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Tema
3.
Desarrollo
físico
y
psicomotor
Mª
José
Justicia
Galiano
Departamento
de
Psicología,
Universidad
de
Jaén
Por
otro
lado,
el
desarrollo
sexual
se
caracteriza
en
esta
etapa
por
una
escasa
evolución
del
sexo
gonadal
y
genital,
asociada
a
una
reducida
circulación
de
las
hormonas
sexuales.
Si
es
posible
observar
conductas
de
carácter
exploratorio
o
imitativo
que
permitirán
la
adquisición
de
las
etiquetas
de
género,
la
propia
identidad
y
algunos
aspectos
del
rol
vinculados
a
su
condición
de
niño
o
de
niñas
2
1.2.
Niñez
Se
mantiene
constante
el
dimorfismo
en
peso
y
talla
entre
niños
y
niñas,
con
una
leve
superioridad
para
los
niños.
Por
lo
que
respecta
a
la
maduración
sexual,
sin
que
se
produzcan
unos
cambios
anatómicos
o
fisiológicos
significativos
que
los
diferencien,
se
va
a
tender,
por
parte
del
entorno,
a
una
educación
proclive
a
la
asignación
de
identidad
y
rol
de
género.
A
los
2
años
serán
capaces
de
utilizar
de
manera
correcta
las
etiquetas
verbales
que
les
clasifican
como
“niño”
o
“niña”,
y
también
podrán
asignársela
a
otros,
aunque
basándose
en
atributos
externos
y
visibles:
ropa,
peinados,
adornos…;
sobre
los
3-‐4
años,
si
están
familiarizados
con
las
diferencias
anatómicas,
pueden
ya
considerar
que
tal
diversidad
en
la
identidad
permanece
estable
a
lo
largo
del
tiempo,
permanencia
que
se
desarrolla
con
su
desarrollo
intelectual
y
la
aparición
de
las
nociones
de
conservación
piagetianas.
Asimismo,
esta
identificación
con
uno
u
otro
género
irá
pareja
al
rol
de
género,
es
decir,
a
la
aceptación
o
rechazo
de
juegos
y
juguetes,
comportamientos,
actividades,
vestuario,
etc.,
asignados
desde
el
mundo
social
a
niños
o
a
niñas.
Si
el
etiquetaje
inicial
de
los
individuos
lo
realizan
en
función
de
los
atributos
externos
vinculados
a
cada
género,
hasta
los
4-‐5
años
no
suelen
presentar
conductas
rígidamente
tipificadas
asociadas
al
mismo.
Esta
tipificación,
que
se
convertirá
poco
después
en
normas
inviolables,
en
especial
para
la
incorporación
al
grupo
de
iguales,
parece
que
se
relacionaría
con
necesidades
cognitivas
para
el
fortalecimiento
de
los
esquemas
relativos
a
la
propia
identidad.
Los
padres,
y
el
entorno
general,
contribuirán
a
dicha
tipificación,
tanto
por
adopción
o
el
rechazo
de
los
comportamientos
establecidos
y
esperados
por
su
condición
genética
y
que
los
niños
van
a
tender
a
imitar,
como
por
las
reacciones
favorables
y
desfavorables
ante
conductas
que
se
mantengan
dentro
de
las
expectativas
de
lo
adecuado
al
género.
1.3. Adolescencia
3
o
primera
eyaculación
apenas
un
año
antes.
Parece
que,
sin
embargo,
las
primeras
menstruaciones,
en
general
irregulares,
o
las
primeras
emisiones
de
esperma,
no
son
indicadoras
de
una
fertilidad
completa,
aunque
sí
se
mantiene
el
riesgo
de
embarazo
ante
la
variabilidad
individual.
El
inicio
de
estos
cambios
viene
marcado
por
el
aumento
de
dos
tipos
de
hormonas,
los
estrógenos
y
la
testosterona.
Aunque
se
piensa
que
los
estrógenos
son
las
hormonas
femeninas
y
la
testosterona
la
masculina,
ambos
tipos
están
presentes
tanto
en
chicas
como
en
chicos,
pero
en
diferentes
cantidades.
La
liberación
masiva
de
testosterona
provoca
el
crecimiento
de
los
músculos,
el
vello
corporal
y
otras
características
de
los
varones,
mientras
que
los
estrógenos
se
encargan
de
la
maduración
del
pecho
y
del
resto
de
los
rasgos
femeninos,
así
como
de
la
regulación
del
ciclo
menstrual.
Estas
hormonas
también
influyen
en
el
incremento
del
deseo
sexual,
la
irritabilidad
y
los
cambios
de
humor
que
se
experimentan
durante
estos
años.
La
pubertad
precoz
ocurre
cuando
los
caracteres
sexuales
secundarios
aparecen
antes
de
los
8
años
en
la
niña
(telarquia)
o
de
los
9
en
el
niño
(aumento
del
tamaño
testicular).
Se
define
como
“precoz
progresiva”
a
la
que
además
evoluciona
con
rapidez
tanto
en
el
crecimiento
físico
como
en
la
maduración
ósea.
La
palabra
psicomotricidad
hace
referencia
a
la
conexión
entre
los
psicológico
y
el
movimiento.
Es
decir,
se
refiere
al
movimiento
controlado
y
voluntario.
4
Los
estudios
sobre
la
evolución
de
la
motricidad
en
el
niño
se
han
centrado
en
el
desarrollo
de
tres
aspectos
que
es
necesario
reseñar:
1. El
referido
a
la
Evolución
del
Control
Corporal,
por
el
que
el
niño
a
partir
de
su
sucesiva
adquisición
de
tono
muscular
en
los
diversos
segmentos
corporales,
puede
ir
adoptando
posturas
cada
vez
más
autónomas,
lo
que
le
irá
permitiendo
reconocer
cada
vez
mejor
su
cuerpo,
tomando
progresivamente
una
mayor
conciencia
de
él.
3. El referido a la evolución de la Manipulación, lo que le distingue de otras especies.
En
intento
de
clasificar
las
habilidades
motrices
que
cada
autor
denomina
y
ordena
de
una
u
otra
manera,
conduce
a
interpretar
erróneamente
la
motricidad
como
algo
parcelado
en
compartimentos
estancos,
sin
relación
de
unas
adquisiciones
con
otras.
Esta
interpretación
también
nos
puede
llevar
a
errores
metodológicos,
al
hacernos
excesivamente
analíticos
a
la
hora
de
trabajar
estas
habilidades,
sin
caer
en
la
consideración
de
que
la
motricidad
es
un
todo
y
que
por
ello,
una
vez
que
entendamos
sus
partes,
deberemos
volverlas
a
unir
para
trabajarlas.
Esta
consideración
metodológica
comulga
con
el
Principio
de
Globalización.
Pero
hemos
de
ir
más
allá,
dado
que
la
meta
del
desarrollo
psicomotor
es
el
logro
del
control
del
propio
cuerpo
hasta
conseguir
sacar
de
él
todas
las
posibilidades
de
acción
para
las
que
esté
capacitado.
Así
pues,
la
motricidad
no
solo
influye
en
el
desarrollo
motor,
sino
que
el
movimiento
se
relaciona
con
el
desarrollo
global
del
individuo,
influyendo
en
la
adquisición
de
la
autonomía
personal
y
la
adquisición
de
multitud
de
aprendizajes,
como
por
ejemplo
los
escolares.
5
El
progresivo
dominio
del
control
corporal
está
dirigido
por
las
siguientes
leyes:
la
ley
céfalo-‐caudal,
la
próximo-‐distal,
la
ley
de
actividades
en
masa
a
las
específicas
y
la
ley
de
desarrollo
de
flexores-‐extensores.
a)
La
ley
céfalo-‐caudal:
Debido
al
cumplimiento
de
esta
ley,
se
controlan
antes
las
partes
más
próximas
a
la
cabeza,
extendiéndose
posteriormente
el
control
a
las
partes
más
alejadas
de
la
misma.
Por
ello
el
control
del
cuello
se
alcanza
antes
que
el
control
del
tronco
y
el
control
de
los
brazos
se
alcanza
antes
que
el
de
las
piernas.
d)
La
ley
del
desarrollo
de
flexores-‐extensores:
Primacía
de
los
movimientos
de
los
músculos
flexores
sobre
los
extensores.
Por
ello,
el
niño
es
capaz
primero
de
agarrar
objetos
que
de
soltarlos,
lo
que
explica
la
lentitud
con
la
que
adquiere
una
destreza
digital
fina.
6
intensos
Los
dedos
de
los
pies
se
Acariciar
la
planta
del
abren
en
abanico
y
se
Desaparece
al
final
pie
desde
los
dedos
al
contraen
al
mismo
Desconocida
Babinski
del
primer
año
talón.
tiempo
que
el
pie
se
retuerce.
Hace
movimientos
de
Sostener
al
bebé
“abrazo”
arqueando
la
horizontalmente
espalda,
extendiendo
las
bocarriba
y
hacer
un
Abrazarse
al
adulto
Desaparece
a
los
4-‐6
Moro
piernas,
tirando
los
ruido
fuerte
repentino
protector
meses
brazos
hacia
fuera
y
contra
la
superficie
acercándolos
otra
vez
donde
está
el
bebé.
hacia
el
cuerpo.
Poner
el
dedo
en
la
Prepara
al
bebé
a
A
los
3-‐4
meses
se
mano
del
bebé
y
Cierra
la
mano
con
coger
convierte
en
Prensión
presionar
contra
la
fuerza
voluntariamente.
voluntario
palma.
Sostener
al
bebé
por
debajo
de
los
brazos
y
El
bebé
eleva
un
pie
Prepara
al
bebé
para
Desaparece
o
se
Marcha
permitir
que
el
pie
después
del
otro
en
una
andar
atrofia
a
los
2-‐3
automática
descalzo
toque
una
respuesta
de
marcha.
voluntariamente.
meses
superficie
lisa.
El
bebé
se
coloca
en
una
“posición
de
esgrima”;
Mientras
permanece
extiende
un
brazo
en
Prepara
al
bebé
a
Tónico
Desaparece
a
los
4
boca
arriba,
volverle
la
frente
de
los
ojos,
en
el
alcanzar
objetos
cervical
meses
cabeza
hacia
un
lado.
lado
hacia
donde
gira
la
voluntariamente.
cabeza,
el
otro
brazo
está
flexionado.
El
resto
del
cuerpo
se
Enderezamien Girarle
el
hombro
o
las
Mantiene
el
control
Desaparece
a
los
12
gira
hacia
la
misma
to
del
cuerpo
caderas.
dirección.
de
la
postura.
meses
Algunos
reflejos
de
los
recién
nacidos
tienen
valor
de
supervivencia,
como
respirar
y
tragar.
Otros
reflejos
protegen
al
bebé
de
estimulación
no
deseada.
Por
ejemplo,
el
reflejo
de
parpadeo
permite
protegerle
de
la
luz
brillante
intensa.
Finalmente,
varios
reflejos
ayudan
a
los
padres
y
a
los
bebés
a
establecer
una
interacción
gratificante
tan
pronto
como
sea
posible.
Un
bebé
que
busca
y
encuentra
el
pezón,
chupa
fácilmente
durante
las
tomas,
y
coge
cuando
se
le
toca
la
mano,
anima
a
los
padres
a
responder
cariñosamente
e
incrementa
el
sentimiento
de
competencia
como
cuidadores.
La
función
y
evolución
de
los
reflejos
es
muy
variada:
Los
que
tienen
un
claro
valor
de
supervivencia
van
evolucionando
y
perdiendo
su
carácter
reflejo,
pasando
a
convertirse
en
conductas
voluntarias
(succión,
plantar,
enderezamiento,
etc.);
otros
permanecerán
a
lo
largo
de
toda
la
vida
(parpadeo)
y
la
mayoría
de
ellos
desaparecen
entre
los
3
y
6
meses.
7
los
reflejos
son
débiles
o
están
ausentes
o
en
algunos
casos
exagerados
y
demasiado
rígidos.
Los
reflejos
también
indican
que
existe
daño
cerebral
cuando
persisten
en
un
punto
del
desarrollo
que
tenían
que
haber
desaparecido.
4.
Psicomotricidad
gruesa
4.1.
Independencia
y
coordinación
motriz
Las
respuestas
del
niño
durante
la
primera
infancia
son
globales,
masivas,
sobre
todo
en
los
momentos
más
cercanos
al
nacimiento.
p.
ej.,
cuando
sentado
intenta
coger
algún
objeto,
moviliza
todo
su
cuerpo.
Unos
meses
después,
no
moviliza
todo
su
cuerpo,
pero
la
mano
actúa
de
manera
global,
masiva:
utiliza
la
palma
completa
para
asir
el
objeto.
En
cambio,
si
observamos
al
niño
de
4-‐5
años,
vemos
cómo
es
capaz
de
coger
el
lápiz
con
los
dedos
pulgar,
índice
y
corazón,
mientras
los
dedos
restantes
se
adaptan
a
la
superficie
del
papel
y
la
otra
mano
sujeta
relajadamente
el
papel
mientras
escribe
.EI
ejemplo
anterior
nos
da
una
buena
visión
del
avance
que
se
produce,
durante
los
años
preescolares
en
la
independencia
motriz.
No
obstante,
tal
independencia
no
alcanza
su
culminación
hasta
los
7-‐8
años.
En
los
años
del
2º
ciclo
de
la
educación
infantil
se
produce
un
progreso
importante.
Aunque
es
en
los
años
escolares
cuando
el
niño
alcanza
una
coordinación
normal.
El
tono
muscular
es
el
grado
de
contracción
muscular
que
exhibe
un
sujeto,
grado
de
contracción
que
oscila
entre
la
hipotonía
(relajación
o
bajo
tono
muscular)
e
hipertonía
(tensión
o
alto
tono
muscular).
El
tono
muscular
está
sujeto
al
control
involuntario
por
parte
del
sistema
nervioso.
No
obstante,
también
es
susceptible
de
control
voluntario:
Podemos
tensar
o
relajar
nuestros
músculos
voluntariamente.
El
tono
de
mantenimiento
o
de
postura
es
el
necesario
para
estar
de
pie
o
sentados,
contrarrestando
la
gravedad.
Es
el
que
empleamos
para
andar.
8
muscular:
La
hipertonía
supone
un
obstáculo
para
la
atención.
Un
cierto
grado
de
relajación
muscular
facilita
el
control
de
la
atención,
aunque
siempre
es
necesario
un
cierto
grado
tónico
para
mantener
una
situación
de
alerta
y
activación.
Aprender
a
controlar
el
tono
muscular
facilita,
por
tanto,
el
aprendizaje
del
control
de
la
atención.
Además,
el
control
del
ritmo
y
la
profundidad
de
la
respiración
se
relaciona
con
los
procesos
atencionales
y
emocionales
de
manera
similar
a
tono
muscular.
Una
respiración
lenta
y
profunda
ayuda
a
la
relajación
física
(distensión
muscular)
y
a
la
toma
de
conciencia
del
propio
cuerpo,
de
las
emociones
y
de
los
pensamientos.
Facilita
la
concentración,
mejora
la
capacidad
de
reflexión
ante
situaciones
de
aprendizaje
escolar
y
social
y
promueve
el
bienestar
general
de
niños
y
niñas,
contribuyendo
de
esta
manera
a
la
prevención
de
dificultades
de
atención
y
a
la
disminución
de
los
conflictos.
Es
una
condición
de
nuestro
movimiento
y
de
nuestras
acciones.
Mantener
nuestro
cuerpo
en
equilibrio
nos
permite
liberar
para
la
acción
partes
de
nuestro
cuerpo
que,
de
otra
manera
tendríamos
que
ocupar
en
el
mantenimiento
de
una
postura
estable.
Nuestra
autonomía
funcional
y
nuestra
independencia
motora
dependen
del
mantenimiento
de
un
equilibrio
que,
como
ocurre
con
otros
componentes
psicomotores
(tono,
respiración,
etc.),
está
bajo
control
de
mecanismos
neurológicos,
aunque
ello
no
implique
imposibilidad
de
control
consciente.
Si
habitualmente
no
somos
conscientes
de
que
dicho
control
existe,
es
porque
lo
adquirimos
pronto
y
sin
dificultad.
Los
factores
que
influyen
en
el
equilibrio
los
podemos
clasificar
en
tres
grandes
grupos:
1. Factores
fisiológicos.
Dentro
de
los
factores
fisiológicos
que
pueden
condicionar
el
equilibrio
están
los
órganos
del
oído,
la
vista
y
los
órganos
propioceptores.
Ante
la
estimulación
de
éstos
últimos,
ubicados
en
los
músculos
tendones
y
articulaciones,
se
produce
un
estado
de
alertamiento
cerca
del
cambio
de
posición
del
cuerpo
o
de
alguna
parte
del
mismo.
9
Podemos
diferenciar
equilibrio
estático,
cuando
estamos
parados,
y
equilibrio
dinámico,
en
movimiento.
El
bebé
controla
la
posición,
sin
perder
el
equilibrio,
de
pie
hacia
los
nueve
meses
y
en
marcha
alrededor
del
año.
A
partir
de
los
cinco
años,
los
niños
y
niñas
controlan
bien
el
equilibrio
con
una
pierna,
siempre
que
estén
descansados
y
con
los
ojos
abiertos.
Con
los
ojos
cerrados,
la
“garza”
(un
pie
apoyado
en
la
otra
rodilla)
se
consigue
alrededor
de
los
9
años.
4.5. Principales hitos en el desarrollo de la psicomotricidad gruesa
La
ley
céfalo-‐caudal
nos
muestra
la
secuencia
del
control
de
la
motricidad
gruesa
que
incluye
la
locomoción
y
el
control
postural.
En
la
siguiente
tabla
se
recogen
algunos
de
los
logros
más
relevantes.
Principales
logros
relacionados
con
la
psicomotricidad
gruesa
(0-‐6
años)
(Jiménez-‐Lagares
y
Muñoz
Tinoco,
2005)
LOGROS
DE
CONTROL
POSTURAL,
LOCOMOCIÓN
Y
EQUILIBRIO:
LEY
CÉFALO-‐CAUDAL
*
3
semana-‐
Levanta
la
cabeza
apoyándose
en
las
manos
4
meses
(boca
abajo)
2-‐
4
meses
Se
mantiene
sentado
con
apoyo
5-‐9
meses
Se
mantiene
sentado
sin
apoyo
Se
mantiene
de
pie
con
apoyo
6-‐12
meses
Se
sienta
sin
ayuda
Puede
ponerse
de
pie
agarrándose
a
algo
Anda
cogido
por
las
manos
7-‐13
meses
Se
desplaza
por
sí
solo
reptando
o
gateando
9-‐16
meses
Anda
de
pie
sin
apoyo
9-‐17
meses
Camina
solo
Carrera
Salto
Escaleras
Equilibrio
Sube
escaleras
con
ayuda
o
apoyando
los
12-‐23
meses
Camina
hacia
atrás
dos
pies
en
cada
escalón
Baja
escaleras
con
Da
saltos
en
el
ayuda
o
apoyando
los
Se
mantiene
sobre
2-‐3
años
Corre
mismo
sitio
dos
pies
en
cada
un
pie
escalón
Sube
escaleras
sin
Pequeños
saltos
de
Anda
unos
pasos
a
la
3-‐4
años
=
apoyo
poniendo
un
longitud
pata
coja
pie
en
cada
escalón
Mayor
control
de
la
Baja
escaleras
sin
Salta
60-‐80
cm
de
Corre
a
la
pata
coja
4-‐5
años
carrera
(arrancar,
apoyo
poniendo
un
longitud
(5
saltos)
pararse
y
girar)
pie
en
cada
escalón
Buen
control
de
la
Salta
1
m
de
Camina
sobre
una
5-‐6
años
carrera.
Marcha
al
longitud
y
30
cm
de
=
barra
de
equilibrio
ritmo
de
sonidos
altura
* Márgenes de edad en los que el 90% de los niños lo consiguen
Los
avances
más
importantes
en
cuanto
al
desarrollo
psicomotor
hasta
los
cuatro
meses
se
producen
en
el
control
postural.
Aunque
existe
una
amplia
variabilidad
entre
unos
niños
y
otros,
la
evolución
normal
es
la
siguiente:
10
Control
de
la
cabeza:
Las
primeras
conquistas
motrices
se
manifiestan
en
el
control
muscular
de
la
cabeza
y
de
la
zona
del
cuello,
organizándose
también
los
primeros
circuitos
motores
de
relación
mano-‐boca.
Desde
el
nacimiento
el
niño
tiene
un
cierto
control
de
la
cabeza,
que
puede
girar,
cuando
está
tumbado
boca
arriba,
y
que
puede
levantar
un
poco,
cuando
está
tumbado
boca
abajo.
No
obstante,
la
sustentación
de
la
cabeza
en
línea
de
prolongación
con
el
tronco
no
se
alcanza
hasta
los
3-‐4
meses.
Tono
muscular:
Evoluciona
también
durante
los
primeros
meses
desde
el
estado
de
flexión
corporal,
característico
de
los
primeros
días,
hasta
adquirir
la
capacidad
de
darse
la
vuelta
por
sí
mismo
hacia
los
4
meses.
Entre
el
segundo
y
el
tercer
mes
continúa
el
predominio
flexor,
pero
las
extremidades
se
contraen
más
lentamente,
ensayando,
poco
a
poco,
movimientos
espontáneos
de
extensión
global
en
situación
de
reposo.
Después
del
tercer
mes,
sus
brazos
y
piernas
se
muestran
ya
en
semiextensión,
ofreciendo
la
característica
“posición
de
la
rana”.
Hacia
los
cuatro
meses
el
niño
es
capaz
de
darse
la
vuelta
por
sí
mismo
sobre
el
plano
del
suelo.
Hay
que
procurar
mediante
la
estimulación
adecuada
que
el
niño
adquiera
el
hábito
de
darse
la
vuelta
tanto
hacia
el
lado
derecho
como
hacia
el
izquierdo.
En la fase de suelo se producen como avances más importantes:
11
Hacia
los
12
meses,
aproximadamente,
el
niño
adquiere
la
capacidad
para
andar
sin
ayuda.
Estas
destrezas
y
alguna
otra,
como
el
inicio
del
salto
con
los
dos
pies
juntos
e
inhibiendo
el
desplazamiento
deben
estimularse
lúdicamente.
Desde
los
2
hasta
los
5-‐6
el
niño
perfeccionará
el
salto
y
la
carrera
así
como
subir
y
bajar
escaleras.
5.
Psicomotricidad
fina
5.1.
Principales
hitos
en
el
desarrollo
de
la
psicomotricidad
fina
La
ley
próximo-‐distal
es
la
responsable
de
que
el
control
de
la
motricidad
fina
sea
posterior
al
de
la
motricidad
gruesa.
Y
muestra
la
secuencia
en
la
prensión
o
la
habilidad
para
usar
las
manos.
Márgenes de edad en los que el 90% de los niños lo consiguen
12
5.2.
El
desarrollo
de
la
grafomotricidad
• A
los
18
meses
aproximadamente
aparecen
los
primeros
trazos
(el
niño
observa
cómo
con
el
lápiz
deja
unas
huellas
permanentes
en
el
papel).
• Este
movimiento,
inicialmente
son
líneas
rectas,
pues
parten
del
hombro.
Más
adelante
se
convierten
en
zigzag
o
barrido
al
partir
el
movimiento
de
la
articulación
del
codo.
Y,
por
último,
a
partir
de
los
2
años,
aparecen
las
formas
circulares
puesto
que
ya
articula
la
muñeca.
• Entre
los
2
y
medio
y
los
3
años,
estos
trazos
evolucionan
hacia
garabatos:
dibujos
que,
en
la
mayoría
de
los
casos,
son
interpretados
a
posteriori
y
cuya
atribución
de
significado
de
los
niños
va
cambiando
conforme
se
les
pregunta
por
ello.
A
veces,
incluso
añaden
detalles
al
ver
el
parecido
con
la
realidad.
• Realismo
intelectual
(5-‐8
años):
En
esta
etapa
pintan
imágenes
según
lo
que
saben
de
ellas
y
no
según
lo
que
ven.
Así,
por
ejemplo,
pueden
pintar
dibujos
transparentes
(los
dedos
del
pie
dentro
del
zapato)
o
separando
detalles
para
mostrar
su
importancia
(los
pelos
separados
unos
de
otros).
También
mezclan
perspectivas,
representando
un
cuerpo
de
frente
con
los
pies
o
la
cabeza
entera
vistos
de
perfil.
• Realismo
virtual
(a
partir
de
los
8
años):
los
dibujos
van
incorporando
más
detalles
y
ganan
en
complejidad.
No
se
limitan
a
una
figura,
sino
que
añaden
otros
objetos
o
personas
y
detalles
al
contexto.
Poco
a
poco
van
dibujando
también
acciones.
La
escritura
incluye
un
aspecto
motor,
la
caligrafía,
y
un
aspecto
de
comunicación,
el
contenido
del
mensaje.
Antes
de
ser
capaces
de
escribir,
los
niños
dominan
de
forma
muy
básica
la
funcionalidad
de
la
letra
escrita
como
mecanismo
de
comunicación.
13
• En
la
fase
caligráfica
(hasta
los
12
años)
el
trazo
tiene
mayor
precisión
y
calidad.
Las
letras
se
encadenan
mejor
y
las
reproducciones
son
más
fieles.
Entre
los
10
y
los
12
años
el
tamaño
de
la
letra
se
normaliza
y
mantienen
el
espacio
interlineal.
Hemos
de
tener
presente
que
los
logros
psicomotores
finos
y
gruesos
no
son
independientes
puesto
que
se
trata
de
un
sistema
dinámico.
Como
hemos
visto,
los
avances
que
se
producen
en
el
ámbito
motor
entre
los
3
y
6
años
son
fundamentales.
Las
habilidades
físico-‐motoras
que
el
niño
aprende
suelen
ser
acciones
ordinarias,
como
atarse
desatarse
los
zapatos,
alimentarse
por
sí
mismo,
cortar
con
tueras,
abrocharse
la
ropa,
usar
el
lápiz
correr,
brincar
y
saltar.
Estos
avances
se
pueden
agrupar
en
torno
a
los
siguientes
núcleos:
En
general,
podemos
afirmar
que
somos
diestros
o
zurdos
porque
nacemos
con
un
cerebro
que
nos
hace
diestros
o
zurdos.
Es
decir,
si
la
parte
dominante
de
nuestro
cerebro
es
el
hemisferio
derecho,
somos
zurdos
y
si
la
parte
dominante
es
el
hemisferio
izquierdo,
somos
diestros.
Hay
dos
tipos:
homogénea,
cuando
se
es
diestro
o
zurdo
de
todas
las
partes
del
cuerpo,
y
heterogénea
o
cruzada
(menos
frecuente),
cuando
se
da
algún
cruce
entre
ojo,
brazo,
pierna
y
oído
(este
último
mucho
menos
estudiado).
Un
ejemplo
de
lateralidad
cruzada
sería
brazo
y
pierna
lateralizados
en
un
sentido
y
ojo
lateralizado
en
sentido
contrario.
Aunque
la
mayoría
de
los
niños
pequeños
tienden
a
usar
una
mano
más
que
otra,
es
frecuente
que
prueben
ambas
manos.
La
preferencia
lateral
por
una
de
las
partes
de
nuestro
cuerpo,
se
suele
producir
entre
los
2
y
4
años.
Y
muchos
de
ellos
no
establecen
el
uso
definitivo
de
una
mano
hasta
que
tienen
5
años.
No
obstante,
ello
no
significa
que
se
haya
alcanzado
el
dominio
de
las
nociones
de
derecha-‐izquierda
que
es
una
adquisición
más
tardía.
Es
importante
respetar
la
preferencia
lateral,
pues
como
hemos
señalado
antes,
no
es
una
cuestión
de
hábito,
sino
de
dominancia
cerebral.
Pretender
cambiarlo
solo
aporta
confusión
e
inseguridad.
Sin
embargo,
para
comenzar
con
la
escritura
es
importante
que
el
niño
haya
elegido
un
lado
dominante.
Y
si
llegado
el
momento
éste
no
lo
ha
hecho
de
forma
espontánea,
conviene
intervenir.
La
intervención
no
debe
hacerse
nunca
antes
de
los
4
años
ni
tampoco
después
de
los
6
y
es
recomendable
la
observación
sistemática
y
el
uso
de
pruebas
que
ayuden
a
identificar
la
tendencia
del
niño,
hacia
su
lado
izquierdo
o
derecho
del
cuerpo.
14
7.
Elaboración
del
esquema
corporal
El
concepto
de
esquema
corporal
se
refiere
a
la
representación
que
tenemos
de
nuestro
propio
cuerpo,
de
los
diferentes
segmentos
corporales
que
lo
componen,
de
sus
posibilidades
de
movimiento
y
acción
y
de
sus
diversas
limitaciones.
Esa
compleja
representación
se
va
elaborando
lentamente
como
consecuencia
de
las
experiencias
llevadas
a
cabo
con
nuestro
cuerpo
y
de
las
vivencias
que
de
él
tenemos.
b)
En
realidad,
antes
de
conocer
el
propio
cuerpo,
el
niño
conoce
el
cuerpo
del
otro.
Desde
el
nacimiento
el
niño
va
explorando
el
cuerpo
de
la
madre
y,
poco
a
poco,
va
identificando
sus
distintas
partes
y
reconociendo
y
atribuyendo
significado
a
la
expresión
del
rostro.
Esta
información
se
va
entretejiendo
con
el
conocimiento
del
propio
cuerpo
percibido
y
la
experiencia
del
propio
movimiento
y
postura
sentida.
Las
palabras
constituyen
el
primer
instrumento
para
codificar
la
realidad
y
hacerla
comprensible.
El
lenguaje
permite
al
niño
identificar
los
distintos
elementos
de
su
cuerpo,
distinguirlos
y
analizarlos.
Palabras
como
“ojos”,
“nariz”,
“cara”,
“cabeza”,
etc.,
permiten
realizar
un
primer
análisis
del
“yo
corporal”
y
comprender
el
cuerpo
como
algo
separable
del
mundo
que
nos
rodea
y
constituido
por
elementos
diferenciados.
En
cambio,
palabras
como
“cuerpo”
o
“yo”
permiten
hacer
la
síntesis,
integrar
elementos
sueltos
en
una
globalidad,
percibir
un
conjunto
de
partes
articuladas
en
una
totalidad.
La
percepción
de
la
globalidad
corporal
es
posterior
a
la
percepción
de
los
elementos
sueltos
o
separados:
obliga
a
un
nivel
más
elevado
de
simbolización
y
organización.
Por
otro
lado,
el
lenguaje
es
utilizado
como
instrumento
que
facilita
el
control
de
la
corteza
cerebral
sobre
la
experiencia
motriz.
Hay
circunstancias
y
momentos
en
que
el
lenguaje
actúa
como
un
instrumento
regulador
de
la
conducta.
Con
frecuencia,
el
niño
del
2º
ciclo
de
educación
infantil
se
habla
a
sí
mismo,
se
va
dando
instrucciones
para
dirigir
su
acción.
Algunos
de
los
cambios
en
el
desarrollo
psicomotor
como
los
que
hemos
visto
son
fácilmente
visibles
a
primera
vista,
sin
embargo
otros
no.
Nos
referimos
al
tono
muscular,
el
equilibrio,
la
respiración
y
el
control
del
espacio
y
del
tiempo.
Aunque
son
aspectos
normalmente
controlados
involuntariamente,
también
puede
hacerse
de
manera
consciente
y
voluntaria.
15
8.
Estructuración
espacio-‐temporal
8.1.
La
estructuración
espacial
La
estructuración
espacial
es
el
proceso
mediante
el
cual
el
niño
va
construyendo
su
percepción
y
representación
del
espacio.
Está
relacionada
con
aspectos
como
los
siguientes:
-‐ el tamaño de los objetos (nociones de grande, pequeño, etc).
-‐ la forma los objetos (nociones de largo-‐corto, estrecho-‐ ancho, etc.).
-‐ la
distancia
que
media
entre
los
objetos
y
en
relación
a
quien
los
percibe
(nociones
de
cerca-‐lejos,
próximo-‐lejano,
etc.).
-‐ la
posición
que
ocupan
los
objetos
en
relación
con
el
que
los
percibe
y
con
ellos
mismos.
La
representación
o
simbolización
elaborada
por
el
niño
del
espacio
que
le
rodea
se
apoya
en
dos
fuentes
principales
de
conocimientos:
a)
La
actividad
exploratoria
y
manipulativa
del
niño
sobre
los
objetos.
El
niño,
en
sus
desplazamientos,
va
acumulando
experiencias
sobre
localización
de
objetos,
distancias,
tamaño,
formas,
perspectivas,
etc.,
y
aprende
también
a
utilizar
objetos
como
punto
de
referencia
mucho
antes
de
la
elaboración
de
su
esquema
corporal
y
de
la
interpretación
del
espacio
geométrico.
La
experiencia
cotidiana
y
la
manipulación
de
objetos
le
permiten
integrar
el
espacio
visual
(todo
lo
que
puede
ver),
el
prensil
(todo
lo
que
puede
coger),
el
táctil
(todo
lo
que
puede
tocar),
etc.
b)
Los
conocimientos
que
le
son
transmitidos
al
niño
en
el
medio
familiar
y
escolar
a
través
del
lenguaje:
El
niño
establece
conexiones
entre
su
propia
acción
y
el
código
lingüístico
que
le
transmiten
los
adultos.
El
lenguaje
está
lleno
de
partículas
locativas
(delante-‐detrás,
dentro-‐fuera,
arriba-‐abajo,
etc.),
así
como
de
denominaciones
de
todos
los
objetos
situados
en
el
espacio.
16
lento.
La
mayoría
de
los
niños
posee
una
buena
estructuración
espacial
entre
los
5-‐7
años.
La secuencia en el dominio de las nociones derecha -‐ izquierda son:
a) En
sí
mismo:
En
primer
lugar
el
niño
adquiere
las
nociones
derecha-‐izquierda
en
sí
mismo,
distinguiendo
cuál
es
su
mano
derecha,
cuál
su
izquierda,
su
pie
derecho,
su
pie
izquierdo,
etc.
c) En
sí
mismo
con
relación
a
los
objetos:
En
tercer
lugar
el
niño
adquiere
las
nociones
de
derecha-‐izquierda
aprendiendo
a
situarse
con
respecto
a
los
objetos
(yo
estoy
a
la
derecha
o
a
la
izquierda
de
la
pelota,
de
la
mesa,
de
Pedro,
etc.)
d) En
los
objetos
entre
sí:
Por
último,
adquiere
las
nociones
de
derecha-‐izquierda
entre
los
objetos
(La
pelota
está
a
la
derecha
o
a
la
izquierda
de
la
mesa,
etc.).
La
elaboración
de
las
nociones
temporales
presenta
para
el
niño
una
mayor
dificultad
que
la
de
las
nociones
espaciales.
Esto
se
debe
a
que
mientras
que
las
nociones
espaciales
(como
la
forma,
el
tamaño,
el
color,
la
distancia,
etc.)
son
objetivables
y
perceptibles
por
el
sentido
de
la
vista,
las
nociones
temporales
son
inmateriales
y,
por
tanto,
más
difíciles
de
objetivar
para
el
niño
-‐ Duración:
Se
define
como
el
tiempo
durante
el
cual
se
está
percibiendo
o
está
ocurriendo
algo.
-‐ Sucesión: Orden en que tienen lugar las distintas percepciones o sucesos.
Las
dificultades
más
acusadas
para
la
captación
del
tiempo
por
el
niño
residen
en
la
elaboración
de
las
nociones
de
duración
y
orden.
La
razón
es
evidente:
Ninguna
experiencia
es
perceptible
fuera
del
momento
presente,
ya
que
un
acontecimiento
dura
lo
que
dura
y
el
orden
en
que
se
producen
los
acontecimientos
es
el
que
es.
17
La
estructuración
temporal
evoluciona
según
las
siguientes
pautas:
Como
resultado
de
estos
progresos
el
niño
del
2º
ciclo
aprende
a
dividir
el
tiempo
en
pasado,
presente
y
futuro,
aunque
con
ciertas
dificultades.
Por
ello
suele
utilizar
durante
algún
tiempo
la
palabra
ayer
para
referirse
a
cualquier
tiempo
pasado
y
mañana
para
referirse
a
cualquier
día
futuro.
Las
habilidades
motrices
finas
también
mejoran
en
este
período,
sobre
todo
aquellas
que
requieren
acciones
más
complejas,
tales
como
la
escritura,
el
dibujo,
modelado,
recortado,
construcción,
etc.
Dichas
habilidades
motrices
van
mejorando
progresivamente
hasta
la
adolescencia,
momento
en
que
se
alcanza
una
mayor
especialización,
fruto
de
un
mayor
control,
una
mayor
intelectualización
de
las
tareas
y
mayores
niveles
de
atención,
percepción
y
memoria.
18
Referencias
bibliográficas
Berk,
L.E.
(1998).
Desarrollo
del
niño
y
del
adolescente.
Prentice-‐
Hall.
Madrid.
Conde,
J.L.
y
Viciana,
V.
(1997).
Fundamentos
para
el
desarrollo
de
la
motricidad
en
edades
tempranas.
Ediciones
Aljibe.
Málaga.
Muñoz,
V.,
López,
I.,
Jiménez-‐Lagares,
I.,
Ríos,
M.
Morgado,
B.,
Román,
M.,
Ridado,
P.,
Candau,
X.
Vallejo,
R.
(2011).
Manuel
de
psicología
del
desarrollo
aplicada
a
la
educación.
Pirámide.
Madrid.
Trianes,
M.V.
y
Gallardo,
J.A.
(2004).
Psicología
de
la
educación
y
del
desarrollo
en
contextos
escolares.
Pirámide.
Madrid.
19