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Serie
Para siempre
Libro 3
Sólo su corazón
Shawn Lane
2
Este libro fue traducido por el blog BRAD PACK para libre
lectura solo te pedimos que no cambies nada de él. Nuestro staff
realizo mucho esfuerzo para que puedas leerlo.
Este libro es de contenido homoerótico, es decir tiene escenas
de sexo explicito hombre / hombre, si te molesta el tema no lo leas, y
si eres débil de corazón no sería recomendable.
Esperamos lo disfrutes.
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Reseña
Calvin Lassiter es un médico de urgencias que se entierra en su
trabajo de alto estrés. No tiene tiempo para una relación y sin duda no está
interesado en el nuevo enfermero de la sala de emergencias, Matt Walton.
Matt es exactamente lo que Calvin no quiere: un chico malo que utiliza
delineador de ojos y que viaja en moto.
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Matt... bajó los calzoncillos blancos de Calvin hasta las rodillas
donde había dejado sus pantalones. La hermosa polla gruesa y roja del
hombre, le abofeteó en la mejilla.
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Capítulo Uno
Matt Walton estaba teniendo un segundo día bastante decente. Claro
que sus pies dolían. ¿Los de quién no lo harían cuando no le habían
permitido mucho descanso en las últimas cuarenta y ocho horas?
Finalmente, tenía unos minutos para tomar un almuerzo.
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—Hey, chico, ¿está ocupado este asiento? —preguntó cuando se
detuvo en la mesa.
La cosita joven, que tenía los ojos azules ya que Matt se dio cuenta
cuando levantó la mirada, le dio la más fría mirada que jamás había visto.
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El médico suspiró. —Incluso si lo hiciera, habrá mucha gente en el
estacionamiento haciendo la misma cosa. Familias visitando a sus seres
queridos. Estoy seguro de que como enfermero no quieres ser responsable
de atropellar a un niño que viene a visitar a su madre enferma, ¿verdad?
Los labios llenos del Dr. Lassiter se curvaron en una ligera sonrisa
que era demasiado malditamente adorable para un idiota. Odiaba ser un
tonto por una bonita cara.
—¿Por?
Matt golpeó los dedos con fuerza sobre la mesa, se dio cuenta de lo
que estaba haciendo, y escondió la mano en su regazo. —Entonces, doctor,
¿usted no ve los accidentes de coche, tampoco? ¿Sólo las motocicletas?
—Hmm, así que ¿le dice a todo el personal que está sorprendido de
que conduzcan coches?
—No.
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—Bien, entonces, aprecio su preocupación y me aseguraré de ser
más cuidadoso al conducir en el estacionamiento del hospital. —Apuñaló el
tenedor en la ensalada. Entonces, algo le ocurrió. Miró arriba, con la
mirada fija.
—Espera, ya lo sé.
—Baja la voz.
—Lo gran médico que eres. De… de todos modos, creo que no hice
la conexión entonces, pero ahora que te veo, tiene sentido.
—¿Qué? No.
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Matt se preguntó de qué tipo parecía, pero decidió dejar pasar eso, al
menos por el momento. —Mi hermanastro es Nathan Llewellyn.
Tuvo que admitir que Barnaby era muy atractivo, pero Matt pensó
que su hermano, Calvin, era aún más hermoso.
Matt asintió. —Sí, no somos muy cercanos. Nos vemos tal vez dos
veces al año por cosas de familia. Su padre se casó con mi madre hace
varios años y compartimos algún medio-hermano.
—Hmm…
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Matt abrió los ojos para ver a otra enfermera, Valerie, sonriendo con
simpatía hacia él.
—No lo sabía.
—Sí, gracias.
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esa noche. Estaba a punto de salir a donde había estacionado su motocicleta
cuando localizó al Dr. Lassiter salir al exterior.
—Quería disculparme.
—Yo…
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Lassiter asintió. —Está bien. Nos vemos allí.
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Capítulo Dos
Calvin no sabía por qué entró en el estacionamiento del restaurante
Benji´s. Por un lado, no creía mucho en la comida de allí, y por otro no le
gustaba Matt Walton. Nada en absoluto.
Tal vez anoche había sido demasiado duro con él. Calvin había
perdido pacientes antes. Pero nunca se hacía más fácil. No para él. Y este
había sido un hombre joven que le había recordado a su hermano, Barnaby.
Había tenido la edad de Barnaby, también. Su pecho se había derrumbado
desde el accidente. Calvin aún podía oír los gemidos de su inconsolable
madre.
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Siguieron tras la chica joven con goma de mascar a un agrietado y
pelado asiento en la esquina.
—¿Café?
Suspiró. —Sí.
—Vuelvo enseguida.
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—¿Qué vas a tomar, Dr. Lassiter? —Matt empujó una hebra de su
largo pelo de la mandíbula por detrás de la oreja.
Matt asintió. —Lo hago y no lo hago. Esto quiere decir que hago
ejercicio, pero no como así todos los días.
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Ángeles. Pero ya que él había dicho a Matt que no hablaba de su vida
privada, podía apenas ser entrometido con el hombre.
—Oh —Matt fingió mirar ligeramente curioso. Podía decir que era
un pretexto.— Estoy bastante seguro de que Barnaby o Nathan dijeron que
eras gay, sin embargo. ¿No?
—Buen provecho.
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Matt se encogió de hombros.— Me decidí a quedarme aquí de todos
modos, tener un nuevo comienzo.
—¿Cómo dices?
—Si lo sabes, bien, ¿por qué no hacerles saber que no eres el idiota
que creen que eres? —Matt se ruborizó.— Um, lo siento.
—No lo estoy —insistió Calvin. Nunca había sido fácil para hacer
amigos. De hecho, podría contar con una mano cuántas personas eran
realmente cercanas a él. La mayor parte del tiempo eso no le molestaba.
Calvin recogió la nota que Betty había dejado. Sacó su cartera y dejó
varios dólares de propina. —Lo tengo ya.
—Ah, hey, gracias, pero no quise decir que pagaras —Matt protestó.
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Después que pagó, se dirigieron al exterior. Calvin miró al cielo
nublado.
—Matt.
Matt sonrió. —Está bien, por favor, Matt. Suena mucho mejor.
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—No me vengas con eso. No me llamas al trabajo por nada. Y tu voz
tan desmoronada.
—Calvin.
—Por supuesto. Bueno, los veré más tarde. ¿Alrededor de las siete
está bien?
—Perfecto. Adiós.
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Capítulo Tres
—Oye, Walton, corre el rumor de que te viste obligado a tomar el
desayuno con el Dr. Lassiter, —Rick Moore, el único otro enfermero
masculino en el servicio esa noche, llamó a Matt cuando se disponía a
tomar su almuerzo.
—No sé cómo pudiste comer con ese imbécil frente a ti —Rick hizo
una mueca.
—Sí bueno —dijo Louise con una sonrisa— Oh, ya entiendo que es
agradable a la vista. Pero eso no lo compensa una polla. ¿Y cómo te
quedaste atascado en el desayuno de todos modos?
—Le pregunté.
—Bueno... sí.
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—Oh, Dios mío, ¿Bebes los vientos por la Reina del Hielo? —Rick
soltó una risita.
—¿Una apuesta?
—Llewellyn.
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—Soy yo.
—¿Matt quién?
Sólo dámelo.
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Se levantó y se duchó, y cuando hubo terminado, se ató una toalla a
la cintura, se sentó en su cama y cogió el teléfono una vez más.
—Dr. Lassiter.
No hubo respuesta.
—Nathan.
—Lo recuerdo.
Tranquilo, Matt.
—¿Dónde?
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—Sí.
—Bueno.
—De acuerdo.
Matt apenas tuvo tiempo de pelear por encontrar una pluma antes de
que Calvin recitara su dirección. —¿Qué te gustaría comer?
—¿China?
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abierta en el cuello. Una atractiva cadena de oro descansaba contra la
cremosa extensión de su garganta.
—Hola.
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—Definitivamente, —Calvin estuvo de acuerdo.— Pero no había
manera de que yo fuera a montar en ella.
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Capítulo Cuatro
Calvin se preguntó qué estaba haciendo, cuando una pequeña vieja
señora china los llevó a una mesa en el lado derecho, del más bien pequeño
restaurante chino que Matt había elegido para su cita. No podía realmente
decir cualquier otra cosa en este punto.
Tuvo que admitir, más o menos, que Matt tenía una ternura por él.
Algo que era más que su persistencia. Físicamente, Calvin decidió que
Matt se veía bastante bien. Los pendientes y el delineador de ojos eran
todavía un poco demasiado.
Esto era todo nuevo para Calvin. En realidad, nunca había salido con
alguien con el que trabajaba. Bueno, en realidad, no había estado en una
cita desde sus primeros días de la escuela de medicina. El único sexo que
había tenido durante algún tiempo había sido auto-aplicado. Se había
convertido en uno de los mejores clientes de una línea de tiendas de
juguetes para adultos.
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—Recuerdo que Nathan dijo algo acerca de ti y tu hermano, que
fuisteis criados por tu abuela —dijo Matt después de que la anciana mujer
se fuera a traer sus pedidos.
—Siete años.
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Matt sonrió. —¿Qué te hizo decidirte a ser médico?
Oh, genial.
—Mi mamá es una y creo que realmente levanté la vista hacia ella y
quería ayudar a la gente.
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pasó a través de los de Calvin. Le gustaba la sensación de la mano de Matt
sosteniendo la suya.
—No estoy listo para llevarte a casa todavía. Hay un bar justo a la
vuelta de la esquina, ¿quieres ir allí?
—No.
—¿No?
Matt se inclinó sobre la mesa y le beso en los labios. Fue tan rápido
que no tuvo tiempo para reaccionar.
—Cabernet Sauvignon.
—Vuelvo enseguida.
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Matt regresó de la barra y puso su vino delante de él y se escabulló
en el asiento, sentado muy cerca de él.
—Coca-Cola.
—¿Y?
Se echó a reír por eso, lo cual era absurdo. Aún más absurdo fue el
calor que le llenó en la admiración de la mirada de Matt.
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—Positivo. Aquí, saborea por ti mismo.
Matt sonrió. —Sí, tienes razón. Así que, bebé, ¿qué es lo que tienes
en contra de los bares?
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— ¿Justo delante de ti?
—Oh, Dios.
—Lo siento, Calvin. Esa fue una mala experiencia. Pero no todo es
malo —Los dedos de Matt rozaron su mandíbula, volviendo su cara a la
suya. Bajó la cabeza hasta que sus labios estaban tal vez a la mitad de una
pulgada de distancia.— Sé que me estoy moviendo muy rápido para ti,
pero... ¿puedo llevarte a casa?
—¿Llevarme a casa?
—¿Por favor?
—Está bien.
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Capítulo Cinco
—Estoy pensando que tal vez esto no sea una buena idea —dijo
Calvin desde el asiento del pasajero cuando Matt se dirigió hacia su casa.
Matt hizo una mueca. — ¿Cómo cuántas citas sueles tener antes de
tener sexo?
—No es que haya tenido una tonelada ni nada, pero por ejemplo,
estuve con un chico de mi último año en la escuela secundaria sin tener
nada más que sexo oral. El verano que nos graduamos, finalmente hicimos
todo el camino —Calvin suspiró y se movió en el sitio.— Maldita sea.
—¿Cómo?
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Calvin se echó a reír. —Eres tonto.
—¿Nunca?
—No.
Loco, tal vez, pero quería hacer volar la mente de Calvin con la
bueno que podía ser entre ellos. Si Calvin decía que no, Matt iría casa y se
masturbaría con fantasías de Calvin en su lugar.
—Espera —dijo Calvin, justo antes de que los labios de Matt tocaran
los suyos.
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—¿Tiene los condones en el coche?
Matt inclinó sus caras y le robó un beso. —¿Ves qué útil es?
—Hmm.
—¿Tienes lubricante?
—Sí.
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—No, yo sólo te quiero a ti —le susurró al oído de Calvin, sonriendo
a la piel de gallina que estaba apareciendo en la piel cremosa desnuda del
hombre.
—¿Dormitorio? —Repitió.
Calvin se volvió de un ligero tono color rojo. —Pensé que podría ser
mejor con la luz apagada.
—¿Qué pasa?
Calvin suspiró. —Está bien, supongo que puedes también ver —Sus
dedos se fueron a los botones de su camisa y lentamente comenzó a
liberarlos. Mantuvo la camisa cerrada hasta que llegó a la parte inferior, y
luego la abrió para revelar la piel desnuda de su pecho y su estómago.
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Matt se quedó mirando las cicatrices recortadas a través del abdomen
de Calvin. Por un momento, no pudo atrapar el aliento y se sintió mareado.
—Dios mío.
Calvin asintió. —Yo tenía sólo siete años, así que no entendía por
qué mi papá me estaba apuñalando. Supongo que pensó que me mató,
porque finalmente me dejó solo. Tanto mi madre como yo todavía
estábamos vivos cuando la policía y las ambulancias llegaron. Un vecino
llamó cuando escuchó nuestros gritos. De todos modos, como ya sabes, mi
mamá murió y salvaron a Barnaby. Terminé por sobrevivir, pero pasé un
tiempo en el hospital.
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Calvin asintió y se retiró. Sonrió un poco. —¿Todavía quieres follar
conmigo?
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Liberó su control sobre los calzoncillos de Calvin, pero sólo por el
tiempo que le llevó a tirar hacia abajo los pantalones hasta las rodillas.
Lamiéndose los labios en anticipación, Matt abrió la boca sobre el bulto de
la ropa interior de Calvin.
—Oh, joder.
Matt sonrió. Había algo muy sexy en las cinco letras que vinieron de
esa boca dulce, angelical. Chupó la dura polla a través del algodón. Calvin
se retorcía.
Oh, sí, podía verse a sí mismo queriendo bromear y jugar con Calvin
así durante horas. Desafortunadamente frotar su polla le llevó un poco a la
locura y sus bolas le dolían con la necesidad de correrse.
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follando la boca de Matt. Matt metió un dedo en su boca mientras chupaba,
liberalmente mojándolo, y luego se deslizó a su alrededor en el agujero de
Calvin, presionando dentro.
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Calvin empujó hacia atrás, animándole sin palabras. Matt se deslizó
hasta el fondo, sus bolas profundas. Por un momento, se quedó quieto,
simplemente amando la sensación del culo apretado de Calvin en torno a su
erección.
—Calvin, Dios.
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Capítulo Seis
—¿Cuántos amantes has tenido? —Matt preguntó a Calvin en la
cocina a la mañana siguiente. Calvin se había puesto sólo un par de
pantalones de pijama de franela y Matt llevaba una de sus batas hasta las
rodillas. Los brazos de Matt se ajustaron bien alrededor del desnudo
estómago de Calvin y siguió acariciando el cuello de Calvin.
Había sido extraño despertarse con otro hombre que yacía junto a él.
Retira eso… que estaba tumbado prácticamente encima de él. Había
descubierto que a Matt le gustaba dormir abrazado, por lo que había tenido
la extraña sensación de un brazo alrededor de él toda la noche. Y al
parecer, incluso ahora el hombre se mostraba reacio a dejarlo ir. Matt era
obviamente del tipo afectuoso.
Le palmeó el brazo a Matt para hacerle saber que quería ser liberado
y Matt tomó la indirecta. Se alejó de la pileta y volvió a llenar de agua el
filtro de la jarra. —Henry, que era mi novio de la escuela secundaria, se fue
hacia el norte a Berkley. La larga distancia no funcionó bien para lo que era
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esencialmente una cosa inmadura de escuela secundaria de todos modos. El
otro decidió que quería salir con Barnaby en vez de conmigo.
Calvin sonrió y negó con la cabeza. —Por supuesto que no. Barnaby
no haría eso. Además de que era demasiado joven para estar saliendo con
ese idiota. Pero su interés por mi hermano dejó claro que no éramos
compatibles.
—¿Qué?
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—Los amantes.
—Oh, diablos, no, Lassiter. No vas a tirar eso —Matt le atrajo en sus
brazos.— ¿No fue el sexo fantástico?
—Sí.
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Matt. Los dedos cálidos de Matt cepillaron a lo largo de su estómago
encima de la cintura de los pantalones de su pijama.
—Hola, abuela.
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visitante así que pensé que estabas —Ella veía más allá de él a Matt en la
puerta del pasillo.— Usted debe ser el visitante.
—Um, sí. —Dijo Calvin sintiendo el calor de sus mejillas.— Este es-
es-.
—Walton.
—No sé por qué, pero pensé que Lassiter era el nombre del padre de
Calvin —Matt dijo a Kay mientras lavaban los platos del desayuno en la
pila. Calvin estaba en la otra habitación haciendo un seguimiento de
llamadas relacionadas con los pacientes que había visto en la sala de
emergencias.
—¿Cuánto te ha dicho?
1
Richard Earl Thomas 1951. es un actor estadounidense, probablemente el mejor conocido por su papel de liderazgo en ciernes,
como autor John-Boy Walton en la CBS drama de Los Walton.
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Kay asintió. —Sentí, teniendo en cuenta todo, que los chicos estarían
mejor usando el apellido de su madre. No nos gusta asociarnos con su
padre.
—No tanto tiempo. Soy un enfermero del hospital. Para ser honesto,
probablemente me le insinué bastante descaradamente, pero me gusta
mucho su nieto.
Matt se rió para sí. —Escucha, tengo que hacer unos recados en casa,
así que me debería de ir. Kay, fue realmente un placer conocerte.
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Calvin hizo una mueca. —Estupendo. Te dejo, —dijo, agarrando el
codo de Matt.
Matt esperó a estar fuera antes de que hablara. —Me gusta tu abuela,
Calvin. Es genial.
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Capítulo Siete
Calvin se detuvo frente a la puerta del apartamento de Matt, con una
bolsa de viaje en una mano y la otra levantada para tocar el timbre.
De ninguna manera.
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Justo cuando estaba tomando la decisión de volver a su coche y
ocurrírsele algunas emergencias para cancelar, la puerta del apartamento se
abrió.
—Uh, sí.
—Justo a tiempo. Iba a ver el correo, pero ahora eso puede esperar
—Matt agarró el borde de la camisa de polo y tiró de él al apartamento. Su
sonrisa se ensanchó cuando localizó la bolsa de viaje de Calvin—
Fantástico. Tenía la esperanza de que decidieras quedarte. ¿Quieres un
tour?
—Claro.
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—El baño.
—Wow.
—Lo sé. Cuando me mudé aquí, pensé que era un poco raro, pero
ahora... déjame sólo decirte que es inusitadamente caliente.
Sintió el calor de sus mejillas. —No puedo decir que nunca haya
pensado en ello.
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Matt se le acercó, tan cerca de sus rostros que estaban separados por
menos de una pulgada, sus alientos mezclándose. —¿No te gustaría
probarlo?
—¿Qué?
Matt sonrió. —Sí, ahora. Insinuaste que me follarías esta vez. ¿Por
qué no ahora?
—Eres incorregible.
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había despojado de su ropa, también, y el hombre ahora se inclinaba sobre
una de las mesillas, su culo redondo mostrándose.
Señor.
—Está bien, ¿cómo hacemos esto? —preguntó Calvin, una vez más,
echando un vistazo al techo. Era un poco extraño estar mirando el reflejo
de sus cuerpos desnudos.
Matt se echó a reír. —Me encanta que un hombre vaya directo a ello.
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Él lo hizo, observando su dedos deslizarse dentro y fuera del culo del
otro hombre. Sus ojos se encontraron en el espejo. Matt empezó a bombear
su polla. Calvin tuvo que admitir que ver todo lo que estaban haciendo, era,
de hecho, bastante caliente.
—¿Listo?
—Oh, sí.
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—Calvin, me voy a correr.
—¿Qué?
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—Matt, —Calvin dijo lentamente:— Me gustas mucho, pero tengo
que decir, que simplemente no creo que esto sea algo que vaya a funcionar.
—Sí, pero...
—Matt, no sé.
—Sé que no lo sabes. Es por eso que debes darnos esa oportunidad.
Vamos, Calvin. ¿Por favor?
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Capítulo Ocho
Sólo dos semanas después, el fin de semana del Memorial Day 2, el
hermanastro de Matt, Nathan decidió tener una pequeña fiesta de barbacoa
en la casa que ahora compartía con el hermano de Calvin, Barnaby.
Naturalmente, eso significaba que Matt y Calvin estaban invitados. Matt
esperaba el día con entusiasmo, pero esperaba los planes que tenían para
ellos más tarde también. Después que la barbacoa hubiera terminado.
Fue en la tarde del sábado del fin de semana, y como quiso la suerte,
ninguno de ellos tenía que trabajar en el hospital hasta el domingo por la
noche. Durante las últimas dos semanas, habían pasado la mayor parte de
su tiempo libre juntos.
2
El Día de los caídos o Memorial Day es una fecha conmemorativa de carácter federal que tiene lugar en los Estados Unidos de
América el último lunes de mayo de cada año, con el objeto de recordar a los soldados estadounidenses que murieron en combate.
Inicialmente fue establecido para conmemorar a los soldados caídos de la Unión americana que participaron en la Guerra Civil
estadounidense, aunque luego de la primera guerra mundial fue extendido para rendir homenaje a todos los soldados
estadounidenses fallecidos en las guerras en las que participó ese país.
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—Todavía hay una cierta animosidad hacia los homosexuales, Matt.
Sólo vale la pena ser cuidadoso.
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—Sí, toda una fiesta —dijo Barnaby con una sonrisa.— No podía
estar más feliz. Por supuesto, Nathan está en la cocina refunfuñando sobre
cuántas margaritas ha tenido que hacer.
—Encantado de conocerte.
—Ja, ja.
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—¿Quién es quién? —Barnaby salió afuera llevando dos margaritas
de fresa. Se las entregó a Matt y Calvin.
—Qué suerte.
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Matt besó su mejilla. —¿Quieres conocer a los parientes?
Calvin se puso rígido mientras les miraba, pero exhaló y asintió con
la cabeza. —Muy bien.
Matt apoyó su mano sobre el hombro de Calvin. —Así que, ¿de qué
estaban hablando? No me digas que de política, Joe.
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Unas horas más tarde, cuando caía la tarde, Matt y Calvin se
dirigieron al apartamento de Matt. Habían sido incapaces de parar de
pensar acerca de lo que pensaba hacer a Calvin en cuanto estuvieran solos.
Había sido un día de diversión y Calvin se había relajado incluso lo
suficiente como para jugar al juego de las herraduras 3.
3
La he rradura o herrones es un juego tradicional. Consiste en lanzar unas herraduras de metal en forma de rodaja con una
perforación en el centro, desde 12 metros, sobre una barra clavada en el suelo que sobresale 1,20 metros, buscando insertarla s.
El juego puede ser individual o por equipos, y es ganado por quien introduzca más herraduras, o de no insertarse, quien más se
aproxime a la barra. Cada jugador lanzará 10 herraduras.
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Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Calvin y le tiró contra
él para que Calvin pudiera sentir lo duro que estaba. —¿No puedes suponer
lo que estamos haciendo aquí arriba?
—Pensé que te habías dado cuenta por ahora, que no tengo ninguno.
—El sol de hoy debe de haberte frito el cerebro —dijo Calvin con
una pequeña sonrisa.
Pero fue esa sonrisa la que le dijo a Matt que había convencido a su
amante para eso. Incluso la más mínima sonrisa de Calvin lo calentó por
dentro. No, ninguna sonrisa de nadie más jamás lo haría.
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dejaron pequeñas besos provocativos a través de la boca y las mejillas.—
Vamos, bebé, te quiero.
—Está bien, pero si alguien viene aquí, voy a tener que matarte.
Calvin hizo lo que dijo Matt y luego Matt llegó entre las piernas de
su amante para extenderlas un poco más lejos. Y apretó la polla de Calvin a
través de sus pantalones mientras estaba en ello.
—¿Listo?
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Ah, joder. Se obligó a pensar en cachorros muertos4 así no se vendría
de inmediato, ese simple jadeo, sonido de gemido de los labios de Calvin
fue casi su perdición.
4
T érmino muy común en USA utilizado para suprimir el deseo.
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Matt sonrió. —Lo siento. Bueno, no, no lo siento.
—Está bien, está bien, Jesús. Te pones gruñón después del sexo.
Ayúdame a levantarme.
68
Capítulo Nueve
Calvin terminó de dar instrucciones a la madre del muchacho de
doce años que se había roto la pierna patinando a bordo de una patineta y le
entregó un portapapeles con un formulario de alta a Valerie.
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—Como si no lo supieras. Está por todo el hospital que te lanzaste
sobre el Dr. Lassiter —Rick golpeó el hombro de Matt.— Amigo. Tienes
cuatrocientos dólares viniendo hacia ti. Inclinándose sobre la reina de hielo.
¡Tú sí que eres un hombre!
No.
No podía ser cierto. Matt no podría haber tenido sexo con él para
ganar alguna retorcida apuesta. No podía ser una broma estúpida. Pero lo
era. Los había oído.
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—Hey, ¿Pasó algo? ¿Has perdido a un paciente?
—Mantente alejado.
—No aquí.
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Tragando, dijo tan rápido como pudo —Déjame hacer esto tan claro
como pueda. Déjame en paz, Matt. No quiero verte de nuevo.
—Oh, Dios mío. ¿Qué? ¿Por qué? —La cara de Matt perdió todo su
color.
—No quiero escuchar nada de lo que tengas que decir. Guarda tus
estúpidas bromas de secundaria para alguien más —Calvin giró su espalda
a Matt, abrió la puerta y se marchó, ni una sola vez mirando hacia atrás.
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—¿Qué? Oh, no.
—Sí. Adiós.
Barnaby había estado esperando por él, porque tan pronto como se
acercó a la puerta principal, se abrió. Sin decir una palabra, su hermano tiró
de él dentro de la casa en un abrazo. Calvin se aseguró de que fuera breve,
porque algo más y comenzaría a llorar como un bebé. Estaba a punto como
estaba ya, y Calvin no lloraba.
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Calvin aceptó la taza de té después de que Barnaby hubiera quitado
la bolsa de té.
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—Yo lo odio —Su hermano lo abrazó tan fuerte que Calvin pensaba
que la cabeza podría estallarle, pero no le importaba.— Quiero patearle el
culo.
Calvin negó con la cabeza. —Creo que voy a jurar dejar las
relaciones. Algunas personas están solas toda su vida y están bien.
Probablemente soy una de esas personas.
—Calvin…
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—Déjalo Barnaby ¿Está bien? —Abrazó a su hermano brevemente.
—Gracias por el té. Te llamaré después del turno de mañana. Tal vez
podamos cenar o algo así.
—Calvin, por favor, abre la puerta. Sé que estás en casa. Por favor.
Quiero explicarte.
—Por favor…
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—Está bien, me iré —dijo Matt después de un momento de
silencio.— Pero no me rindo, Calvin. Yo sé que me odias. Sé que me lo
merezco. Pero no me rendiré hasta que me dejes hablar contigo.
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Capítulo Diez
Calvin se frotó los ojos, más cansado de lo que había estado en
mucho tiempo. Apenas había dormido durante los últimos dos días. Estaba
contento de que su turno casi hubiera terminado y tuviera los próximos tres
días libres. Pensaba dormir todo el tiempo.
—¿Doctor?
—No.
Donna suspiró. —Yo sólo quería hablar con usted acerca de Matt.
—No tengo nada que decir para añadir carnada a su pequeño club.
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Calvin se sorprendió cuando ella puso su mano en la manga. Estuvo
tentado seriamente zafarse, pero en vez de eso, simplemente la miró.
Los últimos días habían sido una tortura. Un par de veces, mientras
trabajaba con los otros médicos de emergencia, había visto a Calvin desde
la distancia. Para ver a su amante... ex amante... a través de la habitación y
saber que Calvin no quería tener nada con él, fue horrible. Calvin
claramente lo evitaba, y él sólo quería golpear todo lo que tenía a la vista.
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Y era totalmente culpable.
Apoyó la frente contra la puerta como lo había hecho las dos últimas
veces. Las lágrimas pinchaban los ojos y la desolación se apoderó de su
corazón. ¿Cuánto tiempo más podría hacer esto? En algún momento iba a
terminar con un aspecto de patético acosador. ¿O había pasado ya a ese
punto?
5
Vincent Leonard Price, Jr. Fue un actor de cine estadounidense, conocido principalmente por las películas de terror .
80
Calvin no dijo nada, se limitó a mirar a Matt, un profundo dolor en
sus ojos. Le desgarró el corazón.
—Lo sé. Sin embargo, haré cualquier cosa para convencerte. Nunca
he querido amar a nadie como te amo a ti. Por favor, dame una
oportunidad.
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—Te puedo prometer que nunca te haré daño a sabiendas —Tiró del
dobladillo de la camisa de Calvin para revelar sus cicatrices. Extendió sus
dedos sobre ellos.— Cuando veo estas cicatrices, pienso en cómo no
podrías haber estado aquí. Podría nunca haberte conocido. No puedo
imaginar qué vacía, mi vida habría sido si no te hubiera conocido. Nunca
he conocido a nadie tan bueno como tú.
Se levantó sobre sus rodillas hasta que su rostro estaba al lado del de
Calvin. Con la otra mano, rodeó la nuca de su amante y le atrajo a sus
labios. Los labios de Calvin se suavizaron bajo los suyos. Cerró su ojos, su
corazón martillando. —Te amo —dijo contra esos labios increíbles.
—Gracias.
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Pero ahora, Matt quería hacer el amor. Para mostrar a Calvin lo
mucho que lo adoraba. Ya habría tiempo para la perversión. Calvin lo
amaba. Apenas podía creer que hubiera tenido tanta suerte.
Inclinado sobre él, los labios de Matt se pegaron a la nuca del cuello
de Calvin, dejando su marca. Sonriendo cuando lo hizo. Probablemente
haría avergonzar a Calvin.
83
Su mano se cernía sobre un globo perfecto y trató de recordarse a sí
mismo que iba a esperar para empezar a golpear ese culo. Matt se mordió
labio. No podía ser culpado por un pequeño golpecito, ¿no?
¡Bofetada!
Oh, Dios.
Joder.
84
—Síííííí —Suspiró Matt, jodiendo el culo de Calvin cuando su propia
liberación lo desgarró.
Matt cerró los ojos. Había conseguido lo que quería al fin. Es curioso
cómo no sabía que esto era lo que quería antes de que conociera a Calvin.
Pero ahora lo hacía. Quería a Calvin. Y sólo su corazón lo haría.
FIN
85
Sobre el Autor
Shawn Lane cree que el amor y la pasión no conocen fronteras.
Shawn escribe ambas historias de amor erótico envolviendo a los hombres
en ambientes históricos o contemporáneos y romances inter-raciales entre
hombres y mujeres. Shawn está siempre a la búsqueda de nuevas historias y
nuevos personajes para crear, haciendo su vida en California.
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Coordinación del proyecto
Ramón Cinty
Traducción
Paqui
Corrección
Dalia
Edición, Diseño y formato
Visionepica
Limpieza de Portada
Clau
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