Está en la página 1de 38

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN

FACULTAD DE DERECHO

CURSO: PROCESAL PENAL 2


DOCENTE: DR. JOAQUIN MATEO TICONA
RONDAN
INTEGRANTES:

 ALLASI PACCA, NALDY GRISEYDA


 MUÑANTE QUISOE, SALOMON
 RAMOS LAZO,GABRIELA
 SAMATELO YAPA, CLAUDIA
 SANCHEZ PORTILLO, MARILYN
 TACO CONZA, KELY

AREQUIPA- PERÚ 2017


PROCESOS POR EJERCICIO PRIVADA DE LA ACCIÓN

El Estado reacciona frente a todo hecho con apariencia delictiva, para tal efecto ha creado
órganos encargados de la persecución del delito, quiénes provocaran la actividad jurisdiccional
a través del ejercicio de sus funciones. Este monopolio acusatorio del Estado se justifica en la
necesidad que tiene de tutelar los intereses de la colectividad que se ven afectados con la
realización de actos delictivos.

El ejercicio de la acción penal, por general, es público; no obstante, en casos excepcionales la


ley reconoce y tutela intereses individuales ante hechos delictivos que sólo perturban la paz
jurídica general medianamente y condicionan la satisfacción del interés punitivo del Estado a la
voluntad de particular ofendido de reclamar o no la tutela penal, esto es, de ejercicio o no la
acción penal (ejercicio privado de la acción).

Esta distinción entre el ejercicio Público de la acción y el ejercicio privado obedece a razones de
oportunidad y conveniencia o intereses sociales, por lo mismo es variable. En efecto los
criterios a los que se recurren para determinar qué delitos requieren de ejercicio privado de la
acción penal están relacionados con la escasa incidencia que la comisión de esos delitos tiene el
mantenimiento de la paz social, y de otro lado, con el grave daño que la persecución penal
pública podría ocasionar a los particulares.

El ejercicio privado de la acción penal se da en aquellos delitos en los que existe un predominio
de interés privado del afectado, frente al interés Público de la sociedad, lo que se debe a la
naturaleza eminentemente particular de los bienes jurídicos protegidos en este tipo de delitos.

En nuestro ordenamiento penal ha establecido que los delitos perseguibles por el ejercicio
privado de la acción penal son las siguientes:

El delito de Lesiones Culposas Leves contemplado en los artículos 124 primer parrafi.

Delito contra el Honor, contemplado en los artículos 130 al 132 del CP.

Delito de la Violación a la Intimidad, contemplado en los artículos 154 al 157 del CP.

CARACTERÍSTICAS DE LA ACCIÓN PENAL PRIVADA

Voluntaria.-En el acto de promover la acción penal privada prima la voluntad del titular.
Renunciable.-La acción penal privada es renunciable.
Relativa.-La acción penal privada es relativa, por cuanto la administración de todo el proceso
penal y, sobre todo, la capacidad de ejercitar el ius puniendi está en manos del Estado, el
particular tiene por tanto sólo facultades que se enmarcan dentro del control penal estatal.
Principio dispositivo.- Solo es perseguible mediante la acusación.

CARACTERISTICAS EN EL NUEVO CODIGO PROCESAL PENAL:

1.- Llamada también querella


2.- No interviene el Ministerio Público porque la acción no es pública sino privada.
3.- El ejercicio de la acción privada la debe incentivar la parte ofendida o su presentante ante el
juez penal unipersonal.
4.- El juez rechazará la querella si resulta que el hecho no constituye delito de acción privada, la
acción ya ha prescrito o es un delito de acción pública.

5.- Si la querella cumple con todos los requisitos, se expedirá resolución de admisión (auto
admisorio de la instancia).
6.- Es posible medidas de coerción contra el querellado, pero solamente la de comparecencia
con o sin restricción (en consideración de peligro de fuga, entorpecimiento de actividad
probatoria, etc.). La contumacia del querellado que no concurre al juicio oral o se ausenta del
mismo (pese a existir notificacion debida) es factible.
7.- La sentencia del juez unipersonal puede ser apelada y será revisada por la Sala Superior,
contra lo resuelto por la Sala Superior no cabe impugnación.
REQUISITOS QUE SE DEBEN CUMPLIR PARA INTERPONER LA QUERELLA.

En primer lugar se exige que quién presente la querella tenga legitimidad o capacidad procesal
para hacerlo. Esto significa que sólo puede ser querellante aquella persona autorizada por la ley
para perseguir penalmente esta clase de procedimiento.

Conforme ya lo hemos indicado, de manera general se establece que sólo el ofendido por el
delito puede ejercitar la acción penal. Aunque, si éste no reúne las condiciones necesarias para
ejercitar la por sí mismo se permite que su representante legal sea quien interponga la querella Y
quién comparezca en el proceso. Excepcionalmente, en el segundo párrafo del artículo 138 del
código penal, que dispone que también el cónyuge, los ascendientes, descendientes o hermanos
de la persona ofendida pueden ejercitar la acción penal, cuando se ofende la memoria de una
persona muerta, presuntamente muerta o declarada judicialmente ausente o desaparecida.

En palabras de Almagro Nosete, “ la querella, como acto de ejercicio del derecho a la


jurisdicción penal, tiene naturaleza privada y carácter exclusivo necesario, que la erige,
inautentico presupuesto procesal de perseguibilidad. Los funcionarios del ministerio fiscal
tienen que abstenerse de ejercitar la acción penal en estos casos (….)”

En cuanto a la capacidad de la persona jurídica para ser parte querellante en un proceso penal
por delitos contra el honor, no existe a un acuerdo ni en doctrina y jurisprudencia. Las opiniones
se encuentran divididas entre quienes consideran que estos delitos abarcan las ofensas contra las
personas jurídicas, por lo que está se encontrarían legitimadas para accionar penalmente, y
aquellos otros que consideran que las prohibiciones contra el honor se dirigen a tutelar bienes
personalísimos como la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad y aquellos otros que
consideran que las prohibiciones contra el honor se dirigen a tutelar bienes personalísimos como
la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad de los seres humanos , por lo que sólo estos
últimos estarían legitimados para accionar.

Al respecto, el tribunal constitucional ha señalado Qué es posible “ reconocer a favor de una


persona jurídica derechos fundamentales como el de la buena reputación”, puesto que “ Aunque
la buena reputación se refiera, en principio, a los seres humanos, Este no es un derecho que ellos
con carácter exclusivo pueden titularizar(…) personas jurídicas de derecho privado también son
titulares del derecho a la buena reputación”1

En esta línea, la sala penal transitoria de la Corte Suprema sostiene, respecto a este punto, qué “
no existe inconveniente entender que las personas jurídicas pueden verse afectadas por el delito
de difamación, en tanto el derecho al honor no sólo corresponde a personas naturales sino

1
EXP. N°0905-2001-11-tc; caso caja rural de ahorro y crédito de san Martin.
también a los entes jurídicos, pues goza de prestigio, reputación y buen nombre que merecen la
protección del derecho penal frente a las expresiones difamatorias”2

Ahora bien, para cumplir con estos requisitos el ofendido debe llevar a cabo una investigación
previa por propia cuenta. Ello como señala Eser3, puede convertirse en una carga para él, puesto
que éste carece del poder coactivo que tiene el Ministerio Público para reunir el material de
prueba necesario. Por ello, excepcionalmente se permite al juez llevar a cabo una breve
investigación preliminar, a pedido del querellante, dentro de los 10 primeros días de recibida la
denuncia, con el único fin de conseguir los datos mínimos de individualización del imputado y
de incorporar al procedimiento documentos pertinentes que el querellante no haya podido
obtener previamente. Así lo dispone el segundo párrafo del artículo 77 CdPP.

Por otro lado, es importante indicar que el ofendido no requiere constituirse en actor civil en el
proceso para tener legitimidad sobre el ejercicio de la acción civil, puesto que él, como titular
del ejercicio de la acción penal y civil, es el principal interesado en el resultado del proceso. En
este sentido se ha pronunciado también la Corte Suprema, puntualmente en la ejecutoria
suprema del 14 de septiembre de 1993 ha manifestado: su decisión Del querellante de instaurar
la acción penal constituye una demostración de su interés por las resultas del proceso y Por ende
del ejercicio de un derecho…

En sentido contrario, el código procesal penal de 2004 si ha previsto de manera expresa Cuáles
son los requisitos que debe contener el escrito de querella, se encuentran descritos en el artículo
108.2 no los previstos en el artículo 109, como erróneamente se indica en el artículo 459.2 del
mismo cuerpo legal. Así tenemos los siguientes: a) la identificación del querellante y, en su
caso, de su representante, con indicación de ambos casos de su domicilio real y procesal, y de
los documentos de identidad o de registro; b) el relato se en constancia do del hecho punible y
exposición de las razones fácticas y jurídicas que justifican su pretensión, con indicación de las
razones fácticas y jurídicas que justifican su pretensión, con indicación expresa de la persona o
personas contra la que se dirige; c) La precisión de la pretensión penal y civil que deduce, con la
justificación correspondiente; y d) El ofrecimiento de los medios de prueba correspondientes» .
El incumplimiento de alguno de estos requisitos traerá como consecuencia que la querella sea
declarada inadmisible.

Asimismo, se dispone expresamente, en el artículo 461.1 del C PP de 2004, que el querellante


puede solicitar al juez se lleve a cabo una investigación preliminar para identificar plenamente a
la persona contra quién se dirige la querella o para reunir los elementos de prueba necesarios.

2
Sala penal transitoria de la corte suprema, R.N. n° 1695-2012, lima
3
ESER, temas de derecho penal y procesal penal, p284
2.3 Facultades del querellante

El Código Procesal Penal de 2004 establece claramente Cuáles son las facultades—entendidas
como potestad o capacidad para realizar actos jurídicos—del querellante particular, entre las
cuales se encuentran las siguientes: la Facultad de participar en todas las diligencias del proceso;
ofrecer prueba de cargo sobre la culpabilidad y reparación civil; interponer los medios
impugnatorios que este cuerpo normativo establece tanto respecto del objeto penal como civil;
y, naturalmente, también los medios de defensa, así como los requerimientos de salvaguarda de
su derecho (art. 19.1)

El querellante puede participar en el procedimiento por sí mismo o Designar un apoderado que


intervenga en su nombre(art. 109.2). Ello en modo alguno lo exime de declarar en el proceso.

Se puede advertir que las facultades que tiene el querellante son casi idénticas a las que tienen
las partes procesales en el proceso común, tanto más si se establece que en el juicio el
querellante «tendrá las facultades y obligaciones del Ministerio Público, sin perjuicio de poder
ser interrogado» (art. 462.3), lo que no debe extrañarnos, pues el querellante, al igual que
cualquier otra parte procesal, tiene una pretensión que debe resguardar, y sólo lo puede hacer A
través de las facultades que legalmente le son reconocidas.

Ahora bien, el Código de Procedimientos Penales no prescribe de manera expresa sobre Cuáles
deben ser las facultades del querellante, lo cual no significa que no las tenga, sólo que en este
caso no existe una regulación sistemática sobre el procedimiento de la querella. Entendemos, En
todo caso, que no existe impedimento alguno para sostener que las mismas facultades que están
reguladas en e CPP de 2004, también pueden exigirse en los procesos seguidos bajo el Código
de 1939, teniendo en cuenta las particularidades de cada cuerpo normativo, naturalmente.

2 .4. Desarrollo del procedimiento por querella

a. Presentación de la querella

Conforme al Código de Procedimientos Penales, con la presentación de la querella, siempre hay


que la misma cumpla con los requisitos exigidos, se inicia el procedimiento penal (art. 75).

En igual sentido, de acuerdo al código procesal penal de 2004, el proceso penal se inicia con la
formulación de la querella por parte del directamente ofendido o por su representante legal ante
el juzgado penal unipersonal (art. 459.1).

La querella, en ambos cuerpos legales, por su propia naturaleza, debe ser representada por él
directamente ofendido o, en su caso, por su cantante legal. Queda descartada, entonces, toda
intervención, así sea mínima, del Ministerio Público.

b. Intervención preliminar
Es preciso aclarar que, conforme al Código de Procedimientos Penales, en algunos casos, para
calificar la denuncia, el juez puede, de oficio, pláticas diligencias previas dentro de los 10
primeros días de recibida la misma(art. 77).

Del mismo modo, el código procesal penal de 2004 permite que en determinados supuestos, los
establecidos en el artículo 461.1, se realiza una investigación preliminar la que se da únicamente
cuando el juez, previa solicitud, lo autorice. El órgano encargado de realizar la será la Policía
Nacional sólo respecto de los puntos que solicitó el querellante y en plazo fijo por el juez. El
Ministerio Público se le comunicará que se Está realizando la investigación preliminar, pero
sólo con fines informativos, pues, por la naturaleza privada del ejercicio de la acción, en modo
alguno podría intervenir la investigación.

Avena finalizado el plazo para realizar la investigación preliminar, la policía Elevar al juez un
informe policial, en el que se informará sobre los resultados de la misma. En caso de que no lo
haga en dicho plazo, caducara el derecho que tiene de ejercer la acción penal(art. 461.2).

Esta investigación preliminar debe realizarse en un plazo breve, pues sólo tiene como propósito
obtener datos precisos, y, además, encuentra su justificación en no original cargas en el
querellante que, por falta de recursos o de mecanismos idóneos, sean difíciles, por no decir
imposible, de cumplir. Es por ello que, desde nuestra perspectiva, se justifica, Pues a la
naturaleza privada del ejercicio de la acción, qué se le presté auxilio al querellante particular.

C. Calificación de querella

Una vez ha sido presentada la querella debe ser evaluada por un juez. Si este advierte que la
querella no reúne los requisitos de admisibilidad mínimos debe disponer aplicando
supletoriamente lo regulado en el artículo 426 del código procesal penal pues el CdPP no pero
escrito nada al respecto que el querellante subsane tales omisiones.

Además, el juez debe evaluar si los hechos denunciados se subsume en el tipo objetivo del
delito y de ser el caso si no ha prescrito de conformidad con lo dispuesto en el artículo 77 del
CdPP. Ello en razón de que no se puede forzar el jueves a admitir toda querella presentada
iniciar un procedimiento como advierte San Martín Castro… sin ninguna base razonable. Así lo
establece también la ejecutoria suprema del 8 de noviembre de 1999 en la que se estableció
que.. corresponde al juez advertir si la querella cumple con los presupuestos procesales y de
tipicidad derecho imputado Pues de no hacerlo se estaría admitiendo a trámite denuncia sin
ninguna base razonable…

Asimismo se atravesara escrito de querella el juez toma conocimiento de otros hechos delictivos
de persecución pública de ponerlos en conocimiento del ministerio público para que se ejercita
la acción penal. Ello en virtud de que el juez no está autorizado abrir instrucción de oficio en
esos casos pues sólo puede hacerlo por los hechos delictivos que se promueven por ejército
privado de la acción.

De igual manera si el juez advierte que en el hecho delictivo ha intervenido más una persona
pero la querella no ha sido formulada contra todos puede ordenar que se lleve a cabo una
investigación sumaria para identificar a las otras personas. Debido a que el procedimiento por
querella se extiende a todos los que hayan participado en el hecho delictivo como bien indica
Vélez Mariconde…, la voluntad del ofendido « puede impedir con su silencio, que se investigué
un hecho (…), pero no puedo evitar la persecución de todos los participes puesto que la acción
penal es indivisible

Por su parte el código procesal penal de 2004 prescribe que el juez debe realizar un control de
admisibilidad sobre la querella de modo que si no cumple con todos los requisitos puede
declarar la inadmisibilidad y ordenar que se usan en los defectos y en caso de que el querellante
no lo haga en el plazo otorgado se expedirá resolución de ando por no presentada la querella y
ordenando su archivo definitivo, lo que determinará que posteriormente no se puede renovar la
misma.

En caso de que la querella Si reúne todos los requisitos legalmente establecidos el juez tendrá
que expedir un auto admisorio de la instancia, el cual correrá traslado al querellado para que en
el plazo de 5 días hábiles conteste y ofrezca la prueba que corresponda. El auto estar
acompañado de la copia de la querella y sus recaudos.

D. Citación al querellado

El Código de Procedimientos Penales prescribe en su Artículo 303 el contenido de la cédula de


notificación del querellado a la audiencia.

Así el juez mediante cédula de notificación debe poner en conocimiento del querellado lo
siguiente: en primer lugar el contenido de la querella presentada, es decir, el delito que se le
imputa el nombre de la persona que fórmula las imputaciones en su contra de los Testigos
ofrecidos y el de los peritos nombrados; en segundo lugar la fecha y hora en la que se celebrará
la audiencia; En tercer lugar el derecho llevar hasta tres testigos a la audiencia que rectifiquen
los hechos imputados o demuestren la parcialidad de los Testigos ofrecidos por el querellante,
así como en caso de que haya pericia, de llevar un perito de parte que pueda discutir los
dictamenes de las pericias oficiales o los presentados por el querellante. Asimismo el juez debe
poner en conocimiento del querellado los apercibimientos correspondientes: el de ser detenido
en caso de que no concurren a la audiencia en la segunda citación como lo dispone el artículo 2
de la ley número 10794.
En cuanto a las formalidades de la notificación el artículo 305 del cdp dispone que las
notificación debe ser firmada por el querellado o por un testigo sólo si éste no sabe hacerlo. Si el
querellado se niega afirmar el notificador debe dejar constancia de su negativa. Además se
establece que en caso no se encuentra el querellado y su domicilio se deja pegada en la puerta de
la cédula de notificación durante 2 días debiendo corroborar previamente el notificador con los
familiares o vecinos el querellado vive en ese lugar.

El código procesal penal de 2004 por su parte Establece que el juez penal correrá traslado al
querellado del auto admisorio de la querella por el plazo de 5 días hábiles a fin de que el
ejercicio de su derecho de defensa Conste y ofrezca la prueba que corresponda. C compañera a
la indicada resolución copia de la querella y de sus recaudos.

e. Aplicación de medidas de corrección personal

Finalmente en cuanto a la posibilidad de aplicar medidas de coerción personal contra el


querellado el artículo 463 del cpp de 2004 prescribe que únicamente se puede dictar medida de
comparecencia simple o restrictiva según sea el caso. Naturalmente como no podía ser de otro
modo estas medidas de coerción sólo podrán ser aplicadas cuando existan fundamentos
razonables de peligro de fuga o de entorpecimiento de la actividad probatoria.

Consideramos que estas medidas están en consonancia con los principios de proporcionalidad y
razonabilidad pues no se justificaría que en delitos cuya pena no son elevadas y en los que no es
común que una persona sea condenada a cumplir pena efectiva se le imponga una medida de
coerción más gravosa como por ejemplo la prisión preventiva.

De otro lado se establece que cuando el querellado está debidamente notificado y pese a ello sin
que medie justificación alguna no concurre la audiencia o se ausenta durante el desarrollo se le
declarará reo contumaz y se ordenará su conducción compulsiva el proceso se reservará hasta
que sea habido. Ellos desde luego funciona así porque es necesario su presencia para que se
pueda continuar con el proceso.
EJERCICIO PRIVADO DE LA ACCIÓN PENAL - JURISPRUDENCIA VINCULANTE

CASACIÓN 63-2011-HUAURA

Cadena de Custodia y prueba documental en los delitos por ejercicio privado de la Acción
Penal. Debida motivación de la determinación e individualización de la pena y del monto
por reparación civil.

Recurso : Casación
Número : 63-2011
Procedencia : Huaura
Sala : Sala Penal Permanente de la Corte Suprema
Fecha : 24 de abril de 2012
Delito Difamación
Imputado : Jaime Cirilo Uribe Ochoa
Agraviada : Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya
Decisión : Infundado el recurso. Se establece como doctrina jurisprudencial que:
a) la cadena de custodia que establece el Código Procesal Penal y el
Reglamento no es aplicable a los procesos por delito de ejercicio
privado de la acción penal (querella); y, b) la sentencia penal debe
estar debidamente fundamentada no sólo en el extremo que acredita la
responsabilidad penal del agente, sino también respecto a los extremos
de la determinación e individualización de la pena a imponer y el
monto a fijar por concepto de reparación civil.

1. EXTRACTO RELEVANTE:

“QUINTO: (…) el procedimiento de Cadena de Custodia se encuentra regulado en el Código


Procesal Penal – Decreto Legislativo número novecientos cincuenta y siete, y el Reglamento
aprobado por Resolución Nº 729-2006-MP-FN de fecha quince de junio de dos mil seis, el cual
está destinado a unificar procedimientos básicos y responsabilidades del representante del
Ministerio Público y funcionarios a efectos de garantizar la autenticidad y conservación de los
elementos materiales y evidencias incorporadas en toda investigación de un hecho punible
(auxiliados por las Ciencias Forenses, la Criminalística, entre otras disciplinas y técnicas),
además de la seguridad y conservación de los bienes incautados; lo cual es evidente que sólo
es aplicable a un proceso por delito de ejercicio público de la acción penal (donde el
representante del Ministerio Público – Titular de la Acción Penal, interviene como director de
la investigación preliminar cuya finalidad inmediata es realizar los actos urgentes o
inaplazables destinados a asegurar los elementos materiales de la comisión de un hecho
delictuoso, entre otros, conforme al artículo trescientos treinta del Código Procesal Penal,
mientras que el Juez en un rol diferenciado está a cargo del juzgamiento y el control de
legalidad de lo actos de investigación del Ministerio Público), mas no resulta aplicable a un
proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal (querella)que tiene su propia
regulación especial en el Libro Quinto, Título III, Sección IV del Código Procesal Penal -
Decreto Legislativo número novecientos cincuenta y siete –artículos cuatrocientos cincuenta y
nueve al cuatrocientos sesenta y siete (donde no interviene el Ministerio Público y se acepta de
manera excepcional y en casos puntuales que el Juez Penal ordene a la Policía Nacional la
realización de una investigación preliminar quien a su vez emitirá un informe policial dando
cuenta de los resultados) (…).”
“SEXTO: (….) recurrente alega en su recurso de casación, que en los procesos penales por
delito de ejercicio privado de la acción penal, el querellante tiene las mismas facultades y
obligaciones del Ministerio Público respecto a la cadena de custodia conforme a lo previsto en
el inciso tres del artículo cuatrocientos sesenta y dos del Código Procesal Penal; al respecto
debe indicarse que dicha norma procesal penal establece lo siguiente: “instalada la audiencia
se instará a las partes en sesión privada a que concilien y logren un acuerdo. si no es posible
la conciliación, sin perjuicio de dejar constancia en el acta de las razones de su no aceptación,
continuará la audiencia en acto público siguiendo en lo pertinente las reglas del juicio oral. El
querellante particular tendrá las facultades y obligaciones del Ministerio Público, sin perjuicio
de poder ser interrogado”; en consecuencia, resulta claro que dicha norma procesal sólo
otorga al querellante particular las facultades y obligaciones que tiene el Ministerio Público en
el desarrollo del juicio oral, sin perjuicio de indicar que las demás facultades de aquél se
encuentran reguladas expresamente en el artículo ciento nueve del Código Procesal Penal
(…)”
“SÉPTIMO: (…) en los delitos de ejercicio privado de la acción penal (querella) se debe
respetar las garantías constitucionales de carácter procesal y material (debido proceso,
derecho de defensa, contradicción, entre otras) respecto a las pruebas ofrecidas tanto por la
parte del querellante como del querellado; debiendo indicarse al respecto que en el libro
Segundo, Sección II, Título II, Capítulo V del Código Procesal Penal –artículos ciento ochenta
y cuatro a ciento ochenta y ocho- se regula lo relativo a la incorporación al proceso de la
prueba documental, clases de documento, reconocimiento de documento, traducción,
transcripción y visualización de documentos, entre otros, de donde se advierte que se considera
prueba documental, entre otros, las grabaciones magnetofónicas y medios que contiene
registros de sucesos, imágenes, voces, debiéndose ordenar cuando sea necesario, el
reconocimiento del documento por su autor o por quien resulte identificado según su voz,
imagen, huella, señal u otros medios, así como por aquél que efectuó el registro; asimismo se
establece que cuando el documento consista en una cinta de vídeo, se ordenará su
visualización y su trascripción en un acta con intervención de las partes; reglas que son de
aplicación a los procesos por delito de ejercicio privado de la acción penal, por no ser
incompatibles con su naturaleza (…)”
“DÉCIMO PRIMERO: (…) la debida motivación de las resoluciones judiciales a que hace
referencia nuestra Constitución Política, no sólo está referida a la fundamentación fáctica y
jurídica que debe realizarse en una sentencia judicial de índole penal para efectos de acreditar
la responsabilidad penal o no de determinado encausado por la comisión de un delito
imputado, sino que también debe realizarse la misma fundamentación respecto a la sanción
penal y consecuencias civiles en caso de sentencia condenatoria, más aún, si nuestra norma
procesal penal permite la impugnación de la sentencia contra dichos extremos, lo cual requiere
que lo decidido al respecto por el Órgano Jurisdiccional respectivo se encuentre debidamente
motivado y justificado jurídicamente en la resolución judicial para efectos de que la parte
procesal que se considere perjudicada con dicho extremo del fallo, pueda contradecir dichos
argumentos al momento de presentar su recurso impugnatorio respectivo (…)”

2. ANÁLISIS:

La cadena de custodia unifica los procedimientos y responsabilidades del Ministerio Público


para garantizar la autenticidad y conservación de los elementos materiales y evidencias
incorporadas en toda investigación, así como la seguridad y conservación de los bienes
incautados. La casación estudiada establece como doctrina jurisprudencial que la Cadena de
Custodia sólo es aplicable a un proceso por delito de ejercicio público de la acción penal,
porque el representante del Ministerio Público interviene como director de la investigación a fin
de realizar los actos urgentes o inaplazables para asegurar los elementos materiales de la
comisión de un hecho delictuoso. No resulta aplicable a un proceso por delito de ejercicio
privado de la acción penal pues éste tiene su propia regulación especial, donde no interviene el
Ministerio Público. Si bien el querellante tiene las mismas facultades y obligaciones del
Ministerio Público, ello sólo es en cuanto al desarrollo del juicio oral.
Las reglas relativas a la incorporación al proceso de la prueba documental, clases de
documento, reconocimiento, traducción, transcripción y visualización son de aplicación a los
procesos por delito de ejercicio privado de la acción penal.
La debida motivación de las resoluciones judiciales también debe realizarse respecto a la
sanción penal y consecuencias civiles en caso de sentencia condenatoria.

BIBLIOGRAFÍA

Amaya Sánchez, K. A., Espinoza Goyena, J. C., & Chumpitaz Chumpitaz, V. R. (2013).
Jurisprudencia Penal de la Corte Suprema. Lima: Ediciones NOVA Print S.A.C.

MinJus, C. e. (2012). Casaciones y Acuerdos Plenarios. Lima, Perú: Secretaría Técnica de


Implementación del NCPP.
ANEXO

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ


SALA PENAL PERMANENTE
CASACIÓN Nº 63-2011 (SENTENCIA)
HUAURA

SENTENCIA CASATORIA

Lima, veinticuatro de abril de dos mil doce.-

VISTOS; en audiencia pública; el recurso de casación para el desarrollo de doctrina


jurisprudencial por la presunta inobservancia de garantías constitucionales de carácter procesal
y falta o manifiesta ilogicidad de la motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor
interpuesto por el encausado Jaime Cirilo Uribe Ochoa contra la sentencia de vista de fecha
doce de julio de dos mil diez obrante a fojas ciento ochenta y siete, que en mayoría confirmó la
sentencia de fecha treinta de marzo de dos mil diez, que lo condenó por el delito contra el
Honor, en la modalidad de difamación, en agravio de Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de
Muroya, a un año de pena privativa de libertad, suspendida en su ejecución por el periodo de
prueba de seis meses, bajo determinadas reglas de conducta, y fijó en cinco mil nuevos soles el
monto que por concepto de reparación civil deberá abonar a favor de la agraviada, con lo demás
que contiene; interviene como ponente el señor Juez Supremo José Antonio Neyra Flores.

ANTECEDENTES

PRIMERO: Que, Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya interpuso querella contra
Jaime Cirilo Uribe Ochoa por el delito contra el Honor, en la modalidad de difamación mediante
medio de comunicación social, conforme se advierte del escrito recepcionado por el Órgano
Jurisdiccional respectivo con fecha veintidós de febrero de dos mil ocho, obrante en copia
certificada a fojas seis.

SEGUNDO: Que, por resolución de fecha dieciocho de abril de dos mil ocho, obrante en copia
certificada a fojas trece, el Juzgado Penal Unipersonal de Huaral, resolvió admitir la querella
interpuesta contra Jaime Cirilo Uribe Ochoa, por el delito contra el Honor, en la modalidad de
difamación - previsto en el artículo ciento treinta y dos del Código Penal-, en agravio de Ana
Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya, dándosele el trámite correspondiente.

TERCERO: Que, mediante sentencia de fecha quince de octubre de dos mil ocho, obrante en
copia certificada a fojas veinticuatro, se falló: absolviendo a Jaime Cirilo Uribe Ochoa por el
delito contra el Honor, en la modalidad de difamación agravada, en agravio de Ana Aurora
Kobayashi Kobayashi de Muroya.

CUARTO: Que, a mérito de la sentencia de vista de fecha siete de enero de dos mil nueve,
obrante en copia certificada a fojas treinta y siete, se resolvió declarar Nula la sentencia de fecha
quince de octubre de dos mil ocho, disponiéndose la realización de un nuevo Juicio Oral a cargo
de otro Magistrado.

QUINTO : Que, por resolución de fecha trece de marzo de dos mil nueve, obrante en copia
certificada [de fojas] cuarenta y dos, el Juzgado Penal Unipersonal Transitorio de Huaral,
resuelve citar a Juicio Oral a las partes procesales, luego de lo cual se realizaron las
correspondientes sesiones del Juicio Oral.

SEXTO: Que, mediante sentencia de fecha seis de mayo de dos mil nueve, obrante en copia
certificada a fojas sesenta y dos, se resolvió absolver a Jaime Cirilo Uribe Ochoa, por el delito
contra el Honor, en la modalidad de difamación, en agravio de Ana Aurora Kobayashi
Kobayashi de Muroya; y condenó al querellado Jaime Cirilo Uribe Ochoa al pago por
responsabilidad civil de cuatro mil novecientos nuevos soles a favor de la querellante Ana
Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya, sin perjuicio de formular las disculpas de los términos
utilizados contra la referida Regidora - querellante, por el mismo medio televisivo; asimismo
deberá proceder a efectuar las disculpas públicas en el primer acto público que desarrolle en su
calidad de Alcalde de la Provincia de Huaral.

SÉPTIMO: Que, a mérito de la sentencia de vista de fecha veintisiete de agosto de dos mil
nueve, obrante en copia certificada a fojas noventa y nueve, se resolvió declarar Nula la
sentencia de fecha seis de mayo de dos mil nueve, ordenándose la realización de un nuevo
Juicio Oral.
OCTAVO: Que, por resolución de fecha trece de noviembre de dos mil nueve, obrante en copia
certificada a fojas ciento dos, el Segundo Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de la
Corte Superior de Justicia de Huaura, resuelve citar a Juicio Oral a las partes procesales, luego
de lo cual se realizaron las correspondientes sesiones del Juicio Oral.

NOVENO: Que, mediante sentencia de fecha treinta de marzo de dos mil diez, obrante a fojas
ciento diez, se falló: condenando a Jaime Cirilo Uribe Ochoa, como autor del delito contra el
Honor en la modalidad de difamación, en agravio de Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de
Muroya, a un año de pena privativa de libertad, suspendida en su ejecución por el periodo de
prueba de seis meses, bajo determinadas reglas de conducta, y fijó en cinco mil nuevos soles el
monto que por concepto de reparación civil deberá pagar a favor de la agraviada.

DÉCIMO: Que, por sentencia de vista de fecha doce de julio de dos mil diez, obrante a fojas
ciento ochenta y siete, se resuelve confirmar la sentencia de fecha treinta de marzo de dos mil
diez, por unanimidad en los extremos que condenó a Jaime Cirilo Uribe Ochoa, por el delito
contra el Honor, en la modalidad de difamación, en agravio de Ana Aurora Kobayashi
Kobayashi de Muroya, y fijó en cinco mil nuevos soles el monto que por concepto de reparación
civil deberá pagar a favor de la agraviada; y por mayoría el extremo que le impone un año de
pena privativa de libertad, suspendida en su ejecución por el periodo de prueba de seis meses,
bajo determinadas reglas de conducta.

DÉCIMO PRIMERO: Que, el sentenciado Jaime Cirilo Uribe Ochoa interpuso recurso de
casación contra la sentencia de vista de fecha doce de julio de dos mil diez -ver fojas doscientos
tres-, el mismo que fue declarado improcedente por resolución de fecha dieciocho de agosto de
dos mil diez, obrante a fojas doscientos diecinueve.

DÉCIMO SEGUNDO: Que, por resoluciones de fechas veintidós de setiembre y diecisiete de


diciembre de dos mil diez, obrantes a fojas doscientos veintisiete y doscientos treinta y siete,
respectivamente, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia, por mayoría declaró
fundado el recurso de queja de derecho interpuesto por el encausado Jaime Cirilo Uribe Ochoa
contra la resolución de fecha dieciocho de agosto de dos mil diez, que declaró improcedente su
recurso de casación; habiéndose elevado el cuaderno correspondiente a este Supremo Tribunal
el dieciséis de marzo de dos mil once.
DÉCIMO TERCERO: Que, cumplido el trámite de traslados a los sujetos procesales por el
plazo de diez días, se emitió la Ejecutoria Suprema de calificación de casación de fecha cuatro
de octubre de dos mil once, que declaró bien concedido el recurso de casación para el desarrollo
de doctrina jurisprudencial, conforme al inciso cuatro del artículo cuatrocientos veintisiete del
Código Procesal Penal, por las causales de presunta inobservancia de algunas de las garantías
constitucionales de carácter procesal o material y por falta o manifiesta ilogicidad de la
motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor, previstas en los incisos uno y cuatro del
artículo cuatrocientos veintinueve del referido texto legal, respectivamente.

DÉCIMO CUARTO: Que, producida la audiencia de casación, deliberada la causa en secreto y


votada el mismo día, corresponde pronunciar la presente sentencia casatoria que se leerá en
audiencia pública – con las partes que asistan-, conforme a la concordancia de los artículos
cuatrocientos treinta y uno, apartado cuatro, y artículo cuatrocientos veinticinco, inciso cuatro
del Código Procesal Penal, el día tres de mayo de dos mil doce a horas ocho y cuarenta y cinco
de la mañana.

CONSIDERANDOS:

PRIMERO: Que, conforme a la Ejecutoria Suprema de fecha cuatro de octubre de dos mil once
- calificación de casación-, obrante a fojas ciento uno del cuadernillo formado en esta instancia,
el motivo de casación admitido está referido al desarrollo de la doctrina jurisprudencial respecto
a la cadena de custodia y las exigencias que plantea su invocación y si los criterios para su
valoración incluirían la regla de exclusión en caso se vulneren los presupuestos establecidos en
el Reglamento de la Cadena de Custodia de Elementos Materiales, Evidencias y Administración
de Bienes Incautados, aprobado mediante resolución número 729-2006-MP-FN de fecha quince
de junio de dos mil seis, tratándose de un proceso de ejercicio privado de la acción penal –
como lo es la presente investigación judicial-, por la causal de inobservancia de garantías
constitucionales de carácter procesal o material, prevista en el inciso uno del artículo
cuatrocientos veintinueve del Código Procesal Penal; así como respecto a la debida motivación
respecto a la determinación e individualización de la pena a imponer y el monto a fijar por
concepto de reparación civil, por la causal de falta o manifiesta ilogicidad de la motivación,
cuando el vicio resulte de su propio tenor, prevista en el inciso cuatro del artículo cuatrocientos
veintinueve del aludido texto procesal penal.

SEGUNDO: Que, se le imputa concretamente al querellado Jaime Cirilo Uribe Ochoa - ex


Alcalde de la Municipalidad Provincial de Huaral-, que a través del programa televisivo Cables
Noticias internacional de Chancay, emitido desde las veintiún horas con treinta minutos hasta
las veintidós horas con treinta minutos del día veinticuatro de enero de dos mil ocho, en el
medio televisivo del canal cuarenta y seis, TV Cable Internacional, habría vertido expresiones
difamatorias en agravio de la querellante Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya
[Regidora de la Municipalidad Provincial de Huaral], entre otras la siguiente: “está proveyendo
actualmente al PRONAA y está dando productos similares a los que dicen intoxican a los niños,
si yo soy un maldito, pues ella será una recontra maldita porque está vendiéndole
prácticamente a una gran parte del país”.

TERCERO: Que, el encausado recurrente al interponer su recurso de casación, obrante en


copia certificada a fojas doscientos tres, alega lo siguiente: i) el procedimiento de cadena de
custodia alcanza a toda cosa u objeto que ha de servir como medio de prueba en el Juicio Oral,
independientemente de su forma de obtención; en el presente caso, la grabación del audio y
video presentado por la querellante fue ofrecido por ella misma, sin que se diera la cadena de
custodia, no habiéndose logrado su autenticación, por consiguiente, debió haber tenido un nivel
de inadmisibilidad o de exclusión que no cumplió el Juez de Fallo, ni la Sala de Apelaciones,
debido a que dicha prueba vulnera sus derechos fundamentales; ii) en el presente caso se
presentó la evidencia física (video) sin ninguna acta de aseguramiento, ni confiabilidad, que
demuestre que sea él mismo que supuestamente se filmó el día de los hechos investigados,
siendo que dicha evidencia debió ser ingresada por un tercero (el que realizó la entrevista) quien
debió presentar el Master y debió ser interrogado como Órgano de Prueba, permitiendo el
derecho de contradicción, habida cuenta que la fuente de prueba que contiene el video tuvo que
ser contradicha; precisa, que incluso la entrevista fue interna, esto es, no autorizó su difusión,
por eso sostiene que si bien existe un video, ello no prueba que hubiese sido difundido, lo cual
no configuraría el delito de difamación mediante medios de comunicación masiva, por
consiguiente su introducción al proceso debió haber sido garantizado con una cadena de
custodia desde la tenencia del bien por parte de la Televisora Telecable Internacional Canal
cuarenta y seis de Chancay, cuyos representantes nunca autenticaron si el video en cuestión es el
mismo que le fue realizado en la fecha de la entrevista interna y sin lugar a difusión; en
consecuencia la querellante ha incumplido la obligación que le impone la Ley al Fiscal respecto
a la cadena de custodia, debido a que el inciso tres del artículo cuatrocientos sesenta y dos del
Código Procesal Penal, establece que el querellante particular tendrá las facultades y
obligaciones del Ministerio Público, sin perjuicio de poder ser interrogado; iii) la querellante no
explicó de quién recibió el video, ni pudo presentar al que lo filmó, por tanto, se ha infringido
un derecho fundamental de carácter procesal, esto es, el aseguramiento de la prueba y el derecho
a controvertir la misma, sometiendo al interrogatorio o contrainterrogatorio al periodista
respectivo, hecho que no se pudo realizar vulnerándose todos los procedimientos, lo cual no
permite conceder adecuada tutela judicial, por consiguiente se ha incurrido en una nulidad de
oficio, extremo sobre el cual la Corte Suprema debe sentar el desarrollo de una adecuada
doctrina jurisprudencial; iv) el nuevo procedimiento procesal penal implica no sólo la
conservación de las especies que constituyen la evidencia hasta su presentación en el Juicio,
sino también la introducción de reglas claras y objetivas que garanticen la corrección de los
procedimientos de su levantamiento, sellado, manejo y conservación hasta la referida etapa, y
que consideren el factor responsabilidad de los funcionarios policiales que intervengan en ellos.
Los procedimientos indebidos debieron acarrear como consecuencia la exclusión de esa
evidencia del procedimiento o la privación de su valor probatorio, por falta de certeza sobre
cualquier conclusión que pudiera derivarse de la misma, de lo que se trata es de entregar
elementos al Juez para que en su razonamiento sobre la valoración de la prueba deseche la
prueba rendida por la contraparte, en atención a su falta de veracidad, autenticidad o integridad;
por consiguiente, en el presente caso, la valoración del video sin cadena de custodia, sin
autenticación, sin contradicción, debió ser excluido como material probatorio, dado que es
fácilmente susceptible de alteración, situación sobre la cual debe pronunciarse la Corte Suprema
para el desarrollo adecuado de la doctrina jurisprudencial en materia de cadena de custodia, de
incorporación de evidencia física [audios, videos, grabaciones] en un proceso de querella; y v)
en el presente proceso judicial no se motivó en lo absoluto respecto a la determinación e
individualización de la pena, debido a que el Juez de primer grado no dijo nada, por tanto, existe
ausencia de motivación que vulnera la garantía procesal contenida en el inciso cinco del artículo
ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado; asimismo, la Sala de Apelaciones
en mayoría pretendiendo justificar ello, sostiene que la pena es proporcional, pues es pena de
carácter suspendida; sin embargo en el voto en discordia de la Magistrada Caballero, opinó
porque se le aplique la reserva del fallo condenatorio, motivando adecuadamente su decisión; de
igual forma, respecto al monto de cinco mil nuevos soles fijado por concepto de reparación
civil, el Juez no fundamentó por qué arribó a dicha decisión, lo cual ha sido confirmado por la
Sala de Apelaciones, por lo cual, en este extremo nuevamente se incurre en la vulneración de la
garantía constitucional de la motivación de las resoluciones judiciales. De otro lado, indica que
se le impuso una pena suspendida con un periodo de prueba de seis meses, pese a que conforme
a lo dispuesto en la parte final del artículo cincuenta y siete del Código Penal, el periodo de
prueba es de un año, lo cual hace notar para que se aprecie como es que se administra justicia en
determinados Órganos Jurisdiccionales.

CUARTO: Que, el Código Procesal Penal, en su Libro Segundo (La Actividad Procesal),
Sección II, Título III, Capítulo VI, Sub Capítulo I (La Exhibición e Incautación de Bienes), en
su artículo doscientos veinte, inciso dos, establece lo siguiente: “Los bienes objeto de
incautación deben ser registrados con exactitud y debidamente individualizados, estableciéndose
los mecanismos de seguridad para evitar confusiones o alteración de su estado original,
igualmente se debe identificar al funcionario o persona que asume la responsabilidad o custodia
del material incautado. De la ejecución de la medida se debe levantar un acta, que será firmada
por los participantes en el acto. Corresponde al Fiscal determinar con precisión las condiciones
y las personas que intervienen en la recolección, envío, manejo, análisis y conservación de lo
incautado, asimismo, los cambios hechos en ellos por cada custodio”; precisándose en su inciso
cinco que “La Fiscalía de la Nación, a fin de garantizar la autenticidad de lo incautado, dictará
el Reglamento correspondiente a fin de normar el diseño y control de la cadena de custodia, así
como el procedimiento de seguridad y conservación de los bienes incautados”, a lo cual se dio
cumplimiento con la elaboración del “Reglamento de la Cadena de Custodia de Elementos
Materiales, Evidencias y Administración de Bienes Incautados”, aprobado mediante Resolución
n° 729 - 2006-MP-FN de fecha quince de junio de dos mil seis, que establece lo siguiente:
“Artículo 1.- Objeto. El presente Reglamento regula el procedimiento de la cadena de custodia
de los elementos materiales y evidencias incorporados a la investigación de un hecho punible.
Asimismo, regula los procedimientos de seguridad y conservación de los bienes incautados,
según su naturaleza. Artículo 2.- Finalidad. Establecer y unificar procedimientos básicos y
responsabilidades de los representantes del Ministerio Público y funcionarios, a efecto de
garantizar la autenticidad y conservación de los elementos materiales y evidencias incorporados
en toda investigación de un hecho punible, auxiliado por las ciencias forenses, la criminalística,
entre otras disciplinas y técnicas que sirvan a la investigación criminal. Además unificar los
lineamientos generales de seguridad y conservación de los bienes incautados Artículo 3.-
Ámbito y alcance. Las normas contenidas en el presente Reglamento son de aplicación
progresiva en todo el territorio nacional y de obligatorio cumplimiento para los señores Fiscales,
funcionarios y servidores del Ministerio Público (…) Artículo 7.- Concepto de lo Cadena de
Custodia de los Elementos Materiales y Evidencias. La Cadena de Custodia es el procedimiento
destinado a garantizar la individualización, seguridad y preservación de los elementos
materiales y evidencias, recolectados de acuerdo a su naturaleza o incorporados en toda
investigación de un hecho punible, destinados a garantizar su autenticidad, para los efectos del
proceso (definiéndose en el artículo cinco, que los Elementos materiales y evidencias, son
objetos que permiten conocer la comisión de un hecho punible y atribuirlos a un presunto
responsable en una investigación y proceso penal) (... )”. Artículo 16.- Custodia y
Administración de Bienes incautados. En caso de efectuarse una diligencia relacionada a la
investigación de un hecho ilícito, en la que se encuentren bienes que ameriten ser incautados, se
procederá o asegurarlos o inmovilizarlos, designando provisionalmente al responsable de la
custodia, dando cuenta al Juez para su aprobación y conversión a las medidas que fueran
necesarias (definiéndose en el artículo seis, que los bienes incautados son los efectos y
ganancias provenientes del delito, así como los instrumentos que sirvieron para perpetrarlo,
objeto de una medida judicial o excepcionalmente fiscal, durante la investigación) (...)”.

QUINTO: Que, conforme a lo anotado en el considerando anterior, el procedimiento de Cadena


de Custodia se encuentra regulado en el Código Procesal Penal - Decreto Legislativo número
novecientos cincuenta y siete- y el Reglamento aprobado por Resolución n° 729- 2006-MP-FN
de fecha quince de junio de dos mil seis, el cual está destinado a unificar procedimientos básicos
y responsabilidades del representante del Ministerio Público y funcionarios, a efectos de
garantizar la autenticidad y conservación de los elementos materiales y evidencias incorporados
en toda investigación de un hecho punible (auxiliados por las ciencias forenses, la
Criminalística, entre otras disciplinas y técnicas), además de la seguridad y conservación de los
bienes incautados; lo cual es evidente que sólo es aplicable a un proceso por delito de ejercicio
público de la acción penal (donde el representante del Ministerio Público - titular de la acción
penal interviene como Director de la Investigación Preliminar, cuya finalidad inmediata es
realizar los actos urgentes o inaplazables destinados a asegurar los elementos materiales de la
comisión de un hecho delictuoso, entre otros, conforme al artículo trescientos treinta del Código
Procesal Penal; mientras que el Juez en un rol diferenciado está a cargo del Juzgamiento y el
control de legalidad de los actos de investigación del Ministerio Público), mas no resulta
aplicable a un proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal (querella), que tiene su
propia regulación especial en el Libro Quinto, Título III, Sección IV del Código Procesal Penal
– Decreto Legislativo número novecientos cincuenta y siete -artículos cuatrocientos cincuenta y
nueve al cuatrocientos sesenta y siete-, (donde no interviene el Ministerio Público y se acepta de
manera excepcional y en casos puntuales, que el Juez Penal ordene a la Policía Nacional la
realización de una investigación preliminar, quien a su vez emitirá un informe policial dando
cuenta de los resultados).

SEXTO: Que, debe indicarse que el encausado recurrente alega en su recurso de casación, que
en los procesos penales por delito de ejercicio privado de la acción penal, el querellante tiene las
mismas facultades y obligaciones del Ministerio Público respecto a la cadena de custodia,
conforme a lo previsto en el inciso tres del artículo cuatrocientos sesenta y dos del Código
Procesal Penal; al respecto debe indicarse, que dicha norma procesal penal establece lo
siguiente: “Instalada la audiencia se instará a las partes, en sesión privada, a que concilien y
logren un acuerdo. Si no es posible la conciliación, sin perjuicio de dejar constancia en el acta
de las razones de su no aceptación, continuará la audiencia en acto público siguiendo en lo
pertinente las reglas del Juicio Oral. El querellante particular tendrá las facultades y
obligaciones del Ministerio Público, sin perjuicio de poder ser interrogado”; en consecuencia,
resulta claro que dicha norma procesal sólo otorga al querellante particular las facultades y
obligaciones que tiene el Ministerio Público en el desarrollo del Juicio Oral; sin perjuicio de
indicar que las demás facultades de aquél se encuentran reguladas expresamente en el artículo
ciento nueve del Código Procesal Penal.

SÉPTIMO: Que, sin perjuicio de lo anotado, debe indicarse que en los delitos de ejercicio
privado de la acción penal (querella) se debe respetar las garantías constitucionales de carácter
procesal y material (debido proceso, derecho de defensa, contradicción, entre otros) respecto a
las pruebas ofrecidas tanto por parte del querellante como del querellado; debiendo indicarse al
respecto que en el Libro Segundo, Sección II, Título II, Capítulo V del Código Procesal Penal -
artículos ciento ochenta y cuatro a ciento ochenta y ocho-, se regula lo relativo a la
incorporación al proceso de la prueba documental, clases de documentos, reconocimiento de
documento, traducción, transcripción y visualización de documentos, entre otros, de donde se
advierte que se considera como prueba documental, entre otros, las grabaciones magnetofónicas
y medios que contienen registros de sucesos, imágenes, voces, debiéndose ordenar cuando sea
necesario, el reconocimiento del documento, por su autor o por quien resulte identificado según
su voz, imagen, huella, señal u otro medio, así como por aquél que efectuó el registro; asimismo
se establece que cuando el documento consista en una cinta de video, se ordenará su
visualización y su transcripción en un acta, con intervención de las partes; reglas que son de
aplicación a los procesos por delito de ejercicio privado de la acción penal, por no ser
incompatibles con su naturaleza.

OCTAVO: Que, siendo ello así, no se advierte que en el presente caso, se hallan vulneradas
garantías constitucionales de carácter procesal o material para incorporar al proceso como
prueba documental el video que la querellante ofreció como medio de prueba en su escrito de
querella, que registra las frases difamatorias que le infirió el querellado en el programa
televisivo Cables Noticias Internacional de Chancay, emitido desde las veintiún horas con
treinta minutos hasta las veintidós horas con treinta minutos del día veinticuatro de enero de dos
mil ocho, en el medio televisivo del canal cuarenta y seis, TV Cable Internacional, debido a que
el querellado no contestó la demanda de querella ni cuestionó en su oportunidad la referida
prueba, más aún, si se cumplió con visualizar dicho documento en presencia de los partes
procesales en el Juicio Oral, cuyo contenido visualizado fue reconocido incluso por el propio
querellado, conforme se advierte del acta de la sesión del veinticinco de marzo de dos mil diez,
obrante a fojas ciento seis.
NOVENO : Que, en consecuencia, habiéndose establecido en la presente Ejecutoria, que la
normatividad procesal penal y Reglamento aprobado por Resolución n° 729-2006-MP-FN de
fecha quince de junio de dos mil seis, referida a la cadena de custodia, sólo es aplicable a
procesos por delitos de ejercicio público de la acción penal, mas no a los procesos por delito de
ejercicio privado de la acción penal, y no advirtiéndose que en el proceso de querella que nos
ocupa se haya vulnerado garantías constitucionales de carácter procesal o material referida a la
incorporación al proceso como prueba documental del video ofrecido por la parte querellante en
su escrito de querella, este Supremo Tribunal concluye, que no es amparable la causal invocada
por el encausado recurrente en su recurso de casación, prevista en el inciso uno del artículo
cuatrocientos veintinueve del Código Procesal Penal; sin perjuicio de indicar que este Supremo
Tribunal en la resolución de un recurso extraordinario de casación, sólo está facultado para
realizar pronunciamiento de fondo respecto a la responsabilidad penal o no de un imputado, en
la medida que se haya presentado en un caso concreto, algunas de las causales previstas en el
artículo cuatrocientos veintinueve del Código Procesal Penal, la cual no sucede en el caso sub
examine.

DÉCIMO : Que, en cuanto al extremo de la debida motivación de las reglas de determinación e


individualización de la pena y del monto a fijar por concepto de reparación civil en una
sentencia judicial, debe indicarse lo siguiente: i) el inciso cinco del artículo ciento treinta y
nueve de la Constitución Política del Estado, establece como uno de los principios de la función
jurisdiccional “La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias,
excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los
fundamentos de hecho en que se sustentan”; ii) el Tribunal Constitucional mediante sentencia de
fecha catorce de noviembre de dos mil cinco, recaída en el expediente ocho mil ciento veintitrés
- dos mil cinco –PHC/TC (Caso: Nelson Jacob Gurman), ha establecido que “( ...) la necesidad
de que las resoluciones judiciales sean motivadas es un principio que informa el ejercicio de la
función jurisdiccional y, al mismo tiempo, un derecho constitucional de los justiciables.
Mediante ello (…), se garantiza que la administración de justicia se lleve a cabo de conformidad
con la Constitución y las leyes(...) y (…) que los justiciables puedan ejercer de manera efectiva
su derecho de defensa”; agregando que uno de los contenidos esenciales del derecho al debido
proceso es el derecho de obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y
congruente con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en cualquier clase de
proceso; mientras que en la sentencia de fecha trece de octubre de dos mil ocho, recaída en el
expediente setecientos veintiocho - dos mil ocho -PHC/TC (Caso: Giuliana Flor de María
Llamoja Hilares) se indica que “El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales
es una garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones
no se encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos
que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se derivan del caso”, estableciendo además
los supuestos que deben tenerse en consideración para una debida motivación de las
resoluciones judiciales; y iii) el Título III, Capítulo II del Código Penal, establece expresamente
los criterios que debe tener el Juez para determinar e individualizar la pena aplicable al agente
responsable de la comisión de un delito; de igual forma el Título VI, Capítulo I del Código
Penal, regula el tema relacionado a la reparación civil y consecuencias accesorias, indicándose
entre otras cosas, que la reparación civil se determina conjuntamente con la pena, y que la
reparación comprende, la restitución del bien o, si no es posible, el pago de su valor; y la
indemnización de los daños y perjuicios; y iv) mediante Resolución Administrativa n° 311 –
2011 - P- PJ de fecha uno de setiembre de dos mil once, emitida por el Presidente del Poder
Judicial, se dictaron líneas directrices para la correcta determinación judicial de la pena, en base
a los fundamentos jurídicos siete, ocho y nueve del Acuerdo Plenario número uno - dos mil
ocho/CJ-ciento dieciséis, de fecha dieciocho de julio de dos mil ocho.

DÉCIMO PRIMERO: Que, atendiendo a la normatividad anotada en el considerando anterior,


debe indicarse que la debida motivación de las resoluciones judiciales a que hace referencia
nuestra Constitución Política, no sólo está referida a la fundamentación fáctica y jurídica que
debe realizarse en una sentencia judicial de índole penal para efectos de acreditar la
responsabilidad penal o no de determinado encausado por la comisión de un delito imputado,
sino que también debe realizarse la misma fundamentación respecto a la sanción penal y
consecuencias civiles en caso de sentencia condenatoria, más aún, si nuestra norma procesal
penal permite la impugnación de la sentencia contra dichos extremos, lo cual requiere que lo
decidido al respecto por el Órgano Jurisdiccional respectivo se encuentre debidamente motivado
y justificado jurídicamente en la resolución judicial, para efectos de que la parte procesal que se
considere perjudicada con dicho extremo del fallo, pueda contradecir dichos argumentos al
momento de presentar su recurso impugnatorio respectivo .

DÉCIMO SEGUNDO: Que, revisados los autos en el presente caso, se advierte lo siguiente: i)
por sentencia de primera instancia de fecha treinta de marzo de dos mil diez, obrante a fojas
ciento diez, se condenó a Jaime Cirilo Uribe Ochoa, como autor del delito contra el Honor, en la
modalidad de difamación, en agravio de Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya, a un año
de pena privativa de libertad, suspendida por el periodo de prueba de seis meses, bajo
determinadas reglas de conducta, y fijó en cinco mil nuevos soles el monto que por concepto de
reparación civil deberá abonar a favor de la agraviada, sin embargo, se omitió fundamentar
fáctica y jurídicamente los motivos, por los cuales se impuso aquella sanción penal y civil; ii)
mediante escrito de fecha ocho de abril de dos mil diez, obrante en copia certificada a fojas
ciento dieciséis, el condenado Jaime Cirilo Uribe Ochoa interpuso recurso de apelación contra la
sentencia de primera instancia, sustentado concretamente en argumentos de falta de culpabilidad
por ausencia del elemento subjetivo del delito imputado, y cuestionando la autenticidad de la
prueba documental presentada por lo querellante (video), mas no hizo alusión a los extremos
referidos al quantum de la pena impuesta y al monto fijado por concepto de reparación civil; iii)
por sentencia de vista de fecha doce de julio de dos mil diez, obrante a fojas ciento ochenta y
siete, se resuelve confirmar por unanimidad la sentencia de primera instancia en los extremos
que condenó a Jaime Cirilo Uribe Ochoa, como autor del delito contra el Honor, en la
modalidad de difamación, en agravio de Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya, y fijó en
cinco mil nuevos soles el monto que por concepto de reparación civil deberá abonar a favor de
la agraviada; y confirmar la misma sentencia por mayoría en el extremo que se le impuso un año
de pena privativa de libertad, suspendida en su ejecución por el período de prueba de seis meses,
bajo determinadas reglas de conducta; cumpliéndose con fundamentar el extremo de la pena
impuesta -ver décimo tercer considerando- (pese a que conforme al artículo cincuenta y siete del
Código Penal, el plazo de suspensión de la ejecución de la pena es de uno a tres años, lo cual en
todo caso no agravia al encausado, debido a que se le impuso un plazo menor de suspensión de
ejecución de pena); asimismo, si bien no se precisó los fundamentos por los cuales se confirmó
el monto fijado por concepto de reparación civil (cinco mil nuevos soles), este Supremo
Tribunal considera que dicho monto resulta proporcional por concepto de indemnización de
daños y perjuicios, conforme a lo establecido en el inciso dos del artículo noventa y tres del
Código Penal y el Acuerdo Plenario número 6 - 2006-/CJ-116 de fecha trece de octubre de dos
mil seis, emitido por la Sala Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República, debido a que la difamación se produjo por intermedio de un programa local de
noticias televisivo y por parte de un funcionario público (Alcalde de la Municipalidad de
Huaral) en agravio de otra funcionaria pública (Regidora de la Municipalidad de Huaral); en
consecuencia no se advierte que en la sentencia de vista materia del recurso extraordinario de
casación, se haya incurrido en la causal invocada referida a una falta o manifiesta ilogicidad de
la motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor.

DECISIÓN

Por estos fundamentos:

I. Declararon INFUNDADO el recurso de casación por las causales de inobservancia de


algunas de las garantías constitucionales de carácter procesal o material y falta o manifiesta
ilogicidad de la motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor, previstas en los incisos
uno y cuatro del artículo cuatrocientos veintinueve del Código Procesal Penal, contra la
sentencia de vista de fecha doce de julio de dos mil diez, obrante a fojas ciento ochenta y siete,
que resolvió confirmar por unanimidad la sentencia de primera instancia en los extremos que
condenó a Jaime Cirilo Uribe Ochoa, como autor del delito contra el Honor, en la modalidad de
difamación, en agravio de Ana Aurora Kobayashi Kobayashi de Muroya, y fijó en cinco mil
nuevos soles el monto que por concepto de reparación civil deberá abonar a favor de la
agraviada; y confirmar la misma sentencia por mayoría en el extremo que se le impuso un año
de pena privativa de libertad, suspendida en su ejecución por el periodo de prueba de seis
meses, bajo determinadas reglas de conducta.

II. ESTABLECIERON de conformidad con el inciso cuatro del artículo cuatrocientos


veintisiete del Código Procesal Penal, como doctrina jurisprudencial, lo establecido en la parte
considerativa de la presente Ejecutoria, respecto a lo referido a que la cadena de custodia que
establece el Código Procesal Penal y el Reglamento aprobado por Resolución N° 729-2006 –
MP-FN de fecha quince de junio de dos mil seis, no es aplicable a los procesos por delito de
ejercicio privado de la acción penal (querella), así como lo referido a que la sentencia penal
debe estar debidamente fundamentada (tanto fáctica como jurídicamente), no sólo en el extremo
que acredita la responsabilidad penal o no del agente imputado por la comisión de un
determinado hecho delictivo, sino también respecto a los extremos de la determinación e
individualización de la pena a imponer y el monto a fijar por concepto de reparación civil,
conforme a la normatividad existente para tales efectos, entre ellas la indicada en el
considerando décimo, acápite tres y considerando décimo segundo.

III. DISPUSIERON que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia pública por
intermedio de la Secretaria de esta Suprema Sala Penal; y, acto seguido, se notifique a todas las
partes apersonadas a la instancia, incluso a las no recurrentes, asimismo deberá publicarse en el
diario oficial “El Peruano”, conforme a lo previsto en la parte in fine del inciso tres del artículo
cuatrocientos treinta y tres del Código Procesal Penal.

IV. MANDARON que cumplidos estos trámites se devuelvan los autos al Órgano
Jurisdiccional de Origen, y se archive el cuaderno de casación en esta Corte Suprema.
Interviene el señor Juez Supremo Morales Parraguez, por el periodo vacacional del señor Juez
Supremo Salas Arenas. Ss.

VILLA STEIN
RODRÍGUEZ TINEO

PARIONA PASTRANA

NEYRA FLORES

MORALES PARRAGUEZ
EJERCICIO PRIVADO DE LA ACCIÓN PENAL
CASACIÓN 674-2015

Recurso : Casación
Número : 674-2015
Procedencia : Arequipa
Sala : Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema
Fecha : 20 de octubre de 2016
Delito Difamación
Imputado : Carlos Emilio Vizcarra Velasco
Agraviado : Félix Alejandro Solórzano Avila
Decisión : Infundado el recurso. Condenaron en el pago de las costas a la parte
recurrente, que será liquidadas por el Secretario del Juzgado
competente. Dispusieron se remita la causa al Tribunal Superior para los
fines de ley.

3. EXTRACTO RELEVANTE:
QUINTO. (…)“contaminación procesal” surge de la razonable impresión de que el contacto
anterior con la causa, según -claro está- la entidad de ese contacto, que puede influir en la
calificación y en la culpabilidad de los presuntos autores, está en condiciones de originar en el
ánimo del Juez prejuicios y prevenciones respecto de la culpabilidad del imputado -de las partes
acusadas en general-, quebrándose así la imparcialidad objetiva y, en consecuencia, el derecho a
ser juzgado por un Juez imparcial que es inherente a un debido proceso jurisdiccional.
Si bien el fundamento de la abstención y recusación -antes indicado- está residenciado en un
mismo proceso, es posible entender que tal situación lesiva a la imparcialidad también puede
presentarse cuando se trata de hechos conexos, en los que unos hechos están relacionados entre
sí o cuando un hecho presupone la afirmación de uno anterior, que es el que se juzgó o instruyó
con anterioridad. Por consiguiente, debe examinarse con cuidado la relación existente y
establecer si la anterior actividad del juez pudo provocar prejuicios o impresiones en el ánimo
del juzgador de cara al proceso subsiguiente.

SÉPTIMO. (….) No existe base lógica para sostener que la cognición y el fallo del primer caso
puede provocar fundadamente prejuicios e impresiones en el ánimo del juzgador en relación a
similar actividad en el segundo caso y, por ende, afectar la imparcialidad judicial. En tal virtud,
no se presenta el presupuesto de predeterminación fáctica entre ambos procesos. Los hechos de
la primera causa no están enlazados al segundo proceso, unos no dependen de los otros y, por
consiguiente, decidir uno en un determinado sentido no determina prejudicialmente hacerlo en
igual sentido en el otro proceso. Que la destinataria de los presuntos aportes cuestionados sea
una misma candidata en modo alguno condiciona el juicio histórico y jurídico de esta causa.

OCTAVO. (…) el Tribunal Superior al desestimar la recusación no vulneró la garantía de


imparcialidad judicial, que integra el contenido constitucionalmente garantizado del debido
proceso (artículo 139 numeral 3 de la Constitución y articulo I, aparado 1, del Título Preliminar
del Código Procesal Penal), ni los alcances del artículo 53, apartado 1, literal e), del acotado
Código. La inexistencia de relación condicionante entre los dos procesos descarta por completo
seguir analizando si, pese a ello, se presenta un supuesto de ausencia de imparcialidad objetiva.
Es evidente que en vía de ubicación de los supuestos de imparcialidad, el cuestionamiento
formulado radica en la imparcialidad objetiva -que requiere que el Juez se acerque al thema
decidendi sin haber tomado postura en relación al caso- y no en la subjetiva, que tiene que ver
con las relaciones del juez con las partes.

NOVENO. Que otro supuesto de recusación, vinculada la existencia de motivos graves que
afecten la imparcialidad del Juez, se centra en que se quejó al Juez recusado. Empero, esa
recusación no solo fue desestimada, sino que se vinculó a la existencia de un proceso no
relacionado con el presente. El quejoso no es siquiera quien aparece en este proceso como
querellado ni tercero civil responsable. La falta de relación entre un motivo de queja y la
presente causa permite concluir que no es relevante para dudar de la imparcialidad judicial en
términos objetivos.

DÉCIMO. (…) basta que ante una determinada recusación el juez acepte que carece de
imparcialidad. Ese es el elemento determinante de la petición -entendida como identificación de
la tutela jurisdiccional que se solicita: apartar al juez del conocimiento del proceso-. El
fundamento jurídico de la causa de pedir, sin alterar los hechos alegados -elemento fáctico-, no
relevante para sostener que se tergiversó la pretensión afectando la garantía defensa procesal y
el principio de congruencia.

4. ANÁLISIS:
La contaminación procesal no es otra cosa que el derecho a ser juzgado por un juez o tribunal
imparcial, la cual es una garantía fundamental del debido proceso. Es decir, se debe garantizar
que el juez o tribunal en el ejercicio de su función como juzgador cuente con la mayor
objetividad para enfrentar el juicio. Esto permite a su vez, que los tribunales inspiren la
confianza necesaria a las partes en el caso, así como a los ciudadanos en una sociedad
democrática. La presente casación establece como doctrina jurisprudencial que el derecho a ser
juzgado por un Juez imparcial que es inherente a un debido proceso jurisdiccional. La
abstención y recusación está residenciado en un mismo proceso, es posible entender que tal
situación lesiva a la imparcialidad también puede presentarse cuando se trata de hechos
conexos, en los que unos hechos están relacionados entre sí o cuando un hecho presupone la
afirmación de uno anterior, que es el que se juzgó o instruyó con anterioridad. Esa recusación
no solo fue desestimada, sino que se vinculó a la existencia de un proceso no relacionado con el
presente. El quejoso no es siquiera quien aparece en este proceso como querellado ni tercero
civil responsable. La falta de relación entre un motivo de queja y la presente causa permite
concluir que no es relevante para dudar de la imparcialidad judicial en términos objetivos.
BIBLIOGRAFÍA

Becerra Suárez, Orlando; Artículos sobre Derecho Constitucional y Ciencia Política (2013)
http://legis.pe/wp-content/uploads/2016/10/Casaci%C3%B3n-N%C2%B0-674-2015-Arequipa-
Falta-de-inter%C3%A9s-casacional-por-ausencia-de-imparcialidad-objetiva.pdf

ANEXOS

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA


SALA PENAL TRANSITORIA
CASACIÓN N° 674-2015, AREQUIPA
Lima, veinte de octubre dos mil dieciséis

VISTOS; en audiencia pública: el recurso de casación interpuesto por el tercero civil


responsable, la EMPRESA EDITORA EL COMERCIO, contra el auto superior de fojas ciento
cincuenta y seis, del veinte de julio de dos mil quince, que rechazó la recusación que dedujo
contra el juez del Segundo Juzgado Penal Unipersonal de Arequipa; en el proceso especial
por delito de ejercicio privado de la acción penal seguido contra Carlos Emilio Vizcarra Velasco
y otros, así como contra la referida Empresa, por el delito de difamación en agravio de Félix
Alejandro Solórzano Ávila; con los demás que contiene.

FUNDAMENTOS DE HECHO

PRIMERO. Que la abogada de Empresa Editora El Comercio -tercero civil responsable-, en su


escrito de fojas ciento treinta y nueve, de diez de junio de dos mil quince, recusó por
cuestionamiento de imparcialidad contra el Juez del Segundo Juzgado Penal Unipersonal, Yuri
Zegarra Calderón por haber tenido conocimiento de otro proceso similar cuando era Juez del
Sexto Juzgado Penal Unipersonal de Arequipa. En tal virtud, mediante resolución de fojas
ciento cuarenta y siete, de veintitrés de junio de dos mil quince, el Juez recusado aceptó la
misma y se inhibió de conocer el proceso.

SEGUNDO. Que, mediante resolución número once de dos mil quince, de veintiséis de junio de
dos mil quince, el Juez del Tercer Juzgado Penal Unipersonal de Arequipa rechazó la recusación
planteada por la abogada de Editora El Comercio, así como la aceptación de la misma por el
juez recusado, y elevó los actuados a la Sala Penal de Apelaciones. De igual manera, el abogado
del querellante -Felix Solórzano Ávila- presentó recurso de apelación contra la resolución
emitida por el juez recusado. La Primera Sala Penal de Apelaciones de Arequipa por auto de
fojas ciento cincuenta y seis, de veinte de julio de dos mil quince, rechazó la recusación
planteada contra el Juez del Segundo Juzgado Penal Unipersonal, Yuri Zegarra Calderón.

TERCERO. Que, según los cargos objeto de recusación, el juez Zegarra Calderón debe
apartarse de la presente causa porque, en anterior oportunidad, conoció el proceso penal número
setecientos uno de dos mil once seguido por Rosario Amparo Flores Bedregal contra
determinados periodistas del Diario Peru veintiuno y como tercero civil responsable a Prensa
Popular Sociedad Anónima Cerrada, de propiedad de Empresa Editora El Comercio, mientras
que el presente proceso es seguido contra la Editora El Comercio a mérito de la querella
interpuesta por el cuñado de la señora Flores Bedregal. En ambos casos existe una relación
común de hechos debido a que las notas periodísticas difundidas se refieren a Ana María
Solórzano Flores. Asimismo, una vez emitida la sentencia del proceso penal número
setecientos uno de dos mil once, Prensa Popular Sociedad Anónima Cerrada entablo queja
funcional ante el Órgano de Control de la Magistratura contra el indicado magistrado bajo el
cargo de incurrir en una afectación a la garantía de imparcialidad.

CUARTO. Que el tercero civil responsable, Empresa Editora El Comercio, en su recurso de


casación de fojas ciento sesenta, de diez de agosto de dos mil quince, invoca el acceso
excepcional a la casación bajo el argumento de que (i) debe precisarse los alcances del Acuerdo
Plenario tres guion dos mil siete, (ii) debe desarrollarse la institución del juez prevenido o
contaminado y, finalmente, (iii) debe aclararse la procedencia de una inhibición de un juez pero
por una razón distinta de los motivos de recusación formulados por las partes.

QUINTO. Que, conforme al recurso de casación del tercero civil y, esencialmente, a la


Ejecutoria Suprema de fojas treinta y siete del cuadernillo de casación, de ocho de marzo de dos
mil dieciséis, lo que es materia de dilucidación en sede casacional es lo que a continuación se
expone:

1. El motivo de casación está referido tanto a la causal de inobservancia del precepto


constitucional -imparcialidad judicial como parte del debido proceso-, cuanto al
motivo de vulneración de precepto procesal: artículo 55 apartado 2 del Código
Procesal Penal (artículo 429, numerales 1 y 2, de la norma antes citada).
2. Es del caso esclarecer si es factible que el Juez recusado por el tercero civil
responsable acepte la recusación por un motivo distinto al peticionado. Además,
merece un pronunciamiento específico, en orden al fundamento de la recusación, la
relevancia tanto de la existencia de un proceso anterior con ciertos elementos de
conexión, como de lo relativo a una queja funcional interpuesta contra el juez de la
causa.

SEXTO. Que instruidas las partes de la admisión del recurso de nulidad, materia de la
resolución anterior -sin la presentación de alegato adicional alguno-, se expidió el decreto de
fojas cuarenta y cuatro, de seis de octubre de dos mil dieciséis, que señaló fecha para la
audiencia de casación el día trece de octubre último.

SÉPTIMO. Que realizada la audiencia de casación con la intervención del abogado del tercero
civil responsable, según el acta adjunta, se celebró inmediatamente la deliberación de la causa
en sesión secreta. Efectuada, tras la preceptiva deliberación, la votación respectiva y obtenido el
número de votos necesarios, corresponde dictar la sentencia casatoria pertinente, cuya lectura se
programó el día de hoy.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO. Que la defensa de la parte recurrente, en la audiencia de casación, expreso que el


Juez que aceptó la recusación que formulo ya no se encuentra a cargo del Segundo Juzgado
Penal Unipersonal de Arequipa pues ha sido promovido, provisionalmente, a otro Tribunal. Tal
precisión obliga a establecer si se da un supuesto de substracción de materia que impide
absolver el grado.

SEGUNDO. Que no es razonable estimar que existe substracción de materia puesto que el Juez
Zegarra Calderón no ha sido promovido como titular a un órgano jurisdiccional superior, sino
con el carácter de provisional. Siendo así, muy bien podría regresar, en cualquier momento, al
Juzgado que anteriormente servía como titular y con la eventualidad de volver a conocer esta
causa.

La ausencia del citado Juez del Juzgado al que servía no es definitiva. Por tanto, es menester,
ante tal situación de incertidumbre, un efectivo pronunciamiento sobre el mérito del grado.

TERCERO. Que la afirmación de un supuesto de “contaminación procesal” se basa en la


presunta relación material y jurídica entre lo que el Juez Zegarra Calderón decidió en una causa
anterior y lo que es materia de dilucidación en la presente causa. Por tanto, es menester
examinar si tal relación existe, pues de ser así recién se podrá determinar si, en efecto, concurre
un motivo de imparcialidad objetiva o subjetiva.
CUARTO. Que en la causa signada con el numero setecientos uno de dos mil once los hechos
objeto del proceso penal son: El diario Peru veintiuno, en la edición de diez de marzo de dos mil
once y en la caratula, señaló: “Dinero Sórdido. Candidata N° 1 de Humala en Arequipa
vinculada a negocios de prostitución. Ana María Solórzano fue cajera y es sobrina de Tía Pocha,
dueña de conocido prostíbulo de la región. Rosario Amparo Flores a quien también vinculan
con el negocio de la prostitución”. Ese proceso se sigue contra determinados periodistas del
Diario Perú veintiuno por delito de difamación agravada en agravio de Rosario Amparo Flores
Bedregal (cuñada de Félix Solórzano Flores); y, aparece como tercero civil responsable, la
empresa Prensa Popular Sociedad Anónima Cerrada, propietaria de ese Diario. Se afirma que
esa empresa es propiedad de Editora El Comercio Sociedad Anónima.

En la presente causa los hechos objeto del proceso penal estriban en que el semanario del Diario
El Comercio – Arequipa, de propiedad de Empresa Editora El Comercio Sociedad Anónima,
publicó con fecha diecisiete de julio de dos mil catorce, lo siguiente: “Costosa Curul. Ex
Nacionalistas revelan que la parlamentaria pagó para postular con el número 1 en la lista”.
Asimismo, apunto que “Ana María Solórzano llego al congreso porque su papá aportó US$
100,000 dólares americanos”. En letras pequeñas anotó que “El ex dirigente nacionalista Carlos
Vizcarra Velazco asegura que el padre de la parlamentaria y posible candidata a la presidencia
del congreso Ana María Solórzano aportó 100,00 dólares para que la arequipeña postulara a una
curul con el número 1 de la lista, en los comicios de 2011”. “Carlos Vizcarra Velazco, otro
antiguo militante del partido nacionalista en la ciudad blanca, tiene otras explicaciones”. Según
él, “Félix Solórzano Ávila, padre de la ahora parlamentaria, aportó US$ 100,000 dólares al
partido para que lleve el número 1 de la lista de congresistas”. “Luego -siempre según la versión
de Vizcarra-, daría un segundo aporte de igual monto. Ningún militante puede competir por el
primer lugar y debieron aceptar los puestos que quedaban en las listas”. Seis son las personas
naturales querelladas por delito de difamación agravada -cinco de ellas vinculadas a “El
Comercio”- en agravio del querellante Félix Alejandro Solórzano Ávila. La Empresa Editora
“El Comercio Sociedad Anonima” figura como tercero civil.

QUINTO. Que es de tener presente que el motivo genérico denominado “contaminación


procesal” surge de la razonable impresión de que el contacto anterior con la causa, según -claro
está- la entidad de ese contacto, que puede influir en la calificación y en la culpabilidad de los
presuntos autores, está en condiciones de originar en el ánimo del Juez prejuicios y
prevenciones respecto de la culpabilidad del imputado -de las partes acusadas en general-,
quebrándose así la imparcialidad objetiva y, en consecuencia, el derecho a ser juzgado por un
Juez imparcial que es inherente a un debido proceso jurisdiccional.
Si bien el fundamento de la abstención y recusación -antes indicado- está residenciado en un
mismo proceso, es posible entender que tal situación lesiva a la imparcialidad también puede
presentarse cuando se trata de hechos conexos, en los que unos hechos están relacionados entre
sí o cuando un hecho presupone la afirmación de uno anterior, que es el que se juzgó o instruyó
con anterioridad. Por consiguiente, debe examinarse con cuidado la relación existente y
establecer si la anterior actividad del juez pudo provocar prejuicios o impresiones en el ánimo
del juzgador de cara al proceso subsiguiente.

SEXTO. Que, en el presente caso, es verdad que, a final de cuentas, entre el primer proceso y el
presente proceso, se ventilan cuestionamientos que a nivel periodístico se formularon respecto
del financiamiento de la candidatura a congresista, durante la anterior campaña electoral,
de Ana María Solórzano Flores, quien finalmente obtuvo una curul parlamentaria.

Empero, en el primer caso el cuestionamiento se concretó en el aporte de dinero presuntamente


obtenido de actividades ilegales, de un negocio de prostitución dirigido por la querellante
Rosario Amparo Flores Bedregal, tía de Ana María Solórzano Flores. La causa se dirigió contra
periodistas del diario Perú veintiuno y la empresa propietaria Prensa Popular Sociedad Anónima
Cerrada.

En esta causa, sin embargo, se menciona uno o dos aportes de cien mil dólares americanos por
parte del padre de dicha ex congresista, el querellante Félix Alejandro Solórzano Ávila. La
causa se enderezó contra seis periodistas del diario El Comercio y quien declaró a ese diario,
Carlos Vizcarra Velazco, así como contra la Empresa Editora El Comercio Sociedad Anónima,
de quien se afirma es propietaria de Prensa Popular Sociedad Anonima Cerrada, titular del
diario Perú veintiuno.

SÉPTIMO. Que si se tiene en cuenta -desde lo que exponen ambos Diarios- (i) que la fuente u
origen del presunto aporte de dinero a la campaña electoral de Ana María Solórzano Flores es
distinta -además, entre las dos publicaciones han transcurrido varios años-, (ii) que no existe
relación -así mencionada- entre la procedencia del primer aporte y del segundo aporte -forma y
circunstancias de los dos presuntos aportes-, (iii) que los querellados y los querellantes son
personas distintas en las dos causas, y (iv) que las fuentes de información no coinciden entre sí,
es razonable estimar que el conocimiento y la decisión del primer caso no tiene por qué influir
en el conocimiento y en la decisión del segundo caso. No existe base lógica para sostener que la
cognición y el fallo del primer caso puede provocar fundadamente prejuicios e impresiones en el
ánimo del juzgador en relación a similar actividad en el segundo caso y, por ende, afectar la
imparcialidad judicial.
En tal virtud, no se presenta el presupuesto de predeterminación fáctica entre ambos procesos.
Los hechos de la primera causa no están enlazados al segundo proceso, unos no dependen de los
otros y, por consiguiente, decidir uno en un determinado sentido no determina prejudicialmente
hacerlo en igual sentido en el otro proceso. Que la destinataria de los presuntos aportes
cuestionados sea una misma candidata en modo alguno condiciona el juicio histórico y jurídico
de esta causa.

OCTAVO. Que, siendo así, el Tribunal Superior al desestimar la recusación no vulneró la


garantía de imparcialidad judicial, que integra el contenido constitucionalmente garantizado del
debido proceso (articulo 139 numeral 3 de la Constitución y articulo I, aparado 1, del Título
Preliminar del Código Procesal Penal), ni los alcances del artículo 53, apartado 1, literal e), del
acotado Código.

La inexistencia de relación condicionante entre los dos procesos descarta por completo seguir
analizando si, pese a ello, se presenta un supuesto de ausencia de imparcialidad objetiva. Es
evidente que en vía de ubicación de los supuestos de imparcialidad, el cuestionamiento
formulado radica en la imparcialidad objetiva -que requiere que el Juez se acerque al thema
decidendi sin haber tomado postura en relación al caso- y no en la subjetiva, que tiene que ver
con las relaciones del juez con las partes.

NOVENO. Que otro supuesto de recusación, vinculada la existencia de motivos graves que
afecten la imparcialidad del Juez, se centra en que se quejó al Juez recusado. Empero, esa
recusación no solo fue desestimada, sino que se vinculó a la existencia de un proceso no
relacionado con el presente. El quejoso no es siquiera quien aparece en este proceso como
querellado ni tercero civil responsable.

La falta de relación entre un motivo de queja y la presente causa permite concluir que no es
relevante para dudar de la imparcialidad judicial en términos objetivos.

DÉCIMO. Que cabe precisar, de otro lado, que basta que ante una determinada recusación el
juez acepte que carece de imparcialidad. Ese es el elemento determinante de la petición -
entendida como identificación de la tutela jurisdiccional que se solicita: apartar al juez del
conocimiento del proceso-. El fundamento jurídico de la causa de pedir, sin alterar los hechos
alegados -elemento fáctico-, no relevante para sostener que se tergiversó la pretensión afectando
la garantía defensa procesal y el principio de congruencia.
DÉCIMO PRIMERO. Que, estando a lo dispuesto por el artículo 504, apartado 2, del Código
Procesal Penal, las costas serán pagadas por quien interpuso el recurso de casación sin éxito,
cuya liquidación corresponde al órgano jurisdiccional de instancia (articulo 506 del Código
Procesal Penal).

DECISIÓN

Por estas razones:

I. Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por el tercero civil responsable,


la EMPRESA EDITORA EL COMERCIO, contra el auto superior de fojas ciento cincuenta y
seis, del veinte de julio de dos mil quince, que rechazó la recusación que dedujo contra el juez
del Segundo Juzgado Penal Unipersonal de Arequipa. En consecuencia, NO CASARON la
mencionada resolución superior; en el proceso especial por delito de ejercicio privado de la
acción penal seguido contra Carlos Emilio Vizcarra Velasco y otros, así como contra la
referida Empresa, por el delito de difamación en agravio de Félix Alejandro Solórzano Ávila.

II. CONDENARON en el pago de las costas a la parte recurrente, que será liquidadas por el
Secretario del Juzgado competente. DISPUSIERON se remita la causa al Tribunal Superior
para los fines de ley. Hágase saber a las partes personadas en e sede suprema. Intervienen los
señores jueces supremos José Antonio Neyra Flores y Víctor Raúl Malca Guaylupo por
licencia de los señores jueces supremos Víctor Prado Saldarriaga y Elvia Barrios Alvarado,
respectivamente.

S.s.

SAN MARTIN CASTRO

SALAS ARENAS

NEYRA FLORES

MALCA GUAYLUPO

También podría gustarte