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Complicaciones de la menstruación:

Dismenorrea y Síndrome de Tensión


Premenstrual

Dismenorrea
Se refiere a al dolor menstrual cuyo dolor impida la actividad normal y requiera de medicamentos de
venta libre o bajo prescripción.

Es más frecuente posterior a la adolescencia. La historia clínica es fundamental para su adecuado


diagnóstico. Se presenta en el primer día de la menstruación, por lo general cerca del momento en que
inicia el flujo. Pueden ocurrir náuseas y vómito, diarrea y cefalea.

Existen tres tipos de dismenorrea:

1. Primaria: sin causa orgánica


2. Secundaria: por causa patológica. Puede ser manifestación de endometriosis, adenomiosis,
enfermedad pélvica inflamatoria, estenosis cervical, fibromas y pólipos endometriales.
3. Membranosa: el molde de la cavidad endometrial que se expulsa como entidad íntegra. Es rara;
causa intenso dolor espasmódico debido al paso de un molde del endometrio a través del cuello
uterino no dilatado.

El dolor menstrual se asocia a los ciclos ovulatorios; en el caso de la dismenorrea primaria, existe un
aumento en la secreción de prostaglandinas y posiblemente eicosanoides que inducen contracciones
uterinas anormales. Las contracciones reducen el flujo de sangre en el útero lo que provoca hipoxia
uterina. También están implicados factores psicológicos incluyendo actitudes sobre el periodo menstrual
y la ansiedad.

Es importante en ocasiones el uso de ultrasonido o laparoscopia para descartar las anormalidades


pélvicas como la endometriosis, enfermedad pélvica inflamatoria o un accidente en un quiste ovárico. El
diagnostico incorrecto más común en la dismenorrea primaria es el de dismenorrea secundaria por
endometriosis. Con esta última, el dolor inicia 1-2 semanas antes de la menstruación y alcanza un
máximo 1-2 días antes. Desaparece cuando comienza el flujo o poco después. El dolor intenso durante el
coito o los datos de sensibilidad de los anejos o masa o nódulos en fondo de saco, en particular en el
intervalo premenstrual, ayudan a confirmar el diagnóstico. Algo similar ocurre con la adenomiosis, en
este caso se presenta en un grupo etario mayor.

Por lo general responde bien al tratamiento con AINES. Si el dolor es más intenso puede ser tratada con
inhibidores de la COX-2. La administración cíclica de anticonceptivos orales en dosis más bajas o en
ocasiones con mayor cantidad de estrógeno, previene el dolor en la mayoría de las pacientes que no
obtienen un alivio con las antiprostaglandinas o que no pueden tolerarlas.

Síndrome de Tensión Premenstrual (Síndrome Premenstrual)

El síndrome premenstrual (PMS) es un trastorno psiconeuroendocrino, es decir, involucra aspectos


biológicos, psicológicos y sociales. Se puede definir como “la ocurrencia cíclica de síntomas que tienen la
intensidad suficiente como para interferir con algunos aspectos de la vida y que aparecen con una
relación consistente y predecible junto con la menstruación”.

Hasta 75% de las mujeres sufre algunos síntomas recurrentes de PMS: de 20 a 40% tienen cierto grado
de incapacitación mental o física y 5% experimentan angustia grave. La mayor frecuencia ocurre en
mujeres entre 25 y 35 años.

Los síntomas de pueden incluir cefalea, sensibilidad en las mamas, dolor pélvico ,irritabilidad, disforia y
labilidad emocional. Cuando estos síntomas alteran el funcionamiento diario, se agrupan bajo el nombre
de trastorno disfórico premenstrual. Otros síntomas que se incluyen comúnmente dentro del PMS son
incomodidad abdominal, torpeza, falta de energía, cambios de sueño y variaciones en el estado de
ánimo. En total, más de 150 síntomas se han relacionado con el PMS, por lo que éstos no se han
definido con claridad.

Aunque se desconoce la etiología se le atribuye a la serotonina la patogenia del PMS. Se ha mostrado


que tanto el estrógeno como la progesterona influyen en la actividad de la serotonina y del ácido
gamma-aminobutírico (GABA) al nivel central.

Para su diagnóstico síntomas durante el mes, según los criterios del American

College of Obstetricians and Gynecologists, se puede diagnosticar PMS cuando haya al menos un
síntoma asociado con el estado de ánimo (depresión, arranques de enojo, irritabilidad, ansiedad,
confusión o retraimiento social) y síntomas somáticos (sensibilidad en las mamas, inflamación
abdominal, cefalea o inflamación de las extremidades) durante los cinco días previos a la menstruación
en cada uno de los tres ciclos menstruales anteriores. Estos síntomas deben remitir en el curso de
cuatro días después del inicio de la menstruación, sin recurrir hasta, cuando menos, el día 13 del ciclo, y
deben reproducirse en dos ciclos siguientes. La restricción de ellos a la fase lútea del ciclo menstrual es
patognomónica del PMS.

El tratamiento depende de la intensidad e incluye cambios en la dieta (por ejemplo limitar la cafeína, el
alcohol, tabaco y chocolate, e ingerir comidas pequeñas y frecuentes altas en carbohidratos complejos).
La disminución de la ingesta de sodio puede aliviar el edema f. En casos graves se puede recurrir a
terapia farmacológica en la cual podrían administrarse inhibidores de la recaptación de serotonina o
intervenciones hormonales. Se sugiere el uso de anticonceptivos orales específicos y del parche
transdérmico de estradiol debido a que suprimen la ovulación.

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