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LA APLICACIÓN DEL DELITO DE FALSEDAD GENÉRICA EN EL CASO

DE LAS LLAMADAS MALINTENCIONADAS A LAS CENTRALES DE


EMERGENCIA, EN EL CONTEXTO DEL "COVID - 19"

SUMARIO:1.- DESCRIPCIÓN FÁCTICA (DIVERSAS INCRIMINACIONES).


2.- DOBLE SANCIÓN: PENAL Y ADMINISTRATIVA - NON BIS IN IDEM
EN LAS LLAMADAS MALINTENCIONADAS. 3.-FUNDAMENTO POLÍTICO
CRIMINAL DE LA TIPIFICACIÓN DEL DELITO DE FALSEDAD
GENÉRICA. 4.- BIEN JURÍDICO. 5.-TIPICIDAD OBJETIVA. 6.- TOMA
POSTURA EN LA TIPIFICACIÓN POR DELITO DE FALSEDAD
GENÉRICA DE LAS LLAMADAS MALINTENCIONADAS A LAS
CENTRALES DE EMERGENCIA

Por: Alonso R. Peña Cabrera Freyre1

1.- DESCRIPCIÓN FÁCTICA (DIVERSAS INCRIMINACIONES)

£ Un hecho que se ha ido dando en varias oportunidades en la actualidad


(de forma reiterada), por personas realmente inescrupulosas y carente de
todo valor cívico-ciudadano, es la realización de comunicaciones
malintencionadas a las centrales de emergencias, urgencias e información,
administradas por entidades del Estado, reportando un supuesto caso de

1 . Profesor de la Maestría en Ciencias Penales de la UNMSM, Docente de la AMAG, Ex


Fiscal Superior - Jefe de la Unidad de Cooperación Judicial Internacional de la Fiscalía de
la Nación, Magíster en Ciencias Penales por la UNMSM, Título en Post-grado en Derecho
procesal penal por la Universidad Castilla La Mancha (Toledo-España), ex –Asesor del
Despacho de la Fiscalía de la Nación. Autor de obras de Derecho penal y Derecho
procesal penal (Derecho Penal. Parte General. Teoría General del Delito, de la pena y sus
consecuencias jurídicas; Derecho Penal. Parte Especial. 7 Tomos; Exégesis al nuevo
Código Procesal Penal. 2 Tomos); Derecho Penal Económico; Delitos contra el Patrimonio;
Delitos contra el Honor y su conflicto con el Derecho a la Información.
infección del "COVID 19" de una determinada persona o al central de
emergencias de la PNP, dando cuenta de personas que estarían fuera de
casa en pleno toque de queda. Siendo, que el Decreto Legislativo Nº 1277
("Sanciona la realización de comunicaciones malintencionadas a las
Centrales de Emergencias, Urgencias o Información"), definiendo
la comunicación malintencionada, como aquella que reporte de una
emergencia o urgencia inexistente efectuada desde cualquier servicio telefónico u
otro sistema de comunicación hacia las centrales de emergencias administradas
por entidades del Estado.

Situaciones como las descritas, dan cuenta de un evidente grado de


desvalor antijurídico, en la medida que todos sabemos que estamos en un
«Estado de Emergencia», a fin de evitar la propagación y contagio de esta
grave enfermedad, entonces, si es que tenemos pocos recursos logísticos y
humanos, los canales de comunicación de emergencia y urgencia, deben
focalizarse y concentrar su labor comunicativa, en aquellos hechos reales,
donde estemos ante verdaderas urgencias. La recepción de llamadas,
donde se cuenta de situaciones inexistentes (irreales), lo que hace es
distraer el tiempo, perdiéndolo así, lo que en ciertos casos, puede significar
dejar de atender a aquella persona que realmente necesita de un auxilio
médico; de manera, que estamos ante actos sumamente reprobables, que
será objeto de análisis desde la tipificación legal de la figura de Falsedad
Genérica, en cuanto a sus elementos constitutivos de configuración legal,
en contraste con la descripción fáctica en mención.

£ Así, también pueden darse casos, en que los ciudadanos que son
intervenidos en el Estado de Emergencia, por parte de los efectivos
militares y policiales, procedan a identificarse con identidades que le
corresponden a otras personas o quien estando conduciendo un vehículo
automotor, bajo aparente estado de ebriedad, hace que otra persona sea
sometida al test de alcoholemia; así como dar cuenta a la autoridad
policial o fiscal de que hechos que no han sucedido, en el caso de que
presente una denuncia por la presunta comisión de un hecho punible
contra una determinada persona, -a sabiendas que no la cometió o
sabedor que fue cometido por otro-, ha de estar incurso en el delito de
Denuncia calumniosa (Art. 402° del CP) y si lo que hace el agente es dar
cuenta de hechos falsos ("inveraces"), en un procedimiento administrativo
(sometida la solicitud a evaluación probatoria documental por parte de la
autoridad competente), se dará el delito de Falsa declaración en
procedimiento administrativo (Art. 411° del CP); con ello, queremos
destacar -en el presente análisis-, que el delito de Falsedad Genérica (Art.
438° - in fine) es de aplicación residual, es decir, «subsidiario», cuando el
resto de tipificaciones penales (contra la Administración de Justicia y la Fe
Pública)2, no pueden recoger de manera suficiente (según sus elementos
objetivos y subjetivos) la descripción fáctica que sostiene la incriminación.

2.- DOBLE SANCIÓN: PENAL Y ADMINISTRATIVA - NON BIS IN IDEM


EN LAS LLAMADAS MALINTENCIONADAS

£ De plano diremos, que acá no se produce afectación alguna al principio


del non bis in idem, si es que apuntalamos a doble sanción (penal y
administrativa), pues la descripción típica es de distinta naturaleza con la
contenida en el artículo 438° del CP3, y de hecho, estamos ante un bien
jurídico de distinto alcance; el administrativo, el correcto y empleo de las
llamadas telefónicas a las centrales de emergencia, y, el ámbito penal, el
derecho a la "verdad" que debe primar en las relaciones personales y en el
tráfico jurídico. Mediando la vigencia del principio del ne bis in idem, se
evita que un mismo hecho, que está siendo objeto de investigación y/o
persecución ante el representante del Ministerio Público, lo sea en forma

2
. Vide, Peña Cabrera Freyre, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T. VI, Tercera edición,
IDEMSA, Lima, 2018.
3
. Según la descripción típica en particular, el substrato fáctico acogido en los alcances
normativos de la figura delictiva y/o del Derecho administrativo sancionador.
simultánea, afectando con ello la seguridad jurídica que debe primar en el
sistema de justicia y por otro lado, la arbitrariedad que ello significa para
los justiciables, colocándolo en un estado de incertidumbre, y de una
probable arbitrariedad funcional, que precisamente se pretende impedir,
mediando la invocación de este principio fundamental del Derecho penal y
procesal penal.

El Tribunal Constitucional peruano, en la sentencia recaída en el Exp. Nº


2050-2002-AA/TC, preciso que: “El contenido esencial constitucionalmente
protegido del ne bis in ídem debe identificarse en función de sus dos dimensiones
(formal y material). (…) En su vertiente procesal, tal principio significa que «nadie
pueda ser juzgado dos veces por los mismos hechos», es decir, que un mismo hecho
no pueda ser objeto de dos procesos distintos o, si se quiere, que se inicien dos
procesos con el mismo objeto. Con ello se impide, por un lado, la dualidad de
procedimientos (por ejemplo, uno de orden administrativo y otro de orden
penal) y, por otro, el inicio de un nuevo proceso en cada uno de esos órdenes
jurídicos (dos procesos administrativos o dos procesos penales con el
mismo objeto, por ejemplo). Desde esta vertiente, dicho principio presupone la
interdicción de un doble proceso penal por la misma conducta. Lo que pretende es
proteger a cualquier imputado del riesgo de una nueva persecución penal, con
abstracción del grado alcanzado por el procedimiento, simultánea o sucesiva por la
misma realidad histórica atribuida. Lo inadmisible es, pues, tanto la repetición del
proceso como una doble condena o el riesgo de afrontarla, lo cual se yergue como
límite material frente a los mayores poderes de persecución que tiene el Estado,
que al ejercer su ius puniendi debe tener una sola oportunidad de persecución ”.

£ Desde el plano del Derecho Administrativo sancionador, vemos que el


Decreto Legislativo Nº 1277 (tiene por objeto regular el marco jurídico
aplicable a las comunicaciones malintencionadas que se realicen a las
centrales de emergencias, urgencias e información, administradas por
entidades del Estado), sostiene que toda persona natural o jurídica que
efectúa o permita la conducta infractora descrita será sancionada de dos
formas: 1) amonestación escrita, o 2) multa de hasta el 50% del valor de
una Unidad Impositiva Tributaria, y como el valor actual de UIT es de S/
4350, la multa total sería de S/ 2025. Según reportes oficiales actuales, sí
se está aplicando es la comprendida en el artículo 13° del Decreto de
Urgencia N° 026-2020, que habilita al Ministerio de Transportes y
Comunicaciones (MTC) a: “disponer la suspensión temporal del tráfico saliente
del servicio de telecomunicaciones de las líneas de abonados desde la cual se
realizan comunicaciones malintencionadas a las Centrales de urgencias ”, la cual
se realizará por un periodo de 30 días. Hasta la fecha, el MTC informó que
se han suspendido 78 líneas telefónicas, muestra de que, con el esfuerzo
adecuado, no es totalmente factible sancionar tales conductas
impertinentes a fin de evitar la obstaculización del trabajo que vienen
realizando estos centros de emergencia.

3.-FUNDAMENTO POLÍTICO CRIMINAL DE LA TIPIFICACIÓN DEL


DELITO DE FALSEDAD GENÉRICA

£ La aplicación del artículo 438º del CP, supone también descartar la


adecuación del supuesto de hecho bajo los alcances normativos de un tipo
penal, que de forma específica tienda a recoger con toda perfección la
descripción del relato fáctico; sobre todo, cuando la simulación y/o
alteración de las cosas, haya de ir impulsado, con la finalidad de obtener
un provecho patrimonial ilícito, incidiendo en un comportamiento a todas
luces fraudulento, que tiene al engaño como el medio que se sirve el agente
para logra su propósito ilícito. Entonces, hemos de calificar a esta figura
delictiva, como un tipo penal «residual y/o subsidiario», en el sentido de
que su aplicación está condicionada, a que el resto de delitos de falsedad –
glosados en los Capítulos I y II del Título XIX del CP-, no resulte ajustable
a los contornos normativos de dichos hechos punibles; en otras palabras
dicho: cuando la falsedad –que presuntamente ataca la fe pública-, no tiene
como objeto receptor a un documento (público o privado) o algún signo
representativo del Estado (sello, timbres, estampilla de correo, marcas y
contraseñas).

En la doctrina nacional, se anota que la falsedad genérica es un tipo


residual ello tiene como principal consecuencia que no solo sería posible
cometer este delito a través de un documento sino también indica la
disposición analizada, puede realizarse mediante “palabras y hechos” y en
general, mediante cualquier medio siempre que suponga una alteración de
la verdad y se cauce con ello perjuicio4. En palabras de REÁTEGUI SÁNCHEZ,
la redacción del art. 438, muestra la preocupación del legislador por
sancionar determinadas conductas, que, conteniendo ciertos tópicos de
falsedad, no encuadran dentro de los tipos generales ya descritos 5. En la
jurisprudencia se ha seguido esta consideración, tal como se desprende de
la ejecutoria contenida en el Exp. Nº 4191-96-Huaura, al señalarse lo
siguiente: “El delito de falsedad genérica se configura como tipo residual, en la
medida en que sólo hallará aplicación para los supuestos que no tengan cabida en
los otros tipos penales que protegen la fe pública, pudiéndose cometer este delito
tanto a través de un documento como también mediante palabras, hechos y en
general mediante cualquier medio, siempre que suponga una alteración a la verdad
y se cause con ello un perjuicio”6.

4.- BIEN JURÍDICO

£ En lo que respecta al bien jurídico tutelado, no se puede decir que es la


funcionalidad del documento en el tráfico jurídico (perpetuidad, garantía y
eficacia probatoria), pues dichas funciones sólo pueden identificarse en los

4 BRAMONT-ARIAS TORRES, L.A./ GARCÍA CANTIZANO, M.; Manual de Derecho Penal. Parte
Especial, cit., p. 684; Así, REÁTEGUI SÁNCHEZ, J.; Delitos contra la Fe Pública, cit., p. 684;
PAREDES INFANZÓN, J.; Delitos contra la Fe Pública, cit., ps. 208-209.
5 REÁTEGUI SÁNCHEZ, J.; Delitos contra la Fe Pública, cit., p. 684.
6 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal, cit., p. 798.
soportes documentales y, no en las manifestaciones que profiere una
persona, recogido ello en los delitos de falsedad material e ideológica (Arts.
427° y 428° del CP). En realidad, estamos ante una figura delictiva, que
vendría a proteger punitivamente el principio de «veracidad»; sin duda,
supone el encumbramiento de una categoría epistemológica, que
difícilmente encuentra justificación material en el complexo de un Derecho
penal democrático.

El bien jurídico protegido es la fe pública, es decir, la protección recae en


el derecho a la verdad, a diferencia del delito de Falsificación de
Documentos o Falsedad Ideológica, en donde el bien jurídico protegido es
la funcionalidad del documento en el tráfico jurídico 7. En la doctrina
española, comentando el artículo 401º del CP español, se sostiene que la
seguridad del tráfico jurídico y, en definitiva la fe pública son el bien
jurídico protegido (…)8; (…) lo que se ampara es la fe pública por medio de
los cauces de su tutela, la de los medios legales y materiales de
identificación de la persona a través de los cuales se fundamenta la
creencia y relación en este sentido entre las personas que integran una
comunidad social9. Tal como lo hemos planteado –desde un plano de
política criminal-, el delito de «Falsedad Genérica», asume una función
complementaria, en orden a prevenir toda clase de conducta que importe
una falsedad, a su vez no recaiga sobre un soporte documental y/o sobre
un signo representativo del Estado (sello, timbres, estampillas de correo,
marcas y contraseñas) y, finalmente, que tenga como bien jurídico protegido
a la fe pública, entendida como la confiabilidad en su rayana veracidad, que

7 REÁTEGUI SÁNCHEZ, J.; Delitos contra la Fe Pública. En: Derecho Penal. Parte Especial,
cit., p. 685.
8 BOIX REIG, J. y otro; Comentarios al Código Penal, Vol. IV, cit., p. 1764; Vide, al
respecto, QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal,
T. III, cit., ps. 1536-1537.
9 MORILLAS CUEVA, L.; Falsedades (III). Falsedades Personales, cit., p. 253.
deben inspirar las declaraciones que prestan los ciudadanos ante los
diversos ámbitos de la vida social.

5.-TIPICIDAD OBJETIVA

£ La materialidad delictiva de esta figura delictiva, se manifiesta a través


de una serie de actos que realiza el agente en el tráfico jurídico, a partir de
los cuales trastoca la verdad de las cosas, en perjuicio de alguien;
simulando o alterando la veracidad de las cosas, por medio de hechos,
palabras o usurpando nombre, calidad o empleo que no le corresponde, o
haciéndose pasar por una persona fallecida, para lo cual debe hacer uso
de medios idóneos para lograr tales propósitos. Su aplicación toma lugar
de forma residual o dígase subsidiaria, pues si la alteración de la verdad se
plasma en soportes documentales (públicos o privados), son de aplicación
los delitos de Falsedad documental.

Lo que nos interesa en el presente estudio, es la modalidad de


"simulación", para así ver si la encajamos en la descripción fáctica
(realización de comunicaciones malintencionadas a las centrales de
emergencias, urgencias e información, administradas por entidades del
Estado, reportando hechos falsos). «Simular» significa dar una descripción
fáctica, abiertamente contraria de la realidad, esto es, el agente hace ver
una relato fáctico inexistente; por ejemplo, de ser perjudicado de una
determinada acción atribuible a otro sujeto, cuando ello no era posible,
puesto que al momento de la emisión de los ruidos sonoros, no se
encontraba en su vivienda o, de haber sido víctima de un delito
patrimonial, cuando se aprecia de forma manifiesta, que aquella no
contaba en su poder con patrimonio alguno.

La problemática estriba en lo siguiente: al momento de que el autor


pretenda materializar la simulación ha de emplear ciertos soportes
materiales; v. gr., si quiere hacerse pasar como perjudicado de una acción
lesiva y, así interponer una demanda de daños y perjuicios, sosteniendo
un relato fáctico que nunca se produjo, hará uso de la tutela
jurisdiccional, por lo tanto, la conducta se ajustaría con mayor rigor a los
alcances normativos del artículo 416º del CP – Inducción a error a
funcionario público.

6.- TOMA POSTURA EN LA TIPIFICACIÓN POR DELITO DE FALSEDAD


GENÉRICA DE LAS LLAMADAS MALINTENCIONADAS A LAS
CENTRALES DE EMERGENCIA

£ Entonces, que tenemos que hilvanar muy fino, a fin de dar repuesta al
supuesto fáctico -in examen-. Nos preguntamos entonces lo primero; ¿En
estas llamadas "mal intencionadas" de dar cuenta a las centrales de
emergencia de hechos "irreales" se ajusta al acto de simulación que da
lugar a la modalidad típica de Falsedad genérica? En principio sí, siempre
que vengan revestidos de cierta objetividad, en cuanto a la creencia de la
operadora que contesta la llamada, de que se está dando la situación de
alarma (enfermo de COVID 19) que reporta el agente; ello en la medida
también, que al darse realmente estas situaciones en este Estado de
Emergencia (son ya casi 5000 las personas diagnosticadas con este virus
en todo el Perú), quien recibe estas llamadas presume por tanto su
veracidad. Eso sí, debe descartarse de plano aquellas llamadas que, dada
la voz fingida de alarma, las risas circundantes a su alrededor o la falta
misma de datos que puedan avalar la situación de Emergencia, al estar
desprovistas de la posibilidad de incidir en una respuesta positiva por
parte de las centrales que prestan dicho servicio a la población. Así, falta
de idoneidad y/o aptitud para poner en riesgo el bien jurídico penalmente
tutelado-, así provocar el estado de desvalor que exige el tipo legal para la
consumación del acto prohibido (generar perjuicio al derecho de un
tercero).

A tal efecto, si es que seguimos la línea secuencial, contemplada en los


alcances normativos del artículo 438° del CP, en cuanto a simular una
realidad que no se da en la verdad de los hechos, de modo dolosa
(conciencia y voluntad de realización típica), en este caso por palabras
(dando cuenta a las Centrales de Emergencia mediante una llamada
telefónica de un suceso que no ha ocurrido: - un posible enfermo del
"COVID - 19" o que se está ante un acto luctuoso o transgresor de la
cuarenta - inmovilización social obligatoria); donde el «perjuicio de
terceros», sería en el presente caso, que otras personas (ciudadanos), que
intentan comunicarse con dichas Centrales de Emergencia y que en
realidad tienen un hecho cierto y grave que comunicar a las autoridades,
no lo pueden hacer, pues estas líneas están ocupadas, atendiendo estas
llamadas "malintencionadas". Asimismo, el perjuicio, podemos también
llevarlo al servicio mismo de estas Centrales de Emergencia, al estar
concentrando sus esfuerzos y energías (logísticos y humanos), recibiendo
llamadas que no merecen ser atendidas, en un Estado de Emergencia,
donde la cantidad de infectados y fallecidos por este virus aumenta de
forma exponencial día a día, de manera que estas Centrales de Emergencia
(medicas, sanitarias y policiales), deben de ocuparse única y estrictamente
de atender llamadas reales y veraces de emergencia "médica" y otras
situaciones (línea integral de seguridad y emergencias, central de
emergencias PNP, para denuncias de personas que no respetan el
aislamiento, policía de carreteras, Defensa Civil Bomberos y Central Única
de Denuncias del Mininter).

Estando a lo anterior, nuestra postura es que sí resulta factible, subsumir


los llamadas malintencionadas a las Centrales de Emergencia dando
cuenta de hechos "irreales", al tipo penal de Falsedad genérica (art. 438°
del CP), siempre y cuando estas cuenten con cierta idoneidad y/o aptitud,
para generar la atención positiva de estas centrales, y claro está, el
perjuicio será de la propia ciudadanía, que de hecho se da en este contexto
del Estado de Emergencia ("COVID - 19"), aquella que necesita ser
atendida de inmediato, porque puede haber un enfermo de este virus como
situaciones reales de transgresores a la inmovilización social "obligatoria".
Asimismo, el propio servicio de las "Centrales de Emergencia", que verá
distraído su labor en hecho que no le merecen, dejando de atender
aquellas llamadas que sí necesitan de su total atención.

A lo dicho, debe verificarse el dolo (tipo subjetivo del delito), esto significa la
conciencia y voluntad de realización típica, en cuanto aquel agente que
sabe perfectamente que no se está ante una situación real de
"emergencia"; cuestión distinta a saber, es quien piensa erróneamente que
su pariente está infectado con el "COVID -19", ante la tos permanente que
padece y así llama a una línea de emergencia, y resulta que es otra
enfermedad, ello no puede ser objeto de punición, pues no calza dentro del
concepto de llamada "malintencionada".

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