the Venetian structure.10
The Pula fortification system, among the most complex defensive systems in the Medite-
rranean, was built from 1813 to 1918 and occupied an area of over 700 km2 with the only task
to protect the main naval port whose centre was the Arsenal and the anchorage of the of the
Austrian navy fleet.11 The development of Pula as a military naval port began in 1797, after the
fall of the Venetian Republic, when the Austrian Empire took a complete control over Istria.
After the 1815 Congress of Vienna, Istria was annexed to the Habsburg Monarchy.
On the advice of the Danish Admiral Hans Birch Dahlerup, commander of the Austrian navy,
the Emperor Franz Joseph I of Austria declared Pula in 1850 a new military port, replacing Ve-
nice, after the revolutionary uprisings in 1848 and an analysis of the empire’s defence policy.
Many top-class European engineers arrived in the city to design a new system of defences,
such as the Pole Viktor Domaszevski, the first military urbanist or Pula, who visited all European
naval ports (from Portsmouth and Plymouth to Toulon and St. Petersburg) in search of the best
model of development of military and fortification architecture for Pula12. Besides the cen-
tral Venetian Castle, built by the French architect Antoine De Ville from 1631 to 1633, the field
fortifications Maximilian and Fort Louise were erected, as well as the Zonchi and San Pietro
batteries. On the St Andrija’s island, a fort had been built in the Napoleonic period above the
Venetian one. Even before Pula was officially proclaimed as the main port, the monarchy filled
in the gaps of this range of defences with new round buildings: the Martello towers.
Between 1830 and 1838, the San Giovanni, Punta Christo, and Grosso Martello towers were
built. From 1852 to 1854, 12 round and horseshoe-shaped fortifications of various diameters
(so-called "Pula-towers“) were built in the city and its immediate surroundings as an overture
to the official opening of the Arsenal on 9 December 1856, attended by the imperial couple
attended along with the archduke and commander of the navy, Ferdinand Maximilian.13
Between 1881 and 1885, an entire series of polygonal forts and batteries were built in the
wider area surrounding Pula, and at the tourn of the century a new series of fortifications in the
third ring, which guarded the approach to the port of Pula, such as the Fort Brioni Minor (1895-
1900), the largest in the Adriatic. Immediately before the First World War, the aviation industry
began to develop and in Monumenti on the northern part of the Port the command of the
Navy Air Corps was set up. The nearby island of St Katarina housed an arsenal for hydroplanes.
During the period of the Italian administration, it had a centre for divers training as part of the
Royal Submarine School. The operation to fortify the Pula Arsenal and consequently the whole
city, resulted in the construction of a fortification system distributed along three rings of de-
fences, made of 28 forts, but also of batteries, entrenchments, shelters, water tanks, quarries,
quays, and air bases. The former Naval Fortress Pula is today protected as a cultural good.14

HOW TO VALORISE THE COMMON EUROPEAN HERITAGE?


Current strategic policy frameworks emphasize the role of common European heritage as a
shared source of remembrance, understanding, identity, cohesion and creativity in fostering
the development of a peaceful and stable society, founded on respect for human rights, de-
mocracy and the rule of law. According to the European Cultural Heritage Strategy, cultural
heritage, in all its components, is a key factor for the refocusing of our societies based on a
dialogue between cultures, a respect for identities and diversity, and a sense of belonging
to a community of values. Cultural heritage is also a powerful factor in social and economic
development and an invaluable resource in the fields of education, employment, tourism and
sustainable development15. Fortified heritage, as a living witness to the dramatic Europe’s tra-
nasnational history of conflicts but also of creative intercultural encounters between European
nations, is today often neglected and abandoned, waiting for an opportunity for a new life and
function.
International organizations such as UNESCO, ICOMOS and ICOFORT emphasize importan-
ce of transnational networking in scientific research, transfer of knowledge, awareness rai-
sing and capacity building campaigns involving all key stakeholders with the aim of proper
400
valorisation of fortifications. According to the ICOFORT Charter of Fortifications, "fortifications
encapsulate the history of nations in space and time. Through fortifications and the borders
they defined, we may read into the territory and within the strategic map that has evolved
over time. Fortifications bear historic witness to events of great human drama, in a mixture of
heroism and tragedy that should not be forgotten. They are therefore places of excellence to
motivate reflection towards world peace.“16 The same document advocates the establishment
of international scientific networks between fortifications belonging to the same typology and
historical or geographical context is an important objective to promote, from a scientific point
of view but also from that of sustainable tourism and local development.
The European Year of Cultural Heritage was an opportunity to focus on our common heri-
tage and promotion of the key European values through participatory heritage management.
The European and Croatian experiences in management, funding and the interpretation of a
shared heritage indicated great potential for the transfer of knowledge in the development of
European projects17. Our experience has showed that a project-based research and training
which included students, reserachers, conservation offices, tourist boards, NGOs and the local
community could enhance awareness raising and capacity building efforts in the field of sus-
tainable heritage management, cultural education and promotion of the key European values,
which are the most important objectives of the European programmes, such as the Cultural
Routes of the Council of Europe.
The author analysed the most effective models of the valorisation of common European
heritage: the European Heritage Label, Cultural Routes of the Council of Europe, Horizon Eu-
rope, the Interreg Europe Programme, as well as the benefits of the transnational UNESCO
listing. The main idea was to explore which of these models would best suits the needs of
the local community. Forte Cadine in Trentino was analyzed is the best practice example of
fortification awarded with the European Heritage Label in 2017. It was built to defend Trento
between 1860 and 1915 as one of the most important defensive systems created by the Aus-
tro-Hungarian Empire. The dramatic divisions caused by the WWI led Trentino, a borderland
between the Austro-Hungarian Empire and the Kingdom of Italy, to develop a culture of coe-
xistence and cooperation between peoples. From a border area, Forte Cadine became a mee-
ting place that raises awareness of common European cultural values. Defensive systems are
an expression of European history marked by division and conflict, but from “barriers” created
to separate areas and peoples, they are transforming into “new European cultural corridors”,
offering opportunities for exchange and collaboration and promoting a balanced cultural and
social development of the European community.
Another very successful European best practice model is the Council of Europe’s Cultural
Routes programme. The European cultural itinerary is a thematic trail that passes through one
or two countries or regions, and is organized around the European theme. The main idea of the
project founders was to provide greater visibility and respect for common European identity,
and to preserve and promote European cultural heritage, improving quality of life and social,
economic and cultural development. There are already very successful examples of trans-
national cultural routes valorising common fortified heritage, such as the Forte Cultura or the
cross-border Walk of Peace along the onetime Isonzo Front between Italy, Austria, Slovenia
and Croatia.18
The conducted research indicated the benefits of the (transnational) World Heritage listing
for heritage protection and sustainable urban development. As a useful model the transna-
tional nomination of Venetian fortification on the Adriatic was analyzed, which besides Italian
partners involved also Croatian coastal fortifications in Šibenik and Zadar and Kotor in Monte-
negro. Kotor was inscribed on the UNESCO list in 1979 (criteria I, II, III, IV) and again in 2017 in the
context of transnational nomination of Venetian fortifications in the Adriatic.
Transnational networks, such as EFFORTS (European Federation of Fortified sites) and
FORTE CULTURA include European examples of best practice, which offer solutions for cu-
rrent challenges related to participatory heritage management: good governance for mul-
ti-stakeholder cooperation (Zuiderwaterlinie, Netherlands; Krakow, Poland), empowering local
communities through resilience and societal wellbeing (Suomenlinna, Helsinki; Valletta, Mal-
ta), post-covid cross-cutting cultural and environmental slow tourism (Regional Landscapes,
Belgium), climate change and development of urban green spaces and biodiversity, urban
heat reduction in green buffers (‘s-Hertogenbosch, Netherlands) as well as European cultural
routes which enable transnational cultural cooperation (Forte Cultura).
401
PARTICIPATORY GOVERNANCE OF FORTIFIED HERITAGE RESEARCH
Participatory governance of cultural heritage represents a model of management of herita-
ge sites which assumes greater participation of civil society. Heritage must be understood,
valued, cared for, and enjoyed in order to be shared. The sustainable valorization of fortified
heritage requests a coordinated, integrated and systematic approach that has to involve all
relevant stakeholders. Valorizing and measuring socio-economic impacts generated by cultu-
ral heritage projects includes various impact assessment practices, methods and techniques,
based on both qualitative and quantitative, multidisciplinary and participative research, which
allow a greater inclusion of all stakeholders concerned with cultural heritage.19
In order to analyze attitudes of key stakeholders towards the current model and innovative
participatory governance approach in fortified heritage management, a participatory metho-
dology, based on a combination of qualitative and quantitative research has been applied.
The reserach was based on interviews (consiting of 10 mostly open-ended questions) with
representatives of key stakeholders, i.e. experts from local and regional authorities, cultural,
scientific and tourist institutions and NGOs (N=10). The interviewees were asked to comment
on the current situation related to the local fortification system and key challenges in valorisa-
tion of this valuable European heritage as well as efficiency of the current governance model;
on the key advantages of inclusion of revitalized fortifications for the needs of local population
and re-use for different cultural, scentific, education and tourist functions. They were invited to
give examples of the European best practice in sustainable participatory governance of forti-
fied heritage and to elaborate economic, social, cultural and environmental impact of proper
valorisation of fortified heritage.
The results of the research are presented in the following SWOT analysis:
Strengths Weaknesses
A large concentration of high-value Lack of experts
monuments from all periods in a small area Lack of capacity in the local government
Unique and well preserved fortified system Unresolved ownership relations
Forts and accompanying facilities are Lack of awareness about importance and
located in very attractive locations and are development possibilities of the local heritage
well connected infrastructurally Poor condition of valuable heritage sites
Optimal position in the heart of Europe Ignorance of local stakeholders
Multicultural history of the city Lack of coordination between sectors
Heritage insteresting to visitors from Lack of funding
Central Europe Lack of specialized education
Common European narrative programmes

Opportunities Threats
Possibility of creation of unique cultural- Lack of vision
tourism product Lack of strategy
Available EU funding and projects Lack of adequate cultural policy and
Transfer of knowledge through planning
transnational networking Lack of funding
Strengthening of the community’s Insuffitient capacity and readiness of local
social capital Awareness of one’s own past, authorities
strengthening of identity Insuffitient coordination between key
New cultural content, new space for stakeholders
culture and creative industries Competition of Croatian and European
Environmental innovations: low-energy heritage cities
lighting, renovation with sustainable Further deterioraton of valuable fortified
materials and landscaping of the fortifications complex
themselves, aesthetics of the space Speculative investments related to the
most valuable former military areas in the city
port
Overoturism
High seasonality
Multiple crises in the EU

Table 1: SWOT analysis – Participatory governance of the Pula’s fortification system


402

Our respondents agree that the Pula fortification system is a very valuable part of the city’s
cultural heritage. However, the process of its valorisation and revitalization faces numerous
challenges: unresolved ownership relations, lack of a vision about models of revitalization, lack
of strategy for managing the former military heritage at the city level, insufficient readiness of
the local self-government for heritage valorisation: "The current state of the fortification sys-
tem in Pula is quite bad. The forts, except for a few of them, have been left to vegetation and
weather conditions. There is no serious valorisation and revitalization plan. No expert group
was formed that would deal exclusively with the fortification system, which would include ex-
perts from different fields, who follow European and world trends in similar projects“ (museum
curator).
Including the fortification system in the cultural tourism product could give a new dimen-
sion of the local tourism offer that would attract new visitors. The local community would the-
reby preserve the heritage with important European dimension, enjoying new services and
cultural content in the area of fortifications. Landscaping is needed first of all, because many
forts are inaccessible and damaged by vegetation. The systematic reconstruction of fortifica-
tions should be planned in stages. The potential of larger buildings of the system is enormous.
Besides in cultural tourism, it is possible to use them for scientific and creative-educational
purposes and even catering and industrial branches that meet the standards of cultural herita-
ge protection. The most important is that they have a long-term maintenance and functioning
plan (conservation officer). In order to make the current management system more efficient,
the first step would be defining a clear vision by the city administration, then a strategy and
a very specific action plan. All these steps must be carried out in cooperation with relevant
stakeholders: conservators, architects, interested entrepreneurs, associations, specialized cul-
tural and scientific institutions, departments and ministries. The optimal financing model would
be a combination of European funds and national, regional and local budgets and where pos-
sible, public-private partnership (sustainable tourism expert). Interviewed experts believe that
it would certainly be very useful to include local fortified heritage in the European cultural
route (one or more of them) and to inscribe it on the UNESCO list.
Interviewed experts indicated as good practice examples of participatory governance Ši-
benik and Dubrovnik. The Society of Friends of Dubrovnik Antiques was founded back in 1952
to sensitize the broader public on the importance of preservation of Dubrovnik’s cultural and
historical heritage, raising awareness and interest for them, appealing to the pride and appre-
ciation of the public. Dubrovnik is Croatia’s most famous cultural brand and a leading tourist
attraction. A historic walled city-state and maritime power, is today a symbol of Croatian history
and culture. The monumental walls that encircle Dubrovnik were inscribed on the UNESCO
World Heritage List in 1979. The Society of Friends of Dubrovnik Antiques is a relevant stake-
holder from the local community, directly involved in heritage management, with 70 years of
experience working in the service of local heritage. With more than 1 million visitors per year
after an increase in ticket prices (20 EUR)20, Dubrovnik City Walls present a huge development
potential with more than 20 million EUR revenue a year (which is two times more than the bu-
dget of the Ministry of Culture for tangible heritage!).
Public Institution Fortress of Culture Šibenik was founded in June 2016. Today it employs
50 experts and manage three revitalized Šibenik’s Fortresess, St. Michael’s, Barone and St. Jo-
hn’s Fortress. With more than 200.000 visitors per year and 50 organized events, it is self-sus-
tainable through its own resources and EU projects. Friends Club of Šibenik Fortresses was
founded in 2014, as an audience development programme and an answer to the challenge of
reconnecting the local community with its newly revitalized cultural heritage. Today, it counts
over 5000 active members (about 10% of city population). The annual membership of Friends
Club implies unlimited daily entrances on both revitalized fortresses, and much more. Part of
the annual membership fee income is directed in preserving Šibenik’s cultural heritage.

EXAMPLES OF ADAPTIVE REUSE AND PARTICIPATORY GOVERNANCE OF PULA’S FORTIFI-


CATIONS
Pula’s fortification system represents an example of the needed development processes of a
major fortress system. Among 30 larger fortifications, the only completely restored and pro-
perly presented are the Kaštel that houses the Historical and Maritime Museum of Istria, and
the Fort Verudela, in which the Pula Aquarium is located. The well preserved "Pula Tower“ Fort
Bourguignon, once a concert venue, is now used by the Archaeological Museum of Istria as
403
a depot. Forts Casoni Vecchi, Turcian, Pomer, and Punta Christo are looked after by civic as-
sociations supported by the City of Pula. The Brioni Minor is used by the Ulysses theater as a
summer theater stage, and the military complex Katarina Monumenti has become the site of
a large nautical and tourist private investment that has managed to preserve just one part of
the original military buildings. One further step towards valorising and revitalizing Pula’s forts
was surely the ADRIFORT project. As part of this project, Adriatic cities and regions, the Juraj
Dobrila University of Pula and the Ca’ Foscari University of Venice intend to revitalise their for-
tification systems. There are also projects led by the Brijuni National Park, and the renovations
made by the Pula Fort Center as part of the ITI (Integrated Territorial Investment) mechanism.
The latter project linked up the Zerostrasse system of underground shelters by an elevator
with the Venetian Castle built on the central city hill by the military engineer Antoine De Ville
from 1631 to 1633. The Pula Fort Center is a knowledge and documentation centre aiming to
acquaint visitors with the Pula’s fortification system, with an interactive multimedia exhibition.
Local best practice of participatory and sustainable valoristion of fortified and maritime
heritage is the Aquarium in Fort Verudela. The Pula Aquarium, located in 140 years old Fort
Verudela, in a tourist zone south of the city, is the biggest and best equipped aquarium in
Croatia. The defensive complex of Fort Verudela and the San Giovanni battery, built in the
period between 1881 and 1886 is today well preserved. Fort Verudela hosts the Aquarium from
2002 and the Marine Educational Centre with the only Sea Turtle Rescue Centre in Croatia from
2005. After 20 years of work of enthusiasts who renovated the Austrian fort, it employes today
35 young experts hosting 200.000 visitors annualy. Fort Verudela is an exceptional positive
example of heritage revitalization dedicated to education and scientific activities.
The most impressive and the largest fort in the local system, built from 1895 to 1900 to
defend the access to Pula – the main naval base of the Austro-Hungarian Empire is the Brio-
ni Minor in the NP Brijuni. Thanks to the International Fortification Architecture Workshop,
which has been held on the islands for 15 years by the Croatian Ministry of Culture, involving
experts and students from European universities, a part of the profession and the public is
familiar with the importance of the Pula’s fortified heritage and it would be important to con-
tinue its important mission. Brioni Minor has been used by the Ulysses theatre as a venue for
a popular summer theatre festival for 20 years. NP Brijuni intends to renovate the forts on the
islands through EU projects. In the framework of the recent project „New Clothes of Brijuni“ the
infrastructure for summer schools has been arranged.
To conclude, it is important to emphasize the benefits of transnational networking and
knowledge transfer. During The Venice Conference Fortified systems - from frontier places to
European cultural corridors held in september 2022 in the Fortified Heritage Knowledge Cen-
tre Forte Marghera, the Joint Scientific Committee of international fortress networks EFFORTS
and FORTE CULTURA, involving more than 150 European fortified sites, was established, as a
multilateral European cooperation framework for common projects. Its main goal is to foster
scientific cooperation between European scientific and cultural institutions to develop multi-
disciplinary holistic knowledge on management and rehabilitation of fortified sites, with the
main aim of empowering local heritage communities on the basis of the Council of Europe
Faro Convention on the value of cultural heritage for society.

CONCLUSION
Conducted research elaborated the European best practice and indicated possible models of
participatory governance and valorization of some specific elements of the common European
heritage with a huge development potential. The analysis of current European and national
best practice confirmed exceptional socio-economic benefits of investing in cultural heritage
for the wellbeing of the local stakeholders. Exploring the impacts and models of the proper
fortified heritage valorization was not so easy in Pula, the city with the most representative
specimens of the common European heritage, including the fortified heritage of the former
main Austro-Hungarian naval port. Although exceptionally valuable, this abandoned military
architecture is neglected, often devastated and still not recognized as the potential catalyst of
the local social and economic development. The results of the research indicated the benefits
of transnational networking and transfer of knowledge in the framework of European projects
and specialized professional associations in organizing participatory activities, awareness rai-
sing and capacity building campaings for local stakeholders.
404
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Alfredo Vigo Trasancos


Maurizio Vesco
Fernando Cobos
Juan A. Rodríguez-Villasante Prieto
José Manuel López Hermida
José Manuel Yáñez Rodríguez
Joaquín de la Cámara
Émilie d'Orgeix
Mathieu de Meyer
José Luis Álvarez Vicente
Alberto Ruíz de Samaniego
Pedro Calaza Martínez
Antonio Sandoval Rey
Juan Mario Crecente Maseda
Fiorenzo Meneghelli
Dirk Röder
Nataša Urošević

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