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de Conscious Business Coaching

Cómo expresar tu verdad con honestidad y respeto

"Dos destacados terapeutas familiares que analizaban las actitudes que adoptaban las
parejas en medio de acaloradas discusiones, advirtieron que las personas podían ser
clasificadas en tres categorías: las que divagaban entre amenazas e insultos; las que caían
en un estado de furia contenida; y las que hablaban abierta, honesta y efectivamente.
Después de observar docenas de parejas, los dos estudiosos predijeron cuál sería el
resultado de sus relaciones, e hicieron el seguimiento de los sujetos en observación
durante los 10 años siguientes. El 90% de los divorcios que habían previsto efectivamente
se produjeron. Las parejas que habían encontrado una manera de expresar sus opiniones
sobre asuntos delicados, polémicos y emotivos con honestidad y respeto permanecieron
unidas. Las que no lo habían logrado se separaron." - Clifford Notarius y Howard Markman

¿Quieres tener la razón o ser eficaz?

El secreto de la eficacia es tener la razón ¿verdad?

Equivocado.

El secreto de la eficacia es estar juntos en lo correcto.

Para resolver un problema juntos, tú y tu colega necesitan:


1. Intercambiar ideas para construir un punto de vista compartido.
2. Entender las necesidades profundas de cada uno.
3. Planear en conjunto cómo podrían satisfacerse las necesidades de
ambos.
4. Comprometerse a acciones específicas para implementar el plan.
5. Cumplir los compromisos.

Esto es muy diferente a tratar de convencer a tu contraparte de que tú


tienes la razón y él está equivocado. Si bien algunas personas no tienen
amor propio, la mayoría de nosotros no somos así. Somos propensos a
“guardar las apariencias” resaltando algunos puntos de verdad en la
conversación. Por lo tanto, es esencial encontrar una manera de mostrar
nuestra perspectiva sin invalidar la de los demás.

No existe una manera suave de hacer esto. Cada persona es experta en


las áreas de "Yo, mis ideas y mis necesidades". Yo sé quién soy, qué es
lo que pienso y lo que importa. Por lo tanto, aunque estuviera equivocado
de alguna manera, no sería tan tonto de contradecirme si quieres trabajar
conmigo y resolver el asunto.

Y si no quieres trabajar conmigo en resolver el problema ¿Para qué


estamos teniendo esta conversación?

Exprésate

La expresión productiva es una forma de ayudar a nuestra contraparte a


que conozca nuestro razonamiento. Le permite entender lo que estás
pensando, pero lo más importante ¿por qué estás pensando lo que estás
pensando? Así como lo que te gustaría que ambos hagan al respecto.

Considera estos tres aspectos de la expresión como una secuencia en el


tiempo, cada uno con una pregunta asociada:

• El presente: ¿Qué (es lo que pienso)?


• El pasado: ¿Por qué (lo pienso)?
• El futuro: Entonces ¿Qué es lo que quiero hacer al respecto?
Si respondes a estas preguntas respetuosamente, será más fácil para tu
colega escucharte dado que no se sentirá obligado a argumentar que tú
estás equivocado o a aceptar que él está equivocado.

El respeto comienza con un "Yo"

"El corazón de una mejor comunicación es la auto-declaración. La auto-declaración coloca


bajo tus hombros la responsabilidad de tu experiencia emocional. Esta habilidad sencilla y
fácil de aprender es la única que puede mejorar dramáticamente tu comunicación. Para
discutir sobre un problema, las auto-declaraciones comienzan siempre con “Yo” (sujeto). De
manera opuesta, existen las afirmaciones que comienzan con “Tú”. Una afirmación con “Tú”
coloca en tu contraparte la responsabilidad de tu malestar emocional. Las declaraciones
“Tú” son comunicaciones de crítica, culpa y rabia. Las declaraciones que comienzan con
“Tú”, presentan nuestras experiencias emocionales o conductas negativas como una
respuesta producto de una acción irresponsable o hiriente de la otra persona. Las
declaraciones “Yo” disminuyen la reactividad emocional del sistema mientras que las
declaraciones “Tú” aumentan la reactividad emocional y la tensión interpersonal." - John W.
Jacobs

Piensa en cómo te sentirías al escuchar la declaración (A) en lugar de las


(B).

(A) Estás equivocado.


(B) Tengo información diferente.
(B) He llegado a una conclusión diferente.
(B) No entiendo tu argumento.

(A) Esto es una locura.


(B) No lo entiendo.
(B) Me da miedo.
(B) Estoy preocupado por las posibles consecuencias.

(A) No deberías hacerlo.


(B) Me gustaría que no lo hicieras.
(B) Te pido que no lo hagas.
(B) Me opongo al curso de acción por X, o Y motivos.

(A) Esta no es una buena estrategia.


(B) Esta estrategia no satisface mis necesidades.
(B) No me gusta esta estrategia por X, Y o Z.
(B) No veo cómo esa estrategia nos permitirá avanzar, al menos ahora.
Cuando nuestras afirmaciones comienzan con “Yo”, estás reconociendo
la naturaleza subjetiva de tu punto de vista, y permite a tu colega tener
un espacio para presentar un punto de vista diferente.

Se necesitan dos “Yo´s” para tener un “Nosotros” constructivo.

La danza de la expresión y la indagación

La expresión productiva y la indagación son dos caras de la misma


moneda. Cuando indagas acerca de mis ideas, me ayudas a
expresarme. Al expresar tus ideas, respondes a mis preguntas. Aunque
no supieras expresarte o indagar, podrías guiarme sutilmente para
colaborar contigo en una conversación productiva. Para que un diálogo
tenga calidad, basta que uno de los dos tenga la habilidad, y que la
contraparte esté dispuesta.

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