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El dolor es una percepción sensorial, localizada y subjetiva con intensidad variable que puede
resultar molesta y desagradable en una parte del cuerpo.
Su función fisiológica es indicar al SN que hay una situación en la que se puede producir una lesión
en alguna parte del organismo.
Desencadena una serie de mecanismos que limitan o evitan los daños y hacen frente al estrés,
valiéndose de los siguientes elementos:
● Leve
● Moderado
● Severo
La fisiología del dolor es compleja. sus aspectos fundamentales son la transmisión del dolor a
través de las vías de la nocicepción en la modulación de la señal de dolor a nivel del sistema
nervioso central qué exacerba o inhibe el estímulo, generándose la percepción consciente del
dolor.
Transmisión: el impulso viaja desde las fibras del nervio periférico a la médula espinal. esta
transmisión discurre por 2 tipos de fibras nocioceptivas:
Percepción: es cuando el paciente adquiere conciencia del dolor, lo que permite aplicar estrategias
cognitivo-conductuales.
Modulación: este cuarto proceso se produce cuando las neuronas del tronco cefálico envían
señales hacia abajo al asta posterior de la médula espinal.
El dolor puede provocarnos un malestar que va más allá de las sensaciones físicas, puede afectar a
nuestras emociones y paradójicamente estas emociones pueden alimentar e incrementar nuestro
dolor.
Con una adecuada salud emocional y gestión emocional podemos manejar mejor el dolor. en la
psicología del dolor, la tolerancia al dolor también llamada umbral del dolor es un factor
importante. Es subjetiva y depende de cada persona afecta nuestra percepción y reacción al dolor
provocando reacciones afectivas desagradables y en ocasiones incontrolables, aparentemente.
No es más fuerte o más débil aquella persona que tiene un umbral del dolor más alto o más bajo,
es una cuestión fisiológica y biológica, de características personales que no podemos moldear.
pero si podemos disminuir la experiencia subjetiva del dolor.
en la experiencia del dolor los aspectos psicológicos influyen de forma positiva o negativa, esto
significa que más allá de las sensaciones físicas objetivas, cómo percibimos el dolor afecta a la
intensidad con la que vamos a sentirlo. la experiencia del dolor es el resultado final de 2 factores
subjetivos simultáneos: la capacidad sensible del individuo para percibir desagradablemente una
alteración tisular dañina y su capacidad para soportarla.
● un componente sensorial: recoge las cualidades estrictamente neuro sensitivas del dolor.
● un componente cognitivo-evaluador: se refiere al significado que le da la persona a lo que
está ocurriendo y a lo que le puede ocurrir, es una especie de valoración consciente.
● un componente subjetivo-afectivo-emocional: en el que confluyen el miedo, el temor, la
angustia, la ansiedad, etc. y que influye esencialmente en el umbral del dolor.
El dolor repercute de forma muy negativa sobre las funciones del paciente generando un descenso
significativo en su calidad de vida (trastornos del sueño, disminución del apetito, limitaciones de la
actividad física, alteraciones de su vida social, etc.)
La convivencia con el dolor, más de dolor crónico, de intensidad moderada o alta, tiene graves
repercusiones sobre la esfera psicológica del paciente.
DOLOR Y ANSIEDAD
La ansiedad puede mantener la activación automática del dolor y facilitar la aparición de mayores
síntomas, Es por ello que hay una importante interrelación entre la experiencia de dolor y la
ansiedad.
Cuando llegan a nuestra consulta pacientes con dolor, es importante realizar un diagnóstico
diferencial a través de una evaluación exhaustiva, no solo centrarnos en reducir el dolor, sino
también disminuir la sintomatología característica de la ansiedad y depresión aumentando la
percepción de control ante las emociones desagradables.
Es habitual encontrarnos con personas más resistentes al cambio o más inflexibles, con mayor
tendencia a sentir ansiedad o depresión, con propensión a la preocupación, a la obsesión, a la
queja o a magnificar y exagerar.
las personas con rasgos hipocondríacos tienden a una preocupación excesiva por el
funcionamiento del propio cuerpo y sus disfunciones y anomalías.
suelen conllevar bastantes dificultades diagnósticas y terapéuticas hasta que se descubre el origen
orgánico, o no, de su sintomatología, debido a sus interpretaciones inadecuadas.
Criterios de diagnóstico:
Especificar si:
Tipo con solicitud de asistencia: utilización frecuente de la asistencia médica que incluye visitas al
clínico o pruebas y procedimientos. tipo con evitación de asistencia: raramente se utiliza la
asistencia médica
Personas con rasgos obsesivos tienden a cometer, lo que llamamos sesgos atencionales así las
manifestaciones dolorosas, es decir Centrar la atención excesiva ante el menor síntoma, rumiar,
preocuparse y obsesionarse Convirtiéndose el dolor en el centro de su vida y de sus
conversaciones.
EL DOLOR Y LA ATENCIÓN
la atención es:
implicados aspectos de la personalidad, emociones, manejo del dolor, conducta asociada al dolor,
ETC.
el objetivo es lograr normalizar la vida de la persona que siente dolor, para que recupere de nuevo
el equilibrio con él mismo y con su entorno personal, familiar y laboral, teniendo en cuenta la
extraordinaria interrelación entre emociones y salud.
EL DOLOR DE CABEZA
El dolor de cabeza también llamado cefalea, es un dolor que puede aparecer en la cabeza o cuello.
es el problema por el que más se consulta en atención primaria.
es muy importante saber que casi todas las cefaleas son funcionales, sobre un 90%, es decir que
no existe ninguna alteración Orgánica que las produzca. esto nos orienta hacia la psicología clínica
en el tratamiento del dolor como solución en la mayor parte de los casos.
el tratamiento más indicado para los Dolores de cabeza son las técnicas de relajación u otras que
disminuyen la tensión y sin embargo lo más habitual es tomar analgésicos.
el estrés psico social está en el origen de muchos Dolores de cabeza, por lo que también es
importante enseñar a la persona los recursos necesarios para disminuir el foco de la tensión que
puede producir el dolor, reducir la ansiedad, etc.
existe una gran necesidad de considerar al dolor como una percepción compleja y al paciente
como un individuo global en la necesidad de abordar no sólo factores físicos o biológicos, sino
también psicológicos y sociales para aportar nuevas perspectivas tanto teóricas como prácticas el
coraje de un problema que tiene repercusiones tanto sociales, económicas como individuales.
El papel del psicólogo de la salud juega un rol importante en el manejo del dolor tanto para la
valoración, diagnóstico y tratamiento de los aspectos fundamentales en el dolor crónico, como
para el manejo de la ansiedad, depresión, conductas de dolor, estilos de afrontamiento,
expectativas ante la enfermedad, control de respuestas psicofisiológicas, papel del entorno
familiar, etc.
El diagnóstico del dolor debe ser establecido por exclusión de causas físicas además de una
evidencia psicológica que será determinada a partir de la evaluación psicológica, debido
principalmente a que el dolor cuenta con un componente somatogeno y psicógeno desde el punto
de vista etiológico.
motivo por el cual llevará a cabo el análisis de cualquier paciente con dolor crónico, así como la
planificación del tratamiento, debe considerarse facetiológico, ya sea somático y/o psicológico
además del análisis funcional conductor de las operantes y respondientes implicadas logrando con
ello una aproximación multidisciplinaria que es la más adecuada en el tratamiento del dolor.
Por otro lado, fortalecemos el papel activo del paciente con dolor crónico a la hora de manejar su
problema de forma más integral y eficaz fomentando el auto manejo del dolor junto con el manejo
farmacológico, ayuda a los individuos a desarrollar un cierto dominio sobre su dolor.
Cuando uno se da cuenta de que puede afrontar el dolor de otra manera, de que se pueden hacer
cosas para reducir su intensidad, frecuencia y duración, todo cambia.