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POR MARTHA ROBLES

El Sujeto Colonizador y su visión expansiva dominante sobre el pueblo mapuche: La


araucana

Sobre el autor y su obra

Don Alfonso de Ercilla, natural andaluz fue considerado con gran renombre de jurisconsulto por
el papa León X, quien le propuso establecerse en Roma. Fue también magistrado y vivió hasta
los cuarenta años. Su fallecimiento se data en setiembre de 1534, cuando apenas había sido
designado ser maestro del Príncipe de Asturias.

Se sabe por la biografía publicada que don Alonso de Ercilla recibió una educación privilegiada.
Acostumbrado, desde muy joven, a la convivencia con las cortes, a los viajes. A los quince años
salió por primera vez de España.

Poseedor de un espíritu elevado, además de tener firmes conceptos del honor y la gloria.

Acostumbrado a prestar servicio a la corte, Ercilla supo de la noticia que alarmaba a la


monarquía hispana. Se trataría de las turbas del Perú y Chile, promovidas por las acciones de
Hernández de Girón y los vientos independentistas de los pueblos colonizados.

Fue entonces cuando prestaba servicios en la corte que Ercilla sintió una pasión por la aventura
de llegar a Chile, acompañado por la autoridad encomendada, don Gerónimo de Alderete. El
sentido poético de su acervo, llevó a Ercilla a producir una obra como La araucana.

Sintió con pasión febril seguir la labor de la campaña colonizadora y apagar la vida habitual y
rutinaria de la corte. Apenas recibió el permiso del rey Felipe, se prestó a vestir como soldado y
en el año 1555 dejó Europa.

Como se sabe, los viajes en alta mar significaban un peligro mortal. Fue entonces que, en el
trayecto, cuando llegaron al istmo de Panamá muere Alderete.

Por una serie de vicisitudes, Ercilla llega a Perú para luego acompañar a la autoridad (García de
Hurtado) designada para las tierras mapochas que ya habían derrotado a Pedro Valdivia y
Francisco de Villagrán, por las armas del cacique Caupolicán.

Fue el diez de agosto que Ercilla ejerce como soldado para repeler el asalto de ocho mil
araucanos y fue el diez de octubre que Caupolicán enfrenta las huestes de García en el río
Biobío. Sin embargo, en este encuentro se data que los indígenas se repliegan por temor a las
armas, los caballos llevados.

Se menciona en el libro el espíritu combativo de Ercilla, mediante las siguientes líneas:


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<<A Ercilla atrajo el bélico ruido: notada fue del maestre de campo Juan Remón su llegada, y al
punto dijo en voz de aliento: [¡Ea, Don Alonso, esta es cuestión de señalarse con honra!-
Oyendo su nombre y observando que le miraban todos, compelido por la vergüenza y sin poder
ya excusar el trance, a pie y espada en mano acometió la peligrosísima empresa: unos pocos le
siguieron a la desesperada; otros le ayudaron después con furia, y por su gallarda intrepidez fue
conducida a jornada a perfecto remate>>.
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Introducción

La araucana se trata de una obra poética de corte épico en la que se da cuenta sobre las
peripecias que los españoles vivieron para establecer un estado colonizador con los indios. El
autor deja versos que narran las guerras de Arauco, estéticamente construidos en cantos.

Es una obra que enlaza tanto la poesía como la crónica. El sujeto colonizador es retratado no
solamente como un héroe, sino también un antihéroe, el europeo, el occidental cuyo paradigma
cultural está íntimamente relacionado con la cruz y el cristianismo.

Se trata de una obra hispanoamericana que tiene una perspectiva admirable del sujeto
colonizador.

Es una serie descriptiva de batallas, duelos, estrategias militares, visiones idílicas e historias
fantásticas sobre la conquista del pueblo araucano.

Se considera al pueblo araucano como una etnia aguerrida, por ello la colonización fue una
secuencia de batallas que se nombran como: Tucapel, Elicura, Andalicán y Concepción.

Se debe dar crédito al carácter dogmático del sentido de la conquista, ya que se concibe que la
guerra se gana, a favor del sujeto colonizador porque el indio recibe el castigo divino.

En un sentido providencial, con la mirada puesta en Dios para los fines bélicos. Se establece así
una relación de victimario, verdugo y a través de esta creación épica se define la relación del
hombre con lo divino.

Para el sujeto colonizador, el mundo terrenal se divide en dos polos: el cielo y el infierno.

Las visiones del imperio español para dar soporte a las empresas colonizadoras tuvieron una
consigna de establecer un proceso cultural nombrado como alteridad y que, en esa
transformación, la guerra sea considerada como justa.

Someter la rebelión de los indios era la única forma de jurar fidelidad al monarca español
(Felipe II).

En el poema se expone los vicios y crueldades del sujeto colonial.

Se retrata a Chile como un territorio que puede llegar a ser indomable, se transcribe las
siguientes líneas:
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<<Chile, fértil provincia, y señalada

en la región antártica famosa,

de remotas naciones respetada

por fuerte, principal y poderosa,

la gente que produce es tan granada, 45

tan soberbia, gallarda y belicosa,

que no ha sido por rey jamás regida,

ni a extranjero dominio sometida. [11]

Ercilla evidencia en cierto sentido, que el soldado español es casi indefenso por el barbarismo:

<<En torno desta plaza poco trecho

cercan de espesos hoyos por de fuera:

cual es largo, cual ancho, y cual estrecho;

y así van, sin faltar desta manera,

para el incauto mozo que de hecho 245

apresura el caballo en la carrera

tras el astuto bárbaro engañoso,

que le mete en el cerco peligroso>>

Por tanto, esta voz poética es una loa a la hazaña del Sujeto colonial. Es así que vemos al final
de la obra (canto XV) se cuenta la batalla en la que fueron muertos todos los araucanos. En este
canto se transmite el sentido del valor y del honor como en los siguientes versos: <<firme en el
suelo con los pies estriba, cobrando esfuerzo del honor sacado>>.

En tal sentido, Alonso de Ercilla da fe, testimonio de la hidalguía del soldado cristiano, que no
solo es un testigo de los hechos; sino también ejerció esta encomienda con total fidelidad a la
Corona. Bajo esta consigna, se extrae también los siguientes versos:

<<Con presteza una vez tal golpe asienta

al valiente cristiano, por un lado, 170

que toda la persona le atormenta,


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según que fue de fuerza muy cargado:

otro redobla, y otro, y a mi cuenta

al cuarto, que bajaba más pesado,

el astuto italiano se desvía, 175

y de una punta al bárbaro hería>>.

Comentario sobre otros autores:

Durante el siglo XVII sucede el proceso expansivo colonizador español en territorio chileno
como un ejercicio de dominación cultural para el término evangelizador. Según el autor Lepe
Carrión, este proceso puede ser analizado bajo la teoría de Foucalt en una llamada <<analítica
de las estructuras epistemológicas>> (Foucalt, 2002 & 2010).

En el artículo Predicación, verdad y sujeto colonial: genealogías de la obediencia en contexto


mapuche se explica que el sujeto colonial se construye a sí mismo, se autoconstruye, se
representa a sí mismo y <<a la vez, es construido por los otros, como un sujeto que enuncia un
discurso verdadero. (Foucalt, 2010, 2014).

Por ello, la teoría acerca de la investigación sobre el sujeto colonial refiere que existe un vínculo
total entre el sujeto colonial y la doctrina evangelizadora. Mediante el discurso dogmático
católico el sujeto colonial llegó a establecer un sistema dominante.

Así mismo, en el transcurso de este proceso se establecieron distintas prácticas de conquista,


expansión y dominación. El sujeto colonial tomaba el poder para castigar, adoctrinar e imponer
los símbolos cristianos como la cruz, la iglesia, el padre o sacerdote, etc.

Según Lepe Carrión podemos transcribir el ejercicio irruptor cristiano: <<la aparición
sistemática en la evangelización indígena de una exigencia al reconocimiento de la condición
natural de pecado evidenciada por la sangre, a la renuncia de su pasado (costumbres y
creencias), a la aceptación del bautismo como estatuto de ‘reconocimiento’ y ‘renacimiento’, y a
la confesión como garantía de su permanencia en el camino hacia la virtud. (Foucalt, 2000 &
2014)

Así también, el autor hace referencia al nivel de actuar del sujeto colonial que vio en el indio
como un objeto para disciplinar, domesticar y someterlo a la ‘conversión’ del bárbaro en
civilizado. (Lepe Carrión, p. 249)

Se hace referencia a la Batalla de Curalaba (1598) como el hecho decisivo para el declive del
poderío español, como lo extraemos en las siguientes líneas:
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<<Después de la Batalla de Curalaba (año 1598), emerge en Chile un debate en torno a la


esclavitud del indígena. La destrucción de las ciudades y la muerte del Gobernador García
Ordoñez de Loyola pusieron de manifiesto la enorme pérdida económica que significaba la
guerra entre el imperio y los ‘indios’ del sur (Bengoa, 1996, Jara, 1991).

Melchor Calderón, un destacado ‘inquisidor’ de la época, proponía al rey lo que fue el último
vestigio testimonial del poder soberano en el reino de Chile, que pretendía establecer la
esclavitud del indígena como “el medio más importante y aún casi el último para concluir
con brevedad esta guerra>> (Calderón, 1607)

Se calcula que han sido cincuenta años, el periodo que comprende la resistencia desde la muerte
del gobernador Valdivia en 1553 hasta la batalla de Curabala en 1598.

La tesis temática de este trabajo académico se puede centrar según lo sustentado en el artículo
de Rolena Adorno, “El sujeto colonial y la construcción cultural de la alteridad”: << ¿Cómo
concebimos, entonces, el sujeto colonial (en este caso me refiero al colonizador), que es emisor
y destinatario de discursos? Para enfocarlo, nos remitimos al concepto de focalización: la
diferenciación y la relación entre el que ve, la visión que presenta y lo que es visto (Bal 100-
104)>>.

Por ello, Adorno nos abstrae teóricamente traduciendo que el sujeto colonial establece una
construcción de alteridad en cuanto a los esquemas escolásticos con referencia a la categoría
conceptual de “el natural de las Nuevas Indias”. Se trata también del estudio epistemológico en
cuanto a escritos como La araucana con el cual se pueden elaborar modelos y marcos teóricos
para conceptualizar la humanidad americana.

Así mismo, la autora hace una paridad entre el término de sujeto colonial colonizador y el
europeo para referirse a una visión colonizadora. Una postura resaltante que se explica en las
siguientes líneas:

<<Este sujeto colonial produce un discurso estereotípico que representa los valores de la cultura
masculina, caballeresca y cristiana. Aunque la época de la caballería desapareció con el invento
renacentista de la tecnología militar moderna, el espíritu caballeresco seguía viviendo (véase
Caro Baroja 1978).>>

Adorno indica en el caso del Arauco: <<Los inolvidables héroes araucanos sirven para poner en
relieve la ausencia de tales figuras en los poemas dedicados a México y al Perú. Con raras
excepciones, los líderes indígenas no se pintaban con ningún perfil individual>>.
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Comentario personal:

Se sabe según la fuente del autor Miguel Donoso Rodríguez (Universidad de los Andes) que el
reino de Chile no fue un territorio de fácil dominio. Destaca que el español tuvo que desplegar
mucha técnica para poder dominar el reino mapuche. Y sobre todo en especial, destaca la guerra
de Arauco. Según el autor se transcriben las siguientes líneas:

<<así, cuando de guerra de conquista en América inevitablemente se nos viene a la cabeza la


guerra de Arauco, conflicto en el cual los indígenas tuvieron de cabeza, durante largos periodos,
primero a los españoles y luego a la naciente República>>. Donoso (120)
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Según escribe Donoso, en el territorio chileno había enfrentamientos cada año, y fue un capitán
andaluz, Alonso de Góngora Marmolejo quien escribe una crónica: Historia de todas las cosas
que han acaecido en el reino de Chile y de los que han gobernado. Esta fuente representa la
gran inestabilidad gubernamental que sostenía el sujeto colonial en esta tierra. Según Donoso:
<<este autor observará con ojos críticos no solo los sucesos ocurridos en el territorio de Chile,
sino el desempeño de una larga serie de gobernadores, unos buenos y otros malos, según apunta
su duro testimonio>>. Donoso (p. 120)

La “máquina de guerra” es así como se traslada el término a la fuerza ejecutora del español
colonizador. Capaz de desplegar armas y logística desconocida por el nativo mapuche. Es decir
que el nativo tenía que enfrentarse a un mundo ignoto, sostenido por caballos, armas
sofisticadas y el poderío de un imperio.

En términos de estrategia bélica, el sujeto colonial empezó a ser visto por las legiones
comandadas por el cacique Lautaro, como un puñado de soldados. Y de esa forma fue perdiendo
dominio en la lucha colonial. A fuerza de desgaste, los españoles pasaban largas horas
combatiendo, sin contar con relevos. Una de las batallas mencionadas es Tucapel, en la que
pierde la vida don Pedro de Valdivia. Fue en el periodo de 1553 y 1554 en el que se dan una
serie de situaciones límite para la causa colonizadora. Mueren cientos de ellos, el gobernador
sucesivo, sus capitanes, la destrucción de las ciudades y es en Curalaba, muere el gobernador
Martín García Oñez de Loyola (1598).

Según esta fuente, Lautaro sentó un precedente en las crónicas emancipadoras del pueblo
mapuche, ya que, según testimonios, fue el primero que se atreve a desmitificar en forma
pública la idea relativamente sobrenatural que de los peninsulares tenían los indígenas. El
pueblo indígena volvió vulnerable al sujeto colonial por su escaso número en los
enfrentamientos bélicos.

Lautaro elabora un discurso descolonizador, de reconocimiento hacia el sujeto colonial, y en


base al ánimo libertario, expresa a su pueblo a pelear sin miedo; ya que la unión tendría un
papel desmitificador al reconocerlos como hombres tan humanos (si se quiere entender) como
los indios. Es decir, un mensaje que traducía el sentir de igual de condiciones entre ambos
sujetos.

Con ello se evidencia que una obra hispanoamericana como La araucana traslada hechos que
han sido muy sangrientos para la convivencia del sujeto colonial con el indio mapuche. Un
clima como la rebelión es lo que la máquina de guerra española tenía como constante. Y es por
ello que esto caracteriza la genética guerrera de los nativos chilenos. Una etnia que para el
sujeto colonial no fue nada fácil someter. Tuvieron, a diferencia de las etnias peruanas, un
ejército cohesionado bajo el mando de un líder. Esto explica el desgaste militar del español.
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Conclusiones:

Se toma en cuenta y en valor el aporte del autor Donoso quien sostiene que, en el proceso de
aprendizaje y resistencia del pueblo mapuche contra los conquistadores españoles, se
desencadenó un proceso que generó el punto de partida en el conocimiento y desmitificación del
adversario, a quien el indígena lo reconocía como un ser sobrenatural e invencible.

Históricamente, esta obra La araucana es una fuente oficial de lo que pudo haber significado el
declive del poderío español desde que se suscitó la guerra del Arauco. Los provisorios periodos
de paz significaban sometimiento por parte del gobernador, a fuerza de castigos sanguinarios.
Ya en la batalla de Curalaba, la crisis se desata y el levantamiento indígena marca un hito en el
carácter del pueblo mapuche. Pese a los recursos y la política aprobada por la Corona, la
presencia hispana fue mucho más inestable que en el Virreinato peruano.

https://repositorio.up.edu.pe/bitstream/handle/11354/1678/CabanillasCarlos2017.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

Lepe-Carrión, P. Predicación, verdad y sujeto colonial: genealogías de la obediencia en contexto


mapuche. Revista Latinoamericana de Comunicación: Chasqui. Núm. 132 (2016)

https://revistachasqui.org/index.php/chasqui/article/view/2720/2790
POR MARTHA ROBLES

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/de-la-historia-y-otras-barbaries-la-araucana-de-
alonso-de-ercilla-y-zuniga-en-el-imaginario-nacional-de-chile/html/134eabae-4532-41b3-b1f7-
7b43bb8fcdf7_2.html

Donoso, M. (Ed. Cabanillas, Carlos) 2017 Sobre invenciones de guerra dañosas en la Historia
de todas las cosas que han acaecido en el reino de Chile (1575), de Alonso de Góngora
Marmolejo en Sujetos coloniales: escritura, identidad y negociación en Hispanoamérica.
Instituto de Estudios Auriseculares

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