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SERIE: ADORNADAS

CAPÍTULO 13: RESOLUCIÓN DE


CONFLICTOS EN EL MATRIMONIO.

IGLESIA MINISTERIOS DE GRACIA - MINISTERIO DE MUJERES


RANCAGUA - 2023
INTRODUCCIÓN

“Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no


calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien, que
enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus
hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas,
sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea
blasfemada.” (Tito 2:3-5)
LA NATURALEZA DEL CONFLICTO

Cualquiera pensaría que “el matrimonio ideal” es aquel en el cual no


se presentan ninguna clase de conflictos. Sin embargo, esto es una
utopía. Los conflictos son parte natural de la vida. El conflicto es una
realidad ineludible en cualquier relación sostenida, es algo universal;
su manejo varía de cultura a cultura; su experiencia es única.
¿Qué es el conflicto?
El conflicto surge cuando usted está en desacuerdo con otra
persona sobre lo que usted piensa, quiere o hace.
El conflicto no es sinónimo de pelea.
¿Qué significa pelea?
Es sinónimo de lucha. Es un enfrentamiento entre dos o más
personas y tiene como propósito establecer un dominio. Las
peleas pueden ser físicas o verbales.
Muchos matrimonios manejan el conflicto y lo resuelven
sin peleas.
¿Cómo respondemos al conflicto?
Evasión: Se refiere a cuando uno de los cónyuges (o ambos) se retraen de
manera física (saliendo del cuarto), o se puede retraer sicológicamente no
hablando. El cónyuge se aísla a tal punto que las palabras no penetran. Estas
parejas tienen una tasa más alta de divorsio.

Ceder: Uno de los cónyuges cede para evitar el conflicto (quizás por temor),
pero ¿hemos solucionado el problema? No, solo hemos postergado el
problema. En segundo lugar, el cónyuge que cede en el largo plazo sufre, se
puede llegar a sentir como una esclava o víctima.

Compromiso: Se refiere a dar un poquito para recibir otro poquito. No se


desea ganar todo el tiempo, pero tampoco se desea que la otra persona gane
todo el tiempo (técnica del tire y afloje).
Competencia: El matrimonio se convierte en una guerra de poder
y uno de los cónyuges gana. Uno o ambos cónyuges son
competitivos, y la pareja comienza a dividirse entre sus metas
personales y el deseo de demostrar ser superior que la pareja.

Colaboración: Se usa la comunicación asertiva para resolver el


conflicto y ambos cónyuges colaboran. Este es el ideal hacia el
cual todas las parejas se deben sentir animadas a llegar.

La pareja está dispuesta a pasar el tiempo suficiente trabajando


sobre la diferencia de tal manera que, a pesar de que algunos de
sus deseos e ideas originales hayan cambiado, están muy
satisfechos con la solución a la cual han arribado. La pareja crea
un vínculo emocional profundo.
Síntomas del conflicto destructivo:
•El conflicto acrecentado: Cuando los esposos se contestan sucesivamente en forma
negativa, endureciendo cada vez más su postura de modo que la conversación se vuelve
agresiva.
•La invalidación: Es la costumbre que tienen algunos de despreciar los pensamientos, los
sentimientos o el carácter de su cónyuge, ya sea directa o indirectamente.
•La interpretación negativa: Es lo que ocurre cuando uno de los cónyuges supone que las
intenciones del otro son malas, sin existir una evidencia.
•El retraerse o evadir la conversación: El retraerse se refiere a la costumbre de “cerrarse”
para escapar de alguna conversación; Evadir es buscar la forma de que no haya
oportunidad para iniciar la conversación.
La crítica: Comentarios negativos generalizados respecto al carácter o a la
personalidad del cónyuge.

El desprecio: Las palabras o gestos que le comunican al cónyuge un sentido de


fastidio y de repugnancia. Ejemplos: apodos ofensivos, la burla, poner los ojos en
blando, un comentario mordaz, el sarcasmo.
El estar a la defensiva: Es una actitud auto protectora en previsión de un peligro o
de alguien que nos puede dañar. Es una reacción “antes de tiempo”, que provoca un
escenario de conflicto con su entorno. El cónyuge reacciona con poca receptividad
ante una sugerencia y actúa como si se ofendiese en esta situación. El enojo es un
componente habitual de su estado de ánimo.
Andar con evasivas: Se caracteriza por ser evasiva, le teme a la proximidad, tiene
pavor a ser rechazada y le cuesta manifestar sus emociones.
Estadística: En el 82% de los casos, los matrimonios en los que se hallan estos
cuatro últimos patrones de conducta arraigados, terminan en divorcio.
Principios para resolver correctamente el
conflicto
• Concéntrense en un solo tema.
• No saquen otra vez las cosas del pasado.
• No utilizar frases que comienzan con “Tú ….”: Si comienzan
con una acusación (aunque sea verdad) tu cónyuge estará a la
defensiva. Ej: “Tu nunca me escuchas”.
• No utilizar frases con absolutos: “Nunca”, “Siempre”.
• No sermonear al cónyuge ni tratarlo como un niño.
• Controlar el tono de voz y el paralenguaje: “La blanda respuesta
quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor”.
(Proverbios 15:1)
• Utilizar frases que comienzan con “Yo …”: Cada uno hable
desde su perspectiva, “Yo me siento frustrada cuando te pido
que saques la basura y no lo haces”
Pasos para resolver los problemas correctamente
1. Encuentren el tiempo y el lugar oportuno para platicar
(Eclesiastés 3:1).
2. Definir el problema, considerando ambos puntos de vista. No
confundir problema con síntoma.
3. Encuentren las cosas en las que sí están de acuerdo, y en las que
no están de acuerdo.
4. Identifique su propia contribución al problema.
5. Piensen juntos en posibles soluciones al problema.
6. Hagan juntos un resumen de lo platicado, cedan en donde es
necesario para ponerse de acuerdo, y preparen un plan de acción
con el que puedan empezar.
7. Oren pidiéndole ayuda a Dios para tomar los pasos necesarios y avanzar
juntos.
8. Fijen un día en el que nuevamente considerarán el asunto para evaluar qué
tanto han avanzado.
9. Si siguen con dificultades o no encuentran la manera de resolver el asunto
solos, busquen consejo en algún consejero cristiano o pastor.

Proverbios 12:15 “El camino del necio es derecho en su opinión; Más el que
obedece al consejo es sabio”.

Observación: Si uno de los cónyuges o ambos se sienten enojados, es importante


aplicar el “Principio de Posponer”, es decir, posponga cualquier respuesta.
Cada cónyuge debe identificar las cosas que le dan pie al enojo. Es
importante determinar cómo y cuándo se genera. ¿Qué es lo que lo trae a
flote?; ¿Por qué el cónyuge se mantuvo en ese estado? (Concéntrese solo en
su parte; no le eche ninguna culpa a su cónyuge)
¿Cómo hablarle al cónyuge sin que se activen
sus mecanismos de defensa?
Estructura:
Descripción del problema.
Decir una emoción.
Describir lo que desean de la relación.
Proponer soluciones y reflexionar en ellas.
Problem
a
Ejemplo: “Cuando prefieres trabajar toda la tarde en tu taller en lugar de Emociónestar
conmigo, se siente como una falta de amor. Tienes derecho a tener tus hobbies, pero
yo también necesito algo de tiempo cara a cara contigo. Deseo que solucionemos
Deseo este conflicto sin peleas ni críticas. Propongo definir una rutina con hora de inicio y
termino con actividades que te gustan e incluir un tiempo juntos”.
En esta etapa se debe aplicar el Principio de Apertura Participativa y Reflexiva.
Propuesta de
solución
• Apertura participativa: Induce a las personas a hablar. Es como un
pin pon de ideas. Ambos cónyuges hablan y expresan sus ideas.
• Apertura reflexiva: Induce a la gente a examinarse. Comienza con
la voluntad de cuestionar nuestro propio pensamiento, de
reconocer que todas nuestras soluciones son a lo sumo una
hipótesis acerca del mundo. Por muy convincente que sea, por
mucho afecto que le profesamos, nuestra idea siempre esta
sometida a la verificación y el perfeccionamiento. La apertura
reflexiva vive en la actitud humilde: "Quizá yo esté equivocado y
la otra persona esté en lo cierto". No se trata solo de analizar
nuestras ideas, sino de un examen mutuo de nuestras ideas y
soluciones.
A menos que ambos tipos de apertura estén integrados, la actitud de "ser abiertos"
no producirá el efecto deseado.
Ejemplo de apertura reflexiva:
La(El) esposa (esposo) puede expresar:
•“Esto es lo que yo pienso, y así es como llegué a pensarlo.”
•“Di por sentado que …”
•“Llegué a esta conclusión porque …”
•“¿Qué piensas de lo que digo?
•¿Ves algún fallo en mi razonamiento?
•¿Qué puedes añadir?
•“He aquí un aspecto que podrías ayudarme a resolver, por favor”
El esposo puede consultar a su esposa (o viceversa):
•“¿Qué te lleva a esta conclusión?”
•¿Con qué datos cuentas?
•“¿Por qué dices eso?”
•“¿Qué significa eso?”
•“¿A dónde se dirige tu razonamiento?”
•“¿Puedes ayudarme a comprender tus ideas al respecto?”
•“¿Cuáles son tus premisas?”
•“Te pregunto cuáles son tus premisas porque …”
•¿De dónde han surgido tus supuestos?
•¿En qué estamos de acuerdo y en qué no?
La idea no es destruir la argumentación del cónyuge, ni promover su propia propuesta, sino comprender la perspectiva del otro y cómo su
indagación se relaciona con sus propios intereses, esperanzas, y necesidades.
Y si a pesar de practicar la apertura participativa y
reflexiva ambos cónyuges no llegan a un acuerdo. ¿Qué
decisión se debe tomar?¿La del esposo o la del esposa?
La Escritura tiene la respuesta.

En 1 Corintios 11: 3, Pablo escribió: “Quiero que sepáis


que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la
cabeza de una mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”
Observe varias verdades importantes que emergen de ese simple versículo. En primer
lugar, Dios ha dado a cada esposo una clara responsabilidad para el liderazgo
espiritual, y los hombres no se atreven a abdicar ese deber. El marido, no la mujer,
debe ser la cabeza de la familia. Ese es el plan de Dios. Dentro de cada hogar, alguien
debe tener en última instancia, la responsabilidad del liderazgo, y la Escritura asigna
de manera inequívoca ese deber a los hombres, no a las mujeres.
En segundo lugar, el modelo de la supremacía del esposo es Cristo. El liderazgo
semejante al de Cristo implica no sólo la autoridad para el liderazgo espiritual, sino
también los deberes de cuidado, alimento, protección y auto-sacrificio. En palabras de
Efesios 5:28-29: “Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus
propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció
jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la
iglesia.”
Las esposas son de ninguna manera inferior a los maridos, pero cuando ambos no
llegan a un acuerdo, es el hombre el que tiene la última palabra, por ser la cabeza del
hogar.
Conclusión
• La esencia del matrimonio es su sistema de comunicación.
• El conflicto es una oportunidad de crecer y de madurar.
• El Señor permite el conflicto para que desarrollemos el dominio propio.
• Dios creó el matrimonio para que exista el compañerismo. La soledad fue la
primera cosa que a los ojos de Dios no estuvo bien. La soledad y el
aislamiento se contradicen con el propósito creativo de Dios (Génesis 2:18).
• Si bien hombre y mujer son distintos por diseño divino, ambos se
complementan para la Gloria de Dios.
• Un matrimonio cristiano es más que la unión entre dos personas. También
incluye un tercero, Jesucristo, que es el que le da significado, guía y
dirección a la relación.
GRACIAS

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