TEMA: Características semiológicas del dolor neuropático
El dolor neuropático es generalmente un dolor "persistente" o "crónico", que por lo tanto
dura al menos tres meses. En el proceso de diagnóstico es especialmente importante establecer una historia de dolor: características, localización, factores desencadenantes y aliviadores, aparición, condiciones o eventos asociados que han ocurrido junto con el dolor y los tratamientos ya realizados. Dos síntomas son fundamentales en el dolor neuropático: la alodinia (la percepción de un estímulo inofensivo como doloroso) y la hiperalgesia (el aumento de la percepción dolorosa de un estímulo doloroso). También es importante identificar un posible factor desencadenante, como un traumatismo (p. ej., Una caída, fractura o cirugía), una enfermedad aguda reciente (p. ej., herpes zóster), un tratamiento reciente (p. ej., quimioterapia o radioterapia) o cualquier condición predisponente como una enfermedad preexistente (por ejemplo, diabetes, enfermedades neoplásicas o reumáticas). También es importante tomar una historia familiar y social, por ejemplo, para evaluar cualquier trauma psicológico, la estabilidad de los vínculos con cualquier pareja y el uso de tabaco, alcohol u otras sustancias recreativas. Además, es importante evaluar cualquier cambio de comportamiento e involucrar a los miembros de la familia en la recopilación de antecedentes médicos para tener un historial médico completo. Finalmente, también es importante tener en cuenta que el dolor nociceptivo, si está presente, puede enmascarar el dolor neuropático. Durante el examen físico, es importante una evaluación neurológica precisa y sistemática que evalúe cualquier déficit motor focal o de sensibilidad; osteoartritis; sarcopenia; alteraciones de la marcha, alteraciones reflejas que pueden indicar una alteración del sistema nervioso periférico; alteraciones del decúbito, como la adopción de una postura analgésica o una actitud defensiva hacia una parte del cuerpo; y gemidos o llantos paroxísticos que pueden indicar la presencia de dolor neuropático. Además, es importante buscar alteraciones cutáneas que puedan ser un signo clave. Las manifestaciones disautonómicas como la hipotensión ortostática, el vaciamiento gástrico retardado o la incontinencia pueden implicar que el dolor es sostenido por el sistema simpático autónomo o es un síndrome de dolor regional complejo. Además, especialmente en las personas mayores, una evaluación de la calidad de vida, el estado funcional, el ámbito psicológico y social para identificar y tratar la ansiedad, la depresión, el aislamiento social y el “desenganche” es una prioridad. Citas bibliográficas. Giovannini, S., Coraci, D., Brau, F., Galluzzo, V., Loreti, C., Caliandro, P., Padua, L., Maccauro, G., Biscotti, L., & Bernabei, R. (2021). Neuropathic Pain in the Elderly. Diagnostics, 11(4). https://doi.org/10.3390/diagnostics11040613 Murphy, D., Lester, D., Clay Smither, F., & Balakhanlou, E. (2020). Peripheral neuropathic pain. NeuroRehabilitation, 47(3), 265-283. https://doi.org/10.3233/NRE-208002